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Staff Fiorella

Annie D

Alysse Volkov

Zely medel

Lauu

Meii

Arancha

Fiioreee

Meeny

Michelle M

Luna Alessi

Damabell

Fmaryd

Vicky.

July Styles Tate

Anaapauu

Lipi-lipi

Bett G.

Kariza

Alessa Masllentyle

Sapphire Nyssa Elizabeth Scarhood

Andrea95 Agus Morgenstern Alessa Masllentyle

Pily

Maeh

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Indice Sinopsis Capítulo 1 Capítulo 2 Capítulo 3 Capítulo 4 Capítulo 5 Capítulo 6 Capítulo 7 Capítulo 8 Capítulo 9 Capítulo 10 Capítulo 11 Capítulo 12 Capítulo 13 Capítulo 14 Capítulo 15 Capítulo 16

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Sinopsis Isabella Violi es dueña de un restaurante muy popular en la ciudad de Nueva York. Parker Davidson es una presumida estrella de rock. Isabella está feliz con su vida y amigos, estando a cargo de su propio restaurant que se está convirtiendo extremadamente popular en NYC. Parker está feliz viviendo el estilo de vida de una estrella de rock. Ninguno de ellos quiere cambiar, especialmente después de encontrarse el uno con el otro. Pero el destino tiene otros planes y ambos obtienen más de lo que han pedido.

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1 Traducido por Annie D & Lauu Corregido por Lali Rosser

Isabella se vio en el espejo mientras cepillaba su largo cabello castaño, colocándolo todo en una mano. Bajó el cepillo, y después de una serie de giros y vueltas, su cabello estaba en el moño flojo que siempre usaba para trabajar. Trabajo… Pensó en todo lo que necesitaba hacer. Toda la carne había sido ordenada el día anterior, pero la orden de producción aun necesitaba ser puesta. Anotó los especiales que estarían teniendo la próxima semana, ayudándola a compilar la lista de frutas y vegetales que necesitarían. ¿Qué más? El nuevo barman. Iba a tener que sentarse y tener una pequeña conversación con él sobre su actitud sobre los clientes masculinos, era genial con las mujeres, aunque su coqueteo tendía a salirse de control, pero muy grosero con los hombres que se sentaban en el bar. Los trataba como si fueran un inconveniente para él, a pesar de que era su trabajo atenderlos. Sip, definitivamente necesitaba un ajuste de actitud, y si no le gustaba, había muchos otros en línea para tomar su trabajo. Dio un último vistazo en el espejo antes de salir del baño. Satisfecha con su apariencia, regresó al dormitorio para terminar de vestirse. Lo mismo, día tras día. Pantalones negros, camisa negra. Su uniforme de chef negro esperaba por ella en el restaurante. No había necesidad de traerlo a casa, cada día toda la ropa sucia era enviada para ser lavada, y tenían muchos uniformes para cada persona almacenados en el salón de empleados. Finalmente, se encontraba lista para comenzar su día. Caminó doce cuadras hasta su restaurante, tomando la misma ruta que todos los días. En el camino, saludaba a las mismas personas… la florista de la esquina regando sus flores, al viejo caballero que trabaja en el puesto de venta fuera de su cafetería favorita, el chico que remataba carteras en la cuadra de su restaurante.

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En una gran ciudad como la Cuidad de Nueva York, era agradable tener algunas cosas constantes, personas con las que podías contar ver cada día, y era un extra que todos fueran tan amistosos. Mientras daba la vuelta en la esquina, notó una pequeña multitud rodeando la entrada de su restaurante. Rápidamente observó su reloj y se dio cuenta que iba tres minutos tarde. Apresuró el paso un poco, buscando las llaves en su bolso. —Hola chicos, lamento la tardanza. Debí haber estado soñando despierta en el camino hacia acá. —Se disculpó con sus empleados quienes esperaban que desbloqueara la puerta de The TigerLily, el restaurante del que era dueña desde el último año. —Tres minutos tarde jefa, ¡estas desmejorando! ¿Qué tipo de ejemplo estas dando para el resto de nosotros? —la provocó Dylan, el mesero principal. Le sonrió y juguetonamente golpeó su brazo. —Mejor ten cuidado Dylan. —Como si tuviera miedo de ti… mides como un metro sesenta y pesas como cincuenta y seis kilos si estas empapada. ¿Qué piensas que podrías realmente hacerme? —Colocó sus ojos en blanco, tratando de esconder su sonrisa. Lo observó. Era mucho más alto que ella, y entrenaba todas las mañanas antes de venir al trabajo. —Tienes razón, físicamente no soy competencia para ti. Pero no olvides quien firma tus cheques. Dylan asintió en acuerdo. El resto de los empleados ya habían entrado para comenzar con sus deberes, acostumbrados a las bromas amistosas entre dos amigos. Él sostuvo la puerta, sonriendo mientras pasaba debajo su brazo. —Tú ganas. Siempre ganas. —Y no lo olvides. —Sonrió—. Ahora, ve a trabajar —dijo, tratando de sonar como si le estuviera dando órdenes. Pero Dylan era una persona a la que no tenía que decirle que hacer. Había sido su amigo desde la universidad, y su mesero principal desde el día en que abrió las puertas del restaurante. Realmente era uno de los trabajadores más aplicado que había conocido. Honestamente, era más que el mesero principal. Era como el manager del lugar, y el único en quien confiaba para dejar el restaurante en su ausencia. Mientras el resto de los empleados se halaban ocupados preparando el restaurante para abrir por el día, fue a su oficina a hacer

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unas cosas. Había colocado las órdenes de licores, e impreso los cheques de todos los empleados. Sabiendo que no la necesitarían en la cocina por un par de horas, se ocupó en pagar las cuentas. Justo antes de que llegara la multitud de la cena, llamó al nuevo barman a su oficina. Le dio un sermón sobre su actitud y le dijo que solo tenía una oportunidad más de probarse a sí mismo. Tenía una pila de aplicaciones de barman en su escritorio, así que no iba a soportar a alguien que no valoraba su trabajo lo suficiente para tratar bien a sus clientes. Siempre había hecho un esfuerzo consciente para asegurarse que aquello sucediera. Demasiadas veces, había ido a uno de esos restaurantes de moda donde era tratada horriblemente, jurando nunca regresar. Su negocio finalmente comenzaba a florecer, y no quería que nada pusiera en peligro eso. Después de su reunión, agarró su chaqueta de chef y fue a la cocina a ayudar a los demás. Lucía impresionante, a pesar de que su vestimenta era tan simple. El negro definitivamente era su color. A diferencia de los otros que tenían negro sobre negro, tenía unos detalles en blanco en el borde de su chaqueta, haciéndola sobresalir un poco más del resto. Las órdenes comenzaron a llover, manteniendo a todo el mundo en el restaurante alerta. Cuando se encontraban muy ocupados en el cocina, Bella iba al comedor y saludaba a sus invitados, asegurándose que las comidas de todos era de su satisfacción. Le gustaba añadir ese toque personal cuando era posible, y se había hecho amiga de algunos de los regulares al hacer eso. Nunca nadie se había ido insatisfecho, y debido a esto, los comentarios de su restaurante se había esparcido y el negocio prosperado. The TigerLily rápidamente se convertía en uno de los restaurants más de moda en la Cuidad de Nueva York. *** Parker Davidson se sentó en la oficina de su manager ubicada en una torre alta que daba al Central Park. —¡Esto es mierda, Tommy! Las canciones que me están pidiendo hacer son ridículas. Tengo treinta malditos años y ¿quieren que cante canciones de amor adolescente? ¿Qué demonios? —Pasó sus manos sobre su negro, corto y puntiagudo cabello. —Mira Parker, cálmate. Estoy seguro que no es tan malo —dijo Tom Purvis a su cliente. Ya se había acostumbrado a las rabietas de Parker. —¿No es tan malo? Dime como sonaría si canto estas letras: Baby let me hold your hand (Nena déjame sostener tu mano)

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While we walk on the beach in the sand (Mientras estamos en la playa sobre arena) I want to look into your eyes all day (Quiero mirar a tus ojos todo el día) We'll be together, we'll find a way (Estaremos juntos, descubriremos una forma) —¡Vamos! Suena como si fuéramos dos niños, y nuestros padres no quisieran que saliéramos. ¡Soy un hombre, Tommy! Si voy a cantar sobre una mujer, va ser sobre follar o algo. —Comenzaba a levantar su voz, volviéndose más y más entusiasmado mientras se iba. Tom tomó una respiración profunda. Las letras seguramente no eran las mejores, pero no eran horribles. —Veré lo que puedo hacer. Además, no es que la canción será lanzada como un sencillo, solo será una canción del álbum. —¡Estás perdiendo el punto! Estoy muy viejo para estar cantando sobre mierda adolescente —Golpeó su puño en el escritorio de Tom—. ¡Arregla esto o no hay álbum! —Antes de que Tom pudiera responder, salió de su oficina y lanzó la puerta. Permanecía de pie esperando el ascensor, se sentía como que nunca llegaría. La impaciencia se apoderó, y presionó el botón repetidamente como si por algún milagro haría que este llegara mucho másrápido. Cuando las puertas se abrieron, se apresuró, sin esperar que los ocupantes bajaran primero, ignorando las miradas que obtuvo. Finalmente el elevador se vació, e iba camino a la planta baja. Mientras se metía en el coche alquilado que le esperaba, su teléfono sonó. A pesar de que vio que era el número de su madre, contestó el teléfono. —Parker querido, ¿cómo estás? —preguntó dulcemente. —Estoy bien mamá —dijo un poco pronto. Ella siempre esperaba tanta formalidad, lo cual no se ajustaba a su imagen de roquero—. ¿A qué debo el placer de tu llamada? —Quería recordarte que te comprometiste a salir con la sobrina de Janet Reynold esta noche. Es nueva en la ciudad, así que muéstrale un poco de ella. Pero se bueno, y cuida tus modales... y que Dios me ayude si me entero de que fuiste grosero o la heriste de alguna manera... —¡Lo sé madre! —Detuvo su diatriba—. Relájate, la llevaré a salir y seré el joven correcto. —Puso los ojos en blanco.

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—Más te vale. Recógela a las 8:00, te enviaré un correo electrónico con su dirección. He hecho reservas para ustedes en este nuevo restaurante llamado The TigerLily. Tienen el mejor Coq Au Vin1... Fui allí la semana pasada con Manda Powers, era la primera vez que había estado allí, y déjame decirte que no será la última. Pero pedí el Coq Au Vin y ella la langosta... mmm, ambos eran absolutamente deleitables. Y el postre, oh el postre... —Me hago la idea. —Oh. Bueno, está bien. De todos modos, iba a preguntarte, antes de que tan groseramente me interrumpieras, si tendrías el dinero suficiente para pagar por los dos. Este restaurante tiende a ser un poco caro, y sería absurdo pedirle a ella pagar por su cuenta —disminuyó el tono de su voz. —¡Madre! Mi último álbum fue doble platino. Creo que puedo pagar más que un par de cenas. —Se mordió a su vez. Nunca vería lo exitoso y famoso que era porque llevaba anteojeras cuando se trataba de su carrera como cantante. Ella era de una familia adinerada, y nada de lo que él hiciera se podría comparar con los ideales con los cuales se crió. —Ves Parker, eso es exactamente la mala educación que no permitiré que le muestres esta noche —señaló. —Me disculpo, madre —dijo con los dientes apretados—. ¿Cuál es su nombre? —Su nombre es Melinda Sue Reynolds. Y es de un pueblo muy pequeño, así que asegúrate de no hacer nada para asustarla —reprendió. Su madre se encontraba más preocupada por su reputación que otra cosa. —¿Madre? Te estoy perdiendo... Estoy pasando por un túnel... voy a hablar contigo más tarde —dijo, silbó para crear interferencias falsas. Cerró su teléfono y negó con la cabeza. Esto no era lo necesitaba hoy. *** Las ocho en punto vinieron mucho más rápido de lo que Parker había esperado. Aún meditaba sobre las opciones de canciones y el encuentro con su manager mientras se preparaba para recoger a Melinda. Justo antes de que llamara a su puerta, dijo una rápida oración. —Por favor, señor, no me des una razón para asesinar a mi madre sobre esto. —Levantó su mano y golpeó los nudillos contra la puerta.

Se trata de un estofado de pollo en el cual se añade una gran cantidad de vino.

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Un minuto después, la puerta se abrió y una preciosa morena le sonreía. —Hola, debes ser Parker. Soy una gran admiradora. —Le tendió la mano. Parker le disparó una sonrisa deslumbrante mientras tomaba su mano y la llevaba a su boca para un suave beso. —Y tú debes ser Melinda Sue. Estoy encantado de conocerte y un poco aliviado de que no seas una cosa horrible. —Le guiñó uno de sus cristalinos ojos azules. —En realidad soy la compañera de Melinda Sue, Jenny. Ella saldrá en un minuto. —Lo dejó en el apartamento y le mostró el sofá, así podría sentarse mientras esperaba que Melinda Sue estuviera lista. —Realmente espero tu nuevo álbum. Ya tengo los otros dos. Parker se estremeció ligeramente. Solo deseaba estar ansioso por su nuevo álbum. Antes de que pudiera responder, una rubia delgada avanzó a brincos dentro de la sala de estar. —¡Dios mío! ¡Esto es muy emocionante, conocer a una verdadera super estrella! —dijo la mujer en voz alta con un acento sureño—. Soy Melinda Sue —dijo, extendiendo su mano para sacudir la suya con entusiasmo. —Soy Parker. Encantado de conocerte. —Se puso de pie—. Si estás lista, tenemos reservas para la cena a la que no deberíamos llegar tarde. —Bueno, ¡YEE—HAW! ¡Vamos! —gritó—. ¿Me llevarás a un lugar de lujo? Volvió a mirar a Jenny y se estremeció. Ella pronunció una disculpa con un gesto mientras caminaban hacia la puerta. —No estoy muy seguro, nunca he estado allí antes —explicó sobre el restaurante. Salieron y subieron al coche que los esperaba para llevarlos al restaurante. Tomaron su tiempo para llegar, pasando por diferentes puntos de referencia en el camino para que pudiera decirle a su madre que le enseñó un poco. Todo el tiempo, Melinda Sue charlaba, fuerte y emocionada, dándole a Parker un asesino dolor de cabeza. Una vez en el restaurante, tuvo la esperanza de que se calmaría, al menos,un poco. Cuanto más fuerte hablaba, más silencioso se volvía, con la esperanza de que captaría la indirecta. Las personas que cenaban en las mesas alrededor seguían echándole ojeadas y mirando a la ruidosa mujer, para su gran consternación.

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—¡Guao! ¡Eres muy famoso! Todo el mundo sigue mirándote —dijo ella. —Algo por el estilo —murmuró. Su día no podía ser peor. *** —Oiga, jefa, lamento molestarla, pero hay una mujer muy ruidosa y desagradable por ahí, habla tan fuerte que está molestando a los clientes en las otras mesas —le informó Leo, uno de sus mejores camareros—. ¿Qué le gustaría que hiciera? Isabella continuó empanando el pollo mientras pensaba en el dilema. —Bueno, tienes que ser muy diplomático al respecto con el fin de no ofenderla. Ofréceles la mesa junto a la chimenea. Está un poco más lejos del camino, y debe haber menos gente a la cual molestar. Inventa algo acerca de que es más romántico o algo por el estilo. —Hizo una pausa y lo miró—. Pero, por favor, se muy suave, no queremos molestar a nadie. —Sí, señora. Puede confiar correctamente —dijo con una sonrisa.

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para

manejar

esto

—Sé que puedo. Además, ofréceles a las mesas a su alrededor una ronda gratis de bebidas, una vez que los muevas de ahí, con el fin de ayudar a compensar la interrupción de sus cenas. Leo asintió de nuevo y salió de la cocina. Se volvió hacia el pollo que preparaba, feliz de tener un buen personal en el cual confiar. *** —Señor, por favor, no tengo la intención de faltarle el respeto. Pensamos que podría estar más cómodo junto a la chimenea —trató de explicar Leo una vez que el caballero comenzó a levantar la voz. —¿Sabes quién soy? ¿Y estás tratando de ponerme en la parte trasera del restaurante donde se sientan los rechazados? —gritó Parker, sin importarle que causaba una escena más grande, que si solo se hubiera movido. Este día era uno de libros de récords, eso era seguro—. Me gustaría hablar con el gerente —dijo, levantándose y arrojando la servilleta de tela negra sobre la mesa. —Señor, por favor. Si acaba de tomar su asiento, iré a buscar al gerente, y podemos hacer todo esto pacíficamente —trató Leo de razonar. Parker miró al camarero y se dirigió a la cocina. Se estrelló contra las puertas giratorias, con Leo tras su espalda, tratando de razonar.

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—¿Quién está a cargo aquí ? —gritó, asustando al personal de la cocina y haciendo que todos lo miraran a los ojos. Isabella le susurró algo al chef de pie junto a ella, diciéndole lo que había que hacer para terminar el plato que preparaba. Avanzó hacia el hombre que acababa de interrumpir el santuario de su cocina. —Buenas noches, soy Isabella. Si hay un problema, podemos ir a mi oficina y lo discutiremos. —Hizo un gesto a un pasillo que conducía a su oficina. —He dicho que quiero hablar con la persona a cargo, no con un cocinero —declaró Parker, mirándola como si fuera estúpida. —Bueno, soy la dueña de este restaurante, así que eso me haría la persona a cargo —dijo, tratando de recordar que todavía era un cliente y obligándose a no sonar demasiado condescendiente. Parker se echó a reír con incredulidad. —Escuche señora, ¿está su marido aquí? Creo que esto está un poco fuera de su liga. Eso la puso sobre el borde. Cliente o no, no necesitaba a nadie menospreciándola, sobre todo no delante de sus empleados, a los que se exigía respeto. Se paró más alta, no dando marcha atrás a este hombre insultante. —¿No estás un poco viejo para amigos imaginarios? Te dije que soy la propietaria de este restaurante. Si hay un problema, manejaré la situación. —¿Sabes quién soy? —Se encontraba furioso. —Bueno, a partir de la forma en que está actuando, estoy asumiendo que es quien está sentado en la mesa con la mujer que nunca ha oído hablar a su "voz interior". —Isabella puso los ojos en blanco y cruzó los brazos sobre su pecho. —Señora, está jugando con la persona equivocada. Mi nombre es Parker Davidson, y puedo hacer quebrar su restaurante —amenazó. —Pues que bueno por usted, señor Davidson. Estoy sorprendida de que su ego cupiera en la puerta con usted cuando entró. —Lo miró—. Ahora creo que sería mejor si usted y su compañera dejaran mi restaurante antes de tener que llamar a los polis. —Señora, usted acaba de meterse con la persona equivocada — disparó hacia ella antes de irrumpir de nuevo las puertas de la cocina. Isabella dio la vuelta y se enfrentó a la cocina en silencio.

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—Bien, todos. De vuelta al trabajo, el espectáculo ha terminado. Dylan, asegúrate de que todas las mesas consigan una ronda gratis de bebidas por la interrupción. Leo, si estás atrapado en sus mesas, por favor, ven a verme en mi oficina. —Leo asintió y siguió a su jefe. *** —Vamos, vamos —agarró a Melinda Sue por el codo. —Pero ni siquiera hemos comido todavía. ¿Qué está pasando Parker? —Se sentía confundida. —¡Cállate! ¡Solo cállate! Por favor —Parker había perdido hace mucho tiempo su paciencia. Arrastró a Melinda Sue a la puerta y llamó a un taxi. —Aquí está su dirección, y aquí hay treinta dólares. Eso cubrirá más que el viaje, además de una buena propina por tener que escucharla. — Suavemente la empujó al taxi y cerró la puerta. Dio unos golpecitos en el techo y el taxi se puso en movimiento. Del mismo modo en que el taxi se alejó, su coche se detuvo. Se hundió en el asiento de atrás y ahogó la cabeza entre las manos. Todos se habían burlado de él en un día... la compañía discográfica, su manager, su madre, su cita, y la dueña del restaurante. Eso no era algo que se tomara a la ligera. *** —Leo, estoy segura de que manejaste todo correctamente, pero necesito saber qué se dijo ahí afuera. —Isabella se sentó en la silla detrás del escritorio y le indicó a Leo sentarse del otro lado. —Hice lo que me dijo. Les ofrecí la mesa junto a la chimenea, ya que era muy bonito, acogedor y más romántico. La mujer parecía muy agradecida, pero el hombre se ofendió demasiado. Me preguntó si sabía quién era él, y para ser sincero, parecía un poco familiar, pero la verdad es que no sabía quién era. —Hizo una pausa—. Espero no haber arruinado nada. —No, lo manejaste bien por lo que dices. Algunas personas tienen problemas de ira. —Se volvió hacia su computadora—. ¿Cuál dijo que era su nombre de nuevo? ¿Parker Davis? —Parker Davidson —la corrigió. Se detuvo en el buscador de Google y tecleó su nombre. Pulsó enter y se asombró por la cantidad de resultados aparecidos—. Oh —dijo mientras hacía clic en algunos de los enlaces—. Parece que el señor Davidson es un famoso cantante. —Miró a Leo—. Oh, bueno, conozco esta canción. Nunca supe quien la cantaba. —Comenzó a tararear la melodía de la canción.

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—Si hubiera sabido que era aquel famoso, la hubiera dejado manejarlo. Tal vez usted no lo habría arruinado tanto como yo lo hice — dijo Leo con pesar. —No, Leo, lo hiciste muy bien. Vamos a salir de esto, no te preocupes —lo tranquilizó, aunque secretamente esperaba que Parker Davidson no cumpliera sus amenazas, justo cuando el negocio se encontraba finalmente en auge.

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2 Traducido por Lauu Corregido por Sapphire

—Tate, ¿puedes conseguirme una Cosmo por favor? —Le pidió Isabella al camarero mientras se sentaba en uno de los taburetes. La muchedumbre de la cena se había reducido, y solo habían quedado unas pocas mesas, así que se alejó de la cocina. Se frotaba las sienes con la cabeza gacha cuando sintió que alguien se sentaba a su lado. —Una noche dura, ¿eh? —comentó Dylan. —Una de las peores. Estoy tan lista para que se acabe —gimió. Su Cosmose encontraba en frente de ella, y tomó una gran bocanada—. El hombre puede tener una mala disposición, pero sin dudas hace un trago estupendo —suspiró mientras le decía a Dylan después de que Tate se alejó. —¡Hola, perras! —Un hombre alto, de pelo oscuro y extravagante, entró en la zona del bar. —¡Hola Jase! ¿Qué estás haciendo aquí? —le preguntó Isabella a uno de sus mejores amigos mientras se acercaba para darle un abrazo. —Hola Mary. Tenía la esperanza de convencerte de salir conmigo esta agradable noche. —Le dio su mirada de cachorro. —Nunca entenderé... ¿Por qué la llamas Mary? —preguntó Dylan. —Porque él mismo es Mary —bromeó Isabella. —Ah, Dylly, ¿estás celoso de que tengo un apodo para ella y no para ti? Estaría encantado de inventarte un apodo también. —Jason meneó sus cejas seductoramente. —¡Uh, no! Gracias de todos modos —dijo Dylan, visiblemente servil. —Hmm, te lo pierdes —bromeó él—. Entonces, Mary, ¿cuál es el veredicto? ¿Vas a salir conmigo esta noche? —Cariño, tú saliste hace mucho tiempo. —Isabella se rió.

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—Sí, sí. Sabes lo que quiero decir. —Jason puso los ojos en blanco. —Jase, sabes que es jueves, y los jueves siempre voy a la lavandería durante toda la noche después del trabajo para hacer el lavado —dijo, recordándole su rutina. —Oh, eres tan aburrida. Mi rutina de esto, mi horario de esto — bromeó—. Vamos. ¿Definitivamente no tienes camisas negras o pantalones negros? —Bueno, no —respondió con honestidad. —¿Y qué con los calcetines negros? ¿Los sostenes? ¿Esa pequeña y linda tanga de ropa interior? —le incitó. —No, no y no —contestó ella, sabiendo que su excusa de tener que lavar la ropa fallaba—. Pero si no lo hago esta noche, va a desordenar toda mi agenda. —Buena señora mujer, olvida el maldito horario por una vez y suéltate —suplicó Jason. —Sabes, creo que todos podríamos necesitar una salida nocturna después de las cosas que hemos pasado esta noche —intentó Dylan—. Voy a ir si vas. Isabella miró a sus dos amigos y sus rostros miserables. —¡Ugh! Bien, voy a hacer mi lavandería cuando llegue a casa, así que no me quedaré fuera hasta demasiado tarde. —Claro.... —apaciguó Jason. *** Parker se desplazó a través de su directorio telefónico integrado en su teléfono celular. Seleccionó el número de su amigo Matt y pulsó enviar. Después de un par de timbres, el hombre respondió. —Amigo, necesito urgentemente una copa y un rápido revolcón, no necesariamente en ese orden. ¿Saldrás esta noche? —le preguntó a Matt. —Ya sabes, hombre. Cuenta conmigo —le dijo Matt. Hicieron arreglos para reunirse en un popular bar media hora más tarde. Parker corrió para cambiarse de ropa, seleccionado una camiseta de color gris oscuro de manga larga y una camiseta vintage de los Rolling Stones para poner sobre ella. Agarró sus jeans gastados favoritos, luego sus zapatos negros Doc Martens. En solo unos minutos, se encontraba listo para

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irse. Una parada rápida en el baño para comprobar su pelo y cepillarse los dientes y salió por la puerta. Matt encontró a Parker sentado en el bar, comenzando su segunda cerveza. —Iniciando sin mí, ya veo. —Amigo, te dije que realmente me encontraba necesitado. Mi madre me consiguió la peor cita a ciegas de mi vida —dijo con una sacudida de su cabeza. —Hombre, ¿dejaste que tu madre te preparara una cita a ciegas? — Matt rió. —Amigo, no tuve otra opción, sabes cómo es mi madre. Era una de las sobrinas de su amiga que se acaba de mudar a la ciudad, por lo que fui elegido para invitarla a salir —protestó Parker—. Me humilló por completo en un restaurante lleno de gente. Solo quiero olvidar que toda esta noche sucedió. —Oh hombre, ¿alguien te humilló? ¿Sabía quién eras? —Matt trató de contener la risa. —Sí, lo sabía, pero no lo hizo a propósito. Pero de todos modos, como he dicho, solo quiero olvidarlo. No quiero hablar de eso, no quiero pensar en ello —le dijo Parker. Hizo una seña al camarero y dos cervezas más fueron traídas—. Vamos, vamos a llegar a la zona VIP antes de que alguien me reconozca. *** Jason se fue con Isabella a su apartamento para que se duchara y cambiara. Mientras limpiaba su noche de trabajo fuera de su cuerpo, Jason fue a su armario para escoger su atuendo. Solo había un par de cosas ahí que no eran negras. —Cariño, tiene que dejar de trabajar mucho y tener una vida — pensó Jason para sí mientras revolvía las perchas—. Finalmente —pensó cuando vio los pantalones de cuero negro—. Son negros, pero son calientes. —Al lado de los pantalones, encontró con un top de color rojo que se vería muy bien en ella—. ¡Perfecto! Isabella se secó el pelo antes de salir del cuarto de baño, eligiendo dejarlo en su estado naturalmente ondulado, en cascada por su espalda. Se puso el suficiente maquillaje para resaltar el verde de sus ojos, junto con un toque de lápiz labial. Se preparó para entrar en la habitación y descubrir lo que Jason había elegido para que se pusiera. Sin duda, sería incómodo lo que sea que eligiera.

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—¡Chica, es mejor que apures a tu culo flaco! ¡Dylan estará aquí en cualquier momento! —le gritó Jason. —Estoy corriendo. Solo tengo que vestirme —dijo, caminando hacia la cama donde la ropa yacía—. Ah, Jase, ¿no hay algo más que pueda usar? —¡Perra, mejor te pones en eso y te callas —simuló amenazar. —Bien, pero para que lo sepas, es completamente en contra de mi buen juicio —gritó, yendo a la cómoda para sacar algo de ropa interior. Tomó su tanga negra típica, y se decidió por el sujetador sin tirantes. Un par de minutos más tarde, se encontraba toda vestida y lista para ir. Dylan llegó y todos se dirigieron a la barra, con Isabella quejándose todo el tiempo. —Bien, ahora me encontré con este tipo muy lindo esta mañana y me prometió meternos en la sala VIP. Dijo que iba a dejar mi nombre en la puerta —les informó Jason. —Oh, ¿así que nos arrastraste hasta aquí esta noche por un chico que conociste? Debería haberlo sabido. —Isabella sonrió. —Oye, solo porque no estás consiguiendo a nadie, no significa que el resto de nosotros no —le dijo Jason con actitud. —Un novio no encaja en mi agenda en este momento. —Isabella negó con la cabeza. —¿Quién habla de un novio? Solo tienes que echar un polvo. Casual... sin apego, solo satisfacción pura, cruda y sexual —le explicó Jason con lujo de detalles. Dylan rió. —Sí, claro. ¿Sabes cuánto tiempo he estado tratando de conseguir que haga eso? Parece pensar que el sexo es solo para las relaciones. Quiero decir, mierda, he estado tratando de darle eso desde el primer año en la universidad. Isabella le golpeó el brazo. —Oh cállate. ¡Tú no! Nunca haría nada para arruinar nuestra amistad. —Lo que tú digas, preciosa. —Dylan le guiñó un ojo. Jason se quedó quieto y observó, preguntándose si Dylan realmente tenía sentimientos por Isabella. Era muy claro que ella solo pensaba en él como un amigo, así que se sintió mal por Dylan si sus sentimientos eran más profundos.

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El grupo de tres se acercó al portero y Jason le dio al hombre grande su nombre. Efectivamente, se encontraba en la lista, y fueron escoltados rápidamente a la sección VIP. —Entonces, ¿quién es este tipo, y cómo consiguió ponerte en la lista VIP? —preguntó Isabella mientras se acercaban a la barra para pedir bebidas. —¡Todo lo que sé es que su nombre es Pablo, y que está tan bien! — dijo Jason—. Sabes que no soy del tipo de los detalles. Isabella sonrió y asintió. Tomó el chupito delante de ella y chocó los vasos de chupito en manos de sus amigos antes de tomárselo como una profesional. El líquido suave se deslizó por su garganta, calentando centímetro a centímetro a su paso. Revolviendo su dedo en el aire, hizo un gesto a la camarera para que les diera otra ronda. Después de la ronda siguiente, Isabella empezó a sentirse relajada. En una noche típica, tendría quizá una o dos bebidas, pero eso era todo. Era muy raro que tuviera más que eso, así que una vez que pasó ese umbral, el alcohol comenzó a afectarla mucho más rápido. El grupo tomó un trago más antes de salir del bar, con cerveza (de Dylan) y unos cosmos (de Bella y Jason) en la mano. Isabella se sintió muy bien cuando comenzó a moverse al ritmo de la música. —Creo que tenían razón, necesitaba esta noche —gritó a sus amigos a través de la música. —Bueno, apura el trago. Pretendo emborracharte completamente esta noche. —Jason se rió mientras miraba alrededor de la habitación, tratando de detectar a Paul. —¡No tanto... todavía tengo que lavar la ropa esta noche! —le recordó Isabella, sin darse cuenta del efecto que los tragos pronto tendrían en ella. —Claro, cariño —le apaciguó Jason cuando pidió otra ronda de bebidas a la camarera. Dylan se excusó del grupo cuando vio a un grupo de modelos fiesteando en el otro lado de la habitación. Había estado coqueteando con la mirada con una de las chicas, y pensó que era el momento perfecto para hacer su movimiento. Después de su próxima ronda de bebidas, Isabella empezaba a sentir los efectos del alcohol. Después de la siguiente ronda, se encontraba completamente destrozada. Vagó a la pista de baile, sintiendo como si el chupito estuviera llamándola por su nombre. Se sumergió inmediatamente en la multitud de bailarines, hasta que Jason no pudiera verla más.

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Cuando se dio la vuelta, se encontró cara a cara con el hombre que había estado buscando durante toda la noche. *** A la una y treinta, Parker se encontraba completamente destrozado, tal como había esperado. Los problemas del día fueron olvidados mientras movía su cuerpo sobre la pista de baile. Esto era exactamente lo que necesitaba, las consecuencias de la noche importaban una mierda. Miró a la mujer delante de él, moviendo su cuerpo contra el suyo. Hombre, claramente era caliente, y le recordaba a alguien, pero no podía dar en el clavo sobre quién era. Lo único que importaba era que lucía bien y se encontraba lista y dispuesta. Bajó sus manos a sus caderas revestidas de cuero y tiró su cuerpo más cerca de él, hasta que lo único que los separaba era dos finas capas de ropa. Se movieron juntos al ritmo de la música mientras esta latía en sus cuerpos. El calor se hacía insoportable mientras él movía su pelo a un lado y pasaba sus labios por su cuello. Sus labios se encontraron con su oído y le susurró, enviando un escalofrío a través de su cuerpo. —¿Qué tal si me dices tu nombre para que podamos salir de aquí? —susurró. —Bella. ¿Y tú? —preguntó. —Parker —le dijo—. ¿Tu casa o la mía? —¿Quién vive más cerca? —le preguntó ella y le dijo dónde vivía. —Tú. Tu casa —le dijo y tomó su mano y una botella de champagne, luego la arrastró fuera del club. Jason levantó la vista del apartado lugar donde se sentaba con Paul, justo a tiempo para ver a Isabella salir con un hombre. Satisfecho de que por fin iba a tener sexo, sonrió. —Oye Paul, ¿sabes quién es ese tipo con el que mi amiga está saliendo? —Ese es Parker Davidson. Es un buen tipo, un poco engreído, pero no le haría daño a nadie —respondió Paul, sabiendo que Jason trataba de asegurarse de que su amiga estuviera a salvo. —Gracias. Ahora, ¿dónde estábamos? —preguntó mientras volvían a su sitio de nuevo.

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*** Tan pronto como salieron del taxi, Parker hizo estallar el corcho de la botella de champán y tomó un largo trago de la botella. Arrastró a Isabella hasta la pared de su edificio y la besó largo y duro, antes de verter un poco del champaña en su boca y besarla de nuevo. —Creo que mejor subimos a tu apartamento antes de que nos arresten por exhibicionismo —le dijo, jugando con la cremallera de sus pantalones. Ella le agarró la mano, y esta vez, lo arrastró. Se fueron a su apartamento, y tan pronto como la puerta se cerró, las ropas salieron volando. Entre sus besos calientes y picantes, champán fluyó en sus bocas, manteniéndolos así en estado de embriaguez. Cuando la botella estuvo vacía, ella la tiró a un lado, casi rompiéndola. Guió a Parker al dormitorio, donde él la empujó sobre la cama. Ambos desnudos, él no perdió tiempo montándola. Mientras deslizaba su longitud dentro de ella, ambos suspiraron con satisfacción. Era solo el alivio de la tensión que ambos necesitaban, pero si hubieran estado sobrios, lo más probable es que no hubiera sucedido. Se movió dentro de ella, golpeado largo y duro, tensión construyéndose entre ellos. Antes de que él supiera lo que pasaba, Isabella se había zafado de él y lo empujaba para que estuviera de espaldas. Luego se colocó a horcajadas sobre él y continuó su acoplamiento, disfrutando tomar las riendas. Parker se mostró sorprendido por este movimiento, pero muy contento. Le encantaba cuando una mujer se hacía cargo y realmente le mostraba lo que quería y necesitaba. Mientras ella golpeaba su cuerpo contra el suyo, sintió su liberación viniendo. Él siguió muy por detrás de ella, y luego ambos se desvanecieron después de que ella salió de su cuerpo. Consumidos con satisfacción, y los efectos del alcohol, ninguno se despertaría en el corto plazo.

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3 Traducido por Meeny Corregido por Nyssa

¡Oh, no! Voy a vomitar. Fue el primer pensamiento coherente que pasó por la cabeza de Isabella a la mañana siguiente. Apartó las mantas y salió en una alocada carrera hacia el baño. Después de vaciar su estómago y sentirse un poco más estable, agarró la bata que colgaba detrás de la puerta del baño y caminó lentamente hacia su habitación. Era todo lo que podría hacer para ponerse correctamente la bata y amarrarla, dado que hacerlo requería un poco de concentración y su borrachera lo convertía en algo casi imposible. Al entrar nuevamente en su habitación la escena que yacía frente a ella la dejó impactada. ¡No volveré a beber! gritó en su cabeza mientras sus ojos vagaban por la espalda de un hombre tendido en su cama. La sábana cubría la parte baja de su cuerpo y su cabeza se encontraba prácticamente cubierta por una de las almohadas. La única cosa que era claramente visible era su bien definida espalda musculosa. Oh santo cielo, ¿qué hago? Esta es la razón exacta por la cual nunca tuve un encuentro de una sola noche antes, para evitar situaciones como esta —pensó en su martilleante cabeza—. …Bueno, entre otras razones. Dubitativamente, cruzó la habitación para llegar a la cama y le dio unos ligeros golpecitos con las yemas de los dedos al hombre en su hombro. Cuando no se movió, le sacudió el hombro con más fuerza. —Uh, ¿disculpe? —Podía sentir cómo enrojecía su rostro. No tenía ni idea cuál era el protocolo apropiado para la mañana después de. El hombre rodó lentamente, pulgada por pulgada, revelando los rasgos de su cara. Isabella jadeó y saltó hacia atrás, sintiendo como si se hubiese quemado. ¡No! ¡No puede ser! ¡No lo hice! ¡No lo hicimos! ¡No, no, no! —se reprendió a sí misma.

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Parker abrió los ojos lentamente y parpadeó un par de veces, intentando ajustarse a la luz, y quitarse el sueño de los ojos. Una vez que estuvieron finalmente abiertos, miró a la mujer de pie frente a él y su rostro se sorprendió al reconocerla. Negó con la cabeza y se frotó los ojos, esperando ver algo diferente cuando volviera a abrir los ojos. Al ver a la mujer de pie frente a él, salió de la cama de un salto en toda su desnuda gloria, sin molestarse en cubrir sus áreas sensitivas. —¡Oh, mierda! Eres aquella chica del restaurante —gruñó. Su mano agarró inmediatamente su palpitante cabeza. El rostro de Isabella se sonrojó más y apreció su cuerpo. ¡Contrólate! —Se abofeteó mentalmente y se cubrió los ojos para no verlo en su forma pura. —¿Crees que podrías alejar esa cosa? —preguntó amargamente, apuntando hacia su erección matutina. —Eso no era lo que me pedías anoche, dulzura —se mofó mientras salía de la habitación para buscar sus ropas. Caminó rápidamente por la sala y el recibidor, recolectando sus ropas y poniéndoselas apresuradamente. Isabella lo siguió afuera a la sala y se sentó en el sofá con un ruido sordo. Se agarró la cabeza entre las manos, intentando encontrarle sentido a la situación, aunque ningún pensamiento lógico podría explicar nunca lo que había pasado la noche anterior. Y ni siquiera terminé de hacer la colada —pensó con desdén. Parker murmuró para sí mientras se vestía. Isabella no pudo entender mucho de lo que decía, y no se encontraba segura de querer hacerlo. Era bastante obvio que su noche de sexo ardiente fue un error para ambos, algo de lo que ambos se arrepintieron instantáneamente a la luz del día. —No puedo creer que dormí contigo, de todas las personas en ese club anoche —dijo Parker secamente, más para él que para Isabella. Ella levantó la mirada para verlo a través de las manos que cubrían su rostro. —¿Crees que estoy feliz con esto? Creo que estoy más devastada que tú. Lo digo muy en serio. Mi primer encuentro de una noche y lo arruiné al acostarme con el tipo que me amenazó más temprano esa misma noche. —Oh, no te preocupes. Estoy seguro de que encontrarás una forma de usar esto en tu ventaja. Probablemente saldrás corriendo a los tabloides, solo para obtener un poco de publicidad para tu pequeño

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restaurante de mierda —dijo disgustado mientras terminaba de atarse los cordones de los zapatos. —Sí, claro. Como si quisiera que la gente supiera que bajé mis estándares al acostarme contigo —gruñó ella. Esta conversación la hacía sentirse peor. Podía sentir la bilis subiéndole por la garganta nuevamente—. Como sea… solo lárgate —le dijo, con la cabeza entre las manos nuevamente, sin fuerzas o energía para darle la mirada asesina que quería. —Un placer —dijo, dando un portazo al salir. Isabella hizo una mueca al escuchar el estruendo, y corrió al baño por otra ronda. Este iba a ser un largo día. *** Isabella se sentó en su oficina con una gran botella de Gatorade de uva y un paquete de galletas saladas. Había estado tomando ibuprofeno Advil todo el día, y finalmente empezaba a sentirse un poco humana nuevamente. Observó fijamente al teléfono cuando sonó, no quería hablar con nadie pero lo contestó de cualquier forma. —Buen día, Mary. —Jason arrastró las palabras en el teléfono con gran entusiasmo. —¡Tú, maldito imbécil! ¿Cómo pudiste emborracharme tanto y luego dejar que me fuera con ese hijo de puta? —le gritó a Jason. —Guau, ¿qué pasó? ¿Estás bien? —preguntó, empezando a preocuparse. Pensó que el sexo sería bueno para ella y la liberaría un poco. —Físicamente bien, mentalmente no tanto —dijo, entonces recordó que él no sabía nada de su explosión con Parker Davidson el día anterior—. Lo siento, no quería descargarme contigo, pero esa era la última persona con la que debería haber terminado anoche. —Isabella se disculpó y luego le contó la historia de lo que había pasado, empezando por Parker en su restaurante y terminando con él dando un portazo por la mañana. —¡Caramba! Si hubiera sabido, te habría perseguido y detenido —le dijo Jason con sinceridad—. Pero, la pregunta del día es, ¿el sexo valió la pena? Isabella se rió. ¿El sexo lo había valido? —Por lo que recuerdo, lo cual no es mucho, creo que fue bastante agradable.

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—Entonces no dejes que el conocimiento de saber con quién fue manche el buen sexo —le aconsejó Jason. Ella se echó a reír de nuevo. —Gracias, oh sabio. —Déjale a Jason ser capaz de poder animarla. —Entonces, ¿qué te parece? ¿Quieres salir de nuevo esta noche? — preguntó él rápidamente, sabiendo la respuesta incluso antes de que la dijera, pero imaginó que lo intentaría de todos modos. —No en tu vida, chico gay. Además, todavía tengo ropa que lavar, gracias a ti. Además, es viernes así que tengo que preparar mi pedido de ropa para la próxima semana. ¿Ves lo que pasa cuando te metes con el horario? Todo se atrasa. —Isabella se sentía un poco mejor respecto a sus escapadas, gracias a Jason. Debió haber sabido que la haría ver el lado bueno del trágico episodio—. Bueno, el furor de la cena empezará pronto, así que tienes que correr. Llámame a mi celular después y cuéntame todo lo que pasó con Paul. —Lo haré Mary. ¡Besos babosos! —dijo y colgó. Isabella sacudió la cabeza y se echó a reír, dirigiéndose a la cocina para ayudar. *** Más tarde esa noche, los chefs y ayudantes de cocina parecían tener todo bajo control, así que Isabella se dirigió al comedor para asegurarse de que todos sus clientes pasaban un buen rato. Revisó algunas mesas antes de dirigirse a una de las mejores mesas en la casa, que resultó tener a una de sus clientas frecuentes sentada con otras dos mujeres. —¡Sasha! ¡Qué bueno verte de nuevo! —dijo Isabella mientras se acercaba, inclinándose para darle a la mujer mayor un beso en la mejilla. —¡Bella! Qué agradable verte, querida. Por favor siéntate por un momento y conoce a alguna de mis más apreciadas amigas, ¿lo harías? —Sasha Winters le ofreció el asiento vacante a la dueña del restaurante. —Sería un placer, ¿siempre y cuando no esté importunando? —le preguntó a las otras dos mujeres y cuando obtuvo sus consentimientos, sacó la silla y se sentó. Le hizo señas al camarero para que les trajera otra ronda de bebidas, antes de volver su atención a las mujeres. —Isabella, me gustaría que se conozcas a Bunny y Manda, dos de mis amigas más antiguas y más queridas —presentó Sasha a las otras dos mujeres.

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—Encantada de conocerlas. Espero estén disfrutando la experiencia de cenar aquí —dijo Isabella sinceramente. —Oh, sí. En realidad, Manda y yo estábamos hablando con Sasha y le contamos acerca del maravilloso restaurante en el que habíamos comido la semana pasada, pensando que teníamos este pequeño delicioso secreto y no fue así, nos sorprendió cuando dijo que no solo sabía del lugar, sino que también conocía a la dueña —le dijo Bunny Davidson a Isabella como si esa fuera la historia más grandiosa del mundo—. Desde que comimos aquí la semana pasada, no he hecho más que hablarle sobre este lugar a todo el que esté dispuesto a escuchar. —Bueno, gracias. Me alegra que lo hayan disfrutado. Definitivamente le haré saber a mi equipo que estamos recibiendo muy buenos cumplidos. Después de todo, nada de esto sería posible sin ellos — dijo Isabella con una sonrisa genuina. El camarero trajo las bebidas a la mesa—. Por favor acepten esta ronda de tragos con mis agradecimientos. Sus postres también van por la casa esta noche —dijo, asegurándose de que el camarero también escuchara esa parte. —Eres muy amable —dijo Manda. —Ven señoras, les dije que sería perfecta para mi Thomas —le dijo Sasha a sus amigas, haciendo sonrojar a Isabella. —Isabella, Sasha nos dijo que eras soltera, ¿cómo es posible? ¿Debe haberse equivocado? —le preguntó Bunny. —Sasha no se equivocó, soy soltera, pero estoy casada con mi restaurante. Realmente no tengo el tiempo ni la energía para dedicarme a encontrar al Señor Indicado. E incluso si lo encuentro, pasaría tanto tiempo aquí que me temo que se sentiría desatendido. No hay muchos hombres dispuestos a compartir a su novia o esposa —explicó, como había hecho muchas veces antes. Bunny sonrió. —Creo que sería perfecta para mi hijo. También está muy ocupado, así que creo que entendería tus otros compromisos. —Bueno, tengo que concordar con Isabella, al menos en el caso de mi hijo Peter. Es muy consentido y quiere tener a su novia cerca todo el tiempo, me temo —les dijo Manda a las otras mujeres—. Todo un niño de mamá. —Se rió. —Entonces supongo que es entre nuestros hijos —le dijo Sasha a Bunny. —Esperen, esperen un minuto. —Isabella se rió—. Señoras ustedes son incorregibles. Nunca acepté nada.

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—Estarías cantando una melodía diferente si conocieras a mi hijo. Es lindo, exitoso, y adorable cuando quiere serlo —dijo Bunny, y le guiñó el ojo—. Todo lo que necesita es una buena mujer que lo ponga en su lugar, y creo que podrías ser esa mujer. Las mujeres en la mesa reían cuando Dylan se acercó a Isabella. Se agachó de manera que se encontraba más a su nivel antes de dirigirse a ellas. —Perdonen que las interrumpa damas, pero Bella, te necesitan en la cocina. —Les lanzó un guiño a las señoras y se alejó. —Oh, es una dulzura. También tiene nalgas firmes —dijo Manda cuando él se alejó, provocando otra ronda de risas en la mesa. —¿Ya le has atinado a eso? —le preguntó Sasha a Isabella, y cuando vio la mirada de asombro en el rostro de Bella, sonrió—. ¿No es eso lo que se dice estos días? A Isabella le dolió el costado de tanto reír. —Dylan es solo mi amigo y empleado. Nada más. Además, a él le va más del tipo modelo. Ahora, si ustedes señoras me disculpan, mejor vuelvo al trabajo. Fue un placer conocerlas a ambas y si en cualquier momento necesitan algo, solo pregunten por mí. Después que Isabella se fue, Sasha y Bunny mantuvieron el debate sobre cuál hijo sería un mejor partido para ella. Lo mantuvieron durante el postre y el viaje a casa. Cualquier mujer estaría feliz de tenerla como nuera, si solo pudieran poner en marcha a sus hijos para que la conocieran. *** Parker pasó la mayor parte del día en el estudio de grabación peleando con los ejecutivos de grabación sobre las letras de las canciones de su siguiente álbum. Trajo en su diario las letras que había escrito, esperando que tomaran algunas de sus canciones, en lugar de aquellas que intentaban emplear. Después de un montón de gritos, con unas cuantas amenazas lanzadas desde ambos lados, llegaron a un acuerdo. Solo una canción del álbum tendría las letras chiclosas, y usarían el material de Parker para reemplazar aquellas que habían desechado. Sintiéndose finalmente mejor respecto a la situación, fue capaz de ponerle la parte vocal a algunas de las pistas sobre las que ya habían acordado. Solo la ráfaga que sintió al estar frente al micrófono fue suficiente para mitigar la carga de con lo que había despertado antes por la mañana.

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Su resaca fue amainando gracias al subidón de adrenalina, y se sintió mejor de lo que se había sentido desde hacía tiempo. Si todo iba bien, sería capaz de sacar su álbum en apenas unos cuantos meses. Luego sería capaz de hacer un tour, y salir frente a sus fans, algo que no podía esperar por hacer. Le encantaba viajar, y le encantaba presentarse. Quedarse en un lugar durante mucho tiempo parecía que empezaba a molestarle. Era la única manera de poder explicar la debacle de la noche anterior. Las beer goggles2 eran una cosa, ¿pero dormir con alguien que despreciaba tanto? Era difícil entender cómo pudo haber sucedido. Todo lo que sabía era que su vida y su carrera parecían estar de vuelta en el camino y no había vuelta atrás nunca más. Lo que ocurrió en el pasado se encontraba destinado a permanecer allí y solo esperaba que Isabella no tratara de utilizar los medios para dañar su reputación para su propio beneficio. Lo había avergonzado una vez, y esperaba que no tratara de hacerlo nuevamente. A partir de ahora, iba a ser más inteligente respecto a con quién dormía, borracho o no.

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Fenómeno en el que el consumo de alcohol hace que personas físicamente poco atractivas parezcan hermosas. 2

4 Traducido por anaapauu, Zely Medel&Kariza Corregido por Elizabeth Scarhood

—Chicos, tienen que prestar atención a lo que están haciendo. Este es el tercer plato que tuve que detener de ser servido porque se ve como una mierda —espetó Isabella a su equipo de cocina—. ¡Todos llevan aquí tiempo suficiente para saber que platos como este son absolutamente inaceptables! —Señaló al plato de almejas casino 3 , después hizo un espectáculo vertiendo toda la cosa en el cubo de basura—. Empiecen otra vez, y no los hagan esperar para siempre. Dylan caminó la mitad del camino durante su diatriba. Miró al plato antes de que tirara el contenido y observó que si bien no había sido la mejor presentación que jamás hubiera visto, no era horriblemente espantoso como ella lo hizo sonar. Algo la tenía al borde últimamente, y Dylan no se encontraba seguro de que era. Nohabía sido ella misma por las últimas dos semanas, y sabía que tenía que ser algo grande porque parecía no haber dormido en por lo menos una semana. Su rostro se encontraba pálido y los círculos oscuros bajo sus ojos llegaron a ser habituales. Miró sobre el puesto de postres, donde se encontraba ocupada con un Baked Alaska 4 . Pudo ver el color rojo en su piel, empezando en su cuello y subiendo a su frente mientras se preparaba para gritar al pinche de cocina por algo más. Dylan corrió rápidamente y la agarro por su brazo, diciéndole a uno de los chicos que se hiciera cargo por un minuto. La arrastró dentro de su oficina y cerró la puerta detrás de ellos.

Es un plato de almejas cocinadas en su propia concha con pan rallado y panceta. Es un postre a base de helado, pudín de Navidad y cubierto de merengue .

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—No estoy tratando de decirte cómo manejar tu negocio, pero necesitas descansar un poco. Has estado sobre ellos bastante duro últimamente. —Miró como cruzaba la habitación y se sentaba en la silla detrás del escritorio. Se reclinó tanto como su silla podía permitir, y empezó a frotar sus sienes—.¿Hay algo mal? ¿Cualquier cosa que quieras hablar o en que pueda ayudarte? —preguntó, ahora como un preocupado amigo, más que un empleado o consejero empresarial. Isabella simplemente le miró sin expresión. —Sabes que espero perfección—dijo de forma aburrida. —Es más que eso, y lo sabes. ¿Qué está pasando? ¿Qué te está molestando? —le preguntó, empezando a preocuparse realmente. Se acercó a ella y se arrodilló a su lado, agarrando su mano en las suyas. Era justo lo que Isabella necesitaba para empujarla al borde. Su determinación suavizada, y se rompió. Las lágrimas vinieron a raudales bajando por sus mejillas, sin capacidad de detenerlas ni por todo el dinero del mundo. —No lo sé, Dylly—sollozó—. Sé que estoy siendo horrible, pero no puedo controlarlo. Es como si fuera una persona completamente diferente algunas veces, como si algo dentro de mí se rompiera, e incluso aunque sé que estoy siendo severa e irracional. No puedo detenerlo. Dylan agarró un pañuelo de papel de la caja en el escritorio y se lo entregó. Ella usó su mano libre para aplicar con toques en sus ojos y nariz. —Tengo miedo, Dylan. ¿Qué si me estoy volviendo loca? ¿Qué si estoy empezando a ser esquizofrénica o algo? No quiero ser conocida como la chica loca con múltiples personalidades—dijo con una seriedad que hizo su corazón doler por ella. Dylan tiró de Isabella en un apretado abrazo. —Shhh… cariño, no tienes múltiples personalidades. Debe haber algún tipo de explicación razonable para esto—la tranquilizó, frotando su espalda—. No me golpees, pero ¿tal vez es solo un muy mal caso de síndrome premenstrual? Isabella lo empujó lejos, bloqueó que él hubiera insinuado eso. La mirada en su cara era graciosísima también, y la hizo reír. Pensó sobre ello por un minuto. Ha pasado un tiempo desde su último ciclo, así que eso podría muy bien ser lo que era. No era el tipo de mujer que lleva un registro de algo así. Lo intentó cuando estudiaba en el instituto, pero era tan errático que se dio por vencida. Era un área de su vida que no era capaz de controlar y programar, por lo que intentó sacarlo de su mente y no prestar atención a ello.

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—Tal vez tienes razón. Es solo que nunca me he sentido de este modo antes. —Agarró otro pañuelo de papel y sonó su nariz. —Bueno, si esta no es la vista más atractiva que he visto nunca—se burlóDylan. Isabella lo golpeó, riendo. —Gracias, Dyl… por todo. Ya me siento mejor. Y gracias por hacerme sentir un poco menos loca. —Eh, ¿para qué son los amigos? —Besó su mejilla suavemente, ambos volviendo al trabajo. *** —Parker, cariño, ¿cuándo te vas a recorrer el país? —preguntó Bunny a su hijo cuando hablaba con él al teléfono. —Bueno, las fechas no están fijadas todavía porque el álbum no está terminado, pero más parece que en un mes y medio o dos meses. ¿Por qué? —preguntó, casi esperando no saber la respuesta. —Sé que odias cuando hago esto, pero hay una mujer absolutamente encantadora que quiero que conozcas. Creo que los dos serían perfectos uno para el otro, y no te preocupes, dirige un negocio exitoso y se mantiene un poco ocupada así que no se quejara sobre que estés tan ocupado—le dijo. —¡Mamá! ¿Recuerdas qué pasó la última vez que me enviaste a una cita? —preguntó, sin querer entrar en eso otra vez con ella sobre Melinda Sue. Tuvieron una discusión bastante explosiva dos días después de esa cita, su madre enfadada por cómo la trató, el hijo enojado de que la chica fuera tan desagradable. —Ya sabes, finalmente conocí a Melinda Sue, y mientras es más bien alta y sin pulir, es bastante agradable —tratóBunny de racionalizar. —¡Oh, vamos! —exclamó él. —De acuerdo, bien. Fue irritante sin fin. Pido disculpas. Nunca tuve la oportunidad de conocerla y simplemente me guié de lo que dijeron sobre ella—explicó Bunny—. Pero he conocido a la mujer que quiero para ti. Es muy refinada, inteligente, hermosa y ¿he mencionado exitosa? —Sí, mamá. Has mencionado eso. —Parker rodó sus ojos, y aunque su madre no podía verlo, sabía que lo había hecho—. Escucha, ahora mismo no es buen momento. Estoy muy ocupado grabando, después necesitaré

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prepararme para el tour. Si todavía estás decidida en que la conozca cuando regrese, entonces puedes prepararme algo para entonces. ¿De acuerdo? Bunny tomó su turno para rodar sus ojos. —Claro, cariño. —Lo que sea, pensó—. Ahora dime señor Roquero, ¿estás demasiado ocupado para encontrarte con tu vieja madre para cenar la semana que viene? Ha pasado bastante tiempo desde que te he visto. —¡No hay forma en el infierno que voy a dejar a Sasha ganar a esta chica!Pensó para sí misma con una sonrisa. —Creo que puedo tener un poco de tiempo —añadióél. —Bien, te buscaré el próximo jueves a las siete y media. Y por favor, viste bien. No quiero que parezca que acabo de recogerte de la calle — reprendió Bunny antes de colgar. Se saldría con la suya, de una forma u otra. *** Lunes, Isabella aún no se sentía nada mejor, por lo que se encontraba sentada en el despacho del doctor sosteniendo la mano de Dylan y esperando a ser llamada. Incluso cuando pensaba que había algo mal con su salud mental, Dylan la convenció de ver a su médico de familia antes que saltar a un psiquiatra. Él simplemente no podía ver algo tan mal con Isabella y pensaba que tenía que haber una explicación razonable para su comportamiento reciente. Cuando la enfermera vino para buscarla, Bella se levantó, la mano de Dylan todavía en un apretón de muerte. —Isa, vas a necesitar dejar mi mano, cielo. Está como pegada —bromeóDylan. —No, tienes que venir conmigo. No puedo hacerlo sola—le dijo. Él lo pensó por un minuto. Lo que fuera que se hallara mal con ella era algo privado, pero posiblemente le contaría lo que estuviera mal de todas formas, así que ¿por qué no ir allí y sostener su mando mientras esperaba? Se levantó de la silla, y los dos siguieron a la enfermera a la pequeña habitación de examen, donde tomó los signos vitales de Isabella y se fue.

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El médico eventualmente hizo su aparición, quince minutos más tarde. Isabella explicó sus síntomas, y preguntó si eso sonaba como que si tuviera un desorden de múltiple personalidad. El médico se rió, haciéndola sentirse aún peor, entonces le dijo que era más bien algo diferente. Sacó su sangre y le dijo que tenían que realizar algunas pruebas y la informarían estaría para el final del día. Aun sin sentirse mucho mejor, Isabella y Dylan dejaron el despacho del doctor y volvieron al trabajo. *** Por las cuatro en punto, Bella salía de su mente preguntándose por qué el médico no había llamado todavía. Iba a tener que salir de su oficina y dirigirse a la cocina pronto, así que oraba para que él la llamara. A las cuatro quince, Dylan tocó en la puerta de su oficina. —¿Ninguna palabra todavía? —preguntó mientras asomaba su cabeza. Isabella sacudió su cabeza. —No, nada. ¿Quieres entrar y esperar conmigo? He estado jugando este divertido juego…¿Qué tan lejos hacia abajo puedo morder mis uñas hasta que la matriz sangre?—Se río sarcásticamente. —¿Tan mal, eh? —preguntó, sonriendo simpáticamente. —Peor. —Sacudió su cabeza. Otro golpe en su puerta la hizo saltar fuera de su silla. —Lo siento Jefa, pero el producto acaba de llegar y necesito que lo revises y firmes por ello—le dijo Carter, su sous chef. Isabella asintió. Los llamó la semana anterior y explotó por teléfono diciendo que no recibió todo lo que ordenó. Ellos concertaron un acuerdo que de ahora en adelante, era la única autorizada para aceptar sus envíos, verificando que lo que recibió fue lo que ordenó. —Si mi teléfono suena, contéstalo. Solo será un minuto. Tan pronto Isabella salió por la puerta su teléfono sonó. Dylan salió corriendo a buscarla, pero ella ya se encontraba absorta con el tipo de los productos, así que corrió de regreso y contestó. —TheTigreLily, oficina de Isabella Violi—respondió profesionalmente, por si acaso.

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—Buenas tardes, esta es la oficina del doctor Rush llamando a la Señorita Violi —habló la mujer a través del teléfono. —Lo siento, ella justo se alejó de su escritorio por un momento. ¿Puede esperar? —preguntó él. —De hecho, tengo otros pacientes a los que necesito llamar. ¿Es su esposo? —preguntó la enfermera. —La señorita Violi no es casada. Aunque soy su contacto de emergencia—le dijo a la mujer, recordando que puso el nombre de Dylan en las formas. —Bueno, no debería estar haciendo esto, pero realmente tengo una tonelada de otras personas que llamar, ¿Así que puedo dejarle un mensaje con usted? —preguntó la enfermera. —Seguro—le dijoDylan. Tomó pluma y papel para escribir todo lo que la enfermera le dijera. —Por favor dígale a la señorita Violi que felicidades por su embarazo. El doctor Rush dijo que necesitará hacer una designación con su opción de ginecólogo dentro del próximo mes. Por los resultados de su prueba parece que ya está en su primer trimestre—dijo la enfermera. Dylan se hallaba en shock. —Lo siento, creo que no le escuché correctamente. ¿Está embarazada? —Sí señor. Es lo que los resultados de las pruebas dicen. Por favor asegúrese de darle este mensaje y dígale que llame si tiene alguna pregunta—dijo la enfermera e inmediatamente colgó. Dylan permaneció ahí en shock, el teléfono todavía en su mano, hasta que Isabella llegó unos minutos después. Cuando vio la mirada en su rostro, su estómago se redujo y se sentía como si estuviera a punto de vomitar. ―¿Dylan? ¿Qué es? ¿Es serio? ―preguntó mientras lágrimas picaban en sus ojos. Escuchando su voz, salió de su estupor. ―Bien, eso depende en como lo veas―dijo, tratando de formular en su cabeza como se lo iba a decir. Isabella se sentó rápidamente en la silla más cercana antes de que sus piernas cedieran. ―Solo dime―susurró. Dylan fue hasta ella y se arrodilló a su lado.

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―Bella cariño, serás mamá. Estás embarazada. Los ojos de Isabella se dispararon y lo miraron a la cara. Lo miró por un minuto antes de reventar en carcajadas. ―Oh dios, me tenías por un minuto. Pensé que era enserio. Dylan puso su mano en el hombro de ella, y le dio una sonrisa con los labios apretados, sacudiendo la cabeza. ―Es enserio. ―Ella inmediatamente paró de reír y lo miró inquisitivamente. Él inclinó su cabeza, sus ojos llenos de cuidado y preocupación. ―¡Oh dios! ¡No puedo estar embarazada! ¡No tengo… oh, no, tengo! ―Su mano voló hasta su boca, recordando la noche con Parker―. Esto no puede estar pasando―murmuró con incredulidad. ―Lo siento cariño, pero solo piensa, pudo haber sido peor. Podría haber sido esa mierda de personalidad múltiple.―Trató de racionalizar. ―No estoy tan segura sobre eso. ―Miró alrededor de su oficina, entonces paró abruptamente―. Necesito ir a casa. ¿Puedes manejar el restaurante esta noche? ―Claro, lo que sea que necesites ―le dijo―. ¿Quieres que me detenga por tu casa después de cerrar esta noche? ―Gracias, pero no. Solo necesito estar sola ahora―le dijo, agradecida por su amistad. ―Llama si necesitas algo… No importa que―dijo y besósu mejilla. ―Gracias, lo haré —prometió. *** Isabella fue del trabajo a su casa esa noche, se arrastró directo a su cama. Se sentó allí llorando por horas. Llorando por su futuro, por el futuro de su bebé. ¿Qué tipo de madre sería? ¿Y Parker… donde iba a jugar en todo esto? Cometieron un gran error, y se encontraba segura de que esto no era lo que él quería de una ebria aventura de una noche. ¿Debería siquiera decirle? ¿Prefería que no supiera a tener que enfrentar el rechazo del padre de su hijo? Todo se hallaba en el aire ahora. ¿Podría su negocio mantener su éxito si tenía que compartir su tiempo entre el restaurante y un bebé? Y encima de eso ¿Tendría la energía de hacer ambas cosas?

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No se movió de la cama hasta la mañana del miércoles. Había jugado todos los escenarios en su cabeza, tratando de averiguar qué hacer. El aborto ni siquiera fue considerado, no importa lo imprevisto que fuera este embarazo. Pero en las treinta y siete horas que en las que estuvo allí pensando, lo único que sabía con certeza era que iba a hacer lo mejor para la situación en la que se encontraba. Todavía no había decidido si decirle a Parker o no, e incluso si quisiera, no tenía idea de cómo ponerse en contacto con él. Solo tendría que cruzar ese puente cuando llegara a el… si es que iba hacia el. Esa noche en el trabajo, Dylan mantuvo una estrecha vigilancia sobre ella, asegurándose de que no se presionaba demasiado duro físicamente. Además buscó asegurarse que también estuviera emocionalmente bien, y se encontraba convencido de que parecía estar aceptando su embarazo. *** ―Madre, no sé porque tientes que recogerme. Podría solo verte en el restaurante―le dijo Parker a Bunny una vez que el auto entró a la ciudad. ―Sabes querido, la mayoría de los hombres jóvenes saludan a su madre con un “Buenas tardes madre, ¿cómo lo estás haciendo?” Sé que te he enseñado mejores modales que esos―le dijo con una pisca de desaprobación en su voz. ―Lo siento madre. ¿Cómo estás? ―preguntó agachándose y besándola en la mejilla. ―He estado bien, gracias. Me he mantenido ocupada, cenando con las chicas, lecciones de tenis, golf, mis caridades. Mi calendario social está completamente lleno justo ahora―le dijo, brillando con satisfacción. ―Bueno, estoy contento de ver que la edad adulta no te está tirando abajo. La mayoría de las viudas tienden a dejarse ir después de que su esposo muere―le comentó a su madre, sabiendo que solo tomaría como ofensa la parte de la edad. ―Parker Andrew Davidson. ¡Deberías saber que solo tengo cincuenta! Tengo plenamente algunos años más hasta que me golpee la “edad vieja” ―protestó. ―Mama, tienes cincuenta y tres. No lo niegues. ―Se rió. ―Lo que sea cincuenta es suficientemente cerca―sonrió.

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No mucho después, estacionaron fuera del restaurante. Parker miró al dosel arriba de su cabeza y vio el elegante signo de caligrafía proclamándoles estar en The TigerLily. Gruñó. ―Oh, madre. ¿No podrías haber escogido un restaurante diferente? ―Solo estoy fascinada con este lugar. Tienen la mejor comida, y tan increíble atmósfera. Deberías pensar que tienes que cumplir mis deseos. No estaré alrededor por siempre, sabes―apunto afuera. Parker sacudió su cabeza. ―Estoy seguro de que me habré ido mucho antes que tú―le dijo a su madre mientras la dejaba entrar al restaurante. Se alegraba de haberse puesto presentable. No creía que hubiera mucha oportunidad de ver a la propietaria, pero solo por si acaso, quería verse lo suficientemente bien para hacerla babear. Sus comidas fueron y vinieron sin contratiempos, compartiendo plácidamente y conversando para pasar el tiempo. Cuando vino el postre, Bunny hizo algo que hizo que el corazón de Parker saltara a su garganta. Antes de que el mesero pudiera irse, puso su mano en su brazo y pregunto si Isabella se hallaba disponible. Él fue a buscarla, dejando a Bunny complacida y a Parker muy mortificado. *** ―Oye, Jefe, hay una mujer afuera que está preguntando por ti, mesa veintitrés―le dijo uno de los meseros a Isabella cuando fue a la cocina. ―¿Hay algún problema? ―preguntó. Le gustaba antemano si iba a caminar dentro de un nido de avispas.

saber

de

―No lo creo. Creo que solo quería decir hola―le dijo, después desapareció dentro del cuarto de comida. Bella se sacó su delantal negro y lo dejó en el mostrador cerca de la puerta, después se lavó y secó sus manos. Se revisó en el espejo para asegurarse de que se encontraba presentable antes de ir al área de comer. Miró sobre la mesa veintitrés una vez que entró y vio una de las mujeres que conoció hace unas semanas. Ha estado viniendo al menos una vez a la semana desde entonces, y se aseguraba de decir hola cada vez que se hallaba ahí. Había también un hombre sentado en la mesa con ella, pero todo lo que podía ver era la parte de atrás de la cabeza del

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hombre. Usualmente venía con sus amigas mujeres, así que se sentía intrigada. ―Bunny, ¿cómo estás? ―preguntó Isabella cuando se acercaba a la mesa. Se agachó y besó la mejilla de la mujer mayor. ―Estoy genial. Teniendo una maravillosa cena con mi hijo. ―Apuntó al hombre sentado en la mesa con ella, escudando su cara con su mano―. Isabella, este es mi actualmente rudo hijo, Parker. Parker, esta es Isabella. ―Sacudió su mano lejos de su cara, provocando que Bella se quedara sin aliento. ―Ya nos conocíamos Madre ―hablóParker suavemente mientras Isabella solo permanecía de pie ahí con la boca abierta. ―¡Oh, Maravilloso! Creo que ustedes dos se volvieron famosos―dijo Bunny, aplaudiendo son sus manos enfrente de ella con emoción―. ¿Estás bien querida? ―le preguntó a Bella, viendo su cara pálida. Isabella asintió después de un minuto. ―Um, Parker, puedo hablar contigo en mi oficina por un minuto. ―preguntó suavemente. No se sentía segura de lo que iba a decir, pero el destino lo había obviamente traído a comer a su restaurante por alguna razón. Él asintió, y dejó su servilleta en la mesa mientras se levantaba y la seguía por detrás. Bunny fue dejada en la mesa para crear cientos de diferentes escenarios sobre qué es lo que pasaba entre esos dos. Todos ellos terminaban con Bella siendo su nuera y la madre de sus nietos. Se encontraba complacida con eso. *** Una vez que la puerta se cerró, Parker fue rápido en saltar a lo importante. ―¿Qué es lo que buscas? No tengo toda la noche. ―Deberías sentarte para esto. ―Ella se movió a una silla. —Creo que seguiré de pie ―le dijo desafiante. ―Bien, no digas que no le lo advertí. ―Tomó una respiración profunda―. Parker, estoy embarazada y es tu hijo... —dejó salir. Parker la miró con una ceja levantada.

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―Oh, ¿de verdad? ¿Esperas que me crea eso? ―le preguntó―. Debería de haber sabido qué harías algo para tratar de arruinarme. ¿Cuánto es lo que quieres? ―¿Disculpa? ―preguntó, sin entender de lo que él le hablaba. ―Cuanto quieres para mantenerte sin ir al público con “mi hijo”. ¿Sabes cuántos de ellos de hecho son míos? Ninguno de ellos eran míos, todosun chantaje para tener dinero de mí―riñó, su enojo saliendo. ―Bueno, eres el único con el que estado en realmente un tiempo, y estoy segura de que eso no fue una concepción inmaculada, así que eso nos deja solo una conclusión―argumentó. ―Sí, correcto. Tuvimos una noche casual, ¿y esperas que crea que soy el único con el que has estado en un tiempo? Vamos, di la verdad. Apuesto a que vas a bares todo el tiempo, tomas a un chico, van a casa y sacuden sus cerebros, eres una pequeña zorra, ¿verdad? ―se mofó. ―Jodete. Te dije que era la primera vez que tuve una noche casual. ―Podía sentir las lágrimas saltando a sus ojos. ―Sí, y nunca he escuchado eso antes. Sé original. Es la misma vieja historia que escucho todo el tiempo. Y si incluso estas embarazada, no es mío. Así que olvídate de toda la cosa de la extorción―le dijo y caminó fuera de su oficina, azotando la puerta. Una vez que se fue Isabella dejó caer las lágrimas. *** Parker caminó de regreso a la mesa donde su madre se encontraba sentada, intentando controlar su temperamento con cada paso que daba. Esa mujer seguro tuvo el descaro de acusarlo de algo tan ridículo. ―Vámonos madre―dijo más cruelmente de lo que intentaba, una vez que regresó a su mesa. ―¿Qué pasó? ―preguntóBunny, confundida del porqué su hijo se encontraba de tan mal humor. ―Algunas personas solo no son lo que pretenden ser―le dijo crípticamente y dejó el restaurante.

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5 Traducido por Fiioreee, fmaryd, Lipi-Lipi&July Styles Tate Corregido por Elizabeth Scarhood

Las siguientes dos semanas fueron duras con Parker. El embarazo de Isabella siempre se hallaba en el fondo de su mente, y se preguntó si realmente era suyo. De todo lo que su madre dijo sobre ella la noche en que fueron a The TigreLily, parecía ser una mujer muy buena. ¿Realmente mentiría sobre algo así como un embarazo? Parker negó. Por supuesto que lo haría. Habíaaprendido a través de su carrera que la gente no siempre era tan honorable como aparentaban ser. Pero aun así, había algo en esta mujer que solo le ponía a pensar. Claro, era posible que fuera el padre. No recordaba el uso del condón esa noche, pero por otra parte, se hallaba tan fuera de sí que podría haber follado un agujero en la pared y no conocería la diferencia. Además, tuvo relaciones sexuales sin condón antes, y la mujer nunca se quedó embarazada. No es que eso sucedía muy a menudo, pero hubo un par de veces en las que fue tomado por sorpresa y era “demasiado tarde en el momento” para volver atrás. Se echó a reír. ¿Él, un padre? Eso era un pensamiento aterrador. No tuvo el mejor ejemplo de un padre mientras crecía. Su propio padre se preocupaba más por su carrera para estar mucho alrededor, y cuando iba, parecía que Parker era más un inconveniente que un hijo. Se rió de nuevo, parece que heredó algo de su padre, su apetito por el éxito. ¿Y si tenía un hijo? No se encontraba en la etapa de su vida en la que se hallaba listo para sentar cabeza todavía. Aún tenía mucho que ver, mucho que hacer y mucho por conquistar. No iba a estar en casa muy a menudo, y no es justo que un niño tenga un padre a tiempo parcial. Eso, lo sabía. Así que su hijo se quedaría solo para ser criado por su madre, y si ella era algo como lo que le dijo su madre, también se encontraba muy preocupada por su profesión. Si no iba a casa muy a menudo, ¿dónde se quedaría el niño? ¿Para ser criados por un desconocido, una niñera para

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que le enseñara todo lo que su madre y su padre le deberían estar enseñando? Estuvo allí y eso lo llevó a un montón de decepciones durante su crecimiento. Suspiró y volvió sus pensamientos a la pista de música que se suponía que debía estar escuchando. No tenía sentido estar pensando en el niño de todos modos, si ella se hallaba realmente embarazada, ¿cuáles eran las posibilidades de que fuera suyo realmente? ―Sonaba muy bien―dijo Parker una vez que la canción terminó―. ¿Cuántas más nos quedan para grabar? ―Dos, quizá tres. Depende de qué tanto les guste a los ejecutivos de discográficas lo que tenemos hasta ahora―le dijo su gerente, Tom―. Probablemente terminaremos a finales de la próxima semana, entonces podemos tener hecha la edición y tener un álbum completo a finales de mes. ―¡Por fin! Se siente como que éste tomó para siempre para ser terminado ―gimió y miró su reloj―. Bien, me voy. Tengo que ir a casa y prepararme para mi cita de esta noche. ―Está bien, nos vemos mañana, muy temprano―le dijo Tom―. Y duerme un poco, ¡te ves como la mierda! Parker asintió mientras salía del estudio. Si pudiera dormir un poco, pero lo único que parecía hacer por la noche últimamente era tirar y girar, su mente corriendo salvaje. *** Isabella limpió sobre el inodoro por tercera vez en el día. Se sentía como si su enfermedad de la mañana nunca fuera a terminar. No podía esperar hasta el final de su primer trimestre, ya que leyó que la mayor parte de los malestares habrían desaparecido para entonces al menos para la mayoría de las mujeres. Hizo un buen trabajo en ocultar su embarazo hasta el momento. Las únicas personas que sabían eran Dylan y Jason, y por supuesto Parker. No es que él le creyera, pero al menos le dio la oportunidad de participar si quería estar. La reacción de Jason tenía precio cuando le dijo. Era la primera vez que se reía de su situación. ―Perra, no puedo creer que voy a ser tío―lo recordaba diciendo. Entonces escuchó su alto chillido agudo mientras dio una palmada. Fue bueno que alguien estuviera emocionado por su embarazo. Seguro Parker

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no, y el jurado seguía deliberando sobre si se encontraba emocionada por ello o no. Ella iba y venía sobre eso casi todos los días. Suspirando, se limpió la boca y volvió a su trabajo, haciendo voto de no pensar en la situación en el resto de la noche. *** Parker se acercó a la puerta donde estuvosolo una vez antes. Esta vez, cuando golpeó, sabía lo que iba a encontrar en el otro lado. Jenny, la compañera de habitación de Melinda Sue, abrió la puerta con un vestido negro sexy. ―Oye, ¡te ves muy bien! ¿Estás inclinándose para besarla en la mejilla.

lista?

―le

preguntóParker,

―Sí, vámonos antes de que Melinda Sue llegue a casa. Nunca voy a escuchar el final de esto, si te ve de nuevo. ―Jenny se rió y agarró su bolso. Enganchó su brazo con el de Parker, y los dos se dirigieron a las afueras de la ciudad donde el coche esperaba. ―Pensé en ir a The TigreLily a cenar esta noche. ¿Alguna vez has estado allí? ―le preguntó. Claro, era una locura para él tener una citaen el restaurante que es propiedad de la mujer que decía estar embarazada de su hijo, pero necesitaba hablar con Isabella. No quería aparecer por allí solo para hablar con ella, por lo que decidió que si se hallaba allí con una cita parecería más casual. Al menos, eso era lo que había pensado originalmente a las cuatro de la mañana. Entonces parecía como la idea perfecta. ―¡Oh, eso es impresionante! Nunca he estado allí, pero he querido ―dijo Jenny con entusiasmo―. Así que, sé que es una locura hablar de otras mujeres con las que has salido mientras estamos en una cita, pero tengo que saber ―dijo con una sonrisa―. He escuchado el lado de Melinda Sue de la cita, ahora dime el tuyo. ―Oh, Dios, esa es una noche que no quiero volver a vivir―le dijo, y pensó en su cabeza, “en más de un sentido”. Al ver que no iba a permitir la caída de tema, le dijo de la cita del infierno. En el momento en que terminó, sin necesidad de embellecer en cualquiera de los detalles horribles, ambos se reían de su desgracia. Se detuvieron frente al restaurante, y en tono de broma, se volvió hacia Jenny y dijo:

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—Recuerda usar tu voz interior ―burlándose de lo que Isabella dijo acerca de Melinda Sue. Ella puso los ojos, pero se compadeció y entendió exactamente de lo que la dueña del restaurante hablaba cuando hizo ese comentario. Se sentaron enseguida, en una de las mejores mesas en el lugar. Jenny parecía impresionada, pero Parker tenía la sensación de que su interés tenía más que ver con su nombre y su aspecto que con quién era como persona. Se acostumbró, aunque a veces le molestaba. La ventaja de ello, sin embargo, era que cuando él iba a una cita con una chica que solo se interesaba en su fama, inevitablemente terminaba en la cama al final de la noche. A lo largo de la cena, Jenny mantuvo el flujo de la conversación, hablando principalmente acerca de sí misma, mientras que Parker escaneaba constantemente el comedor en busca de la dueña. Para cuando les llegó el postre, todavía no la había visto, y empezaba a perder la esperanza. Jenny se hallaba demasiado ocupada diciéndole lo guapo que era como para darse cuenta de que no le prestaba atención. Cuando llegó la cuenta, Parker se encontraba dispuesto a darse por vencido y volver a casa sin tener la oportunidad de hablar con Isabella. Pero como tenía suerte, una mujer de aspecto muy cansado caminó a través de las puertas de la cocina y al comedor para comprobar en sus clientes, antes de que tirara la toalla. ―Por lo tanto, no fue una sorpresa cuando toda la clase mayor me votó reina de las fiestas ―hablaba y hablaba Jenny monótonamente. ―Discúlpame por un minuto ―interrumpió Parker y se levantó de su asiento, ni siquiera mirando a su cita. En cambio, sus ojos se enfocaban en la mujer que ha estado invadiendo sus pensamientos constantemente. Cruzó la habitación rápidamente antes de que tuviera la oportunidad de escapar. ―Bueno, gracias por el cumplido. Estoy muy contenta de que hayan disfrutado mucho la cena esta noche. Esperamos verlos pronto.―Isabella hablaba con los clientes de una de las mesas y no se dio cuenta de que alguien se encontraba detrás de ella hasta que sintió una mano en su codo. Brincó y se dio la vuelta, solo para mirar a los ojos a la persona que le estuvo ocasionando tanto dolor últimamente. ―Discúlpenos, por favor ―dijo educadamente a la mesa con la que estuvo hablando. Las cuatro personas en la mesa sonrieron, reconociéndolo. —¿Puedo hablar contigo en tu oficina por un minuto? ―le preguntó en voz baja.

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Isabella le dio una gran sonrisa falsa, con el fin de no verse grosera frente a sus clientes. ―Por supuesto ―le dijo y dirigió el camino. Una vez que estuvieron tras puertas cerradas, la sonrisa desapareció y fue reemplazada por una mirada asesina―. ¿Estás aquí para ofrecerme más dinero, tratando de anular cualquier vínculo parental? ―le escupió. Parker se frotó la frente. ―Fue un error de mi parte ofrecerte dinero, pero para mí es todo lo que las mujeres quieren ―le dijo y vio como se sentó en la silla detrás de su escritorio. Se veía más pálida desde la última vez que la vio, y las ojeras debajo de sus ojos eran inconfundibles. Tenía que carcajearse dado que él tenía un par que combinaban debajo de sus propios ojos―. Necesito saber a ciencia cierta si este niño es mío, y me encantaría creer en tu palabra, pero, por desgracia, la historia me ha demostrado que eso es una mala idea. ―Entonces, haremos una prueba de paternidad. Le pregunté a mi médico acerca de ello y me dijo que hay un nuevo procedimiento que se puede hacer en cualquier momento. Solo tienes que darles tu ADN―le dijo sin ninguna emoción. Se sentía agotada por todo el tema. ―Quiero hacerlo pronto. Necesito saber ―le dijo, queriendo que todas las preguntas en su mente se terminaran. ―Bien, nos vemos mañana en el consultorio del médico en la mañana. Que hagan la prueba y los resultados estarán en la siguiente semana ―le dijo. ―¿No los pueden tener antes de eso? ―preguntó, frustrado. Ella suspiró y sacudió la cabeza. No tenía la energía para pelear con él. ―Está bien, llegaré a tu departamento mañana a las nueve treinta e iremos al médico juntos ―le dijo y se dio la vuelta para irse. ―Eso no es necesa… ―empezó pero fue interrumpida por el portazo de la puerta de su oficina. *** Parker llevó de regreso a Jenny a su departamento después de salir del restaurante. Ella se encontraba sobre él, pero él no se encontraba de humor. Cuando el coche se detuvo, abrió la puerta y jaló su mano, tratando de sacarlo del coche.

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―¿No vas a subir? ―le preguntó cuándo no consiguió moverlo. ―No esta noche. Tengo que levantarme temprano mañana ―le dijo―. Tal vez en otra ocasión. ―¿Estás seguro? ―le preguntó, pasando su dedo por su pecho, tratando de parecer seductora. ―Estoy seguro. Tal vez te hable en algún momento ―le dijo, después de cerrar la puerta. Una aventura de una sola noche no era algo que necesitara en ese momento. A lo mejor ya que hubiese arreglado el desastre con Isabella estaría dispuesto, pero por ahora, solo no era prudente. *** Isabella caminaba rápidamente en su apartamento a la mañana siguiente. Miró el reloj y vio que decía nueve quince. No sabía por qué se encontraba nerviosa, sabía que Parker era el padre, pero por alguna razón no sepodía tranquilizar. Cuando el timbre sonó en su apartamento, saltó. Por el interfon, le dijo a Parker que bajaría enseguida. Dando un último vistazo en el espejo, se alisó el cabello y se aseguró de que no tenía lápiz labial en sus dientes. Una respiración más profunda, tomó su bolso y dejó la comodidad de su departamento. Parker la esperó en el lobby, viéndose casualmente sexy en sus pantalones deslavados y playera de rayas, camisa larga sobre una corta. Tenía que admitir, que esperaba que su hijo se pareciera a él. Era indudablemente atractivo, solo era su personalidad lo que dejaba mucho que desear. ―Buenos días. ¿Estás lista para esto? ―le preguntó, asimilando su apariencia. Llevaba unos pantalones y un suéter negro Ralph Lauren con un botón abotonado, con camisa blanca debajo. Si hubieran estado en diferentes circunstancias, podría haber estado interesado en ella. ―Tan lista como jamás lo estaré ―le dijo y se deslizó en el coche mientras él le abría la puerta. Una vez que ambos se encontraban adentro, se giró hacia él―.Así que ¿cómo estas sobrellevando todo esto? ―le preguntó de hecho preocupada. Parker se dio cuenta de que en serio se preocupaba por la pregunta, y se tomó un momento para responder. ―Bueno, no es como si esta fuera la primera vez que alguien ha dicho que era el padre de su bebé, pero es la primera vez que creo que es

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posible. No dejo de pensar en que sería un padre de mierda, y en cómo ni siquiera te conozco ―respondió con honestidad. ―En serio lamento mucho que todo esto haya sucedido. Créeme, si pudiera regresar en el tiempo y cambiar esa noche, lo haría ―le dijo, sintiéndose y oyéndose derrotada―. Si no quieres ser parte de la vida de tu hijo, no te voy a obligar. Pero al mismo tiempo, si quieres estar en su vida, eres más que bienvenido. Es tu decisión, y no te voy a presionar en una u otra dirección. Parker asintió. ―No sé cómo ser un padre ―admitió. ―Vas a aprender, si eso es lo que quieres, al igual que yo aprenderé a ser mamá ―le dijo tristemente. ―Pensé que todas las mujeres sabían cómo ser madres ―dijo, bromeando. ―En realidad no. No tenía planeado tener hijos, o al menos no en un tiempo. Mi madre murió cuando era muy joven, y solo tenía mi papá cerca. Él no sabía lo que hacía, así que tuve que criarme sola la mayor parte del tiempo. Siempre me preocupaba de que volviera a cometer los mismos errores que él y que en serio jodiera a mi hijo. Y ahora con mi restaurante estando tan lleno, me imaginé que ese era mi bebé, y me encontraba satisfecha con eso. Pero entonces pasó esto, así que tengo que averiguar cómo criar a un niño y evitar los errores de mi padre ―dijo, sin querer entrar en detalles, y esperando que no le preguntara. ―Yo era todo lo contrario ―le dijo―. Mi padre nunca estuvo. Fui criado por una niñera y por mi madre cuando no se hallaba demasiado ocupada con sus obras de caridad. Así que no tengo un ejemplo de padre que seguir. Isabella sonrió. ―Me encanta tu madre. Es una de mis mejores clientes. ―A lo mejor debes ponerla pronto en tu nómina, con toda la publicidad que hace para ti ―le dijo, riéndose de lo emocionada que se encontraba su madre con The TigerLily. Ambos sintieron que el coche se detuvo y se asomaron por la ventana para ver el consultorio del médico. ―Bueno, esto es ―le dijo ella. Él asintió y abrió la puerta, girándose para ayudarla a salir. La siguió por detrás mientras lo dirigía al consultorio de su ginecólogo. Mientras se

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registraba, él tomaba asiento. Regresó y se sentó junto a él, viendo como su rodilla rebotaba de arriba a abajo, solo demostrando lo nervioso que en verdad se encontraba. *** Después de las extracciones de ADN, Isabella y Parker regresaron al coche. ―¿Puedo comprarte el desayuno? ―preguntó, aun sin querer dejarla. Por alguna razón, era reconfortante estar con ella―. ¿A lo mejor podemos llegar a conocernos un poco mejor? Isabella pensó por un momento. Realmente tuvieron un comienzo irregular, tal vez esta era la oportunidad para el nuevo comienzo que necesitaban. ―Tengo una idea mejor. ¿Qué tal si me dejas hacerte el desayuno? Además me darías la oportunidad de abrir el restaurante. ―¿Estás segura de que puedas con todo ese trabajo? ―preguntó, sorprendiendo tanto a Isabella y a él mismo con su consideración. ―Sí, voy a estar bien. ―Sonrió. Parker dio al conductor la dirección del restaurante, y llegaron allí unos minutos más tarde. Isabella sacó sus llaves y abrió la puerta, encendiendo la luz cuando entraron. La siguió a la cocina, el lugar donde se encontraron la primera vez. Una vez allí, miró a su alrededor, algo que no hizo aquella vez. Se impresionó con lo que vio, a pesar de que no tenía ni idea lo que realmente miraba. Pero, se hallaba impecablemente limpio, y era sin duda importante para él. ―Así que,¿cuál es tu estado de ánimo? ―le preguntó, dirigiéndose al refrigerador. ―Soy bastante fácil. Sorprenderme―gritoél, lo suficientemente alto para que lo oyera. Isabella salió de la nevera con sus manos llenas de ingredientes. ―Realmente no somos el tipo de restaurante de desayuno, así que tendrás que conformarse con lo que tenemos―le dijo en tono de disculpa. ―Estoy seguro que sea lo que sea que hagas estará muy bien―dijo amablemente. Se sentaron en silencio por unos pocos minutos, él

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observándola juntar los ingredientes―.¿Podemos empezar de nuevo? ―le preguntó, sabiendo que necesitaban romper la tensión de alguna manera. Isabella alzó la vista con una mirada de sorpresa en su cara. Era una persona completamente diferente a la que se encontró por primera vez. Quizás era simplemente una primera mala impresión y, en segundo lugar, y en tercer lugar. ―Eso podría ser una buena idea ―le dijo, secándose las manos en el delantal negro con rayas blancas que llevaba. Se conocieron a mitad de camino, en medio de la cocina, donde ella le tendió la mano―. Hola, me llamo Isabella Violi y soy propietaria de este pequeño restaurante―dijo con una sonrisa. Parker tomó su mano entre las suyas y la estrechó. ―Encantado de conocerte. Soy Parker Davidson, la estrella de rock extraordinaria. ―Se rieron―. Bueno, esto fue mucho mejor que las primeras veces―dijo mientras la vio marcharse de nuevo a preparar el desayuno. ―No sé, pero creo que la segunda vez que nos encontramos pudo haber sido agradable. ―Su sonrisa cambió a una desconcertada mirada mientras pensaba en lo que acababa de decir. Ambos rieron, dándose cuenta de lo incómodo que era la situación en general. Charlaron ociosamente mientras ella terminaba de hacer el desayuno, y no mucho después, se sentaron a una mesa llena de alimentos para el desayuno. ―No sabía lo que te gustaría, pero tengo jamón y tortillas de queso, carne y huevos, huevos Benedicto y crepes. Como he dicho, tenías que conformarte con los pocos alimentos que teníamos para desayuno. ―¡Todo se ve muy bien! ―le dijo Parker, con la boca echa agua. Tomó un poco de todo, dándose cuenta en ese momento exactamente de lo hambriento que se sentía. Isabella no tomó demasiado, su estómago se sentía un poco delicado, y no sabía lo que lo calmaría y lo que la enviaría sobre el borde. Parker no dejó de notar lo poco que tenía para comer, y cuando se lo comentó, le habló de sus nauseas matutinas, haciéndole sentir lástima por ella y su situación. ―Háblame de ti. Sabes todo acerca de lo que hago con mi vida, ¿qué se siente ser una estrella de rock? ―le preguntó. ―Mejor de lo que podría haber imaginado, la mayoría de los días. Pero luego hay momentos en los que odiaría a los paparazzi, los admiradores enloquecidos, la falta total de privacidad. Y sí, sé que hice un

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consciente esfuerzo para poner mi vida ahí fuera así, pero no creo que nadie realmente sepa exactamente con lo que se van a encontrar ―explicó—. Pero me encanta hacer música, y me encanta actuar. Es tanta la prisa de estar ahí arriba en el escenario, frente a miles de personas, con todos ellos colgando en cada una de tus palabras. ―¿Alguna vez tuviste miedo escénico? ―preguntó, no estando segura si iba a decirle la verdad o no. Hizo una pausa por un momento. ―Sí. En realidad me pongo nervioso cada vez antes de subir al escenario. Pero todo eso desaparece en el momento que la primera nota de la canción se reproduce. Poco a poco la comida comenzó a desaparecer hasta que Parker ya no podía comer más. La conversación siguió fluyendo sin embargo, mientras hablaba de su nuevo disco y su lucha con el registro de la compañía. Por alguna razón, se encontraba tan fácil hablando, y le contaba cosas que no debería estar diciéndole a un extraño. Solo tenía la sensación de que no era el tipo de correr a los tabloides y contar todo lo que dijo. Poco después, Dylan y algunos otros empleados se filtraban por la puerta. Isabella se levantó, sintiéndose atrapada como que si hiciera algo malo, a pesar de que era la dueña del restaurante y podría hacer lo que quisiera. Reunió algunos de los platos y se dirigió a la cocina para empezar a fregarlos. Dylan dio a Parker una mirada sucia cuando pasaba y fue a buscar a Isabella. ―No quiero oírlo Dyl ―proclamóIsabella por encima del hombro cuando oyó la puerta de la cocina abrirse―. Hemos tenido una buena mañana, y no quiero arruinarla, así que por favor guárdate todo lo que tengas que decir. ―Bien, no diré una palabra―le dijo y empezó a ayudarla con la limpieza de los platos. La puerta de la cocina se abrió de nuevo, solo que esta vez era Parker y llevaba el resto de los platos de la mesa en la que estuvieron sentados. Isabella se dio la vuelta para verlo tratando de equilibrar todos los platos vacíos. Se apresuró a tomar algunos de ellos. ―Gracias, pero no tenías que hacer eso. Yo podría haberlos conseguido. ―Sonrió. ―Oye, tengo que ganarme el desayuno, ¿verdad? ―bromeó, completamente consciente de los sentimientos negativos que el amigo y empleado de Isabella tenían para él. Sacó a Isabella al lado donde

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pudiera decirle adiós sin su “guardaespaldas” viendo―. Gracias por todo lo de esta mañana. Me gustó mucho conseguir conocerte, y me alegro de que fuéramos capaces de empezar de nuevo. ―La miró a los ojos―. ¿Me dejaras saber cuándo tengas los resultados de la prueba? ―Te haré saber tan pronto como me entere. Pero no los necesito para darte la respuesta―dijo casi con tristeza. Parker asintió. ―Lo sé, y como he dicho, me gustaría confiar en mi instinto, pero entiendes por qué no puedo, ¿verdad? ―Sí, lo entiendo. ―Está bien. Bueno, tengo que llegar al estudio, y parece que necesitas trabajar aquí también. Gracias de nuevo, he disfrutado mucho―le dijo, sin saber si darle un beso, un abrazo, o un apretón de manos. Se conformó con un beso incómodo en la mejilla antes de volver a salir. Una vez que se fue, Isabella se dio la vuelta. ―¡Ni una palabra Dylly!

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Durante la semana siguiente, Parker estuvo ocupado en el estudio, tratando de conseguir la última de sus canciones grabadas. Cuando se terminó la última canción, decidieron que ya era hora de celebrar. ―Tommy, mi amigo, mellevarasacenarestanoche. Tom miró a su cliente quien le sonreía. ―Y ¿por qué lo haré? ―preguntó. ―Debido a que necesitas apreciar a tus clientes. Sin mí, no serías tan exitoso―señalóParker. Si Parker hubiera sido serio o malicioso en su declaración, Tom le habría dicho que se fuera a la mierda. Pero lo conocía muy bien, y sabía que solo trataba de obtener un aumento de Tom. ―Está bien, McDonald. ―No es opción. Vamos a The TigerLily. ―Sonrió.

―Has estado yendo allí mucho últimamente. Pensé que fuiste expulsado y completamente avergonzado―cuestionóTom. ―Lo hice, pero trabajé para mejorar. Realmente cocinan los mejores alimentos ―admitió. Además, quiero otra oportunidad de hablar con Isabella y ver si finalmente le llegaron los resultados —Pensó. ―¡Bien, dirige el camino!―le dijo Tom al salir del estudio. *** Su comida acabaría pronto, y Parker aún no había visto a Isabella. Se hallaba a punto de preguntarle al camarero donde estaba cuando los paramédicos entraron apresurados. Todo el comedor se hallaba en silencio mientras observaban la tripulación de emergencia llevar la camilla a la cocina. Parker se mantenía en su mesa, tratando de atrapar un camarero que pasaba para preguntarle qué ocurría, pero ninguno de ellos se detenía a hablar con él. Arrojó la servilleta sobre la mesa y se dirigió a la cocina. El barman y otro camarero le bloquearon el paso, mientras trataba de entrar a ver lo que sucedía. Tenía una sensación en la boca del estómago que no le gustaba, y tenía que asegurarse de que Isabella se encontraba bien. Trató de explicar a los dos chicos que necesitaba ver a Isabella, pero no fueron condescendientes con él. Mientras trataba de explicarles, los paramédicos irrumpieron por la puerta. Y, tal como temió, allí se encontraba Isabella en la camilla. ―¿Bella?―gritó mientras pasaba, pero ella no le respondió. Encontró a Dylan por detrás de los paramédicos y trató de obtener información de él―. Escucha, sé que no te caigo bien, pero necesito saber qué le pasó. ―Tienes razón, no me caes bien ―escupió, entonces pensó en lo que Isabella hubiera querido y suspiró―. No sabemos lo que está mal. Se desmayó hace unos minutos y ha estado así desde entonces. Puedes seguir la ambulancia al hospital si quieres. Parker asintió y siguió tras ellos, olvidando por completo que Tom se encontraba todavía en la mesa sin saber lo que sucedía. Lo único que importaba era averiguar qué pasaba con Isabella. ***

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Esperaron durante lo que parecieron horas. La tensión en la sala de espera era densa cuando Parker y Dylan se sentaron en lados opuestos de la sala. Ninguno de los dos dijo nada al otro y la tranquilidad era ensordecedora. Cuando por fin apareció el médico, ninguno se encontraba preparado para lo que dijo. ―La señora Violi está consciente de nuevo, pero por desgracia, perdió el bebé. Realmente no estamos seguros de lo que sucedió, a veces las mujeres solo terminan teniendo abortos involuntarios espontáneos en el primer trimestre. ―¿Podemos verla, doctora?―preguntó Dylan. ―Solo familia inmediata en este momento—les dijo la doctora. ―Soy el padre del bebé―le dijoParker, con la esperanza de que le diera acceso. No pensaba en ese momento, no podía pensar. Todo lo que sabía era que el bebé que no estaba listo había muerto, y fue la peor sensación del mundo. La doctora asintió. Miró hacia su historial. ―¿El señor Davidson?―preguntó. ―Sí, y le agradecería si pudiera mantener esto en secreto. No quiero que la prensa sepa nada acerca de esto ―le dijo. ―Por supuesto ―asintió la doctora―. Si está bien, puede ver a la señora Violi. Parker siguió a la doctora, no se sentía seguro de lo que iba a encontrar cuando vio a Isabella. Caminó a través de la puerta de su habitación para hallarla de lado, de espaldas a él. Caminó lentamente alrededor al otro lado de la cama para que desde donde se encontraba acostada pudiera verlo. Su cara se hallaba manchada de lágrimas y sus ojos cerrados. Se veía tan cansada y tan pálida, solo una cáscara de la mujer de fuego que conoció. Puso su mano sobre la de ella, lo que la hizo abrir los ojos. ―Hola―le susurró, no sabía qué decir. ―Hola—dijo, rodando sobre su espalda y pasando sus manos sobre su cara―. Tengo que ser un espectáculo, ¿eh?―dijo con una risa sin sentido del humor. Se acercó a la mesa junto a la cama, cogió una carpeta de manila y se la entregó—. Aquí están los resultados.

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Parker agarró la carpeta, pero no la abrió. En cambio, la tiró en el cubo de basura al lado de su cama. ―No los necesito. Ya sé que soy el padre. apretó―. Que era el padre.

―Su garganta se

Isabella comenzó a llorar. ―Lo siento mucho Parker. Siento haber perdido a nuestro bebé. Parker se sentó en el borde de la cama y la abrazó. ―Shh…no es tu culpa. El médico dijo que eso solo pasa a veces. Las lágrimas se acumulaban en sus ojos. Ninguno de los dos se encontraba preparado para el bebé que crearon, pero ninguno de los dos estuvo preparado para perder el bebé tampoco. Era un dolor que tomaría un tiempo para superarlo.

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6 Traducido por Lauu Corregido por Andrea95

Al día siguiente, Isabella fue dada de alta bajo estrictas órdenes del doctor de tomarse las cosas con calma durante los próximos días. Dylan caminaba junto a ella como una enfermera mientras empujaba su silla de ruedas por las puertas de la entrada donde un taxi esperaba por ellos. Ninguno dijo alguna palabra, ambos sintiendo la solemnidad del momento. Una vez de vuelta en su apartamento, Bella se fue directamente a su habitación, y dejó que las lágrimas cayeran tan pronto como se estableció. La culpa en su interior era inconmensurable. Si no se hubiera arrepentido de su embarazo, tal vez no habría perdido al bebé. O, si se hubiese desacelerado un poco, su cuerpo habría sido capaz de acomodarse para el embarazo. Toda clase de pensamientos volaron a través de su mente, pero al final, ninguno de ellos importaba. Aún perdió a su bebé, y nada se sentía tan mal como eso. Oyó un suave golpe en la puerta, y se secó los ojos antes de hacerlo pasar. Sabía que Dylan solo trataba de ayudar, pero no había nada que pudiera hacer. No había nada que alguien pudiera hacer. —¿Querías que te preparara algo para comer? —preguntó él mientras se acercaba lentamente a la cama. Viendo a Isabella sacudir la cabeza en negación, trató con otra cosa. —¿Quieres darte un baño? —Una vez más, una respuesta negativa. —¿Te dejo en paz? —Casi le rompió el corazón el ver la expresión de derrota pura en sus ojos cuando asintió suavemente, casi como si estuviera avergonzada.

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—Bien, te dejaré sola pero voy a estar merodeando alrededor por un rato en caso de que cambies de opinión y necesites algo. —Le acarició la mejilla y la besó en la frente—. Además, estoy sin cable y tengo que ponerme al día con un par de shows. —Intentó algo de humor. Ni siquiera esbozó una sonrisa, la mirada en blanco se mantuvo en su rostro. Dylan se retiró de la sala, y silenciosamente cerró la puerta detrás de él. Se encontraba tan rota, y él no sabía qué hacer para repararla de nuevo. A las cinco, Isabella todavía no había salido de su habitación, y Dylan necesita volver al restaurante. Por mucho que odiara dejarla sola, sabía que se enfadaría si no había nadie allí para echar a andar el restaurante. Justo cuando se levantaba para decirle que se iba, oyó un golpe en la puerta. Cuando respondió, se sorprendió al ver a Parker en el otro lado. —Lo siento, ella no es capaz de atenderte en estos momentos —dijo Dylan con un filo en su voz, antes de permitir que Parker dijera algo. —¿Puedes por favor decirle que estoy aquí? —preguntó Parker, tratando de ocultar la irritación en su voz. Dylan suspiró y se movió a un lado para dejar que Parker entrara. —Espera aquí y voy a ver si quiere verte. —Caminó por el pasillo y llamó suavemente a la puerta. La oyó sollozar en voz baja, y le dieron ganas de salir a matar Parker por dejarla embarazada en primer lugar. Claro, era de los dos, pero Dylan solo culpaba a Parker. Lentamente estiró su cabeza dentro cuando la oyó tratando de calmarse a sí misma. —Oye, solo quería hacerte saber que me voy al restaurante. ¿Quieres que pase por aquí después de cerrar? —ofreció. —No, estoy bien. No necesito una niñera. —Empezaba a irritarse con él, a pesar de que sabía que solo trataba de ayudar. Entonces se dio cuenta de lo que había dicho... niñera. Era como conducir el cuchillo en todas las direcciones. —En ese caso, le diré a Parker que se vaya también —dijo él y empezó a salir de su dormitorio. —¡Espera! —llamó y se sentó sobre sus rodillas. Dylan se detuvo y se encogió antes de que se diera la vuelta. —¿Parker está aquí? —Sí, acaba de llegar. Le diré que se vaya, así puedes estar sola — intentó.

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—No, dile que venga. —Bella se incorporó en la cama y se alisó el lío de cabello, y se limpió las lágrimas de sus mejillas. Sabía que aún lucía horrible, pero tendría que hacerlo—. Llámame más tarde y quiero saber cómo está todo en el restaurante. Dylan asintió y salió de su habitación. —No hagas nada para molestarla, hombre músico —amenazó Dylan antes de agarrar su abrigo y salir por la puerta del apartamento, cerrándola tras él. Parker negó con la cabeza y tomó las bolsas que había traído con él. Cautelosamente caminó por el pasillo y entró en el dormitorio de Isabella. —Hola —dijo Isabella cuando entró en su habitación. Viendo la mirada vacilante en su rostro, levantó la mano, deteniéndolo con eficacia—. No preguntes cómo lo estoy llevando, eso es bastante obvio. Y no luzcas tan asustado... no es como si fuera la primera vez que has estado aquí. Parker sonrió, agradecido de que ella rompiera el hielo. —Traje un poco de cena y unas cuantas películas. Sé que no es lo que la cocina The TigerLily hace, pero las hamburguesas con queso, las papas fritas grasientas, y las películas de acción siempre me hacen sentir mejor. —Pensé que se suponía que los chicos traían películas femeninas para hacer a la damisela en apuros sentirse mejor. —Isabella sonrió. —Bueno, eso es lo que he oído, pero no creo que una película femenina se compare con las películas de acción en las que explotan todo y le patean el culo a todos. —Le ofreció la bolsa de películas. —Nunca lo pensé de esa manera —dijo, mirando dentro para ver Rush Hour 2, Arma letal 2, y Romeo debe morir. Se encontraba impresionada con la selección, y tuvo que admitir que eran algunas de sus favoritas. —Pensé que tal vez podríamos tener un tema... Rush Hour 2 y Arma Letal 2 para segundas oportunidades, y Romeo debe morir para amistad, en lugar de romance —dijo él, ocupándose a propósito de abrir los contenedores de comida para que no tuviera que mirarla al decirlo. Isabella le puso una mano en el brazo, deteniéndolo de lo que hacía y haciendo que la mirara. —Creo que es una gran idea. —Sonrió. A partir de entonces, la tensión entre ellos se derritió, y tuvieron un buen rato viendo películas, comiendo, y llegando a conocerse el uno al

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otro. El dolor de lo que ambos perdieron todavía se encontraba allí, pero el hecho de que estaban compartiendo y ayudándose el uno al otro a superarlo los hizo sentirse un poco mejor acerca de su pérdida. —Sabes, para una estrella de rock salvaje, eres un tipo bastante genial —dijo después de las películas, mientras se ponían de lado a lado en la cama, solo hablando. —Sí, mi mamá y mi niñera me educaron bien —dijo con una sonrisa— . En realidad, voy a revelarte un pequeño secreto —le dijo con un guiño—. No soy tan salvaje —dijo en un susurro. —Sí, claro. Te googleé, sé de tu comportamiento. —Se echó a reír. —No, de verdad. Puedo ser un dolor en el culo a veces y me gusta salirme con la mía, pero la mayor parte del tiempo, soy un tipo bastante normal. Claro, me vuelvo un poco loco en la gira, pero más porque es lo que se espera de mí, en lugar de como soy en realidad. Sí, me gusta beber y pasar un buen rato, pero la mayoría de los tabloides hacen que se vea mucho peor de lo que realmente es. —Se echó a reír—. Sabes, rara vez llego a ser yo mismo, a veces me olvido de quién soy. Mi madre espera que sea un "jovencito apropiado", hablando correctamente, caminando de forma adecuada, pensando adecuadamente y actuando correctamente, luego mis fans esperan que arme escándalo todo el tiempo, pero en realidad, solo soy un tipo en algún punto intermedio. Isabella asintió. —Puedo ver eso. —Sonrió—. Gracias por venir esta noche y despejar mi mente de todo. Significa más para mí de lo que podrías imaginarte. Parker sonrió. —Significó mucho para mí también. Sé que no estuve exactamente presente durante todo el tiempo que estuviste embarazada, pero a mi manera, realmente me empezaba a gustar la idea de ser padre. —Los ojos de Bella comenzaron a aguarse al oír la admisión de Parker. Le tomó la barbilla en sus manos—. Vas a superar esto.... vamos a superar esto juntos. Lo siento mucho por ser tan idiota antes. Ella negó en desacuerdo. —Me debes odiar... Todo es mi culpa —dijo, antes de que los lagrimones de agua vinieran con mucha potencia—. Debí haber sido más feliz con el bebé. Debería haberme desacelerado en el trabajo. Es toda mi culpa que yo perdiera a nuestro bebé. Parker la cogió de los hombros y la sacudió.

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—¡No! —gritó—. No es tu culpa de ninguna manera. El doctor dijo que estas cosas pasan y que no hiciste nada malo. Tienes que dejar de pensar de esa manera. ¿Me escuchaste? Bella lo miró vacilante. Al ver que no mentía, y que no la culpaba, sintió un poco que el peso se aligeraba de sus hombros. —Lo siento mucho. —Lo sé, yo también. —La acercó a él y la rodeó con sus brazos. Sacudió su cuerpo con el de él mientras las lágrimas seguían brotando de sus ojos—. Yo también. El sonido estridente del teléfono los despertó de su sueño un par de horas más tarde. Ambos se miraron y saltaron entre sí como si hubieran quemado. Bella tomó el teléfono que se encontraba en su mesita de noche junto a su cama, y Parker se levantó y comenzó a recoger las películas que había traído. —Oh, hola Dylan. No, está bien, nosotros.... acaba de quedarme dormida —habló por el teléfono. Después de escuchar por el auricular por un momento, su rostro se puso rígido—. Sí, todavía está aquí. Vino a ayudarme durante esta noche difícil, no es que sea de tu incumbencia — le escupió, luego suspiró—. No pelearé contigo acerca de esto. Si quiero a Parker aquí, entonces él estará aquí. Fin del asunto. —Se frotó la frente—. ¿Cómo van los negocios esta noche? Después de que Parker hubiese reunido sus cosas, le indicó a ella que se iba. Isabella levantó la mano, deteniéndolo, y le dijo a Dylan que esperara un momento. Cubrió el teléfono con la mano y luego preguntó: —¿Te vas? —Sí, tengo una entrevista temprano en la mañana. Además, no quiero quedarme durante mi bienvenida. Recuerdo lo que pasó la última vez. —Los dos se rieron—. Sin embargo te llamaré, ¿De acuerdo? Ella asintió en acuerdo y comenzó a poner el teléfono a la oreja de nuevo cuando él se volvió para salir de la habitación. —Parker, espera —gritó mientras dejaba caer el teléfono y se arrastraba fuera de la cama. Tímidamente se acercó a él y le puso la mano en la mejilla. Lo miró a los ojos un instante antes suavemente besar su mejilla—. Gracias por toda esta noche. Parker tiró de ella en un abrazo apretado, uno que casi trituró sus huesos, pero se sintió mejor que cualquier otro abrazo que hubiese recibido.

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—El gusto es mío. —Le besó la parte superior de su cabeza antes de dejarla ir y dejar su habitación. Solo cuando oyó la puerta de la cerca de apartamentos, fue de nuevo a la cama y cogió el teléfono. *** Unos días más tarde, el cuerpo de Isabella se sintió mejor de la D&C que tenía cuando estuvo en el hospital y se sentía lista para volver al trabajo. Se encontraba cansada de estar tumbada en la cama, sin nada que hacer más que pensar en lo sucedido. Cuando llegó a su restaurante, se sorprendió al ver que sus trabajadores no estuvieran deambulando alrededor, esperando a que abriera las puertas. Se encontraba segura de que le había dicho a Dylan que estaría de vuelta ese día, y confiaba en que él no tuviera todo hecho antes de que llegara. La puerta principal se hallaba cerrada aun cuando tiró de esta, haciéndola temer que en lugar de comenzar antes de que llegara allí, todo el mundo se retrasó. Puso las llaves y abrió la puerta, murmurando para sí misma acerca de lo vagos que eran mientras encendía las luces. Para su sorpresa, todo su personal saltó y estalló haciendo ruidos, animando su regreso. Una gran pancarta colgada detrás de ellos con "Bienvenida de vuelta jefa" pintado en ella. Isabella sonrió ante la locura de su equipo. —Sabía que no iban a dejar de hacer sus deberes mientras no estaba. —No es algo casual, jefa. Dylan nos mantuvo en orden —le gritó Marty, uno de sus camareros. Bella miró a su alrededor, más allá de todas las caras sonrientes viniendo a abrazarla. Miró todos los lugares de interés de su restaurante... Las paredes de color crema con Tiger Lily naranja en ellas, los manteles naranja Tiger Lily, servilletas de tela color marrón, y los centros de mesa frescas con un ramo Tiger Lily en cada mesa. Sus ojos vagaron hacia la chimenea, y la mesa donde trató de poner a Parker. El pensamiento la hizo sonreír. Todo dentro de estos muros la hacía sonreír. Allí era donde necesitaba estar; con su personal, con sus clientes, en el interior de su restaurante... su fuente de inspiración y felicidad. En ese momento, sabía que todo iba a estar bien.

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7 Traducido SOS por anaapauu Corregido por Andrea95

Isabella escaneó el abarrotado comedor cuando caminó fuera de la cocina para saludar a sus clientes. De seguro tenía la casa llena, y lo que la satisfacía más que nada era que la mayoría de caras eran nuevas para ella. La mayoría, excepto una mesa muy familiar. Antes que pudiera darse la vuelta y buscar refugio en la cocina, fue vista y saludó con la mano. Genial, ¿Qué puedo decir a la madre del hombre con el que tuve una aventura de una noche, me quedé embarazada, y perdí el bebé? pensó para sí misma cuando retorcía sus manos, caminando a su mesa. —Buenas noches, señoritas. ¿Cómo están esta noche? —Isabella forzó su sonrisa. —Estamos muy bien, pero ¿qué hay de ti? Hemos escuchado que has estado indispuesta. ¿Te estás sintiendo mejor? —preguntó Sasha, ofreciendo el asiento libre a su lado con un movimiento de su mano. —Estoy mejor. Es una recuperación lenta, pero sobreviviré —bromeó —¿Qué estuvo mal, querida, algo grave? —preguntó Bunny. Ella no sabe, pensó Isabella. ¿Qué debo hacer, decírselo? —Oh Bunny, eso realmente no es asunto nuestro —le dijo Sasha a su amiga después de notar la vacilación de Isabella. Bella parecía aliviada. —Solo vamos a llamarlo problemas de chicas y dejarlo así. —Bueno, estoy muy contenta que hayas vuelto. Y el tiempo perfecto también —dijo Sasha, buscando en su bolso. Sacó un pequeño sobre negro y se lo entregó a Isabella. —¿Qué es esto? —preguntó Isabella, abriendo el sobre mientras hablaba. Dentro había una tarjeta negra con las palabras „Su presenciaes requerida…‟ inscrita con letra dorada. Abrió la tarjeta para encontrar más

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información sobre un baile de caridad que Sasha organizaba en su casa este fin de semana. —Es nuestro Baile anual de dorado y negro. Cuando mi marido vivía, empezó una fundación para ayudar a rescatar los perros de los criaderos de perros y del abuso y maltrato que recibían. Dios lo tenga en su gloria, verdaderamente creía en „El mejor amigo del Hombre‟, y habría hecho cualquier cosa que pudiera para salvarlos. —Limpió una lágrima de su ojo, recordando a su difunto esposo—. Realmente deberías venir. Me temo que no puedo aceptar un no por respuesta —dijo con una gran sonrisa. —Me siento honrada de que hubieras pensando en invitarme, pero de verdad no puedo dejar el restaurante otra vez tan pronto después de estar enferma —trató de protestar. Bunny sacó un sobre plateado de su bolso y lo puso delante de Isabella. —Eso es una invitación a mi baile la semana siguiente. Los beneficios de nuestra fundación de los niños huérfanos serán para darles una mejor vida, y llevarlos hacia la universidad. No quiero obtener un no como respuesta tampoco. Además, ya hemos hablado con el Delicioso Dylan, y aseguró que iba a cuidar bien del restaurante en tu ausencia. —Guau. —Isabella se encontraba abrumada—. No estoy realmente segura que pueda permitirme esto —les dijo honestamente, pensando en las donaciones monetarias que tendría que hacer, así como el costo de dos vestidos formales diferentes. —Es simple. Todo lo que pido es que tu restaurante done algo de esos maravillosos aperitivos de langosta, suficiente para alimentar a ciento cincuenta personas —le dijo Sasha. —Y me gustarían algunas de esas rondas de Bruschetta5 de gambas para el mismo número de personas —añadió Bunny—. Ambas tenemos contratados catering, pero les hemos dicho a todos nuestros amigos cuán maravilloso es tu restaurante, y esta sería una excelente forma para ti de conectar, así como tener un poco de diversión esa noche. Y, mi modista te estará esperando mañana por la mañana. Prometió conseguirte un buen acuerdo por tus vestidos. —Bunny le entregó una tarjeta comercial, otra vez de su bolso. —Bueno, hicieron prácticamente imposible de decir no. —Isabella alzó sus cejas y tomó una profunda respiración—. Supongo que la respuesta es sí entonces —sonrió.

Bruschetta: Es el nombre de un plato originario de la cocina italiana que consiste en una rebanada de pan tostado con diversas variaciones de ingredientes sobre el mismo. 5

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Ambas, Bunny y Sasha, batieron palmas con sus manos. Después Isabella se excusó con las señoritas, ellas chocaron las manos una con la otra. —Apuesto que está dentro —le dijo Sasha. —Ya sabes, deberías desistir. Va a terminar con mi Parker —le dijo Bunny con toda la confidencia del mundo. —Ni de casualidad. En el minuto que vea a mi Thomas, va a sentir sus rodillas débiles y se derretirá a sus pies —alardeó Sasha. —Ya veremos… —prometió Bunny, sin decirle a Sasha que Isabella y Parker ya se conocían. No se sentía segura de si eran amigos o no, pero podía decir que había algo entre ellos. *** —No puedo creer que estoy haciendo esto —dijo Isabella a Jason mientras se preparaba para su primer baile—. Quiero decir, mira este vestido. Nunca hubiera podido pagar por ello si no fuera por Bunny. Su estilista era increíble. Sabía exactamente qué hacer para hacerme ver bien, y sabía lo que quería incluso antes de que dijera nada. —Chica, te ves caliente. Eso es suficiente para convertir un hombre gay a heterosexual. —Movió sus cejas cuando tomó su vestido mientras ella daba una vuelta para él. El vestido era largo y fluido, pero se ajustaba a cada curva del cuerpo de Isabella. El color era un tono oscuro de morado que parecía casi negro en algunas luces, y brillaba justo en el lugar correcto. Él ni siquiera quiso empezar con su escote… Incluso un hombre gay podría apreciar el valle entre las montañas. Bella rió. —Esto es tan irreal. Me siento como una princesa. —Te ves como una también —le dijo—. Voy a ir abajo y llamar a un taxi para que no tengas que estar en la calle así. No quiero que alguien te reclame como su premio. Ella se rió otra vez cuando Jason besó su mejilla antes de irse. Se miró por última vez en el espejo, pasando sus manos sobre el vestido, asegurándose que todo era real. Escuchó que llamaban a su puerta y casi saltó fuera de su piel. —¿Quién es? —gritó. —Thomas Winters. Mi madre, Sasha Winters, me envió para buscarte —gritó La voz al otro lado de la puerta.

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Isabella parecía confundida y corrió a la puerta para abrirla. —Hola. No esperaba que ella hiciera eso. —Dijo que quería asegurarse de que llegaras a la casa bien — contestó. Entonces, con una sonrisa de millones de vatios, confió—: Pero creo que tenía un motivo oculto. Isabella sonrió con suficiencia y asintió. —Eso puedo creerlo. —Rió y le tendió su mano—. Soy Isabella Violi. Encantada de conocerte. Thomas tomó su mano y la besó. —Encantado de conocerte también. Estoy contento de por fin ponerle una cara al nombre que he oído tanto. —Igualmente —le dijo, mirando en sus ojos azul cristalino. Tenía que admitir, Sasha tenía razón, seguro era guapo. —Bueno. —Thomas la sacó de su estupor de mirar en sus ojos—. Probablemente deberíamos irnos. No quiero molestar a mamá por llegar tarde. —Cierto. —Isabella mentalmente se sacudió a sí misma. Agarró su pequeño bolso de mano de la mesita de café—. Vamos. Todo se encontraba tranquilo cuando caminaron hacia fuera, hasta que Isabella vio a Jason parado en mitad de la calle con su mano en el aire. Entonces el aire se llenó de la risa de ella. —¡TAXI! —gritó a uno que pasaba, nunca deteniéndose—. Estúpido hijo de puta —murmuró, maldiciendo al conductor. Otro vino—. ¡DISCULPE!¡TAAAAXI! —gritó. Ese, también, pasó de largo. Sus manos volaron a sus caderas—. ¿Tengo Puta Reina escrito en mi frente? ¿Es por eso que no paran? Isabella tuvo suficiente. No quería que Jason se torturara más de lo que ya lo hacía… por divertido que fuera. —Oye, Jase, está bien. Tengo un aventón. Jason miró a donde Isabella se hallaba con un hombre que no conocía… un buen espécimen de hombre que no conocía. Volvió a la acera, esperando una presentación. —¿Y quién es este pedazo de hombre? Isabella parecía avergonzada. Pero presentárselo, Thomas le tendió su mano.

antes

de

que

pudiera

—Thomas Winters. Contento de conocerte. —Sonrió y mostró sus dientes blancos, brillantes y perfectamente rectos.

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—Bueno, Hola, Tommy Boy6. Soy Jason, el hombre de tus sueños. — Sacudió su mano, sosteniéndola un poco más de lo necesario. —¡Jason! —gritó Isabella. Agarró a Jason por la oreja y tiró de él lejos de Thomas así podía gritarle—. No puedo creer que me estés avergonzando así. —Cielo, él está perfectamente metido en el armario. Odio decírtelo —le dijo Jason, con la mayor naturalidad. —¿Qué? ¡Estás delirando! —protestó. Miró hacia Thomas, quien hizo un pequeño gesto con su mano en su dirección—. Tengo que irme, no podemos llegar tarde. —De acuerdo, al menos sé que estarás a salvo esta noche con él como cita. —Sonrió con suficiencia y besó su mejilla antes de girarse e irse. —Lamento sobre eso —dijo Isabella, reuniéndose con Thomas—. Estoy lista para cuando quieras. El camino a la casa estuvo lleno de ellos comparando notas sobre todo lo que tenían en común. Parecía que les gustaba la misma música, libros, películas y programas de la televisión. Para cuando llegaron allí, Isabella pensó que Jason estaba equivocado por decir que Thomas era gay. Tenían algo de química real, y no pensaba que eso podría pasar con alguien que no tuviera interés en las mujeres. Thomas se bajó del coche primero, dio la vuelta para ofrecer su mano a Isabella. —Aquí estamos. —Sip, aquí estamos. —Se aferró con fuerza a su brazo mientras la conducía a la puerta delantera y dentro del vestíbulo, dónde Sasha esperaba para saludar a sus invitados. —Ah, Isabella. ¿Veo que Thomas consiguió que llegaras bien? — preguntó, tan complacida de verla con su hijo. —Sí, fue el perfecto caballero. Y gracias por enviarlo, pero fue completamente innecesario —le dijo— ¿Han llegado los aperitivos? —Lo hicieron. Fueron entregados hace como media hora. Justo a tiempo. Así que ahora puedes relajarte y disfrutar. —Sasha guiñó—. Thomas será tu escolta personal esta noche, así que si necesitas cualquier cosa, solo tienes que hacerle saber. Isabella le agradeció y se movió con Thomas para buscar una bebida del bar. Mientras esperaban, Bella escuchó a una mujer detrás de ella delirando sobre los aperitivos de langosta. Eso envió un sentimiento Tommy Boy: Se refiere a la película Tommy Boy (1995)

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cálido a través de ella, con una sonrisa adornando su cara. Thomas agarró una copa de champán, y la guió por la habitación para relacionarse con los invitados. Una hora más tarde, Isabella y Thomas estaban dejando la pista de baile cuando ella levantó la mirada y trabó sus ojos con la última persona que esperaba ver allí. —Discúlpame por un minuto —le dijo a Thomas y caminó en la dirección por la que acababa de verlo. Viendo que caminaba hacia él, la encontró a mitad de camino. Una vez que se encontraron en medio, él se inclinó hacia abajo y besó su mejilla. —¿Cómo te sientes? —preguntó Parker. —Mucho mejor, gracias. ¿Cómo has estado? —le preguntó, sintiendo como si fueran semanas desde la última vez que se vieron, en lugar de solo algunos días. —Estoy bien. —Tomó su mano sobre su cabeza y la hizo girar—. Te ves espectacular. La mirada que le daba la hizo sentir débil. —Gracias. No te ves tan mal tampoco. —Le guiñó. —Puedes agradecer a mamá por ello. Como si todavía tuviera cinco años, escogió la vestimenta para mí —le dijo con una sacudida de su cabeza. —Bueno, lo hizo genial —le dijo, quedándose sin cosas que decirle, pero simplemente feliz de estar en su presencia. —Cariño, me giré para hablarle a alguien y me dejas. —Una mujer rubia hizo una mueca mientras llegaba hasta Parker. Parker saltó y se giró para ver a su cita. Miró hacia atrás y adelante entre Isabella y Lynda. —Eh, Isabella, esta es mi cita, Lynda. Lynda, Isabella. —Parker las presentó torpemente. —Encantada de conocerte —dijo Lynda a Isabella, sin mostrar emoción en su rostro, haciéndole saber que no era ni un poco bueno conocerla como dijo. —Estoy segura —bromeó Bella de regreso—. Bueno, tengo que correr, estoy segura que Thomas me estará buscando. Fue bueno verte. — Se giró para marcharse, pero fue detenida por una mano en su brazo. —¿Thomas? —cuestionó Parker.

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—Sí, Thomas Winters. Mi cita para esta noche. —Guiñó hacia él, luego se encogió en su agarre y se marchó. Parker permaneció allí y miró a Isabella desparecer en la multitud, solo para aparecer unos minutos después con Thomas en la pista de baile. Sacudió su cabeza y se dio cuenta de que no había nada que pudiera hacer por lo que volvió con su propia cita. Eran amigos, y no tenía derecho sobre ella, así como ella no tenía derecho sobre él. Así era como tenía que ser.

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8 Traducido por Fiioreee y Sapphire Corregido por Agus Morgenstern

Isabella se excusó de Thomas después de recibir instrucciones para ir al tocador. Con la puerta a la vista, le pareció oír su nombre y se volvió para ver quién podía haberla llamado. Una sonrisa genuina adornaba su rostro. —Bueno, hola, Bunny. No te he visto en toda la noche. —Hola querida. ¡Te ves absolutamente preciosa! Apuesto que has estado golpeando a los pretendientes con un bate esta noche —bromeó Bunny. —No del todo —Isabella se rió—. Pero he tenido un montón de diversión. —Hay que esperar hasta la próxima semana. Nada se compara a una fiesta de Bunny Davidson. —Se echó a reír. —Estoy muy entusiasmada con ella —le dijo honestamente—. Pero si me perdonas… —Hizo un gesto al baño que se encontraba justo delante de ella. —Por supuesto, cariño —le dijo Bunny y le palmeó el brazo mientras se marchaba. Después de salir del baño, Isabella fue hacia la derecha cuando debería haber ido hacia la izquierda, pero por suerte encontró un balcón vacío. La vista era increíble; daba a un impresionante jardín que fue bien iluminado en todos los lugares correctos, dibujando focos a algunos rosales increíbles. También había una bonita glorieta de vid con flores que crecían a los lados. Un poco más abajo del camino bordeado de flores, se hallaba un banco de madera tallada con un enrejado arqueado por encima. Incluso por la noche, podía apreciar la belleza de lo que se encontraba en frente de ella. Era exactamente lo que necesitaba, el champán y el baile estaban empezando a llegar a ella.

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—Pensé que te encontraría aquí. —Bella se volvió hacia la voz a la que se había acostumbrado. —Hola Parker. ¿Te diviertes? —preguntó—. Estoy sorprendida de que Lynda no está persiguiéndote. —No eres la única. —Puso los ojos—. Si hubiera sabido que ibas a estar aquí, te hubiera pedido que vinieras conmigo. Estoy seguro de que estaríamos mucho más divertidos. —Estoy teniendo un gran tiempo para mí misma. —Sonrió, y después de un momento se puso seria—. Así que no le dijiste nada a tu madre acerca de nosotros. Parker se encontraba tranquilo. —¿Recuerdas lo que te dije la otra noche? Dejar una chica embarazada después de una aventura de una noche no es exactamente la idea adecuada para mi madre, especialmente una chica que tiene en tan alto estima. No sé. Tal vez la he decepcionado tanto que sentí como si esto la hubiera puesto sobre el borde. Isabella se solidarizó con él. —Pero, ¿qué habrías hecho si no hubiera perdido el bebé? —Puso su mano sobre su hombro mientras ambos miraban hacia el jardín. —Le hubiera dicho, pero creo que quizás podríamos haber salido durante un tiempo primero. Eso es lo que realmente quiere, ya sabes —dijo Parker, chocando con ella de una manera coqueta. Ella sonrió. —Estoy consciente de eso. Pienso que ella y Sasha tienen una apuesta en marcha. Él asintió. —Yo no lo pondría por delante de ella. —Parker la miró—. ¿Estás segura de que estás haciendo bien? —La herida aún está fresca, pero día a día me estoy poniendo mejor. Todo sucede por una razón, ¿verdad? —Así que eso dicen —asintió—. Así que eso dicen —Parker puso su brazo alrededor de ella, y juntos se quedaron en silencio, cada uno con sus propios pensamientos, mirando hacia la noche. —¡Ahí estas! —Una voz masculina invadió su consuelo—. Me preguntaba a dónde fuiste. Isabella y Parker saltaron y se volvieron para ver al intruso.

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—Hola Thomas. Solo estábamos poniéndonos al día. Necesitaba un respiro, por lo que salí aquí. —Por alguna razón, se sentía como si estuviera atrapada con las manos en la masa, a pesar de que ella y Thomas no estaban juntos, y no pasaba nada entre ella y Parker. —Mamá te buscaba. Ella y Bunny quería presentarte a algunos de sus amigos —dijo, echando una mirada inquisitiva a Parker, mientras hablaba con Isabella. —Estaré ahí —le dijo, y después de vacilar un momento, dio media vuelta y regresó a la casa. —¿Por qué siento como que estoy en la escuela secundaria y solo hemos sido atrapados por mi papá haciéndolo? —preguntó Bella a Parker. —Thomas puede ser bastante condescendiente a veces, especialmente cuando se trata de mí. Digamos que gracias a nuestras madres, siempre hemos competido por todo. Pero siempre he sido el salvaje, y él siempre era la flecha recta —explicó Parker, con un poco de irritación. —Puedo ver eso. —Le sonrió, enviando un sentimiento a sus rodillas que no era bienvenido—. Bueno, mejor entro allí —le dijo, sintiéndose algo decepcionada. Disfrutaba el momento de consuelo que compartían antes de la interrupción. Parker solo asintió y se volvió hacia el jardín cuando se fue, apoyando sus brazos en la barandilla del balcón. Aspiró profundamente, luego suspiró, deseando que las cosas pudieran ser diferentes, por una vez. Era la primera vez que no se sentía emocionado por salir a la carretera y viajar, pero era su trabajo y algo que tenía que hacer para tener éxito. Isabella inmediatamente encontró a Sasha y Bunny cuando volvió a entrar, y fiel a la palabra de Thomas, le presentaron a muchos de los asistentes, los cuales disfrutaron de sus aperitivos inmensamente. Al final de la noche, se sentía cansada y borracha. Todo lo que podía pensar era en llegar a casa y arrastrarse entre las sábanas de su cama. Cuando Thomas sugirió ir a algún lugar para tomar un café, negó con pesar. —Lo siento, estoy rendida. Realmente debería ir a casa e ir a la cama. Pero aprecio la oferta —le dijo, sintiéndose mal ya que fue tan bueno con ella toda la noche. —Entiendo. —Le dio una media sonrisa—. Pero todavía sigue en pie la fiesta de Bunny la próxima semana, ¿verdad? —Por supuesto —sonrió mientras Thomas la dejaba en la puerta de su apartamento—. Me lo pasé muy bien esta noche. Gracias por todo. —

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Buscó en su bolso de noche, tratando de encontrar las llaves para abrir la puerta. Una vez que las tenía en la mano, levantó la mirada triunfante, solo para que sus labios fueran tomados en un suave beso, limpio. —Buenas noches dulce Isabella —susurró Thomas y se volvió para irse antes de que pudiera responder. *** Al día siguiente, el restaurante se encontraba inundado con la gente, e Isabella se alegró porque eso significaba que no tenía tiempo para pensar y volver a pensar en todos los acontecimientos de la noche anterior. Parecía que algunas de las personas que Sasha y Bunny le habían presentado la noche anterior eran fieles a su palabra, y vinieron al restaurante para probarlo. El comedor se hallaba a toda su capacidad, y lo estuvo por horas, mientras que las personas se arremolinaban alrededor en el vestíbulo, con la esperanza de conseguir una mesa en algún momento antes de que el restaurante cerrara. Era fabuloso para Isabella, aunque odiaba que todas esas personas tuvieran que esperar durante tanto tiempo. Envió unas cuantas rondas de aperitivos fuera al vestíbulo para que la gente no estuviera demasiado molesta por la espera. Apenas tuvo tiempo para hacer sus rondas del restaurante una vez por hora, antes de tener que correr de vuelta en la cocina y ayudarles con la abundancia de las órdenes que tenían. Pero sentía que era importante salir de la cocina de vez en cuando y hacer saber a sus clientes que los apreciaba. La cocina acabó quedándose abierta una hora más tarde de lo normal para dar lugar a todas las personas que estaban esperando sin reservas y no habían sido capaz de conseguir una mesa toda la noche. Odiaba rechazar a la gente, aunque ya era tarde por la noche. Todo su personal entendió y aceptó. Cuando finalmente salieron del restaurante, todos estaban agotados. Comprobó una última cosa antes de que girara todas las luces, y vio que el restaurante se encontraba completamente lleno para las próximas tres semanas, sin parar. Orgullosa de todo lo que había logrado, y agradecida por las presentaciones de Sasha y Bunny, apagó todas las luces y cerró las puertas. En los próximos días, Isabella y Dylan se sentaron para repasar algunas cosas del negocio. Habían decidido abrir la sala de banquetes para los comensales todas las noches y no tenían ningún gran partido por

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el momento, a menos el precio era justo. Eso sería liberar otras treinta mesas, algo que estaban necesitando más y más. También decidieron contratar a cinco personas más para ayudar en la cocina y tres camareros más. Fue un gran paso a tomar para Isabella, pero se dio cuenta de que si no hacía algo así, entonces tendría una pérdida de clientes. Otra idea en la obra era una tienda independiente solo para el catering7, pero que llegaría en algún momento en el futuro. Por ahora, la petición de un catering que había recibido desde la fiesta de Sasha sería manejada por el restaurante. *** —Dylly, odio dejarte así cuando hemos estado muy ocupados últimamente, pero no puedo decepcionar a Bunny. —Bella se desgarró. Se puso de pie en la cocina de su restaurante, usando un lujoso vestido de fiesta rojo, viendo a sus empleados empacar la Bruschetta circular de camarón que Bunny había pedido, así como los rollitos de primavera de langosta que Isabella decidió añadir en el último minuto. —Podemos manejarlo. Además, estoy seguro que algunos de nuestros nuevos clientes estarán en la fiesta de Bunny también, así que no puede ser tan malo esta noche —dijo Dylan, corriendo a su alrededor y recogiendo los alimentos. —Recuérdame que mañana tengo que hablar contigo de un gran aumento de grasa —dijo con una enorme sonrisa mientras lo miraba llevar las bandejas cubiertas de comida a la camioneta de catering que esperaba en la puerta de atrás. Vio lo tarde que era y se dio cuenta de que necesitaba volver a su apartamento a esperar a Thomas—. ¡No estoy bromeando acerca de ese aumento, tampoco! —gritó para que Dylan oyera. Él le sonrió y le dijo que se divirtiera antes de desaparecer por las puestas. Llegó a casa unos minutos antes de que Thomas tocara a su puerta. Fue suficiente tiempo para retocar su maquillaje y cabello, asegurándose de que todo se encontraba en el lugar exacto. Cuando abrió la puerta, Thomas se quedó allí, mirando lo guapo que era justo como lo recordaba. Se inclinó y la besó en la mejilla. —¿Estás lista? —le preguntó. Catering: Servicio de comidas o servicio profesional que se dedica preferentemente al suministro de comida preparada, pero también puede abastecer de todo lo necesario para organizar un banquete o una fiesta. 7

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—Seguro. Vamos. —Cogió su bolso de noche y cerró la puerta de su apartamento. Se dio cuenta como Thomas no dejaba de comerle con los ojos, a pesar de que su vestido cayó peligrosamente bajo, y por eso, se hallaba agradecida. Nunca dejo de mirarla a los ojos, y se alegró de que no solo estuviera mirando su pecho. A medida que se detenían en la casa de Bunny, el aliento de Isabella se enganchó. Había pensado que la casa de Sasha era agradable, pero esta era una choza en comparación con el milagro que se encontraba delante de ella. No trató de dejar su asombro se mostrara demasiado, ya que no quería ofender a Thomas. Sabía que había mucha competencia entre las familias, y no quería provocar ningún roce por regodearse acerca de cómo era la casa de Bunny. Tomó el brazo que le ofreció mientras le ayudaba a salir del auto y le siguió los pasos por las masivas escaleras dobles hacia las puertas de madera antigua. El tallado en la puerta era tan complejo, que podría haberse quedado allí durante horas maravillándose. En cambio, fueron abiertas por un mayordomo, y ella y Thomas fueron conducidos al área de recepción. Bunny los notó inmediatamente, se acercó y dio a Isabella un beso en el aire en cada mejilla. —¡Cariño, te ves preciosa! —Se entusiasmó—. Y los aperitivos son maravillosos. Gracias por los extras. ¡Me quedé tan sorprendida! Isabella se rió. —De nada. Era lo menos que podía hacer después toda la ayuda que me has dado. Bunny agitaba su agradecimiento, como si no fuera ningún problema en absoluto. —Ustedes los niños entren al salón de baile y consigan algo de comer y beber. —Antes de que pudiera caminar lejos, Bunny se agarró del brazo de Bella y le susurró al oído—: Parker está ahí y sé que él quiere verte. — Viendo sus cejas levantarse y sus mejillas ruborizarse ligeramente, Bunny sonrió. Toma eso Thomas. Eso te enseñará a monopolizar todo su tiempo. Ella puede estar contigo, pero está interesada en mi hijo,pensó Bunny para sí misma. La simple mención del nombre de Parker envió un escalofrío a través de Bella, pero sabía que era una tonta por sentirse así. Él era una estrella de rock, después de todo, y sabía que nunca podría haber algo entre ellos. Además, ahora que su restaurante había despegado como un

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cohete, no había manera de que tuviera tiempo para salir de todos modos. Si la mención de su nombre envió un escalofrío a través de ella, debería haber sabido que verlo haría algo más. En el momento en que entró en el salón de baile, sus ojos inmediatamente lo encontraron y se bloqueó. Había algún tipo de fuerza, algo que no podía explicar. Espero que cuando se vaya de gira, este encaprichamiento que tengo con él desaparecerá, pensó para sus adentros. ¿Capricho? ¿Desde cuándo? Tal vez es solo una especie de curiosidad. Sintió un apretón en la mano, sacándola de sus pensamientos. Miró a su izquierda y se dio cuenta de que Thomas los había atrapado a ella y a Parker mirándose el uno al otro y ahora fulminaba a Parker con la mirada y no había ningún capricho involucrado allí. —¿Thomas, por qué no nos dirigimos al bar por unas bebidas? —le preguntó con una sonrisa, intentando deshacerse de la tensión que solo había aparecido. —Bien —dijo apretados labios, después se dirigió hacia la barra, guiándola con su mano en la parte baja de su espalda. Si, esto es una indicación de que el resto de la noche, estoy realmente con él, pensó tristemente, no muy segura a cuál de sus prioridades debía mentir, con Parker o con Thomas. —Brindo por esta noche —brindó, chocando su copa de champán contra la de Thomas y vaciado su vaso en un solo trago. He aquí esta noche, pensó otra vez, cuando sus ojos encontraron a Parker una vez más. Y va a ser una noche muy interesante.

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9 Traducido Por TamiMiau y Damabell Corregido por Agus Morgenstern

La fiesta de Bunny fue interesante para Isabella, por decir los menos. Tenía un buen tiempo conociendo a personas y bailando con Thomas, pero una pequeña cosa la molestaba. Cada vez que Parker se trataba de acercar a ellos, Thomas la empujaba lejos de él, diciendo que vio a alguien que tenía que conocer. Y por supuesto, allí siempre habría alguien a quien presentarla, pero sabía la verdad de detrás de esto. Thomas haría cualquier cosa para mantenerla lejos de Parker. Después de unos pocos muchos vasos de champagne, Isabella fue en la dirección de los baños, con una promesa a Thomas que estaría bien yendo sola, y que estaría de vuelta. Puso los ojos en blanco después que lo dejó, odiando que fuese tan sobre protector. La fila para el baño era realmente larga, y no pensaba que pudiese esperar tanto. Afortunadamente, Bunny y Parker estaban parados cerca. Caminó hacia ellos, le dio a Parker una sonrisa tímida antes de hablarle a Bunny. —Realmente odio preguntar esto, pero ¿tienes otro baño que pueda usar? No creo poder esperar en la fila —preguntó, casi tímidamente. —Por supuesto querida. Solo ve por ese pasillo de allí, y sube las escaleras. Hay un baño en el final del pasillo… —contó Bunny mentalmente—. Cuarta puerta a la derecha. —Discúlpenme, por favor —interrumpió Parker—. Veo a alguien que necesita mi ayuda. Bunny le sonrió, y luego volvió su atención a Isabella. —¿Necesitas a alguien que te lleve, o piensas que puedes encontrarlo?

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—Pienso que estaré bien sola. Muchas gracias. —Besó las mejillas de Bunny, y luego se fue en la búsqueda del otro baño. En la cima de las escaleras, comenzó a caminar más lento, mirando a todas las pinturas adornando las paredes. Nunca tendría el dinero para tener pinturas tan lindas con las que vio. Una parecía un Van Gogh, y conociendo a Bunny, era real. Se encontraba tan pérdida en su admiración al arte, que se sorprendió cuando una puerta se abrió y fue llevada por una puerta abierta dentro de una habitación oscura. Antes que pudiese gritar, una mano cubrió su boca y una tenue luz iluminó la habitación. Parker se encontraba allí sonriendo, viendo el miedo en la cara de Bella. Cuando su mano se movió y lo golpeó en el brazo, fuerte, comenzó a reírse. —Cálmate, solo soy yo. —¡Estúpido! Casi me matas. Pensé que me iba a hacer encima —le dijo, luego se avergonzó por dejar salir tanta información. Parker solo se rió de ella. —Lo siento, pero me di cuenta que este sería el único momento en que podría hablar contigo ya que Thomas parece haber puesto una correa a tu alrededor. Isabella estaba a punto de reclamarle, pero se dio cuenta que Parker se hallaba en lo correcto. —Se está volviendo un poco molesto —concordó—. Así que era eso tan importante, y por favor no me preguntes como me siento. —No necesitaba que llevara a flote el tema del bebé que perdieron. —De hecho, solo iba a decirte que mañana será mi última noche en la ciudad, y esperaba que fueses a mi concierto. Tengo dos entradas para la primera fila y dos pases para detrás del escenario para ti, pero hay una condición —le dijo y esperó por su reacción. Sus cejas se elevaron, preguntándose cuál era la trampa—. La única condición de esas entradas es que no traigas a Thomas. Isabella se rió. —Creo que puedo manejar eso. Tengo otros amigos por si no lo sabías. Parker se rió, sacando las entradas del bolsillo interno de su chaqueta, para luego pasárselas. —Espero que te guste. Ni siquiera sé qué clase de música te gusta. —Me gusta un poco de todo —le dijo, poniendo las entradas en su bolso de mano—. Gracias, estoy segura que estará genial. —Tenía una

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pregunta para él, y mientras pensaba como plantearla, hubo un corto silencio. No quería lucir sobre entusiasmada, pero al mismo tiempo, no quería lucir como si no le importara—. ¿Cuánto dura el tour? —Me iré por al menos dos meses, tal vez más si va bien y tenemos que agregar más fechas. También hay una conversación de un tour internacional, pero preferiría esperar para eso, pero no es como si mi opinión importara mucho —le dijo. —Guau, dos meses completos. —Le dio una rápida sonrisa—. Me he acostumbrado a ti estando alrededor. Será raro estar sin verte o escuchar de ti por tanto tiempo. Él sonrió. —Tengo un teléfono por si no lo sabías. —Sí, pero estarás tan ocupado siendo el Señor Estrella de Rock que nosotros las personas normales seremos olvidados —bromeó. Sus ojos se pusieron serios. —Nunca podría olvidarte. —Parker se inclinó para darle un beso en la mejilla, pero ella movió su cabeza para preguntarle qué hacía. En lugar que sus labios tocaran su mejilla, tocaron sus labios. Antes de que cualquiera de los dos supiera lo que pasaba, el beso se intensificó, y las manos comenzaron a vagar. —¿Isabella? —Una voz profunda llamó desde el final del pasillo, rompiendo el beso. La mano de Isabella voló a su boca, tocando sus labios, los labios que habían estado conectados a los de Parker en un beso divino. —Oh, mierda. Parker se rió suavemente. —Está bien, solo dile que te perdiste y entraste a la habitación equivocada. —Bella asintió, dejando mucho sin decir entre ellos—. Te veré en el concierto mañana en la noche. Isabella se quedó allí, y lo vio desaparecer por una puerta al otro lado de la habitación. Se encontraba dividida… seguir a Parker, o ir con Thomas. Al final, el miedo la dominó y se fue con Thomas. —¡Aquí estás! He estado buscándote por todos lados. Bunny dijo que fuiste al baño y me preocupaba que te perdieras —dijo Thomas, moviéndose hacia ella. —Lo hice. Pensé que dijo, segunda puerta a la derecha, pero debe haber dicho cuarta. —Siguió por el pasillo a la cuarta—. Discúlpame —dijo, metiéndose dentro.

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Thomas la esperó fuera del baño hasta que terminara, para luego acompañarla de vuelta a la fiesta, asegurándose que no se perdiera nuevamente. Y por el resto de la noche, no dejó su lado o la dejó ir a ningún lugar cerca de Parker. Pero lo que Thomas no sabía era que aunque la mantuviese alejada de Parker físicamente, después de ese beso, la mente de Bella estaba en Parker por el resto de la noche. *** El día siguiente, Isabella llamó a Jason tan pronto como despertó. —Hola perra, ¿tienes planes para esta noche? —le preguntó cuando respondió la llamada. —No, pero no te voy a ayudar a limpiar tus baños. Eso es esta noche, ¿Cierto? Sé que no es la noche del lavado o de la cocina —dijo, de alguna manera distraído. —Bueno, tienes razón, es la noche de los baños, pero no te iba a preguntar que me ayudaras con ello. Te iba a preguntar si querías ir a un concierto conmigo. Pero si así es como vas a estar… —le dijo, bromeando. —¿Concierto? ¿Qué concierto? ¿Uno del semental por el que estás constantemente babeando? ¿Cuánto me costará? —le preguntó, ahora completamente interesado. —Es el concierto de Parker, y no he estado babeando por él. Somos amigos ahora, eso es todo. Me dio dos entradas gratis, ¿Y a quién mejor llevar que a mi mejor amigo? —respondió. —¿Y qué hay de Tommy Boy? Los dos han estado bastante acogedores últimamente —preguntó, volcando sus ojos. Todavía cree firmemente que Thomas es una "reina del armario". —Um, no, te prefiero allí. Por lo tanto, ¿vas a decir que sí, o me vas hacer rogar? —preguntó, empezando a perder su paciencia. —Por mucho que me encanta escucharte mendigar, me gustaría ver a esos sudorosos chicos calientes sobre el escenario aún más. Por lo tanto, iré —le dijo con una gran sonrisa. Se sentía contento de que saliera un poco más últimamente. Sin duda había mejorado su estado de ánimo. —Fantástico. Voy a recogerte a las siete entonces. Estate listo y a la espera —advirtió antes de colgar el teléfono. Miró su reloj y trató de planificar el resto de su día. Tal vez podría salir en un rápido servicio de limpieza antes de prepararse para el trabajo, pero luego tendría que salir temprano, por lo que podría estar lista para ir a un concierto. Suspiró. Otro día de locos.

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*** Isabella y Jason pasaron por el gran auditorio, ya repleto de miles y miles de fanáticos. Caminaron a la primera fila, notó un montón de mujeres dándoles una sucia mirada, envidiosas de que tenía mejores asientos. Solo sonrió. Si tan solo supieran. Jason analizó la multitud, a ver si alguien conseguía su interés. Entrecerró los ojos a un hombre, e inmediatamente lanzo un codazo a Isabella en las costillas. —¡Ay! —gritó—. ¿Qué diablos fue eso? —Voy a ir a hablar con él. Va a ser mi novio —le dijo Jason, señalando a un hombre, que para los ojos de Isabella parecía muy recto. —Jase, ¿qué te hace pensar que es incluso gay? —preguntó, no queriendo que su amigo hiciera el ridículo, o peor aún, terminara siendo golpeado si el tipo no era gay. —Mira su sombrero. Tiene un arco iris. ¡Hola! —le gritó y rodó sus ojos, como si fuera la cosa más obvia en el mundo. Isabella miro más de cerca al sombrero del tipo y casi murió riendo. —Jase, ¿has oído de Pink Floyd? —pidió. —Son una banda, ¿no? —preguntó y cuando Bella solo asintió con la cabeza, continuó, disfrutando de su risa—. ¿Qué? ¿Qué tienen que ver con esto? —Cariño. —Isabella intentó mantenerlo bajo control—. Puede que sea un arco iris, pero no es un “arco iris gay” —le dijo—. Ese fue un símbolo de la portada de uno de sus discos. Significa que a ese tipo le gusta Pink Floyd, no que es gay. Jason entrecerró los ojos, no muy comprensivo, entonces sus cejas se dispararon en sorpresa cuando finalmente comprendió. —¡No me digas! Casi cometo un error, ¿eh? Isabella asintió y se rió de nuevo cuando las luces se atenuaron y la banda de apertura llegó al escenario a tocar. Eran muy buenos, nadie había oído hablar de ellos antes, pero prometían. Empezaba a ponerse nerviosa al final de su conjunto, impaciente por que Parker empezara. Nunca lo había visto antes así, pero había escuchado sus canciones y no podía esperar para escucharlo en vivo. Finalmente, llegó el momento. Fue algo que nunca había visto antes. Siempre se hallaba lleno de energía y confianza, pero cuando se encontraba en el escenario, era mucho más crudo e intenso. Tenía un

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magnetismo cuando actuaba, no era de extrañar que fuera tan popular y exitoso. Isabella miró a su alrededor la multitud y notó que la mayoría de las mujeres cantaba y muchos lloraban. Los chicos saltaban con la música, con los puños y cantando también. Todo el mundo parecía estar disfrutando del espectáculo, y no era ningún misterio por qué. Volvió su atención hacia el escenario y se permitió ser cautivada por la presencia de Parker. Después del espectáculo, Bella y Jason mostraron su pase VIP a los guardias de seguridad y fueron conducidos a una gran sala con bar y buffet. En la sala ya había mucha gente, y más se filtrada después de que Bella y Jason llegaran allí. Pero había solo una persona que se hallaba decidida a ver, la única persona que había logrado captar su atención no hacía mucho tiempo. Pero todavía no lo encontró. La habitación se hallaba llena de mujeres semidesnudas y un montón de hombres. Era una multitud completamente diferente a la que Bella se encontraba acostumbrada, y empezaba a sentirse un poco incómoda. Sabía que habría un montón de groupies, pero no se sentía preparada para ver cuantas exactamente serían. Abriéndose paso en la habitación, finalmente encontróa quien buscaba. Era el centro de atención, todos los ojos se hallaban sobre él. Se reía de algo que alguien dijo, verdaderamente feliz. Tenía una cerveza en una mano, y lo que parecía ser un cigarrillo o porro en la otra. Vaciló por un momento, no estando segura si debería acercarse a él. Justo cuando se hallaba lo suficientemente cerca como para poder decir algo y llamar su atención, una mujer, empujó desde atrás y se acercó a Parker. La rubia, de piernas largas para morirse, se acercó Parker y empujó su lengua en su garganta. Bella vio como Parker la tiró sobre su regazo y descansó una mano en su culo y la otra en su mejilla. Había visto lo suficiente. No pertenecía allí, no pertenecía a la vida de Parker en absoluto. Ahora era muy claro para ella. Salió, agarrando la mano de Jason. En poco tiempo, fue a su casa, a su cuarto de baño, restregándose las sales de baño y maldiciéndose a sí misma por ser tan ingenua.

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10 Traducido por Alysse Volkov Corregido por Nyssa

Isabella se enjuagaba la espuma de la gran bañera de jardín en su cuarto de baño cuando pensó que escuchó un sonido de golpes en la puerta. Cerró el agua y escuchó más cerca. Esta vez, lo oyó, pero era más de un golpe. Corrió hacia la puerta, con la esperanza de que la persona a punto de romper la puerta no despertara a sus vecinos. Abrió la puerta, sin molestarse en mirar por la mirilla para ver quién era, también con la intención de calmar a la persona. —¡Parker! —exclamó, tirándolo dentro de su apartamento y cerrando la puerta detrás de él. Sus ojos se encontraban un poco vidriosos, y tropezaba ligeramente—. ¿Qué haces aquí? —¿Por qué no volviste al escenario esta noche? —preguntó, cayendo sobre su sofá—. Creo que es de mala educación que te invite, y ni siquiera aparecieras en mi última noche en la ciudad por un tiempo — dijo con una mezcla de decepción y diversión. Bella se dio cuenta de que se encontraba un poco ebrio, pero no lo suficiente para que no supiera lo que decía o hacía. Solo lo miró fijamente durante un minuto, no segura de si decirle la verdad o no. —Estuve allí —admitió, sin importarle que supiera la verdad. En realidad no le debía nada, y probablemente no volverían a verse otra vez después de que se fuera—. Parecía que te encontrabas ocupado, sin embargo, así que nos fuimos. —Te esperaba —le dijo en un casi gemido. No podía evitarlo, dejó salir una corta, indignada risita de su boca. —No, realmente no creo que esperabas por mí. Me pareció como si estuvieras bastante pre-ocupado. —¿Podrías solo dejar de bordear el tema y decirme qué está mal? — Parker empezaba a enfadarse.

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Isabella negó con la cabeza. —¡Esto es tan estúpido! —murmuró, pasando las manos por el cabello en señal de frustración—. ¿Quieres saber lo que está mal? Me encontraba allí anoche. No sé lo que pensaba, pero me sentía tan emocionada de estar allí, estúpida, ingenua persona que soy. Y lo primero que vi cuando te encontré fue a una chica sentada en tu regazo, con tu lengua empujando por su garganta, acariciándola para que toda la habitación viera. ¿Eso me molestó? ¡Sí! ¿Sé por qué? ¡No! Todo lo que sé es que no era correcto para mí estar allí, así que me fui. Y ahora me gustaría que te fueras tú. —A pesar de que había comenzado en calma, pero frustrada, terminó gritándole. Parker la miró, sorprendido. No podía negar lo que había sucedido, porque lo hizo. Pero no tenía idea de que Isabella había estado allí para verlo. Y lo peor, no tenía idea de que iba a molestarla. ¿No veíaa Thomas, después de todo? Parker se levantó del sofá. —De todos modos tengo que irme. Mi bus de gira está esperándome en la esquina y nos vamos tan pronto como regrese —dijo, de alguna manera solemne y se dirigió a la puerta con Bella siguiéndolo—. Lo siento por lo que viste anoche, pero cuando me haya ido, tal vez deberías tratar de averiguar por qué te molesta tanto. Isabella miró al suelo y asintió. Sabía que tenía razón, y odiaba eso. Tratar de encontrar la razón por la que se sentía molesta sería una gran idea, pero no era algo que fuera fácil de hacer. —Que tengas un buen viaje, y sé cuidadoso —le dijo, finalmente, levantando la mirada de vuelta hacia él. No podía detenerse en todos los pensamientos nadando por su cabeza en ese momento. —Gracias, lo haré. —Sonrió—. No trabajes hasta morir mientras estoy fuera. Toma un descanso para disfrutar de la vida de vez en cuando, ¿de acuerdo? —Le sonrió y la vio asentir, las lágrimas formándose en sus ojos. Le tomó la cara entre las manos, frotando sus pulgares suavemente sobre sus mejillas—. Oye, voy a estar de vuelta antes de que te des cuenta, y entonces estarás deseando que me vaya de nuevo —le dijo con una pequeña sonrisa en su rostro. Una lágrima rodó por su mejilla, y se inclinó y la besó. En buena medida, la besó en la otra mejilla también. Entonces antes de que ninguno de ellos supiera lo que pasaba, sus labios se conectaron, abriéndose para permitirles acceso de sus bocas, sus lenguas apasionadamente bailando juntas. Ambos se hallaban perdidos en el beso, solo conscientes de la dulce sensación corriendo por sus cuerpos. La realidad les golpeó como un maremoto, sin embargo, cuando el móvil de Parker comenzó a sonar. Isabella retrocedió, limpiándose rápidamente su boca, y otra vez pasando las manos por su cabello. Parker

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contestó su teléfono con frustración, luego lo cerró después de unas breves palabras. —Me tengo que ir —le dijo en tono de disculpa. —Lo sé—asintió Bella. —Te veré pronto —le dijo, tocando su mejilla otra vez ligeramente. Antes de ella darse cuenta, había desaparecido fuera de su puerta, a pesar de que todavía podía casi sentir el contacto de su mano en la cara. Se sentó en su sofá, sintiendo su agotamiento engulléndola. No solo iba a tener que averiguar por qué le molestaba ver a Parker besando a esa mujer, sino también tenía que tratar de entender cómo lo podía odiar un minuto y luego tener sentimientos totalmente opuestos al día siguiente. ¿Y el beso? Todo era demasiado para que lo pensara. Necesitaba una buena noche de sueño antes de que pudiera hacer cara o cruz a algo de eso. *** Durante las próximas semanas, el restaurante parecía estar más ocupado que nunca, manteniendo a Isabella en constante movimiento. Y encima de más clientes, también se encontraba ocupada entrenando a sus nuevos miembros del personal y la apertura de la sala de banquetes para todos los días, para los comensales ocasionales. Finalmente fue capaz de volver a caer en todas sus rutinas diarias, con un mínimo de interrupciones. En ocasiones, iría al teatro con Thomas, o asistiría a una función de caridad con él, pero en su mayor parte, su vida volvió a la normalidad, y por eso, se sentía agradecida. Su relación con Dylan se ponía de nuevo en marcha también. Durante un tiempo, parecía que se ponía molesto con ella, y su falta de presencia en el restaurante. Pero desde que empezó la gira de Parker, su amistad se enmendaba. La única cosa que molestaba a Isabella sobre Dylan últimamente, sin embargo, era su interminable necesidad de traer revistas de chismes al trabajo con él. Cada maldita revista que compraba tenía una historia sobre Parker en ella. La mayoría tenía su foto en la parte delantera, dejando al descubierto su último sabor del día. Muchas de las chicas tenían el mismo aspecto, y estaban siempre en una especie de posición comprometedora. Dylan siempre se aseguraba de que Bella viera las imágenes, y muchas veces leía los artículos para ella. Poco a poco, esto fue carcomiéndola. Sabía que Dylan y Parker no eran los mejores amigos, pero Dylan no tenía necesidad de mantenerse señalando cuán equivocado era Parker para ella.

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Con cada imagen y cada artículo, era cada vez más evidente para Isabella que Parker vivía una vida completamente diferente a la que ella llevaba. Sus vidas se movían en direcciones completamente diferentes, y seguro que su vida era una en la que ella nunca estaría cómoda. Así que, no importabaqué sentimientos pensó que podría haber tenido por Parker, la razón le decía que no iba a funcionar, y que debía dejar de perder su tiempo con él y seguir adelante. Su corazón, sin embargo, contaba una historia completamente diferente. *** Cerca de un mes después que Parker se fue de gira, Isabella se sentó toda la noche en Laundromat a un par de manzanas más abajo de su apartamento. Leía a través de uno de los tabloides que Dylan había dejado en su oficina, ya que había terminado el libro que trajo con ella antes de que su ropa incluso entrara en la secadora. Estudiaba la imagen de Parker y una rubia, centrándose en su piel pálida y los círculos oscuros bajo los ojos inyectados en sangre, en lugar de lo que la chica le hacía. Su teléfono celular sonando la hizo saltar, y ya que era el medio de la noche, lo respondió, a pesar de que no reconocía el número. —¿Hola? —preguntó, su corazón golpeando con fuerza en su pecho. Siempre se ponía nerviosa cuando recibía llamadas tan tarde. —Oye bebé, ¿me todavía extrañas? —ronroneó una voz profunda en su oído. —¿Parker? —preguntó, con una sonrisa en su rostro. —El único e incomparable —confirmó—. ¿Aún sigues en la lavandería? —Sí, ya casi termino. Pero es un poco raro que llames, miraba una interesante imagen de ti. ¿Cómo te va? —Se quedó mirando a la imagen, de manera que la hiciera sentir cerca de él. —Estoy bien. Así que ¿cuál es la imagen interesante? —preguntó, curioso, pero al mismo tiempo con un poco de miedo ya que sabía cómo eran los tabloides. —Oh, ya sabes, más o menos lo mismo que cualquier otra que vea. Alguna chica o bien besándote o luciendo como si estuviera lista para ir sobre ti —le dijo, con un aire de indiferencia—. Te ves como la mierda sin embargo. ¿Te sientes bien? Parker se rió de su honestidad. —Estoy bien, solo un poco cansado tratando de mantenerme al día con mi agenda. Cada vez me siento como que me estoy haciendo

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demasiado viejo para esta mierda, no dejo de pensar en los Stones o Aerosmith, y pensar que si ellos pueden hacerlo, yo también puedo. —¿Cuándo es tu próximo receso? —preguntó, notando que su voz aún sonaba cansada. —Creo que tenemos uno que viene en un par de semanas, pero no estoy seguro. Todas las fechas y los lugares se están mezclando —le contó. Luego, en una voz sarcástica, dijo—: Pero nos dieron una gran noticia. Ya que estamos tan demandados y todo el mundo está disfrutando nuestro espectáculo, hemos tenido un par de fechas añadidas. ¡Ahora estaremos de gira durante al menos tres semanas más! —Y suenas tan emocionado por eso. —Se echó a reír. —Estoy acostumbrado a ello, pero realmente esperaba que esto no se convirtiera en una larga gira. Por primera vez en mi vida, extraño mucho estar en casa. Isabella no sabía qué decir. No quería decirle lo mucho que lo echaba de menos, sobre todo porque de todos modos no importaba. —Bueno, al menos tienes un montón de chicas para que te hagan compañía. Parker suspiró. —Estoy seguro de que los tabloides han hecho que se vea mucho peor de lo que realmente es. —No olvides que lo he visto de primera mano —le recordó Isabella. —Me viste besar a una chica. Eso es todo lo que he hecho, besar a las chicas. No duermo con groupies ya. Y aun así, muchas de ellas están reclamando que engendré a sus bebés así que voy a tener que pedir una muestra de ADN en el expediente para refutar sus afirmaciones. He vivido y aprendido, y no voy a ir allí de nuevo. —Parker se sentía frustrado. Isabella se encontraba herida. No sabía si él hablaba de ella cuando mencionó la muestra de ADN o no, si quería decir que había aprendido de estar con ella. —No soy una groupie —espetó. Parker podría haberse golpeado a sí mismo. —No, no hablaba de ti Bella. Lo siento. Eso fue muy insensible, pero no hablaba de ti. Solo quería decir que he crecido, y toda la cosa de la estrella de rock se está poniendo viejo. Amo hacer música, pero estoy tan harto de las fiestas, y las chicas que solo quieren estar conmigo por mi fama y la fortuna. Sé que no eres una groupie, y nunca te habría puesto en esa clasificación.

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—Está bien. Probablemente será mejor me vaya —le dijo Isabella, entristecida ante el giro en su discusión. —Espera, no te vayas todavía —declaró—. Echo de menos hablar contigo. Lo siento si lo que dije te lastimó. ¿Solo un poco más? —Mi ropa está casi lista, pero supongo que puedo hablar por unos minutos más —cedió. —Así que, nunca me contestaste. ¿Me extrañas todavía? —bromeó. —Sí, se podría decir, pero no leas nada en eso porque no significa nada —advirtió. Se rió de nuevo. —Sí, claro, sé que me quieres. No puedo esperar por el día en que te des cuenta. —No va a suceder. Incluso si tuviera cualquier tipo de sentimientos por ti, nada volvería a suceder. Esto no funcionaría entre nosotros. Somos demasiado diferentes y terminaríamos perjudicando a los demás —le dijo honestamente. —Dices eso ahora… —le dijo, dejándolo abierto, como una promesa para el futuro. La secadora junto a Isabella zumbó. —De acuerdo, me tengo que ir ahora Parker. Mi ropa está lista y tengo que tenderlas antes de que se arruguen. —Ah, mi diosa doméstica. —Se echó a reír—. Bien, voy a dejarte ir, pero voy a llamar de nuevopronto. —No voy a aguantar mi respiración. —Se echó a reír—. Duerme un poco. No quiero que te sigas viendo como el infierno en las únicas imágenes que veo de ti. —Sí, señora. —Hizo una pausa—. Buenas noches Bella. Te extraño. Ella sonrió. —Buenas noches —le dijo antes de colgar y cerrando su teléfono. Lo echaba de menos también, más de lo que quería admitir.

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11 Traducido por July Styles Tate & Luna Alessi Corregido por Sapphire

Las próximas semanas pasaron bastante normal para Bella. El trabajo parecía consumirla, y conseguía menos y menos sueño a causa de eso. Tuvieron que cambiar las horas, para abrir una hora más temprano y cerrar una hora más tarde para adaptarse al aumento en los negocios. A cambio, sus tareas diarias fueron aplazadas por una hora, dándole menos horas de sueño por la noche. También perdía peso por estar todo el tiempo en movimiento. Sus salidas nocturnas con Thomas se habían vuelto menos frecuentes para gran consternación de Sasha, y para alegría de Bunny. Todavía iban al restaurante a comer a menudo, y Bella siempre se sentaba a hablar con ellas durante unos minutos cada vez. En una de sus noches normales, se disponía a recorrer el comedor, cuando Bunny alzó su cabeza hacia la cocina. Miró a su alrededor y rápidamente vio a Bella dando algunas órdenes a los chefs mientras se desataba el delantal. Viendo a algunos de su personal viendo hacia la puerta, Bella movió sus ojos en esa dirección. Bunny saludó tímidamente, sintiéndose mal por interrumpirla. El rostro de Isabella se iluminó. —Bunny, acababa de salir para ver si tú y Sasha se encontraban aquí. —Sonrió, caminando hacia la puerta. Bunny intervino, una mirada de incertidumbre en su cara. —¿Me preguntaba si podría hablar contigo en privado por un momento? Isabella frunció el ceño, esperando que todo estuviera bien. —Claro, vamos a mi oficina. —Puso su mano en la espalda de la señora mayor y la condujo por el pasillo hacia su oficina. Una vez que se sentaron con la puerta cerrada, Bella inclinó la cabeza con preocupación—. ¿Hay algún problema Bunny?

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—Tenía la esperanza de que podrías decirme eso —contestó en voz baja. Bunny extendió la mano y la puso suavemente sobre las manos de la mujer más joven. —¿Estás bien? Isabella recordaba. Desde que sus padres ya no estaban vivos, no había tenido una figura de madre en su vida por bastante tiempo, y la preocupación de Bunny la hizo sentir como si tuviera una presencia materna en su vida de nuevo. Lágrimas picaban sus ojos mientras miraba la preocupación escrita en la cara de Bunny. —Muchas gracias por tu preocupación Bunny, pero estoy bien. Solo he estado trabajando muchas horas, y no he tenido mucho tiempo para mí últimamente. —Sonrió, tratando de tranquilizar no soloa Bunny, sino a ella también. No era solo el restaurante y las tareas que la mantenían despierta en la noche; eran sus pensamientos por Parker. Las imágenes de los tabloides estaban llegando realmente a ella, y cada vez que las veía, él lucía de mal en peor. —Bueno, mi querida, tienes que prometerme que vas a empezar a cuidar mejor de ti misma. —La mujer mayor sonrió, aunque todavía mostraba preocupación en sus ojos—. Si hay algo que pueda hacer por ti, por favor no dudes en preguntar. Tal vez podamos tomar un día de chicas y salir e ir de compras o algo. —Eso suena maravilloso Bunny. Tan pronto como las cosas vayan más lento por aquí, sin duda tomaré esa oferta. —Bella se levantó. Por mucho que le quería preguntar sobre Parker, simplemente no podía hacerlo. —Será mejor que regreses a donde Sasha. Podría pensar que te puse a trabajar o algo así. Bunny rió. —Como si… —abrazó a Isabella cuando caminó para salir de detrás de su escritorio, y todo lo que Bunny podía sentir era hueso. Parecía que la chica había perdido más peso de lo que se había dado cuenta. Su uniforme hacía un buen trabajo en ocultarlo. Más tarde esa noche, Bunny hizo una llamada a su hijo, con la esperanza de que hubiera algo que él pudiera hacer. Sabía que había algo entre ellos dos; no sabía exactamente lo que era. Pero veía las miradas que Bella y Parker intercambiaban cada vez que estaban alrededor del otro, y también se dio cuenta de las miradas desafiantes que Thomas había arrojado a Parker durante los eventos de caridad. Parker contestó su teléfono en el segundo timbre.

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—¿Madre? ¿Está todo bien? —preguntó, un poco preocupado. Su madre nunca lo llamaba cuando se encontraba de gira. No concordaba con el tipo de estilo de vida que llevaba en las giras, por lo que eligió evitarlo. Si eso significaba no hablar con su hijo durante un par de meses, entonces eso era lo que tendría que hacer. —No estoy segura Parker… es Isabella —comenzó a decirle, antes de que él la interrumpiera. —¿¡Bella!? ¿Está bien? Madre, ¿sucedió algo? —preguntócon impaciencia, los nervios y adrenalina corriendo por su cuerpo. Bunny casi sonrió para sí misma, al oír la preocupación y el afecto en su voz. Así que tenía razón después de todo, había algunos sentimientos entre ellos. —No creo que sea nada importante, creo que solo se está presionando sí misma demasiado fuerte. Se ve agotada, y ha perdido mucho peso. Me preocupa que pueda terminar en el hospital por agotamiento si se mantiene así. —Sonaba cansada la última vez que hablé con ella, pero se comprometió a comenzar a tomar las cosas más fáciles —le dijo a su madre, sin pensar en lo que estaba dando a entender, o abriéndose a una larga lista de preguntas. Bunny levantó una ceja. —¿Cuándo hablaste con ella por última vez? —Madre eso ha sido, probablemente, demasiado tiempo. Creo que fue hace unas tres semanas, pero no estoy seguro exactamente. —Se frotó la frente—. ¿Qué puedo hacer para ayudar? —No estoy segura cariño. Tal vez deberías llamarla otra vez, trata de convencerla de frenar un poco —sugirió, feliz de haber hecho la llamada a su hijo. —Pensaba llamarla pronto de todos modos, las cosas se ponen tan agitadas en el camino. —Lo oyó poner su mano sobre el teléfono y hablar con alguien en el fondo—. Tengo que correr madre, pero la llamaré para ver si hay algo que pueda hacer. —Gracias, querido. Espero que consigas hacerla entrar en razón. Y espero que lo estés haciendo bien —le dijo—. Te amo hijo. —Yo en Bella y través de perdieron, concierto.

también Madre. Adiós. —Colgó el teléfono, sus pensamientos cómo podía ayudarla. Pero como su manager lo arrastró a la sala de conciertos, sus pensamientos sobre Isabella se y fueron reemplazados por su preparación mental para su

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Isabella luchó por mantener los ojos abiertos mientras se sentaba en la lavandería. Observaba como su ropa giraba en la secadora, dando vueltas y vueltas, casi hipnotizándola hacia el sueño. Del mismo modo su cabeza cayó hacia adelante, un ruido estridente la sobresaltó. Miró a su alrededor, tratando de averiguar de dónde venía el sonido. Encontró su teléfono y lo abrió, sin siquiera mirar a la pantalla. —Hola preciosa —ronroneó en su oído una voz familiar. —¿Parker? —preguntó, sorprendida de que la había llamado de nuevo. —Buen intento. Me alegro de que no haya otro chico en lavandería, que te llame hermosa. —Se rió en el teléfono. El estómago de Bella dio vuelta. Se preguntó si realmente quiso decir eso, o solodecía eso haciendo una broma. —No, solotu —le dijo, dándose cuenta de que sonaba un poco entrecortada—. ¿Cómo va todo? —No está mal, lo mismo, de siempre. ¿Y tú? —preguntó, pues no quería decirle que su madre lo había llamado preocupada por ella. —Lo mismo, solo trabajando. Hemos estado más ocupados de lo que me imaginé. Creo que le debo la mayor parte de eso a tu madre. Pienso que le dice a todo el mundo que conoce en la calle que tienen que venir a mi restaurante y probar la comida. —Bella se rió. Parker captó lo hueca que sonaba su risa. Podía escuchar a través del teléfono lo cansada que se encontraba, y sabía exactamente lo que necesitaba. —Escucha, tuve una idea, y realmente no puedes decirme que no, porque me lo debes. —¿Te lo debo? —preguntó Bella, comenzó a enfadarse con él. ¿Cómo podía pensar que ella le debía algo? —Bueno, la última vez que te vi, te dije que era grosero de tu parte abandonarme y no utilizar los pases de backstage que te di. No solo eso, sino que fuiste a esos eventos de caridad con Thomas, y ni siquiera me diste una oportunidad. Así que, como lo veo, me lo debes —explicó. —En primer lugar, te dije que fui detrás del escenario, que solote encontrabasocupado... —le recordó. —Bien, bien... lo entiendo. Pero de todos modos, todavía no puedes decirme que no. —Respiró hondo, listo para el asalto verbal que se aproximaba—. Tengo un billete para ti en el aeropuerto JFK, sale mañana por la tarde para que vengas y me encuentres en la gira. Es solo por un par

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de días, me encontrarás en Indianápolis, verás el espectáculo allí, y luego viajarás conmigo a Chicago, luego, St. Louis, y volarás de vuelta a Nueva York desde St. Louis. —Parker, ¿has olvidado que tengo un restaurante funcionando? — espetó. ¿Cómo se atrevía a tomar estas decisiones por ella?—. Además, ya te dije que nuestras vidas son muy diferentes. No estoy familiarizada con todo eso de las fiestas, y ver a las chicas por todas partes. —Por mucho que la volvía loca que asumiera que dejaría sus responsabilidades para verlo "tocar", también tuvo la tentación de aceptar su oferta. No solo necesitaba un descanso, sino que lo echaba muchísimo de menos. —Escucha, lamento que suene como que estoy dictando tu vida, pero la verdad es que te necesito en estos momentos. Necesito un poco de normalidad. Siento que me volveré loco, y aún tenemos como tres semanas —le dijo con sinceridad—. Necesito a alguien que me aterrice y parece que tienes un don para eso. Isabella se detuvo, sin saber qué decir. Su mente luchaba con sus pensamientos, tanto vacilantes y excitados al mismo tiempo. —¿Te puedo llamar de vuelta con una respuesta? —preguntó. —Tienes hasta la hora en que laves tu ropa para llamarme —bromeó, conociéndola mejor de lo que ella pensaba. Isabella estuvo de acuerdo, y colgó el teléfono. El corazón le latía con fuerza mientras marcaba otro número de teléfono. —¿Hola? —Una voz masculina cansada contestó el teléfono. —¿Dylly? Necesito un favor —dijo en voz baja—. Y si dices que sí, te daré una semana extra de vacaciones que puedes utilizar en dos semanas. Dylan gruñó. Sabía lo que venía, y tan frustrante como era, la semana extra de vacaciones sería muy apreciada. —¿Qué noche libre necesitas? —preguntó. —Bueno, a ver, la cosa es esta. Como que necesito los próximos seis días libres —le dijo tímidamente. Un momento de miedo pasó por ella, y luego fue golpeada con un poco de sentido común. Era la jefa, era dueña del restaurante, y trabajaba para ella—. Dylan, realmente necesito este tiempo libre, y realmente necesito que te ofrezcas y veas el restaurante mientras no esté —le dijo, más segura ahora. —Está bien —cedió—. ¿Me dirás a dónde vas? —Solo es un viaje para darme un poco de la relajación que tanto necesito —le dijo—. Tengo que correr, terminar con mi ropa sucia, y

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comenzar a empacar. Me voy mañana por la tarde y volveré en poco menos de una semana. Tendré mi celular si me necesitas. —Bien, diviértete —le dijo Dylan, obviamente no significaba el sentimiento detrás de sus palabras. Se dio cuenta de que se sentía molesto, pero en su emoción no le importaba. Abrió su teléfono de nuevo y fue a la lista de llamadas recibidas. Pulsó el botón de llamada y el teléfono marcó el número de la última llamada recibida. —Será mejor que escuche un sí saliendo de tu boca —dijo Parker incluso antes de decir hola. —Solo dime a qué hora tengo que estar en el aeropuerto —se apresuró a decir antes de cambiar de opinión. —El vuelo es a la una, pero asegúrate de estar allí temprano. No quiero una llamada diciéndome que te has perdido tu vuelo. Voy a tratar de estar en el aeropuerto en Indy por ti, pero si mi manager piensa que no es seguro, lo enviaré para que te recoja. —Parker se encontraba feliz, pero nervioso al mismo tiempo. —Está bien, nos vemos mañana entonces. —Colgó el teléfono, su estómago un manojo de nervios. ¿Qué significaba esto para ellos? ¿Qué esperaba de ella? ¿Sería capaz de manejar su "otra vida"?Sabía que no dormiría esa noche, no había manera de que su mente le dejara de hacer todas estas preguntas. El avión aterrizó en Indianápolis, Indiana, e Isabella escuchó al piloto decirles que disfrutaran de su estancia. Se encontraba impresionada, Parker había volado en Primera Clase, pero de nuevo, no esperaba menos de él. Era simplemente típico de Parker, siempre atento... o al menos típico de un lado de Parker que conocía. Tiró de su equipaje de mano a través de las puertas dela terminal, buscando a cualquier persona familiar, o alguien que llevara un cartel con su nombre en él. Caminó entre la multitud de gente esperando, y de repente sintió una mano en su brazo mientras se movía entre dos personas. Bella miró la mano y movió sus ojos hacia arriba al brazo de la persona que sostenía el suyo. Mirando aún más hacia arriba, vio a un hombre con el pelo rubio hasta los hombros, un sombrero de camionero al revés, y gafas de sol de aviador. Justo cuando se encontraba a punto de decirle al hombre que sacara sus manos sucias de ella, se inclinó y le susurró al oído. —Me alegro de que no te perdiste el magnífico vuelo. —La besó en la mejilla y la arrastró escaleras abajo, al área de reclamo de equipaje. Puso su dedo en los labios, manteniéndola efectivamente callada, y no diciendo nada que pudiera llamar la atención sobre ellos. Una vez que

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tuvieron su otra maleta, salió del aeropuerto a un coche con chófer esperando. De forma segura en el interior del vehículo con vidrios polarizados oscuros, se quitó las gafas de sol, sombrero y peluca. Ahuecó su pelo y miró a la mujer que aún permanecía tranquila. —Puedes hablar ahora. —Se rio de la admiración en sus ojos, y la sonrisa en su rostro. —Te extrañé mucho Parker —dejó escapar antes de que su cerebro pudiera detenerla. —No tanto como yo te extrañé, Bella. —Se inclinó y la abrazó con fuerza, no le gustaba la sensación de su cuerpo. Su madre tenía razón, había perdido mucho peso, demasiado en realidad. Poco a poco se alejó de ella, y por primera vez, vio lo cansada que en realidad lucía. En ese momento, se comprometió a hacer de este viaje las mejores vacaciones que hubiera tenido.

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12 Traducido por Bett G.&Zely Medel Corregido por Elizabeth Scarhood

―¿Cuáles son los planes para hoy? ―preguntó Bella mientras cargaban su equipaje en el hotel y lo llevaban a la habitación. Isabella miró a su alrededor, impresionada con el vestíbulo y todos los muebles en el hotel. Era obviamente un hotel de primera categoría, del tipo que no está acostumbrada a alojarse. Antes de que su restaurante se convirtiera en un éxito, vivía un estilo de vida de clase media. Y ahora que el dinero rodaba por The TigerLily, realmente no ha tenido tiempo para disfrutar de lujos. ―Bueno, primero vamos a conseguir que te instalen en tu habitación, y luego tienes una cita en el spa mientras voy a hacer mi prueba de sonido. Cuando vuelva, tenemos reservas para la cena, entonces pensé que podíamos caminar alrededor de Monument Circle por un tiempo y ser todos unos turistas ―le dijo en el ascensor. ―¿El spa? ―preguntó Bella. ―Sí, te apunté al paquete completo… facial, masaje, una especie de baño de barro cosas… que funcionan ―respondió, mirando los números en el ascensor, viendo cómo iban a la planta superior. Sacó una tarjeta llave de su bolsillo trasero y la deslizó en la cerradura, abriendo la puerta en un instante. En el pasillo, Isabella miró a su alrededor y vio que la única puerta que había era la que Parker abría. Lo siguió hasta la habitación y vio un salón gigante con puertas que llevaban a dormitorios y baños separados. ―¡Parker, esto es enorme! Se echó a reír.

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―Bueno, estoy tan cansado de dormir en espacios reducidos en el autobús de la gira que decidí conseguir el penthouse y permitirnos el lujo. Me estás dando una excusa para dormir en hoteles buenos, mientras estás de visita, en lugar de estar sufriendo ambos en el autobús. La llevó hasta una habitación grande. ―Esta es mi habitación, solo en caso de que estés asustada o… caliente. ―Ella se rió y golpeó su brazo cuando él movió sus cejas. Riendo, caminó un poco más lejos y abrió otra puerta―. Esta es tu habitación. Isabella entró en la habitación y miró a su alrededor. Se encontraba decorada tan elegantemente con crema, dorado y toques de marrón. Parker dejó la maleta grande en la cama, y volvió a salir. ―Tu cuarto de baño está a través de esa puerta de ahí. ―Señaló una gran puerta a su izquierda―. Ese es el armario si lo necesitas, pero solo estarás aquí hasta mañana. Mmm, hay comida y bebidas en la cocina, sírvete lo que quieras. Ah, y la cita es en cuarenta y cinco minutos, así que has lo que necesites, pero debes estar abajo en el spa para entonces. Estaré de vuelta poco después de que termines de ser mimada, y nuestra reservación para cenar es a las ocho.―Recorrió toda la lista, Isabella tratando de asimilarlo todo. Puso su equipaje de mano abajo y lo siguió hasta la puerta del penthouse. ―¡Parker, espera! Él dejó de apresurarse a salir y se volvió para ver lo que quería. Una vez que se detuvo, se puso de pie con torpeza, no muy segura de qué decir. Se acercó a él lentamente y le dio un suave beso en la mejilla. —Gracias. Parker asintió, sin saber muy bien qué decir sin arruinar el momento que compartían. Le regresó el beso en la mejilla, y salió por la puerta. *** Después de dos horas de felicidad absoluta en el spa, Isabella regresó a la habitación, usando la tarjeta de acceso que Parker le dejóen su mesa de noche. Se dejó caer sobre la cama, sintiéndose tan relajada, y se quedó dormida fácilmente. Parker regresó a la habitación una hora más tarde, y se paró en la puerta mirándola dormir. Se debatía entre si debía dejarla dormir, o

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despertarla para prepararse para la cena. Lo que realmente quería hacer era meterse en la cama con ella en ese mismo momento, y ver a dónde lo llevaba. En cambio, en voz baja se deslizó en la habitación y se sentó en la cama junto a su lado. Le dio un beso en la frente, despertándola de su siesta. Una lenta sonrisa se extendió por su rostro, sintiéndose completamente rejuvenecida. Estiró los brazos sobre su cabeza, gimiendo suavemente. Parker la miró y sintió una agitación en sus pantalones mientras se estiraba. Su inocencia tuvo tal efecto en él, lo cual fue una sorpresa. ―Buenos días bella durmiente. ¿Quieres dormir más? Puedo cancelar nuestras reservas y solo ordenar servicio al cuarto después. Un gruñido del estómago de Isabella le dio la respuesta. Ambos rieron al oírlo. ―Estoy definitivamente lista para la comida. ¿A qué tipo de lugar vamos? ―preguntó, levantándose y yendo a su maleta para averiguar qué ponerse. ―Vístetebonito, pero cómodo para que podamos pasear más tarde ―le dijo―. ¿Puedes estar lista en veinte minutos? ―Sin duda. ¿Pero tú puedes, niño bonito? Parece como si el pelo de punta es de muy alto mantenimiento ―bromeó con él. La levantó mientras salía de la habitación para prepararse a sí mismo, dejándola sonriendo mientras ella recogía su ropa. Cuando se encontró de pie en su cuarto de baño, el único pensamiento en su cabeza fue que este viaje era exactamente lo que necesitaba. *** Veinte minutos más tarde, Parker finalmente salió de su habitación. Se sorprendió al ver a Isabella sentada en el sofá, hojeando una revista. ―Ya es hora ―bromeó, sin levantar la vista dela revista.Finalmente, la arrojó sobre la mesa de café y volvió a mirar a Parker. Su respiración se atascó mientras asimilaba su apariencia. Su atuendo no era nada extraordinario, pero por alguna razón, se veía increíble. Su camisa azul acero se encontraba abierta para revelar una camiseta negra debajo, las mangas arremangadas ligeramente. Bajando la mirada, captó los pantalones negros y los Doc Martensnegros. Lo miró con admiración, notando que cada uno de sus

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cabellos se encontraba en el lugar correcto, para que no se viera como que ni siquiera-lo-intenté. Al mismo tiempo, Parker examinaba a Isabella. Por lo general, vestía de negro, pero hoy tenía un muy interesante tono camel, y se veía muy bien en ella. Sus botas altas de cuero a la rodilla hacían juego con la chaqueta de cuero camel que llevaba. Llevaba una camiseta blanca ajustada que se metía en su mini falda de mezclilla, que atraía demasiada atención a su pecho y piernas al mismo tiempo. Necesita mantener sus hormonas bajo control. No se sentía seguro de lo que Bella quería de él, y no quería asustarla. Se aclaró la garganta. ―¿Estás lista? ―Ah, sí, ¡me muero de hambre! ―Se acercó a él, y enganchó su brazo en el suyo―. Vamos por nuestra comida. Parker se echó a reír mientras la acompañaba al ascensor y bajaban para esperar el auto a la ciudad. Nunca había visto a Isabella tan despreocupada y jovial. No, excepto cuando se estuvo borracha, y no había mucho que él recordará de esa noche. La cena estuvo bien, pero Parker seguía insistiendo que a pesar de que era un restaurante muy conocido en Indy, no tenía nada como TigerLily. Eso hizo que Isabella se ruborizara, mientras protestaba que la comida era deliciosa. En el fondo, sin embargo, seguía pensando lo que podría ser añadido o quitado de cada plato para hacerlo mejor. Después de su comida, se dirigieron al paseo del Canal Indianápolis, después de caminar por el centro comercial Circle Center y Union Station. Fue una hermosa noche mientras caminaban tomados del brazo, visitando todos los sitios del hermoso centro de la ciudad. La gente se sentada en los bancos junto al canal, y algunos viajaban por el agua en las góndolas. Parker miró a Bella, e incluso en la oscuridad, podía decir que empezaba a verse mejor. Todavía necesitaba alimentarla, conseguir que su peso subiera, pero eso no era algo que pudiera pasar durante la noche. Mientras se dirigían de regreso a su hotel en el centro, ninguno de los dos podía luchar contra sus bostezos. Fue un largo día para ambos, y su agotamiento anterior no hizo nada para ayudarlos. Necesitaban una buena noche de sueño en una cama confortable, sin nada que los distrajera. De vuelta al hotel, Parker condujo a Isabella a la puerta de su dormitorio, y tomó su mano entre las suyas. Se la llevó a la boca donde la

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besó gentilmente. Después de haber bajado su mano, no la soltó mientras la miraba a los ojos. ―Gracias por venir Bella. Realmente te extrañé. ―También te extrañé —susurró, sobresaltada, pero un poco encendida por la intensa mirada de sus ojos―. Gracias por esta noche, fue perfecta Parker —le dijo, besando su mejilla mientras huía a su habitación antes de que algo pasara. Parker suspiró mientras se dirigía a su habitación. Definitivamente necesitaría una ducha fría antes de que fuera capaz de dormir esa noche. *** A la mañana siguiente, Isabella despertó sintiéndose mejor de lo que había estado en mucho tiempo. Después de que se duchó, se cambió a pantalones vaqueros y una camisa roja de botones que acentuaba sus curvas. Cuando por fin salió de su habitación, se sorprendió al ver que Parker se había levantado y ya vestido. Se encontraba sentado en el sofá, leyendo el periódico de la mañana. ―¿Parker Davidson lee el periódico? ―Bromeó―.¿Qué pensarían tus fans? —Se movió más cerca―. Y es incluso la sección de “¡mundo y política!”―Tenía que admitir que se impresionaba. Parker la miró de regreso y sonrió. Antes de que supiera que pasaba, el brazo de Parker serpenteaba alrededor de su cintura y la tiró sobre el sofá en su regazo. El periódico fue olvidado cuando empezó a hacerle cosquillas sin piedad. Se movió en su regazo, riendo hasta que no podía respirar. Le divertía Parker tanto por hacerla reír, pero también por sentir su cuerpo sobre el suyo. Un golpe en la puerta los detuvo a ambos parándolos en seco, Isabella tratando de arreglar su cabello, que quedó en mal estado mientras recuperaba su aliento. Parker se puso de pie, bajando eficazmente a Bella al suelo. Miró hacia abajo y se rió. ―El desayuno está aquí, ¿piensas que podrías querer levantarte por el o se supone que voy a darte de comer en el suelo? ―Bromeó mientras iba a abrir la puerta. ―Imbécil —gimió Bella mientras se levantaba del piso, ordenando su ropa y cabello, que seguían siendo un desastre. Vio como un hombre hacia rodar un carro grande en su habitación, dejándolo al lado de la mesa del comedor. Parker entregó al hombre una propina, y le dijo que

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podía tomarlo desde allí. Isabella se acercó a ayudar a Parker a descargar el carro, asombrada de ver toda la comida que tenía allí. ―¿Estás esperando invitados para el desayuno? ―preguntó. ―Nop, solo tú y yo ―dijo, mirando toda la comida. Sacó una silla para Isabella―. A comer ―le dijo mientras se sentaba en su silla y comenzaba a tomar algo de comida. Su plato se desbordaba para el momento en que terminó, y no podía esperar para probar todo. Isabella comenzó a tomar algunas pequeñas porciones de algunos platos, pero después de ver lo mucho que Parker tomaba, y escuchar su estómago rugiendo de nuevo, agarró más. Miró a su plato, sin saber por dónde empezar, ya que todo parecía y olía muy bien. Decidió comenzar con los panqueques de arándanos, sus favoritos, asegurándose de que definitivamente sería capaz de comerlos, y no estar demasiado llena si los guardaba para el final. Parker la miraba mientras comía, el brillo en sus ojos, feliz de que estuviera lo suficiente cómoda a su alrededor para comer de la manera en que lo hacía, y feliz de que sus ojos tenían ahora su brillo de regreso en ellos. ―Pensé que podríamos ir de compras esta mañana antes de que tengamos que ir al local. ¿Suena bien para ti? ―preguntó entre bocado y bocado. ―Suena muy bien. No he estado de compras en mucho tiempo. Pero, ¿crees que puedes manejar ir de compras conmigo? ―Sabía que a los chicos nunca les gustaba ir de compras, a excepción de Jason, y no se sentía segura de poder considerarlo “un chico”. ―Puedo manejarlo. Me vendrían bien un par de cosas nuevas también. Pero la condición es que tienes que dejarme escoger un atuendo para que lleves al concierto de esta noche.―Le guiñó un ojo. Sus ojos se abrieron. ―No estoy muy segura de eso. He visto cómo algunas de esas chicas se visten en tus conciertos, y no puedo verme usando algo como eso. Las Manos de Parker volaron dramáticamente a su pecho. ―Estoy herido de que incluso pienses que te haría vestir como esas putas. —Le sonrió―. Tengo mucho mejor gusto que eso. ―Bien, pero si está siquiera cerca de ser como prostituta, tengo el poder de veto ―le advirtió―.¿Vas a estar bien para ir de compras sin conseguir ser agobiado?

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―Estuve bien en el aeropuerto ayer, ¿verdad? ni siquiera tuve que engañarte. ―Señaló. Isabella asintió y empujó su silla de la mesa. ―¡No podría comer otro bocado! Apuesto a que he ganado cerca de cinco libras. ―Bien, lo necesitas. Estas demasiado delgada. —La miró y la vio rodar los ojos―. He terminado también, vamos de compras. *** Cuatro horas y un sinnúmero de bolsas después, Isabella y Parker regresaron a la habitación del hotel. ―Tenemos una hora antes de que tengamos que salir para el local. Haz las maletas ya que no volveremos aquí esta noche. Vamos a conducir a Chicago después del concierto y conseguir un hotel allí. Bella asintió, y se fue a su habitación para ducharse y prepararse. Todavía se sentía un poco nerviosa de vestir la ropa que Parker eligió para ella, pero al mismo tiempo, sabía que él pensaba que lucía caliente en ese atuendo. Mientras se duchaba, reflexionó sobre su relación con Parker. Veía el deseo en sus ojos, pero él nunca hizo nada más que sostenerle la mano o besar su mejilla. La trataba tan bien mientras se encontraba allí con él, pero se preguntaba qué pasaría esa noche, en el camerino, después del concierto. ¿Y cómo se sentía acerca de él? Claro, se sentía atraída por él, y disfrutaba el tiempo quepasaban juntos. Definitivamente hay química, ¿pero podría manejarlo con él de gira todo el tiempo, viéndolo en los tabloides con todas esas chicas? El agua comenzó a correr fría, así que salió de la ducha y trabajó en su cabello y maquillaje, tratando de hacerse ver un poco menos aburrida, pero no como vagabunda como era seguro que las otras chicas se verían. Entró a su dormitorio y empacó toda su ropa excepto por un atuendo. Lo sacó de la bolsa de ropa en que se encontraba y lo puso sobre la cama. No podía creer que Parker incluso hubiera insistido en escoger su ropa interior para la noche, o que lo dejara. Lentamente, deslizó la tanga de seda púrpura por sus piernas, y ató el sujetador sin tirantes a juego en su pecho. Después se deslizó en la apretada mini falda negra brillante, y luego en el top color púrpura. Los brazos y el pecho estaban sueltos y fluían, con una amplio cuello barco,

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todo destacando abajo a la cintura apretada en la parte inferior de la camisa. Se puso sus botas altas de cuero a la rodilla, con tacones de aguja, para completar el conjunto. Comprobándose en el espejo, sonrió a su reflejo. Se encontraba lista para darles a las otras chicas una carrera por su dinero en el concierto. Cuando dejó su habitación, con su equipaje arrastrando detrás, Parker ya esperaba por ella. Isabella se sonrojó, pero levantó las manos y giró en un círculo para él. ―¿Y bien? ¿Esto es lo que imaginabas cuando lo escogiste? Parker caminó hacia ella, sacudiendo su cabeza. La sonrisa se le escapaba de la cara de Isabella mientras permanecía de pie ante ella. ―No ―le dijo―. Es mejor de lo que imaginé. ―Puso su dedo debajo de su barbilla y la levantó para que pudiera mirarla a los ojos―. Te ves impresionante Bella. —Poco a poco, su cara se acercó más y más a la de ella. En un instante, sus labios se tocaron, sintiendo el alivio a través de él, finalmente, haciendo lo que había querido hacer desde que la vio caminando por la puerta en el aeropuerto. Bella suspiró al sentir los labios de Parker sobre los suyos. Antes de que supiera lo que hacía, abrió la boca para darle acceso a profundizar el beso. Al sentir su lengua invadir su boca, sus rodillas se debilitaron. Parker fue el primero en retroceder, preocupado de que si no lo hacía, irían más lejos de lo que cualquiera de ellos podía manejar por el momento. Había mucho de lo que necesitaban hablar antes de tomar ese paso, de nuevo, pero esta vez sobrios. Sonrió ante la mirada aturdida en el rostro de Isabella, dando a su confianza el impulso que necesitaba cuando se trataba de ella. ―Mejor nos vamos. El autobús nos espera abajo. Bella se aclaró la garganta y sacudió la cabeza, tratando de volver a sus sentidos. ―Cierto―dijo y se movió a agarrar sus maletas de nuevo. Parker fue a agarrar sus maletas al mismo tiempo, y sus manos se tocaron, ya que ambos tomaron la misma bolsa. Isabella retiró la mano como si acabara de ser quemada. ―Las tomaré―le dijo―. Luces demasiado bonita para estar llevando estas pesadas bolsas.

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Bella se sonrojó de nuevo y agarró su bolso. Miró alrededor de la habitación, triste por dejar un lugar tan extraordinario, sin saber lo que se avecinaba. *** El autobús era justo lo que Isabella imaginó. Una pequeña zona de estar en la parte delantera detrás del conductor, una pequeña mesa de comedor después de eso, una pequeña cocina, un par de literas, y una "sala de estar" más grande en la parte posterior. Su representante y agente ya se encontraban en el autobús esperando por ellos, y saludaron calurosamente a Isabella, mientras fueron presentados. Parker guardó su equipaje debajo de las literas, justo al lado de la suya. La llevó a la sala de estar de vuelta donde pudieran sentirse cómodos y estirarse. Bella se dio cuenta de que Parker parecía un poco tenso, así que se sentó junto a él y le dijo que se diera la vuelta. Trataba de ser cuidadosa en cómo se sentaba en su falda, no queriendo mirarse toda arrugada para el tiempo que realmente llegaran a la sede. Extendió sus manos y comenzó a masajear los hombros de Parker, notando lo tenso que se hallaba. ―No es justo que recibiera el masaje ayer y tú no. Se siente como si realmente lo necesitaras―le dijo, trabajando en los nudos cerca de los omóplatos. Parker dejó caer la cabeza hacia adelante y gimió. ―Dios se siente tan bien―dijo―. Solo me pongo un poco tenso antes de los espectáculos. ―Parte de lo que decía era verdad, la otra parte era que su encuentro con los labios de Isabella le dejó un poco tenso. Antes de que se dieran cuenta, el autobús rodó hasta el centro de Música Verizon, el centro de conciertos al aire libre en el que iba a estar tocando. Todos caminaron a un área detrás del escenario donde se hallaba el camerino de Parker. Entró en el cuarto de baño para cambiarse, salió luciendo como la estrella de rock que era. Su representante Tom les llevó a otra habitación privada, donde habría un meet and greet para algunos de los fans que tenían boletos especiales. Parker firmó autógrafos y se tomó fotos con sus fans, mientras que Isabella se quedó a un lado observando. Nunca dejaba de sorprenderle lo mucho que la gente se asombraba en torno a Parker. Lo idolatraban, y empezaba a darse cuenta de lo afortunada que era de

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conocerlo, sobre todo cuando no dejaba de mirar hacia ella y guiñarle un ojo. *** El concierto fue genial. La multitud se hallaba tan dentro de él, y Parker se encontraba en su zona. Se puso de pie en un lado del escenario, observando todos sus movimientos. Se daba cuenta de por qué le gustaba lo que hacía, por qué se le ocurrió la fiebre de la realización. Ni siquiera se encontraba en el escenario, pero podía sentir cada parte de la emoción. *** Después de que el espectáculo terminara, Parker fue a su camerino a la ducha, dejando a Isabella valerse por sí misma en la sala donde todos sus fanáticos esperaban ansiosamente por él. Tenía una copa en la mano, que casi había desaparecido debido a su nerviosismo. No sabía qué esperar una vez que Parker se metió en la habitación. Una puerta se abrió, y supo al instante que Parker se hallaba en la habitación. Se abrió paso entre la multitud, unas cuantas chicas le paraban para besarlo, cámaras parpadeando todo el tiempo. Vio que Parker trataba de ser amable, pero que no disfrutabade las chicas agarrándolo. Se dirigió hacia donde Isabella se encontraba y le besó los labios ligeramente. ―Me alegro de que en realidad te quedaras esta vez―bromeó con ella. ―No tenía otra opción, mi paseo no se hallaba listo para irse todavía―bromeó de regreso―. Estuviste genial ahí fuera. ―Sus ojos brillaban ante el cumplido, contento de saber que ella se divertía. ―No nos vamos a quedar mucho tiempo, solo lo justo para decir que aquí estaba, entonces podemos hacer nuestro escape. Isabella asintió, ansiosa por salir de debajo de los ojos vigilantes de las fanáticas. Consiguió otra copa, y esperó pacientemente a que Parker le dijera que era hora de irse. Media hora más tarde, la salvó, y la llevó hasta el autobús.

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―Estaremos en Chicago en unas tres horas. ¿Quieres cambiarte a algo cómodo y venir a la parte de atrás y ver la televisión conmigo? ―preguntó. ―Suena muy bien para mí―le dijo. Parker consiguió dos pares de pantalones cortos deportivos y una camiseta y la sudadera de su armario cerca de su litera. Le entregó la camiseta y unos pantalones cortos a Isabella para cambiarse mientras tomaba los otros cortos y camiseta. ―Lo siento, no quiero tener que escarbar tu equipaje fuera en este momento―dijo. Isabella asintió y miró a su alrededor un poco, preguntándose dónde podría cambiarse―. El baño es justo ahí, voy a estar en la parte posterior cuando hayas terminado. Se cambió de ropa y se encontró con Parker en la parte de atrás donde se hallaba tumbado en uno de los sofás, ya viendo la televisión. Levantó la vista cuando entró y le dio unas palmaditas al lugar junto a él. Se acercó y se acurrucó junto a su cuerpo, sintiendo su calor. Parker sacó una manta del respaldo del sofá y los cubrió a ambos, luego envolvió su brazo alrededor de su cintura. Juntos los dos se quedaron dormidos, en la comodidad de los brazos del otro.

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13 Traducido TamiMiau& Arancha Corregido Sapphire

Mientras se encontraba en la ducha, Bella apenas podía acordarse haber llegado al hotel mientras se hallaba en Chicago, la noche anterior. Solamente se acordaba de haberse quedado dormida en la parte de atrás del ómnibus con Parker después se acoraba de él cargándola atreves del lobby y el elevador luego colocándola en la cama. Sonrió para sí misma, dándose cuenta de lo realmente increíble que él estaba siendo, dándole todas las cosas que necesitaba sin que tuviera necesidad alguna de decírselo. Después de hacer todo su ritual mañanero Bella salió al área común de la suite, era igual a la de Indianápolis, solamente que más grande. Agarró el menú del servicio a la habitación formulando una lista de lo que pediría, cuando la puerta de Parker se abrió. Miró hacia él y una sonrisa se le formó. —Justo iba a pedir algo para comer. ¿Para qué estás de humor? Parker caminó hacia ella y agarró el menú de su mano, le besó la coronilla y le tomó la mano. —No hay nada aquí, vamos a comer —le dijo y la llevó hasta la puerta. —¡Pero, Espera! —dijo Isabella, mientras frenaba—. Necesito mi bolso, y tú, tu disfraz. Parker le sonrió. —Hoy saldré sin uno, estamos en Chicago, pero si quieres tu bolso adelante. Isabella agarró rápidamente su bolso de la habitación y salieron. Era un hermoso día en Chicago. El sol brillaba, la temperatura era perfecta, y había una suave brisa. Parker e Isabella caminaron

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atravesando las calles de la ciudad, admirando las vitrinas, hablando, mirando, buscaron un café para comer algo. El celular de Parker sonó, era su mananger, le dijo a Bella que necesitaba atender la llamada. Se alejó de él, yendo a un puesto al aire libre, para proporcionarle algo de intimidad. Miró diferentes revistas, sin ver ninguna que le atrajera, hasta encontrar unas de Parker, y sin resistir las recogió. Lo vio terminar la llamada y entrego los periódicos al cajero para pagarlos, sin siquiera ojearlos. Parker se unió a ella cuando el cajero le entregó su compra. —Lo siento Tommy solamente me preguntaba por el calendario que vendrá. Le sonrió mientras la envolvía en sus brazos. —¿Que compraste? —Solo un poco de material de lectura. Abrió la bolsa. —Todo sobre el famoso Parker Davidson. Parker gruñó. —No puedo esperar para ver lo que dicen esta vez. Justo en una esquina encontraron un acogedor café, con algunas mesas en la vereda. Era exactamente lo que buscaban. Se sentaron y ordenaron. Mientras esperaban Isabella se puso a leer la primera revista. —¡¡¡OOOOHHH!!! Esta es una de mis favoritas, pareces agradarles mucho —dijo. Parker le arrebató la revista de la mano mientras reía al mismo tiempo. —Veamos lo que he estado haciendo. Ojeó atreves de las páginas hasta encontrarse en ellas. Una mueca se formó en su cara. —Seguramente no pierden su tiempo. Isabella lo miró, y miró a la revista que tenía en frente. —¿Son estas las cosas que has estado leyendo para mantenerte al tanto de lo que hago? —le pregunto. Isabella asintió, sin confiar en su voz. Había sido ingenua al confiar en los periódicos, pero honestamente no sabía lo que pensar de Parker Davidson la súper estrella de rock. Antes del viaje, lo único que conocía de

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él era lo que había visto en el concierto. En su mente solo veía a los periódicos y solo leía el todo junto. La confusión invadió su mente cuando leyó el periódico esa mañana. No sabía a ciencia cierta si reír o llorar. La mirada de Parker le decía todo lo que necesitaba saber. —Bueno, estoy agradecido de saberlo ahora, prefiero ahora que después —le dijo intercambiando los periódicos con ella. Todos tenían las mismas fotos, así que eso no era necesario. Isabella miró las fotos que fueron tomadas la noche anterior al concierto. Parker se encontraba en todas ellas con chicas, Bella era una de ellas. No solamente las fotografías inundaron su mente, pero las historias que estaban describiéndolas eran aún peores. Se acordó de esa noche, de algunas chicas. Habían agarrado a Parker y le habían dado un rápido beso, no como insinuaba la foto. Una imagen realmente es solo un instante, un rápido momento en el tiempo que se eterniza, y Bella comprendía eso ahora más que nunca. Los artículos contiguos solamente describían lo cuan playboy era Parker y cuan rockero era. —Guao, no me di cuenta que estaba esa chica esa noche. Le dijo Bella a Parker, señalando la foto en que se encontraban él y la chica rubia apenas vestida. La leyenda de la foto decía “duro y caliente”, toda la noche estuvieron juntos. Se rió mientras rodaba los ojos. —Ella era la gran apuesta. Parker tomó la revista de sus manos y la tiró. —Es así como me ves, ¿cómo estos tipos que publican estas cosas? La miró seriamente mientras se lo preguntaba. Bella suspiró. —No se Parker, estoy confundida, no sé cómo debo verte, como la Estrella de Rock Parker o como el Dulce y Sexy Parker. Hizo una pausa por un momento. —Me gustaría pensar que eres el Parker que veía películas conmigo cuando me encontraba en el hospital, el que me ha sacado de mi frenética rutina laboral para pasar unos días con él. —¿Pero? —preguntó sintiendo que allí había algo. —Pero veo los periódicos, las revistas, y veo como las chicas están sobre ti en cada concierto, y honestamente, me enloquece un poco, me tiento a creer que te encanta eso —admitió.

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Parker asintió a la mesera ni bien les llegó la comida, esperó que se fuera y después habló. —Te dije antes que amo lo que hago. Me encanta salir al escenario, tocar y hacer música, tocar para inmensas multitudes. Está en mi sangre, en mis venas. Y sí, cuando era joven, me encantaba como todas las chicas se tiraban sobre mí. Pero ya no soy ese chico calentón nunca más. No estoy buscando por una groupie aleatoria para follar, ellas solo me quieren por mi nombre y por mi dinero. También no besé a propósito a ninguna chica desde la primera vez que nos vimos, y después de eso, fue solo por mi imagen. Levantó sus manos señalándose. —Este soy yo Bella, el yo real. Tan bien o tan mal esto es lo que soy. Soy el chico que inventa razones para entrar a tu restaurant esperando verte. Soy el chico que se reocupa por cada pensamiento tuyo, pero intenta no demostrarlo. Soy el chico que ama a su madre tanto como ella lo vuelve loco. Soy el chico celoso de verte con cualquier otro hombre. Soy el chico que haría cualquier cosa para verte sonreí. Se movió y tomó su mano entre las de él. —También soy el chico que quiere estar pura y exclusivamente contigo, pero sé que nunca seré el chico en el que más confiaras. Los ojos de Isabella miraron al piso donde las revistas de espectáculo habían sido lanzadas. —La confianza no es algo fácil para mí. Lógicamente, sé que esas fotos no siempre muestran la verdad, pero una parte de mí se pregunta si alguna de ellas es real, o si la tentación de chicas calientes que se tiran hacia ti puede ser más fuerte que tu deseo por mí. —Bueno, no sé qué otra cosa puedo hacer para demostrarte que no soy una estrella de rock mujeriega. Te he dicho antes que hay una imagen que tengo que mostrar por mi carrera, lo que significa que tengo que ir a las fiestas de detrás de escenario y actuar como si estuviese teniendo un buen momento. Si pudiese pararlo para demostrarte lo serio que soy acerca de estar contigo, lo haría —suspiró—. Pero simplemente no es posible. Y entiendo que la confianza es algo que te tienes que ganar, pero mira al pasado y ve si hay algo que tal vez te guie a entender que puedes confiar en mí. Isabella asintió. —Solamente estoy asustada que si te entrego mi corazón, terminare herida.

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—Nena, ya tengo tu corazón, y solo estoy esperando para que te des cuenta —la alcanzó y pasó sus dedos por su mejilla—. Y estaré aquí esperando cuando lo hagas. Bella se sonrojó y comenzó a comer, poniendo fin a la conversación, o al menos a la parte fuerte de ésta. Él le dio el resumen de los días siguientes en Chicago, diciéndole que tenían un par de apariciones que hacer esa noche, y que luego podían ir a un club si es que se encontraba de ánimo. La mañana siguiente tenían un par de espectáculos en las radios, luego un ensayo en el lugar del concierto que era la noche siguiente. Se quedarían en Chicago después del concierto y se irían a St. Louis la mañana siguiente para un show esa noche. El día después, ella se iría y estaría de vuelta en su vida de Nueva York. Isabella se preguntó cómo él podía mantenerlo todo tan ordenado, siendo tantas ciudades diferentes, cada una teniendo diferentes agendas y eventos. Parecía que ni siquiera dos ciudades tenían las mismas cosas esperando por él. Le daba definitivamente una idea de su vida en el tour, y por qué se sentía tan cansado, sin tiempo para llamarla. También sabía que habían cancelado algunas apariciones porque había venido a visitarlo. Era algo que había escuchado a Tommy y él peleando por teléfono, pero no les dejó saber que lo sabía. Después de almuerzo, caminaron un poco, comprando en tiendas caras en las que Isabella nunca había comprado antes. Cada vez que agarraba algo negro, Parker lo sacaba de sus manos y lo reemplazaba con algo que tenía un montón de color. Ella rio con su comportamiento ridículo y terminó comprando un arcoíris de ropa con distintos colores. Cuando volvieron al hotel, Parker fue a su habitación a prepararse para las apariciones que había agendado para la tarde. Cuando le preguntó a Bella si quería ir, educadamente dijo que no, así se podía relajar por un momento en la habitación del hotel, y tal vez usar el jacuzzi. Una vez que él se había ido, Isabella tuvo mucho tiempo para repensar su conversación. ¿Realmente ya le había dado su corazón? ¿Realmente confiaba en él? Su primera idea fue llamar a Dylan, pero sabía que no le gustaba Parker, y sería totalmente partidista. Él único que sería honesto con ella era Jason. El número de Jason pasó por su teléfono, y justo cuando iba a cortar, respondió sin aliento. —¡Hola Mary! ¿Cómo están las vacaciones? Bella se rió. —¡Están geniales! Exactamente lo que necesitaba soñadoramente—. ¿Por qué te demoraste tanto en contestar?

—Sonrió

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Jason rió. —Me encontraba un poco ocupado, despidiéndome de un chico caliente en mi puerta. Y nunca adivinaras quien era. —Estas en lo correcto, y sabes que odio estos juegos, así que solo dime quien era. —Fue a su habitación y se puso su traje de baño mientras hablaba con él, agarrando su pareo y la llave de su habitación saliendo hacia el jacuzzi y la piscina del hotel. —Es alguien a quien conoces bastante, y es absolutamente un buen besador—emitió. —¡Jase! ¡Por el amor de dios dime!—gritó, enojándose, el sonido haciendo eco en el ascensor. Jason se rió, amando molestarla así. —¿Recuerdas cuando te dije que Thomas saldría del closet? Bueno, ¡Mi gay-rar8se hallaba en lo correcto! Me lo topé en la calle ayer, fuimos por unos tragos, y bueno… acaba de irse.—Sonaba tan complacido consigo mismo. —¡Bien por ti querido! ¿Lo veras de nuevo? —Se sentía de verdad feliz por él. —Se supone que no reuniremos de nuevo mañana. Es un poco difícil porque aún no sale del closet y no estoy seguro si quiero lidiar con eso o no. —Suspiró—. ¿Estás enojada conmigo? —¡Para nada! De hecho te llamaba para hablarte de algo relacionado con eso. —Bella miró por la puerta de vidrio hacia donde estaban el jacuzzi y la piscina, feliz de que estuviera completamente vacío. Entró y se quitó el pareo, metiéndose en el agua extremamente caliente con un gemido de placer—. Entonces, ¿sabes que estoy de tour con Parker ahora, cierto? —Cuando Jason le contestó con un “Obvio”, continuó—. Bueno, tuvimos una intensa conversación hoy acerca de cuanto quiere estar conmigo, pero eso no pasará hasta que confíe en él. Luego dijo que ya tenía a mi corazón, y que solo necesito darme cuenta y dejar que las cosas pasen. ¡Y ahora estoy realmente confundida! No sé cómo confiar en él cuando sé que esta de tour y todas esas chicas quieren meterse en sus pantalones, incluso cuando estamos juntos, nunca me ha dado una razón para no confiar en él. De hecho, cuando estamos juntos, confió en el más de lo que confío en otra persona aparte de ti. —Tengo que admitir, que no me sentía muy seguro acerca de él al comienzo, pero realmente estoy comenzando a pensar que es buen chico Bella. Y completamente sexy, pero eso es un punto aparte.—Siempre sabía 8Gay-rar:

Combinación de las palabras gay y radar.

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cómo hacer reír a Bella—. Sé que lo que vimos en el concierto no fue algo bueno, besaba a otra. ¿Pero llegó más lejos que eso? ¿Han hablado de eso? —No, no fue más lejos que eso, y no hemos hablado de cómo nos sentimos ambos acerca de lo ocurrido. Y me dijo que no ha besado a otra chica durante estas últimas semanas, incluso cuando lo atacan mientras camina entre la multitud. —Bueno cariño, de la manera en que lo veo, es que nunca vas a saber si no le das una oportunidad. Solo relájate y déjate ir, y ve donde las cosas te llevaran. Eres controladora con cada otra parte de tu vida, solo esta vez, se impulsiva y para de pensar demasiado y tratar de controlar cada aspecto de ella —le sugirió. Sabiendo que se encontraba en lo correcto, Bella le agradeció y cortó la llamada después de desearle suerte con Thomas, el hijo de Sasha. Cerró los ojos y recostó su cabeza en contra de la orilla del jacuzzi. Le diría esta noche que quería tratar tener algo con él. Parker regresó con aspecto desgastado y cansado de sus compromisos. Bella se sintió muy mal por él, sabiendo que ella había descansando, algo que él no tenía el lujo de hacer. Le dirigió una sonrisa cansada y fue al sofá llevándola con él. —Déjame tomar una ducha y te llevaré a cenar —le dijo seguido de un bostezo. —Tengo una mejor idea, te vas a acostar un rato y pediré servicio a la habitación. ¿Trato? —Le sonrió simpáticamente. —¿Segura? —dijo al ver que ella asentía—. Con una condición. Una vez que pidamos servicio a la habitación diles que lo entreguen dentro de una hora, y entras conmigo, hoy estoy de humor para abrazar. —Bien, pero solo abrazar. Él le sonrió inocentemente. Ordenaron la cena y se fueron a la habitación. Una vez en la cama él se puso de costado y la acercó a su cuerpo, de manera que pudieron cucharear. Su brazo la envolvió por la cintura sintiendo un perfecto encaje entre ambos. Justo antes de dormirse se prometió que iba a demostrarle que podría confiar en él y que podría ser el hombre que la hiciera feliz. *** Parker se despertó con el golpeteo de la puerta, sintiéndose más descansado de lo que había estado en un largo tiempo. Isabella descansaba a su lado, obviamente sintiendo también el golpeteo de la

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puerta. Ella se levantó, pero Parker la empujo devuelta hacia él. Lo miró en protesta pero la calló con un suave beso. —Gracias por dormir conmigo no me di cuenta de cuanto lo necesitaba. Se levantó y fue a atender el golpeteo de la puerta, dejando a Isabella sentada en la cama tocando sus labios y sonriendo. Después de la cena decidieron quedarse mirando algunas películas y relajándose. Se acurrucaron juntos en el sofá y miraron una de las películas de Pay Per View movies, que el hotel ofrecía. Cuando Isabella puso la película en mute, se sentó frente a Parker quien inmediatamente se puso en guardia. La mirócuidadosamente como si fuese a hacer algo que a él no le iría a gustar. —Estas en lo correcto —comenzó a decir. —Usualmente lo estoy —respondió, sonriendo despacio aprehensivo. Ella se rio, iba a hacerlo muy difícil para ella, odiaba cuando él se ponía todo simpático y ella intentaba conversar algo serio con él. —Estabas en lo correcto cuando dijiste que ya tenías mi corazón y cuando me habías dado miles de razones para confía en ti. Esas palabras corrieron através de sus labios, él sonrió y le dijo: —¿Y esas palabras que significan? Ella puso en blanco los ojos. —Eso significa que voy a darle una oportunidad a “nosotros”, pero no quiero acelerar las cosas, especialmente cuando estás en un tour. —Sabía que verías las cosas a mi manera eventualmente —bromeó, y ella se le tiró encima en el sofá, lucharon juguetonamente en el sofá, hasta que apresó su cuerpo debajo de el de él. La besó profundamente, saboreando su boca, sus lenguas pelearon, y se le escapó a ella un suave gemido que vibraba en su garganta. Cuando finalmente pararon para tomar aire, le sonrió con alivio. —He estado queriendo hacer esto desde que te vi en el aeropuerto. Ella solo sonrió y se sentó. —Estamos perdiéndonos la película. Se puso de lado y se tumbó hacia atrás sacando el televisor del mute. Él jugaba con su pelo y le pasaba ligeramente las manos arriba y abajo por sus brazos mientras trataba de ver la película. Pero sinceramente no tenía ningún interés en hacerlo. La única cosa en la cual se

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concentraba era la mujer en sus brazos, a esta mujer jamás querría dejarla ir. Bella tenía el mismo problema, cada vez que la tocaba, escalofríos atravesaban su cuerpo, y sabía que había tomado la decisión correcta. Incluso si no lo conocía del todo, se sentía bien. Bella bostezó. Había estado luchando para mantenerse despierta desde la última media hora, pero no quería salir de los brazos de Parker. Al verla bostezar, se levantó del sofá, y la empujó para que también lo hiciera luego le dio un suave beso en los labios. —¿Quieres dormir conmigo esta noche? —le preguntó—.Solo dormir, lo prometo —añadió,cuando vio la mirada incierta cruzar su rostro. Ella asintió con la cabeza y se fue a la habitación a cambiarse de pijama. Parker esperaba en la cama para cuando llegó, y se colocó bajo las sabanas, cara a cara con Parker. —Gracias por hacerme tomar estas vacaciones, aparentemente las necesitaba más de lo que pensaba —admitió. —Estoy muy feliz de que estés aquí. Estoy tentado a secuestrarte y no dejarte volver a Nueva York, hasta que la gira haya terminado. Ella se echó a reír. —Dylan ya está cabreado conmigo por salir. Supongo que lo he estado dejando solo por demasiado tiempo. —Es tu empleado. ¿Si no puede manejar y hacer lo que su Jefe le pide o demanda tiene que encontrar otro trabajo, o no? —pensó. —Lo sé, pero es más que un empleado, es un amigo también, talvez necesito conseguirle algo de ayuda. Al ver el estrés en su cara nuevamente Parker cerró el espacio entre ellos y le besó nuevamente. Lo que comenzó como un suave beso se transformó en apasionado, que dio lugar al toqueteo y a que ambos se sujetaran firmemente. Las manos de él recorrieron su torso y pararon en sus ya erectos pezones, levantó su blusa acariciándolos debajo de ella, luego dirigiéndolas más hacia abajo. Entre ello ella movió su mano tocando su erección, la mano de él cubrió la de ella. Sus bocas se separaron y le dijo—: Si sigues así voy a romper mi promesa de dormir solamente. —Estoy totalmente de acuerdo con eso—le dijo y trató de tocarlo de nuevo. —Bella, lo prometí, lo lamento —dijo con dolor en su cara, acogiendo su rostro entre sus manos—.Bebé, no existe nada más que

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quiera hacer ahora, que hacer el amor contigo, pero vamos a tomarlo lento, y de ninguna manera iré contra mi palabra. Ella asintió y lo miró levantarse de la cama. —Solamente voy a tomar una rápida ducha y regresaré. Bella rodó colocándose sobre su espalda, ni bien la puerta del baño se cerró, también cubrió su cara con sus manos mientras esta se cubría de rubor. No sabía en lo que se había metido, nunca antes había actuado así. Pero también se sentía segura que esto siempre sucedía cuando se encontraba con él. *** Parker se levantó temprano al otro día, totalmente listo para su entrevista en la radio. Comenzó a besar suavemente el cuello de Isabella causando que se despertara sonriente. —Mmmm, despertaba.

que

manera

de

levantarse

—gimió

mientras

se

—Y eso es. Parker se levantó, y se puso a juntar ropa para ir a darse un baño. —¿Quieres venir conmigo? Puedes venir conmigo a la entrevista si quieres, es a prueba de sonido, esta todo en tus manos. —No existe otro lugar u otra cosa que prefiera hacer que pasar el día contigo. Le guiñó el ojo, mientras se levantaba de la cama, mientras él se levantaba mordiéndose el labio y dirigiéndose hacia una ducha de agua helada. *** Las entrevistas de radio eran interesantes por lo menos. Algunos eran agradables e intentaban hacerle preguntas interesantes a Parker, pero lucían amateurs. Algunos eran realmente graciosos, sin embargo no perdieron el tiempo cuando lo vieron con Isabella. Le preguntaron si finalmente había abandonado su vida de playboy para establecerse. Siendo diplomático y políticamente correcto, les contestó″¡solo el tiempo lo dirá!″ La última estación de radio le hizo remembranza al show de Howard Stern.El anfitrión era vulgar, empujando al límite las cosas que Parker podía o quería decir, pero él se lo tomó con calma. Fue una lucha de ingenios y Bella se alegró de ver que Parker se mantuvo firme sin perder los estribos.

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Después de comer algo rápido, se fueron a la prueba de sonido, y al ensayo. Parker tocó todo lo programado cambiando incluso un poco de su indi, para sorprender a las fans que iban a ver una y otra vez el espectáculo. Bella se quedó a un lado mirándolo, y se sentía tan impresionada como la primera vez que vio el espectáculo. Si a él no le gustaba como sonaba la canción la volvía a hacer una y otra vez hasta que sonara cono a le gustaba. Usualmente era la banda que lo estregaba, pero siempre tomaba toda la responsabilidad. Todo llevó más tiempo de lo que Bella pensó que tomaría pero entendió que Parker necesitaba perfección. Después de la prueba de sonido y del ensayo, se hizo muy tarde, así que solamente regresaron al hotel y durmieron, ambos tuvieron un día muy largo, y mañana sería otro largo día, el día del concierto. Parker se debilitó un poco el día del concierto, así que intentó descansar, y tomar muchos líquidos para no deshidratarse en el espectáculo. Isabella le dio un poco de tiempo a solas mientras hacía las veces de turista y veía las cosas. Su lugar favorito fue el Shedd Aquarium. Pasó un par de horas allí, ese lugar le dio un sentimiento de paz. Al momento en que volvió al hotel, ya era hora del concierto, como no se sentía segura de lo que él quería que se pusiera optó por una camiseta de los Rolling Stones, con una falda vaquera corta, y un cinturón negro tachado que colgaba de su cintura. Dejó su pelo suelto, y lacio, lo que le llevo 45 minutos. Su maquillaje le llevó más de lo habitual, ya que era más cargado de lo que siempre usaba, abandonado el look de chica dulce e inocente. No quería arruinar su imagen. Cuando terminó de prepararse, se encontró con una nota en la mesa que decía que llamara a Tommy cuando estuviera lista, ya que Parker tenía que estar antes en el concierto. Marcó el número que se encontraba detrás del billete que dejó y quince minutos más tarde se hallaba en un coche con Tommy dirigiéndose hacia el espectáculo de Parker. Tommy no habló mucho con ella, así que asumió que no le agradaba. Pero eso no importaba, lo que importaba era que a Parker si. Después del espectáculo fue lo mismo que las demás veces. Una multitud de personas, en su mayoría mujeres, todas esperando por Parker. Bella fue inteligente esta vez, se quedó cerca de la puerta, entonces fue una de las primeras personas que él vio al salir.

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Fiel a su estilo ni bien la vio la envolvió en sus brazos y la besó duramente. Podría escuchar detrás de ella a las chicas gemir, Parker ni abandonó su lado en todo el tiempo, y cuando estuvieron allí una cantidad de tiempo suficiente se fueron al club que había prometido mostrarle mientras estaban en Chicago. Cuando llegaron fueron llevados automáticamente a la sala VIP, que tenía una mesa privada para él y sus acompañantes. Las bebidas comenzaron a fluir, Isabella sintió ganas de bailar. Parker se sentíamás que feliz en cumplir sus deseos. Bailaron como si fueran los únicos en la pista de baile y no duraron mucho tiempo en la pista. Así que se marcharon. Camino al hotel en el auto no podían quitarse las manos de encima. Comenzaron a desvestirse en el elevador, Bella comenzó a desabotonar la camiseta de Parker y la tiró de su cuerpo. Fueron a las tientas a su suite, abrirla la puerta de la misma les llevó más tiempo ya que ninguno separó los labios del otro. Ni bien entraron se desvistieron totalmente. Siquiera pudieron llegar al dormitorio. La llevó contra la pared al lado de la puerta. Hacía mucho calor, el ambiente se encontraba cargado de pasión y electricidad, la tensión sexual acumulada. La llevó al clímax tres veces hasta que se permitió llegar y luego se deslizaron exhaustos al suelo, para intentar recuperar energía. Ninguno de los dos se había ido de copas, ambos estaban totalmente conscientes de lo que habían hecho esta vez. Isabella sabía que esto era solo el comienzo, miró hacia el futuro, y con ese pensamiento cayó en el sueño.

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14 Traducido por Arancha y Vicky Corregido por Sapphire

Luego de dejar a Bella en la cama, Parker se la quedó mirando un rato. Al observar sus rasgos, sabía que era la mujer más hermosa que conocía. Sus dedos pasearon por todas las características de la chica: sus cejas, su nariz, sus mejillas, su barbilla, y lo más especial, sus labios rojos que pedían ser besados. Sintiendo el suave tacto sobre su piel, Bella se despertó. Parker se inclinó y le dio un besito. —¿Se supone que soy el chico que daría la vuelta y dormiría luego de haber tenido sexo? Bella se sonrojó. —Lo siento. Supongo que realmente me desgastaste. —Sonrió avergonzadamente. Parker amaba la dicotomía entre su inocencia y su pasión. Estaba más allá de una amante dispuesta y ansiosa durante el sexo, pero luego se avergonzaba de haberse quedado dormida. Esa era una de las cualidades que más amaba de ella. Y siempre lo mantenía adivinando. A veces podía ser impetuosa y despegar un avión de guerra en su contra, pero al mismo tiempo se encontraba obsesionada por compartir sus rutinas diarias. Era una gran trabajadora que había vertido su corazón y su alma en su restaurante, pero también sabía cómo divertirse, o por lo menos aprendía. Era una buena amiga, pero parecía imposible entrar en su círculo y ganar su confianza. Bella interrumpió sus pensamientos mirándolo con una mirada extraña. —¿Por qué me miras así? —Lo siento,solo pensaba. —Sonrió—. Estoy feliz de que nos hayas dado una oportunidad. No lo digo por el sexo espectacular que tuvimos.

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Bella se le tiró encima, pinchándolo con el dedo. Estaba sonrojada. —No hagas que me arrepienta, Parker, estrella de rock. —Nunca —prometió y lo selló con un beso. El beso se intensificó y Park la llevó hacia su regazo. Ella podía sentir la dureza tocándole la entrepierna, y solo necesitó eso para excitarse. De todas las chicas que lo rodeaban todo el tiempo, se sintió bien poder excitarlo con un simple beso. Las manos del joven llegaron a sus pechos y se los masajeó al tiempo que ella se presionaba contra su erección. Ninguno de los dos fue capaz de reprimir los gemidos de éxtasis. Antes de lo que esperaba, la giró para quedar sobre ella. Lentamente, bajó por su cuerpo, dejando un rastro de besos con su paso. Sus ojos se abrieron cuando le besó el clítoris y lamió la ranura. Su espalda, incontrolablemente, se arqueó, dejándole un mejor contacto con su núcleo, y dejándole a su dedo la entrada de su vagina. Sus labios y manos trabajaban en armonía, dándole el orgasmo más fuerte que alguna vez tuvo por sexo oral. Lentamente volvió a subir dándole besos. La miró profundamente antes de besarla de nuevo. Fue diferente a los besos rudos, salvajes, que habían compartido por la noche. Fue tierno y cariñoso, se llevó el aliento de Bella. Despacio, Parker entró en Bella, sin dejarle de mirar los ojos ni por un segundo. Apoyó un codo para sostenerse y con la otra mano se acomodó su cabello sudoroso. Le besó todo el rostro mientras entraba y salía delicadamente de ella. Bella no pudo despegar su mirada de él ni por un segundo. Había algo especial en todo esto, y ninguno quería admitirlo. Los movimientos lentos golpeando en los lugares adecuados dibujaron en Bella un orgasmo, pero la mantuvieron al borde. Parker parecía estar así también, pero la esperaba. Luego de otro par de entradas, la sintió estrecharse alrededor de él, haciéndolo consiente del placer. Esto era exactamente lo que esperaba, y luego también se dejó ir. La delicada manera en que le hizo el amor era el símbolo de todo lo que la amaba, incluso sin decirle una palabra. *** Bella se recostó sobre Parker luego de haberse bañado. Justo cuando se encontraba a punto de quedarse dormida, se despertó cuando él saltó de la cama. —¡Mierda! —gritó. —¿Qué pasa? —A Bella le dolió en el estómago verlo tan angustiado. Él negó con la cabeza un par de veces, y luego la miró con una disculpa en los ojos.

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—Lo hicimos sin protección, Bella. Lo siento tanto. No sé qué me pasa cuando estoy contigo, me vuelvo irracional. Bella sonrió. —Está bien. Tomaba la píldora antes. —La sonrisa del chico desapareció. —Tomo la píldora ahora también. Ven a dormir. Parker se relajó, pero se sintió mal al traer los recuerdos de su aborto. Por mucho que le doliera, sabía que era peor para Isabella. —Lo siento tanto, bebé. —Se recostó contra ella y la acercó a su cuerpo, tratando de alejar los recuerdos. *** Los días en St. Louis pasaron muy rápido. Antes de lo que pensaban, se encontraban parados en el medio del aeropuerto, Bella tratando de retener las lágrimas y Parker usando una peluca rubia, un viejo sombrero y una remera con el logotipo de una empresa agrícola. El flequillo de la peluca era bastante largo, así que no necesitaba usar anteojos, en especial ese día nublado. El clima se encontraba como su ánimo. A nadie le gustaba decir adiós. Parker sostuvo a Bella entre sus brazos. —Solo serán un par de semanas, luego volveré a Nueva York. — Parker la abrazó un poco más fuerte sin saber si lo hacía por el bien de ella o el suyo. Luego de un par de días se había acostumbrado a tenerla cerca todo el tiempo. —Lo sé, y estaremos tan ocupados que el tiempo volará, ¿no? Asintió. —No te ahogues en el trabajo. Si mi madre me dice que trabajas demasiado no podré ser feliz, ¿sabes? Ella le sonrió. —Veremos. Estoy segura de que tengo mucho que hacer en la cocina luego de haberme ausentado por casi una semana. Y le prometí a Dylan algunos días libres por cubrirme. —Bueno, será mejor que me ponga en marcha, no quiero perder el vuelo. —La agarró de la cintura y la besó suavemente—. ¿Me prometes algo? —Lo miró con ojos inocentes—. No más revistas de chismes. Sabes que lo que dicen son mentiras. Te prometo que estos labios solo te pertenecen a ti. —Sonrió y apuntó a sus labios antes de volverla a besar. —Te lo prometo —contestó ella honestamente—. Nos vemos pronto. —Te llamaré cada vez que pueda. Un par de semanas, ¿recuerdas?

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Ella asintió y se giró para irse. Sin poder contenerse, le agarró la mano y le dio un profundo último beso, que la dejó con una sensación en las rodillas y un poco desconcertada. Lo miró una última vez en la parte de seguridad, y de repente su pecho se llenó de vacío. *** Justo como había supuesto, Dylan le dio la espalda cuando volvió a trabajar el día siguiente. Por mucho que le doliera su trato y que fuese su amigo, sabía que era la jefa y que iba a ser capaz de contar con él en su ausencia. Sabiendo que la actitud del hombre solo significaría un obstáculo, le dio las vacaciones antes, una semana después. Lo llamó a su oficina para contarle, esperando que las cosas no terminaran con golpes. Ya tenía suficiente con el dolor de cabeza que le causó todo el papeleo que hizo durante la mañana. —¿Qué pasa, jefa? —preguntó con un tono de molestia. —Deja esa actitud, Dylan. Soy tu amiga, pero también te pago un sueldo. Debes tenerme un poco más de respeto. —Bueno, después de las fotos que muestran tus hazañas de la semana pasada te mereces el respeto ¿Crees? Nunca pensé que te volverías una putasolo para llamar la atención de una estrella de rock. Y yo que pensaba que necesitabas un descanso. Debería haber sabido que verías a ese perdedor cuando no me dijiste nada. Bella tomó dos respiraciones profundas, tratando de manejar su enojo. —Honestamente, Dylan, no te debo ninguna explicación. Lo que haga con mi tiempo libre no es tu problema. ¿Y decirme puta? Pensé que me conocías más que eso, pensé que eras mi amigo. Tus vacaciones acaban de comenzar, tienes cuatro semanas. Si no vuelves con una actitud diferente, considera que no solo te quedas sin trabajo, sino que sin una amiga también. —Señaló la puerta, dándole a entender que no lo quería allí. Caminó hasta la puerta, y antes de salir se quitó el delantal. —Me alegra ver como eliges a un tipo por sobre nuestra amistad. Se fue con un portazo. Isabella sintió las lágrimas en sus ojos. Nunca pensó que su amigo la trataría de esa forma, y odiaba tener que actuar como la jefa, pero el hombre necesitaba que lo pusieran en su lugar. En vez de guardar los

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papeles que había sacado posteriormente, fue a la carpeta de currículos. Los examinó detalladamente y seleccionó cuatro de los cientos que tenía. Todos ellos tenían experiencia en gastronomía y habían ido trazando su camino comenzando como sirvientes. Con Dylan o no, necesitaría más ayuda en el restaurante desde que era más concurrido. Después de programar las entrevistas de los cuatro candidatos, volvió a los papeles sobre su escritorio y decidió primeramente resolver los problemas que se habían presentado durante la semana. Este iba a ser un largo día. Más tarde esa noche cuando la gente empezó a irse, fue a la cocina a ayudar a los chefs. Una vez que todo se hallaba bajo control, se fue al comedor a ver si alguien necesitaba su ayuda. Todo se encontraba lleno, incluyendo la sala de banquetes, también había personas esperando en el vestíbulo. Por mucho que amaba los negocios odiaba ver a la gente esperando en el vestíbulo durante mucho tiempo. Así que agarró una gran bandeja y colocó muchos aperitivos mixtos y los dejó en el vestíbulo para la gente que esperaba. Hizo sus rondas, parando en cada mesa para asegurarse que nadie precisara nada y que todo estuviera bien, no recibió ni una sola queja. Luego se acercó a una mesa muy familiar. —Buenas noches, Damas. Es bueno verlas nuevamente. Sonrió y se sentó cuando le ofrecieron quedarse. —Escuché que te tomaste unas vacaciones Isabella. Al parecer hizo maravillas contigo —la elogió Sasha. —Thomas dijo que le gustaría que lo llamaras ni bien volvieras. Isabella miró a Bunny, y compartieron una sonrisa casi imperceptible. —Lo siento Sasha, pero me he involucrado con otra persona, fue totalmente sin querer, pero sucedió. Además, no creo ser el tipo de Thomas. Pero voy a llamarlo y explicárselo a él. Realmente quería a Sasha y no quería decepcionarla. —Está bien, querida. Esperaba que salieran, pero entiendo cuando dos personas no son compatibles, no adelanta forzarlo. —Creo que lo sospeché desde que me enteré que habías estado con Parker. Se rió dejando a Isabella un poco desubicada. Isabella se rió cubriendo su cara con las manos para ocultar el rubor de las mismas. Miró a Bunny, quien sonreía con orgullo. —Creo que gané la apuesta — le dijo a Saha.

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—Pero lo más importante, estoy muy feliz que tú y Parker estén felices. —dijo guiñándole a Isabella—.Hablé con el hoy, y sonaba rejuvenecido. Creo que eras exactamente lo que necesitaba, lo mismo para ti, estas radiante. Isabella volvió a sonrojarse. —La pasamos muy bien, estoy contenta que me invitara a acompañarlo, no lo hubiera hecho por mi cuenta —dijo soñadora—. Pero tiene esta forma de convencer, que es imposible decirle no. —Solamente estoy ansiosa a que termine su tour y pueda volver aquí contigo —le dijo Bunny. —Yo también —le respondió Bella, un poquito más entusiasta y expresiva de lo que hubiera querido. —Bien damas, detesto dejarlas,pero el deber me llama. Las chicas se despidieron y al hacerlo se dio cuenta que Bunny tenía una sonrisa inédita. *** En la semana siguiente, Isabella fue a trabajar temprano para compensar el trabajo retrasado debido a sus vacaciones. Parecía ser una pequeña venganza de Dylan. Cada día, volvía a casa y realizaba su rutina. Entrevistó a varios candidatos a la posición de asistente de gerente, y terminó por elegir a una mujer que parecía muy eficiente y tenía excelentes recomendaciones. En su primer día, le explicó todo lo que esperaba de ella. Le reveló que el restaurant era su bebé, y que esperaba nada menos que la perfección y satisfacer a los clientes. Abigail o Abby, pareció entenderlo y concordar plenamente. Lucía bien a sus treinta y siete años, era soltera y no tenía hijos, siempre dedicaba el cien por ciento de su tiempo al trabajo. Le habló respecto a Dylan, y como también sería su jefe por cierto tiempo, hasta que se acostumbrara. Como Dylan se hallaba en vacaciones, no tenía mucho tiempo para entrenar a Abby, hasta que volviera de sus vacaciones. Esto dejaba a Abby de manos atadas por el momento, pero todo se arreglaría. También tenía un respaldo por si acaso Dylan y ella no congeniaban o sucedía algún otro imprevisto. El tiempo volaba y al mismo tiempo era muy lento. No podía esperar a ver de nuevo a Parker. Las cosas funcionaron muy bien cuando lo visitó, pero ¿Cómo sería cuando se encontraba en casa por tiempo completo?¿Estaría molesto por su arduo trabajo y dedicación?¿Se abriría a ella? ¿Quedaría con el corazón roto? ¿Cómo sería luego de su periodo de luna de miel?

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Parker había llamado un par de veces, en compensación las conversaciones eran muy rápidas y llenas de emoción. Ambos odiaban estar lejos uno del otro. Le hizo saber que el último concierto de su gira, era en su ciudad y quería que fuera. —Intenta mantenerme alejada —dijo ella bromeando. —Bien, voy por ti después del concierto así podemos estar juntos en el backstage mientras me preparo —le dijo —¿No te voy a ver antes de eso? —preguntó con pesar. Generalmente siempre tenía una prueba de sonido, o ensayo el día antes del concierto, a menos fue así cuando se encontraba con él. —No, lo siento. Tan pronto como lleguemos a la ciudad tenemos que ir a la prueba de sonido y a ensayar, y solamente tendré una hora y media para eso, e incluso arreglarme para salir al escenario. —Bien, lo entiendo —dijo feliz de que por lo menos lo vería en los próximos días, y tenía que pensar en cómo salir del trabajo esa noche. Dylan todavía no habría vuelto, y Abby recién había empezado. Parece que es hora de confiar un poco en ella —pensó para sí misma. Enlos siguientes días se encontraba tan ocupada entrenando a su Cheff Antoine, de cómo cuidar las cosas en su ausencia. No era nada distinto de lo habitual, pero solo le dijo que quería que todo lo que saliera de la cocina estuviera perfecto, y que ocasionalmente pasara a ver los clientes para verificar si estaban satisfechos. Al final de la noche debía limpiar como usualmente lo hacían, luego cerrar la caja, y dejar todo listo para el día siguiente. La noche del concierto había llegado. Salió del restaurante ni bien empezó la cena, Antoine le prometió que mantendría todo bajo control. Corrió al apartamento para bañarse y vestirse antes que Parker llegara. Después de ducharse, se puso rizadores, y fue al closet para elegir un atuendo sexy, que pudiera enloquecer a Parker. Terminó por elegir un pantalón negro justo, con una camiseta strappy y unos tacones plateados y se secó y fijó el pelo. Se maquilló. Cuando finalmente estuvo lista, quedó muy satisfecha con los resultados. Se aplicó un poco de laca y se fijó al espejo, sus rizos estaban perfectos. Se roció con perfume y esperó a Parker. Antes que pudiera siquiera sentarse, golpearon la puerta, eso la hizo sonreír. Corrió a abrir la puerta, y su corazón casi estalla de felicidad al verlo del otro lado. Saltó a sus brazos, y aplastó sus labios en los de él, besándose apasionadamente.

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—Dios, como te extrañé—dijo Parker, mirándola de arriba abajo, y luego la encerró en sus brazos nuevamente—.Te vez increíble, pero te falta algo. Bella miró, y se auto revisó. Se encontraba vestida, y con maquillaje, tenía su bolso. —¿Que me falta?—preguntó con el ceño fruncido por la confusión. —Esto—dijo Parker con un collar colgando de su mano, Bella lo miró sorprendida. Era de oro blanco con un dije de corazón hecho de diamantes y una llavecita. En la parte posterior estaban grabados sus nombres. Se dio vuelta y recogió el pelo para que pudiera ponérselo. —Eres la única que tiene la llave de mi corazón. Luego la besó lentamente. Isabella sintió su voz flaquear, y las lágrimas casi por derramarse. Se miró al espejo y finalmente pudo hablar. —Gracias, es perfecto. La besó nuevamente y le dijo que tenían que apurarse para llegar a tiempo. Cerraron la puerta, y bajaron de la mano. Por mucho, esto es demasiado bueno —pensó ella.

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15 Traducido por Lipi-Lipi Corregido por Sapphire

¡El concierto fue increíble! Parker salió por segunda vez, complaciendo a la multitud increíblemente fuerte. Bella se sentía tan orgullosa de mirar hacia el escenario y saber que su novio era por él que estaban gritando; quien trajo a todos ellos a sus pies. Lo veía en sus ojos cada vez que salía; se hallaba en su elemento, vivía para estar en ese escenario. La fiesta se hallaba repleta, casi hasta el punto de ser desagradable. Pero, por una vez, a Bella no le importaba. Parker se lo merecía, y quería asegurarse de que se divirtiera y celebrara su último espectáculo de la gira. Cuando entró en la habitación, se encontraba allí esperándolo, con la cerveza en la mano. Tomó la cerveza y la agarró en un beso apasionado, todavía montado en su alto espectáculo. Lo único que podían hacer era reírse de sus travesuras, ni siquiera vergüenza a todos en el PDA9. Permanecieron en la fiesta más tiempo que a cualquier otrade las que habían asistido y Parker se aseguró de mantener Bella a su lado en todo momento. Vio algunas de las miradas que recibía, y no quería correr el riesgo de darle oportunidad a ninguno de los tipos borrachos o altos de conseguir poner sus manos sobre ella. No solo eso, sino que eliminaba la posibilidad de que otra chica intentara besarlo a tientas delante de ella. Bella tenía un gran momento. Se dejó ir y lo disfrutó mucho, agradecida de que estuviera a su lado todo el tiempo. Las bebidas fluían sin cesar, y aunque había un montón de medicamentos que se estaban pasando de uno a otro en la habitación, se sentía aliviada de que Parker no se entregara a cualquiera de ellos. Después de unas horas, estaba bien pasada de estar borracha, al igual que Parker, y ambos se hallaban contentos de que la fiesta se estuviera acabando. Se hacía difícil para los dos estar de pie, no sabía si 9PDA:

del inglés personal digital assistant, asistente digital personal.

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era el alcohol o los apasionados besos y miradas compartidas entre los dos. Finalmente Parker la llevó a la limusina queesperaba, se tropezaron ligeramente a lo largo del camino. Una vez que se habían metido con seguridad dentro de la misma, con la ventana de privacidad subida, finalmente se dieron a su antojo el uno por el otro. El sexo era caliente y rápido, sin ni siquiera molestarse en desprenderse de todas sus ropas, solo las que eran necesarias. Parker esperaba que ninguno de los dos se desmayara porque tenía más planes para ella cuando regresaran a su apartamento. El viaje pareció una eternidad después de que finalmente consiguieron colocar sus ropas de nuevo, pero una vez que pasaron a través de la puerta de su apartamento, comenzaron a desnudarse otra vez. Esta vez no fue tan frenético, o como necesitados. Era más suave, y a veces complicado cuando uno o el otro tropezara en su embriaguez. Pero cuando finalmente se desplomaron en su cama, fue increíble desde allí. Parker tomó su tiempo asegurándose de que estuviera lista, llevándola al borde de su clímax con los dos dedos y la lengua. Cuando la dejó en ese estado, ella protestó en voz alta, solo para recibir una sonrisa diabólica de él. Lentamente besó su camino por su cuerpo, y cuando encontró sus labios, se deslizó dentro de ella con un rápido movimiento. No fue lo suficientemente fuerte para hacerle daño, pero sí lo suficiente para llevarla al límite que él recientemente había abandonado. Ella gritó en éxtasis, rastrillando las uñas por su espalda. Parker miró su cara, y no importaba lo mucho que había bebido, se hallaba lo suficientemente sobrio en ese momento para tener su mirada de pura satisfacción grabada en su memoria para siempre. No se sentía seguro de cuánto tiempo más podría resistir, pero sabía que quería satisfacerla al menos una vez más antes de que pudiera ceder a su liberación. Cuando ella les dio la vuelta para quedar encima, pensó que se encontraba en el cielo. Sentir su roce en él era increíble, y ver sus pechos rebotando mientras lo montaba estuvo a punto de matarlo. Ella agarró sus manos entre las suyas y uniéndolas entre sí por encima de su cabeza, besándolo con todo lo que tenía, y Parker luchó por su control. Estaba tomándolo completamente, y le encantó cada segundo de ello. Cuándo se echó hacia atrás, puso sus manos sobre sus pechos y ella pasó las manos por su pelo, agarrándolo a medio camino y tiró la cabeza hacia atrás mientras cabalgaba a través de otro orgasmo. No podía aguantar más. La mirada de pura felicidad en su rostro sonrojado y sus contracciones alrededor de él lo enviaron sobre el borde,

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explotando su semilla dentro de ella, quiense desplomó ligeramente su cuerpo sudoroso sobre él, colocándose allí y sintiendo sus corazones latiendo en carreras juntos. En ese momento, se sintió verdadera y completamente conectada a él. Sus dedos suavemente corrían hacia arriba y hacia abajo de su espalda, lo que la hizo temblar ligeramente, pero disfrutando cada segundo de ello. —¿Crees que podemos llegar a la ducha? —preguntó ella—. Tengo que hacer pis, y está a solo un paso. —Podemos intentarlo, pero hagámoslo rápido, ¿de acuerdo? Bella asintió con la cabeza y se dirigió al cuarto de baño rápido, y una vez que tiró de la cadena del inodoro, Parker sabía que podía ir allí para su ducha. Se lavaron rápidamente, luego salieron de la ducha. Parker envolvió a Bella en una de sus toallas grandes y suaves, se alegró de que se no hubiera lavado el pelo. No quería esperar que se le secara, solo quería volver a la cama con ella. Una vez que estuvieron secos, se metieron entre las sábanas y se acurrucaron juntos, cayendo rápidamente dormidos en los brazos el uno del otro. A la mañana siguiente, Bella se despertó sola, con una botella de Gatorade10 y algunos ibuprofenos en su mesita de noche. A pesar de que su resaca sorprendentemente no estaba tan mal, tomó las pastillas y bebió toda la botella del refrescante líquido. Al darse cuenta de que todavía se hallaba desnuda, tiró de la bata de raso y se fue buscando a Parkeren su apartamento. En la mesa de la cocina, se encontró una nota diciéndole que tenía que asistir temprano en la mañana al programa de radio, pero esperaba estar de vuelta con el desayuno antes de que se despertara. Ya que no había regresado todavía, saltó a la ducha, liberándose por completo de cualquier resaca que pudiera haber tenido. Para el momento en que estaba vestida y lista, Parker volvía con una bolsa de panecillos frescos y una variedad de queso crema. La boca de Bella babeada por el olor de los panecillos calientes y lo besó por su consideración. Mientras estaban sentados a la mesa comiendo, Isabella tuvo un pensamiento. —Sabes, si vas a quedarte aquí mucho más, deberías traer algunas de tus cosas para que no tengas que salir tan temprano e ir a casa y cambiarte para cubrir las apariencias.—Inmediatamente su cara se

10Gatorade:

es una bebida isotónica, usada para re hidratar y recuperar carbohidratos (bajo la forma de azúcares sacarosa y glucosa) y electrolitos (sales del sodio y potasio) agotados durante el ejercicio.

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enrojeció—. Quiero decir, si quieres. No tienes que, si es demasiado pronto para ti. Parker sonrió. —Bueno señora Violi, no me di cuenta que estábamos en ese nivel todavía —bromeó, haciendo que se sonrojara aún más, bajando la cabeza, así que no podía ver exactamente lo avergonzada que se sentía. La alcanzó, puso su dedo debajo de la barbilla y la levantó, haciendo que lo mirara a los ojos—. Me alegro de que estemos finalmente en la misma página con nuestros sentimientos. Pensé que nunca podría llegar allí. — Sonrió. —Entonces, ¿cuántos cajones puedo obtener? Ella sonrió, sintiéndose aliviada de que no había hecho un asno total de sí misma. —Bueno, supongo que puedo limpiar tres cajones, y parte de mi armario, siempre y cuando no me sigas comprando cosas para llenarlo. Y puedes incluso tener la mitad del gabinete de las medicinas en el cuarto de baño —le dijo, como si estuviera haciendo un gran sacrificio. Pero ambos sabían que no era un sacrificio en absoluto. —¿Entonces supongo que estaremos aquí la mayor parte del tiempo? —preguntó, sin importarle realmente. —Es tan cerca del restaurante. Y cuando tienes que hacer las cosas, por toda la ciudad. De alguna manera tiene sentido, ¿verdad? Se inclinó y la besó. —Sí. Y para que conste, puedo estar donde quieras. Ella sonrió de nuevo, sonrojándose un poco antes de mirar el reloj. Realmente necesitaba llegar pronto para compensar el no haber estado allí la noche anterior. —Bueno, gracias por el desayuno, pero realmente tengo que correr o voy a llegar tarde. —¿Quieres que mi chofer te lleve? —se ofreció. Ella se echó a reír. —Nos va a tomar más tiempo conducir que caminar, pero gracias. —Bien —dijo, levantándose de la mesa y tirando de ella con él—. Vamos entonces. —Ella le dio una mirada confusa—. Voy a pasar todo el tiempo que sea posible contigo ahora. Sé que estarás ocupada con el trabajo, y voy a tener que viajar un poco para las apariciones promocionales, por lo tanto es mi humor, ¿de acuerdo?

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Lo besó antes de agarrar su bolso y sostuvo su mano mientras salían del apartamento. En su camino al trabajo, saludó a toda la gente que normalmente saludaba, pero sonriendo un poco más. Una vez que llegaron al TigerLily, se sentía feliz de que ningunos de sus empleados se encontraba allí todavía. Tiró de Parker al restaurante y le dio un beso abrasador. Cuando él trató de ir por más, lo apartó con una sonrisa y le dijo que tenía trabajo que hacer. Él gimió, pero lo aceptó. Con otro beso rápido, la dejó en su trabajo. Bella se quedó allí por un momento, viéndolo cómo se alejaba, sintiéndose más feliz de lo que nunca estuvo en su vida. Prácticamente bailó alrededor de las mesas a su oficina, pensó que se encontraba en serios problemas debido a sus sentimientos por Parker. Era demasiado pronto para los pensamientos y sentimientos que se habían arremolinado alrededor de ella. La mañana transcurrió demasiado rápido porque se hallaba muy ocupada limpiando el papeleo en su escritorio. Fue increíble lo rápido que todos se amontonaron. Poco después de que lo hizo, necesitaba ir a inspeccionar algunos envíos que estaban por llegar. Parecía que todo finalmente volvía a la normalidad después de sus vacaciones, y solo se tardó un par de semanas para llegar. Juró que nunca se tomaría unas vacaciones así de nuevo, le tomó demasiado tiempo para ponerse al corriente. Y no era solo la cantidad de trabajo que tenía que hacer, tambiénperdió a Dylan. Siempre había estado allí para ella, y parecía que últimamente había estado constantemente enojado. Había estado en sus vacaciones por unas semanas, y no sabía nada en absoluto de él. Con toda honestidad, le preocupaba que él volviera y le dijera que había terminado, que no quería su trabajo ya. Isabella entendía que solo quería protegerla de Parker, pero también necesitaba confiar en ella y sus decisiones. Tenía que dejarla ir y dejar que volara o se estrellara, pero hacer la elección por su propia cuenta. Y si era un verdadero amigo, la dejaría tomar sus decisiones, entonces estaría allí como su amigo al final, pasara lo que pasara. Que era cómo funcionaba la amistad, ¿no? Así han funcionados las cosas con Jason, ¿por qué no podrían ser de esa manera con Dylan también? Su miedo de Dylan marchándose la hizo llamar a Abby y pedirle comenzar lo más pronto posible. Incluso a pesar de que en realidad no tenía el tiempo extra para entrenarla, necesitaba estar preparada en caso de que Dylan fuera un tonto y renunciara. Sorprendentemente, Abby fue capaz de iniciar esa noche, había estado sentada al alrededor aburrida sin trabajar. Abby se presentó alrededor de las 4:00 de ese día, dándole un montón de tiempo para aclimatarse al restaurante antes de que la

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multitud de la cena comenzara a filtrarse. Se familiarizo con el menú y se reunió con los chefs, e incluso probaron algunos de sus alimentos. Estuvo contenta en su cocina y decía entusiasmada que era mucho mejor que el último restaurante en que trabajó. Dado que Abby no estaría trabajando en la cocina, no iba a estar vestida con una camiseta de color negro con telas a rayas blancas y pantalones negros. Bella ya había ordenado su uniforme, por lo que se encontraba listo para cuando llegó allí. Cuando los primeros clientes entraron, Abby estabaensombrecida de los mejores camareros, aprendiendo el diagrama de asientos, y cómo los clientes se sentaban. Se encontraba muy impresionada con el profesionalismo que vio y se dio cuenta de lo afortunada que era por haber conseguido el trabajo. Cuando las cosas empezaron a mejorar, se fue de nuevo a la cocina donde se encontraba Bella. Bella le mostró cómo se preparaban los postres que sería la única cosa que estaría haciendo ella allí cuando la cocina estaba demasiado ocupada. Una vez que estuvo segura de que los chefs lo hacían bien, Bella llevo a Abby fuera al comedor para saludar a los clientes. Era una de sus cosas favoritas de hacer en el restaurante, amar a sus clientes, especialmente a todos los habituales. Se sintió orgullosa de presentar a Abby a todos los invitados, era maravillosa con ellos, y realmente parecían gustarle. Bella se encontraba segura de que había tomado la decisión correcta en la contratación de Abby. Fuera de la esquina de su ojo, vio uno de sus favoritos y no podía esperar para presentarles a Abby. En su camino hacia la mesa, Bella dio un breve resumen de lo que ella iba a encontrarse. En cierto modo, esto emocionaba a Abby, pero de otra manera, la ponía nerviosa. Sabía que las personas que estaban en esa mesa eran muy importantes para Bella, y quería causarles una buena impresión. —¡Buenas noches señoras! —Bella saludó a las dos mujeres con sincero entusiasmo. —¡Bella querida! —sonrió Sasha. Bunny tuvo la mayor sonrisa dibujada en su cara. Se levantó de la mesa y envolvió a Bella en un abrazo. —Está tan enamorado —le susurró, haciendo que Bella se ruborizara. Bunny se recostó en su asiento y miró a la otra chica—. ¿Quién es esta chica tan bonita? —Señoras, quiero que conozcan a la más reciente incorporación a la familia TigerLily. Esta es Abby, mi nueva encargada auxiliar.

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Ambas dijeron sus „holas’ y hablaron con ella un poco de lo mucho que les encantaba el restaurante. —No creo que estas dos ya coman en casa, creo que comen aquí todas las noches. —Bella se rió. Miró a su mesa—. Hablando de comer, ni siquiera han comenzado. ¿Ninguno de mis camareros ha dejado caer la pelota sobre ustedes? —preguntó, un poco nerviosa. —¡Oh, no, no! Le mandamos lejos. Estamos esperando a alguien. Bunny palmeó la mano de Isabella. Giró la cabeza hacia la puerta. —¡Por fin! —dijo cuando vio a la tercera persona de su partido. Isabella se volvió para mirar, y una sonrisa iluminó su rostro. —No podías estar lejos de mí, ¿eh? —preguntó mientras Parker se inclinaba para darle un suave beso. —En realidad, tengo una cita esta noche con estas dos hermosas mujeres. —Se disculpó mientras besaba a Sasha y las mejillas de Bunny—. Espero que no seas celosa. —Creo que puedo hacer una excepción. —Le hizo un guiño. Una vez que se sentó, se acordó de Abby de pie a su lado, observándolo todo. Bella la miró, viendo al recién llegado con temor. Con una sonrisa, los presentó a los dos. —Abby, este es Parker Davidson, Parker este es mi nueva encargada auxiliar Abby. Se levantó y estrechó la mano de Abby. —Encantado de conocerte Abby. Debes ser muy especial si mi Bella confía en ti su restaurante. Abby miró hacia atrás y hacia adelante entre Bella y Parker, tratando de hacer la conexión entre su jefe y una de sus estrellas de rock favoritas. Balbuceó unas educadas gracias, todavía en estado de shock por estar hablando con Parker Davidson. Bella sonrió y se lo explicaría más tarde. —Bueno, voy a dejar que lleguen a su cena —les dijo, dándose la vuelta y haciendo un gesto a su camarero—. Te veré más tarde. Disfruta, y quiero saber si necesitas algo. Antes de que pudiera alejarse, Parker la agarró de la muñeca. —Necesito algo —le dijo y tiró de ella hacia abajo para otro beso—. Te veré en casa esta noche. Ella se sonrojó cuando salía de su mesa y dirigió a Abby a su siguiente mesa. ***

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Una vez que la noche increíblemente ocupada había terminado, Bella se sentó en su oficina con Abby repasando los procedimientos de cierre. Se sorprendió con la rapidez que Abby había recogido todo, y se sentía tan contenta de que había tomado la decisión de contratarla. Finalmente se preparaban para irse, y no podía dejar de notar a Abby mirándola. —¿Qué? ¿Tengo un moco? —preguntó, limpiándose la nariz. Abby se rió. —No, pero creo que ya sabes lo que quiero saber. —¡Oh! Sí, Parker y yo estamos saliendo. Bueno, supongo que es más que eso. Parker es mi novio. —Sonrió. A pesar de que las mujeres no se conocían muy bien, se tomaron las manos, y dejaron escapar chillidos de chicas. Por primera vez, Isabella sentía como si tuviera una verdadera amiga con que compartir cosas. No se conocían desde hacía mucho tiempo, pero hicieron clic de inmediato, y ambas sabían que iba a haber una fuerte amistad entre las dos.

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16 Traducido por Luna Alessi & Michelle M Corregido por Lali Rosser

Cuando Bella salió del restaurante esa noche, Parker la esperaba. —¿Qué sorprendida.

estás

haciendo

aquí?

—preguntó,

agradablemente

—Bueno, no quiero que camines a casa sola a estas horas de la noche. —Esperó a que cerrara las puertas antes de tomarla de la mano. —Sabes que he hecho sola esta caminata muchas veces antes y nada me ha pasado. —Lo sé, pero me preocupo —dijo—. Solo quiero ser un hombre por un minuto, ¿de acuerdo? —Sonrió. —Bien, bien, bien. —Se volvió hacia donde Abby llamaba a un taxi—. ¿Nos vemos mañana Abby? —Esperaba que le gustara esto lo suficiente como para regresar. —¡Sin lugar a dudas! —Sonrió mientras subía al auto y se alejaba. *** Una vez que llegaron a casa, Parker se sentó y encendió la televisión. Cuando dio unas palmaditas al lugar junto a él en el sofá, Bella sacudió la cabeza y se rió del puchero que le dio. —Dame una hora, el baño por la noche. —Guiñó un ojo—. Realmente necesito una ducha. Parker escuchó el movimiento en el baño, y oyó un vigoroso fregado. Cuando escuchó el fregado detenerse, y la ducha encenderse, su rostro se iluminó con una sonrisa. Caminó hacia el cuarto de baño, poco a poco perdiendo su ropa, dejándolas como un rastro a su paso. El olor a limpieza era pesado en el aire, pero no llegaba a ser abrumador. El que realmente alcanzaba sus sentidos era el del champú que Bella utilizaba en su cabello.

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Quería más, necesitaba estar más cerca. Tratando de no escandalizarla tanto, poco a poco abrió la puerta de la ducha. Sintiendo una ráfaga de aire frío, Bella se volteó para ver a Parker uniéndose a ella. Sacó las manos de su cabeza y empezó a masajear el champú en su pelo. Se volvió para que su espalda estuviera junto a su estómago y se sintió relajada en su ayuda. Le encantaba cuando jugaban con su pelo, pero tener a alguien lavándolo enviaba a su interior un torbellino de sensaciones. Eso era un gesto tan tierno y amoroso en su mente. Una vez enjuagado, cerró el grifo y arrastró a Parker fuera de la ducha, quien miró confundido. —El sexo en la ducha no es todo tan bueno como parece —dijo—. ¡Y tengo que tenerte ahora mismo! Nunca había oído tanta pasión en su voz, la cual era casi como un gruñido. —Muéstrame el camino, completamente encendido.

estoy

a

tu

merced

—contestó,

Se volvió hacia él y tiró de su cabeza hacia abajo para poder sentir sus labios sobre los suyos mientras caminaban fuera del baño. Sin saber exactamente a dónde iba, realmente no le importaba, siguió caminando. Sus manos estaban explorando tan salvajemente, y no podía soportarlo más. Tiró a Parker al piso donde sucumbieron a su pasión. Después de su segundo baño de la noche, se quedaron dormidos en los brazos del otro, nunca tan felices. *** Parker caminó junto a Bella al trabajo cada mañana y la recogió cada noche que estuvo en la ciudad. Tenía un par de viajes a ciudades cercanas que hacer, pero solo los separaban dos o tres veces a la semana. Incluso había comenzado a ayudarla con sus tareas cuando estaba allí, así que tenía un par de noches gratis a la semana. Mientras trabajaba en el cuarto de baño, él trabajaba en la cocina. Cuando trabajaba en el dormitorio, él trabajaba en la sala de estar. Y las noches de lavandería las pasaban juntos. La noche llegó, ya era hora de que Dylan volviera al trabajo. Había estado nerviosa durante dos días antes, sin saber si iba a volver, y si lo hacía, no sabía con seguridad cuál sería su actitud. Se fue a trabajar temprano en la mañana, sola, ya que Parker tenía una aparición en la radio, al otro lado de la ciudad. Trató de ocuparse con el papeleo, para sacarse de la mente la llegada o no de Dylan. ***

134

Una hora antes de que los empleados llegaran al trabajo, escuchó la puerta del frente abrirse y cerrarse. Fue a la sala de comedor, sin saber qué esperar. Cuando vio a Dylan, las mariposas en su estómago tomaron vuelo. Hizo un gesto a una de las mesas en el medio del comedor, como si estuvieran reunidos metafóricamente a mitad de camino. Ambos lucían nerviosos e incómodos. Parecía que ninguno de los dos sabía cómo empezar. —¿Qué tal tus vacaciones? —preguntó, al mismo tiempo exacto que Dylan preguntó cómo había estado el negocio. Los dos rieron, parecían haber roto el hielo. —Las vacaciones fueron buenas, pero me faltaba mucho este lugar. ¿Cómo ha ido? —preguntó con una sonrisa en su rostro. —Mucha gente, como siempre. De hecho, contraté una nueva chica. Será la asistente del gerente, pero no te preocupes, solo significa que está aquí para ayudarte. Es algo así como tu asistente. Sé que el estar aquí todas las noches me está agotando, y pedirte que me reemplaces cada vez que necesito una noche libre no es justo. Ahora tengo a alguien en quien puedo confiar sin consumirte demasiado... es decir, siempre y cuando tengas la intención de quedarte. —Bueno, supongo que eso depende de ti. Hay algunas cosas que tengo que decir, y después de que te las diga, puede que no quieras que me quede —Tomó una respiración profunda—. No me gusta Parker. Y no sé si es acerca de él siendo famoso, o si estoy preocupado por él hiriéndote, si me siento como que me está reemplazando en tu vida, o si solo estoy completamente celoso de que consiga besarte y yo no. Bella trató de decir algo, pero levantó su mano. —Sé que crees que solo jugaba un poco cuando coqueteaba contigo todos estos años, pero la verdad es que he querido decir cada palabra. Eres mi mejor amiga, sí, pero al mismo tiempo, siempre he querido más de ti. Quiero saber lo que se siente al decir que eres mía, poder darte un beso y tenerte, para poder amarte. Siempre he esperado que el azar permita que puedas finalmente tomarme en serio. Pero nunca te diste cuenta, y acabó de sentir como que tenía que decirlo antes de perder mi oportunidad. Bella se sentó allí con una mirada de asombro en su rostro, ni siquiera segura de haber escuchado correctamente todo lo que dijo. Y cuando se puso de pie acercándose a ella, estaba sin duda sorprendida. Dylan se puso en cuclillas al lado de su silla y dijo: —He querido hacer esto durante tanto tiempo, no importan las consecuencias ahora. —Luego acercó su cabeza la suya y pegó sus labios

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a los de ella. Se encontraba demasiado sorprendida para reaccionar, y fue solo cuando oyó un carraspeo que empujó a Dylan. —¡Parker! —exclamó casi sin aliento. —¿Alguien quiere explicar lo que está pasando aquí? —preguntó, mirando a Bella saltando de su silla, y a Dylan poniendo su cabeza en las manos. Haciéndose cargo de la situación, le dijo a Parker que permaneciera allí, y arrastró a Dylan a su oficina. —Lo que hiciste ahí fue una de las cosas más estúpidas que has hecho. No me quieres Dylan, solo piensas que lo haces porque nunca sucumbí a tus encantos. Cada otra chica cayó a tus pies, y yo no. Te gustaba la emoción de la persecución, pero creo que te diste cuenta después de ese beso que los sentimientos que tienes por mí son solo amistad. —Lo miró—. En cuanto a pensar que Parker me hará daño, es algo a lo que estoy dispuesta a correr el riesgo. No le conoces en absoluto, excepto lo que has visto en los periódicos, no lo conoces como yo. —Su voz cada vez más fuerte—. Nunca te sustituirá tonto Dylly. Eres uno de mis mejores amigos. ¿Crees que no soy capaz de compartir mi amistad? ¿Soy tan tonta? Se limitó a mirarlo, esperando a que dijera algo. —Lo siento, por todo. Tenías razón sobre el beso. Todo lo que podía imaginar es que besaba a mi hermana, y fue horrible. —Los dos se rieron—. Si estás tan fuerte en tus convicciones sobre Parker, entonces creo que tengo que darle una oportunidad, insistes en tenerlo en tu vida, y quiero mantenerte como amiga. —Entonces pensó por un momento—. ¿Seguimos siendo amigos? —preguntó lastimosamente. —Sí, seguimos siendo amigos y todavía tienes tu trabajo si lo quieres. Pero ahora tenemos que lidiar con Parker. —Se movió a la puerta. Ambos salieron de la oficina para encontrar a Parker sentado en la mesa en que estaba anteriormente sentada, con una mirada en su rostro que Bella no reconoció. Por un momento se asustó, pero sabía que no debía tener miedo. —¿Alguien me quiere explicar por qué mi novia y su “mejor amigo” se besaban cuando entre aquí? —preguntó, con un matiz de ira mezclada con dolor. Abrió la boca para decir algo, pero Dylan la interrumpió antes de que pudiera. —Es mi culpa. He estado tan celoso de ti y tenía la ilusión de que estaba enamorado de Bella. Ella no participó en el beso, la sorprendí —

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explicó—. Pero ahora sé, que esos sentimientos de estar enamorado que tenía por ella, no eran más que los de un amigo. Era más acerca de celos y el miedo de perderla por ti. Parker miró de Bella a Dylan, su rostro suavizándose. —Bella, ¿Puedo tener un momento con Dylan? —No le harás daño, ¿Verdad? —pregunto, un poco preocupada. Parker se echó a reír. —No, solo creo que nosotros tenemos una conversación pendiente desde hace mucho tiempo. Asintió con la cabeza y se fue a su oficina, mirando hacia ellos antes de entrar y cerrar la puerta. Parker se volvió hacia Dylan. —Sé que has visto los tablones y Bella también. Cuando estaba conmigo en Chicago, vio como las inocentes imágenes se distorsionaban, haciéndome quedar como el rey de toda inmoralidad. Pero te lo prometo, no soy así en absoluto. Tal vez cuando era más joven, disfruté de los beneficios, pero a medida que me fui haciendo más viejo, lo que más me gustaba hacer era besar a una chica en una fiesta. Desde que conocí a Isabella, incluso lo dejé de hacer, pero las revistas hacen parecer como si lo hiciera, porque eso es lo que ellos esperan de mí. —Tomó una larga y profunda respiración—. Nunca, nunca haría algo para lastimar intencionalmente a Isabella. Honestamente puedo decirte que la amo con todo lo que soy y la protegería con mi vida. —Se detuvo por un momento. ¿Acababa de admitir que la amaba? Las palabras lo golpearon como una tonelada de ladrillos. —¿Supongo que todavía no le has dicho? —preguntóDylan. —No, creo que me lo dije a mi mismo. —Se echó a reír—. Pero sé que es la verdad. —Tenía un brillo en sus ojos antes de continuar—. Y la verdad de todo es que he estado celoso de tu relación con ella. La conoces tan bien y eres uno de sus mejores amigos. Supongo que solo quiero tu aceptación puesto que significas mucho para ella. Dylan se rió. —Así que supongo que los dos teníamos ansiedad por las mismas cosas… pero creo que podemos trabajar a través de ellas y convertirnos en amigos… mientras no le hagas daño. Sé donde guardan los cuchillos realmente afilados en la parte de atrás —dijo con una sonrisa.

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Parker asintió entendiendo, entonces le extendió la mano. Los dos hombres se dieron la mano en comprensión y amistad. Ambos amaban a la misma mujer, por razones completamente diferentes. Cuando Bella salió de su oficina, estaba encantada de ver que se llevaban tan bien. —¿Se besaron y maquillaron? —preguntó, ni uno sonrió—. Lo siento, supongo que fue una broma de mal gusto —Hizo una mueca, pero eventualmente, todos sonrieron. Parker le hizo señas y la atrajo a su regazo. Besó su mejilla y cuello haciéndola reír—. Así que Dylan, ¿crees que podrías trabajar hoy? —preguntó. —¡Sí, jefa! —dijo y se levantó. —¿Estamos bien? —le preguntó a Parker. —Sip, todo está bien —le guiñó un ojo—. Se supone que ahora debo dejarte ir a trabajar —gimió. —Supongo —rodó los ojos—. Me alegro de que todo saliera bien. —Yo también. —La besó y luego la levantó para poder ponerse de pie—. Te veré cuando salgas esta noche. Se besaron una vez más y lo vio salir. Todavía no podía creer lo afortunada que era por tenerlo en su vida. *** La noche fue muy bien, Dylan y Abby se llevaban bien y aunque hubiera estado allí durante dos semanas, todavía era capaz de enseñar algunas cosas. Aunque pensó que Dylan podría estar resentido con Abby, se sentía contenta de ver que se encontraba realmente feliz de tenerla allí para ayudarle. *** Al final de la noche después del cierre, Bella, Dylan y Abby estaban saliendo del edificio. Abby abrió la puerta primero, se encontraba a unos metros delante de los demás. Se sorprendió de ver a Parker de pie tan cerca de las puertas, esperando a que salieran. —Discúlpame —dijo—, pero me gustaría una mesa para dos. Abby sonrió y lo dejó entrar. —Oye Bella —le gritó—, este hombre quiere una mesa para dos. —Hemos cerrado —le gritó antes de caminar alrededor de la participación. —¿Crees que podrías hacer una excepción? —preguntóParker, con esperanza en sus ojos.

138

Vio a los otros salir por las puertas y cerrarlas detrás de ellos. —Pienso que puedo meterme en una dificultad. Sin embargo,solo tenemos la mesa cerca a la chimenea —le guiñó. Bella condujo a Parker al comedor y se sentaron en una de las primeras mesas. Él puso una bolsa sobre ella y empezó a sacar contenedores de comida. —Sé que no será tan buena como la comida de aquí, pero debe funcionar. Isabella se hallaba impresionada. Nosolo de él teniendo la comida, también había traído buenos platos y cubiertos. Encendió las velas en la mesa, creando increíblemente romántica en el oscuro restaurante.

una

atmósfera

—¿Qué es todo esto? —cuestionó. —¿No puedo hacer algo bueno por una dama en mi vida? — preguntó. Sonrió y excavó en su comida. Después de que terminó con eso, tomó su plato y le dio un trozo de tarta de manzana, una de sus favoritas. Su boca se hizo agua con solo mirarla. Finalmente terminó con la comida, Parker recogió los platos de la mesa y volvió a ponerlos en la bolsa, extendió la mano y tomó las suyas. —Sabes que hemos pasado por muchas cosas en el tiempo que nos conocemos y siento que esto nos ha acercado. Tanto por lo bueno como lo malo y lo que queda es el hecho de que no importa lo que pasó, se demostró que podemos superar cualquier cosa juntos. Isabella, te amo tanto, de corazón y alma —derramó su corazón. Sin palabras, ella susurró: —También te amo. Creo que desde hace mucho tiempo. —Entonces esto lo hace más fácil para mí. —Se rió y se movió alrededor de la mesa. Se puso de rodillas mientras la miraba a los ojos. Metió la mano en el bolsillo y sacó una pequeña caja cuadrada, haciéndola jadear—. Con todo eso dicho, sé que no nos conocemos mucho, pero siento que estamos destinados a ser. Isabella Violi, ¿Quieres casarte conmigo? Sé que esto es rápido, pero podemos esperar a que tú lo desees. Siempre y cuando digas que sí, voy a esperar por siempre hasta que estés lista. —La miró con tanta esperanza en sus ojos, con lágrimas mojándolos, aunque no se desbordaran.

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Miró la caja que acababa de abrir mostrando un gran anillo antiguo de diamante. No necesitó pensarlo antes de que cayera en sus brazos y gimiera su respuesta. —¡Sí! Sí, me casaré contigo. Hoy o mañana o el próximo mes, no me importa. Pero sí, me casaré contigo. La levantó en un abrazo y le dio vueltas, besándola hasta que ambos estaban mareados. Cuando la dejó, le deslizó el anillo por el dedo, haciéndolo oficial. Fue la mejor noche de su vida y sabía que iba a mejorar a partir de ahí.

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Traducido, corregido y diseñado por:

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