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Psicología

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4ta Edición

Marcelo Roffé. Licenciado en Psicología (1990, UBA). Master en Psicología del Deporte y la Actividad Física (UNEDUniversidad Complutense de Madrid). Especializado en Clíni­ ca en el Hospital Argerich. Responsable del Departamento de Psicología del Deporte en las divisiones juveniles del Club Ferro Carril Oeste (1995-2000) y de las Selecciones Juveniles Argentinas de Fútbol (AFA Sub 15, Sub 17 y Sub 20, 20002006). Asesor externo del Cuerpo Técnico de la Selección Argentina en Alemania 2006. Ex-asesor del Cuerpo Médico del Club Vélez Sársfield. Coordi­ nador del equipo de psicólogos de la pensión del Club San Lorenzo de Almagro. Docente de la Universidad de Buenos Aires en actividades de Grado y Posgrado. Docente en el Centro Nacional de Alto Rendimiento (C.e.N.A.R.D.) en cursos para entrenadores y psicólogos. Titular de la materia Psicología

continúa en la otra solapa

Psicología

del jugador de

í Con la cabeza hecha pelota

Marcelo Roffé

Psicología del jugador de fútbál Con la cabeza hecha pelota

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Roffé, Marcelo Psicología del jugador de fútbol : con la cabeza hecha pelota. 1a ed. 4a reimp. - Buenos Aires : Lugar Editorial, 2008. 312 p. ; 23x16 cm. ISBN 978-950-892-076-8 1. Psicología del Deporte. I. Título CDD 796.019

Diseño de tapa: Rubén Longas

[email protected] wrww.marceloroffe.com

I a Edición: Octubre 1999 2“ Edición: Julio 2003 3* Edición: Marzo 2007 4a Edición: Agosto 2008

Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro, en forma idéntica o modificada y por cualquier medio o procedimiento, sea mecánico, informáti­ co, de grabación o fotocopia, sin autorización de los editores.

ISBN: 978-950-892-076-8 © 2007 Lugar Editorial S. A. Castro Barros 1754 (C1237ABN) Buenos Aires Tel/Fax: (54-11) 4921-5174 / (54-11) 4924-1555 e-mail: [email protected] / [email protected] www.lugareditorial.com.ar Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723 Impreso en la Argentina - Printed in Argentina

A Débora, mi mujer, por su luz cotidiana. A Joaquín y Tobías, por sus llegadas plenas de vida; y a la princesa Salma por alegrar aún más el hogar. A mis padres, que siempre están a mi lado.

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Indice

Prólogo a la tercera edición.............................................................. 9 Palabras preliminares.................................................................... 11 Juan Pablo Varsky......................................................................... 11 Juan Carlos Giménez..................................................................... 13 Diego Borinsk................................................................................ 15 Raúl Barrios..................................................................................17 Francisco García Ucha................................................................... 19 Capítulo 1: Empecemos por el principio. ¿Qué es un psicólogo especializado en deporte y cuál es su rol?................. ........21 Capitulo 2: Fútbol: belleza y complejidad. Polémica con Dante Panzeri ..........................................................39 Capítulo 3: Necesidad y entrecruzamiento. ¿Por qué y para qué? La importancia del Estudio Sociométrico........................................ 51 Capítulo 4: Testimonio de una práctica. Objetivos de la preparación psicológica. Cincuenta tests psicométricos y proyectivos utilizados en el fútbol. Planillas de seguimiento en competencia. Intervenciones eficaces......... ................................ 63 Capítulo 5: Diferencia entre fútbol profesional y fútbol amateur. Su aplicación. La importancia de la prevención con los futbolistas adolescentes........................................»•........... ........... 81 Capítulo 6: La importancia de la interdisciplina. El trabajo eficaz de un verdadero equipo y la renuncia a la creencia de poseer todo el saber................................................................. 101 Capítulo 7: Pautas de orientación a padres. Prevención de estrés, agresión y mala alimentación, dadas juntamente con el preparador físico..................................... 113 Capítulo 8: El técnico y el jugador. Similitudes y diferencias con el teatro. Condiciones y aptitudes psicológicas para ser un buen técnico y un buen futbolista............................................ 135

Capítulo 9: Los miedos del futbolista. Los treinta miedos más comunes y estrategias para su control. Su relación con el control de presiones y la autoconfianza......................................... 149 Capítulo 10: Reseña de técnicos y futbolistas que se acercaron a esta ciencia. Nombres de los especialistas que trabajaron y/o trabajan en este deporte......................................... 159 Capítulo 11: Psicología aplicada al fútbol. Resistencias de los técnicos y de los jugadores................................................... 179 Capítulo 12: Violencia en el fútbol. Conferencia dictada en la provincia de Entre Ríos con motivo de la suspensión del torneo de primera división a raíz de hechos de violencia....... .........193 Capítulo 13: Nadie lloró. Artículo escrito para el diario Perfil luego de la finalización del Mundial Francia ‘98. Introducción: relación selección nacional /psicólogo........................225 Capítulo 14: Artículos publicados en el diario Perfil, en los meses de abril, mayo, junio y julio de 1998.......................... 233 Capítulo 15: El asesoramiento externo para el Mundial de Alemania 2006............................ ............................................. 261 Capítulo 16: Análisis psicológico del retiro de uno de los mejores futbolistas de los últimos años, Zinedine Zidane............... 285 Destinos. (Cuento)...................................................................... 291 Anexo al Capítulo 12: Sobre la violencia en el fútbol................. 295 Anexo al Capítulo 14: Dos columnas publicadas en el diario Perfil (8 años después).........................................................299 Estrellas que se estrellan.............................................................. 304 Cursos on line / Asociaciones ........................................................305 Referencias Bibliográficas

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Prólogo a la nueva edición

Cuando este libro comenzó a caminar por. el sendero que eligen los lectores y que uno desconoce, allá por octubre de 1999, no ima­ ginábamos que llegaría tan rápidamente a una nueva edición. La misma es motivo de orgullo y responsabilidad. Porque esta­ mos dejando “huella”. De aquel cabezazo tristemente recordado, de Ariel Ortega a Van der Sar, 8 años después pasamos a otro cabezazo más céle­ bre y actual: el de Zinedine Zidane a Materazzi. Analizamos esa conducta impulsiva, que lo condenó ante los ojos del mayor número de televidentes de la historia. Pero no an­ te los amantes del fútbol. Así como Van der Sar le confesara en el fútbol inglés al “Colo­ rado” Sava que sabía que el argentino iba a reaccionar, las 14 expulsiones de “Zizou” en su carrera y el hecho de que había jugado en el Calcio, hizo que el cálculo de Materazzi no fallara. Pero en esta adjudicación de roles y de destinos, tenemos un “Zizou” que le pide perdón a los jóvenes de su país por lo hecho, que igual es galardonado con el premio de mejor jugador del Mundial, como se merecía, y que se arrepiente no del cabezazo en sí, sino de la imagen final que dejó... Después de todo era la final del mundo y la gloria lo estaba por besar en la boca. Pero el retiro y su jubilación decidida o no tan­ to, es otro elemento que enriquece al análisis. Anexamos la intervención que hicimos con un gran líder como es José Pekerman. La experiencia inigualable de ser parte, aun­ que de manera parcial y externa, de un proceso en la elite de la elite, al que llegamos luego de seis años con los juveniles de AFA en un ciclo brillante para el fútbol argentino. Por ello, a José, a AFA y a Ferro les estaré por siempre agradecidos, porque gracias a ellos aprendí casi todo lo que sé. Y a los futbolistas el agradeci­ miento “eterno”, sin los cuales ni este libro ni los otros hubiesen podido ser escritos, ya que la práctica es la que fortalece la teoría. 9

Actualizamos el tema de la violencia en el fútbol, con casos lla­ mativos que se suceden a repetición. Agregamos dos nuevas co­ lumnas publicadas en el diario Perfil y otra en Olé. Y contamos esta vez con el prólogo de un periodista deportivo de lujo como lo es Juan Pablo Varsky, que con gusto aceptó la in­ vitación, luego de conocerlo en nuestras VI Jornadas Nacionales de Psicología del Deporte en octubre del 2006. En estos últimos años he podido recorrer muchos países con mis cursos, conferencias y libros, tales como México, España, Perú, Pa­ raguay, Colombia, Uruguay, Chile, Ecuador, Brasil, Venezuela, y la acogida y recepción de la gente me llena de entusiasmo. Hasta el hecho de escribir para una revista japonesa para entrenadores de fútbol, nos revela que la psicología del deporte no tiene fronteras y que los sueños hay que perseguirlos. Quiero subrayar el aprendizaje realizado tanto en el Congreso de SOSUPE en Chile, en el Congreso de la SIPD en México y con los entrenadores de fútbol de Andalucía, donde pude compartir con 600 de ellos, unas inolvidables jornadas de capacitación sobre “Liderazgo” que me enriquecieron mucho. Las mismas las pude brindar gracias a la generosidad de mi amigo y modelo en la psico­ logía del deporte, el Dr. Miguel Morilla, líder de un equipo de doce psicólogos deportivos en el club Sevilla de España. El agradecimiento a Lugar Editorial, a la gente de APDA, a mis amigos de la SOSUPE y de España, y sobre todo a mi familia: mi esposa Débora y mis hijos Joaquín, Tobías y Salma. Los que siem­ pre están, en las buenas y en las malas, como mis padres, mis ami­ gos y mi analista. El recuerdo siempre eterno para Lucas Molina, por su muerte inentendible y para Emiliano Molina por su muerte absurda. Sé que desde alguna estrella me guiñan un ojo. Junto a mi abuela Lo­ la y al tío Moisés. Y a Diana Celedoni, amiga y “hacedora” de la primera versión del libro. Y esa maldición con los arqueros de AFA, que la revertirá Gus­ tavo Eberto. ¡¡¡Fuerza, macho!!! No quiero dejar de recordar y homenajear al Dr. Carlos Garrot, autor del libro Psicología del Fútbol, de 1937. ¡Ojalá disfruten de esta nueva versión actualizada y que APDA y la psicología del deporte sigan creciendo, al igual que sus publi­ caciones! Marcelo Roffé 10

Palabras preliminares Juan Pablo Varsky

En el fútbol argentino, los psicólogos tienen mala prensa. Aun­ que sean profesionales e idóneos, son sospechosos (y culpables) hasta que se demuestre lo contrario. Se les invierte la presunción de inocencia. Deben demostrar que no son alcahuetes del entrena­ dor y que no ventilarán los asuntos internos al periodismo. Y, so­ bre todo, luchan contra una frase tan antigua como vigente que ca­ si todos los entrenadores pronuncian con una mezcla de desdén y soberbia: “El psicólogo soy yo, papá” . Sería una falta de respeto desconocer la capacidad de un DT que fue futbolista profesional para entender situaciones individua­ les y grupales de un plantel. Desde su experiencia, puede hacer un diagnóstico certero y aportar la solución de un problema. En este ambiente se respeta (y mucho) la especialización. Den­ tro de la cancha, hay especialistas. Laterales, centrales, mediocampistas defensivos, conductores, delanteros. Fuera del terreno de juego, hay directores técnicos, preparadores físicos, entrenadores de arqueros, médicos, fisiólogos, kinesiólogos, etcétera. Curiosa­ mente (o no tanto), todos los actores están habilitados para hablar de cuestiones psicológicas. Palabras como actitud, mística, lideraz­ go, desconcentraciones, distracciones forman parte del diccionario futbolero argentino. Por supuesto, los periodistas también recurri­ mos a esos términos y hasta definimos un comentario. Por ejem­ plo: “al equipo le faltó actitud” o “el gol llegó por una desconcen­ tración”. Sin embargo, el psicólogo deportivo -el verdadero espe­ cialista- no tiene lugar en este ambiente. Hablan todos, menos quien más sabe. Valiente y audaz, José Pekerman se animó a con­ tar para el seleccionado mayor que se preparaba para el Mundial de Alemania con un asesoramiento externo en este área donde to­ dos opinan y nadie sabe. El especialista designado para ocupar ese lugar fue Marcelo Roffé, autor de este libro. Ya habían compartido una fecunda experiencia en los seleccionados juveniles con exce­

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lentes resultados dentro y fuera de la cancha. No era fácil asumir semejante responsabilidad. No sólo por la mala prensa, sino tam­ bién por tratarse de consagrados, con status de estrellas de rock. Muy conservadores en ese aspecto, la mayoría de estos futbolistas rechaza la relación con un psicólogo deportivo en el ámbito de un plantel. Sí pueden aceptarla en el plano personal como lo hacen los propios entrenadores que luego no admiten psicólogos en sus cuer­ pos técnicos... Desde septiembre de 2004 hasta aquel penal de Cambiasso que atajó Lehmann en Berlín, Marcelo Roffé participó de una aventu­ ra muy enriquecedora como asesor externo en el área psicológica. En este libro, ustedes podrán disfrutar de un relato apasionado y apasionante. Con nombres propios y sin violar secretos profesiona­ les, Roffé cuenta en primera persona cómo se fue concretando el proyecto y, sobre todo, cómo entabló relación con algunos protago­ nistas. Acaso el ejemplo más importante sea el Pato Abbondanzieri, quien públicamente confesó cuánto le había servido trabajar en el aspecto mental con un profesional del área. También Roffé hace su análisis de la exclusión de Germán Lux, en la cual fue involu­ crado desde un sector de la prensa. Tan sólo ese capítulo ya valdría la pena. Pero este libro incluye un completo análisis del vínculo entre fútbol y psicología, que de­ safía al inicial descrédito que tiene esta fusión en el fútbol argen­ tino. Y, como si esto fuera poco, Roffé propone una mirada diferen­ te sobre el último gran crack del fútbol mundial: Zinedine Zidane. Ese fenómeno francés que siempre usó la cabeza (como nadie) pa­ ra jugar y en su último partido decidió usarla para agredir al pro­ vocador Materazzi. Sí, ya sé. Parezco un vendedor de colectivo que ofrece tres piezas al precio de una y al comprarlas, uno se da cuen­ ta de qué no funciona ninguna. No será el caso, estimado lector. Lo único que tienen en común un vendedor y un psicólogo deportivo es que ambos tienen mala prensa. Que lo disfruten...

Juan P Varsky es Periodista deportivo, de vasta trayectoria en los medios. Actual­ mente conduce el programa de radio “No somos nadie” (FM Aspen) y es columnista del diario La Nación y del programa de televisión “Fútbol de Primera” (Canal 13).

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Juan Carlos Giménez

y un verdadero honor cuando Marcelo me pidió que le hiciera el prólogo de su libro “Psicología del jugador de fútbol”. Esto ocurrió el sábado doce de se­ tiembre de 1988 en el campo de deportes del Club Atlético San Loren­ zo de Almagro, en donde estaba Marcelo quien, como psicólogo, forma parte del cuerpo técnico del fútbol amateur del Club Atlético Ferro Carril Oeste; se encontraba cumpliendo con sus tareas profesionales para evaluar el comportamiento anímico, espiritual y competitivo de los chicos de las 7a, 8a y 9a divisiones de su club. Este libro viene con el aval de un prólogo al que le empecé a dar forma dentro de un ambiente “todofútbol”, ya que me encontraba en los quinchos del club en un asado (agasajo a figuras del fútbol de la institución local), grandes jugadores de la época del '50. Los homenajeados, verdaderos hijos futbolísticos de “El Ciclón”, fueron Mario Papa, Raúl Martina y Adolfo Seoane. Lo importante fue que junto a ellos compartían la misma mesa sanlorendstas y huracanenses, poniendo en evidencia que la pasión futbolera no puede separar a la gente del deporte y a grupos verdade­ ramente antagónicos como en esta oportunidad. No puedo dejar de mencionar algunos de los presentes en esa reu­ nión, dándole con esos nombres otro matiz de fútbol al libro. Si el lector no los vio jugar, por lo menos escuchó de las andanzas por los campos de juego de ese grande del fútbol argentino, Rinaldo Martino y de otros azulgrana como Alberto Rendo, Victorio Coco, Ro­ berto Resquín, Carlos Gambina, Héctor Facundo, Agustín Irusta, Carlos Alberto Ferro, así como también de los huracanenses, encabe­ zados por el histórico del “Globo” Emilio Baldonedo; y los “quemeros” de la calidad de Francisco Montorvino, Juan Alberto Romeral, Néstor Naya y Elio Montaño; y entre ellos —infiltrado— un “rojo” de Inde­ pendiente, con un paso fugaz por Huracán, Eduardo Maglione. Perdonen que me haya metido en el fútbol de los '50, pero quiero apuntar que en aquella época no estaba la psicología en el fútbol, co­

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ue para mí una especial sensación

mo ahora que tienen profesores de la calidad de Marcelo, quien estu­ dia a los deportistas y consigue acercarlos, agruparlos, orientarlos y les transmite conceptos claros. Y con ello apunta a darle al joven pau­ tas y orientaciones para su futuro, no sólo para su vida deportiva, si­ no que lo ayuden a encaminarse a ser un hombre de bien. A mí su tra­ bajo me sirvió, por ejemplo, para reconocer mejor las interrelaciones grupales. Bueno, amigo lector, le llevo la ventaja de haber leído el original del libro, y no por considerarme amigo de Marcelo, le digo que prefe­ rentemente para aquellos profesionales que tienen la responsabilidad en la conducción de niños y adolescentes, al leerlo van a comprobar todo lo que se puede volcar en vuestro trabajo de docente deportivo. Marcelo, en nombre de los que gustamos del deporte, y en espe­ cial de todos los que tenemos en nuestras manos el deber de llevar por el camino correcto en la vida a los jóvenes, este (“tu hijo”) es un ver­ dadero mensaje para tan popular y querido deporte. Es un prólogo pequeño, con cariño, pero el contenido del libro es de un real valor. Por el prólogo y tu amistad, gracias Marcelo. J uan C arlos G iménez (*)

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Ex futbolista de reconocida trayectoria en varios clubes y en la selección na­ cional y ex director técnico de la selección nacional juvenil de la Argentina en 1967, además de su desempeño en clubes como Racing y Ferro Carril Oeste. Actual Secre­ tario de la Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino.

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Diego Borinsky

reencontré a Marcelo des­ pués de algunos partidos de fútbol compartidos en nuestra juventud con más pena que gloria, nuestros caminos se hallaban in­ ternados en ese mundo de la pelota que tanto nos apasiona. El, desde su espinosa y ardua búsqueda de complementación con esa ciencia que ocupa su mente (la psicología) y que por razones que usted encontrará en este libro resulta una empresa auténtica­ mente titánica. Yo, desde mi pequeño lugar de periodista deportivo que había alcanzado a ganarme en El Gráfico, la revista con la que tantas generaciones de argentinos aprendimos a leer. El andaba con su carpeta cargada de recortes y garabatos. Yo, con mi libreta de anotaciones vacía y ansiosa de ser llenada con apuntes cuyo objetivo final era una investigación periodística que final­ mente sería publicada en la edición N° 4.013 de la revista bajo el tí­ tulo “El deporte en el diván”. El, entonces, comenzó a leerme algunas de las declaraciones que llevaba encima como tesoro invalorable. Yo, por lo tanto, empecé a abrir los ojos cada vez más grandes. Escuché muchas voces, muchísi­ mas, pero voy a recordar apenas dos para no aburrir ni anticiparme a lo que podrá disfrutar en el libro. Me quedaron grabadas las pala­ bras de J u l io V e l a s c o —entrenador argentino de volleyball que lle­ vó a la selección italiana a los primeros planos mundiales, hoy Direc­ tor Deportivo de la Lazio— que manifestaban lo siguiente, respecto de su caída en la final de los últimos Juegos Olímpicos ante Holanda: “Unopuede hacer la mejorpreparación física, técnica y táctica, pero con eso sólo no alcanza. Lo que define es un factor humano marcadopor la emoción de cadajugadory la capacidad para sopor­ tar esas presiones". Seguí atentamente, luego, lo dicho por ese otro hombre provis­ to de una lucidez fuera de lo normal como lo es el campeón mundial de ajedrez G a r r y K a sp a rov, luego de enfrentar a la computadora Deep Blue en una partida que lo tuvo al borde de un ataque de ner­

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uando h ace c e r c a de dos añ os

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vios. “Realmente estoy cansado. Si jugara con un humano, éste tam­ bién lo estaría. Yo siento la presión... la computadora, no”, se quejaba amargamente K asparov.

Son apenas dos muestras, pero luego comprendí que casi todos los testimonios de los protagonistas que hoy practican deportes a un nivel competitivo (y aun de aquellos que son amateurs) contienen en su esencia un elemento que los vincula con los intrincados mecanismos que gobiernan la mente humana. No sólo eso, sino que nosotros —los periodistas— habitualmente usamos (y también abusamos) ese tipo de argumentos (“aquel jugador se cayó anímica­ mente después del penal errado” o, “el golpe psicológico del gol tempra­ nero cambió el desarrollo del encuentro”) para comentar las alterna­ tivas de un partido de fútbol. Lo curioso, o mejor dicho lo paradójico de este asunto, es que esas situaciones que uno identifica con el sen­ tido común (un golpe anímico) no las resuelve el sentido común, como muchos entrenadores de fútbol pretenden arrogarse a partir de una capacidad adquirida en la Universidad de la calle (no entrega título todavía), sino un hombre eficazmente preparado para comprender los mecanismos de la mente, como lo es el psicólogo deportólogo. Esa fue una de las enseñanzas que me dejó la investigación rea­ lizada en El Gráfico. La descubrí después de llenar aquella libreta de anotaciones que había despertado vacía. D iego B orinsky (*)

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Biólogo y periodista, se incorporó en 1993 a la revista “El Gráfico”, de la que actualmente es redactor-jefe. Desde 1995 tiene a su cargo una cátedra de Taller de Redacción en la Escuela “Depor TEA”. Investigó y escribió sobre Enzo Francescoli, editando para “El Gráfico” una revista-libro que resume toda su vida; acaba de publicar junto con Enrique Escande y Carlos Ward, “Las anécdotas del fútbol: la viruta”, (Editorial Planeta).

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Raúl Barrios

l d e sa r ro llo de la P sicología Aplicada al Deporte en la A r­ gentina, cuenta en su haber con algunos hitos importantes, entre los que merecen ser destacados congresos internacionales y na­ cionales, jom adas, seminarios nacionales e internacionales con reco­ nocidos especialistas tanto de nuestro país como del extranjero, cáte­ dras de grado y posgrado en la Facultad de Psicología de la Universi­ dad de Buenos Aires, entre otros eventos. La psicología aplicada al fútbol, en un país eminentemente “futbolero”, está dando sus prime­ ros pasos. Uno de ellos fueron las “Primeras Jomadas de Psicología Aplicada al Fútbol”, organizadas entre la Secretaría de Extensión Universitaria de la Facultad de Psicología y la Dirección General de Deportes de la Universidad de Buenos Aires. Otro paso importante, y de esto no me cabe ninguna duda, será este libro. M arcelo Roffé , un colaborador incansable durante mi gestión al

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frente de la Secretaría de Extensión Universitaria en la Facultad de Psicología de la UBA, pone a nuestra disposición algunos aportes, pro­ ducto de su intenso trabajo de campo con el fútbol amateur del Club Ferro Carril Oeste, con un estilo entre audaz y polémico. Formula hi­ pótesis, plantea interrogantes (que en algunos casos responde y en otros deja abiertos), intenta algunas definiciones, saca algunas conclu­ siones, pero fundamentalmente deja la puerta abierta para la discu­ sión, el debate, el aporte y el intercambio con otros especialistas. Sin lugar a dudas, dentro de unos años, este libro será considera­ do un hito importante en el desarrollo y consolidación de la psicología aplicada al fútbol, y en la incorporación de la misma como una herra­ mienta más al servicio de cualquier entrenador a quien le interese de­ sarrollar un trabajo interdisciplinario en el fútbol. R aúl M . B arrios (*) * Profesor de Educación Física. Licenciado en Psicología (UBA). Secretario de Ex­ tensión Universitaria de la Facultad de Psicología, UBA (1994-1998). En la actualidad se desempeña como titular de la cátedra Psicología del Deporte en la misma casa de estudios.

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Francisco García Ucha

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a rc e lo R o ffé es psicólogo d e l deporte, dedicando con ar­ duo afán sus servicios profesionales al fútbol.

Es en el marco de esta actividad intensa que elaboró y materiali­ zó sus experiencias en el fútbol por medio de esta obra. Compilador de hechos significativos de la historia más reciente del fútbol argentino, coloca junto a los conocimientos alcanzados en el área de la psicología del deporte los elementos necesarios para brin­ dar una base práctica a sus aseveraciones. R offé nos brinda una obra amena que viene a satisfacer una ne­ cesidad que nos apremia desde hace mucho tiempo: la óptica psicoló­ gica en el fútbol.

La psicología del deporte tiene un conocimiento explícito, un es­ pacio que no da lugar al regateo, una fuerza germinativa que resulta indetenible, sobre todo cuando —como en esta obra— ocupa la activi­ dad un lugar central para su realización. Los quince capítulos que abarca este libro son recomendables pa­ ra psicólogos, entrenadores y todos aquellos que trabajan o se vincu­ lan al fútbol. De manera especial me detuve en el capítulo seis que trata sobre la importancia de la interdisdphna. El autor le dio un es­ pecial significado a una de las capacidades más esenciales del mundo fascinante del deporte: la capacidad de asociarse. Pienso que este es el pilar para la realización de nuestras visiones en el deporte. Creo que este libro será un lugar de consultas inmediatas y un estímulo al desarrollo y expansión de la psicología del deporte. D r . Francisco G arcía U cha (*) * Lic. en Psicología (Universidad de La Habana, 1973). Doctor en Ciencias Psico­ lógicas (grado obtenido en el ISCF “Manuel Fajardo", Cuba, 1986). Investigador ti­ tular del Ministerio de Ciencias, Tfecnología y Medio Ambiente de Cuba, 1989. Psicó­ logo del Deporte y Jefe del Departamento, de Psicología del Deporte del Instituto de Medicina del Deporte. Miembro del Consejo Técnico Asesor del Instituto Nacional de Deporte, Educación Física y Recreación (INDER) de Cuba, desde 1992.

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Capítulo 1

Empecemos por el principio. ¿ Qué es un psicólogo especializado en deporte? ¿Cuál es su rol?

CONTANDO CON LA CDHfMZ\ DE UNCÜERfOTÉCNiCODE PRiMERA, € L AfDYO ¡NCDMOÍCÍONA.L DE DÍRÍ6ENTES Y m ¡C O , SOEÜOS Y fREMtCS 8CC6RJ0f4.MtS Y HASTA 00W EL CONCURSO bE UN PSICOLOGO¿CÓt/OEXPütt OSTCDHABER. BMBU» ARJERMX3S PENALES? 7

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BUENO, EN a PRIMERO L£ Di MOV fUERTE {OROLE BÜSGÜÉ LiSeRAR LA UBiDO CONTENIDA TRAS LARGAS CONC&STRACiONES Y AFLORARON A16UNOS RECUERDOS INFANTILES QUE DETERMINARON CÍ0CTK TENDENCIA MANÍACO-DEPRESIVA EN EL MOMENTO DE TOMAR CARRERA. Y EN EL SESUNpQ SE SUMO UN ESTACO DE AtKUSTiA E INCERTÍDUW6RE K3RTANTOS ViASES A LA FALTA DE ELABORARON DE LA PERDÍDA. DEL PRiMESO, 3UNTO CON UN LEVE PREDOMINIO DEL. EUOSOBRE EL >0

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---- «ggHpffá Caloi, publicado el 11/8/85 en la revista “El Gráfico”

Los psicólogos son especialistas de la observación y evaluación de la conducta humana. (J osé M aría B uceta)

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ara comenzar, me veo en la necesidad de contarles algunas cuestiones importantes en tomo del psicólogo en el deporte,

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aun corriendo el riesgo de que haya datos que conozcan. La psicología aplicada al deporte es una ciencia que ya lleva casi 100 años de existencia en el campo de su aplicación e investigación (el fútbol tiene en la Argentina esa edad), si bien sus raíces se ubi­ can en 1879 en el campo experimental. Pero es en los últimos años que empieza a despuntar con un creciente atractivo para el mundo del deporte en general y para algunos profesionales que lo practican en particular... Los países que estaban bajo el ala de la Unión Soviética fueron pioneros en este tipo de aportes: todos sabemos el lugar que allí tenía el deporte. P u n í y R udik, a principios de la década del '20, basaron sus primeros años en el estudio de diferentes técnicas de evaluación psicológica: tests de inteligencia, de personalidad y de reacción moto­ ra. Lo que obsesionaba a estos profesionales eran tres temas de estu­ dio: a) la motivación, b) el poder mental del deportista, y c) las tensio­ nes de los atletas previas a la competencia. Paradójicamente, Estados Unidos de América también lleva años de investigación y aplicación en esta materia, al igual que algunos países de Europa como Holanda, Dinamarca, Francia, Inglaterra, Es­ paña, Bélgica y... por qué no, debemos agregar en esta lista a Cuba y a Canadá. ¿Cómo es que el rol del psicólogo ha derivado de un perfil clínico hacia un perfil más preventivo y educativo? Es interesante rastrear los orígenes de esta ciencia: las prime­ ras investigaciones en el campo (no en el laboratorio, que se ubican en 1879 en Leipzig, donde W u n d t utiliza temáticas como tiempos de reacción y cronometría mental) suceden dentro de la égida del departamento de educación física. Había un plus, algo más, que los profesores de la U.R.S.S. no alcanzaban a explicarse: allí na­ cen las primeras mediciones psicológicas en el marco de la integra­ ción cartesiana mente-cuerpo. Luego en Checoslovaquia, M . V an ek funda la Sociedad Nacional de Psicólogos del Deporte de su país y logra interesar a varios entrenadores generando la demanda de los mismos (1954). Buscan la intervención del especialista para que asesore a los entrenadores y que, a través de ellos, los deportistas de deportes de equipo rindan más. En Estados Unidos COLEMAN G r if it h (maestro sin discípulos) es contratado por la Universidad de Illinois para intervenir en equipos de baloncesto (1925). Y unos años después (1938) es contratado como psicólogo del deporte por uno de los equipos de béisbol más importan­ tes de su país: Chicago Cubs. Llegamos a Italia, donde, en 1955, se pide desde el Comité Olím­ 22

pico Italiano (C.O.I.) un informe detallado médico-psicológico de cada atleta que viajará a los Juegos Olímpicos. Esta breve y apretada síntesis, nos enseña a observar los lugares donde nace el interés de esta ciencia: en preparadores físicos, técnicos y médicos. Son datos relevantes del pasado, que nos enseñan a entender el presente. Debemos destacar un momento de clivaje, un acontecimiento que marca un antes y un después en esta evolución: el Congreso Mundial de Psicología del Deporte desarrollado en Roma en el año 1965, lide­ rado por el doctor F e k r u c c io A n t o n e l l i (psicoanalista) que tuvo su embrión un año antes en Barcelona. Si bien tuvo más impacto socio­ lógico que científico, con los 500 participantes que asistieron, unió Es­ te y Occidente y selló la piedra fundamental para una publicación in­ ternacional de la especialidad (Sports Journal o f Psychologist). A partir de allí (en 1974 fue en Moscú) cada cuatro años se reali­ za este Congreso en una sede diferente.

¿QUÉ ES UN PSICÓLOGO? Es un profesional que intenta aplicar la psicología a distintas áreas: deportiva, forense, educadonál, clínica, publicitaria, etcétera. Trabaja en el campo de la Salud Mental previniendo, informando y asistiendo, in­ dividual o grupalmente, según lo requieran el área y el caso. Una de las tantas definiciones posibles es que el psicólogo estu­ dia las motivaciones de la conducta humana. Otra, que a mí me gus­ ta, es que estudia las reacciones conscientes e inconscientes de la per­ sonalidad de un individuo o grupo. El psicólogo es el profesional que se gana la vida utilizando su ca­ pacitación para identificar y solucionar problemas específicos que son los de la conducta humana en su nivel psicológico. Sus funciones son: in v e s t ig a c ió n /p s ic o d ia g n ó s t ic o /p s ic o te r a p ia /p s ic o p r o fila x is .

En su tarea de orientación no da sólo consejos, sino que tratará de ayudar al consultante a comprender mejor su situación, esclare­ ciendo, verbalizando sus actitudes frente a conflictos, a momentos de crisis, de cambio, etcétera. El psicólogo tiene fines inmediatos y mediatos: entre los primeros se destacan tratar de aliviar tensiones y disminuir ansiedades; entre los últimos, promover la salud, intentar que los individuos desarro­ llen sus potencialidades. 23

V Psicología-, ciencia observable y experimentable con lazos estre­ chos a la Filosofía. V Problema: nunca

nos enfrentamos con un hombre en general, si­ no siempre con un ser humano, individual y único. La psicología clínica está centrada en el estudio del individuo. El psicólogo clínico estudia a personas que pueden tener desa­ justes de personalidad. También detecta deficiencias intelectua­ les de distinto tipo. La habilidad para tratar con seres humanos es una de las condi­ ciones esenciales que debe caracterizar al psicólogo clínico. No es la única. Criterio objetivo, respeto por el otro, la ausencia de prejuicios o dogmatismos, la capacidad de adaptación a diversas situaciones, el interés por los demás, son condiciones favorables para un buen desempeño profesional. Las cualidades que debe poseer el profesional son: ausencia de conflictos personales, grado adecuado de madurez emocional, coe­ ficiente intelectual, asimilación, concentración, memoria y capa­ cidad de observación, crítica y perseverancia. Aquí debemos ser claros y diferenciar dentro de lo que se llama el área “psi” para no confundir ni confundimos: ¿son lo mismo un psicólogo, un psicólogo especializado en deporte, un psicoanalis­ ta, un psiquiatra y un psicólogo social? NO. Bien, veamos entonces las diferencias, porque tanto los futbolis­ tas como los técnicos, preparadores físicos y periodistas se con­ funden muchas veces. Eso demuestra que el tema no es tan sen­ cillo respecto del área psico-social. V Psicólogo: carrera universitaria que dura 5 ó 6 años según el pro­ grama de la Universidad (el título dice Psicólogo o Licenciado en Psicología, en la República Argentina). Da pruebas del conocimien­ to empírico de los pensamientos y los sentimientos de las personas. Cura con la palabra y elige con qué marco teórico trabajar. v Especialización en Deporte: posterior a la licenciatura. Son cursos o seminarios de posgrado. El tiempo es variable, depende del lugar (las hay también en Forense, Educacional, Clínica, Publicidad...). En la Argentina las especializadones aun carecen de un marco legal apropiado. V Psicoanalista: Tanto un psicólogo como un médico pueden ser psi­ coanalistas (también un antropólogo si se ha analizado y forma­ do). Practica un método psicoterapéutico ideado por Freud, con­ 24

sistente en explorar el inconsciente del sujeto para así resolver síntomas neuróticos. L acan plantea un regreso a F reud , pero va un poco más allá (en especial con las psicosis). El psicoanalista or­ todoxo no puede trabajar en el deporte, ya que se trata de otro en­ cuadre y otros tiempos: fracasaría. Es otro sujeto y otro discurso. VPsiquiatra: Es una especialización dentro de la medicina que estu­ dia las enfermedades mentales y las deficiencias psíquicas. Cura con medicación y ocasionalmente con la palabra (o con ambas). Se presume deformación profesional en el caso que trabaje exclusi­ vamente con ella. VPsicólogo Social: Es un título oficial pero no es de carrera univer­ sitaria. Está capacitado para coordinar grupos operativos y de trabajo. Debiera trabajar junto a un psicólogo y no está autoriza­ do a atender en forma individual. V Asistente Social (o Trabajador Social): Tiene como objeto de es­ tudio o de intervención, aquellas situaciones originadas por ca­ rencias. Incluye visitas domiciliarias. Si el futbolista está cons­ tituido por factores técnicos, físicos y psico-sociales, esta área se especializa en lo social. \f Psicopedagoga: Cursa una carrera universitaria que forma al profesional para operar sobre los trastornos del aprendizaje en el área escolar y para realizar diagnósticos de orientación vocacional. Su lugar en el deporte es muy limitado. V Sociólogo: Profesional que estudia la estructura, funciones y condiciones de existencia y desarrollo de las sociedades humanas. Trabaja, en general, realizando encuestas. La sociología del de­ porte, en la Argentina, tiene, todavía, muy pocos seguidores. En la Argentina, por sus características culturales e histórico-sodales, el psicoanalista es muy consultado por la pobladón (sobre to­ do en la Capital Federal y Gran Buenos Aires). Decir entonces psicólogo o psicóloga, produce que la gente reladone enseguida con un diván donde se asocia libremente, se revisan determinaciones infantiles y se hace particular hincapié en los sueños, los lapsus, los chistes, los actos fallidos y se bucea en la pro­ fundidad de la casuística de los síntomas. Este es el imaginario sodal y surge como consecuencia de múltiples causas que exceden el marco de este libro. En el Deporte es diferente. Mi experienda me dice que cuanto ma­ 25

yor sea la caja de herramientas que tenga para asistir al deportista, mejor: hay que adaptarse a la demanda y necesidad del deportista. Como psicólogo-psicoanalista que soy, puedo decir que utilizo los aportes del psicoanálisis1(base formativa universitaria en Buenos Ai­ res), de la teoría cognitiva, de la Gestalt, de la teoría sistémica, de la escuela de Palo Alto, de la bioenergética, del psicodrama, de la teoría genética y que además de ser flexible y entender que el FÚTBOL como Deporte es una ciencia compleja, considero imprescindible también la utilización de tests cualitativos (proyectivos) y cuantitativos, conoci­ dos como psicotécnicos, individuales y grupales. También resulta fun­ damental saber administrar técnicas de respiración, relajación y visualización (que no es control mental) pre y post-competenda, así co­ mo saber coordinar sesiones de grupo (hablamos de un deporte de equipo). Al futbolista, en muchos casos, hay que prestarle las pala­ bras, buscando el correlato interno de situaciones externas. Es por es­ to (capaddad intelectual) y por los tiempos que son muy breves, que se impone la utilización de técnicas en el aquí y ahora. Como queda dicho entonces, para trabajar de especialista en psi­ cología deportiva en un deporte como el fútbol, e intentar ser eficaz, hay que haber estudiado bastante y estar bien formado (formadón ecléctica),2 además de poseer una característica especial de persona­ lidad en función del deporte elegido (y su medio). De esta manera no se garantiza nada, pero sí se evita que la experientia resulte un fracaso rotundo (sucedió), fortaledendo los prejuidos del medio. Son dos campos diferendados, pero pueden confundirse. Utilizo la escucha y lectura psicoanalítica, aunque el nivel de interven­ ción sea del orden de la “urgencia”. Sí colaboran, y mucho, ciertos axiomas bá­ sicos de esta teoría como la creencia en la causalidad y no en la casualidad, la búsqueda de la multicausalidad, el respeto y cuidado por el “uno por uno” (ca­ da caso es diferente), el implicarse subjetivamente y el que 2+2 no es 4, es de­ cir la convicción de que la psicología no es una ciencia exacta. También utilizo el saber del psicoanálisis para leer situaciones institucionales. 2 Eclecticismo: significa “doctrina consistente en reunir opiniones de siste­ mas diversos procurando conciliarias; modo de obrar: adoptando soluciones in­ termedias”. Clarito. Sólo que esta palabra está teñida de una connotación nega­ tiva. Lo que vemos como peligroso es incorporar cualquier recurso sin fundamen­ to previo o posterior. No adherimos a ese temor desde el momento que nos posicionamos desde una escucha de lo heterogéneo, del intercambio, del diálogo y del entrecruzamiento de diferentes orientaciones, sin dogmatismos. Mi modo de in­ tervención directriz y operativo es cognitivo-conductual, pero conozco colegas que desde la psicología sistémica trabajan muy bien. Como dice Heráclito: “si buscas la verdad, prepárate para lo inesperado, pues es difícil de encontrar y sor­ prendente cuando la encuentras”. Ese es el camino científico que elegimos.

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r

Angustia Tensiones, lesiones, enfermedades Area Deportiva Miedos (campo de la salud) Presiones:

k " 'Mentí

• Competitivas • Familiares • Entrenador • Dinero

C u e rp o

► Ansiedad Pensamientos negativos: • Bloqueos • Desconcentración • Desmotivación * Baja autoconfianza • Indecisión • Estress

Mundo externo, Angustia

Area Patológica (clínica)

V

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• Depresiones ■ Intentos de suicidio • Trastornos severos de personalidad • Fobias • Psicosis

J

Nos encontramos entonces, tal como queda claro en el gráfico número 1, en el campo de la salud mental y no en el campo de la psicopatología. Esta diferencia es esencial: los futbolistas no son locos, enfermos o depresivos, a quienes com ú n m ente d efin im os co m o pa­ c ie n te s . No. Los futbolistas son deportistas que pueden sufrir blo­ queos (como cualquier deportista) que les impide rendir en su máxi­ mo potencial. Trabajamos con gente n orm a l. Veamos esta definición que me parece muy clarificadora. “Quiero aclarar que no formamos un equipo de psiquiatras, co­ mo algunos han dicho. Tampocopsicoterapeutas. Somos simplemen­ te psicólogos. Y le explico la diferencia: el psiquiatra atiende y cu­ ra a tipos que dicen que dos más dos son cinco. Es decir; a enfermos mentales. El psicoterapeuta, a tipos que admiten que dos más dos son cuatro pero no lo soportan. O sea, a neuróticos. El psicólogo atiende a personas normales en situaciones de tareasy de cambio. Se trata de conseguir mejorperformance, aliviando esos estados de ten­ sióny de ansiedad que sufre el individuo en la vida diaria. Otra acla­ ración más: el día que un hombre de nuestro equipo de psicólogos ponga la cara y salga hablando de tácticas y técnica deljuego, uste­ des tendrán derecho a decir que es un chantapufi”. (“El Gráfico”, Nota a V a l e n t í n S u á r e z , de un especialista que estuvo a punto de trabajar con la selección nacional argentina en 1970).

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Volviendo al punto anterior acerca de la identidad profesional, vale citar que hay países como los Estados Unidos donde al proliferar los preparadores físicos y no los psicólogos (¡como acá!), son ellos quie­ nes se especializan y se capacitan para este rol. Actualmente existen 60.000 profesionales entre Capital Federal y Gran Buenos Aires. Y hoy cursan la carrera de Psicología en la Universidad de Buenos Ai­ res 15.000 estudiantes (sin contar otras Universidades estatales —co­ mo La Plata, Mar del Plata, etcétera— y las privadas). Debemos atender a cada país y a su dinámica profesional par­ ticular. ¿Cuál es entonces el objetivo y la función del psicólogo especiali­ zado en fútbol? La observación y el tratamiento de las aptitudes psicológicas del deportista= futbolista al momento de la competencia. Considero que son cuatro “las patas” de la mesa del rendimiento deportivo del futbolista en el aspecto psíquico: 1) Motivación: es decir el interés por jugar, entrenarse, divertirse y ganar. Está íntimamente ligada al planteamiento de objetivos. Existe lo que se llama submotivación (sin objetivos claros, mala relación con el grupo, campañas mediocres, inestabilidad institu­ cional, etcétera) como así también sobremotivación (ante la mira­ da de alguien muy significativo, como un empresario, ante un clá­ sico, una final, un ex club, etcétera). Esta última puede ser cau­ sa de lesiones. Un deportista, para que se precie de tal, debe te­ ner objetivos claros a corto, mediano y largo plazos. Es mucho más probable que la falta de ganas por entrenar, y hasta por com­ petir, esté ligada a la ausencia o desdibujamiento de los mismos. Si la motivación intrínseca no está desarrollada, por más dinero que se le ofrezca al deportista (motivación extrínseca) no se ga­ rantiza ni el buen desempeño ni la alegría para entrenar ni la ob­ tención de un excelente resultado. Seguimos a M a n u e l P eñ a BazTAN, quien en su libro La Psicología y la Empresa define la moti­ vación como “la obtención de la conducta apetecida, por medio de un estímulo o un incentivo que satisface una necesidad del sujeto a motivar”. 2) Confianza: aptitud psicológica decisiva. Un futbolista bien entre­ nado físicamente, con condiciones técnicas pero sin confianza en lo que puede hacer, rinde el 50% de su potencial. Sin confianza dudará en arriesgar en una jugada, dudará en rechazar o en sa­ lir jugado si es defensor, dudará en gambetear al arquero o pa­ 28

tear con el arquero saliendo... Un futbolista sin confianza es mu­ cho más fácil que se lesione. A un futbolista sin confianza lo asal­ tan pensamientos negativos. Un futbolista sin confianza baja su cotización en cada partido. La decisión va asociada a la capacidad de arriesgar. Como dice Lucie Sfel, la decisión consta de tres pa­ sos: a)preparación, b) decisión (momento creativo), y c) ejecución. El futbolista argentino tiene muchos altibajos en su rendimiento y en esta pata (la confianza) reside una de sus principales causas. La confianza externa viene del D.T., de los compañeros, de la fa­ milia, de la continuidad de la titularidad, etcétera. Pero muchas veces no alcanza. El desarrollo de la confianza interna es lo más importante a partir de un óptimo auto-diálogo. Por ejemplo, en un test de lápiz y papel se puede obtener como dato el grado de segundad del futbolista según el trazo y la energía con la que uti­ liza el lápiz. 3) Concentración: es la capacidad que posee el futbolista para estar atento los 90 minutos con la pelota adentro o afuera de la cancha. Es muy común escuchar: “este 10 es muy bueno pero se desconcen­ tra, cae en muchas lagunas”. Científicamente traducido sería: “en la mente del futbolista ocurren mecanismos que favorecen la exis­ tencia de pensamientos que no están relacionados con la compe­ tencia, desatenciones que merman su rendimiento”. Cada vez más, los D.T., son menos amigos de los jugadores llamados lagu­ neros. Son jugadores que durante 15 ó 20 minutos no entran en contacto con el balón. Otro ejemplo de desconcentración muy co­ mún, es tratar de tener el balón en un pase corto, y que le pase por debajo del botín y se le vaya al lateral. Existen los llamado “procesos y funciones cognitivas del yo”. Se focaliza la atención en los aspectos relevantes de una tarea. Sabemos que el ser huma­ no posee una percepción selectiva: no puede percibir todos los es­ tímulos que lo rodean. La percepción va asociada al interés y a la motivación. Según Freud , podríamos explicar esto con el esque­ ma del peine: Huellas mnémicas PM

Atención: polo perceptual

pp

II

M i l i

Polo motor

La voluntad no maneja el foco de atención. Según N ideffer exis29

ten diferentes tipos de dirección y amplitud de estilos atendonales. Ellos son: a) Amplia externa. b) Redudda externa. c) Amplia interna. d) Redudda interna. 4) Control de presiones (internas y externas): hay futbolistas que no pueden dominar sus propias presiones internas. Por ejem­ plo: “No me puedo equivocar...”. Y en el momento en que se equi­ vocan (porque no son máquinas), se van del partido. Hay futbolistas que no soportan las presiones externas, sean gritos o insultos del público, o calificadones del periodismo, o la presión que significa el dinero en el fútbol profesional (si gana­ mos cobramos tanto; si perdemos, nada...). Tiempo atrás, en un programa de fútbol televisivo, un excelen­ te jugador de exitosa trayectoria (E n zo F r a n c e s c o l i) “culpaba” a los periodistas porque sus calificadones muchas veces hacían mella en los más jóvenes. Me permito disentir con el mayor de los respetos con este ídolo: los periodistas hacen su trabajo. Si al jugador lo afecta, hay que ver por qué. Hay jugadores de fút­ bol que no son, en el aspecto humano, lo sufidentemente “fuer­ tes” o “maduros” que requiere esta profesión. Y esa fortaleza mental, con mucho trabajo, se puede desarrollar. En algúnos ca­ sos, muchos ex futbolistas, devenidos técnicos o periodistas, no alcanzan a comprender cómo todos sus dirigidos y/o futbolistas actuales, no tienen la fortaleza mental que ellos tenían. En ge­ neral, estos jugadores fueron líderes y no necesitaron entrenar la mente para poseer esa fortaleza. Es así que desde esta mane­ ra de pensar (un enfoque nardsista), tapan las diferencias y anulan la posibilidad de nuestro aporte. Sobre estas cuatro aptitudes psicológicas de los futbolistas, el psi­ cólogo puede y debe operar. El objetivo: que el futbolista rinda su má­ ximo potendal y obtenga en competenda una buena performance. Sabemos que la torta del rendimiento deportivo está compues­ ta de esta manera:

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Entonces, en seguida surgen las dudas: si entrena la técnica y el físico... ¿por qué no entrena la mente? Esa fue la pregunta que muy pocos supieron responder y que me abrió la primera puerta del libro. Vale aclarar que el trabajo del psicólogo en el fútbol depende mucho de la “apertura mental” del técnico y de lo que deje hacer (al respecto de este punto y al trabajo interdisciplinario, nos referire­ mos con más amplitud en otro capítulo).

S erie 1:

Técnica ¡Táctica

S erie 2:

Físico

S erie 3:

Mental

Suponiendo que el técnico entiende, en este caso, que el psicó­ logo es un asesor de él y que está para sumar, para trabajar sobre las cuatro patas ya descriptas, son primero imprescindibles las charlas/entrevistas con el técnico para escuchar su diagnóstico muy válido sobre el jugador que luego los tests psicotécnicos y las charlas con él mismo, en la mayoría de los casos, se encargarán de confirmar. 31

El psicólogo debe saber observar (por ejemplo los entrenamien­ tos) y también escuchar. El técnico (y muchas veces el preparador físico) al estar tanto tiempo con los jugadores, los conoce a la perfec­ ción y su palabra es decisiva. H ay una quinta pata que podemos agregar: la C ohesión G rupal. Concepto dinámico que fluctúa con la competencia (resultados). Es lo que tiene que tener un grupo (sentimiento del nosotros), para transformarse en un equipo deportivo. Un grupo es diferente de un E q u ip o D e p o r tiv o .

Características más importantes de un equipo deportivo V Identidad V Normas v Similaridad V Estabilidad V Objetivos claros V Sentimiento de pertenencia V Cooperación entre sus miembros V Respeto V Un técnico que sea líder V Identificación de los deportistas con el estilo de juego V Comunicación V Un capitán (líder) elegido por el grupo VAtmósfera de confort psicológico V Jerarquía de los miembros: roles VAdaptación V Orientación para lograr resultados buenos personales deportivos y de equipo V Responsabilidad V Creatividad El equipo deportivo es una red de comunicación. Los partidos de fútbol son sucesivas relaciones espacio-temporales entre futbolistas como individuos y los equipos como grupos humanos deportivos.

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Acciones eficaces de un psicólogo del deporte, para: • Abrir canales de comunicación • Favorecer la cohesión grupal Psicólogo del deporte en el fútbol (asesor, ayudante y complemento del técnico): • Utilización de instrumentos científicos (radiografía grupal: sociograma, elección de capitán, etcétera) y de técnicas grupales con el fin de brindarle al técnico, información muy valiosa a la hora de tomar decisiones. • Asesorar al técnico acerca de los mensajes que destina a sus diri­ gidos: Ejemplo: “me marca qué tengo que mejorar, pero no me ex­ plica cómo...”. La intervención es a partir de lo observado en en­ trenamientos y competencias, el trabajo grupal, las entrevistas individuales y las charlas con el técnico. • Como mediador entre el técnico y el jugador, ante una situación límite, y con el trabígo y consentimiento previo, de simbas partes. • Favorecer la comunicación entre los jugadores: ayudarlos a que se conozcan un poco más (ejemplo, nombres), a que se alienten y no se reprochen, a que se auxilien dentro de la cancha, a que entien­ dan que si se hablan más, van a jugar mejor... (casos de media­ ción entre dos jugadores), que por hablarse el defensor y el arque­ ro pueden evitar un gol, y que por no hacerlo dos atacantes pue­ den perderlo. • Alentar la comunicación del futbolista hacia el técnico. Ejemplo: ayudarlo a vencer los miedos para que hable con el técnico cuan­ do necesita una explicación o para saber en qué debe mejorar. • Facilitar la comunicación y cohesión del equipo interdisciplinano. El psicólogo del deporte es sólo un eslabón más, pero a su vez fun­ ciona como “satélite”... Como su escucha es diferente y puede ha­ cer algo distinto con aquello que receptiviza, es en muchos casos buscado por miembros del cuerpo técnico de otras disciplinas, co­ mo consejero. Existen investigaciones psicológicas que determinan que en los grupos en los que todos cobran igual (recordar orquesta del maestro O svaldo P ugliese) y cuyos deportistas posean la misma técnica, se daría un mayor grado de cohesión grupal, al borrarse las diferencias. 33

En fútbol amateur debiera suceder algo similar desde el ángulo del dinero (ninguno cobra). Aunque las nuevas reglas del mercado (vos valés 30.000 dólares, vos valés 50.000, vos todavía nada), nos obli­ guen a repensar todo nuevamente. Para entender el comportamiento de los hombres desde el punto de vista afectivo citaré la célebre parábola de S chopenhauer sobre los puercoespines que sufren el frío. F élix G uattari lo cita en su libro “Psicoanálisis y transversalidad”, para ejemplificar la distancia justa y necesaria entre unos y otros en un mismo grupo: “Un día de un invierno glacial, los puercoespines se apreta­ ron unos contra otros, a fin de protegerse contra el frío dándose calor entre sí. Pero, desgraciadam ente incom odados p o r los p in ­ chazos de sus púas, no tardaron en separarse de nuevo unos de otros. Obligados a ju n tarse nuevam ente, en razón del frío persis­ tente, padecieron otra vez el efecto desagradable de los pinchazos, y estas alternativas de acercam iento y separación duraron hasta el m om ento en que encontraron una distancia conveniente en la que se sintieron al abrigo de todos los m ales”.

Explicar este concepto es muy sencillo: en un trabajo (o empresa) donde el clima laboral es bueno, donde hay respeto entre los com­ pañeros, donde todos trabajan por el mismo objetivo —el bien de la empresa— donde hay solidaridad y donde el jefe no es autoritario, los empleados rinden más. Esto es igual: existen estudios psicológicos hechos que demues­ tran que si el grupo está cohesionado (“unido”), obtiene mucho mejo­ res resultados que si no lo está. Hay investigadores en la materia, que dicen que son los resulta­ dos positivos los que unen al grupo. Es posible, pero mi experiencia me dice que la primera variable tiene mucha mayor incidencia. Existen distintas evaluaciones grupales que revelan la conforma­ ción del grupo. Y luego un trabajo en el mismo grupo que se dirige a conceptos básicos como solidaridad, cooperativismo y respeto. Hay técnicos muy distintos. Hay técnicos que me han dado la li­ bertad de trabajar grupal e individualmente con los jugadores. Otros sólo aceptan que mi aporte sirve desde lo individual y nun­ ca sobre lo grupal. Es respetable y entendible. ¿Por qué ocurre esto? El técnico, en general, es muy celoso de su grupo. A veces hasta le cuesta “compartirlo” con el preparador físico... Esto no intenta justificarlo, pero si entendemos que en un mo­ mento el técnico no tiene una confianza del cien por ciento sobre el 34

psicólogo, es lógico que su fantasía sea: “este me va a querer manejar el grupo y entonces mejor lo evito”. La confianza se construye; aunque, como decía A l b e r t E in stein , es más fácil destruir un protón que un prejuicio... El técnico debe lidiar, en varias ocasiones, con gente que intenta sugerirle o armarle el equipo: directivos, preparadores físicos, jugado­ res, periodistas (en el fútbol profesional). El psicólogo debe lidiar, algunas veces, con compañeros de tra­ bajo que dicen ser un poco psicólogos (¿?): todos se creen con dere­ cho a opinar sobre esta ciencia, ya que todo ser humano con expe­ riencia y sentido común cree alcanzar los requisitos suficientes pa­ ra el conocimiento profundo del alma humana, incluida su persona­ lidad y sus conductas. Por eso, muchas veces yo los entiendo y los justifico, y también pido que ellos nos entiendan a mí y a mis colegas. El ser humano, por error, cree en algunos momentos que sabe todo. Por esto mismo soy tan cuidadoso de no invadir áreas que no me corresponden, y pido lo mismo respecto de la mía. Sucede que durante años, y en algunos clubes actualmente, el aspecto anímico quedó en manos de técnicos principalmente, y ocasionalmente en manos de preparadores físicos o médicos. Delimitar los campos es el primer paso para desembocar en un posible trabajo interdisciplinario. ¿Se puede hacer un cierto uso de la psicología sin ser psicólogo? Un técnico que no utiliza “la psicología” es difícil que sea eficaz. Por supuesto, eso es otra cosa. En ese caso son estrategias psicológicas y debe tenerlas. Si bien cuando los D.T. ha­ blan de trabajar en lo anímico, se refieren a “hacer la psicológica”. DEBE POSEE! ^ F isiología del ejercici

E ntrenador

ü 35

Sexo del profesional y puntuaciones conclusivas Como para ir cerrando este primer capítulo, me han preguntado muchas veces si es necesario que el profesional que trabaja en el fút­ bol debe ser un hombre. Trataré de buscar argumentos a favor y en contra de esto, evitan­ do empantanamos en cuestiones menores tales como Machismo vs. Feminismo. Particularmente, no veo dificultad alguna para que sea una psicóloga especializada en deporte quien se inserte en el fútbol si alcan­ za el grado de formación ya descripto anteriormente (de hecho ya hay algunos casos últimamente). Además, si es aceptada en este prejuicioso mundillo (psicóloga y además mujer), su diferencia sexual puede ser bien aprovechada co­ mo arma de seducción innata en toda mujer que se precie de tal, en beneficio de los aportes de la psicología al fútbol (charlas con los téc­ nicos y con los jugadores). Es importante destacar que además de su formación profesional y académica, el perfil de personalidad de la profesional debe ser fuer­ te, imponer respeto y poner ciertos límites necesarios para el éxito del trabajo. No veo inconveniente alguno que ingrese en los vestuarios (en competencias, por ejemplo), ¡no cuando los futbolistas se estén du­ chando o cambiando!, pero sí cuando lo necesite alguno: esto puede ser previo a la competencia (precalentamiento), en el entretiempo, o post-competencia (lesión, expulsión, baja actuación, etcétera). ¿Cuáles serían las ventajas de ser hombre, si es que las hay? Tal vez las mismas ventajas de circular dentro de los prejuicios: el fútbol aún es una tierra no conquistada por la mujer. ¿Porque no quiso o porque no pudo? Las barreras existen: no hay técnicos ni pre­ paradores físicos, ni médicos, ni kinesiólogos mujeres en la Argentina en el fútbol profesional y amateur. Este dato no es casual. Tampoco existen árbitros mujeres. Recién ahora hay una mujer árbitro muy decidida, que “desnudó” el machismo reinante (F loren­ cia R omano ).

En la medida en que la mujer empiece a ocupar más lugares en el fútbol, ya sea en las tribunas, jugándolo o cerca de los futbolistas (psicólogas, nutricionistas, fisiólogas, asistentes sociales), esto puede y debe ir modificándose. Las barreras, además de prejuiciosas, pueden ser políticas. Hay hombres que disfrutan mucho del fútbol, justamente, porque 36

no hay lugar para la mujer, porque la mujer queda afuera... Tal vez la única ventaja que veo, basándome en mi experiencia, es el hecho de conocer desde siempre algunos códigos del fútbol. Me refiero a la V iven cia : jugar al fútbol desde pequeño, tener fo­ tos desde los dos años abrazando una pelota, haber jugado campeo­ natos infantiles y juveniles, haber competido en mayores en dos ligas amateur super-competitivas durante diez años y concurrir a la can­ cha en forma ininterrumpida a ver a mi equipo desde los cinco años, edad en la que mi padre me llevó por primera vez... Esta vivencia, sentir el fútbol tan hondo, conocer el lugar social que ocupa, haberlo disfrutado y compartido, jugándolo o admirándo­ lo en su escenario natural, creo que me han dado una serie de elemen­ tos, no decisivos para el trabajo, pero sí importantes y de cierta ma­ nera insustituibles.

1. A la edad de 6 años, junto a Heber Mastrángelo, jugador de River Píate.

2. Trabajando en el campo con el jugador Leonel Carrizo, divisiones inferiores de Ferro Carril Oeste.

3. Con mi equipo “Namberwan”, campeones en el torneo de la UBA, 1985.

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4. En un entretiempo, observando la charla mantenida por el entrenador Rodolfo Pereira con sus dirigidos. Este entrenador dirigió, años más tarde, la primera división.

Con el “Kun " Agüero en la previa al Mundial Sub 20 de Holanda, 2005.

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Capítulo 2

Fútbol: belleza y complejidad. Polémica con Dante Panzeri

Caloi., publicado el 2119197 en la revista “Viva" del diario “Clarín”

Los pioneros son los que reciben las flechas (B ob D ylan) abiendo ta n tos y tan buenos escritores, filósofos y poetas que se han inspirado en este maravilloso deporte y han es­ crito acerca de él, ¿qué puedo decir yo? No m e refiero a J orge L uis B orges exactamente, sino a A lbert Cam us , E duardo G aleano , O svaldo S oriano , M ario B enedetti, V i nicius de M oraes , M artín H eidegger , J oan M anuel S errat, O s ­ valdo B ayer , Gabriel G arcía M árquez, por nombrar m is preferen­ cias, y sin olvidar a A lejandro D olina , E duardo Pavlovsky y al m ism ísim o Roberto F ontanarrosa .

H

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El fútbol es probablemente el deporte más bello, el único capaz de combinar (como quien prepara un sabroso plato) ingredientes tales como el arte, la estética, la solidaridad y la emoción (entre otros), y además hay algo que debemos subrayar: es el único deporte que se juega con los pies exclusivamente. Si nos referimos al fútbol y el lugar que ocupa en el plano social, es una pasión que se multiplica. Como bien lo definió A lberto U re (director de teatro): es la única religión sin ateos del año 2000. Pero, ¿qué es el fútbol? ¿Una religión? ¿Una pasión convertida en negocio? ¿Un juego? Una respuesta posible: es el deporte elegido por más seres hu­ manos en el mundo. Para jugarlo, ir a disfrutarlo a las canchas, se­ guirlo por televisión o sencillamente leerlo. Hay un viejo dicho que establece: “Si no quieres discutir, no ha­ bles de religión, fútbol ni política”. El fútbol es materia opinable y no descubro nada al decirlo. La gente opina sobre el juego, los periodistas opinan sobre el juego, los jugadores (únicos protagonistas verdaderos) opinan sobre el juego y también los técnicos opinan sobre el juego. El fútbol es un juego que se ha super-profesionalizado. Y como todo deporte super profesionalizado se ha transformado (no desna­ turalizado) en un nuevo producto, una nueva mercancía. Es imposible creer que un jugador profesional disfruta plena­ mente del juego. Esto es: sentir satisfacción “infantil”, placer lúdico como en la plaza con los amigos o en los campeonatos amateurs o de barrio. En la alta competencia el placer está acotado. Y bien sabe­ mos que la presión excesiva en las competencias produce rupturas del equilibrio y del bienestar psicológico tanto en el fútbol profesio­ nal como en el amateur (que es alta competencia). Antes, jugaba por el honor, a lo sumo por la medalla, otras ve­ ces por la gaseosa. Hoy, hay que aceptarlo, el jugador profesional juega por una institución, por fama, por dinero, por una transferencia al exterior, por un buen puntee en todos los medios deportivos... Así como cualquier espectador que observa a un equipo que jue­ ga bien al fútbol y piensa: “\qué lindo y qué fácil y sencillo es el fútbol bien jugado!”, cuando la pelota corre con precisión yjusteza de un ju ­ gador a otro, cuando es un fútbol asociado, pulido, donde los jugado­ res desarrollan sus habilidades, cuando la pelota va y viene, cuando los toques tiene destinatario, cuando la pelota es bien tratada. Pero tal vez estemos de acuerdo en que la otra cara de la mone­ 40

da de tanta sencillez, es la complejidad. Y el fútbol es complejo... “Para cada cosa hay un especialista”, reza la propaganda de un banco en estos días. No hay nadie que pueda saberlo todo. Y ha­ cen falta especialistas. Léase médico, preparador físico, kinesiólogo, utilero (ya ganados), y léase nutricionista, fisiólogo, psicólogo deporti­ vo, entrenador de arqueros, informador de rivales, experto en estadís­ tica deportiva. E l psicólogo del deporte nunca debe comprometerse con la VICTORIA, PERO SÍ DEBE GARANTIZAR EL BIENESTAR PSICOLÓGICO DE LOS DEPORTISTAS. Dante Panzeri, famoso periodista deportivo de nuestras tierras,

publicó hace treinta y un años (exactamente el 26 de setiembre de 1967) un libro no menos famoso: “Fútbol, dinámica de lo impensado” (Editorial Paidós). Vale aclarar que actualmente muchos periodistas deportivos recurren a las “determinaciones anímicas”, a los factores psicológicos (H oracio Pagani los incluye siempre en sus análisis), a las presiones, al miedo escénico para explicar en sus comentarios las ac­ tuaciones de un equipo o de un jugador. Sin embargo, más allá de esas bellas palabras, no utilizan ese mismo énfasis para preguntarse por qué no hay más especialistas trabajando en este deporte. Es un contrasentido. Me pregunto ¿por qué?, ¿tendrán algún temor?3 Me permito “polemizar” y coincidir también con él en algunos puntos de su referencia al tema, si bien ya no está entre nosotros co­ mo todos sabemos, pero para cuestionar su frase en el epílogo: “Este libro no sirve para nada”. Ese libro sirvió, sirve y servirá, no sólo porque es la trascenden­ cia de un hombre (su obra) sino porque, aún con su estilo tan ácido e irónico por momentos, nos propone Pensar . ¡Y cuánto vale eso!

Para ser cortés, me referiré en un comienzo a mis coincidencias: • Lo más importante son los jugadores. • Cada jugador es diferente. • El fútbol tiene mucho de talento, de imprevisible, de sorpresivo, de incalculable, de implanificable, de impensado. • Su refutación al psiquiatra que contrató River en 1966, cuando se­ ñala que “el jugador que corre 50 metros con una pelota y no sabe ¿Qué conocen de esta rama de la psicología en su formación? ¿No debiera existir una universidad dedicada al periodismo deportivo?

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qué hacer con ella, generalmente no tiene ningún subconsciente de persecución durante su niñez”, es correcta. El profesional cae en el error de generalizar e interpretar salvajemente. Podría haberse re­ ferido a la indecisión como correlato de una autoconfianza baja que le impide desarrollar su capacidad de arriesgar. Pero para hablar de problemas de persecución habría que haber analizado ese caso y si llega a esa conclusión (una suposición), buscar una estrategia de cambio con el jugador yjamás publicarlo con nombre y apellido, pues se estaría violando el secreto y la ética profesional (Pto. 5.02 “Confidencialidad de datos”, de los Principios Eticos de los Psicólo­ gos y Código de Conducta, fin del capítulo 6). A decir verdad, da la sensación de que Panzeri no creía en lo psi, mucho antes de pensarlo respecto al fútbol. Sólo que este tipo de errores profesionales (imperdonables) fortalecen y alimentan los prejuicios con justa razón. • Polemizo y disiento con él, cuando califica como “farsa” el trabajo del psiquiatra en River por ponerlo al servicio de la “tecnología moderna”. • Mezcla y confunde (por eso mi aclaración del Capítulo 1 sobre las diferencias) psiquiatría, psicoanálisis y astrología (horóscopo). • Aboga por un fütbol “ideal” con jugadores” (sin entrenadores, sin periodistas, sin psiquiatras). • Afirma (desde lo intuitivo y no desde lo científico) cuestiones tales como: “Y aunque Freud haya descubierto él valor del subconscien­ te, yo aseguro que ni Freud ni nadie, podría determinar por qué un jugador juega muy mal haciendo una gran jugada y por qué ese mismojugador repite la misma jugada en una brillante jugada...” “Yo afirmo, con el mismo derecho, que un estudio psicológico de futbolistas, bien realizado... demostraría que no sabemos por qué el buen jugador es bueno y el mal jugador es malo. O a lo sumo, podría demostrar que el fútbol, para ser serio, tiene que ser juego. Y si es juego, es espontaneidad. Y si es espontaneidad, no se pue­ de organizar. Y si es incontrolable, es un magnetismo de la incóg­ nita de lo que va a pasar...” ¡Qué buen aporte a la reflexión y al intercambio! (única manera, entiendo, de progresar en el planteamiento y tratamiento de algunas cuestiones): Es cierto que a F reud jamás le importó el fütbol, y lejos estuvo de pensar algunas cuestiones, aunque todos sabemos que fue el descubridor del inconsciente y padre del psicoanálisis (una teoría 42

muy pregnante de la psicología pero no la única). Hay estudios psicológicos que permiten analizar en detalle las ca­ racterísticas de conducta y personalidad de un individuo. Si habla­ mos de este especialidad, específicamente en el momento de la com­ petencia, hay cualidades técnicas que el jugador debe tener sí o sí, y que el técnico podrá mejorar. El especialista en psicología no está para enseñarle a jugar al fút­ bol, sino más bien para ayudar al jugador a determinar algunas cues­ tiones, como ser: • Por qué se desconcentra en momentos claves del partido. • Por qué se lesiona tan a menudo. • Por qué posee baja tolerancia a la frustración. • Por qué tiene la valoración distorsionada por defecto. • Por qué a veces le pesa ir a entrenarse. • Por qué se bajonea cuando no juega. • Por qué no le gusta que el técnico le señale algunas cuestiones. • Por qué tiene tan poco diálogo con sus compañeros. • Por qué es tan poco comunicativo dentro de la cancha. • Por qué si el técnico le reprende durante la competencia siente que se pincha. • Por qué le agarra colitis o trastornos del dormir la noche previa al partido. • Por qué rinde más en prácticas que en competencias. • Por qué reacciona sólo cuando va perdiendo. • Por qué lo amonestan o lo expulsan tan seguido. • Por qué la otra vez se puso a discutir con un hincha detrás del alambrado. • Por qué extraña tanto a su familia. • Por qué de visitante rinde mucho más que de local. • Por qué hay veinte minutos de los últimos partidos en los que no participa del juego, por decir algunos “por qué”. Y una vez inves­ tigados y determinados con el jugador, (toda conducta tiene una explicación, toda consecuencia tiene una causa o más) modificar (solucionar) la actitud y que pueda entonces rendir su máximo p o t e n c ia l.

No es tan difícil. La ciencia aporta para sumar, no para embarrar... Aun así, en algo le doy la razón a Dante. El fútbol es tan complejo e 43

indescifrable en todas sus variables, que se dice que Brasil tuvo un psicólogo en las filas de su selección y que los psicotécnicos individua­ les de G a r r in c h a (campeón mundial en 1958) daban realmente mal (¿debilidad mental? ¿psicosis...?). Sin embargo, aun suponiendo que las técnicas fueron bien toma­ das, todos sabemos quién fue y cómo jugó y nos deleitó G a rrin ch a . La psicóloga actual del seleccionado de Brasil, Suzy F le u r y , refiere que: “En esa época, sólo se medía el C.I. (coeficiente intelectual). Es una técnica ultra pasada. El C.I. mide apenas la capacidad intelec­ tual de una persona. Garrincha no precisaba nada de eso para pa­ tear una pelota, ya que poseía una habilidad extraordinaria capaz de compensar cualquier tipo de deficiencia. Hoy, las evaluaciones psicológicas toman en cuenta no sólo el intelecto de un atleta, sino también otros tipos de inteligencia, como la motora o la emocional. Está claro que el ideal de jugador presenta un equilibrio entre to­ das esas cualidades”. Tal vez en esto el fútbol nos enseña que (como en la vida) no hay una verdad única, absoluta, exacta. De ninguno de los lados. Vaya paradoja: D a n te P anzeri finaliza este capítulo citando pala­ bras de R o b e r t o P e rfu m o (Racing, 1967) como poseedor de una since­ ridad y desinfección poco común: “En 15 años más se termina el fútbol... Yo no vi el fútbol de an­ tes, pero peor que esto no pudo ser ninguno. En el fútbol se está ga­ nando demasiada plata; a losjugadores eso nos enloquece...” La paradoja es que ese jugador tan técnico y tan lúcido (campeón intercontinental con Racing en 1967) elegido por Dante, estudió luego la carrera de Psicología Social (además de la de director técnico). Y por suerte no sólo no enloqueció, ni el fütbol se terminó, sino que en El Grá­ fico, investigación publicada en setiembre de 1996 por D ie g o B orin sk y (“El deporte en el diván”, nota temada en el rubro Investigación Perio­ dística de los premios Pléyade) finaliza la misma diciendo: *Antes nos preguntábamos si debían existir los técnicos. Ahora, hacerlo es un absurdo. En algunos años, con la psicología va a pasar lo mismo”. ¿Acertará esta vez el Mariscal? Esperemos que sí... por el bien del fütbol y de los seres humanos que lo practican.

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Mitos del Psicólogo del Deporte (Siguiendo a D a n ie l

G ould )

L Trabaja solamente con “atletas enfermos” o “con problemas”. 2. Se concentra sólo en las preocupaciones propias de los “deportis­ tas de élite”. 3. La psicología y los psicólogos del deporte causarán cambios re­ volucionarios. 4. Existen métodos de entrenamiento en prácticas psicológicas, ta­ les como “la píldora mágica” o “el pinchazo rápido”. 5. La psicología del deporte no sirve. En referencia al punto 4, aún recuerdo a un técnico que me repro­ chó que su equipo no había ganado, siendo que el día anterior a la competencia me había entregado a sus dirigidos para una sesión gru­ pal de visualizadón. Luego de una mirada silendosa, le respondí: “me confundiste con el mago David Copperfield”.

V ayamos a un ejemplo que grafica claramente que el psicoanálisis ortodoxo no funciona y sobre todo que cuando el jugador no tiene la técnica , no hay preparación psicológica que sirva .

Extraído del libro “Semblanzas D eportivas”, R oberto Fontanarrosa. E diciones de la Flor, Buenos A ires.

El extraño caso del “Bachacha” Fenoglio Desde que ios técnicos j ios críticos complicaron el fútbol, la aparición de casos psicoanah'ticos en el más popu g—^ d e los deportes, s e r K& fx ^ constante ____ _

)o,he conocido cientos de esos casos..como eI de&abino Picet-ni, qoe Se orinaba en los corners,o el de pnastasio Iselin l^\ontero,q
--------\^-^'off-side"

¡Of(

TjjÉM

ro ninguno me impacltí tanto como el de . 'Bachacha'era un fenómeno.^ lo Herminio Salomón f-enoqlio, el chico margué varias veces. 5a\ía por los — ^ d e Calderillas, el V ^ d o s perfiles, con . /y J¡=! ^Bdchacha "Fénogl¡o 7 igual facilidad j , "*vV— ~ _'

'7ó debí enfrentarlo el día de so debut. r-- —•> - pi|i*comentó a manifestarse^ / \ su habilidad. Y su extraño

Fve dejando rivales en el camino con facilidad llamativa

Me amagó para

y

\

afuera ¿I se fU l

¡QJ por adentro >.

)o sa/f a ^ tapar cuando j a

entraba <

con pelota dominada/

'Ycoando +ovo el arco a sw di

la tico atoara

Nadie te podía creer, j -todos b atribuyeron a los nervios del debut Incluso aplaudieron la jugada previa

firo:. en los partidos siguientes erró ocho goles similares

Las derrotas del equipo ocasionaron el alejamiento WM£DÍCÓr^U^MEDÍCO^ del técnico.lomó, le conducción Froilén Jbsen fíceuedo,joven estratega, <\ue había hecho sus primeras armas ¿/¡//i'//*. f '0 - r ^ KKEPUTt como direcmr de l /J un instituto i *' /■ MfíDF neuroffiyuiatrico 'cJÍjJ



47

Q s inmediato comprendí el agodo^ síndrome que poseía a "Bachacha" Decid! mantenerlo en el eauipo en el crucial encuentro contra Boca Jimiorf

48

Vna vcg má$, fenoqlio. produjo und jugador

&en5dC¡óndl Sliminv $e\9 hombre# en on$ bd\¿oS3

¡Imagínele// Hacer el amor) r¡De repente,algo m e despertó con f-Jgo»tina 3 >el\i £ Era eI grifo de gol de una

transmisión radial,

de fútbol,

estaba escuchando + mi viejo

¡Me desperté !j Me

frustré/

Cuando usted se acercaba gl gol ,el recuerdo de aquella tarde lo tornaba Impotente, estéril, inocuo¿

i5iit5¡>yajajejecute s\ pendí,muchacho /

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Capítulo 3

Necesidad y entrecruzamiento. ¿Por qué y para qué? La importancia del estudio sociométrico

B\ pat+f¿o momentáneamente pendido mientras Gailfnóei , anímicamente disminuido pw el gol errado,es atendido por* el psicólogo de Id j—

“Fontanarrosa de Penal”. Ediciones De La Flor, Buenos Aires

A vos te cuento cosas como a un amigo, que al DT nunca le contaría. (D e un jugador)

“Maradona es una inversión, decía elpresidente del club Nápoles. Ahora los clubes europeos, y algunos latinoamericanos tienenpsi­ cólogos, como lasfábricas: los dirigentes no lespaganpara que ayuden a las almas atribuladas, sino para que aceiten las máquinas y eleven 51

su rendimiento. ¿Rendimiento deportivo? Rendimiento laboral: aun­ que en este caso la mano de obra sea más bien pie de obra, la verdad es que losjugadores profesionales brindan su fuerza de trabajo a las fábricas de espectáculos, que les exigen la máxima productividad a cambio de un salario. La cotización depende del rendimiento;y cuan­ to más les pagan, más les exigen. Entrenados para ganar o ganar, ex­ primidos hasta la última caloría, les exigen más que a los caballos de carrera. ¿Caballos de carrera? Eljugador inglés Paul GASCOIGNE prefiere compararse con un pollo de criadero: -L os jugadores somos pollos de criadero: tenemos movimientos controlados, reglas rígidas, comportamientos fijos que deben ser siempre repetidos”. E du ardo G aleano



UÁL ES EL fundamento para que una ciencia aplicada, ca-

/ V J si ausente hasta hoy, se incorpore a este deporte? ¿Qué es lo que tiene para dar y aportar? Intentaremos un entrecruzamiento de los capítulos 1 y 2; arran­ camos con esta cita de E duardo G aleano que nos mete “de palomita” en tema. ¿Estamos sólo para elevar el rendimiento del futbolista o para ayudar almas en pena? Según mi enfoque teórico-práctico, estamos para las dos cosas, y tampoco nuestra función se agota allí. Durante décadas, el “entrenamiento mental” quedó en manos de técnicos, preparadores físicos y médicos (en algún caso)... Pero, ¿có­ mo? Es sencillo de explicar: la función siempre fue necesaria, pero al no estar ocupada era resuelta por otras ciencias. Esto es responsabilidad mutua: no había (ni hay todavía muchos) especialistas en condiciones de desarrollar bien esa función, y esta­ mos hablando de una ciencia nueva... Hace treinta años, los preparadores físicos tuvieron el mismo problema que hoy tenemos los psicólogos deportólogos: les costó im­ ponerse. La preparación física quedaba en manos de los técnicos (entre­ nadores técnico-tácticos), que no querían renunciar a ese poder ab­ soluto. He conocido técnicos que en sus inicios hacían todas las fun­ ciones: técnico, profesor, médico, psicólogo, utilero, etcétera, porque estaban solos y se las arreglaban como podían. Pero no es la mejor manera de trabajar. Sucede que para tra­ bajar interdisciplinariamente, el técnico tiene que saber delegar y 52

escuchar sugerencias... (me referiré a esto más adelante). Hoy los preparadores físicos son esenciales para cualquier téc­ nico. En el profesionalismo, la mayoría de los técnicos llevan “su” preparador físico, su hombre de confianza, su colaborador. Es de su­ poner que dentro de un tiempo, el psicólogo también sea llevado por el técnico. Hoy, el preparador físico es necesario. En algún caso, tiene dema­ siado poder. Recuerdo un diálogo con un preparador físico en unas jor­ nadas: él decía que vio un psicólogo que le armaba el equipo al técni­ co» y yo le respondí que nunca un Psicólogo se quedó con el lugar del técnico... (Ejemplo: C órdoba, preparador físico de Russo, luego se quedó con su lugar de D.T. en Estudiantes; Castelli, preparador físi­ co de BlELSA en México, luego se quedó con su lugar de D.T.). El miedo al psicólogo existe en la sociedad, no sólo en el fútbol. El psicólogo debe conocer muy bien su rol y función para no invadir te­ rrenos ajenos y soportar que lo invadan (lleva tiempo hacer docencia y educar en la acción). En el fütbol existen la hipocresía, la paranoia y la incertidumbre; y el doble mensaje es el caldo gordo... (es un me­ dio hostil donde hay muchos intereses en juego). Y no existen ni la lógica, ni la justicia. ¿Por qué un futbolista juega para nueve puntos un partido y al siguiente (en las mismas condiciones técnicas y físicas) juega para cuatro puntos? El adversario juega y tal vez no lo dejó jugar, pero no alcanza. Un mal día lo tiene cualquiera, pero no alcanza. Sucede que la mente es, muchas veces, determinante. Tanto el jugador como el entrenador tienen que ver resultados para creer en esta ciencia. Cuando el jugador los ve, se acerca solo al psicólogo. Lo mismo ocurre con el técnico, aunque muchos de ellos puramente intuitivos, sin formación academicista, nos viven más como competidores que co­ mo ayudantes-asesores. El técnico que no está convencido tiene sus prejuicios a flor de piel. Si uno hace buenas intervenciones y trabaja positivamente con el grupo, puede pasar como me ha pasado, que un técnico razonara: “el psicólogo no gana ni pierde partidos. Son los jugadores”. Fue una frase exacta, y dicha en un momento para limitar mi ac­ cionar (inseguridad del director técnico, talón de Aquiles de muchos profesionales). El técnico tampoco gana y pierde partidos. El preparador físico, 53

tampoco. Ellos también quedan del otro lado de la línea de cal. Los que protagonizan la escena, los que ponen el cuerpo, los que resuelven o no resuelven, son los jugadores. Un técnico, por más que quiera, no puede ser psicólogo. Un pre­ parador físico, tampoco. No tienen el estudio ni las herramientas, aunque jueguen al “como si...” Sin embargo, veamos qué dice Juan Pablo S orín , en El Gráfico N° 4.042 del 25/3/97: "... José (por P ekerman) ha devuelto la impor­ tancia a los Juveniles. Cumple el doble rol de técnico y también de Psi­ cólogo. Transmite tranquilidad, humildad, y al mismo tiempo, men­ talidad ganadora... ” ¿Y entonces? Con técnicos del nivel humano y formación de Pe­ kerman , con el trato que les brinda a los jugadores, ellos se sienten muy cómodos psicológicamente con su cuerpo técnico, con menos presiones, y eso se traduce en logros, éxitos y campeonatos (a los he­ chos me remito). Eso no quiere decir que un psicólogo no pueda tra­ bajar allí insertado. El trabajó y trabaja con una asistente social in­ sertada (es otro rol) y deriva a psicólogo casos puntuales individua­ les. Evidentemente, no ha tenido (en algún momento de su carrera) una feliz experiencia con un psicólogo conduciendo grupos. El en­ foque es diferente al actual director técnico uruguayo V íctor Púa, que sí tiene un psicólogo trabajando allí insertado: el licenciado J e ­ sús C halela (vino invitado a las Primeras Jornadas de Psicología y Fútbol, el 6 y 7 de noviembre de 1997, en Ciudad Universitaria, UBA). Se puede trabajar en grupo y/o individualmente. Individual con técnicas de psicoterapia breve, con objetivos limitados y planificación de corta duración (sugestión y pedagogía). La-consigna para la con­ sulta individual pasa por cualquier desconcentración en un partido, desmotivación en un entrenamiento, baja de la autoestima, presión en competencia, expulsión, dificultad con compañeros, etcétera y/o bajón, angustia, conflicto por algún problema familiar, de pareja, eco­ nómico, de adaptación a Buenos Aires, en el colegio, etcétera. Abrimos entonces, algunos interrogantes: ¿sirve el psicólogo en el fútbol? ¿Debe actuar adentro o afuera? ¿Qué modelo tiene que seguir: individual o grupal? Creo que no hay una verdad absoluta sobre la manera. Depende mucho del técnico, del psicólogo y de los jugadores. En grupo se trabaja con una metodología diferente a la indivi­ dual: existe un establecimiento de objetivos, de redes de comunica­ ción, de patrones de solidaridad, de análisis de inconductas deporti­ 54

vas, juegos de cooperación, sesiones de respiración, relajación y visualización para descargar tensiones. El sociograma es una de las evaluaciones grupales utilizadas que brinda los mejores resultados.

Estudios realizados: Sociograma La cohesión del equipo no proviene tan solo de la integración de las fuerzas técnicas y físicas; depende también del equilibrio de las corrientes afectivas que acercan o distancian a los jugadores. Una de las evaluaciones grupales utilizadas, con mejores resulta­ dos, es el sociogram a. El cuestionario sociométrico consiste en interrogar a cada juga­ dor, primero sobre sus preferencias en materia de amistades y, a con­ tinuación, sobre sus preferencias técnicas (incluidos ellos mismos), con lo que se consiguen sociogramas y sodomatrices. Así, se obtienen datos muy relevantes, tales como: 1) Quiénes son los jugadores más (y menos) valorados técnicamente por el grupo; 2) Quiénes son los jugadores más (y menos) valorados afectivamente; 3) Cuáles son las zonas de afinidad y rechazo; 4) Cuáles son los pequeños grupos y grandes rivalidades. Indusive se puede dedudr si el capitán tiene ascendenda sobre el grupo, cuál es el jugador “chivo expiatorio” (donde se deposita todo lo malo del grupo), quién es el mejor compañero, etcétera. Esta informadón (tamizada y analizada) se le brinda luego al en­ trenador, y a éste le resulta de mucha importanda, ya que este estudio dentífico del grupo (por el grupo mismo) le confirma datos existentes y le agrega otros nuevos (grupales y en algunos casos individuales). El estudio que se presenta a continuadón fue realizado en todas las divisiones juveniles. Lo ideal es tomarlo cada tres meses, ya que los grupos (y los roles) son dinámicos. En casi todos los casos, los valores arrojaron que se trata de gru­ pos homogéneos (y no heterogéneos). Esto es que, de los cuatro cuadrantes posibles, los valores dan to­ dos en un cuadrante (ver gráfico). Luego se saca la media de cada grupo en cada ítem (afectivo o téc­ nico) y se ve quién está por endma y quién por debajo. Bien puede llamarse al sodograma, radiografía grupal. Está comprobado por intermedio de estudios psicológicos, que si hay cohesión grupal, los buenos desempeños y los buenos resultados 55

son una natural consecuencia, ya que se trata nada más ni nada me­ nos que de un deporte de interacción o de equipo o de grupo. 1

C onsigna : S ociograma



":ipÉl¡

Se trata de decidir un N° del 0 al 20 que represente la valoración afectiva y la valoración técnica que uno siente en este momento, respecto de cada compañero de equipo (incluido a uno mismo). Se pide sinceridad, por el bien de la evaluación, y se garantiza la total confidencialidad de los datos aquí vertidos. (0-2 0)

Futbolista A B C D G F G H I J K L M

20

(0-2 0)

Valoración afectiva

Valoración técnica

18 19 11 15 14 12 15 13 15 11 13 17 16

11 12 13 18 13 14 15 16 16 18 18 19 17

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20

Valoración afectiva (x)

Los gráficos y valores obtenidos, demás está aclarar, que por una cuestión de ética y secreto profesional, y por un pacto de confianza con los jugadores, no pueden ser revelados. Al D.T. lo desilusiono de en­ trada: “Hay cuestiones íntimas del jugador o del grupo, que usted nunca va a saber.” Trabajamos con la confianza del D.T., pero tam­ bién de los jugadores. El D.T. espera que le vuelva cierta información, pero determinar cuál y cómo es un punto clave. Se trata de un tema 56

decisivo, ya que el especialista no debe traicionar ni al D.T. ni a los ju­ gadores. Informará sólo aquello que es positivo que el D.T. sepa (por propia decisión del especialista, o por decisión del jugador o grupo).

Langer nospresenta aquí—con excelente humor— cómo los intereses que reinan en el fútbol de hoy llegan a degradar la innata belleza del espectáculo.

Tamizará la información, sin ofrecerse como puente ni como “bu­ chón”. Un error garrafal aquí, es SIN RETORNO. 57

Para finalizar, lo ilustraré con un ejemplo muy claro: en muchos casos, el valor técnico es correlativo al valor afectivo (porque te quie­ ro veo que jugás bien), en otros casos es inversamente proporcional. Hay jugadores muy valorados técnicamente por el grupo y sin ningún tipo de afinidad en el plano afectivo. H ipótesis: Si ese estudio se hubiese hecho en el Boca de S ilvio M arzolini (1995) y Carlos B ilardo (1996), y los jugadores hubiesen sido sinceros, M aradona habría sacado el máximo puntaje en valora­ ción técnica y uno de los más bajos en valoración afectiva. ¿Por qué? Las diferencias tienen efectos en el grupo. El talentoso, por más que lo sea, debe esforzarse. Si el jugador juega sólo por su ta­ lento y no por su esfuerzo, y además es el único en estas condiciones, la ley no es igual para todos y se producen resentimientos y malestar. Es que, sin lugar a dudas, tienen efecto en el grupo y por ende en los resultados: de hecho, Boca no salió campeón. Para ir concluyendo este capítulo sobre la necesariedad, escribo: “La ayuda psicológica es, la mayoría de las veces, un medio de cambio, para que un jugador con condiciones técnicas y físicas no se malogre, es decir, no se quede ‘en la puerta de...’Además, la ven­ taja de tener esa ayuda dentro de la misma estructura del deporte resulta decisiva: por su cuenta es muy difícil que eljugador consul­ te, aun necesitándola..."

ACERCA DE LA NECESARIEDAD Según un cuestionario realizado para los futbolistas pensionados del Club Ferro Carril Oeste (supervisado por m í y elaborado por es­ tudiantes de 5o año de la Primera Escuela Privada de Psicología So­ cial, fundada por el doctor E nrique P ichón R iviére), permití incluir una pregunta autoevaluativa, a otras que giraban en tom o del desa­ rraigo, la adaptación y las lesiones.

La pregunta fue: a) ¿Entendés para qué hay en el club un psicólogo deportólogo? SI/NO b) ¿Ite sirvió? SI/NO c) ¿En qué casos? a) De una población de cuarenta consultados (entre quince y diecin­ ueve años), treinta y nueve dijeron entender el “para qué” (la fun­ dón). Más de la mitad habían llegado a la pensión hada sólo seis meses al momento de la encuesta. 58

b) Treinta y seis manifestaron que les sirvió, tres respondieron ne­ gativamente (dos aclarando que no lo necesitaron), y uno expre­ só que no sabe porque no tuvo mucha comunicación. c) Respuestas más comunes: • Tenía mucha ansiedad. • Para ayudarme cuando lo necesito. • En los que me sentía mal, bajoneado, él me ha ayudado en todo. • Cuando me siento mal o deprimido (por no jugar), él me ayuda es­ cuchándome (esta respuesta se repitió en varios futbolistas). • Cuando tenés algún problema con tus compañeros, el técnico o en la pensión, hablás con él con la confianza de ser un amigo más que te puede aconsejar. • Cuando me tocó salir de entre los titulares me apoyó. • Cuando necesité una opinión o una ayuda. • Cuando tuve problemas de familia. • En el que es muy importante tener a alguien para contarle nues­ tros problemas. • Cuando estaba muy nervioso y sin ganas de seguir adelante. • Cuando estoy con algunos bajones anímicos. • Clarificarme algunas cosas que no tenía muy claras. • Cuando extrañaba a mi familia y cuando estaba mal porque me peleé con mi novia. • En el tiempo de adaptación. • Moralmente te ayuda mucho hablar con un tipo así. • Cuando estoy pasando momentos malos. • Cuando no jugué por lesión y también hablar la parte del colegio y los partidos de cada sábado. • Cuando necesitaba hablar con alguien. • En sacarme dudas en mi vida y en el fútbol. • Cuando no estuve citado. • En juntamos todos con él y decimos las cosas de frente. Después hacía un análisis y nos decía cómo estábamos anímicamente y en qué teníamos que mejorar. • Extrañar menos a mi familia y no preocuparme por un problema pequeño que tuve de salud, que me asustaba mucho. El psicólogo deportólogo es quien realiza un análisis cuali-cuantitativo de la personalidad del futbolista en la escena deportiva. 59

Siguiendo a B leger, la personalidad es más que sus manifesta­ ciones. La estructura de la personalidad es la que se manifiesta en ca­ da una de esas cientos de conductas. No hay personalidad sin conducta ni hay conducta sin personali­ dad. No hay ninguna manifestación de un ser humano que no perte­ nezca a su personalidad (los psicólogos deportólogos estamos capaci­ tados para modificar conductas del deportista). La personalidad se asienta sobre un trípode formado por la cons­ titución, el temperamento y el carácter. La conducta es un proceso único y que, por lo tanto, es siempre en parte consciente y en parte in­ consciente. Las dos cosas al mismo tiempo. Lo inconsciente no es el motor de la mente ni tampoco lo conciente es algo superficial o secundario. El aprendizaje puede ocurrir en to­ das las áreas en forma conjunta, o bien sólo en alguna de ellas en for­ ma predominante y disociada. Hay, así, aprendizaje en el área de la mente, del cuerpo y del mundo exterior (P ichón R iviére). El aprendi­ zaje de la mente es el objetivo de nuestra labor: entrenar las habi­ lidades psicológicas del futbolista. Finalizo el capítulo citando a dos grandes: C onfucio y la M adre T eresa de Calcuta: “Hay tres señales de un hombre superior: siendo virtuoso, esta­ rá libre de ansiedad; siendo sabio, estará libre de prejuicios; siendo valiente, estará libre de temor” ( C o n f u c i o ) . CUÁLES

¿El obstáculo más grande? El miedo. ¿El error más fácil? Abandonarse. ¿La cosa más fácil? Equivocarse. ¿La raíz de todos los males? El egoísmo. ¿La distracción más bella? El trabajo. ¿La peor derrota? El desaliento. ¿Los mejores profesores? Los niños. ¿La primera necesidad? Comunicarse. ¿Lo que hace más feliz1 ? Ser útil a los demás. ¿El misterio más grande? La muerte. ¿El peor defecto? El malhumor. ¿La persona más peligrosa? La mentirosa. ¿El regalo más bello? El perdón. ¿Lo más imprescindible? El hogar. ¿La ruta más rápida? El camino correcto. 60

¿La sensación más grata ? La paz interior. ¿El resguardo más eficaz? La sonrisa. ¿El mejor remedio? El optimismo. ¿La mayor satisfacción? El deber cumplido. ¿La fuerza más potente del mundo? La fe. ¿Las personas más necesarias? Los padres. ¿La cosa más bella del mundo? El amor. M adre T eresa de Calcuta

Ansiedad. Temor. Prejuicios. Miedo. Miedo a equivocarse. Egoís­ mo. Conciencia de trabajo. Mayor comunicación. Optimismo. La fe (confianza)... Yo me pregunto: Si tratamos con seres humanos y no con máqui­ nas, y podemos colaborar para diagnosticar y modificar (mejorar) to­ das estas sensaciones o dificultades del futbolista para que se sienta mejor y haga mejor lo que tiene que hacer, ¿somos o no necesarios? ¿qué estamos discutiendo?

Joaquín Caparrós, López Caro, Antonio Mendoza, Gregorio Manzano y Miguel Morilla, entre otros. Encuentro de Entrenadores de la Primera División de Fútbol de España organizado por Miguel Morilla. Sevilla, 2006.

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ASOCIACION DE PSiCOMXiiA Reí. («'PORTE ARGENTINA

iMelMt wwwpsicodeportes.com

I De izquierda a derecha: Ariel Scher (periodista deportivo de Clarín), entrenador FranI cisco Ferrara, Marcelo Roffé, prof. Carlos Medeiro y Dr. Daniel Martínez. 5a*Jornadas I |Nacionales de Psicología del Deporte, 2 y 3 de diciembre de 2005, Facultad de Psicolo-1

gía de la Universidad de Buenos Aires, organizadas en conjunto con APDA. ■L

Osvaldo Piazza exponiendo en la mesa de técnicos en las las Jornadas de Psicología y Fútbol (UBA). Me acompañan Juan Carlos Giménez, Juan Carlos García, José Faría8 y el ex árbitro y actual DT Ricardo Calabria (1997).

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Capítulo 4

Testimonio de una práctica. Objetivos de la preparación psicológica. 50 tests psicométricos y proyectivos utilizados en el fútbol. Planillas de seguimiento en competición. Modos de intervención.

[ C L E M E N T E

Por CALOI

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Caloi, tira número 6067, publicada el 215192 en el diario “Clarín”

Cuando del D.T. descubre la utilidad, se le facilitan las cosas. Recibe una información valiosa para la que no cuenta con tiempo ni elementos científicos para recabarla. (M arcelo Roffé)

OBJETIVOS DE LA PREPARACIÓN PSICOLÓGICA 1) Adaptación psicológica y prevención del desarraigo para los chicos que llegan al club desde el interior del país (trabajo que se inicia en la pretemporada —mes de enero/febrero, lue­ go de la selección de nuevos valores— y de la definición del nuevo cuerpo técnico). 63

2) Evaluaciones grupales e individuales para acelerar procesos y obtener datos para dotar de información al técnico para la toma de decisiones y acelerar procesos. Se delinean perfiles psicológicos grupales (líderes, chivos expiatorios, tensiones) y perfiles psicológicos individuales (mes de marzo/abril). 3) En este mismo período y en la línea de la “prevención” (rece­ ta antiestrés y formación integral del individuo), se localizan las casas de estudio y/o cursos a realizarse en el resto del año con carácter de obligatoriedad. Se tiene como alternativa la búsqueda de empleo y el psicólogo puede cumplir la función de tutor de los futbolistas del interior. 4) Se realizan evaluaciones respecto de los ítem tales como in­ dumentaria, viáticos, calidad de comida y de descanso en las pensiones, higiene, representante y padres separados para obtener más datos del jugador, hacerlo sentir cómodo y tratar de mejorar la atención. 5) Se inician los trabajos grupales en las divisiones menores, con una frecuencia semanal, donde los objetivos son variados, desta­ cándose técnicas de cohesión grupal, dinámicas que favorecen la circulación de la palabra, el conocimiento humano entre sus miembros, el aliento positivo entre sus miembros y el fortaleci­ miento del vínculo con el entrenador, entre otros. Las temáticas desplegadas en el grupo son: disposición a entrenar físicamente, los miedos, si debe el futbolista callar o hablar cuando tiene un principio de lesión, el planteamiento de metas grupales e indivi­ duales, la importancia del aliento positivo, para qué estudiar, cómo organizarse el tiempo libre, tener novia o no, acá o allá, ¿los suplentes deben bajar los brazos?, ¿qué hago si me ofrecen dro­ ga?, ¿por qué?, las tensiones grupales... Siguiendo a F idel M occio : “la libertad de movimientos es el basamento de la creatividad corporal”. Se utilizan medios ex­ presivos corporales que van desde el reconocimiento del pro­ pio cuerpo hasta la imitación a otra persona, lo cual obliga al futbolista a salirse de la plástica habitual, expresando aque­ llo que estaba contenido. Por otro lado, se destina parte de la reunión al análisis de la competencia en sus determinaciones psicológicas (plantea­ miento de metas). Se incluyen temas propuestos por el entrenador ya que el diálogo con el mismo es permanente. Se persigue la optimiza64

ción del rendimiento en competencia. 6) El encuadre incluye: diálogo permanente con el técnico (y coordi­ nador si lo hubiese), diálogos con el preparador físico, médico y kinesiólogo, observación de entrenamientos, observación de compe­ tencias (incluye intervenciones individuales en el entretiempo del partido luego de la charla técnica). Eventualmente se comparten concentraciones con el equipo. Tbdo esto hace más rica la labor del deportólogo, ya que posee más información y más datos para en­ trecruzar, puede efectuar mejores diagnósticos y arribar así a óp­ timas estrategias de cambio. 7) Se realizan tareas de asesoramiento psicológico y apoyo logístico al cuerpo técnico, solicitadas por ellos. 8) Se realizan y enseñan técnicas de respiración, relajación y visualización a los deportistas con el objetivo de elevar la confianza y la concentración y disminuir la tensión y el estrés ocasionados por la competencia. 9) Se trabaja mucho con los suplentes, expulsados y lesionados (ade­ más de con los de bajo rendimiento). Con los lesionados se traba­ ja en conjunto con el cuerpo médico. Se plantean metas cortas y se considera el apoyo y la rehabilitación psicológica tan importan­ te como la kinésica, ya que las emociones que sobrevienen en el futbolista lesionado son el desgano, la depresión, la irritabilidad, el cambio de humor y pensamientos negativos. Se realizan visi­ tas de apoyo pre y post quirúrgicas en lesiones graves. 10) Se hace mediación entre un D.T. y un jugador cuando el caso lo requiere, o entre dos D.T o dos jugadores. Ejemplo: conflicto/pa­ saje de división/expectativa de rendimiento, etcétera. Objeti­ vo: vehiculizar una palabra detenida. 11) Se realizan charlas de orientación y pautas precompetitivas a pa­ dres de las divisiones menores en el inicio de la temporada (ver Capítulo 7). Si el padre entiende bien su rol, cumple con una fun­ ción pacificadora y tranquilizadora sobre el futbolista en momen­ tos difíciles Go he visto en muchos casos). 12) Preparar psicológicamente, individual o grupalmente, a los juga­ dores que quedarán desafectados para que busquen nuevo club. En algunos casos ya con la confirmación del D.T. y en otros no, según lo que siente el jugador. 13) Finalmente parece decisivo el ambiente general de trabajo, en especial la disponibilidad de tiempo y espacio, la ubicación 65

del psicólogo como un miembro más del cuerpo técnico y la participación y compromiso de dicho cuerpo en la preparación psicológica (J esús G arcía B arrera ). L o ideal es trabajar an­ tes o después de los entrenamientos diarios, utilizando los días de menor carga física y de trabajo técnico-táctico. Por ejemplo, el día posterior a la competencia o el día anterior a la misma. 14) Eventualmente, orientación vocacional a deportistas muy confundidos y que quieren continuar con sus estudios (excede el rol deportológico. Al igual que casos clínicos son derivados). 15) Crear una base de datos del perfil psicológico de los futbolis­ tas, que esté a disposición del cuerpo técnico. Estos informes se realizan para que conozcan mejor a los jugadores, tengan datos de su familia y posean más elementos para tomar me­ jores decisiones. 16) Realizar investigaciones y docencia. El psicólogo está capacitado para intervenir en tres niveles: a) Individual (casi nunca molesta). b) Grupal (en muchos casos molesta). c) Institucional (casi siempre molesta). Para sintetizar este punto, recurriré a una metáfora futbole­ ra: el ser humano tiene cierta tendencia innata a quedarse con la última imagen. Lo mismo sucede en el fútbol con una jugada, un gol o un partido. Tomemos un gol, hay alguien que lo convierte y que se lleva todos los aplausos (el D.T.), y alguien que lo asiste y es reconoci­ do por su falta de egoísmo (preparador físico). Pero hay jugadas donde, para que esto suceda, hubo otro delantero que se llevó las marcas y distrajo la defensa, de una manera casi invisible y su­ til, pero visible para los entendidos... Ese es el psicólogo. Ni hablar del saque rápido del arquero (utilero) y el toque bien dirigido del defensor (médico), entre otros. Como se verá, en el fútbol uno solo no se salva (O svald o Sor i a n o ). Debe haber cooperación y trabajo de equipo. Hay uno que tiene mayor responsabilidad y un rol asimétri­ co, y al que todos saludan cuando convierte, y otros que juegan con él y con el equipo. Aunque no se vea. Así de sencillo.

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Test utilizados (herramientas cuali-cuantitativas) más frecuentemente en el fútbol PSICOMÉTRICOS Y PROYECTIVOS En primer lugar, se le realiza al futbolista, una entrevista de his­ toria psico-socio-familiar, con el fin de conocerlo y almacenar datos. Luego, según lo que se quiera evaluar y/o confirmar, se efectúa in­ dividualmente la toma de alguno de estos tests o una batería de los mismos (conjunto agrupado de tests con un criterio determinado). 1. Test de Concentarción de Toulouse. 2. Rejilla de Concentración. 3. Rejilla de Concentración con números de diferente tamaño. 4. Cualquiera de los tres con música fuerte no deseada (símil presión externa). 5. Constructo Motivacional. 6. Test de los 10 deseos y los 5 temores. 7. Test frases Incompletas. 8. Indicadores de Tensión y Ansiedad (cuestionario). 9. Cuestionario pre-competitivo: 50 preguntas. 10. Test de Ansiedad rasgo y estado (Idare/Stai). 11. Test Staxi (mide tasa de enojo, rasgo y estado). 12. Test Percepción Láminas Deportivas (auto-confianza). 13. Test H, T, P. (Home, Tree, Person). 14. Test dos personas. 15. Test Bender (mide espacialidad). 16. Ifest persona bajo la lluvia (reac. frente a la adversidad) Adap. al fútbol. 17. Test de la familia. 18. Test de la familia kinética. 19. TRO (Test de Relaciones Objetales). 20. Test de Rorschach. 21. Test de Personalidad (Eynsenck-EPI). 22. TAIS (Nidefíer). 23. POMS (Profile ofM ood States) 24. Test de Planteamiento de Objetivos. 25. Planilla Feed-Back del 0-10. 26. Test de Butt (mide, entre otras cosas, agresión y suficiencia). 27. Sociograma (radiografía grupal). 28. Equipo titular y por qué (sea técnico por diez minutos). 29. Elija tres para jugar/entrenar/salir/estudiar.

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30. Cuestionario grupal símil sociograma (más cooperador capitán/mejor armador/más disciplinado, etcétera). 3Í. Test de sustitución de pensamientos negativos por positivos (autoconfianza). 32. Test D. F. H. (Dibujo de la Figura Humana). 33. Planillas de seguimiento de jugador en competencia. 34. Test Desiderativo. 35. Test prospectivo o “visión futura” (dónde estarás en 1, 5,10 y 20 años). 36. Test SKT (mide memoria reciente y aprendizaje). 37. Test CPRD-f (mide concentración, autoconfianza, ansiedad e influencia del estrés en el rendimiento). 38. Motorgrama (seguimiento del destino del balón entre los jugadores, quién pasa a quién). 39. Raven (Test de Inteligencia). 40. Dominó (Test de Inteligencia). 41. Test de Toulouse-Pieron. 42. Test de las Presiones del futbolista (Roffé). 43. Test de los 30 miedos (pág. 151). 44. Cuestionario M.M.PI. 45. Cuestionario de estilo de Atribuciones. 46. Test Esquema Corporal (Reconocimiento de Zonas de Tensión). 47. Cuestionario de Personalidad 16 PF. 48. Test del Síntoma de carga (R. Frester). 49. Test Trail-Making (mide atención, planificación, secuenciación). 50. Test de IRSA (Inventario de situaciones y respuestas de ansiedad).

Dos ejemplos en futbolistas del test "Persona bajo la lluvia", que mide la reac­ ción frente a una situación de estrés y lo de adversidad.

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Esta imagen es claramente demostrativa de alguien que se siente sin defen­ sas, inseguro y amenazado por el entorno.

El objetivo de la implementación de estas técnicas es: • Incrementar el rendimiento. • Regular el estado emocional. • Incrementar el desarrollo de la autoestima. • Erradicar problemas personales. • Lograr mayor disposición a entrenar y a competir. • Lograr mayor efectividad. • Acrecentar recursos psicológicos y mecanismos de control. • Lograr mayor motivación y persistencia. • Asegurar cierto valor predictivo. Ejemplificaré los informes a los entrenadores y/o jugadores con dos modelos utilizados en mi práctica: SON r e g ist r o s EN COM­ PETENCIA (muchas veces me he formulado la siguiente pregunta: ¿Debe el psicólogo gritar un gol de su equipo?)4 MODELO

1: SEGUIMIENTO GRUPAL, INDIVIDUAL Y DEL

D.T.

A) G rupal : Se evalúan los siguientes ítem: 1) Actitud; 2) Concentra­ ción; 3) Motivación; 4) Confianza; 5) Virtudes; 6) Defectos; 7) Ti­ pos de Comunicación; 8) Plano Conductual (Disciplina); 9) Rela­ ción del desempeño con el tiempo de juego; 10) Efectos del mar­ cador sobre el juego. No perdería, en el caso de hacerlo, su lugar de neutralidad y se transformaría en un hincha más? Gritarlo, ¿es un modo de confirmar el compromiso con el proyecto?

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B) Individual: Jugador por jugador. Su respuesta psicológica en competencia. C) O bservaciones G enerales: Puede incluir discurso del D.T. y con­ ducta y actitud del mismo (durante el partido y en la charla pre­ via y/o entretiempo). MODELO 2 : S eguim iento S e g u im ie n t o

en

individual

C o m p e t e n c ia (C r o n o m e t r a d o )

F u t b o l is t a : Fecha: C a t e g o r ía :

1er. Tiempo 2do. Tiempo PELOTAS JUGADAS JUGADAS BIEN JUGADAS MAL RECUPERADAS recuperadas BIEN RECUPERADAS MAL INTENTOS DE RECUPERAR CABEZAZOS DEFENSIVOS CABEZAZOS OFENSIVOS EXCESOS PASE LATERAL EXCESO PASE HACIA ATRÁS PASES 30 MTS. LLEGAN A DESTINO PASES 30 MTS. NO LLEGAN A DESTINO TIROS AL ARCO CENTROS JUGADAS INDIVIDUALES FOULS RECIBIDOS (AE) 0 GENERADOS (DE) TARJETA RECIBIDA O GENERADA A QUIÉN PASÓ EL BALÓN ZONA MÁS TRANSITADA COMUNICACIÓN VERBAL COMUNICACIÓN GESTUAL PUNTAJE DE RESPUESTA PSICOLÓGICA OBSERVACIONES CUALITATIVAS OBSERVACIONES GENERALES En otra planilla se detallan las jugadas y el tiempo de juego se cronometra en relación al rendimiento.

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Es muy importante que observemos lo que otros no quieren o no pueden (función de complementación). El lenguaje gestual ob­ servado le aportará al D. T. y al jugador datos.relevantes. Esta concepción de trabajo obedece a la función de “ayudante del D.T.” El especialista recaba datos que el entrenador no puede observar por la misma tensión dramática de la competencia, o que observó y de esta manera los confirma. El feed-back posterior es lo más rico. Lo mismo sucede con el jugador. Para finalizar este capítulo, entonces, elegiré algunos de es­ tos puntos y los ilustraré con intervenciones vivenciadas. “Una profecía que se autocumple es una suposición o predic­ ción que, por la sola razón de haberse hecho, convierte en realidad el suceso supuesto, esperado o profetizado y de esta manera confir­ ma su propia ‘exactitud’ ..Así, pues, el futuro (esperado) puede de­ terminar (más que el pasado) el presente”. P a u l W a t z l a w ic k .

A) GRUPAL Recuerdo una intervención con una división mayor, cercana al plantel profesional que tuvo efectos. Varios jugadores, entre ellos BWAN SXQ.RM13S el capitán, se quejaban de que sa­ A r b it r o : lían del vestuario a la cancha co­ mo “pinchados”, que veían que el Autoridad ..... .................. Porquería equipo daba ventaja de varios mi­ J e f e ................................... Cagador nutos al rival... Esto, era obvio, te­ J u e z .................................. Hinchabolas nía incidencias negativas sobre el Director del partido....... Arruinapartidos rendimiento y, por ende, sobre el H um ano........................... Mandón La ley principal............... Gil resultado. El que ordena.................. Desgraciado Luego de escucharlos, les su­ El que d ir ig e ................... Vigilante gerí para el partido del sábado Ultima palabra Mandamás (esto era el viernes), que se abra­ Encargado....................... zaran los once en el vestuario an­ Ordena ............................. tes de salir (aquí no hay manga) y que sólo se escuchara la voz del 45% 55% + capitán arengando o transmitien­ do un mensaje positivo que decidimos allí en esa reunión. En nuestro encuentro posterior, varios plantearon que de esta manera lograron corregirlo.

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Trabajo de visualización grupal, categoría '83, conducida por D.T. Perissé

Con otro grupo y otra división se presentó el problema de falta de activación en el inicio de la competencia, en forma reitera­ da. Había un obstáculo que dificultaba una mejor disponibilidad men­ tal del equipo. El foco era de 15 a 20 minutos en los que se carecía de la tensión ideal. Se hizo una estrategia en la búsqueda de una mayor consistencia mental: a) se investigó el origen del problema, la fecha y los “porqué” (historia); b) se hizo un juego con los futbolistas: escribir en un papel anónimo qué sienten antes del partido (al que no le sucedía nada, que lo dijese también); c) se tamizó la información, se le hizo una devolución al grupo y se habló mucho de las conclusiones; d) se abordaron distintas técnicas para incrementar la comunicación y el aliento intergrupal; e) se le dio al D.T. tres ejes temáticos y pala* bras claves del grupo para que incluya en la charla técnica previa al partido; se buscó tener efectos a través de la palabra del D.T., pa­ labra más importante y última para el deportista; f) se obtuvo de to­ do este trabsgo de cuatro reuniones, una conclusión con el grupo y se hizo una quinta reunión de cierre del tema y solución del problema con el preparador físico y el técnico (quien coordinó la reunión). También realizo visualizaciones grupales con diferentes “diapos­ itivas”, como por ejemplo: 1) balón, 2) botines, 3) destreza o gesto deportivo dificultoso en práctica o partido, 4) participación, en movimiento, en una jugada de gol del equipo (ya que el deporte es 72

movimiento). Esto luego de un ejercicio de respiración. Duran de 5 a 10 minutos y como la mente no discrimina entre realidad y fantasía, si se logra un buen entrenamiento mental, se acercan las metas. Lo rico de hacerlo grupalmente es que luego hablamos de lo que pudo ver cada uno con los ojos de la mente y tratamos de fijar entre todos im ágenes positivas.

Método de relajación progresiva JACOBSON (ver pág. 79), utilizado por primera vez en la elite.

El “Pipi" Romagnoli realizando ejercicios de relajación la noche anterior a la competencia (Mundial Sub 20, 2001).

Con estos ejemplos de trabajo grupal (existen muchos más) inten­ to mostrar la legitimidad del trabajo grupal siendo un deporte de equi­ po: así como el técnico debe asegurar que circule bien la pelota entre sus dirigidos, el psicólogo debe asegurar que circule bien la palabra. Y am­ bas cuestiones son solidarias: esto siguiendo a P ichón R iviére , quien planteaba a la pelota como portadora de un menssge.5 A mi juicio, el encuadre grupal difiere del de un grupo terapéutico y de una clase dada por un profesor, y si bien no es un grupo de refle­ xión ni un grupo operativo, tiene algo de estos dos últimos.

5 Un recurso grupal que funciona con muy buenos resultados, es el de la circula­ ción de una pelota de tenis entre los miembros del grupo, con una consigna determi­ nada que puede ser: “dile a quien quieras lo que no te animas a decirle en la práctica o en el partido”, y cuyo objetivo es que se deslice la palabra, y el algún ca­ so se aflojen algunas tensiones.

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Gutiérrez, Zabaleta, Masch.era.no y Pisculichi. Juegos para fomentar la cohesión del equipo (Uruguay, Sudamericano Sub 20, 2003).

A) MEDIACIÓN También realizo intervenciones “como puente” entre el técnico y el jugador, ante algún hecho puntual donde interpreto que hay obstácu­ los en la comunicación entre ambos que atentan contra el trabajo ini­ ciado y los objetivos planteados. Previa interrogación individual de si estarían de acuerdo en una reunión, se realiza la misma. Y ha sucedi­ do que el diálogo propuesto, sin llegar a ser un ciento por ciento exito­ so, ayuda a ponerle palabras a ese malestar y por ende, a aliviarlo. Caso de mediación: jugador de selección que integraba los plan­ teles de P e k e r m a n . Vuelve al club y le piden que juegue. Por su edad está en una di­ visión “x”. Lo ascienden a otra y juega un solo partido. No conforma al D.T. y sale. No se había integrado todavía al grupo. Viene con la pregunta: “¿qué hago, Marcelo?” (alto grado de tensión e incertidumbre. Sentía que no era ni de acá ni de allá). Lo oriento, le aporto pautas para que él decida. Lo hago pensar 3 días. Paralelamente lo hablo con los dos técnicos y el coordinador. 74

Conclusión: lo mejor fue que volviera a su división original, ya que ese D.T. lo iba a tener más en cuenta (sin garantizarle titulari­ dad, iba a tener su oportunidad). Tbdos coincidimos en que era lo me­ jor para el jugador (obviamente él fue el primero en llegar a esta con­ clusión). Luego de un tiempo, y en una división de muy buenos juga­ dores, se afianzó y se transformó en un titular indiscutido. A) INDIVIDUAL En el plano individual aparecen cuestiones de las más diversas: Un jugador que se acerca espontáneamente y que presenta una conflictiva familiar que lo afecta: es de una provincia del interior, es­ tá viviendo acá y acaba de visitarlos. Y la conexión con cierta “pintu­ ra familiar” lo ha movilizado, entre otras c o s é i s , el hecho de haber vis­ to quebrado y llorando a su padre (ya separado de su madre) y deso­ cupado. Esto lo llena de culpa, aun sabiendo que lo suyo es jugar al fútbol y que acá está bien. Luego de escucharlo largamente, le pre­ gunto ¿en qué cambiaría la situación si él estuviera en su ciudad de origen? A los pocos días, vuelve mucho más tranquilo y aliviado di­ ciendo que esa pregunta le quedó y la pensó mucho, y que llegó a la conclusión de que él allá mucho no podría aportar... Recuerdo otro jugador (también de 18 años) que se acerca espon­ táneamente sobreexigido y presionado por varias situaciones coinci­ dentes: parece que el técnico no lo tiene en cuenta, y se va a tener que ir luego de mucho tiempo en el club, su novia le exige más tiempo, sus amigos también y no sabe qué hacer con los estudios. Llora en la en­ trevista. Luego de 3 ó 4 entrevistas, y de intervenir en relación a al­ gunas cuestiones (una de las charlas fue al borde del campo de jue­ go), me agradece y me dice “...Ypensar que yo pensaba que el psicólo­ go no servía para nada. Me ayudaste un montón...” Finalmente, el jugador fue dejado libre por el técnico, pero pudo ponerle algo de luz a su futuro respecto de sus afectos y sus estudios: había decidido continuar con los estudios universitarios y buscar una posibilidad en otro club. Confesión de un futbolista a principios de año, antes del inicio del campeonato, pretemporada: “Me siento presionado y desganado, con mucha exigencia. Me cuesta acostumbrarme a mis nuevos com­ pañeros. Veo que el D.T. me pide cosas que hoy no puedo hacer. Ade­ más estoy aburrido, hasta tengo ganas de empezar la escuela. Creo que también me afectó él cambio de pensión. Sí, tenés razón, los cam­ 75

bios me cuestan...” Con una estrategia psicológica clara, en dos con­ versaciones más, este jugador (pieza fundamental del equipo) volvió a su nivel y su rendimiento no decayó en todo el campeonato. Delantero: “Erré tres mano a mano en los dos pairtidos que entré”. Indagando, se deduce que el pensamiento negativo que se le armaba al jugador era: “si lo yerro, qué irá a pasar... me mandan de vuelta”. 1) Nos situamos en detalle en las tres situaciones. 2) Profundizamos la cadena negativa: Lo yerro —► suplente —► extraño más —► me vuelvo a casa. 3) Hicimos el entrenamiento mental de sustituirlo por un pensa­ miento positivo: “Estoy tranquilo —►decido bien la jugada—►es gol —► todos me abrazan”. Luego de este entrenamiento mental y de un ejercicio de visualización (ambos para elevar la confianza) el jugador volvió a marcar. Jugador muy talentoso acercado por el D.T., debido a que no es­ tá rindiendo como podría, y además se quiere ir a su provincia (cada vez que va, le cuesta volver). Sus padres se llevan muy mal y él quiere viajar para solucionar­ les el conflicto. “¿Qué podés solucionar vos allá?”, le pregunto. (Esta fantasía es muy común de los chicos del interior, que creen que pueden ser decisivos, cuando en realidad no lo son). Se le muestra que quedó seleccionado entre mucha gente y que viajando corre el riesgo de interrumpir su carrera. Luego de varios encuentros, el jugador baja el nivel de ansiedad, empieza a rendir de acuerdo con los esperado y razona: “antes estaba preocupado por mi familia, ahora lo hago por mí”. El D.T. me pidió que trabaje el fastidio que manifiesta el futbo­ lista Gonzalo cada vez que lo reemplaza ya que, de no modificarlo, perdería la titularidad de un momento a otro. Estrategia utilizada: comunico esto al futbolista y focalizamos con técnicas de auto-control. El jugador a veces se daba cuenta y á ve­ ces no, de lo que hacía, pero empieza a ser consciente de que está en­ viando con su acción, un mensqje negativo al D.T. y sobre todo al grupo. Luego de investigar que en su lugar de origen nunca lo reem­ plazaban (era la estrella), las reuniones apuntaron a la toma de con­ ciencia de un nuevo rol, en un nuevo equipo, y con un nuevo técnico. Efectivamente, el futbolista pudo modificar su actitud en beneficio propio y del equipo. El futbolista (arquero) estaba convencido del siguiente pensa­ miento negativo: “si la primera pelota que toco me sale mal, juego ner­ 76

vioso todo el partido, y lo hago mal. Si me sale bien, me tranquilizo”. Estaba tan instaurado este pensamiento en su mente, que aunque lo hablamos varias veces, mostrándole la falsedad del mismo, hizo falta un partido que se lo demostrara. Luego del mismo, en que empezó mal y siguió bien, el jugador vino y me dio la razón. “Ver para creer” (apóstol T o m á s ). Son retazos de intervenciones, con algunas modificacio­ nes para resguardar el secreto y la ética profesional. El psicólogo tiene muchas restricciones para dar cuenta de sus intervenciones, motivo por el cual cualquier pregunta de un periodista debe ser respondida en forma limitada, en el mejor de los casos. ESQUEMA

CLIMA S

u j e t o q u e q u ie r e

H ACER ALGO



----- -------------------- --------------►

L O Q U E HACE

INTERNO

Cuando hay óptima preparación psicológica esta distancia se reduce ¿Cómo trabaja un psicólogo en el fútbol? ¿Cómo llegan los futbolistas hasta el especialista? a) Espontáneamente: Esto sucede en muchos casos y por di­ versos motivos. b) Derivados: Por el técnico, el preparador físico, el médico, el kinesiólogo. c) Citados por el profesional: Por rutina y control psicológi­ co de seguimiento, o por algún motivo observado en un entre­ namiento o en una competencia. Este esquema se aplica para el abordaje individual. Para el abordaje grupal, se planifica con cada técnico la mo­ dalidad y la frecuencia.

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Sentido de la actuación

Consecuencias Rendimiento global

Comparación: Es/Debe Ser

Entorno

Ejemplo: Adversario - público prensa

Citado por H ans E b erspá ch er: “Entrenamiento mental: un manual para entrenadores y deportistas", Editorial Inde, Madrid, España (1998).

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R e s p ir a c ió n

y

R e l a j a c ió n

• Tomar todo el aire que se pueda por la nariz. Retener el máximo de tiempo posible en los pulmones. Exhalar lentamente por la boca hasta sentir que se desinña. Repetir cinco veces. • A este ejercicio se puede agregar que el deportista aleje de su mente cualquier pensamiento que tenga (sea éste agradable o desagradable), y que se conecte mental y sensitivamente sólo con el acto de respirar. V a le d e s t a c a r q u e h ay m u ch o s d e p o r tis ta s q u e n o s a b e n r e s p ir a r y

“respirar bien no sólo es relajante, sino que facilita el rendimiento al incre­ mentar el nivel de oxígeno en la sangre. Esto lleva más energía a los mús­ culos y facilita la expulsión de productos solventes” (W illia m s ) . H ay

e j e r c ic io s d e r e s p ir a c ió n q u e s e in d ic a n e n c o m p e t e n c ia p a r a

relajar

a

ju g a d o r e s

con

d if ic u l t a d e s

para

el

autocontrol

de

(como prevención). Hay muchos ejercicios que se centran en el diafragma y, en muchos casos, tomamos estos ejercicios como puer­ ta de entrada a la visualización. • Otro ejercicio que utilizo mucho con futbolistas es la relajación progre­ siva de J a c o b s o n (1930): “músculo- a-mente”. Consiste en una serie de ejercicios que buscan contraer un grupo específico de músculos, soste­ niendo la contracción durante varios segundos antes de relajarse. Elijo tomarlo en una dirección que va desde los pies hacia la cabeza, recono­ ciendo zonas de tensión y preferentemente el día de mayor carga físi­ ca de entrenamiento (al finalizar la misma). im p u l s o s

V isualización

• El entrenamiento en imaginación debiera involucrar a todos los sentidos, pero eso lleva tiempo de trabajo (vista, oído, tacto, olfa­ to, gusto y quinestésico). La teoría psiconeuromuscular sugiere que impulsos similares ocurren en el cerebro y en los músculos, cuando los atletas imaginan los movimientos sin ponerlos —de hecho— en práctica. Esta evidencia científica respecto de la inno­ vación muscular muy próxima a la verdadera, hace que el “ver con los ojos de la mente” fije en nuestras huellas mnémicas, im á g e n e s p o s i t i v a s que dejan un sentimiento de “deja vú” (ya vivido), oca­ sionando al deportista una anticipación que redunda en un mayor control de ansiedad, mejora en la toma de decisiones, un grado más elevado de concentración y, sobre todo, una elevación de la autoconñanza y del autocontrol. • Uno de los ejercicios más utilizados con los futbolistas ya entrena­ dos en esta práctica, es el de “visualizar aquella destreza o gesto 79

deportivo en competencia”, que aparece con dificultades en las prácticas y que el D.T. le señala constantemente (ejemplo: definir un mano a mano, tocar e ir a buscar, centrar con precisión buscan­ do a un compañero, descolgar un centro con seguridad, etcétera). Este ejercicio enseña a corregir primero mentalmente, para luego corregir en la acción. También trabajamos mucho en fijar imáge­ nes positivas del tipo: abrazo de todo el equipo en un gol, imagen en la ducha después del partido, cantando y alegres, por una bue­ na actuación, etcétera. • El deportista debe estar familiarizado con la tarea y dominarla, combinando la práctica mental y física. Las imágenes deben ser vi­ vas y controlables (José Gil Martínez).

Hay dos tipos de visualizaciones: las internas (imaginándose a sí mismo) y las externas (visualizándose como un espectador, desde afuera). • La nitidez y variedad de las imágenes la da la práctica. La búsque­ da es que los ejercicios de respiración, relajación y visualización puedan incorporarse en el futbolista como un hábito cotidiano, pa­ ra incrementar el bienestar psicológico y la actuación. Se sugiere practicarlo antes de dormir o al levantarse y hay innumerables modalidades. La meditación y el yoga suelen ser también un buen complemento.

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Capítulo 5

Diferencia entre fútbol profesional y fútbol amateur (su aplicación). La importancia de la prevención con los futbolistas adolescentes

Langer. Revista “Mística", del Diario Deportivo “Olé".

Aquellos que de entrada no hayan consumado la ruptura que realiza la toma de autonomía, aquellos que aborden este suelo de inestabilidad y de fracturas, la adolescencia, con bloqueos, estarán en condiciones de inferioridad respecto de los otros, pero todos necesitarán de toda su voluntad de vivir, de toda la energía de su deseo de llegar, para afrontar esta muerte de la infancia. (F. Dolto).

OS DATOS SON ir r e fu ta b le s . ¿Por qué, si por ejemplo, en Bra­ sil hay seis equipos de Primera División que cuentan con un psicólogo dentro del equipo técnico, acá no existe ninguno?

L

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Sostendremos este interrogante hasta el final del capítulo, no sin antes decir que el concepto que manejo es la multicausalidad (mu­ chas causas para la misma consecuencia). ¿Cómo se trabaja en divisiones inferiores? Son muchas las tareas que el especialista puede desarrollar, y no hay una sola manera de trabajar (tampoco la hay para los técnicos, los preparadores físicos o los médicos). Por empezar, diré que los objetivos son esencialmente dos: 1. La p r e v e n c i ó n 2. L a o p t i m i z a c i ó n d e l r e n d i m i e n t o

Prevenir significa educar y anticiparse a algo. Tbmemos el concepto de Prevención de Caplan (I a, 2a y 3a) con modificaciones. Partamos de la base que es decisiva la elección de los técnicos de las divisiones juveniles (está en manos de los directivos). El perfil del entrenador debe ser especial. Hablamos de chicos de 13 a 19 años. En México al fútbol amateur le dicen con mucha sabi­ duría FUERZAS BÁSICAS. Los técnicos deben ser docentes, formadores y comunicativos. El D.T. debe tener conocimientos en pedagogía, en fisiología, en biome­ cánica; debe dar todas las explicaciones que sean necesarias, tanto de cómo pegarle a la pelota hasta de por qué el jugador no va a ser titu­ lar. Detenerse lo necesario en cada caso para explicar los “porqué”. No es lo mismo un chico de 13 años (9a división), que uno de 18 años (4a división). Por ende, ya que se trata de distintos momentos de esta etapa clave de la vida de esa persona como lo es la adolescencia, el perfil del técnico debe ser específico. Hay técnicos de inferiores que sólo quieren estar en el ambiente, pero el objetivo es llegar a Ia división. Sirven más los técnicos que están convencidos de que su trabajo es el de sembrar, que eligen este trabajo formativo y menos estresan­ te que el otro (Ia), más atractivo en cuanto a poder y dinero, pero mu­ cho más peligroso. Hago hincapié en los técnicos porque cumplen el papel más impor­ tante. Son los que deben “enseñar^ A c o m p e t i r . La competencia y riva­ lidad entre ellos, aun formando parte del mismo equipo, repercute ne­ gativamente en los jugadores (bien patrimonial de la institución). E l f ú t b o l p r o f e s i o n a l conlleva una “tensión nerviosa” inheren­ te. En tanto trabajador de una empresa, el futbolista profesional, si bien trabaja en condiciones más salubres que un minero, podría haber 82

enunciado perfectamente esta frase que C. D ejours nos cita de un obrero:“Mientras estamos en la fábrica, incluso cuando no trabajamos, nunca se puede estar distendido”. (El futbolista se va corriendo apenas termina el entrenamiento. ¿Eso no significa que siente presión?). O esta otra, aunque alguno la encuentre exagerada: “la ansiedad roe la salud mental de los trabaja­ dores, progresiva e inevitablemente como el carbón que sofoca los pul­ mones del minero afectado por silicosis”. En este mismo terreno, para el profesional una lesión es un acci­ dente de trabajo, y el deporte amateur y el profesional —en cuanto a sus significados- son diferentes e incluso opuestos (se retoma en el Ca­ pítulo 12). Muchas veces me pregunté (ante la ida a fin de temporada, del cincuenta por ciento de los jugadores con los que trabajamos durante el año), si el trabajo de todos no caía en saco roto. Luego de mucho pen­ sarlo llegué a la conclusión de que no: cada uno, desde su disciplina, le da herramientas específicas y humanas al futbolista juvenil, que al ir­ se se las lleva con él. Es el triunfo sobre la discontinuidad y la inestabilidad tan característica en este deporte. L EL PSICÓLOGO DEL DEPORTE EN EL FÚTBOL AMATEUR: LA PREVENCIÓN.6 Hablamos de una población de ciento setenta adolescentes de en­ tre trece y veintiún años con una misma pasión y un mismo objetivo pe­ ro con diferentes familias, personalidades, diferente extracción social y aptitud psicológica. Es bien sabido que el trabajo del psicólogo, como el del entrena­ dor, preparador físico o médico, se mide por su eficacia. Pero hay que decir, en este caso, que se trata de un trabajo invisible, a veces imper­ ceptible, y que no luce. Y con efectos verdaderos a largo plazo, aun­ que haya resultados también en el corto y mediano. Los dos grandes objetivos que guían la tarea del psicólogo del de­ porte son: a) La prevención y promoción de la salud mental del deportista, enmarcada en el plano de “la formación” del ser humano.

(Trabajo Presentado en Fútbol Ciencias '97, en F. C. O, organizado por el doctor R otem berg ).

83

b) El mayor rendimiento posible a la hora de la competencia, es­ to es: potenciar y entrenar mentalmente aptitudes psicológicas como la confianza, la concentración, la motivación, y el aislamiento de pre­ siones internas y externas, como así también ayudar a cohesionar al grupo, a mejorar la relación entrenador-jugadores, entre otros. Los que trabajamos en fútbol amateur, en cualquiera de las cien­ cias aplicadas que se trate, sabemos que a diferencia del alto rendi­ miento (profesionalismo) el eje no está puesto exclusivamente en los resultados, sino en la promoción del mayor número posible de juga­ dores (y bien “formados”) al fútbol profesional. La mayor cantidad y calidad de semillas posibles para cosechar. Es así que hoy me referiré tan sólo al primero de los dos grandes objetivos descriptos, e intentaré transmitirles algunas de las tareas que venimos desarrollando con los jóvenes deportistas en el plano de la prevención, que significa educar, anticiparse a algo. Los temas a desarrollar son P revención d e : a) Deserción escolar; b) Expulsiones; c) Lesiones; d) Inductores de estrés; e) Cigarrillo, al­ cohol y drogas. a) Intentamos sortear falsas dicotomías a las que se ven expuestos los adolescentes. Una de las más comunes esjugás o estudiás, di­ cho por alguno de los padres o algún profesor (hay otra como, jugás o tenés novia). Buscamos orientarlo, ya que si organiza bien su tiempo, el joven podrá entrenarse, jugar, estudiar, tener novia, estar con la fami­ lia y los amigos, sin ser un superpibe ni quedar apresado por las exigencias y las obligaciones. Podrá rendir así en todos los planos, sin perder sus intereses y motivaciones. Sabemos que en la constitución de la personalidad de un indivi­ duo, la educación es una parte muy importante. Hoy, nuestra cul­ tura nos muestra que la desocupación alcanza mayores índices en los niveles de menor educación. Es un dato de la realidad. Ade­ más, es positivo que el joven tenga otro grupo de pertenencia (otra institución), al margen del fútbol, para no saturarse y por­ que comprobamos que reduce sus niveles de ansiedad. Hoy, para los adolescentes en su gran mayoría, ir al colegio no es sinónimo de estudio sino de pasarla bien y zafar. Vale subrayar lo mismo que trabajamos con los futbolistas: el fútbol es una carre­ ra corta, y en el mejor de los casos que lleguen (sin impondera­ bles como lesiones mediante), les pregunto: ¿qué harán los otros 45 años de vida? 84

Partiendo de la base que la educación les da más elementos para enfrentar una vida cada vez más difícil, es que instrumentamos una metodología de detección, atención y prevención de la deser­ ción escolar con un dispositivo de trabajo grupal y/o individual se­ gún los casos. Hoy podemos decir que si tomamos las tres divisiones menores, esto es novena octava y séptima (con edades de entre 13 y 16 años), hay solamente cuatro de novena que actualmente no es­ tudian. Por distintas circunstancias, uno en novena otro en octava y dos en séptima (uno de los cuales trabaja) no van al colegio. En la sép­ tima división detectamos dnco casos y conseguimos que, luego de algunas charlas, tres retomaran los estudios.7 También, al citar a los padres subrayamos la importancia del rol de ellos en esta tarea de prevendón. En las divisiones superiores hay mayor porcentaje de abandono debido al acercamiento al pro­ fesionalismo, a la exigenda escolar y deportiva y a las motivacio­ nes personales propias de la edad. Allí prevenimos varios casos, aunque ya en el plano individual: muchas consultas espontáneas previas al abandono. Instrumentar la “obligatoriedad” es un objetivo de todos, por el que debemos seguir trabajando. b) Sabemos que como el fútbol es un juego de equipo, además de per­ judicar al expulsado la expulsión también peijudica a todo el gru­ po, ya que lo deja en inferioridad numérica (también sabemos que hay expulsiones justificadas y de las otras). En este punto es muy importante que los mensajes del técnico sean claros, enérgicos y que no deje que se deslice “entre líneas” ningún elemento de agresión opuesto al juego limpio. Por ejemplo: que si el jugador es provocado (tan común en este deporte), no responda la agresión. En este caso, como en tantos otros, la fundón del psicólogo es de asesoramiento y de complemento de la del entrenador, ya que éste es el dueño de la palabra más importante para los jugadores. Existe una división en mi club que el año pasado, en el torneo Apertura, sufrió un número importante de expulsiones (ocho y casi todas injustificadas). Un año después, en el torneo Apertu­ ra que acaba de finalizar, esta división tuvo solamente dos expul­ 7 En ese momento, aun el estudio no era obligatorio como ahora.

85

sados: la segunda en el ránking interno de menor número de ex­ pulsados entre las seis divisiones existentes. ¿Cómo se llegó a es­ te logro? El pedido del cuerpo técnico de que trabaje grupalmente sobre es­ te eje me facilitó las cosas. Recuerdo que una de las primeras pre­ guntas que les hice fue cuántos habían leído alguna vez el regla­ mento del juego: de treinta, sólo uno levantó la mano, por lo que decidimos (con la certeza de que dábamos ventaja), empezar a leerlo todos juntos y a dramatizar con técnicas de roll-playing, los diferentes gestos del árbitro. Paralelamente buscábamos y trabajábamos las razones de haber llegado a ese preocupante número de expulsiones. Ya en el torneo Clausura logramos bggar a tres el número de expulsiones. Luego, con el año entrante, cambió el cuerpo técnico, y vale decir que el nuevo entrenador subrayó el eje de las conductas indisciplina­ rías. Hoy podemos decir, como resultante, que el actual capitán del equipo es el jugador al que habían echado tres veces de esas ocho. Su mejoría en el plano del autocontrol obedece, como se pue­ de ver, al mens^e claro del entrenador, al trabajo del equipo in­ terdisciplinario, y al trabajo individual con el jugador (incluyó en­ trevista con el padre), a quien se le intentó mostrar, como objeti­ vo de la estrategia de cambio, que esa energía mal gastada en ha­ blar con árbitros, rivales y espectadores le hacía mermar el ren­ dimiento y el placer por el juego, c) En un trabajo conjunto con el cuerpo médico hemos detectado que más del 30% de los jugadores del interior del país (vivan o no en la pensión) que están actualmente en el club, se lesionaron du­ rante el primer mes de su llegada üa siguiente temporada se re­ dujo notablemente ese porcentaje). Brevemente, podemos decir que en este tiempo de adaptación hay dos factores causales fun­ damental: a) el cambio ambiental: de lugar físico (casa por pen­ sión, pueblo por ciudad), de relaciones interpersonales (lejanía de la familia y/o novia, cambio de amigos y de colegio, etcétera) y b) el cambio de ritmo y exigencia del entrenamiento: en la mayoría de los casos, mucho mayor al que venían acostumbrados. Nos detendremos en el primer punto. En la pensión del club hay veintiún8jugadores provenientes de la provincia de Buenos Aires 8 En los años posteriores se incrementó ostensiblemente el número de pen­ sionados, llegando a sumar setenta.

86

y del interior del país. Pero hay muchos más que han llegado al club y que por una cuestión edilicia no se albergan allí. La fun­ ción del psicólogo de sostén, acompañamiento y asistencia, en­ cuentra que la población que más la requiere es la que constitu­ yen estos jóvenes, por sus carencias afectivas, desórdenes emo­ cionales y hasta en algún caso, carencias materiales. Luego de hacer el fichaje médico y psicológico descubrimos este porcentaje. Vale decir que el factor emocional en muchos casos, y en otros el factor mental, predisponen a la lesión, de manera decisiva. Escuchándolos es sencillo detectar que en muchos casos se han lesionado inconscientemente y han logrado volver con su familia mucho antes de lo previsto. Las adaptaciones cuestan y mucho, y en cada caso particular to­ man un matiz diferente. Es por esto que pautamos con el jugador y el técnico las necesidades y la frecuencia de visitas y de comu­ nicación telefónica de cada uno. Un jugador que no se adaptó y extraña mucho, no puede rendir bien ni integrarse al grupo. Ya sobre esta base de datos, proyectamos con el cuerpo médico una planificación de estrategias juntamente con los técnicos, el equipo deportivo y los dirigentes, para disminuir este porcentaje en enero-febrero de 1998. También hemos implementado con el cuerpo médico que todo ju­ gador que padezca una lesión grave sea derivado al menos a una charla con el psicólogo para hacer la rehabilitación psíquica, tan importante como la kinésica. Hemos visto que muchos jugadores ya aptos médicamente (con el alta), pero con miedos, pensamien­ tos negativos y baja autoestima no pueden rendir bien o están predispuestos a resentirse (nos referimos a la “cicatriz psíquica”). d) y e) En divisiones juveniles, los padres son, en muchos casos, in­ ductores de estrés y agresión competitiva. Es así que antes del inicio de la competencia organizamos reuniones con el objetivo de orientarlos y establecer pautas claras. Hablamos de padres que son generadores de estrés: (“¿cómo un joven puede jugar bien, si cada vez que comete un error, escucha los lamentos de la madre y percibe el rostro decepcionado del padre?”, L. Forh), de dobles mensages, de agresión (basta ver algunas competencias), de ma­ la alimentación (el preparador físico se refirió a este tema), y has­ ta de depresión de sus hijos de bajo rendimiento escolar y de de­ serción de las aulas. Y todo esto, con las mejores intenciones.

87

También subrayamos la importancia del diálogo con sus hijos, ya que la ausencia del mismo es una de las causas principales del in­ greso en las adicciones. Hablamos de jugar limpio: son muy altos los porcentajes del in­ greso en el alcohol y la droga, entre los 15 y los 20 años (el 80% de los que se inician, según una investigación del diario Clarín). Hace casi un año se evaluó la posible instalación del control antidóping en el fútbol amateur. Las razones de este elevado porcen­ taje antedicho son múltiples, trascienden este trabajo. Sí vale destacar que organizamos charlas de prevención con los jóvenes, para darles información de las que muchos carecen. Les entrega­ mos folletos ilustrativos informando sobre los efectos del cigarri­ llo, el alcohol, la droga y el SIDA, y hasta les enseñamos a usar un preservativo. Finalizo el trabajo diciendo que enseñar está más cerca de preve­ nir que de curar, y prevenir tiene más que ver con entender la sa­ lud que con atacar la enfermedad. Una de las tareas que el psicólogo puede desarrollar es la de conseguir el colegio de los chicos del interior que habitan en la pensión. Se buscarán colegios cercanos a la pensión y al lugar de entrenamiento para economizar tiempo y dinero. Se elegirá, en función de los años por cursar y la categoría en que jue­ guen (tumo mañana/tarde), cómo dis­ tribuirlos por grupos en tres colegios, para favorecer las relaciones interper­ sonales, sobre todo en los primeros meses de adaptación. El fundamen­ to de la importancia del estudio y su beneficio en el rendimiento del juga­ dor es el siguiente:

El autor junto al doctor Enrique Rotemberg

Fundamentación de la obligatoriedad del estudio (10 razones) L Al apostar a dos cosas, fútbol y estudio, los deportistas disminuyen los niveles de ansiedad. Se ha comprobado que juegan más tran88

quilos ya que el estudio es al futbolista, lo que el defensor al ar­ quero vencido que cubre sus espaldas. 2. Incorpora más armas para enfrentar una vida cada vez más di­ fícil, con mayor desocupación en los sectores de menor educa­ ción. Aunque se llegue, se trata de una carrera corta. 3. Facilita los grupos de relación y pertenencia, las salidas sociales y la posibilidad de conseguir novia (evitando la saturación). 4. Disminuye los niveles de estrés. 5. Por ende, disminuye los riesgos de lesión. 6. Previene el aburrimiento y el tiempo ocioso. El tiempo impro­ ductivo aumenta, por ejemplo, la posibilidad del ingreso en las adicciones. 7. Colabora en la adecuación a pautas y reglas propias del colegio co­ mo del juego. Así se previenen expulsiones, siguiendo el ejemplo de juego limpio que caracteriza a la primera división división. 8. El objetivo es que el club les deje algo. Seguimos el ejemplo de Gimnasia y Esgrima La Plata, en la Argentina, y del Barcelo na, en España, que en primera división instauraron la obligato­ riedad del estudio en los profesionales. 9. Tbdos (cuerpo técnico y jugadores) trabajamos para que lleguen a primera división, pero la realidad nos muestra que llegan sólo los elegidos (en ese momento, de dieciséis jugadores del fútbol profesional que salían a la cancha en el Club Ferro Carril Oes­ te, doce eran de las canteras). 10. Es sabido que al futbolista no se lo prepara para el día después, no se previene. Estamos realizando una investigación con colegas en el marco de la Asociación Metropolitana de Psicología del Deporte, partiendo del supuesto de que en el 90% de los casos no se los pre­ paró.Y CREEMOS QUE ESTA ES UNA MANERA DE PREPARARLOS PARA QUE LA CABEZA NO QUEDE “HECHA PELOTA”. 9

El 2/12/98 inauguramos en una de las pensiones una biblioteca para los fut­ bolistas juveniles. Era una vieja idea que pude llevar a la práctica con el apoyo de todos los directivos, técnicos y jugadores. Los primeros fondos salieron del Se­ minario que dicté en el mismo club —II Seminario de Psicología Aplicada al De­ porte: “Los altibajos en el rendimiento y el papel de la mente”—. Luego llegamos a reunir seiscientos ejemplares. El concepto es el de una biblioteca abierta y ac­ tiva, con libros, tanto de texto como de tiempo libre y no sólo para el aprovecha­ miento integral de los deportistas juveniles, sino también para la utilización de los niños y profesionales de la institución.

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Extracto de un reportaje a Carlos T im o teo Grig uo l, actual técnico del Betis de Sevilla, efectuado por la revista del diario “La Nación’’, Buenos Aires.

2. OPTIMIZACIÓN DEL RENDIMIENTO En este plano se evalúa y actúa sobre las áreas descriptas en el primer capítulo. Podemos decir que hay una línea invisible que divide las divisio­ nes menores (9a, 8a y 7a) y las mayores (6a, 5a y 4a). Estas últimas ya están del lado del profesionalismo. Por eso en las menores, el objetivo fundamental es la integración y cohesión grupal entre sus miembros; y el trabajo grupal semanal es imprescindible. Las herramientas: juegos de cooperación y dinámi­ cas grupales que aseguren la circulación de la palabra y fortalezcan los lazos interpersonales. Se dice que hay que armar buenas novenas. Estoy de acuerdo. Pero ya hay que hacer un trabajo anterior con la pre-novena que no siempre se hace. Se trabaja grupal e individual­ mente. Se observan competencias y entrenamientos. Se hacen segui­ mientos. Se evalúa al grupo con diferentes tests (sociograma es uno de ellos, tan importante para nosotros como el de Cooper o el de los “40 segundos” para los “profes") e individualmente con técnicas espe­ cíficas, se evalúa: motivación, concentración, ansiedad y miedos precompetitivos. Se pauta con cada jugador y cada D.T. cada cuánto es conveniente que el futbolista hable por teléfono, y/o viaje a ver a sus familiares. Según estudios, se evalúa en tres meses el tiempo psi­ cológico de adaptación a Buenos Aires, luego de la partida de su lugar de origen. Se cruzan todos estos datos obtenidos y se hace un perfil psicológico individual y grupal, que es una fuente de información pa90

Foto: Revista “M ística”.

Y además ¿hay algo más seguro para una madre que enviara su hijo a las inferiores de un club dirigido por Griguol? Difícil. El trabajo que el técnico encara con las inferióles es un ejemplo. —Nosotros buscamos que, además de lo deportivo, los chicos estudien y tengan un título: puede ser música, idiomas, asistencia social. Lo que sea. Es bueno tener algo que te mspalde cuando dejas eljutboL ' Y la cosa va en serio. Si un jugador de las divisiones inferio­ res falta a la escuela y no puede justificarlo, no juega en la fecha siguiente por más que sea la estrella del equipo. “El estudio les sirve para no andar en la esquina paveando. Los lleva a estar concentrados en algo", dice. Incluso, Gimnasia y Esgrima tiene una persona, el Pelusa Bedogni, especialmente encargada de se­ guir el rendimiento de los chicos en la escuela.

ra cada D.T., importante (le da más elementos) a la hora de la toma de decisiones. Hay técnicas específicas que optimizan el rendimiento, disminuyendo el nivel de ansiedad, de miedos, de tensión y de presión y elevando el umbral de autoconfianza y de concentración, tales como ejercicios de respiración, relajación y visualización (en ese orden). C u a d r o s o b r e m ig r a c ió n d e fu tb o l ist a s a d o l e s c e n t e s

Migración

I

Movilidad física (no social)

I

Voluntaría (no involuntaria)

í

Causa económica y de progreso profesional (mejor empleo/no por opresión política)

I

Nuevo ambiente (Buenos Aires) ¿Se siente extranjero?

I Cambio de roles (entre los 13 y 19 años)

I

Cambio de conducta

I Cambio de Instituciones Básicas/ ¿Están maduros afectiva y mentalmente?

SI

^

X

NO

t

|

Adaptación a factores de cambio (entre ellos culturales)

Desarraigo

* * Alto rendimiento

♦ Progreso )greso

| Cambios dinámicos y temporales. Nuevas condiciones de la vida moderna, a días del tercer milenio.

Bajo rendimiento (Fenómenos de extrañamiento)

+

Regreso

„ IT

Fracaso?

I

No resistencia al cambio 1mismo)

91

Síntomas de “no adaptación psicológica” • Necesita llamar muchas veces por semana por teléfono. • Necesita viajar a su ciudad/pueblo muy seguido. • Está más pendiente de los problemas familiares y de lo que ocurre allí que de lo que le sucede a él. • No consigue amigos en su nuevo lugar. • No consigue novia en su nuevo lugar. • No establece vínculos con los compañeros de estudio. • Critica en demasía las comodidades y comida de la pensión donde está. • Rinde mucho menos que en su lugar de origen. • Se lesiona más veces, y con síntomas que nunca padeció (es más vulnerable). • Altibajos emocionales/Depresión. • Se hace expulsar (hostilidad/fastidio/cambio de humor). • No se adapta ni al ritmo, ni a las nuevas condiciones climáti­ cas, ambientales y biológicas. Todo esto superado el tiempo promedio de adaptación (tres a seis primeros meses). INVESTIGACIÓN CON FUTBOLISTAS JUVENILES Se ha construido un cuestionario10autoadministrable con vein­ ticinco ítem en el que el futbolista tiene cinco opciones de respuesta. Esta evaluación que indaga sobre diversos temas como presión, con­ centración, motivación, autoconfianza, solidaridad, autocrítica, obje­ tivos, relación con el D.T., con sus compañeros, con su representan­ tes, elección del líder, influencia del árbitro, vida familiar y otros, ha sido tomada con criterio científico en el año 1997 a ochenta y siete ju­ gadores dentro de una población de ciento sesenta, del fútbol ama­ teur de Ferro Carril Oeste. Esta franja constituye una muestra del 55% de la población. Otro dato importante es que cuarenta y nueve de estos deportis­ tas evaluados continuaron en el club durante el año '98 entre terce­ ra y octava división. Se rescata de esto la inestabilidad deportiva que 10 Ver al ñnal del capítulo.

92

genera el fútbol por el gran número que ha quedado fuera de la ins­ titución. Problema Se ha establecido una línea media en la cual se han encontra­ do respuestas del orden de una notoria inestabilidad emocio­ nal ante situaciones de presión en competencia. Del mismo modo la respuesta varía sensiblemente si se trata del juego de en­ trenamiento e incluso en caso de jugar como visitante. Hay cierta relajación que permite tomar la actividad con ma­ yor placer lúdico desde el futbolista y desde las indicaciones que recibe del entrenador. La vivencia es menos estresante. Hipótesis La intención es demostrar que se pueden potenciar y optimi­ zar las acciones deportivas permitiendo una motivación diferen­ ciada del estar sujeto a una permanente presión en relación al lu­ gar que ocupa el jugador rescatando el aspecto lúdico de la com­ petencia en el fútbol desde la psicología del deporte. Objetivos Realizar con rigurosidad científica una tarea diagnóstica que per­ mita una correcta estrategia de cambio(s) en los aspectos anímicos del jugador de fútbol juvenil en la búsqueda de soluciones a problemas deportivos que le permitan arribar al fütbol profesional con una per­ sonalidad fortalecida. Marco teóHco Esta tarea llevada a cabo en el Club Ferro Carril Oeste con adolescentes de entre trece y dieciocho años —jugadores de infe­ riores— tiene diferentes objetivos a largo plazo. En principio, analizar algunos de los factores anímicos que puedan influenciar en la dinámica del juego buscando una respuesta adecuada para cada circunstancia. Al encabezar la encuesta con una simple frase que apela a la 93

sinceridad del encuestado y garantizando confidencialidad, se ha tratado de imprimir el necesario respeto por el jugador y riguro­ sidad en la obtención de la respuesta para poder llevar adelante un modelo de investigación con una base estadística que brinde la mejor aproximación a las emociones del jugador de fútbol en competencia semanal y entrenamiento diario. Y así intentar dis­ minuir con los métodos apropiados de la psicología del deporte el nivel de presión interna y externa que padece cotidianamente. Cuando el deportista se encuentra en un estado de tensión psicológica se eleva la excitabilidad emocional agudizando el sen­ timiento de insatisfacción. De acuerdo con lo dicho, se establecen diversas estrategias psicológicas de cambio que permiten dismi­ nuir y controlar la inestabilidad emocional ante situaciones de presión en competencia, a saber: 1. Abordaje Deportológico. 2. Entrenamiento Mental (Técnicas de Relajación y Visualización). 3. Planteamiento de metas realistas. 4. Definición de estrategias para la obtención de las metas. Como profesionales la función es participar en la formación de jugadores de fútbol para que lleguen altamente capacitados en su juego, manteniendo el deseo de aprender y superarse, ayudar al de­ sarrollo como sujetos que mantengan el cuidado de sus cuerpos y mentes. Que encuentren en su carrera deportiva una elección que les permita disfrutar del éxito y soportar la frustración de perder, más allá del nivel de responsabilidad que hace a su puesto. La actividad del psicólogo del deporte siempre es ajustable a los objetivos y necesidades del sujeto deportista.

94

RESPUESTAS UTILIZADAS PARA LA TAREA DE INVESTIGACIÓN Y ANÁLISIS 11

SlEMHtE MuchasVeces

Ave®

Focarais

Nunca

Rindo más en los partidos de visitante

7

17

45

4

16

Siento que soy inestable emocionalmente

5

13

33

31

6

Me bsyoneo cuando no me salen las cosas

12

18

29

18

11

9

10

41

17

11

Juego mejor en las prácticas que en los partidos

El fútbol se nos presenta, muchas veces, como un rompecabezas a resolver

En esta investigación conté con la colaboración de la licenciada B e a t r iz M iñ a r r o (psicóloga del deporte y metodóloga) para el armado posterior de la misma.

Juntos dictamos seminarios de extensión de la Universidad de Buenos Aires (Psicología) y de la Universidad Nacional de La Plata (Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación).

95

C u e s t io n a r io

u t il iz a d o

Por favor, sea sincero y rápido para contestar. Tache con u n a “X ” la respu esta correcta. R em óntese a lo sucedido en el corriente año. S e garanti­ za la confidencialidad de los datos. 1 Tengo miedo de ir a

Siempre

Muchas veces

Algunas veces

Pocas veces

Nunca

Siempre

Muchas veces

Algunas veces

Pocas veces

Nunca

Siempre

Muchas veces

Algunas veces

Pocas veces

Nunca

Siempre

Muchas veces

Algunas veces

Pocas veces

Nunca

hablar con el D.T. 2 Rindo más en los partidos de visitante 3 Rindo más en los partidos de local 4 Siento que soy inestable emocionalmente 5 Mi disposición al

Muy alta

Alta

Media

B^ja

Muy baja

Muy alta

Alta

Media

Bega

Muy bsga

Muy alta

Alta

Media

Bsga

Muy fcga

Muy alta

Alta

Media

Bsga

Muy b^ja

Muy alta

Alta

Media

Bsga

Muy bqja

10 Mi disposición a escuchar Muy alta

Alta

Media

entrenamiento es... 6 Mi motivación en general es... 7 Mi comunicación con los compañeros del equipo es... 8 Mi tolerancia a la frustración es... (algo que salga mal a mí o al equipo) 9 Mi resistencia física es...

Muy bqja

del D.T. mis errores es... 11 Soy creativo en el juego

Siempre

Muchas veces

Algunas veces

Pocas veces

Nunca

12 Peleo cada pelota como

Siempre

Muchas veces

Algunas veces

Pocas veces

Nunca

13 Soy temeroso de lesionarme

Siempre

Muchas veces

Algunas veces

Pocas veces

Nunca

14 La influencia de la palabra de mis padres sobre mí es...

Muy alta

si fuese la última

96

Alta

Media

Bíoa

Muy bqja

15 Juego mejor en las prácticas que en los partidos

Siempre

Muchas veces

Algunas veces

Pocas veces

Nunca

16 Mientras juego estoy muy pendiente del arbitraje

Siempre

Muchas veces

Algunas veces

Pocas veces

Nunca

17

Siempre

Muchas veces

Algunas veces

Pocas veces

Nunca

18 Tengo problemas Siempre familiares (ej.: padres separados, con hermanos, económicos, etcétera)

Muchas veces

Algunas veces

Pocas veces

Nunca

Soy futbolista decidido (ej.: patear, encarar, saltar, etcétera)

19 Mi disposición a defender es...

Muy alta

Alta

Media

Bqja

Muy baja

20 Mi disposición a atacar es...

Muy alta

Alta

Media

Bqja

Muy bqja

21 Me pasa que me desconcentro en los partidos

Siempre

Muchas veces

Algunas veces

Pocas veces

Nunca

22 Me gusta cooperar, auxiliar y ayudar a mi compañero en el juego

Siempre

Muchas veces

Algunas veces

Pocas veces

Nunca

23 Siento muchos nervios antes de los partidos

Siempre

Muchas veces

Algunas veces

Pocas veces

Nunca

24 Tengo los objetivos deportivos claros

Siempre

Muchas veces

Algunas veces

Pocas veces

Nunca

25 Me b^joneo cuando no me salen las cosas

Siempre

Muchas veces

Algunas veces

Pocas veces

Nunca

12

Categoría:

Edad:

Nombre:

Puesto en que juega: Puesto en el que querría jugar:

j

Me ha sucedido en innumerables oportunidades el aportarle al entrenador

este dato significativo, que el jugador nunca se atrevió a comunicarle.

97

Un

t e s o r o p a r a l e s io n a d o s ,

SUPLENTES

y

EXPULSADOS

u n c a te e n t r e g u e s n i te a p a r t e s , nunca m ás y a q u í y aquí me q u e d o ...” De José Agustín Goytisolo, extraído de “Palabras para Julia”, cantado y musicalizado con brillantez por Paco Ibáñez.

Con los integrantes del cuerpo técnico y jugadores en la sala de juegos, en la concentración durante el Mundial Argentina 2001.

98

E x p u l s io n e s

en fútbol a m ateu r.

G en erales

y p o r e q u ip o

Fuente: Escuela ele Arbitros (AFA) S e h a n to m a d o en cu en ta los ca m p eon a tos d isp u ta d o s d u ra n te los a ñ o s 1 9 9 4 , 1 9 9 5 , 1 9 9 6 , 1 9 9 7 , 1 9 9 8 y p rim er torn eo 1 9 9 9 . Año

C a n tid a d de partid os

C a n tid a d de ex p u lsa d o s

P orcen taie

1994

1 .6 0 3

1 .1 4 8

0 .7 1 6 %

1995

1 .7 2 6

1 .0 0 5

0 .5 8 2 %

1996

1 .8 0 5

981

0 .5 4 3 %

1997

1 .9 1 8

833

0 .4 3 0 %

1998

1 .8 8 6

820

0 .4 3 4 %

1999

976

434

0 .4 4 4 %

E sta d ístic a po r e q u ipo

1 In stitu ció n

1994

1995 1996

1 9 9 7 1 9 9 8 1 9 9 9 T otal G ra l.

Gim nasia y Esgr.

67

39

31

33

33

20

River Píate

51

40

43

38

36

16

224

Lanús

74

55

33

28

22

21

233

Banfield

66

39

42

31

37

22

237

N . O. Boys

26

57

59

39

54

19

254 268

223

Ferro C. Oeste

56

48

55

48

42

19

Independiente

63

44

55

36

69

20

287

Racing Club

63

51

47

60

48

19

288

San Lorenzo

49

53

55

63

53

22

295

Dep. Español

68

62

55

44

52

17

298

Huracán

82

74

45

41

36

16

294

Vélez Sársfield

78

56

44

43

45

28

303

Rosario Central

20

73

76

53

56

27

305

Boca Juniors

72

45

61

60

40

20

298

Platense

91

64

67

27

35

31

315

Estudiantes L. P.

84

61

62

55

33

34

329

Argentinos Jrs.

72

61

62

55

33

34

329

Quilmes

66

74

40

357

89

50

38

Unión

-

-

-

19

32

7

58

Colón

-

-



-

-

8

8

99

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100

Capítulo 6

La importancia de la interdisciplina El trabajo eficaz de un verdadero equipo y la renuncia a la creencia de poseer todo el saber

Fuente: Diario Página 12

EXPERIENCIA DEL PSICOLOGO DE UN EQUIPO

Batirían, Robín y los jugadores de fútbol LJ(/*or Marcelo Roffé *) El lugar del psicólogo en el equipo técnico-deportivo no es sencillo. Ya que nuestro trabajo depende mucho de lo que el téc­ nico nos deje hacer, debe tratarse de un técnico que deje resquicio para un no saber, que entienda que sus propias es­ trategias psicológicas y su intuición son necesarias pero no suficientes; que en­ tienda que la tarea de un especialista lo alivia de tareas que él venía desempe­ ñando y excedían su verdadera función. El lugar del técnico es honiologable al del médico jefe de un servicio hospi­ talario: poseedor de las últimas decisio­ nes y encamando el discurso del amo. No todo amo acepta que no hay ver­ dad absoluta para dar cabida a nuevas disciplinas. Una vez que el psicólogo logró ser aliado del técnico, se trata del prepara­ dor físico: su formación suele ser dis­ tinta a la del técnico, con mayor rigor científico y un perfil de apertura men­ tal positivo. Hasta la llegada del psicó­ logo, y aun después, funciona como el “Robin" del técnico. Al mejor estilo de la pareja parental, si el técnico viene a ocupar el lugar de la ley y la antipatía, muchas veces el preparador físico se ubica en lugar de protección y confian­ za respecto de los jugadores. El prepa­ rador físico, para aceptar la llegada del psicólogo, debe renunciar a ocupar ex­

/.amos charlas que incluyen informa­ clusivamente el lugar de confianza del ción sobre drogas, alcohol técnico y de los jugadores. y sida, charlas con los padres para infor­ También hago intervenciones como marles sobre la alimentación de sus hi­ puente entre el técnico y el jugador, an­ jos deportistas y para prevenir la posibi­ te algún hecho puntual donde interpre­ lidad de que sean una causa de to que hay obstáculos en su comu­ sstrés juvenil en los chicos. nicación y que ello atenta contra el trabajo: si ambos ■i [>aijañ (.v
4MHW5-

101

“Porque la falsedad y la envidia son propias de la Naturaleza infinita (no limitada) incipiente y loca. En el número no hay error. Este repugna a su naturaleza. La verdad es propia de los números y está en ellos”. L ao-Tse, “Too Te Ching”, pág. 40.

estudia las tenden­ cias psicológicas de la actividad deportiva, es el encargado de la preparación mental del deportista, de ayudarlo a desarrollar o a mantener (según el caso) las habilidades psicológicas y así opti­ mizar su performance (y la de todo el equipo). En el organigrama deportivo los imprescindibles son los jugado­ res (primero) y luego alguien que los dirija: el entrenador. Luego hay una serie de disciplinas necesarias aplicadas al de­ porte, entre las que se encuentra la psicología, tan decisiva como des­ cuidada (nos referimos a la mente del deportista: ninguno de los pro­ fesionales que componen el equipo deportivo tienen las herramien­ tas ni los estudios para intervenir eficazmente sobre la psiquis de éste). El equipo deportivo eficaz que debe intentar interreladonarse pro­ moviendo un verdadero trabajo de equipo, sería:

E

l p s ic ó l o g o e s p e c ia liz a d o e n d e p o r t e

Entrenador

Preparador Físico

102

K in e s ió lo g o

Médico

Utilero

Psicó ogo

Etc.

Nutricionista

El

tr a b a jo d e e q u ip o : l a in te r d isc iplin a

0

ciD <



T3 Organización tí < SD -i Deportiva 13 T3 (Dirigentes, Público, Barra brava, etcétera)

-

a nO

Futbolistas)

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o o D E& 5» E tSJJ P

C oach- PF OS*

Psicólogo vdel Deporte/

Equipo Médico Sanitario • Médico • Kinesiólogo • Fisiólogo • Asistente Social • Nutricionista

i

Infra estru ctu ra del deporte (m odelo actual español)

Multidisciplina, Interdisciplina, Transdisciplina y los diferentes modelos de inserción del psicólogo Primero yo partiría de algo: al argentino le cuesta trabajar inter­ disciplinariamente, esto me parece que es, en el fütbol sobre todo, el objetivo o la meta a alcanzar: la interdisciplina. Multidisciplina, para mí, es lo que pasa en general en el fütbol, donde cada uno aborda al jugador desde su disciplina sin ningún tipo de comunicación entre las otras. Por ejemplo: yo, psicólogo, hablo fran­ cés, el técnico habla alemán, el preparador físico habla chino y el mé­ dico habla japonés. De esta forma cada uno le va a hablar al jugador en un idioma distinto, y entre nosotros tampoco nos entenderemos, porque cada uno se manifiesta en su idioma. Eso es un poco lo que pre­ domina en el fütbol: en el mejor de los casos hay como un ida y vuelta, una mixtura, un intermedio entre multidisciplina e interdisciplina, por eso digo que la meta a alcanzar es la interdisciplina.

103

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¿U n preparador físico opinando de la cu e stó n m e n tal ?

Hay distintas maneras de trabajar como psicólogo, no hay una verdad absoluta. Entonces la interdisciplina es difícil porque implica que uno renuncia a la verdad, no hay una verdad absoluta; en la mul­ tidisciplina está la verdad de cada uno y el idioma de cada uno; como no se entienden, uno sigue pensando que tiene la verdad. La interdis­ ciplina implicaría renunciar a una porción de esa verdad, en el esfuer­ zo para que a uno lo entiendan y uno hacerse entender. Uno podría decir: “a mí me ha pasado con algunos técnicos, que intento explicarles algo y después me quedo pensando: ‘me parece que no me entendió nada, o yo no me hice entender'”, o sea que es un esfuerzo el tema de la comunicación que desarrollamos acá. Que te entiendan y hacerse entender, es dialéctico, no es la culpa de uno sólo. Pasa mucho con el argentino porque es soberbio y omnipotente, en general, no hablo sólo de los técnicos. Los preparadores físicos, los psicólogos, los técnicos y los médicos está subidos al caballito, se creen los dueños de la verdad. Por eso yo digo que el Gran DT —juego que durante varios años publicó el diario Clarín— tuvo éxito comercial: todos nos creemos téc­ nicos. Si hiciéramos lo mismo con el Gran PS (Gran Psicólogo), el éxito probablemente sería más rotundo. Entonces, bajándose un poco de ese caballito, o sea renunciando un poco a esta verdad, para decir: “de tu disciplina mucho no sé ¿a ver?, yo te traduzco esto para que vos entien104

das y vos traducime”, la situación sería distinta. Ejemplos: si uno habla con el médico en difícil, el médico no entiende; si el médico te habla en difícil a vos, vos tampoco entendés. cuántas veces fuimos al médico —¿qué tengo?— y te da una explicación y vos pensás: “rao entendí nada, dame lo que tengo que tomar y chau”. Eso implica un esfuerzo, es una meta, no se sabe trabajar interdisciplinariamente. Y el fútbol es un ambiente muy voraz, demasiado patológico, excesiva­ mente competitivo —y me baso en mi experiencia, no en lo que leí—. Tan difícil es hacer pie, existen tantas alianzas, amigos y enemigos que te quieren voltear, esto y lo otro, que muchas veces las cuestiones personales pesan y las cuestiones políticas valen más que tu trabajo en sí. Entonces esto se potencia porque la interdisdplina supone con­ fiar en el otro y para que haya confianza tiene que haber un coordi­ nador que no sea autoritario y que genere redes de confianza, que no haya alianzas de enemigos o amigos o boicoteadores y saboteadores, entonces está todo relacionado. Y la transdisciplina yo ya no diría que es una meta, es algo teóri­ co muy puro, un ideal, una utopía, algo que sería un estrato o un escalafón, o una categoría superior en el camino interdisciplinario, en cuanto a afinidad de objetivos. Para que haya interdisdplina tiene que haber objetivos en común. Me parece que el entendimiento de todos los miembros a un nivel superior y la claridad y la persecudón de los caminos hasta alcanzar esos objetivos es lo que yo llamaría transdisdplina. Esto no significa que cada disdplina pierde su particularidad, pero hay un gran entendimiento entre todos los miembros del equipo de trabajo. Entonces, con seis entrenadores siempre hay vaivenes, se vive una situadón muy desgastante, pero es más fuerte mi pasión, mi entusiasmo y todo lo que yo pongo. Son los tres esquemas o modelos: yo me insertaría como psicólogo dentro del cuerpo técnico modelo español, porque por ejemplo, me cambio en el vestuario con los técnicos, partidpo, voy en el micro y vuelvo con los técnicos y los jugadores, asesoro a los técnicos (una de las funciones, si se dejan asesorar), ya lo dijimos en algún momento. Mi trabajo no se reduce al trabajo de consultorio. El concepto de consultorio en psicología del deporte es el de consultorio grande. Uno observa e interviene mucho más allá de las cuatro paredes (ejem­ plo: intervendón con un jugador en una práctica al costado del campo de juego, o en el entretiempo de una competenda, luego de la charla técnica, antes de salir a jugar el segundo tiempo y en el vestuario). Cuando me preguntan: ¿diván con deportistas?, yo esbozo una sonrisa y mi respuesta es: “sí, para las visualizaciones”. 105

El 8 de setiembre se cumplirá un año de la vuelta de Enzo Francescoli a River. “ Y el balan­ ce hasta ahora es muy positivo — asegura— . Llegué, fui cam­ peón, goleador del torneo y aho­ ra sigo siendo protagonista, jun­ to al equipo, en la Copa Liberta­ dores. Fue un año muy bueno, a pesar del bajón que tuvo River en la parte final del campeonato anterior” . -¿Por qué el equipo bujé tanto? -Porque cayó en un pozo aní­ mico. El problema fue mental: el equipo se aflojó. Por la experien­ cia que teneo sé que lo anímico supera a lo físico v a lo técnico. Con un equipo como el de River —capaz, con buenos jugadoresbien entrenado v profesional— la que fue es recuperar lo mental.

-Después de lo que se vio con Vélez ¿el problema sigue siendo mental?

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-No. Ahora hay otras cosas para marcar. El cambio siem­ pre ayuda. Pero es un cambio. Y no se puede cambiar todo de día para otro. Ramón Díaz y su cuerpo técnico le tienen que ganar al tiempo.

Requiere también hablar con los técnicos, asesorarlos, trabajar con los grupos de las divisiones, en un acuerdo previo con el técnico, hablar de los temas que desarrollo con los grupos o preguntarle al téc­ nico: “¿qué te parece que sería importante que trabajemos con el gru­ po?”, observar entrenamientos y competencias, cosa que un psicólogo, “un bicho de consultorio”, sin que se tome despectivamente, no hace, no observa entrenamientos, no observa competencias, y como dijimos, ser testista también, que eso se puede hacer tranquilamente en con­ sultorio; todo eso a nosotros nos permite cruzar datos, te da muchos elementos de trabajo, cuando digo “observar prácticas” es también es­ cuchar qué se dicen entre los jugadores, atender a las indicaciones del técnico, ver los lugares del preparador físico. En este punto vale acla­ rar que en la Argentina (en Europa es diferente), el “profe” muchas ve­ ces posee una tendencia a invadir áreas que no le corresponden (tácti­ cas, técnicas, médicas y psicológicas). En ese caso se trata de una de­ formación profesional porque creen tener el mismo lugar que el D.T. Y 106

es como el que el D.T. “los perdona”. Considero éste un punto a revisar y debatir en pos del trabajo interdisciplinario. Ver competencias tam­ bién significa ver un montón de cosas: pasar informes, o sea estar en permanente diálogo con el cuerpo técnico. Entonces uno podría decir: “ese técnico que dijo que no soy del cuerpo técnico tiene razón y no tiene razón. Tiene razón porque también yo siento que soy parte del cuerpo médico, y el cuerpo médico, si hacemos transitivismo, también es parte del cuerpo técnico”. Lo que pasa es que está todo muy escindido, como los feudos, y el médico va por allá y el técnico va por allá. Es lo que pa­ sa en general en todos los clubes. Recién ahora veo que el médico está usando ropa deportiva en primera división, cuando entra a ver qué le pasó al lesionado. Y nosotros somos parte, en cierta forma, de las cien­ cias médicas, ya que el encuadre que nos importa es el caso por caso.

M anager

(Director General)

E n tre n a d o re s

E q u ip o M é d ic o

D ir e c to r E q u ip o M é d ic o

Médicos

Kinesiólogos

Psicólogos

t

t

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t

(Deportistas que pertenecen a la Organización Deportiva) Modelo americano del psicólogo deportólogo

107

Nosotros tratamos de resaltar todo el tiempo la particularidad y el médico también. Si hay diez esperándolo, no dice “pasen los diez”; esta es una gran diferencia. Entonces, en este esquema, Vélez es un pio­ nero. O sea, el licenciado Lo Russo está ahí, todos los días, desde 1981, y recibe la demanda: “¡Ah! vengo a ver al psicólogo”. Yo creo que es una responsabilidad la poder difundir una cosa que es una necesidad para muchos y no tienen ni idea de que existe. Muchas veces el hecho de que te consulte te da a entender que algo pasa, y uno lo une con las cosas internas, y el jugador no quiere que nadie sepa, ni del cuerpo técnico ni sus compañeros, que nadie sepa que fuiste consultado. Uno está del lado del cuerpo técnico pero a su vez le brinda la con­ fianza al jugador, y no para traicionarlo. Entonces uno tiene que poder darle algo al jugador y darle algo al técnico, porque obviamente yo puedo hablar con el jugador y decirle al técnico: “dejá. vos no te enterás de nada”, y el D.T. me puede decir: “y a mí de qué me sirve, si vos no me hacés ninguna devolución”. f

\ • O r g a n iz a c io n e s

--------------------------------------- 1

D e p o r t i v a s -------------------------------------------------- f P s ic ó lo g o D e p o r t ó l o g o • C e n tro s d e

c o m o c o n s u lt o r y /o

M e d ic in a D e p o r tiv a

t e r a p e u t a in d e p e n d ie n te

® D e p o r tis ta s p o r s u p r o p ia c u e n ta

Psicólogo deportólogo como consultor

A continuación detallaré los Principios Eticos de los Psicólogos y Código de Conducta, para que todos los tengan claros y de los que no debemos apartamos jamás. (Código Etico de la ARA, diciembre 1992).

108

CONTENIDOS Introducción Preámbulo P r in cip io s g en e r a le s

Principio A. Competencia Principio B. Integridad Principio C. Responsabilidad Profesional y Científica Principio D. Respeto por la Dignidad y los Derechos de las Personas Principio E. Compromiso con el Bienestar de los Otros Principio F. Responsabilidad Social NORMAS ÉTICAS 1. N orm as generales 1.01 Aplicabilidad del Código Ético 1.02 Relación entre Ética y Ley 1.03 Relación Profesional y Científica 1.04 Límites de la Competencia 1.05 Actualización de los Conocimientos 1.06 Fundamentos para los Juicios Científicos y Profesionales 1.07 Descripción de la Naturaleza y Resultados de las Prestaciones Psicológicas 1.08 Diferencias Humanas 1.09 Respeto por los Otros 1.10 No Discriminación 1.11 Acoso Sexual 1.12 Otras Formas de Acoso 1.13 Problemas y Conflictos Personales 1.14 Evitando el Daño 1.15 Mal Uso de la Influencia del Psicólogo 1.16 Mal Uso del Trabajo Profesional 1.17 Relaciones Múltiples 1.18 Trueque (con Pacientes o Clientes) 1.19 Relaciones de Explotación 1.20 Consultas y Derivaciones 1.21 Servicios Requeridos por Tferceros 1.22 Delegación y Supervisión de Subordinados 1.23 Documentación del Trabajo Profesional y Científico 109

1.24 Registros y Datos 1.25 Honorarios y Acuerdos Financieros 1.26 Precisión en los Informes a los Clientes y a las Fuentes de Finandamiento 1.27 Derivadones y Honorarios 2. Evaluación e Intervención 2.01 Evaluación, Diagnóstico e Intervenciones en un Contexto Profesional 2.02 Competencia y Uso Apropiado de las Evaluaciones e Intervendones 2.03 Construcdón de Tfests 2.04 Uso de la Evaluación en General y en Poblaciones Espedales 2.05 Interpretación de los Resultados de la Evaluadón 2.06 Personas no Calificadas 2.07 Tests Obsoletos y Resultados Desactualizados de Tfests 2.08 Puntaje de los Tfests y Servicios de Interpretadón 2.09 Explicación de los Resultados de la Evaluación 2.10 Mantener la Fiabilidad de los Tfests 3. Publicidad v Otras Formas de Declaraciones Públicas 3.01 Definición de Declaradón Pública 3.02 Declaraciones de Otros 3.03 Evitar Declaraciones Falsas o Engañosas 3.04 Presentadones en los Medios 3.05 Tfestimonios 3.06 Gestiones 4. Terapia 4.01 Encuadre de la Relación 4.02 Consentimiento Informado para la Tferapia 4.03 Trabajo con Parejas y Familias 4.04 Servicios de Salud Mental a Quienes ya se Encuentran Redbiéndolos de Otros 4.05 Intimidad Sexual con Pacientes o Clientes Actuales 4.06 Tferapia con Partenaires Sexuales Anteriores 110

4.07 Intimidad Sexual con Ex-Pacientes 4.08 Interrupción de los Servicios 4.09 Finalización de la Relación Profesional 5. Privacidad v Confidencialidad 5.01 Discusión de los Límites de la Confidencialidad 5.02 Mantener la Confidencialidad 5.03 Minimizar las Intrusiones en la Privacidad 5.04 Conservación de los Registros 5.05 Revelaciones 5.06 Consultas 5.07 Información Confidencial en Bases de Datos 5.08 Uso de la Información Confidencial con fines Didácticos o de Otro Tipo 5.09 Preservación de Registros y Datos 5.10 Propiedad de Registros y Datos 5.11 Retención de los Registros por No Pago 6. Docencia. Supervisión de la Capacitación. Investigación v Publicaciones 6.01 Diseños de Programas de Educación y Capacitación 6.02 Descripciones de Programas de Educación y Capacitación 6.03 Precisión y Objetividad en la Docencia 6.04 Límites de la Docencia 6.05 Evaluación del Desempeño de Estudiantes y Supervisados 6.06 Planificación de la Investigación 6.07 Responsabilidad 6.08 Cumplimiento con la Ley y las Normas 6.09 Autorización Institucional 6.10 Responsabilidades de la Investigación 6.11 Consentimiento Informado para la Investigación 6.12 Prescindencia del Consentimiento Informado 6.13 Consentimiento Informado para las Filmaciones o Grabaciones en la Investigación 6.14 Oferta de Incentivos a los Participantes de la Investigación 6.15 El Engaño en la Investigación 6.16 Utilizando y Compartiendo Datos 6.17 Minimizar la Intrusividad 111

6.18 Información Acerca del Estudio a los Participantes 6.19 Cumplimiento de los Compromisos 6.20 Cuidado y Uso de los Animales en la Investigación 6.21 Informa de los Resultados 6.22 Plagio 6.23 Crédito en las Publicaciones 6.24 Publicación Duplicada de Datos 6.25 Compartiendo Datos 6.26 Evaluaciones Profesionales 7. Actividades Forenses 7.01 Profesionaiigmo 7.02 Evaluaciones Forenses 7.03 Esclarecimiento del Rol 7.04 Confianza y Honestidad 7.05 Relaciones Previas 7.06 Cumplimiento de la Ley y las Reglas 8. ResoluClÓILde Cuestiones Eticas 8.01 Familiaridad con el Código Etico 8.02 Confrontación de Puntos Eticos 8.03 Conflictos entre Demandas Eticas e Institucionales 8.04 Resolución Informal de Violaciones a la Etica 8.05 Informe Violaciones a la Etica 8.06 Cooperación con Comités de Etica 8.07 Quejas Inapropiadas

112

Capítulo 7

Pautas de orientación para padres

El pibe de Tamburin» f^li hjo e* «i vdanie meda paifafe ojs '5sT

ñpunte

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Fontanarrosa, extraído de “Semblanzas Deportivas", Ediciones De La Flor

“No hay ‘no-conducta’, o para expresarlo de un modo más simple, es imposible no comportarse... Si se acepta que toda conducta en una situación de interacción, tiene un valor de mensaje, es decir, es comunicación, se deduce que por mucho que uno lo intente, no puede dejar de comunicar'’. (Paul Watzlawick)

113

j1)M5írisíón ^F errocarril Oeste Fútbol Amateur de Ferr y padres),

b s £ s * ~ * 2 £ £ r— M arcelo: —Buenas tardes. Antes que nada yo me presento: soy M arcelo R offé, licenciado en psicología y estoy especializado en deporte. Fernando: —Yo soy F ernando Danani, soy encargado de la parte física, y trabajo con los dos técnicos que son encargados de la parte técnica. M arcelo: —Que son Ricardo Tartaglia, quien fue jugador del club, y Cacho G iménez, a quien todos conocen porque es una ins­ titución en el club y que ahora va a venir. La idea de esta charla nadó entre nosotros cuatro. Bueno, el médico está de vacadones. Nadó para que nos conozcamos y para poder contarles, antes de que empiece la competenda, cómo son algunas pautas de trabajo, para que todos podamos trabajar bien y para que los chicos se sientan bien durante la competenda; más que nada pensando que el pasaje de los que venían jugando en fútbol infantil a fütbol ama­ teur, como bien definió el otro día Femando, es como el pasaje de la primaria a la secundaria, es un cambio de etapa y a los chicos en general les lleva un tiempo adaptarse y asimilar. Si jugaban fútbol infantil entrenaban dos veces por semana, ahora están en­ trenando todos los días; tenían un ritmo de preparadón física o no tenían, ahora tienen un ritmo que es bastante arduo. La mayoría nunca habían visto psicólogos, ya que muy poquitos clubes lo tienen, y es algo más que se le brinda al chico. Porque la idea es 13 Es profesor nacional de Educación Física. Fue preparador físico del selec­ cionado argentino masculino de vóley en 1990 y actualmente lo es del juvenil femeni­ no. Trabajó tres años en Catania, Italia (Palavollo), entre 1990 y 1993, en primera división, masculino, Serie A-l, y hace cinco años es el preparador físico de Carlos Getzelevich, director técnico de vóley masculino del Club Náutico Hacoaj y —ahora— del seleccionado masculino que compitió en los Juegos Panamericanos de Winnipeg (Canadá). Agradezco su autorización para esta publicación.

114

que nosotros creemos (todo el cuerpo técnico), que además de que cada hijo de ustedes pueda disfrutar jugando al fútbol, que entien­ da que lo más importante no es el resultado de un partido, sino to­ do lo que el chico pueda aprender acá como ser humano, y todo lo que nosotros le podamos dar para formarlo como ser humano. Es­ ta es la idea que tenemos y con la que venimos trabajando. A ve­ ces es duro decir esto: todos estamos acá y cada uno trabaja desde su lugar para que la mayoría de los jugadores lleguen a primera, pero si uno agarra estadísticas, sólo el 2% de jugadores que se ini­ cian en fútbol amateur, llegan a primera división. Es un dato ge­ neral, pero me parece que es un dato que tienen que saber. Yo le voy a dar lugar a Femando primero, que hable un poco de la par­ te de la alimentación y después yo voy a hablar un poco de la par­ te de la competencia. Después les cuento cómo va a ser la dinámi­ ca. Al final, el que tiene alguna pregunta, alguna duda, algún co­ mentario, la puede expresar y le podemos dedicar algún tiempo a eso si ustedes quieren. Fernando: —Los chicos de 9a recién entraron este año. Como bien dijo Marcelo, para ellos es un cambio importante, porque au­ menta la intensidad del trabajo, e inclusive aumenta la responsa­ bilidad. Lo que cada uno de los técnicos, y Marcelo en su lugar, es­ tamos tratando de hacer es que el chico, sin dejar de jugar y de te­ ner ganas de hacer esto, incorpore esta responsabilidad. Por ejem­ plo les digo, si bien yo no soy un especialista en nutrición, aquí ten­ dría que estar un médico para explicarles sobre ese tema, pero hay cosas que son básicas y que nosotros tenemos que transmitirles a ustedes. Yo tuve una charla con los chicos. Les quiero aclarar que esta es la cuarta semana de trabajo, que es la más pesada. Ustedes van a notar que los chicos en casa quieren dormir más de lo acostum­ brado, o que les duele más el cuerpo que de costumbre, simple­ mente porque está planificado así. Nosotros las dos primeras se­ manas —estoy hablando de la parte física— hicimos un trabajo de adaptación, fundamentalmente con la 9a, porque los chicos de 7a y 8a se llevaron un plan de trabayo para el verano. Los chicos de clase '83 vinieron de las vacaciones, o de jugar en la esquina, o de hacer algo simplemente como hobby. Se encontraron acá con que todos los días están haciendo un trabajo físico e inclusi­ ve además un trabajo... Esta cuarta semana es la más pesada, como se nota en el trabtyo que nosotros estamos haciendo, por el

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volumen y por la intensidad del trabajo. Entonces, charlando yo con ellos —hace dos días nada más— nació el tema de que yo les hable un poco sobre la nutrición; porque hablando con algunos, no­ to que hay días que rinden más que otros. Si bien esto es normal, porque el cuerpo no rinde todos los días igual, hay cambios hormo­ nales, hay veces que es notorio por qué un chico no se puede con­ centrar, o está más cansado y no puede terminar de trabajar. En­ tonces les empecé a preguntar un poco cómo eran las costumbres alimenticias. Me di cuenta de que hay muchos chicos que no sa­ ben dividir entre lo que son por ejemplo proteínas, grasas e hidra­ tos de carbono, que son los tres combustibles que el cuerpo puede consumir, entonces sin hacer un estudio profundo porque, prime­ ro yo no estoy capacitado, pero sí me sentí en la obligación de de­ cirle a los chicos: “miren, hay que tratar de comer este y este tipo de comidas, y salió un poco la anécdota de lo que me había pasa­ do a mí cuando era chico —ya que yo también jugué acá, en las di­ visiones inferiores— que llegué a casa y le dije: “mirá mamá, yo tengo que comer esto, esto y lo otro” , y mi vieja me dijo: “mirá, es­ to no es un restorán y vos vas a comer lo que yo te doy”, para que no pase realmente eso, para que ustedes no crean que ellos se creen cracks, porque realmente salieron pensando: “bueno, yo ten­ go que comer hidratos de carbono y los hidratos de carbono son los fideos, el arroz, papa, batata”', ustedes van a notar, que van a casa con ciertas novedades y que no son inventos de ellos, son cosas que nosotros les vamos incorporando para que ellos puedan superar estos momentos difíciles de dolores musculares y que aparte los tomen como hábito, porque como bien dijo Marcelo, no sabemos quién de sus chicos va a llegar a primera. Estos son hábitos de sa­ lud, también; y como prevención, a grandes rasgos, nosotros les vamos a hacer llegar una planilla hecha por el médico donde va a hacer una clasificación de los alimentos, va a decir: los hidratos de carbono son estos, las grasas son estas, las grasas permitidas y las grasas no permitidas y las proteínas; y vamos a dar, quizá la lista más importante, que es qué tipo de alimentos no queremos real­ mente que ingieran nunca, que esto debe ser muy fácil para uste­ des saberlo: los fritos, el hígado es el órgano que más trabaja, uno dice el corazón, la masa muscular, pero el órgano que alimenta y le da el combustible a todo el resto del cuerpo en el trabajo físico que estamos hablando es el hígado, si nosotros por ejemplo un chi­ co que viene y me dice, como me dijo uno la otra vez: “yo hoy al­ morcé bien, comí un bife con papas fritas”, en realidad ese chico es­ 116

tá en desventaja, ¿por qué? porque la carne, ya sea de pescado, de pollo o de vaca son proteínas, si bien las proteínas son muy impor­ tantes para toda la estructura muscular, para la reposición del gas­ to que yo hago, del daño muscular que yo hago, no es la fuente de energía fundamental, la fuente de energía fundamental que prime­ ro toma el cuerpo son los hidratos de carbono, los hidratos de car­ bono son las pastas, el arroz, la papa, la batata, todas las verduras que no sean de hoja, porque la verdura de hoja tiene mucha fibra, que sirven para otra cosa, pero estamos tratando de hacer una co­ sa a grandes rasgos como para que ustedes lo puedan manejar mu­ cho más fácil, en vez de hacer un bife con papas fritas es mucho más fácil y menos costoso hacer un plato de fideos, y para el chico realmente es como si fuéramos una estación de servicio y le esta­ mos poniendo nafta en el tanque, tenemos que tener en cuenta que si bien no únicamente con hidratos de carbono trabaja el cuerpo, la proporción ideal para un deportista, sería que —si nosotros pudié­ ramos juntar toda la comida que va a comer en el almuerzo o en una cena el chico— que el 60% sea de hidratos de carbono, el 30% proteínas y apenas un 10% de grasas, esas grasas pueden estar in­ corporadas, por ejemplo: si yo como un bife con abundante puré, es­ toy cumpliendo con las cosas, porque la carne ya tiene un cierto porcentaje de grasas. Tratemos de combinarle la comida de mane­ ra que los chicos eviten las frituras, eviten las grasas cocinadas, por ejemplo un plato de fideos viene bárbaro, pero si yo lo hago con una salsa con un aceite muy cocinado también le estoy haciendo mal al hígado, de la misma manera que yo puedo comer milanesas con pu­ ré, y tengo carne, tengo el puré, o con un buen plato de arroz, ten­ go los hidratos de carbono que es el arroz, pero la milanesa está fri­ ta, da lo mismo, quizá por el trabajo no, eso las madres lo van a sa­ ber, pero hacerla al homo, entonces le estamos evitando problemas al hígado y que ese chico no venga en desventaja y pueda terminar con el trabajo. Esto es a grandes rasgos. Nosotros les vamos a hacer llegar una hoja con la clasificación de las comidas, pero además de decirles esto, que posiblemente mu­ chos ya lo sepan, era para que no se encuentren con la sorpresa de que el chico les dice: “no... qué me hiciste, mirá que esto yo no lo puedo comer”, sino para que sepan que acá les estamos diciendo a los chicos cuáles son algunas de las pautas. M arcelo: —Son sugerencias o pautas, porque sabemos que a es­ ta edad la mayoría de los chicos aman ir a “Burger King”, o comer 117

el “superpancho” en la calle; es exactamente lo contrario a la bue­ na alimentación del deportista. Fem ando: —Bien, y el otro punto es el tema del descanso; a ve­ ces se puede interpretar descanso como que descansen mucho, co­ mo que duerman mucho, y la idea es que los chicos, un deportista a esta edad, tiene que dormir entre ocho y nueve horas y tratar de sacar a la tarde una o dos horas de descanso, caso contrario, si pueden dormir entre nueve y diez horas, no más, ¿por qué no más? uno dice: “bueno, pero si se acostó a las doce de la noche, qué pro­ blema hay en que se despierte a las doce o a la una del mediodía”, el problema en realidad es que el cuerpo responde a ciertos hora­ rios, de la misma manera que responde a la salida del sol con ciclos hormonales, también responde a cuando se levanta, el chico que se levanta a las doce del mediodía difícilmente pueda cumplir con la etapa del desayuno y del almuerzo, o hace el desayuno o hace el al­ muerzo, cualquiera de las dos cosas que se le saque produce cam­ bios hormonales, volvemos al tema de que está en desventaja, la idea sería que el chico se pueda levantar a las nueve de la maña­ na, si se acostó a las doce, durmió nueve horas, pueda cumplir con un desayuno liviano si es que no va a hacer actividad a la mañana, porque si sus chicos siguen entrenando en las divisiones inferiores van a ver que hay un momento en que tienen que venir a entrenar a la mañana, y ahí el desayuno juega un rol más importante que el almuerzo, pero en este caso, que los chicos entrenan a la tarde, que los chicos desayunen, pero que cumplan el almuerzo, entre una ho­ ra y media y dos horas antes de empezar a hacer la actividad físi­ ca acá, que hagan el almuerzo, con esas características que noso­ tros les estamos dando, era simplemente eso; y además para que me conozcan porque el preparador físico del año pasado era otro y como dijo Marcelo, no es un trabajo de los dos técnicos, el psicólo­ go, el médico, el preparador físico, ustedes tienen mucho que ver en esto, entonces es bueno que estemos en contacto. A: (pregunta inaudible). Fernando: —No, en esta edad el tema de sacarle carnes rojas a los chicos, de lo que se trata es lo siguiente, las carnes rojas el in­ conveniente que tienen es que contienen un alto porcentaje de gra­ sas, y además ese tipo de grasas es un colesterol, ustedes habrán escuchado hablar que hay un colesterol bueno y un colesterol ma­ lo, en realidad para las personas que hacen actividad física, no hay mucho problema de colesterol, ¿por qué? porque el trabajo que 118

produce el cuerpo es como si constantemente estuviéramos lim­ piando la cañería de una casa vieja, para hacerlo gráfico; entonces todas las carnes tienen proteínas que no son iguales, no es que hay una sola proteína, cada proteína está formada por un aminoácido, y esos aminoácidos no es que se encuentran únicamente en la car­ ne roja, sino que se encuentran mezclados, algunas veces se en­ cuentran en el pollo, y otras en la carne y otras en el pescado. Un deportista tiene que comer tres veces a la semana carne roja, pe­ ro después, alguna vez al día, tendría que comer, por lo menos dos veces a la semana, pescado, entonces estamos pasando por un mo­ mento difícil, porque todo el mundo trabaja, hay poco tiempo, hay ciertas comidas que llevan más o menos tiempo para preparar y además hay un problema del costo. Yo creo que no hay inconve­ niente en que coma, es decir es mucho menos perjudicial que cin­ co días a la semana carne roja a que coma uno, una sola vez pro­ teína roja no puede comer un chico y menos a esta edad, porque a esta edad además de hacer el gasto del trabajo, tiene que hacer el gasto de aumentar la masa muscular, nosotros estamos haciendo un trabajo de fuerza, ustedes seguramente los deben haber escu­ chado insultarme a mí en sus casas, porque les duele todo, les due­ le la pierna, les duele acá los abdominales, bueno, por qué, porque no es únicamente que los estamos largando a correr, además los estamos haciendo hacer un trabajo de fuerza, de fuerza no para las piernas, de fuerza para los brazos, para la espalda, yo les digo siempre (esto es un chiste) si no podemos ganar al fútbol tenemos que ganar a las trompadas, porque con brazos chiquitos no le po­ demos ganar a nadie, entonces les estamos dando flexiones de bra­ zos, treparse en la barra, muchos abdominales, muchos espinales, porque tienen que aumentar la masa muscular de todo el cuerpo, eso se lo van a dar las proteínas, entonces carne roja, no es que tie­ ne que comer una sola vez, proteína tiene que comer si es posible. El Colegio Americano de Medicina Deportiva estipula que una persona debe ingerir los gramos de proteínas equivalentes por ki­ lo de peso, esto quiere decir: si yo peso ochenta kilos, en realidad peso ochenta y dos, pero digo ochenta porque me da vergüenza, si yo peso ochenta y dos kilos, tendría que comer ochenta y dos gra­ mos de proteínas por día, con lo cual uno dice: si yo como un chu­ rrasco estoy sobrepasado de esto, porque un churrasco pesa den­ tó dncuenta gramos, sí, pero un churrasco tiene líquido, tiene gra­ sa, cuando nosotros sacamos eso, hay que ver si llegamos a los ochenta y dos gramos; ahora, no es que necesariamente tengo que 119

comer esto, si yo como esto hoy, y como pollo mañana, y como pes­ cado pasado, inclusive hay proteínas vegetales que eso ya es bas­ tante más complicado, eso se lo tiene que decir un médico nutridonista, yo por mi parte les puedo dedr que si el chico una vez por día come un tipo de proteínas, carne roja, o de pescado, o de pollo, es­ tamos bárbaro, y sin olvidamos de los hidratos de carbono, porque si nos olvidamos de los hidratos de carbono el chico empieza a co­ rrer y le falta combustible, se cansa enseguida, se empieza a acalambrar, no sé si está contestada, no hay problema en que lo coma. A: —Una pregunta, ¿vos detís que a la mañana a veces también van a tener actividad? Fem ando: —Este año no. M arcelo: —Más adelante. Fem ando: —Me refería a esto, la 5a división y la 6a, o sea que es­ tamos hablando en el caso de sus chicos ¿dentro de? M arcelo: —Tres o cuatro años. Fem ando: —Tres o cuatro años, posiblemente les cambien el ho­ rario. A lo que me refiero es que el razonamiento es que tienen que cumplir todas las comidas: el desayuno, almuerzo, merienda y ce­ na, levantándose a las nueve de la mañana, si no tiene que hacer actividad física, no hace falta que sea el desayuno de dos tazas de café o dos tazas de té con leche, pan con queso, y mucha finita y ju­ go como el que tiene que hacer un chico de 5a ó 6a que tiene que desayunar a las siete de la mañana y a las nueve ya tiene que es­ tar trabajando, lo que pasa es que ese muchacho de 5a y 6a a las nueve de la mañana tiene que tener el combustible, por eso es que el desayuno tiene que ser más importante en ese caso, ahora yo me refería a que el desayuno hay que vivirlo, porque si no lo cum­ plen, le estamos alterando dclos biológicos al chico, era eso. A: —Una sugerenda. Fem ando: —¡Sí, mejor! A: —Esta charla, así planteada para padres, en los años venide­ ros se puede hacer un poco antes que ahora, no a las cuatro sema­ nas de haber practicado los chicos intensivamente. Marcelo: —Sí, es ideal, bastante que la hicimos; o sea el año pasa­ do ni la pudimos hacer, o sea lo ideal muchas veces dista de lo real. A —Porque si aparecen todos los dolores es porque... Fem ando: —No, ojo, los dolores igual les van a aparecer, yo no 120

les estoy dando una receta mágica donde los chicos van a comer así y se le van a ir todos los dolores, la vida del deportista como cual­ quiera que tiene una profesión, el arquitecto que está ocho horas sentado frente al tablero dibujando, termina en un gimnasio de pe­ sas pidiendo trabajo para la espalda porque le duele la espalda, el dentista que está parado con la espalda así torcida para abajo, tie­ ne desviaciones de columna, cada profesión tiene su trauma, lo que sí van a tener menos dolores y van a mejorar el rendimiento, ahora sobre el tema de no haberla hecho antes tiene que ver con que no­ sotros recién estamos terminando de definir la lista de los fichados. A: —No es un reclamo es... Fem ando: —No, es que sería lo ideal, es que usted tiene razón. Marcelo: —Esto es una charla informativa de presentación y de algunas pautas, después si alguno tiene alguna inquietud se acer­ cará individualmente y si se puede se va a volver a hacer otra más adelante, si hay interés de parte de ustedes y si nosotros lo consi­ deramos importante, por ahí una a mitad de año, pero bueno, aten­ demos las cuestiones que nos digan y tomamos nota, pero muchas veces uno tiene que decidir. Si tienen alguna pregunta. A: —...llega mal a casa, mareado y... si llegan a hablar con el pibe. M arcelo: —Sí, nosotros vamos a hablar con ellos. A: —Por ahora duermen bien, pero ...porque no están yendo al colegio... M arcelo: —Nosotros les damos pautas, cada uno receptiviza lo que quiere o lo que puede y aplica lo que quiere, nosotros les da­ mos condiciones ideales, les decimos lo que nos parece, después ca­ da casa se organizará como quiera o como pueda. Fem ando: —Hay cosas que yo sí, he hablado con los chicos, yo por ejemplo quiero hacer dos grupos, donde uno venga a las dos y media de la tarde y el otro venga tres y media para que no se me junten, o tengo treinta chicos o tengo ochenta chicos, porque ten­ go a las tres divisiones juntas, entonces quiero separar, pero es cierto, en el momento del colegio va a haber problemas porque hay chicos que dicen: “yo salgo del colegio a la una y cuarto y me ven­ go para aucá” “¿cuándo almorzás?”, “\ah\”, “si no me vas a almorzar no, porque si no, no me sirve”, es como dice Marcelo el ideal es és­ te, hay que ver cómo podemos adaptarlo, yo hago una planifica­ ción, un trabsgo físico, hay un momento que flexibilizar porque no pueden... pero tengo que cambiarla. 121

M arcelo: —En ese sentido, quédense tranquilos porque la preo­ cupación de ustedes porque estudien es la nuestra, cuando noso­ tros decimos también queremos formarlos como seres humanos, les ponemos en primer plano que es una falsa opción o estudiar o jugar como les ha pasado a algunos de ustedes o como pasa toda­ vía, hoy en día me parece que no se puede optar, hay que estu­ diar, no hay vuelta, hoy en día para repositor de supermercado piden secundario completo, y hoy en día la desocupación es mucho mayor en gente que no tiene estudios, la gente que tiene estudios no pasa por los mismo problemas, entonces nosotros cuando ha­ blamos de esto, de formarlos como seres humanos, no queremos anteponer el fútbol al estudio porque valoramos el estudio igual o más, entonces vamos a tratar de ayudarlos, esta charla también tiene este sentido, para que tanto ustedes como ellos, se puedan organizar de la mejor manera para que el chico no esté exigido, sobresaturado, mínimamente organizado para que pueda rendir y divertirse en todos los lugares que frecuente. Yo un poco aprove­ cho esto para meterme, después si hay alguna pregunta más res­ pecto al tema de la alimentación la charlamos al final. Hay un con­ cepto dirigido a quienes van a ver a sus chicos jugar en competen­ cias, hay algo que lo habrán escuchado un montón de veces y que se llama estrés. Es muy común que el médico diga: “usted tiene es­ trés”, o las revistas en todos lados, y hay un concepto que se llama estrés juvenil o infantil, y ustedes me dicen “¿pero cómo, los chicos pueden llegar a un grado de estrés?” sí, en la sociedad que vivimos hoy, con el nivel de exigencia que hay, con los estímulos que tienen los chicos es muy frecuente también, se manifiesta de otra mane­ ra. Entonces un poco las indicaciones o las pautas que yo les voy a dar ahora en el mismo sentido que Femando les daba respecto de la alimentación, esto es respecto a su “conducta de padres”, par­ tamos de una base, nada de lo que hacen (si ustedes se sienten to­ cados) es para culparlos, cada uno hace como padre lo mejor que puede y con las mejores intenciones, sucede que uno a veces se manda macanas y no se da cuenta, entonces de repente una orien­ tación puede servir para pensar algo y para torcer alguna conduc­ ta que sin querer, uno inconscientemente está perjudicando al hi­ jo. Hay algo que se llama el agente motivante, o sea cada uno de ustedes colaboraron, o sea encendieron la llama para que cada uno de sus hijos juegue al fútbol y disfrute con el fútbol, el proble­ ma es cuando, si uno prende un fuego y uno se acerca mucho a la llama, la puede ahogar, entonces en este momento que como de122

ciamos antes estamos pasando de una etapa infantil, donde hay menos responsabilidades, a una etapa amateur donde hay mayo­ res responsabilidades y no sólo acá, sino en la escuela también, porque cada vez son mayores las responsabilidades y las exigen­ cias, yo creo (aparte hay estudios psicológicos que lo demuestran) que una vez que el padre, o la madre, ya sirvió para incentivarlo al chico, para motivarlo para que juegue al fútbol, para que disfru­ te jugando al fütbol tiene que tomar cierta distancia, esto quiere decir, no que no le dé más pelota o que no le pregunte más “y, ¿có­ mo te fue, te divertiste?”, no, pero que no le esté tan encima, sí? es­ to quiere decir que no se convierta en un agente estresante, por­ que muchas veces el padre, yo he trabajado en escuelitas de fútbol antes de trabajar acá, y veía padres que se agarraban del alam­ brado y le decían: “pegale una patada en la cabeza”, y por ahí el padre no se daba cuenta en ese momento, después se enfriaba y decía: sí, la verdad es que fui un imbécil, me equivoqué, pero bue­ no, en ese momento, la importancia que tiene la palabra de uste­ des para el chico, sabemos que todavía están en el comienzo de la adolescencia es una edad clave en que todavía hay muchas cosas que no están definidas del todo, puede ser la sexualidad, puede ser la personalidad. Entonces de repente la palabra de la madre y del padre es muy importante, entonces un chico que ve a un padre al que le cree mucho, confía mucho en él, y el padre le dice: “pegale una patada”, no se va a poner a pensar: no, me parece que estás equivocado, después lo hablamos en casa, va y le pega una pata­ da, entonces esa agresión del padre, claramente, esto no creo que les sorprenda lo que les estoy diciendo, lo habrán visto un montón de veces, se le transfiere al chico, con tres, cuatro padres que ha­ ya de esos por partido, en 9a división, los chicos en vez de estar ju­ gando y disfrutando, van a estar todo el tiempo pendientes de lo que pasa afuera, entonces esto va generando una ansiedad; lo que comúnmente se entiende por estrés se llama también ansiedad, tensión del deportista, hay un psicólogo cubano muy famoso (G arcía U cha ) quien aglutinó todos esos nombres en un libro: “Las emociones en el Deportista”', entonces la pauta sería tratemos de influir negativamente lo menos posible en las emociones de nuestros hyos, esto quiere decir, por ejemplo yo padre, mi hijo jue­ ga en la 9a de Ferro, tengo ganas de ir a verlo: primer paso le pre­ gunto: “¿te molesta que vaya?”, ¿por qué?, porque muchas veces hay chicos a los que les molesta, otros a los que no, hay chicos que rinden más, juegan mejor, disfrutan más con el padre o la madre 123

mirándolos, y hay otros que no agarran una o que quieren demos­ trar y eludir a todos, genera individualismo, “porque me está mi­ rando papá”, y se tiene que ir con un gol o con una jugada brillan­ te mía, porque si no para qué vino. Entonces se le puede pregun­ tar: “¿tenés ga n a s?, “sí, vení”, bueno, ya me quedo más tranqui­ lo; segundo punto: si voy, voy a alentar; si voy a insultar a los ri­ vales o a darle indicaciones a mi hijo, mejor me quedo en mi casa haciendo zapping, leyendo una revista, o me voy con mis amigos al cine, ¿por qué? porque muchos chicos me dicen que no pueden hacerle caso a lo que les dice el técnico y a lo que les dice el padre, y la mayoría de las veces lo que les dice el padre es opuesto a lo que les dice el técnico, entonces se enloquecen, y ustedes me pue­ den decir ¿tan grave puede ser? y vamos sumando, vamos suman­ do lo de la alimentación, lo de la ansiedad, que es un período de adaptación, y cuando nos queremos dar cuenta tenemos un mon­ tón de cosas, que si las tomamos a tiempo, le estamos permitien­ do a nuestro hijo, que es lo que más queremos, que disfrute, por­ que esto es un juego, o sea, vivimos en una sociedad, en donde to­ do el tiempo se genera la competencia, el individualismo, el sálve­ se quién pueda, vivimos así, esto es una selva. Algunos coincidirán y otros no, pero se vive mal, la calidad de vida es baja, todos come­ mos mal, todos descansamos mal, todos estamos un poco estresados, entonces vamos a tratar de vivir mejor; estas pautas apunta­ rían un poco a esto. Porque aparte los argentinos tenemos una de­ bilidad, por eso Clarín interpretó tan bien con el juego del Gran DT, eso de que todos nos creemos que somos técnicos, todos. El Gran DT interpretó eso y fue un éxito. Entonces, yo le tengo que decir algo a mi hijo, se lo puedo decir, pero tal vez hay que pensar en cómo decírselo, en qué momento, si veo que me dice: no, pero qué me estás diciendo, el técnico me dice otra cosa, me quedo ca­ llado, no atosigarlo, no convencerlo de que yo soy el que tiene la razón, y el técnico no sabe nada, otra cosa muy común porque así le estoy entorpeciendo el trabajo al técnico y le estoy complicando el aprendizaje a mi hijo en lo que es disfrutar, porque si eligieron el fútbol, además de que yo hice una encuesta, un cuestionario el año pasado, con la 9a del año pasado, y el 95% entre las pregun­ tas que había, me respondió positivamente en el sentido de que persiguen un status social, y no está mal porque el fútbol tal vez, con el boxeo, sean los únicos dos deportes, que en el caso de que lleguen, puedan pasar de una clase social a otra, no hay otros de­ portes. 124

A: —Perdóname, eso era lo que pensaban los padres. M arcelo: —No, los chicos. En lo que ahora es la 8a; y no está mal porque el status está íntimamente ligado al dinero, uno puede es­ tar de acuerdo o no en un montón de cosas, podemos ponemos a debatir todo lo que corroe el dinero: las relaciones sociales, las re­ laciones afectivas, pero no es la idea de esta charla hacer un aná­ lisis sociológico o psicológico de la relación del hombre con el dine­ ro, sí, no está mal que un chico vea los jugadores de fútbol que ga­ nan doscientos mil dólares en un año y que salen tocando bocina en un coche que vale treinta mil dólares. ¿O acaso hay alguien a quien no le interesa el lujo? No, seguro que a nadie, lo que sí esto no se les tiene que volver aplastante. A esto iba, a que ellos tienen que entender que esto es un juego; a medi­ da que vayan escalando en el fútbol amateur van a tener más res­ ponsabilidades, pero no es lo único que tienen que tener en la vi­ da a esta edad, jugar al fútbol y hacer un gol o ganar un partido, porque si después la cosa no resulta, la frustración es muchísimo más grande, y aunque resulte, yo les digo a los chicos, suponga­ mos que vos llegás a primera que para eso venís, te sacrificás, te esforzás, y para eso cada uno del cuerpo técnico trabaja con ese ob­ jetivo, tenés una carrera que no hay ninguna lesión que te inte­ rrumpa, terminás a los treinta años, yo les pregunto ¿hay lugar para todos los jugadores de fütbol como periodistas, empresarios de jugadores, directivos?, me miran y rápidamente me dicen: no, y bueno ¿qué vas a hacer los otros cincuenta años de tu vida si no estudiás? Entonces un poco, cuando decimos que los estamos for­ mando como seres humanos es que si ellos tienen la posibilidad de tener otra cosa que les guste además del fútbol, mejor, ahora ha­ cen la secundaria, después seguirán algún curso de computación, si siguen una carrera universitaria mucho mejor, se entiende. Otra cosa que observo en los padres, que actúan sin darse cuenta, porque todos los padres fueron hijos, y todos los hijos tuvieron pa­ dres, hay cosas que se transmiten y se repiten de generación en generación, muchas veces hay padres que además de querer con­ vencerlo al chico de que él es el dueño de la verdad, los amenazan o les inculcan el miedo o los castigan, “si no hacés esto” , y hay es­ tudios psicológicos sobre los castigos, no sólo en el fútbol, que es un deporte, sino en cualquier orden, que demuestran que los chicos que son tratados bien a la larga responden en un mucho mayor porcentaje a lo que ellos tienen ganas de hacer o a lo que los pa­ 125

dres tienen ganas de que hagan que si son castigados. Hay esta­ dísticas que si uno los castiga todo el tiempo, lo más probable es que el chico salga haciendo exactamente lo contrario, y uno tuvo bastante que ver. Entonces la idea de esto no es que sea una es­ cuela para padres o una escuela de vida, porque no existe ningún libro que enseñe a educar a los hijos, solamente que como se lla­ ma esto competencia, los sábados los chicos van a competir y siem­ pre se compite con un otro, entonces la idea es que ellos lo van a ir entendiendo en las charlas que nosotros vamos a ir teniendo, pe­ ro que del lado de ustedes también ellos puedan escuchar que el otro no es un enemigo como en una guerra que hay que pisarle la cabeza, sino que es un oponente en una disputa que es un juego, que tiene que haber un oponente, porque sino no hay juego, con el que vamos a tratar de divertimos, obviamente que yo voy a salir a la cancha para querer ganar, pero hay maneras, el cómo, uno no tiene que perder el cómo. La última cuestión sería, ¿con todo esto a qué quiero llegar? a que además del ideal de ustedes de que el chico llegue y triunfe como jugador de fútbol, tienen que verlo que disfrutan jugando al fútbol, que si ustedes ven que no disfrutan, no tienen alegría por venir, vengan a hablar con nosotros, porque si no tienen alegría, si ustedes se dan cuenta de que no se puede adaptar, que es una exigencia demasiado grande, o que cuando us­ tedes le hablan se lo toman demasiado seriamente, no digamos que no se lo toma con responsabilidad, porque nosotros intenta­ mos darle seriedad a esto, pero si se lo toma demasiado seriamen­ te, que no puede disfrutar o que no puede disfrutar de otras cosas, bueno me parece que es un llamado de atención, una luz amarilla que nos tiene que llevar a todos a pensar, algo estamos haciendo mal, y en este sentido, así como nosotros tratamos de inculcarle la importancia por el estudio, además de por el placer por el juego, también les vamos a ir dando charlas como hicimos el año pasado en relación a pautas sexuales, que por ahí son preguntas que no se animan a hacerles a ustedes, de por ahí cómo usar un preser­ vativo, o tuvimos charlas de cómo prevenir el SIDA, charlas de prevención de adicciones, entonces tratamos, sabemos que la ado­ lescencia es una etapa muy difícil, no tanto a esta edad, pero hay estadísticas de que el 85% de los que entran en la drogadicdón tie­ nen entre quince y veinte años, entonces esta es una estadística y es irrefutable, y eso no nos tiene que asustar pero sí lo tenemos que saber. Entonces, si nosotros podemos transmitirle algo en es­ te sentido, para prevenir, cuando tiene trece, catorce años, cree­ 126

mos que estamos contribuyendo o haciendo una ayuda impor­ tante desde el sentido humano, que tal vez vale muchísimo más que si llega o no llega, yo con esto que insisto tanto no quiero que se vayan frustrados diciendo “este psicólogo es un tarado, nos pinchó el globo, no va a llegar ninguno”, no, no es pesimis­ mo, es realismo, creo que hay cosas que tienen que saber, y en relación a las drogas es una realidad, tampoco hay que andar asustando, porque no cualquier chico cae en las drogas, obede­ ce a una problemática familiar, hay que ver cada caso, no se puede generalizar, hay que ver la casuística que llevó a ese chi­ co en un determinado momento a probar, porque no todos los chicos prueban, pero sí es una realidad, es una realidad que va creciendo, cada vez hay más datos de esto. A: —En mi caso, mi hijo me dice por qué no a la droga, yo le expli­ qué que la primera es rica, no le voy a mentir... hay padres que no le explican, es fea la droga pero no les dicen por qué, también no es que en la casa tienen algún problema, pasa porque mis padres no me saben explicar por qué no. Marcelo: —Bueno, pero entonces ahí tenemos un problema. A: —Pero no porque el chico tenga un problema, es que a veces hay padres, que somos un poquito cerrados, y nos da vergüenza explicarles ciertas cosas... entonces yo creo que tenemos que decir­ les las verdades, no ocultar. M arcelo: —No ocultar. A: —...He tenido chicos que han sido alcohólicos... no siempre es el caso de que los chicos tienen problemas; “vos fumás, ¿por qué?”, “porque me gusta”. Fem ando: —Pero como nosotros los vamos a tener a los chicos todos los días dos horas y media. Y ustedes los tienen doce horas por día, nosotros les estamos avisando, mirá, nosotros creemos que dentro de la formación de un chico, está el tema de la preven­ ción por esto, por esto y por esto, si alguno no está de acuerdo, que lo diga, pero creo que todos estamos de acuerdo, eso también es educación. A —No, yo no djje... M arcelo: —No, está bien, vale. Cuando uno dice prevención, dice educación, y yo trabajé muchos años en el hospital Argerich, yo es­ toy especializado en clínica y en deporte, no en la parte de depor­ 127

te sino en la parte clínica, y en el servicio de psicopatología he atendido a muchos adictos, alcohólicos o adictos a las drogas, se llama adicto a cualquiera de las dos posibilidades, y yo de muchos casos que atendí lo que se repetía, y esto lo puedo fundamentar porque es mi experiencia clínica, fallaba el diálogo con los padres, inclusive me llegó una publicidad de España, muy buena, en la que —lástima que no la tengo acá— hay una foto de una madre con un bebé en brazos y dice: “¿cuánto cuesta tener un hijo?”, *en­ tonces trate de hacer todo lo posible para no perderlo, no a la dro­ ga, charle con su hijo, dialogue con su hijo”, y ahí tenemos una cla­ ve de por qué muchos chicos pueden llegar a terminar probando, como usted dice bien, entrar es fácil y salir es muy difícil. A: (pregunta inaudible). Fernando: —Pero saben más cosas de las que nosotros creemos. Entonces estando encima, teniendo diálogo, dan ejemplos, porque aparte de decir hay que hacer... si elegís este vas a ser un buen de­ portista, vas a ser un buen tipo y vas a tener un resultado... M arcelo: —Sí, inclusive nosotros no les queremos enseñarles a vivir, no se trata de eso, cada padre hace lo que puede, pero mu­ chas veces hay padres que creen que tienen diálogo con sus hijos y el pibe se queja de que el padre no le presta atención, entonces tal vez ajustar un poco eso, preguntarse ¿cuánto tiempo yo le de­ dico por día a charlar con mi hijo, sin la televisión? por ejemplo, y bueno, uno hace números y no es mucho, quizás el fin de semana, todos tenemos razones, vuelvo cansado del trabajo, estoy hecho pelota, llego con ganas de prender la tele y comer y que no me rom­ pan la paciencia, todo eso es cierto, pero a esta edad el pibe nece­ sita a los padres, los necesita, no que le estén encima y lo ahoguen, pero que haya un diálogo mínimo, no controlarlo, castigarlo, que uno se vuelva persecutorio, porque ahí sí, chau, ya después querés preguntarle qué pasa y no te lo va a contestar nunca, porque ade­ más es la edad de la rebeldía, y si nosotros fomentamos eso lo más probable es que cada vez nos oculten más cosas, entonces no de­ cirle “¿con quién vas a salir?, no me gusta ese ¡eh\”, no, pero ir tan­ teando, uno va viendo, uno lo conoce bien al hijo, va viendo, y si ve que un amigo “éste está en el barrio con una barrita, que ya tuvo un pasado...” entonces charlarlo en un momento aparte, no retán­ dolo, porque los chicos no quieren retos, hablar francamente, "mi­ rá, yo me intereso mucho por lo que te pasa y quiero saber cómo es­ tás, si te está pasando algo”, así, un diálogo amigable. 128

A: —.. .generas anticuerpos de esa manera... M arcelo: —Exactamente, por más que como usted decía perma­ nentemente los medios de comunicación bombardean con dobles discursos como esto de Samantha, que termina teniendo una hot Une, y que terminó estando “48 horas” por televisión por día, en­ tonces yo escuché mucha gente y muchos chicos, porque lo charla­ mos el año pasado, yo escuché chicos que me dijeron: “pero enton­ ces está bárbaro lo que hace esa chica, se llenó de plata”, pero es­ cuché chicas diciendo: “pero, al final hay que ser una atorranta”, todos tenemos que abrir los ojos, porque cada vez nos van a bom­ bardear más con dobles discursos. A: —Un chico que quiere llegar y lo ve a Maradona que llegó... y en­ tonces ahí hay un doble mensaje. “Yo no llego y éste, mirá se drogó y llegó”. M arcelo: —Es que estamos llenos de dobles mensajes, Marado­ na, no vamos a hablar de Maradona porque es otro de los vicios argentinos que todo el tiempo hablamos de Maradona, pero esto que usted dice es tal cual, cuando hizo Sol Sin Droga, fue un do­ ble mensaje evidente, porque él está enfermo, y bueno, él... cada uno con su vida privada hace lo que puede; fue el más grande ju­ gador argentino y tal vez el más grande jugador de todos los tiem­ pos, del fütbol, y creo que eso solo merece respeto, ahora con su vi­ da, mucho no pudo hacer, entonces alguien que yo considero que no sé si no puede salir, no sé si quiere salir, nadie lo obligó a hacer esa campaña Sol Sin Droga, entonces se lo veía en el afiche rién­ dose y con el reloj de oro, el Rolex, la cadenita de oro, los anillos de oro, y claro, un pibe se identifica. Los chicos son cada vez más rá­ pidos con los estímulos que reciben, pero igual, cuando uno idola­ tra a alguien lo idolatra. A: —O porque está pasando un mal momento el chico. Marcelo: —Exactamente. Tan mala no debe ser porque Marado­ na sí, inconscientemente porque él también es una víctima, le está haciendo el juego a los del cartel de Cali, los de Colombia están cho­ chos, porque después de esa propaganda de Sol Sin Droga así rién­ dose. Hay una comunicación visual, que es otro canal muy impor­ tante además del verbal-auditivo. Existe también el canal táctil y el olfativo. Vale decir, el mensaje puede correr por un canal mani­ fiesto o por uno latente. Y se puede expresar consciente y/o incons­ cientemente. Por esto es que son tan comunes los doble mensajes.

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A: —...también ayuda, en otros países el deporte es parte de la educación como ser humano. M arcelo: —Estamos de acuerdo. A: —...yo que trabajo en la calle, y... no pueden salir, y no les inte­ resa salir. M arcelo: —Y no respetan clases sociales. Estamos de acuerdo, es que ahí está el punto, nos bombardean todo el tiempo con mensa­ jes como no hay futuro, no hay trabajo, para un pibe que está de­ cidiendo qué hacer de su vida, y que tampoco tiene muy claras un montón de cosas, que le digan no hay futuro, no hay trabajo, con esta crisis de valores que hay, la droga empieza a ocupar perfecta­ mente un hueco, o sea está todo muy bien pensado, es un negocio aparte, está todo fríamente calculado, como diría el Chapulín, así que bueno, para terminar con esto de los dobles discursos, hay una propaganda que ilustra bien esto que yo les digo de la competen­ cia, yo no sé si se acuerdan, de Adidas, era del año pasado o del otro, no sé si la repitieron, que el pibe estaba con bronca, estaba poniéndose las zapatillas en el vestuario, porque había perdido, y el padre le dice: “no te preocupes, lo importante es competir”, y el pibe le dice: “no, yo quería ganar”, ese es un doble discurso porque yo no vi nunca ningún padre que le diga: lo importante es compe­ tir. Entonces un poco me parece que eso ilustra todo lo que veni­ mos hablando. A: —...diez horas delante de la televisión es una adicción... a cada rato es una adicción. A; —Tbmar Coca-Cola es una adicción, fumar. A: —Su tiempo de descanso, su tiempo de estudio, y que el resto de su tiempo lo use... pero que el tipo no esté en lugares donde yo no sé dónde está, y que no sé con quién. M arcelo: — Está bien, me acordé de una última cosita, van a ver que en algún momento, a veces es difícil aceptar que el técnico es el que manda, es difícil, sobre todo si creo que yo tengo la razón y si creo que mi pibe es un fenómeno como deda el señor, entonces es muy común, sobre todo en la novena, pero en todas las divisiones, que haya cambios permanentes del equipo, que no haya un equipo fijo, y que algunos les toque de entrada porque entran once y el plan­ tel es de treinta, diednueve no van a jugar, alguno entrará, otro no. Entonces, si yo vengo y quiero hablar con el técnico, primero si yo soy el técnico y un padre viene una vez, dos veces, ya me agarra 130

bronca con el padre y por ende con el pibe, y digo este se cree que es ton fenómeno, porque no me viene a preguntar cómo veo a su hijo cuando jugaba, porque viene ahora que salió del equipo, como ha pa­ sado; entonces una última cosita: suplentes en algún momento, son las leyes del juego, por ahí que haya otro que el técnico considere mejor, que por ahí está citado, pero esto es como la vida, es así, es la rueda, uno ahí tiene que tratar de contenerlo y decirle ya va a pa­ sar, tenés que seguir, y si no andá a hablar con Marcelo o con Fer­ nando, no tanto con el técnico, porque el técnico no está para escu­ char esas cosas, él está para dirigir, para armar el equipo, pero que lo hable con ustedes, que lo hable conmigo, con Femando, pero tie­ nen que entender ellos y ustedes que son las reglas del juego. Vamos a terminar acá. Les agradecemos la colaboración, la participación, tal vez haya alguna otra oportunidad en algún momento del año que nos volvamos a ver acá, aunque en las competencias podemos intercambiar, ya nos conocen y también a los dos técnicos que, evi­ dentemente, no han podido venir, igual ellos estuvieron de acuerdo con esta charla. Obviamente, la estamos grabando también para que ellos escuchen; ya estábamos de acuerdo en el discurso que íba­ mos a decir, y bueno ahora es un buen momento para aplicar todo lo que les pueda haber quedado a cada uno en la competencia que va a organizar Nike y de la que vamos a estar todos enterados la se­ mana que viene, es un buen momento, como diría un relator, para aplicar algo de lo que nosotros intentamos transmitirles hoy. Esta­ mos a sus órdenes, a su disposición y desde ya gracias por venir. A: — (Un padre que acaba de llegar): Hay una realidad en lo que di­ jiste, hay que civilizar a los chicos, que el fútbol es el ambiente más ingrato que pueda existir, yo soy fanático de fútbol, pero es muy in­ grato... conozco muchos casos... M arcelo: —Sí, estamos de acuerdo, por eso ya algunas cosas te las va a transmitir tu esposa, porque tratamos de darles indicacio­ nes, pautas, igual les vamos a hacer llegar una hojita. A: —Es muy lindo el fütbol, pero es lo más ingrato que existe, yo tenía un amigo, era un fenómeno el tipo y por un rival que lo lesionó adrede, perdió la carrera. M arcelo: —Es así. Por eso nosotros tratamos de formarlos como personas. A: —No, lógico. M arcelo: —Y tratamos de hacer lo mejor que podemos, yo les de131

cía que Rosario Central y Ferro son los dos únicos clubes que tie­ nen psicólogo en el fútbol amateur con exclusividad, yo estoy tra­ bajando hace un año y medio y Femando trabajó en la selección de vóley nacional, Cacho G iménez, hay que reconocer que es una eminencia, Ricardo Tartaglia, M iguel A ngel T ojo, E dgardo M archetti y José Fantaguzzi jugaron en Ferro y V íctor Leyden (hijo de Santiago Leyden , presidente muy importante en la histo­ ria del club) como preparador físico, y Ramón M orales, el otro pre­ parador físico, quien fue jugador de Independiente, bueno todos. Somos un equipo. Y como dijo el gran A lfredo D i Stéfano:

“ningún jugador es tan importante como todos juntos”.

deportista

empresario ©

sobre ambos = estrés)

O Vínculo más importante © Puede ejercer presión sobre los tres

Nota: Hoy algunas corrientes teóricas incluyen como protagonistas al dirigente y al árbi­ tro, convirtiendo el triángulo en un pentágono.

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En Ferro Carril Oeste con el fut­ bolista Mugabure, quien llegó a primera división. Con José Fantaguzzi y la novena división de Ferro Carril Oeste que él dirigía. V C

uatro

c o n se jo s

PARA PADRES

1 Los padres debieran permanecer sentados en la zona de espectadores durante la competición. 2. Los padres no debieran gritar instrucciones ni críticas a sus hijos.

3. Los padres no debieran hacer comentarios despectivos sobre los jugadores del equipo contrario, o de otros padres, jueces o dirigentes de la liga. 4. Los padres no debieran interferir con el entrenador de sus hijos. Deben ceder gustosamente la responsabilidad de sus hijos al entrenador durante el período de competición. hl problema paterno más notable es el de la mala conducta en las competiciones. Estas son las reglas que sugieren Martens y Seefeldt (1979). Para ampliar el tema se sugiere la lectura del libro "Mi hijo el campeón. Las pre­ siones de los padres y el entorno” (Lugar Editorial, 3a edición) de Roffé, Feniliy Giscafré.

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Capítulo 8

El técnico y el jugador. Similitudes y diferencias con el teatro. Condiciones y aptitudes psicológicas para ser un buen técnico y un buen futbolista

AH, OTRA COCA, f tW A N A ... ÓUÉ6UEME SUELTO, SiN PREOCUPARSE (OR nada

1

Caloi, publicado el 4! 3/ 80 en la revista “El Gráfico”.

fOJlTANA,QUÍERO fflUE ME 0UE6UE BE VOLANTE RETRASADO, PERO MANDANDOSE Al. MAQUE. RASAME te TAPÓN EN EL MEDIO, PARADO DEtAfJTE DE LA LÍNEA DE CUATRO. CUANDO S6 VAYA ARRÍ8A, HAGALO PICANDO EN DIAGONAL. LA'NCEME PELOTAZOS CRUZADOS PARA IOS PUNTEROS. TRATE HE TOCAR. DE PRiMERA. EJ* PAREDES COKWS t SN U 6 LAR6AS. BUSQUE IA ESPALDA DE U S MARCADORES CENTRALES. NO SE OLVÍDE í£ AMAGAR. Y BUSCAR. LA p *n « O EL CAMBIO DE RiTAlO. fóJIE PARA^fiESMARCARSE 1 PROVOCAR.CLAROS.fARA LA ZT.1.1 c ucnii. v jw vcw i voiicnc PRUE6E n DE MEDÍA WSTANCÍA...

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“Eljuego es muy estimulante. Lo que siempre importa es lo precario de la acción recíproca entre la realidad psíquica personal y la experiencia del dominio de objetos reales. Se trata de la precariedad de la magia misma...” (D. W innicott)

EL TÉCNICO tienen m iedo de que el especialista inva­ da áreas técnico-tácticas. Uno debe explicarles las veces que sea necesario, que como se trata de psicología aplicada al fútbol, y ellos mandan, es a ellos a quienes le hacemos la observación y a tra­ vés de quien puede “nacer” el cambio. Lo que muchas veces les cues­ ta comprender, es que uno tiene que recurrir a la descripción de juga­ das (rendimiento), para fundamentar la respuesta psicológica. Que ambas respuestas —la técnica y la psicológica— van enlazadas. Por otro lado, es muy difícil convencer ciento por ciento a un cuer­ po técnico integrado por seis entrenadores, que en la mayoría de los casos no perduran demasiado tiempo (la inestabilidad es otra de las propiedades del fütbol). Algunos le dan al psicólogo el lugar que corresponde, y otros lo dan a medias. Algunos “soportan” el asesoramiento psicológico y el trabajo con el grupo (ya que lo ven positivo). Otros sólo están tranquilos y se sienten confortables si uno sola­ mente asiste en forma individual a los jugadores. En muchos casos es inseguridad del entrenador. Y en otros, se suma algún error que ha­ ya cometido el psicólogo. El técnico se equivoca, y mucho; el preparador físico también se equivoca; pero en ambos casos hay como un manto de silencio. Son humanos. Si se equivoca el médico, ya es más grave, la cosa va tomando co­ lor. Pero cuando se equivoca el psicólogo... siempre hay alguien aga­ zapado esperando el error para decir que la función no sirve. Es fruto de la resistencia. Pareciera que el psicólogo es el único miembro del cuerpo técnico que no se puede equivocar. Es cierto que hay errores y errores. Hay errores que son graves, como violar el secreto profesional o hablar de cuestiones técnico-tácticas. Yo puedo decir que, sin haber cometidos errores de este tenor (el

H

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ay técnicos que

tiempo de permanencia en el rol lo confirma), he cometido errores. No de los que retroceden a la ciencia años, pero los he cometido. Lo reco­ nozco, como también aseguro que cada vez cometo menos errores. En realidad, lo que hay que decir es que se trata de un trabajo muy solitario, por momentos ingrato, y que implica tener responsabi­ lidad, ya que dijimos que de por sí el fútbol es un medio hostil desde antes de nuestra llegada (aún resistida). Debemos ser “expertos en relaciones interpersonales" (GARCÍA U ch a ). Y, además, trabajar en juveniles con muchos técnicos implica ser flexible, atender a cada estilo personal (y hablamos de técnicos más permeables a la ciencia que los del fütbol profesional). Así y to­ do, he observado casos donde técnicos no tan abiertos y de “cierta du­ reza” en su perfil, se han flexibilizado, luego de un tiempo impor­ tante de tarea con el especialista, quien colabora con su pulimento personal. En el mundo del fütbol parece haber una máxima: “a los pi­ bes hay que tratar de darles todo lo que está nuestro alcance. Que lle­ guen a primera con la cabeza lo más fuerte y despejada posible”. El psicólogo debe tener muy claros los objetivos, deber reunir de­ terminados atributos de personalidad para el puesto, y debe poseer un umbral muy alto de tolerancia a la frustración. Todo esto además de su capacidad y/o habilidad para realizar la tarea. En esto se homologa al verdadero y único protagonista del juego: el jugador. Sin lo descripto, ninguno de los dos podría mantenerse y “durar” en este deporte... Naturalizar la función e instituirla como un eslabón más lleva tiempo, probablemente de cinco a quince años, según los países. Los psicólogos tenemos fama de “complicados”, habladores, que sabemos de todo y que siempre estamos interpretando. Algo habremos hecho para construir esa imagen. Es nuestra res­ ponsabilidad cambiarla. Tenemos que mostrar resultados. Ser sinté­ ticos verbalmente y en los informes. Ser ubicados y “centrados” (los médicos son un ejemplo de esto). Si los especialistas que salen al ruedo cumplen con estos requisi­ tos, tienen más posibilidades de triunfar. Lo im posible no existe. Es lo que tardan la i y la m en caerse...

Término acuñado por el licenciado Lo Russo.

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¿QUÉ ROL ENCARNA UN TÉCNICO? Podríamos definirlo como maestro, guía, jefe de hombres, respon­ sable, o padre espiritual del grupo. Es el encargado de poner los lími­ tes. Cada director y/o conductor lee de manera distinta los símbolos. Es por esto que existen diferentes estilos de conducción. Muchas veces se siente en la obligación de tener (aparentar) todas las respuestas. Según una técnica utilizada denominada “torbellino de ideas” (Brian Storm ing), los futbolistas de un grupo definieron con estas pa­ labras la función que cumple un D.T: “enseñar, dirigir, corregir, con­ ducir, gritar, ubicar, hacer reaccionar, alentar...”.

Es imprescindible que en su bagaje posea ideas propias, buenos instintos, alta dosis de reflexión y una gran cultura y sensibilidad. Tiene una herramienta decisiva, si la sabe utilizar: la sugestión. Para un D.T., comunicar bien es decisivo. Siguiendo a Freud, en Psicología de las masas y análisis del yo: “De este modo quedamospreparados a admitir que la sugestión (o más exactamente la sugestibilidad) es un fenómenoprimario irre­ ductible, un hecho fundamental de la vida anímica humana”. LOS TÉCNICOS ¿SIEMPRE SE EQUIVOCAN? 15 En un país donde todos sus habitantes creen ser técnicos (o en­ trenadores como algunos gustan llamarlos), éstos siempre están en la picota. Y hagan lo que hagan nunca conforman a todos (y menos en el fütbol, que es tan opinable). La función del técnico es archidifícil. Debe tener una serie de re­ cursos humemos y de personalidad (además de los técnico-estratégicos) para poder sobrellevar sin grandes costos tantas exigencias. El técnico es la máxima figura del equipo deportivo, el rol asimétrico, el lugar de las grandes decisiones. Sabemos que cuando se toman deci­ siones no existen las garantías, que tomar una decisión es asumir un riesgo, y que implica ganar y perder algo al mismo tiempo. El técnico está permanentemente tomando decisiones. Algunas a corto plazo, otras a mediano y otras a largo plazo. Algunas suenan ló­ gicas y otras no. Conformar un equipo confiable de colaboradores, de­ cidir los titulares, hacer un cambio, realizar una indicación en una 15 Artículo publicado en Revista de Psicología Deportiva.

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práctica, saber qué decir en cada charla, escuchar al futbolista, escu­ char el informe médico, físico o psicológico para sumar elementos pa­ ra intervenir. Son todas decisiones que debe tomar. Por eso la importancia del trabajo de equipo interdisciplinario: aunque luego se sienta solo en las decisiones, si los colaboradores (preparador físico, médico, psicólogo, nutricionista, asistente social, fisiólogo, psicomotricista, etcétera) colaboran, él va a estar más res­ paldado, más aliviado y va a tener más elementos a la hora de deci­ dir: si sabe escuchar va a tener menos chances de equivocarse. Equivocarse es inherente a la condición humana, aunque a muchos les cueste aceptarlo. Y hay resultados buenos o malos que destacan o entierran decisiones... Si a esto le sumamos que el ser humano, por su condición, nece­ sita quedar insatisfecho y que la queja es la consecuencia de la insa­ tisfacción, vamos a entender mejor por qué un técnico que cuida su salud mental trata (intenta) de abstraerse de todo lo que escucha. No se puede conformar a todos: jugadores, padres, dirigentes, público y periodistas. El técnico no nació para agradar desde el momento que de un plantel de veinticinco jugadores, debe elegir once para ingresar al campo. Quien toma decisiones a repetición genera antipatías, a menos que siempre le abrace el éxito (que tapa, nubla) y esto es imposible. No por casualidad, todas las exigencias y presiones que les depa­ ra ese lugar, se transforman en depresiones, estrés, úlceras, paros cardíacos, etcétera. El efecto corrosivo de la tensión y la ansiedad ha­ ce lo suyo, (él queda fuera de la línea de cal) y quienes deben o inten­ tan resolver son los jugadores. y ¿Cómo agradar a todos en el estilo de trabajo? y ¿Cómo agradar a todos en el estilo de juego? V ¿Cómo agradar a todos? V ¿Cómo no cometer errores? V ¿Cómo evitar que las presiones no afecten? V ¿Cómo hacer que los jugadores hagan exactamente lo que les digo? y ¿Quién es el único que piensa las veinticuatro horas cómo armar el equipo de la mejor manera? y ¿Por qué el técnico es siempre la válvula de escape? V ¿Quién me mandó a ser técnico? Estas y muchas otras preguntas rondarán por las cabezas de los 139

técnicos. M ientras tanto, le ca n ta n a l b u zo : sin embargo te quiero...”.

“me hacés tanto mal y

EL FUTBOLISTA No cualquiera es un buen futbolista. Debe reunir virtudes técni­ cas, tácticas, físicas y psicológicas. El fútbol posee una serie de exigencias a las que se dirige el tra­ bajo interdisciplinario. Siguiendo a U cha, las m ism as son: • Resistencia aeróbica. • Rapidez de reacción. • Velocidad de movimiento. • Precisión motriz. • Precisión corporal. • Capacidades coordinadas (ejemplo: visomotora). • Percepciones especializadas. • Cualidades del pensamiento. • Personalidad. • Cohesión grupal (tendencia natural a la integración). Sabemos que hoy, en el alto rendimiento y en la alta competen­ cia, se empieza a imponer un pensamiento unánime: NO se puede des­ preciar, en el tercer milenio , una ciencia como la psicología apli­ cada al deporte. No se trata de “palmoterapia”. H ay una serie de psicotécnicos, de mediciones grupales e individuales, de técnicas de relajación y visualización, de herramientas cuali-cuantitátivas que sólo el especialista puede brindar (como ya hemos descripto). A partir de un estudio realizado con ciento veinte deportistas campeones de diferentes disciplinas, se pudo llegar a la conclusión de que estas son las veinte cualidades que debe tener un campeón: • Concentración • Confianza • Disciplina • Aptitud • Motivación • Prevención • Religación • Velocidad

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• Fuerza • Voluntad de vencer • Compromiso • Compostura • Conducta al perder • Alegría • Atención • Organización • Actitud positiva • Prevención de la ira • Prevención de la agresión • Espíritu de sacrificio

Caloi, publicado el 2413181 en la revista “El Gráfico" Como se observa, una de las variables es la alegría; y como sabe­ mos, la alegría es algo inseparable del placer y la satisfacción. Sabemos que en el fútbol profesional la premisa es ganar. Sólo se premia la eficacia y ésta debe conseguirse a cualquier precio. Bastaba recorrer el túnel del vestuario local del club16 casi salien­ do al campo de juego, donde se podía observar un enorme cartel que 1 En los comienzos de la dirección de Oscar Garré.

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rezaba “ganar n o lo es todo, ¡es lo ú n ico!” En el fútbol amateur (y es una premisa en la que estamos de acuer­ do todos los profesionales) ganar no lo es todo ni lo único. El fütbol es esencialmente unjuego (vale recordarlo) que da placer y alegría a quienes lo practican, pero que se tiene que poder disfrutar. En el fútbol amateur, el compromiso y las responsabilidades se van modificando en la evolución de las divisiones. Es obvio que nadie sale a una cancha a perder, pero aquí prime­ ro importa el desempeño y segundo el resultado. El jugador que disfruta un partido, no se desconcentra por lo que sucede a su alrededor, no se siente incómodo por el público ni por la pista, no siente cansancio ni le invaden pensamientos negativos: “espontáneamente” está alerta e inspirado (L. Forti). En lo psicológico, para llegar a la primera división y mantenerse, el jugador debe tener fortaleza mental, manifestada ésta en capacidad de decisión (como quedó dicho), entre otras aristas. Pero las dos decisivas son TOLERANCIAA LA FRUSTRACIÓN y REACCIÓN FRENTE A LA ADVERSIDAD. Tblerar desde un mal pase hasta la recriminación de un compa­ ñero; desde el reproche del D.T. hasta el insulto del rival o de la hin­ chada, pasando por una muy mala jugada personal. Durante el partido la pelota girará en muchas oportunidades, más del lado del fracaso que del éxito. Una jugada que no sale, un golpe y su inherente e intolerable do­ lor físico, un gol a su equipo, un dominio absoluto del juego por parte del rival, el hostigamiento de la tribuna opuesta son situaciones ha­ bituales que vive el deportista. Quien no supera estas barreras y bsga los brazos, tendrá “lagu­ nas” y destellos, pero no marcará la diferencia. El fútbol es uno de los juegos deportivos más saturados de esta­ dos emocionales (abundan en un partido los momentos de tensión, v la relación con el público siempre es particular). Se necesitan: tenaci­ dad. perseverancia v determinación. Si bien la técnica es el área que mejor suple la falencia en lo tác­ tico-físico y/o psicológico, hay jugadores que se malogran por no tener fortaleza mental, y otros que triunfan por tenerla, aun disponiendo de una técnica “limitada” o de una asimilación de conceptos tácticos infe­ rior al resto: “Pienso, luego existo”, decía DESCARTES. “Juego, luego soy”, podrá decir cualquier futbolista. Y jugar es entre­ garse, sacrificarse también. El juego compromete al cuerpo. “Jugar es hacer*, decía WlNNlCOTT. Citamos a G uterman, quien dice: 142

“El fútbol como manifestación lúdica no fragmenta lo físico, lo técnico, lo táctico y lo mental, se da en el mismo espacio y tiempo, por lo cual debe ser aprendido en esos términos”. A continuación rubrico esta definición con un diálogo escuchado entre dos jugadores: —¿Cómo jugaste? —No jugué. Salí a la cancha, nomás. “El juego es una experiencia siempre creadora en el continuo espacio-tiempo. Es una forma básica de vida”. “En esencia eljuego es satisfactorio. Ello es así cuando conduce a un alto grado de ansiedad. Existe determinada medida de ansiedad que resulta insoportable y que destruye el juego: la agre­ sión”. (W innicott). Hoy el futbolista se ha transformado en una especie de modelo social. Encama un lugar (ideal), al que muchos quieren llegar. Es por esto que tienen aquí y en todo el mundo filas de bellas y fieles admi­ radoras. El FUTBOLISTA Y EL ACTOR (DE TEATRO) COMPARTEN MUCHAS COSAS EN COMÚN.

Ambos ponen el cuerpo en un escenario bajo la atenta y desafianmirada del público. Ambos jue­ gan, dramatizan, actúan. ES QUE A LOS HA&iUDGSCS; S¡ ■Ambos se concentran en un WOHACEMOSUNPOCO determinado papel. El futbofc£ TEATRO, QJCiMA >lista es muy parecido en su bEQUEHC? LLENANP£ MIADAS, tHrr£DES 1 personalidad al actor: le NO HOS C06f¡AW agrada mostrarse, le agrada ■- el público y el afecto que este ■le brinda. Ambos tienen un director técnico que los hace ensayar hasta arrinconar la perfección. Esa práctica, en general, es mucho más pla­ centera que la función, porque ese mismo público que tanto los gratifica con los aplausos, también los presiona. Caloi, publicado el 2112178 en la revista "El Gráfico”

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Hay actores y futbolistas de ensayo, y otros de función. Los mejo­ res son los de función de gala (selección). Y comparten otra cosa más en común —►se trata de un juego de equipo (aunque en el teatro suele haber unipersonales). También existen algunas diferencias: en el teatro no hay rival a la vista, no hay escena dramática de la competencia. El objetivo no es superar al otro, sino a uno mismo. Esto cambia un poco las cosas. Lo único irrepetible, inexorable, que no se puede planificar en todos sus detalles ni entrenar, es la com petencia. Eso es lo que hace tan atractivo al fútbol. El grupo de teatro podrá competir con otro grupo para ver quién lleva más gente, comparar las recaudaciones, la permanencia en car­ tel, pero... falta lo fundante del deporte: la competencia. Otra diferen­ cia importante es el miedo a ser reemplazado (muy común en los fut­ bolistas). Esto lleva a ocultar lesiones, por ejemplo. El psicólogo puede colaborar en afianzar las redes de solidaridad y que el jugador sea sincero. ¿Cómo? Mostrándole que jugando en in­ ferioridad de condiciones arriesga el puesto sin darse cuenta. El D.T. igual se va a dar cuenta, y el que va a perder (ejemplo: un cambio, un mal rendimiento) es el EQUIPO. El actor puede ser reemplazado y/o lesionarse, pero es más difí­ cil. Al no haber competencia, y al no ser un deporte de contacto, no hay riesgo para el físico. Coincidimos con R. C happuis y R. T homas cuando nos dicen: “Esta dependencia de los jugadores, y en especial deljugador de élite, con respecto del público y a la prensa se manifiesta de manera aun más patente al día siguiente de los encuentros. La atención ‘en­ fermiza’ que prestan los jugadores a los que se escribe o dice de ellos, refleja su angustia. Como todas las grandes vedettes del espectáculo, confirman con sus actitudes una vulnerabilidad que puede llegar a

ser patológica. Son hombres de acción, pero son también, en razón de las circunstancias, hombres del espectáculo”.

Las cuatro respuestas típicas del futbolista desde lo emocional son: L Resignación 2. Enojo (“no sirvo para esto”) 3. Bloqueo (“no sirvo para nada”) 4. Desafío (una vez superado lo catastrófico) 144

Diez características generales de la personalidad del futbolista: L Alegre 2. Cabulero 3. Apasionado 4. Sencillo 5. Político 6. Quejoso 7. Desagradecido 8. Cómodo 9. Ansioso 10. Mimoso Así como el perfil del entrenador varía (los hay democráticos, au­ toritarios y anárquicos, y están también quienes gritan en el banco durante todo el partido, y quienes permanecen callados), podemos dar diez características generales del futbolista. Como se podrá obser­ var, las cinco primeras se englobarán dentro de las positivas y las res­ tantes dentro de las negativas. A saber: L El futbolista canta, hace chistes, baila, etcétera. Tiene un buen sen­ tido del humor y sabe cómo contagiar su estado de ánimo. 2. El futbolista, en general, se persigna, utiliza cintitas, lleva imáge­ nes de la virgen y utiliza la misma ropa. Es un dato folklórico que no tiene nada de malo, pero en el que a veces se deposita demasia­ da energía. 3. El futbolista siente pasión por lo que hace. En general, siempre es­ tuvo enamorado de la pelota, y en algún rinconcito de su ser aún conserva el amor por la primera camiseta y cierta satisfacción por el juego. 4. El futbolista es sencillo por su origen. En general, los que llegan siguen siendo sencillos para vivir y para pensar y tratan de “de­ volverle” a su familia el esfuerzo que hicieron por ellos. 5. El futbolista es muy de llevarse bien con todos y de prometer cosas que a veces no puede cumplir. En un medio muy político, él —como protagonista— no es la excepción (a la mayoría le mintieron muchas veces). Tbvo que aprender y aprehender para adaptarse. 6. El futbolista nunca se conforma con nada de lo que se le da. Vive en un estado de insatisfacción permanente. Y muchas veces no sabe valorar. 7. O es ingrato. El futbolista difícilmente diga “gracias”. Pareciera 145

sentir que el mundo está en deuda con él (tiene vinculación con el punto anterior). 8. El futbolista está acostumbrado a que lo sirvan y que hagan todo por él. Aveces se abusa de la pasividad. 9. El futbolista, muchas veces, tiene dificultades para controlar la ansiedad. Le cuesta esperar. Quiere todo ¡YA! 10. O es muy demandante. El futbolista, en general, necesita mucho afecto, que le presten atención todo el tiempo. Otro rol del psicólogo: humanizar el sistema (o al menos intentarlo) Se trata de deportistas, que además son seres humanos. No son máquinas, ni números, ni piezas de una maquinaria compleja (vale la pena repetirlo hasta el cansancio). Como ya dije, en el fútbol juvenil atraviesan una etapa clave en la vida de cualquier individuo Qa adolescencia): haga lo que haga, se dedique a lo que se dedique. Al poco tiempo de encontrarme en funciones, he tenido dos char­ las con un jugador que luego de varios años en el club, se enteró —al no recibir el telegrama— de que no quedaba en el fútbol profesional. Más aún, le tocaba quedarse en el umbral del profesionalismo. Luego dependerá de las características de personalidad del deportis­ ta en cuestión y del apoyo familiar para que busque otro club o se sienta un fracasado. Este fue un caso especial, porque de diez jugadores quedaron nueve, todos menos él: más allá de las razones técnicas, escuchando su discurso, parecía haber razones para esta desafectación, aunque nadie se lo quería decir. Sin embargo, más allá de la certeza (o no) de la llegada del tele­ grama, se lo comunicaron de manera confusa: alguien le dijo que sí y alguien le dijo que no. Demás está decir que a este jugador le ofrecí mi apoyo psicológi­ co incondicionalmente, aunque ya no pertenecía al club. No a título personal, sino como profesional de la institución. También se le per­ mitió —luego— venir a entrenar hasta que consiguiera otro club. Mi intervención trató de rescatar al ser humano. El sistema es frío: años de esfuerzo e ilusión dependen de un cartero. Yo propongo que modifiquemos esto, aunque todos los clubes se manejen igual. La vida está llena de desilusiones, v el fútbol es como una lupa de gran aumento que potencia las mismas... 146

La instancia hay que superarla igual: incertidumbre, arbitra­ riedad, decisiones que dependen de otros, son todas cosas que sien­ te el jugador y no se pueden evitar. Lo que sí se puede evitar es la manera, lo que sí se puede modi­ ficar es el cómo. Ya que el psicólogo interactúa con el jugador y con el entrenador (no para, siguiendo a M a rcelo M árquez), se puede ir trabajando paulatinamente en conjunto, se puede comunicar en grupo y luego hablar individualmente con cada uno: por qué sí y por qué no. Sabemos que la vida es así: lo doloroso se aprende de golpe. Sin embargo, considero que hay maneras de suavizar el impacto psi­ cológico negativo. Es una manera de entregarle otro reconocimiento a un deportista que se brindó por la institución, y que siente que ésta “lo escupe”, “lo expulsa”, “lo desecha” cuando ya no le sirve. Seguramente se le hará mucho más difícil luego recuperarse y buscar e intentar abrir otras puertas, pero no es la muerte de nadie (hay que desdrama­ tizar esta instancia), la vida continúa. Siguiendo en la búsqueda de definir la personalidad del futbolista y su acción en competencia, citamos a L owen , fundador de la “teoría bioenergética”:

“La dualidad solo existe a nivel consciente. Por debajo del nivel de la conciencia está la unidad. No somos una mentepensante ni un cuer­ po que siente, sino un organismo que vive. Pero como la mayor parte de la vida la pasamos en estado de conciencia, tenemos que estarpre­ parados para funcionar con dualidades. Toda la teoría de la Psicología de la Gestalt se basa en esto, en que no hay frente que no tenga fondo, ni figura sin un campo en que exis­ ta, ni cualidad sin su opuesto. En lapersonalidad, esto significa que no haypensamiento sin el marco del sentimiento en que se produce”.

147

Conciencia de la cabeza

Conciencia del cuerpo

Pensamientos

Sentimientos

Conciencia elevada

Conciencia expansionada

Jugada realizada por el futbolista en competencia

Procesos inconscientes del cuerpo Carga o excitación energética aumentada E sq u em a

148

de

L ow en

m o d if ic a d o

Capítulo 9

Los miedos del futbolista Los 30 miedos más comunes y estrategias para su control. Su relación con el control de presiones y la autoconfianza

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El fútbol empieza en la cabeza y termina en los pies. (J o rg e V a l d a n o )

fue dicha antes que por Valdano, por A ngel Labruna, y es tan cierta como irrefutable. ¿Qué hace el futbolista con los pensamientos negativos y miedos

E

sta frase que encabeza el capítulo,

149

que se le cruzan por la cabeza antes o durante el partido? ¿Qué meca­ nismo aplica para que no interfieran en el buen desenvolvimiento de sus pies? ¿Cómo los controla? Jorge Valdano, ex jugador campeón del mundo, periodista, “filó­ sofo” y técnico, sí acuñó una frase con sello propio, haciendo gala de su intelectualidad al servicio del fútbol: “Miedo escénico”. Hay tres sentimientos primitivos en el ser humano: el amor, la ira y el miedo. Las máquinas no sienten miedo ni presión. Aun recuerdo las de­ claraciones de Garry Kasparov cuando enfrentó a la computadora Deep Blue\ “Ella no siente presión”. Perfecta síntesis de lo esbozado. El miedo es un sentimiento legítimo de todo ser humano, y mu­ chas veces el secreto (o la estrategia) no es aniquilarlo, sino controlar­ lo, dominarlo (“domeñarlo” para el padre del psicoanálisis): que no mo­ leste, que no entorpezca, que no dificulte la acción eficaz. Los miedos (ya que muchas veces son racimos) aumentan a ma­ yor presión y disminuyen a mayor confianza. Bien sabemos todos que los miedos exageran las cosas. Segura­ mente, en nuestras vidas hemos logrado cosas, acciones que concreta­ mos, actos importantes que luego nos dijimos interiormente “...Ypen­ sar que yo temía...” La acción vence lo s miedos... pero los miedos pueden detener la acción. El miedo es una moneda que posee dos caras: es freno y es mo­ tor a su vez. Es motor porque nos señala una acción y remite a ella. Es motor porque el movimiento del que estamos viviendo (y jugando) implica pasar por momentos de tensión, de nerviosismo, de ansiedad y supe­ rarlos. Implica un desafío. Es motor porque es un sentimiento que conlleva el deseo, cualita­ tivamente superior a la indiferencia (me da lo mismo). Pero a su vez es freno, y es allí donde el especialista debe trabajar para que el futbolista rinda (al controlarlo/s) su máximo potencial. Y que no haya un cortocircuito de la cabeza a los pies. Según Francisco García U cha:

“El miedo en cada individuo resulta un fenómeno que está unido esencialmente a los procesos de aprendizaje y, por consi­ guiente, está determinado socialmente; constituye una cualidad sensorial que posee la función de una señal de advertencia y mo­ tiva aminorar una situación dada, o enfrentarse con ella de una manera superior y hegemónica”.

150

A continuación detallaré los miedos más comunes que los futbolistas refieren consciente o inconscientemente, directa o indirectamente en las evaluaciones psicológicas:

1) Miedo a perder 2) Miedo a fracasar 3) Miedo a ganar 4) Miedo a tener éxito 5) Miedo a equivocarse 6) Miedo a arriesgar 7) Miedo a ser rechazado por el grupo o el D.T. 8) Miedo a lesionarse y/o a trabar con el rival 9) Miedo a hacer el ridículo 10) Miedo a la competencia (se vuelve amenazante, similar al miedo escénico) 11) Miedo al rival 12) Miedo a lo desconocido • nuevo / • insólito / • súbito 13) Miedo a estar nervioso en el juego 14) Miedo a no poder resolver 15) Miedo a no poder dormir la noche anterior al partido 16) Miedo a hablar con el técnico 17) Miedo a que lo separen de los titulares 18) Miedo a no poder dar lo que se espera de él 19) Miedo a no imponer respeto 20) Miedo a arrancar mal el partido y luego jugar mal 21) Miedo a no poder dar vuelta el resultado 22) Miedo a errar un penal 23) Miedo a hablar con los compañeros en el partido 24) Miedo a ser rechazado por el entorno (familiares, amigos, novia, empresarios, etcétera) 25) Miedo a no poder recuperar la titularidad 26) Miedo a enfermarse 27) Miedo al mal arbitrsye ..........al castigo 28) Miedo al impulso.................. la expulsión 29) Miedo al futuro 30) Miedo a perder lo ya logrado C onsigna

Quédese con los 5 miedos que más familiares le suenen. Luego con 3 de esos 5 y luego con 1 de esos 3.

151

Cuando hay cohesión grupal, los miedos disminuyen. Festejo del Campeonato Sudamericano Sub 20 2003, Estadio Centenario de Montevideo.

El miedo a fracasar (el concepto de éxito o de fracaso es muy sub­ jetivo), y el miedo a equivocarse son posiblemente los más comunes. El miedo a no poder resolver y el miedo a lesionarse también son recu­ rrentes. Se observa (y no sólo en juveniles) mucho miedo a hablar tan­ to con el técnico como con los compañeros. “Existe en el deportista una tendencia natural a poner el cuerpo y no la palabra” (M endelsohn ). En el fútbol falta la palabra. Se teme la represalia para el que ha­ bla (“me cuelga”, “no me la pasa más”, etcétera).1 Y la palabra, cuan­ do es enunciada, vale poco. Hoy se dice una cosa y mañana otra. M ao T se T ung decía que la verdad es una contradicción en sí misma, pero en muchos casos lo referido alude más a la hipocresía que a la búsque­ da de la verdad. L a envidia y la hipocresía son los dos deportes prefe­ ridos de los argentinos. Aunque a alguno le cueste creerlo, la mente humana tiene meca­ nismos psíquicos tan complejos que existe el miedo a ganar o el miedo a tener éxito. Hay futbolistas que se “conforman” interiormente con sa­ ber que pudieron haberlo conseguido o que cuando quieren avanzan, 17

He visto muchos casos de jugadores que vencieron los miedos y le pre­ guntaron al D.T.: “¿qué me falta para mejorar?” (no para ser titular). A partir de ese momento se estrechó el vínculo, el jugador incrementó su motivación y el D.T. lo consideró mucho más (lo toman como una inquietud inteligente, dicha en el momento y forma exactos).

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pero que temen la presión del éxito y del mantenerse... y por si ello pu­ diese suceder, prefieren quedarse donde están. Las presiones internas son independientes de las externas. Y el miedo a fallar, el miedo a cometer errores, es inhibitorio para varios futbolistas. El circuito es: Arriesgo —►Me equivoco —►Siento culpa (me re­ prenden) —► Baja mi autoestima —►MIEDO A ARRIESGAR el res­ to del partido. Esto ocurre muchas veces fomentado por el sistema (futbolistas perfectos = máquinas, se necesitan), y otras por entrenadores que re­ prenden en público a un jugador en competencia, por un error grosero (o no tanto). Lo más común en el futbolista sin un óptimo bienestar psicológico y sin una gran fortaleza mental, es que su rendimiento cai­ ga posteriormente. El deportista es el primero que sabe que se equi­ vocó. El entrenador buscará el tono de voz, las palabras y el momento adecuado para marcárselo. Existen jugadores con un alto nivel de autoexigenda y con eleva­ dos ideales. Saliendo un poco del fütbol, con fines didácticos, y entro­ metiéndonos en el campo de la literatura, B orges detía que publicaba para no seguir corrigiendo. Y tiene un obra extensa y frondosa. Sába to es su contracara: escribió mucho pero sólo publicó tres libros. El res­ to los tiró por inconformismo, según él mismo manifestó. Si el futbolista pretende en cada partido hacer el gol de M arado ­ n a a los ingleses, o ese gol antológico que hizo en el barrio o en el tor­ neo de papy... no hay remedio. Se inhibe la acdón. Triunfa el no arriesgues. Y para ganar hay que asumir dertos riesgos, ser respon­ sable. Estar comprometido con el “ser fütbolista”. La contracara del miedo es la audacia, el valor, la templanza. Cuando nos referimos a presiones externas, nos referimos a “otros sig­ nificativos” para el jugador que pueden ejercer una presión negativa y ser füente de estrés, ansiedad y agresión (de donde se alimentan los miedos). Ellos son: los padres, los entrenadores, el público, los resulta­ dos, el dinero,18el empresario, los directivos y la prensa. Debemos diferenriar el miedo del temor, el susto, la fobia, el páni­ co, los nervios (que tienen un umbral necesario, existiendo un estrés positivo y otro negativo), la cobardía, la preocupación, la angustia y la ansiedad.

18 En la actualidad, en el fútbol amateur el dinero —cada vez con más intensidad— corroe todo. Se sugiere ver “Poderoso caballero" en el capítulo 14.

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Sin profundizar para no transformar el libro en un tratado de psi­ cología, quedan planteadas las diferencias, evitando se coloque todo en la misma bolsa. Respuestas al miedo: • Desgano • Vacilación, falta de decisión • Hablar de exigencias imposibles • Trastornos en la coordinación de movimientos • Evasión (el miedo impulsa a huir, a escapar, a esconder, a no poner el cuerpo). Pienso (-)

\

No quiero fallar

I

Siento (-)

Siento miedo a equivocarme

Actúo (-)

Me equivoco en la acción

Las estrategias más comunes para cambiar (y/o controlar) los miedos son: • Sustitución de pensamientos negativos por positivos. • Visualizaciones específicas. • Psicoterapia. • Fortalecimiento de la autoestima. • Facilitar canales de comunicación con el D.T. y los compañeros. Los miedos, como queda explicitado en este capítulo, bloquean, inhiben. Si queremos futbolistas decididos, debemos ofrecer las herramien­ tas y estrategias necesarias para controlar los miedos. Sólo así tendremos futbolistas creativos, emprendedores y due­ ños de sus actos. Digo, sin miedo a equivocarme, que hov en el fütbol argentino, el miedo es una palabra tabú. Está mal visto reconocer “las debilidades”, en un ambiente machista como es este (y, menos que menos, públicamente). En el últi­ mo Boca-River, el local se impuso a River una vez más (paradigma del tema, en la última década del siglo). Bastaba observar por televisión el semblante de los jugadores de River segundos antes de salir a la 154

Como conclusión de este capítulo, se transcribe a continuación la sínte­ sis de una clase dictada, donde los miedos aparecen íntimamente rela­ cionados con la confianza y el control de las presiones:

MANIATADO POR EL MIEDO Por MARCELO ROFFÉ*

o

■ a competencia tiene el sabor de lo único, de lo L m irrepetible. Por eso hace al deporte tan apasionante. Es impo­ sible para cualquier entrenador programar, planifi­ car o predecir el rendimiento de sus dirigidos, y menos aun. el de los rivales de tumo. El resultado de esa ¡nterrelackSn dialéctica de fuerzas técnicotácticas-físicas y psicológicas, en fútbol, es un enigma. Sin embaigo, en los últimos tiempos ya se sabe por anticipado que Boca le va a ganar a Ri­ ver. ¿Porqué? Porque los jugadores de River se sienten débiles, sólo en esta instancia se “achican'. Juegan ma­ niatados por los miedos, no confian en sus fuerzas, juegan a no equivocarse. Casi no arries­ gan ni aprovechan situaciones favorables. Los ju­ gadores de River entran sabiendo que van a per­ der. Y los de Boca, al contrario, lo hacen agran­ dados. Ganadores, con gran confianza, persona­ lidad y audacia. La historia pesa y mucho. Y eso está presente en el imaginario social: se respira en la calle. Ante esto, el entrenador y los dirigentes de River, más que acudir a la cábala de cambiarla empre­ sa de micros (tan tristemente comunes en este deporte), deberían contratara un especialista en psicología deportiva un mes antes de cada par­ tido con Boca, para asesorar al entrenador y tra­ bajar con los jugadores en la preparación psico­ lógica de este match. Existe una frase que lo ex­ presa claramente: “La superstición es la religión de las mentes débiles. Los miedos son incons­ cientes y hay técnicas para hacerlos conscien­ tes y para controlarlos o erradicarlos definitiva­ mente. Este trabajo no podría garantizar el éxito pero sí el bienestar psicológico de los jugado­ res. Al menos para que las frases de los mismos previas al partido (“hay que ataca/toe") no queden sólo en hermosas palabras...

“Los desniveles en el rendimien­ to, yo creo que en un punto tienen que ver entre otras variables, porque todo es multicausal, con el tema de la con­ fianza. Uno ve un partido europeo (Espa­ ña, Alemania, Francia, Italia), bom­ bazos de cuarenta metros que se in­ crustan en el ángulo o que rompen el travesaño, entonces ¿eso qué es? Eso es decisión, además de práctica, por­ que por ahí los técnicos no practican la técnica con los jugadores, en gene­ ral el jugador argentino sabe pegarle a la pelota, pero eso es capacidad de arriesgar y no tener miedo al ridículo. Si me sale bien la primera jugada del partido, o sea si quito la pelota al delantero en la primera jugada, ése va a ser un partidazo mío, y si no, voy a tener una actuación lamentable. Eso se engancha perfecto con el tema de la profecía autocumplida, del * Psicólogo especializado en fútbol. Trabaja desde 1995 en las divisiones pensamiento negativo, que está ínti­ juveniles del club Ferio Carril Oeste. mamente ligado a la autoconfianza. ‘Trust' es una palabra inglesa que significa confianza; en el diccionario de inglés dice: seguridad presun­ ta en alguna persona o cosa. Fájense cómo es: seguridad en alguna per­ sona que puede ser uno mismo u otro o cosa, una dependencia confia­ 155

Nota publicada en la revista “El Gráfico", número 4. 153 del 1115/99. Este artículo es "atemporal” en los últimos años, por la paternidad existente.

cancha. Tbdos los análisis de los peri­ odistas especializados, coincidieron en señalar lo decisivo del aspecto mental, destacándose el concepto de Macaya MÁRQUEZ: “Boca lo camiseteó”.

da en el carácter, habilidad, fuerza, o verdad de alguien o algo. Confian­ za en la habilidad, por eso es tan subrayado, hay buenos jugadores que no confían en su potencial técnico, ahí estamos en lo que se llama valo­ ración distorsionada, que puede ser por virtud o por defecto, o sea por exceso o por defecto. Ibnemos el ejemplo de M arcelo Salas, que ya estaba vendido al fútbol italiano por la impresionante suma de veinte millones de dólares, y se lo acusaba de que en los últimos partidos en River Píate no ponía la pierna con la misma intensidad que se le conocía. ¿Qué sucedió? Seguramente Salas sintió miedos legítimos (cons­ ciente o inconscientemente) a lesionarse antes de concretar su sueño. La verdad, cualquiera de nosotros ¿no tendría miedo de poner la piemita un poquito? Otro ejemplo en relación con la presión: ‘Hay un murmullo que em­ pezamos a sentir todos los jugadores a partir de los veinte minutos del primer tiempo, y al que no es fácil sobreponerse, si bien a mí no me afec­ ta’. Esto lo confesó en una charla informal que tuvimos, un jugador pro­ fesional del primer equipo de Radng Club. Son treinta y un años sin sa­ lir campeón, y si bien sus seguidores no mermaron en número, no todos están preparados psicológicamente para vestir esa camiseta en este mo­ mento. Me paredó muy clara la definidón de ‘murmullo’ como símbolo de una presión que molesta en la propia casa (cancha)”.

Tablas

A A A A

de correlación de variables psicológicas

> > < >

grado de compromiso presión preocupadón visualizadón imaginación dirigida imaginería positiva respiradón A > motivadón A > claridad en los objetivos A > ansiedad A > confianza A > confianza

156

> concentradón < concentradón > concentradón > concentradón

> concentradón > motivadón/cohesión grupal < concentradón < inseguridad/ansiedad/ hostilidad > dedsión/capaddad de arriesgar

A > confianza interna

A > confianza A > grado de competitividad entre compañeros A > grado de cohesión grupal A > grado de cohesión grupal A > maduración interna/afectiva A > fortaleza mental A > autoestima A > autoestima A > satisfacciones en la competencia A > cantidad de mensajes confusos de entrenadores, padres o empresarios

< dependencia de las voces de aliento (confianza externa) > control de miedos < grado de cohesión grupal > rendimiento > posibilidad de obtención de buenos resultados < presión (familia, prensa, público, etc..) < presión (familia, prensa, público, etc.) < estado de ansiedad > grado de autoconfianza < estado de ansiedad > incertidumbre ansiedad estrés

Leo Ponzio observando los carteles motivacionales elegidos por el equipo interdisciplinario durante el Mundial 2001.

157

Capítulo 10

Reseña de técnicos y futbolistas que se acercaron a esta ciencia-investigación

S o b r e el e s t r é s d e R o m a r i o r " \ esde su diario se ha eloL /g ia d o la rectificación de Romario sobre su estrés, considerándola propia de un profesional responsable que no se escuda en "ñoñas razo­ nes” para justificar su bajo rendimiento, apoyándose la creencia de oue ningún pro­ fesional de élite está autori­ zado a sufrir “enfermedades de la mente". De hecho, en la sociedad occidental debe considerarse elevado el nú­ mero de profesionales de to­ do tipo, que ganan muchos

millones y sufren en su rendi­ miento y en su salud los efectos perjudiciales del ex­ ceso del estrés. No puedo Juzgar desde aquí si Romario padece o ha padecido el sín­ drome del estrés como con­ secuencia de las exigencias del rendimiento, aunque er> absoluto serla extraño a pe­ sar de los millones que reciba por dedicarse a su profesión con la máxima responsabili­ dad, pero debe quedar claro que el estrés no es algo tri­ vial, ni un síntoma de debili­

dad o de falta de compromi­ so, y que los futbolistas, co­ mo los restantes seres hu­ manos son vulnerables al mismo y pueden sufrir sus debilitadores efectos, sobre todo, precisamente, los que son más responsables y afrontan "dándolo todo' los múltiples y continuos retos deportivos de sus equipos de club y selecciones naciona­ les.

José

M. Buceta (dóctpr en Psicología)

Madrid.

Fuente: "As", 16 de diciembre de 1994, Madrid, España, publicado en “Psicología y lesiones deportivas: prevención y recuperación", del mismo autor.

“El fútbol es un estado de ánimo. Depende mucho de cómo está uno mentalmente” (CLAUDIO A rzeno, jugador de Independiente, reportaje radial 612198). ALGUNOS PROFESIONALES Y TÉCNICOS QUE TRABAJARON CON LA PSICOLOGÍA DEL DEPORTE • Doctor H andlarz (Club Atlético River Píate, Argentina, 1967). No era psicólogo del deporte, era psiquiatra. • Licenciado O scar M angione (Club Atlético Boca Juniors, Argenti­ 159

na, 1989 a 1993). Trabajó con los siguientes técnicos: Oscar Tabares, Carlos Aimar y José Habbeger. Es psicoanalista.* • Licenciado O mar Lorenzo M endivia (Selección nacional de Ecua­ dor, 1992 a 1997). En una etapa trabajó con el técnico Maturana. Psicólogo deportólogo. Procedente del Instituto de Medicina del Deporte de Cuba.

• Licenciado Jesús Chalela (Selección nacional juvenil de Uru­ guay). Trabajó hace varios años con el técnico Víctor Púa. Es psi­ cólogo deportólogo. • Licenciado Jesús García Barrero (Selección nacional de España en Barcelona '92). Trabajó con el técnico Vicente Miera. Psicólogo deportólogo (master), ya fallecido. * • Doctor Ignacio V entura Pérez (Club Atlético Osasuna, Ia divi­ sión del fútbol español desde 1981 a 1986). Está doctorado en psicología. • Licenciado Sebastiáo de M eló (Club Santos de Brasil, 1966). Se desempeñó con el técnico Luis Alonso Péres. • Licenciado M anuel Llorens (Selección nacional juvenil de Vene­ zuela, 1996). Trabajó con el técnico Lino Alonso. • Licenciado Ricardo Lo Russo (Club Atlético Vélez Sársfield, Ar­ gentina, desde 1981 a la fecha). Forma parte del Departamento Médico del club y atiende todas las especialidades, no sólo fútbol.* • Licenciado Darío M endelsohn (Club El Porvenir, Argentina, 1996-1998). Colaboró con el técnico Ricardo Calabria. Es psicólo­ go deportólogo. • Licenciado Ricardo de la Vega Marcos (Club Leganés de España), Dr. en Psicología. También trabajó con el Rayo Vallecano. • Licenciado Enrique A guayo (Colo Colo y Selección de Chile, 2003-2004), con el Director técnico Juvensd Olmos. • D.T. José Néstor Pekerman (técnico de las selecciones juveniles de la Argentina desde 1994). Derivaba casos individuales al instituto Aptus, donde se abordaban los casos con psicólogos clínicos hasta el año 2000 donde incorporó el rol del psicólogo del deporte.’" • D.T. Roberto Zapata (técnico del Club Atlético Chacarita Juniors, 1996). Contrata dos psicólogos a partir de un caso de dóping del jugador Christian Nieva, quien posteriormente fallece en un acci­ dente de tránsito.

160

• D.T. M arcelo L ifpi (Club Juventus, Italia, 1995 a 1999). Recurre permanentemente a un especialista en psicología del deporte.* • El D.T. de la selección nacional de Inglaterra G l e n n H o d d l e , en el Mundial '98, trabajó con un psicólogo. • Fueron campeones River Contrató un Psiquiatra El problema riverplatense ha preocupado seriamente a sus directivas' y para estudiarlo se ha contratado al doctor Hund­ ían, especialista en psicología y psiquiatría. Hace años que se ocupa del fútbol y trabajó con la selección. Por qué el equipo argentino no figuró mejor. Cómo se analiza un buen futbolista. La importancia de las motivaciones, to s actos conscientes del jugador y los subconscientes. Importancia de la aptitud y la vocación. A River le falta un líder como era Néstor Rossi. Los resultados de las motivaciones colectivas en Francia. Los objetivos mediatos a aplicar.

Extraído del libro de Dante Panzeri “Fútbol: dinámica de lo impensado", pág. 209

El Dr. Miguel Morilla (en el centro) es el fundador y líder del proyecto de Psicología Deportiva del Club Sevilla de España, desde hace nueve años. Unico caso en el mundo.

Este libro fue escrito por este gupo que em­ pezó con cinco profesionales y hoy son doce. Morilla, invitado por APDA, ha visitado nuestro país en varias ocasiones.

161

El psicólogo que atiende su juego Ornar Lorenzo Mendivia llegó al Ecuador proce­ dente del Instituto de Medicina del Deporte de Cu* ba, hace dos meses. Desde entonces es el psicólogo

de la selección ecuatoriana de fütbol. “Para cada partido neomenia— hacemos una preparación especial Para el que viene, por ejemplo, basamos el trabajo en la concentración y en la no subestimación del rival” . Mendivia, quien reconoce que en un comienzo los jugadores se mostraron reticentes a participar de sus charlas, resume su mecanismo de trabajo. “Soy un asesor del cuerpo técnico que conduce Dusan Dras kovic. Empecé con una serie de estudios analíticos individuales y continué haciendo los diagnósticos de cada uno. Luego, de acuerdo a lo que decidía­ mos con el entrenador, diseñamos un plan de entre­ namiento especial para cada futbolista” .

El psicólogo cubano explica que “a veces se ganan partidos y el equipo no queda psicológicamente sa­ tisfecho. Pero eso no pasó aquí. Sucedió, sí, en al­ gunos casos personales". Se puede hacer, cree, una especie de perfil del plantel ecuatoriano que esta participando en la Co­ pa América. “ Son dueños de una gran inteligencia práctica y asimilan con efectividad los conceptos en los que trabajamos” . Además, señala que muchas veces se malinterpreta el trabajo del psicólogo en un grupo de estas ca­ racterísticas. “El apovo de este tipo es fundamental en la alta competencia, tan importante como el físico. Esto nada tiene que ver con la brujería o con los motivadores: se trata de procedimientos de inter­ vención psicológica que tienen por objetivo influir en la psiquis del jugador. ¿De qué manera? Tratan­ do de que aprenda a superar sus momentos de es­ trés, mejorando su autoestima o programando en forma general su vida".

Extraído del Diario “Clarín”

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Ig n a c io V e n tu ra Extraído del libro de Ventura Pérez, “La preparación psicológica del futbolista”.

P érez Licenciado en Medicina y Cirugía en la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra y especialista en Medicina Interna. Doctor en Psicología en la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma. Profesor colaborador de los cursos de doctorado en el Departamento de Psicología de la Universidad de Zaragoza. Desarrolla su trabajo profesional en Pamplona y en 1981 entra a formar parte del equipo del Club Atlético Osasuna. po­ niendo en marcha, por primera vez, la pre­ paración psicológica en un equipo de la di­ visión de honor del fútbol español. Profesor de la Escuela de Entrenadores de Navarra. Interesado fundamentalmente en la fl potenciación del ser humano, considerado como unidad psico-somática y social.

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Extraído del libro de Dante Panzeri, "Fútbol: dinámica de lo impensado”, pág. 212 (22/9/66).

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Ayuda Psicológica Darío Mendelsohn, según le contó a Noticias, es ac­ tualmente en la Argentina el único psicólogo (especiali­ zado en deportes) que trabaja con un equipo de fútbol profesional. Y a decir por los resultados obtenidos por El Porvenir, en donde se desempeña, su labor ha contribui­ do para crear un grupo sólido en el aspecto humano. Mendelsohn aclaró que hay varios colegas suyos que tra­ bajaban con planteles juveniles, pero que no conoce a nadie que lo haga, en este momento, en el profesionalis­ mo. Luego, el psicólogo agregó que está en la entidad de Gerli desde noviembre de 1996 porque lo llamó Calabria, luego de haberle dado al grupo una charla sobre motivación. Mendelsohn explicó: "En casos como el del ‘ Porve’ , los resultados legitiman el traba­ jo . Finalmente, el facultativo comentó: “yo trabajo de dos maneras, directa e indirec­ tamente. Como tengo un perfil de cada jugador, mediante tests que he realizado, puedo saber cómo está cada uno de los muchachos” .

Extraído del suplemento deportivo del diario “Crónica”.

Además, Vélez tiene un psicólogo que u n a vez por sem ana, y sin contacto con el cuerpo técnico, está a disposición del plantel. “Creemos que es la me­ jor m anera de trabajar”, agrega Coppolecchia. “Así se evita la sospecha del ‘co­ rreveidile’. El psicólogo no nos pasa ningún informe, nunca sabemos si algún jugador va a consultarlo. Supongo, no lo sé, que ahí los muchachos volcarán gran parte de sus proble­ mas, personales o los refe­ ridos a estos temas de los que estamos hablando”.

Extraído de la revista “Mística" del Diario Deportivo “Olé”.

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“San Lorenzo tiene dos psicólogos que están espe­ cialmente para los chicos de la pensión, pero también abarcan a todos los jugadores del club. En la pensión tenés el grupo de profesores, de psicólogos. Uno tra­ ta de darle al jugador todo el apoyo posible al margen de lo futbolistlco."

Revista Súper Inferiores 15-11-06 “Pero, amén de la grata relación DT-jugador, existe un interesante apoyo extra: psicólogos, nutricionistas y médicos abocan sus tareas específicamente a los pu­ rretes. Además, resultan clave las salidas de esparci­ miento que se programan para los chicos que habitan la pensión del club. ”La idea es que no se la pasen ve­ getando ahi. Por eso se los lleva al cine, al teatro...", cuenta Berón. Aunque, eso sí, nada es gratis. "Ojo, a la vez tienen la obligación de ir al colegio. Y les con­ trolamos los boletines, las faltas, el comportamiento. Porque sabemos que, lamentablemente, no todos lle­ garán a debutar o consolidarse en primera". Por lo menos, van por buen camino."

Diario Olé 21-11-06 Extracto de reportajes a Fernando Berón, coordinador de las divisiones juveniles del Club San Lorenzo de Almagro.

LA LUCHA CONTRA LA DROGA SE VIENE EL CONTROL ANTIDOPING POR SORPRESA

La AFA pasa el rastrillo en las inferiores Las muestras se tomarían en una sola cancha por fecha. La Mea es aplicar el mismo reglamento que en Primera para tos casos de dóplng. PABLO ABIAD

espués de haber en­ contrado dos casos de consumo de co­ caína en cuarenta días, con los rumores y las polémi­ cas que se generaron a par­ tir de eso, la AFA se propu­ so iniciar una campaña pa­ ra mejorar su incómoda si­ tuación: dentro de unos po­ cos fines de semana —ape­ nas se aprueben las corres­ pondientes partidas presu­ puestarias— comenzará a hacer controles sorpresas en los partidos de divisio­ nes inferiores. [...]

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[...] Para Pintos —depor­ tólogo de Futbolistas Agre­ miados que da charlas pe­ riódicas sobre el tema— "si esos controles empeza­ ran a hacerse, se encontra­ ría cocaína y marihuana,

que son drogas que no se toman pensando en la com­ petencia deportiva. Pero también anabólicos, que

algún pibe puede usar porque cree que eso lo hará más fuerte” . [...] [...] José Pekerman es uno de los que duda sobre si el proyecto que se planea es la mejor fórmula: “Antes que controlar es preferible invertir en educación. Si no, es como empezar al revés. ¿O alguien cree que sancionar a un chico puede servirle de ayuda?, se pre­ gunta. [...] Luis Pintos, médico de Agremiados, cree que con el control podrían de­ tectar cocaína y marihuana [...] En la vereda de enfren­ te, Francisco Ríos Seoane — que criticó duramente a Al­ berto Martín Vargas, el chico de Español que confesó ser adicto— reclama que el con­ trol en las inferiores se haga

urgentemente y admitió que

piensa trasladarlo también a su club. Desde otra perspec­ tiva, el médico Roberto Avanzi señala que también acordaría con la intención de la AFA, si le agregara cosas como reuniones obligato­ rias con especialistas. [...]

[...] Pero los clubes —por lo general— es poco lo que ha­ cen al respecto: alguna charla esporádica, por iniciativa de Agremiados, es todo lo que le ofrecen a los chicos. Ferro es, con Rosario Central, el único que cuenta con un psicólogo en el plantel de inferiores, M a r c e l o R o f f é , quien alerta “sobre el riesgo de que el nombre del chico al que se le encuentren restos de droga en la orina se haga público”.

[...]

Fuente: Suplemento deportivo del diario “Clarín”, 7 / 10/96.

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TERAPIA PARA TODO EL MUNDO o>

Dos psicólogos en Chaca después del dóping de Nieva. MARCELO DORE

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Fue una semana muy movidita en los pagos de San Martín. El resonante caso de dóping positivo por consumo de cocaí­ na del jugador Christian Nieva, repercutió bien fuerte en el plantel funebrero. Por eso, tanto los dirigentes como el cuer­ po técnico decidieron tomar algunas precauciones. “La se­ mana fue muy dura. Nos cayó realmente mal, fue como un balde de agua fría. Encima se nos venía este difícil partido frente al puntero de la zona”, le dijo Roberto Zapata a Olé. El técnico, que estaba muy tranquilo, agregó que “para que el plantel no se viera afectado y no perdiera la concentración en los entrenamientos, hicimos una reunión entre todos el jueves por la mañana. La charla fue muy positiva y los mu­ chachos respondieron bien. De ahora en más, v con la ayu­ da de dos psicólogos, trataremos de salir de este golpe aní­ mico”.

Psicólogo inglés “El psicólogo del seleccionado inglés habló sobre el partido del martes y di­ jo que le tenía miedo al enfrentamien­ to entre los hooligans y los barra bra­ vas, entre otras cosas por el consumo de alcohol y por el tema Malvinas”. Guillermo Salatino, “Competencia”, Radio Continental, 19.45 Fuente: Diario “Perfil", 7/98.

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LAJUVENTUS POR DENTRO

LOS SECRETOS DEL Un método de entrenamiento físico único, la habilidad de sus dirigentes, un técnico que actúa como psicólogo y un plantel talentoso e insaciable son las claves del triunfo para el equipo más poderoso de Italia.

[...] Hotel Sitea: EL BUNKER DE TRABAJO DEL “ENTRENADOR DE CEREBROS” Cuando hace cuatro años desembarcó en el club, Marcello Lippi eligió a este albergo ubicado en el centro de Turín —a pasos nomás del Palazzo Reale y de la Stazione Porta Nuova— co­ mo el bunker bianconero pata las concentracio­ nes. Desde ese entonces, es allí —en mayor me­ dida— donde el hombre Viareggio pone especial cuidado en uno de los aspectos fundamentales

no existe un psicólogo que trabaje directamen­ te con los jugadores. Esa tarea queda en ma­ nos del D.T.

“¿Lippi? El es un verdadero entrenador de cerebro^', le asegura a EL GRAFICO el defen­ sor Moreno Torricelli, apenas baja de su BMW M3 azul en el Comunale. “El secreto de nuestro

éxito está en el tremendo deseo de ganarque to­ dos mantenemos. Lippi tiene muchísimo que ver: él fue jugador, sabe lo que nosotros pensamos, nos habla mucho y tiene una íntima relación con el plantef, afirma Michelangelo Rampulla, el

de su trabajo. “Entre equipos de alto nivel, mu­

chas veces la diferencia está en pequeños deta­ lles difíciles de descubrir desde afuera. El cuida­ do de la psicología del grupo es uno de ellos!'. SI, sf, psicología. Para el cuerpo técnico de la Juventus, ésta es una palabra clave. "Nosotros

comprendemos la vital importancia de las moti­ vaciones — explica Ventrone— De nada sirve ju­ gar bien si no hay deseos ni objetivos. Y uno de los grandes secretos es que la Juve no ha perdi­ do ese hambre de victoria. En este trabajo, Lippi es el com bante de la navé

“Entre grandes equipos, la diferencia está en pequeños detalles. El cuidado de la psicología del grupo es uno de ellos” (Lippi) En este sentido, dentro de la preparación del equipo los jugadores son sometidos a tests psi­ cológicos y comportamentales. Se estudian sus respuestas ante determinadas presiones. Se aprende a motivarlos. Quien está a cargo de es­ te aspecto es el doctor Ricardo Agrícola, médi­ co del plantel y también psiquiatra. Sin embargo,

sustituto de Angelo Peruzzi en el arco. “No es

norma este hambre de victorias que tiene la Ju­ ve. Eso nos hace superiores!’, remata Del Piero. Entonces, por la tarea de este hombre de 49 años —casado y con dos hijos— que afirma que

“siempre hay que cuidar las tensiones con las que un equipo llega a un partido, e intentar que el equipo llegue al match en el pico de su condi­ ción mental: ni relajado ni sobrecargadd’, pasa buena parte del suceso juventino. ¿Y la táctica y la estrategia? ¿Y los jugado­ res? ¿Y el fútbol? Por supuesto, los hombres y el juego son el núcleo de este proceso exitoso. Aunque a ellos se los puede ver todos los domin­ gos en la cancha...

Fuente: revista “El Gráfico”, 24/3198.

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Jugadores que

solicitaron ayuda

(y no tuvieron inconveniente en reconocerlo) • Gabriel Batistuta (Argentina) * • Paul Gascoigne (Inglaterra) • Diego A. M aradona (Argentina) * 19 • M arcelo Gallardo (Argentina) * • Sergio Berti (Argentina) * • A lberto Vargas (Argentina) • José Pablo Burtovoy (Argentina) 20 • E dmundo (Brasil) * • Zinedine Zidane (Francia) * • Batalla

(Argentina) (Argentina)

• A b b o n d a n z ie r i

• Consagrados campeones

19

D ieg o A r m an d o M a r a d o n a , probablemente el más grande jugador de todos los tiempos del fütbol mundial y el hacedor del gol más brillante de la historia del mun­ diales, hizo pública su adicción a las drogas. En ese sentido ha intentado muchos tra­ tamientos de rehabilitación que han incluido asistencia individual psicológica y/o psi­ quiátrica con escaso éxito (hace unos años reconoció haber invertido 300.000 dólares en todos estos tratamientos). Maradona tiene todo el derecho de no creer más en los psicólogos, ya que uno que lo había asistido denunció en el diario “Clarín” un dinero que el jugador le adeudaba y reveló datos del proceso terapéutico, violando el secre­ to y la ética profesional. Si los psicólogos violamos nuestra principal herramienta para operar, confianza depositada en nosotros que el futbolista nos quiso brindar, si traicionamos esa intimidad ¿qué nos queda?

20 Cuando golpeé la puerta del Club Ferro Carril Oeste sin conocer a nadie, allá por junio de 1995, con mi proyecto en mano, y el doctor E n rique R o t em ber g (único mé­ dico del fütbol profesional por 24 años consecutivos en el cargo) me escuchó y le intere­ só mi proyecto, no me imaginaba que unos días después me presentaría al D.T. de la 4a división para que trabeye con él. Se trataba de Miguel Angel Tbjo (actual D.T. de las se­ lecciones juveniles Sub-17 y Sub-15 con Hugo Ibcalli) y su ayudante entonces, el profe­ sor Alejandro Kohan (actual E E de River). Me presenté al grupo brevemente, subrayan­ do que no había que estar ni loco ni enfermo para trabajar conmigo. Luego de la presen­ tación, el primer jugador que se acercó fue Pablo Burtovoy (actualmente jugando en México).

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Lunes 5 de Mayo de 2003 I DEPORTIVO I CLARIN I 23

EL CUERPO TECNICO DE LA SELECCIÓN ARGENTINA TRABAJA CON UNA ASISTENTE SOCIAL YJJN PSICOLOGO PARA APOYAR EL CRECIMIENTO PERSONAL DE LOS JOVENES

CUANDO GANAR NO ES TODO DESDE EL EXITOSO CICLO DE PEKERMAN COMO DT, AL ACTUAL DE TOCALLI, LA PRIORIDAD EN LAS CATEGORÍAS JUVENILES DE LA SELECCIÓN ES LA FORMACIÓN INTEGRAL DEL FUTBOLISTA, MÁS QUE ALCANZAR UN BUEN RESULTADO.

D a n ie l A v e l l a n e d a . E n v ia d o e s p e c ia l a S A N T A C R U Z .

vorágine del fútbol mundial exige re­ Lasultados inmediatos. Quizás por eso no

llamó la atención observar a los jugadores boli­ vianos, chicos que apenas cruzaron la frontera de los 16 años, retirarse insultados por su públi­ co después del empate en el debut ante Perú. Y aunque es cierto que todos quieren tocar el cielo, en esta categoría se debe apuntar a otro objetivo, mucho más importante que ganar un partido o un campeonato: la formación integral del futbolista. Desde el inicio del ciclo de Pekerman, del que forma parte su heredero Hugo Tocalli, la búsqueda estuvo vinculada al talento de los ju­ gadores, es verdad, pero también en estos nue­ ve años se profundizó en otros aspectos, alea­ torios a la pelota pero tan fundamentales como saber pegarle con el pie izquierdo o derecho: “Nosotros trabajamos por el bien común del pi­ be, más allá del desarrollo futbolístico. Quere­ mos darle nuestro apoyo y procurar que crez­ can como personas". Las palabras son propiedad de Eduardo Urtasun, el preparador físico de la Selección Sub 17. Ex delantero de Arsenal. ... Explica el trabajo de un cuerpo técnico que cuenta con el aporte de una asistente so­ cial y un psicólogo. "En este Sudamericano pueden verse vein­ te caras. Pero para llegar a esta Selección hu­ bo que trabajar con más de 140 chicos, de los cuales nos llevaron un año y medio, porque, te

decía antes, se apunta a un laburo amplio", le explica Urtasun a Clarín, un rato antes del al­ muerzo del domingo en esta ciudad que no ter­ mina de despejar sus nubarrones. La asistente social es la licenciada Marce­ la Bracco y se encarga, según cuenta Urtasun, de entrevistar a las familias de los jóvenes juga­ dores: “El enfoque es integral, abarcativo a la persona del futbolista. Se explora el contexto fa­ miliar, el sustento económico, la cantidad de hermanos, el nivel de estudios y de alimenta­ ción. y el psicólogo es una parte complementa­ ria en cuanto a la contención. No nos referimos exclusivamente al aspecto deportivo, sino a dis­ tintas problemáticas de la vida". Marcelo Roffé es el encargado del diván de los pibes. Y aunque no viajó con la delegación, es una pieza importante. La asistencia psicoló­ gica, a veces rechazada en el ambiente de la pelota, hoy es requerida a nivel global. A tal punto que aquí se está organizando un simpo­ sio con los psicólogos de las diferentes selec­ ciones Sub 17. Y enfoca su mirada hacia los estudios: “No­ sotros queremos que no abandonen la escuela y adecuamos los horarios a esa prioridad. No nos importa si faltan a dos, cinco o diez entre­ namientos*. No es sencillo ser jugador de la Selección. Y tampoco, crecer como persona en esta época de carencias. Por eso vale la docencia. Mucho más que gritar un gol.

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Diego la juega de callado [777] En estos tiempos, el 10 se dedica a pasar sus horas en una paradisíaca isla alpina. Además de buscar su recu­ peración —o desintoxicación, mejor dicho— Maradona aprovecha los ra­ tos libres para disfrutar de las hermo­ sas callejuelas de este pequeño pueblo alpino cercano a Berna. Nada ni nadie se lo prohíbe, los periodistas suizos que hacen guardia sin sentido, porque en esto el 10 tiene mucha expe­ riencia y se escabulle como el mejor. El que si habló ayer, que se llevó toda la marca de los pe­ riodistas, fue el doctor Van, que se puso un traje de estrella y organizó una conferencia de prensa. A todos les interesa opinar sobre Diego, y entonces éste empezó a hablar del 10 como si lo conociera de toda la vi­ da: “él es consciente de que está psi­ cológicamente débil, pero está decidi­

do a salir adelante y lo va a lograr. A pesar de haber ganado todo no es un hombre feliz, se considera un perde­ dor, tiene una personalidad hipersensible, posee un fondo extremadamen­ te honesto y leal”. V el tipo de anteo siguió con la labia: “Maradona, en el pa­ sado llegó a vivir cri­ sis de abstinencia; ahora es diferente, porque sufre de una ¥ dependencia mental, T su problema es psi­ cológico más que físi­ co. Cuando necesita la cocaína tiene que tomarla, pero no por motivos físicos. Luego puede detener­ se, pero cada vez que lo hace queda decepcionado por su actitud. Es por eso que ha decidido renunciar a las drogas de una vez por todas”. Fuente: Diario Deportivo “Olé", 17/8/96

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Alberto Vargas Y aquel dóping Casi nadie se acuerda de Alberto Vargas. El pibe, sancionado por dóping, está muy mal. Su caso despertó mil suspicacias. Porque ese día Diego Maradona también fue sorteado para el control (vs. Estudiantes) y sus frascos tenían apenas un número de diferencia (408 y 508). Se dijo que Vargas había sido el chivo expiatorio y que, a cambio, Maradona le habría obsequiado un departamento que oficialmente figuró como “regalo” de Español. La realidad de Vargas es otra: no recibió departamento alguno y vive en Rafael Calzada junto a sus padres. Encima Español, que le adelantó 20 documentos de 4.000 dólares, se los pidió. Y el pibe se negó porque ni siquiera tiene dinero para la psicóloga que lo trata, que le cobra 50 pesos por consulta. Fuente: Diario Deportivo “Olé", 9/12/96

-Es increíble cómo cambió todo. Antes, cuando , jugabas en la selección, la gente te abucheaba, R ahora en el Mundial te pedían todos... -F u e muy difícil lo que me tocó vivir con la seiección en 1995, con aquel penal que erré en la cancha de Quilmes, que después acarreó cada vez más silbidos y críticas. Me puse muy mal, yo no esperaba vivir una situación así, recibir un cachetazo como ese, doloroso, injusto y además de golpe. En esta etapa tuve un bajón, me costó volver a creer, a confiar en mis posibilidades, pero gracias a la gente que estuvo a mi lado y a las ganas que puse salí del mal momento.

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-Recibiste el apoyo de un psicólogo... -Sí, sobre todo por una recomendación de Alfre- | do (por Davicce). Me sirvió mucho, tal es así que por ahí estando bien como ahora, después de ha- i ber crecido como persona y con una familia for- | mada, lo volvería a hacer.

Fuente: Revista "El Gráfico"

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La mejor terapia es jugar Por consejo del psicoterapeuta, Gascoigne está en la selección. NOEL SMART Desde Inglaterra

Ga­ nó el machismo y el psicoterapeuta. Por decisión de las máximas autorida­ des del fútbol británico, Paul Gascoig­ ne ha sido convocado para seguir ju­ gando en el seleccionado inglés a pe| sar de haber molido a golpes a Sheryl, su esposa desde hace 14 semanas. Gasea jugará el próximo día 8 contra Georgia, el partido por las eliminato­ rias rumbo a Francia '98, según anun­ ciaron ayer a la mañana en Londres. Glenn Hoddle, entrenador de la es­ cuadra británica, argumentó que basó su decisión en las recomendaciones | del psicólogo que trata al héroe del fútLONDRES (ESPECIAL PARA OLÉ).

cura para su alcoholismo. Su resolu| ción provocó una catarata de protesI tas de las feministas y los grupos de mujeres golpeadas en cada canal de televisión, radio o medio que estuvie­ se a su alcance. Problemas privados. “En todos estos días he pensado en los problemas de Paul Gascoigne y su familia”, dijo el Fuente: Diario Deportivo “Olé”, 2/11/96

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entrenador Hoddle en una declaración escrita. “He hablado profundamente con él tres veces. Adicionalmente Paul está con sesiones de terapia y algu­ nas de ellas han llegado a 5 horas. Ahora yo tengo una absoluta com­ prensión de los problemas que él y su familia están experimentando y estoy convencido de que no deben ser publi­ cados”, sostuvo, sin dar un sólo indi­ cio. Muchos periodistas han sostenido que la pelea entre Gascoigne y su mu­ jer comenzó por sus dudas sobre la paternidad de su hijo Regan. En la decisión, el peso del psicotera­ peuta ha sido considerable: “Estoy asombrado de los progresos que él ha hecho y creo que con mi avuda v la de su psicólogo, podemos ayudarlo a re­ solver el conflicto a él y su familia. Mi conclusión es que Paul merece estar en la selección británica en el partido con­ tra Georgia”, dijo Hoddle. Apoyo oficial. Las autoridades del fút­ bol británico refrendaron la resolución. El presidente de la Asociación del Fút­ bol, Keith Wiseman, declaró pública­ mente que apoyan la resolución del en­ trenador y el compromiso de ayudarlo que ha establecido con Gasea. [...]

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TUVO UNO CON ARGENTINA Y ASEGURA QUE LE FUE MUY BIEN

Saviola no vería con malos ojos la ayuda de un psicólogo

El de la Bruja gran­ de no sería el primer caso a estudiar. En la semana trascendió que varios futbolistas del ciclo terminaron haciéndole consultas a un psicólogo, por más que Passarella afirme que “el mejor psicólogo de un plantel es el entrenador Obviamente, los futbolistas ni le avisaron al técnico. Por las dudas ¿vio?

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A Saviola no le importaría que el club fi­ chara un psicólogo. El argentino ya tuvo uno en la selección argentina y "me fue muy bien con él” . Sin embargo, no quiso crear polémica y puntualizó que “ no sé lo que pensarán los otros” . Saviola no dudó en afirmar que "la responsabilidad es de los jugadores y del cuerpo técnico, todos con el mismo porcentaje de culpa” y con­ cretó: "El técnico no entra en el campo, pero tiene decisión en la forma de parar al equipo y de hacer los cambios” . El argenti­ no matizó después sus declaraciones, afir­ mando que "cuando las cosas van mal se busca un culpable” y que los jugadores quizá tienen "más parte de culpa” porque no están jugando bien. En cuanto al posi­ ble relevo de Van Gaal por Bianchi, Saviola destacó sobre este último que “es un téc­ nico exitoso en Argentina, con mucho valor e importancia” , pero recalcó que no es na­ die para "hablar de él” .

Un caso de diván Las cosas están cambiando”. La selección vene­ zolana tiene psicólogo y Manuel Llorens sacó pecho después del triunfazo. El D.T. Lino Alonso lo banca en todo: "En el Preolímpico de Mar del Plata (fueron cuartos) y acá, esto nos dio resultados”. Puente: Diario Deportivo “Olé”

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Lámina confeccionada en la preparación psicológica previa al partido decisivo contra Brasil, Campeonato Sudamericano Sub 20, 2003, Uruguay. Argentina venció por 1 a O, triunfo clave para la obtención del título.

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HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA DEL DEPORTE APLICADA AL FÚTBOL EN LA REPÚBLICA ARGENTINA El fútbol es sin dudas el deporte que más prejuicios tiene con respecto a la Psi­ cología, y pese a ello en el Mundial del ‘94, cinco selecciones tuvieron un psicólo­ go en el cuerpo técnico (Camerún, EE. UU, Italia, Rusia, y Suiza). Esta tendencia no creció; es más: ni siquiera se mantuvo en los mundiales de 1998 y de 2002. Al empezar a investigar sobre la Psicología del Deporte aplicada al fútbol en la Argentina, nos encontramos con que no hay mucho escrito todavía al respecto. De todas maneras, tenemos que empezar a hablar de la prehistoria de la psicolo­ gía en el deporte argentino, y es por eso que tenemos que remontarnos a 1951, año en que el Profesor Adolfo Moguilevsky (que impuso los entrenamientos diarios y las concentraciones en el fútbol argentino) entrenó y dirigió aquel gran equipo de Banfiéld que perdió -ante Racing, 1 a 0 en la final- la posibilidad de salir cam­ peón. "Fue el primer equipo Argentino que hizo actividad grupal, nos reuníamos y hablábamos del rival. Cada uno aportaba lo que sabía. Observé algo importan­ te: la influencia que ejercía sobre el jugador la posibilidad de hablar. Ellos se sen­ tían importantes, y aquel Banfiéld salía a la cancha con una seguridad y una tranquilidad que me sorprendía. ” En el año 1958, Moguilevsky preparó físicamente a Atlanta (el de Artime, Gonzalito, Griguol, Zubeldía), que ganó la copa Suecia. “En Atlanta impuse la auto­ crítica; hacíamos la reunión los martes y era obligatoria. Existía una condición insalvable: antes de hablar de las equivocaciones de sus compañeros, cada uno te­ nía que contar que es lo que había hecho mal. ” En el año 1959, Moguilevsky que era el preparador físico del seleccionado ar­ gentino, que ese año ganaría el Campeonato Sudamericano jugado en Buenos Ai­ res, llevó adelante un test de personalidad a los jugadores del plantel. La inter­ pretación fue realizada por la Dra. Elba Cotta, y señalaba la excentricidad de los arqueros, la inteligencia y la mediocre cultura de casi todos los futbolistas, la per­ sonalidad más equilibrada de los mediocampistas, y su deseo de alcanzar una cultura superior al medio; las angustias de casi todos, y el sentido materialista de la mayoría. Consultado Moguilevsky sobre si el resultado del test pudiese decidir­ lo a excluir a alguno de los seleccionados, su respuesta fue terminante: “De nin­ guna manera, el psicológico es uno de los tantos factores a considerar para elegir a un jugador; nada más que eso. Un futbolista podrá no estar dotado para inte­ grarse al grupo, por ejemplo, pero ser un gran jugador y rendir muy bien en la cancha. * El 22 de septiembre de 1966 el diario La Razón publicó: “River contrató un psiquiatra”, y decía en la nota que “el problema riverplatense ha preocupado se­ riamente a sus directivos y para estudiarlo se ha contratado al Dr. Carlos Handlarz, especialista en psicología y psiquiatría”. River lo contrató con un objetivo claro: descifrar qué le estaba ocurriendo a sus grandes jugadores, que lideraban los campeonatos hasta las fechas finales y des­ pués sucumbían. El Dr. Handlarz estuvo unos pocos meses, porque su trabajo no produjo los resultados esperados. Oscar Más recordaba que el Dr. Handlarz decía que: “nos caíamos porque al estar cerca del aeroparque nos molestaba el ruido de los aviones; yo me levanté y le dije que estaba loco”.

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Valentín Suárez trató de imponer la psicología en el fútbol, luego de la elimi­ nación de la Selección Nacional para el campeonato Mundial de México de 1970; el ex presidente e interventor de la AFA, trató de integrar a un grupo de psicólo­ gos sociales en el cuerpo médico de la Selección, pero no tuvo eco. En 1981 el Lic. Ricardo Lorusso se incorporó al cuerpo médico del club Vélez Sársfield, trabajando ininterrumpidamente hasta mediados del 2001. Desde 1989, y hasta 1994, el Lic. Oscar Mangione integró los distintos cuer­ pos técnicos que tuvo Boca Juniors en esos años. En el año 1990 el Lic. Darío C. Mendelsohn integró el cuerpo técnico del plan­ tel profesional de Atlanta. En 1990 el Lic. Néstor Mangone trabajó con los equipos juveniles de Boca Ju­ niors. En el año 1991 en San Lorenzo de Almagro, cuando el entrenador del plantel profesional era Héctor Veira, trabajó el Dr. Jorge Rocco (psiquiatra). Entre los años 1992 y 1994, el Lic. Alfredo Fenili, trabajó con los juveniles y la primera división del Club Atlético Talleres (de Remedios de Escalada), cuando el técnico era D ‘Angelo; y entre los años 1995 y 1997 se ocupó de los equipos juve­ niles de Temperley, siendo el entrenador Héctor Ostúa. En 1994 una psicóloga trabajó en el club Deportivo Español con los entrena­ dores López y Caballero. Desde 1994 y hasta el 2001 el Lic. Marcelo Márquez trabajó con los juveniles de Rosario Central. Entre los años 1995/96, el Lic. Alberto Montero, trabajó con los juveniles del Club Atlético San Miguel. Entre los años 1995 y 2000, el Lic. Marcelo Roffé trabajó con los juveniles del Club Atlético Ferro Carril Oeste. Desde 1996 hasta 1998, el Lic. Darío C. Mendelsohn trabajó con el plantel pro­ fesional del Club El Porvenir, que salió campeón y ascendió al Nacional B. En el Club Atlético Chacarita Juniors, en 1996, trabajó un psicólogo, que fue incorporado a partir de un control antidoping positivo a un jugador de fútbol pro­ fesional. La Lic. Mara Villoslada trabaja desde 1997 con los juveniles del Club Atléti­ co Boca Juniors incorporando luego a Anabella González. En 1997 un equipo de operadores psicosociales (EOPS) compuesto por Alejan­ dra González, Mariana Otero, e Ignacio Stilman, trabajaron con los juveniles de la pensión del Club Atlético Huracán. En 1998 el Lic. Oscar Luna colaboró con el Sr. Balmaceda en la sexta división de Platense. También en 1998, el Lic. Darío C. Mendelsohn trabajó con el plantel profesional del Club Atlético Platense, cuando el entrenador era el profesor Daniel Córdoba. Entre 1999 y 2000, el Lic. Darío C. Mendelsohn trabajó con el plantel profesio­ nal del Club Atlético Almirante Brown, cuando el entrenador era Ricardo Calabria. Entre los años 2000 y 2001, las licenciadas Luciana Vainstoc y Eugenia Pique­ ras trabajaron con los juveniles de Chacarita. En el año 2000, el Lic. Darío C. Mendelsohn, trabajó con el plantel profesio­ nal de Chacarita, cuando el entrenador era el profesor Daniel Córdoba. Desde mediados del 2000 y hasta 2006, el Lic. Marcelo Roffé trabajó con los seleccionados argentinos Sub 15, Subl7y Sub20. En estos 6 años, participó inter­

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disciplinariamente en la preparación psicológica de cinco equipos que obtuvieron el primer lugar (dos mundiales, dos sudamericanos y uno panamericano). El De­ partamento de Psicología Deportiva de AFA fue abolido con la salida de José Pe­ kerman en julio del 2006, luego de 74 meses. En el año 2001, los licenciados Carlos Giesenow y Ariel Borensztein, trabaja­ ron en Argentinos Juniors, siendo el entrenador Carlos Mac Allister. En Defenso­ res de Cambaceres, en él año 2001, se desempeñó el Lic. Ornar Zein, pasando di­ cho profesional en el año 2002 a Estudiantes de La Plata y terminando su desem­ peño el mismo año. Entre el año 2001 y 2006, la Lic. Gabriela Casarico se incorpora como especia­ lista a las divisiones inferiores del Club Atlético Banfiéld, con la coordinación de Silvio Marzolini. Desde el año 2001 en adelante, la Lic. Luciana Vainstoc trabaja en el área psi­ cológica especializada, contratada por una empresa de Management Deportivo. En el club Defensores de Cambaceres, en el año 2002 trabajaba el Lic. Xavier Oñativia. En Talleres de Córdoba en el año 2002 trabajó el Dr. Jorge Rocco (psiquiatra), siendo entrenador el señor Ballarino, para luego pasar muy fugazmente por Nue­ va Chicago siendo el entrenador Néstor Gorosito. Posteriormente el mismo entre­ nador, en San Lorenzo, volvió a incorporar al Dr. Rocco. En abril del 2002 y hasta noviembre del 2003, los psicólogos sociales Claudia Belda y Carlos Pappa, se incorporaron a trabajar con los juveniles de la pensión de San Lorenzo de Almagro. En el Club Atlético Independiente, desde el año 2002 hasta el 2006, el Lic. Al­ fredo Fenili trabajó con los juveniles de dicha institución. En River Píate trabajó la Lic. Marieta Gutermann en 2002, con los juveniles. Luego en esta institución y con la coordinación del señor Rossi se incorporaron tres psicólogos clínicos. En el Club Atlético San Martín de Burzaco trabajó durante unos meses del año 2002, la Lic. Silvia Arias. En el Club Atlético Lanús, entre abril y agosto de del 2002, trabajó el Lic. Da­ río C. Mendelsohn, mientras el entrenador fue el profesor Daniel Córdoba y en abril del 2003, el Club Atlético Huracán contrató al mismo profesional, por inter­ medio del entrenador Jorge Célico. En el 2003, el club Gimnasia y Esgrima de la Plata reincorporó a Gustavo Goñi, psicólogo que había trabajado en algunas divisiones juveniles desde el año 2000 y desde inicios del 2003. Trabajó con el señor Ramaciotti en la primera di­ visión, luego volvió a trabajar con los juveniles. En el año 2003, el Lic. Javier Molina se incorporó a trabajar con los juveniles de Colón, en el mismo año Quilmes incorporó a una psicólogo social, Carla Ávila, pa­ ra trabajar con los jugadores que viven en la pensión de dicha institución. También Nueva Chicago y Unión incorporaron profesionales para trabajar con los juveniles. En marzo del 2003, se incorporó a trabajar con los juveniles de Racing, el Lic. Marcelo Campaner y unos meses después el Lic. Guillermo Pérez Espinosa como coordinador de la pensión. Actualmente trabajan los dos. En el 2003 cuando el entrenador de Platense era el señor Duró, trabajó con el plantel profesional el Lic. Carlos Giesenow. En junio del 2003, y hasta enero del 2005, el Lic. Alberto Montero, a iniciati­

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va de Luis Soler, y del profesor Fabio Vidal, se incorporó a trabajar con los juve­ niles de Lanús. En septiembre del 2003 se incorporó a trabajar con los juveniles de 4-, 5Sy 6a de Argentinos Juniors, el Lic. Ariel Vaizer, y en el 2004, el Lic. Carlos Giesenow, se incorporó para trabajar con las 7-, 8S, y 9Bdivisión. Por otro lado, la única experiencia conocida hasta ahora en fútbol femenino, es la de la Lic. Inés Ferreyra, en el Club Atlético Boca Juniors, cuando el entrena­ dor era Miguel A. Bordón. El Lic. Ricardo Antonowicz, en el año 2004 se sumó al cuerpo técnico que con­ duce el plantel profesional de Excursionistas pero por un breve lapso. En San Lorenzo de Almagro en el año 2005 estuvo trabajando el Lic. Rolando Funes con los futbolistas que viven en la pensión de la institución. Luego Funes fue a trabajar a River de la mano de Gabriel Rodríguez y en San Lorenzo contra­ taron a los psicólogos deportivos Jorge Dugo y Marcelo Gatti. Por primera vez, en el 2006, este club ganó la tabla general de posiciones. Rocco estuvo en Lanús en el 2005y 2006. En enero del 2005, y por iniciativa de la Fundación Pupi, el Lic. Darío C. Men­ delsohn se incorporó a trabajar con el plantel profesional de Talleres de Remedios de Escalada, y continuó en el año 2006. En enero de 2006, el Lic. Nicolás Sinesi, se incorporó a trabajar con las categorías 4S, 5 -y 6- de dicho club. La Lic. Casarico llegó a árbitros profesionales de AFA y la Lic. Florean ocupó su lugar en Banfiéld. Alfredo Fenili dejó Independiente a mediados del 2006 pe­ ro quedaron dos psicólogos: el Lic. Luciano Limone y la psicólogo clínica Marta Dávila. Como podrá observarse, hay un crecimiento en cuanto a la inclusión de profe­ sionales en el fútbol, sobre todo en juveniles. Esta recopilación se terminó de realizar en febrero de 2007, junto al colega Darío Mendelsohn.

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Capítulo 11

Psicología aplicada al fútbol Resistencias de los D.T. y los jugadores

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Casi todo el mundo

posee una tendencia que los lleva a pensar que pueden asumir el papel de psicólogos, a pesar de que se precisa una cultura más que promedio para comprender que cualquier información en psicología, supone unas comprobaciones experimentales bastante difíciles (Jean P iaget) “

5.

ue dos técnicos exitosos y ganadores

como Daniel A l ­

y hayan tenido que dar Q explicaciones casi simultáneamente de por qué un psicólogo no berto

Passarella

H éctor V eira

sirve (ver Página 12, “Passarella trabaja de psicólogo”, pág. 19, Deportes, 27/7/96; y “Veira no quiere p iscólog o pero necesita tra­ ductor”, pág. 22, Deportes, 13/3/97), ya constituye un avance den­ tro de esta especialidad de la profesión, que pocos conocen. 179

PASSARELLA TRABAJA DE PSICOLOGO

Una selección entí úim (Por Carlos Stroker, Desde Birmingham) ~ “Yo sov el especialista en levan­ tarle el ánimo a los jugadores, el que tiene que trabajar en la parte psicológica. Y lo sov por ser el técnico, por la experiencia que tengo. Además, no me fío mucho en los psicólogos especialistas, de esos que algunos técnicos llevan al plantel. No creo mucho en eso”, se sinceró ayer Daniel Passarella cuando recibió a la prensa por última vez en Cullman. El grupo

no quedó bien después del partido con Túnez y el cuerpo técnico trabajó en estos días en la recuperación anímica de un equipo que no en­ cuentra regularidad y que carece de conducto­ res y líderes. Passarella insiste en no dar el equipo hasta momentos antes del partido con España y sólo confirmó el debut de Mauricio Pineda en lugar del suspendido José Chamot. Es posible que haya cambios y el rumor que corría en la concentración es que hasta es po­ sible la salida del capitán Diego Simeone.

{...]

Fuente: Diario Página 12

Ahora analizaremos qué los ha llevado a esta negativa: A) Ignorancia y prejuicios. B) Omnipotencia y dificultad para el trabajo interdisciplinario (re­ chazo de la ciencia y la tecnología). C) Malas experiencias directas o indirectas. D) Como jugadores primero y como técnicos después, nunca lo ne­ cesitaron y obtuvieron resultados (les ha ido bien o muy bien). E) No les gusta que los presionen (sea la prensa, los directivos o quien fuera). F) Públicamente lo niegan porque, de aceptar esta ayuda, sienten que están en falta o que son incapaces. G) Hay psicólogos que no asumen un perfil bajo. H) El psicólogo aún no está incorporado al equipo deportivo. I) Tfendencia a creer en elementos mágicos externos. J) El psicólogo no tiene vestuario. K) El técnico era el responsable del aspecto anímico además del aspecto técnico-táctico. L) No se los inculcaron como necesidad en el curso de entre­ nadores y les dan la materia desde la Psicología Clínica y no desde deportología.

Veirano quierepiscólo90 pero necesito traductor Trató de explicar que no quiso decir “con este plantel de Boca es bastante difícil salir campeón Le creen poco.

□ {Por D L) El debilitado frente interno de Boca sufrió otra profunda grieta por las de­ claraciones del entrenador Héctor Veira, en un reportaje publicado ayer por el diario Clarín, y mucho más después de las explica­ ciones que dio el técnico a sus jugadores, a los dirigentes y al resto de la prensa ante la cual trató de relativizar sus afirmaciones. Veira no desmintió lo publicado, sólo se quejó. Los efectos fueron inmediatos. A los

directivos no les importó si dijo o no dijo lo que se publicó pero fueron unánimes en con­ siderar las consecuencias del reportaje por­ que saben que cayó como una bomba. Los jugadores no le creyeron a Veira y, en efecto dominó, se avizoran problemas futuros. Tal fue la conmoción que hasta los posibles re­ gresos de Maradona y Caniggia se olvidaron y tomaron su justa dimensión. Por ahora só­ lo son expresiones de deseos. [,..]

Fuente: Diario Página 12

Bien, ahora analizaremos punto por punto. Quiero aclarar que el análisis excede a estos dos técnicos y puede extenderse a la mayoría de los entrenadores del fútbol profesional de primera división que dirigen en la actualidad (en fútbol amateur hay una mayor predisposición). A) La mayoría de los técnicos no saben qué es un psicólogo espe­ cializado en deporte y cuál es su función. Si uno no sabe, pregunta, escucha y se informa. Pero el fútbol es muy cerrado (tal vez el deporte que más resistencia ofrece a la psicología) y tiende a rechazar o a desvalorizar la diferencia: una nueva especialidad que puede ayudar a sumar. El técnico ocupa en el equipo deportivo un lugar único e insustituible. Esto es in­ discutible. Un escalón debajo deben estar las otras especialida­ des: preparador físico, médico, psicólogo, nutricionista, etcétera. El técnico es poseedor de estrategias psicológicas en su discurso con los jugadores y además, de una psicología “intuitiva” y valio­ sa. Pero intuitiva significa no científica y por ende, limitada. 181

Cuando Passarella, V eira y Basile, entre otros, afirman que se consideran psicólogos de los jugadores (a veces dicen un poco psicó­ logos para suavizar), en realidad, están invadiendo terreno ¿O no? ¿Se puede invadir un terreno que no está ganado todavía? Por al­ go no dicen que se sienten médicos o preparadores físicos, aunque lo piensen muchas veces, basándose también en las experiencias vividas (¿dónde estudiaron psicología?, ¿dónde se especializaron?). Entonces, aflora el prejuicio. Y el prejuicio es amigo de la desin­ formación (hay falencias en la formación de muchos técnicos), que suele ir de la mano de la omnipotencia.23 B) Psicólogo en el diccionario de técnicos y jugadores, significa “pa­ ra locos”', ese es un prejuicio muy común en el fútbol, no fácil de derribar. Passarella nos da un lugar en el discurso: apenas asumió en la Se­ lección en 1994, dijo “en la concentración no quiero mujeres, ni dietistas, ni psicólogos ni peluqueros: esas son mis reglas”. {Clarín). Luego, todos los medios especializados, periodísticos y médicos, en el famoso partido de la altura con Ecuador (aquel en el que “la pelota no dobla”) aseguraron que era necesaria una adecuada preparación psicológica. V eira, que tiene el mote de “gran motivador”, en la cuarta fecha manifestó que Boca se despidió del campeonato. Y Basile, quien ha mostrado cierto avance ante el rechazo de la ciencia y la tec­ nología, contrató en Radng un especialista en fisiología (psicolo­ gía es parecido pero distinto) y Radng sigue sin levantar cabeza. A esto se suma, desde mi óptica, la dificultad que tenemos los ar­ gentinos de trabajar interdisdplinariamente. Trabajar interdisdplinariamente (no multidisdplinariamente) requiere que nadie crea que tiene una verdad absoluta, aceptar desde el vamos una verdad a medias (reñida con la omnipotenda). Si se entendiera que hay un objetivo en común y que cada uno desde su disdplina va a aportar para sumar, y que así se enriquecen las otras áreas y la propia, todo sería más sendllo en cualquier ámbito laboral.

A mí me ha tocado y me toca trabajar con técnicos de diferentes características. El trab^o del psicólogo en un equipo, del deporte que sea, no es para cualquier técnico (nuestro trabego depende 23

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Los que hicieron el curso de técnicos recibieron —muchas veces— la materia Psicología enfocada desde el ángulo psicopatológico y no deportológico, elevando sus prejuicios.

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mucho de ellos). Requiere de una “apertura mental” necesaria del técnico no ligada a su incapacidad sino más bien a la aceptación de la diferencia (la castración). Y hay técnicos a quienes lo dife­ rente se les vuelve molesto e insoportable. C) Tampoco debemos olvidamos de las malas experiencias que pu­ dieron haber visto directa o indirectamente: hay psicólogos no es­ pecializados o psicoanalistas ortodoxos, que sin recursos específi­ cos (además del clínico, en el campo institucional, en el campo grupal, y en el campo de los tests psicométricos y proyectivos es­ pecíficos) han avanzado en este campo y han fortalecido los pre­ juicios del medio: ¡Cada mala experiencia es un retroceso de años para quienes estamos en esto! D) Un técnico puede pensar: “¿Por qué cambiar ahora, si toda m i vi­ da fui así y me ha ido bastante bien? De esta voy a salir solo”.

Error: a veces hay que tener grandeza para pedir ayuda, y preve­ nir sin esperar una cadena de malos resultados, y esto vale para cualquier orden. Además, la psicología es una ciencia que tiene cien años de historia, pero que ha avanzado mucho en los depor­ tes de alto rendimiento en los últimos años (en el Mundial '94, cinco selecciones tenían un especialista en psicología) y que difí­ cilmente hayan podido recurrir a ella como jugadores hace trein­ ta, cuarenta, cincuenta años. En el año 1966 River tuvo un psi­ quiatra y el gran D ante Panzeri formó opinión diciendo que era una farsa (como quedó dicho en el Capítulo 2). En general, se piensa muchas veces en el psicologo como salva­ dor y no son las mejores condiciones para empezar un trabajo serio y planificado. Por eos días O scar M a n g io n e 24, ex psicólo­ go de Boca, dijo que no aceptaría, y hace bien. Recordemos que trabajó casi cinco años y que en ese lapso Boca salió por última vez campeón después de once años: difícil negar que algún gra­ nito de arena aportó. Aunque hay que aceptar que es la ruptura de un discurso, la crisis, el quiebre del “estado de ánimo del grupo”, los malos resultados, una cadena de lesionados, etcétera, lo que puede llevar a pensar en este tipo de ayuda, es muy difícil que hoy se planifique en el fútbol sin urgencias ni plazos, como corresponde. Y en fütbol juvenil tam­ bién existen dificultades de estructura para planificar. 24 Oscar Mangione actualmente es columnista del programa de radio “De una con Niembro” (La Red).

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E) La presión, la mayoría de las veces no sirve: conozco el caso de un actual técnico de primera división de un club grande que estuvo averiguando por un psicólogo del deporte por propia iniciativa. F) Muchos técnicos podrían negarlo, no quererlo dentro del plan­ tel, pero sí utilizarlo sin que nadie se entere para casos indivi­ duales. Es una manera diferente de trabajar. Los técnicos así no se sienten incapaces y no comparten el grupo, del que lógi­ camente son muy celosos, con un profesional especializado en dinámicas de grupos al que no le terminan de tener confianza, porque no lo pueden ver como un aliado y un ayudante, sino que lo viven como un competidor. G) El trabajo del psicólogo es un trabajo que no se ve. Para “no mo­ lestar” al técnico, el psicólogo debe tener un perfil bajo, no salirse de su función (no hablar de cuestiones técnicas, aunque sí tiene que entender) y esperar que el reconocimiento de los logros ven­ ga del técnico o de otro miembro del equipo. No debe quitarle pro­ tagonismo al técnico. H) Por el momento pueden decir que no, porque aún no está incor­ porado al equipo técnico (como en otros países u otros deportes), pero ya tienen que dar explicaciones. I) Se observa en la mayoría de los técnicos una gran tendencia a creer en cébalas, supersticiones, o a echarle la culpa de un resul­ tado negativo a la mala suerte. Aunque este tipo de creencias son inherentes al ser humano, su exacerbación va en detrimento de la responsabilidad que le cabe al técnico y a sus jugadores (la con­ fianza en su trabado), y que de nada sirve el manual de las excu­ sas25y las culpas ajenas (O svaldo P iazza es un ejemplo). Sin des­ conocer la existencia del azar en este juego, se puede creer en la ciencia y aprovechar las herramientas que ésta ofrece. J) Prejuicio muy escuchado y totalmente insuficiente basado en la “mentada” empiria de los técnicos. Técnicos actuales con frases tales como: “No soy psicólogo, pero tengo vestuario” (OSCAR T ru LLET), o “De tanto anclar en los vestuarios, me considero un psicó­ logo de los jugadores” (B asile ). 25

El manual de las excusas es abierto muy a menudo, por entrenadores y por futbolistas, sin la mínima implicancia.

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K) Hasta no hace mucho tiempo, el técnico era el responsable del as­ pecto anímico además del aspecto técnico-táctico: ante el avance y la evolución científica y la aparición de los especialistas, muchos técnicos aun conservan cierta posición conservadora e invasiva. Un ejemplo: "...acercándonos a cada muchacho del plantel, siendo psicólogo, sin haber estudiado para eso” (un reconocido D.T.}. ¿Cómo se “es algo” para lo que no se estudió? ¿Qué técnico, que se cree psicólogo, va a querer trabajar con un especialista a su lado? La

o m n ip o t e n c ia d e l o s t é c n ic o s

(B a s il e , P a s s a r e l l a , T r u l l e t

y

B ie l s a )

— ¿Qué responsabilidad tuviste en el caso Maradona? — Maradona es un fenómeno y me lo demostró. Un fenóme­ no dentro y fuera de la cancha. Hacía seis meses que no juga­ ba y tuvo que hacer un tratamiento especial. Se entrenaba más que los otros. Por eso yo permití que se concentrara con el grupo que lo atendía. Y en el caso de la efedrina yo creo que lo engañaron. El no sabía lo que le estaban dando. De tanto andar en los vestuarios me considero un psicólogo de los ju­ gadores. Si él hubiera sabido que algo no estaba bien no hu­ biese ido tan tranquilo al control. Y no hubiera estado tan fe­ liz en el micro después del partido de Nigeria. Y eso lo vi yo, no me lo contaron. [...]

“La mente influye en un 1%, el azar un 4%.”

Marcelo Bielsa en diálogo ocasional con el autor en el predio de AFA en Ezeiza (2004).

(Basile. luego del Mundial de Estados Unidos en 1994).

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Por un lado, el técnico de Unión, Carlos Trullet, cree que el equipo tuvo una mala noche contra River (perdió 4 a 0): “No sov psicólogo plantel asimiló y superó la derrota del último viernes. Ahora habrá que demostrarlo hoy en la can­ cha", dijo. Pero a pesar de sus pal­ abras, el D.T metió mano en el plantel.

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PALABRA «

x » PALABRA

"En la concentración no quiero mujeres ni dietistas ni psicólogos ni peluqueros: esas son mis reglas" (Daniel Passarella, D.T. de la Selección nacional)

Fuente: Diario Deportivo “Olé”

Fuente: Diario “Clarín”

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Entrevista a Andrés Dalessandro

Mundial Sub 20 que ganamos y ayudó. Pero que yo tenga que ir a un psicólogo, nooo... La Selección puso uno y vino bien porque convivía con nosotros, unía al

-¿ E l manejo de la fama te lleva a pen­ sar en un psicólogo? -N o, no creo en esas cosas...

grupo, era importante. ¿Pero yo solo a un

-A l Chorl Domínguez, tu amigo, lo

-¿ Te da miedo?

ayudó mucho.

-Te digo la verdad... Me vendría bien una

-Nosotros tuvimos un psicólogo en el

psicóloga, je, je.

psicólogo? Ni en pedo...

Fuente: Diario Olé 8-11-02, suplemento River Píate.

Hasta que el psicólogo deportólogo se gane definitivamente el lu­ gar, K oan Z en nos ayuda a resistir en un medio muy difícil: “Si dices que esta vara es real, te golpearé. Si dices que no le es, te golpearé. Si no dices nada, te golpearé”. Para finalizar, intentaré enunciar sintéticamente para qué pue­ de ser útil un psicólogo eficaz en el fútbol (tanto amateur como profe­ sional, rescatando las similitudes aunque sin olvidar las diferencias explicitadas en el Capítulo 5). 1) Ayudar a cohesionar al grupo para obtener mejores resultados, a través del planteamiento de metas y objetivos alcanzables. 2) Evaluar individual o grupalmente las áreas de concentración, confianza, moti­ vación y control de presiones. 3) Implementar estrategias de cambio y desarrollo de esas aptitudes psicológicas. 4) Trabajar en casos puntuales individuales. 5) Hacer seguimientos individuales o grupales en competencia y realizar un infor­ me para el técnico. 6) Colaborar para que la comunicación entre el técnico y el grupo sea fluida. 7) Observar los entrenamientos y aportar para que el jugador rinda su máximo potencial. 8) Realizar filmaciones de entrenamientos y competencias (una imagen vale más que mil palabras) y luego hacer sesiones conjuntas con el D.T. y los jugadores. 9) Complementar el trabajo del preparador físico con relajaciones y visuali nacio­ nes, con el objeto de ayudar a prevenir lesiones y ayudar a la rehabilitación psi­ cológica post-lesión. 10) Ser un ayudante del técnico y asesor: facilitarle la tarea. 11) Ayudar a “humanizar” el sistema.

Es decir, aportar todas las herramientas necesarias para el entre186

nanuento mental, que es el área más descuidada y que constituye el 33% del total del rendimiento deportivo (33% técnico y 33% físico). An­ te el equiparamiento técnico y físico, lo que inclina el curso de un re­ sultado es la respuesta mental, la fortaleza mental. Cualquiera puede verlo. En fútbol, como en cualquier otro deporte o área, hay una herra­ mienta que debemos cuidar y que es la base de nuestro trabajo, para que puedan confiar en nosotros: e l secreto y la ética profesional . Sin ella, estamos perdidos. Debo decir, por último, que a los técnicos también hay que enten­ derlos: da la casualidad que en este país, todos se creen técnicos... y to­ dos se creen psicólogos. ¿Nos entenderán? ¿cuánto tiempo más llevará que algunos digieran y acepten nuestro rol, en este deporte? El campo de lo anímico está creado como necesidad (muchas veces se recurre a lo anímico como excusa,26 ante una derrota por ejemplo). Pero a veces lo ocupan otras profesiones no aptas para este rol: mentalistas, parapsicólogos, ingenieros, grafólogos, astrólogos, hechiceros, cabuleros, religiosos.

DOCE PSICÓLOGOS Y UN ENTRENADOR. Arriba, posan seis de los doce componentes del equipo de psicólogos del Sevilla. De izquierda a derecha, están Mercedes Valiente, Juan Gamito, José Enrique Sánchez, Miguel Morilla, Miguel Án­ gel Gómez y Enrique Arroyo. Gómez es también entrenador, y ha sido recientemente incorporado por Monchi a la secre­ tarla técnica, donde utiliza sus conocimientos para informar sobre los rivales del Sevilla.

Navas, entre la diversión y la Selección PROTEGIDO POR LOS PSICÓLOGOS DEL CLUB, QUE TRATAN SUS EPISODIOS DE ANSIEDAD, LA JOVEN ESTRELLA MARCA LOS PASOS DE SU PROGRESIÓN

La ayuda psicológica a la figura del Sevilla, Navas, por parte del equipo de psicólogos del club se hizo pública en 2006, antes del Mundial de Alemania._________ Fuente: Diario El Mundo, de España. No se trabaga en el entrenamiento mental del equipo, pero después se alude a la “presión” o a la “desconcentración” para explicar una mala actuación.

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BOCA BUSCA SOLUCIONES TRABAJA SOBRE LA CONCENTRACION DE LOS JUGADORES Y EL ESTRES

El plantel duda de la ayuda del mentalista Aldo Vadino fue contratado por Boca para levantar el ánimo del plantel. Lleva una semana de trabajo. ocos días antes del partido ante Ferro, cuando la realidad de Boca ya estaba de­ finitivamente distanciada de sus ilusio­ nes, Aldo Mario Vadino se presentó en las ofici­ nas de la Bombonera y dejó su currículum. Se autodetinió como especialista en programa­ ción neurolingüística y dejó una sentencia a modo de solicitud: “Yo puedo levantar el ánimo del plantel. Denme una oportunidad”. El presidente Mauricio Macri accedió. Y Vadi­ no comenzó a trabajar la semana pasada, cuando el equipo viajó a Chaco para jugar un partido amistoso a beneficio de los peijudicados por las inundaciones del Litoral. La Comisión Directiva de Boca hace tiempo que deseaba contar con un especialista en salud mental. Y, ante el ofreci­ miento de Vadino, lo contrató a prueba. Ahora habrá que esperar la actitud de los ju­ gadores. Si lo aceptan o si lo rechazan. Se sabe que el fútbol es, por ignorancia o por soberbia, un ambiente que generalmente rechaza a los psi­ cólogos. Y parece que el plantel de Boca no es la excepción, porque ayer más de un integrante manifestó sus dudas respecto de Vadino. El delantero Guillermo Barros Schelotto ase­ guró: “No creo que nos pueda ayudar a nivel fut­ bolístico”. El director técnico interino Carlos García Cambón no se sonrojó al afirmar: “No sé lo que hará. Además, no puedo tomar a Vadino bajo el rótulo de mentalista o de profesor de edu­ cación física especializado en estrés y concen­ tración”.

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A comienzos de la década, Os­ car Mangione asumió como psicólogo del plantel. Si bien el equipo dirigido por Oscar Tabarez logró en 1992 el último título boquense, la experiencia fue traumática. Peleas internas y choques entre jugadores fueron un denominador común de la época y provocaron su renuncia. En los primeros meses del año pasado, el mé­ dico del equipo, Amoldo Albero, solicitó a Héc­ tor Veira la contratación de la especialista en psi­ cología deportiva Liliana Grabín, quien había recibido en su consultorio privado a dos inte­ grantes del plantel. Pero el técnico se negó. Me­ ses después, dos psicólogos estadounidenses y uno venezolano trabajaron con el plantel. Discípulos del reconocido doctor norteameri­ cano Joe Hubbard, aplicaron entre los jugadores el sistema motivacional conocido como “entré­ nate a ti mismo para el éxito”. Pero se fueron en silencio, balbuceando su fracaso ante un grupo que pocas veces creyó en su método. Con un nuevo fracaso en las vitrinas, los diri­ gentes de Boca ya no quieren sumar una nueva desilusión. Y la postura es firme: solicitarán an­ te el próximo entrenador la presencia de un psi­ cólogo. Según el dirigente Carlos Santillán: “Vadino tiene la base científica necesaria como para ayu­

dar a los jugadores en la concentración y en el antiestrés. Queremos que se beneficien en el as­ pecto anímico para que soporten las presiones”. En pocos días más se sabrá si Vadino es la per­ sona indicada para el caigo. Consultados por Cla­ rín, los más reconocidos especialistas del país se­ ñalaron que “si Vadino no es psicólogo (como él lo reconoció), entonces no trabaja científicamen­ te. Y su labor pierde eficacia y seriedad”. Hace un tiempo, Gabriel Batistuta confió:

“Mangione me hizo comprender que yo vivía obsesionado por el gol. Que entraba a la cancha pensando que tenía que demostrar algo en vez de jugar. Y con sus charlas empecé a recono­ cerme como un buen jugador. Cambié, me liberé y desarrollé todo lo que sabía”. Quizás una síntesis de lo que buscan Macri y compañía, pese al escepticismo y al pesimismo general.

Fuente: Diario “Clarín”, 6/5/98

BRASIL TIENE UN “MOTIVADOR” QUE NO ES NI PSICOLOGO NI GURU

Profesión: ingeniero de las emociones Evandro Mota dice que Ronaldo no actúa como el mejor del mundo, que Zagallo es un comandante obsesivo y que Dunga lidera el grupo. ENRIQUE GASTAÑAGA París. Enviado especial a megaestrella Ronaldo co­ rre por ahí. Las otras perlas trotan por allá. Y en este lu­ gar, en la platea, una situación “bien Brasil”. Con una aclara­ ción, primero: “No soy psicólogo ni gurú” . Con una sentencia muy llamativa que enseguida empuja a la sorpresa: “Soy algo así como un ingeniero en movilización emocional”. El que habla con absoluta serie­ dad es Evandro Mota, 42 años, en realidad un ingeniero metalúrgico que "motiva" a la selección brasi­ leña desde el '93. No es ningún hallazgo, por supuesto. Porque pocos días antes de la Copa del Mundo se había anticipado su existencia en el Team Zagallo. Pe­ ro ahora su palabra adquiere valor por tratarse de alguien que convi­ ve con los que hoy buscarán cazar el pentacampeonato. ¿Cómo in­

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fluyen los futbolistas en el grupo? — ¿Qué aporta Taffarel? — Tranquilidad. — ¿Y Cafó? — Determinante. Un hombre muy decidido. — Defina a Júnior Baiano. — Es líder, habla mucho. — ¿Qué entrega Aldair?

“César Sampaio es muy espiritual, tiene una vinculación muy especial con Dios”, explica Mota. — Es más callado que Júnior Baiano, pero cuando opina todos lo escuchan. — Pasemos a Roberto Carlos. — Se integra con facilidad por­ que es muy brincador (divertido). — César Sampaio. — Muy especial, muy espiritual. — ¿Qué quiere decir con eso?

— El tiene una sintonía muy grande con Dios. En El consigue fuerza, equilibrio. Es muy religio­ so. Busca fuerzas ahí. — ¿Dunga es el más malo del plantel? — Para nada. No para de ha­ blar. Y también brinca mucho, no sólo grita. — Leonardo. —Líder. Se la pasa mediando cuando hay algún problema. — ¿Es cierto que es el más respetado después de Dunga? — Sí, con certeza. — ¿Cómo ubica a Ronaldo? — Es pura contribución al grupo. — Bebeto. — Es sencillez y experiencia — ¿Ronaldo está cansado mentalmente? — No, lo que pasa es que actúa como si no fuese el mejor del mundo. Es el mismo del '94, muy brincador. Siempre está riéndose. — ¿Edmundo le sirve al grupo?

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— En la concentración, es uno de los más distendidos. En la cancha se transforma. — Pero tuvo una pelea con Leonardo. — Fue una discusión normal en el fútbol. — ¿Y Zagallo? — Un comandante obsesivo. Un maestro. Una vez atrapado el ticket de entrada a la final, Mota comen­ zó a preparar dos videos con los festejos en tierra brasileña, fes­

tejos decorados “con escenas conmovedoras” , según él se en­ carga de explicar. Esas imágenes fueron observa­ das ayer por Ronaldo y compa­ ñía. Esas imágenes constituyen uno de los métodos que utiliza para sacudir emocionalmente al grupo. ¿Otras fórmulas? Parece haber un repertorio amplio: “Les muestro posturas de ven­ cedores leyéndoles frases de Michael Jordán, de Ayrton Senna, del basquetbolista Schmidt,

por ejemplo” . — ¿Qué porcentaje de impor­ tancia tiene en este Brasil otra vez finalista? — Me considero tan importante como Zagallo o como el prepa­ rador físico Paulo Paixao. — ¿Cómo es Brasil colectiva­ mente? — Es un grupo muy consciente. Con jugadores que no quieren ganar la Copa, sino que decidie­ ron ganarla. ¿Comprende la di­ ferencia?

Fuente: Diario “Clarín”, 12/6/98

Para cortar la mala racha, un parapsicólogo está ayudando al equipo. Se llama Juan Domingo Risso y afirma: “Controlo el plano anímico de los jugadores”. SANTIAGO GOMEZ

En Morón están convencidos de que si la suerte no viene, entonces hay que llamar­ la. Y para cortar la mala racha del equipo, el DT Victorino Vega recurrió a un viejo amigo: Juan Domingo Risso. Una especie de parapsicólogo, aunque él mismo se de­ fine como “Licenciado en Psicología Ope­ rativa”. Y por ahora la apuesta le dio la ra­ zón... Risso empezó a colaborar con el plantel del Gallo hace dos semanas, justamente cuando Morón visitó a San Miguel y con­ siguió su primer triunfo en el torneo. Pero recién el sábado pasado, contra Español, salió a la cancha con el equipo. “Controlo el plano anímico de los jugadores. Les doy ímpetu psicológico para superar este mal momento”, le explicó el mentalista a Olé, quien tiene 46 años y ya había trabajado

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en el club como técnico de las divisiones inferiores durante 16 años. “Me alejé el año pasado, cuando asumieron los nue­ vos dirigentes. Pero ahora estoy dispueto a poner el hombro nuevamente para salir del pozo”, comentó Risso, quien además recordó que algo parecido a su tarea ya se aplicó en Boca —cuando el DT era el Bambino Veira—. Creer o reventar. Aunque parece que su llegada trajo algo más que aire fresco. También varios cambios: contra San Mi­ guel, los suplentes de Morón ocuparon el banco que está de la mitad de la cancha hacia la derecha. Entonces, decidieron que iban a mantener la misma ubicación contra los Gallegos. Por eso se sentaron en el que habitualmente es el banco visi­ tante y la gente de Ghiso lo hizo en el lo­ cal. Además, Gabriel Viscovich y Leonar­ do Estévez intercambiaron sus camisetas. Es decir: el Pelado jugó con el número 4

en su espalda y Estévez con el 3. “Para muchos pueden ser detalles, pe­ ro influyen mucho en la confianza de los jugadores. Es lo mismo que poner una virgencita en el vestuario, prender una vela o darles a los jugadores una medalla o el signo del Yin-Yan”, se de­ fendió Risso. Y a los jugadores no les cayó mal la idea. Es más, uno de los

referentes del plantel aclaró: “Recién lo estamos conociendo, pero si vino para sumar lo vamos a tener en cuenta. Hay que salir entre todos”. Así, es obvio que Morón encontró al­ go más que un consejero. Y mientras los resultados lo acompañen, nadie va a poner en duda la palabra de su guía espiritual...____________________

Fuente: Diario Deportivo “Olé”, 23/9/98

RESISTENCIAS Y PREJUICIOS DE FUTBOLISTAS ARGENTINOS

Gustavo López [...] -Pero vos también disfrutás cuando ganás... -Sí, pero lo que más me gusta es ganar para hacer felices a mis viejos... -¿P o r qué siempre hablás de tus viejos? -Porque están en todo momento. Cuando estuve lesionado me dis­ traían hablando de cualquier cosa. Durante todo ese tiempo yo me di cuenta de las cosas Importantes de mi vida. Y mi feli­ cidad más grande es poder darle un beso a mis viejos todas las mañanas. -¿A lguna vez fuiste al psicólogo? -¿Por qué me lo preguntás? ¿Tengo fama de loco? No, nunca lo necesité. Ni lo necesito. ¿O te parece que sí? Carolina Ravier

Fuente: Diario “Clarín", 27/10/94

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EX FUTBOLISTA RUBEN SUÑE

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“ME QUISE MATAR Y NACÍ DE NUEVO” “El 22 de junio se cumplieron diez años de mi intento de suicidio”, dice el Chapa Suñé. "Y acabo de festejar mi cumpleaños número diez, porque fue como haber naci­ do de nuevo. La vida me dio una segunda oportunidad, mejor que la anterior”. La caída de Rubén José Suñé empezó en 1979, cuando se rompió la rodilla derecha durante un partido amistoso en Colombia. Hincha de Boca a muerte, capitán del equi­ po de sus amores y uno de los jugadores más importantes del club, Suñé llegó a la mesa de operaciones con mucha descon­ fianza. “Creía que no iba a quedar bien, que mi carrera se terminaba, y me puse muy nega­ tivo con respecto a la recuperación”. [...] Intentó ser el director técnico de Quilmes, que en ese.entonces jugaba en primera división, pero no quería ocupar otro lugar que no fuera aquel que había si­ do su territorio: la cancha. “Adentro todos corrían y yo me tenía que quedar del lado de afuera; eso fue insoportable para m f’. Probó de todo: umbanda. tarot. brujos, dioses de colores diversos, “menos psico­ logía. porque creía que la psicología era para los locos”. Al final renunció a Ouilmes v a todo lo demás. Y se tiró de un sép­ timo piso. Fuente: Diario "Clarín", 17/7/94

[...] “Tüve que volver a empezar”, dice Suñé. “En la clínica fue duro. Uno tiene miedo de enfrentar la realidad de la calle, sobre todo si es una persona conocida. Al principio salía una o dos veces por sema­ na, a tomar un café o a almorzar con mi fa­ milia; después me quedaba a dormir en mi casa, todo de a poco, como haciendo los palotes de una vida nueva”. Ahora, el Chapa vive con su esposa y sus dos hijos solteros, va al psicoanalista cada quince días v iuepa al paddle en un countrv cerca de su casa. La matemática, que metió la cola donde no debía, le impidió seguir estudiando psicología, la carrera que empezó cuando le dieron el alta definitivo.

Capítulo 12

Violencia en el fútbol Conferencia dictada en la ciudad de Crespo, provincia de Entre Ríos, el día 6 de julio de 1998, ante 200personas. La misma se desarrolló en el Salón de Actos de la Municipalidad

Fontanarrosa, de “El fútbol es sagrado" (Ediciones De La Flor).

Dentro de una cancha de fútbol, se escenifican ciertas tragedias o dramas de la sociedad... que hay que saber leerlas”. (Osvaldo S oriano)

... que ya se han instalado con una importante actividad en nuestra localidad y que de alguna manera es la vidriera, o la punta del iceberg de todas las actividades que se desa­ rrollan, específicamente en el área de la ciencia del lenguaje, la comu-

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resentador :

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nicadón, todo lo que tiene que ver con la literatura, la escritura, que esto está enmarcado en el contexto de un proyecto general, en el cual uno de los puntos fundamentales a lo largo del año es el programa de lectura del instituto que le permite a nuestros estudiantes terminar en el ámbito de la secundaria, por primera vez, en muchos casos, su primer libro, en leer hasta el final el primer libro de su vida y de pron­ to engancharse también con todo el tema de la lectura que es tan fun­ damental, porque a pesar de que estamos bombardeados por la cul­ tura de la imagen, fundamentalmente la televisión, todo nuestro ci­ miento y todo nuestro bagaje cultural sigue siendo escrito en el sen­ tido de que lo más importante que uno puede asimilar para después defenderse en la vida, sigue estando en los libros. Precisamente la idea es reivindicar a lo largo de estos cinco días en los cuales no voy a hacer una lectura extensa de cada uno de los puntos, pero sí señalar que, como estas actividades de esta noche, la charla debate, habrá otras charlas el día miércoles también aquí en el salón municipal, habrá actividades artísticas para quienes quieran estar presentes también, básicamente la música. Hecha la presentación de la Feria del Libro Adolescente que con­ tinuará todos los días con actividades divididas entre el Instituto Co­ mercial y el salón de actos de la Municipalidad de Crespo, pasamos a presentar el primer tema y la primera charla-debate y la primera ac­ tividad de la Feria del libro, junto a PANCHO L escano , docente y de­ portista y director técnico de nuestra localidad; está también A níbal L an z , que va a ser el encargado de las filminas y toda la historia esa; el licenciado M arcelo R offé , psicólogo desde 1990, egresado de la Universidad de Buenos Aires, de una de las mejores Facultades de Psicología del país, la de la UBA, especializado en clínica, en el Hos­ pital Municipal Argerich y también especializado en deportología, psicólogo y deportólogo, por esta especialización es que ha sido convo­ cado también por el diario Perfil, de reciente aparición en nuestro país para las columnas de análisis y de opinión que tiene este perió­ dico que ha aparecido hace un par de meses atrás a nivel nacional; participa también como responsable del área psicológica de las divi­ siones juveniles del Club Ferro Carril Oeste de Buenos Aires, o sea no sólo tiene la teoría sino también la práctica concreta, y el tema que nos convoca y que esperemos que llame la atención de todos ustedes tiene que ver con una pasión de nuestra época, casi sin pasiones ya, muy posmodemizada, como es el fütbol; y el fútbol, que es uno de los sectores que está quedando como gran atractivo de masas, también reproduce muchas de las actividades que se generan en el seno de la 194

sociedad, como por ejemplo la violencia, por eso la violencia en el de­ porte en general, y en el fútbol en particular, va a ser el tema en el cual vamos a estar escuchando a M arcelo R o ffé . Habrá una prime­ ra presentación por parte del especialista y luego con la moderación de L escano está todo abierto para las preguntas y las inquietudes que quieran desarrollar, los dejo entonces con el disertante: M arcelo: —Antes que todo, buenas noches a todos; estoy muy or­ gulloso de estar acá. La dinámica va a ser que después de la exposi­ ción puedan hacer las preguntas que quieran, teniendo en cuenta que por ahí alguno se inhibe o no se anima las pueden hacer por escrito, porque esto es una charla debate; bueno, agradecer desde ya por la invitación a Pancho, a Francisco, a su mujer Dolly y a Griselda que han hecho posible que yo esté hoy acá con ustedes y a las autoridades del Club Ferro Carril Oeste Acá ustedes ven distintas frases, algunas seguro las conocen, otras no, es un tema bastante complejo, cuando a mí me dijeron: “vas a hablar de la violencia en el fútbo\” yo dije: “qué bueno, pero qué difícil“, porque es un tema muy complejo que tiene muchas aristas y es pluricausal. Vamos a hablar de la violencia en el fútbol pero también en otros deportes. A muchos de ustedes les gustan Los Redonditos de Ricota ¿no? ¿los conocen? ¿Escuchan música? Esa frase: Violencia es mentir, es de una letra de Los Redonditos de Ricota, ya vamos a ver cómo se relaciona con este tema, pero como un adelanto de esto podemos decir que per­ manentemente se miente, no sólo desde la dirigencia en el fútbol si­ no desde la dirigencia política... y eso es violencia. La violencia en­ gendra violencia, esta es otra frase bastante conocida, la Ley del Talión, vos me pegás yo te la devuelvo, esto en cualquier deporte uno en general actúa así si no se contiene, y es una verdad, es difícil no reaccionar ante una agresión. La agresión es diferente a la agre­ sividad ¿cuál sería la diferencia? tomemos un deportista cualquiera, un deporte cualquiera; la agresividad, la que todos nosotros necesita­ mos cada día para despertamos a la mañana cuando suena el desper­ tador y tenemos ganas de seguir durmiendo; bueno esa agresividad para encarar la vida, para encarar las cosas que tenemos que hacer, es la que tiene que tener el deportista como actitud para encarar la com­ petencia y para alcanzar los objetivos que se proponga. La agresión es otra cosa, la agresión supone como objetivo la intención de herir o las­ timar al adversario. Entonces a veces la agresividad se canaliza mal y se transforma en una agresión, pero son dos cosas distintas. 195

H ay que g a n a r SEA COMO SEA

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Hay violencia de afuera y violencia de adentro; hoy vamos a to­ mar las dos aristas porque hace poquito estuvo suspendido el fútbol en todo el país, el campeonato, mucha gente no sabía qué hacer de sus vidas, por el hecho racional de un juez de la Nación, VÍCTOR PERROTA, quien al haber tantas muertes a repetición (cuarenta y cuatro entre 1992 y 1998) dijo: “bueno, a ver muchachos, paremos un poco la pelo­ ta, y pensemos a ver qué está pasando”, bueno, se lo quisieron comer, porque esto ya es un gran negocio; si el fútbol para, pierde la televi­ sión, pierden los jugadores, se frena una maquinaria de producción de dinero muy grande. Entonces esa es la violencia de adentro, entre los jugadores, violencia de la que mucho no se habla y que a veces ali­ menta la violencia de afuera, pero a veces lo mismos jugadores —que uno no entiende con la millonada de plata que ganan— cómo pueden pegar patadas a colegas, codazos... pisarlos, cosas que uno dice ¿por qué? ¿O es consecuencia de eso? ¿Es el capitalismo “salvaje” del que hablan? La otra frase: El fútbol se emparenta con el machismo, pegar es cosa de hombres; yo trabajo en general con jugadores adolescentes, de las edades de algunos de ustedes que están hoy acá, entre los trece y los diecinueve años, y hay códigos en el fútbol, un código es que al­ guien se lesiona y en seguida el técnico o los compañeros lo caratulan 196

de “cagón”, “sos un miedoso, sos un cagón” (el otro día sucedió que así probó un D.T. a un futbolista que finalmente estaba fracturado), y por ahí el tipo no se puede mover, “no, vos podés jugar, pero...”, en seguida la prepoteada; con esto pasa lo mismo, si a uno lo provocan en un partido y uno no responde, en vez de ser un acto que a uno lo enaltece como deportista, queda como cobarde, o como un “cagón”, y si responde queda como un “guapo”, y la hinchada lo aplaude, aun­ que a uno lo expulsen y deje al equipo en inferioridad numérica y a uno le den seis fechas y después pueda perder la titularidad, etcé­ tera, etcétera... La última frase que ustedes ven ahí: Hay que ganar sea com o sea; esto lamentablemente es como el lema de la sociedad neoliberal, hay que tener éxito, hay lugar para uno que tenga éxito y diecinueve que son considerados como fracasados, y no importa cómo se gane, no importaba si la Argentina salía campeón jugando mal y todos nos dor­ míamos mirando el partido, no importa, tenía que ser un equipo efi­ caz, filo pero eficaz; entonces la belleza queda, no se sabe muy bien dónde, y el placer por el juego también, no se sabe muy bien dónde; entonces, a veces para obtener el objetivo del éxito se recurre a cual­ quier método desleal, uno puede ser la violencia para sacar provecho de la situación. Por ejemplo, el argentino es bastante ventajero, uste­ des vieron las dos expulsiones con Inglaterra y con Holanda las pro­ vocó S im eone , y en las dos expulsiones S imeone dramatizaba y daba vueltitas como V erónica C a stro , como una actuación. Parecía que es­ taba muerto y cuando vio que el árbitro echó al rival, se paró y esta­ ba bárbaro. Lo de O rtega también: porque no fue penal y además él podía seguir con la pelota y eso podía terminar en gol. Uno puede de­ cir que estaba exhausto físicamente, era la impotencia porque se veía que Holanda era superior, lo que ustedes quieran, pero tiene un acto desleal hada el arquero, porque hay leyes, hay reglamentos que rigen cada deporte. Lo que hizo O rtega , esa simuladón, es desleal; entonces el arquero que tiene otra educadón, en general el europeo tiene otra educadón a la nuestra, viene y le reprocha como didendo, no sé cómo se lo habrá dicho: nos vas a hacer perder este partido por algo que no es lídto, vos querías que nos cobren un penal que no fue, y nosotros va­ mos a perder todo lo bueno que estamos hadendo, sería algo así, y O r ­ tega

NO TUVO MEJOR IDEA QUE METER ESE CABEZAZO.

Hay varios enfoques psicológicos de la conducta agresiva o de la conducta violenta, yo tomo tres teorías fundamentalmente, porque las tres no son excluyentes entre sí, no se superponen. La primera es la teoría biológica de F reud y L orenz que habla de la tendencia inna­ 197

ta de la conducta agresiva, esto quiere decir que los hombres no son buenos o malos como decían los griegos, sino que todos por naturale­ za tenemos una parte buena y una parte mala, todos, dentro de la parte mala podría estar la tendencia a la hostilidad y la agresión. En algunos está más reprimida y en otros se canaliza más, pero esto es innato, viene con el ser humano, ya no hablemos del deportista, vie­ ne con el ser humano. Entonces vemos que aquí dice.* esa agresión de­ be canalizarse de manera aceptable y que el deporte desempeñe un papel destacado, eso es una vieja creencia, por eso el signo de pregun­ ta, porque no se sabe si el deporte canaliza la violencia o en otros la­ dos la despierta, vamos a decir que en el fútbol amateur en la mayo­ ría de los casos canaliza la violencia, pero en el fútbol profesional don­ de sólo sirve ganar y donde está el dinero como objetivo, yo creo que ahí muchas veces despierta la violencia, es causa de la agresión. ______ o

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La segunda teoría habla de la reacción emocional que surge como consecuencia de estímulos indeseados, por ejemplo: la frustración, y esto lleva a una conducta agresiva. Podemos tomar lo de O rtega co­ mo frustración o impotencia; otro ejemplo: dominio del rival, el equi­ po no encuentra la pelota y va perdiendo y se desespera, y empiezan a pegar patadas (hay estudios psicológicos que demuestran que son más los equipos que pegan patadas cuando están peleando el descen­ so o cuando están mal en la tabla, y son más los defensores los que re­ curren a la violencia que los delanteros, y hay momentos del partido en donde se recurre más a la violencia, por ejemplo cuando se está con un resultado adverso, o sea que no se da en cualquier momento). Un ejemplo desde lo social, para sacarlo del deporte, para que se entien­ da, porque estamos viviendo tiempos violentos, el deporte no es mfo que una parte de la sociedad, hay violencia en el Congreso, hay vio­ 198

lencia en las casas, hay violencia en las escuelas, hay violencia en las calles, hay robos permanentes, y por ende hay violencia en las can­ chas, no es casualidad, por ejemplo alguien que es de una extracción social muy humilde y ve pasar un coche nuevo, eso es lo que se llama frustración social o impotencia social, entonces después, no digo que todos los que son pobres tengan que robar, pero de ahí puede venir, dejan el coche estacionado con el pasacassette, y viene el robo al passacassette, entonces esa es una situación de violencia generada por una frustración, tal vez piensa, “nunca voy a llegar a tener ese coche”. La tercera teoría es la teoría del aprendizaje social que destaca el aprendizaje de la agresión a través de la observación y del reforza­ miento externo. Por ejemplo, desde los medios de comunicación. Us­ tedes ven mucha televisión seguramente, y permanentemente hay acciones de violencia, en casi todos los programas, entonces eso se transmite, son señales que a uno le refuerzan la violencia que uno ya tiene, un ejemplo de esto, ustedes, no sé si les gustará como a mi pe­ ro ¿ven Los Simpson? bueno, hay un capítulo de Los Simpson que es bastante gráfico, bueno a mí Los Simpson me divierten muchísimo, además es el prototipo de la familia moderna y te enseñan a pensar un montón de cosas. Decía que hay un capítulo donde la madre de Bart (Marge), indignada por lo que sus hijos ven en TV (¿vieron ese dibujito, "Tomy y Daly”, de Los Simpson, en el que hay sangre to­ do el tiempo y se cortan la cabeza el gato y el ratón, se matan todo el tiempo, ese dibujito que recurre permanentemente a la violen­ cia), bueno, Marge realiza toda una movida, llama al canal de tele­ visión, presenta cartas, y finalmente logra que le quiten la violen­ cia al dibujito. Conclusión: el programa deja de tener rating, los chi­ cos dejan de ver el dibujo (que no se lo perdía ninguno); esto tiene una consecuencia positiva porque empiezan a usar ese tiempo que usaban para ver la televisión, en ir a la plaza, en practicar deportes al aire libre, etcétera, etcétera, y después la emisora se da cuenta de que eso no es ningún negocio, perdieron todo el rating, entonces vuelve a la violencia y los chicos vuelven a ver el dibujito. Esto tie­ ne que ver con lo que yo decía al principio: la gente es morbosa, no es casualidad, vieron en la playa a alguien que se está ahogando, lo salvan al tipo, sale semiasfixiado, no se sabe qué le pasó y ensegui­ da hay novecientas mil personas alrededor que quieren ver qué pa­ só. la gente muchas veces busca la sangre, busca la violencia. Pasamos a la siguiente. Acá ya nos metemos en los responsables de la violencia en el fútbol, específicamente, ustedes ven un dibujo que en el medio dice ‘heridos y muertos’, son muchos los muertos del 199

fútbol argentino, muchos, muchos, muchos, cada vez más, por eso se lle­ gó a esta situación de parar el fútbol para ver qué pasa, y los responsa­ bles son todos esos que ustedes ven ahí. También podríamos agregar los padres de algunos jugadores del fútbol amateur que son fuente de agre­ sión, pero estamos hablando en este esquema del fútbol profesional; en­ tonces ustedes ven ahí jugadores; los jugadores son responsables por­ que son los responsables de la violencia de adentro, esto de apelar al golpe desleal, a falsear el reglamento, a sacar ventaja, es coherente con el jugador argentino, pero es coherente con la sociedad en que vivimos, que es la sociedad con más muertos por accidentes de tránsito, muchos producidos porque la gente no respeta los semáforos, alguien que no respeta los semáforos cuando maneja, a quien no le importa matar a otra persona ¿qué le va a importar, cuando juega al fútbol, pegarle una patada en la cabeza al rival? O sea, si uno tiene una mentalidad, está educado para una cosa, lo otro es algo insignificante. R e s p o n s a b l e s d e l a v io l e n c ia e n e l f ú t b o l

Director técnico

^Jugadores^ Arbitro J

HERIDOS Y MUERTOS

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f HinchaZ^N ^Barra Brava)

(periodistas)

^Dirigente ¿Por qué, si cada vez son más los muertos del fútbol, la gente no deja de ir a la cancha y hay países donde se incrementa el número de afi­ cionados? ¿Por qué en este Mundial se comprobó que el fair-play es sólo una her­ mosa bandera?

El árbitro muchas veces es responsable porque se le escapa el partido de las manos, porque no puede hacer cumplir el reglamento, y a veces es fuente de violencia. Hay una vieja disputa entre los que siguen el estilo de Francisco Lamolina y los que siguen el de Javier C astrilli; uno que dice “siga, siga”, y vos ves que vuelan las cabezas, las patadas y sangre por todos lados, y el otro que lo tocás así, cobra “mancha” que es C astrilli. No sirven ni un extremo ni el otro, pero si ustedes me preguntan cuál prefiero, les digo C astrilli, porque en un país donde la justicia es bastante discutible y muchas veces ine­ xistente, a un tipo que quiere por lo menos marcar justicia sin privi­ legios, hay que respetarlo, y mucho. Después ustedes ven director técnico, muchas veces el técnico promueve la violencia, muchas veces le dice: “ahora que empieza el se­ gundo tiempo, andá y pegale una patada a tal jugador que nos está volviendo locos”\y muchas veces en el discurso es agresivo o subliminalmente es agresivo, entonces el técnico también es responsable. El cuerpo técnico: ¿se acuerdan lo que pasó en las eliminatorias en Bolivia con la selección, que se agarraron todos a piñas y que al­ guien del cuerpo técnico de la selección le cortó la cara a Cruz? Fue bochornoso. Con el dinero que ganan los integrantes del cuerpo técni­ co ¿cómo pueden cometer un error así? Yo no entiendo cómo ese al­ guien siguió trabajando después de eso. ¿Cómo se lo permitieron y có­ mo no se investigó? Pero, además, ¿cómo pueden caer en eso, que es una falta de ética total, el médico, el preparador físico, hasta el psicó­ logo en algún caso también? Los que rodean al técnico también pue­ den incitar a la violencia. Hace poco pasó algo al revés en el club Los Andes de Lomas de Zamora, que juega en el Nacional B: en un entre­ namiento, un barrabrava le disparó un balazo al preparador físico, porque estaba mirando el entrenamiento, no sé qué le dijo, pum, no lo mató pero le disparó. Ahí ven la diferencia entre un hincha y un barrabrava, una cosa es un simpatizante, todos son simpatizantes de algún club de fütbol, en general ustedes pueden ser de un club de Entre Ríos y de uno de los grandes del país, muchas veces pasa así, lo siguen por televisión, después está el hincha que va a la cancha y después está el barrabra­ va que es otra cosa, el barrabrava el otro día no sé si escucharon que en la primer semana del mundial había ciento cincuenta y nueve barrabravas argentinos, que no se sabía quién les dio las entradas, al fi­ nal fueron los jugadores. Viajaron a Francia, diez de Chacarita, veinte de Boca, veinte de River, todos así democráticamente, a mí lo que me llamó la atención es que los diez o doce de Chacarita, que les 201

pagó el presidente, que es político, además llevaron un traductor, o sea les pagó a los doce barrabravas y les pagó un traductor para que los muchachos se puedan comunicar sin problemas. Los periodistas muchas veces incitan a la violencia o la refuerzan, esto es la teoría del reforzamiento, muchas veces refuerzan la violen­ cia en algunos comentarios, tanto en los jugadores como en los hin­ chas. Y aquí llegamos al punto de los policías y los dirigentes, la policía está más preparada para reprimir que para prevenir, no sabe preve­ nir en general, si ustedes vieron por televisión o están viendo el mun­ dial de Francia no hay ni un policía adentro de la cancha mirando el partido, ni en las tribunas, están todos afuera, las tareas de preven­ ción se hacen afuera, bueno acá, en las canchas argentinas están to­ dos los policías sentados en el costado de la cancha mirando el parti­ do con los perros, ni les importa, ni se dan vuelta a ver qué pasa en la tribuna, y a veces están arriba en la tribuna, se están matando a trompadas abajo, la misma hinchada, yo lo viví, y están mirando. Hay que tener en cuenta que ganan muy poco, todo eso es cierto, pero no es justificativo. Y los dirigentes, la connivencia dirigente-policía. Fal­ tan escuelas de dirigentes (actualmente existen dos: la del Club de Amigos y la del Club Atlético River Píate. Las dos matrículas suman cuarenta y ocho alumnos). Y los dirigentes son los que toman las de­ cisiones, son los que tienen el poder, entonces si no tienen la capaci­ dad como para la toma de decisiones, se llegan a las consecuencias que se llegan (Lanús es un ejemplo, de los pocos rescatables). Hay dos preguntas ¿por qué si cada vez son más los muertos del fútbol, la gente no deja de ir a la cancha, y hay países donde se incre­ menta el número de aficionados? esto es un contrasentido, el que tie­ ne cable puede ver, cada vez más partidos en la televisión, hay vein­ tiocho partidos de fútbol a la vez, fútbol alemán, fútbol holandés, fút­ bol brasileño, inglés, argentino, Nacional B, entonces uno podría de­ cir: “Bueno, qué más querés, ahí no te pasa nada, quedate en tu casa”, sin embargo la gente sigue yendo a las canchas, por qué es la pregun­ ta. El fútbol está tomado por identificaciones muy fuertes, es una pa­ sión muy fuerte, es algo que se hereda, se transmite de padres a hi­ jos, es muy difícil de explicar, en EE.UU. uno le tira la pelota a un chi­ quito de un año y medio y tiende a agarrarla con las manos por el básquet o por el béisbol, uno se lo tira acá a un chiquito argentino, uru­ guayo o brasileño, y la patea; es una cuestión cultural. La otra pregunta es ¿por qué en este Mundial se está comproban­ do que el Fair Play es sólo una hermosa bandera? Fair Play que to­ 202

dos saben que quiere decir juego limpio, creo que ya van doscientos diez amonestaciones no sé cuántas expulsiones, hubo una patada que le dieron a Ronaldo en el partido Marruecos-Brasil, que el árbitro no castigó ni con una amarilla, aunque Ronaldo mostró que tenía todos los tapones acá, en el muslo, todos los tapones, pero no era para ama­ rilla ni para roja, era para que lo metan al marroquí en el calabozo quince, veinte días, porque fue directamente a asesinarlo. Inclusive las expulsiones de H enry, Blanc y Zidane, todos jugadores de la se­ lección de Francia, nos demuestran que el autocontrol de las impul­ siones va mucho más allá de la educación que uno posea. Este es to­ do un tema, el del Fair Play, porque los árbitros son los encargados de hacer cumplir los reglamentos, después de eso Platini y Blatter que es el nuevo presidente de la FIFA dijeron que sean un poco más duros y fueron un poco más duros, pero los arbitrajes no fueron muy buenos. Acá tenemos causas de violencia en el fútbol, en futbolistas y en hinchas, yo tomé algunas, aunque son más. El futbolista muchas ve­ ces uno ve la sobremotivación en entrenamientos o en competencias, esto yo lo vi e investigué, la motivación sería el interés por el depor­ te, por decirlo rápido, por el deporte que uno desempeña, y por la bús­ queda del logro, o la meta que uno se plantea, la sobremotivación es cuando uno está acelerado, a ustedes a veces les puede pasar que tie­ nen tantas cosas que hacer que hay días que están muy acelerados y quieren hacer todo junto y en realidad no hacen nada bien y no pue­ den pensar de tan acelerados que están, eso es causa de hostilidad muchas veces, estoy tan acelerado que voy muy rápido y muy fuerte a la pelota y por ahí lastimo a un adversario aun en un entrenamien­ to, o a un compañero. Causas personales, por ejemplo algún jugador está viviendo una etapa de duelo que puede ser porque se peleó con la novia, porque se separaron los padres, o porque falleció un ser que­ rido, eso es una etapa de duelo, una pérdida, que lleva un tiempo psi­ cológico de elaboración, entonces genera un estado de depresión y de agresividad. Malos arbitrajes, eso ya fue dicho, ganar sea como sea, eso ya fue dicho, utilizar cualquier método con tal de obtener la ven­ taja, en defensores más que en atacantes, también fue dicho, otra co­ sa que puedo agregar es la ansiedad, uno a veces ve jugadores muy ansiosos de diecisiete, dieciocho años, que quieren llegar a primera ya, para salvar a la familia que está en una situación económica más bien humilde, ustedes saben que el fútbol, con el boxeo, son los úni­ cos dos deportes que permiten un salto cualitativo social muy rápido, pasar de clase baja a clase alta en muy pocos años, tal vez sean los 203

únicos dos deportes, porque en el tenis ganás mucha plata pero tenés que ser de clase media alta para poder entrenarte y para después po­ der viajar, y hay otros casos. Entonces, muchas veces esta ansiedad por llegar ya es contraproducente y genera también hostilidad, por­ que quiero ya lucirme, quie/o ya convencer al técnico de que estoy pa­ ra cosas mayores y lo único que hago es fastidiarme si me pegan una patada y reaccionar mal con el adversario; consecuencia: me echan y me dan cuatro partidos. Termino perdiendo el puesto y al final tardo más en alcanzar el objetivo. En los hinchas, por el aburrimiento del espectáculo, muchas veces yo vi que en las canchas entre los mismos de la misma hinchada em­ piezan a pegarse porque el partido es tan aburrido, tan malo, que es­ tá bien que muchas veces algunos están tomados, ya van a la cancha con unos tragos de más porque los toman en los alrededores del esta­ dio, eso favorece la violencia, pero a veces el aburrimiento del espectá­ culo lleva a la violencia, la violencia entre los jugadores también. Las adicciones: drogas y alcohol, ustedes vieron las imágenes de Francia, vieron a los hoolligans pegándoles a los tunecinos o a los ma­ rroquíes, vieron la gran cantidad de cervezas y alcohol, la latas que había en el piso, la droga es más difícil de ver, nadie se va a drogar en público, en general es en lugares como el baño, lugares ocultos, por­ que si no pueden ser detenidos, el alcohol está socialmente aceptado. Racismo y política, no son casualidad, los skinheads alemanes casi mataron a un gendarme francés de un botellazo, creo que lo vieron to­ dos, es un grupo identificado con el nazismo y muy resistido aun en Alemania. Los hoolligans. En realidad Edward H oolligan era un in­ glés que murió por el año 1897 y se asocia el hoolliganismo con una actitud pendenciera, vaga, agresiva, como se dice en el barrio “buscar roña”, ahí es donde se mezcla también racismo y política, todos vivi­ mos lo que pasó en el partido Argentina-Inglaterra, en algunos casos parecía más una cuestión patriótica de si te ganamos devolvenos las Malvinas y se mezcló toda esa cuestión que nada tiene que ver con el fútbol en sí mismo, pero que permanentemente la política y el fútbol, si uno hace un análisis político y sociológico está relacionada; el pre­ sidente de Chacarita es político, el presidente de Mandiyú que esta­ ba hasta hace un tiempo es político, River tuvo un presidente quien luego fue presidente del Banco Nación y así podemos buscar muchos ejemplos del entrecruzamiento entre el fútbol y la política, donde a veces destinan los fondos “non sonetos” de la política y los llevan al fútbol, y como les dan una canalización social aceptable, nadie va a sospechar que esa plata fue malhabida, y a su vez financian barra204

bravas que también les sirven para las campañas políticas, margina­ les y no marginales, porque no son nada más que marginales, porque, por ejemplo, un inglés interpretó que un argentino lo cargó a alguien en un tren y lo asesinó de una puñalada... el inglés no era hoolligan, era un ingeniero, y el muchacho no era argentino como creía el inglés, era un actor francés, y no era marginal; en las barrabravas no sólo de Inglaterra, en la Argentina también, hay profesionales, hay aboga­ dos, hay contadores, o sea que no es una cuestión del que no tiene educación, del que vive en la villa, del que no tiene para comer: no. Es muy complejo el tema.

Foto extraída del suplemento Mundial '98. Diario Deportivo “Olé”

Rivalidad deportiva, a veces el hincha es fascista, esta cuestión de “yo soy gallina, odio a los bosteros”, “yo soy bostero, odio a las ga­ llinas”, “yo soy cuervo, odio a los quemeros”, “yo soy quemero, odio a los cuervos”, todo así, ustedes vieron que existe en Rosario un centro que se formó antileproso, saben que a Newell's le dicen La Lepra, son hinchas de Central que festejan cada campeonato que pierde Newell's, eso es algo fascista, discriminatorio. Campañas de prevención, recién ahora, fíjense lo que decía antes del juez P errota , que paró el fútbol, el ser humano reacciona luego de tragedias, el ser humano en general, no el argentino, habrá que con­ tar cuántas muertes se necesitó para que un juez pare el fútbol dos semanas, no es que lo paró un año, pudo pararlo sólo dos semanas, porque después hubo que volver ya que venía el Mundial y ¿quién sa­ 205

lía campeón? Como ya dije hay connivencia entre los dirigentes y la policía, y mucho tiempo predominó el silencio. JULIO GRONDONA, el presidente de la AFA, es un personaje bastante paradigmático, empezó su poder en la dictadura (cita del libro S cher Y P alom ino: “Si bien

Grondona no era un hombre formado en las visceras del Proceso, poseía una larga trayectoria en el fútbol y suscribía las ideas de un partido político —él radical— sus rasgos personales permitían suponer que no cuestionaría aquello que la dictadura no desease que se cuestionase”, y está ocupando ese cargo de presidente hace m ás de veinte años, cuando hacen votaciones periódicamente, gana 4 5 a 0, muchos lo critican pero despues lo votan, es un hombre m uy hábil politica­ m ente y lo digo como un elogio: tranquilam ente podría ser el pre­ sidente del país. Sabe gobernar. Sabe lo que es el poder.

Sabemos que en este país es más importante el fútbol que la política. ¿O ustedes ceen que cualquiera respalda a un “desconocido” sin apo­ yo mediático como él respaldó a José Pekerman para que se haga car­ go de los juveniles en 1994, cuando venía con su proyecto bajo el bra­ zo? ¿o ustedes creen que los logros deportivos en juveniles y en mayo­ res en estos años son azarosos? ¿o ustedes creen que cualquiera es Vi­ cepresidente de la FIFA? No ...a no confundirse.....Y la campaña que hizo la AFA durante cuatro años fueron imágenes sin sonido, sin tex­ to, no se hablaba, era en silencio: “hay muchas cosas para hacer y po­ cas para decir”. Eso lo escuché de algunos sociólogos quienes lo aso­ ciaban con los tiempos de dictadura donde se hacía hincapié en que “el silencio es salud”. Y no me pareció muy feliz. Bueno, ahora se re­ flexionó y es positivo el cambio, y después de tantos muertos, se cam­ bió la campaña de prevención de la violencia y empezó en T&C Sports, una nueva ola de propagandas que Uds. habrán visto y que cambia totalmente el ángulo, desde un papel más activo se dice: los responsables son los dirigentes, los barrabrava, la policía, etc... ... ¿Barrabrava? —barrabrava se asocia con violencia, sí, se llama barrabrava al que es violento, en general en todo club hay veinte, treinta que son los que manejan la hinchada, los que tienen conni­ vencia con los dirigentes, los que llevan las banderas, los que en­ tran gratis, los que visgan y los que reciben dinero porque no trabajan, para su mentenimiento y para el consumo de sus adicciones. A: —Tfe pregunto porque quiero planteártelo el punto de vista inclu­ so de la psicología, la agresividad, de pronto sobreexigir en la compe­ tencia, el padre que le exige al hijo porque está en esto de la carrera, de la ascención social a través del hijo, el director técnico sobre los

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gunses de esta división, etcétera, etcétera, ¿eso no forma parte, no va generando alguna tendencia natural hacia la violencia? M arcelo: —Sí, por eso dije que el ser humano de por sí es violen­ to, de manera innata, el barrabrava es, como vieron en el esquema an­ terior, uno de los nueve responsables, pero no es el único, a veces se cor­ ta por lo más delgado y se le echa toda la culpa, pero ¿quiénes? los diri­ gentes, los periodistas, pero en realidad hay que hacerse un planteo mucho más serio dentro del fütbol, e involucrar a codos estos sectores. A: —¿Puedo hacer un comentario? En qué medida M arcelo A rau JO, por ejemplo, con su lenguaje no induce a la violencia, de pronto. M arcelo: —Y bueno, es una pregunta. Por eso, la violencia se ali­ menta desde varios lugares, hay una película que yo se las recomiendo —yo soy amante del cine— que se llama Tiempos Violentos, de Q uen tin Tarantino , si no la vieron la pueden ver, actúan J ohn T ravolta y B ruce W e u s ... y ahí se nota que los asesinos son de carne y hueso, co­ men hamburguesas en McDonald's, no son algo distinto a nosotros. Nos enseñan que una cosa son los buenos y otra cosa son los malos. Lo más difícil de todo esto es que todos tenemos una parte buena y una parte mala, no por eso todos somos asesinos en potencia, algunos cana­ lizamos de otra manera esa agresión. También hay otra película, fuera de lo deportivo, que nos puede ayudar a pensar todas estas cosas que es Haz lo Correcto, de S pjke L ee , que es una familia italiana que insta­ la una pizzería en un barrio negro de Nueva York, todas las disputas raciales que se ven, poique yo tengo que decir otra cosa, que por ahí suena un poco dura, pero el ser humano también, además de ser agre­ sivo de manera innata, es racista, el ser humano es racista, si entende­ mos como racismo la no aceptación de la diferencia, nos cuesta aceptar que el otro es diferente, el color de piel, fíjense si uno no escucha: “este es un cabecita negra”, “judie de mierda”, o “este gallego cuadrado”, o “es­ te coreano sucio”, o “este bolita”, o “este trolo”, permanentemente se pre­ sentan en el discurso; escuchen, pongán atención, siempre se discrimi­ na a alguien, siempre. Algunos lo tienen más reprimido que otros. Pasamos a los deportes, porque a mí me gustaría ir terminando así dejo el espacio para el debate. Hay deportes que favorecen la agresión, y oíros que no, están los deportes de combate como el boxeo, que yo no lo considero un deporte poique ¿el objetivo del boxeo cuál es? A: —Destruir al adversario. M arcelo: —Destruir al adversario, el knock-out, herirlo, matarlo, ¿cuántos boxeadores murieron a causa de esa práctica?

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D epo rtes de C ontacto

D e p o r t e s s in C o n t a c t o

R ugby

VOLLEYBALL

F útbol

T e n is

H an dball

N a t a c ió n

¿En qué tipos de deportes se manifiesta mayor agresión y violencia? ¿A través del deporte, la agresión se promueve o se elimina? ¿Es posible disminuir la violencia y la agresividad en el deporte?

A: —El boxeo olímpico no es destruir al adversario, es marcar dife­ rencias técnicas sobre él. M arcelo: —Bueno, el boxeo olímpico, pero estamos hablando del boxeo profesionalizado, de cuántos murieron, no en el momento sino después de varias peleas donde neuronalmente han quedado otros muy mal como el caso de C assius C lay, que fue un fenómeno. Enton­ ces para mí, es una opinión personal, como psicólogo-deportólogo, se­ ñalando esto de los objetivos y de la violencia, para mí el boxeo no es un deporte, pero también ahí está lo paradójico, atrae, el boxeo atrae, la gente llena los estadios, lo mira por televisión ¿por qué? tal vez por lo que decíamos antes, porque hay una morbosidad de la gente que busca la sangre, aunque suene duro. Entonces, por ejemplo deportes de contacto: el rugby, el fütbol, el handball, contacto físico, esos depor­ tes favorecen más la agresión y la violencia, ahora fíjense qué intere­ sante: el fútbol tiene muchos más lesionados, producto de la violencia que el rugby, ¿cómo puede ser si las leyes del rugby son más permi­ sivas que las leyes del fútbol? en el rugby es lícito meter un codazo, por ejemplo; hay mucho más contacto físico, y sin embargo en el fút­ bol— donde esto no está permitido— hay muchos más lesionados, o sea que tal vez yo pienso, no es la verdad, yo pienso, que pasa porque el rugby no está profesionalizado, es amateur y tiene la esencia del deporte, del placer lúdico, el fütbol está súper profesionalizado, sólo importa ganar, la eficacia del resultado sea como sea, y hay mucho di­ nero en danza, el fütbol tiene mucho para aprender del rugby y de otros deportes, por ejemplo el tercer tiempo de rugby, vos jugás el par­ tido, es tu adversario. Ahora me acordé de la frase de un técnico, 208

cuando decía que el técnico es responsable también, que una vez otro técnico dijo por televisión: “hay que pisarle la cabeza al rival”. En el rugby esto no se acepta y después del partido se duchan y ya se sabe que van a ir todos a tomar Coca-Cola, Gatorade, agua mineral y a co­ merse unos sandwichitos todos juntos y ahí hablan, es lo que se llama el tercer tiempo, y creo que van a pasar muchos años para que exista también en el fútbol. Hay también otros códigos que el fútbol debiera aprender del rugby como, por ejemplo, el tiempo de concentración que se toma el pateador antes de impactar la guinda. A: —Es que cuando hay plata de por medio no sé si se juega. Marcelo: —A qué se juega. A: —A ganar nada más. Marcelo: —Es mucho más difícil que haya violencia ¿cómo tiene que hacer un tenista para agredir a otro? saltar la red y„, pegarle una trompada. En- „„ tonces acá tenemos la pre­ gunta: ¿en qué tipos de de­ portes se manifiestan ma- ¿ yor agresión y violencia? ¿A través del deporte, la agresión se promueve o se elimina? porque hay teorías que dicen que el deporte canaliza hasta la criminalidad. ¿Es posible disminuir la violencia y la agresividad en el deporte? Yo creo que el deporte está asociado a la salud, hoy hicimos un taller con los chicos aquí, en una escuela y hablábamos de drogas y deportes y apa­ recían claramente las drogas asociadas al deterioro físico y el depor­ te asociado a la vida sana, por más que a mí me llamó mucho la aten­ ción de que muchos decían: “yo jugaba, yo jugaba, yo hacía”, todo en tiempo pasado, y muchos por las obligaciones, por el estudio han de­ jado de practicar deportes y me parece que es algo que tendrían que replantearse, incluso hicimos la cuenta en el taller donde había una chica que veía tres horas de televisión por día, son veintiuna horas por semana, y decía que no tenía tiempo para hacer deportes; con el profesor Francisco llegamos a la conclusión de que con ¿diez horas por semana? Francisco: —Con seis. Marcelo: —Con seis, tres veces dos horas, ya retomaba al depor­ 209

te y le quedaban todavía quince horas para ver televisión. Esta es la última, acá hay que diferenciar claramente lo que es el deporte profesional o competitivo, el fütbol de primera división y el campeonato mundial son un ejemplo, y el modelo del deporte educa­ tivo, que es el deporte en las escuelas, el fütbol amateur, el fütbol in­ fantil. En este primer modelo del fütbol competitivo o profesionaliza­ do que es lo que se ve en el mundial, uno de los valores que predomi­ nan en la sociedad es el individualismo. Lo rico que tiene el deporte, justamente el deporte en equipo, es la cooperación, la solidaridad, bueno aun en deportes de equipo predominan el individualismo, el triunfo a cualquier precio, el éxito, la fama y el dinero, y en el mode­ lo de deporte educativo lo verdaderamente importante no es ganar si­ no jugar y divertirse, más allá del resultado, es una fuente de salud y de amistad, no importa tanto si ganaste o no, lo que importa es com­ petir, jugar, disfrutar y después conocer gente, ayuda a conocerse me­ jor a uno mismo, a generar sentimientos de cooperación y solidaridad y a ser mejores personas, para todo eso sirve el deporte a la edad de ustedes, lo que pasa es que yo he visto padres, no sólo hay empresa­ rios que buscan chicos a los seis años en la escuelas de papy fútbol pa­ ra ya patrocinarlos, a los seis años, sino que hay padres que no le pre­ guntan a los chicos de seis años: jugaste bien, la pasaste bien, dis­ frutaste?” sino “¿cómo saliste, hiciste un gol?” Bueno, esos son los pa­ dres, son fuente de agresión, uno lo ve en las escuelas de fütbol aga­ rrados al alambrado “\pegale una patada!” como dice el tema de Serrat: “les vamos transmitiendo nuestras frustraciones” a nuestros hi­ jos, o sea que muchas veces el problema también son los padres. Pe­ ro el deporte, el modelo del deporte educativo es éste, por eso el fút­ bol amateur, que es donde yo me desempeño desde hace ya tres años, somos tres psicólogos nada más que estamos trabajando en el fütbol amateur, sobre veinte equipos que hay en primera división, no sólo trabajamos con los padres sino también con los técnicos y con los ju­ gadores, es importante también trabajar con los padres y transmitir­ les pautas de que pueden elegir no ser fuente de agresión, de ansie­ dad y de estrés para los chicos. Es importante también que los técni­ cos tengan un perfil X para divisiones inferiores, no es que un técni­ co de primera frustrado tiene que terminar en inferiores, yo creo que no: las inferiores son una especialidad. Tiene que tener una capacidad especial para transmitir y hacer docencia, educar, formar al jugador como persona y como futbolista, por ejemplo ahora hicimos obligatorio el estudio en Ferro en todas las inferiores, ¿por qué? porque llega el 2% de los que inician esta carre­ 210

ra, es una carrera difícilísima, entonces para los que quieren otra co­ sa, como hoy el estudio es un arma de futuro, yo estoy muy contento de que esta charla se de en el marco de la Feria del Libro porque la diferencia cada vez más en el futuro, entre un sueldo de $300 y uno de $1.500 es la educación, (lee y conducirás; no leas y serás conduci­ do). Es la capacidad que yo tenga para pensar, la especialización que tenga y deben tener ejemplos, fíjense en sus padres, en sus amigos, en sus familiares... y se van a dar cuenta de que es imperioso, cada vez más estudiar, está bien que uno se dedica al estudio, está bien que uno se dedique a un deporte y si tiene condiciones que llegue, pero los deportistas que además estudian juegan más tranquilos, tienen más bajo el nivel de ansiedad y es más probable que lleguen. Vamos a dar­ le lugar a las preguntas, el que es menos inhibido levante la mano y el que es más inhibido anote, no sé si les pasaron unos papelitos, ano­ ten con letra de imprenta clara que vamos a tratar de contestar la mayor cantidad posible. Lescano: —Chicos, vamos a hacer así, los que tengan algunas preguntas para hacerle a Marcelo pueden pasarle a la chica del asien­ to... y yo le voy pasando el micrófono y vamos preguntando, el que por ahí no se anima a preguntar con el micrófono, pásenle un papel, una birome, para que haga la pregunta en forma escrita. A: —Sos psicólogo- deportólogo, ¿cómo ves el tema de los psicólo­ gos en el fútbol... en Boca hubo uno en mayores? Marcelo: —Bueno, mirá yo creo que vos me podés preguntar por qué no hay ningún psicólogo en primera división, yo creo que faltan todavía de cinco a diez años para que esto se dé, porque tienen que pasar muchas cosas, primero, como yo decía antes, falta escuela de di­ rigentes, después faltan técnicos que tengan la apertura mental ne­ cesaria como para entender nuestro rol en el deporte, porque nosotros no estamos para trabajar como trabajamos en el consultorio con la de­ presión, con la angustia, sino que estamos para trabajar desde un en­ foque puramente deportológico con los bloqueos de cualquier depor­ tista y para potenciar rendimientos en el fütbol profesional. De la experiencia “psicólogo en la primera de Boca”, sin conocerla en pro­ fundidad, sé que en la primera etapa trabeyó muy bien, con logros incluidos y tuvo una segunda etapa más resistida (fueron muchos años) donde su salida fue un tanto conflictiva en un plantel con muchos caciques. Así que si vos me preguntás, esa experiencia de M a n g io n e no füe del todo positiva, y en el final recrudecieron los pre­ juicios de un medio que es bastante resistente, no tanto en inferiores, 211

en inferiores se pueden encontrar mentes abiertas, pero en primera es más difícil. A: —¿Y el mentalista que dice que trabajó en la NBA? Marcelo: —Mentalista, no es lo mismo, no, podés trabajar sobre el entrenamiento mental pero no tenés título habilitante y de hecho duró un mes en Boca y lo echaron. Uno trabajaba más en fútbol y el otro en básquet, pero lo que sí está claro es que cada vez más se va to­ mando conciencia de que el factor psicológico es determinante ante el equiparamiento entre lo físico y lo técnico muchas veces lo que dese­ quilibra el curso de un resultado es el factor anímico, o el control de las emociones en competencia. A: —¿Cómo verías a la Argentina? justamente el factor anímico de la selección que ganó los primeros tres partidos sin goles en con­ tra, juega después con Inglaterra, gana en los penales, y después ter­ mina perdiendo en los últimos cinco minutos con Holanda, o sea ¿es­ tá faltando ahí un aporte psicológico? Marcelo: — Passarella no tiene apertura para escuchar; para po­ der trabajar con un psicólogo primero tenés que saber y poder escuchar, porque el psicólogo trabaja en la medida en que el técnico lo deja.

A: —Pero tiene que ver con el desconocimiento, porque el único requisito para ser técnico es haber jugado en primera división, inde­ pendientemente de que tenga primer grado, segundo grado, tercer grado. Marcelo: —Sí, por eso decía, faltan más escuelas de técnicos y tiene que ver con la ignorancia y con los prejuicios y desde la ignoran­ cia y los prejuicios si vos no entendés bien o no te informás en para qué puede aportar, cosa que en los países más desarrollados esto es permanente, en España hay prejuicios pero hay equipos que tienen psicólogo-deportólogo. Entonces lo ves al psicólogo como alguien temi­ ble porque puede competir, sacarte el lugar y que además habla bien y que conduce grupos, entonces se genera toda una paranoia; ahora volviendo a la pregunta estamos hablando de violencia que es uno de los temas tabú en el fútbol, como las drogas, como la incentivación, co­ mo el soborno, hay muchos temas tabú; y si podemos hacer un entrecruzamiento entre la Selección, que era la pregunta de él y la violen­ cia podemos hablar de lo del “Burrito” O rtega , que estaba haciendo un gran Mundial, este Mundial para O rtega era, o la medida para demostrar si era un jugador de entrecasa, o si tenía vuelo internacio­ nal y estaba más del lado del vuelo internacional, porque en el partá2 12

do con Inglaterra cuando no apare­ cían mucho jugadores él se puso el equipo al hombro, estaba desequili­ brando con confiabilidad, sin embar­ go esta actitud infantil empañó todo, porque si la Argentina hubiera llega­ do a la semifinal, hubiera jugado aunque sea por el tercer o cuarto puestos, a él le dieron tres fechas, no hubiera jugado, después esa imagen de irse así insultando, ¿se vio por te­ levisión? A: —...con Maradona pasó lo mismo... No anduvo en el '82, y des­ pegó en el '86. Marcelo: — I g u a l M a r a d o n a

Creyó que era un argentino y lo asesinó Fue en un tren en Francia, después que Argentina eliminó ¿ Inglaterra • Un actor francés reía en su asiento • Un ingeniero inglés creyó que era un argentino que se burlaba de él • Y lo apuñalóFuente: Diario “Clarín”

hay uno solo .

A: (.. .pregunta inaudible...) Marcelo: —Pero ¿sabés por qué pasa lo que vos decís? porque no hay Justicia. Hay que modificar las leyes. Los ladrones entran y salen. Es lo que dicen los entendidos. A: —¿Y qué influencia tiene sobre la violencia? Marcelo: —Y ... tiene influencia porque alguien mata a otro y vos lo ves a la semana siguiente comiéndose un asado en un club, por decir algo, entonces vos te replanteás todos los valores, porque vos de­ cís: entonces éste que mató a éste, lo saben todos ¿y?, no, porque es amigo de tal o porque la Justicia es lenta o porque esto o porque lo otro, o bueno, no quiero que nos metamos en temas políticos, pero lo de C a bezas . .. yo entré acá y lo primero que vi fue la imagen en Cres­ po de C abezas y Y abrán se mató en esta provincia, pero allá en Capi­ tal todos y hasta el día de hoy, la desconfianza, ¿por qué? porque al argentino se le mintió sistemáticamente durante muchos años, en­ tonces la pregunta era ¿se mató Y abrán o no se mató Y abrán ? y no sabemos cuánto tuvo que ver Y abrán en el asesinato de C abezas , pe­ ro uno puede leer informarse, sospechar, son conjeturas, si te sonó a afirmación, yo hablo, no es la Verdad, es mí verdad. A: —Claro, pero por eso digo se hace difícil compatibilizar... acá todos somos corruptos... y como no queda nunca claro el tema noso­ tros por ahí hace afirmaciones que llevan a la condena social antes de 2 13

estar o si tener la certeza, entonces cuando estamos educando nos re­ sulta muy difícil decirles a los chicos: “pero chicos, el beneficio de la duda”, pero no si lo dijo A r a u jo o lo dijo N iem bro.

Marcelo: —Está bien eso es lo que hablamos de que son formadores de opinión y que pueden reforzar una agresividad que ya está en el ser humano, seguro, pero el formador de opinión de masas está en el deporte y está en la política, G rondona , N eustadt , L anata , es­ tamos viviendo tiempos mediáticos donde permanentemente nos bombardea la información desde distintos canales, la información es­ tá globalizada, la violencia también está globalizada, y se vio en este Mundial, y está globalizada la información, en un segundo cuando, por ejemplo, Y abrá N se suicidó, ya lo sabía todo el país, la noticia cir­ culó muy rápido, circula de diez mil maneras. A: —El echo puntual de C ru z ... pero nunca se probó. Marcelo: —¿Pero por qué? está claro por qué si vos querés... A: (hablan todos). Marcelo: —No, perp lo de M aradona , esto tiene que ver con los códigos y con la educación, yo ponía el ejemplo del arquero holandés como diciéndole —yo lo interpreto así, vos podés tener tu interpreta­ ción— como algo desleal, tiene que ver con la mentalidad del europeo; hace poco yo vi un video qué pasó en un programa A drián Paenza , donde le haden un penal a un jugador inglés, en un campeonato in­ glés, en realidad ño ftie penal, se tiró, como se tiró S imeone y como se tiró O w e n , los dos,'ée tiró y el árbitro le cobra penal, y el defensor va a hablar con el árbitro, sé lo quiere comer al árbitro y el delantero que es el que se había caído, no es como acá que dice “vamos, vamos”, “sa­ qué ventaja”, va y le dice “I' m'sorry, V m sorry”, le pide perdón. A: —...estos europeos son geniales. Marcelo: —No, pero hay otra educación, caminá por las calles de Europa y caminá por las calles de Buenos Aires y hay otra educación. A: —¿Cómo se puede tratar de sacar algo de ellos? la Justicia en Francia condenó a un hincha a dos meses en dos días, y acá tarda... Marcelo: —Lo que pasa es que eso es muy complejo, te lo podría responder mejor un sociólogo o alguien que hace análisis de otro tipo, pero sí te puedo decir que el fütbol no es «geno a lo que pasa en la so­ ciedad, hay corrupción en la sociedad en la clase dirigencial, hay fal­ ta de Justicia, y en el fútbol también. A: —¿Tbdo corre por el dinero, no?

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Marcelo: —Y el fútbol es el deporte que más dinero hace correr, eso está claro, y una hipótesis es que los jugadores de la selección to­ do lo que hicieron desde que les dijeron no te vamos a dar notas, cuan­ do había quinientos periodistas argentinos, quinientos, que iban a buscar la nota y a cubrir el mundial, pasó más por una cuestión eco­ nómica, de que T&C Sports les prometió dos millones millones de dó­ lares y después no cumplió, y sí después la Gazzeta dello Sport les pa­ gó y por eso hablaban en italiano en la conferencia de prensa. A: —... con lo de C ru z ... para que fotografiara la cara de C ruz , le cerraron las puertas a la prensa para tapar... y ese mismo cuerpo téc­ nico fue tapado por la Asociación del Fútbol Argentino... Marcelo: —Exactamente, en realidad yo no estilo, además yo no soy nadie en el fütbol, pero yo no estilo caerle encima aPASSARELLA co­ mo están haciendo ahora muchos periodistas; esto es muy caracterís­ tico de este país que es puramente exitista, que en seguida está espe­ rando el árbol caído. Yo diría dos cosas de lo que vos decís, primero que la selección no fue fracaso como algunos, inclusive el diario que yo estoy cubriendo, que hago las columnas, Perfil, lo titula fracaso, yo no estoy de acuerdo, para mí no fue fracaso, si lo enfocás desde la me­ ta que se pusieron el técnico y los jugadores —todo equipo deportivo se tiene que poner una meta— que es lo fundamental para generar la motivación, la confianza, etcétera, que era salir entre los cuatro pri­ meros y se salió sexto se puede decir que no se alcanzó el objetivo, pe­ ro fracaso... de treinta y dos equipos salir sexto, no es fracaso, fraca­ so es lo de España, es lo de Alemania tal vez, fracaso es lo de Nigeria. A: —Sí, pero ...que en EE.UU. los chicos agarran la pelota con la mano y acá la patean con el pie..< Marcelo: —Sí, pero eso ño quiere decir que tenés que aceptar, más allá de una discusión de café que podemos hacer como hinchas de si fue audaz el planteo o no de PASSARELLA, o qué se quebró en el ánimo del equipo con la expulsión de ORTEGA que justo ahí viene el gol, o por qué el equipo se replegó tanto el segundo tiempo, o yo que sé, no podés dejar de reconocer que colectivamente e individualmen­ te el equipo holandés tiene una técnica superior, hombre por hom­ bre analizá y te vas a dar cuenta de que son superiores en este mo­ mento. Esto por un lado, esto no es para salvar a Passa r e lla , y es­ to que voy a decir tampoco es para hundirlo, pero lo de Bolivia es co­ herente con que Passarella también es un técnico agresivo, en es­ te mundial, la conducta de la selección fue muy buena, hubo algu­ na amarilla, y tuvo esta expulsión al final de O r teg a , que se pagó 2 15

muy caro, pero en las eliminatorias fue bochornoso y Passarella co­ mo jugador fue muy agresivo.

A: — La actitud de los custodios para atender a los periodistas... Marcelo: — Y no es casual, baja de alguien. A: — ¿Usted podría especificar por favor cómo trabaja con adoles­ centes, cómo realiza su tarea y si ha encontrado resultados importan­ tes, cambios importantes...? Marcelo: — La Psicología d el Deporte debe estudiar a cada de­ portista EN CADA DEPORTE Y EN CADA COMPETENCIA. Yo trabajo grupal e individualmente; en lo que hace a las reuniones grupales, que son una vez por semana, trabsy'amos con todo el grupo, no sólo con los dieciséis que van a la competencia. Los grupos están constituidos por treinta, los catorce no citados también son parte del grupo, entonces la concep­ ción del grupo es la del equipo, la de todos, entonces trabajamos con temas que ellos proponen, por ejemplo un tema de una reunión: ¿hay que decirle al técnico, cuando estoy lesionado, o tengo que jugar igual? Entonces ahí se dan distintas opiniones, ahí aparece el tema del egoís­ mo; el individualismo o la solidaridad, y ahí se trata de sacar un men­ saje de que siempre es más positivo, y que es importante que esto se aprenda para el día de mañana, que el jugador si no está diez puntos físicamente deje jugar a un compañero que está en mejores condicio­ nes. Pongo un ejemplo cualquiera; eso está bien visto por el técnico y por el grupo porque lo que tiene que primar es la solidaridad y la coo­ peración en los deportes de equipo. Como bien definió un relator, los equipos de H éctor Cuper son una “cuperativa”; entonces una reunión puede transitar sobre ese tema quince minutos, y quince minutos so­ bre la competencia, y analizar los momentos del partido qué pasó, quién sintió miedo, trabajamos sobre la confianza, sobre la concentra­ ción con distintas técnicas (evaluamos con tests estas áreas). Después hacemos técnicas de relajación y de visualizadón. A: — Básicamente el tema de la charla tenía que ver con la violenda en el fútbol, y la pregunta más importante creo que por dos se­ manas parar el fütbol, pararlo porque sí, yo creo que la violencia no disminuyó, y al contrario, creo que hay más bronca de los barrabravas que se tomaron revancha... Marcelo: — Sí, estoy de acuerdo con vos. A: — La pregunta mía sería ¿cómo se para la violenda en el füt­ bol. . .?, donde hay tanta corrupdón ¿se puede parar? no sé, me pregunto, tal vez la respuesta sea no, o sea hacer más control como dice Perrota.

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M o d e lo d e d e p o r te e d u c a tiv o

(F ú t b o l a m a t e u r y f ú t b o l in f a n t il )

• Lo verdaderamente importante no es ganar, sino jugar y divertirse. • Es una fuente de salud y de amistad. • Ayuda a conocerse mejor a uno mismo, a generar sentimientos de cooperación y solidaridad y a ser mejores personas.

M o d e lo d e d e p o r t e c o m p e titiv o

(F ú t b o l I a d iv is ió n y c a m p e o n a t o m u n d ia l )

Valores que predominan. • In d iv id u a lism o . • T riun fo a cu a lq u ier precio. • E xito. • Fam a • D in ero .

A :... (pregunta inaudible). Marcelo: —No, pero ayuda a pensar, es un ejercicio de reflexión, yo tuve la suerte de conocer el estadio de Wembley en Inglaterra y me mostraron todas las máquinas que M ie le , el presidente de San Lo­ renzo, quiere traer para el fútbol argentino; las máquinas que con­ trolan cómo los hinchas vienen caminando desde veinte cuadras, lo ven todo por televisión, o sea hacen todo un operativo: viene uno por acá, otro por allá, hacen prevención, en este país no se previene nada, entonces menos se previene en el fútbol. A:... (pregunta inaudible). Marcelo: —Es todo, porque los medios, estoy con vos, que es uno de los factores de violencia, pero no sé si vieron que en el entretiem­ po del partido de Nigeria con España, un suplente se agarró a piñas con un titular de Nigeria, después Nigeria ganó y se tapó todo, eso también es violencia a un nivel que no tendría que estar, o lo de la dis­ puta entre los jugadores y los periodistas también tuvo un tinte de violencia, y lo de afuera, los hoolligans, son todos factores que colabo­ ran, y lo que decía el muchacho por allá, que se juzgó al argentino en dos días, esa es una Justicia operativa, acá, pónganse a pensar, pri­ mero que acá no se detiene a nadie, a ningún extranjero porque tie­ 2 17

nen miedo que después interceda el país, la embajada, que quedemos mal, se piensan esas cosas, y después acá, el francés se tiene que que­ dar a vivir hasta que sale la pena y quien lo financia, entonces direc­ tamente no se lo detiene.

A: — Eso se maneja por los medios... Marcelo: —Ahí está, lo de los barrabravas de Boca marcó un hi­ to en la historia del fútbol argentino, porque debe ser uno de los pri­ meros casos, donde asesinos comprobados27 de dos hinchas de River todavía están en la calle, ahí también se vio la complicidad de los di­ rigentes, se vieron un montón de cosas, también ahí hubo alguien que políticamente permitió que eso pasara, porque la Justicia en la Ar­ gentina está muy sometida al poder político, no tiene autonomía, en­ tonces esto es por ahí más para que lo hable un abogado o un sociólo­ go que yo, pero me parece que lo de José Barrita, que es un caso en el que uno podría empezar diciendo: bueno, el apellido ya lo marcó a este muchacho, el jefe de la barrabrava se apellida Barrita, no es alguien de clase baja, tenía tres almacenes, dos coches... A: — Con respecto de lo que vos decías de los dos campos... Marcelo: — ...porque yo no puedo cumplir las dos funciones, yo tengo la función en Ferro de deportólogo, justamente el otro día ha­ blaba con una madre que es del interior, hablaba sobre el hijo, y le de­ cía que lo tengo bien evaluado, y un seguimiento del caso, y le decía: su hijo en competencia es un fenómeno, en general pasa de que uno juega como vive, esta frase del “taño” Juan Fazini en general se cum­ ple, o sea que si vos tenés problemas en tu casa, después adentro de la cancha no podés rendir bien, este chico es al revés, tiene problemas familiares que se manifiestan en problemas conductuales de agresión en la escuela, etcétera, etcétera, y sin embargo cuando llega el mo­ mento de la competencia es un fenómeno, aliento positivo, es líder, tiene nivel motivacional muy alto, tiene una gran concentración, se aísla de las presiones, entonces yo le decía esto a la madre: en lo deportológico, que es lo que a mí hace, está bárbaro, en lo otro, yo igual traté de ayudarlo, pero no se dieron los tiempos, entonces finalmente decidí derivarlo, derivarlo a una apoyatura clínica.

A: —Yo, sinceramente... veo que en la Argentina se le da mucho protagonismo a los hinchas, por ejemplo... te muestran cómo estaban las paredes pintadas con aerosoles, entonces hasta qué punto... se es27

2 18

El fallo se conoció después de esta conferencia.

tá contribuyendo a la violencia en el sentido de que no aparece sólo frases, que está mal ya de por sí pintar las paredes con aerosol... Marcelo: —Ese es un programa, tal vez el único hecho desde el ángulo del hincha, que pasan los cantos, yo no sé si está mal pintar, ahora graffitis violentos es otra cosa, tal vez porque yo voy veo en Ca­ pital y en Gran Buenos Aires que están llenas todas las paredes de graffitis, que es un canal de creatividad, obviamente el que dice “pro­ hibido pintar” y les pintan la pared no les gusta nada, ahora, graffitis violentos de rivalidad, esto ya es agresivo, sí. A: —Sí pero yo no creo que a nadie le guste. Marcelo: —Sí, estoy de acuerdo. Lescano: —Si hay alguna pregunta más para hacer... y cerra­ mos, porque tenemos algunas preguntas escritas, Marcelo. Marcelo: —Adelante. A: —Si podés ampliar lo del fracaso. Marcelo: —No, lo de España fue fracaso. Porque se hablaba del campeonato, los jugadores y los periodistas hablaban del campeona­ to o a lo sumo la semifinal. Los fracasos son multicausales. Tal vez una de las causas es que sus semillas no se pueden cosechar, porque las tapan las estrellas importadas. Entonces, ¿para qué invertir en ju­ veniles? A: —Pero, ¿fracaso no es que lo echen? Marcelo: —Y... pero lo echaron en la primera ronda. A: —¿Pero no es que lo echen por cosas extrañas? Marcelo: —No, en el deporte vos te planteás metas deportivas. Lo que pasa es que éste es un tema muy delicado, el del fracaso y el éxito, porque en realidad hay uno que tiene éxito y treinta y un equi­ pos que fracasan desde el ángulo de la eficacia del resultado, y yo no estoy de acuerdo con eso, pero el profesionalismo se vive así. Fra­ caso es una etiqueta fácil de colocar y muy difícil de quitar. A: —... hace cincuenta años que estamos... a partir de allí hay una decisión política... Marcelo: —Exactamente, ese es un ejemplo de Inglaterra, inclu­ sive Alemania, después de que los skinheads casi mataron al policía francés, varias veces los dirigentes del fütbol alemán reiteraron que si la violencia de los simpatizantes alemanes continuaba, ellos se retira­ ban del mundial, ¿eso es pensable de los dirigentes argentinos?, eso es lo que yo digo de la diferencia de educación y de mentalidad, alguien

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decía ¿cómo se cambia? y bueno la educación es fundamental, por eso la Feria del Libro es tan importante, por eso nosotros hicimos obliga­ torio el estudio en Ferro en divisiones inferiores, hay que educar. A: —Yo te quería hacer una pregunta, si el deporte incentiva la violencia, yo quería saber tu punto de vista. Marcelo: —Yo creo que hay deportes que sí y otros que no, si vos me preguntás el fútbol profesionalizado de hoy, en sí mismo, sí. A: —La pregunta se basa en el deporte, no en cierta profesión co­ mo el fútbol... el deportista, empezar porque sea buena persona, como se dice cuerpo limpio. Marcelo: —Mens sana in corpore sano. A: —Eso, en ese caso el fútbol profesional... Marcelo: —Está bien lo que vos decís, el deporte tiene que ver con la vida sana, pero el deporte amateur, el que uno siente placer, el deporte profesional tiene más que ver con lo patológico, con lo enfermo, pero por todos estos condimentos que hay alrededor, yo la otra vez le pregunté a un jugador profesional el año pasado cuándo fue la última vez que disfrutó un partido de fütbol, pensó un rato y me dijo: “creo que un partido que ganamos 6 a 2, después del 5 a 1”, esa füe la respuesta. A: —Entonces, vos decís que estabas trabajando con chicos de trece a diecinueve años, yo digo que en ese caso debieran empezar desde chicos inculcándole una conducta deportiva, para cuando lle­ guen al fütbol profesional. Marcelo: —Sí, debiera empezar en el fütbol infantil, pero bueno, así y todo esta franja en que todavía se puede prevenir, a mí me gus­ ta mucho usar esta palabra: prevención, que tiene que ver con la edu­ cación, con la anticipación, con la docencia y la formación, entonces se pueden hacer un montón de cosas para que cuando el jugador llegue no tenga los vicios que comúnmente tienen los futbolistas profesiona­ les. Un ejemplo de un técnico con ideas que busca parar la violencia y prevenir, es C laudio M orresi (D.T. de 5a y 6a divisiones del Club Atlético Huracán). Implementó el tercer tiempo, como en el rugby, a posteriori de los partidos juveniles entre San Lorenzo y Huracán. ¿El objetivo? Desdramatizar. A: —¿En qué otra cosa trabsgás con los padres de cada deportista? Marcelo: —Yo tengo a mi cargo ciento ochenta jugadores, son seis divisiones de treinta, con lo cual es difícil para una sola persona abarcar todo, sin embargo, antes de las competencias —a principio de

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año— yo cito a los padres de las divisiones más chicas que son las formativas, ya que es ahí donde el objetivo del trabajo grupal es inte­ grarlos; hay muchos chicos del interior en Ferro, con la coordinación de M iguel I sabella , un técnico que trabajó acá, en Patronato de Pa­ raná y ahora es coordinador de inferiores. Se han probado dos mil ju­ gadores del interior en enero y han quedado noventa, y de esos noven­ ta que están en carrera hay todo un trabajo para hacer en la adapta­ ción psicológica... A: —...un jugador que empieza de muy chiquitito... Marcelo: —La edad estadística de mayor abandono en el depor­ te es esa: quince, dieciséis años. No en el fútbol, el fütbol es el único deporte que no se abandona, por todo lo que hablamos de la búsque­ da del status social, pero después el tenis, el vóley, el básquet, sí. Mu­ chas veces pasa eso porque el jugador o el deportista no disfruta ese deporte, en realidad muchas veces son las frustraciones de los padres que los han llevado a practicar un deporte que nos les gusta, también el estrés de la competencia, también el deportista puede descubrir que eso que antes le daba placer y le gustaba ya no le gusta más, o poner toda esa energía en otra cosa, pero más que nada esta cuestión de que muchas veces los padres fuerzan a hacer un deporte, por eso yo lo que digo es sí les gusta un deporte a ustedes, dénle para adelan­ te, no que se los impongan, elíjanlo ustedes, más allá de si llegan o no. A: —La otra pregunta era referida al rol del técnico. El rol del téc­ nico porque a veces hay jugadores que no le cuentan cosas al técnico... Marcelo: —“El fútbol es así”, es una frase muy escuchada y usada en el ambiente para no dar explicaciones. Paradójicamente se utiliza lo psicológico como excusa tanto en técnicos como en futbolis­ tas ante la derrota (más en fútbol profesional). A mí el jugador me cuenta muchísimas cosas que al técnico nun­ ca le va a contar, eso es una cuestión de confianza y el técnico nació para ser antipático, ¿desde qué momento? desde el momento que tie­ ne que tomar muchas decisiones muchas veces difíciles y de treinta jugadores juegan once, entonces ya sos antipático con diecinueve, por­ que todos quieren jugar, pero esos diecinueve se creen que son mejo­ res que los once, entonces ya tenés problemas, o sea es muy común que el jugador se acerque y me hable mal del técnico, y es un lugar difícil del psicólogo que hay que tener cintura y saber manejarlo, por­ que uno da la confianza con el jugador pero también da la confianza al técnico, entonces uno trata ahí de mostrarle que no es una cuestión personal con un técnico, sino que hay que ver qué es lo que no está 221

hadendo bien, o en qué pue­ de mejorar él para ser titu­ lar. El técnico es la figura más importante. Lescano:— La otra pre­ gunta ya la contestaste... y dentro de la misma pregunta qué aporta un psicólogo-deportólogo al cuerpo técnico, si vos podés ayudar... al cuerpo técnico, y si se dejan ayudar. Marcelo: —Yo creo que no es decisivo, es una eslabón más, así como está el técnico, el preparador físico, que hoy tiene tanto poder co­ mo el técnico (hace 30 años no existía), el médico. Tiene que haber un psicólogo deportólogo (ladero del entre­ nador), un nutricionista, un entrenador de arqueros, un fisiólogo, un asistente sodal, un utilero, un chofer, un experto en márketing, un espedalista en estadística y computadón, son todos esla­ bones del equipo interdisdplinario para plantearse una meta y alcanzarla; y si se de­ jan o no, los técnicos en gene­ ral, por lo que yo deda que muchas veces a algunos técnicos les falta formadón, están muy con­ formes cuando vos trabajás individualmente, cuando trabajás grupalmente algunos sí y otros no, y que los asesores a ellos muchas veces no "... ¡Ehl vos no tenés vestuario”, por más que uno haya practicado fütbol amateur “¿desde dónde hablás?” “vos psicólogo, que te la creés”, mucho de ignoranda, de impotenda (revestida de omnipotenda). Lescano: —La otra pregunta hablaba del fútbol femenino, no sé si tenés experienda.

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Marcelo: —No, pero conozco, hace poquito dimos un curso con dos psicólogos más que trabajan en fútbol y una de las psicólogas que asistió, trabajó en Boca, en el fütbol femenino en Boca durante seis meses con el técnico Bordón, que füe jugador de la primera de Boca; y el fütbol femenino es un deporte con mucho campo por desarrollar, inclusive se armó bien la selección femenina, desconozco los niveles de agresión en este deporte, en este momento, en este país, así que eso no se los puedo contestar, pero sí que se les habla a las chicas, yo no creo en esa cuestión de la masculinidad de que el fütbol es sólo pa­ ra hombres, no es cuestión de género, siempre se trató de marginar o de discriminar lo diferente en el fütbol, hay temas tabúes en el fütbol, uno es la violencia, otro es las drogas, otro es la mujer, la mujer como futbolista, como árbitro, como nutricionista, o como psicóloga; así que bueno, si les gusta el fütbol a las chicas pateen para adelante. Lescano: —Vamos a hacer la última pregunta. Marcelo: —La última porque no quiero que se duerman. A: —En cuanto a la relación técnico-jugador, ¿es bueno que el téc­ nico lo rete al jugador? Marcelo: —Esta es una muy buena pregunta, si vos lo ves des­ de el ángulo pedagógico, no, pero yo lo he hablado mucho con técnicos y con jugadores y he visto, porque el psicólogo-deportólogo trabaja mucho observando prácticas y observando competencias, no es un animal de consultorio, esa es la diferencia con un clínico, y uno llega a la conclusión de que a veces a ciertos jugadores un buen reto, y has­ ta a veces, mirá lo que te digo, que yo no estoy de acuerdo, pero a ve­ ces un jugador se ha despertado hasta con un insulto totalmente an­ tipedagógico, con lo cual abre el tema y lo hace bastante complejo. Yo creo que los canales de comunicación y el cómo decir las cosas se pue­ den buscar la manera sin necesidad de retarlo, pero a veces hay juga­ dores que escuchan, vamos a decir la verdad, el ser humano es hyo del rigor muchas veces y el jugador no es la excepción, y cuando mu­ chas veces los maestros tienen que elevar el tono voz y enojarse por­ que no les dan bola, el técnico también. Lescano: —Bueno, quiero agradecerte Marcelo por la humildad que tuviste... para compartir esta charla (aplausos). Marcelo: —Gracias a todos ustedes y el gusto es mío.

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Capítulo 13

Nadie lloró (Nota escrita para el Diario “Perfil* luego de finalizado el Mundial, finalmente no publicada)

“No puede haber sabiduría sin humildad” (Sócrates)

RELACIÓN SELECCIÓN NACIONAL Y PSICOLOGÍA (INTRODUCCIÓN)

B

rasil fue la primera Selección

que contrató psicólogos en su

cuerpo técnico (en Chile '62). Argentina, en los años 70, con Valentín Suárez como presidente 225

de la A.F.A., estuvo a punto de contratar un equipo de psicólogos para la selección nacional. Luego vinieron M enotti, B ilardo, B asile y Passarella. Y pasa­ ron veinticuatro años. M enotti basa su juego en el estado de ánimo de sus jugadores. Por eso le da poco espacio, en la planificación, al área física. Posee una ca­ pacidad discursiva, dialéctica y motivadonal superior a muchos cole­ gas, pero nunca trabajó con un espedalista ni en la selecdón ni en sus equipos. Sus seguidores tampoco: A ngel Cappa, J orge Valdano (cuan­ do llegó al Real Madrid no quiso seguir trabajando con el espedalista que había colaborado con B enito Floro), Roberto M arcos Saporiti, C hamaco Rodríguez, etcétera. B ilardo basa su juego en las tácticas y la obsesividad por cada de­ talle. El “Doctor”, como le gusta que le digan, tampoco recurrió a un espedalista. Cree mucho en las cábalas (cuanto m ás crees en el ani­ mismo, menos crees en la denda). Sus seguidores tampoco lo han uti­ lizado: Carlos Pachamé , E duardo M anera, M iguel A ngel Russo (abortó la contratadón en Lanús de un psicólogo que ya habían apro­ bado los dirigentes, y hace poco tiempo — cuando aun dirigía Rosario Central— al ser interrogado por un periodista en reladón con la motivadón de sus dirigidos, luego de una derrota, descalificó la preparadón mental del futbolista didendo que sólo se justificaría en el caso de que sea sidásico o canceroso). A Basile y Passarella ya me referí en otro capítulo del libro.

Tal vez vale agregar que en el Mundial '94, un espedalista, luego del dóping de M aradona, podría haber colaborado, y mucho, para rearmar psíquicamente al grupo antes del partido con Rumania (sin M aradona y sin Caniggia), que finalmente se perdió, y que determinó la eliminadón de la Argentina. Actualmente, el D.T. es M arcelo B ielsa, un hombre muy estudio­ so, obsesivo y de gran capaddad intelectual, ganador con equipos mediano-chicos (lo más difídl de conseguir), pero con grandes reservas manifestadas públicamente, respecto del aporte de esta denda.

NADIE LLORÓ No fue fracaso esta eliminadón ante Holanda en Franda '98. Fra­ caso fue lo de España. Obviamente lejos se estuvo del éxito (néctar pre­ ferido de los argentinos). Sí fue objetivo planteado no cumplido: en el deporte, como en la vida, uno se plantea metas. La meta de este entre­ 226

nador y este grupo era estar entre los cuatro primeros (un lugar en la semifinal). El mundial acabó en cuartos y se obtuvo el quinto lugar de treinta y dos. Desde el filo número, no está nada mal. Pero por histo­ ria, potencial, modo en que se perdió, soberbia ilimitada del entrena­ dor y otras lides, huele, en estos días, a fracaso. U n entrenador que su­ brayó que había que agradecerle, que daba algunas tibias explicacio­ nes al otro día de la eliminación (¡Qué fácil que es en este país no ha­ cerse cargo!). Esa misma tendencia a poner la responsabilidad afuera (recordemos “la pelota no dobla”) recorrió todo el proceso, palabra que a él le gustaba decir. La culpa es de todos nosotros: en el '76, estando Isabel, golpeamos la puerta de los cuarteles. En el '94, yéndose Basile , cometimos el mismo error, pero en micro, no en macro: golpeamos la puerta de los cuarteles de la A.F.A. pidiendo mano dura (después de cuatro mundiales con M aradona líder y figura, había que barajar y dar de nuevo). H ay algo en común en estas dos post-etapas sin éxito. El periodista Julio Ricardo pidió públicamente, apenas finalizado el Mundial '94, un psicólogo para la selección. Esta vez, fue F ernando N iembro quien pidió alguien que trabaje en la cuestión mental. No es decisivo, pero me detendré en esto: tanto Basile como Passarella en varios momentos se declararon psicólogos. Inclusive este último ape­ nas asumió, declaró en Clarín: “En mi concentración no quiero ni dietistas, ni peluqueros, ni mujeres, ni psicólogos. Esas son mis reglas”. Es coherente con su proceso. Demostró sobradamente que no sabe escu­ char. Escuchar es una virtud de cualquier técnico que se precie, ya que es difícil ser técnico. Recae sobre él mucha presión (y estrés) y son m u­ chas las decisiones que tiene que. tomar. Cuantos m ás elementos tome de las distintas disciplinas, m ás reduce el margen de error. Y un espe­ cialista en psicología deportológica, además de trabajar con los jugado­ res en el entrenamiento mental, está en condiciones de asesorar al técnico. Sin ir m ás lejos, sus fieles ayudantes ¿qué papel cumplían? ¿Alguien oyó hablar a Gallego o a Sabella? Italia y Suecia en el mun­ dial '94, Inglaterra en este mundial, por poner algunos ejemplos, sí tu­ vieron un especialista.

Autoridad no es autoritarismo. El autoritarismo genera redes de desconfianza, alianzas, amigos y enemigos, buenos y malos, boicoteadores, etcétera, o grupos totalmente sometidos, pasivos (Guattari, la transversalidad). Al elegir los jugadores con débil personalidad se ase­ gura de que no existan amotinamientos y que en la mala, nadie lo va a culpar. Sus “pollitos” están en deuda con él. Nadie le cuestionará nada. Y los pocos jugadores que llevó y la tenían, fueron (con maniobras es­ tratégicas de un comandante de guerra) despojados de sus galardones... 227

Lo que no calculó es que estos grupos, tan sumisos, tampoco dan todo lo que pueden dar en el juego. Consciente o inconscientemente, sus soldados tienen miedo. Y con miedo, se arriesga mucho menos. La soberbia a veces tiene cara de ignorancia. Hay gente que está enferma de importancia, y que se enamora del poder. Errores comete­ mos todos, pero tantos... al comienzo del proceso, Passarella repetía siempre una frase: “Déjenme tra b a ja r¿Puede decir que no lo dejaron? Se peleó con los dirigentes de Boca por dos jugadores a los que no llamó más; River siempre puso los jugadores a su disposición, dando ventajas deportivas. Innecesariamente, creyéndose su personaje, se fue tirando sistemáticamente contra los de pelo largo, los de arito, los adictos, los homosexuales y los periodistas. Sacó a relucir todos sus prejuicios, le faltó nada más tirarse contra los negros y los judíos (no había ninguno en el plantel). Le transmitió la soberbia a algunos jugadores. Y como si esto fuera poco, su estilo caprichoso y antipático lo coronó en el mundial tirándose contra los hinchas. Por algo, hable con quien uno hable, se es­ cucha la misma frase repetida: “esta selección no tuvo identidad”. Su producto fue un equipo “europeo”, frío, superprofesionalizado, y por mo­ mentos, muy eficaz, pero sin belleza. Escucho a periodistas especializa­ dos y técnicos de fútbol con los que trabajo coincidir: “En eliminatorias fuimos primeros, pero sólojugamos bien un partido (Chile) y medio (pri­ mer tiempo con Paraguay), ambos de visitante”. La imagen final resignifica todo y le da sentido a lo que escribo: 1) Ningún jugador al finalizar el partido con Holanda se emocionó y/o lloró (recordar los paraguayos). 2) V erón rechazó el saludo sincero de D avids (eso es falta de educación). 3) El Kaiser no se quedó con los ju­ gadores. Se fue a los vestuarios muy rápido. Con Inglaterra se quedó. El aspecto disciplinario y conductual del equipo en este proceso no exhibió en el mundial el peor momento. Cinco amarillas y una roja no es mucho. No participaron de tumultos ni empujones, y O rtega so­ portó muchas infracciones. Pero fue la segunda selección que más fal­ tas cometió en el mundial (a Jamaica le cometimos trece infracciones en treinta minutos), contó con la rúbrica del final, el cabezazo de OR­ TEGA, que fue la expulsión más castigada del campeonato (tres fechas). Esto, sumado a un capitán muchas veces desaforado e impulsivo en los partidos previos (el capitán debe ser elegido por su capacidad de autocontrol y porque es un ejemplo, además de la voz), más el bochor­ no de La Paz en eliminatorias, con jugadores emulando a Kung-Fu. No podemos ser tan ingenuos de pensar que es casualidad. La violencia se transmite en los discursos y en los gestos, consciente o incons­ cientemente. Passarella jugador fue agresivo: asestó varios codazos 228

Fuente: diario Perfil, 21-01-07

DE LA NEGACIÓN A LA ACEPTACIÓN

Marcelo Roffé: “No cualquiera se vuelve adicto, tiene que haber una estructura psíquica predis­ ponente. Cuando aparece un caso así impacta en la opinión pública por su idola­ tría: la evolución de la enfer­ medad dependerá de un buen equipo interdisciplina­ rio, voluntad del implicado, apoyo familiar y social y so­ bre todo mucha paciencia.”

• En diciembre de 1998, el futbolista Ariel Ortega concedió un reportaje a la revista El Gráfico en el que nega­ ba tajantemente su alcoholismo, in­ cluso después de que fuera deteni­ do en Italia por conducir ebrio. • "Me ven tomando un vaso de cerve­ za y dicen que me bajé un cajón y que estaba totalmente en pedo. Por ese mismo vaso de cerveza, escri­ ben que me vieron borracho o que no me podía mantener en pie1', se quejaba entonces el futbolista. * "No soy alcohólico. Nada que ver. Tirar eso es muy duro, muy grave”, agregaba. "Ahora, ese cartel de bo­ rracho lo voy a tener toda la vida". * Según los especialistas, el primer paso para la cura es la aceptación de la enfermedad. Hace casi una década, en 1998, Ortega negaba que tuviera problemas con la bebi­ da. Ahora, después del último faltazo al entrenamiento de su club, ya lo acepta y pide ayuda para curarse.

fulminantes (recuerdo uno a B ritapaja, de All Boys; otro a T iganá, de Francia; otro a GonzAlez, de Rosario Central; y otro a Sergio Bismark V illar, de San Lorenzo) y fracturó de una patada la tibia y el peroné de un chico alcanza-pelotas, jugando en Italia. En la preparación pre­ via al partido de Bolivia, le tiró un pelotazo adrede a un periodista y lo dejó sangrante. Después lo invitó a comer para reparar. Como se verá, el fair-play quedó sospechado. Como está sospechado el único lauro internacional que posee, y que lo erigió como Gran Capitán: el Mundial'78. Passarella carga con

una cruz: no obtuvo ningún título internacional ni como jugador de Ri­ ver (perdió la final de la Libertadores), ni como entrenador de River (perdió Libertadores y Supercopa, ésta en la final), ni dirigiendo la se­ lección (perdió las dos copas América, los Juegos Olímpicos en la final, y el mundial). En el Inter, como jugador no fue campeón pero obtuvo récord de defensor-goleador. Por otro lado, se desprende de su discur­ so (entre líneas) que todavía no asumió que es un ex-futbolista. Sólo así se entiende que cuando dirigía a River, nunca estabilizó a un número seis (su puesto) y que en esta selección no había un verdade­ ro líder dentro de la cancha. 229

Nos quedan algunas pre­ guntas: ¿por qué en el momen­ to más difícil del partido y del mundial, versus Inglaterra, sacó a los dos líderes del equi­ po, Batistuta y Simeone? ¿Por qué llevó jugadores lesiona­ dos? ¿Quizás desconozca, él que todo lo sabe, que un deportólogo acelera con su plani­ ficación psicológica, los tiem­ pos de rehabilitación post-lesión? ¿Por qué el equipo dio la sensación de no estar bien preparado físicamente? (en un mundial hay que estar prepa­ rado para todo) ¿Por qué a Ga ­ llardo le tiró la diez de River y la selección, cuando aun no estaba pre­ parado (recordemos silbatina de toda la cancha de Quilmes), y cuando estaba maduro no lo utilizó? ¿Por qué no llevó ningún jugador de cam­ po del último campeón, Vélez? ¿Por qué fue tan misterioso en los en­ trenamientos, si se puede ser más abierto (como Brasil) e igual obte­ ner buenos resultados? ¿Por qué su equipo no aprovechó las dos veces que tuvo un hombre de más? ¿Por qué se diezmó el equipo luego de la eliminación y no dieron la cara en Ezeiza los veintidós jugadores? ¿Por qué subestimó a la psicología del deporte diciéndose psicólogo? (nunca un D.T. puede ocupar ese lugar) ¿Por qué recurre a lo psicológico (ten­ sión en los penales), para justificar la derrota con Holanda, si él dice que trabaja sobre esas áreas? ¿Por qué también se justificó luego de la mala performance con Japón, diciendo que muchos jugadores debuta­ ban? ¿El no trabajó sobre la presión? ¿Para ganar no hay que asumir riesgos? ¿Por qué declaró que era mejor salir tercero jugando bien, que primero jugando mal, y no hizo ni una ni otra? Por último, ¿por qué el poder enceguece tanto a los hombres hasta hacerlos tan pequeños? Escribo esta nota como especialista que trabaja en el fütbol, co­ mo sujeto con memoria (en el fütbol no la hay mucha) y como hin­ cha de la selección, que no fue el equipo de todos. Nadie lloró entre los hinchas porque Passarella se fue. Y como dice un proverbio ir­ landés: “Cuando todo lo demás está perdido, todavía queda el futuro”.

230

La actuación de la Selección Argentina en La Paz permite plan­ tearnos algunas preguntas y sacar algunas conclusiones. 1) Se hicieron evaluaciones físicas de adaptación a la altura. ¿Por qué no se hicieron evaluaciones psicológicas también? ¿Por qué se descuida el aspecto mental y se supone que todos los jugadores tie­ nen la misma reacción psíquica frente a un elemento externo homologable a la adversidad? 2) La actitud del técnico en la conferencia de prensa acrecentó la tensión en el grupo y potenció la presión externa. El grupo no pudo aislarse ni desarrollar su juego. ¿Será que no hubo un mensaje cla­ ro desde el técnico hacia los jugadores? ¿Por qué las selecciones de Pekerman nunca provocaron un espectáculo semejante? 3) ¿Cuánta energía positiva destinada al juego se malgastó en protestas? 4) No saber perder significa no poder aceptar que el rival jugó me­ jor. La secuencia resultante es: sensación de impotencia + frustra­ ción = agresión. 5) La camiseta de la Selección no la puede vestir cualquiera: exis­ ten variables psicológicas que hacen que algunos rindan como en sus clubes y otros no. 6) El entrenador tiene una gran tendencia a poner la responsabil­ idad por los fracasos afuera y no hacerse cargo. No escucha. Passarella declaró apenas asumió como técnico de la Selección que no quería dietistas, peluqueros ni psicólogos en las concentra­ ciones. A continuación resumiré las razones que llevan a él y a la mayoría de los técnicos a decir “NO" a un especialista: 1) Ignorancia y prejuicios. 2) Omnipotencia y dificultad para el trabajo interdiscipli­ nario. 3) Rechazo de la ciencia y la tecnología. 4) Malas experien­ cias propias. 5) Como jugadores no lo necesitaron. 6) Lo asocian con incapacidad en su función. Están equivocados, un psicólogo efi­ caz puede cumplir, entre otras, las siguientes funciones en un plantel de fútbol: a) Ayudar a cohesionar al grupo y a mejorar la relación con el técnico, b) Evaluar las áreas de concentración, confianza, moti­ vación y control de presiones, c) Ayudar a prevenir lesiones, d) Colaborar para que el grupo se dedique a jugar y no se disperse con elementos externos. Licenciado M a r c e lo R o f f é Psicólogo especializado en deporte Fútbol Amateur de Ferro Carril Oeste Capital Federal

Publicada en “Carta de Lectores”, revista “El Gráfico", luego del bochor­ no de La Paz (abril del '97). El título pertenece a la revista. La publico mos­ trando consecuencia en el compromiso de decir lo observa/lo mucho antes de “Nadie lloró”.

231

antes que el argentino. Es una cuestión de cortesía, sí, pero no la tuvimos con na­ die...” 6) “Con guante blanco, pero a mí me pa­ rece que nos robaron. Y no puedo hacer nombres porque no tengo pruebas. Pero creo que de la única manera que se le pue­ de ganar a Brasil es como la de Italia '90, con Bilardo como técnico. Brasil, ese día erró diez, doce goles, y Argentina tiró una vez al arco e hizo el gol”. 7) “El balance es positivo por la perso­ nalidad, por el fútbol que tuvo el equipo y porque no defraudó la ilusión que hizo na­ cer en la gente”. 8) “Estoy molesto con el arbitraje del partido y más teniendo en cuenta que Zagallo advirtió que quería árbitros rígidos. Si tenía un árbitro rígido en este partido, seguro que Brasil no terminaba el primer tiempo con los once jugadores”. 9) "Brasil pegó, no jugó bonito como pregona y encontró el resultado”. 10) “Este árbitro tiene 26 años. Y una actuación mala por ahí le cortaba las posi­ bilidades de futuro en su carrera. Lamen­ tablemente tuvo una actuación mala en contra nuestra”.

Passarella: "Esto fue un ro b o " MAR DEL PLATA (Enviados especia­ les).- Envuelto en bronca, Daniel Passarella se descargó casi sin pausa: “Fue un robo”, dijo el técnico de la Selección. Pero sus pa­ labras tuvieron esencialmente el formato de un arsenal irónico. Este fue su decálogo: 1) Estoy muy contento porque empatamos. Porque contra John Wayne, el muchachito de la película (por Brasil), no se puede”. 2) “Está el antecedente de la Copa Améri­ ca. Y esto fue un robo. El penal que no nos co­ braron. .. El 8 y el 5 le pegaron sin pelota des­ de atrás a Ortega. Eran jugadas de expulsión”. 3) “Si jugás dos partidos de 9 puntos, co­ mo este y el de la Copa América, empatás”. 4) “¿Hubo algún torneo internacional en el que Brasil haya sido perjudicado?” 5) “Hasta tocaron el himno brasileño

La conclusión de D elgado

¿Quién tiene razón? ¿Poner la responsabilidad afuera o adentro?

“Nos faltó rematarlo”

Fuente: Diario “Clarín”.

Fuente: "Olé”

ECHALE LA CULPA A... 0-2 c/Dinamarca 13/1/95

0-3 c/EE.UU. 14/7/95

2-2 (2-4) c/Brasil 17/7/95

0-2 c/Ecuador 12/6/96

"El estado físico jugó un papel muy importante. De todas for­ mas, en todo el torneo no vi un equipo superior al nuestro".

“No tuvimos precisión. Pero no merecimos perder porque creamos más situaciones que los norteamericanos".

“El árbitro fue un desastre y nos perju­ dicó. Pero lo bueno es que jugamos en un gran nivel".

‘No se puede juzgar lo ocurrido porque cuando se hacia un pase la pelota no doblaba. Se hizo lo que se pudo".

V

232

I

Capítulo 14

Artículos publicados en el diario “Perfil” entre abril y julio de 1998

De las risas al fastidio MARCELO ROFFÉ * Las risas distendidas que algu­ nos jugadores del seleccionado ar­ gentino mostraron segundos antes del debut ante Japón no se trans­ formaron luego en buen juego co­ lectivo ni mucho menos en buen desempeño. No obstante, el resul­ tado es muy positivo porque es el iniciático. Pero la performance ge­ neral —ante un rival ciertamente débil— estuvo muy por debajo de lo que este equipo venía dando. Y fue menor aun de lo que está en condiciones de ofrecer. Hasta los 28 minutos del primer tiempo, cuando se prodigo el gol de Gabriel Batistuta, el equipo ha­ bía cometido nada menos que once foules. Un número muy alto, que fue un cla­ ro síntoma del desconcierto argentino ante la actitud y habilidad del rival. Lue­ go del tanto, todo se normalizó. Hasta que, lesionado, salió Roberto Sensini (un jugador muy importante) a los 28 minutos del segundo tiempo. Desde allí y has­ ta el final del encuentro el equipo pasó momentos de zozobra y, aunque no hu­ biera estado acorde con lo sucedido, Japón pudo haber alcanzado el empate.

233

Como muestra de lo aquí se afirma, recordemos una jugada típicamente su­ damericana en el segundo tiempo, cuando un japonés dejó a dos argenti­ nos desairados y comprometió a Roa. Ortega nunca pudo hacer algo similar. Juan Sebastián Verón fue el jugador destacado en el aspecto psicológico: reE1 e q u ip o t u v o b u e n a c o n d u c ta : no hubo a m o n e s ta c io n e s n i ta m p o c o tu m u lto s cuperó, asistió, buscó el arco, se multi­ plicó para tocar y recibir, se movió mu­ cho, tiró centros. Fue el hombre más in­ teractivo, pero muchas veces su grado de comunicación no fue sintonizado por sus compañeros. Ortega fue la repre­ sentación más demostrativa del rendi­ miento colectivo: insistió obstinada­

mente y lo hizo casi todo mal. Su empe­ cinamiento y egoísmo se vieron en una jugada en la que Diego Simeone espe­ raba el pase libre de marcas, pero al no recibirlo hizo un gesto de fastidio evi­ dente. Precisamente el capitán, al igual que el resto del equipo, mostró una buena conducta. No hubo amarillas ni tampo­ co tumultos. Si se tienen en cuenta los antecedentes, esto es para destacar. A propósito de Diego Simeone, luego del partido dijo: “La ansiedad por ganar, en el segundo tiempo, nos hizo estar con­ tenidos”. El técnico, Daniel Passarella, muchas veces repitió: "Prefiero salir tercero pero jugando bien”. Son dos protagonistas esclavos de sus palabras. Se ganó por una brillante definición de un gran goleador. Y nada más. La despedida de Gabriel Batistuta, sin saludar, es una alarma-señal de que este equipo puede dar mucho más que un buen resultado. * Psicólogo deportólogo

COMENTARIO ACERCA DE LA CONFORMACIÓN DEL TEXTO

C

UANDO ME PROPUSIERON ESCRIBIR UNA COLUMNA como especia­

lista, de cada desempeño de la selección (en los amistosos preparatorios y continuar en el mundial), y cuantificar la respuesta psicológica de cada jugador, primero me sorprendí. Nunca antes un psicólogo deportólogo lo había hecho en la Argentina. Me dije: “al me­ nos es in n ova d orya que se analizaban las cuatro respuestas en el mismo artículo por cuatro especialistas (técnica, táctica, física y psi­ cológica). Si bien analizarlo por televisión me presentaba enormes li­ mitaciones (por citar algunas: se enfoca sólo donde va la pelota, no se observan muchas conductas gestuales, la escucha y observación del plano verbal-auditivo en general se pierde...), se trataba de un mun­ dial y decidí aceptarlo asimilándolo como un desafío. Me propuse, con las herramientas que poseía, realizar de mane­ ra diferente, aunque a la distancia y obviamente no eran “mis juga­ dores”, lo que realizo en cada competencia donde me desempeño ac­ tualmente. 234

Pero ¿cómo lo realizaba?, ¿con qué técnica? A saber: 1) Previo al partido leía y escuchaba todo lo referente a la historia del mismo, a sus protagonistas, las predicciones, las expectativas, etcétera. 2) Durante el partido hacía un seguimiento específico de asociacio­ nes de juego entre futbolistas, relación con el árbitro, intención de arco, relación del desempeño con el tiempo de juego, reacción frente a la adversidad (según cuadros ‘Seguimiento en competen­ cia’, Capítulo 4). Anotaba todo lo que veía y escuchaba. Luego lo tamizaba. 3) Mientras lo depuraba al final del partido (en función de las líneas y caracteres que tenía), buscaba algún título atrapante. Tbdo esto contra el reloj, ya que quince minutos después de la finalización del partido, me llamaban de la redacción para tipiar el artículo. 4) Con respecto de las calificaciones individuales de la respuesta psi­ cológica, el arquero Carlos Roa en el partido frente a Inglaterra se había sacado un “siete”. Finalmente, luego de la seguidilla de los penales, decidí ponerle “diez” ya que fue determinante para el pa­ saje a la siguiente ronda. 5) En el artículo que se reproduce acerca de un amistoso previo al mundial, puede verse a C laudio L ópez como jugador destacado en el área psicológica: más allá de su eficacia, sus virtudes fueron la intención de arco, la alta tolerancia a la frustración, el nunca bajar los brazos, el nunca dar una pelota por perdida, el jugar solidaria­ mente en función de equipo... Como se verá, se necesitaba velocidad, precisión, decisión y psi­ cología aplicada (no psicoanálisis aplicado). Se trató de decir o ver lo que otros no decían o no veían. Y además, sentía la obligación de te­ ner que elegir bien las palabras. Lo que tenía bien en claro era que debía tener otro enfoque al de un periodista especializado. Salía algo así, como lo que se muestra a continuación. Júzguelo si lo desea.

Evaluación general de mayor a menor

Roa Zanetti Almeyda

Respuesta final

Respuesta física

5

10

S

5,5

7

7

6

6,37

1

fl

6,25

: 5

’ f

7

Ortega

6

7

5

7

6,25

Ayala

5,5

7

5

6

5,87

Verón

5,5

6

4

6

5,37

C, López

4,5

6

6

5

5,37

Batistuta

4,5

7

4

6

5,37

Simeone

5

7

4

5

8,28

Gallardo

5

6

5

5

8,28

5

■ 8,38

6

Bertl 5

6

4

5

Chamot

3,8

5

5

6

Crespo

4

6

5

3

Vivas

Test Perfil: Argentina-lnglaterra

236

Respuesta táctica

Respuesta psicológica

Respuesta técnica

8 1



.

4,8

Total final: 77,80 - Promedio final: 5,55

Respuesta psicológica

2

4

6

8

Total

Roa Ayala Vivas

Chamot Zanetti Almeyda

Simeone Verón Ortega C. López Batistuta Gallardo Crespo Berti Test Perfil: Argentina-lnglaterra

Promedio psicológico

237

Una actuación con signo positivo

Todavía cantamos

M arcelo R o ffé *

M arcelo R offé *

López obtiene el meior puntaje porque psicológicamente es un ejemplo Otro saldo positivo es que a Ariel Ortega el director técnico lo recuperó en lo anímico y que Batistuta se adaptó con goles, que es la mejor manera de hacerlo. Ahora, hay que solidificar lo afectivo del equipo, que si se convence de que puede (como ocurrió en el estadio Maracaná frente a Brasil) y se lo plantea como una meta, yo arriesgo predictivamente que el seleccionado argentino esta­ rá entre los cuatro primeros en el Mundial que está próximo a comenzar en territorio francés. El debe del equipo queda por mejo­ rar la conducta. Inclusive Daniel Passarella dijo que hay que hablar mucho por el tema del comportamiento. Es algo que le preocu­ pa y es valorable porque seguramente du­ rante la máxima competencia los árbitros no van a tener contemplaciones, en especial con las protestas. Después de la derrota con Israel (un rival débil, sin ninguna duda), el equipo se com­ prometió con la victoria al sumar cinco victo­ rias consecutivas. Las derrotas sirven si quienes las sufren están en condiciones de reconocer dónde se cometieron los errores y trabajan para mejorar un poco cada día. En ese sentido, afortunadamente, el equipo ar­ gentino ha dado signos positivos. * Psicólogo deportólogo

238

Sin dudas, era la prueba más difícil. Los rendimientos y las respuestas psicológicas se analizan en función del rival. Y la pasa­ mos: misión cumplida. El cómo es otra co­ sa. La ruleta de los penales cayó de nues­ tro lado, fue la primera vez que hicimos un gol tan rápido y que vencieron nuestra va­ lla dos veces en 11 minutos. La reacción frente a la adversidad —como reaspuesta psicológica— fue lenta y heterogénea. Lle­ gó de la mano de Ortega, quien mostró el camino con su habilidad. El empate fue consecuencia del traba­ jo en una jugada de tiro libre. Y en un momento clave. Al vestuario victoriosos. Inicio de la segunda etapa, uno de los mejores rivales se fue expulsado por un impulso y el camino quedó allanado. Pe­ ro esa superioridad numérica no se plas­ mó —ni en lo físico, ni en lo futbolístico, ni en lo psicológico— en 75 minutos. Se crearon muy pocas jugadas de conjunto. No se pudo superar el escollo de un rival replegado. Las cuatro jugadas de gol del segundo tiempo fueron con Batistuta y López en la cancha. Luego vinieron los cambios. ¿A los goleadores se los debe sa­ car? ¿Passarella quiso mostrar que sin Batistuta también puede ganar? En el complemento se observó que en el equipo nadie hablaba ni contagiaba al resto. No hubo un líder para sacar prove­ cho de la situación. Llegó el alargue es­ perado por los ingleses y fue más de lo mismo. La apuesta de Passarella (conec­ tar ex jugadores de River) no funcionó. El autocontrol sobre los nervios y la an­ siedad funcionó a medias. Los penales, mitad trabajo y mitad azar, pusieron a la Argentina entre los ocho mejores. * Psicólogo deportólogo

Argentina-Inglaterra, Mundial '98

Argentina-Sudáfrica, 25/5/98

Luego de un primer tiempo tibio (¿será una sumatoria de que al equipo argentino lo sorprendió la actitud del rival más el temor inconsciente a las lesiones por el estado del campo?), la actitud en el segundo periodo fue diferente. Igual que contra Chile, Claudio LópezGabriel Batistuta fue la fórmula a los cinco minutos. López viene obteniendo el mayor puntaje ya que psicológicamente es un ejem­ plo. Es solidario, fuerza permanentemente el error rival, tiene intención de arco y no da ninguna pelota por perdida (por ejemplo, el primer gol).

A continuación se reseñan los artículos publicados en el diario “Perfil”, según copia fiel de lo editado. (*) También se reproducen algunos de los artículos que no llegaron a ser publicados debido al cierre del periódico. (**)

LAS VERDADES FALSAS DEL FÚTBOL ARGENTINO (*) (O MENTIRAS VERDADERAS) Hay una cantidad enorme de frases hechas que son recurrentes en el discurso de los protagonistas de este deporte y que de tanto repetirse, poseen ya la categoría de verdades inconmovibles. Me referiré a las que considero más engañosas y relativas, nombrándolas al modo de una crónica. A saber: L Técnico que debuta, gana. 2. Si la primera jugada me sale bien, voy a tener un buen partido. Si no, mi rendimiento no va a ser bueno. 3. El fütbol es un deporte de machos/hombres. 4. No pido expli­ caciones cuando el técnico me saca, tampoco cuando me pone. 5. El 2 a 0 es el resultado más difícil de mantener. 6. Ifenemos la obligación de es­ tar motivados: a) por el solo hecho de vestir esta camiseta; b) porque no nos levantamos todos los días 5:30 de la mañana para ir a la fábrica en colectivo. 7. Yo nunca le digo a los técnicos quién tiene que jugar (de al­ gunos presidentes de algunos clubes). 8. El grupo ahora está más unido que nunca. 9. No hay incentivadón posible, ya que siempre salimos a ga­ nar. lOt Los psicólogos no encajan en el fütbol y deben mantenerse aje­ nos a él, ya que les falta vestuario. 11 La cuarta división es el “cemente­ rio de los elefantes”. 12 El periodismo me lastima con sus puntajes. No saben nada de fütbol, nunca jugaron y no saben que hay una familia atrás que sufre. 13. Yo nunca vi a nadie drogarse. 14. Violenda hay en toda la sodedad. Como se puede observar, las podemos dividir en dos grupos de mentiras verdaderas: el primer grupo engloba las profecías negativas autocumplidas y las que alimentan la fantasía negativa del jugador, determinando negativamente el rendimiento del futbolista. En el segundo grupo aparecen los llamados temas tabú del fútbol. Aquello de lo que no se habla y se niega: adicdón, soborno, incentivadón, ho­ mosexualidad, violenda, dendas aplicadas, periodismo tendendoso. Lo diferente, lo que molesta, lo que significaría hacer un debate serio sobre el fütbol que tenemos y el que queremos, en general se mete de­ bajo de la alfombra. Y si no, preguntarle a Rattín , R andazzo, G atti, etcétera. Predominio de falsas verdades coaguladas, coronadas por protagonistas que día a día nos dicen: “yo no dije que dije”. 239

PODEROSO CABALLERO (*) ¿Por qué es difícil encontrar futbolistas de primera división sin empresario? ¿Es M acri y su sed compradora en inferiores el único responsable de que los empresarios se multipliquen de un tiempo a esta parte? ¿Qué efectos tiene sobre la psiquis de un chico de trece años saber que tiene un valor de mercado? Sabemos, y que volvamos sobre estos temas lo confirma, que el fütbol es, además de un depor­ te apasionante, un gran negocio. A loisio , M ascardi, Cysterszpiler, son sólo algunos ejemplos de gente que hoy amasa fortunas sin ma­ yores riesgos. Como en todo, los hay buenos y malos: he conocido a quienes no les hacen faltar nada al jugador y quienes lo dejan a la buena de Dios. En primera hay fütbolistas con buenos empresarios (y buenos contactos) que han tenido éxito, y otros de mayor rendimiento que por falta de contactos... La realidad nos dice: pases profesionales en füt­ bol amateur. ¿De qué sirve que ahora, luego de desprenderse de un montón de chicos, los dirigentes de Argentinos Juniors decidan no vender más? ¿Qué lugar tendrían los empresarios en juveniles sin el aval de los pa­ dres? Es cierto que para los fütbolistas del interior se vuelven impres­ cindibles por el sencillo hecho de que consiguen pasajes, ropa, viáticos y útiles que muchos clubes no pueden darles. Pero también es cierto que hay padres que confunden a sus hijos: asistí, no hace mucho, a uno de quince años cuyo discurso era: “tengo que salvar a mi familia y que me compren de España”. ¿Salvar de qué?, recuerdo que le pregunté. El jugador era de clase media... En otro caso debí desmontar en un gru­ po la fantasía de que sólo jugaban los que tenían a “X” como empresa­ rio. Se han vendido chicos de quince años a 300.000 dólares. Un ado­ lescente de esa edad no puede darse cuenta de cuánto significa esa ci­ fra; los padres sí (por eso son los primeros en aceptar). En esos casos hay que trabajar mucho en el equilibrio emocional y en desarrollar una determinada fortaleza mental para que el futbo­ lista no se malogre luego. El poderoso caballero Don Dinero está en­ tre nosotros y habrá que convivir con sus efectos. Cada vez más...

DE PENALES Y SUERTES (*) Brasil eliminó a Holanda por penales y su entrenador M ario ZaGALLO declaró que “son una lotería, pero fue fundamental que les diera 240

Italia quedó afuera a manos de Francia por la misma vía. Roberto Baggio, entonces, dijo: “siempre se nos re­

confianza a mis jugadores”.

pite la historia. E s la tercera vez que me quedo al margen de la misma manera. Perder por los penales es la peor forma”. Inglaterra también

quedó afuera por culpa de las manos de Carlos Roa. Y Yugoslavia erró un penal decisivo en el partido con Holanda, que luego perdió. Pedrag Mijatovic declaró al respecto: “estoy viviendo el peor momento de mi carrera”. Davor Suker, contra Rumania, debió obedecer a Javier Castr illi y tirar dos veces el mismo penal: “se me hizo un nudo en la gar­ ganta y estaba nervioso; pero al final logré concentrarme”.

El famoso tiro desde los doce pasos, genera polémicas. Desde la psicología del deporte creemos que hay causas que pueden asignarse al resultado de una acción. Hay atribuciones de causalidad internas: habilidad y esfuerzo. Y externas: el rival juega y la mala suerte, tam­ bién. ¿Por qué cuando se yerra un penal siempre se elige esto último? Tal vez porque el futbolista tiende a poner la responsabilidad afuera. Lo primero que hay que determinar del deportista es si posee la técnica necesaria para patear un penal. Si la tiene y la ejercitó, inda­ gamos por lo físico: hay jugadores que fallan por estar agotados o lesionados. Recién después, pasamos a lo psicológico. Existen técnicas psicológicas de respiración y de visualización decisivas para alcanzar el grado de concentración justo y disminuir miedos y ansiedades ele­ vando la confianza. José Rafael A lbretch, cuando jugaba en el San Lorenzo de los años ‘60 buscaba esa concentración limpiando la pelo­ ta (para mí, fue el mejor). El penal parece fácil pero no lo es tanto. El arquero también jue­ ga y tiene mucho menos presión que el ejecutante. Además hay una técnica, una elasticidad y una confianza por conquistar. Hay que di­ ferenciar entre errar un penal en un partido y hacerlo en una serie. En esta última hay más azar y más presión que deciden el resultado. Aunque el rival a vencer no es el arquero o los postes sino uno mismo y sus miedos...

LAS LESIONES: CABO DE MIEDO (*) Cuando faltan apenas horas para el inicio del mundial de fütbol, estrellas como A ngelo Peruzzi, A lessandro Del Piero, A ndoni Zubizarreta, A len B ocksic, Carlos Roa, José Chamot, S ergio Berti y M arcelo Gallardo están preocupados y en plena etapa de rehabili­ tación contra el reloj, ya que padecen de lo que bien podría denomi­ 241

narse el “síndrome de lesiones pre-mundial”. El brasileño Romario ya fue descartado por esa causa.

La lesión, en el alto rendimiento, es un accidente de trabajo. El riesgo, en la medida en que la herramienta es el cuerpo, siempre exis­ te. Pero hay causas >—más científicas que la mala suerte— que tor­ nan más vulnerable al futbolista. Y que se debieran prevenir. Exagerada exigencia física, sobremotivadón o submotivadón, es­ trés psicosodal, baja autoconfianza, historia no elaborada de lesiones, alimentadón inadecuada, caries, no atender las señales que el cuerpo envía, falta de adaptadón a un nuevo hábitat. Las situadones de crisis y cambios personales y familiares, que en muchos casos juegan un pa­ pel determinante, forman parte del estrés. Eso, sumado a las exigendas, corroe la salud del deportista. La respuesta psicológica a las lesiones varía según su categoría: le­ ve, moderada o grave. Pero, en general, origina sentimientos como bronca, fastidio, hostilidad, malhumor, estados depresivos, irritabili­ dad, pensamientos negativos y dudas con respecto al futuro. La lesión genera dolor físico y psíquico. Produce un corte, un obstáculo, la pérdi­ da de tiempo de entrenamiento y de la condidón ideal de rendimiento. El psicólogo deportólogo tiene un papel importante en la prevendón y en la rehabilitadón, junto con el médico y el kinesiólogo. Debe trabajar en la aceptadón de la realidad, favoredendo el apoyo social, el alcance de metas inmediatas y el control de la ansiedad. Es así que, desde el plano espedficamente psicológico, a los miedos naturales del deportista (al éxito, a equivocarse, al fracaso, al ridículo) se agregan nuevos temores: a no quedar igual, a perder la titularidad, a perder prestigio, a perder dinero, y hasta a dejar de jugar...

CHILAVERT VS. CHILAVERT (**) En el mundo del fütbol se escucha mucho una frase: “es arquero, es de otra raza”, en referenda a lo peculiar de su personalidad. Hoy nos convoca el elegido mejor arquero del mundo. Uno, es ganador na­ to, capaz de atajar un penal y hacer un gol de tiro libre en el mismo partido; un ejemplo para los juveniles de todos los clubes de autocon­ fianza, motivadón, concentradón, control de presiones y reacción frente a la adversidad. Cumple con creces con el rol del arquero: transmitir seguridad a sus compañeros y ser un líder positivo para el grupo. Es la columna vertebral de un Vélez siempre candidato. Ya ganó todo y además impuso la moda de hacer goles en el otro arco... 242

¿Qué m ás se le puede pedir a este C hilavert respecto de su rendi­ miento en competencia? Nada. Es el futbolista que todos querría­ mos tener en nuestro equipo. Pe­ ro hay otro C hilavert: el polémi­ co, el de la inconducta dentro y fuera de la cancha, el agresivo, el verborrágico, el materialista ex­ tremo. El que vive fabricando po­ lémicas como estrategia de márketing para estar en los medios. Recordemos ”sus enemigos”: N a­ varro M ontoya, E steban G on­ zález, B urgos, Núñez, B ielsa, Is­ la s , por nombrar algunos. Provo­ ca y luego en un aspecto sale for­ talecido ya que después vence en el “verde field” que es donde mue­ ren las palabras. Pero en el otro aspecto pierde, ya que su mato­ nismo es innecesario. Su tenden­ cia a pensar que lo discriminan exagera situaciones aunque el juicio por lo sucedido en La Plata nos deje algunas dudas. Ahora lo m ás preocupante son sus inconductas. Con R uggeri protagonizó una escena deleznable por parte de ambos, a G a lla rd o casi lo ahorca, a Franco Navarro le fracturó el maxilar, a A sp rilla lo molió a patadas y a los periodistas los llenó de escupi­ tajos o cachetadas. Este C hilavert, el de la falta de autocontrol, el que da rienda suelta a sus instintos e impulsos, es reprobable y olvi­ dable. Este C h ilavert difiere mucho del otro con el que convive, y cu­ yos logros erizan la piel y hasta merecen un libro en su homenaje. Aunque los ídolos del año 2000 tengan una parte de barro...

EL AMULETO DE CHILAVERT (*) La imagen del uno vencido en el piso, y tomándose el rostro en el gol de oro de la Selección de Francia, duró sólo segundos. La lucha heroica sin final feliz, casi dos horas. Los árboles mueren de pie, decía A leja n d ro Casona. Y José Luis C hilavert bien lo sabía. Enseguida 243

se levantó y quiso detenerle las lágrimas y levantarlo a Celso Ayala. Dos grandes gladiadores. El uno pareció decirle que sólo se llora en la intimidad; que fue más que digna la actuación contra el opulento francés; que hay que tener la frente bien alta. El líder de la resisten­ cia, luego de una excelente performance, vio escapársele, por escasos siete minutos, la posibilidad de clasificar a su humilde equipo entre los ocho mejores del mundo, siendo el héroe, como a él le gusta. Esta vez el éxito tuvo un límite: Paraguay clasificó para la segun­ da ronda del Mundial, luego dejó afuera a España y le dio un gran susto a Francia. Sólo faltó su gol. No obstante esto, se agrega otra página a su brillante trayectoria y su gran fortaleza mental para ser líder positivo, alcanzar metas, controlar presiones, reaccionar frente a la adversidad, transmitir seguridad, etcétera. Al otro C hilavert que en él convive , el agresivo, el verborrágico, el de la inconducta, hoy le daremos franco, sin olvidamos de que también existe. Se fue del Mundial dejando la imagen de su beso al amuleto que guardaba en el fondo del arco. La superstición es la religión de las mentes débiles, re­ za el dicho. Aunque este no es el caso, justamente. Bien sabemos que muchos deportistas, directores técnicos e hinchas apelan a la imagen de la virgen, patas de conejo, cintas rojas, ropas cabuleras, etcétera, todo sin complejos. Son rituales que buscan aumentar el número de los aspectos “conocidos” para contrarrestar lo “desconocido”: el resul­ tado de la competición. Creer sólo en eso es producto de la ignorancia; creer y depositar en el afuera lo que hay que tener y buscar en el adentro. En el ambiente del fütbol se cree mucho en las cábalas, en la ma­ la suerte (la conocidísima excusa de: “hoy no ligamos”) y poco en las ciencias aplicadas. En el caso de C hilavert no fue el amuleto lo que no funcionó. En cambio, la audacia y el coraje sí funcionaron, aunque en esta ocasión no alcanzó.

TIMOTEO, LA DOCENCIA Y EL DÍA DESPUÉS (**) En el 90% de los casos, no se ha preparado al futbolista para el día después al retiro de su carrera deportiva. En Europa, por ejem­ plo, el Barcelona obliga a sus jugadores profesionales a terminar o continuar con sus estudios. En la Argentina, el Gimnasia del “Viejo Lobo” Timoteo es el ejemplo profesional: todos los integrantes del plantel estudian, ya sea computación, magia, inglés, psicología social. ¿Cuáles son las razones psicológicas que fündamentan esta obligato­ 244

riedad? A saber: 1) Al apostar a dos cosas (fútbol y estudio) los depor­ tistas disminuyen los niveles de ansiedad elevando el rendimiento (se ha comprobado científicamente que juegan más tranquilos). 2) Incor­ pora más armas para enfrentar una vida cada vez más difícil, con ma­ yor desocupación en los sectores de menor educación. No olvidemos que el fütbol es una carrera corta. 3) Facilita los grupos de relación y pertenencia, las salidas sociales evitando la saturación. 4) Disminuye los niveles de estrés. 5) Por ende disminuye los riesgos de lesión. 6) Previene el aburrimiento y el tiempo ocioso. El tiempo improductivo aumenta, por ejemplo, la posibilidad de ingreso en las adicciones. 7) Colabora en la adecuación a pautas y reglas propias de la escuela co­ mo del juego. Así se previenen expulsiones y conductas impulsivas. 8) El objetivo es que la institución les deje algo, más allá del dinero o el éxito. Hay muchos ejemplos actuales de futbolistas que no han podi­ do seguir ligados a la actividad (como D.T., periodista y empresario hay muy pocos lugares) y les ha sobrevenido una pronunciada depre­ sión que ha derivado en el ingreso al alcoholismo, drogas, quiebres económicos, separaciones de su familia. (“Coyita” G u t ié r r e z , B a ley , D o m in ic h i , etcétera). El fütbol potencia la crueldad de la vida misma. Es por todo esto que este año en divisiones juveniles de F.C.O. dimos un paso adelante respaldados, enérgicamente, por la comisión direc­ tiva: hicimos obligatorio el estudio de la 9a a 4a divisiones. Allí, la pre­ vención se justifica más: llegan sólo los elegidos.

DE ESO NO SE HABLA (**) y B u r r u c h a g a * fueron campeones del mundo en 1986, y por ende, compañeros. Los dos ganaron muchas cosas por su ren­ dimiento en el fútbol: trofeos, reconocimiento, jugar en Europa, mu­ cho dinero, etcétera. Metáfora del futbolista exitoso. Sin embargo, es el modo en que finalizan sus carreras el que marca la diferencia. R u g g e r i no pudo retirarse en San Lorenzo donde le hubiese gusta­ do, pero se buscó un gran club como lo es Lanús y dejó huella en el final. El episodio de violencia con los brasileños que le costó la cabe­ za al D.T. que lo llevó, fue responsabilidad de él y sus impulsos. Pero no empañan su fortaleza mental, todos los títulos que obtuvo, sus do­ R uggeri

* A ctualm ente los dos son entrenadores.

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tes de líder natural y de mentalidad ganadora que lo acompañó toda su carrera. Y que se repiten después del final, pues ya tenía todo ar­ mado: periodista en la TV desde hace un tiempo y empresario de ju ­ gadores juveniles, y en esa misma línea se hizo cargo de un club de Mar del Plata. Nadie lo preparó para el día después como al 90% de los futbolistas profesionales, pero él supo cómo y cuándo retirarse y seguir ligado al fútbol con futuro. B urruchaga parece estar en la ve­ reda de enfrente: no de los que saben retirarse, sino de los que son re­ tirados. Esa decisión que para algunos futbolistas nunca llega, nunca es el momento, tiene que ir de la mano de la toma de conciencia del paso del tiempo y por ende de algunas limitaciones. Y un mal broche, una decisión tomada por el club o por un D.T. le quita brillo a carre­ ras deportivas exitosas: veamos el ejemplo de C lausen hace muy po­ co, y de Gatti ya hace tiempo. “Me voy a retirar campeón con Boca”, era su latiguillo... La moraleja es: mejor saber retirarse antes de que lo hagan por vos. El sistema del fútbol es muy frío: no servís más, afuera. El dolor, la angustia, la depresión del futbolista, no importan. Por eso la imperiosa necesidad de que el jugador pueda hablar de su retiro mucho antes, se prepare psicológicamente para lo que viene y tenga otras actividades durante su carrera. No olvidemos que es una carrera muy corta...

UNA CUESTIÓN DE CONFIANZA (*) Sentado en mi sillón, frente al televisor, sigo esperando el buen juego de los mejores futbolistas del mundo. Hasta aquí hay poco para ver y mucho para escuchar. Anoto: E nrique M acaya M árquez dijo que “los jugadores chilenos no se tienen confianza”. FERNANDO N iembro in­ dicó: “los japoneses están mal físicamente”. Y E nzo F rancescoli lo corrigió: “a mí me parece que fue él impacto anímico por el gol argenti­ no”. Carlos B ianchi durante Rumania-Colombia expresó: “estas dos buenas atajadas le vinieron muy bien a Farid Mondragón para tomar confianza”. ¿Qué confianza? ¿De qué estamos hablando? Empecemos por de­ cir que, sin confianza, la asunción de riesgos, la innovación y la crea­ tividad se ven asfixiadas, en la medida en que los deportistas antepo­ nen el no cometer errores a la búsqueda sin garantías. No por nada una de las definiciones que de ella puede encontrarse en los dicciona­ rios hace referencia a la seguridad, así como también a la sana opi­ nión que una persona tiene de sí misma. Es una aptitud psicológica 246

decisiva a la hora de determinar un rendimiento deportivo e íntima­ mente asociada a la fortaleza mental. Vale aclarar que si antes no hay un potencial técnico-táctico, sucede lo de Irán: “nosotros tenemos la fe, creemos en él Corán, y esto nos kace más fuertes”. Pero no alcanza. Ja­ mes Loher, doctor en psicología del deporte, quien asistió entre otros tenistas a Gabriela Sabatini y al norteamericano Andre Agassi, nos alecciona: “con confianza, el deportista puede alcanzar alturas real­ mente sorprendentes, siendo más agresivo, positivo y atrevido” . Nóte­ se cómo su definición se asocia con la capacidad de arriesgar, de deci­ dir una jugada, y hasta de patear al arco. A diferencia del europeo, el futbolista argentino no es de probar mucho el tiro de media distancia. Loher agrega: “muchas veces me he preguntado cómo un senti­ miento humano tan simple puede ejercer un impacto tan profundo y drástico en una actuación física”.

Un jugador sin confianza, es notorio, parece lento. A mayor con­ fianza, menor hostilidad, ansiedad y miedos. Hablando de deportes grupales, siempre involucra un vínculo. Debe haberla con los compañeros y el entrenador: es imposible que exista cohesión en un grupo si reina la desconfianza. La confianza es interna y externa. Cuando falta interiormente se la busca afuera. La decisiva es la interna, que muchas veces se distorsiona por exceso o por defecto. Con quienes se debe trabajar mucho para recuperarla es con los jugadores suplentes y/o lesionados. ¿Cómo? Recurriendo a tests psicológicos para evaluarla y técni­ cas de entrenamiento mental para recuperarla, como la relajación y la visualización.

EL MENTALISTA DE BOCA JUNIORS (*) La contratación de un mentalista por parte del club Boca Juniors nos permite plantear algunos interrogantes y deslizar algunas con­ clusiones. Si se reconoce la necesidad de la labor psicológica, ¿por qué M auricio M acri no contrata un profesional idóneo? ¿Por qué enfren­ tarse a la ciencia? ¿Sólo para diferenciarse de A legre-H eller? Boca tuvo un psicólogo durante cinco años, Oscar M angione. De los últi­ mos veintiocho torneos que disputó el club, ganó sólo uno y con M anGIONE en funciones. Esto no significa que k) haya ganado exclusiva­ mente por él, obviamente, pero es un dato descriptivo de la realidad que muchos olvidan. (Luego de la publicación de este artículo, Boca obtuvo dos campeonatos. 247

Hace tres años que trabajo en el fút­ bol juvenil de Ferro Carril Oeste y, por lo tanto, la elección he­ cha por Boca no me sorprende: el fútbol es un deporte con más tendencia a creer en la magia, el animismo, las cábalas y la hechicería, que en la ciencia. No estoy diciendo: “Se contrató un psicólogo social o un psicólogo clínico o un psiquia­ tra en lugar de un psicólogo deportólo­ go”. Digo algo aun

más grave: “un mentalista, o brujo, o mago, o parapsicólogo, o manosanta, o tarotista, o pai, sin título habilitante y en la vereda opuesta de la ciencia”: ¿qué se puede esperar de alguien que promete resulta­ dos en un mes? En nuestro país cuesta mucho generar el crecimien­ to de esta ciencia para que los dirigentes contraten paracaidistas. En noviembre de 1997 organizamos en el marco de la UBA-Psicología las Primeras Jomadas de Psicología Aplicada al Fútbol. Hubo más de cien participantes entre técnicos, preparadores físicos, médi­ cos y periodistas de primer nivel. El viernes 8 de mayo próximo pasado, una cantidad importante de psicólogos deportólogos convocada por el licenciado Barrios se reu­ nió en la casa de altos estudios para fijar una posición al respecto. Además, asistieron médicos deportólogos y nutricionistas y las pala­ bras inaugurales las hizo el doctor Losada (primer deportólogo), y las de cierre U lises Barrera. Tal vez llegó la hora de que el mundo del fütbol se cuestione en manos de quién deja el aspecto anímico.

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EL MARINERO Y EL CAPITÁN (**) Latorre no iba a jugar y al final jugó frente a los jujeños, siendo que el técnico lo eligió capitán. Sabido es que Latorre íue definido por

sus compañeros como poco solidario y el fútbol es un deporte colectivo. ¿Cualquiera puede ser capitán? ¿Cuál es la diferencia entre un líder y alguien que tenga voz de mando? ¿Todo líder puede ser capitán? La co­ hesión del equipo no proviene tan sólo de la integración de las fuerzas técnicas y físicas; depende también del equilibrio de las corrientes afec­ tivas que acercan o distancian a los jugadores. ¿Qué herramientas cuali-cuantitativas tiene un psicólogo para evaluar el lugar de Latorre en el grupo y ver si la decisión del D.T. fue acertada o no? Una de las eva­ luaciones grupales utilizadas, con mejores resultados, es el sociograma. Este cuestionario consiste en interrogar a cada jugador sobre sus pre­ ferencias en materia de amistades y en el plano técnico (incluidos ellos mismos), con lo que se consiguen sociogramas y sociomatrices. Así, se obtienen datos muy relevantes: jugadores más o menos valorados téc­ nica y afectivamente, zonas de afinidad, zonas de rechazo, pequeños grupos, grandes rivalidades, etcétera. Inclusive se puede deducir si el capitán tiene ascendente sobre el grupo, cuál es el jugador “chivo expia­ torio”, etcétera. Esta información (tamizada y analizada) se le brinda luego al entrenador. En mi experiencia todos la han valorado por tener más elementos de conocimiento del grupo y para tomar decisiones, ya que este estudio científico del grupo por el grupo mismo vuelve a los orí­ genes: antes el grupo elegía al capitán. Bien puede llamarse al sociogra­ ma Radiografía grupal. El que tomé en cuarta División de F.C.O. en el '96 aun lo conservo: los cuatro primeros en la valoración técnica Hoy están en la primera división. No es casual. M arcelo Lippi, D.T. de la Juventus, nos dice al respecto: “entre grandes equipos la diferencia está en pequeños detalles. E l cuidado de la psicología del grupo es uno de ellos”, y estamos hablando de la Juventus. Bueno sería hoy tomar un so­

ciograma en Boca para conocer el lugar de Latorre en el plano afectivo.

EL SUCESOR DEL KAISER (**) Mucho se dice en estos días que José Pekerman sería el sucesor de Passarella. Reúne al menos seis elementos que lo distinguen del autodesafectado Daniel: 1) Sus selecciones juveniles obtienen siem­ pre el premio “Fair-Play”. Además hace mucho hincapié en la educa­ ción y la conducta; 2) Conquistó dos títulos mundiales (1995 y 1997 249

con el Sub 20) y uno Sudamericano (1997); 3) La identidad del juego argentino que despliegan sus dirigidos; 4) Tiene perfil bajo; 5) No con­ funde autoridad con autoritarismo y por ende tiene buena relación con la prensa; 6) Muestra apertura mental para la ciencia (hizo has­ ta segundo año de kinesiología, además). En una entrevista reciente admite haber derivado a muchos jugadores a un psicólogo pero que por ética no diría a quién. “Cuando se presenta un caso que requiere de ayuda exte­ rior, hay que consultar a un psicólogo, pero no creo que deba convivir dentro de un plantel de fútbol, porque don­ de todo es normal estaríamos agregando algo que no es común para la sociedad”. Su

posición es de avanzada en un país donde muchos técni­ cos se dicen psicólogos sin haber estudiado (Basile y Passarella, entre otros), pe­ ro el psicólogo deportólogo no es clínico. Los problemas per­ tenecen al campo psicopatológico y en el deporte se trabíga con deportistas nor­ males en situaciones de crisis, cambio y/o bloqueo. El deportólogo es un integrante más del cuerpo técnico que estudia las reacciones del deportista en el momento de la competencia. Por otro lado se le obje­ ta que profesionales es diferente a juveniles. Y es cierto, el perfil del futbolista cambia de una etapa a la otra como así también la “docen­ cia” y la prevención tiene más cabida en la etapa adolescente. El pro­ fesional tiene otros vicios y por ende el perfil del técnico debe adap­ tarse. Pekerman dice que los juveniles igual sienten presión, pero hay que decir que es otra en cuanto a público, prensa y contratos. Con res­ pecto del placer, Pekerman dice que tienen que sentirlo. Interrogado sobre este punto un equipo juvenil, sólo dos lo sintieron en el último partido y un futbolista profesional pensó un rato y me citó un parti­ do, en un lapso breve luego del 5 a l a favor...

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ACERCA DE METAS Y VICTORIAS (*) “Sun T zu nos alecciona en su libro El arte de la guerra y la estrate­ gia: ‘El objetivo principal de toda guerra es la victoria. Cuando la victo­ ria se demora demasiado, las armas se entumecen y decae la moral’. Si bien el deporte no es una guerra, aunque allí tuvo sus oríge­ nes, donde dice ‘decae la moral’ podemos poner ‘decaen la motivación, la concentración y la confianza’. El planteamiento de metas es esencial en todo deportista o equi­ po. Es —nada más ni nada menos— aquello que guía o dirige su ac­ ción. La meta es diferente del sueño. Aunque un sueño, luego del pa­ saje por diversas etapas, puede transformarse en una meta. Hay metas a corto, mediano y largo plazos, y de acuerdo con ello deben diferenciarse, a su vez, los objetivos de los entrenamientos de los de las competencias. Las Victorias’ deben poder alcanzarse diariamente, ya que siem­ pre se puede un poquito más. Deportistas y entrenadores tienen que potenciar lo bueno, ya que lo malo se agranda solo (V entura P érez). Los objetivos deben estar escalonados para que el deportista no quie­ ra llegar al escalón siete, sin haber pasado antes por el seis. Las metas, como los límites, están en la propia mente del atleta. Como ya ha pasado, para un deportista argentino ir a un torneo su­ damericano o europeo ya es en sí mismo alcanzar la meta, y entonces no lo hace cón ningún otro objetivo que no sea disfrutar del vi^je, más allá del rendimiento. El campeón olímpico de canotié, L arry Caín , decía: ‘No miré al­ rededor en toda la regata. Sabía que si yo hacía lo mejor de lo que era capaz, ganaría. No me preocupé por los demás. Seguí mi plan y fui tan rápido como pude: las cosas fueron bien’. Se preocupó por tener un buen desempeño y no por obtener un buen resultado. Lo mismo sucedió con M aría Inés M ato, quien —con una pierna ortopédica— se propuso cruzar nadando el canal de la Mancha. Y lo logró. Las metas se entrelazan íntimamente con la motivación. Y la mo­ tivación es, antes que nada, vencerse a uno mismo. Esa es la victoria.

LA VIOLENCIA DE ADENTRO (*) Mucho se ha escrito y dicho por estos días acerca de la violencia de afuera en los escenarios de fütbol. Me animo a tomar otro de los vértices del problema: la violencia dentro del terreno de juego. La 251

agresividad es una condición necesaria para cualquier deportista de élite. La agresión de los verdaderos actores y protagonistas entre sí es otra cosa y se emparenta con la violencia. Citaré tres teorías psicológi­ cas sobre la conducta agresiva: a) la tendencia innata a la agresión, y el deporte como posibilidad de canalizarla; b) la reacción emocional que surge como consecuencia de estímulos indeseados —por ejemplo, frustración o ansiedad— y c) la teoría del aprendizaje social, que pue­ de asimilarse a través de la observación y el reforzamiento (la fami­ lia, la subcultura y los medios de comunicación). En un partido de fútbol, en el que la eficacia ha ido aplastando lentamente el placer lúdico, los jugadores se agreden de diversas ma­ neras: puntapiés desde atrás, codazos calculados, empujones en sal­ tos, pisadas a un jugador caído e insultos permanentes. Según los códigos del futbolista, no responder este tipo de provocaciones es sín­ toma de cobardía y sí hacerlo, de guapeza; aunque haya dejado su equipo en inferioridad y tenga que cumplir la suspensión (no entien­ do cuando el público aplaude al jugador expulsado). De esta forma se descalifica al árbitro, protagonista elegido para impartir justicia, a quien el futbolista también agrede reiteradas veces. Ni hablemos de los capitanes que no controlan a sus colegas, o de los directores técni­ cos que transmiten violencia en sus mensajes, o de los padres de los chicos de divisiones inferiores que son fuente de agresión. La teoría de las cien pulsaciones o el arrepentimiento tardío no sirven. Falta educación y respeto. Los factores de estrés que roen la salud mental del futbolista profesional, en muchos casos, son causa de conductas agresivas. Se debe convencer al jugador de que no es beneficioso ha­ blar con el árbitro y/o rivales, evaluar a los protagonistas en las áreas de agresión, ansiedad y tolerancia a la frustración, e incrementar el autocontrol de impulsos, incluidos los árbitros. Sólo así, saldremos de la violencia de adentro...

SERÁ JUSTICIA (*) La plancha de la que fue víctima Ronaldo frente a Marruecos no merecía la clásica taijeta roja. Directamente el marroquí debió haber pasado unos días en el calabozo. Y el árbitro ni lo amonestó. Se supo­ ne que han sido designados los mejores jueces del mundo y que son los encargados de impartir justicia dentro del campo de juego. El escritor uruguayo E duardo G aleano nos dice al respecto: “única unanimidad del fütbol: todos lo odian. Lo silban siempre, jamás lo aplauden... Los 252

derrotados pierden por él y los victoriosos ganan a pesar de él”. Se trata de una competenda demasiado importante, que se espe­ ra desde cuatro años y hasta toda una vida, como para que un mal fa­ llo tenga tanta influenda. Se puede prevenir. Se puede utilizar la tec­ nología de manera diferente, más positivamente. Y, si es necesario, detener unos segundos el partido para ser infor­ mado por un ayudante que lo observa por pantalla. Sabemos que los árbitros son humanos y pueden equivocarse, pero hay mucho en jue­ go. Tanto J oseph B latter como M ichel P lattni tuvieron que manifes­ tar su desagrado con los arbitrajes para que los hombres de negro ti­ tubearan menos y protegieran más a los habilidosos (ejemplo de esto son Dinamarca-Sudáfrica y Argentina-Jamaica). La idea propuesta por P latini ya fue puesta en práctica en Ingla­ terra y la veo muy positiva: que los ex futbolistas se reinserten en el mercado como árbitros. Se lograría una posibilidad más para el día des­ pués del futbolista, además de mejores arbitrajes. Muchos referees son jugadores frustrados y no habría nadie que conodera mejor sus mañas, las diferendas entre alguien que llega tarde a una pelota y otro que di­ rectamente va a golpear, cuándo una mano es intendonal o no... No es fádl interpretar el reglamento en milésimas de segundos pero habría que evaluar, además de la aptitud física y teórica del juez, su capaddad psicológica: la concentradón, el aislamiento de las presiones internas y externas y la capaddad de dedsión (autoconfianza) son dedsivas. Si no, la FIFA Fair- Play es solamente una hermosa bandera. ¿POR QUÉ EN BRASIL SÍ Y ACÁ NO? (*) Los cables dicen que seis equipos de la primera división de fútbol en Brasil cuentan en las filas de sus profesionales con un psicólogo del deporte, como un eslabón más del equipo interdisdplinario. Quien vi­ sitó nuestro país vedno se da cuenta enseguida que culturalmente, nos aventajan en algunos aspectos. A saber: la sexualidad y las dife­ rendas sexuales están mucho menos reprimidas que por estas pam­ pas. Por otro lado, el cuidado por el cuerpo es cualitativamente supe­ rior. En el fütbol nos aventajan también, mostrando un grado mayor de madurez y de educadón (vaya paradoja). Brasil28fue la primera 28

Hoy, con W a n d e r l e y L u x e m b u r g o trabaja la psicóloga S u s y F l e u r y . Ambos venían trabajando juntos en el Corinthians (campeón) y hoy lo hacen con la selección nacional de Brasil. Ella publicó recientemente un libro en su país.

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selección que tuvo psicólogo. Lo tomaron positivamente y entienden el rol y la función del psicólogo en el deporte. El caso de E dmundo (“Animal”) se hizo público: hace meses que es asistido psicológicamen­ te en pos de controlar sus impulsos. No lo oculta, no lo avergüenza. De lo que se trata es de potenciar el rendimiento deportivo, y la psi­ cología aplicada al deporte, la ciencia de la mente, entienden ellos, no se puede despreciar a semanas del año 2000. Y en este caso, no se puede decir que trabajan con psicólogos porque les vaya mal: es vox populi que hoy Brasil es el candidato natural a ganar el Mundial. Las dificultades en la comunicación entre las estrellas brasileñas y su téc­ nico serían el verdadero motivo de la contratación de los psicólogos. El objetivo en este caso sería incentivar el diálogo y hacer más fluido el canal de comunicación jugadores -►D.T. ¿Por qué en la Tierra del Fútbol y el psicoanálisis, no hay ningún psicólogo en primera división y sólo tres en juveniles? Las causas son múltiples y merecen otro ar­ tículo. Destaco tres: a) La teoría psicoanalítica se riñe, por sí sola, con el encuadre y los tiempos del fütbol (fracasa); b) La mayoría de los téc­ nicos argentinos no se dejan ayudar y asesorar (muchos dicen ser psicólogos); c) La experiencia OSCAR M angione en Boca (1989/93) ter­ minó dejando una mala imagen y fortaleciendo los prejuicios del me­ dio (por su relación con los dirigentes), aun con lo bueno que tuvo (ob­ tención del campeonato y de-la Supercopa).

SENSATEZ Y SENTIMIENTOS (*) La pelea que E dmundo sostuvo días atrás con L eonardo , repro­ chándole su egoísmo (“morfón”), se contrapone a una imagen que des­ tacó D aniel Passarella en un reciente entrenamiento: la charla ami­ gable y entrelazada entre tres jugadores que pueden estar peleando un mismo puesto (C laudio L ópez, A bel Balbo y M arcelo D elgado ). H ay un juego psicológico entre los técnicos de Brasil y la Argentina para sacarse presión: los dos declaran que el candidato es el otro. El “maracanazo” de la Argentina, el pasado 29 de abril, subió sus pro­ pias acciones y bajó las brasileñas.

La Argentina prefiere ir de punto, pero se sabe candidata por vir­ tudes: cinco triunfos consecutivos, primera en la clasificación, con dieciséis de los veintidós citados que rinden muy bien en Europa (ma­ yor exigencia), lesionados que llegarán al debut en buen estado; un grupo cohesionado y convencido de su objetivo. Brasil, a pesar del triunfo ante los escoceses, acarrea un nivel de juego que decayó des­ 254

pués de la obtención de la última Copa América; a eso se le suma la designación de un técnico alterno-supervisor, Zico, por desconfianza hacia el trabajo de Zagallo, la exclusión oscura de Romario, las grie­ tas internas, la casi obligada obtención del “penta”, etcétera. El año pasado se difundió la noticia de que las dificultades en la comunicación entre las estrellas y su técnico fueron el verdadero mo­ tivo de la contratación de psicólogos en su plantel. E dmundo , además, hace unos meses admitió públicamente la ayuda de una especialista en pos de controlar sus impulsos. Ellos lo toman positivamente y sin vergüenza. En nuestro caso se supo que S ergio B erti consultó a un profesional también por su conducta y logró estar un año y medio sin que lo expulsaran. Obviamente no lo dio a conocer, ya que Passare­ lla dice que él es el psicólogo. La cohesión grupal, un concepto dinámico que fluctúa con los re­ sultados y que descansa en el sentimiento de “nosotros” , es lo que di­ ferencia a un equipo deportivo de un grupo. El grado de cohesión se basa en el respeto, la identidad, la cooperación entre sus miembros, los objetivos claros y la comunicación. Existen tests psicológicos gru­ pales que le aportan al técnico valiosa información. El sociograma es uno de ellos, y equivale en importancia al Cooper para los físicos. Es­ ta radiografía grupal enseña las zonas de afinidad, y de rechazo, los pequeños grupos, los líderes, el chivo expiatorio y las grandes rivali­ dades y tensiones. La cohesión del equipo no proviene tan solo de la integración de las fuerzas técnicas y físicas. Depende también del equilibrio de las corrientes afectivas que acercan o distancian a los ju ­ gadores...

¿EL PENAL ES SUERTE? (*) El famoso tiro desde los doce pasos, genera polémicas. Desde la psicología del deporte creemos que hay factores, causas que pueden atribuirse al resultado de una acción. Hay atribuciones de causalidad internas: habilidad y esfuerzo. Y externas: el rival juega y la mala suerte. ¿Por qué cuando se yerra un penal el casillero elegido siempre es este último? Tal vez porque el futbolista tiende a poner la respon­ sabilidad afuera. Lo primero que hay que preguntarle al deportista es si tiene la técnica. Si la tiene y la ejercitó, preguntamos por lo físico: hay jugadores que fallan por estar agotados. Recién después, pasa­ mos a lo psicológico. Existen técnicas psicológicas de respiración y de visualización decisivas para alcanzar el grado de concentración justo 255

y disminuir miedos y ansiedad elevando la confianza. En este senti­ do “M anteca” M artínez revelaba su estrategia psicológica luego de vencer a C hilavert: “pensé en positivo, me vi yendo a buscar la pelo­ ta dentro del arco y así fue”. A lbretch buscaba esa concentración lim ­ piando la pelota (fue el mejor). Una excelente demostración de la in­ separable relación entre lo psíquico y lo físico es la declaración de un jugador de la selección uruguaya en 1990: “desele que no convertí ese

penalty, me sentí culpable de la derrota de mi equipo... y desde enton­ ces jugué lento, cansado, sin fuerzas”. PlAGGlO luego de errar frente a R iver declaró: “le fallé a una provincia” (por Jujuy). E spina m os­ tró otra fortaleza m ental ante la m ism a situación en el m ism o es­ cenario: hizo dos golazos sellando la victoria de Platense sobre River. E l penal como se verá, parece fácil pero no lo es tanto. ¿Q ué dirán los atajadores del penal bien pateado? ¿E s gol? E l ar­ quero tam bién juega y tiene m ucha m enos presión que el ejecu­ tante. Adem ás hay una técnica, una elasticidad y una confianza por conquistar. A nte cualquier duda consultar con SÓCRATES, Zlco, P latin i, M aradona , F rancescoli... y Salas . M uchas veces el rival a vencer no es el arquero o postes sino uno m ism o y sus m ied o s...29

LOS QUE FRACASAN AL TRIUNFAR (*) ¿Cómo el futbolista elegido por el márketing va a trastabillar así, justo en el último acto? ¿Cómo puede ser que el jugador más caro del mundo casi no toque la pelota en la final de un mundial, no salga go­ leador y encima que su equipo pierda de manera aplastante? ¿Cuáles son las causas de esto que sucedió? Las razones parecen ser psicológicas. Su compañero de habita­ ción, R oberto Carlos, se confesó: “sin dudas, sufrió el estrés. Tiene demasiada presión para ser un chico de sólo 21 años". Y luego agregó: “esto empezó a las dos de la madrugada. Se sentía mal, deprimido, te­ nía vómitos y sentía miedo... no quiero ser cruel con él, pero no tiene 29 Este artículo fue escrito un año y tres meses antes de que la selección nacional argentina malograra cuatro penales en la Copa América '99, sellando su eliminación. Vale recordar: tres fallados por Martín Palermo en el mismo partido contra Colombia (sin antecedentes a este nivel) y uno por Roberto Ayala frente a Brasil y detenido por Dida. Uruguay ejecutó diez (en serie hay mayor presión) y convirtió los diez.

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una personalidad fuerte para soportar estos momentos”. Más claro, imposible. Y esto no es de ahora. Cuando en el Inter, luego de un buen arranque, estuvo dos meses sin marcar, fue cuestionado. Y se defen­ dió diciendo: “a nadie le deseo el rótulo de fenómeno con el que me lla­ maron y que sólo me provocó problemas”. En ese momento, STEFANO Tamokri, vicepresidente de la Asociación Italiana de Psicología del Deporte, sostuvo que Ronaldo sufría de “slump bursting”, un desa­ rreglo psíquico leve. “La depresión de R o n ald o se produce por su corta edad, por la responsabilidad de saber que costó cifras millonarias, por la atención de todo un país ante su accionar, por la lejanía de su novia y por la niebla de Milán”. Posiblemente, Ronaldinho viene arrastrando un estrés crónico y estas emociones fuera de control traen como conse­ cuencia una disminución de su potencial que afecta los resultados. Para la expectativa que le fabricaron, cuatro goles y tres asistencias no alcanzan. Se dudó de su estado físico y entonces el tema giró ha­ cia el ámbito médico. R onaldo es un ser humano y fue víctima de una maquinaria cada vez más voraz. El cetro que magistralmente consiguió y defendió D iego M arado­ na , hoy sigue vacante. No cualquiera puede ser el más grande. Y, tal como se desprende de las enseñanzas de Sigmund F reud, el mundo quedó desconcertado: R onaldo enfermó en el momento en que se le había cumplido un deseo hondamente fundado y esperado: el pentacampeonato con él como figura y goleador. Un sueño demasiado per­ fecto para su mente.

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RONALDO NECESITA UN PSICOLOGO SAN PABLO (DPA) La dirección del Inter de

Italia desea contratar un psicólogo para apoyar a su principal estrella, Ronaldo, quien estaría “deprimido” a raíz de la persistente lesión en sus rodillas, reveló ayer en Brasil el diario “Folha de Sao Paulo”. Según el rotativo, la semana pasada la conduc­ ción del Inter contactó por segunda vez a la Asociación Italiana de Psicología del Deporte para buscar sugerencias sobre las medidas a adoptar para mejorar “el estado psicológo” del delantero brasileño. Los integrantes de la aso­ ciación habrían recomendado la contratación de un experto que pueda otorgarle “apoyo” y lo

ayude a superar la presión de dirigentes, de la hin­ chada y de la prensa. El diario brasileño afirma que los dirigentes del Inter recibieron idéntico consejo en enero, cuan­ do Ronaldo fue duramente criticado por la prensa y por los propios dirigentes del club tras des­ perdiciar un penal en un partido contra el Parma. Al mismo tiempo, los directivos del Inter pidieron a Roberto Baggio que apoye a Ronaldo, trasmitiéndole los principios de la filosofía budista que lo ayudó a superar el trauma de la final del Mundial de Estados Unidos 1994, cuando la selec­ ción italiana cayó ante Brasil al despediciar Baggio un penal.

Fuente: Diario “Crónica”

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Una psicóloga para Ronaldinho Asiste a la selección brasileña. Y explica por qué el fútbol es apto para jugadores idiotas. uince profesionales de distintas discipli­ nas auxiliarán al nuevo técnico de Brasil, Wnnderley Luxembuigo. La elección induyó por primera vez el nombre de una mujer, la psiCÓloga Suzy Fleury (39). Casada con un inge­ niero y madre de un chico de 17 años, Suzy nctwtumbra aplicar en chibes de fútbol las téc­ nicas inspiradas en las teorías del psicólogo Americano Daniel Goleman, autor de "La inte­ ligencia emocional". El triunfo es 20% de talen­ to y 80% de equilibrio", dice. Suzy asegura que tiene recetas para evitar el problema que sufrió Ronaldo en la final de la Copa de Francia. Noticias: ¿Qué es lo que un psicólogo puede hacer para tratar un colapso emocional como el de Ronaldo? Suzy: Yo voy a trazar un perfil emocional de­ tallado de cada uno de los jugadores del selec­ cionado. Con esa información y acompañando a diario al deportista, es posible anticipar des­ víos de comportamiento. Ronaldo acostumbra h i t alegre. Cuando entra cabizbajo, con los hombros caídos y caminando más lento, como en aquella final, ocurre algo raro.

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(...)

Noticias: ¿Cómo explica reacciones descontroladas de jugadores aparentemente afables? Leo­ nardo le fracturó el rostro a un americano con un codazo en la Copa de los Estados Unidos.

Suzy: Es importante que un jugador tenga una base cultural elevada, domine otros idio­ mas. Pero, aun teniendo buenos recursos inte­ lectuales, puede perjudicar su carrera si no tie­ ne control emocional. Entra en shock nervioso y llega a agredir a un adversario.

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Fuente: Revista "Noticias", 19/9/98

Nota: Ver anexo a este capítulo, “ Dos columnas publicadas en el diario Perfil (8 años después)” , pág. 299.

Capítulo 15

El asesoramiento externo para el Mundial de Alemania 2006

1 Ct Septiembre de 2004: asume José Pekerman la direcX O ció n técnica del seleccionado argentino. De repente, des­ pués de más de seis años y del oro de Atenas, Marcelo Bielsa re­ nunció a su merecida revancha (no muy común en el fútbol). En­ tonces, José, el único que había dicho dos veces “no”, fue el elegi­ do. Y esta vez dijo “sí” . Asumió sin mucho poder, sin cuatro años para trabajar y con el barco en la mitad del río. En sólo tres sema­ nas debutaba contra Uruguay en River, en plena eliminatoria. Te­ nía que colocarse el traje de bombero. José poseía los pergaminos de sus diez años con su proyecto en los seleccionados juveniles, plagado de logros. En silencio. Con éti­ ca y perfil bajo. Con honradez y conocimientos. En esa función, ha­ bía sido cuestionado por no ser servil a los multimedios, ni populis­ ta, ni polémico, ni demagógico y menos que menos “marketinero” . Sus equipos juveniles mostraban tres virtudes indiscutibles: 1) gran cohesión de equipo; 2) motivación por la celeste y blanca; 3) identidad por un estilo de juego autóctono. Además de la educa­ ción de los jugadores en cuanto a transmisión de valores y el fair play, premio este último obtenido en varias ocasiones y no muy va­ lorado por estas tierras. Figuras como Diego Maradona y César Luis Menotti lo cuestio­ naron por tener experiencia sólo en Juveniles, pese a que el mis­ mo Menotti había salido en una nota con él en el año 2001, en el diario deportivo Olé, elogiándolo a más no poder luego de la obten­ ción del Campeonato Mundial Sub 20 en Argentina. José bsyó el tono y evitó la polémica, diciendo que ellos tenían razón. Bilardo ya lo venía criticando desde hacía tiempo con argumentos ende­ bles, como que no aportaba juveniles a la Selección Mayor.

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Apenas asumió, Pekerman definió rápidamente su cuerpo téc­ nico y salió al ruedo. Había semillas que él se dispuso a cosechar. La calle decía que se podía hacer una Selección con lo mejor de las tres selecciones juveniles campeonas del mundo y de las dos selec­ ciones juveniles campeonas sudamericanas. Decidió no incluir el rol del psicólogo del deporte dentro del cuer­ po técnico, pero les dijo a los jugadores en la primera reunión del ci­ clo que había un psicólogo especializado. Y a mí me expresó que en mi caso terna a favor que estaba trabajando en AFA y que ya había tenido vínculo con varios futbolistas. Además, me planteó que si hu­ biera habido cuatro años por delante hubiera sido diferente. Pero que en ese contexto había que ver, no me podía prometer nada. Fue sincero y frontal. Alemania ya estaba trabajando con un profesional especializado en ese momento y se lo hice saber, siguiendo la lógica de José del Mundial Sub 20 2001: manejar la presión de ser locales. Citó a Javier Saviola y a Román Riquelme, quienes no eran del gusto de Bielsa, y el equipo derrotó a Uruguay por 4 a 2 en su de­ but en el Monumental, jugando un buen fútbol. El debut fue más que auspicioso. Y la gente, después de mucho tiempo, volvió a vol­ carse masivamente a ver a su Selección. SEIS MESES DESPUÉS: UN TRABAJO CON ALTURA Si bien en diciembre del año 2004 me hicieron un pedido de asistir a un futbolista con una demanda concreta: “ ¡Que no se le­ sione más!”, llegaba la primera posibilidad de trabajo grupal. En marzo de 2005, Argentina debía enfrentar a Bolivia en la al­ tura de La Paz. José tenía claro el objetivo y cómo conseguirlo. Ha­ cía 31 años que un equipo argentino no ganaba allí. El entrenador boliviano declaró: “Ojalá piensen mucho en la altura, así ya llegan cansados y les ganamos” . Nada más lejos de la realidad. José sabía que en la comparación de ambos equipos, Argentina era más. Y aunque el periodismo lo calificó de equipo B (muchos ie ellos llegarían al Mundial), intentó inculcarles que el rival era Bolivia y no la altura. Los jugadores viraron un viernes y jugaban el sábado. No dur­ mieron donde jugaban, sino en una ciudad cercana, para llegar so­ bre la hora del partido. El miércoles por la noche realizamos en la Sala de Juegos del Predio de AFA en Ezeiza una dinámica grupal

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donde los futbolistas debían definir en una palabra, en un papel adhesivo, qué significaba para ellos la altura. Esa dinámica disparó el taller sobre los miedos. Pusimos todos los papeles en el pizarrón y los separamos en positivos y negativos. Dejamos bien claro que allí sacábamos los miedos y ansiedades, y allí morirían esa noche, una vez verbalizados y trabajados. Preparamos unas láminas con frases que presentamos con Po­ werPoint durante el taller. Sugerimos que estuviera todo el cuer­ po técnico y médico en esta reunión. Y la reunión la condujo José. Los jugadores se fueron soltando. La mitad había trabajado en los Juveniles de AFA en lo psicológico y la otra mitad, nunca. Adver­ timos al entrenador que si bien todo se mide por rendimiento-resultado, el logro del taller iba un poco más allá del resultado. Argentina triunfó 2 a 1. José había hablado de una oportunidad para la psicología del deporte, mientras preparábamos todo. Se trataba de apropiamos de algo que venía favorecido del lado del entrenador. Aplicamos las herramientas que consideramos nece­ sarias. La psicología del deporte ya había dado algunas respuestas. Pero el psicólogo nunca es tan decisivo, ni para el triunfo, ni para la derrota. Eso tiene que quedar claro. Para todos. ARGENTINA-BRASIL: UN MUY PEQUEÑO APORTE ANTES DEL MEJOR PARTIDO DE LA ERA El encuentro con Brasil en el 2005, fue sin dudas el mejor par­ tido de las eliminatorias, a la par del de Serbia y Montenegro en el Mundial. El equipo, con otros futbolistas en su mayoría, había perdido en la altura de Ecuador, sin atenuantes, antes de Brasil. José me había hecho preparar una charla para el enfrentamiento con Ecuador, de la que luego desistió. Ganándole a Brasil se con­ seguían dos cosas muy importantes: quitarle peso específico al úl­ timo campeón -mostrándole los dientes-, y ser el primero en cla­ sificar para el Mundial. Argentina logró los dos objetivos realizando un primer tiempo perfecto. Tres golpes de KO (goles) al poderoso en 45 minutos. Con un Román, un Lucho, un Saviola, un Sorín, un Mascherano y un Coloccini casi brillantes. Con Brasil, el aporte psicológico fue individual sobre dos juga­ dores. Uno era titular, el otro no. Como habían ido a cenar afuera,

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los esperé en el predio de Ezeiza, realicé la atención citada a esos dos futbolistas y dormí allí en la concentración con el cuerpo téc­ nico. Faltaban dos días para el gran encuentro.

EL PSICÓLOGO YA NO VIAJA... El estrés inherente a las competiciones deportivas y a las largas concentraciones, sazonadas con el sentimiento de extrañar a la fa­ milia, alguna lesión, cierto bajo rendimiento, alguna expulsión, etc., ameritan que el psicólogo esté allí, aunque la preparación más importante sea la previa, ya que allí es el entrenador quien debe poseer el protagonismo más absoluto. Se venía la Copa de las Confederaciones 2005, en Alemania. Era una situación ideal. Un año antes del Mundial. Participaban Brasil, Alemania y México. Modelaje, que le dicen. Ensayar situaciones, en­ frentar equipos y recorrer lugares que estarán allí un año después. Hubo un rumor, que llegó a mis oídos, de que el psicólogo depor­ tivo podía llegar a viajar. Paralelamente estaba el Mundial Sub 20 en Holanda. Nunca un equipo sudamericano había ganado en tierras europeas. Estába­ mos 4 a 4 con Brasil en títulos juveniles Sub 20. El equipo estaba a cargo de Francisco “Pancho” Ferraro, exce­ lente persona y entrenador muy reflexivo y capaz (ya había dirigi­ do con éxito en Deportivo Español, Colón y Gimnasia de Jujuy). Llegó elegido por José.

La preparación psicológica la hicimos igual que con José en el Mundial Sub 20 de Argentina en 2001, donde se obtuvo el primer lugar (ver “Preparación psicológica” en mi libro Alto Rendimien­ to, Psicología y Deporte) y con Hugo Tocalli en el mundial Sub 20 de Emiratos Arabes 2003 (cuarto lugar). Estábamos contratados para ello. Ferraro quiso llevar al psicólogo. Alguien le dijo que no. Lo de Alemania también se diluyó, ya que Gerardo Salorio, el principal defensor del área junto a José, tuvo que ir a Holanda a último momento como preparador físico principal. El perdió un poco de terreno en la Selección Mayor, y por ende el área psicoló­ gica también. Se realizó, finalmente a la distancia, entre Buenos Aires y Ho­ landa, el asesoramiento externo correspondiente al cuerpo técnico y el contacto con los futbolistas. Se logró el primer puesto luego de una derrota inicial con EE.UU. y críticas injustas y malintenciona­ das al entrenador. Se le ganó al último campeón sudamericano (Co­ lombia), al último campeón europeo (España), al último campeón mundial (Brasil) y al último campeón africano (Nigeria) en la final. Cuenta la leyenda que un alto directivo de la Federación Española fue a saludar al cuerpo técnico argentino luego de la derrota de su equipo. Y tras las felicitaciones por los cojones bien puestos, dijo que en su país sus muchachos estaban demasiado pendientes de arreglarse el pelito y del celular. Es verdad, pues tenían un equipo fortísimo. Cuando Holanda quedó afuera, más de un futbolista ar­ gentino manifestó su lástima en la prensa. Soñaban con jugar con­ tra el local y con toda la cancha en contra. Estaban entrenados pa­ ra eso, que sucedió contra Nigeria, la gente estaba en contra de Ar­ gentina, y Messi ejecutó los dos penales magistralmente bajo una insoportable silbatina. Los penales en la final se los hicieron a Messi y a Agüero, dos muchachos de 17 y 18 años. Los nuestros de­ cían que los rivales iban a la cancha con los hijos. Los nigerianos no parecían menores de veinte. Para nosotros fue el tetracampeonato mundial de juveniles Sub 20. Es lo único en lo que Brasil va perdiendo. Ferraro y Salorio mencionaron el trabajo psicológico en la pren­ sa. Ferraro en la TV con Alejandro Fantino; y Salorio en Fox, ape­ nas finalizado el partido, dialogando con Juan Pablo Varsky. El perfil bajo tenía doble mérito. Otra vez campeones del mundo. Otra vez la gloria. Parece fácil, pero nunca es fácil salir campeón. Nunca.

Cuándo Messi, Ustari y Zabaleta (también estaba Gago pero no bri­ lló), figuras de ese equipo, fueron su­ bidos a la Selección Mayor, se entre­ gó el perfil psicológico correspon­ diente de cada futbolista.

LA DEMANDA SE ESTRUCTURÓ CUANDO FALTABAN SEIS MESES Se aproximaba lo deseado. Faltaban sólo seis meses. Argentina ya se había clasificado sin sobresaltos y ahora el objetivo era otro. José se acercó a mi oficina de AFA, lindera con la de Rubén Moschela, luego de los amistosos frente a Inglaterra y Qatar. Me preguntó si lo podía ayudar a optimizar el rendimiento del grupo, construyendo primero un verdadero equipo. Le respondí que sí y le pregunté por qué ahora. Me comunicó sus razones. Empeza­ mos a trabajar en la “dificultad de no tener los jugadores”para en­ trenarlos. Diagramamos una estrategia para construir un equipo a la distancia, avanzando en su integración, pasando por las estacio­ nes plantel, grupo, hasta llegar a equipo. Mejoró entonces la comu­ nicación con sus dirigidos, teniendo en claro qué quería y cómo con­ seguirlo. Fortaleció su figura en los medios, dentro del cuerpo téc­ nico y con algunos futbolistas, al empezar a brindarles seguridades. Eran movimientos de jinete, muy sutiles. Era ayudarlo a pensar si­ tuaciones, a resolver alguna situación puntual, a tratar de llegar al Mundial de la mejor manera, maximizando virtudes y minimizan­ do debilidades, ayudarlo a potenciar los recursos de los que se dis­ ponía. No era terapia. No era personal. Era coaching. El coach ayu­ da al que lo busca a llegar a donde quiere llegar. La confianza esta­ ba intacta. Él es muy inteligente. Él sabe escuchar. En este país tan futbolero y exitista, ser entrenador de la Selec­ ción Mayor es como ser Ministro de Economía. Solo el Presidente de la Nación está por encima. Las presiones son “terribles” .

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LA AYUDA PUNTUAL CON ABBONDANZIERI El Pato es buena gente y superganador, obtuvo 14 títulos con Boca. Sin embargo, en la Selección las cosas no le salían como él quería. Después de la derrota contra Croacia el 1 de marzo de 2006, sobre la hora, varios medios se burlaban de él o pedían su ca­ beza. La prensa nunca lo trató muy bien en la Selección desde el va­ mos, como cuando Argentina fue derrotado por México en la Copa América 2004 y el titular de Olé fue “El Pato hizo agua”, para lue­ go aclarar que no reaccionó en la única que le patearon y México se llevó el triunfo. Su perfil no era sencillo por la edad, 33 años. Era similar a que un gerente muy estructurado de una empresa, busque cambiar a los 60 años. Nunca antes había recurrido a un psicólogo. Y ante el acoso de la prensa, al regreso del partido con Croacia, dijo sobre es­ te tema que su psicóloga era su familia, en especial su mujer. ¿Có­ mo ayudar a alguien que no quiere ser ayudado? Por sugerencia del entrenador que lo banco a muerte (otro en­ trenador más psicopático lo hubiese reemplazado), aceptó la ayu­ da. Lo podemos contar sin violar el secreto profesional ni la confi­ dencialidad, ya que él lo hizo público en varios medios. El mismo dijo estar sin confianza y con exceso de responsabilidad. Y sintien­ do las presiones externas, entre ellas la de la prensa. Intervine durante diez sesiones, de manera focalizada, de modo verbal y no verbal. Las intervenciones estuvieron ligadas a revisar su posición subjetiva frente a “El Mundial”, y a cómo quitarle ese peso excesivo que aumentaba sus miedos y autopresiones. En este proceso se logró neutralizar sus temores y controlar las presiones externas e internas, elevando así la autoconfianza y po­ sibilitando la dimensión del disfrute, para llegar a ser, según los es­ pecialistas, uno de los cinco futbolistas de mejor rendimiento del equipo en el Mundial. Fue un trabego en equipo. Cada uno puso su granito de arena y logramos quitarle “la mochila” que traía. Lo importante es que se soltó, dio lo mejor de él, el arco de la Selección ya no le pareció tan grande y pudo disfrutar ese deseado evento. Se lo merece. Trabajó muy duro para eso.

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¿Por qué tuvo un ^ 13! buen rendim iento en el Mundial, tres meses des­ pués del partido con Croacia?

IIPIbíí

f -¿En esos momentos dittclles te ayu­ dó charlar con el psicólogo del selec­ cionado, Marcelo Roifé?

A Tapa de Olé del 2 de marzo del 2006, luego del partido contra Croacia. En tono burlón el epígrafe decía: “En Boca agarraba todas y acá se le escapan hasta las más fáciles. ”

’ -Sí, me sirvió mucho. PorqueSstoyha­ ciendo cosas importantes en mi carrera y trabajando a muert» para responderles ■aBoca y a la selección. Seguramente no ine va a enseñar a pegarle mejor a la pe­ lota o a sacar con mis precisión del arco oa tirarme a sacar una pelota, pero es un aportemás. Ytodo suma: Soy unapersona muy responsable en mitrábalo y por eso me generó una presión muy partícula!'. Por eso trabajé con el psicólogo, ya que soy casi el único de la selección que está en ei país, y me hace muy bien charlar con'tlnBpersona y descargar muchas coS¿>.1¿1 rntbol argentino es uno de los me­ jores del mundo, perp también uno de los que más se sufren. El cansancio mental es algo muy común es los jugadores y w> es fácil convivir con ella

El hecho de que haya hecho públi­ co el aporte psi­ cológico en varios medios significa un avance para esta ciencia del deporte.

“Con Abbondanzieri se abusó de las críticas” Sergio Goycochea. el héroe del arco en Italia 90, defendió al guardavallas de Boca y admitió una preferencia por lux; le auguró un“futuro grande" a listar*

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ALEMANIA 2006

A 21 DÍAS DEL MUNDIAL

Fuente: Diario Clarín 19-05-06

Cime es el manojo interno y por tue no respondieron Las declaraciones de Julio Grondona respecto a la decisión de elegir a Oscar Ustari en vez de a Germán Lux como tercer arquero mundialista no cayeron bien en el cuerpo técnico de la Selec­ ción. Clarín intentó comunicarse con to­ dos los miembros del cuerpo técnico pe­ ro desde allí se prefirió el silenzio stampa para evitar polémicas. La decisión se tomó luego de varias consultas internas.

De eso no se habla. Tocalli, Pekerman y Lorenzo. Hubo acuerdo para no polemizar con Grondona (A. Gómez)

Grondona puso en tela de juicio las decisiones de la conducción de la Selec­ ción, un grupo que tiene un mapa in­ terno muy claro. La cabeza es José Pe­ kerman, Hugo Tocalli es el ayudante de campo y Ubaldo Fillol, el entrena­ dor de arqueros. La convocatoria de Ustari en lugar de Lux se dio por una fuerte posición de Tocalli y Fillol en el tema. Pekerman es un técnico amplio a la hora de escuchar pero que suele impo­ ner su decisión. Muy intuitivo, aunque con dudas como se dio en esta confor­ mación de la lista. Tocalli está muy metido en la táctica del equipo y prioriza el orden defensivo a la vez que Pe­ kerman se fija más en las variantes ofensivas. Los preparadores físicos son bien diferentes. Mientras Eduardo Urtazún está más pendiente de la preparación en sí con métodos innovadores y ejerci­ cios permanentes, Gerardo Salorio se

dedica más a la unión de todos. Punto clave a la hora de la convivencia de ca­ si 50 días. Es el nexo entre el plantel y el DT. Además de trabajos físicos, Salo­ rio ameniza las concentraciones. Néstor Lorenzo es el segundo ayu­ dante de campo. Y, a diferencia de lo que se dijo en un momento de que era hombre de Grondona, el ex defensor de la Selección argentina es bien conocido de Pekerman desde sus tiempos de ju­ gador. Lorenzo hace de espía y, por ejemplo, observó la Copa África y visi­ tó varios jugadores en Europa. A su vez, el psicólogo Marcelo Roffé está más en contacto con los juveniles. Pero como de los 23 elegidos, 16 pasa­ ron por juveniles a cargo del grupo de trabajo de Pekerman, su influencia si­ gue siendo fuerte. El único miembro sobreviviente de los tiempos de Marce­ lo Bielsa es Gabriel Wainer, quien ha­ ce los informes de los rivales mediante videos.

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A 24 días del mundial

Sigm und Pekerman El detrás de la lista: José se asesoró con el psicólogo antes de dar la comu­ nicación final. Entre los descartados hubo insultos y lágrimas. El sueño de Kun. ¿Y dónde estaba Cruz? p o r M A R C E L O S O T T IL E

[email protected] osé, antes de anunciar la lista, mo el DT no pidió hablar con él, man­ pidió turno con un psicólogo. tenía las chances... Como el Kun Consciente del shock que le provoca­ Agüero, que empezó a sonar sólo por ría ser el vocero obligado de más de el desconcierto de algunos medios en una frustración, se juntó para charlar vivo, y hasta escuchó el ofrecimiento con Marcelo Roffé, asesor externo de de un canal de TV para transmitir la Selección, y prepararse para el día desde su casa a la hora de la lista, que de la lista más importante de su vida. siguió ¡esperanzado! y en familia... El jugador 23 lo definió recién al Pasaban los llamados de la muer­ mediodía, entendiendo que la duda te y no rozaban a Julio Cruz. Más aún es el tiempo de los que piensan. A úl­ cuando a las 14:24, Duscher por fin timo momento deñnió sumar un sex­ pudo atender el teléfono (no le había to atacante (Cruz) y dejar afuera a respondido ni a sus amigos) y le ade­ un volante (Demichelis o Duscher), lantó a Olé que le habían cortado las la chance que adelantó Olé. Una vez piernas. Aunque el Jardinero mante­ que le puso número a su plantel, él nía la calma y el contacto con sus com­ solo empezó a llamar por teléfono a pinches de Inter. “Él es muy tranqui­ los futbolistas del staff que no iban a lo”, decía en su nombre su mujer, Loir a la Copa del Mundo. Así habló con rena, una hora antes de la lista. Zanetti, quien le cuestionó enterarse -¿Qué está haciendo él? antes por la prensa y que el encuen­ -Ya está por llegar. Llevó al nene tro no fuera cara a cara (“por teléfo­ a un cumpleaños, y ahora no se quie­ no es fácil, si él estuvo en Europa ha­ re venir... Lo quiere convencer, ja. ce muy poquito”, se le escapó). Escu­ chó el insulto de un sacado Samuel, a Cruz fue el último apellido. Pero quien no le importó la relación ante­ la controversia la trajo el penúltimo rior. El llanto de Demichelis. Y la elegido: Ustari. O en realidad, la ba­ tristeza en cadena de Duscher (se en­ ja de Lux. El viernes, Pekerman y cerró en una habitación lleno de im­ Tocalli se reunieron para mostrarle potencia), Santana y Diego Milito. la lista a Julio Grondona, con la idea En el llamado al hermano de Gaby se de rediscutir el tercer arquero. José dio una curiosidad: el delantero esta­ se inclinaba por Lux, “un talento”; su ba con Ponzio, quien se creyó que co­ mano derecha, el presidente de la

J

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AFA y Fillol le ponían los guantes a Ustari, considerado el mejor a futu­ ro. No era para una interna. De he­ cho, el sábado Pekerman lo definió y llamó a Poroto para reunirse al otro día en Ezeiza sin que supiera Gron­ dona. Allí, con los ojos vidriosos, le

comunicó su decisión. El uno. de Ri­ ver, que se creía adentro, no la en­ tendió. Y menos su representante, Néstor Sívori, quien insultó a Néstor Lorenzo, ayudante de José, mientras Lux descartaba la mano del psicólo­ go. Se lo dejaba todo a Pekerman... Fuente: Diario Olé 16-05-06

LLEGÓ LA LISTA DEFINITIVA Y ALGUNOS NO ESTABAN... Llegó el día de la lista. Se habló mucho de ella. Demasiado. Se subestimó a un entrenador de la calidad de José, diciendo desde altas esferas que se lo iba a controlar ya que por ahí se equivoca­ ba y ponía jugadores de rugby en vez de jugadores de fútbol... Ri­ dículo, ciertamente. Eso era peor que compararlo con un ex pre­ sidente lento y nefasto que tuvo nuestro país. De los excluidos, decididos específicamente por José Peker­ man en primer lugar y escuchando a Hugo Tocalli, Néstor Loren­ zo y Ubaldo Fillol, sólo uno estaba jugando en el país. Decidió lla­ marlo y comunicárselo personalmente. Eso es ser humano, según mi criterio. Cosa que en el fútbol profesional se perdió bastante. Como se sabía que el día lunes iban a estar los medios desde muy temprano, se citó a Germán Lux el domingo a las 21:30 hs. en Ezeiza. Allí estaba reunido el cuerpo técnico, desde más tem­ prano. Tocalli se retiró unos minutos antes de la reunión. En su reemplazo quedó Néstor Lorenzo, segundo ayudante. Salorio y Urtasun se retiraron ya que José así lo quería. Al igual que Fi­ llol, que tampoco estuvo. En mi caso llegué a la hora señalada. La reunión José-Germán acababa de iniciarse. En esa reunión yo no tenía que estar. Ade­ más, la reunión se adelantó por la suspensión del partido de Ri­ ver. La idea de que estuviera el psicólogo era a modo de conten­ ción post-reunión. Finalizó la reunión y bajó Germán. Le pregunté si quería que habláramos unos minutitos. Me dijo que no quería hablar con na­

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die, nos extendió la mano a Néstor Lorenzo y a mí, nos saludó edu­ cadamente y salió presuroso. Di dos pasos detrás de él y le pregun­ té si tenía quién lo lleve (por prevención de accidente, ya que esta­ ba lógicamente molesto). Ahí vi que subió a un auto del lado del acompañante y me quedé tranquilo. Fue muy dura para todos, en especial para José, esa decisión. Es sin dudas la parte más desagradable del rol del entrenador. A Fernando Morientes, ídolo de la afición española, ni Aragonés ni nadie del cuerpo técnico le explicó nada sobre su exclusión. Se en­ teró por la prensa.

El caso de Lux: “La decisión fue mía” No había demasiados temas pi­ cantes para abordar a José Pe­ kerman. Sólo uno: la ausencia en la lista de Germán Lux y sus derivaciones, que incluyeron declaraciones de Julio Grondo­ na diciendo que él hubiese cita­ do al arquero de River y tam­ bién las palabras de Diego Ma­ radona sentenciando que hubo una mano negra. ■ ¿Qué dijo el técnico de la Se­ lección Nacional? “Por ese solo caso vale la pena decir algo. No­ sotros nunca le prometimos na­ da a ninguno de los jugadores. Dijimos siempre que había cua­ tro arqueros, de los cuales que­ daban tres. Y co m o esto es competitivo íbamos a esperar el Fuente: D iario Clarín 16-05-06

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15 de mayo, que era cuando ter­ minaban los campeonatos, paira tomar la decisión”, respondió Pekerman. Agregó: "Los consideramos a todos muy parejos. La FIFA permite llevar tres arqueros y nunca hicimos nominaciones, simplemente que eran cuatro y tuvimos que elegir a tres. Fue una decisión técnica”. -J o s é , ¿ u sted c o n su ltó a l ' psicólogo para to m a r esta decisión? -Y o de. esto no quiero hablar más. Ustedes saben que acá se trabaja porque es fundamental para la contención de aquel que lo necesita. La decisión fue mía, personal.

Passarella reconoció que en 1998 dio la lista a los medios y lis­ to. No explicó nada. Se dijo mucho después que Lorenzo tenía intereses por su pa­ sado en una empresa de representación de jugadores, que el psicó­ logo llegó tarde a la reunión y que confeccionó un informe lapida­ rio... Goebbels, el jerarca nazi, decía: “Miente, miente, miente, que algo queda...” . En mi caso llamé a Germán tres veces cuando fue el suicidio de su hermano, dejé dos mensajes en el contestador y una me atendió él, pero estaba durmiendo la siesta. Quedamos en hablar en otro momento. No me devolvió ningún llamado. Tampoco estaba obligado a hacerlo. Mi relación con él había finalizado cuando acabó el Mundial 2001. Después de 64 años, River no tenía un jugador en la Selec­ ción Mayor. Por eso hubo tanto escándalo mediático. Para José era más fácil llevarlo, pero evaluó rendimientos. Y todos creen que Germán perdió el puesto con Ustari por cómo se dieron las cosas y la citación a la convivencia al Convento en España poco antes del Mundial, a la que Ustari no asistió ya que estaba jugando para In­ dependiente. En realidad, el puesto lo perdió con Franco. Ustari siempre fue del gusto de José. Y Lux había sido reemplazado en la semifinal y final del Mundial Juvenil 2001 por Willy Caballero. Y en la Copa de las Confederaciones 2005, su rendimiento no satis­ fizo al cuerpo técnico. José me pidió que en ese momento no saliera en los medios pe­ se a las barbaridades que se decían. Que ya habría tiempo a futuro para aclararlo. El algo dijo en la conferencia de prensa, a modo aclaratorio, que la decisión fue enteramente futbolística. Llegó ese momento. Hay periodistas muy buenos y otros que persiguen inte­ reses, claramente. En el año 2001 me echaron la culpa de la exclu­ sión de Lequi y de Rivero, y en este caso de la de Lux. Una parte del periodismo debe capacitarse y entender cuál es la función del psicólogo deportivo. Y para qué está y para qué no. Se evitarían mo­ mentos como estos. Es muy fácil cortar el hilo siempre por lo más delgado. Estuve punto de realizar juicios por calumnias e injurias. A los otros 20 futbolistas involucrados en el proceso que no es­ taban en la lista, José los llamó telefónicamente uno por uno el lu­ nes, hasta las 17 horas, la hora D. Admirable. El tiempo dimensionará ese acto, tan poco usual en el fútbol y tan común para José. Para imitar.

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LA PREGUNTA DEL MILLÓN: LOS EJEMPLOS DE ESPAÑA Y MÉXICO Alemania trabajó con un profesional especializado en psicología deportiva desde dos años antes del Mundial. Portugal fue asesora­ do externamente por Regina Brandáo, excelente colega que fue in­ vitada por nosotros a la Argentina en el marco de un congreso in­ ternacional que realizamos desde APDA y la UBA en marzo de 2004, con doce ponentes extranjeros. Regina asesoró a Felipe Scolari con Brasil en 2002 y luego lo hi­ zo con Portugal en el 2006. Mientras España contrataba a un psicólogo un mes y medio antes del Mundial, equivocando momento, deporte y cultura (lle­ gó como “apaga incendio”, nunca recomendable, desde un país como EE.UU. y del básquet, la NBA) y además recomendado por un familiar del entrenador, y confundiendo su rol. El psicólogo prometía en la prensa que España iba a pasar de octavos, donde quedó como casi siempre (en mi caso el Master lo realicé en ese querido país y es tan triste ver que habiendo tantos maestros allí, como Miguel Morilla, Alex García Mas, Ricardo de la Vega Mar­ cos y el “Chema” Buceta, entre otros, haya pasado lo que pasó). México llevaba un psicólogo que impuso la Federación, pero no estaba especializado en deporte y La Volpe no lo consultaba (no cree en los psicólogos, sí en las brujas). Argentina tenía en sus fi­ las a alguien que fue parte del proceso y se quedó acá (Roberto Perfumo, ex futbolista, psicólogo social y periodista lo dijo en la TV sin comprenderlo).

Fútbol ante el Mundial Entrevista: Leonard Zaichkowsky, psicólogo de la selección española

“La presión se suprime con gimnasia mental99 Diego Torres - Madrid El País - Deportes - 05-06-2006 “ Ser el m ejor del mundo es es­

que acompañarán a Luis Aragonés

tar al m ism o nivel que los cuatro

y a la selección española al M u n ­

mejores. La fe conduce al éxito y el

dial.

éxito a la fe .” “ Pensarem os antici­

kowsky viajó desde Estados Unidos

El

sábado

pasado,

Zaich ­

padam ente en los escenarios que

hasta Elche para reunirse con el

encontraremos y recrearemos si­

equipo por segunda vez en el últi­

tuaciones de com petición.”

m o mes. Después de 2 0 horas de

“L a historia no significa nada en

viaje, a este enemigo declarado de

térm inos científicos. Creer que nos

los entrenadores autoritarios no le

condiciona es una superstición.”

importó ponerse a hablar con este

“M uchos jugadores reciben estím u­

periódico acerca de su oficio con el

los contradictorios y se traum ati­

entusiasm o propio de los que pien­

zan. La perspectiva desde la banda

san “ en positivo”, ejercitan “ el op­

es distinta.”

tim ism o” como si fuera un m úscu­

c„.

“ E l fútbol americano es cada

lo y predican con el propio ejemplo.

vez m ás aburrido. Todo está previs­ to. Nadie hace nada sin la autoriza­ ción del técnico.” “ E l arm a del brasileño es la ale­

¿Cuál es su experiencia has­ ta ahora en el mundo del de­ porte?

gría. Si el cielo se te cae encima por

Fui jugador de hóckey sobre

un error es que te has autoim pues-

hielo. He sido entrenador de hóc­

to ese castigo.”

key sobre hielo y de baloncesto a nivel universitario. La psicología

La psicología del rendimiento es

m e ha permitido dedicarme a un

la especialidad del profesor Leo­

trabajo que abarca dos áreas que

nard Zaichkowsky (Alberta, Cana­

me gustan: la psicología y el depor­

dá, 1944) y la de su discípulo A n sel­

te. Como psicólogo del rendim ien­

m o Vicioso (Madrid, 1952). A m bos

to, he asistido al C om ité Olímpico

trabajan en la Universidad de Bos­

de Estados Unidos, a los Celtics de

ton y son las últim as incorporacio­

Boston, de la N B A , y a los Calgary

nes del cuerpo de colaboradores

Flames, de la N H L .

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PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA: LA CLAVE DE UN PROYECTO • EL CASO DE MASCHERANO ES EL CASO DE UN FUTBOLIS­ TA CON EL QUE EMPEZAMOS A TRABAJAR EN EL 2001 PRE­ VIO AL MUNDIAL SUB 17 DE TRINIDAD Y TOBAGO.

HASTA DETERMINADA EDAD ES MUCHO MÁS FÁCIL TRABAJAR Y LOGRAR COMPROMETERLOS, QUE CUANDO LOS FUTBOLISTAS YA ES­ TÁN CONSAGRADOS.

La pregunta que más me hicieron en mi vida, la pregunta del millón era: ¿Viajás a Alemania? (amigos, jugadores, familiares, pe­ riodistas). Considero que José tomó una decisión que le costó mucho. Pero que marca a las claras el momento actual de la psicología del de­ porte en el fútbol de este país y su disposición, resistencias y madu­ ración. Presumo que su lectura fue la siguiente: dos dirigentes resistían el rol desde mi contratación en el 2000 (no es personal, aunque lle­ gué a pensar en motivaciones de índole racista y más precisamente de origen antisemita para justificar tanto odio). También lo resis­ tían dos integrantes del cuerpo técnico y dos jugadores de peso. Además, habría unos 250 periodistas argentinos, cubriendo ca­ da entrenamiento y partido. Y muchos programas de TV y radio por “llenar”. Así como artículos de prensa escrita por escribir. Conclusión: yo le podía traer más conflictos que soluciones. Enton­ ces decidió dejarme acá y llamarme todas las veces que me necesi­ taran. No me exponían ni se exponían. Este pudo haber sido perfectamente el análisis de José. Quizás yo en su lugar hubiera hecho lo mismo, si tuviera la cabeza de un entrenador, su prudencia y su cautela.

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Tampoco hubo un grupo de jugadores que se plantara y dijera: “Nosotros lo necesitamos” . Sí me dijeron a mí, seis o siete jugadores, que era una lástima que yo no fuera y hasta lo grabaron en un video (por ejemplo, mi “amigo” Saviola). Alguien del cuerpo técnico, con deseos de que yo fuera, me sugirió que José me podía llevar a un hotel a 10 kilóme­ tros de la concentración. También pensé en ponerme la careta de Mickey Mouse o meterme en un tacho de basura y mirar por los agujeritos. Preservar la exposición es importante en este rol. Hay colegas que aún no lo entienden. Yo me sentía preparado. El tiempo dirá si José, con su habitual sabiduría, acertó o no.

INTERVENCIÓN DESDE BUENOS AIRES: ESTAR SIN ESTAR El contacto con el cuerpo técnico era vía e-mail y teléfono. Con los futbolistas era vía e-mail, chat y teléfono. Había futbolistas con los que hablaba más frecuentemente y con otros sólo por sugeren­ cia del entrenador (por alguna cuestión puntual). No eran la ma­ yoría. Antes y después de cada partido escribía y enviaba un e-mail para todo el equipo. Todos lo leían. Casi nadie lo respondía. Lo im­ portante era lo primero. La diferencia con los juveniles es que con los profesionales uno debe manejar mejor los tiempos, ya que el tiempo les escasea, no les alcanza, y además se debe cuidar las palabras, no decir una ni de menos ni de más. Se había trabajado en Buenos Aires más con el cuerpo técnico que con los futbolistas. En los últimos cuatro días en Ezeiza se trabajó con 12 de los 23 futbolistas en temas como las metas individuales. Inclusive varios aceptaron grabar testimonios para las universidades o empresas donde brindamos capacitación, confiando en que eso nunca sería difundido en los medios masivos. A minutos de subir al micro y antes de una charla de José, se le entregó personalmente a cada uno un CD realizado junto al cuer­ po técnico, con láminas y frases en PowerPoint, donde además es­ taba mi teléfono y el correo electrónico para los que no lo tenían.

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Uno solo se lo “olvidó” en Ezeiza, el resto lo llevó. Era diferente saber que tenían esa posibilidad de llamar, si la precisaban, a no tenerla. Cuando falleció el padre de Cufré se decidió que lo apoyara el psicólogo de la Roma. Cufré era uno de los futbolistas con los que nunca dialogué per­ sonalmente (sólo una vez grupalmente, antes de Bolivia en el par­ tido citado de las eliminatorias).

Más allá de los límites de una cancha Cristian Grosso

Varios de los equipos recurrieron a la colaboración de la psico­ logía durante los últimos tiempos; los jugadores y los DT reco­ nocen los beneficios

HERZOGENAURACH (De un en­ mó a una logística de trabajo que viado especial). Cuenta la historia comenzó hace 19 meses y se inten­ que una vez un jugador quedó in­ sificó en los últimos seis. ¿La mi­ consciente después de chocar con­ sión? Siempre bajo la supervisión tra un adversario y su entrenador de Pekerman, colaborar desde su no tuvo mejor idea que gritarles a disciplina en el entramado de un sus asistentes: “Díganle que es Pe­ grupo motivado y comprometido. Al­ lé y que vuelva al terreno de juego”. go así como un auxiliar invisible. La psicología y el fútbol durante Roffé, presidente de la Asociación años se han mirado con aprensión. de Psicología del Deporte Argentina La desconfianza aún no acaba, cla­ (APDA) trabaja en la AFA desde ro, pero al menos han comenzado a 2000, pero no acompañó a la dele­ acercarse. Que en los cuerpos téc­ gación a Alemania. De todos mo­ nicos cada vez más interdisciplina­ dos, se mantiene en contacto casi a rios aparezcan psicólogos ya no diario con el cuerpo técnico y los ju­ sorprende a nadie. V a partir de la gadores en el hotel HerzogsPark a amplitud conceptual de José Peker­ través del chat, el mail o la línea te­ man, la Argentina no escapa a esa lefónica. Su función resultó muy tendencia. Desde las etapas de ju­ provechosa, por ejemplo, con Ro­ veniles el entrenador decidió inte­ berto Abbondanzieri. El propio ar­ grar a su grupo de colaboradores al quero lo explicó: “La presencia del licenciado Marcelo Roffé. El se su­ psicólogo me ayudó mucho. Segu­

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ramente no va a enseñarme a pe­ garle mejor a la pelota o a tirarme a sacar una pelota, pero es un aporte más. Y todo suma. Soy una perso­ na muy responsable de mi trabajo y eso me genera una presión muy particular. Por eso trabajé con el psicólogo y me hizo muy bien char­ lar con una persona y descargar muchas cosas. El fútbol argentino es uno de los mejores del mundo, pero también uno de los que más se sufren. El cansancio mental es muy común entre los jugadores y no es fácil convivir con ello", explicó el N° 1 de la selección. Nadie va a ganar por contar con un psicólogo en la delegación. Eso está claro. Pero así como se busca pulir hasta los últimos detalles físicos o estraté­ gicos, cada vez cobra más fuerza que esta rama puede resultar un aliado adicional. Algunos equipos en este Mundial han aceptado la colaboración. Por ejemplo, España, que ahora atraviesa horas de desa­ sosiego, había recurrido a uno de los más prestigiosos especialistas norteamericanos en psicología de­ portiva, Leonard Zaichkowsky (tra­ bajó con atletas olímpicos y con el equipo de básquetbol Boston Cel­ tios), para intentar fortalecer la men­ talidad de sus futbolistas. “Estamos intentado cambiar la historia”, había anunciado Zaichkowsky, con rela­ ción a que España nunca más ha­ bía logrado pasar de los octavos de final desde la Copa de 1954. Pues tampoco fue en esta oportunidad. Está dicho, no hay garantías. La idea es colaborar para que aparez­ ca el máximo potencial de los futbo­

listas. Y todos los especialistas allí coinciden en que es determinante la unión del grupo, una materia que la Argentina se ha esmerado muy es­ pecialmente a través de su cuerpo técnico en aprobar. Después, hay miles de resortes que pueden dis­ pararse para cualquier lado. Jürgen Klinsmann ha decidido que la Mannschaft sea asistida por prime­ ra vez por un cuerpo de psicólogos. Tras el pobre paso por la Eurocopa 2004, cuando Alemania no ganó ni un solo partido con Rudi Vóller, Klinsi aprobó la contratación del doctor Hans-Dieter Hermann, que también había trabajado con el equipo germano de esquí. “Esta­ mos encantados de que esté aquí para ocuparse del lado psicológico de las cosas”, explicó Klinsmann. Y agregó: “Tiene mucha experiencia por haber trabajado con deportistas de alto nivel. Puede ayudarlos a su­ perar el estrés y a rentabilizar al máximo su rendimiento". Las pre­ siones de la localía son un tema que inquieta en Alemania. Siempre en busca de afirmar ia confianza y distender la coacción, los planteles de México y de Angola también pa­ saron por el Mundial con un depar­ tamento de psicología. Una prácti­ ca que también es usual en Portu­ gal, con el DT Luiz Felipe Scolari a la cabeza, que después de la muy gratificante experiencia que vivió en Corea-Japón, se trajo a Europa a la psicóloga brasileña Regina Brandáo, la misma que lo había acompañado en el camino hacia el penta. ¿Y Brasil? Para el DT Carlos Alberto Parreira también es un te­

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ma importante. El campeón del Palabras que describen mundo no cuenta aquí con un psi­ el sentir del grupo cólogo, pero sí hay frecuentes con­ sultas telefónicas con el licenciado Hay dos frases que quedaron Evandro Motta, que está en Brasil, muy instaladas y evidencian este y hasta con la mencionada Bran- espíritu solidario que invade al se­ dáo. Es más, Motta y Brandáo con­ leccionado. “Somos 23 hermanos”, feccionaron algunos videos motiva- dijo al principio del Mundial Juan cionales para Brasil. Hasta aquí, Pablo Sorin, el capitán. “La figura Parreira sólo les mostró uno de fue el equipo", coincidieron todos ellos a sus dirigidos. Pero tiene lis­ tras la goleada 6-0 ante Serbia y to el resto, por si acaso. Montenegro, por la segunda fecha del Grupo C. Fuente: D iario La Nación 29-06-06

VEINTISÉIS TOQUES: LA SÍNTESIS DEL FÚTBOL ASOCIADO Luego del debut contra un buen equipo como es Costa de Mar­ fil, al que había que ganarle para arrancar bien y “despejar” los miedos sociales del entorno sobre la “Zona de la Muerte”, llegó el primero de los dos europeos (un sorteo increíble): Serbia y Monte­ negro. Se había clasificado invicta en Europa, mandando a España al repechaje y recibiendo sólo un gol en 10 partidos. El gol de los 26 toques es un excelente ejemplo de comunicación intra-equipo. Y de la pelota como portadora de un mensaje. La contactaron nueve futbolistas (todos salvo Abbondanzieri y Burdisso) y algunos como Sorín, Riquelme y Maxi Rodríguez 3 ó 4 veces. Nunca un rival estuvo cerca de alcanzar el balón. Y además, pa­ ra embellecer más la jugada, en el epílogo, el taco de Crespo. Es verlo y emocionarse. La orquesta sonó increíble. Es muy difícil su­ perar eso. Según un periodista especializado, está entre los tres mejores goles de Argentina en un Mundial. El fútbol, según pude aprender, es eso: contagio, asociación, grupo primero y equipo después. Lás­ tima que muchos programas deportivos no lo pasen porque no se salió campeón....

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PENALES: OTRA FRUSTRACIÓN MÁS. Según lo escrito en mi segundo libro, Fútbol de presión, en el ca­ pítulo de los penales, allí hay azar pero también hay trabajo. Mien­ tras el arquero alemán Lehmann realizaba solitariamente ejercicios de respiración y relajación en un costado, previo a la ejecución, el ar­ quero argentino Franco estaba tenso y encima le hablaban todos. Mi presunción es que a Abbondanzieri, Klose lo lesionó a pro­ pósito, ya que ellos tenían estudiado perfectamente el tema de los penales. Vale como recordatorio que luego de que Stielike erró su disparo contra Francia en el Mundial de España ‘82, Alemania en lo sucesivo ejecutó 23 penales convirtiendo los 23. Para ponerle más condimento a esta presunción, cuenta la le­ yenda que el Pato, tirado en la camilla del vestuario, aún muerto de dolor ya que la pierna le quedó dormida cinco horas, adivinó a dónde iban a ir los cuatro penales que ejecutaron los alemanes. ¿Destino? ¿O cuidado del detalle con malicia por parte de los rivales? Luego vino el folklore mediático insoportable del papelito de Lehmann, como si eso fuera garantía de algo. Leo Franco atajó penales en el Atlético antes y después del Mun­ dial (incluso dos en un partido en varias ocasiones). Cambiasso ha­ bía ejecutado y convertido el decisivo en las Confederaciones, un año atrás, frente a México, y Ayala en el Mundial ‘98 frente a Inglaterra. Hay que hacer una gran diferencia que una vez me enseñó Mi­ guel Angel Tojo: una cosa es patearlo y otro convertirlo. Bebeto y Eto’o, entre otros, no se animaron ni a patearlos. Y son grandes ju­ gadores. En un seminario de capacitación que brindé hace un tiempo, el profesor Marcelo Lombardini me enseñó que en la final de la Copa del Mundo de 1994, en la definición Brasil-Italia por pe­ nales, Parreira dijo: “Los penales los patean Romario, ¿y quién más? ¡¡¡Levanten la mano!!!”. Y como nadie lo hizo, el liderazgo lo asumió Romario y dijo: “Lo pateas vos, vos, vos, vos y yo, y saldre­ mos campeones”. Y así fue. Luego el entrenador asumió que había decidido correrse de su rol, porque percibió que el liderazgo situacional en ese momento lo tenía “El chapulín” Romario. ¿Se tendrían que haber practicado más? ¿Tiene algún sentido practicar sin presión? ¿Hubiera aportado algo el entrenamiento ¿nental en visualización?

Preguntas sin respuestas. Ésta es una de las tantas cosas en las que nos faltó tiempo para desarrollar. José estaba seguro que Argentina ganaba durante el partido y lo dijo en la conferencia de prensa: “no habrá penales”.

INTERVENCIÓN ACOTADA: MEDIO VASO LLENO En este trabajo con la Selección Mayor, solamente aplicamos el 15% de la planificación y la metodología desarrollada con los equipos Sub 20 (ver pág. 264). De todas maneras, tenemos que ver el medio vaso lleno... Fuimos parte, aunque de manera parcial y externa, de un proceso que duró 19 meses y que puso al fútbol ar­ gentino nuevamente en lo más alto de la consideración mundial. Con recambio generacional y renovación incluida. En este país, si no sos campeón, nada sirve. Pero por el tiempo de trabajo (menos de la mitad de un proceso normal) salir quintos entre 32 equipos, luego de haber quedado afuera en primera ron­ da en el Mundial anterior, no es poco. Además dejamos el Mundial invictos y con actuaciones o pasajes con estilo y sello argentino, por momentos convincente. Javier Mascherano, a quien aprecio y admiro mucho, se refirió a cuatro metas, de las cuales se cumplieron tres y se estuvo a 10 minutos de alcanzar las cuatro, lo que hubiese sido redondo: 1) ar­ mar un buen equipo y grupo; 2) pasar la primera ronda; 3) jugar un fútbol que nos identifique; y 4) estar entre los cuatro primeros. Por poco no se alcanzó el último objetivo. Esto es alto rendimien­ to. Enfrente estaba el local y favorito. Y Argentina fue levemente superior, pero no lo pudo definir. Y el gigante despertó. Por histo­ ria. Y forzó el alargue y luego los penales. Una verdadera lástima. Una gran frustración. Pero la gente aprendió a valorar otras cosas además del frío resultado. El recibimiento en Ezeiza a la llegada de la mitad del equipo y del cuerpo técnico fue emocionante. Nadie me lo contó. Lo viví en el micro en el trayecto desde el aeropuerto hasta el predio. No se podía avanzar de tanta gente. Los jugadores no se esperaban esa demostración tan sincera de afecto. El equipo había dejado cosas. Aun en un país como el nuestro, en el cual al que gana se le ponen más adjetivos de los merecidos y al que pier­ de lo mismo, pero en sentido opuesto.

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Que la psicología del deporte haya aportado algún granito de are­ na a una selección nacional de fútbol por primera vez en su historia es para valorarlo. Ciertamente, así lo deberíamos considerar todos los que estamos en esta disciplina, más allá de nuestras diferencias.

¿EL DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA DEPORTIVA? NO ESTÁ MÁS, DESAPARECIÓ... Después de 74 meses se “abolió” el Departamento de Psicología Deportiva de la Asociación del Fútbol Argentino. Está claro que te­ nía que ver con un proyecto, si bien arribamos promediando el mis­ mo. El líder y creador dio un paso al costado. Sus colaboradores más íntimos, salvo alguna excepción, también. Lo lamentable es tirar por la borda todo lo realizado. Costó mucho ganar ese espacio. Quedó la trabajadora social, la Lic. Braceo, y se incorporó un tiempo antes una psicóloga deportiva, la Lic. Casarico, para traba­ jar sólo con los árbitros profesionales. Un joven Sub 17 decía con razón que nadie les preguntó si querían que siguiera funcionando el Departamento de Psicología o no. Todo lo que empieza tiene que terminar. Hay ciclos. Eso es lo que piensan ellos...

CONCLUSIONES Y PERSPECTIVAS “Con uno en muletas (por el Chori), un colorado (por Mauro Cetto) y un psicólogo se salió campeón igual. Se notaba que este equipo estaba para grandes cosas. ” (Frase de un integrante “cabulero” del cuerpo médico, después de la obtención del Mundial de 2001). Las perspectivas son buenas, pero falta tiempo y educación. Na­ die hubiese imaginado hace unos años que tres entrenadores gana­ dores y campeones como Daniel Alberto Passarella, Miguel Angel Russo y Américo Rubén Gallego harían terapia personal con un psicólogo clínico. Según dyeron públicamente, para que los ayude a manejar las presiones y el estrés que sienten en ese difícil rol. O que Jorge Burruchaga apoye que sus jugadores recurran a esa ayuda de manera individual si la necesitaban, porque él la necesitó por temas personales muy delicados y le sirvió. 283

Pero la realidad es que si le preguntan a cualquiera de los cua­ tro si tendrían un profesional dentro del cuerpo técnico, dirían cla­ ramente que no. Tres dirigen los equipos más importantes de aquí: River, Boca e Independiente, y el “Tolo” Gallego está en México. ¿Por qué? ¿Qué pasa? ¿Qué tenemos que cambiar? Hace 10 años decíamos que faltaban 10 años y hoy sostenemos lo mismo. El fútbol tiene que madurar, está tras la urgencia, tras lo mági­ co (brujas, cabalas, etc.). Cuesta que los dirigentes escuchen un pro­ yecto y crean en él. Cuesta encontrar dirigentes que hayan cursado la escuela de dirigentes en River o en el Club de Amigos. Deben ser menos del cinco por ciento. Y entonces a los dirigentes y a los entrenadores les cuesta enten­ der la ciencia y la planificación. Y cuesta encontrar colegas no me­ diáticos. Los hay pero son pocos. A eso apuntamos en la formación. Simeone se perfila como un entrenador diferente. Líder gana­ dor ya desde su época de jugador, si el Atlético de Madrid lo deja ir (será su próximo club), será el entrenador de la Selección Mayor en el 2010, aunque en fútbol nunca se sabe. No trabaja con psicó­ logo dentro de su equipo, pero apostaría que estudia psicología de­ portiva por cómo declara, por la im­ portancia que le da a los equipos y “Quedamos al “nosotros”, por el video “Un do­ mingo cualquiera” que pasó antes destrozados de enfrentar a Gimnasia y Esgrima por el Mundial” La Plata (7-0), en el campeonato Hay ciclos que se cumplen, que llegan a su que obtuvo Estudiantes en el 2006. final, que significan un adiós definitivo, de acabó k>que se daba, y asi le pasó a varios fut­ Las perspectivas son buenas en bolistas argentinos en el Mundial pasado. En cambio, pan Saviola habrá revancha en la medida en que nosotros nos equi­ Sudáfrica 2010. Y sin embargo, la cicatriz de voquemos menos, y que experien­ Alemania 2006 aún está ahi. presente -¿Qué te quedó del Mundial? cias como la de AFA (silenciosa, por -En lo personal me fui de Alemania con una alegría enorme por haber hecho un cierto), que marcó un antes y un buen Mundial, pero en lo colectivo me después en tanto proyecto, sean ca­ quedó la tristeza de haber perdido como se perdió. Nos quedamos destrozados mucho pitalizadas como corresponde por tiempo. Por eso decidí no mirar ningún vi­ deo mis del Mundial. Cuando las cocas son dirigentes y entrenadores. Intenta­ tan duras y tan dolorosas, trato de pasar la mos aportar algo, nada más ni nada página y listo. No le quiero dar mis vueltas. -A Pekerman aa la criticó no habar In­ menos que en la elite de la elite. cluido a Messi con Alemania. Y casi nadla reparó en qua vos, tampoco Jugaste ni un minuto. -Sí. pero no le reprocho nada a José. Con él siempre estará todo bien. Siempre le voy a agradecer todo lo que hizo por mi.

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Extracto de un reportaje a Javier Saviola. Fuente: D iario Clarín 29-01-07

Capítulo 16

Análisis psicológico del retiro de uno de los mejores futbolistas de los últimos años: Zinedine Zidane “Soy el custodio de tus ráfagas de odio” A n d r é s C a la m a r o

LAS “ LOCURAS” DEL GENIO ZIZOU

zazo de Zidane en este mun­ do globalizado, que en Fran­ cia hicieron una canción que fue un éxito rápidamente y circularon juegos y videos de Zidane por Internet, en la versión del cabezazo según los diferentes países de ma­ nera muy graciosa, exage­ rando el cabezazo según la cultura. Además, el progra­ ma más exitoso de TV para niños en Argentina, “Cien por ciento lucha” (que emula a Titanes en el Ring), tiene a un protagonista nacido en Ghana, la sensación africa­ na, como es Musambe Tutú. Cuando éste es interrogado por el periodista en un repor­ taje publicado en Internet acerca de si el cabezazo a lo Zidane lo hacía antes del Mundial responde:

Y Zizou se arrepintió un día. Zidane con­ do le preguntaron por qué Y fesó. Zizou habló en np revirtió su decisión, tiró: un documental del Canal Plus sobre la final del Mun­ dial de Alemania y allí de­ claró que irse del fútbol de la forma en que se fue, es lo peor que le pasó en su carrera. Y dice más: si no hubiera anunciado antes del torneo que largaba, ha­ bría seguido jugando para que su última imagen en una cancha no estuviera li­ gada al famoso cabezazo. "Habría seguido un año más. Dejar tras un inciden­ te así es muy duro porque llevaré esta experiencia du­ rante toda la vida*. Y cuan­

“ Debo.asumir lo que hice. No me arrepiento de gol­ pearlo, sí de que esa haya sido mi última imagen". ; En al documental, algu­ nos de sus compañeros no le perdonan el hecho. Sao nol dijo que cuando vio las imágenes por TV, sintió vergüenza, y Thuram fue más allá: "0 rio tiene justifi­ cación. No tuvo ninguna razón para hacerlo. SI dijéramos lo contrario nada me impediría mañana aga­ rrarme a puñetazos con el primero que me encuentre en la calle".

Fuente: Diario Olé 11-01-07

impacto so­ Fuecialtalqueelcausó el cabe­

Zidane w ampéama de habar coleado lo* botina».

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“No (sonríe)... Yo miraba mucho fútbol francés, y Zidane ha si­ do mi gran ídolo. Lo seguí hasta con el Real Madrid, y cuando vi lo que le hizo a Materazzi en el Mundial, pensé que podía ser una de mis tomas favoritas. Algunos pensaban que yo iba a morder a mis rivales... ¡No soy un caníbal!” . Hace muy poco tiempo, por estas tierras pampeanas y sudame­ ricanas, nadie se atrevía a discutir que Brasil era el candidato, que podía conformar tres equipos, que había que pensar del segundo puesto hacia abajo, etc. Y nadie daba como candidato a nada a Francia, con ocho legendarios y admirados sobrevivientes de la ob­ tención del título del mundo ante el mismo Brasil en forma cate­ górica, allá por 1998. Uno era banca-banca, como en el Mundial de 1950 y el otro punto-punto. Entre esos ocho artistas y gladiadores que por primera vez le dieran a su país un título mundial, que se le negara al gran Michel Platini1, se destacaba un muchacho ya casi calvo, que se destacara otrora en la Juventus y en el Real Madrid, admirador de Enzo Francescoli, de origen argelino, que fue clave con dos goles en la fi­ nal citada y que anunciara su retiro del fútbol activo, luego del Mundial de Alemania. Cuando Francia, luego de dos empates pobretones y un primer tiempo consecuente con lo antedicho frente a Togo, empezaba a despedirse del Mundial, reaccionó y convirtió en el segundo tiem­ po los dos goles necesarios para una clasificación agónica. Digna de un punto y no de alguien que es banca. Y con Zidane en la platea por dos tarjetas amarillas en dos partidos, igual que en el Mundial de Francia, donde su equipo casi queda afuera con Paraguay y él miraba desde la tribuna por haber pisado a un sorprendido futbo­ lista árabe. Otra vez, el equipo lo salvó primero a él. Luego vino España, que prometía jubilarlo desde los títulos sensacionalistas de sus diarios deportivos. Zizou dijo “presente”con su juego y un golazo, sellando a España como incapaz de pasar de oc­ tavos, aunque juegue mejor y aunque lleve un psicólogo de la NBA. Y Zidane declaró: “No, la jubilación no llegó esta noche, la aventu­ ra continúa...”.

1. Chamalidis, M. (2000) Splendeurs et m iséres des champions. Québec, VLB Editeur,

Canadá.

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Luego vino Brasil, el cuco, el mejor, el que estaba guardando energías para las instancias finales, según los especialistas. Y Zi­ zou dijo presente con el centro del gol del delantero francés Terry Henry y un juego deslumbrante, como no se había visto en actua­ ciones individuales hasta ahí, con semejante adversario enfrente. Luego vino Portugal, y su gol de penal con dos pasos muy sen­ cillos fue otra vez decisivo. Y la final llegó. La final y el final. Era el último acto. Su última sinfonía. Italia y su arquero, Buffon, admiraron su clase para picar el pe­ nal, ante los ojos del mundo. Habían transcurrido siete minutos. Nada más. Y él llevaba a Francia hacia la ansiada copa. Su cabeza­ zo verdadero, realizado a la pelota, ya empatados en uno, con des­ tino de red y de copa lo paró Buffon, en tiempo suplementario. Esa era la gloria, que casi lo besa en la boca. Y así como Van Gogh se cortó la oreja, Zidane, en su última ex­ posición en vida activa, le metió un cabezazo mortífero y fatal al provocador Materazzi. Impulso que lo expulsó del terreno de jue­ go, no de la historia grande ni de la premiación. Impulso que con­ tradecía lo que él había declarado días antes: “Tenemos un lema: debemos morir todos juntos” . Impulso que según Eduardo Galeano2 era el desafío “rebelde” que encontró el mejor para denunciar un Mundial opaco, previsi­ ble, feo, mezquino y cobarde: “¿Se puede reducir a un insulto, o a varios insultos, esta tragedia del ganador que elige ser perdedor, el astro que renuncia a la gloria cuando la está rozando con la ma­ no?... A medida que el campeonato avanzaba, se iba haciendo cada vez más claro que Zidane no era de este circo. Y sus artes de ma­ gia, su señorío, su melancólica elegancia, merecían el fracaso...” El insulto a su madre y a su hermana causó ese impulso del que el mundo hablará mucho tiempo. Su agente dijo que “no quería terminar de esa forma” . Podemos cortar la frase: “no quería ter­ minar...” ¿Se apuró en decir basta? ¿Hubiese pasado lo mismo si no era su último partido? Había antes de este hecho dos maneras de retirarse: una elegi­ da y otra sufrida3. Una como protagonista (“me retiro”) y otra co­ 2. Galeano, E. (2006) “El Mundial Zidane”, publicado en el diario Página/12. Buenos Aires, 16 de julio de 2006, pág. 20*21. 3. Roffé, M. (2000) Fútbol de presión (Capítulos 5 y 7). Buenos Aires, Lugar Editorial.

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mo víctima (“me retiraron” como le sucede al noventa por ciento de los futbolistas). Ahora hay una tercera que condensa a ambas. Alguien que eli­ ge irse pero que es echado... y encima ante el número más grande de televidentes de la historia del fútbol. Zizou mismo lo zanjó con una pregunta: “¿Es que creen ustedes que en una final de la Copa del Mundo, cuando estoy a diez minu­ tos del final de mi carrera, yo voy a hacer un gesto como ése por­ que a mí me causa placer?”4. Gesto que no le quitó méritos para ser el mejor de una Copa po­ bre en figuras, pero que nos deja la pregunta sobre el retiro del fut­ bolista, la jubilación temprana sin júbilo alguno, el final de una ca­ rrera riquísima a los 34 años, con 14 expulsiones, 12 directas, y de­ jando a Francia, al mundo y sobre todo a él mismo con la certeza de un auto-boicot inconsciente en la puerta de la gloria, y con el cierre de una carrera de manera opacada e injusta. Los que fraca­ san al triunfar, diría Sigmund Freud, igual que Ortega en el Mun-

¿Dos cabezazos al pecho es gol? Materazzi se comió otro gran frentazo a lo Zidane. ¿También sabía de dónde es la mamá de Delvecchio?

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Sólo un delirante podría ver a Gennaro Delvecchio y de­ tectar en su juego cosas del francés Zidane. Bueno: aun asombrándose hasta sí mifmpí; el italiano le ganó a lo imposible. Marco Materazzi ya se puede colgar otra estrella más en su pecho, parece, de mármol. Líder cómodo del torneo italiano, el Inter de los argentinos enfrenta* ba com o v is ita n te a la Sampdoria y el partido se hirvió bastante a los siete minutos del primer tiempo:

Julio César em bolsó un centro frontal y Delvecchio lo fue a buscar muy mal, de ¿ostadó, con un planchazo a la rodilla. Sorprendido y dolorido, ei arquero brasi­ leño terminó en el suelo, y ahí se alzó ei justiciero: apa­ rentemente estudioso del prontuario familiar de sus ri­ vales, Materazzi empezó a insultar ai hombre local y se reeditó su foto más famo­

sa. Veloz. Delvecchio se le­ vantó a Jo Ortega en Fran­ cia 98 y calzó el cabezazo en el pecho y el mentón del central del Inter. Lógico: roja. ¿Materazzi? Amarina. ¿0 partido? ¿Importa? Bue­ no: 2*0 para Inter. Titulares Burdiaso, Zanetti y Cembiasso. Crespo ingresó en el complemento. Pero la imagen, se ve, fue otra.

4. Neri, D. (2006) “El último adiós”, publicado en la revista digital efdeportes (www.efdeportes.com), en agosto de 2006.

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dial 1998. Expulsión y derrota. Pero más grave porque es una fi­ nal. Pero más leve porque nadie merece despedirse de lo que ama en su mejor momento y tan joven5. La roja del argentino Elizondo lo confinó al vestuario de don­ de no salió a recibir su medalla de segundo. Tal vez por vergüen­ za. Francia lo recibió con los brazos abiertos, como a los ídoloshumanos... El fútbol es así, injusto, como los penales que condenaron a Ar­ gentina y a Francia, los dos equipos que mejor jugaron al fútbol, como la vida misma, como el retiro del genio Zizou, decidido por él, decidido por su locura, decidido por una tarjeta roja. La aventura terminó y te vamos a extrañar, Zizou. Ponele la firma.

Otro cabezazo para Materazzi Marco Materazzi. como «n el Mundial de Alemania, tuM ó ayer un whawwn Esta vez, claro está, no ftM da Zloedlne Ztdane, ya retirado del fútbol. El agresor fue Gennaro Delvocchio, quien, M estilo Artel Ortega contra Van der Sar en Francia 98, dejó en el suelo al defensor y se fue expulsado.

5. Llaver, O. G. (1994) El minuto después, Buenos Aires, Plus Ultra.

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Destinos

“Si te interesaran otras cosas tanto como el fútbol, yo sería tan feliz...” le decía su madre una y otra vez incansablemente, pero él no le daba importancia. Sabía sí, que cada mes, cuando traía el boletín para que se lo firmaran debía soportar el pesado discurso de la madre que siem­ pre terminaba de la misma forma: “Pasás todas las santas tardes pateando de un lado al otro en vez de estudiar. Esto un día, se va a terminar...” El, era el menor de los siete hermanos. De cabellos negros que ocultaban sus oscuros ojos; flaco y alto para los diez años que te­ nía. En el barrio de Quilmes donde vivía con su familia era cono­ cido por todos como Luisito. Luisito tenía, en su habitación (que compartía con cuatro hermanos más), un póster enorme de su ído­ lo, que era la fuente de su energía. Su ídolo era Ricardo Bochini. Solía pasarse horas y horas pateando en el potrero del barrio. Su pasión por el fútbol lo hacía desaparecer también los sábados por la tarde: iba a ver a Quilmes a la cancha. Pegadito al alambra­ do miraba el partido y soñaba con el día que pudiese vestir esa ca­ miseta, jugar en esa cancha, con público, con una pelota profesio­ nal y tirar caños como “El Bocha”... ¡Si había recibido palizas, pobre Luisito! La madre le pegaba a él como alguna vez le había pegado a sus hermanos. Pero nada cambiaba su pasión. Ni siquiera el humilde origen de su familia en la que el resto de sus hermanos trabajaban sin excepción. El se salvaba, por ahora, por ser el menor, pero sobre todo porque su ma­ dre apostaba a su futuro con el estudio.

* Este cuento, escrito por el autor en 1988, es un homenaje al deseo de triunfar.

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Luisito soñaba con ganar un día mucha plata jugando al fútbol y sacar a toda su familia de esa casa de chapa en la que vivían. Aunque su padre siempre decía que el día menos pensado se mu­ darían gracias a la fortuna. Luis no creía en la diosa Fortuna, pero sí creía en su esfuerzo y en su sacrificio. Pasó el tiempo. A los catorce años llegó a su casa acompañado de un señor de bigotes. Golpeó la puerta de su madre y le dijo que le querían ha­ blar. Era para probarse en la sexta división de Quilmes. Su madre empezó a llorar y a gritar desconsolada. El lloró con ella y le dijo que no se iba a arrepentir. Que él confiaba en él. Que iba a llegar. Lo probaron y quedó. Dejó los estudios pese al dolor y la frustra­ ción de su madre que durante semanas no le dirigió la palabra. Entrenaba todos los días, hacía lo que le gustaba, era feliz. Su sonrisa, a partir de entonces, sólo desaparecería cuando ob­ servaba por uno de los agujeros de la chapa, cómo tarde, en la no­ che, su padre ebrio le pegaba a su querida madre. Sufría, pero a su vez se daba fuerzas para demostrar que Luis Gómez no era uno más de esa familia. Los años pasaban y así llegó la primera noviecita, la tercera divi­ sión y la triste noticia de que su hermana, la Choli, era prostituta. Jamás bajó los brazos. Si bien su entorno familiar lo perjudica­ ba, supo sacar fuerzas quién sabe de dónde, y en cada entrenamien­ to exigirse un poco más. En los partidos andaba bastante bien y el señor de bigotes que lo había llevado estaba orgulloso de él, lo mis­ mo que su novia. Siempre, antes de dormir, besaba el póster de su ídolo como un ritual y susurraba: "Ya falta poco, Luis, poco... ” Quilmes, el local, se medía con El Porvenir en un discreto par­ tido de mitad de tabla. Todo el partido le pidió a Dios poder entrar. Quería jugar en primera división y cumplir su sueño ante la mira­ da de su novia y de todo el barrio. El partido, sin goles, entraba en los últimos minutos y el técni­ co le tocó la espalda. Lo primero que se le cruzó por la cabeza fue­ ron las palabras de ese señor de bigotes que lo había llevado a pro­ bar: “Vas a triunfar, pibe”. Estaba tocando el cielo con sus manos. Se sacó el buzo rápidamente y antes de entrar a la cancha pensó en demostrarle a su padre que Luis Gómez iba a ser alguien.

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Imaginó, sin equivocarse, a su padre escuchando los partidos como todos los sábados. El siempre jugaba al Prode. Luis entró corriendo al campo de juego. Su padre verificaba la tarjeta con la botella en su mano. Tiro libre para Quilmes. Si ha­ bía escuchado bien tenía los trece puntos. Acomoda la pelota el nú­ mero diez y faltan tres minutos. “Se acaba la miseria ”, pensaba el viejo fuera de sí. Viene el centro. “Lo que esperé toda la vida ”, de­ cía el padre bajito. Saltan varios. “Nos mudaremos a un chalet”. Cabezazo. “No tendré que trabajar”. Gol. “Gooool de Quilmes.” “La reputamadrequeteparió”. Apagó la radio y la tiró, con fuerza, contra la pared. Los trece puntos se habían convertido en doce. A los cinco minutos su anciana esposa corrió a la pieza con la novedad, que le acababa de contar su vecina. “¡Cómo no me dijis­ te! Luisito hizo un gol, y nos lo dedicó recién por radio. Es famoso, viejo...” La botella cayó sobre la mesa y desparramó el vino que queda­ ba. El silencio se adueñó del ambiente. El viejo, boca abajo, con los ojos descentrados, nunca más se movió.

El infaltable partido de fútbol en el Club de Am igos con m otivo del Congreso organizado por APDA y la UBA en el 2004, fom entando la cohesión entre colegas (y el fútbol como vehículo).

Pablo Zabaleta, capitán del equipo A rgentino Sub 20, besando la Copa del Mundo 2005 en Holanda.

Junto a Luis Zubeldia, ex ju ga d or de Lanús y la Selección Juvenil Argentina, quien se retirara muy joven p or una lesión, hoy ayudante de campo de Ramón Cabrero en Lanús. Entrenador de gran futuro (UBA, 2005).

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Anexo al Capítulo 12

Sobre la violencia en el fútbol La conferencia transcripta en el Capítulo 12 de este libro fue dictada en 1998. ¿Ustedes piensan que algo cambió? Verdaderamente muy poco, por no decir nada. Así es nuestro país. De hecho, en diciembre del año 2006 tuve el honor de ser convocado por la Asociación de Ex Alumnos del Colegio Nacional de Buenos Aires a través de su presidenta, Alicia Muzio, para ex­ poner y debatir junto a dos especialistas como son el juez Víctor Perrota (el único que se animó a “parar” el fútbol en serio y mar­ có un clivaje) y el periodista y comunicador “Pato” Galván. Y ha­ blamos de estas mismas cosas. Noticias de ayer actualizadas. El jugador mendocino baleado por la policía. El choque de la barra de River en Asunción del Paraguay al enfrentar a la policía. Y el mé­ dico de la institución atendiendo a los heridos. El procesamiento a Rafael Di Zeo, jefe de la barra de Boca, por “tenencia de documen­ tos ajenos” y su protección política. Y como después visita enfer­ mos con los jugadores profesionales en un hospital y se deja foto­ grafiar con ellos. Cavenaghi, ex futbolista y goleador de River que va como hincha a ver a su ex club, protegido en la popular por un barrabrava que lo lleva en andas, involucrado en hechos de vio­ lencia. El desastre en la cancha de Morón, donde su hinchada no supo perder, saltó al campo y les robó y pegó a sus jugadores y a los rivales de Social Español. El triste caso de los barras de Gim­ nasia y Esgrima de la Plata, denunciados por la novia de un juga­ dor, donde los futbolistas eran amenazados: si no perdían (así per­ judicaban a su eterno rival, que podía salir campeón), les corta­ rían las piernas. Y los jugadores que hablaron de lo sucedido se tu­ vieron que ir del club. La suspensión de Boca-Racing por falta de seguridad. La novedad de jugar sin hinchada visitante, idea de Raúl Gámez, pero utilizada en situación de urgencia, que duró una fecha... Según una interesante nota de investigación que publicó el dia­ rio Clarín en su suplemento deportivo del martes 26 de diciembre de 2006, hubo cinco víctimas fatales que lamentar durante el año 2006 en Argentina, y se registraron 89 episodios graves en 1.834

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cotejos. Pero hubo un récord absoluto de partidos suspendidos: 33, mientras que en 2005 hubo 11 y en 2004 solamente 5. Fue la cifra ttiás alta de los últimos 7 años. El titular de la nota destacaba que en el año 2006 ganó la violencia y que las barrabravas se consoli­ daron. Y el prestigioso columnista del diario, Héctor Hugo Cardozo, titulaba su columna: “Es tiempo de actuar” . Las cámaras -millonarias- se crearon para controlar y no con­ trolan. La sociedad está cada vez más enferma y más violenta. Pensábamos que “Tiempos Violentos” era solo un film de Quentin Tarantino. Y el fútbol, que es una porción importante de esta so­ ciedad, amplifica todo en tanto y en cuanto su condición de caja de resonancia nacional y popular. En el debate citado, un asistente propuso que los dirigentes y jugadores den nombres en los medios y así se empiece a cambiar. ¿Es mejor ser ingenuo que resignado?, me pregunto. Al menos pro­ pone algo, ¿qué más se puede proponer que la educación? Hablamos de un contexto donde una madre le pega a una maes­ tra primaria porque no estaba conforme con la nota que le había puesto a su hijo, hasta dejarla inconsciente. De la impunidad del delito en nuestro país. Del pibe que mataron los patovicas del bo­ liche “La Casona” de Lanús. De cómo la droga rompió esquemas. De cómo España, que es un país del primer mundo, lidera el ranking de muertes domésticas de esposas a puñetazos por sus mari­ dos. Hablamos de que violencia es que le vaya mal al otro antes que bien a mí (nuevo enfoque del “hincha” argentino), o pregun­ tarle a tu hijo cuántos goles hizo antes que cómo la pasó. Habla­ mos de que el fútbol y el deporte no son ajenos a lo que pasa en la sociedad, una sociedad que no sabe perder, que no aprendió y que nos muestra un fenómeno tan complejo como éste, de múltiples causas. ¿Violencia no es tener más de 8.000 muertes por año evitables por accidentes de tránsito y que nadie haga nada? ¿Tan enfermos estamos? ¿Esto se soluciona poniendo más policías o educando, previniendo?

RECORTES DE PERIODICOS RELACIONADOS CON LA VIOLENCIA EN EL DEPORTE DEJO UN MUERTO UNA PELEA ENTRE LOS DE GODOY CRUZ

La batalla

de cada di

Fatal choque de barras en Mendoza

Jornada contra la violencia El lunes, en la Asociación de ex alumnos del Colegio Na cional Buenos Aires (Moreno 590) habrá una jornada do discusión sobre la violencia en el fútbol con la presencia del juez Víctor Perrota, el licenciado M arcelo Roffé (ex psicólogo responsable del Departamento do Solecclonos Juveniles de la AFA) y Pato Galván. La entrada ea Obre Fuente: Duiritt 014 Iti l'J ()(¡

Anexo del capítulo 14

Dos columnas publicadas en el diario Perfil (8 años después)

LAS CLAVES DE UN GRAN LÍDER (publicada en junio del 2006) José Pekerman es un gran líder que sabe armar equipoH verda­ deros que privilegian “el nosotros” por sobre el yo, que eitán muy motivados por la celeste y blanca. Y esa cooperación, solidaridad y motivación, con metas muy claras, se traduce enjuego asociado y colectivo donde no hay lugar para “salvadores”, donde s<< prioriza la estructura por sobre la individualidad, y donde todoH h«* sienten importantes jueguen o no. La síntesis de este mensaje es la humildad del equipo luego del 6 a 0 frente a Serbia, en un país extremadamente exitista, en ol que o no estamos para nada o noventa minutos después estamos para campeones del mundo. Y esa humildad quedó clara en Ibh de­ claraciones de los futbolistas: “la figura fue el equipo” , Tuve la dicha de ser llamado a trabajar por José y su equipo allá por mayo del 2000, a partir de la lectura de mi primor libro, Psi­ cología del jugador de fútbol, y con vistas al Mundial Sub 20 de Ar­ gentina 2001, que hoy tiene a cuatro de sus principales futbolistas en Alemania: Saviola, Maxi Rodríguez, Coloccini y Burdisso. Lo conozco muy bien y puedo destacar algunas de sus características más salientes: Perfil bqjo: se siente cómodo trabajando en lo que le gusta y evi­ ta llamar la atención o hacer declaraciones altisonantes. Racional y analítico: es inteligente y pensante, desmenuza ca­ da detalle. Equilibrio: nunca subestima a los rivales, siempre los valora y los respeta. Y mantiene el equilibrio en el triunfo así como en la derrota.

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Humilde: dicen que sólo los sabios lo son y José lo demuestra en cada actitud. Sabiduría: como ejemplo, el de Abbondanzieri. Luego de un par­ tido flojo frente a Croacia en marzo, lo banco, le sugirió ayuda psi­ cológica para resolver el tema de su confianza y del exceso de res­ ponsabilidad (este caso lo puedo mencionar porque el arquero lo dijo en varios medios) y hoy es titular y figura del equipo. Simple: para dar el mensaje a cada futbolista y comunicarle su misión. Humano: le importa el jugador como persona, lo que piensa y lo que siente. Prudente: nunca toma decisiones apresuradas. No tiene preferidos: no se “casa” con nadie, ningún jugador se siente con privilegios, y de esta manera obliga a todos a dar su má­ ximo esfuerzo. No cree tener todo el saber: sabe conformar un equipo mterdisciplinario” , sabe escuchar las otras disciplinas, seleccionar la in­ formación necesaria y tomar las mejores decisiones, reduciendo el margen de error. Experiencia: sabe aprender de lo que le pasa y capitalizarlo. Evita las polémicas: no le interesan porque no le aportan nada que lo enriquezca. No es demagógico ni exitista: por eso fue muy criticado por los medios, pero su honestidad, trabajo y proyecto, como éste de doce años en AFA, de semillas cosechadas en grande, se terminan impo­ niendo por capacidad. Plantea metas difíciles pero realistas: sabe cohesionar grupos y obtener de cada dirigido lo mejor que éste puede dar, lo más cer­ cano a su potencial. Visión y anticipación: como un gerente de empresa, la visión en macro de lo que vendrá a mediano y largo plazo termina siendo de­ terminante. Su inteligencia le da ventaja en este sentido y lo con­ vierten en una mosca “blanca” en este complejo mundo del fútbol. Inconformista: siempre quiere aprender y corregir errores, aun cuando le va bien. No se engaña con los logros. Sabe decir que NO: en determinadas situaciones, asume los ries­ gos y dice “NO” cuando era más fácil o cómodo decir “SI” . Un ejemplo, su negativa a la Selección Mayor en dos oportunidades porque aun no era su momento.

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Fair play: le importa el juego limpio y no ganar de cualquier ma­ nera. Tiene valores éticos que trasmite a sus dirigidos. M entalidad ganadora: es ganador y sabe cómo trasmitirlo a ju­ gadores y cuerpo técnico. En el libro llamado El líder del futuro de Hesselbein, Goldsmith & Beckhard, se remarca que los líderes sabían cuatro cosas senci­ llas: 1. La única definición de un líder es la de alguien que tiene segui­ dores. Algunos individuos son pensadores; otros, profetas. Am­ bos papeles son importantes y muy necesarios. Pero sin segui­ dores no puede haber líderes. 2. Un líder eficaz no es alguien a quien se le quiera o admire. Es alguien cuyos seguidores hacen lo que es debido. La popularidad no es liderazgo. Los resultados sí lo son. 3. Los líderes son muy visibles. Por consiguiente, establecen ejem­ plos. 4. El liderazgo no es rango, privilegios, títulos o dinero: es respon­ sabilidad. Me parece que tenemos un líder que sabe estas 4 cosas. Y no es poco. ¿Lo valoramos? ¿O lo haremos sólo si salimos campeones? N ota: este artículo fue escrito y publicado en el diario Perfil, antes del partido contra Ale­ m ania y después del triunfo sobre M éxico.

LIDERAR ES TAMBIÉN MOTIVAR Y COMUNICAR (publicada en octubre del 2006) Los entrenadores de fútbol profesional se empiezan a dar cuen­ ta de que si no se actualizan, si no innovan, si no buscan recursos que les ayuden a romper la monotonía y proponen otras formas al­ ternativas para que llegue su mensaje, están limitados. Motivación deriva de la palabra “movere” y esta significa movi­ miento. Cuando hablamos de motivación, hablamos de plantea­ miento de metas difíciles pero realistas. A los seres humanos nos atrae más lo difícil.

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En ese sentido el entrenador, al igual que el gerente en una em­ presa, debe funcionar como coach y poseer una visión y una misión para sus dirigidos. Pero como bien definía Tom Landry, haciéndo­ les hacer lo que no desean para poder alcanzar lo que desean. La utilización de filmes es un recurso que venimos utilizando hace tiempo en los asesoramientos en este deporte, y mucho antes en las empresas. “Segundo esfuerzo” y “El vuelo de las águilas” ya son como clá­ sicos. Y en los últimos años analizamos en nuestros cursos “Un do­ mingo cualquiera”, “Blue Chips”, “Duelo de titanes” y “Gladia­ dor”, entre otros, para trabajar el concepto de “juntos nos salva­ mos”, de pulgada a pulgada, para observar cómo un buen líder de­ be tener voces cortas pero concretas. Hay que aclarar que la palabra del entrenador es clave para los futbolistas, es la más escuchada. Además, él conserva la autoridad desde el momento en que es el que decide quién juega y quién no. En ese sentido, aprovechar el trabajo sobre la mente de los depor­ tistas (que en general no se entrena) parece ser un buen recurso. Igual que un juego o un cuento bien aplicados. Los jugadores lo que no quieren es escuchar siempre lo mismo. Los empleados de una empresa tampoco. Para terminar, decimos que la base es técnica, táctica y física. Y si bien la mente atraviesa las tres instancias, la búsqueda de incre­ mentar el rendimiento es válida solo con el trabajo previo de los aspectos anteriores. Esto no es mágico. La actitud del equipo se potencia con las estrategias psicológicas de los entrenadores, que deben entender que no se puede liderar sin motivar y sin comuni­ car. Nota: este artículo fue publicado en el diario Perfil a partir del video que pasó Simeone an­ tes del clásico de Estudiantes vs. Gimnasia de la Plata, y del cuento que contó Passarella en el entretiempo de River vs. Boca en el mismo torneo Apertura 2006. Los dos ganaron los clásicos.

302

EL PSICOLOGO DELA SELECCIONSUB 20

UNA OREJA

PARA LOS PIBES

So n adolescentes que recién están entrando al m undo adulto y se encuentran con fa­ ma, dinero, em ociones y también muchísim as presiones. Por eso, el cuerpo técnico

de la Selección Su b 20 decidió incorporar un psicólogo deportivo para trabajar con los jugadores. El hombre ae llama Marcelo Reffo, cultiva un perfil bajisimo y no quie­ re hablar con los m edios de su tarea. Viajó a Uruguay con el plantel -e s el primer via­ je al exterior que hace con el eeteocionado- y siguió e loe chicos desde la platea.

- w l a**

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Fuente: Diario Olé 14-08-2000 Los ju ven iles campeones en el 2001 llegaron a Alem ania en el 2006. Se trata de un proceso de trabajo.

Concentración en Ezeiza, horas previas al viaje rumbo a Alem ania 2006, ju n to a Saviola, Abbondanzieri, Coloccini y Maxi Rodríguez.

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Estrellas q u e se estrellan El caso de Ariel Ortega nos golpea a todos porque es ídolo y jugó en la Se­ lección Nacional. Y en el ambiente del fútbol siempre se supo de su enferme­ dad. Sucede que al haberla hecho pú­ blica todo se empieza a complicar. Y una recaída se lee como algo grave o se dramatiza sin saber el tipo de trata­ miento y los alcances que el mismo puede tener. La adicción al alcohol es una más de una larga lista de adicciones humanas que incluye las drogas, el trabajo, la computadora, etc. Pero cuidado: no cualquiera se vuelve adicto. Hay que tener una predisposición psíquica es­ tructural. Recuerdo el caso de Paul Gascoigne, el ídolo inglés, cuyo psicó­ logo había declarado que la mejor te­ rapia era jugar en ese caso. Desco­ nozco el tratamiento de Ortega. Si hay un equipo interdisciplinario con psi­ quiatra y psicólogo. Si se trabaja con la familia. Sería lo ideal. Pero en este caso particular hay que ver si convie­ ne que siga jugando o se indica una internación permanente o domiciliaria. La abstinencia es muy dura de sobre­ llevar por el adicto. En el caso de Ariel quizás se junte inconscientemente con el tema del retiro, para el cual el 90 por ciento de los futbolistas no es­ tán preparados y cuando la burbuja en la que viven se “rompe" o se está por

romper todo empieza a empeorar (re­ cordemos el triste caso del “Coyita" Gutiérrez, nueve de Vélez y Boca, víc­ tima fatal del alcohol). El alto rendimiento tiene un costado psicopatológico y en tanto negocio y eficacia, las demandas están, el exitismo también y la pregunta es: ¿cuánto se lo va esperar con lo que River lo pagó? (más que Montenegro). La hin­ chada quiere goles y títulos y el ser humano le importa poco... El fútbol como sistema es muy cruel y muchas veces se puede confundir con una “picadora de carne”. Está claro que el jugador no busca ob­ tener ningún beneficio en el rendi­ miento con su ingesta, no hay desho­ nestidad, y que su mayor felicidad es jugar al fútbol, pero también está claro que es un ser humano y como tal, es frágil y vulnerable y que son trata­ mientos largos y que requieren de buenos profesionales, voluntad del damnificado y mucha paciencia. Él quedó muy expuesto públicamente y hay un costo de la fama y el éxito que en estos casos, se termina pagando muy caro. En el fútbol sólo se vive la urgencia pero a Ariel hay que ayudarlo ahora, para no hipotecar su futuro como per­ sona. Articulo publicado en el D iario Olé 18-01-07

Ortega tuvo una recaída y deja la pretemporada El sábado había jugado bien ante Racing, luego dio un paso en falso y ayer faltó al entrenamiento. No descartan una internación. Fuente D iario Clarín 16-01-07

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CURSOS ON LINE QUE DICTA EL LIC. ROFFÉ A TRAVÉS DE LA REVISTA DIGITAL EFDEPORTES.COM Curso de Psicología y Fútbol

Dirigido a entrenadores, preparadores físicos, directivos, padres futbole­ ros, psicólogos, estudiantes de psicología, sociología, psicopedagogía. Son 8 unidades. Curso de Evaluación Psico-deportológica

Dirigido a psicólogos o estudiantes del último año de la carrera de Psi­ cología. Son 8 unidades y 30 técnicas para aplicar en el deporte. Curso de Liderazgo y trabajo en equipo Dirigido a entrenadores, gerentes, CEO’s, profesores, y todos aquellos que quieran incorporar conocimientos sobre este tema clave para la do­ cencia o la conducción. Son 4 unidades. Incluye dos DVD.

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y

Alto

R e n d i m i e n t o

305

ALGUNAS ASOCIACIONES, REVISTAS Y DIRECCIONES ÚTILES: ACERCA DE APDA: creada en 1992, esta asociación pionera fundada ori­ ginariamente como AMPD, fue la primera que se conformó con el objeti­ vo de reunir y formar profesionales en psicología aplicada al deporte. Es hoy reconocida como un referente que marca tendencia en el conocimien­ to y expansión de todo lo relacionado con el aspecto psicológico del depor­ tista tanto en programas amateurs como de elite. APDA mantiene activa y fluida relación con varias universidades, confe­ deraciones y asociaciones nacionales e internacionales, haciendo del in­ tercambio del saber y la investigación, un punto clave para el crecimien­ to de la psicología del deporte. Actualmente APDA capacita a 100 alumnos anualmente en los tres cur­ sos que dicta, organizando eventos permanentemente, que la posicionan a nivel académico, un paso adelante del resto, con profesionales que tra­ bajan en reconocidas instituciones, en el Centro Nacional de Alto Rendi­ miento Deportivo o que han conformado cuerpos técnicos de Selecciones Nacionales. APDA www.psicodeportes.com Asociación de Psicología del Depor­ te Argentina

RPD. REVISTA DE PSICOLOGÍA DEL DEPORTE [email protected] www.rpd-online.com

SOSUPE www.supde. org Sociedad Sudamericana de Psicolo­ gía del Deporte

RIPED. REVISTA IBEROAMERI­ CANA DE PSICOLOGÍA DEL EJERCICIO Y EL DEPORTE [email protected]

SIPD www.sipd.org Sociedad Iberoamericana de Psico­ logía del Deporte (SIPD)

DR. FRANCISCO GARCÍA UCHA (BITÁCORA) ucha.blogia.com

FEPD www.psicologiadeporte.org Federación Española de Psicología del Deporte CUADERNOS DE PSICOLOGÍA DEL DEPORTE [email protected] 306

ALTO RENDIMIENTO CAPACITACIÓN Y ASESORAMIENTO PARA EMPRESAS www.marceloroffe.com [email protected]

Referencias Bibliográficas A guilar, José M aría: “Técnicas de animación grupal”. Editorial Espacio, Ar­

gentina. A labarces, P., Di G iano, R. F rydenberg, J. (compiladores): "Deporte y socie­

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310

Granica, Buenos Aires (1972).

FÚTBOL DE PRESIÓN (2a edición) Psicología aplicada al deporte M arcelo Roffé

¿Cuál es el objetivo y la función del psicólogo especializa­ do en fútbol? Desarrollar e incentivar la motivación, la con­ fianza, la concentración, el control de presiones y la cohe­ sión grupal. La función del psicólogo es un eslabón más cíe la cadena del trabajo interdisciplinario. El autor advierte que la depresión es el efecto indeseado de un exceso de presión. Prólogo: Makis Chamalidis

□ MI HIJO EL CAMPEÓN (3a edición) Las presiones de los padres y el entorno M arcelo Roffé - Alfredo Fenili - Nely Gscafré

En el deporte, cuando los padres o los entrenadores están movidos por intereses como “Mi hijo el campeón”, los tiem­ pos y la evolución natural se aceleran y aparecen las pre­ siones o los dobles mensajes. Frente a esto, los autores proponen rescatar el verdadero sentido del deporte infantil y juvenil, es decir, que sea para los chicos, padres y entrenadores, un lugar de encuentro, de expresión y de crecimiento, donde competir sea un de­ safío y no un sufrimiento producto de presiones. Prólogo: José Pekerman

□ A LT O R E N D IM IE N T O (2a edidón)

Psicología y deporte Marcelo Roffé - Francisco G. Ucha (compiladores)

Los autores de este libro son un grupo de psicólogos reco­ nocidos y propulsores de la Psicología del Deporte en Ibe­ roamérica, donde han desarrollado experiencias en dife­ rentes ámbitos del deporte. La propia estructura del libro puede resultar sorprendente si atendemos los temas que son abordados. Desde la focalización en los aspectos psicológicos de determinados depor­ tes individuales y de equipo, hasta el entramado del doping, las lesiones, el bumout, los trastornos del dormir, el arbitra­ je y otros puntuales como la observación científica en com­ petencia y el asesoramiento “motivacional” a entrenadores. Prólogo: Sergio Vigil

3 11

Se terminó de imprimir en el mes de septiembre de 2008 en

Edili,

Castro 1860, Buenos Aires Argentina.

Universidad de Palermo y Profe­ sor Adjunto en la Universidad de Flores. Responsable docente en la Universidad Abierta Interamericana de la materia "Conducción de equipos de trabajo" para el Master en Psicología Organizacional. Colaborador científico de la revista efdeportes.com. Conferencista nacional e interna­ cional. Presidente de la Asocia­ ción de Psicología del Deporte Argentina (APDA) desde el año 2003. Responsable docente de cursos a preparadores físicos de Fútbol (APEFFA). Director de la Consultora Alto Rendimiento (www.marceloroffe.com) que brinda capacitación en empre­ sas. Docente invitado en los cursos anuales del CETRED (Dr. Avanzi), de la AATD y en la UCA. Columnista mensual de la revista japonesa Soccer Clinic. Asesor extemo del club Toluca de México (2007-2008). Actualmente asesora entrenado­ res y atiende jugadores profesio­ nales de fútbol, tenis, golf y otros deportes en el ámbito privado. Autor de los libros Fútbol de Presión, Mi hijo el campeón y Alto Rendimiento: Psicología y Deporte publicados por esta editorial y El texto de la mentali­ dad del futbolista editado exclu­ sivamente en japonés por la editorial Level Up Book.

P sicología/ | del jugador de fútb'i'l\

Tapa de la primera edición

“Con lo cabeza hecha pelota"

X

E sta

tercera

edición llega renovada y actualizada. Del cabezazo famoso del "Burrito" Ortega a Van der Sar (quien le reconoció a Facundo Sava, futbolista profesional y psicólogo social, que lo fue a buscar porque sabía que el argentino podía reaccionar) en la tapa de la primera edición al "histórico" cabe­ zazo de Zinedine Zidane en la final de la Copa del Mundo 2006: con la cabeza hecha pelota. Este libro incluye el análi­ sis psicológico de este nuevo cabezazo que superó al anterior, y su relación con el retiro de uno de los mejores futbolistas de la última década. También se incorporó la intervención psicológica del autor como asesor externo de la Selección Argentina dirigida por José Pekerman, que se retiró invicta de Alemania 2006. Además, este libro plantea, desde una perspectiva original, cómo trabaja un psicólogo en el fútbol, su metodología y campo de aplicación, aportando pruebas psicológicas específicas y analizando las resistencias del ambiente del fútbol con una investigación minu­ ciosa. Pero sobre todo, volcando en la obra algo que la mayoría esconde: el cómo. También se desarrolla el tema de la violencia en el fútbol y sus implicancias sociales. Roffé brinda su rica experiencia de 12 años en el fútbol de elite, construyendo un libro de palabras sencillas, pero sin perder rigurosi­ dad científica. Pueden leerlo estudiantes de psicología, psicólogos, padres, entrenadores, preparadores físicos, médicos, etcétera. Para destacar: el humor alusivo de Fontanarrosa, Caloi y Langer.

"En este libro, ustedes podrán disfrutar de un relato apasionado y apasionante. Con nombres propios y sin violar secretos profesionales." Juan Pablo Varsky ISBN 978-950-892-076-8

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