El tigre de la ansiedad Piensa en tus preocupaciones, ansiedades y miedos como si tuvieras un pequeño tigre mascota que está hambriento. El pequeño tigre vive contigo en casa. Aunque es sólo un bebe, asusto un poquito y piensas que puede morder. Por eso vas a la nevera y llevas algo de comida para que no te muerda. Así, al echarle algo de comida se mantiene callado mientras come y te deja un rato tranquilo. Pero a la vez va creciendo, así que la próxima vez que tenga hambre ya será un poco más grande y asustará un poquito más. Entonces vas de nuevo a la nevera a por más comida que darle. Y una y otra vez, todo el rato se repite la misma situación. El problema es que cuanto más le alimentas, más grande se hace y más te asusta. Y al final, aquel pequeño tigre se ha convertido en un tigre enorme al que tienes más miedo que nunca. Ahora continuamente vas a la nevera a por más comida y le alimentas una y otra vez, esperando que algún día se vaya y te deje de una vez en paz. Sin embargo el tigre no se va, sino que se hace mucho más grande, más hambriento y da mucho más miedo. Y entonces un día vas de nuevo caminando a la nevera, abres la puerta y tienes la nevera vacía. Ahora ya no ha nada para alimentar al tigre, nada…, excepto tú. Conclusión Cada vez que te peleas con tus preocupaciones, miedos, ansiedades o cualquier forma de dolor emocional o sensación física, alimentas al tigre y lo haces un poquito más grande. La dureza trae más dureza. A corto plazo puede que no parezca así, pero al largo plazo el pelearte con tu dolor emocional o físico alimenta al tigre y éste empieza a controlar tu vida. No tienes que dedicar tu vida a alimentar al tigre, deja de alimentarlo aceptando tu experiencia y siendo compasivo con ella. Sustituye el bloqueo, el pelearte con tu malestar y el deseo de que se vaya por compasión, amabilidad y recíbelo con agrado, así lograras que sea esa pequeña mascota inofensiva.