El laird de Stonehaven

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El Laird de Stoneheaven Connie Mason

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La profecía de MacArthur Según la leyenda, un hada con poderes extraordinarios nacerá cada cierto tiempo en el clan MacArthur. Será sanadora con el conocimiento y la capacidad de ayudar a los demás, pero su fuerza y resistencia deberán ser probados por los obstáculos. Si sobrevive a las duras pruebas del fuego, el agua y la piedra, siempre sera bendecida por Dios. El hada debe tener cuidado de no enamorarse, pues, si su amor no es correspondido, podría perder sus poderes. Mas si tuviera la suerte de encontrar a su verdadero amor y ser correspondida, sobrevivirá a cualquier problema y vivirá, junto a su amado, felices para siempre. Así proclama la leyenda. Prólogo Gairloch, Highlands, 1432 Estaba desnudo. Magnífica y descaradamente desnudo. Su cuerpo era perfecto, con hombros anchos, un pecho amplio y fuerte y costillas cinceladas. No podía apartar la mirada. Esta vagó sobre sus musculosos brazos, sus caderas delgadas, el vientre plano y las nalgas tensas, finalmente bajando por su ingle. Estaba totalmente erecto, su sexo sobresalía hacia arriba con valentía en medio de un remolino de rizos densos del color de un cuervo. Su mirada subió de golpe hasta la cara. Las sombras se desvanecieron, y por primera vez sus facciones le fueron reveladas. El suyo era un rostro atractivo, ahora endurecido por la lujuria. Mas ella se negó a mostrar miedo. A pesar de su cautela, la subyugo la excitante belleza masculina. Nada en él era habitual. Ni sus penetrantes ojos azules, ni sus labios generosos, ni el cabello oscuro con reflejos de fuego. Se acercó a la cama, ella se encogió aun a distancia. Sabía lo que quería. - No, por favor. - Sí, tengo que hacerlo -a pesar de que había llegado a ella muchas veces en el pasado jamás le había hablado antes, y el trueno de su voz profunda la sobresaltó. ¿Quién era él? - No puedo amarte - susurró. - Solo quiero tu amor. Él se sentó en la cama, atrayéndole hacia su cuerpo. Una sensación de ardor la consumía. Gritó pues el intenso calor era insoportable. Él le abrió las piernas con las rodillas dejándolas flexionadas. Se estremeció, pero él fue implacable en la búsqueda de su punto mas débil. Extendio los manos contra su pecho enorme, trató de empujarlo lejos. Pero sus dedos rozaron. . . nada. Se había ido. Pero quedaba su olor masculino, el recuerdo de la impresión en su cuerpo y en su mente. . . y el humo. Un grito salio de su garganta mientras las llamas se disparaban a su alrededor, olía a carne chamuscada y podía sentir su pelo en llamas. Rostros sin cuerpo bailaba

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más allá del anillo de fuego. Caras lascivas, rostros amenazantes, y otros asustados. Hombres, mujeres, niños, todos cantando: - Quemen a la bruja, quemen a la bruja. - ¡Blair, despierta! Estas soñando de nuevo. Blair MacArthur estaba feliz de poder despertar de una pesadilla repetitiva. Un sueño aterrador había invadido sus muchas horas de sueño desde que ella se había dado cuenta de sus poderes, pero esta vez fue diferente. Había visto su cara y escuchado su voz. - Yo estoy despierta, Alicia. - ¿Fue el mismo sueño? - Sí, pero esta vez le vi la cara. - ¿Lo reconoces? - Jamás le había visto antes – tomo las manos nudosas de Alicia - Algo está a punto de suceder. Puedo sentirlo. Rápido, consigue las velas y la bolsa de hierbas. - Oh, no, Blair, tu padre ha prohibido convocar a los espíritus. - Mis hechizos no han hecho daño a nadie - argumentó Blair - Mis poderes me los ha otorgado Dios. Soy tan fiel a las enseñanzas de la iglesia como tu. Negarlos seria un pecado. Por favor, Alicia, tengo que saber el papel que el hombre en mis sueños jugara en mi vida. La preocupación oscureció la frente de Alicia cuando trajo cuatro velas de la alacena. Blair había enrollado la alfombra cerca de la chimenea, revelando un círculo de tiza dibujado en el suelo de piedra. Respirando profundamente entró en el círculo. Alicia le entregó el saco de hierbas aromáticas. Luego colocaron las velas a lo largo del perímetro del círculo y las encendieron con un haz de leña de la hoguera. Inmediatamente la llama de una vela se puso roja, otra azul, y la tercera gris con un tono plata. La cuarta brillaba de un color púrpura intenso. Blair se alineó con la luna llena, visible a través de la ventana abierta, salpicada de las hierbas a sus pies gritando: - Espíritus, venid a mí, abran mis ojos y dejadme ver que me depara el futuro. A continuación, Blair invitó a los espíritus a adentrarse en su corazón y su mente, para revelarle lo desconocido, para interpretar sus sueños y dar a conocer a sus enemigos. Cerrando los ojos, respiró profundamente hasta que se convirtió en una de las fuerzas de la naturaleza y el universo. Gritó y se puso rígida cuando una oleada de energía entró en su cuerpo. Las cortinas de la ventana abierta y la falda de su camisón de lino revoloteaban sobre sus piernas delgadas, mas de pronto todo se quedó inmóvil y una visión se presento ante sus ojos. Lo vio. El hombre de sus sueños estaba ahí, grande y viril ante ella. Llevaba el tartán azul, verde y negro de Clan Campbell. Un aura de color rojo, el color de la guerra la sangre, se cernía sobre él. ¿Era guerrero? De pronto cambio de un tono rojo sangre al azul, el color del amor y la paz. - ¿Quién eres tú? -susurró. No obtuvo respuesta

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- ¿Estás en mi futuro? Él se limitó a sonreír. - No puedo amarte… me estas prohibido. Su sonrisa se burló de ella, su voz ponía en tela de juicio su razonamiento -¿En serio? Antes de que pudiera hacer más preguntas, la visión se desvaneció, reemplazada por la de su medio hermano Niall, el hombre destinado a convertirse en el laird del clan MacArthur cuando su padre moribundo exhalase su último suspiro. Su sonrisa maligna carecía de calidez y sinceridad. Se acercó de manera amenazante. Ella gritó, rompiendo el hechizo. - ¿Estáis bien, muchacha? -preguntó Alicia. Las velas se apagaron cuando Blair tropezó desde el círculo. - ¿Has visto algo? - El hombre de mis sueños es un Campbell. - Un aliado para los MacArthur - dijo Alicia con un suspiro de alivio - ¿Habéis visto algo más? - Mi hermano Niall. Intentaba hacerme daño. - Sí – asintió Alicia a sabiendas – Tu hermano no es una buena persona. - Debemos estar alertas, Alicia. Una vez que él sea el jefe. - Agg - maldijo Alicia entre dientes - Oigo voces airadas en la puerta. ¿Qué rayos están diciendo? Las dos mujeres corrieron a la ventana que daba a la puerta. La luna había desaparecido, reemplazada por un amanecer rojo sangre, y las voces que gritaban estaban cantando las palabras del sueño de Blair. - Quemen a la bruja, quemen a la bruja.

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Capítulo uno Torreón de Stonehaven, Tierras Altas de Escocia, 1432 - ¡Estas loco, Graeme! - reprendió Heath Campbell a el laird de Stonehaven - ¿Te casaras con la muchacha MacArthur. ¿Esque no habéis oído? Sé que llevas lejos mucho tiempo, luchando en Francia con Juana, la doncella de Orleáns, pero seguramente recuerdas la profecía de MacArthur. Se dice que la muchacha viene del país de las Hadas - bajó la voz hasta que apenas se oía el tintineo de los arneses de sus caballos - Algunos dicen que es una bruja. Las oscuras cejas Graeme se levantaron en posición obstinada. - Yo no creo en las brujas, primo. - Pues deberías - se quejó Heath. Graeme instó a su caballo a seguír hacia delante, hacia la torre Gairloch donde se encontraba Douglas MacArthur, jefe del clan MacArthur y un aliado de los Campbell. - Douglas MacArthur se está muriendo - dijo Graeme rotundamente – Y teme por la vida de su hija. No puedo ignorar su llamado. Lo menos que puedo hacer es hablar con él, quizás le puedo sugerir a otro para casarse con ella. Heath negó con la cabeza- Considero que no deberías considerar siquiera una boda con una mujer del país de las Hadas. - Pones demasiados oídos a los rumores – se burlo Graeme - Blair MacArthur es conocida por su habilidad para las curaciones. Se habla de otros poderes, pero no creeré en ellos hasta no verlo con mis propios ojos. - ¿Qué pasa con Juana la Doncella? ¿No poseía poderes antinaturales? Afirmó que su mandato de luchar provenía de Dios. Graeme miró a lo lejos donde el sol se levantaba para arrojar una luz roja sobre la tierra. Recordando el horrible destino de la joven a quien había luchado por proteger mas no había podido salvar de una muerte ardiente. Sus ojos azules se volvieron turbios endureciendo sus hermosos rasgos. - Juana era una verdadera santa. Realmente creía que Dios dirigió sus acciones. Murió mártir de su fe, no fue fácil para mi aceptar su destino. A mis ojos, ninguna mujer puede compararse con ella. Pero no esta mas y tengo la intención de obedecer la convocatoria de MacArthur. Salvó la vida de mi padre una vez, y se lo debo. Heath parpadeó consternado. - Entonces tienes la intención de casarte con la bruja. - Yo no diría eso, simplemente tengo la intención de escuchar a MacArthur. - Dicen que la chica tiene el pelo negro, cuerpo fibroso y una verruga en la punta de la nariz. - Basta ya primo - advirtió Graeme. - Puedo tomar mis propias decisiones. - Sí - dijo Heath con tristeza – Prueba de ello fue cuando tomaste la decisión de ir a combatir a tierra extranjera. - Es mejor que los ingleses centren su ejército en Francia que en Escocia. Hice lo 6

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que creí correcto. - Y descuidarse tus tierras. Por no hablar de la herida que sufriste a manos del Inglés. - El tío Stuart resultó ser más que capaz en mi ausencia. En cuanto a la herida, a su tiempo sanó. - Sigo insistiendo es que esto es una locura - suspiró Heath - No dudo que la bruja pueda lanzar un hechizo sobre vosotros. Graeme negó con la cabeza ante la superstición de su primo. Estaba demasiado cansado del mundo y era demasiado cínico para creer en maleficios o brujería. Había visto y hecho cosas en Francia que terminaron por acabar con su inocencia. Se había acostado con cortesanas, prostitutas consumadas y viudas solitarias. Había matado y mutilado a muchos enemigos en las batallas libradas en suelo extranjero, hasta que termino por encontrar algo tan sagrado, puro e inocente, en Juana la Doncella, la pobre muchacha que había encontrado una muerte violenta en las llamas. Después de su muerte, había regresado a Escocia intentando curar sus heridas, pero su recuerdo, aun seguía doliendo en su interior. La confianza en la humanidad ya no existía para él. Sólo Escocia, era real, y Stonehaven. A pesar de que había obedecido la urgente llamada de MacArthur, no se casaría con su hija si podía evitarlo. No había muerto la pasión en su interior por otra mujer. Se había jurado velar el resto de su vida por la causa de Juana con la intención de proteger las tierras altas de la amenaza inglesa. Cuando el castillo quedó a la vista, Graeme se detuvo, sorprendido al ver una turba bulliciosa agrupada fuera de la puerta. Sacó su espada, animando a sus acompañes a hacer lo mismo. - ¿Quiénes son esas personas? ¿Podéis oír lo que estás diciendo? - preguntó Heath. Graeme se movió con cautela. - Estad en guardia. - No son MacArthurs - señaló Heath - Algunos usan colores escoceses del clan de los MacKay. ¿Qué os parece que están haciendo? - No lo se, pero tengo la intención de averiguarlo - dijo Graeme, espoleando su caballo. Cuando llego lo suficientemente cerca para oír lo que decían, la sangre se heló en sus venas. - Quemen a la bruja, quemen a la bruja. Maldijo por lo bajo sumergiéndose entre los agitadores, aventando golpes en todas direcciones. - ¿Qué significa esto? - tronó. - ¡Es la bruja de Blair! - hablo un hombre irguiéndose con valentía. - Sus maleficios están causando estragos. - Sí - una mujer de rostro duro estuvo de acuerdo - Mi pequeña cayó enferma cuando ella lo miró. Esto es brujería. - Cuando ella pasó por mis campos, mis cosechas se marchitaron y murieron observó a un hombre mal vestido. - Mis vacas no dan leche - afirmó otro - La bruja no puede continuar aquí, viviendo entre gente buena y decente. - ¿Quiénes de ustedes son MacArthurs? - preguntó Graeme. El revuelo y miradas evasivas respondió a su pregunta. No había un MacArthur 7

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entre los denunciantes de Blair. ¿Quiénes eran? ¿Quién los había puesto en esto? ¿Por qué razón? - No existe la brujería - gritó Graeme - Volved a vuestras casas - No mientras esta bruja viva aun y pueda emitir sus maleficios - gritó un hombre Muerte a la bruja Graeme había visto y oído lo suficiente. El jefe MacArthur estaba en lo cierto. El peligro impregnaba el aire a su alrededor. Según todas las indicaciones, Blair MacArthur estaba en serios problemas. La pregunta era si los cargos en su contra tenían justificación. Graeme agitó su espada sobre su cabeza y gritó - ¡Fuera les digo! Si vuelvo a verles por aquí, mis hombres y yo acabaremos con ustedes La amenaza fue suficiente para que los acusadores de Blair huyeran. - ¿Pensáis que lo hicieron por si mismos? preguntó Heath. - Alguien los puso en esto, y tengo la intención de averiguar quién. Graeme golpeó la puerta con la empuñadura de su espada. - ¿Quién sois? preguntó el portero. - Graeme Campbell. Su Laird envió por mí. La puerta se abrió, admitiendo Graeme y sus guardias. - ¿Se ha ido los demás? - preguntó el portero, asomándose. - Sí, los he expulsado. ¿Dónde están los guardias del laird? El anciano dio un bufido de desprecio. - Niall se los llevó con él a Edimburgo, dejando tras de sí nada más que un puñado de campesinos para atender al anciano Laird y su hija - Cerró y atrancó la puerta. - Vamos hasta el castillo. Mi señor os espera. Su visita es todo lo que lo mantenía vivo. Graeme se deshizo de su sentimiento de aprensión mientras se acercaba a el castillo. Un muchacho corrió a tomar su caballo mientras desmontaba, y rápidamente subió las escaleras, mientras sus hombres seguían al muchacho a los establos. Un anciano que llevaba el plaid MacArthur abrió la puerta; su rostro se iluminó cuando reconoció la manta que Graeme Campbell llevaba. - ¿Sois Graeme Campbell? - Sí - dijo Graeme, pasando por encima del umbral – Su señor me está esperando. - Tomad asiento y descansad, mientras le avisamos que estáis aquí Graeme cruzó el amplio vestíbulo y se sentó en una silla junto a la chimenea. Una sirvienta apareció, empujando una taza de cuero llena de espuma de cerveza en su mano. - ¿Queréis un poco de güisqui mejor? - preguntó con timidez. - No, muchacha - dijo Graeme. En verdad que una gota del fuerte Whisky escocés le sentaría bien en el estómago después de su largo viaje, pero quería tener la mente clara cuando hablara con Douglas MacArthur. Graeme estaba terminando su cerveza cuando sus hombres entraron en la sala. De inmediato les ofrecieron jarras de cerveza y vasos de licor. Mas la situación seguía siendo tensa para Graeme, era más grave de lo que había sospechado. Con cautela, miró por encima del hombro, como si esperara encontrar a una bruja de nariz aguileña echándose sobre el. Maldijo para si sintiéndose un tonto, apuró el último trago. Los escoceses eran muy supersticiosos. Graeme recordó historias de un hombre llamado Jubertus que se suponía había asesinado a unos niños convirtiéndolos en 8

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polvo. Desde el polvo, los niños se convirtieron en demonios. De acuerdo con la iglesia, la brujería era una herejía y se castigaba con la hoguera. Por desgracia, el rey Jaime no había hecho nada para aliviar la histeria que rodeaba a la brujería. De hecho, parecía tener una fascinación enfermiza con esto y no sentía ningún remordimiento por la quema de brujas. Graeme MacArthur pensaba en Blair, y un escalofrío de temor corrió por su espina dorsal. - - El laird MacArthur está ansioso de veros - dijo Gavin a Graeme - Sígueme. Yo os llevaré con él – hablo arrancándolo de su pensamientos . - - No hay nadie más ansioso de verlo que yo. ¿Cómo está? - Débil, pero lúcido. Me temo que no durara mucho en este mundo. No hagáis mucho caso de mis palabras, pero las cosas van a cambiar mucho por aquí, una vez que Niall se convierta en Laird. Y no para bien. Hablaba con tal amargura que Graeme se puso de inmediato en guardia. Lo poco que sabía acerca de Niall MacArthur eran rumores. - Douglas se cansa rápidamente - advirtió Gavin mientras le guiaba hasta la escalera que llevaba al dormitorio del amo. - Voy a tratar de no cansarlo demasiado - dijo Graeme cuando Gavin abrió la puerta y se quedó a un lado. - Estaré aquí afuera se tenéis necesidad de mí - dijo Gavin. Graeme entró en la habitación. - - Cierra la puerta y acércate - exigió con voz débil. Graeme cerró la puerta y se acercó a la cama. - -Estoy aquí como vos lo solicitáistes, Laird MacArthur - Gracias, Graeme. He oído que habéis sido herido en Francia. Graeme apenas reconoció al hombre escuálido tendido en la cama. MacArthur era una mera sombra de sí mismo. Sus ojos hundidos y las mejillas ya tenía el aspecto de la muerte sobre ellos. - No fue nada - dijo Graeme - Una herida de lanza en el muslo, que ya sanó - sacó un banco a la cama. - ¿Habéis leído mi carta? – pregunto Douglas. - Sí . - ¿Es todo lo que vais a decir? ¿Solo responder sí o no? No me queda mucho tiempo en este mundo, y me gustaría ver a mi hija segura. Vos sois el único hombre lo suficientemente fuerte como para protegerla. Graeme considero mencionar su enfrentamiento en la puerta, pero decidió que sería mejor para la salud de Douglas no enterrase del peligro que corría su hija, se mantuvo callado. La contemplación silenciosa de Graeme parecía agitar Douglas. - Decid algo. Es bastante poco le que pido ¿No salve la vida de tu padre cuando éste fue detenido en 1425 acusado de haber apoyado el duque de Albany durante los años que el rey James lo tuvo prisionero? - Sí - reconoció Graeme – Y os estoy muy agradecido por ello. Pero lo que pedís es - Supongo que habéis oído el alboroto en la puerta cuando llegasteis – interrumpio Douglas – Nada de eso es verdad. Mi muchacha no es una bruja, es solo una sanadora. Un hada amada por los miembros de su clan por sus habilidades

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curativas - se levantó sobre un codo y se agarró el brazo de Graeme con una mano huesuda - Amo a mi hija, Graeme. No quiero que le hagan daño Graeme le obligo a recostarse - ¿Quién le haría daño si esta con los suyos? - Escucha con atención, Graeme, porque el tiempo se acorta. Es necesario que desposéis a Blair y te la lleves antes del regreso de Niall. He establecido una generosa dote para ella, y todo esto será tuyo, incluidas las tierras en la isla de Skye. Graeme frunció el ceño. - ¿Estáis diciendo que Niall desea hacer daño a Blair? - Sí. Esta celoso de su hermana y teme a sus poderes. Por mucho que me duela decirlo, Niall no es un buen hombre. La confusión oscureció la frente de Graeme. - ¿Cómo podría hacer daño Blair a Niall o McKay contra de sus deseos? - He estado enfermo durante mucho tiempo, y Niall ha ido poco a poco usurpando mi autoridad. Se gano la lealtad de mi guardia cuando se dieron cuenta que estaba en mi lecho de muerte. - ¿Qué tiene que ver MacKay en todo esto? - Niall ha formado una alianza con MacKay. No estoy seguro pero creo que MacKay quiere a Blair por sus poderes. Con su ayuda pretende convertirse en el jefe más poderoso de las Tierras Altas. Él la codicia por razones egoístas y no por la dulzura que habita en ella. Quiero un mejor destino para mi muchacha. - Lo siento, Douglas, pero no tengo ningún deseo de casarme. - No me digas no, Graeme - declaró Douglas – eres mi única esperanza de salvar a Blair. La respiración de Douglas fue tan dificultosa que Graeme temía que estuviera en peligro inminente de expirar. El color desapareció del rostro del anciano, y su rostro demacrado comenzó a temblar incontrolablemente. - Muy bien, Douglas, me casaré con tu hija - dijo Graeme, respetaba demasiado a MacArthur para negar su petición al morir. - Anunciaremos el compromiso, y en unos años nos casaremos El malestar de Douglas era palpable. - ¡No! ¡Es necesario casarse con ella ahora! Hoy mismo antes del regreso de Niall. Debéis estar debidamente casados y el matrimonio consumado de inmediato. Si Blair pretende protegerse de las maquinaciones de Niall, no debe haber ninguna duda sobre la legalidad del matrimonio. Una vez que Blair está casada y sea tu mujer, la puedes llevar a Stonehaven contigo. - ¿Blair quiere esto? ¿Está dispuesta a casarse con un desconocido? Al ver los párpados caídos Douglas. Graeme pensó que se había quedado dormido, hasta que abrió los ojos. - Blair es una chica testaruda, pero me va a obedecer. Vosotros sois conscientes de la Profecía, ¿Has oído hablar de ella? - Sí, lo he escuchado, pero no creo en las mujeres del país de las Hadas, ni en las brujas. - Hay una cosa más que debe saber acerca de Blair. Tiene miedo de enamorarse. Según la leyenda, perderá sus poderes si ama en vano, por lo que resistirá Graeme se sintió aliviado de que Blair no esperara más de él que su protección. Había entregado su corazón a Juana de Arco y todavía sufría por esa niña inocente que creía que Dios le habló. Dudaba de que alguna vez volvería a amar. 10

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- ¿Qué decís, Graeme Campbell? ¿Vais a casarse con mi muchacha y mantenerla a salvo? - Quizá deba hablar primero con su hija - hablo Graeme. - Os advierto - dijo Douglas con un grito de asombro dolido - no hay tiempo para vacilar. En el momento justo, Gavin apareció en la puerta. - ¿Queréis que vaya a buscar a la muchacha, Douglas? - Sí, Gavin, dile a Blair que venga a atenderme. Douglas volvió a caer sobre la almohada, con el rostro ceniciento. - ¿Por qué no te sana tu hija? - preguntó Graeme – Dices que es una sanadora, y vos estáis muy enfermo Douglas dirigió a Graeme una sonrisa triste. – Soy anciano y me he ganado el descanso eterno. Blair no hace milagros. La he visto curar una herida con solo tocarla, pero no hay cura para el cáncer dentro de mi estómago - suspiró y cerró los ojos - Mi único pesar es dejarla a merced de aquellos que desean hacerle daño. Es por eso que os he llamado a mi lecho de muerte, Graeme. ¿Vais a proteger a mi hija sea quien sea? La puerta se abrió. ¿Querías verme, padre? ¿Te duele? ¿Traigo algo para aliviar tu sufrimiento? Preparándose para su primera mirada a la mujer que llamaban bruja, Graeme se volvió para hacer frente a Blair MacArthur. Pidió en voz baja que no fuera tan fea como Stuart había descrito. ¿Podría ir a la cama con a una mujer de inusual belleza y olvidar su reputación como bruja? Graeme parpadeó, parpadeó otra vez, mirando bruscamente la visión junto a la puerta. La chica era delgada y delicada, con una calidad etérea. Un manto de pelo rubio plateado envolvía su forma delgada en el misterio. Vio que se acercaba a la cama. No caminaba como un simple mortal, flotaba. Su rostro no mostraba ni una sola mancha, ni una sola marca de brujería. Sus ojos eran del mismo color violeta que adornaba el páramos de los escoceses. Graeme se dio cuenta que tendría que buscar muy lejos para encontrar a una mujer tan hermosa como Blair MacArthur. Tenía la nariz recta y pequeña. Su mirada apreciativa se detuvo en sus altos pómulos, los labios generosos y la barbilla con un gesto terco antes de pasar a sus otros atributos. El vestido de color morado oscuro cubría su esbelta forma de pies a cabeza e hizo poco para disimular sus curvas femeninas. Blair MacArthur no era una hechicera escuálida. - Acércate, muchacha - ordeno Douglas, doblando un dedo huesudo hacia ella. Con una mirada de soslayo reconoció la presencia de Graeme cuando se acercó a la cama. - ¿Qué puedo hacer por vos señor? ¿Te duele? - No más de lo habitual, muchacha. Hay alguien aquí me gustaría que conocierais Blair se volvió para saludar a Graeme y se congeló. ¡Era él! El hombre de sus sueños, que poseía la misma vitalidad y la fuerza masculina como el amante en su visión. Sus cejas eran como alas oscuras que figuran por encima de los ojos azules como el mar, y el pelo negro visible debajo de su gorro tenía un brillo rojizo. Más alto que los MacArthurs, irradiaba poder y agilidad. Estaba rodeado de un aura de masculinidad y peligro. Sus manos eran grandes, y las piernas por debajo de la falda escocesa estaban en forma. En general, su masculinidad implacable 11

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era intimidante, pero aún así no podía apartar la mirada. - ¿Ella es Blair? - preguntó Graeme. - Sí, esta es mi muchacha. Blair, saluda a Graeme Campbell, tu futuro marido – refirió con orgullo. La sonrisa de Blair se disolvió en una mirada de asombro. - Padre, ¿qué has dicho? - Solo lo que cualquier buen padre haría - dijo Douglas - Graeme Hill, os mantendrá a salvo después de que me haya ido. No confió en que Niall cuide de ti – El corazón de Blair cayó a sus pies mientras lanzaba una mirada de reojo a Graeme Campbell. ¿Qué iba a esperar de ella como una mujer? No podía entregar mucho de si misma a ningún hombre. La profecía es clara. No podía amar, o amaría en vano. Ser sanadora era su vida y en esta no tenía cabida para un marido. Se volvió hacia Graeme. - ¿Esta usted de acuerdo con esto? Graeme se movió incómodo. - Le debo a su padre una gran deuda. Es lo menos que puedo hacer por él. - ¿Por qué no se casa con el entonces? - Yo podría decir lo mismo de ti - disparó Graeme espalda. - ¡Basta!- gruñó Douglas - ¿Vais a casarte con mi muchacha, Graeme Campbell? La barbilla obstinada de Blair se inclino hacia arriba. – No me casarse con Graeme Campbell. . . o con cualquier otro hombre. Douglas abrió la boca - ¿Prefieres a Donald MacKay? Quiero lo mejor para ti, Niall te ha prometido al laird MacKay. Un estremecimiento de repulsión recorrió a Blair. Ella sabía para qué la quería MacKay. Codiciaba sus poderes y la obligaría a utilizarlos con fines malignos. – No quiero a MacKay. No quiero a ningún hombre . Y especialmente no un hombre como Graeme Campbell. Todo sobre el la atraía. Era un hombre sin igual, un hombre que cualquier mujer podría amar. Pero la voz interior le advirtió que su corazón pertenecía a otra. ¿Podría casarse con Graeme Campbell, si no la amara? , se preguntó. Su alianza con el laid Campbell era el deseo de su padre. ¿Podría negar lo que pedía y tener paz después? Afortunadamente, no tenia que amar a Graeme Campbell. - Me gustaría hablar con Blair en privado antes de que decida - pidió Graeme, interrumpiendo sus pensamientos. - Sí, pero no aceptare una negativa -dijo Douglas - Blair tienes que valorar tu vida Graeme miro a Blair dirigiéndose hacia la puerta, al parecer esperando que ella le siguiera. Odiando su arrogancia, Blair fue tras el a terminar con esto de una vez por todas. - ¿Dónde podemos hablar? - preguntó Graeme. - Aquí - dijo Blair, empujando por delante de él para salir al pasillo y entrar en una alcoba. Graeme la siguió de cerca. Ella se volvió para enfrentarse a él. - ¿Qué es lo que deseas decirme y que no puede escuchar mi padre? - Sólo esto. Tu padre está muriendo, y teme el daño que vendrá sobre ti después de su muerte. Me ha pedido que me case contigo y estoy dispuesto a cumplir su petición - le envió una mirada desafiante. - ¿Has escuchado hablar de la profecía? - No es más que una leyenda. No creo en ellas, ni en espíritus o hadas. Tampoco 12

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te pido tu amor, si eso es lo que temes. Soy un hombre de amplia experiencia y no tendré dificultades para satisfacer mis necesidades. Si no deseas una relación íntima, entonces que así sea. No necesito un heredero. Tengo parientes en abundancia como para que puedan tomar mi lugar después de que me haya ido. Ella se estremeció. – Haces que esta alianza entre nosotros suene tan fría. - Estoy siendo práctico. - ¿Amas a otra? Graeme miró hacia otro lado, una nube de tristeza recayó en sus ojos.. -Sí, pero no en la forma que piensas. Mi amor es puro y verdadero. En un plano más elevado que el amor terrenal. Blair se preguntaba qué prodigio de mujer seria esa, mas rápidamente desestimó su pregunta. No quería saber. Si debía casarse con Graeme Campbell, cuanto menos supiera sobre su estado emocional, mejor. Sin embargo, no podía olvidar sus sueños. El era tan real. Tan real que cuando lo miró, su mirada parecía penetrar por encima de la ropa al cuerpo de su guerrero. Cerró los ojos y lo vio elevarse sobre ella erguido y listo. En sus sueños, ella le abría dado la bienvenida. El calor la envolvió, y un grito escapó de sus labios. La voz ronca de Graeme la arrancó de su visión. - ¿Estás bien, muchacha? Sus párpados se abrieron de golpe y lo vio mirándola fijamente, entornando los ojos con sospecha. - Sí, estoy bien. Graeme estudió el rostro de Blair con la intensidad - Tu padre dijo que tenías poderes curativos. ¿También tienes visiones? - su expresión se volvió severa. Antes de responder, te advierto que no permitiré cualquier incursión en la brujería. Una vez casados no asustaras a mis parientes con hechizos y tonterías. Podrás sanar sus males, pero no habrá nada mágico. Blair dio la vuelta. - Quizá tengo que pensar en mis posibilidades con MacKay. Aunque estoy totalmente dispuesta a entenderlo no quiero negar mis poderes, y hay veces que no puedo deshacerme de ellos cuando me visitan los espíritus Graeme le envió una mirada tensa. - Esa forma de hablar es peligrosa en estos tiempos. Blair se irguió en toda su estatura – No voy a negar quien soy, mis poderes no se utilizan con fines perversos. - Lo he dicho no habrá conjuros en Stonehaven sean buenos o no. ¿Volvemos con tu padre? Blair se negó. No conocía a Graeme Campbell. Su belleza exterior contrastaba con su carácter áspero. ¿Qué clase de marido podía ser? Le había prometido protegerla, pero a su manera. Tenía otro amor en su corazón y jamás la amaría. Pero eso era bueno ¿no? Saber que jamás la amaría le impediría perder su corazón. Debía prestar atención a la profecía. - - Bien, Graeme Campbell. Me casare contigo para que mi padre pueda morir en paz, pero no habrá intimidad entre nosotros - Graeme parecía mas divertido que decepcionado. - - Como quieras, muchacha. No tengo ningún problema al tomar una amante o dos. La idea de pensar en Graeme con otra mujer provocó una punzada desagradable en Blair. ¿Por qué me importa? Sabía muy poco sobre el laird Campbell. Solo lo 13

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que veía en sus sueños recurrentes. Y era más erótico que informativo. Por más que trató de negarlo, los espíritus lo habían proclamado su futuro. - Así sea - dijo Blair – Me caso contigo en mis términos, Graeme Campbell. - Me caso contigo para pagar una deuda a tu padre - contestó Graeme. Le ofreció su brazo - ¿Vamos a darle la buena noticia? Volvieron juntos a la habitación, donde les esperaba con ansiedad Douglas. - ¿Qué habéis acordado? - preguntó Douglas. - Aceptamos - anunció Graeme. - Lo sabía, que no iban a defraudarme - dijo Douglas – Por lo mismo he enviado a Gavin por el sacerdote. Debéis llevar a Blair con vos a Stonehaven inmediatamente después de la consumación. - ¿Consumación? - chillo Blair. - ¿Es necesario? - preguntó Graeme. - Sí. No debe haber ningún motivo para disolver el matrimonio. Nada debe ser dejado de al azar. Deben consumar sus votos inmediatamente después de la ceremonia. - ¡No! - exclamó Blair. - Debes obedecer, hija - insistió Douglas fijando su mirada en Graeme – Voy a confinar en ti, Graeme Campbell. ¿Cumplieras con tu deber de esposo? Graeme miró a Blair, conmovido por su belleza, sin embargo, incómodo con lo que era ella. Ni él ni Blair quería ese matrimonio, pero no tenía corazón para negarse a la petición del laird. - Voy a cumplir con mi deber, Douglas - estuvo de acuerdo – Me casare con tu hija, y la llevare a Stonehaven conmigo cuando me vaya. Juro que la protegeré con mi vida.

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Capítulo Dos Un discreto llamado a la puerta anunció al sacerdote. Graeme miro con gran asombro como el huesudo escocés llevaba el plaid MacArthur sobre su negra sotana diriguiendose a la cámara. Se fijo tambien en sus cabellos color de llama y la barba, parecía que los vikingos habian invadido sus tierras hacia mucho tiempo. - Gavin dijo que estaba todo listo - dijo el sacerdote con gran voz. - Gracias por venir, Lachlan. Graeme Campbell esta dispuesto a casarse - dijo Douglas - Pueden empezar Lachlan escudriñó el rostro de Graeme, y luego extendió la mano. – Soy el Padre Lachlan MacArthur. ¿ Habéis acordado casaros con Blair? -Sí- contestó Graeme. - ¿Y tu Blair? ¿quieres casarte con Campbell? - Por supuesto que lo hara - replicó Douglas. Blair asintió con la cabeza bruscamente. Graeme pensó que parecía un ciervo atrapado buscando la manera de escapar. - Sí, me casare con Graeme Campbell. Como si fuera el momento justo, Gavin y una mujer mayor, que Graeme jamas habia visto antes entró en la cámara. El Padre comenzó el ritual que uniria para siempre a Graeme y Blair. La ceremonia fue breve. Cuestión de minutos nada más, dejando a Graeme con una extraña sensación en la boca del estómago. Blair no era la mujer de sus sueños. Sin embargo, era suya para protegerla hasta que la muerte los separase. - La consumacion - exclamó Douglas. - Sigue con la consumacion. Blair le dirigio al Padre Lachlan una mirada suplicante, pero no hizo caso de su muda súplica. - Tu padre tiene razon, muchacha. Es para tu propia protección. Campbell es tu esposo ahora, no debes avergonzarte por ello - Ahora puedo morir en paz - dijo Douglas instandolos a retirarse - Lachlan me acompañara en mis últimas horas. - Por favor padre,- sollozó Blair. - Déjame quedar contigo - No, hija. Mi alma está en paz ahora que sé que habéis de estar a salvo de las maquinaciones de Niall. Si todavía estoy vivo mañana, ven a decirme adios. Si ya he muerto, no llores demasiado por mi. He vivido una vida plena. Mis últimos votos son por tu felicidad, así que haz lo que digo, muchacha, y obecede a tu marido. En cuanto a ti Graeme Campbell, habla con mi administrador, el se encargará que la dote de Blair te sea transferida Sintiendo que Douglas estaba en el extremo de su resistencia, Graeme agarró el codo de Blair y la condujo fuera de la cámara. -¿Dónde esta tu habitacion? preguntó con voz ronca. - No pensaras hacerlo aholra mismo… mi padre se está muriendo y…y… Graeme se puso tenso. - ¡Es lo que tu padre quiere, Blair!. Hemos perdido demasiado tiempo ya. Si bien se había resignado a la suerte que su padre había elegido para ella, Blair se dio cuenta de que no podía escapar del hecho que ahora era la esposa de Graeme Campbell. A pesar de que habían acordado en privado que no intimarían su padre había frustrado sus intenciones imponiendo su voluntad sobre ellos. 15

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- Hare esto por mi padre, pero sólo por esta vez – insistió Blair - De acuerdo - dijo Graeme. – Aunque prefiero que mis mujeres estén dispuestas y ansiosas. Haciendo caso omiso de su observación Blair camino a lo largo de la galería y torcio por un largo pasillo. Deteniéndose ante una puerta cerrada, vaciló un momento antes de abrirla. - Dame un poco de tiempo. . . para prepararme - dijo Blair. Unos pasos deslizándose por el oscuro pasillo alertaron a Graeme, se giró en la dirección del sonido. - ¿Quién anda ahí? Echando un vistazo por encima del hombro de Graeme, Blair vio que Alicia se acercaba - ¡Es sólo Alicia, mi doncella! - He venido para ayudar a preparar a Blair. Déjadnos, Laird Campbell. Os ire a buscar cuando Blair este lista para vos - ¿Tienen un cuarto de baño? - preguntó Graeme. - Sí, más allá de la cocina. Pregunte a Gavin, él os lo mostrará - Sí, pues. Voy a darme un baño mientras espero por mi novia. - girando sobre sus talones, se alejó. - No es tan malo - cacareó Alicia cuando noto la expresión de pánico de Blair. – Es un buen mozo, grande y fuerte - ¿Crees que me importa eso? - exclamó Blair. -¿Te has olvidado de la profecía? No puedo dejar que Graeme Campbell entre en mi corazón. El ama a otra y nunca la olvidara. Tendre que endurecer mi corazón porque amar en vano traeria el fin de mis poderes. - Ay- se burlaba Alicia. -Eso no significa que no puedas disfrutar con el en la cama. Es un hombre viril. No esperes que viva como un monje - Lo sé. Le di permiso para tomar una amante, y él estuvo de acuerdo. Esta noche es por mi padre, porque él exigió una consumación, pero será la primera y última vez que voy a acostarme con Graeme Campbell. - Muchacha tonta - murmuró Alicia - Ven conmigo. Vamos a prepararte, no sea que tu marido se impaciente si llega y no estas lista Renovado por el baño, Graeme regresó a la sala y se sento en una silla delante de la chimenea. Cuando una criada se acercó, le solicito una jarra de wisky. Sentía la necesidad de algo más fuerte que cerveza antes de acostarse con una virgen rejega. Estaba mirando a las llamas, meditando acerca de su destino, cuando su primo Heath se unió a él. -¿Vas a casarse con la muchacha?- pregunto Heath mientras sacaba un banco al lado de Graeme. -Sí- contestó Graeme, renuente a decir más. Heath se quejó. - Och, es una vergüenza. ¿La habéis visto? ¿Es tan fea como dicen? Graeme suspiró y tomó otro sorbo de whisky, saboreando su suavidad cuando se deslizó por su garganta. - Se parece más a un ángel que a una bruja. - Es lo que me temía- suspiró Heath Te han embrujado. Es lo que hacen las brujas. Vayamonos ahora antes de que te arrastre mas profundo. - Mi señor, su esposa está esperando – informo Alicia mientras se acercaba a los dos hombres. - ¿Tu esposa? - jadeó Heath. – No me dijiste que te habías casado con la bruja. 16

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Graeme se levantó y se estiró, con una expresión sombría. – Tu consejo llega demasiado tarde, Heath. Mi novia me espera en el lecho nupcial. Impresionado por sus palabras, Heath se congeló con la boca abierta, cuando Graeme poco a poco se abrió paso desde el vestíbulo. Los sentimientos de Graeme fueron mixtos. Se había casado en contra de su mejor juicio para complacer a un hombre moribundo, y no esperaba nada del lecho numpcial. Blair dejó muy en claro su objeción a la intimidad entre ellos, y él sabía que no podría disfrutar al acostarse con ella en contra de su voluntad. No es que la encontrara repulsiva. Cualquier hombre en su sano juicio la querria en su cama. Era el hecho de que fuera una bruja lo que lo detenia, Blair misma confesó que poseía poderes. Pero el no era un hombre supersticioso, mas tenía que ser prudente. Graeme llego a la alcoba y se detuvo con la mano en el pestillo. Llamándose a sí mismo absurdo por dudar, abrió la puerta y entró. El día se había oscurecido con la tormenta, y la habitación era una profunda sombra, un recordatorio inquietante de con quien se había casado. Al principio no la veía. Cuando sus ojos se acostumbraron a la tenue iluminación, espió su posición cerca de la ventana, los brazos levantados, como si abrazara a alguien que no podía ver. Un escalofrío le recorrió la espalda. Ella debió haberlo escuchado, porque se dio la vuelta, y su visión lo dejo sin habla. Iba vestida con algo blanco, casi transparente. Sus brazos estaban desnudos, el pelo rubio detrás de sus hombros parecía un halo brillante alrededor de su cabeza. Era espectral y frágil, como si estuviera a punto de echar a volar. A medida que su apreciativa mirada vagaba libremente sobre su figura, sintió una clara agitación en la ingle. Blair MacArthur era muy femenina, y tenía curvas para demostrarlo. Bruja o no, no tendría problemas para hacer el amor con ella. Un zumbido se apodero de su cabeza, cuando sintió crecer su falo en toda su rigida longitud. Poco a poco avanzó hacia ella, encogiéndose cuando la vio alejarse de el -No debes temer Blair MacArthur. No te hare daño – la barbilla de Blair se alzo - No le temo a ningún hombre. La Profecía… - Olvída la Profecía. Estamos casados. El ultimo deseo de tu padre se debe cumplir. - le tendió la mano. - Ven a la cama, muchacha -. Evitando su mano, Blair se dezlizo cuidadosamente hacia la cama. Tocar a Graeme Campbell no era una buena idea. Sus sueños eran aún demasiado vivos, demasiado reales. Lo recordaba en sus visiones tan fuerte y viril, su cuerpo debajo de su ropa, ¿Cómo se sentiría en su interior? Tragó saliva. Esta era la realidad. Mucho más potente que sus sueños. Lo había visto en sus sueños y visiones tantas veces que sentía que ya lo conocía íntimamente, cada duro plano, cada musculo esculpido. Y ahí estaba el, excitante y peligroso. Sería tan fácil amarlo. Graeme miro a Blair subir a la cama con gran anticipación. Con impaciencia se quitó el chaleco y comenzó a desabrocharse la camisa, tirando ambas prendas en un banco cercano. Entonces empezó a desenrollar la tela escocesa. Como la mayoría de los Escoceses, no llevaba nada debajo, y cuando se la quitó la escucho jadear. Sabía que iba demasiado rápido para una doncella a quien había conocido apenas unas horas atrás, pero no era capaz de ayudarse a sí mismo. Ella desvió la mirada 17

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mientras se subía a la cama. - Blair, mírame-. Cuando ella se negó, la tomó de la barbilla y la volvió hacia él. – No debes ser tímida, muchacha. Si esta va a ser nuestra única vez, quiero que sea agradable para ti - se estiro a su lado. - Relajate. Antes de que ella se diera cuenta de lo que estaba diciendo, las palabras que había pronunciado en sus sueños se escaparon de sus labios. - No puedo amarte. - No estoy pidiendo tu amor Blair lo sabía. Él amaba a otra. -

Lo siento por ti, Graeme MacArthur. Quedaste atrapado en esta matrimonio por culpa de mi padre - Sin embargo, vamos a aprovechar lo mejor de este matrimonio una vez que pasemos la prueba de la consumacion ¿Entiendes por qué esto es necesario? Ella asintió con la cabeza bruscamente. sabía suficientemente bien lo que sucedería una vez que Niall se covirtiera en jefe del clan, pero el matrimonio con Graeme parecía una medida demasiado drástica. Sus visiones, sin embargo, le habían señalado claramente que tendría un futuro con el laird de los Campbell. Su pensamiento se detuvo de golpe, cuando Graeme suavemente comenzó a acariciar su piel retirando su camisola. - ¿Qué estás haciendo? Sus manos se detuvieron. -Quiero verte - ¿Es necesario? - Sólo estás retrasando lo inevitable. ¿No sabes nada sobre hacer el amor? Sabía cómo se sentía hacerlo con el - Lo suficiente. Estaba tan distraído, que fue apenas consciente de que había descubierto sus pechos. fue empujando la tela por sus caderas con su mano libre. Ella hizo un intento desesperado por coger el camison, pero se le escapó entre los dedos. Él lo levantó arrojándolo lejos sobre el montón de ropa desechada. Las manos de Graeme se movieron con lenta deliberación sobre el cuerpo de Blair, saboreando la sensación satinada de su piel, su cuerpo reaccionaba fuertemente a la mujer suave debajo de él. Ella lanzo un pequeño sonido inarticulado y se movio sin cesar. Él sonrió, consciente de que no era totalmente inmune a él. Su mente podía no estar dispuesta, pero la necesidad de su cuerpo era inconfundible. Había estado con suficientes mujeres en su vida, para reconocer el deseo. Su propia necesidad fue rápidamente en aumento. Era como si estuviera con alguien a quien había conocido íntimamente en el pasado. Pero, ¿cómo podia ser eso? Su piel debajo de sus

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dedos se estremeció, pero no sintió miedo en ella. Miró en el fascinante violeta de sus ojos y sintió una punzada de algo que pudo sólo describen como reconocimiento. Cuando ella se estremeció por debajo de sus manos, el pensamiento racional ceso. Conducido ahora por la cruda lujuria, bajó la cabeza y capturó un pezón rosado que parecía estar pidiendo su atención. Se amamanto con suavidad, su lengua lamiendo el capullo endurecido hasta que gritó y se empujó a sí misma más profundamente en su boca. A continuación, el impulso de besarla, superó todas las barreras. Su boca dejó su seno para capturar sus labios rojos y carnosos. Él gimió de placer en su boca, profundizando su beso cuando probo la dulzura de su interior con la lengua. Nada en su vida lo había preparado para Blair MacArthur. ¿Qué había sentido por Juana la doncella, un amor inocente, adoración? Mientras que con esta bruja que se retorcía debajo de él todo le sabia a misterio, oscuridad y secretos prohibidos. De repente su boca se aparto de las suya y levantó con la mirada fija en sus ojos. -¿Qué eres? - preguntó con voz ahogada. -¿Quién eres tú? Blair levantó la mirada hacia él notando su expresión aturdida - Sabes quién soy. - Quizá … pero quiero que me lo digas. Si vas a lanzar un hechizo sobre mí, muchacha, olvídalo. Seria en vano Blair quería que Graeme siguiera besándola y tocandola. Cuanto más tiempo demorara la consumación, mas complicado seria el proceso. Algo que había prometido evitar. No quería sentir placer. No quería sentir nada, pero Graeme Campbell lo hacia tan difícil. La sangre caliente se apoderó de ella, y su cuerpo vibro de necesidad al experimentar el placer que había encontrado con el en sus sueños. Pero en algún lugar profundo, escuchaba voces susurrantes advirtiendole del peligro, de poderes perdidos y dolor. Sin embargo, no podía prestar atención a esas voces, mientras Graeme la estaba besando, era prácticamente imposible. ¿Por qué no podía portarse egoísta como los demás hombres? ¿Por qué no le abria las piernas y la tomaba? No deseaba que su cuerpo la atromentara. Pero las palabras de Graeme sobre los hechizos la trajeron abruptamente a la realidad. Creía que era una bruja y se sentiría siempre así, no importaba cuanto lo negara. - No hago hechizos - explicó a la defensiva. - Soy una sanadora. Las personas que no me conocen me llaman bruja, pero no lo soy. Lo que hago no hace daño a nadie. Él murmuró algo que no entendía, y luego se apodero de nuevo de sus labios en un beso que destruyo sus sentidos. Llevado su mente a otra parte, no estaba preparada cuando él deslizó la mano entre sus piernas y le tocó íntimamente. Sintió que su cuerpo se hinchaba, llenándose de humedad, y 19

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gritó cuando inserto un dedo dentro de ella. Sus piernas temblaban y su cuerpo, literalmente, explotó con la sensación de su dedo moviéndose a fondo por el estrecho pasaje, preparándola para su entrada. - Abrete para mí, Blair. Blair resistió durante un momento, luego se dio cuenta de la inutilidad de sus reservas y dejo que le abriera las rodillas. Se acercó a ella, acomodando su duro miembro en la entrada de su cuerpo. Se sentía duro e hinchado en contra de su carne. . . y tan caliente. Ella se tensó un poco, preparándose para su invasion. Escuchó la conmoción en la puerta antes de que Graeme lo hiciera. Lo empujó en el pecho, pero él estaba tan concentrado en la consumación que tomó varios intentos desesperados ponerle sobre aviso antes de que notara a los visitantes no deseados. - ¿Quién es? - rugió tan fuerte que se escucho a través de la puerta cerrada. - Gavin, Laird Graeme. Tengo que hablar con vos- ¿Ahora? Por Dios, estoy con mi esposa - Lo siento, amigo, pero es importante - insistió Gavin. Blair ya se había bajado de la cama y se ponía la túnica. -Padre me necesita. Tengo que ir con él. - Graeme se envolvió su falda alrededor de la cintura y camino a la puerta. -¿Qué pasa?- Gruñó, no muy satisfecho por la interrupción. - El laird está muerto- dijo Gavin- Murió en paz. El padre Lachlan ertaba con él. - Padre- se atragantó Blair en un sollozo. Se abrió paso entre Graeme antes de que pudiera detenerla. La siguio de cerca El padre Lachlan estaba llevando a cabo los últimos ritos cuando llegaron al dormitorio de MacArthur. Blair se arrodilló junto a la cama, mientras que Douglas era ungido con el óleo sagrado y le colocaban monedas en los ojos. Cuando terminó, dio un paso atrás y coloco una mano consoladora en el hombro de Blair. - Las últimas palabras de Douglas fueron para ti y tu marido, muchacha. Insistió en que tu y Graeme debe dejar Gairloch de inmediato - ¿Ahora? - cuestionó Graeme. - Justo antes de que Douglas muriera - explicó Gavin - un mensajero de Niall llegó. El nuevo laird vuelve a casa mañana, y Douglas quiere que no esteis aqui - No puedo irme dejando a mi padre asi - exclamó Blair- Tengo drecho a estar con el -

Erael último deseo de tu padre - le recordó Lachlan. – Douglas no descansara en paz si hay peligro. Alicia ya ha sido avisada y os espera en la sala con el equpaje listo. Desea viajar con vosotros a Stonehaven, si el Laird Campbell no

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tiene ninguna objeción. - Estoy seguro que Alicia va a ser de gran consuelo para Blair - asintió Graeme. - Sí- estuvo de acuerdo Blair. -Tendré mucho gusto en que Alicia me acompañe. Sin embargo, no puedo marcharme hasta después del funeral de mi Padre - No es posible - dijo Graeme con firmeza. - Tienes que cumplir con su última voluntad, muchacha. Ella sacudió la cabeza, lo que provoco que una cascada de rizos dorados cayera sobre sus ojos. -No, es lo único que pido - Tendras tiempo de despedirte de tu padre antes de que nos vayamos. Hice una promesa a Douglas MacArthur y tengo la intención de mantenerla.

La tarde estaba cayendo en el momento que estuvieron listos para partir. Plagado por la impaciencia, Graeme abrió la puerta de la cámara y entró. Blair estaba arrodillada al lado de la cama de su padre, la cabeza inclinada, sus labios se movían en la oración silenciosa. - Ya es hora de salir, muchacha- dijo Graeme. Ella no dia ningún signo de haberle escuchado. Tomando el controlla levantó por un brazo y le dio vuelta hacia la puerta. -Vistete lo más rápidamente posible y reunete conmigo en la sala. Blair se trasladó inexpresivamente hacia la puerta, haciendo una pausa para mirar una vez mas por encima del hombro. Luego se apresuró a ir a su habitación. -Voy a enviar Alicia para ayudarte- dijo como despedida. Blair se sentó en el borde de su cama, incapaz de moverse o pensar más allá del hecho de que su padre había muerto y ella se veia obligada a abandonar el único hogar que había conocido, para vivir con un hombre del que sólo sabía por sus sueños y visiones. Había sabido a muy temprana edad era una mujer del país de las Hadas, incluso para entonces había percibido sus poderes y habla con los espíritus, pero no fue sino hasta los últimos meses que se había detectado un verdadero peligro para ella. No importaba lo que la gente pensaba, no era una bruja. A pesar de que había admitido invocar espíritus, era sólo para buenos propósitos. Hubo momentos en que usó sus poderes para sanar las heridas que no podia ser curadas por otros medios. ¿Cómo podría alguien acusarla de brujería cuando ella creía en el poder y bondad de Dios y sólo quería ayudar a la gente? - Tu esposo está esperándote, muchacha - dijo Alicia bulliciosa -¿Por qué no os habéis vestido?-Sé que padre quería que me marchara antes de Niall llegara, ¿Pero es realmente necesario, Alicia? -Sabéis que lo es. Ahora tienes a un marido que te espera. Ya he hecho vuestro equipaje mientras estabas orando por tu padre a fin de no retrasar el viaje. Con un poco de suerte, podras estar en Stonehaven antes de que Niall se de cuenta que te has ido. Graeme envió a buscar a Blair y su docella. En el momento en que las mujeres

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llegaron a la sala, una comida apresurada había sido servida en las mesas para ellos. -No tengo hambre -dijo Blair, mirando a la comida con desagrado. -Nada de eso, muchacha- dijo Graeme con severidad- Vas a comer, incluso si tengo que obligarte. Vamos a montar por largas horas y haremos pocas paradas. -El laird Campbell tiene razon- dijo Alicia. -Come, muchacha. Blair comió, pero Graeme podría decir que su corazón no estaba en ella. No podía culparla. No debia ser fácil para ella salir antes de que su padre fuera enterrado. Pero una promesa es una promesa. Los hombres de Graeme había comido y se fueron a ver a sus monturas cuando Graeme se levantó y señaló a Blair y Alicia que era el momento de partir. El padre Lachlan salió para darles la despedida. -Desafortunadamente, el administrador murió antes de que Douglas pudiera hacer los arreglos necesarios para la dote de Blair, por lo que debéis hablar con Niall cuando regrese. -Esta bien. Hay algo que debo pedirle, padre - dijo. -Lo que sea. Si esta en mi poder lo hare - Quiero ser informado de cualquier daño que Niall pudiera planear en contra de Stonehaven. - Muchos aquí siguen siendo fieles al viejo laird y a su hija. Si los planes de Niall son hacer daño, lo sabras – llamo a Graeme a un lado, fuera de la vista de Blair. – Tratala bien, Campbell -Jamas he abusado de las mujeres- dijo Graeme, -pero le he prohibido lanzar hechizos o invocar a los espíritus. Justo en ese momento Heath llamo la atención de Graeme. Era hora de irse. -Adiós, Padre Lachlan,- se despidió Graeme mientras subía a su caballo y empezaba la marcha lejos de Gairloch. A Blair le dolía la espalda y sus piernas estaban irritadas, pero de alguna manera logró mantenerse al día con Graeme. Sabía montar, pero nunca había montado una gran distancia antes. Al llegar la noche hicieron un campamento pero ensillaron poco después del amanecer. Si no hubiera estado tan angustiada, habría apreciado los picos de las montañas majestuosas elevarse por encima de ellos y la alfombra púrpura de brezo en flor en los páramos. No recordaba haber viajar tan lejos de Gairloch. A causa de sus poderes, su padre no estaban dispuestos a dejarla aventurarse más allá de la aldea. -Estamos cerca de casa- dijo Graeme, emparejando su caballo al de ella - -Sigue buscando hacia el oeste y verás las torres de Stonehaven. No es tan grande como el castillo de tu padre pero debes encontrarlo cómodo. Blair vio las torres situadas a una legua. Stonehaven podría no ser tan grande como Gairloch, sin embargo, era impresionante, con sus gruesos muros y rastrillos de hierro custodiando el castillo. Mientras cabalgaban a través de la aldea los campesinos salieron de sus casas para mirarla. Sus expresiones, que iban desde hosca hasta un miedo francamente hostil, no presagiaban nada bueno para ella. Blair no fue inmune a los susurros detrás de si, si Graeme escucho algo no dio indicio de ello. Al parecer, su reputación inmerecida la había precedido. La palabra -bruja- la lastimo una y otra vez, como 22

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los golpes físicos. -No hagas caso, muchacha - advirtió Alicia mientras cabalgaba a su lado -Pronto todo cambiara -Graeme debe saber lo que su gente piensa de mí- dijo Blair -¿Por qué padre me hizo esto? -Sabes por qué- sostuvo Alicia. -Dale tiempo, Blair.las cosas van a cambiar. Pasaron por el rastrillo y se dirigieron a los escalones de la entrada de el castillo. Graeme desmontó y levantó a Blair de su caballo, mientras que Heath ayudaba a Alicia. -Bienvenida a tu nueva casa, Blair-, dijo Graeme. La puerta de roble estaba abierta cuando empezó a subir las escaleras. El tío de Graeme, Stuart Campbell, salió a su encuentro. - Me alegro de que hayais podido evitar la boda con la bruja. -Su mirada apreciativa se econtro con Blair -¿Quién es esta muchacha? ¿Una parienta de MacArthur? Es hermosa. Glenda estará un poquito celosa, os ha tenido para si sí misma demasiado tiempo. Graeme le envio a Stuart una mirada de advertencia y se aclaró la garganta, con la esperanza de detener la charla de su tío. Desafortunadamente, Stuart parecía ajeno a la advertencia de Graeme. -¿Me la presentaras, muchacho?-Deja tu disparates, tío- dijo Graeme. -Voy a presentarle a mi esposa. Blair, este es mi tío, Stuart Campbell. Tío, ella es Blair, la hija de Douglas MacArthur y mi esposa. Nos casamos ayer. Stuart se tambaleó hacia atrás, como si la hubieran golpeado. -¿Te casaste con una bruja? ¿Qué pasó con la nariz ganchuda y pelo negro desordenado? ¿Dónde está la verruga? -Las historias de Blair fueron exageradas violentamente. Mi esposa es una curandera, no una bruja. Y como pueden ver, es hermosa. -Una bruja- murmuró Stuart. con las manos en las caderas, Alicia dio un paso adelante, con la mirada fija en Stuart. - Puedes mantener vuestra opinión para vos mismo. Mi señora es dulce y buena, mejor que las de ustedes -¿Quién eres tú?- preguntó Stuart, manteniendo la distancia y la desconfianza en la mujer iracunda. -Alicia. Cuide de Blair desde que era un bebe. La conozco mejor que nadie en este mundo, y les digo que no es una bruja. Graeme intervino antes la defensa beligerante de Blair -

Hazme un favor y encuentra a Maeve, tío. Loa aposentos tienen que estar preparados para Blair y Alicia, y quiero presentarle a Maeve a su nueva señora. Te lo explicaré todo más tarde. Estamos cansados del largo viaje y tenemos la necesidad de comida y baño. Maeve es el ama de llaves- le conto a Blair. –Ella y su esposo Jamie han trabajado en la fortaleza desde la época

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de mi padre. -¿Me estaba buscando mi señor?- una anciana con el pelo gris, ojos azules como los de Graeme se apresuró a unirse a ellos. -Sí, Maeve- dijo Graeme. -Quiero presentarles a la nueva señora –empujo a Blair hacia adelante. -Saludad a mi esposa, Blair MacArthur. Maeve se quedó mirando a Blair, y luego a toda prisa se santiguó, sus labios se movieron en una oración silenciosa. -

Lo has hecho, Graeme Campbell. ¿Habéis perdido el jucio? Te has casado con una bruja. Una vez más Alicia salió a la defensa de Blair. –¡Muerdete la lengua mujer! Mi muchacha no es una bruja. Si sabéis lo que es bueno para vosotros deben aceptar que es la nueva señora aquí y… -Deja , Alicia- dijo Blair con suavidad. -No puedes luchar mis propias batallas -sonrió a Maeve. -Estoy segura que Maeve y yo vamos a llevarnos muy bien. Soy sanadora, Maeve, y espero que mis habilidades sean útiles a los parientes de mi marido. Puedo preparar infusiones, hierbas, ungüentos simples para sus males y lesiones. Maeve no parecía muy convencida, a pesar de que poner una cara valiente. -Sí, señora, lo que diga. Si usted lo permite, voy a preparar la comida y el baño - Se deslizó fuera tan rápido como sus piernas regordetas la llevaron. -Espéradme-, dijo Alicia, apresurándose a seguir a Maeve. -Voy a ayudaros a preparar la comida de Blair. -Tu pueblo me teme- dijo Blair. -Es lamentable- estuvo de acuerdo Graeme -, pero su opinión puede cambiar. Puedes hacer lo posible por demostarles que eres lo que dices -¿Y tú, Graeme Campbell? ¿Crees que yo soy lo que dicen? Blair no tenía necesidad de oír su respuesta, el aura violeta que emana de el habló por si misma. Púrpura era el color de la duda y confusión. Temía y estaba confundido acerca de sus propios sentimientos con respecto a su matrimonio. Su relación estaba condenada al fracaso incluso antes de empezar.

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Capítulo Tres -¿Quieres comer antes de bañarte?- preguntó Graeme cuando el silencio entre ellos se alargo - Tu equipaje aún no ha llegado, pero pronto lo hara. -Sí- respondió Blair -Voy a bañarme cuando tenga ropa limpia que ponerme. Stuart eligió ese momento para presentarle a otro hombre. -Se trata de Jamie- dijo Graeme -administrador de Stonehaven. Puedes disponer de el y su esposa Maeve para lo que necesites. Blair se preparaba para otro rechazo por parte de los siervos de Graeme y fue una grata sorpresa cuando Jamie le ofreció una cálida sonrisa de bienvenida. -Así que nuestro laird al fin ha tomado una esposa,- el hombre se echó a reír. -¡Es cuestión de tiempo!. Bienvenida, mi señora. Os ayudare a familiarizarse con Stonehaven. -Gracias, Jamie-, dijo Blair. Envió una mirada de soslayo a Graeme. -Me temo que voy a necesitar toda la ayuda que pueda conseguir. -Su habitación está preparada-, dijo Jamie. –Debe estar agotada. Voy a pedirle a Maeve que os suba una bandeja a la habitación. -Eso sería maravilloso, Jamie. Comida, un baño y una buena noche de sueño son lo único que necesito esta noche. -Te enseñaré el camino-, dijo Graeme, guiando a Blair por el pasillo hacia un empinado tramo de escaleras. Un nudo se formo en su garganta. ¿Esperaría Graeme consumar sus votos matrimoniales esa noche? Lo que había comenzado la noche anterior había demostrado la facilidad con que sucumbirá a él, lo rápido que podía llevar a su cuerpo hasta el punto de ebullición. -Tu dormitorio esta en el ala este – explico Graeme -pensé en ponerte en otro lugar, pero decidí que no se vería bien para la esposa del laird dormir lejos de su marido. el alivio se propago a través de Blair. –Tienes intención de hacerlo. . . a. . -¿Consumar nuestro matrimonio? Tu padre está muerto. No veo ninguna razón para hacer algo que, obviamente encuentras aborrecible. -Pero pensé que era necesario.- Dios, su voz sonaba como si estuviera pidiéndole limosna Graeme se encogió de hombros. -Sólo si tu lo deseas. Fue tu decisión mantener nuestra libertad al contraer matrimonio, no la mía. Se detuvo ante una puerta abierta y la hizo pasar a su interior. –Estarás cómoda aquí -. Más que cómoda, pensaba Blair mientras veía a su entorno. La cámara, suavizada por luz de las velas, estaba obviamente diseñada para una dama. Colores femeninos, la decoración de las paredes. Tapices de colores. Además de una intrincada cama tallada que descansaba sobre un estrado, había un escritorio elegante, un tocador, armario, silla mecedora, y varios bancos situados frente a la chimenea. -La habitación es una maravilla- comentó Blair. -Voy a estar muy contenta aquí. -Si hay cualquier cosa que desees, solo debes pedírselo a Jamie. -¿Hay una despensa donde puedo secar mis hierbas y mezclar mis ungüentos? 25

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-Sí, más allá de la huerta.- le dirigió una mirada de advertencia - Lo dije en serio, Blair. No habrá conjuros en Stonehaven. Ella se apartó de él y se acercó a la ventana. -¿Esque me tienes miedo, Graemel? -No temo a ninguna mujer o bruja.- se había acercado a ella en tres pasos largos y se volvió para enfrentarsele. El delineo su barbilla con un dedo largo, se quedó en las profundidades de sus turbulentos ojos color violeta. -Di mi palabra y os haré mi esposa de nombre. Justo aquí, justo ahora. Bajó los párpados, incapaz de mirarle sin sentir culpa sobre su decisión. -Creí que entendías por qué no puedo entregarte mi cuerpo -Tal vez lo entendería si me lo explicas una vez más. -La profecía dice que un hada que ama en vano, pierde sus poderes. -He escuchado la profecía. Se dice que el hada debe someterse a pruebas de fuego, agua y piedra, pero no dice nada acerca de negar a su marido sus derechos maritales. -Tengo miedo.- le temblaron los labios. -¿Miedo de qué? ¿Crees que voy a hacer daño? -Podrias lastimarme pero no como tu lo crees. Mi padre no te hizo ningún favor al pedirte que te casaras conmigo. Mereces una mujer que te ame. Graeme frunció el ceño. -¿Estás diciendo que no podrás amarme? -Tu mismo admitiste que amabas a otra. Podría perder mis poderes, si me enamorara de ti. Dices haber oído la profecía, sin embargo no crees en ella. -Tienes razón. No creo en las hadas ni en los espíritus. La profecía es una broma cruel de tus ancestros -intensificó su mirada, y dejó caer sus manos sobre los hombros. – Puedo hacer que me quieras, Blair. Tienes algo que me encanta - sus manos se curvaron alrededor de sus hombros estrechos y la atrajo contra él. Su cuerpo estaba duro, y el calor que emanaba de él la estaba derritiendo por dentro. Luego bajó la cabeza y la besó lentamente, con pasión creciente. El pulso en su garganta latió de forma errática y provoco la humedad entre sus piernas, gimió en su boca. Sin voluntad sus manos se deslizaron sobre su espalda. Profundizó el beso, usando su lengua mientras sus manos se movieron hasta enroscarse en torno a su cuello enredándose en su pelo oscuro. ¡OH, no, ¿qué estaba haciendo? Como provenidos de otra parte escucho los sonidos que hizo. . . gritos inarticulados que eran de alguna manera una negación. La realidad de sus besos fue más intensa que cualquiera de sus sueños. El placer que sentía era tan feroz, lo más cercano a la locura. Y en ese breve instante de locura Blair de buen grado habría renunciado a sus poderes con el fin de estar debajo Graeme Campbell. El deseo voraz latía en el aire a su alrededor como un ser vivo, caliente y salvaje. Era el paraíso, era un infierno. . . estaba mal. La tormenta de sus emociones se agitaron dentro de ella intensificándose cuando Graeme la arrastró a sus pies. -No vas a lamentar esto -, dijo Graeme cuando la recostó sobre la cama cubriéndola con su cuerpo -Te deseo, muchacha. Quiero estar dentro de ti. - sus manos rozaron sus piernas, enredase en los rizos húmedos entre sus muslos. – Estas hecha para el amor, Blair Amor. La palabra hizo que la euforia se derrumbara a su alrededor. Realmente tenia que estar loca para sacrificar sus poderes por unos pocos momentos de 26

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placer sin sentido. Sin embargo, su cuerpo se negó a obedecer a su mente, y comenzó a devolverle los besos a Graeme. -Así es, muchacha,- la alentó Graeme contra sus labios. -Déjate llevar. No pienses en nada mas que lo que está pasando en esta cama. Le había subido sus faldas hasta los muslos cuando la puerta se abrió, dejando entrar a alguien. -Espero que haya algo en esta bandeja para tentar el apetito -dijo Alicia mientras se afanaban en la habitación –quiza puedas cenar por ti misma, así que. . . -Sus palabras terminaron abruptamente cuando vio Blair y Graeme íntimamente entrelazados en la cama. -OH, yo no sabia. . . -comenzó a retroceder. -Voy a dejar la bandeja y me la llevare cuando este listo. Con las mejillas en llamas, Blair se escabulló de debajo de Graeme, empujándolo fuera de la cama a toda prisa. -No, te vayas Alicia. Graeme estaba por irse. Levantándose del suelo, Graeme miro a Blair de forma a irónica, se dirigió hacia la puerta. -Vamos a terminar esto más adelante, muchacha- dijo en una voz demasiado baja para que Alicia pudiera escuchar. -No, jamás será- respondió Blair. -¿Qué fue todo eso?- preguntó Alicia, una vez que estaban solas. -No preguntes. -Pensé que habías recobrado el sentido y decidiste disfrutar de la cama con tu marido. Si yo tuviera la suerte de tener en mis brazos a un joven tan viril como el… -Jamás he cambiado de opinión, Alicia. Alicia soltó una carcajada. –Jamás me hubieras engañado. -Olvídate de lo que viste. ¡Fue un error! - camino a la bandeja levantando la tapa. ¿Qué me has traído? -Una rebanada de pastel de carne, queso, pescado cocido, pan fresco y mantequilla. Maeve mantiene una despensa bien surtida. Comí un poco de la carne. Nos pasaremos hambre aquí, eso es seguro. Blair probo la tarta y tuvo que estar de acuerdo. De hecho, todo en la bandeja tenia un sabor maravilloso. Comió con gusto, luego se sentó y suspiró. -Cuando lleguen mis cosas, acomodare mi caja de hierbas en la despensa. Me ocuparé de ello mañana. -Stonehaven no tiene sala de baño- le informo Alicia –pero puse a calentar agua en la cocina. Los baldes llegarán pronto. -Gracias, Alicia. No se que haría sin ti -No tienes nada que agradecer- dijo Alicia mientras se lleva a la bandeja vacía. Mientras Blair esperaba sus baúles, exploró su habitación y descubrió una pequeña puerta que no había notado antes. Mordió su labio inferior con los dientes, preguntándose si la puerta llevaba al dormitorio de Graeme. Había una sola manera de averiguarlo. Se acerco cautelosamente, agarró el picaporte y al abrirlo se encontró mirando una versión masculina de su propio dormitorio. No sólo estaba mirando a la habitación de Graeme, lo estaba mirando a el. De pie junto al lavabo, la espalda desnuda goteo agua de su cabeza como si acabara de lavarse. Miró con asombro sus músculos flexionados reflejando cada movimiento. Cerro sus puños para frenar el impulso de correr y tocar con sus manos su carne suave, sentir sus músculos tensos. 27

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-¿Deseas algo Blair? Su corazón comenzó a latir con violencia. ¿Tenía ojos detrás de la cabeza? Chorreando agua y secándose con una toalla, se volvió para mirarla. -¿Cómo sabias que estaba aquí?- preguntó Blair. -Entrenamiento. He aprendido a detectar cuando alguien está acechando detrás de mí. Eso me ha salvado la vida una o dos veces. Los hombros de Blair se pusieron tensos. -Yo solo quería ver a dónde conducía la puerta. -Te dije que tu habitación era parte de las habitaciones principales. Es habitual que el laird y su dama compartan aposentos -Pero no somos. . . Quiero decir, tenemos un acuerdo. -Hay que mantener las apariencias, Blair. En caso de que tu hermano alegue que aun eres virgen, y pueda declarar nuestro matrimonio no válido ¿Es eso lo que quieres? -No. -Entonces déjame hacer lo mejor para ti. Reconozco que te quiero en mi cama, pero no voy a tomarte menos que lo desees. -Jamás - dijo, retrocediendo. -Gracias por respetar mis decisiones. Alargó la mano hacia ella y la arrastro contra el. - Esto no va a ser fácil, muchacha. Un hombre necesita una mujer en su cama. Y tú eres mi esposa -Puedes buscar en otra parte tu placer. Su expresión era oscura, sus ojos azules la miraron de forma amenazadora mientras sus manos apretaban sus hombros. -Olvida esa tontería de ser un Hada y déjame hacerte una mujer real – no espero que la besara, así que no tuvo tiempo para fortalecer su resistencia. Se derritió contra su boca suave y flexible. Besar a Graeme no era como algo que antes hubiera experimentado. Su sabor y aroma eran únicos. Podía felizmente ahogarse en sus besos. Sintió que la llevaba hacia la cama y se dio cuenta de que estaba peligrosamente cerca de renunciar a sus poderes por unos momentos de placer físico. Empujó contra su pecho y sus brazos cayeron. -No eres tonta, Blair Campbell. Incluso si tuvieras los poderes que tanto proclamas, te prohíbo que los uses en Stonehaven. Te estas negando lo que puede pasar entre nosotros por algo que no te será de ninguna utilidad mientras sigas siendo mi esposa. -¿Me prohíbes emplear mis conocimientos de curación para ayudar a tus siervos? -No, sabes que valoro tus habilidades curativas. Estoy refiriéndome a los poderes mágicos que dices poseer. Aunque no creo en esas cosas, mi gentes son mas crédulas que yo. Saben reconocer los signos de la brujería. Ella retrocedió, como si la hubiera golpeado. – No soy una bruja, pero no voy a negar que soy un hada. Créme cuando digo que jamás le haría daño a tus gentes. -Vuelve a tu habitación- ordenó Graeme bruscamente. –No se necesita mucho para olvidar la promesa que te hice de no hacerte mi mujer en todos los sentidos. Mantente fuera de mi camino si deseas permanecer virgen. Blair dio la vuelta y huyó. Había visto el aura oscura que le rodeaba y un airado Graeme era más de lo que actualmente podría manejar. Iba a ser difícil vivir el resto de su vida con un hombre que deseaba pero no podía tener. 28

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Graeme necesitaba una mujer. Si su esposa virgen no le daba lo que necesitaba, entonces estaría bien que lo buscara en otros lugares. Glenda dormía en el tercer piso y siempre estaba dispuesta a complacerle. Todo lo que tenía que hacer era llamarla y vendría. Se acercó a la puerta a punto de abrirla, pero no pudo girar el picaporte. ¡Maldita Blair! Su padre nunca había roto sus votos matrimoniales durante todos los años de su matrimonio, y Graeme resentía el hecho de que Blair le obligara a ser menos honorable. No era el mujer que habría elegido para casarse. Pero una conversación con un hombre moribundo había trastornado su vida dejándole a una bruja por esposa. La ira freno su buen humor habitual. Iría directo a la habitación de Blair a decirle que iba a tomar una amante. Sí, lo haría. Le daría una última oportunidad para ser su esposa antes de meter a otra mujer a su cama. Se acercó a la puerta de comunicación y abrió antes de cambiar de opinión. Lo que vio lo detuvo en seco. Blair estaba parada junto a la ventana. Sus brazos extendidos, como invitando a una entidad invisible. Una súbita brisa agitaba la cortina, la levantó del cabello y presionó sus faldas contra sus piernas. Curioso, se acercó, lo suficientemente cerca para ver a su cara. Sus ojos estaban cerrados y sus labios se movían. Graeme abrió los ojos alarmado cuando las llamas del hogar se volvieron de amarillas a rojo sangre. ¿Qué estaba pasando? -¡Blair! ¿En nombre de Dios que estás haciendo? ¡Basta! ¡Basta de inmediato! Miro con recelo como Blair poco a poco volvió en sí, como si emergiera de un trance. Se volvió hacia él, pero parecía que no verlo. Sus ojos de color violeta estaban muy abiertos desenfocados, Graeme tuvo miedo. Ella parpadeó y lo miro. -Graeme. . . ¿qué estás haciendo aquí? -No importa lo que yo este haciendo- grito Graeme - ¿Interrumpí algo? -Nada. Sólo estaba. . . en comunicación. Puntos rojos de rabia brillaban en sus ojos. -¿Con quién? -Con la naturaleza-. -¡Mentirosa! ¿No te he prohibido convocar a los espíritus malignos? ¿Quién eres tú? Tu padre me aseguró que no eras mala y yo le creí. -Y no lo soy pero no puedo negar mi herencia. Tampoco puedo negar los poderes que Dios me dio. -Dios te los ha dado- levantó las cejas. –Explícame de que poderes hablas -Puedo curar las heridas. -¿Qué más? -Los espíritus me hablan. A veces veo cosas antes de que sucedan -Así que eres todo un espectáculo - dijo enojado. -Algunos no lo llamarían así -Adelante. ¿Escuchas voces? -Sí. Ellos me hablan en mis sueños. . . y en otros momentos. -¿Qué te dicen? -No puedo hablarte de ello mientras seas… -Tus sueños, Blair. Háblame de ellos. -Tu viniste a mí en sueños. Vi tu cara mucho antes de saber tu nombre. Aturdido en silencio, Graeme la miró fijamente, tratando de decidir si ella estaba 29

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diciendo la verdad. No sabía qué pensar. Blair era una mentirosa o peligrosa, o quizá estaba loca. - ¿Soñabas conmigo? Ella asintió con la cabeza. –Viniste a mí en sueños. Los espíritus te trajeron a mí. -No creo en nada de lo que estoy oyendo. Nos conocimos hasta que tu padre me llamó a Gairloch. Te lo advierto, Blair, detén esta locura. No podré protegerte si te niegas a cooperar. -¿Qué estás haciendo aquí? No te he invitado a venir. ¿Cómo podemos evitarnos el uno al otro si no puedes seguir tus propias reglas? -Vine a darte una última oportunidad para ser mi esposa antes de meter a otra mujer en mi cama. Blair hizo todo lo posible por ocultar su consternación. Si Graeme tomaba una amante no podría detenerlo. De hecho, le había animado a hacerlo así. Sin embargo, ella deseaba ser la mujer en su cama. Quería ser amada por él y amarlo a cambio. Eso trajo otro pensamiento. -¿Quién es la mujer que amas? -¿Qué? -Dijiste que amabas a otra. ¿Quién es ella? ¿Por qué no la desposaste? La expresión en el rostro de el se ensombreció. - Sí, amo a otra, pero entre nosotros todo fue puro e inocente. Siempre la amare, a pesar de que ya no es de este mundo. -¿Esta muerta?- exclamó Blair. -Ella pertenecía a Dios. -Su mirada afilada se volvió a Blair. – No trates de cambiar el tema. Estábamos hablando de conjurar a espíritus y hechizos. No habrá mas de eso en Stonehaven. No voy a tolerar tu desobediencia. Buenas noches. Se marchó sin decir una palabra. Obviamente no entendía sus poderes. En su experiencia, la gente temía a las cosas que no entendía y Graeme no era la excepción. Lo que realmente le dolió fue el conocimiento de que Graeme creía que era una bruja. Blair volvió a la ventana, tratando de convocar a los espíritus que habían huido cuando entró en habitación pero no sirvió de nada. Esperaba que no la hubieran abandonado, ya que sin ellos estaría perdida. Graeme merodeaba de un extremo a otro en sus aposentos, con la mente aun aturdida por lo que acababa de presenciar. Ya no sabía qué creer. ¿Quería en la cama a una bruja? Su cuerpo decía sí, mientras su mente no. Porque no creía en las brujas. Sin embargo, al ver a Blair en la ventana, mientras todos esos fenómenos naturales se lleva a cabo a su alrededor lo desconcertó. De alguna manera tenía que evitar que Blair convocara a las fuerzas malignas que podrían hacer daño a Stonehaven y su gente. Brujería. ¿Realmente existe? El sentido común le decía que no, pero sus ojos habían contemplado algo indiscutiblemente raro. Un estremecimiento recorrió su cuerpo. ¿Qué había hecho? ¿Con quién había casado? ¿Por qué deseaba una mujer que no entendía? Graeme decidió que, efectivamente, necesita una mujer. Una que no hablara de 30

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poderes ni invocara espíritus. Una mujer dispuesta a entregarle con facilidad su cuerpo sin complicar su vida. Su cuerpo se endureció cola el pensamiento de las curvas generosas de Glenda y la boca que obrara un dulce trabajo en él. Sólo tenía que subir las escaleras y buscarla. Se dirigió hacia el portal. Su mano estaba sobre el pestillo cuando la puerta que conectaba su cámara a la de Blair se abrió golpe. Se dio la vuelta conmocionado por la intrusión pero quedo completamente hechizado por la belleza furiosa que le enfrentaba. Su cabello parecía fuego brillante, con el rostro iluminado por una la luz interior que la hacía parecer de otro mundo. Su figura era la perfección andando, suavemente redondeado y curvado. Pero sus ojos de color violeta tenían una chispa que no presagiaba nada bueno para él. Bruja o no, él la deseaba todavía. -Eres como todos los demás. Crees que soy una bruja. -¿Qué quieres que piense? -Que mis poderes vienen de Dios. -Una vez conocí a una mujer que aseguró que sus poderes provenían de Dios, y que ahora está muerta a causa de ello. ¿Es eso lo que quieres para a ti misma? -No, por supuesto que no. Pero me niego a dejar de sanar por temor a que me maten .Quiero ayudar a la gente, Graeme. . . Tengo que hacerlo. Él negó con la cabeza. – No entiendo nada de esto, Blair. Te protegeré porque lo prometí y mi palabra es mi honor. – le envió una mirada de exasperación. -A cambio, espero obediencia -se volvió de inmediato. -Vuelve a tu habitación. -¿Adónde vas?-A buscar a una mujer normal que me caliente la cama. Con las mejillas encendidas por la ira, Blair giró sobre sus talones y se fue corriendo, cerrando la puerta con tanta fuerza que sacudió las ventanas. Graeme dejó caer la mano en el pestillo y se apoyó en la puerta, sacudiendo la cabeza. Blair volvió a su habitación hecha una furia. El hombre era imposible. ¿Qué haría falta para que él creyera en sus poderes? Nada de lo que dijo parecía llegarle. Miró hacia la puerta cerrada. Las lágrimas se agolparon en sus ojos cuando lo imagino con otra mujer. ¿Por qué no podía Graeme Campbell ser como el hombre de sus sueños? Y aceptarla tal y como era. Con los puños apretados, Blair desquito su frustración cuando recordó las innumerables veces que Graeme había invadido sus sueños. La puerta de su habitación se abrió y Alicia entro cono remolino llevando una pila de toallas y jabón. –Todo listo para el baño, muchacha. Tu equipaje ha llegado. -OH, sí-, dijo Blair borrando las lágrimas de sus ojos. Alicia abrió la puerta y un criado entro con una bañera. Vinieron otros, llevando jarras de agua fría y caliente. En poco tiempo la bañera se lleno detrás de un biombo. Blair agradeció a todos con cortesía y empezó a desnudarse. -Voy a traer los baúles- dijo Alicia. Blair se hundió en la bañera, el agua caliente relajo su cuerpo y su temperamento. Con decisión, Graeme dejó su cámara, levantó la antorcha de un aplique de la 31

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pared y se abrió paso hasta el tercer piso. No importaba que Glenda durmiera en una habitación con otras personas, la buscaría de todos modos. No era un hombre que se entregara a sus necesidades con frecuencia, pero Blair despertó su lujuria. Si MacArthur no hubiese muerto ya le habría hecho el amor y se habría librado de su hambre de ella. Quizás Heat tenia razón y estaba hechizado. ¿Sería la solución acostarse con otra mujer? No lo sabía, pero estaba dispuesto a averiguarlo. Tres mujeres dormían en la pequeña cámara en la parte superior de las escaleras. Manteniendo la antorcha en alto, vio a Glenda acostada en un catre. Indiferente a si las demás se despertaban, camino hacia ella. La joven despertó y se frotó los ojos. -Laird Graeme-. -Ven- susurró haciéndole señas. Sin dudarlo, Glenda se levantó desnuda de la cama, se puso su camisón y lo siguió pisándole los talones. Le tocó el brazo cuando lo alcanzó. -¿Qué pasa con su esposa? -Deja que yo me preocupe por ella. Entró en su habitación y esperó a Glenda lo siguiese antes de cerrar tras ellos. Glenda, cuya moral no era muy estricta, se arregló para su beneficio - Tenia miedo de que ya no me desearais en vuestra cama después de haberos casado. -Sí, bueno, has pensado mal.- Se quitó el cinturón y se sacó la falda-Mete en la cama, muchacha. Me reuniré contigo en cuanto me quite las botas. Glenda se quitó la camisa y se metió a la cama, acomodándose seductoramente. Me alegra que aun tengáis necesidad de mí, mi señor. Graeme se volvió y la miró. Pelirroja y de pechos grandes, no era como un hada. Pero era lo único que tenia. La verdad le sorprendió. La mujer a la que realmente deseaba estaba mas allá de la una puerta. Su miembro, que latía de necesidad hasta hacia un momento se desinflo abruptamente. Retrocedió con alarma. ¿Qué le había hecho Blair? -¡Levántate!-ladró-Vuelve a tu cama. No te necesito después de todo. Glenda le envió una mirada confusa. -Yo pensé. . . ¿Qué he hecho para molestaros, mi señor? -Nada- dijo suavizando su tono. -En otra ocasión quizás… no hoy. Se dio la vuelta cuando Glenda se puso la camisa y se deslizó fuera de la cámara. En el momento en la puerta se cerró detrás de ella, Graeme arrojó una bota y salió por la puerta de conexión. -Laird Graeme, ¿Pasa algo malo?- exclamó Alicia, sorprendida por su aparición en el dormitorio de Blair. Su mirada recorrió la habitación con poca luz. -¿Dónde está mi esposa? la mirada asustada de Alicia se dirigió inmediatamente a la pantalla. -¡Déjanos!- le ordenó a Alicia. -Y cierra la puerta. Alicia miró preocupada la pantalla, luego se deslizó fuera de la habitación. Graeme camino hacia la pantalla arrojándola a un lado. -¿Qué has hecho de mí, mujer?- rugió. Blair se hundió en el agua. -No hice nada. Fuera. Prefiero tomar mi baño en privado. Su mirada se fijo en su carne expuesta. –Me hechizaste. 32

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-¿De qué hablas? -Me robaste mi hombría. No puedo estar en la cama con otra mujer. -Yo. . . ¿qué? - Me has oído. No pude yacer con Glenda. Eso nunca me ha pasado antes. Blair se echó a reír ante su cara de enojo Graeme. –Me das demasiado crédito, Graeme. No podría hacer eso incluso si quisiera. No pudo evitar mirar su cuerpo. Lo que vio, sin embargo, le dejo la boca abierta. Se despertó por completo, su sexo sobresalía con audacia por los pliegues de su túnica. Graeme debió haber observado la expresión de su asombrado rostro, sus ojos siguieron la dirección de su mirada. Casi tan sorprendido como Blair, dejó caer las manos y retrocedió. -¡Maldita seas! Sólo tocarte me excita. Estoy maldito Girando, salio como poseído de la cámara.

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Capítulo Cuatro Graeme ya había comido y abandonó la sala en cuanto Blair entro a desayunar la mañana siguiente. Al ir a buscar a la criada se acercó furtivamente y le preguntó si tendria un tazón de avena o huevos con jamón. La muchacha en una evidente falta de respeto, se puso la mano en la cadera, inspeccionado a Blair de pies a cabeza. -¿Hay algo fuera de lugar?- preguntó Blair. -¿Me he olvidado de ponerme mi vestido? Comprobando primero si alguien la estaba mirando, la mujer dijo: - Jamas habia visto una bruja antes. Blair lanzó un suspiro. ¿Nunca terminará? -No soy una bruja- contestó. -Has embrujado a nuestro laird. -¿Quién eres tú? -Glenda. Sirvo al laird Graeme - sonrió Blair reconoció el nombre de la mujer. Glenda, la mujer que Graeme tenía intención de llevar a la cama después de que ella se nego. La idea de ella íntimamente entrelazada con Graeme desato un torrente de ira a través de Blair. -A partir de hoy debes limitarte a servir en la cocina,- dijo, haciendo hincapié en sus palabras. -Voy a seguir haciendo lo que me plazca hasta que el laird diga lo contrario -reto Glenda. -¿ Vais a tomar gachas o huevos?-Gachas- dijo Blair, comprometiéndose a hacer frente a Glenda más tarde. La vio pasear fuera, demasiado consciente de lo que Graeme vio en su ostentoso cuerpo. Aparte de ser voluptuosa, tenia una sexualidad descarada que pedia a gritos la atencion de un hombre. Desde el rabillo del ojo espiaba a Alicia corriendo hacia ella con el rostro enrojecido por el esfuerzo. El aura de Alicia se había convertido en violeta volátil, y Blair supo inmediatamente que estaba molesta. -Blair, muchacha, debes venir rápidamente- jadeó Alicia. Blair se levantó de su silla. -¿Qué ha pasado? - Tu marido, muchacha. Está en la despensa, rebuscando en la caja de hierbas dijo de manera significativa- de pesimo humor ¿Qué pasó anoche? Blair se puso pálida. -Muéstrame el camino. Te diré más tarde. La despensa estaba situada más allá de la cocina. Se llegaba por medio de un pasillo abovedado cubierto de viñas. Blair irrumpió a través de la puerta justo cuando su esposo estaba quitando cuatro velas de una caja. -¿Qué estás haciendo? ¿Por qué esculcas mis pertenencias? Estas hierbas son un tesoro para mí. Graeme se volvió al oír el sonido de su voz. -Después de lo que he visto ayer por la noche, necesito estar seguro de que aquí no hay nada que pueda causar daño. -Como puedes ver, no he traído más que hierbas y ungüentos conmigo a Stonehaven. Él olisqueo las velas. -¿Para que utilizas esto? Blair se encogió de hombros. – Solo son velas. A veces trabajo hasta tarde y necesito luz. ¿Estás satisfecho? 34

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Graeme devolvió las velas a la caja. -Por el momento - se volvió para irse. -Me encontré con tu amante esta mañana- aventuró Blair. – He hablado con ella y le di la orden de limitar sus funciones a la cocina. Las elegantes cejas de Graeme se alzaron hacia arriba. -¿Qué? -Será mejor que vaya a desempacar sus baules- dijo Alicia correteando por la puerta. -Yo no me necesitas aquí. -Cobarde- susurró Blair a su amiga que la dejó sola para hacer frente a la ira de Graeme. - Alicia es una mujer sabia. Ahora, Blair, por favor explicame porque los deberes de Glenda son motivo de preocupación -¿No soy tu esposa?-dijo Blair con dulzura -Eso es discutible- se quejó Graeme. Blair optó por ignorar su comentario. -Como tu mujer, tengo completa autoridad sobre los criados, ¿No es asi? -En circunstancias normales… quiza. Pero el nuestro es un matrimonio. . . inusual, por decirlo de alguna manera. No eres realmente mi esposa. - El padre Lachlan no estaría de acuerdo en eso -Estás evadiendo el tema, Blair. En cuanto a Glenda, ella no tiene que rendir cuentas a nadie excepto a mí. Los ojos de Blair se estrecharon. -Como quieras, mi señor. Una sonrisa se extendía por las comisuras de los labios de Graeme. -Ay, muchacha, estás celosa. -Celosa- resopló Blair. -Apenas te conozco. ¿Cómo puedo estar celosa? Su sonrisa se ensanchó cuando extendió su mano y le acarició la satinada mejilla. -Yo puedo remediar eso, muchacha. Podemos conocernos mejor Antes de que ella pudiera saber cómo sucedió, estaba en sus brazos, sus labios saqueando los de ella. Entonces sintió la fuerza bruta de su lengua explorar su boca. Su mano se enredó en su pelo, su boca se apodero de la suya en un beso que se volvió feroz. La profecía, una voz interior le advirtió. Presta atención a la profecía. Por supuesto que Blair sabía por qué ella no podía perder su corazón, pero no estaba de humor para escuchar a la razón. Los besos de Graeme estaban haciendo a su naturaleza experimentar el placer que ella solo había conocido en sueños. La lujuria atravesó a Graeme tan rápidamente como una espada. Interrumpió el un beso y levantó la cabeza para mirar a Blair. Sus ojos estaban cerrados, su labios rojo cereza y húmedos, con expresión aturdida. Es mía, pensó exultante. Una vez que la haya poseido este deseo loco dejara de existir. Tomó posesión de sus labios en un beso largo y lento de forma deliberadamente seductora. Con Blair en sus brazos, camino con impaciencia hacia la puerta, loco por estar dentro de ella. Blair debio haber sido consciente de sus movimientso, ya que se encogió de hombros liberandose de sus labios -¿A dónde me llevas? -A la cama. Es lo que ambos queremos-. -¡No! Suéltame. -¿Por qué luchar contra esto? Estamos casados. La iglesia espera que tengamos hijos. Y sólo hay un camino para que eso suceda. ¿No lo sabes, muchacha? Su rostro tenía una expresión melancólica. -Sí, lo sé. . . pero. . – le encantaría 35

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tener hijos. Pero primero quería saber mas de el. Apenas se conocían entre sí, y él había sido un novio reticente. -¿Por qué me quieres, Graeme? No soy hermosa. Tu mismo hsa dicho que soy. . . una extraña, y no tengo experiencia en la cama - habia vacilación en los latidos del corazón. -¿Crees que no eres hermosa? -Las personas no ven la belleza en mí, solamente el mal. Él la dejó en el suelo. -Yo sólo veo belleza. Debo admitir que no eres como habia imaginado. Ella sonrió con tristeza. -¿Creiste que tenía una verruga en la nariz y el pelo negro y que volaba sobre un palo de escoba? Su silencio respondió a su pregunta. Se dio la vuelta. -Si estas tan convencido de que he traído el mal a Stonehaven, vete y dejame desempacar en paz -, dijo Blair, alejandose de él – Debo colgar mis hierbas de las vigas y guardar mis ungüentos en los armarios. -Así que te estas escapando una vez más, ¿verdad, muchacha? Es tu problema, yo no batallare para encontrar una hembra dispuesta para calentar mi cama - se volvió para irse, y luego se dio la vuelta, su oscura expresión la sedujo -Cuidado con lo que hagas aquí. Espero que lo que vi ayer por la noche no vuelva a suceder. Es mi última advertencia. El aura que lo rodeaba se volvió de color azul oscuro y amenazante. Blair se estremeció. ¿Por qué no podia ser como las otras mujeres? Debido a que Dios hizo de ti lo que eres y no lo puedes cambiar, respondió un pequeña voz dentro de ella. Su misión en la vida era sanar, y nada podría cambiar el curso de su destino. Después de Graeme salio, Alicia volvió y ayudó a Blair a colgar las hierbas en el techo. A continuación, Blair regresó al castillo más que dispuestas a romper finalmente su ayuno. Graeme se sentó con sus parientes, riendo y hablando sin mirar en su dirección. Blair trató de consolarse con la idea de que ser ignorada por Graeme era lo mejor para ambos. Lo que le molestaba, sin embargo, era la forma en que Glenda adulada a Graeme. En ese momento, Blair habría dado cualquier cosa por ser como las otras mujeres. Después de que terminó de comer, Jamie la llevo a recorrer el castillo. Comenzaron con el almacén en el primer piso y procedió piso por piso hasta el parapeto. Era pequeño en comparación con Gairloch, pero tenía muchas cualidades entrañables, tales como tapices en las paredes para protegerse del viento y el frío, chimeneas numerosas. Estaba bien cuidada y tenía ventanas de vidrio. La sala estaba impecable, al igual que los dormitorios y la cocina, debido sin duda, a la vigilancia de Maeve y la excelente dirección de Jamie. Incluso la guarnición estaba sorprendentemente limpia y ordenada. -¿Cuántas personas viven dentro del castillo?- preguntó Blair impresionada por todo lo que había visto. -Varía- explico Jamie -en función del número de guardias que sirve Laird Graeme en un momento dado. Los primos del laird viven aquí, como lo hace Stuart, su tío. Y ocupan el tercer piso. Maeve y yo olcupamos las habitaciones en la parte 36

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trasera - Jamie desenganchó un manojo de llaves de su cinturón y se los entregó a Blair. -Estos son suyas ahora. Blair dudó. Ella no lo merecia. Era un fraude. -No estoy capacitada para cuidar del torreón-, admitió. -Soy una sanadora, y mis obligaciones siempre han sido cuidar a los enfermos y heridos. Le agradecería si usted continúa. Todo está funcionando tan bien en sus manos, que no ven la necesidad de cambiar las cosas. Jamie sonrió. -Estaré encantado de continuar. Pero le consulatre cualquier cosa. Maeve mencionó que le gustaría hablar con usted acerca de los cambios en el menú. Quiere saber qué os gusta - Al parecer, Maeve estaba dispuesta a aceptarla después de todo, e incluso queria complacerla. Más tarde ese día Blair se reunió con Heath, un tanto cínico pero amable era de la edad de Graeme, pero no ocultaba sus reservas con respecto a su matrimonio con su primo. -Graeme es especial-, le dijo Heath. -Su fe en Dios fue puesta a prueba en Francia. Fue herido pero volvió con nosotros. -¿Graeme luchó en Francia?- exclamó Blair. Sabía muy poco de su marido. -Sí. ¿Qué no habeis oído hablar de Juana de Arco? -Por supuesto, ¿Pero ella que tiene quje ver? -Graeme fue a Francia para unirse a su lucha. Fue uno de los escoceses que formaban parte de su guardia personal. Desconcertada, Blair le preguntó: -¿Por qué Graeme dejo su casa para luchar en suelo extranjero? -Éstaba convencido de que al derrotar al los Ingléses en Francia los escoceses saldrían beneficiados. Desafortunadamente, las cosas no fueron asi . Blair se estremeció. Sentía como si alguien hubiera caminado sobre su tumba. -Juana fue quemada en la hoguera, acusada de brujería por su propia iglesia. No puedo imaginar una muerte peor. -Ni yo puedo- estuvo de acuerdo Heath. -Graeme llegó a casa muy cambiado, Juana era todo para él. Blair se quedó inmóvil. -¿La amaba? Heath se aclaró la garganta y desvió la mirada, como si acabara de darse cuenta de que hablaba con demasiada libertad. –Si quieres saberlo tienes que preguntar a mi primo sobre ello. -De repente, su expresión se volvió dura - Lo que estoy tratando de decir es que Graeme no necesita mas brujería en su vida. Se casó contigo para pagar una deuda con tu padre, porque es un hombre de honor. Haré todo lo que esté a mi alcance para protegerlo de ti Aturdia por la vehemencia en la advertencia de Heath, Blair dijo: -Jamas le haría daño a Graeme, incluso si pudiera. Disculpame, tengo que atender a mis deberes . Blair se apresuró, sólo para toparse con Alicia. -¿Estas bien muchacha? Te veo palida -No pasa nada, Alicia. -No me mientas. Te conozco mejor que nadie. ¿El Laird Graeme te molesta? -¿Sabías que Graeme luchó en Francia? Fue uno de los guardias de Juana de Arco. Ella fue acusada de brujería y quemada en la hoguera. Ahora entiendo 37

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porque Graeme desprecia la brujería -No te preocupes. Tu eres una una mujer del País de las Hadas, no una bruja. -Es lo mismo para Graeme. -Pero nosotros sabemos que no es verdad. De poco consuelo fueron sus palabras para Blair -¿Tu vas para la cocina? Debo consultar a Maeve sobre el menú. -Ire contigo , después quiero ir a la despensa. Después de que Blair se reunió con Maeve, se unió a Alicia en la despensa. La encontró moliendo hierbas con un mortero. El olor de la raíz de milenrama y la malva impregnaba el aire, haciéndole recordar su casa y su padre. No había tenido tiempo para llorar, y le dolía de su pérdida. Tal vez más tarde iría a la capilla a orar por su alma. No parecía haber un sacerdote en Stonehaven, pero no necesitaba a nadie para ayudarla en su oraciones. Blair y Alicia trabajaron juntas en amigable silencio hasta que la hora de la cena se acercó. Alicia puso las manos detrás de la espalda y se estiró. –Es tarde. Debeis cambiarte esa sucia bata antes de unirte a tu marido en la sala. -Estás cansada, también, Alicia. Vuelve a el castillo. Voy a seguir en un pocos minutos. Quiero poner los frascos en el armario antes de irme. Alicia asintió con la cabeza y se fue. Blair terminó su trabajo y estaba por irse cuando sonó un fuerte golpe en la puerta. Sorprendida, Blair se apresuró a contestar la llamada, suponendo que alguien tenía necesidad de sus poderes curativos. Una chica de unos doce años, con lágrimas corriendo por su las mejillas, cayó de rodillas antes Blair y le cogió la mano. -Por favor, señora mía, oí decir que erais curandera. ¿Podéis ayudar a mi madre? Blair levantó a la niña. -¿Qué le pasa a tu madre, muchacha? Tengo que saber lo que aflige antes de poder ayudarla. -Está de parto, pero su bebe no ha llegado. Tiene terribles dolores Blair cerró los ojos. La visión que se formó mostraba una niña pequeña luchando por su vida dentro del vientre de su madre. -¿Dónde está tu padre? -Papá se fue a Inverness. Dijo que iba a regresar antes de que el bebe naciera, pero algo debe haberle retrasado. ¿Queréis venir, señora? -Por supuesto- dijo Blair sin dudarlo. -¿Dónde vives? -En el pueblo. -Dame un momento para reunir lo que necesito. Blair coloco varias bolsas de hierbas secas, tarros, botellas y trapos limpios. Brevemente considero decirle a Graeme a dónde iba, pero decidió no hacerlo. Su primer deber era la mujer que sufria. Las explicaciones podían esperar. La niña, cuyo nombre era Carla, vivía con su madre, y dos hermanos menores en una casa de campo en la aldea. Blair escucho los gemidos de dolor antes de llegar al serbal plantado en la puerta principal para alejar los malos espíritus. En el interior, Mab no estaba sola. Varias mujeres vecinas y de la comadrona local, se reunieron alrededor de la cama, cada uno tratando de ayudar a Mab en su propio 38

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camino.Todo el mundo se quedó en silencio cuando Blair entró en el cuarto lleno de gente. El aire en su interior era fétido, asfixiante y lo primero que Blair hizo fue abrir las ventanas. -¿Qué estáis haciendo?- desafió a una mujer. –Soy Gunna, la partera, y no necesito ayuda -MI mama la necesita- insistió Carla. -Yo la traje. Mamá ha estado sufriendo por horas -¡Horas!- exclamó Blair. -Por favor, muevanse a un lado. Mab necesita mi ayuda -¡Es la bruja!- murmuró alguien. la habitación se convirtió pronto en un hervidero de murmullos. La partera se negó a ceder. -¿Quién le dio permiso para interferir? Blair supo que a fin de salvar a Mab y su bebe, se vería obligada a ejercer su autoridad. –Soy la esposa de su señor, no necesito mostrar mi propia autoridad. Salgan todos ustedes, menos usted. –dijo señalando a una anciana ¿Cuál es tu nombre? -Rona, señora. -¿Alguna vez ha ayudado el nacimiento de un crío, Rona? -Oh, sí, señora, muchas veces. Asisto a la partera. -Bueno. ¿Estás dispuesta a ayudarme? -Sí, señora. -Vamos a ver-, dijo Gunna beligerante. -He dado a luz a la mitad de este pueblo desde mucho antes de que vos hayais nacido. -No estoy tratando de usurpar su posición, pero Mab necesita más ayuda de lo que puede proporcionar. -Que la esposa del laird me ayude, Gunna- dijo Mab débilmente. –No quiero perder a mi bebe. Murmurando su desaprobación, Gunna salió del cuarto con las demas detraz de si. -¿Me puedo quedar?- preguntó Carla. -No, hija-, respondió Blair amablemente. –Ve con tus hermanos pequeños. Ellos te necesitan ahora. Ten la seguridad de que tu madre está en buenas manos. Blair se puso a trabajar. Mab parecía estar debilitada por las largas horas de trabajo, decidió que la pobre mujer necesitaba algo más fuerte para aliviar el dolor que un palo para morder. Revolviendo en su cesta, sacó una bolsa de hojas. -Hojas de frambuesa- dijo entregándoselas a Rona. – Un te fuerte de esto té aliviará, Mab. -¿Podéis ayudarme, señora?- preguntó Mab, retorciéndose de dolor cuando otra contracción contorsiono su cuerpo. Una vez a solas con su paciente, Blair puso su mano sobre el agitado estómago de Mab y cerró los ojos. Inmediatamente una imagen del crío en el interior se formo ante sus ojos. La niña pequeña trataba de salir con los pies por delante. Blair sentía el débil latido de su corazón y sonrió. -Cierra los ojos, Mab y trata de concentrate en tu bebe- pidió Blair con voz suave. –No pienses en el dolor y este se ira poco a poco 39

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En silencio, implorando a los espíritus aliviar el sufrimiento de Mab, Blair se concentro en sus poderes, de buena gana tomaria el dolor de Mab en su propio cuerpo. Una punzada de dolor ataco su brazo, tan insopottable que gritó. Luego Mab se relajo debajo de su mano como ella sabía que lo haría -¿Qué pasó?-, preguntó Mab. -El dolor se ha ido. ¡Oh, señora, es un milagro . Rona escogió ese momento para volver, con la taza de humeante té. -Es Mab. . . es ella. . . -Mab está bien-, dijo Blair, -pero tenemos que darnos prisa si queremos traer un retoño sano en este mundo. Ayuda a Mab beber el té, y luego buscame una palangana de agua caliente y jabón. Rona puso la taza en la boca de Mab hasta que el vaso se vació. Luego se apresuró a buscar el agua caliente y jabón. La mano de Blair todavía estaba en el abdomen de Mab cuando Rona regresó, pero ahora Blair tenía el ceño fruncido. Sentía la angustia del crío y le preocupaba su supervivencia. Apartándose de Mab, se lavó bien las manos y envió a Rona otra vez para una cuenca de agua tibia para bañar al crío y pañales para envolverla. Luego se puso a trabajar para recibirlo Blair miró a Mab, vio que aun estaba libre de dolor pero algo aturdida –Voy a girar al bebe para que pueda nacer - dijo –Relaja tu mente y no pienses en nada mas que en el bebe que amas -. Su voz fluía lento y suave mientras miraba profundamente en los ojos de Mab. – No sentiras nada, Mab. Ya he expulsado tu dolor. Relájate hasta que te diga que debes pujar -Sí, mi señora- dijo Mab, sus ojos vidriosos sin dejar nunca los de Blair Blair se puso a trabajar. Poco a poco, con una experiencia adquirida en conocimientos transmitidos de generación en generación de mujeres Faery. -Puja, Mab. El bebe llego a las capaces manos de Blair más tarde, pero vio que no respiraba. -Tienes una hija, Mab-, dijo Blair mientras cortaba el cordón. Para Rona, quien acababa de regresar con la palangana de agua caliente, que le dijo -Encargate de la placenta y ve limpiar a Mab. El crío necesita mi atención. -El bebe no llora- dijo Rona, la preocupación coloreaba sus palabras. -¿Nacio muerto? - exclamó Mab. Blair ignoró sus preguntas. Estaba luchando contra el tiempo, los labios de la nena estaban azules y su piel era de color gris ceniciento, apenas podía detectar los latidos de su corazón en el pecho pequeño. Metió a la niña en la cuenca del agua caliente, la lavó y le quito la mucosidad de la boca. El bebe no respondió. Blair cerró los ojos, invocado al Dios de la gracia y empezó a masajear el pecho delgado por encima de su corazón. A los pocos minutos sintió las vibraciones. Entonces la niña abrió la boca y dejo escapar un grito. Inmediatamente sus labios se tornaron rosados y la piel perdió la palidez. -¡Vive! ¡La oí llorar! –llamo Mab desde la cama. Blair envolvio al bebe en pañales y lo llevo a Mab. Cuando levanto la vista, vio a Graeme al pie de la puerta. -¿Qué haces aquí? -Cuando no apareciste para la cena pregunté por ti y Stuart reconocio haberos visto salir del castillo con alguien del pueblo. Quería saber lo que estabas haciendo y te he seguido. 40

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-¿Cuánto tiempo has estado allí? -Lo suficiente para conocer que el crío nació muerto. ¿Qué hiciste para devolverle la vida? –miro a su alrededor con una expresión mezcla de asombro y repugnancia. -¿Ha usado magia? ¿Se puede resucitar a los muertos? ¿Es que uno de tus poderes? -El bebe no estaba muerto- afirmó Blair. -Yo no puedo revivir a los muertos. Sólo Dios puede hacer eso. -¿Qué paso con la madre? Las mujeres que estaban esperando afuera dijeron que pensaban que había muerto debido a que sus gemidos y gritos se detuvieron después de tu llegada. La comadrona estaba furiosa, has ido demasiado lejos. Has hecho crecer tu reputación de ser una bruja y te ganaste un enemigo. -Ayude a una madre a traer un hijo al mundo esta noche-protestó pasando junto a él. -Tengo que dejar instrucciones para la atención de Mab, con Rona antes de irme. Blair volvió a la habitación y recogió sus cosas. Después dejar varias bolsas de hierbas con las instrucciones para su uso, salió de la pequeña casa de campo. Graeme caminaba detrás de ella. -¿Puedo llevar a mis hermanos a ver a mi madre y mi nueva hermana mi señora? , preguntó Carla tímidamente. -Tu madre está descansando, pero estoy segura de que le gustaría verte Carla tomó la mano de Blair y la besó. - Gracias, mi señora. No creo en lo que Gunna dice, no puedes ser una bruja. Blair miro fuera de la casa a donde Guna y sus compinches le dirigían miradas amenazadoras, que no presagiaban nada bueno para ella en Stonehaven. El ambiente de tensión crepitaba con una palabra que trajo el miedo a su corazón. Bruja. -Vete a casa-, ordenó Graeme a la mujer. -No hay nada más que puedes hacer aquí. Mab y su retoño se encuentran bien y enbuenas manos . Como para confirmar sus palabras, Rona apareció en la puerta con la criatura en sus brazos. -El señor dice la verdad-, dijo - y tenemos que dar las gracias a su dama. La sonrisa que le otrogo a Blair le dijo que al menos había hecho un amigo en el pueblo. Con el tiempo, tenia la esperanza de ganarse la confianza de los que temian a sus poderes, y eso incluía a su marido. -¿Tienes alguna idea de lo preocupado que estaba cuando me enteré de que habías ido al pueblo? Los escoceses son supersticiosos, como bien sabes. No confian en ti todavía. - El bebe de Mab estaba en peligro y no podía permitirme el lujo de retrasarme. La incredulidad se pinto en el rostro de Graeme. -¿Cómo sabias eso? -Yo. . . presentía que - balbuceo Blair. -Carla insistió en que debía acudir de inmediato, y así lo hice. -Ta has hecho de un enemigo poderoso-, dijo Graeme mientras la agarraba del brazo llevándola hacia el castillo. La niebla se había apoderado de las colinas y se levantó contra a tierra con zarcillos espeluznantes. Podia ser peligroso a menos que uno estuviera acostumbrado a viajar por el camino. -Gunna es la partera de confianza. No debiste haber interferido. Tienes que prometerme que seras más prudente en el futuro. 41

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Un lobo aulló, y un escalofrío me recorrió la columna vertebral de Graeme. Era una noche perfecta para espíritus y demonios, si uno creia en ellos. -No puedo hacer esa promesa- objetó Blair -Tengo que ir a donde Me necesitan. Graeme se detuvo. La presión en el brazo llevó a Blair a pararse junto a él. -¿Qué pasa, Graeme?- preguntó. -Te necesito, Blair. Un silencio tenso se produjo. Cuando habló, sus palabras tenían un dejo de tristeza – No es lo mismo, Graeme. Amarte saería tan fácil, pero. . -Pero, ¿qué?-A menos que mi amor sea correspondido, voy a perder mis poderes. -Lo que me pides es imposible. Lo sabes. Quisiera conocerte mejor, pero.. -Hasta que llegue ese día, no arriesgare mi corazón. -Yo solo pido tu cuerpo. Ella respiró hondo y se alejó. -¿Qué sucede? No he pedido tu corazón. -Sí, lo hiciste, Graeme Campbell,- susurró. –jamas podre entregarte mi cuerpo porque de hacerlo dejaría a mi corazón vulnerable al amor. No quiero perder mi alma por ti Su mano se mantuvo en su brazo, un recordatorio visible de su fuerza. -¿Qué pasaria si te dijera que te amo? -Entonces diría que eres un mentiroso, Graeme Campbell. ¿Era un mentiroso? Se pregunto Graeme. No, decidió. Sólo un loco, porque solo un demente podría amar a una bruja.

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Capítulo Cinco Durante los días siguientes, las palabras de Graeme persiguieron a Blair ¿Cómo se atrevia a mentirle?. No era posible que la amara. La quería en su cama y haría cualquier cosa por llevarla hasta allí. Pero aún más sorprendente era el hecho de que ella quería estar en su cama. Lo único que se lo impedía era la profecía. Algunos de los valientes parientes de Graeme habían solicitado su servicios para diversas dolencias. Había tratado quemaduras de menor importancia con ungüentos, jugo de sauce extraído de la corteza y las hojas de ese árbol para aliviar los dolores relacionados con la fiebre y los resfriados.Si bien se cuidó de no dar a nadie una razón para tenerle miedo, todavía era considerado mala por Gunna y su compinches. La partera había hecho de Blair, el objetivo para toda la ira y el odio del pueblo. Cada día Alyce le informaba que circula un nuevo chisme sobre sus conocimientos de brujería y artes oscuras. Blair vio poco a Graeme durante esos días. Obviamente, él la evitaba. Una noche, cuando la luna llena estaba alto en el cielo,Blair fue atraída a la despensa por su voz interior. Era como si los espíritus la estuviesen llamando. Durante todo el día una sensación de muerte inminente la tenia preocupada. No podía ignorar más a los espíritus de lo que podía niegarse a sí misma el aire. Se puso una bata sobre el camisón y dejó en silencio su habitacion. Fue después de la medianoche, y nadie se movió dentro de el castillo al bajar de puntillas por las escaleras, alumbrándose con una vela. Llegó a la sala de destilación sin ningún incidente, puso la vela en su mesa de trabajo y en silencio comenzó sus preparativos. Utilizando una piedra caliza que había traído con ella desde Gairloch, dibujó un círculo sobre las baldosas ante la ventana abierta y salpicado hierbas secas en el interior. Luego coloco las velas en medio del círculo, entró y encendió con un haz de leña. Cuando las velas ardían y sus llamas comenzaron a cambiar de color, la luna apareció de repente más brillante, derramando su luz por la ventana abierta y poniendo a Blair en un resplandor plateado. Alzando los brazos, se acercó a abrazar la luz, y abrió su alma a las fuerzas de la naturaleza, invitando a los espíritus en su mente y corazón. Luego cantó: - Espíritus, vengan a mí, abran mis ojos y déjenme ver Una neblina que se formo ante sus ojos como una brisa sopló a través de la ventana, levantando la pesada carga de su pelo y sus faldas. Entonces la niebla poco a poco se fue despejando y vio a su hermano claramente como si estuviera de pie ante ella. No estaba solo. Donal MacKay estaba con él. - ¿Qué quiere decir?- gritó a los espíritus. - ¿Qué están tratando de decirme? Una voz flotaba a su lado en el viento, suave, bajo, urgente. - Ellosvienen y todo cambiara para siempre. - ¿Cómo voy a cambiar? La voz resonó hueca en el pequeño espacio. - ¿Sabes lo que debes hacer para sobrevivir? Unirte a tu marido. Cuidado con el fuego, el agua y la 43

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piedra. -¿Qué pasa con mi marido? -Sólo él te puede salvar. -No lo entiendo. Niall y MacKay ya no pueden dañarme. La voz era un susurro, - Para frustrar sus planes, debes convertirte en una esposa. . . una esposa. . . una esposa. . . - Las palabras se perdieron dejando a Blair más confundido que nunca. - Espera, soy una mujer. ¿Qué más debo hacer? La respuesta fue débil, pero todavía audible. El peligro acecha tanto a ti como a tu esposo. Una ráfaga de viento frío sopló sobre ella, dejandole la carne fría y el corazón helado de pavor. Apretando los ojos, Blair pidió a los espíritus volver, pero se mantuvieron obstinadamente en silencio. Las imágenes de su hermano y MacKay se habían ido, pero sentía la amenaza profundamente. Blair apagó las velas y dio un paso fuera del círculo. Guardo las velas en la alacena. Luego salió de la despensa y regresó a el castillo. Graeme se alejó de la ventana, su expresión endurecida por una mezcla de incredulidad y horror. Por puro azar aún estaba despierto a media noche y se había acercado a la ventana a tiempo para ver a Blair entrar en la sala de destilación. Blair había llamado su atención de inmediato al entrar en la despensa. Su primer impulso había sido seguirla y ver lo que haría. Entonces sucedió algo extraño. La luna parecía más brillante, momentáneamente cegadora . Graeme se quedó estupefacto, el tiempo parecía haberse detenido. ¿Qué estaba sucediendo dentro de la despensa? ¿Blair fue ahí a prácticar magia negra? ¿Estaba conjurando malos espíritus? ¿Hablando con el diablo? Sacudió la cabeza con desaliento. Tenia la intención de averiguar lo que estaba haciendo. Antes de que pudiera moverse, vio salir a Blair de la despensa. Vio cómo regreso a el castillo, a continuación, salió de su habitacion. La mente de Blair estaba tan confusa. El mensaje que había recibido no era comprensible. Cuando puso la vela sobre la mesita de noche,sentía espinas a lo largo de su columna vertebral. Sabia que no estaba sola. Se quedó inmóvil y miró hacia las sombras más allá del anillo de luz de las velas. -¿Quién anda ahí? Una figura emergió. Un hombre alto y con hombros anchos y delgados. Llevaba una manta sostenida por una amplia gama de cinturón y nada más. Blair se alejó de la amenaza inherente a su postura. -¿Qué estás haciendo aquí? -¡Es mi casa. Voy a donde me plazca. 44

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-Vete. -¿Qué estabas haciendo en la despensa?¿Qué clase de hechizo conjuraste? -Yo no hago hechizos. Entro en comunión con los espíritus de la naturaleza. Sus cejas se levantaron. ¿En mitad de la noche? -El tiempo no importa. Debo responder a su llamada cuando me convocan -¡Basta, Blair! Detente ahora mismo. No hay espíritus. Solo existe Dios, y Él no habla con simples mortales. No haces nada fácil mi voto de protegerte ¿Y si alguien te ha visto ir a la despensa a esta hora? ¿Qué pasa si alguien mal interpreta tu propósito y te acusa de brujería? ¿Debo encerrarte dentro de esta habitacion en la noche? Blair necesitaba hacer a Graeme entender que el peligro le acechaba. Tenía que encontrar una manera de llegar a él. -Escuchame, Graeme. Hay algo que debes saber. Él le dirigió una mirada escéptica. -Adelante. -Niall y MacKay Donal están planeando algo -¿Qué? - preguntó. He de atemorizarme? -Sí, Alerta a tus hombres y toma precauciones para protegerte y proteger tu propiedad. ¿Cómo sabes esto? -Yo. . . Simplemente lo sé. -Dame una prueba. Ella sacudió la cabeza. -Tienes que confiar en mí. -No es suficiente, como para actuar en consecuencia. Me niego a asustar a mis hombres por algo que percibimos, pero que no puedes probar. -Los espíritus -¿Los espíritus que? - desafió Graeme. -¿Los espíritus malignos? -¡No! Los espíritus me advirtieron de un peligro inminente. A veces los veo en sueños y visiones. -¿Qué te han dicho esta noche? ¿Esos seres espirituales te aconsejan acudir a mi cama? Él estaba más cerca de la verdad de lo que Blair quería admitir. Créeme. Mi hermano no es un buen hombre, y MacKay Donal es aún peor. Juntos representan una amenaza real para nosotros. -Estamos casados, Blair. Niall no puede hacer nada para dañar ninguno de los dos. Estás a salvo aquí, en Stonehaven. -¿Qué puedo decir para convencerte de que prestes atención a mi advertencia? El peligro para nosotros es real. No sé cómo ni cuándo, ni que formar ha de tomar, pero llegará. Graeme se paseó hacia adelante hasta que se encontraban cara a cara. Me niego a tener miedo por amenazas vagas. Tu imaginación es 45

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verdaderamente increíble, muchacha -. Sus dedos se afianzaron alrededor de sus hombros. -Le prometí a a tu padre que cuidaría de ti, y eso incluye la protección de tus propias locuras. Olvídate de esas tonterías acerca de los espíritus y concentrate en perfeccionar tus habilidades de curación. Da a mis parientes una razón para no temerte Su voz era tan severa que Blair trató a apartarse, pero él no lo permito. Su rostro, medio oculto por las sombras, se puso tenso - Quizá debes dormir en mi cama para que pueda asegurarme de que no vagaras enmedio de la noche. Ella lo miró con los ojos desorbitados y la boca abierta. De repente, el mundo entero se ecpliso en sus ojos azules y no pudo mirar hacia otro lado. El brillo en la mirada de Graeme debería haberle advertido acerca de sus intenciones. Sin ningúna otra advertencia, tomo su boca con fuerza, la magia la envolvía y se perdía en la plenitud dulce de su beso, en la sensación embriagadora de sus fuertes brazos que la sostenían contra su calidez. Pero incluso mientras disfrutaba de su beso, Blair odiaba saber que Graeme podría hacer con ella lo quisiera. Su fuerza era su orgullo. No era una criatura débil, cuya vida no estaba completa sin un hombre. Vagamente se preguntó si Graeme tenía la menor idea del efecto que tenía sobre ella. No podía negar que sus besos la excitaban. Sin voluntad, su cuerpo se adelantó para fundirse con él. A pesar del placer que sentía, estaba furiosa y humillada por la forma en que sus endurecidos pezones se pegaban a su pecho y por la forma que el calor se convertía en humedad entre sus piernas. Entonces las palabras que había oído antes en la despensa volvieron a persergurla. Si interpretaba correctamente sus consejos, los espíritus querían que ella se convirtiera en la esposa de Graeme en todos los sentidos. Ese pensamiento era tan emocionante que inconscientemente se permitió devolverle el beso para reunirse con su empuje lingual, abrir la boca y saborearlo plenamente. Se dio cuenta de que nunca se había sentido más cerca de perder sus poderes que en ese momento. Luego sintió su mano sobre el pecho, su carne ardio a través del material de camisón y la bata, sabía que si ella le permitia consumar su matrimonio, todo cambiaria para siempre, al igual que los espíritus había advertido. Blair ya estaba medio enamorada de Graeme y temia que la comunión de su cuerpo sería el fin de sus poderes. . . a menos que él la amara a cambio. Y eso no sucedeia nunca. Trató de apartarlo, pero él la mantuvo firme en su contra. -¿Qué estás haciendo?- exclamó ella tratando de liberarse del beso -¿Qué quieres de mí? -Nada que no tenga derecho a reclamar. ¿Niega que mis besos no te 46

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estremecen? Un hombre puede decir cuando una mujer se siente atraída por él. Tengo necesidades. ¿Por qué debería satisfacerlos en otros lugares cuando tengo una esposa? -No te mentire, Graeme. Me siento atraído por ti, pero no puedo renunciar a mis poderes por el placer físico. El día que me digas que me amas te entregare mi cuerpo. Él se echó hacia atrás como si la hubieran golpeado. -¿Quieres que te mienta? Nunca podre amar a nadie -Amas a una mujer muerta! - denunció Blair. -Heath me dijo todo sobre Juana de Arco. -Heath no debió haerlo, pero no voy a mentir. Nunca habrá otra como Juana. Yo la adoraba por su integridad, su inocencia, su entusiasmo y su fe inquebrantable. Me cautivo pues estaba muy por encima de mí. Me es difícil imaginarme a mí mismo enamorado de una mujer menos digna que ella. Dado que jamás podrá volver a vivir. El amor ha dejado de existir para mí. El corazón de Blair se hundió. ¿Cómo podía competir con una santa? Su situación era desesperada. No importa lo que los espíritus le habían dicho, Graeme nunca la amaría. Debes irte-, dijo Blair. -¡Es tarde, y ambos n ecesitamos dormir! -No hasta que convencerte de abandonar esta locura. Vi morir a Juana, vi las llamas lamer su frágil cuerpo. La gente la llamaba bruja. ¿Crees que quiero la misma suerte para ti? De repente caía en la cuenta de lo que el queria -¿Quieres que me enamore de ti, aunque sepas que nunca corresponderas a mi amor?. -¡Es mucho mejor perder tus poderes, que morir quemada!. No es un espectáculo agradable. No estoy convencido de que poseas poderes mágicos, y no me importa. Si crees que amarme te hará perder esos poderes, considero que es algo bueno y estoy decidido a hacer que suceda. Tengo la intención de protegerte, Blair, incluso de ti misma. Eres tu propia enemiga. -Me niego a dejarte entrar en mi corazón, Graeme Campbell - declaró. -Quizá ya estoy allí - insinuó y luego frunció el ceño cuando se dio cuenta de lo que había dicho. -Ámame con tu cuerpo. Demuestrame que eres inmune a mí. Blair arrastro un suspiro entrecortado. - Sabes que no soy inmune -¿Tus poderes significan tanto para ti? -Son la razón de mi ser. -No puedo protegerte si no quieres cooperar. Blair enderezó los hombros. -No pido tu protección. A diferencia de mi padre, yo no creo que el matrimonio va a protegerme de los que quieren 47

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hacerme daño. -Te dejo con un pensamiento- dijo Graeme. -Me ames o no, voy a hacer lo que debo hacer para protegerte. Y eso significa dejar de conjurar poderes sobrenaturales. Escuchame Blair. Piensalo dos veces antes de hacer alarde de mi autoridad. Te prohibiré ir a la despensa, si tengo que hacerlo - con estas palabras, partió de la habitacion. Exhausta y confundida, Blair busco su cama. Su carne todavía quemaba donde Graeme la había tocado, y sus labios estaban en llamas. Despejó su mente de malestaresy se obligó a dormir. El sueño comenzó casi de inmediato. La gente estaba de pie sobre ella mientras yacía en una cama sin poder hacer nada. El sueño se convirtió en una pesadilla cuando vio a su hermano Niall y MacKay Donal, sus expresiones duras, luego otra figura se movió en su línea de visión. ¡Gunna la partera! Sus manos ásperas se metieron en sus piernas separadas. El grito murió en la garganta de Blair como el sueño terminó abruptamente. Jadeaba bañada en sudor. La advertencia del sueño era explícito. Niall y MacKay Donal no había aceptado su matrimonio con Graeme y tenían la intención de destruirlo. El sueño implicaba que Niall sospecha que todavía podría ser virgen y tenia intención de probarlo con el fin de pedir la anulación de su matrimonio con Graeme. Niall la odiaba por muchas razones. Siempre se había resentido de la lealtad de los parientes de ella y estaba celoso del amor de su padre. Pero más que eso, le temía. Las veces que la había acusado de brujería y trató de poner a sus parientes en su contra eran demasiado numerosas para contar. Contra los deseos de su padre, la había prometido a MacKay. Una vez que ella estuviera bajo su control, Blair sabía que MacKay explotaría sus poderes. No podía permitir que eso pasara. Las mujeres Faery libres de elegir su propia vida, y ella había escogido el camino de la bondad. Sabía exactamente lo que tenía que hacer para frustrar a Niall. Blair se deslizó de la cama y miró a la puerta de conexión entre su habitacion y la de Graeme. Cogió la bata y a continuación, decidió no hacerlo. Iría a Graeme libre de ataduras. Sus rodillas temblaban mientras cogía el candelero, y marchaba resueltamente hacia su destino. La puerta se abrió sin hacer ruido por debajo de sus dedos, y entró en la habitación. Su mirada se dirigió inmediatamente a la gran cama envuelta en gruesas cortinas. Decidida se arrastró hacia adelante, sus pensamientos se centraron en lo que tedndria lugar en la cama muy pronto. La respiración se le detuvo en el pecho cuando las cortinas se abrieron y Graeme irrumpió a través de ellas. 48

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-¡Qué demonios!- Rugió cuando vio la forma temblarosa de Blair. - Nunca, nunca vengas a mi de esa manera. Podría haberte matado -Yo. . . yo. . . - las palabras le fallaron. Graeme estaba desnudo. Cada músculo y tendón de su cuerpo ondulaba con energía. La mirada de admiración de Blair se fijo en su torso enorme. Cuando él se había levantado en la cama había sentido miedo, pero que ya no. Estaba totalmente, hipnotizada. Lentamente, su mirada se deslizó más abajo, haciendo una pausa en la unión de sus muslos, su hombría comenzaba a hincharse. Blair no pudo apartar los ojos de inmediato. -Sigue mirándome así y nada me detendrá de arrastrárte a mi cama y hacerte mia. ¿Que estas haciendo aquí? Dejaste muy en claro que no querías nada conmigo. -Una mujer puede cambiar de opinión, ¿O no? Graeme se desconcerto por completo. Si Blair le hubiera dicho que estaba volando a la luna, él no podría haber quedado más sorprendido. Miró sus pies pequeños, el pelo como hilos de oro cayendo sobre sus hombros y esos ojos color violeta enormes en su rostro pálido. Parecía un ángel venido a la tierra. Era evidente que estaba tramando algo. Agarró su manta envolviendola alrededor de su cintura. -Exactamente ¿Porque has cambiado de opinión, muchacha? -Yo. . . Yo. . . Esto es difícil, Graeme. Él la alcanzó en tres pasos largos y la agarró por los hombros. -Sólo puedes decir lo que viniste a decir. Observó con atención mientras ella tragó saliva y pareció recoger su valor. Cuando lo miró, se olvidó de todo. No obstante, se mantenía al margen, esperando que le dijera lo que que quería de él. Oró porque fuera lo mismo que él. Cerró el espacio estrecho entre ellos, presionando tan cerca, que el calor de su cuerpo le chamuscó. Él gimió, cuando su lengua rosada salió como una flecha para humedecer sus labios. Estaba tan concentrado en esos labios exuberantes. -Quiero ser tu mujer , Graeme. Ahora. Esta noche. Seguramente no había oído bien. ¿Por qué ahora? ¿Por qué esta noche?-- ¿Quieres hacer el amor ? ¿Porque has cambiado de opinión? ¿Decisite que la preservación de tus poderes no vale la pena para negarte a tí misma el placer de la cama de matrimonio? Blair debatía si contarle su sueño, pero temía que se reirían de ella. Graeme era un incrédulo. El matrimonio tenia que ser consumado si quería escapar de las maquinaciones de Niall. -Me equivoqué al negarlo- dijo Blair. -Tú eres mi marido. Graeme la apartó de él con las cejas levantadas con incredulidad. -¿Qué 49

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pasó para cambiar de opinión? ¿Soy de pronto tan atractivo? La consternación oscureció la frente de Blair. Esto no era la forma en que ella había pensado que lo haría. ¿Por qué se resitia Graeme ? Un súbito miedo le robo el color de la cara. ¿Ya no me deseas, Graeme?Su exhalación dura le dio esperanza. -¿Crees que ya no te quiero? Sabes que no es asi -Buscó su rostro. – Solo me pregunto . . . ¿No temes ya perder tus poderes? ¿Qué pasó para que cambiaras de opinión después de haber dejado tu habitacion? -Decidí que nunca te amare- mintió Blair, pensandolo rápido - Mis poderes se mantendrán intactos mientras el amor no entre en nuestro matrimonio. Negandose a mirarlo a los ojos, agregó:- No puedo tolerar la iea de otra mujer en tu cama. – eso al menos, fue la verdad. Él la miró durante un tiempo, Blair comenzó a temblar bajo su mirada. ¿En qué estaba pensando? ¿Por qué duda? -Dime la verdad, Blair. ¿Por qué estás aquí? Blair lanzó un suspiro. No había nada que hacer. Graeme quería la verdad, y ella tendría que decirle quería su cooperación. –Tuve un sueño. -¿Un sueño? ¿De eso se trata todo esto? -No te burles, Graeme. Mis sueños son presagios del futuro. Él la llevó a la cama y la instó a sentarse. -¿Qué parte del sueño te convencio de venir a mi? -Le tomó la mano entre las suyas, ella estaba temblando. -Niall y MacKay Graeme se puso tenso. -¿Qué pasa con ellos? Estamos casados, no pueden hacerte daño. -Vienen a Stonehaven. Niall duda que nuestro matrimonio sea legal, y tiene la intención de darme a Mackay si considera queTodavía soy doncella. -Claro que aun lo eres- dijo Graeme. -¿Tu sueño te dijo como probarian que aun lo eres? - De pronto se quedó inmóvil, como si la respuesta hubiera aparecido abruptamente sobre él. –Tu hermanastro no se atrevera ¿Crees que lo dejare poner sus manos sobre ti? -Si lo soñé, es que va a suceder. -Así que decidiste ganar tiempo y venir aquí para consumar nuestro matrimonio, veniste a mi habitación para seducirme. -No quiero terminar con MacKay. És un hombre codicioso. Yo no sé cómo ni por qué, pero tiene intención de explotar mis poderes. -¿Yo soy el menor de dos males? -Tú eres mi marido. Eres el único hombre que tiene derecho a. . mi cuerpo. -¿Puedes hacer el amor conmigo sin comprometer tus emociones? -Creo que puedo. Ahora sé que eres un hombre que no podre amar, asi que 50

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ni mi corazón ni mis poderes están en peligro. Las comisuras de la boca de Graeme se levantaron. -Me niego a creen que los sueños pueden hacerse realidad, pero estoy dispuesto a hacer el amor contigo. –la agarro por los hombros, mirandoloa a los ojos -Dame un beso, muchacha-. Había tanto de pregunta y demanda en sus ojos azules. Intentó desviar la mirada, temiendo ver a través, pero no pudo. Arriesgar sus poderes era el menor de los males, tenia la sensación de que iba a disfrutar de esto. Vacilante, Blair levantó la cara y le tocó la boca con la suya. El encuentro de sus labios fue como prender fuego a la yesca,y Blair se estremeció cuando su cuerpo se volvió fuego líquido. Graeme respondio con lujuria. Su beso no era suave. Parecía que toda su pasión reprimida de varios días había estallado en el. La fuerza bruta de su lengua explorando su boca envió una sacudida de deseo atraves de ella. Los indicios de la pasión que había sentido Graeme cuando la besó antes no eran nada en comparación con ese momento. Sin pensarlo se apretó aún más a él, el hambre por sus besos cegó a la Profecía.

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Capítulo Seis Blair fue vagamente consciente de que Graeme la estaba moviendo, hasta que sintio que la acostaba en la cama. Abrió la boca cuando le elevó el dobladillo del camison reacia a permitir que le quitara el último jirón de modestia. Detuvo su mano. -¿Tienes que hacerlo? -Sí. No tienes idea de cómo me estoy quemando por ti – separo sus piernas con prontitud -Tengo que verte, tengo que saber todo de ti. Y cuando haya visto y probado a mi satisfacción, quiero sentir como te derrites a mi alrededor. Su nombre tembló en sus labios cuando la despojo del camison y lo arrojó a un lado. Ella trató de esconderse de él, pero, a continuación, sus piernas se quedaron sin fuerza cuando un dedo se deslizó hasta su húmeda grieta de su condición de mujer. -Oh. . . No debes hacerlo. -Sí, tengo que hacerlo. La acarició con una experiencia que la dejó sin respiración y jadeando por más. ¿Era de esta manera lo que sucedia entre un hombre y una mujer? Graeme parecía saber exactamente qué hacer, molviendo de manera lenta y rítmica su dedo entre los pétalos de su sexo. Ella gimió de frustración, sin saber qué había más allá de la excitación de las manos de Graeme y temiendo nunca volover a ser la misma después. Luego la besó, y el mundo cayó debajo de ella. Su cuerpo se arqueó hacia él, sus sentidos intensificados por el olor de su excitación, se sentía fuera de control. Cuando sus labios la abandonaron, envolvio los dedos en su pelo negro y tiro de él hacia atrás, pero llevo su boca hacia abajo para succionar sus pezones. Ella sintió que sus pechos se hinchaban y un calor líquido corrió por sus venas. Nada en su vida la había la preparó para esto. Pensó que todo lo que tenía que hacer era tirarse sobre su espalda y dejar que Graeme hiciera lo que quisiera, pero nada era como lo habia imaginado. Nunca habría pensado que su cuerpo fuera capaz de semejante sentimientos intensos. El placer era una ventaja que no había anticipado. -Tus pechos son perfectos- susurró. –Toda en ti es perfecto. De pronto se quedó inmóvil, como si de pronto fuera consciente de lo que había dicho. Luego se echó hacia atrás y la miró fijamente. -¿Qué pasa?- preguntó Blair, confundida por su repentina retirada. Graeme se levanto para ir por un candelabro, lo sostuvo por encima de ella. Se encogio bajo su oscura mirada mientras la exploraba, preguntándose que era lo que estaba buscando. -Date la vuelta. Quiero ver tu trasero -, ordenó Graeme. Un gemido de consternación salio de sus labios temblorosos. Lo sabía, oh Dios, lo sabía. Graeme estaba buscando la marca de una bruja sobre su cuerpo. ¿Qué tenia que hacer para convencerlo de su inocencia? Eestaba enojada tan enojada como no lo había estado nunca. ¿Cómo se atrevia a dudar de ella? Empezó a alejarse, pero Graeme la detuvo volviendola sobre la cama antes de que se diera 52

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cuenta de lo que pensaba. Protestó violentamente cuando sintió que su mano se deslizan sobre su trasero y sus piernas. -¿Qué esperas encontrar?-preguntó cuando la volvio sobre su espalda. –Lo se, buscas la marca de una bruja en mi piel Graeme se encogió de hombros. -Lo siento, muchacha. Tenía que saber. -¿Has encontrado lo que buscabas? -Solo veo una piel lisa, sin manchas.- Bajó la cabeza y la besó el abdomen. –Eres perfecta- Con un movimiento de la mano, se quitó la falda escocesa. -Espero que me encuentres tan tentador como yo te encuentro a ti ¿Todos los hombres estaban tan magníficamente dotados como Graeme? se preguntó. De alguna manera lo dudaba. La gran potencia de su sexo, empujando con orgullo sobre la mata de rizos oscuros en su ingle, y sul tamaño le produjo serias dudas sobre si podrian consumar el matrimonio. No seria capaz de tomarlo todo. Era un error. Se levanto de la cama, con la intención a huir. Como si fuera consciente de sus pensamientos, Graeme la atrajo hacia si apretandola contra su cuerpo duro. La longitud hinchada de su erección se apretó contra su vientre, caliente como el fuego y suave como la seda. Una gota de humedad salia de su nacarada cabeza, ya que, se deslizó entre ellos, cálido y resbaladizo sobre su piel. -No vas a ninguna parte-, le susurró al oído –Viniste a mi dormitorio para esto, ¿no? -Yo. . . no tenía idea que iba a ser así. Su voz era un ronroneo seductor como él comenzó una exploración lenta con las manos. -¿No puedes? El asombro creció hasta convertirse en algo poderoso, algo exigente. Pensó que se volveria loca de placer en cualquie momento, pero no fue nada en comparación con la sacudida que sintio cuando se deslizó por su cuerpo, le abrió las piernas y puso su boca a su intima carne. Su lengua tocó, cálida, húmeda y dura contra la perla de su clitoris. Ella gritó y trató de alejarlo, el impacto emocional fue demasiado. -No trates de escapar a la sensación - murmuró Graeme. -Está bien. No te haria daño ¿Cómo podia algo tan intenso, tan íntimo, estar bien? Sin voluntad empezó a mover sus caderas contra el beso de Graeme, impulsada por una urgencia sin nombre. Se arqueó y se retorcío bajo la presión persistente de su boca, temiendo que volaría. Como si fuera consciente de su dilema, él la sostuvo de las caderas para mantenerla abajo, mikentras seguia con besos tiernos de su boca y la lengua. Ella hundió los dedos en su pelo y lo acercó más, gimiendo de frustración porque no tenía ni idea de qué era lo que quería de él. Graeme debe haber sabido exactamente lo que quería, porque se desplazó hacia arriba, poniendo su sexo en el punto de unido de sus muslols. A la luz de la luna era musculoso y elegante, sus miembros y su torso un relieve fascinante. Sus rasgos reflejaban se necesidad, con los ojos llenos de pasión. Ella sintió que sus músculos se tensan mientras lentamente sus cuerpos se acoplaban, esperó estoica a que él comenzara su brutal asalto. ¿No era eso lo que todos los hombres hacian? No se dio cuenta que estaba conteniendo la respiración hasta que se sintió el sexo 53

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de Graeme pujando con insistencia en contra de su estrecha abertura, y luego la solto con un silbido. Cerró los ojos y esperó a que el dolor que sabía iba a venir cuando se rompiera dentro de ella. -Relajjate, muchacha. Voy a intentar no hacerte daño. -Pienso que esto no es una buena idea. -Es una idea maravillosa. Se acercó hacia adelante, lentamente deslizandose dentro de ella. Sintió la presión. . . una gran presión. Luego hubo un fuego desgarrador mientras empujaba su longitud por su estrecho pasaje, un ardor que le atravesó y salió a través de gotas de sudor en su frente. -¡Alto! Espera un momento -Está hecho-, jadeó. -Esto era lo que querías al venir aquí. Él se movió dentro de ella lentamente. A pesar de que trató de ser cuidadoso, era grande. Pero a medida que avanzaba más profundo dentro de ella, algo pasó. Comenzó a sentir placer a pesar del dolor, el placer que viene de la fricción lenta y sensual sobre su cuerpo de la satinada piel contra la de ella. Blair se aferró a él, suspendido en un lugar entre el placer y el dolor, con cada penetración profunda parecía empalarle el alma. Los espíritus se habían equivocado. Esto la cambiará para siempre. Sus pensamientos se detuvo de golpe, sentía el dolor de su virginidad rota pero este se disipaba en el éxtasis que comenzaba hincharse en su interior. Cerrando los ojos, se aferró a él, enterrando sus dedos en el pelo crespo de su pecho y aferrándose a él mientras se mecía en su interior. La fuerza de la pasión de Graeme estaba empujando a un éxtasis sin aliento. Graeme!- Su espalda se levantó mientras bombea más fuerte, más profundo, más rápido, enterrandose a sí mismo hasta la empuñadura en su interior. Luego se fue volando. Ella sintió que dejaba la tierra a toda velocidad, sintió la dicha de su vertiginosa liberación. Su punto culminante fue totalmente inesperado. No tenía idea de que las mujeres pudieran experimentar la misma estremecedora versión de lo que los hombres sentían. A lo lejos, escucho a Graeme jadeando mientras flotaba poco a poco volver a la tierra. -¡Es mi turno, muchacha- gruñó, besando su boca y renovando el asalto a su cuerpo tembloroso. Con un gemido sin palabras, le empaló una y otra vez, temblando con cada embestida profunda. Sintió que crecia más fuerte, mientras levantaba sus caderas para ir al encuentro de sus golpes contundentes. Su rostro contraído en el furor de éxtasis como un espasmo comenzó a sacudirlo. Con un grito llegó a su clímax dentro de ella, su palpitante de sexo contra las paredes de su pasaje se derramo como un líquido caliente Graeme no podía pensar. Hacer el amor con Blair era más de lo que esperaba. Era un la revelación aterradora. Estaba acostumbrado a un encuentro placentero, sin embargo, la profundidad de la alegría que vibraran a través de él robó su mente y debilitado su energía. ¿Qué había hecho Blair con el? El primer pensamiento que vino a su mente fue que había sucumbido a uno de sus hechizos. Lo que había experimentado con Blair era más profundo que cualquier placer que 54

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había conocido a otra mujer, más profundo en formas que no podía expresar. Si no tenía cuidado, podría convertirse en una adicción. Con gran renuencia salió de Blair cayendo sobre su espalda, su respiración agitada y el corazón que retumbaba contra el Su esposa era extraordinaria y sin precedentes. Volvió la cabeza para mirar a Blair, preguntándose si era realmente una bruja con poderes mágicos. Estaba acurrucada hecha bola a su lado, profundamente dormida, parecía un ángel. No la despertaría ahora, pero por la mañana tendría que darle una gran cantidad de explicaciones. Quería saber más acerca de sus sueños y visiones. Incapaz de resistir la tentación de su belleza etérea, le apartó un zarcillo díscolo del pelo brillante de la frente. La hebra de seda le quemó los dedos, y lo solto rápidamente, aturdido. ¿Qué tipo de magia era esto? Aunque Graeme trató de dormir, no podía. La razón de Blair por querer consumar su matrimonio no le gustó. Habia llegado a su cama porque tenía miedo de su hermano, no porque deseara a su marido. Dijo que nunca podría amarlo. Su pasión lo había sorprendido. No tenía ni idea que era capaz de semejante respuesta. Tal vez su respuesta física era la respuesta a sus problemas. Si pudiera hacerla amarlo, ella perdería sus poderes. Sin sus poderes, nadie podría acusarla de brujería, y estaria fuera de peligro. Sí, eso era lo que iba a hacer. Haria que Blair le amara, y podria al mismo tiempo disfrutar de los beneficios de la cama matrimonial. Mientras que su propio corazón estaria bien protegido, él sabía que Blair era vulnerable. Si la única forma de protegerla de sí misma era utilizar su vulnerabilidad, entonces que así sea. En cuanto a su sueño de MacArthur y MacKay. Se mantendria en guardia. Blair seguía durmiendo profundamente cuando Graeme se levanto de la cama al primer rayo de sol. Se lavó, se vistió y salió de su habitacion para desayunar, con cuidado de no despertar a Blair. Tomó asiento junto a Stuart y Heath, que estaban disfrutando de sus avena y tartas. -Es tarde, muchacho-, dijo Stuart. -¿Dormiste demasiado? Reprimiendo un bostezo, Graeme asintió con la cabeza y atacó el plato de avena que Glenda puso frente de él. -¿Qué te pasa esta mañana, muchacho?-preguntó Stuart. -¿Habéis pasado una mala noche? Graeme sonrió. -En realidad, tío, he pasado una buena noche. Heath casi se ahoga en su bannock. -¡Nunca te habias acostado con la bruja! ¿Estas loco, Graeme? -Blair es mi esposa. Dormir con la esposa es algo normal. -Quizá, es normal, cuando la esposa de uno es normal - se quejo Heath – No me preocupe por ti cuando supe que Blair no te aceptaba en su cama, pero esto lo cambia todo. Graeme le envió una mirada confusa. -¿Cómo es eso? -Después de acostarte con ella, eres más susceptible a sus hechizos. No queria decirte esto, pero ahora no tengo otra opción. Aiden vio ayer a tu mujer a escondidas en la despensa. Sólo Dios sabe lo que esta tramando. -Blair no nos hara daño, ni es una bruja-, protestó Graeme. -Haré todo lo que esté a mi alcance para protegerla de sí misma.- mordiiendo un pedazo de Bannock, masticó pensativo, y luego agregó: -Por cierto, Blair cree que su hermano y 55

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MacKay estan acechandonos. Advierte a los demás. Stuart negó con la cabeza. -Yo sabía que la muchacha era un problema. No debiste casarte con ella, Graeme. Y no contento con ello la has llevado a tu cama. Una vez que la bruja tenga sus garras sobre ti, lo que hara sers manipularte para hacer su voluntad. -¿Qué es exactamente lo que quieres decir con eso?- preguntó Graeme con un toque de diversión. -¿Cómo va a Blair manipularme? Stuart se encogió de hombros. –No lo se, muchacho. ¿Qué suponéis que estaba haciendo en la despensa a esa hora de la noche? -En comunión con la naturaleza-, dijo Graeme por falta de una mejor respuesta. Heath puso los ojos en blanco. –¿Vas a decirme que te has enomaroado de la muchacha? Graeme vaciló. -Ninguna mujer puede llegar a ser como Juana - dijo con cuidado. -Ya es hora de que te olvides de la pobreJuana - informó Stuart. Hizo un movimiento hacia la descuidada Glenda, que estaba cerca llevando una jarra de cerveza de barril. -¡No es un secreto que Glenda siente algo por ti. Puedes tomar lo que se te ofrece en lugar de caer bajo el hechizo de tu esposa bruja. Graeme empujó su copa y se puso de pie. -Basta ya de decir disparates. Blair no es una bruja, ni es capaz de lanzar conjuros. Lo que hago en la intimidad de mi dormitorio es asunto mio. Si no pueden dar consejos útiles, me gustaría que se unieran a mí en los corrales de las ovejas. - Gruñendo, Stuart y Heath abandnaron la sala. Blair entró cuando Graeme se disponia a seguirlos. -Debo haberme quedado dormida-dijo dudando en enfrentar la mirada de su marido. ¿Recordaba la pasión que había desatado en ella? ¿Su respuesta sin restricciones al hacer el amor? Los colores vivos tiñeron sus mejillas. Graeme parecía no darse cuenta. -Hoy comenzamos el corte de las ovejas explicó. –Voy a estar en eso mayor parte del día. Maeve normalmente envía comida para nosotros, volvere antes del anochecer. ¿Qué vas a hacer para mantenerte ocupada? -Pensé que tal vez Alicia y yo podriamos ir al bosque a recoger hierbas y corteza de sauce. Esta época del año es perfecta para reunirlas -No te alejes demasiado de el castillo- advirtió Graeme. Blair lo miró, preguntándose si estaba preocupado. Su expresión casi la dejó sin aliento. Él le sonreía, antes de dar la vuelta y alejarse se se inclinó y le dio un beso en los labios. Blair se quedó mirando su espalda al partir, con los dedos pulsando sobre su boca. Todavía se sentía el choque de su beso. Esperaba que él no quisiera compartir su cama de manera regular. Había ido a su cama con el fin de protegerse a sí misma de Niall, y no había más que eso. Mentirosa, la acuso su voz interior. Lo importante era que ya no era virgen y Niall no podia impugnar su matrimonio. Era la esposa de Graeme en todos los sentidos. Blair entró en la cocina a buscar su propio desayuno, cuando llegó. Encontró a Maeve agitando un hervidor de agua en el hogar. -Espero que sea papilla lo que está agitando-, dijo Blair. 56

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La cuchara chocó contra la marmita. –Me asusto, muchacha. ¿No os ha llevado Glenda el desayuno? -Debe estar ocupada- respondió Blair. -Voy a comer aquí Maeve sirvio un tazón de avena y la colocó sobre la mesa junto con una jarra de leche y un plato de tartas. -Siéntese Blair sacó un banco a la mesa y se sento. Tenia demasiada hambre esa mañana. Con una visión repentina, se dio cuenta de la razón de su hambre y se ruborizó. No estaba acostumbrados al tipo de actividad en que había participado la última noche. La mirada perspicaz de Maeve se fijo en Blair. -¿Pasa algo malo, muchacha? Avergonzada, Blair metió la barbilla hacia abajo. -Estoy bien, Maeve. ¿Has visto a Alicia esta mañana? -Sí, ella se levantó temprano y fue a hablar con el sábalo. Dijo algo acerca de proporcionar algunas hierbas especiales para hacer su cerveza más sabrosa. Blair terminó su desayuno y se levantó. -Si la ves, dile que voy a estar en la despensa. Me gustaría que ella me acompañe al bosque para recolectar hierbas. Blair vagó a la despensa, pero su mente no estaba en las hierbas. Su cuerpo todavía vibraba de amor por Graeme, y no pudo pensar más allá del hecho de que su respuesta había sido una sorpresa para sí misma. El se había tomado su tiempo para poseerla, despertando en ella un placer inesperado. ¿Cómo en el santo nombre de Dios se suponía que iba a negar sus sentimientos por Graeme Campbell cuando todos sus sentidos gritaban que estaba destinada a amar a este viril y fuerte, hombre? Blair sintió un movimiento cerca de la puerta abierta y se volvió esperando ver a Alicia. En su lugar vio a un muchacho de pie sobre la pequeña puerta agacharse, lanzando su mirada a uno y otro lado, como si tuviera miedo de que algo o alguien le hiciera daño. -Os necesitan en el pueblo, señora-, dijo con voz tímida. Antes de que pudiera hacer más preguntas, se volvió y echó a correr. -¡Espera! ¿Quién me quiere? ¿Hay alguien enfermo o lastimado? -Gunna dijo a que la viniera a buscar- grito por encima del hombro. Se lanzó en una esquina y desapareció. Blair. Desesperada, pensó, si Gunna había enviado por ella. La mujer la odiaba. ¿Debería ir sola o pedir a Alicia que la acompañase? La urgencia de la convocatoria la convenció de ir a buscar su canasta . Una sensación de incomodidad se instaló en la boca del estómago de Blair cuando se dirigió a la aldea. Algo no iba bien, podía sentirlo en sus huesos. Se dijo a sí misma que estaba cansada. Pero la advertencia que había recibido en su sueño la noche anterior, se reproducia una y otra vez en su mente. Tal vez fue la falta de sueño. Cuando Blair llegó al pueblo, no tenía idea de a dónde ir. El muchacho no le había dado ninguna dirección. Por alguna extraña razón, las calles estaban casi desiertas en un momento cuando las mujeres y los niños por lo general estaban fuera de casa. Un temblor de ansiedad se deslizó por su por columna vertebral. Agarrando su canasta con fuerza, Blair decidió ir a casa de Mab. No habia dado más que unos pasos cuando Gunna aparecio en la puerta de una pequeña choza. –Venid señora- instó - Daos prisa. 57

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-¿Qué pasa, Gunna?-preguntó Blair. -¿Necesita ayuda con algun parto? La mueca de desprecio en el rostro de Gunna debería haberle advertido que no todo era como debería ser. -No tengo ninguna necesidad de la magia de ayer, señora. Hay otros asuntos que requieren su atención - tomó el brazo de Blair. Ven conmigo. Blair se dejó llevar al oscrro interior de la choza de Gunna, con la esperanza de encontrar a alguien para curar. En su lugar encontró a su peor pesadilla hecha realidad. -¡Tú! ¿Qué estás haciendo aquí? - se volvió hacia Gunna. -¿Qué has hecho? -Nada más que lo que está bien, señora-, olfateó Gunna-Nosotros no la queremos aquí. Trató de huir, pero Donald MacKay, bloqueó la puerta con su descomunal cuerpo . -No vas a ninguna parte, muchacha-. Entonces vio a su hermano. -Niall, díle a tu amigo que me deje salir- ordenó. La risa retumbó en el pecho de barril de Niall. –No puedes darme ordenes, Blair, soy el laird MacArthur ahora y debes obedecerme. Te llevare a casa de vuelta con nosotros, y mañana estarás casada con MacKay. -Yo ya estoy casada- argumentó Blair. -Se de buena fuente que el matrimonio no ha sido consumado. Si esto resulta cierto, tengo todo el derecho a exigirte volver. -Ya no soy una doncella- susurró Blair, apartando la mirada por vergüenza. -Me he acostado con mi marido. -¡Estas mintiendo!- declaró Niall. -Sé sobre la profecía, y no creo que te atreverias a correr el riesgo de perder tus poderes por un poco de placer físico. Además, los rumores dicen que Campbell ama a otra. Se caso contigo por una deuda de gratitud. Tengo la intención de demostrar que sigues siendo doncella. Busqué en la aldea a una partera. Esta más que deseoso de hacer mi voluntad. Blair envió una mirada a Gunna. -Ella no lo hara -No tienes ningun amigo aquí, hermana. Los siervos de Campbell estarán mas que encantado de librarse de ti -No tienes que preocuparte por compartir mi cama, Blair- dijo Donald MacKay. Tengo mujeres en abundancia, solo deseo tus poderes. Van a hacerme rico más allá de mis sueños más salvajes. Blair miró MacKay y se estremeció. Era un hombre enorme, con una mata salvaje de pelo rojo y una barba roja peluda. -Mi hermano te ha mentido - argumentó Blair -No puedo hacer nada para ayudarle. Soy una sanadora. Mis habilidades jamas te daran lo que deseas -Niall te ha visto hacer magia. Ella se volvió hacia su hermano. -¿Por qué estás tan decidido a entregarme a MacKay? -MacKay quiere los poderes que poseéis, mientras que yo no quiero tener nada que ver con la magia. Él me dara tu dote, que es mas de lo que un Campbell dara y lo refuerza con la alianza entre los Mackays y los MacArthurs. Juntos marcharemos con el Rey James lo que traerá prosperidad a nuestros clanes. El rey necesita de nosotros, e incluso ahora nos convertiremos en los terratenientes 58

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más poderosos del las Tierras Altas. -Adelante con ello, MacArthur- gruñó MacKay. -Que la matrona haga su trabajo. Si la muchacha está todavía intacta, es mía para casarse. Sin previo aviso, Niall se abalanzó solbre Blair. Agarrandola por detrás, le sujetó los brazos a los costados y la arrastró a la cama. Blair luchó con cada onza de su fuerza, pero no fue suficiente cuando MacKay entró en la refriega. Momentos después, estaba clavada en la cama sujeta por MacKay y Niall. -Comieenza el examen, Gunna- ordenó Niall -Y sera mejor que nos digas lo que queremos oír. Sus palabras y la sonrisa amarga de Gunna le dieron a Blair pocas esperanzas de que la partera de verdad hablara de su falta de virginidad. Le diria a Niall exactamente lo que quería oír. ¿Graeme lucharika por ella? se preguntó. Lo más probable es que estaría contento de perderla de vista. Se resistió violentamente, lo que dificuto a la comadrona para comenzar su examen a pesar de los dos hombres apretándola contra el delgado colchón de paja. - Prometo que cooperare con ustedes si me dejan a solas con Gunna. Es vergonzoso que los hombres presencien esta parodia . Los ojos de Niall se estrecharon. –No confio en ti La desesperación obligó a Blair a recurrir a tácticas que normalmente desdeñaba desdén. -Si no salen de la habitación, te juro que voy a lanzar un hechizo que hara que se marchiten sus partes y se asemejen a pequeños gusanos. Fijó su feroz mirada en Niall y comenzó un conjuro. La pérdida de la viirilidad era una perspectiva terrible, y los dos hombres temieron a Blair. -Bruja- gritó Niall, retrocediendo. -¡No!- xxclamó MacKay, protegiendo su virilidad con una mano mientras se retiraba, como el cobarde que era. -Esta bien, tu ganas- dijo Niall. -Pero no trates de escapar. Te estaremos esperando en la puerta, mientras que la partera te examina Una vez a solas con Gunna, Blair planeo su fuga. No podia dejar que la partera le tocara con sus manos sucias. Cerro los ojos y despejando su mente de todo pensamiento, envió un mensaje a través del tiempo y el espacio para Graeme, ordenándole que fuera a la casa de Gunna. -Estamos perdiendo el tiempo- se rió Gunna. –su hermano quiere saben si su marido ya se aprovecho de usted y tengo la intención de darle la respuesta que está buscando. Tu no peteneces a nuestro laird. -¿Te mentiría? -Nosotros no necesitamos a una de tu calaña en Stonehaven. Eso fue todo Blair necesitaba escuchar. Si Graeme no llegaba a tiempo, Niall la llevaría lejos, y con la combinación de MacArthur y MacKay para Greeme seria imposible rescatarla. Gunna se movio entre las piernas de Blair y la empujó. -¡Espera! Lávate las manos primero. Estan muy sucias Gunna se miró las manos sucias y se encogió de hombros. –Jamas se han quejado de mis manos antes. Eres demasiado quisquillosa, señora. -Lo digo en serio, Gunna. Si no te lavas las manos, voy a lanzar un hechizo 59

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particularmente desagradable en ti. Gunna la miró con un odio y una buena cantidad de miedo, entonces se dio la vuelta y se dirigió al lavabo. La distracion de Gunna fue para su propio beneficio, Blair tomó un pesado candelero de una mesa cercana y lo dejó caer en la cabeza de la partera. Luego salió por la ventana trasera, se levantó la faldas y echó a correr.

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Capítulo Siete Graeme ladeó la cabeza y escuchó. Alguien lo estaba llamando. Echó un vistazo a Heath, que estaba trabajando junto a él. -¿Me llamaste?Heath le envió una mirada burlona. -No -¿Está seguro? Oí claramente que alguien me llamaba. Graeme miró a su alrededor. Nadie más parecía haber oído -Tengo que estar escuchando cosas. Heath le envió una mirada de preocupación. Entonces, claramente, Graeme escuchó de nuevo. . . una petición de ayuda. ¿Blair? Salió corriendo convencido de que Blair lo necesitaba. ¿Estaba enloqueciendo? Entonces oyó la voz de nuevo. El pueblo, le susurró dentro de su cabeza. Ven al pueblo. Ayúdame, te necesito. ¡Blair estaba en problemas! Graeme se alejó a la carrera, con el miedo golpeando en sus venas, y su corazón latiendo con furia. Si alguien había hecho daño a Blair, lo destrozaria con sus propias manos. Afortunadamente, no estaba a gran distancia del pueblo. Llego a las afueras y casi se derrumbó de alivio cuando vio a Blair corriendo hacia él. La cogió en sus brazos y la abrazó. -¿Estás herida? ¿Alguien trató de hacerle daño? Jadeando, Blair señaló detrás de ella, alertando a Graeme del peligro inminente. Echando un vistazo por encima del hombro de Blair, Graeme vio a Niall MacArthur y MacKay en persecución de su esposa. Empujó a Blair a sus espaldas, maldiciendo la falta de un arma. -¿Qué quieres?- gruñó Graeme cuando los hombres se detuvieron delante de él. – Estan invadiendo las tierras de Campbell. -Yo soloo quería hablar con mi hermana- dijo Niall. -¡Mientes!- denunció Blair. -vino en busca de motivos para anular nuestro matrimonio. Él y MacKay me atrajeron a la aldea para que Gunna me examinara. Tenían la esperanza de demostrar que todavía era una doncella se estremeció –Gunna quizo poner sus manos sobre mí, así que la golpe con una vela, cuando me dio la espalda. -He escuchado que me llamabas- dijo Graeme en voz baja - Hablaremos de eso más adelante.- Se volvió a Niall. -¿Cómo te atreves insultar a Blair de manera tan vil? Si deseabas hablar con ella, debiste haber llegado a el castillo. -Tengo una propuesta para vos, Campbell-dijo MacKay –¿Quereis escuchar lo que tengo que decir?La primera intencion de Graeme fue ordenar que se fueran de su tierra. Pero decidió escucharlos antes de desterrarlos para siempre. -Voy a escuchar- acepto a regañadientes. -Pero sólo si me acompañan a el castillo. Una vía pública no es lugar para tratar asuntos de familia. -¿Quién garantiza nuestra seguridad?- cuestiono MacKay. Graeme se puso tenso. -¿Estás cuestionando mi honor? -Por supuesto que no- dijo MacKay. -Sin embargo… -Al final de nuestra conversación, estaran en libertad de salir. Todo lo que necesito es su promesa de dejar a mi esposa tranquila -Sugiero que escuches la propuesta de MacKay antes de exigir promesas de 61

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nosotros - dijo Niall. -Lo que tiene que decir debe ser de gran interés para ti Graeme sinceramente dudaba estar interesado en cualquier cosa que estos dos canallas tenía que decir. La idea de que pusieran sus manos sobre su esposa lo dejó indignado. Colocando un brazo alrededor de Blair se dirigió hacia el castillo. No le importaba si lo seguian, sus pensamientos estaban consumidos por la indignacion que Blair había sufrido en sus manos. A medida que siguieron el camino, Heath y Stuart se les unieron. Cuando Graeme habían escapado sin decir una palabra, se habían preocupado y decidieron seguirlo. Conociendolo como lo hacian sabían que no se han apresurado sin una buena razón. -¿Qué están haciendo aquí?- preguntó Stuart, señalando con la cabeza hacia la MacArthur y MacKay. -Te lo diré más tarde. -¿Por qué te fuiste de esa manera?- pregunto Heath. Graeme le dio un apreton a Blair -Una premonición. -Pensamos que te vendría bien un poco de ayuda- explicó Aiden - Pero veo que tenéis todo bajo control. -Gracias a mi esposa -, dijo Graeme sombrío. Cuando llegaron a el castillo, Graeme solto a Blair diciendole en voz baja -Me gustaría hablar con tu hermano y MacKay a solas Blair lo miro rebelde. -¿Por qué? Lo que tienen que decir me concierne -Por hoy has tenido suficiente. Escuchame, Blair. Las cosas podrían ponerse feas. -Ella continuó mirándolo -Por favor - suplico. Su súplica sincera la convenció, aunque no del todo. –Esta bien, pero espero un informe completo después de que se vayan. Graeme le regalo una sonrisa arrogante. –Preguntale a los espititus, cariño. Ellos parecen saber las cosas antes que yo. Blair le envió una mirada candente, y luego se marcho. -El que le hayas despedido ha sido prudente-, dijo Niall cuando se unió a Graeme. -Nuestra propuesta solo es para vos. ¿Dónde podemos hablar en privado? -Sígueme- dijo Graeme, llevándolos a una pequeña antesala. Se sentó detrás de un escritorio - Me gustaría ofrecerle unas gotas de licor , pero no permaneceran aquí el tiempo suficiente para terminarlo. No puedo olvidar lo que trataron de hacer a Blair, y mi temperamento está colgando de un delgado hilo Sin complejos, Niall se encogió de hombros. -Era la única manera de probar la farsa de su matrimonio -Podrian haber preguntado – dijo Graeme - Lo que pretendian hacer a Blair era despreciable. -Era necesario- sostuvo Niall. –Ella ya estaba comprometida. Si el matrimonio no habia sido consumado, tenía la intención de entregarla MacKay. -No conozco ningún compromiso previo-, dijo Graeme –Douglas MacArthur me prometio a Blair a mí mientras estaba vivo. El padre Lachlan renuncio a las amonestaciones y se realizó la ceremonia en el dormitorio de Douglas. De acuerdo con la ley de la Santa Iglesia, Blair y yo somos marido y mujer. -Douglas no estaba en su sano juicio- denunció Niall. -Actué en su lugar cuando ella estaba prometida a MacKay. 62

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Los labios apretados de Graeme formaban una linea furiosa. –Douglas estaba lucido cuando me preguntó si queria casarme con Blair. Nuestro matrimonio es legal y real. -No, si el matrimonio no ha sido consumado- insistió MacKay. Un aire de amenaza era inherente a las palabras de Graeme cuando respondió. ¿Qué te hace pensar que nuestro matrimonio no se ha consumado? -Los sirvientes del castillo Gairloch- dijo Niall – rumorean, ya sabéis. Les oí susurrar la falta de sangre virgen en las sabanas después de haberos dejado a solas con ella en Gairloch. -¿Tu llamas a eso una prueba?- se burlo Graeme. -No, hay más- dijo Niall con suficiencia. -Blair imagina que es una mujer del País de las Hadas y tiene poderes. -¿Crees en sus poderes? -Mis creencias son mías- dijo Niall evasivamente. -Estamos hablando de las creencias de Blair . ¿Y qué hay de los rumores sobre ti?. Dicen que habéis regresado de Francia, muy cambiado, que jamas te enamoraras, que eres alguien inalcanzable. Probablemente has oído los rumores de la profecía que dice que una hada perderá sus poderes si ama en vano, así que es lógico pensar que ella se negaria a sí misma arriesgar su corazón, así como sus poderes. -Te equivocas, MacArthur- respondio Graeme. –Dejamos Gairloch con cierta brusquedad, pero nuestro matrimonio se consumó en Stonehaven. -¡Demuéstralo!- ladro MacKay Graeme se puso de pie. -Mi palabra es toda la prueba que necesitas. No voy a repetirlo, Blair es mi mujer en todos los sentidos. -Tal vez sea así, pero eso no nos impide llegar a un acuerdo-aventuró MacKay. -¿Qué clase de acuerdo tienes en mente?- exigió Graeme con dureza. -Permítanme ser franco-, comenzó Niall. -¿Podéis ser feliz con una bruja para esposa? Todos sabemos que te has casado con Blair para pagar una deuda de tu padre - levantó la mano cuando Graeme intento protestar. -Todo el mundo sabe por qué te casaste con mi hermana. -se acercó más. -MacKay, y yo te ofrecemos la oportunidad de deshacerte de la brujaLa indignación oscureció la cara de Graeme. -¡Sal de aquí y no vuelvan jamas! -Escúchame- dijo MacKay. -Si me juras que el matrimonio no fue consumado, mi clan nunca volvera otra vez. -No voy a mentir- dijo Graeme con los dientes apretados. -Entonces, lo siento por ti- escupió Niall. -Blair es más problemas de lo que vale la pena. He vivido con mi ella toda la vida y sé que lo es capaz de hacer. -Sí, no nos le entregas, Campbell,- insto Mackay -Juro que te arrepentiras La mirada de Graeme sondeo en la dura de MacKay y no le gustó lo que vio. -Si Blair significa tantos problemas, ¿por qué la quieres? -Es suficiente que sepas que estoy dispuesto a quedarme con ella -Tienes la intención de explotar sus poderes- denunció Graeme. –Pero te lo voy a decir, ella no los tiene. -Eres un tonto si crees eso- siseó Niall. -Sí, un tonto,- estuvo de acuerdo MacKay. - Con la capacidad de Blair de 'ver' las cosas, Niall, puede llegar a ser muy valiosa para el Rey James. Blair puede utilizar sus poderes para decirnos como apoyar a James. Podemos convertiros en los 63

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hombres más poderosos de Escocia. El rey ya confía en nosotros y espera nuestor apoyo. -¡Fuera!- Gritó Graeme. -Voy a expulsarlos de mis tierras, si intentan regresar. -Te vas a arrepentir de esto-, advirtió MacKay -¡Fuera!-repitió Graeme. -Les aseguro que soy más que capaz de defenderme a mí mismo contra ustedes. -La bruja no vale tu vida- criticó Niall cuando los ampujo hacia la puerta. -Yo se lo que hago. Fuera, los dos. Se acercó a la puerta y la abrió. No se sorprendió al ver a Heath y Aiden esperando en el otro lado. -¿Necesitas ayuda?-preguntó Heath. -No. MacArthur y MacKay se van. De repente, Blair llegó corriendo. -¿Qué quieren? Espero que no te hayan convencido de nada. Graeme sonrió. Nadie podría decir que su esposa no era impetuosa. Su postura beligerante, con las manos en las caderas y la barbilla evantada, era casi cómica. -Pensé que te habia enviado a tu habitacion -No sabes cómo manejar a la chica-, se burló Niall. –Deberias haber dejado que MacKay te la quitara de encima. La mirada de Blair chocó con la de Graeme. Entonces ella se volvió hacia MacKay con los ojos llameantes de furia. -Eres despreciable. ¿Debo recordarte el hechizo del que hablé antes? MacKay la miró fijamente cubriendose la ingle de inmediato. -Si valoran su vida, se iran de aquí sin casuar problemas La mikraba a distancia, con el rostro desencajado por el miedo. -No podras vivir entre gente temerosa de Dios-Niall agito su puño en la cara de Blair. –Se merecen el destino que les espera -¿Los acompaño de regreso a Gairloch?- preguntó Aiden. -Solo hasta la la puerta de entrada- dijo Graeme. -Estoy seguro de que pueden encontrar su propio camino de vuelta a casa sin una escolta. -Su mirada se encontró Blair - ¿Con que hechizo les has amenazado? Blair le envió una mirada descarada. -Les dije que marchitaria sus partes. Heath hizo un sonido de gorgoteo en la garganta, mientras que Graeme lanzó la cabeza hacia atrás y se rió. -¿Podrías hacer eso?- preguntó, secándose las lágrimas de risa. Blair se encogió de hombros. -Lo dudo-. Luego se volvió y camino haciendo que los volantes de sus faldas se movieran sobre sus caderas curvilíneas. -Que curioso- denunció Heath. –Deberias haberla entregado a MacKay. Cualquier mujer que amenaza con marchitarte la polla debe ser una bruja. -rozó con su mano sobre la ingle, como si quisiera asegurarse de su propia virilidad todavía estaba intacta. Aparentemente satisfecho con lo que encontró, se marcho. Graeme se le quedó mirando con una expresión pensativa en su cara. ¿Era él el único que se negaba a creer que Blair era una bruja? Había visto como terminaban y no pudia soportar la idea verla sufrir el mismo 64

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destino. No podia amarla, pero no quería verla sufrir. No sólo porque Douglas MacArthur le hubiera pedido velar por ella, sino porque no le deseaba el destino de Juana a nadie. Era una manera horrible de morir. Hasta que no tuviera pruebas mas sólidas, se negaba a creer que Blair era una bruja. Blair entró en su habitación y cerró la puerta. Si Graeme no la habiera escuchado habría sido violada de manera repugnante. Por otra parte, sabía que tenía poderosos enemigos en su hermano y MacKay. No tuvo necesidad de consultar a los espíritus para saber los que deseaban. El aura que los rodeaba era negra, un color peligroso. Sintió su animosidad hasta la médula de sus huesos. Niall siempre habia temido sus poderes y estado celoso del amor de su padre. No podría contar las veces que había tratado de volver a su padre en contra ella. Aún más alarmante, temía que su hostilidad se hiciera extensiva a Graeme. La puerta se abrió y Graeme entró. Ambos se miraron, separados por la anchura de la habitación. Entre ellos estaba la profecía y todo lo que representaba. Ella sabía lo que Graeme estaba pensando, y retrocedió. -Ni siquiera lo pienses-, dijo. -No soy una bruja. Se dirigió hacia ella. -¿Cómo sabes lo que estoy pensando? Su mirada se deslizó a lo largo de su cuerpo. Vestía calzas. El material se aferraba a sus muslos musculosos como una segunda piel, y recordó con total nitidez cómo esos muslos duros golpeaban contra sus caderas mientras empujaba dentro de ella. Un estremecimiento la recorrio negó con la cabeza para despejarse mientras Graeme consideraba la cuestión. -Tu aura sugiere lo que estás pensando. -¿Mi aura? ¿De qué diablos estás hablando? -Colores. Soy capaz de leer los estados de ánimo de la gente y, a veces decir lo que que están pensando en el color que les rodea. En este momento tu aura es de color púrpura, el color de la duda y la acusación. -Tonterías- resopló Graeme. –Con esa clase de discurso puedes meterte en problemas. No quiero oír nada más acerca de las auras, y leer en la mente. -No puedo cambiar lo que soy, Graeme. Pero no me avergüenzo de mis facultades, porque vienen de Dios. -¿Puedes lanzar hechizos? Se mordió el labio inferior mientras consideraba la cuestión -Algunos podrían llamarlos los hechizos, pero no son tal -¿Cómo se llaman?- presiono Graeme. -Graeme, ¿Debemos continuar con esta conversación? Nunca haría nada para dañar a otro ser humano. -Niall y MacKay estaban convencidos de que podrías marchitar su hombria Ella se encogió de hombros. -Que crean lo que quieran. No me importa. Me temo que los dos hemos ganado su enemistad. Niall y MacKay estuvieron en Inverness recientemente, en una reunión con el rey. Me temo que va a convencer a James para actuar en tu contra de alguna manera. 65

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-No lo creo posible- se burlo Graeme. –No he hecho nada para ofender al rey. -¿Qué pasa con su plan para unificar las tierras altas? La mayor parte de los terratenientes están en contra, y supongo que tu tambien -Sí, Preferimos nuestras propias leyes, eso, sin embargo, no me hace el enemigo del rey. -Quizá no, pero la influencia de Niall con el rey…. -Deja que yo me preocupe por eso, Blair. Ni tu hermano ni MacKay te volverán a molestar. Les he prohibido pisar mis tierras De alguna manera Blair dudó de que su hermano sabria aceptar la derrota. El orgullo de Niall había sido dañado, y sabía que iba a tomar represalias en de un modo u otro. Blair se frotó la frente como si sintiera el comienzo de un dolor de cabeza Había estado bajo mucho estrés y estaba empezando a resentirlo. Usando . -Tú no estas bien. -Estoy bien. -No, no lo estas - la tomó en sus brazos, la llevó a una silla y se sentó, acomodandola sobre su regazo. No habló por mucho tiempo. Luego dijo - Dime cómo me hablaste para ir a la aldea. Oí claramente que me llamabas. ¿Solo yo te podia escuchar? -Sí. He utilizado la telepatía mental para llamarte. -¿Qué? No en tiendo- Envié a mis pensamientos atraves del tiempo y el espacio. -¿Puedes hacer eso con alguien? -Sólo con una persona que a la que estoy conectada de una manera especial. -¿Quieres decir porque somos marido y mujer? Blair considero su conexión y decidió que iba mucho más alla. ¿Qué tan profundo? Debido a que aún poseía sus poderes, no podia estar enamorada de Graeme. -No estoy segura- reconoció a regañadientes. -Creo que tienes miedo de admitir la verdad. ¿Te gusto, Blair?. Se echó hacia atrás en estado de alarma. -¡No! No puedo amarte. Él le levantó la barbilla con el dedo y rozó sus labios contra los de ella. -Dime que no sientes nada cuando te beso. Ella sacudió la cabeza. -¿Crees que estoy hecha de madera? Eres un hombre atractivo, Graeme. Ninguna mujer viva podría resistirte -Quiero que me ames, Blair. Blair se quedó muy quieta. -Quieres que pierda mis poderes. -Yo quiero que mi mujer sea normal. No quiero que cuando te miren lo hagan con miedo, cariño. Sé que no hay maldad en ti, pero otros dicen que no quieres compartir mi fe. -¡Es mi deber de cumplir la profecía! Por difícil que sea, jamas podre amarte Su sonrisa le dijo lo contrario. –Entonces, esa sera mi misión en la vida. Soy un hombre difícil de resistir cuando derrocho todo mi encanto. -No juegas limpio. -¿Crees que sea injusto que una esposa ame a su marido? -¡No, no, si un marido ama tambien a su esposa! Se ruborizó bajo su mirada. -Si yo pudiera, te amaria, muchacha. Pero mi corazón

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está vacío. - puso su mano sobre su corazón, el latido de su ritmo constante se hizo eco de la suya. -A menos que su corazón lata por mí, estas en un callejón sin salida, mi señor. Me di cuenta de que no te amo cuando pude pedirte ayuda. Si estuviese enamorada de ti, mis poderes no habiran funcionado El corazón de Graeme casi saltó de su pecho. Su reacción al toque de Blair le sorprendió. Se sentía correr la sangre hasta el lugar donde su mano descansaba. El resultado fue una erección instantánea que pujaba contra su trasero. Ella se alejó, y él supo que había sentido su excitación. -Yo. . . tengo cosas que hacer - objetó ella. -Yo también, pero puede esperar. ¿Estas demasiado ocupada como para ignorar el dolor de mi amigo? Ella asintió con la cabeza al mismo tiempo que su boca formó una negativa respuesta. -¿Dices, sí o no? Quiero hacerte el amor . Sus ojos se abrieron. -Es de día. -Soy consciente de eso, y no me importa. -No creo que debamos- saltó de su regazo. Graeme la alcanzo, pero Blair se salvó cuando Alicia entro en la habitacion sin llamar. -Acabo de oírlo, muchacha. ¿Sabías que Niall esta en el pueblo? -Sí- dijo Graeme con repentino interés. -Dinos, Blair. Como logro hacerte ir hasta alla -Niall envió un muchacho a buscarme. Dijo que Gunna necesitaba mi ayuda - su voz temblaba con las palabras siguientes. -Niall y MacKay trataron de que Gunna. . . me examinase. Querian comprobar que mi matrimonio con Graeme no había sido consumado. Niall afirmó que había un compromiso previo entre MacKay y yo -¿Piensas que Gunna habría mentido acerca de tu falta de virginidad? - preguntó Graeme. -Sí. Ella le habría dicho a Niall y McKay y lo que querían oír. Alicia miró a Graeme y a Blair, al parecer, llegando a la conclusión correcta. Una sonrisa estiró sus labios. -Estoy contenta de que hayas seguido mi consejo, muchacha. -¿Qué consejo fue ese?- preguntó Graeme. -No te atrevas- advirtió Blair cuando Alicia abrió la boca para responder. Una risa retumbó en el pecho de Graeme. -No te preocupes, lo se. Gunna pudo haber mentido, pero no podria cambriar el hecho de que Blair no es una doncella. se levantó. -Supongo que debería asegurarme que nuestros visitantes encontraron su camino a casa. -Su expresión se endureció. –Y quién sabe si tambien haga una visita a Gunna. -No vayas a despedirla, Graeme- dijo Blair -Los aldeanos necesitan sus habilidades. -¿Está segura que eso es lo que quieres? -Sí -Sin embargo, tendre unas palabras con ella. Quiero asegurame de que esto no vuelva a suceder. No debes alejarte de el castillo los próximos días, muchacha dijo como despedida. 67

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-No debiste ir a la aldea sin mí- la reprendio Aicia -Estuve buscandote pero nunca apareciste. Si hubiera existido realemene alguien que necesitaba de mi ayuda, no podia detenerme a perder el tiempo, un minuto hubiera significado la diferencia entre la vida y la muerte. No podia saberlo. Alicia buscó la cara de Blair. -¿Niall te lastimo? -No. Ellos esperaron afuera mientras Gunna intentaba examinarme - levantó la barbilla desafiante. –No podia permitir que esa sucia vieja pusiera sus manos en mí. Una vez que me dio la espalda, la golpe con una vela y hui por la puerta trasera. Graeme me encontró antes de Niall me alcanzara -¿Cómo supo Graeme que estabas en problemas? -Le envié un mensaje mental. No estaba segura de que podria oirme. Pero tenía que intentarlo. -Graeme Campbell es tu amor verdadero. . . tu destino. Lo sabía, el vino a ti en sueños, antes de conocerle en persona. Y ahora le perteneces en todos los sentidos. Me alegro por vosotros, muchacha. -Graeme no me ama, Alicia. Su corazón pertenece a otra mujer. Una contra la que no puedo competir. Mi cuerpo le puede pertenecer a Graeme, pero jamas le dare mi corazón. Lo sabes tan bien como yo -No sé nada de eso- se burló Alicia. -Escucha a un sabia vieja. Puedes ayudar a tu marido, el os amara tanto como tu a el -Pero yo no puedo… Aicia levantó la mano. –No puedes negarlo. -La Profecía. . . Todavía tengo mis poderes. Alicia sonrió. -¿Y esto no te dice nada? -Tengo miedo, Alicia. El dijo que su corazón estaba vacío. -Och! Llenalo, muchacha, llenalo Después de haber impartido su sabiduría, Alicia se despidió. Blair se quedó unos momentos para ordenar sus pensamientos. Debia continuar recogiendo plantas, asi que hizo una lista mental de lo que había que hacer en el castillo. Glenda entro de pronto con una carga de ropa de cama limpia, cuando Blair se iba. -No te escuche llamar- dijo Blair. Glenda sacudió la melena de pelo rojo. –No sabia que habia alguien aqui –le diriguio una mirada rencorosa Blair. -Yo sólo limpio la cama del laird, habia sangre manchando las sabanas. Graeme debería haber tenido más sentido antes de acostarse con una bruja. – las manos de Blair cubrieron sus mejillas encendidas. ¿Todos sabian que había pasado la noche en la cama de Graeme? ¿Y que? Estaban casados y no tenia la necesidad de contestar a nadie. Podria no gustales, pero ella era su esposa y la dueña de el castillo. -Si valoras tu trabajo, deberias mantener la boca cerrada - dijo Blair mientras salia de la habitacion. Cuando salio al pasillo, la llamó Stuart. Le sorio al tío de su marido y esperó a que la acompañara. -Siento lo que paso hoy, muchacha- dijo Stuart -¿Pensais que mi hermano hará daño a Graeme? Él esta cerca del rey y puede traer problemas a nuestro clan. -Niall no es de fiar- respondió Blair. -Él y Mackay son un par peligroso. No sé qué forma tomara su venganza, pero sospecho que será dirigida contra mí personalmente. Si yo fuera el causante de esto me iría de Stonehaven. - ¿No 68

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podéis hacer nada para detener los problemas antes de que lleguen? ¿Podéis poner un hechizo a ese par antes de que hagan alguna travesura? Es lo que hacen las brujas, ¿no? - Blair se quedo sin habla. ¿Había oído bien? ¿El tio de Graeme le pedia que usase la brujería? -No creo lo que acabo de escuchar- gruño Graeme atraz de ellos -¡Debería darte vergüenza, tío! Has acusado a mi esposa de ser un bruja. Disculpate con ella. -Vamos, muchacho- tartamudeó Stuart -Todos sabemos que tu esposa posee poderes. ¿Por qué no los utiliza para que nos ayude? ¿Qué tan difícil puede ser para ella poner un hechizo sobre nuestros enemigos? -No tolerare más este tipo de conversación- replicó Graeme. Puso un brazo sobre los hombros estrechos de Blair. -¿Crees que soy incapaz de defender a mi esposa y mis gentes? -MacArthur y MacKay tienen el oído del rey- advirtió Stuart -Temo por ti, muchacho. -Aprecio tu preocupación, pero tengo todo bajo control -Ah, bueno, entonces, pido disculpas, muchacha-, dijo Stuart -Tus parientes me temen- se lamentó Blair. -He traído la molestia a Stonehaven. -No debes pensar asi- gruñó Graeme. -Eres mía, Blair MacArthur. Y lo que es mío, lo mantengo. Blair casi podía creer que Graeme se preocupaba por ella.

Capítulo Ocho 69

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Alicia estaba ayudando a Blair a prepararse para la cama esa noche, mientras Graeme se paseaba por el dormitorio. Con un gesto de impaciencia despidió a la mujer y cogió el cepillo que había descartado. Entonces, para consternación de Blair, comenzó a cepillar su cabello rubio, con movimientos largos y continuos. -No tienes que hacer eso- dijo. -Quiero hacerlo. Tu cabello es como la seda, y me encanta sentirlo entre mis dedos -Si estas tratando de seducirme, olvidalo - dijo Blair. –Hicimos lo que había que hacer para frustrar a Niall, pero no veo ninguna razón para compartir una cama ahora que la cosa está hecha. -¿No?- respondió Graeme en tono de burla. -Estás loca si crees que me puedes negar tu cuerpo después de haberme concedido una muestra de tu pasión. -La intimidad es mala si el amor está involucrado- dijo Blair en voz baja. -Lo único malo es tu creencia de que el amor es necesario para disfrutar del lecho matrimonial. A menos -dijo él, bajando la voz a un ronroneo seductor – que te hayas enamorado de mí. -Idiota engreído- murmuró Blair, arrancando el cabello de su mano. -¿Estás aquí por una razón en particular? -Sí, quiero hacer el amor con mi esposa. Un golpe en la puerta anticipó la respuesta de Blair. Graeme maldiciendo se dirigió a la puerta y la abrió. Su expresión era tan feroz que Heath se echó hacia atrás en estado de alarma. -¿Qué pasa?- Gruñó Graeme. -Pense que estarias solo y … hay problemas. Inmediatamente alerta, Graeme preguntó: -¿Qué tipo de problemas? -Rateros. Se abalanzaron desde las colinas y robaron algunas de nuestras ovejas. -¿Los identificaron? -Estaba demasiado oscuro, pero uno de los muchachos cree que eran Mackays. Graeme soltó otra maldición. –Esperame abajo- se dirigió a Blair. -Me tengo que irdijo. –No me esperes despierta. -Graeme- la miró a su vez. -Ten cuidado. -¿Eso significa que te importa lo que me pase? Blair le miró a los ojos sin pestañear. -Por supuesto. Como me importan las personas que enfrentan una situación peligrosa. Sonriendo, Graeme se acercó a ella y poniendo sus dedos en el pelo, levantó su rostro hacia él y le dio un beso rápido. Luego se fue. Blair tocó sus labios, aturdida. Era obvio que Graeme estaba tratando de seducirla, aunque su razón para hacerlo era desatinada. Quería que ella lo amara, incluso si no podía el amarla. Antes de retirarse de la noche, Blair pasó mucho tiempo de rodillas implorando a Dios y los espíritus que protegieran a Graeme y sus hombres. Finalmente, se metió en la cama. Estaba cansada y se deslizó con rapidez en un sueño intranquilo. 70

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Tan pronto como el sueño la reclamó empezó a soñar. Era un sueño que había tenido antes, pero más aterrador de lo que recordaba. Estaba rodeada por el fuego. Con el pelo chamuscado. El calor era insoportable. A través de la cortina de las llamas vio a la gente mirando de reojo, sus expresiones extasiados con la alegría profana. Sus voces se elevaron fuertes y agudos por encima del sonido de sus gritos. -Quemen a, la bruja Graeme subio penosamente por las escaleras hasta su dormitorio, estaba tan cansado que apenas si podia moverse. La persecución había obtenido beneficios, ya que habían encontrado a las ovejas, aunque no a los rateros. Afortunadamente, había sido alertado a tiempo lo que hizo posible para él y sus parientes localizar las ovejas antes de que hubieran sido llevadas a las colinas, donde se habrían perdido para siempre. Donald MacKay, y su clan había sido una espina desde que podía recordar. Graeme estaba caminando a lo largo de la galería cuando escucho a Blair gritar. Su cansancio se desvaneció como si nunca hubiera existido. Con el corazón palpitante de miedo, corrió hacia su dormitorio, dispuesto a rescatarla de quien fuera. Agradecido de estar armado aun, derribo la puerta. Encontró Blair sentada en la cama gritando. Aturdido, miró alrededor de la habitacion en busca de algún peligro oculto. No encontro nada que pudiera provocar temor a Blair, dejó caer la espada y se acercó a la cama. Blair seguía gritando, su cuerpo delgado temblaba como una hoja al viento. La tomo por los hombros y le dio una sacudida. -Blair! ¿Qué pasa? ¿Han tratado de hacerte daño? - Blair se le quedó mirando con ojos vacíos. La sacudió de nuevo. -Mírame, cariño. Soy Graeme. No permitire que nadie te haga daño. Blair comenzó a llorar y parecía no reconocerlo. Se sentó en la cama. -Fuego- gimió Blair. -Me estoy quemando. Pensando que podría estar enferma, le tocó la frente y se encontró que estaba fria al tacto. -No, no estás ardiendo, cariño. Estas soñando. ¿Me puedes decir que? Blair parpadeó. –No quiero soñar, Graeme. Ayúdame. El corazon de Graeme dio un vuelco. ¿Si hubiera sido una pesadilla de Blair una premonición de su futuro? La idea era demasiado difícil de contemplar, y en silencio reiteró su compromiso de protegerla de aquellos que deseaban su daño. -No te vas a quemar, muchacha. No voy a permitir que eso suceda. Ella se apretó en el refugio cálido de su cuerpo. - Mis sueños son predicciones del futuro -No éste. Tienes mi garantía de que nadie te hará daño. -bajando la cabeza, cubrio su boca en un beso que tenia la intención de tranquilizar y consolar. Blair se apoyó en él, respirando su esencia masculina con toques de la noche aire y humo de leña. Su gusto sensual la hizo anhela más. Un amor, sin nombre, lleno su interior, pero el temor de perder sus poderes le hizo interrumpir el beso y mirar hacia él. Los planos ángulos de su cara fueron duramente delineados. Sus fosas nasales con la respiración profunda mientras descansaba las manos sobre su pecho. La pasión se enciendio como una llama, poco a poco quemando su dudas y dejando a un anhelo vivo en su lugar. Pero aún así luchó contra sus sentimientos crecientes, negando el deseo de su corazón. 71

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Trato de retirarse. Él gimió y con una maldición tiró de ella en sus brazos. Su cuerpo estaba rígido. Apretó los muslos con fuerza contra ella, y sintió que su sexo se hinchaba. -Dejame ayudarte esta noche, Blair. No trates de apartarme. Deja que te ayude a olvidar. Miró su hermoso rostro, oscuro, malvado y peligroso como el pecado. Lo necesitaba, pero admitirlo sería equivalente a renunciar a sus poderes. -Amame, Blair- susurró Graeme. -No puedo- susurró Blair. Enredando una mano en el pelo, la besó con fuerza, su lengua hizo una presión persuasiva que la obligó a abrir la boca. No se podia resistir, lamentando en silencio su debilidad le devolvió el beso, sus manos moviéndose se aferraron a él. Un pulso comenzó a latir entre los muslos, fuertes y calientes, cuando sus manos separon sus piernas y los dedos se deslizó hacia arriba para tocarla. Ella gimió y se apretó contra su mano. No. . . no podia volver a suceder. ¿Dónde estaba su fuerza de voluntad? Rompió el beso el tiempo suficiente para apartarse. El le dirigio una sonrisa torcida e hizo algo que sorprendió y confundió. Le levantó las piernas sobre los hombros y la sujetó allí, sus manos se trasladaron a sus pechos, sus dedos tomando sus pezones mientras su boca descendia mas abajo encontrado su centro caliente. -¡Graeme, no!- Relájate, cariño. ¿Tus espíritus me enviaron a ti o no? No podía negarlo. –Ellos dicen que no puedo amarte. -Lucha, entonces pero esto esta destinado a ser.- Después de una mirada ardiente regresó a su suculento festín. Como si proviniera de una gran distancia, oyó los sonidos que ella hizo, sollozos, gritos que estaban llenos de deseo. Su boca abrazandola, cuando el utilizó su lengua y los dientes. Se estremeció cada vez más y más fuerte, hasta que finalmente sintio una liberación brusca que la dejó temblando y llorando por su nombre. Sus caderas se arquearon en el calor de su boca mientras sollozaba sin poder hacer nada, retorciéndose y aferrándose a él. Apenas fue consciente cuando Graeme se alejó. Pero lo sintió volver, cubriéndola con su cuerpo. Sus ropas habían desaparecido, su desnuda carne caliente estaba contra ella cuando se posicionó entre su muslos. Pero no entro en ella inmediatamente. En su lugar, comenzó a besar sus pezones con la lengua y los dientes, mientras que sus manos se movían con deliberada lentitud en cada centímetro de su cuerpo. Se dio cuenta de su mandíbula apretada y los músculos tensos que esperaban el momento adecuado. Cuando este llego, él estaba dentro de ella empujando con suave oleaje, su entrada dura y profunda, una presión implacable que acercó su cuerpo tenso como una cuerda de arco. El empuje constante y la resistencia de su cuerpo creaban una fricción exquisita que pronto escalo a las alturas de la pasión. Ella se entregó por completo a la moción erótica, decidiendo que la resistencia era inútil. Era incapaz de negarle, sin poder evitar su propia respuesta a él. Su cuerpo traidor se negó a prestar atención a la advertencia de Profecía. -Deja de pensar, amor- jadeó Graeme, como si fueran conscientes de los pensamientos girando alrededor de su cabeza. -Dame un beso. 72

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Ella levantó sus labios a los suyos, perdiéndose en el ritmo de conducción de sus cuerpos y la dulce promesa de placer. Sus besos le hicieron olvidar todo, pero la respuesta primitiva que exigió y las llamas de la pasión de su devorando. Graeme hizo caso omiso de la necesidad de su propio cuerpo cuando guió a Blair expertamente a su segundo orgasmo. Ella gritó, atrapado en sus garras, espasmos de placer recorrieron su cuerpo, dejando a su temblor y dificultad para respirar. Graeme la sostuvo mientras ella se deshizo, un rayo de pura posesión masculina le atraveso. No se pudo detener un momento más, Bombeo más profundo, enterrando su falo hasta la empuñadura en su interior, con cada embestida fue más rápido, más fuerte. Con un gemido sin palabras, le empaló por completo. A medida que su primer espasmo comenzó, él levantó sus caderas de la cama, inclinandse más alto para encontrarse con sus empujes feroces. Con un grito se derramó en su interior. Las estrellas explotaron dentro de su cabeza, era la gloria. Los sollozos de Blair lo trajeron de vuelta a la realidad. Le tocó la mejilla, infinitamente amable, infinitamente tierno. –Deja de preocuparte, muchacha, cuidare de ti. La abrazó hasta que se calmó y continuó hasta que se quedo dormida. Pero para Graeme no fue facil. Una tormenta de emociones en conflicto se agitaba en su interior. Necesitaba a Blair, quería que ella entrara en razón. Desde su boda, el recuerdo de Juana la doncella se había convertido en algo lejano. ¿Podrían sus sentimientos por Blair ser más que físicos?. ¡No! Él no podía amar a Blair. A pesar de que todavía no se había convencido plenamente de los poderes que pretendían poseer. Los poderes de Blair podría prosperar, y no podía permitir que eso sucediera. Si Blair fuera acusada de brujería, podría morir violentamente. Al igual que Juana. Empezó a temblar. No lo haría, no podría amar a Blair, incluso aunque su corazón advirtiera que ella lo amaba. Pero hacerlo había sido su meta desde el principio, y no debia sorprenderse por lo bien que estaba teniendo éxito. Lo que sentía, sin embargo, era algo enteramente diferente. Si tan sólo pudiera descubrir qué era. Blair despertó la mañana siguiente sintiendose excepcionalmente bien. Entonces recordó su sueño, y gotas de sudor resbalaron por su frente. Llorando, se irguió y se aferró a su corazón. Graeme se despertó con un sobresalto. -¿Qué pasa? ¿Te encuentras mal? La lengua de Blair se seco al recordar todas las formas en que ella y Graeme habían hecho el amor la noche anterior. La había despertado en medio de la noche con caricias. La habia amado más lento y más suave que la primera vez, pero igual de satisfactorio. -¿Te encuentras mal?- repitió Graeme. -No, no es nada. -¿Tuviste una pesadilla? Ella sacudió la cabeza. -Estoy bien, Graeme, de verdad. Graeme busco su rostro, y luego se encogió de hombros. -¡Es tarde. Tengo que irme. Debo preparar el viaje -¿Vas a salir de Stonehaven? ¿Cuándo? -Pronto. Mañana. Voy a llevar sólo a Heath conmigo y dejare el resto de los hombres para proteger mi propiedad - su expresión le dijo que él la consideraba su 73

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propiedad. -¿Cuánto tiempo estarás fuera? -No mucho, unos cuantos días como máximo. Pero no te preocupes, que nadie te hara daño en mi ausencia. Blair se erizó. -Puedo cuidar de mí misma. La besó en la frente y salió de la cama. –Sin peros, cariño, me sentiré mejor si se que alguien vela por ti. Blair le vio vestirse. Era un hombre hermoso. La sexualidad flagrante de su poderoso físico fue casi indecente, sin embargo, no podía apartar la mirada. Graeme se dio la vuelta y la cacho mirandolo. Sus cejas se levantaron en un desafío tácito. Blair avergonzada, se sonrojó y desvió la mirada. -¿Podrias buscar a Alicia y enviarla? - preguntó. Me gustaría bañarme. Él le dirigio una mueca malvada. -Tal vez debería quedarme un poquito mas en tu cama -¡No! Me refiero. . . dijiste que tenías cosas que hacer para prepararte para tu salida de mañana. -Me parece que protestas demasiado.- Él sonrió, y luego suspiro -Pero tienes razón. Por mucho que me encantaria unirme a ti en ese cama, no sería lo mejor. Hasta esta noche, cariño - prometió -¿Esta noche?- susurró Blair después de Graeme se había marchado. Otra noche de besos y caricias calientes que sellaría su destino. Amar era fácil cuando el hombre era como Graeme, pero ser amado a cambio no era tan simple. Alicia irrumpió en la sala unos minutos más tarde. –Ordené el baño, muchacha -. Sus ojos brillaban. –Tu esposo me dio el mensaje -. Blair sabía exactamente lo que Alicia estaba pensando. –Deja de mirarme asi. Soy la esposa de Graeme. Debo cumplir con mi deber. Si no quiero que se consiga una amante. -¿Y eso te molestaria?-No, yo. . . -no sirvió de nada. No podía mentir a Alicia. -Sí, lo haría. Los espíritus enviaron a Graeme a mí. No puedo renegar de él. -Estoy contenta de que finalmente viste la la luz. El laird Campbell es tu destino. Sé feliz con él, muchacha. Es lo que tu querido padre quería. Blair lanzó un suspiro. -Las dos sabemos que jamas lo amare. Alicia soltó un bufido. -Y sabemos que es demasiado tarde para fijarse en los sentimientos - su conversación terminó abruptamente cuando llegó el baño de Blair. Alicia ayudó a meterse en la bañera, y luego partió para que Blair pudiera bañarse en privado. Apoyando la cabeza contra el borde de la bañera, cerró los ojos y recordó las horas agradables que había pasado entre los brazos de Graeme la noche anterior. Mientras Graeme comia su desayuno, su pensamiento volvía a Blair. Algo le estaba pasando, y no le gustaba. ¿Cómo habia llegado a ser tan importante para él en un tiempo tan corto? Lo que sentía iba más allá de su necesidad de protegerla. Juana no era más que un recuerdo en su memoria, la pura y santa e inalcanzable. -¿No tienes hambre, Graeme? ¿No te ha gustado como he cocinado esas gachas 74

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para ti? Graeme sonrió a Glenda. -No, muchacha, la avena está muy bien. Mi mente está ocupada con otras cosas esta mañana. Glenda miró a su alrededor, vio que estaban solos y le puso la mano en el hombro. –Estas molesto conmigo. ¿Te he ofendido de alguna manera? -No, muchacha,Pero tengo una esposa ahora . -Una esposa que es una bruja, Graeme. No puedo creer que la desees Graeme ahogó una sonrisa. La deseaba hasta el punto de la obsesión. -No sabes nada acerca de mis sentimientos. Quizá lo que tu necesitas es un marido. Glenda se arrojó a Graeme. -¡No, señor, no quiero casarme!. Yo solo te quiero a ti. Es todo culpa suya, te ha embrujado. Te habrias casado conmigo si el terrateniente MacArthur no te hubiera suplicado que te casaras con la hija del mal Graeme trató de quitarse los brazos de Glenda del cuello, pero ella se aferró a él como una sanguijuela. -Me he casado por mi propia voluntad, Glenda. Viniste a mi cama de buena gana. Si lo recuerdas jamas te hice mención de matrimonio. Lo siento si entendiste mal mis intenciones. Glenda sonrió socarronamente mientras sus brazos se apretaron alrededor de Graeme -Quizá si la bruja se vaya, tu me quiereas otra vez. -Blair está aquí para quedarse-, dijo Graeme firmeza. -Si la bruja se fuera¿Me llevarias a tu cama de nuevo?- insistió. Glenda se estaba convirtiendo en una plaga. Lamentablemente. Quiza la mentira fuera la unica manera de escapar de sus brazos que se aferraban. -Sí, muchacha. Si Blair no fuera mi esposa, volverias a mi cama. -¡Lo sabía!- Glenda cantó. Cuando Blair entró en la sala, su mirada voló de inmediato a los dos únicos ocupantes de la habitación. Al parecer, ella había interrumpido un intimo momento entre Glenda y Graeme. Había comenzado a limpiar su garganta para anunciar su presencia cuando escucho a Graeme decir: --Sí, muchacha. Si Blair no fuera mi esposa, volverias a mi cama. Su severa respiración sonó fuerte, incluso a sus propios oídos. Glenda levantó la mirada, vio a Blair y susurró -Parece que ella ha escuchado eso - sugirió con una sonrisa de suficiencia. Graeme se puso de pie desprendiendose a Glenda - Trae algo de comer para mi mujer, muchacha. Me gustaría hablar con Blair a solas. Con las manos en las caderas, Glenda salio fuera sonríendo por encima del hombro. -Voy a explicarte- comenzó Graeme. -No hay necesidad. El nuestro no es un matrimonio por amor. Tienes todo el derecho a buscar diversión en otro lugar. Sus expresivos ojos de color violeta desmentía sus palabras, y Graeme inmediatamente se arrepintió de la mentira que había dicho a Glenda. – No quiero a otra mujer, Blair. Tú eres la única mujer que necesito. Sus labios se curvaron en la incredulidad. –Eso es mentira, Graeme. Tu y tus parientes todavía cren que soy una bruja, no importa que tan vehementemente lo niegue ¿Era Glenda tu prometida antes de que mi padre te convenciera para que 75

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te casaras conmigo? Graeme se levantó y la agarró por los hombros. -Es cierto que la llevé a mi cama después de regresar de Francia, pero no le prometí nada. Ella vino de buena gana. Voy a repetirlo por última vez. Mi esposa es la única mujer que yo quiero en mi cama. -Aqui esta el desayuno- dijo Glenda, poniendo fin a la conversación. Dejo caer la taza sobre la mesa con tanta fuerza que se derramó. Blair se encogió de hombros y se sentó en la mesa. -Gracias. No necesito nada más. -¿Hay alguna otra cosa os gustaría, mi laird?- pregunto Glenda mirando a Graeme de forma tan elocuente que lo repelio. -No, muchacha. Puedes regresar a tus funciones. Con un aleteo de faldas coquetas, Glenda salio. Graeme volvió su atención a Blair, el ceño fruncido estropeaba sus hermosos rasgos. -¿Va a estar bien?-¿Por qué no? -Voy a estar en los corrales de ovejas la mayor parte del día. Envia a Stuart o Jamie en caso de que me necesita por cualquier razón. Ella le dio una seca inclinación de cabeza, luego se volvió hacia su desayuno. Tenía hambre, pero no queria gachas esa mañana. Se levantó y entró en la cocina, atraída por el olor del pan recién horneado. La idea de hundir sus dientes en una gruesa capa de pan untado con mantequilla hizo que la boca se le hiciera agua -Ama, ¿Que puedo hacer por vos?-, preguntó Maeve, mirando hacia arriba desde el bote que estaba agitando. -¿Es pan fresco lo que huele? -Sí. ¿Vais a querer un un trozo? -Si, si no es mucho problema. -No es ninguna molestia. Se lo llevare tan pronto como obtenga un poco de mantequilla fresca ¿Quereis un vaso de suero de leche? -Eso suena maravilloso. Pero si me lo permite, me gustaría comer en la cocina. -En absoluto. Estaré de vuelta en un segundo - dijo mientras colocaba una tapa en la olla y se iba. Blair decidió cortar el pan mientras esperaba a Maeve volver. Cortó dos rebanadas grandes y los puso en un plato. Cuando oyó un silbido, se dio cuenta de que la olla burbujea en el fuego. Agarró un trapo, levantó la tapa y le dio un gran revuelo, -¿Qué estáis haciendo?- exigió una voz chillona. Blair volvió, gimiendo cuando vio a Glenda mirándola. -Revolviendo la olla, ¿Eué parece? -¡Estas envenenando la comida!- sxclamó Glenda. -Qué tontería- se burlo Blair. -Simplemente estoy esperando a Maeve que fue a traer mantequilla para untar en el pan. La olla necesitaba que la agitara. Hazlo tu si quieres -Aquí nadie confía en ti. ¿Por qué no te largaste con tu hermano cuando vino por ti? No perteneces a este lugar

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Las palabras de Glenda arañó profundamente en el corazón de Blair. Ella tenía la esperanza de ganarse la comprensión e incluso de respeto de la familia de Graeme. -¿No tienes nada que hacer, Glenda?-, Preguntó Maeve desde la puerta. – Deberias mostrar más respeto por la esposa del laird. Sus habilidades de curación son muy apreciadas por nuestros miembros del clan. -Ella ha embrujado a nuestro laird-, denunció Glenda. Su voz bajó a un susurro. Yo sé lo que pasa en la despensa. Su hechizos son pura maldad. -Esconde tus garras, Glenda-, advirtió Maeve. -Laird Graeme no permitira cuanquier actitud irrespetuosa hacia su esposa. Blair se estremeció bajo el brillo rencoroso en los ojos de la mujer, quien giró sobre sus talones y salió furiosa. -Haga caso omiso- dijo Maeve. -Glenda está celosa. Tenia la esperanza de casarse con Graeme. Jamas acepto que el no tuviera intencion con ella. Glenda no es lo suficientemente buena para Graeme. Mientras él estaba en Francia, jamas le negó a nadie sus favores -. le dio unas palmaditas en el hombro de Blair. -Siéntese y coma su pan con mantequilla, muchacha, mientras voy a buscar un vaso de suero de leche. - El apetito de Blair la había dejado. ¿Glenda decia la verdad? ¿Todos los parientes de Graeme le tenian miedo? Sus propios parientes no la odiaban. Podian sentir temor de sus poderes, pero no la odiaban. -Come, muchacha-, instó a Maeve. -Nuestro laird necesita un heredero, y una madre necesita estar saludable si desea traer al mundo un niño sano. -¿Graeme se lo ha dicho? -No necesita hacerlo. Todos los hombres quieren un heredero, y Graeme no es la excepción. Blair comía en silencio, contemplando las palabras Maeve. Bien podia ya estar embarazada de Graeme, aunque parecía poco probable. ¿No sería que los espíritus le dirian si ella había concebido? Lo que trajo otro pensamiento. ¿Los espíritus la habrian abandonado? No, penso. El inquietante sueño de la noche anterior fue un vivo recordatorio de que sus poderes todavia hacian mella en ella.

Capítulo Nueve

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Graeme regresó tarde al castillo. Blair ya estaba dormida. Reacio a despertarla, se limitó a tenerla entre sus brazos durante toda la noche. A la mañana siguiente se levantó antes del amanecer, le dio un beso de Blair en la frente y salió de la alcoba. Después de un desayuno apresurado, se marchó a Inverness para vender la lana en el mercado. Cuando Blair se despertó sintió incluso antes de abrir los ojos que Graeme se había ido. Se levantó y se preparó para el día, pensando en las cosas que podía hacer para mantenerse ocupada en la ausencia de su marido. Terminó su desayuno y fue en busca de Alicia. Con Graeme a distancia y su hermano lejos de Stonehaven, pensó que era un buen momento para aventurarse a salir a recoger corteza del sauce. -¿A dónde vas, muchacha?- preguntó Stuart mientras se deslizaba a través de la puerta. Blair no había visto al tío de Graeme entrar en el pasillo y se dio la vuelta con en el sonido de su voz. -Voy a buscar a Alicia para que me acompañe mientras recojo corteza de sauce. Stuart frunció el ceño. -¿Graeme te dejo hacerlo? -No tengo necesidad de preguntarle.-No puedes salir sin escolta, muchacha. Yo iré con ustede. Encuentra a Alicia, mientras voy a buscar mi espada. No vayan a irse sin mi - Stuart corrio a toda prisa antes de que Blair pudiera protestar por la necesidad de tener un guardia. Fue a buscar a Alicia. La encontró en la pinchagua, batiendo hierbas para un nuevo lote de cerveza de una mujer que estaba gestando. -¿Tenéis necesidad de mí, muchacha?- le preguntó cuando vio a Blair. -Sí. Es un buen día. Pensé que podríamos recolectar corteza de sauce. -Voy a buscar un manto y una canasta- dijo Alicia. -Stuart insiste en acompañarnos, aunque no me imagino para que lo podamos necesitar. Esta esperando en el pasillo. Los ojos de Alicia se iluminaron. -Stuart es un hombre fuerte, solo esta pensando en tu bienestar. Poco tiempo después, Blair, Alicia y Stuart caminaban por un sendero que llevaba a las colinas densamente arboladas y más allá de la lago. Blair se detuvo para recoger el brezo del páramo, mientras que Stuart vigilaba. Le encantaba el brezo, llenó su canasta antes de que Stuart le recordara que era la corteza de sauce y no flores, lo que ella debia recoger. -Sígueme, señora. Sé exactamente dónde se encuentran los sauces. Crecen cerca del lago. Blair siguió Stuart lo largo de un sendero que conducía a través de un denso bosque. Alicia se perdio detraz de ellos. -Hay algo que no me gusta-, dijo Blair a Alicia, lanzando una mirada secreta por encima del hombro. –Lo presiento. Alicia levantó la cabeza y escuchó. -Nada parece estar mal, muchacha. Vamos a salir tan pronto como juntemos la corteza Blair vio muchas hierbas, ademas de la alholva y la malva, habia perejil silvestre, trébol rojo y menta. Cuando llegaron al lago, Stuart utilizó su espada para cortar 78

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mechas largas de la corteza de los sauces que crecen cerca de la orilla. Apenas habían llenado su cesta cuando las nubes oscuras los rodearon. El día había pasado de repente de un sol glorioso a negros nubrrones. -Una tormenta se está gestando, muchacha- advirtió Stuart. -Tenemos que salir ahora si queremos llegar a la torre antes de que estalle –Sin esperar respuesta, Stuart instó a las mujeres hacia el camino que los llevaría de regreso a la torre. De repente, Blair se detuvo y ladeó la cabeza, escuchando el viento que venia de entre los árboles. El viento estaba hablando con ella. Las palabras eran indistintas en un primer momento, pero cuando se concentró en el patrón y la cadencia, la advertencia era clara. -¡Peligro!-¡Alicia, Stuart, peligro!- exclamó mientras levantaba las faldas dispuesta a correr Agarrando su espada, Stuart tomó una postura defensiva, determinado para proteger a las mujeres de cualquier daño. -¡No hay tiempo para eso!-exclamó Blair. -¡Corre!La advertencia llegó demasiado tarde. Cinco hombres armados con espadas y hachas de guerra salieron de la cubierta de los árboles, que rodea el pequeño paramo. -¿Quién sois y qué quereis?- gritó Stuart. -¡Fuera de nuestras tierras! -Venimos por la bruja-, gritó el hombre que parecía ser su líder. -¿Quiénes sois vosotros?- preguntó Stuart. -¿ Del clan Mackays? ¿Os asusta mostrar vuestros colores? -No tenemos miedo de nada. Hazte a un lado, viejo -, advirtió el líder - -Queremos a la bruja.Stuart alzo su espada, con una expresión sombría. -Mira a quien llamas bruja, muchacho. Si le haceis daño, tendreis que responder ante el Laird Campbell, y vosotros sabéis tan bien como yo quien es Graeme. Él aprecia demasiado a esta muchacha como para permitir que le hagan daño. Dos de los cinco hombres se retiraron teniendo en cuenta la amenaza de Stuart, pero el líder se limitó a reír. –No puedes asustarnos, viejo, hazte a un lado. Sin detenerse a considerar el peligro para sí mismo, Stuart se avalanzo con valentía sobre el líder. Inmediatamente fue emboscado no por uno, sino por cinco hombres. Blair contuvo el aliento mientras observaba a Stuart impulsado su espalda. Esto no podia estar pasando Si tuviera una espada, se uniria a el en la lucha. Se dio cuenta que tenia que hacer algo. Cuando Blair sintió las primeras gotas de salpicaduras de la lluvia contra su cara, alzó la vista hacia el cielo oscuro y turbulento oró por un milagro. Las luces de un relampago lanceado a través de las nubes, seguidas de un ensordecedor rugido. Su boca se movió en una súplica silenciosa cuando ella envió un ruego a los espíritus. De repente un grito rasgó el aire. Blair gritó cuando Stuart cayó abatido por los asaltantes. La sangre derramada de lo que parecía a ser una herida mortal en el pecho. Alicia voló a su lado, acunando su cabeza en sus brazos para protegerle de un asalto más. Antes de que Blair pudiera llegar a Stuart, los cinco asaltantes empezaraon a caminar hacia ella. Blair se volvió y corrió, con ellos tras si. Otro 79

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rayo cayó cerca. Blair oyó un fuerte chasquido, como de un árbol cayendo al suelo. Echando un vistazo detrás de ella, vio el humo en espiral de las ramas destrozadas. Casi al mismo tiempo un trueno hizo temblar la tierra bajo sus pies, se volvió y huyó en el bosque, sus enemigos seguian sobre sus talones. A medida que los hombres la alcanzaban, ella continuó orando por la divina intervención. No llevaba mas que un metro o dos por delante de sus perseguidores cuando sus plegarias fueron escuchadas. Un relámpago iluminó el cielo oscuro. El rayo cayó cerca de un árbol, y sus pies levantaron el vuelo. Se quedó sin aliento cuando vio lo que la destructiva fuerza de la naturaleza había hecho. El árbol, dividido por un rayo, había caído en dos de los hombres que la perseguian, aplastándolos bajo su peso. Una rápida mirada le dijo que los hombres estaban sin vida. Los otros tres hombres la miraban como si el accidente había sido obra suya. Su miedo era tan palpable que estaban temblando. -¡Tu hiciste esto, bruja! Estas llena de maldad - gritó un hombre. Blair no lo negó. En ese momento particular acogió con beneplácito el miedo de los hombres de ella. -Quédate donde estás, si no voy a convocar a las fuerzas de la maldad -amenazó. Los rostros de los tres agresores restantes estaban lividos, ya que miraban a sus compañeros caídos. Luego se dieron media vuelta y huyeron. Blair casi se derrumbó de alivio. En algún lugar de la distancia oyó otro árbol cayendo al suelo, pero no le presto ninguna atención. Estaba preocupada por Stuart y era necesario volver a él lo más rápidamente posible. Corrió de vuelta a lo largo del camino, el corazón le latía con miedo cuando vio a Alicia inclinada sobre un Stuart inerte. La mujer mayor le miro con lagrimas que se mezclaron con la lluvia - Gracias a Dios que estas bien- susurro. Blair se dejó caer de rodillas junto a Stuart, preocupada por la gran cantidad de sangre acumulada debajo de él. -¿Cómo está?-¡Mal, muchacha. La herida en el pecho parece mortal, y ha perdido gran cantidad de sangre. La hoja debe de haber cortado algun organo vital. ¿Podéis ayudarle? Stuart es bueno, no quiero que muera. el animo de Blair cayó en picado mientras examinaba la herida de Stuart. Se necesitaria un milagro para salvarlo, parecía más muerto que vivo. -Puedo intentarlo-, susurró. -Mientras tanto, voy a orar.Dolorosamente consciente de lo que le costaría, Blair sabía que haría cuanto estuviera a su alcance para salvar a Stuart. Graeme amaba a su tío. Coloco ambas manos sobre la herida y en silencio imploró a Dios que le diera la fuerza suficiente para que Stuart sanara. Sus manos empezaron a temblar, ardiendo mientras la sangre caliente de Stuart se filtraba entre los dedos. La sensación viajó hasta sus brazos, y todo su cuerpo empezó a temblar. Un desgarrador dolor paso de sus manos a su cuerpo. Con sus ojos en blanco la cabeza y cayó hacia adelante sobre Stuart. Como si viniera de una gran distancia, oyó a Alicia llamandola. -Háblame, muchacha-. Blair se agito cuando el dolor poco a poco cedió. Se miro las manos llenas de sangre. Se las limpió en su falda y le devolvió la mirada a Stuart. 80

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-¡Lo habéis hecho, muchacha!-, exclamó Alicia. -El sangrado se ha detenido. La herida había dejado de sangrar, pero Blair solo pudo asentir. -Quédate aquí con él, voy a buscar ayuda a el castillo,- dijo Alicia - Necesitas tiempo para recuperarte.-Espera-, dijo Blair. -Vi eneldo cerca del rio. Voy a espolvorear las semillas en la herida abierta -. Alicia le lanzó una mirada de preocupación a Stuart. -¿Segura? Tenemos que vlver a la torre, tan pronto como sea posible. -El color está volviendo a la cara de Stuart. Creo que estará bien, pero la infección podría deshacer todo lo que he hecho aquí. Las semillas de eneldo ayudarán a prevenirla Alicia se levantó. -Voy a recoger las semillas de eneldo.Blair se sentó sobre los talones, demasiado cansada como para respirar. No hubiera podido moverse, incluso si los atacantes hubiesen regresado por ella. Cerró los ojos y puso su mano sobre el pecho de Stuart una vez más, necesitaba tranquilizarse sabiendo que aún vivía. De repente se movió, gimió y abrió los ojos. –Esta lloviendo -. -Sí-. -Qué. . . ¿que pasó? -Fuiste herido. ¿Cómo te sientes? -Al igual que. . . el. . . muy diablo. ¿Voy a. . . morir? Blair sonrio. -No. Vas a vivir. ¿Qué harian Graeme y Heath sin ti? -Dime. . . ¿cómo? -Estábamos emboscados por cinco hombres. Luchaste contra ellos cuando trataron de atacarnos Stuart frunció el ceño. -¿Los cinco?-Sí. Eres muy valiente. -¿Los mate?-No. Dos de ellos murieron aplastados debajo de un árbol que fue alcanzado por un rayo. Los demas huyeron Stuart buscó en su rostro. -¿Has usado los poderes para vencerlos, muchacha? Alicia regreso antes de que pudiera respoderle -Corrí tan rápido como pude -, jadeó Alicia. -Aquí están las semillas de eneldo-. -¿Para qué sirven?- preguntó Stuart. -¡Gloria!-, Exclamó Alicia, cayendo de rodillas junto a Stuart. -Estas despierto. Es un milagro -. Mientras que Alicia cubria a Stuart de la lluvia, Blair pico las semillas de eneldo en las manos y los roció en el tajo abierto en el pecho de Stuart. Luego se arrancó la mitad inferior de la enagua e hizo una almohadilla, colocándola sobre la herida. -Aquí, muchacha-, dijo Alicia, -toma un poco de mi enagua. Es necesario mantener el vendaje en su lugar. Blair arrancó el dobladillo de la enagua de Alicia y lo envolvieron alrededor del pecho de Stuart. -Eso es todo lo que podemos hacer hasta que volvamos al castillo. Debemos limpiar la herida tan pronto como sea posible y darle de comer caldo de carne para reforzar su sangre. -Yo puedo caminar-, dijo Stuart. -No, no lo haras,- regaño Alicia 81

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-No seas indulgente conmigo, mujer-, gritó Stuart mientras se alzaba a si mismo en un codo. Blair vio con asombro como Stuart se paraba, se tambaleó unos segundos y lentamente quedo en pie. -¡Alabado sea Dios!-, Exclamó Alicia. Es realmente increíble. Cautelosamente Stuart tocó la venda sobre la herida. –¿Un milagro? ¿Estaba muerto? -No- dijo Blair. -No puedo traer a la gente desde el más allá. ¿Seguro de que puedes caminar? -, Preguntó cambiando rápidamente de tema. Stuart dio un paso provisional, luego otro. -Si -El camino está mojado y resbaladizo-, advirtió Alicia. -Apóyate en mí-. Stuart debió darse cuenta de que no era tan fuerte como él había pensado, con gratitud equilibro su peso contra Alicia. Blair trató de quitarse de encima el cansancio pero sin mucho éxito. Curar a Stuart fue la más difícil curación que había intentado nunca. Con gran dificultad, se levantó del suelo y avanzo después de Alicia y Stuart. Acababan de salir de los bosques, cuando un grupo de hombres a caballo se acercó a ellos. Blair se hundió en alivio cuando reconocido Aiden. -¿Qué pasó?-, Preguntó Aiden cuando llegaron. -Fuimos atacados-, dijo Stuart. -Llévame a caballo, estoy a punto de terminar desmayarme -Ten cuidado, que está herido-, advirtió Alicia. -Alguien tome a mi señora. Ella necesita ayuda, también. Stuart se levantó con cuidado sobre un caballo de guardia. Otro hombre monto a Alicia detrás de él, mientras que Aiden tomó Blair. -¿Cómo sabías que debian venir por nosotros?- preguntó Blair mientras cabalgaban hacia la torre. -Como no habían vuelto cuando se desató la tormenta, estabamos preocupados -Llegaron justo a tiempo-, dijo Blair. Stuart necesitaba cuidados. Habia aun mucho por hacer para garantizar su vida . Más tarde, cuando Blair salió del dormitorio de Stuart después de atender sus heridas y dándole una valeriana que lo ayudaria a dormir, se encontró con Aiden esperando por ella. -Vi la herida de Stuart-, dijo Aiden. –Deberia estar muerto ¿Cómo le curaste? Blair se quedó inmóvil. Sabía que lo que había hecho se podría llamar brujería por sus enemigos. -Yo. . . tengo habilidades de curación. -No hay habilidades de curación capaces de haber salvado a Stuart.-¿Me estás acusando de algo, Aiden?Buscó su rostro. -No. Sin embargo lo habéis hecho, es un milagro, y yo os doy las gracias. Hechariamos mucho de menos a Stuart si hubiera muerto. A pesar de la gratitud de Aiden, Blair podría decir por su expresión que él sospechaba de uso de la magia. Algo en sus ojos revelaba su miedo, pero también habiarespeto -Estoy formando un grupo para buscar a los hombres que los atacaron ¿Podéis decirme algo que nos ayude? ¿Puede Stuart reconocerlos? -Nunca los he visto antes, y dudo que Stuart pueda hacerlo-Parece extraño que se fueran sin nada. ¿Te querian a ti, no? 82

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Blair se removió nerviosamente. No quería decir nada que hiciera a Aiden sospechar de ella. -La tormenta los asusto. Dos de los asaltantes fueron aplastados debajo de un árbol que había sido alcanzado por un rayo. Los otros huyeron; es probable que temían correr la misma suerte Aiden aceptó su respuesta, aunque su expresión se mantuvo dudosa. –Cuidad bien a Stuart. -Stuart dejo su espada, y me olvidé de una cesta llena de corteza de sauce. ¿Podrias traermela? -Sí, señora-, dijo Aiden cuando se marchó. Blair volvió a su dormitorio para descansar dejando a Meave con Stuart, Se dedicó por completo a recuperarse. La curación Stuart había requerido una fuerza extraordinaria. Una vez había curado una herida que su padre había sufrido, pero no fue tan grave como la de Stuart. Dios y los espíritus habian estado de su lado ese dia. Alicia la estaba esperando en su habitación. -Déjame ayudarte a quitarte la ropa. Ya he ordenado un baño. Después, podéis dormir todo lo que quieras. Blair agradecio la ayuda de Alicia. Cuando llegó el baño, duro e el hasta que el agua se enfrió. Luego se metió en la cama y cerró los ojos. Antes de dormirse dejó que sus pensamientos vagar a Graeme y penso en sus sentimientos hacia él. Obviamente, no estaba enamorada porque sus poderes aún eran lo suficientemente fuertes como para curar a un hombre cerca de la muerte. ¿Qué era lo que sentia por Graeme si no era amor?. Esa pregunta desconcertante rebotó en su cabeza hasta que el sueño la vencio. Blair durmió el resto del día y la noche y se despertó hambrienta. Se vistió, se lavó la cara y las manos, se limpio los dientes y fue de inmediato a verificar Stuart. Alicia estaba sentada con él, dandole de comer pacientemente, caldo de carne. Su color era bueno, y su herida parecían estar libre de infección. Dejando a Alicia en su tarea, Blair fue a la sala para desayunar. Aiden estaba esperandola. -Buenos días-, saludó a Blair. -Buenos días, señora. Espero que os encontreis bien esta mañana. -Estoy bien, y Stuart tambien-. -Lo sé. Ya lo he comprobado -¿Habeis dado con la identidad de los atacantes?-Hemos encontrado el lugar donde Stuart cayo después del ataque. -le dirigió una mirada inescrutable. -Había sangre en todas partes. Ni siquiera la lluvia la ha borrado negó con la cabeza. -Su recuperación es realmente asombrosa. Encontramos la corteza del sauce y la espada de Stuart -Gracias. ¿Crees que murieron bajo el árbol caído? -Sí. Los cinco hombres están muertos. Los demas corrieron la misma suerte, aplastados por otro árbol que habria derribado un rayo. No había nada para vincularlos a un clan en particular. Quizá eran mercenarios contratados para secuestrarte -¿Quién haría una cosa así?-Yo iba a hacer la misma pregunta, señora. A Graeme no le va a gustar. Es mejor que no salgas hasta que el vuelva. 83

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Blair aceptó el edicto de Aiden. Hasta que supieran quién estaba detrás del intento de secuestro, no expondría la vida de cualquiera de los parientes de Graeme. Pasó los siguientes cuatro días dividiendo su tiempo entre Stuart, su dormitorio y sala de destilación. La herida de Stuart estaba sanando, sin complicaciones. Aún estaba pálido por la pérdida de sangre, pero rápidamente recuperaba sus fuerzas en una dieta de té de hierbas y caldo de carne. La cuarta noche, Blair buscó a Stuart y vio que estaba durmiendo, siguió a su propio dormitorio. Alicia le ayudó a desvestirse. Se metió en la cama, dejando que sus pensamientos vagaran hasta su marido. ¿Es que le hechaba de menos? A pesar de que ella y Graeme eran marido y mujer, no compartían sentimientos fuertes. Bueno, solo la lujuria, admitió con pesar. Sólo de pensar en sus manos y su boca empezo a temblar. Se comprometió a cuidar de su corazón. Con ese pensamiento en la mente, se quedó dormida. Horas más tarde, Blair se despertó gritando. Se estaba quemando, las llamas le lamian la ropa y el pelo chamuscado su piel. El fuego ardia a su alrededor, no había escapatoria. El sueño había sido casi idéntico al que había tenido antes. Pero esta vez Graeme no estaba para huyentar sus miedos. Incapaz de dormir, encendió la lámpara y escucho la lluvia golpeando contra las ventanas, dolorosamente consciente de que pronto tendria que pasar la prueba de fuego. . . Fuego, agua, piedra. ¿Pasaria la prueba? La lluvia torrencial mantuvo a Graeme y Heath en el interior de la posada. Estaban en Inverness desde hacia cuatro días y se celebra la ventade su lana. Graeme planeaba pasar una noche en la posada, luego se detendrian en Gairloch antes de regresar a casa. Nada se habia hecho en relación con la dote de Blair. Ya debería estar recibiendo las rentas y los impuestos. Graeme sabía que las tierras producian un buen ingreso y sospechaba que Niall estaba reacio a desprenderse de ellos. Pero pertenecían a Blair, y Graeme podría utilizar los ingresos. Como Graeme tomó un sorbo de cerveza, sintió una sensación de temor en la boca de su estómago. Sentie que era necesario en Stonehaven. Lo único que le impidia correr a casa era el conocimiento de que Stuart hubiera enviado un mensaje si habia problemas. -¿Qué pasa primo?- preguntó Heath. –Tienes la mirada angustiada. El precio que nos dieron por la lana estuvo bien -. -Algo me está molestando, Heath, pero no se que es. Trató de ignorar el ardor en el estómago, pero creo que me necesitan en casa. -Pensé que tenías un asunto urgente con MacArthur.-Mi negocio puede esperar-, dijo Graeme con decisión. -He aprendido mucho y se que debo obedecer a mis instintos. Eso me mantuvo vivo en Francia. -¿Cuándo queréis marcharos?-Esta noche. Por desgracia, la lluvia solo haría mas difícil el viaje por la noche. Vamos a salir temprano mañana, con lluvia o no. Quiero llegar a casa antes del anochecer. -

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Blair se levantó al amanecer para comenzar su día. Había sido una noche larga. La había pasado sentada, mirando hacia las sombras. Ya fuera de la cama, se vistió apresuradamente, cuando Alicia entro en su dormitorio. -Es aun temprano, muchacha-. Alicia abrió la ventana para dejar entrar la luz, su sonrisa se desvanecio cuando vio la cara de Blair. –Estas pálida. ¿Estas enferma? -No, no pude dormir bien la noche anterior. -¿Era el sueño?-Sí-. -Och, es sólo un sueño. Tu marido cuidara de ti-Nadie puede escapar a su destino-, susurró Blair. -Si yo voy a perecer en el fuego, entonces que así sea. -No debes hablar así,- la regañó. -Vamos abajo, voy a prepararte tu desayuno favorito, huevos frescos y jamón -. Blair aceptó, aunque tenía poco apetito. Lo que realmente anhelaba era a Graeme, y la comodidad que ofrecian sus brazos. Tenía que verlo una última vez antes de las llamas la devoraran. A pesar de sus preocupaciones, Blair logró mantenerse ocupado. Ayudó a Jamie en el recuento de la ropa de cama, ollas y sartenes seleccionados para su posible reparación o la sustitución. Después de una cena temprana, se fue a la despensa de trabajar con sus hierbas. No había mucho que hacer allí. Todavía no se había extraído todo el jugo de la corteza de sauce que habia recogido. Trabajó constantemente hasta que sus ojos comenzaron a caer. Porque no había dormido mucho la noche anterior, decidió sentarse y descansar los ojos, mientras que el jugo se drena de la corteza del sauce. A los pocos minutos se quedó dormida. Blair no supo cuánto tiempo había dormido, pero despertó con voces desesperadas gritando dentro de su cabeza. El humo denso llenó la despensa cuando el fuego lamió el marco de madera del pequeño edificio. Las llamas bloquearon la puerta no había forma de escapar de allí. El calor la quemaba. Miró hacia la ventana y su corazón se hundió. Era demasiado alta para escalarla. De espaldas contra la pared del fondo las llamas se arrastraban hacia ella devorando todo a su paso. A continuación, el techo de paja se incendió y Blair se dio cuenta que estaba condenada al fracaso. Estaba viviendo su peor pesadilla. Su respiración era rápida en pequeños suspiros mientras trataba de introducir aire en sus pulmones chamuscados. De repente, su espíritu de lucha se avivo y su mirada se volvió a la ventana. Espoleado por la desesperación, rodó el barril por debajo de la ventana, a continuación, rogó a los espíritus que la protegieran. La única persona que podía salvarla era demasiado lejos para escuchar sus ruegos. Esperaba que los parientes de Graeme notaran el fuego. La ventana era pequeña, pero era su única esperanza. Escalo la cima del barril, se agarró del marco, abrió la persiana y se arrastró hacia arriba. Desafortunadamente, no tenía fuerzas para levantarse pero agradecia el aire fresco. Las llamas le lamian la falda y se quemó las piernas. El dolor se esparcía por ella cuando abrió la boca y gritó. 85

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Graeme empujó su montura sin piedad. Era casi de noche y estaba ansiosos por llegar a casa. El dolor en el estómago se había intensificado, reforzando la premonición de peligro en Stonehaven. Casi podía escuchar la voz de Blair rogándole que se diera prisa. El alivio le inundo al ver las torres de Stonehaven -¡Ya casi estamos en casa!llamo a Heath. -Voy a ir por delante-. Dado que su corcel era más poderoso que el de Heath, rápidamente superó a su primo. Entonces vio algo que hizo que su corazón se detuviera. Una fina espiral de humo se elevó en el aire por encima de el castillo. El fuego era un riesgo temido. Podría devorar a la casa de un hombre, su posesiones, y las vidas de personas inocentes. Espoleo el corcel, la bestia estaba cubierta de espuma y soplando fuerte, cuando entró en la puerta y tiró de las riendas antes de el castillo. Desmontó y voló por las escaleras, no le sorprendio encontrar la sala desierta. Todo el mundo estaría en el lugar del incendio. Llamó a Blair mientras corría a la cocina. Maeve se precipitó a su encuentro. Su rostro estaba manchado con lágrimas y cenizas, cayó en brazos de Graeme. -¿Dónde está el fuego?- rugioGraeme. -La despensa-, dijo Maeve entre sollozos. -¡Oh, señor!. -Blair! ¿Dónde está mi esposa? Los lamentos Maeve se hicieron más fuertes. -Nadie podría sobrevivir a esa infierno. -¿Dónde están mis guardias?-Arrojan agua sobre el fuego, Graeme salió corriendo a través de la puerta de la cocina y se deslizó para ver las llamas disparando a través del techo de paja de la despensa. El edificio era un infierno. A pesar de la gran cantidad de agua parecía poco probable que alguien en el interior pudier sobrevivir. Graeme no podía dejar morir a Blair, de esa manera. Tenía que salvarla. Tomando una respiración profunda, corrió hacia la puerta. Aiden agarró su brazo, deteniéndolo en mitad de camino. -No puedes hacerlo, vas a matarte. Un escalofrío recorrió la columna vertebral de Graeme al reconocer la verdad de las palabras de Aiden. Una masa de llamas llenó el lugar donde la puerta habia estado alguna vez y el techo de paja parecía a punto de caer, pero no podia dejar de hacer algo mientras que Blair estaba siendo consumida viva por las llamas. Entonces se acordó de la ventana en la parte trasera del edificio. Mientras que todo el mundo estaba ocupado lanzando agua sobre el fuego, Graeme corría a la parte trasera, rezando por un milagro. Entonces pudo advertir la cara de Blair, gris por el hollín y retorcida por el dolor asomando por la ventana. Desesperado, la llamo, pero parecía demasiado aturdida para responder. -¿Puedes salir, muchacha?-preguntó Graeme. Su voz llego hasta ella, porque se centró en él y negó con la cabeza. Maldiciendo, Graeme hecho un vistazo a su alrededor, buscando algo en qué apoyarse. -¡Aquí! Esto podría ayudar - dijo Heath, arrastrando un carro de heno detrás de él. Graeme no cuestionó cómo Heath habia sabido lo que necesitaba, sino que se limitó a asentir y se dispuso a rescatar a Blair. Escalo la cima del carro, agarró sus 86

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brazos y tiró de Blair a través de la ventana. El fuego había devorado la mitad inferior de su vestido, y él utilizó sus manos para golpear las llamas. Luego dio un salto en el suelo con Blair en sus brazos y salió de peligro momentos antes de que el techo se derrumbara.

Capítulo Diez

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Blair estaba en la cama, mientras que Alicia le colocaba salve alheña en las piernas. Afortunadamente, Maeve mantenía el ungüento para las quemaduras en la alacena de la cocina para las emergencias. Estas no eran graves y era poco probable que dejaran cicatrices, pero Alicia insistió en tratarlas. Cuando Graeme había llevado a Blair a la fortaleza, se había puesto a trabajar, inmediatamente, quitándole la ropa quemada y lavándole la espesa capa de hollín y cenizas. -¿Os duele, muchacha?-, preguntó Alicia. -Las quemaduras en las piernas pican, pero no son insoportables. El ungüento es calmante. Gracias. – lanzo un suspiro irregular. -La pérdida de mis hierbas y remedios en el fuego es un golpe terrible. Sera muy difícil reemplazarlos. -Alégrate de estar viva-, regañó a Alicia. -¿No sabéis de qué modo se inició el fuego? ¿Seria una de las velas que cayo? -No. No tenia velas encendidas. Había suficiente luz para ver sin ellas. ¿Dónde está Graeme? - preguntó, consciente de repente de la ausencia de su marido. -Maeve le está vendando las manos.-¿Esta herido?-Sí, sus manos se llenaron de ampollas cuando golpeo tu ropa para apagar las llamas. Sospecho que va a estar aquí tan pronto como acabe con él -. Blair comenzó a levantarser. -Tengo que ir con él. Quiero saber cómo esta. Alicia con suavidad volvió a recostarla de espaldas. -No, muchacha. Habéis tenido una experiencia desgarradora. Estuviste a punto de morir. Si no es por Graeme, habrías perecido en el incendio. -¿Cómo está?-preguntó Graeme desde la puerta. -Va a estar bien, gracias a ti-, dijo Alicia. -Ven, yo ya me iba. Graeme entró en el dormitorio y se acercó a la cama. Alicia pasó junto a él por la puerta, cerrandola suavemente detrás de ella. -Tus manos- exclamó Blair, horrorizada por las vendas gruesas que cubrían sus dedos. -Van a sanar-, le aseguró Graeme. –Unas cuantas ampollas y una cicatriz o dos, no me molestaran demasiado. -Salvaste mi vida-, susurró Blair. -¿Cómo lo hiciste, como sabias que te necesitaba? Los ojos azules de Graeme se oscurecieron por la emoción. -Es extraño cómo sucedió. Algo me dijo que me necesitaban en Stonehaven. ¿Me llamaste? -Te necesitaba, Graeme, pero jamás pensé que pudieras llegar a tiempo. -Ella se estremeció. -Sin ti no habría sobrevivido a la primera prueba. Graeme se sento en el borde de la cama. – ¿Prueba? ¿De que estas hablando? -La profecía dice que un hada debe enfrentar las pruebas de el fuego, el agua y la piedra. Ha sido así a lo largo de los siglos. Gracias a ti he sobrevivido al incendio -. -Pensé que la única manera en que podrías perder tus poderes era si amabas a alguien que no correspondiera a tu amor. -No, también hay pruebas que debo soportar. El fuego era el primero; todavía faltan el agua y la piedra. Cuando él levantó la mano en señal de protesta, Blair lanzó un grito y las agarró entre las suyas. -¡Es mi culpa. Esto es mi culpa. 88

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-Blair. Vas a sanar. ¿Qué tan grave son las quemaduras en las piernas? -No está nada mal. Mis faldas llevaron la peor parte. La piel de mis tobillos a las rodillas se quemó, y enrojeció, pero dijo Alyce que no quedara ninguna cicatriz. -¡Es un milagro que sobrevivieras!. Alguien estaba buscando hacerte daño. Parece ser que tenemos un piromaniaco en Stonehaven, pero no temas, tengo la intención de descubrir al culpable. -¿Qué vas a hacer?-Revisar en las cenizas en busca de pistas, pero dime una cosa. ¿Crees que el incendio pudo haberse iniciado por una vela? -No encendi velas, y apague el fuego del hogar después de salir para hervir la corteza de sauce. Me quedé dormida esperando que escurrieran los jugosr. Me desperté en un infierno. Graeme trató de apartar las manos de ella. -Será mejor que empieze a hacer preguntas de una vez, así voy a encontrar al criminal en medio de nosotros. Blair se negó a soltarlo. -Espera. No te vayas todavia. Déjame hacer algo por ti Graeme le dirigió una mirada perpleja. -¿Hacer qué?-Puedo curar tus manos.Graeme la miró fijamente. -¿Al igual que curaste a Stuart? Aiden me conto sobre el ataque. Stuart sufrió una herida casi mortal, pero fue curado milagrosamente. Estos poderes tuyos me asustan, Blair. No quiero que practiques la magia negra. Es peligroso. ¿El fuego no te ha enseñado nada? -No hay nada de malo en mi curación-, argumentó Blair. Mis poderes vienen de Dios. ¿Preferirías que hubiera dejado morir a Stuart? Un destello de dolor pasó por las facciones de Graeme. -No, pero no se como manejar estos 'regalos' tuyos. No quiero que mueras por ellos. -No puedo morir por una curacion, Graeme. Cierra los ojos. -¿Por qué?-Haz lo que digo y no trates de apartar tus manos de las mias no importa lo que pase. Tus manos son importantes para ti. Dejame ayudarte -No creo en la brujería Blair no le hizo caso. -Cierra los ojos y piensa en cosas agradables. Debes confiar en mí, Graeme. Cree que puedo ayudarte. Cree en el poder de curación. Blair miró hacia abajo las manos vendadas de Graeme, que ahora descansaba en las suyas. Para su alivio, el aura de Graeme cambio de gris a azul claro, aunque dudaba que tuviera pensamientos agradables. El agotamiento estaba grabado en las líneas de su rostro, y mientras se relajaba por debajo de su tacto suave, las líneas se suavizaban. Blair comenzó su encantamiento hablando en voz baja, por lo que Graeme No podía oír lo que estaba diciendo. Sus manos comenzaron a temblar y el dolor se disparó hasta que su cuerpo entero temblaba con él. Sentía que Graeme trataba de sacar las manos, pero no se lo permitió, agarrando los dedos vendados con todas sus fuerzas. Justo cuando el dolor se hizo insoportable, ella gritó y cayó hacia atrás, liberando las manos de Graeme al mismo tiempo. -Blair, ¿qué has hecho?- Gritó Graeme. -¿Estás bien, muchacha? ¿Qué ha pasado ahora? El habla volvió lentamente a Blair. Cuando su visión se aclaró, ella 89

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tomó la mano derecha de Graeme. -¿Qué pasó en este momento? Parecías estar en una especie de trance. -Sus ojos se abrieron como platos -¡Era un hechizo! Lo hiciste, Blair. Utilizaste tu magia sobre mí. -Por favor, Graeme, dame tu mano-, dijo Blair con calma. –Simplemente deseo deshacer el vendaje -. -¿Se supone que voy a creer que me has sanado?- exiguio Graeme. -Confia en mí-, le susurró Blair, -sólo por esta vez.-Esta bien, hazlo a tu manera. Maeve se molestara al ver su trabajo sin terminar, pero lo haré como tú dices aunque sólo sea para refutar los poderes que dices tener Blair comenzó a desenrollar el vendaje. Cuando la mano quedó al descubierto, la mirada incrédula de Graeme contó su propia historia. Quizá ahora se creyera en sus poderes curativos. Graeme se miró la mano en incredulidad. Hacia unas cuantas horas había visto la salvaje propagación de las quemaduras. Ahora solo exixstia el enrojecimiento de sus manos. El dolor se había ido, y su piel era suave, aun sin los callos que habían existido antes. Se arranco el vendaje de su mano izquierda, flexionó los dedos y levantó a la luz para asegurarse de que no estaba imaginando cosas. ¿Cómo podía ser esto? -Tú eres una bruja-, dijo con una voz llena de frustración y no desprovista de miedo. -¡No! ¿Cómo puedes decir semejante cosa? Levantó sus manos inmaculadas. -¿Cómo explicas esto? Ningún sanador, no importa cuan experto sea, podría hacer lo que acabas de hacer. -Soy un hada. Mis poderes se extienden más allá de una simple curación. Empujó a sus pies. -¡Basta!-¿De que?-Sea lo que sea que acabas de hacer. Los rumores ya se están difundiendo acerca de la recuperación milagrosa de Stuart. -Se paso las manos por la cara cara. -¿Qué crees que pasará cuando se corra la voz acerca de esto? Habra mas intentos por acabar con tu vida. ¿La valoras tan poco para cortejar abiertamente al peligro? -Soy lo que soy, Graeme. Sí, tengo poderes, pero los utilizo para ayudar a los demás. -¿A qué costo?- bufo Graeme. -Se que sufriste ¿no? Senti la rigidez de tu cuerpo, te oí gritar y sabía que lo que estabasn haciendo te dañaba de alguna manera. ¿Cuánto tiempo puedes continuar convocando a las fuerzas sin dañar su salud? Blair bajó la mirada. –No puedo pensar mas alla del aquí y el ahora -¡No!-, Gritó Graeme. –No voy a aceptar eso. Si voy a protegerte tienes que comprometerte a limitar tus curaciónes a la dispensación de hierbas y ungüentos . No más, no ninguna -milagrosa- cura -. -No puedo hacer eso, Graeme. Continuare usando mis poderes –lo miró con los párpados bajos - El día que deje de curar a la gente será el dia que haya muerto Graeme se estremeció, con una expresión sombría. -La despensa se reconstruirá. ¿Crees que quiero tu muerte? 90

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El brillo en los ojos de Blair se suavizó. -No, yo nunca pensaría tal cosa. Pero no puedo dejar de ser lo que soy, padre tambien intento cambiarme y fracaso -¿Por qué no me amas? Si lo hicieras podríamos librarnos de tanta angustia. -Quieres que pierda mis facultades. Ese ha sido tu objetivo desde el principio. Sabes que jamás vas a amarme. -No te amo, solo quiero protegerte-. Blair dijo que nada, parpadeó para contener las lágrimas. Graeme gimió cuando sintió que una de las paredes que protegían su corazón se agrietaba. Lastimar a Blair era la última cosa que quería hacer, pero ella no parecía darse cuenta del peligro que enfrentaba. Alguien tenía que mantener la cabeza en alto y parecía que él era el único lo suficientemente cuerdo. Se sentó junto a ella y le levantó la barbilla. -Blair, mírame. ¿Quieres vivir, muchacha? -Sí-. -¿Quiere hijos?Sus ojos se iluminaron. -Sí, si Dios quiere.-Entonces debes hacer lo que te digo. Ocupate de los remedios herbales, pero jamás vuelvas a hacer lo que hiciste por Stuart y por mi otra vez. Ella se veía tan triste, que Graeme se sintió miserable. Bajando la cabeza, la besó en los labios, tan solo con la intención de tener un gesto conciliador. Pero el sabor de su boca era tan dulce, que una necesidad imperiosa brotó en su interior. La posibilidad de perder Blair le horrorizaba. No podía soportar la vida sin ella. Sus dedos se cerraron alrededor de sus estrechos hombros, cuandso profundizó el beso, la lengua penetro profunda en su dulce esencia. Sintió como su miembro crecia y se endurecía y la habría poseído ahí mismo, si no la hubiera sentido tan fragil. Sólo una bestia querria aparearse con una mujer que había pasado por una experiencia tan estremecedora y aun estaba recuperándose del agotamiento. Por otra parte, era obvio que la curación de sus quemaduras habían tomado una gran cantidad de ella. De mala gana la soltó y rompió el beso. -Será mejor que vaya a mi propia cama. Es tarde y hay mucho que hacer mañana. No tendre reposo hasta que encuentre a la persona que ha querido hacerte daño. Quédate en la cama hasta que tus piernas sanenSe acercó a la puerta, se detuvo bruscamente y se volvió, levantando la manos y flexionando los dedos. -¡Es un verdadero milagro. Gracias. Y Gracias por salvar a Stuart -. Entonces abrió la puerta y se marcho, dejando a Blair con una mezcla de emociones. Le había pedido que dejara las curaciones a continuación, le dio las gracias por haberle ayudado y Stuart. No entendía a ese hombre. Graeme le dijo que había sabido que ella lo necesitaba. ¿Cómo podría saberlo si no había una fuerte conexión entre ellos? ¿Era Dios jugándole una mala pasada? Dos veces Graeme la había salvado de extremas circunstancias, y en ambas ocasiones, según él, había respondido a sus instintos. ¿Seria Graeme el hombre de su vida? la mente cansada de Blair se quedó en blanco mientras su cuerpo se relajaba para dormir. Si Dios lo permitia, no soñaría que la atormentaban esa noche. Para consternación de Graeme, no se encontró ninguna pista sobre la identidad 91

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del piromaniaco después de que concluyó su investigación. No había pasajes secretos, y el postigo había sido sellado hace mucho tiempo. La conclusión de Graeme no era reconfortante. Alguien dentro de la fortaleza había iniciado el fuego. ¿Quién se beneficiaría de la muerte de Blair? ¿Quién le temia lo suficiente para matarla? Graeme no quieria creer que uno de sus parientes lo haría. Continuó caminando a través de las cenizas, sin saber que Glenda se dirigía en su dirección. -¿Qué estáis buscando?- preguntó Glenda. Graeme la miró. -¿Qué estás haciendo aquí?-Estaba en el huerto cuando te he visto hurgando en las cenizas. ¿Habéis encontrado lo estabas buscando? -No. Tenía la esperanza de encontrar una pista sobre la identidad del hombre o mujer que provocó el incendio. Los ojos de Glenda se abrieron como platos. –¿Crees que alguien lo provoco deliberadamente? -Sí, lo sé. Alguien que deseaba hacer daño a Blair. -¡Bah! Soy más propensa a creer que una chispa del hogar encendió algunas de las hierbas secas que a tu esposa le gusta coleccionar. O quién sabe si una vela se vino abajo -. -Me gustaría creerlo, Glenda, pero creo que hay una explicación siniestra. Voy a seguir buscando hasta que encuentre las respuestas que necesito -. La mirada de la joven descendió a las manos de Graeme. Sus ojos se abrieron y respiró sobresaltada. -¡Tus manos! ¿Cómo se curaron tan rápido? Ayudé a Meave con el vendaje y vi las ampollas -. Graeme escondió las manos en los pliegues de la tela escocesa. Explicar su curación milagrosa no iba a ser fácil. -Las quemaduras no eran tan malas como pensábamos -. Glenda le cogió la mano y miró mas cerca de el. -¿Qué hace Blair, Graeme? ¿Utiliza la brujería para sanaros? Graeme apartó la mano. –¿No tienes nada que hacer? -Ah, bueno, me voy. Sólo recuerda, yo estoy por si alguin dia tienes necesidad de mi -se volvió y se dirigió afuera, agitando sus faldas para revelar un tobillo y la pantorrilla bien proporcionada. Cuando Graeme regresó a la sala para la comida del mediodía, Blair no estaba por ningún lado. -Blair todavía esta demasiado débil para levantarse de la cama-, explicó Alicia cuando Graeme se acercó a la palangana con agua, jabón y toalla. -¿Cómo van las quemaduras de sus piernas?- preguntó Graeme metiendo sus manos en el agua y se trató de una espuma. -No esta tan mal como al principio, se recuperaraGraeme termino de lavarse y secarse las manos y la cara. Le devolvió la toalla a Alicia. -¿Por qué no se cura a si misma?-, le preguntó con curiosidad. -Sus poderes no funcionan de esa manera. Recibe visiones sobre acontecimientos futuros y puede curar a otros, pero no a sí misma. -¿Cómo sabes esto?-Yo estaba allí cuando Blair nació. Vi como sus poderes crecian y se fortalecian. Ni 92

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la madre ni la abuela de Blair eran mujeres del País de las Hadas, pero reconoció sus poderes a una edad temprana y fue guiada por los espíritus. Graeme negó con la cabeza. –No lo puedo entender. Las edades oscuras sucedieron hace mucho tiempo. ¿Cómo puede ser una bruja? Alyce chasqueó la lengua. -Qué vergüenza, laird. Blair podría usar sus poderes para el mal, pero ella optó por seguir el camino de la luz y la bondad. Ella no es una bruja, es una sanadora -. Graeme estudió sus manos inmaculadas. -Sí, un sanador, pero lo que hace va mucho más allá de los límites de la curación. Si ella sigue utilizando la magia, me va a ser muy difícil protegerla de los que quieren hacerle daño. Alicia se encogió de hombros, pero sus ojos tenían una gran tristeza.- el pade de Blair tenía los mismos temores, pero ella no podía dejar de ayudar a más gente de lo que podía dejar de respirar -. Graeme comió su comida sin probarla. Cuando Stuart se unió a él, dio la bienvenida a su tío con una sonrisa. -Pareces perdido en tus pensamientos, sobrino-, dijo Stuart. La sonrisa de Graeme se ensanchó. -¡Es bueno verte en pie. -No puedo permanecer en la cama tanto tiempo.-Siéntate, pues, y cuéntame sobre el ataque. Aiden me dijo todo lo que sabía, pero todavía tengo preguntas. ¿Tienes alguna idea de que te atacó? -Nunca los había visto antes-, se quejó Stuart. -Salieron de la nada y trataron de llevarse a Blair. No recuerdo mucho después de eso. -Él negó con la cabeza. -Así es más desconcertante. Claramente, alguien quiere ver a tu esposa muerta -Sí, soy consciente de eso -Todo el mundo sabe de la magia que Blair utiliza para curar las heridas. Yo mismo debía estar muerto, pero estoy vivo. No es que no se lo agradezca. Pero los poderes curativos de Blair han planteado preguntas y dudas. El rey ha impuesto severas penas a los que práctican la brujería. Me preocupaba tu matrimonio con ella al principio, pero desde entonces he cambiado de opinión. Esa muchacha es incapaz de hacer daño -Nada va a sucederle a Blair mientras este bajo mi protección - prometió Graeme -Me gustaría que todos nuestros hermanos sintieran lo mismo que tu tío. Sin embargo, temo que alguien la tema o la odia lo suficiente como para prender fuego a la despensa con ella dentro -¿Piensas que el incendio fue provocado deliberadamente?-Sí, aunque no pueda demostrarlo.Graeme Terminó de comer y apartó el plato. Estaba levantándose de la mesa cuando Heath se precipitó en la sala. -Visitantes en la puerta. Piden entrar. -¿Quiénes son?-Niall MacArthur, acompañado por una docena de hombres en armas. Él ha oído hablar del fuego y quiere ver a su hermana. El sacerdote esta con él -. -Las noticias viajan rápido-, reflexionó Graeme. Era curioso, sin embargo, para escuchar lo que Niall tenía que decir. -Dejalos entrarPoco tiempo después, MacArthur y sus hombres entraron en la sala. 93

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Graeme ordenó cerveza para todo el mundo e invitó a Niall y el Padre Lachlan a unirse a él en la mesa principal. -¿Qué te trae a Stonehaven?-, Preguntó Graeme. -¿te había dicho que te mantuvieras alejado? Niall hizo un gesto despreocupado hacia el sacerdote. -He traído al sacerdote conmigo para probar que no vengo a provocar el mal. Me preocupa mi hermana. Me dijeron que ella viviría feliz aquí, que nadie le haría daño y sin embargo… Me gustaría ver el cuerpo. Graeme se estremeció. -¿Qué te hace pensar que Blair está muerta?-Eso no tiene importancia. Sé que no tienen sacerdote en Stonehaven, así que traje al Padre Lachlan para que diga unas palabras sobre el cuerpo de mi hermana. -¿Es cierto?- preguntó el padre Lachlan. -Ay, la pobre muchacha. La vida no es justa. Bendita sea. -¡Bendita!-, Criticó Niall. -La niña estaba poseída por el diablo. Quiero llevarla a casa para enterrar el cuerpo en el terreno de la familia. Es lo que nuestro padre hubiera querido. -Niall, ¿qué estás haciendo aquí?Los tres hombres alzaron la vista hacia el sonido de la voz de Blair. Uno de ellos se santiguó, y el otro maldijo por lo bajo. Graeme se levantó y sacó una silla para Blair. Le dirigió una sonrisa y le permitió tomar asiento. -Gracias a Dios que estas viva-, el sacerdote ofrecía en humilde acción de gracias. -Tuve miedo de que los rumores fueran ciertos.-Como puede ver, Padre, estoy bien-, dijo Blair. Miró su hermano -Escuché que habías muerto en un terrible incendio.-Habéis oído mal. Hubo un incendio, pero sobreviví. -Estoy contento-, dijo Niall con amargura. Se levantó. -Tengo que irme. Soy necesario en Gairloch. -Quizá me quedaré unos pocos días-, aventuró el padre Lachlan, -Si Laird Graeme no tiene ninguna objeción.-Le invitamos a hospedarse en Stonehaven, el tiempo que desee- ofrecido. -Ha sido mucho el tiempo desde que mis parientes asistieron a la misa -Un destello de dolor oscureció sus ojos. –el sacerdote de Stonehaven murió en Francia. Niall se dispuso a salir, pero Graeme lo detuvo. -No, no te vayas todavía. Desde hace tiempo he querido hablar contigo. Blair se levantó. -Venga conmigo, Padre. Usted me puede decir todo sobre lo que ha sucedido en Gairloch durante mi ausencia. -Salieron de la sala de juntos. -¿Qué es lo que deseas hablar?-, Preguntó Niall a Graeme con una marcada falta de interés -Los términos de la dote de Blair no se han cumplido- dijo Graeme. -Yo no tome parte en los acuerdos-, argumentó Niall. -Blair iba a casarse con Mackay. Hice las negociaciones con el -Actuaste sin autoridad-, denunció Graeme. –Douglas MacArthur estaba vivo cuando me pidió que me casara con Blair. -Mi padre estaba enfermo y viejo, y no en su sano juicio. -Hay quienes juran que estaba lúcido hasta el momento de su muerte. Mi 94

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matrimonio con Blair era legal, pero todavía tengo que recibir los ingresos de sus tierras en la isla de Skye -. -Esas tierras y sus ingresos son mios. Cuando Blair iba a casarse con MacKay, él me hubiera dejado mantener su dote. Graeme se puso de pie, le sacaba a Niall por media cabeza. -Sin embargo, Blair rechazo casarse con el y lo hizo conmigo -jamas tendras su dote,- gruñó Niall. -Voy a solicitarla a los tribunales-, amenazó Graeme. –No estas por encima de la ley -. -La dote de Blair volvera de nuevo a mí si ella muere-. Le dirigió a Graeme una mirada de maldad pura. -La vida de una bruja es precaria. No creo que viva lo suficiente para tener un hijo, incluso si sois lo suficientemente valiente como para sumergir vuestra vara en su caldero de bruja. -¿Está amenazando a mi esposa?- rugió Graeme. - Sé que ha habido problemas por la estancia de Blair en Stonehaven, no soy tonto. El olor a carne quemada todavía perdura en el aire. ¿Qué pasó? ¿Tiene uno de tus parientes que ver con eso? -Fue un accidente-, dijo Graeme. -Como puede ver, todo esta bien en Stonehaven. -Entonces no os molestare por más tiempo con mi preocupación por mi hermana -. señaló Niall haciéndoles un gesto a sus hombres, se levantaron para seguirlo hacia la puerta. -No has oído la última palabra de esto-, prometió Graeme. –Presentare mi petición a los tribunales. La tierra es suya. Uno de nuestros hijos la va a heredar. Niall salió furioso, Greame era consciente de que Niall estaba esperando una muerte prematura de Blair. ¿Acaso queriae su dote lo suficiente como para matarla por ello? -¿Cómo van las cosas en Gairloch?- preguntó Blair al padre Lachlan cuando se sentaron frente a la chimenea en la habitacion principal. -Nada es igual desde que murió tu padre-, se lamentó Lachlan .- nadie quiere a Niall. Es verdad que tiene el oído del rey, pero el sólo piensa en sí mismo y en el poder que la amistad del rey, le traerá. Quiere utilizarlo como usa a todos los demás. Blair lanzó un suspiro. -¿los nuestros sufren a causa de su codicia?-Todavía no. El clan de MacArthur no esta en la miseria, pero eso podría cambiar con el tiempo. Nuestros hermanos sufren, sin embargo, por falta de tus habilidades de curación. Los Campbells no saben la suerte que tienen. Blair sonrio con amargura. -Me gustaría pensar como usted. El padre Lachlan la miró, levantó las cejas en cuestión. -¿Qué es, muchacha? ¿Dijo Niall la verdad? ¿tienes problemas? -No es Graeme-, confesó Blair. –pero se han hecho atentados contra mi vida en dos ocasiones. -¡Santa Madre! ¿Qué pasó, muchacha? -Alicia, el tío de Graeme y yo fuimos atacados mientras recogía hierbas en el bosque. Stuart fue gravemente herido, pero usé mis poderes para detener el sangrado, y él está en recuperación completa. Días más tarde, la sala de destilación fue incendiada y casi mori ahí. Si Graeme no hubiera llegado en ese 95

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momento, yo no estaría aquí hablando con vos -¿No sabéis quién está detrás de esas malas acciones?-No.Los cinco atacantes fueron encontrados muertos. Y Graeme no ha encontrado ningún sospechoso para el fuego-Seguramente Dios te esta protegiendo-, dijo Lachlan.-¿Aun posees tus poderes curativos, entonces? -Sí-. Lachlan sonrió. -Entonces, Graeme Campbell esta enamorado de ti. La La profecía se ha cumplido. Me complace. Blair frunció el ceño. -¿Qué te hace pensar que amo a Graeme? Quizá Todavía conservo mis fuerzas porque no me he permitido amarlo. Graeme ama a otra, no hay amor entre nosotros -. -Veo tus ojos y estos me dicen lo que te niegas a admitir. Amas al hombre que se caso contigo. Si los poderes todavía existen, es porque Graeme te ama tambien. Blair deseaba que fuera cierto, pero Graeme jamás había sugerido que la amaba. Era su amante ideal. Se había convertido en su salvación, su protector. Sin embargo, él no podría amarla. Le hacia más sentido creer que había tenido éxito en la retención de su propio corazón.

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Capítulo Once Las piernas de Blair se estaban curando muy bien. Sólo un enrojecimiento y un ligero escozor le molestaban. Durante los días siguientes se sintio reconfortada por la presencia del padre Lachlan. La obsesión de Graeme con la búsqueda del causante del fuego lo mantuvo alejado de el castillo por largos períodos de tiempo. Por alguna razón, había empezado a dormir en su propia cama, y Blair se preguntó si tenía miedo de ella. Después de una semana de decir misas y confesiones, el padre Lachlan anunció su intención de volver a Gairloch. Su razón para irse era su temor de que Niall podría estar detrás de los ataques a contra Blair. Esta le pidió con lágrimas en los ojos que no se fuera. La noche en que Lachlan se marcho, Graeme entró al dormitorio de Blair y miró distraídamente mientras se cepillaba el cabello. Tenía en la mirada tal expresión de derrota que Blair no había visto nunca antes. -¿Qué está mal?-, Preguntó, dándole toda su atención. Obviamente, esperó pacientemente a que que le contara lo que le estaba molestando. -No tengo idea de quién provocó el incendio y no hay información acerca de los hombres que te atacaron en el bosque. Todos parecen coincidir en que quien lo hizo fue Niall McKay. Lo que me intriga es cómo el o sus hombres se metieron dentro de el castillo sin ser reconocidos -No quisiera molestarte con este pensamiento, Graeme, pero quién sabe si uno de tus parientes provocó el incendio. -¡Es deplorable!-, dijo Graeme, -pero no imposible- Se levantó, tomó el cepillo de su mano y comenzó a peinar su cabello -Me duele que uno de ellos pueda ser capaz de hacerte daño. -No puedes influir en los sentimientos de la gente, Graeme. -Sí. Pero no puedo creer que ninguno de mis parientes pudiera hacerte deliberadamente daño. Ellos han venido a conocerte y dependen de tus habilidades curativas. Incluso Stuart ha cambiado de opinión sobre ti, aunque no lo admite facilmente. Puso el cepillo en la repisa y le acarició la mejilla con el dorso de su mano. Luego le alzó la cara hacia arriba, bajó la cabeza y la besó. -Dulce, muy dulce-, murmuró contra sus labios. –Quiero hacer el amor contigo, Blair. Ha pasado mucho tiempo. Yo quiero lo mismo. El miedo mantuvo su boca cerrada impidiendole expresar su necesidad. -¿Te crees un sabio?-¿Qué tiene que ver la sabiduría con quererse unos a otros? ¿Tienes miedo? ¿Sigues sintiendo dolor? -No-. -Entonces, déjame hacerte el amor-. Blair no lo podía negar. Dado que todavía tenía sus poderes suponia que estaba a salvo, así que ¿por qué se negaba a entregarle a Graeme su cuerpo? No había vergüenza en hacer el amor con su marido, se levantó fundiendose en sus brazos, levantando los labios en una flagrante invitación. Graeme gimió cuando la arrastró 97

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contra él, sorpendido por la intensidad de su respuesta. Ella sintió su sexo revolviendo entre ellos y deliberadamente se frotó contra el creando una fricción volátil que trajo una avalancha de humedad a su interior. Con súbita impaciencia, la soltó y se despojo de las botas. Entonces tiró de ella hacia la cama. Pero no lograron llegar, se quedaron en la alfombra tejida junto a la chimenea, presos de una necesidad desesperada y oscura de deseo. Estaba a punto de quitarse la camisa a cuadros, y cuando Blair le cogió la mano y tiró de él hacia ella. -Más tarde-, susurró. El obedecio de buena gana, la capturo en sus brazos y la besó a fondo, mientras levantaba su falda. Barriendola a un lado quedo sumido en su interior. Disfrutando el feliz placer de sentir su vaina apretada. Pero no fue suficiente. Quería sentirla desnuda, quería tocar su piel cubierta de rocío. Necesitaba sentir el calor de su carne en contra de sus manos. Aún conectado a ella de la manera más íntima, Graeme le quito el Vestido sacandoselo por encima de ma cabeza. Gimiendo con placer, moldeó sus pechos magníficos en sus manos, y luego hundió la cara entre ellos, frotando su exultante y cremosa suavidad. No era capaz de obtener lo suficiente de ella. Sus labios se cerraron sobre la punta de coral de su seno. Blair se estremeció, meciendo sus caderas contra él. Cuando se trasladó hacia el otro pezón, sus uñas se clavaron en su espalda, luego se deslizaron para terminar en sus nalgas. Nada en su pasado le había preparado para este elevado grado de pasión, ninguna mujer podía compararse con ella. La paciencia lo abandonó cuando la tomo por las muñecas alzandole los brazos por encima de su cabeza levantando sus pechos hasta su boca dándole acceso ilimitado a sus pezones, empezó a moverse dentro de ella. Llorando, ella se retorcía contra él, tirando de su ropa mientras gemia desesperada. Pero Graeme no se apresuró. Sus ojos azules estaban a oscuros y salvajes, retirandose y volviendo a embestir para darle el mayor placer. -¡Tu ropa!- grito Blair. -Más tarde-, jadeó, moviendo sus caderas contra ella. -Tenemos toda la noche delante de nosotros, mi amor – con un gemido de angustia lo apreto contra si cuando lo sintiro retirarse, e aferró a sus caderas y gimió cuando se metió otra vez. Estuvo a punto de terminar pero se aparto de ella. Irrumpiendo una y otra vez, hastaque fialmente llegó a la última cima y el placer. Jadeando, apoyó la frente húmeda contra la de ella, esperando a que u mundo dejara de girar - No puedo amarte- susurro Blair Sus alabras lo arrancaron de su satisfacción, dejando al descubierto la oscuridad que se interponía entre ellos. -Así lo has dicho antes Él se levantó sobre sus rodillas, tomandola en sus brazos, la llevo a la cama, su mirada oscura e inflexible mientras se quitaba la ropa. Pero en lugar de 98

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unirse a ella vertio agua en un bol y limpió a los dos de los fluidos. Cuando regreso a ella su sexo se erguia de nuevo Blair miró a su ingle, luego levantó la mirada hacia él. -¿No quedaste satisfecho? -Sí, pero me dejas con ganas de más.-¿Ya? ¿Es eso posible? Tan pronto, quiero decir. -Más que posible.Se inclinó, separó sus piernas y le besó la piel frágil del interiorde su muslo. Sus suspiros lo impulsaron y extendió su mano sobre su vientre, acariciando su suave curva. Llegando hasta su montículo de mujer, ella gimio contra su garganta y comenzó a mover su pelvis en la palma de su mano. El dulce aroma de la excitación femenina se unió con el olor de su propio ardor para producir el más vivo afrodisíaco conocido por el hombre. Dslizó sus dedos a través de los delicados rizos rubios y probandola íntimamente, con una sonrisa cuando sintió su humedad. Empujando sus muslos contemplaba su centro húmedo, de color rosa; los pliegues como pétalo hinchados y el brote en su centro brillaba con perla de rocio. Ella hizo un sonido de asfixia cuando cubrió la yema sensible con la boca y lo succiono. Murmurando su nombre, ella empujaba sus caderas hacia arriba. Él continuó su tormento apasionado hasta que las convulsiones hicieron estallar su cuerpo. Arrastrandose hacia arriba, entró en su apretando el calor, una y otra vez, conduciendo a ambos de nuevo hacia el clímax. Cmpletamente saciado, se desplomó contra ella preguntándose si alguna vez volvería a moverse de nuevo. Sollozando Blair le trajo bruscamente a la realidad. Alzándose sobre los codos, la miró inquisitivamente a los ojos. -¿Te he hecho daño, cariño? No tenia intención de hacerlo. -No has hecho nada que me lastimara -, hipo Blair. -¿Entonces por qué estás llorando?-Soy una insensible. ¿Qué debes pensar de mí? No creo que nada de lo que hicimos este dentro de los límites de lo que la iglesia permite. -Pues yo creo que la iglesia no tiene nada que decir sobre lo que ocurre en la cama matrimonial. Me encanta tener una mujer sensible. La pasion entre marido y mujer no es lo que hace que un marido se aleje, sino que mantiene el matrimonio vital. -le sonrió a ella. -Ten la seguridad, de que eres la única mujer que necesito en mi cama. Al calor de sus palabras, Blair se acurruco entre sus brazos y enterró su cabeza en su hombro. Él olía a sexo, apecado y a oscuridad. ¿Cómo no amar a un hombre asi? Graeme se había ido cuando Blair despertó a la mañana siguiente. Un rubor manchaba sus mejillas al recordar la noche anterior. No podía creer que su audacia. Había respondido con desenfrenada pasion abandonandose a los brazos de Gárreme. Balanceando los pies sobre el suelo intentó ponerse de pie. De repente un mareo la obligo a dejarse caer de nuevo en la cama hasta que la sensación paso. Cuando el vértigo disminuyó, se levantó y comenzó las tareas simples de lavarse y vestirse. Sintiéndose mucho mejor, bajó las escaleras para desayunar. Graeme debería haberla visto entrar en la sala, porque pronto se 99

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unió a ella. -Tenía la esperanza de que ibsa a dormir más tiempo-, dijo, sacando una silla para ella. -¿Cómo te sientes?Blair le envió una mirada secreta de debajo de los párpados bajos. -Me siento bien. ¿Por qué no habría de hacerlo? Graeme sonrió. -Me alegro de oírlo. Yo también me siento bien - Se inclinó hacia adelante para susurrar en su oído – me encanto.Blair retrocedió en alarma. – No puedes hablar de eso-. Graeme se enderezó, consciente de que sus parientes los estaban viendo. Todo el mundo puede ver que estoy obsesionado por ti. los ojos de Blair se abrieron como platos. -¿En serio?- De alguna manera era difícil dar credito a sus palabras. ¿Graeme se burlan de ella? Él deposito un casto beso en su frente y se apartó. – Estaba a punto de salir cuando llegaste -¿Adónde vas?-Para la fortaleza MacKay. Necesito respuestas sobre los hombres que los atacaron-. -¿Piensa que Donald MacKay los envió?Se tocó la daga enfundada en la cintura. -Yo apostaría que si. Quédate cerca de el castillo hasta que yo vuelva. - Hay algo que quiero pedirte Frunció el ceño. -¿Qué es?-¿Hay una cámara dentro de el castillo que pueda utilizar para preparar mis remedios después de reponer lo que perdieron en el incendio? Una vena latía en Graeme . -¿No has aprendido nada mujer? Es mejor dirigir tus energíasen otra dirección. - Por favor, Gárreme -dijo en voz baja. - Déjame hacer lo que nací para hacer. El invierno viene, los miembros del clan buscan curas para las fiebres, escalofríos y estornudos. Mis ungüentos pueden curar sus quemaduras Graeme la miro ceñudo – Si te lo permito, me prometes que no usaras la magia -Esta bien, pero tengo la intencion de recoger hierbas, ungüentos y preparar la mezcla. -No habra excursiones de recolección de hierbas, sin que seis de mis guardias te acompañen para protegerte. ¿Entiendes? -Sí. ¿Tienes alguna cámara en mente? -Hay una cámara en la primera planta, junto al arsenal. Tiene una ventana y un pequeño hogar y puede servir para el propósito. Puedo estar loco por lo que te permito pero no voy a discutir sobre el hecho de qye ayudes a mis parientes -Gracias, Graeme-, dijo Blair con sinceridad. Él le dirigió una dura mirada, se inclinó y la besó en los labios. -Ten cuidado. Graeme cruzó la frontera entre Campbell y MacKay. Cabalgó con una escolta de una docena de hombres hacia la fortaleza MacKay. Al pasar por el pueblo, miro las chozas en ruinas, comparándolos con las cabañas limpias en su propia aldea. Apreciaba a sus siervos para dejar que vivieran en la pobreza. Su propio pueblo estaba bien alimentado. No habia duda de la hostilidad que sentian los miembros del clan Mackay hacia el. Los colores distintivos de su 100

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tartan atrajeron la desconfianza. No había habido hostilidades entre los Campbell y Mackays desde que el bisabuelo de Graeme había robado a Marta MacKay y la hizo su esposa. Por desgracia, la chica murió en el parto y el niño con ella. Los años siguientes no se había suavizado a animosidad entre los clanes. Graeme frenó ante una tienda de grog y ordenó a sus hombres esperar afuera mientras entraba en el oscuro interior. -¿A qué se debe este placer?-, preguntó un camarero maleducado. – No ha menudo tenemos la visita del laird Campbell. -Tengo sed de camino a visitar a MacKay.- golpeó una moneda sobre el mostrador lleno de cicatrices. Graeme tomó su cerveza y se sentó. Tres hombres sentados en una mesa cercana le miraban con recelo pero cuando vieron que solo parecia interesado en saciar su sed perdieron interés. No así la camarera, que deambulaba en torno a el, se acerco indicandole una silla vacia. -¿Puedo sentarme?- Graeme la invito. -Mi nombre es Nell. No estoy ocupada en este momento, y mi habitación está por encima de las escaleras. Graeme ahogó una sonrisa. No había nada sutil acerca de Nell. -La invitación es tentadora, pero no puedo retrasarme. Los ojos de Nell se estrecharon -¿En qué negocio andas? He oído que te casaste con la bruja que MacKay quería se acercó, ofreciendo una visión a Graeme de sus grandes pechos. -¿Te gusta acostarte con una bruja? Nuestros hermanos se sintieron aliviados cuando nuestro laird no pudo traerla aqui. Graeme se puso tenso. -Blair no esuna bruja. Ella es una mujer del País de las Hadas y una sanadora. Sin embargo, mi negocio tiene que ver con los suyos ¿hay alguien aquí que haya desaparecido recientemente? Los ojos marrones de Nell se ampliaron - ¿Cómo lo sabéis? Mi propio hermano y cuatro de sus amigos han desaparecido. ¿Sabes donde estan? Graeme decidió que verdades a medias tendría que bastar. -Sí, se encontraron cinco cuerpos en el bosque después de la tormenta que asoló la zona hace varios días. Llevaban el tartan MacKay por lo que no tenía idea de quiénes eran. -¿Los habeis encontrado en tierras MacKay?-No, los encontramos en las tierras de Campbell. Sus muertes fueron obra de Dios, no de los hombres. Fueron aplastados debajo de un arbol que derribo un rayo Las lágrimas llenaron los ojos de Nell. -Siento tener que oír a mi hermano está muerto. Graeme terminó su cerveza y se levantó. Su visita a la aldea habia sido esclarecedora. No había manera de que MacKay pudiera negar lo que habia hehco, ni sobre porque envio a sus hombres a secuestrar a Blair. Le ofrecio una moneda a Nell. -Lo siento por tu pérdida-, dijo mientras salia

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-¿Habéis averiguad algo?- pregunto Heath cuándo Graeme volvió a aparecer. -Sí, mucho. Cinco hombres han desaparecido de la aldea. Veo la mano de Donal MacKay en esto. No se detendrá ante nada para conseguir lo que quiere. -No entiendo por qué quiere Blair-, reflexionó Heath. -Él cree que ella puede usar la brujería para atraer la riqueza y el poder. Viste el estado de su aldea. Estoy dispuesto a apostar que sus arcas están vacías. Necesita de oro para ganarse el favor del rey. Tanto MacKay y MacArthur son hombres hambrientos de poder. El rey no hace nada sin una razón, y aquellos a los que llama amigos deben pagar por el privilegio. -Sí-, reconoció Heath. –dicen que el tesoro del rey esta agotado, y que hasta que no pague el rescate exigido por Inglaterra para su libertad, no se recuperara. Ni siquiera los fuertes impuestos que ha decretado son suficientes para llenar sus arcas vacías y pagar su deuda. Se rascó la cabeza. -Incluso si Blair fuera una bruja, no podria hacer rico a MacKay. El hombre es un tonto. Niall le lleno la cabeza de mantiras acerca de Blair y lo que ella es capaz de hacer. Cuando llegaron a las puertas de entrada de la fortaleza de MacKay, Graeme dio su nombre y pidió permiso para entrar. El mensaje se llevó a MacKay. Poco tiempo después apareció en la puerta, con el pecho hinchado como un pavo real. -¡Ja!- MacKay, soltó un bufido. -Sabía que ibas a cambiar de parecer. Estare encantado de tener a la bruja. -buscó entre los hombres de Graeme y frunció el ceño. -¿Dónde está? ¿No habeis traido a la chica con vosotros? con las manos en puños a los costados Graeme hablo. -No tengo ninguna intención de separarme de Blair. Estoy aquí por negocios de otro tipo. ¿Tienes miedo de dejarme entrar? la expresión de MacKay se endureció. -No, Campbell, - hizo un gesto para abrir la puerta y se quedó a un lado cuando Graeme y los suyos pasaron. Legaron a el castillo, desmontaron y siguieron a MacKay al interior. La cerveza servida por MacKay estaba agria y no gusto a Graeme, después de un sorbo lo hizo a un lado. -Los cinco hombres enviados para secuestrar a Blair están muertos-, dijo Graeme sin más preámbulos. MacKay fingio una expresión de sorpresa. –No se de que estas hablando -Guarda tus expresiones para alguien que te las crea -¿Qué te hace pensar que los hombres eran Mackays? ¿Llevaban cuadros escoceses? -No. Averiguie con uno de tus siervos que cinco hombres salieron del pueblo y no regresaron. -Eso no demuestra nada-, se burlaba de MacKay. -Cinco hombres salieron de la pueblo. ¿Y qué? Pasa todo el tiempo. Si eso todo lo que vas a decir es mejor qye te largues Graeme se levantó, con el rostro tenso –Prestame atención, MacKay. Si intentas hacer algo asi nuevamente voy a tomar represalias. 102

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-No serias tan petulante si conocieras el plan que el rey tiene para ustedes, los que apoyaron al duque de Albany y su hijo de Murdoc durante su cautiverio. James tiene la intención de derrotar a todos aquellos que buscaban tomar el control de Escocia, mientras que fue tomado como rehén en Inglaterra. Murdoc todavía conspira contra James, y los terratenientes le estan dando su apoyo. Pero los traidores seran castigados. Graeme se quedó inmóvil. ¿De que estaba hablando MacKay? – Mi padre fue absuelto de cargos de conspiración hace mucho tiempo, gracias a Douglas MacArthur. En cuanto a mí, no tengo ningún interés en la política. Solo me preocupo por mis hermanos de clan y su bienestar. Buenos días, MacKay. Temiendo que pudieran ser verdad, ¿Debería creer a MacKay? No era del todo irreal que el rey quisiera vengarse de aquellos que habían intentado apropiarse del trono, mientras él había estado cautivo en Inglaterra. Muchos de los terratenientes ya no soportan a Albany y su familia. Graeme no tenía tiempo para preocuparse por el rey. Él no era político Blair estaba contenta había convencido a Aiden para enviar seis de sus hombres con ella y Alicia, mientras reunían las hierbas en el bosque. La hierbas estaban listas para recoger. Blair encontró un tesoro de bejines, un hongo comestible que ayudaba con los coágulos. También encontro liquen, utilizado para restañar las heridas, eneldo, perejil y otras hierbas. Cuando regresaron a el castillo, Blair se sorprendió al encontrar que Graeme estaba de vuelta y muy molesto. La esperaba en la habitacion principal. Ella le entregó la cesta a Alicia y se apresuró hasta la habitacion principal para conocer la la causa de la ira de su marido. -Pensé que te dije que permanecieras cerca de el castillo-, gritó en el momento en que cruzo la puerta. -¿Cuando vas a aprender a escucharme? Blair ahogó una sonrisa al darse cuenta de que estaba preocupado por ella. -No estaba en peligro, Graeme. Seis hombres armados nos acompañaban a Alicia y a mi - el le acarició la mejilla, y luego a toda prisa apartó la mano, avergonzado por su preocupación. -Sin embargo, voy a dejar dicho a los demas que no puedes alejarte de el castillo, cuando yo no estoy aquí. -No quiero que te preocupes por mí. ¿Qué que pasó con MacKay? ¿Lo has visto? -Sí, y después de nuestra conversación, confío en él menos que antes. Los hombres que los atacaron eran miembros de su clan, aunque MacKay lo negó. -¿Cómo puedes estar seguro?-Me detuve en la tienda de grog pueblo y hable con una camarera. Ella me dijo que cinco hombres habían desaparecido del pueblo. Una ceja se arqueó hacia arriba. -¿Camarera? ¿Hablaste con una mujer? -Sí. fue de gran ayuda. -Hum! Claro que si. Una esquina de la boca de Graeme se inclino hacia arriba. –¿Estas celosa?-No, en absoluto. Me alegro de que demostrara ser útil. -Vamos a hablar más acerca de tus celos esta noche.- asintió con la cabeza y se marchó. 103

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Blair se sentó en un banco y trató de explicar la sacudida de la ira que se había disparado a través de ella cuando se enteró de que Graeme obtuvo información de una mujer. ¿Si hubiera usado su encanto para averiguar lo que buscaba? ¿Qué más le habria dado a la mujer? -¡Por la sangre santa de Dios! ¿Qué es lo que me pasa? -, dijo con impaciencia. -Blair. . . Presta atención a mí. . -. Blair se quedó inmóvil. Una brisa revoloteaba desde la ventana agitando sus ropajes, le levantó el dobladillo de su falda. Sentía rozar en la mejilla, una frescura sorprendente y reconfortante. Blair sabía que los espíritus estaban tratando de comunicarse con ella. Frunció el ceño -¿Qué es?-, Susurró. -¿Qué estás tratando de decirme?Las palabras salieron de ella en el suspiro del viento. -Ten cuidado. . . el peligro lo acecha. . -. -¿Graeme? ¿Graeme está en peligro? La voz comenzó a agitarse. -Si lo dejas marchar, él no volverá. La muerte lo espera en su destino. Un escalofrío se apodero de corazón de Blair. -¿Qué puedo hacer?Una fuerte ráfaga de viento sopló a través de la cámara, derribando pequeños objetos. -Sabes lo que debes hacer-, dijo la voz. –Tienes el poder para mantener a la persona que amas a salvo -. -Yo no amo a Graeme, tú lo sabes.-Prestame atención-, continuó la voz. -El hombre que amas está en grave peligro. -La voz comenzó a desvanecerse, las palabras de despedida apenas pudieron escucharse. El espíritu se había ido, pero el mensaje escalofriante aún resonaban en su cabeza. Blair se estremeció. Algo inesperado y potencialmente desastroso iba a pasarle a Graeme si ella no podia evitarlo. Cerró los ojos, tratando de traer de vuelta el espíritu. Mientras lo hacía, una visión se formo detrás de sus párpados. Vio a Graeme, su inerte cuerpo cubierto de sangre y sin cabeza. Gritó y gritó, luego cayó al suelo desmayada. Cuando Alicia la encontró y la reanimo un poco más tarde, se negó a revelar la terrible visión. Al día siguiente, Graeme recibió una misiva del rey. Todo los terratenientes de las tierras altas se les ordenaba asistir a Inverness. La reunión iba a tener lugar el primer día del mes. Cuando Blair se enteró del mensaje, supo lo que su visión había querido decir. De alguna manera tenía que evitar que Graeme se fuera de Stonehaven. Su vida dependia de ello. -¿Tienes que ir?- preguntó Blair. -Sí. sabes que no puedo ignorar una orden del rey. -No puedes irte, Graeme,- declaró ella, desesperada por hacerlo entender. Tengo un mal presentimiento sobre esto. Veo que el peligro te espera en Inverness. -Incursionando en la magia de nuevo, ¿verdad?- preguntó, mirándola con censura –No puedes impedirmelo, muchacha. Sabes que debo ir. -Por favor, Graeme, no puedes salir de Stonehaven. 104

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Sus dedos se cerraron alrededor de sus estrechos hombros -Ya está bien, muchacha. Nada de lo que me digas me hara desobedecer al rey. Tus temores no tienen ninguna base. Confía en mí para cuidar de mí mismo. Vamos a discutir esto más tarde, después de consultar con Heath. El alojamiento estara escaso, habra mucha gente en la ciudad. Tal vez enviare a Heath por delante para asegurar nuestras habitaciones-Por favor, Graeme, no vayas -No hay nada más que discutir, cariño. Ve a la cama, me reunire contigo después de hablar con Heath -. Cerrando los ojos, Blair hizo un voto solemne. Iba a salvar la vida de Graeme, aunque la odiara por ello después.

Capítulo Doce Graeme comenzó los preparativos para su viaje a Inverness inmediatamente. Había enviado a gente por delante para asegurar alojamiento. Preparo el viaje sólo para tres hombres, dejando el resto detrás para proteger Stonehaven. No 105

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tenía ni idea de por qué el rey había convocado a una reunión de Terratenientes, pero tenía ganas de ver a algunos miembros del clan que no había visto en mucho tiempo. Un día, cuando Graeme fue abajo para comprobar sus armas, se detuvo ante la sala que ahora servia a Blair como una despensa. Éstaba desconcertado por su insistencia de que no se fuera a Inverness y quería hablar de su extraño comportamiento. Una sonrisa curvó sus labios. Nunca se cansaba de hacer el amor con Blair. Odiaba dejarle mientras iba a Inverness, pero no podia evitarlo. En este momento, sin embargo, necesitaba saber por qué Blair estaba tan firmemente opuesta a su salida. Abrió la puerta y miró dentro. Blair estaba sentada en un banco, inclinada sobre una mesa llena de . . . bejines. Se aclaró la garganta. Blair lo miró y sonrió. Graeme nunca había visto una sonrisa tan luminosa. La primera vez que la vio pensó que parecía un ángel, y su opinión no había cambiado. -Tenemos que hablar-, comenzó Graeme. -Sí,- estuvo de acuerdo de Blair con entusiasmo. -¿Has decidido no ir a Inverness? -No, tengo que ir. Dime por qué crees que debería quedarme en casa. Tu miedo no tiene sentido. Blair repiro calma y dijo: -Yo puedo a veces escuchar o ver cosas. Lo que escuché y vi fue. . . -sacudió la cabeza. – No puedo hablar de ello. Baste con decir que la advertencia que recibi fue aterradora. No puedes marcharte de Stonehaven. -¿De dónde provienen esa advertencia? No creo en los espíritus, Blair. Dime algo que yo puedao creer. Blair negó con la cabeza. -¿Cómo puedo hacerlo si no me escuchas? -Cariño. No estoy en peligro. ¿Qué daño puede hacerme ir a ver al rey, a mis aliados y amigos? -No lo se. Si lo entendiera, te diría. He aprendido a escuchar mis visiones. Por favor, Graeme, si sientes algo por mi, no te vayas -Hasta ahora no he oído nada que me pueda hacer cambiar de opinión.-Mi visión. . . Los espíritus. . -. Chasqueó la lengua. -Las voces y los espíritus. No digas más, muchacha. -Él ya había visto una mujer morir por sus creencia en tales cosas. Se volvió para irse. Al pasar por la puerta, su aura cambio de un agradable tono azul a uno rojo sangre. Las lagrimas acudieron a sus ojos. No podía dejarlo morir. Con el corazón encogido se dio cuenta de que nada de lo que dijo que iba a cambiar la mente de Graeme. Había llegado el momento de usar sus poderes para salvar la vida de Graeme. Alicia abrió la puerta y miró dentro. -¿Necesitas ayuda? -Cierra la puerta con pestillo-, dijo Blair. -voy a hacer algo que Graeme ha prohibido. -¿Qué pasa, muchacha? ¿Tiene algo que con los muertos de ayer? -Sí. Los espíritus me enviaron una advertencia. Graeme está en grave peligro. Si marcha a Inverness, pero él se niega a escucharme-¿Qué queréis hacer?106

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-¿Ha sustituido las velas que se perdieron en el fuego?-Sí-. -Ve por ellas, mientras recojo las hierbas que necesito.-¿Vas a convocar a los espíritus?-Sí. Las velas, Alicia -. Alicia colocó las velas en círculo. Blair se metio dentro de el y espolvoreo hierbas secas alrededor de sus pies. Alicia encendió las velas y la se quedo entre las sombras para observar y esperar. Blair levanto los brazos y comenzó a cantar una súplica silenciosa. Las llamas de las velas parpadeaban, con tonalidades del arco iris. La cara de Blair estaba pálida y sus labios se vacía de todos los colores, alzó los brazos en alto y pidió a los espíritus de los la naturaleza que vinieran a ella. -Espíritus de la naturaleza, tierra, la luna, el sol y el mar, escuchenme, envien torrentes de lluvia desde el cielo, levanten las mareas de los mares - un repentino relámpago cruzó el cielo, seguido de un rugido atronador. Las nubes oscuras taparon el sol y el viento aumentó con la intensidad de aullidos. El cálido día de primavera que había comenzado se volvió oscuro y ominoso. El viento se precipitó a través de la ventana, apagando las velas. Luego comenzó a llover, ferozmente golpeando la tierra. Blair cayó al suelo, completamente agotada. -Ayúdame, acercame un banco. Necesito un momento para descansar. -¿Qué esperáis ganar al traer la lluvia?-Si la inundacion del Lago Torridon hace desaparecer los puentes, Graeme no podra llegar a Inverness a tiempo para la reunión. Alicia ayudó a Blair y la guió a un banco. -¿Sabra que esta en peligro? -Sí, lo vera, estoy segura.-No quisiera estar en tus zapatos cuando tu marido descubra lo que habéis hecho. algo se estremeció por la columna de Blair. -Hice lo que tenía que hacer para salvar la vida de Graeme – de pronto se dio cuenta de que alguien estaba golpeando la puerta. -Blair! ¿Por qué está cerrada la puerta? Déjame entrar Alicia miró a Blair, se apresuró a abrir la puerta. Graeme entro en el interior cuando Alicia recogia apresuradamente las velas. -¿En nombre de Dios que está pasando aquí?- Sus duras palabras hicieron eco a través de la cámara rebotando en las paredes. -¿Qué te hace pensar que algo está pasando?-, Preguntó Blair en voz baja, demasiado cansada como para levantar la voz. Graeme miró fijamente a las velas. -¿Has lanzado un hechizo?-Blair no ha hecho nada malo-, trató de explicar Alicia. -¡Vete, mujer!- Rugió Graeme. -Quiero hablar con mi esposa en privado -. Aliciua escabulló por la puerta, cerrando suavemente detrás de ella. Graeme le devolvió la mirada a Blair. -Dime que estoy equivocado. Dime que no has usado la magia. Blair se quedo mirando a Graeme. No queria mentir. -Dime, Blair, y por favor que sea la verdad.107

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-Jamas te haria daño, ni a ti ni a nadie. Graeme miró fijamente por espacio de un latido del corazón, luego se volvió dirigiendo su mirada a la lluvia golpeando contra la ventana. - Es extraño -, reflexionó. -El día parecia fresco y primaveral. Espero que este maldita lluvia se detenga antes de que me vaya. El viaje seria mas difícil con tan inestable tiempo. -¿ -Olvídate de la lluvia. No hay nadie nada puede hacer algo al respecto. Deberiaos volver a la sala? Es casi la hora de la cena. Graeme se apartó de la ventana y dirigió su brillante mirada aBlair. -¿Hay algo que quieras decirme, muchacha?Blair sabía que mentirle a Graeme podria provocar el fin de su relacion, pero estaba en juego su vida. Aunque le costara su confianza tenia que callar. Siguió a Graeme a la sala y tomó su lugar junto a él en la mesa principal. La feroz tormenta que había salido de la nada era el tema de conversación entre todos los presentes. -¡Es escalofriante, te lo digo yo!-, aventuró Stuart. Miro a Blair de manera furtiva antes de continuar. –la tormenta llegó tan de repente. Espero que el granizo no dañe los cultivos -Sí la lluvia no termina pronto se inundará el valle y amenazar a nuestras ovejas , advirtió Aiden. -La lluvia probablemente terminará esta noche-, sostuvo Graeme. –rara vez duran más de unas pocas horas. Blair bajó los ojos, incapaz de enfrentar la mirada de sondeo de Graeme. Sabía que él sospechaba de ella y solo esperaba tener alguna prueba. Oró porque nunca lo supiera . Esa noche Graeme durmió en su propia cámara. Blair escuchó sus pasos de un lado a otro. Parecia estar tan inquieto e insome como ella. Graeme no pdia quitarse de la cabeza que Blair estaba involucrada en algo que el no aprobaria. Deseaba ir a su cama pero necesistaba pensar sin distracciones. La cabeza le dolia como el demonio en la mañana. Pero se iria de Stonehaven pronto, y sólo Dios sabe cuando iba a volver. Todo dependía del rey y de su razo para reunir a todos los terratenientes en un solo lugar. Graeme miró por la ventana, frunciendo el ceño cuando vio que la tormenta era tan fuerte como ayer. El patio estaba inundado. ¿Cuando iba a terminar? Fua a la sala a desayunar, no se sorprendió por el gran número de hombres sin nada que hacer, hablando y bebiedo cerveza. Nadie se atrevería a aventurarse al aire libre. Graeme comio y se unió a Heath y Stuart, quienes se calentaban sus espaldas a la chimenea. -El tiempo es malo - comentó Stuart. -¡Es como si Dios hubiera enviado un diluvio para castigarnos por nuestros pecados! -O si una bruja lo hubiese traido sobre nosotros-, murmuró Aiden. -¿Qué dijiste?Un llamado a la puerta anticipó la respuesta de Aiden. -Me pregunto quién está fuera en este tiempo miserable- murmuró. Graeme.

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Cuatro campesinos, tres hombres y una mujer, se tambalearon por la sala. -Acerquense al fuego-, dijo Graeme. –¿Que los trae por aqui? -¡Es la bruja-, escupió el primer hombre. -Si le permiten quedarse aquí, va a inundar y arruinar suss cosechas -. -¿Te refieres a mi esposa?-, preguntó con frialdad Graeme. -Sí. Nadie, ni siquiera nuestros mayores, han visto nada como esto antes La mujer empujó hacia atrás la capucha de su capa empapada. Era Gunna, la partera. -Estas advertido, mi Señor. no solo ha causado el diluvio, muchas otras cosas tambien -¿Cómo qué?-, Preguntó Graeme. -La cabra de Grant murió de repente. Y la mujer de Murray se enfermó. Las vacas de Meg se secaron y no dan mas leche y ahora esta lluvia. No es una coincidencia, la bruja lo está haciendo. Graeme vio a Blair entrar en la sala y trató de advertirle, pero fue demasiado tarde. Ella había visto a la pequeña reunión y se apresuró a unirse a ellos. -¿Qué pasa?-Ahí esta- Cantó Gunna, apuntando con un dedo huesudo en Blair. –No queremos a una de su clase aqui Los pasos de Blair se detuvieron. Su columna vertebral estaba rigida. -Estas buenas personas parecen pensar que has hecho algo para hacerles daño -, dijo. -¿Por qué querria hacer daño a tus siervos?-, Respondió Blair. -¿No he tratado sus lesiones y curado sus dolencias?-Nuestros cultivos están casi en ruinas, la cabra de Grant está muerto, la vaca de Meg se seco, y la esposa de Murray está enferm -¿Crees que soy responsable?-, Preguntó Blair, claramente horrorizada. Graeme coloco un brazo protector alrededor de ella -Mi esposa no tiene nada que ver con los sucesos de la aldea. Calientenese en el fuego y tomen un bocado, luego vuelvan a sus hogares y quedense allí. Estoy seguro de que la lluvia se detendrá pronto y sus cultivos no sufriran -No voy a hacerles daño-, susurró Blair después de que la delegación salio arrastrando los pies. -¿Me crees? ¿no?Graeme se la llevaron a un rincón privado donde no podían ser escuchados . –No creo que hayas hecho nada para herirlos, pero tambien sabemos que algo que no es natural tuvo lugar en la despensa. No pued protegerte si no me dices lo que hisicte-Vas a tener que confiar en mí, Graeme-, dijo Blair. Su expresión se volvió frío. -¡Es mejor que me lo digas ahora para que yo pueda atajar problemas antes de salir de Stonehaven. Blair hizo un sonido de disgusto -En realidad, Graeme, crees que me rebajaria a este tipo de ataques en contra de los campesinos -Estoy empezando a pensar que realmente no lo sabes. No me gustan los secretos. -¿Todavía tienes la intención de ir a Inverness?-Sabes que debo hacerlo. No puedo desobedecr las orden de mi rey 109

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Se dio la vuelta para irse, pero Graeme no se lo permitió. quería respuestas. Agarrandola por la cintura la mantuvo clavada a su costado. -Quizá la lluvia te mantendrá en Stonehaven-, dijo. Él le envió una mirada inescrutable. -Aunque tenga que retrasarme e ir trotando, no te equivoques, me iré. -Lo siento, tus siervos me temen-, dijo Blair. - MacKay y Niall siguen propagando rumores sobre mí. -Sí, es cierto-, coincidió Graeme. -Siéntate y come , mientras que yo trato de apaciguar a la delegación de la aldea. No podemos permitirnos el lujo de dejar que esto vaya de las manos. -¿Habéis hablado con ella?-, Preguntó Gunna, cuando Graeme se unio a ellos – ¿Le has dicho que detenga la lluvia?Graeme podría haber culpado a Blair de muchas cosas, pero la lluvia no tenia que ver con ella. Ningún mortal es capaz de convocar a las fuerzas de la naturaleza. -Mi esposa no trajo la lluvia, ni puede detenerla,- insistió. -Vete a casa y dile a tu familia que no tienen nada que temer de Blair -. -Tendría que haberla quemado en el fuego-, murmuró Gunna. -¿Qué dijiste?- Exigió Graeme. --Es verdad. Se que alguien prendio fuego a la despensa con ella dentro. Devuelvesela a MacKay si todavía la quiere. Había un compromiso legal entre ellos. -¿Dónde has oído eso?-, Preguntó Graeme -¡Cállate, Gunna-, advirtió el líder. –no provoques la ira del laird -Ay, a veces, mi boca se escapa de mí-, dijo Gunna. -Será mejor que volbamos con nuestras familias,- corto el lider – si el lago se levanta mas, nos veremos forzados a permanecer aquí Si el lago se alzaba mas se inundaria el puente, penso Graeme. Y si la tormenta continúa haciendo estragos sin cesar, ni siquiera un barco estará a salvo en el agua turbulenta, lo que significaría que no podia dejar Stonehaven. Graeme le dirigió una mirada especulativa en Blair. ¿Era o no la responsable de la lluvia torrencial que estaba creando tal caos? Noo quería que se fuera Stonehaven, le había suplicado que hiciera caso omiso de la citación del rey. Había traído las lluvias para evitar que el se fuera. No, se negaba a aceptarlo. Si él creyera en eso su percepción de Blair cambiaria para siempre. los pensamientos de Graeme fueron interrumpidos cuando Aiden entró en la sala, empapado hasta los huesos -¡Graeme! Acabo de llegar del valle. Tengo malas noticias -Por el amor de Dios, sueltalo -El valle está inundando. Los animales deberán ser trasladados de inmediato. Graeme escupió una maldición. Se necesitarían varios días para trasladar el ganado por las montañas. Sus parientes y sus medios de subsistencia estaban primero; el rey tendría que entender por qué se había ausentado de la reunión. Graeme se detuvo un momento para hablar con Blair antes de que siguiera la tormenta. -Tendras lo que deseas después de todo esposa,- gruñó. – Mas te advierto que si me entero que has tenido algo que ver en esto, nada te salvará de mi ira. 110

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La lluvia continuó. Blair escucho que el agua no habia llegado a la aldea y se alegró. No había tenido la intención de causar conmoción en el pueblo. Graeme no regresó a el castillo, durante cuatro días. Cuando regreso su vista estaba borrosa, su piel palida y arrugada. Su tela escocesa estaba empapada y sus calzones pegados a su piel. Se desplomó en el banco más cercano, apoyando su cabeza en sus manos. No llevaba bien la derrota. Blair se apresuró a atenderlo. Tomó su manta y la extendió ante la chimenea. -Tienes que comer y descansar. ¿Por qué no vuelves al castillo como los otros? -No hay tiempo-, gruñó. Ella intentó retirar un mechón de cabello húmedo de sus ojos, pero la agarró por la muñeca y lo arrojó. –¡No me toques! Déjame -. -¿Qué pasa?Miró hacia arriba, y su enojo era tan feroz que Blair se estremeció, retrocediendo por debajo de su furia. –Me mentiste, Blair. Tu no querias que me fuera a Inverness por lo que convocaste esta lluvia. Invocaste a los malos espíritus para destruir todo lo que amamos. -¡No! Yo no pretendía hacerte daño -¿No? Mientras hablamos, el agua está subiendo por las puertas. Todos debemos resguardarnos en el castillo si el lago se levanta… -Lo siento-, susurró Blair. Ella no había pensado más allá de salvar la vida de Graeme. -¿Esta satisfecho tu deseo?-, denunció Graeme. -No hay manera de que pueda ir a Inverness ahora. Los puentes se han llevado los barcos haciendolos añicos y el lago es demasiado peligroso para intentar pasar -No podia permitir que murieras-, le susurró Blair. Él le apretó la muñeca, sus ojos brillaban con malicia pura. Estaba tan enojado, Blair temía que iba a golpearla. Se estremeció y trató de alejarse. -Queria creer en ti, Blair, pero ya no puedo negar el hecho de que posees poderes sobrenaturales. Ahora sé de lo que eres capaz -Solo soy culpable de tener el deseo de mantenerte con vida-, exclamó Blair. La calma fría y muerta en sus ojos le asustaba. Si alguna vez había tenido tiernos sentimientos por ella, ya no existían. -Tu acción irresponsable trajo el desastre y el sufrimiento. ¡Fuera de mi vista! Ella se acercó pero el la rechazó. –No vuelvas a tocarme. Vete, no te quiero cerca de mi Blair casi se partio por el dolor. Retrocedió, luego se volvió y huyó por las escaleras a la despensa. Tenía que tratar de deshacer lo que le había acontecido. No podía soportar el peso de la ira de Graeme. Graeme estaba literalmente temblando de rabia. Desde el principio había defendido a Blair en contra de sus enemigos. Aunque le habia llevado tiempo darse cuenta de que, efectivamente, poseia ciertos poderes, estaba seguro que no era mala. Pero esto. . . admitió que había usado la brujería para atraer la tormenta que había causado tantos estragos entre su pueblo. Graeme recordó la advertencia de Blair, pero aún se negaba a creer que su vida estaba en peligro. ¿Qué podría pasarle en Inverness? Habia estado ahí muchas veces en el pasado. Graeme se quejó cuando vio acercarse a Glenda con una bandeja de 111

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alimentos. No estaba de humor para hablar -Debes comer-, dijo Glenda. -Gracias-, murmuró Graeme con civilidad. Tenía hambre, estaba mojado y exhausto y desilusionado. Nunca había estado tan decepcionado de otro ser humano. Glenda volvió con una manta y la extendió sobre los hombros de Graeme -Vas a enfermarte, Graeme.- se cernía sobre él, entonces, dijo, -He oído lo que habéis dicho a Blair. Tu esposa es una bruja. -Dejalo, Glenda-. Glenda no iba a ser rechazada. -¿Qué vais a hacer con ella? -No lo se ¿Puedo comer en paz, por favor? -Sí, laird. Voy a estar esperandote siempre Graeme dejó de escuchar a Glenda mucho antes de que ella dejara de hablar. La traición de Blair se enroscaba alrededor de su corazón. ¿Cómo pudo haberlo hechol? Cuando terminó su sopa, se quedó dormido en la mesa al instante. Llorando como si su corazón se rompiera, Blair entró en la despensa. Para su horror absoluto, sintió que sus poderes se había debilitado desde Graeme la había rechazado. ¿Podría estar enamorade de Graeme? Después de ver sus ojos llenos de desprecio por ella, sabía que nunca la amaria. De acuerdo con la profecía, sus poderes le serian arrebatados. Blair reunio las velas, los colocó en un círculo y espolvoreo hierbas alrededor del perímetro. Luego dio un paso dentro del círculo y comenzó el ritual que se sabía de memoria. Cuando las velas se encendió en varios colores, Blair levantó los brazos y grito: -Espíritus de la naturaleza, si me oyen. Envien el agua de regreso al mar. Que salga el sol. - de repente, una luz brillante se formo ante sus ojos. Tan deslumbrante que dolia mirarla. Parpadeó, consciente de que estaba de pie en una viga de sol tan brillante que ya no podía mirar en su centro. Las nubes de tormenta se habían ido lejos, y el sol brillaba de nuevo. Sus poderes estaban todavía con ella. El desgaste emocional fue demasiado. Con un suave suspiro se desmayo. De la nada salió una voz. -No te desesperes. Sus destinos están unidos. Algunas estan destinadas a ser Alicia encuontro a Blair, acostado en un círculo de velas. No podia despertartla, voló por las escaleras para pedir ayuda. Se encontró a Graeme inclinado sobre la mesa en un sueño profundo, con la cabeza apoyada en sus brazos cruzados. Reacio a despertar, vio entrar en Aiden a la sala y le pidió su ayuda. -¿Qué pasó? - preguntó Aiden mientras se apresuraba detraz de Alicia. -No lo se. ¿Podéis llevarla hasta su dormitorio? El laird esta dormido, no quize despertarlo - Aiden se inclinó para recoger Blair. -¿Cuáles son estas velas? ¿Por qué hay hierba extendida? -'No hay tiempo para preguntas, amigo-, contestó Alicia. –Debo atender a mi señora. el rostro pálido de Blair debio convencer a Aiden para que se diera prisa, la tomó en sus brazos y la llevó por las escaleras. Cuando estaban pasando por la sala, Graeme abrió los ojos. -¿Por llevas a mi esposa en tus brazos-, le pregunto a Aiden. -Blair está enferma-, contestó Alicia. –No he podido despertarla, le he pedido a 112

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Aiden que la lleve a su dormitorio. -Dámela-, dijo Graeme, levantándose y extendiendo sus brazos. Aiden obedecio sin discusión, entregandole a Greame la forma inerte de su mujer. Graeme subió las escaleras de dos en dos, contando el silencio las razones por las que no debia preocuparse por su esposa después de la catástrofe que había creado. -Dejala en su cama, mi laird,- ordenó a Alicia. –Yo cuidare de ella-¿Hace esto a menudo?-, Preguntó Graeme después de clocar a Blair con cuidado sobre la cama. -No, pero parece estar haciéndolo con mayor frecuencia en los últimos tiempos.Alicia mirio a Graeme cautelosa. -Me pregunto. . -. -Lo que hace. . . –la respiración se detuvo en la garganta de Graeme, y corrió a la ventana. -¡El sol brilla! ¡La lluvia ha parado! Gracias a Dios. -Gracias a Blair, probable-, murmuró entre dientes Alicia. -Cuida de ella-, dijo Graeme mientras se alejaba de la ventana. -Dile que ya no tendra acceso a la despensa.-¿Qué estáis diciendo?-Sé que Blair lanzó un hechizo para traer las lluvias y no puedo confiar en ella. Le advertí muchas veces acerca del uso de la magia, pero no me obedecio. Ahora mismo nisiquiera puedo mirarla a los ojos -Y diciendo esto, dio media y salio. -Blair, muchacha, ¿qué habéis hecho?-, Se lamentó Alicia. Blair abrió los ojos y tocó la mejilla de Alicia. –Sabía en lo que me estaba metiendo, pero no podia permiitir que el muriera. La vida de Graeme significa todo para mí. -Lo amas, muchacha-, observó Alicia. -Sí, lo admito, pero amar a Graeme significa que voy a perder mis poderes. Él me odia, Alicia. Al detener la lluvia utilice lo ultimo que tenia. Ahora soy como cualquier otra mujer. Ya no soy mas un hada -Sabes que eso no es cierto -Sí, lo sé. Me siento. . . diferente de alguna manera. Estoy aturdida y mi estómago revuelto. Nunca me he sentido así antes. – una aguda angustia la dejo palida. -¿Qué va a hacer Graeme conmigo?-Es un Laird honorable. Le hizo una promesa a tu padre que jamas olvidara -¿Cómo voy a vivir aqui? Soy un paria entre estas personas. Mi marido piensa que soy una bruja -. -No dejes de creer en ti misma. Las cosas tienen una forma de ser -No esta vez, Alicia. Sé que Graeme nunca me haría daño, pero no quiero provocar su animosidad. -De repente se tambaleó en la cama, su rostro se torno verde - Oh, creo que voy a… Alicia acerco la la cuenca, mientras que Blair vaciaba el contenido de su estomago. Después, se enjuagó la boca y cayó de espaldas contra la la almohada. Volvió la cara hacia la pared, las lágrimas silenciosas corrian por su rostro. No oyó salir como Alicia se movia de puntillas por la camara. Graeme y sus parientes estaban celebrando el regreso del sol y el cielo sin nubes, cuando Alicia camino hacia él y le exigió su atención. No muy satisfecho por la intrusión, Graeme aceptó de mala gana hablar con ella. Caminó hasta donde no podían ser escuchados y se volvió. 113

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-¿Qué es? ¿Se trata de Blair? Si es así, no quiero oírlo. He he terminado con ella. -Quizá tu hayas terminado con ella, pero ¿qué pasa con el crío que lleva? Las venas en el cuello de Graeme se abultarons. -¡Mientes! Tu y Blair han inventado esto para hacer que la perdone -Conozco los sintomas-, insistió Alicia. -¡No me interesas, mujer! No quiero tener nada que ver con Blair o el retoño que puede o no llevar. Una bruja en esta casa es suficiente. Quizá debería enviarla de regreso a Gairloch y dejarle el problema a su hermano -Eres un tonto-, reprendió a Alicia. -Si le haces daño a mi muchacha, te arrepentiras -¿Me estás amenazando, Alicia?Alicia lo miró. –No sere yo quien te castigue – se dio la vuelta desapareciendo entre una oleada de faldas. Graeme se quedó con su cabeza dando vueltas. Ni por un minuto iba a creer que Blair estuviera esperando un hijo suyo. Lo unico que podia pensar era que ni Alicia ni Blair escatimarian nada en mentir para manipularlo..

Capítulo Trece Blair estuvo triste durante los días siguiente. No tenía ningún contacto con Graeme 114

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y eso le dolia terriblemente. Era como si no exisitiera. Rara vez la miró y nunca habló directamente con ella. Se había convertido en una paria. Todo el mundo sospechaba que había causado la tormenta, pero nadie podía estar seguro. Como resultado, los siervos de Graeme caminaban en círculos alrededor de ella, buscando la manera de evitarla. El trabajo de construir un nuevo puente mantenía ocupado a Graeme cada día hasta que la oscuridad caia sobre la tierra. Durante la noche, Graeme la evitaba como la peste, y prefieren sentarse con sus parientes en una de las mesas bajas. Aún más preocupante era el hecho de que Glenda se había vuelto mas audaz en su búsqueda de Graeme. Se cernía sobre él constantemente, dispuesta a cumplir todas sus necesidades. Blair tenía pocas dudas de que una de esas necesidades fuera sexual. Aunque Blair rara vez se aventuraba a ir mas alla del castillo después de la inundación estaba ansiosa por ver cómo avanzaba el nuevo puente. Como nadie parecía cuidar sus idas y venidas, Blair se sintió libre para hacer lo que quisiera. Un día de sol, ella y Alicia salieron a disfrutar de la luz del sol. Blair levantó la cara para dar la bienvenida al calor y dejar que la brisa acariciara su rostro. Desde que había convocado a los espíritus de la naturaleza para ayudarla sentía frío todo el tiempo. Se sentía completamente perdida, como si una importante parte de ella misma hubiera desaparecido. No necesitaba convocar a las visiones para saber que era Graeme quien le faltaba a su vida. -¿A dónde quieres ir, muchacha?-, Preguntó Alicia. –No creo que podamos alejarnos mucho. Sabes lo supersticiosos que son los parientes de Graeme -Lo sé, pero me gustaría ver ese puente que están construyendo. Podemos ver desde más arriba. Rodearon el pueblo. Blair sonrió cuando escuchó el graznido lejano de una perdiz nival y aplaudió de alegría cuando contó varias garzas azules en un montículo de piedras cerca. Unos quince minutos más tarde llegaron a un risco con vistas al lago Torridon. -El nivel del lago no podrá volver a la normalidad-, observó Blair. -Agradezco que las gentes de la aldea pudieran escapar a tiempop, ¿Los cultivos se salvaron? -Se produjeron algunas pérdidas, pero varios días de sol han revertido en gran medida el peor de los daños. Es probable que los cultivos sobrevivan, excepto en los campos que se inundaron por completo. Se perdieron algunas cabezas de ganado Blair lanzó un suspiro. -Yo no quería causar daño a nadie, sólo pensaba en salvar la vida de Graeme. Sabía que habría consecuencias, pero no me detuve a pensar en ellas-Mira-, dijo Alicia, señalando abajo. –desde aquí se puede ver a los hombres trabajar en el puente. Blair pudo distinguir fácilmente a Graeme de entre el grupo de hombres. Todos estaban desnudos de cintura para arriba y sus pantalones escoceses habían sido cortados por encima de la rodilla para facilitar el movimiento en el agua. El impresionante físico de Graeme se destacó entre todos -El puente parece estar progresando bien-. -Mira, ahí esta Stuart-, señaló Alicia a cabo. –Esta muy bien conservando para un hombre de su edad. 115

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La atención de Blair estaba tan concentrado en Graeme, que no escucho el sonido de pasos que se acercaban. Tampoco lo hizo Alicia, que tenia problemas con el oido -Aquí esta- Gritó una mujer. -¿No se los dije que estaba pensando hacer mas males? Es la suerte que la vi mientras estaba recogiendo hierbas fuera de la aldea -. Blair se volvió, desagradablemente sorprendiao al ver Gunna llevar una congregación de mujeres y hombres de la aldea. -No quiero problemas con ustedes -, dijo Blair. -No quiero hacer daño.-Trajiste los problemas cuando llamaste a los espíritus malignos para que devastaran las tierras de los Campbell. Como para reforzar las palabras del gunna, un cuervo voló sobre Blair graznando en voz alta. -¡Mira!-, Exclamó Gunna. -¡Ella trajo a su familiar!-¡No, es verdad! - negó. -Ella lo hizo-, dijo Glenda, saliendo de detrás de la robusta partera. -He oído al Laird Graeme acusarla de utilizar la brujería. No puede negar que la ha desterrado de su vida. -Quizá deba probarse a sí misma-, dijo Gunna, desplazando Blair más cerca del borde del risco. -He escuchado que las brujas pueden flotar. Demuéstranos que no eres una bruja. Si se ahoga, vamos a saber que eres inocente. De repente, una mujer que Blair reconoció empujo a Gunna a un lado. Era Mab, la mujer que había ayudado en el parto. -¡Es una vergüenza la forma como están tratando a la esposa de nuestro laird,acuso -Mira todo lo bueno que ha hecho. Tú, María, la señora Blair curo la herida de tu hijo cuando se cortó a sí mismo jugando con su daga. Y tú, Talia, ¿No alivio la señora Blair a tu hija de su congestión en el pecho? -No deben escucharla-, gritó Gunna. -La bruja debe probarse a sí misma. Por desgracia, la voz de Mab no pudo sobrepasar la malicia de Gunna. Cuando la multitud se despertó furiosa. Las voces se elevaron en un crescendo escalofriante. -¡Sí, debe probarse a sí misma! Echadla en el lago. Si se ahoga, sabremos que es inocente. Blair estaba aterrorizada. No sabía nadar, nunca había tenido la oportunidad de aprender, y sabía que con el peso de las faldas seria imposible llegar a la superficie. . Era obvio que la animosidad de Gunna era la masa virulenta que impulsaba a los habitantes del pueblo para atacarla. Blair buscó una manera de escapar, pero se vio rodeada. -Sálvate a ti misma-, le susurró Blair a Alicia. –Marchate antes de que se vuelvan contra ti - Alicia la miró como si quisiera a protestar, pero en última instancia, se se levantó las faldas y huyó. Blair se sentia agradecida de que nadie intentara detenerla. Se volvió con el rostro sereno hacia Gunna en un esfuerzo por aplacar su ira. Sin embargo, nada menos que su muerte podría satisfacer a la partera. Fue hacia Blair. De repente, Grant y otro hombre la agarraron y la arrastraron hasta el borde del risco. Ella gritó, y de pronto cayo hasta el agua turbulenta. Golpeo en un chapoteo ruidoso antes de poder tomar una respiración profunda. ¡Abajo, abajo!, fue, terriblemente consciente de que el lago era más profundo de lo 116

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que pensaba. Golpeó la parte inferior, y a continuación, empujo hacia arriba con todas sus fuerzas. Cuando salió a la superficie, tomó un trago de aire vivificante, pero las faldas empapadas la arrastraron de nuevo hacia abajo. Presa del pánico, comenzó a luchar por su vida. No quería morir. No ahora, no antes de que Graeme la hubiera perdonado. Alicia corrió tan rápido como sus piernas podían llevarla a donde estaba Graeme trabajando en el puente. Su chica estaba en peligro, y solo Graeme podría salvarla. ¿Le importaria? A pesar de sus viejas piernas siguió corriendo hasta que se derrumbó en los brazos de Graeme. Graeme había visto a Alicia corriendo hacia él y fue a su encuentro. La intuición le dijo que algo había pasado a Blair, y su intuición rara vez fallaba. Había intentado todo lo posible para ignorar su exixtencia. Era consciente que con su actitud hacia ella estaba reforzando el temor de sus parientes pero no había sido capaz de superar su decepción. Pero Blair lo necesita ahora, y nada más importaba. La mirada llena de pánico de Alyce lo incito a la acción. -¿Qué pasa, Alicia? ¿Esta Blair en problemas? Sin poder recuperar el aliento, Alicia asintió y señaló hacia arriba. Graeme vio a un grupo de personas reunidas en torno al risco por encima del lago. Graeme lo intentó de nuevo. -¿Blair me necesita?-Sí-, exclamó Alicia. –La han arrojado al lago.- era todo lo que Graeme necesitaba escuchar. Pasó a Alicia a Stuart, que había venido corriendo cuando vio a la mujer cansada en brazos de Graeme. -Llevala al castillo- ordenó Graeme mientras corría hacia Blair. La adrenalina bombeada a través de su cuerpo. Gritando el nombre de Blair, se lanzó al agua y nadó hacia donde vio su cabeza Luego se hundió bajo el agua y no volvió a reaparecer. Puso toda su fuerza en sus brazadas. Blair sintió que flotaba a la deriva, su cuerpo y su mente estaban en paz. Sabía que estaba cerca de la muerte y no podía hacer nada para evitarlo. Sus pulmones estaban llenos de agua y solo quería poner fin a la tortura, pero la fuerza de la vida que se movia dentro de ella era demasiado fuerte. El agua se filtraba en sus pulmones, pero aún así luchó muerte. De repente se sintió alzada hacia arriba, pero sabía que ya era demasiado tarde. ¿Qué había hecho a Graeme y sus gentes que era tan imperdonable, y la muerte iba a ser su castigo?. Se hundió en un abismo oscuro, sin saber que Graeme cargaba con ella hacia la superficie llevándola a la orilla. Graeme no podía detectar la respiración de Blair cuando la arrastró hacia el banco. Rápidamente la puso boca abajo y apretó suavemente. Una, dos, tres veces. Seguía pálida e inmóvil. Lo intentó de nuevo, y se emocionó cuando el agua comenzó a salir a borbotones de su boca. A pesar de sus esfuerzos, sin embargo, no observaba signos de vida. Pero no se rendiría. siguió insistiendo para sacar el agua de sus pulmones. La volvió sobre sus brazos levantándole la cabeza, abrió su boca con el pulgar y el dedo índice y trató de infundirle vida con su propio aliento. -¿Qué han hecho?-, Rugió, mirando a los aldeanos que se agolpaban sobre él. -Ellos querían saber si era una bruja-, explicó Mab. - Gunna los instigo a hacerlo Miró a Gunna. –No me digas que crees en ese viejo cuento de que las brujas flotan sobre el agua. ¡Fuera de mi vista! Todos ustedes. Voy a tratar con todos 117

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más tarde. Y, Gunna -, añadió lacónicamente,- será mejor que vayas buscando un nuevo hogar. Ya no eres bienvenida en este sitio -¿Piensasn que me importa?-, Gritó Gunna. -Soy una MacKay. Mi difunto marido era Campbell, pero mantuvo su fe en los Mackays -. -¡Fuera de aquí mujer! El resto de ustedes tambienVolvió su atención a Blair cuando la muchedumbre se dispersó. Sólo Mab se quedo a su lado. -¿Puedo ayudaros, mi laird? Tu señora me ayudó a dar a a luz un bebe saludable, y estoy agradecido con ella. Yo jamás crei en esta farsa. Graeme siguió soplando aire a los pulmones de Blair, dispuesto a no dejarla morir. –Cubrela con tu manto-, dijo Graeme entre jadeos -El agua estaba fría, y ella esta fría.Mab obedeció al instante, envolviendo su capa con fuerza alrededor de Blair. Luego se hizo a un lado y cruzó las manos en oración silenciosa cuando vio a Graeme luchar por salvar la vida de Blair. Gaeme rogó a Dios que trajera de vuelta a Blar de nuevo a él. Hasta fue capaz de implorar a los espíritus de Blair que le perdonaran la vida. Bruja o no, él quería que ella viviera. De repente surgió el aliento en los pulmones de Blair. Abrió la boca y tosió ecupiendo más agua. Graeme se regocijo agradeciendo tanto a Dios como a los espíritus del País de las Hadas. -Blair, muchacha, ¿me oyes?Los ojos de Blair se abrieron. Estaban vidriosos, y parecía no reconocerlo. Graeme la abrazo contra su corazón hasta que su respiración se hizo menos trabajosa. Por fin, pareció reconocerlo y eso pareció consolarla. -Me salvaste la vida-, susurró. -Gracias-. Él la tomó en sus brazos y se dirigió hacia el castillo -Voy a llevarte a casa -.se volvió hacia Mab,y le dijo- Te devolveré tu capa pronto con una muestra de mi agradecimiento. Díle a las otras personas que estaban hoy aquí que voy a hablar con ellos pronto -. -No seas demasiado duro con ellos, mi señor. Gunna alimentó sus miedos y avivó el frenesí salvaje. Espero que en tu corazón puedas encontrar perdon -Vamos a hablar de esto más adelante-, dijo Graeme cuando pasó junto a ella. los brazos de Blair se tensaron alrededor de su cuello. -Yo los perdono-, dijo Blair ¿Me perdonas tu a mi?-Más tarde, Blair. Guarda tus fuerzas. Has pasado por una desgarradora odisea. Estuve a punto de perderte -He sobrevivido, si Dios quiere, voy a sobrevivir a la prueba de la piedra como lo hice al fuego y el agua. -No habrá piedra-, dijo Graeme con los dientes apretados - estamos cerca de casa. No me sorprenda si Alicia estuviera a la espera para arroparte en la cama. -¿Está bien? Le dije que huyera. No quería que le hicieran daño-Ella fue directo a mis brazos. Si no hubiera sido por su advertencia, no hubiese llegado a tiempo. Un escalofrío recorrió su cuerpo, y sus brazos se apretaron alrededor de ella como si no tuviera la intención de dejarla ir. Llegó a el castillo y entró en la sala, haciendo caso omiso de las miradas de aquellos que aún no había oído sobre la 118

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tragedia que casi se había llevado la vida de Blair. Subio las escaleras de dos en dos y abrió la puerta a la cámara de Blair. Alicia estaba esperando por ellos. Blair deslizo su cuerpo y se mantuvo contra el hasta que pudo pararse sobre sus propios pies. Alicia lo empujó a un lado. -Gracias a Dios, que llegastre a tiempo. No lo dude ni por un minuto. Puedes irte ahora. Yo me haré cargo de mi muchacha.. - miró fijamente a Graeme. –Debes quitarte esa ropa mojada antes de que se enfrie Aunque reacio a marcharse, Graeme obedeció a regañadientes -Volvere -Graeme, no te vayas-, dijo Blair con los dientes castañeándole, fue todo lo que Graeme necesitaba escuchar. -Me las puedo arreglar yo sola -, dijo Alicia, despidiéndolo con un gesto – Pero… -No hay peros, Alicia. Ya has oído Blair. Te aseguro que soy perfectamente capaz de cuidar de mi esposa. -¡Es hora!-, murmuró Alicia en su camino hacia la puerta. -Vamos a quitarnos estas ropas mojadas-, dijo Graeme, y de forma rápida se despojo de los botones y las cintas de la bata empapada de Blair y su ropa interior. Cuando ella quedo desnuda, la secó con una toalla que Alicia le había proporcionado y luego la llevó hasta la cama abrazandola -Todavía estás temblando.-Tengo mucho frio, no he podido sentir calor desde que te alejaste de mi Graeme sabía lo que tenía que hacer y no dudó. Se quitó las botas y sus pantalones escoceses, sacó la colcha y se subió a la cama al lado de Blair. Su cuerpo estaba frío como el hielo, la tomó entre sus brazos, rodeandola con su calor corporal. La frialdad de Blair parecía estar en sus huesos. -¿Estas mejor?-, Preguntó Graeme. Ella se acurrucó contra él. -Sí. No me dejes, por favor Siguió un largo silencio, y luego Graeme preguntó: -¿Por qué no utilizaste tus poderes para salvarte a ti misma? - silencio.-¿Blair? Responde a mi pregunta. -Mis poderes se han ido. Ya tienes lo que querías, Graeme -. -¿Está segura?-Razonablemente segura. Los espíritus ya no me hablan -. hizo una pausa con la expresión pensativa. –Le rogue a los espíritus que me salvaran cuando seinti que mi vida se apagaba y después llegaste tu… me pregunto… -Alicia me llamoo-, dijo Graeme, acabando con sus esperanzas de que los espíritus le hubieran enviado. Se había enamorado de un hombre que no la amaba. -Debes descansar-, instó a Graeme. –No me ire de aqui Blair no tenía ganas de descansar. Se acurrucó más cerca de su marido, con un brazo alrededor de su cintura. Su aliento le acarició la mejilla, calentando su rostro, mientras que su mano se movía arriba y abajo de la espalda lisa. -¿No puedes dormir?-, pregunto Graeme con la voz enronquecida por el deseo. -No, lo que quiero. . . lo que quiero. . . -Las palabras le fallaron, no pudo dar voz a sus necesidades, pero lo que necesitaba era a Graeme. -¿Qué quieres, amor?Otro silencio siguió. Entonces las palabras se desbordaban. –A ti Graeme. Te quiero. -Yo también te quiero-, gruñó en su oído. -Cuando pensé que te había perdido, me 119

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maldije mil veces para la forma en que te había tratado, fue abominable -. -¿Me perdonas, entonces? ¿Por traer el caos a tu vida? -¿De verdad puedes usar la magia para traer las lluvias?-¡No, no, la magia!. Les pedí a los espíritus de la naturaleza que me ayudaran a salvar tu vida. -¿De verdad que mi vida estaba en peligro?-Lo sabía.-No quiero pensar en eso ahora-, dijo Graeme, dejando de lado sus palabras. Blair sabia que pedirle su confianza era demasiado -La pérdida de tus poderes es motivo de celebración-, dijo Graeme melacónicamente. Blair no estaba de acuerdo, pero con prudencia acepto su propio consejo. -Quiero hacerte el amor-, susurró Graeme. -Pero esperare si necesitas más tiempo para recuperarte. -No quiero esperar-, dijo Blair. -Necesito sentirme cerca de ti de nuevo. Tú eres mi destino. Los espíritus te trajeron a mí. -Mi destino es estar dentro de ti-, dijo Graeme, echando hacia atrás las mantas. Blair lo miró boquiabierta. Su erección empujó hacia ella, rígido y exigente. Si ella no lo sospechara casi podría creer que él no había estado con una mujer desde la última vez que había hecho el amor con ella. Los tendones de su cuello estaban tensos, los planos y ángulos de su rostro parecía mas duros, crudos y salvajes. Ella le sonrió, encantados de que la quisiera con tanta fuerza. Poniéndose de rodillas, se inclinó hacia delante y empujó sus manos sobre la suavidad de acero de su abdomen. Graeme siempre ha tomado la iniciativa antes, pero en esta ocasión quería mostrarle cuánto lo amaba. Desde que había perdido sus poderes, ya no es necesario negar el deseo de su corazón. Lo peor ya había sucedidp. Cuando empezó a subir, ella lo empujó hacia abajo, presionando un beso sobre su estómago, bajando lentamente por su piel, ella le acarició con la boca. Sus ojos se iluminaron, ardientes y con hambre cuando tomo toda su longitud en su boca. El aire se agolpo en los pulmones de Graeme mientras empujaba su miembro contra sus suaves labios en un violento choque de emociones. Su frustración iba en aumento, asi que agarró su cabeza entre sus manos y lo movió hasta donde podía sentir su aliento caliente sobre su terso vientre. Aullo como un alma en pena cuando ella abrió la boca y lo llevó en su interior. Cuando pasó la lengua por su punta sedosa, él comenzó a moverse, flexionando las caderas cuando ella lo tomó a profundidad, chupándolo y lamiéndolo hasta que casi se volvió loco. Pero no quería terminar de esa manera. Quería estar dentro de ella. -¡Basta!- Gruñó, levantandola - Montame Ella levantó una rodilla, luego la otra, envolviendo sus brazos sobre su cuello, se inclinó sobre él. Luego inclinó la cabeza y apretó sus labios contra los suyos. Gimiendo, Graeme le echó la cabeza hacia abajo e hizo estragos en su boca mientras guiaba la cabeza de su verga por los suaves pliegues de su femineidad. La penetró lentamente, dándole todo de él, haciendo gala de la sensación de su cuerpo cerrándose en torno a el. Se sentía tan bien, que quería a aullar como un animal. Empezo a moverse, penetrándola profundamente. Blair 120

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igualó su ritmo sin esfuerzo, usando los brazos para facilitarle la tarea, usando las piernas para hacer palanca. Sus cuerpos se movían en armonía, sintió sus manos sobre su piel, caricias, caricias, ardía fuera de control. Sus labios se fundieron en los suyos. -Eres mío-, dijo con fiereza al levantar la pelvis de la cama, para aceptar sus embestidas feroces. Su posesividad creó un placer caliente, dulce en su interior, y Blair se preguntaba si se dio cuenta de lo que había dicho. Una paz reconfortante se le vino encima, y le pareció oír los murmullos de los espiritus. Pero eso no era posible, porque ya no estaban con ella. Con un grito de abandono, aplastó a Graeme con su cuerpo. Entonces comenzó su clímax. Graeme gritó, sacudiendo su cuerpo al mismo tiempo en su interior. Cuando todo termino yacían inertes y saciados uno en brazos del otro. Graeme no podía pensar. Fue una aterrador. No importa lo mucho que tratara de centrarse en lo que acababa de tener lugar entre él y Blair, su mente continuaba abrumada. Graeme no tenía idea de cuánto tiempo había estado allí, tendido desnudo junto a Blair, sus cuerpo se acurrucados, sus miembros entrelazados. Sabía que Blair no era como las otras mujeres, pero ya no parecía importar. Lo había saciado de una manera que nunca había sentido antes, pero aún clamaba por más. Su mirada se desvió posesivamente sobre Blair que descansaba en sus brazos, su cuerpo cálido y brillante. Justo donde tenia que estar . . para siempre. Graeme sabía que lo que sentía con Blair era más que una simple satisfacción fisica. Era más profundo, más profundo, más convincente. Amar a Blair iba más allá de lo que jamás había experimentado. ¿Pero que podía hacer con ella? Sus parientes todavía le temían, y quién sabe si con buena razón. Pero si había perdido sus poderes y no era mas una amenaza para nadie. Este pensamiento trajo otro. Blair lo amaba. De acuerdo con la profecía, ella perdería sus poderes si ella amaba a alguien que no le devolvieron el amor. Aunque Graeme se preocupaba mucho por Blair, obviamente, no lo hacia por amor. Si estuviera enamorado ella todavía poseería sus poderes. Más confundido que nunca, Graeme cayó en un sueño agitado. Estaba empezando a pensar que la profecía era un mito cuando lo despertó un alboroto en la puerta. Se incorporó y se apartó de Blair. Desnudo, se dirigió a la puerta, la abrió y y miró soñoliento a su mayordomo. -¿Cómo puede un hombre dormir con todo ese ruido? Espero que sea importante, Jamie. -No os molestaría por lo contrario. Heath ha vuelto de Inverness con un cuento que vas a querer escuchar. -Estare abajo tan pronto como me vista. ¿Cuánto tiempo he dormido? -'Toda la mañana.-¡Buenos días!- Jadeó Graeme. -Debo haber estado más agotado de lo que pensaba. -Él miró a Blair, que seguía durmiendo plácidamente.-Dile a Alicia que no moleste a Blair.-Sí,- dijo Jamie cuando Graeme cerró suavemente la puerta. Regresó a su propio dormitorio para lavarse y vestirse para no despertar a Blair, y luego bajó a saludar a Heath ansiosos por saber cómo el rey había reaccionado ante su ausencia. Heath estaba cavando en un cuenco de gachas de avena 121

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cuando Graeme entró en la sala. Levantó la vista cuando se unió a él –Casi vole para volver aqui Graeme se sentó junto a su primo. -Termina tu desayuno.-¿Qué pasó? Esperé por ti en Inverness. -Las lluvias y las inundaciones-, dijo Graeme. -Era una pesadilla. Los puentes que cruzan el lago se cayeron con las aguas embravecidas, y nuestros campos se inundaron ¿Cómo has llegado a través del lago? -Contraté a un barco en el otro lado. Me sorprendió lo alta que el agua se había levantado. Alguien instaló un cuenco de gachas delante de Graeme y comenzó a comer. -¿El rey esta enojado conmigo?-Ah, Graeme, esta mas feliz de saber que estas a salvo, después de las cosas tan terribles que pasaron. La cuchara de Graeme detuvo a medio camino de su boca. Blair había estado en lo cierto? -¿Qué tipo de cosas?-No se por donde empezar.- la expresión de Heath se ensombreció - -Más de cuarenta jefes de las Tierras Altas se reunieron en Inverness. El rey llegó de mal humor -Vamos,- instó a Graeme, muy seguro de que no le iba a gustar lo que Heath tenía que decir. -Para no hacer el cuento largo, James acusó a los jefes de traición a la patria. Dijo que eran impredecibles e ingobernables, y representaba un peligro para la corona. También los acusó de apoyo a la Casa de Albany mientras estaba cautivo en Inglaterra. -Es increíble-, continuó Heath. -James recriminó al los jefes por oponerse a la unificación de las Tierras Altas. Luego ordene que fueran llevados a Edimburgo y encarcelados. -No puedo creerlo -MacKay y MacArthur apoyaron la decisión de James. Ellos no estaban entre los cuarenta detenidos. -Bastardos-, gruñó Graeme. -Sí-. Heath tragó duro, y luego dijo: -Todos asumimos que los jefes de las Tierras Altas languidecerían tras las rejas hasta que el rey hubiera perdonado sus acciones… pero no fue asi -¿Qué paso, Heath? Algo sucedió en Inverness. Heath suspiró. -Cinco jefes fueron señalados y ejecutados. Tu hubieras sido uno de ellos si hubieras estado allí. La cuchara de Graeme cayó de sus dedos. –¿Porque hubiera sido yo? -Vuestro cuñado lo dijo, estaba bastante molesto al no verte aparecer -¿Qué paso con el rey? ¿Ha enviado a tropas a arrestarme? -¡Es poco probable! Te diré por qué. Mientras que en Inverness, James se enteró de que los soldados ingleses estaban reuniéndose en la frontera. El rey Inglés amenaza con marchar a Sterling y mantenerlo como rehén hasta que el rescate sea pagado. James se fue inmediatamente a defender sus fronteras -. -¿Y no se da cuenta de que necesita ahora mas que nunca de nosotros? James ha hecho muchas cosas buenas desde que regresó del cautiverio. Esto no viene de el 122

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-Creo que se dio cuenta de su error, poruqe los demás jefes fujeron liberados antes de que James saliera de Inverness. -Cuando ya había ejecutado a cinco hombres inocentes - dijo Graeme con amargura. -Si hubieras ido a Inverness, tu habrías sido uno de esos desgraciados -, murmuró Heath. –La inundación llego a Stonehaven en el mejor momento -. Graeme estuvo de acuerdo de todo corazón. Blair no había mentido. Su vida había estado en peligro. Y ella lo había salvado. -¿Qué estas pensando? ¿A donde vas?-, Preguntó Heath cuando vio a Graeme levantarse de su silla. -A pedir perdón a mi mujer. Convoca una reunión con el clan. Mi gente tiene que escuchar lo que tengo que decir. -

Capítulo Catorce Blair despertó lentamente y se estiró, sorprendida de lo contenta que sentía. Graeme podría no amarla, pero le habia hecho el amor como si lo hiciera. 123

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Más importante aún, el frío que había sentido desde que no tenía Graeme habia desaparecido. No tenía idea de lo que significaba todo aquello. Momentos más tarde, Graeme irrumpió en la cámara. Temía que algo terrible hubiera sucedido hasta que vio su rostro. Su expresión era de asombro y, sorprendentemente, de respeto. -¿Qué pasa?-, Exclamó Blair. –¿Sucede algo?-No, muchacha-, dijo Graeme sentandose en el borde de la cama. -Todo está bien, muy bien.-¿Vas a decirme, o tengo que sacartelo?-Salvaste mi vida. Si hubiera ido a Inverness, habria sido acusado de traición y ejecutado junto con otros cinco caciques. El resto de los jefes fueron encarcelados en Edimburgo. Blair se quedó boquiabierta. -¿Traición a la Patria? ¿Cómo puede ser eso? -Evidentemente, James descubrió un complot de Walter, el conde de Atholl, para ganar el trono. Acusó a los jefes de conspirar con sus enemigos -. -¿Por qué James podria sospechar que eras uno de los conspiradores? ¿Cómo sabes lo que pasó en Inverness? Graeme lanz un bufido de disgusto. -Quizá debería preguntarle a tu hermano, o a MacKay. Ellos son como uña y carne con el rey. No me sorprenderia si me hubiesen acusado de consiparacion por el simple placer de deshacerse de mí. Me enteré de lo sucedido esta mañana, cuando Heath regresó de Inverness. Contrató a un bote y remó a través del lago. -No entiendo porque Niall o McKay quieren verte muerto-. -¿No? Tu hermano no quiere separarse de tu dote. Después de oír lo que pasaba en Inverness, ya no me cabe duda de tus poderes. Perdóname, mi amor. La próxima vez que me adviertas de peligro, voy a confiar en ti Los hombros de Blair se desplomaron. -Mis poderes se han ido.-¿Cómo sabes?-Hay un extraño vacío en mi interior. Es como si hubiera perdido una parte importante de mí misma. Él la tomó en sus brazos. -¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte? - Ámame. -No, quiero amar a un hombre que no pueda corresponder a mi amor Graeme se quedó inmóvil. -Blair, yo--No, no digas nada, Graeme. Olvida lo que he dicho eso. Cada palabra de la profecía es familiar para mí, y yo deliberadamente ignore la advertencia sobre amar en vano. Debería haberte hecho caso, cuando dijiste que no podrias amarme. Graeme se sintio perdido por sus palabras. A continuación, con el ceño fruncido, la miro como su si recordase algo. -Alicia dijo que estaba embarazada de mi hijo ¿Tiene razón? Las manos de Blair volaron a su estómago. –Sospecho que sea asi, aunque es demasiado pronto para decirlo -. Graeme meditado sus palabras, y luego asintió con la cabeza, al parecer dispuesto 124

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a aceptar su respuesta. –Me diras si voy a ser padre, ¿no es cierto? -Por supuesto. ¿Por qué no habría de hacerlo? Buscó su rostro, y luego dijo: -Vístete y ven abajo a la sala conmigo. Quiero que todos sepan que salvaste mi vida. No quiero que las gentes del clan sigan pensando mal de ti. Les explicare que el asunto de las lluvias fue por una buena razón. Blair retrocedió. -¡Graeme! Si les hablas de que yo manipule las luvias, estaran mas que convencidos de que soy una bruja. ¿Sabes lo peligroso que es eso? En este momento los miembros del clan sólo pueden especular. No tienen ninguna prueba de que yo hice nada. Pero si admito que convoque a los espíritus de la naturaleza, su miedo se va a intensificar. El que te haya salvado la vida no sera ninguna diferencia. Ellos me veran como el mal -Pero… -Déjalo, Graeme. No quiero darle a Gunna ninguna excusa para acusarme de utilizar la brujería. -He desterrado a Gunna de la aldea. No tienes nada que temer de ella. Blair palideció. -Es una mujer vieja. ¿Adónde irá? -Es una MacKay por nacimiento. Se ira con ellos – la expresión de Graeme se torno pensativa -Le dije a Heath que reuniera a todos en el pasillo. Tengo que decirles algo -Diles cualquier cosa menos la verdad.-Aun asi te necesito a mi lado. Date prisa. Voy a esperar, mientras te vistes -. Blair se apresuró a prepararse mientras que Graeme miraba, sus ojos entornados e intensos. Blair se dio cuenta de su deseo y sintió que su cuerpo respondia. Sin embargo no era el momento de ceder a la lujuria, por lo que le dio la espalda mientras terminaba de vestirse. -Estoy lista-, dijo Blair mientras trenzaba el pelo largo Graeme le ofreció su brazo. -No hagamos esperar a los demas. Blair no tenía idea de lo que Graeme tenia la finalidad de avisar a su pueblo. Sabia que le temían, y se preguntaba qué podía decir Graeme para aliviar sus mentes. En el momento que enntro a la sala fue recibida por miradas hoscas, pero caminaba del brazo de Graeme. Quien llamo la atención. Empezó por explicar por qué el Rey James había convocado a los jefes de Highland en Inverness. Los gritos de protesta llenaron la sala a la traición del rey. -Si no fuera por las inundaciones, me habría ido a Inverness y hubiera sido ejecutado junto con otros cinco desafortunados jefes. Heath estuvo allí. Él trajo la noticia de las ejecuciones. Los demas fueron acusado de traición. El rey ordenó que fueran llevados a Edimburgo y encarcelados. -Pero anuló las órdenes cuando recibió la noticia de que el ejército ingles estaba concentrando en la frontera y amenaza con tomar Sterling, si su rescate no se pagaba. James necesita la ayuda de los Highlanders para recaudar dinero para su rescate. -¿Qué paso con esos pobres diablos que ejecutó-, preguntó Stuart – ¿Les quitaran a sus familias sus tierras?-Creo que no era esa su intencion-, respondió Heath. -Pero se fue de Inverness con su ejército antes de que se diera la orden. Por el momento ellos están a salvo. 125

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-¡Gracias a Dios por el diluvio!-, Gritó alguien. Pronto un coro de voces los siguio. Graeme señalo en silencio. -Si yo hubiera ido a Inverness, como habia previsto, habría sido ejecutado. Pero como ustedes bien saben, jamas he cometido traición a la patria. -Eran MacArthur y MacKay quien acusaron a nuestro laird – declaró Heat -¡Es culpa de la bruja!- dijo una voz desde el fondo de la sala -Mi esposa es inocente-, gritó Graeme por encima del estruendo - Ayer fue atacada por un grupo de aldeanos furiosos. Estuvo a punto de morir en sus manos. Mi señora fue lanzada en el lago y se habría ahogado, si no hubiera estado yo cerca. Estoy dando a todos una justa advertencia. No voy a tolerar violencia de cualquier tipo en contra de mi esposa. Ella es inocente de cualquier delito. Su hermano no quiere desprenderse de la dote de Blair por eso me odia. Cualquiera que intente hacerle daño será castigado. ¿He sido claro? -Lo ha hechizado- acuso uno de los miembros del clan. Graeme sonrió a Blair. -Sí, Robbie, pero no en la forma en que tu piensas. Un día tu o los tuyos tendran la necesidad de las habilidades curativas de Blair, y cuando ese dia llegue, se le alegran por su ayuda. Él le cogió la mano y la sostuvo contra su corazón. -Estoy casado con una mujer del País de las Hadas y me alegro de ello. Vayan ahora y corren la voz. Protegere lo que es mío hasta mi último aliento -. Blair no podía creer lo que estaba oyendo. Las palabras de Graeme lo eran todo para ella. Nadie, excepto su padre y los MacArthurs que la amaban la habian defendido asi. -Gracias-, le susurró Blair cuando fueron a sentarse a la mesa. -Salvaste mi vida. Es lo menos que puedo hacer. -le dio un beso en la frente. -Me tengo que ir. Aún hay trabajo que hacer en el puente -. Los días siguientes fueron los más felices para Blair. Durante el día trabajaba con sus hierbas, y la noche la pasaba entre los brazos de Graeme, haciendo el amor hasta terminar agotados. Era maravilloso despertar con Graeme a su lado. A veces hacian el amor por las mañanas, y ella saboreaba esos momentos preciosos, porque algo le decía que no iba a durar. Toda su vida le había parecido que la felicidad se encontraba justo fuera de su alcance.Otros podrían alcanzarla, pero ella no. Un día, Blair estaba en la despensa, cuando Alicia entro por la puerta. –El Padre Lachlan está aquí. Dice que hay una peste en Gairloch. -Oh, no! Tengo que hablar con él. Alista el paquete de mis hierbas y medicamentos. Si mis parientes necesitan de mis habilidades, voy a ir con ellos -. -Tu esposo tendrá algo que decir al respecto-, resoplo Alyce . –No creo que te permita ir.-Vamos a ver eso-, dijo Blair mientras corría hacia la puerta. El padre Lachlan estaba esperando en el pasillo. Su rostro se iluminó cuando vio Blair. -Tienes buen aspecto, muchacha-, dijo el sacerdote. -Estoy muy bien, Padre. ¿Qué anda mal en Gairloch? -Desconozco la naturaleza de la enfermedad, porque porque no se me permite ver a nadie, pero uno o dos servidores de confianza de tu hermano dicen que es el quien se ha contagiado. Me ofrecí para confesarlo, pero se me negó la entrada a la enfermería. 126

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-¿Qué hay de Gavin y Cook? -Niall ha despedido a la gente que tu padre y los reemplazó con criados leales a él. Nadie más está enfermo, que yo sepa. El hombre de Niall me dijo que ha estado preguntando por ti. Los ojos de Blair se abrieron con incredulidad. -¿Niall está preguntando por mí? Algo extraño sucedia para que el lo hiciera -Yo pensé lo mismo. Lo que me impulsó a venir aquí es el miedo a que su enfermedad se propague. Niall no te pediria ayuda a menos que creyera que estaba muriendo. No hay ningún curandero experto en Gairloch, y me temo que una enfermedad contagiosa puede diezmar a nuestra gente. ¿Vais a venir a Gairloch conmigo, muchacha? Blair consideró la solicitud de Lachlan. Sabía que el sacerdote no trataria de hacerle daño, ni permitir que fuera perjudicada, pero al mismo tiempo, no podia olvidar los pasado trucos de Niall. Sin embargo, la necesitaban en Gairloch. Graciias a Dios que aún conservaba sus habilidades de curación y el conocimiento de las hierbas. -Padre. ¿Cuándo desea salir? -Cuanto antes mejor, muchacha. Voy a hablar con tu marido en primer lugar Como si fuera el momento justo, Graeme entró en la sala. -Padre Lachlan, escuché que estabas aquí. ¿Pasa algo? -Hay una enfermedad en Gairloch-, explicó Blair. -Niall está enfermo y el padre vino a buscarme -. -¿Quieres ir a Gairloch?-, Preguntó Graeme, asombrado- No voy a permitirlo -Graeme, sea razonable. Mis parientes me necesitan. No hay sanador en Gairloch -No confio en él.-El padre Lachlan no hubiera venido por mí si intuyera peligro. -Cuestioné los hombres Niall acerca de esto y juraron que está cerca de la muerte, y que él la llama -Me sentiría mejor acerca de esto si lo hubieras visto por ti mismo, padre -, dijo Graeme. -Tengo que ir, Graeme-, insistió Blair. -No-. -El padre Lachlan estará conmigo-. -Puedo manejar una espada - dijo Lachlan. -Si Blair se va, yo tambien- insistió Graeme. -No, Graeme, Gairloch es mi casa, no me haran daño -Eso no me gusta-, se quejó Graeme. -Desconfío de tu hermano. El padre Lachlan no puede jurar que esta está enfermo, porque no lo ha visto. -Si la enfermedad amenaza a mis parientes y me niego a ayudar-, dijo Blair Nunca podre perdonarme las muertes que he causado -Es extraño que nadie mas aparte de Niall este enfermo-, observó Graeme. -Quizá-, dijo Blair, -pero tengo que ir, Graeme -La protegeré con mi vida-, prometió Lachlan. -No es suficiente-, dijo Graeme. -Si Blair insiste en ir a Gairloch, voy a enviar a seis guardias armados para protegerla. -Voy a preparar para el viaje-, dijo Blair, corriendo fuera. Graeme miró detrás de ella, con expresión preocupada. –No confio en el. Esta 127

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tramando algo ¿verdad, padre? -Si yo pensara eso de Niall, jamas habria venido. No se nada sobre la enfermedad de Niall pero si se que tiene dias sin salir de su dormitorio -No puedo impedir a Blair ir a atender a sus parientes, pero no puedo estar seguro que vaya a estar a salvo. -Sí,- estuvo de acuerdo Lachlan. -Confío en Niall tan poco como lo hacés tu. Voy a descansar aquí esta noche, mientras que Blair se prepara para el viaje. Nos iremos al amanecer Graeme se apresuró a hacer los arreglos. Una vez terminados fue a buscar a Blair. La encontró en su dormitorio, preparando su bolsa de viaje. Blair le saludó con una sonrisa. -Gracias por dejarme volver a Gairloch. con las cejas arqueadas hacia arriba Graeme la miro –¿He tenido otra opcion? -Np. Soy una sanadora. Voy donde me necesitan. -Te necesito-, dijo Graeme con sentimiento. Blair se quedó inmóvil. -¿En serio?Colocando las manos sobre sus delgados hombros, él la apretó -¿Por qué dudas de mí?Su respuesta murió en su garganta cuando él levantó la cara y la besó, pasando la lengua por sus labios, y luego sumergiendose en el interior de su boca. Ella le abrió sin protestar, saboreó su gusto y dulce esencia. Él no rompió el beso hasta que sintió que sus piernas flaqueaban. -¿Cuánto tiempo estarás fuera?- Le susurró al oído. -No lo se, no se cual sea la naturaleza de la enfermedad de Niall y el número de personas que se han enfermado. Te enviare un mensaje tan pronto como tenga respuestas. Te echaré de menos-. Los ojos de Blair se abrieron . -¿Y tu?-Sí. Quiero hacerte el amor -. -¿Ahora?-No puedo pensar en un mejor momento-. -Ni yo-, dijo Blair, levantando la cara para que la besara. No se cansaba de sus dulces besos, pero quería más, mucho más. Sus manos se movían con rapidez, desabrochando los botones hasta que ella se quedó desnuda ante él. Nunca se cansaba de mirarla, su cuerpo dulcemente redondedo y femenino, le cautivaba como ninguna otra mujer lo había hecho. Solto su pelo y pasó los dedos por la masa de seda, que se extiendia por sus hombros y el pecho hasta que sólo sus pezones asomaban entre las hebras de oro. la sola vision lo despertó. Podía sentir su miemro inflamado en contra de sus calzones. La levantó en sus brazos y la llevó hasta la cama. La habria poseido ahí mismo pero Blair le susurró: -Quiero que estes desnudo-. Gimiendo por el retraso, se despojo de sus ropas echandolas negligentemente a un lado. Luego se unió a ella, tirando de ella en contra de él, dejandole sentir la fuerza de su necesidad. Cuando ella se apretó contra su cadera estuvo a punto de explotar. -No tan rápido, cariño-, jadeó Graeme. –No quiero que esto temine demasiado pronto. Él la cortejó con besos lentos y tiernos. Amando su cuerpo con sus manos y la boca, sin dejar una parte de su virgen. Cuando finalmente, entró en ella, estaba 128

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tan excitado, que estuvo a punto de explotar cuando se deslizó dentro de su vaina apretada. -Dame un momento, amor. Espera hasta que tenga el control de mí mismo. -Por favor, Graeme-, declaró Blair. -Te necesito ahora.Sus palabras desataron algo salvaje en su interior. Una vez que comenzó a moverse, no había nada que lo detuviera. Agarrando su trasero con sus manos, la levantó, empujando profundo, una y otra vez. Como si esto no fuera suficiente, levantó las piernas por encima de su hombros para ganar la penetración profunda que buscaba. Blair se volvió loca por debajo de él, sollozando y gimiendo. Sabía que estaba cerca de terminar y se dejó ir, empujando rápida y profundamente. La oyó gritar su nombre. Luego se desahogo dentro de ella, gritando su alegría a los cielos. La escolta de Blair estaba esperando en el patio a la mañana siguiente cuando aparecieron. Ella reconoció a Aiden, pero no conocia los nombres de los otros cinco Graeme llevaba el ceño fruncido lo que demostraba su falta de voluntad para dejarla ir de Stonehaven. -Me voy con vosotros, muchacha-, insistió Alicia. -Hablamos de esto ayer-, dijo Blair. -Una persona con conocimientos de curación debe permanecer en Stonehaven. Como Gunna se ha ido, no hay partera en el pueblo. Te necesitamos aquí -. -Preste atención a la muchacha-, dijo Stuart. -Stonehaven necesita de vos, Alicia.Aunque Alicia no se veía feliz, ella aceptó la decisión y entregó la canasta a Blair. Blair ahogó una sonrisa. Stuart estaba actuando muy protector hacia Alicia. ¿El tío de Graeme tienia sentimientos por la mujer? No tenía tiempo para explorar el tema, Graeme la estaba levantando en su montura. -Voy a fijar esto a la silla de montar-, dijo Graeme, tomando la canasta -Aiden tiene instrucciones para enviar un mensajero tan pronto como lleguen a Gairloch -. -Te preocupas innecesariamente-, dijo Blair, mientras que secretamente satisfecha por su preocupación. Sacó la cabeza y la besó, al parecer sin preocuparse de que estaban siendo observados. Blair miró por encima del hombro mientras se marchaba, se sorprendió al ver que Glenda se unia a Graeme. Los miro hasta que vio a Glenda restregasrse contra el enojada consigo misma por dejar que la sirvienta la irritara. El viaje a Gairloch transcurrió sin incidentes. Llegaron a el castillo que había sido su hogar durante casi toda su vida cerca del anochecer. La puerta se les abrió de inmediato y atravesaron. Aiden la ayudo a desmontar y le entregó la cesta que contenía sus medicinas Entonces los hombres Campbell formaron un estrecho círculo a su alrededor a medida que la acompañaba en el interior del torreón. Un hombre que Blair no reconoció los saludó. -¿Dónde está Gavin?-, Preguntó Blair. -Se fue-, dijo el hombre. -Yo soy Gordon, el nuevo administrador.-Llévame con mi hermano-, ordenó a Blair. -Voy a ir con ella-, dijo Lachlan. -Voy a arreglar los aposentos de su escolta-, dijo Gordon. –El Laird ha hecho arreglos para ellos. Sabía que Campbell no os enviaria sola 129

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-Me gustaría ver a Niall inmediatamente-, insistió Blair. –Si esta tan mal como me hicieron creer, necesito verlo sin demora -. -Ustedes harán lo que su hermano ordeno, señora-, dijo Gordon. –La llevare tan pronto como acomode a su escolta -Me parece que pasa algo extraño-, comentó Lachlan Aiden saludó y se ofreció a mostrar a sus hombres los cuarteles. Miró a Blair pidiendole autorización y cuando ella asintió con la cabeza, se marcharon. a Blair y Lachlan se les ofreció una copa de cerveza por una tímida mucama. Ellos aceptaron y se sentaron en una de las mesas a esperar el regreso de Gordon. -No reconozco a nadie-, dijo Blair. -¿Son miembros de un clan? -Sí-, dijo Lachlan. -Vienen de pueblos de pescadores a lo largo del costa. Algunos son MacArthurs, algunos son MacMurrays, y el resto son Kincaid. Todos son leales a Niall. Gordon regresó poco tiempo después, con una mirada de suficiencia. -los hombres son atendidos -, dijo. -Voy a llevaros a yer su hermano ahora - Lachlan se levantó para acompañarla, pero Gordon negó con la cabeza - No, padre, la muchacha viene sola. Laird Niall no desea que nadie lo vea enfermo. -Prometi proteger a la muchacha-, protestó Lachlan. -Nadie le hará daño-, prometió Gordon. -Si ustede desea ser útil, vaya a la capilla a rezar por nuestro laird. Si está lista, señora, la llevare a ver a su hermano ahora. Él la llevó hasta un tramo de escaleras, y luego otro. -¿Por qué Niall no ocupan la cámara del laird?-, Preguntó Blair cuando se detuvo para tomar aliento. -Él pensó que lo mejor era aislarse en la torre. Hasta que conociera la naturaleza de su enfermedad. MacMurray y yo somos los únicos autorizados para servirle. -¿Cómo te las has arreglado para estar bien?Gordon murmuró algo que no entendía. Cuando volvio a repetir la pregunta, Gordon se detuvo ante una puerta cerrada. Un escalofrío se deslizó por su espina dorsal. Que le esperaba detrás de esa puerta cerrada? -¿Estáis lista, señora?-, Preguntó Gordon. Empujando a un lado su miedo, Blair asintió con la cabeza. Haría cualquier cosa para curar a su hermano. Quiza esto pudiera reparar la brecha entre ambos. Gordon abrió la puerta y Blair entro. Se sorprendio cuándo oyó cerrarse la puerta detrás de ella y girar la llave en la cerradura. -Bienvenida, Blair-. Blair quedó sin aliento cuando Niall salió de las sombras. -Niall, me has asustado- lo miró fijamente. -no estás enfermo en absoluto, ¿verdad? -Sabia que vendrias si te hacia creer que si-, se regodeo Niall. -Tienes un corazón tierno. Pero me sorprende que tu marido no haya venido contigo El miedo caló hondo en el corazón de Blair. –¿Que estan tramando tu y MacKay? -Tu perteneces a MacKay. Nuestro padre trató de destruir mis planes de boda para entregarte a Campbell, pero lo haré prevalecerá hasta el final. -¿De qué estás hablando? Saco un pergamino enrollado de su ropa y con cuidado lo desenrolló. –Puedes leerlo por ti misma. 130

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Blair se acercó, con el corazón en la boca mientras examinaba el documento. ¡Oh, no!- Exclamó cuando llegó a la final y reconoce el sello real. -Sí-, se regodeo Niall -El rey se enojó cuando Campbell no se atrevio a aparecer en Inverness con los otros terratenientes. Asi que logre persuadirlo de deshacer su matrimonio. Eres libre para casarte con MacKay ahora. Uno de mis hombres ha salido a buscarlo -Graeme envió una escolta que me protejera de ti Niall rió con aspereza. -¿Son esos seis hombres encerrados en mi calabozo? El aliento se congelaba en la garganta de Blair. -¿Cómo pudo pasar? -Tu escolta es tan crédula como tu. Gordon los llevó directamente hacia un grupo de hombres armados. Ellos lucharon con valentía, pero eran menos. Fueron desarmados rápidamente y encarcelados. Una vez que te hayas casado con MacKay los voy a soltar. -¿Alguno de ellos esta herido? Tengo que verlos -Olvídate de ellos. Ahora ve a preparatte para la boda -Nunca conseguiras que me case con MacKay,- escupió Blair. –Ya estoy casada, no me importa lo que dice el rey. Además, ningun hombre de Dios obligaría a una mujer a casarse con un hombre sin su consentimiento. La sonrisa de Niall le dijo todo - Él fue a buscarte -Tu lo has engañado.Niall se encogió de hombros. –No necesito al Padre Lachlan. MacKay traera a su propio sacerdote. Si decís: sí o no no importa -. -El Padre Lachlan no va a permitir esto-El sacerdote se ha unido a los guardias de Campbell en el calabozo. No me hace falta nunca estuvo de acuerdo conmigo - Hizo un gesto expansivo. –Estas en tu casa, te enviare comida y ahí hay un catre donde puedes descansar hasta que MacKay venga por tiSe volvió para irse. -¡Espera!-, Exclamó Blair. -¿Por qué me quiere MacKay? No lo puedo entender. -Yo tampoco. El quiere tus poderes. Estuvo de acuerdo en que me quedara con tu dote y las tierras si te entregaba a el. Si siguieras casada con Campbell, con el tiempo lo habría reclamado para sí mismo. A mi solo me importa que voy a librarme de ti. Blair trató de correr junto a él, pero cerró la puerta en sus narices. La golpeó sin éxito, luego se deslizó hasta el suelo, atragantarse con las lágrimas que le obstruian la garganta. ¿Cómo podría el rey hacerle eso? Un pedazo de papel podia revocar su matrimonio, pero no pondría poner fin al amor que sentía por Graeme. ¿Cómo pudo haber sido tan tonta para salir de Stonehaven? Si se hubiera quedado Graeme no hubiera permitiro que anularan su matrimonio. Él habia tomado sus votos en serio cuando le había prometido a su padre que la protegeria. ¿Qué haria Graeme cuando se enterara de la anulación? ¿Asaltar el castillo MacKay? Sabia que esa fortaleza era inexpugnable. Estaba perdida. Despojada. Y sin poder. Los espíritus ya no estaban con ella. Las lagrimas se derramaban de sus ojos mientras envíaba un mensaje mental a Graeme que sabia jamas llegaria a su destino. 131

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Graeme merodeaba en su dormitorio como un animal enjaulado. Algo estaba mal. Una sensación de ardor en el estómago le advirtió del peligro. ¿Peligro para quién? ¿Sabía Blair que le necesita? El gemido del viento entre los árboles le hizo una seña, y él se acercó a la ventana. Temío estar loco cuando escuchó la voz de Blair en el viento. El temor por su esposa se intensificó. ¿Cuánto tiempo tenia que esperar antes de que uno de sus hombres trajeran el recado de su llegada segura a Gairloch? Exhalando un suspiro de frustración, salió de la habitación para unirse a sus hombres en la sala. Aunque Blair se había ido hacia unas pocas horas, sentia que era una eternidad. Tal vez un juego de cartas o dados le distraeria. . . Se detuvo, consciente de repente de la dirección que sus pensamientos habian tomado ¿Podría ser? ¿Amaba a Blair? Sus sentimientos por ella no eran la inocencia pura, la adoración que sentía por Juana la Doncella. Lo que sentía por Blair no tenia nada de inocente ni puro. La deseaba con un ansia que casi le sobrepasaba. No, él no podía permitirse amarla. La última cosa que quería era que sus poderes regresaran

Capítulo Quince Blair se despertó con el sonido de una risa fuera afuera de su prisión en la torre. Desorientado, tardó en recordar todo lo que había sucedido el día 132

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anterior. Cuando tomo conciencia un grito de espanto escapo de sus labios. Era prisionera de su hermano. Su escolta Campbell compartia su cautiverio, al igual que el Padre Lachlan. Vio la comida congelada en la bandeja y recordó que se había negado a comer la noche anterior cuando un adulador Niall había traído. La risa se hizo más fuerte. Entonces la puerta se abrió. No le sorprendió ver a su hermano y MacKay de pie en la apertura. Levantó la barbilla con un ángulo desafiante. -Espero que esten temblando en sus botas. Mi marido va a tomar represalias en cuando se entera de esto -. -Tu ya no tienes marido, muchacha-, dijo MacKay. –eres libre para casarte conmigo como hace mucho debimos haberlo hecho Blair enderezó los hombros. –No puedes forzarme -Oh, sí, puedo. Y lo haras con mucho gusto. -Exactamente, ¿cómo tienes la intención de que eso suceda?-¿valoras la vida de tus guardias? Blair palideció. –no te atreverias -Me atrevo mucho, señora.-El rey te va a castigar.Las risas de ambos se unieron. -El rey nos da las gracias a nosotros por revelar los actos de traición contra él -¿No temes que pueda colocar un hechizo en ti? Una vez amenaze con marchitar tu virilidad. Todavía puedo MacKay se movió incómodo. –No me amenaces, señora. Si tratas de poner un hechizo sobre mí, matare primero a Cambell Horrorizada, espetó: -¿Qué es exactamente lo que quieres de mí? ¿Cómo pueden mis poderes ayudarte? -Una vez casados te lo dire -No me casare contigo -MacArthur-, dijo MacKay, -podéis empezar a ejecutar a los hombres de Graeme. Os recomiendo empezar con el sacerdote -. -¡No!- Declaró Blair. -¿No tienes corazón? -Obedece y todo estará bien. Nadie va a ser lastimado, y el Padre Lachlan podra acompañar a los Campbell a su fortaleza después de la boda. -Voy a ir contigo pero sin casarme MacKay negó con la cabeza. -El matrimonio es la única manera en que puedo obligarte a ir -Salva mi escolta y me comprometo a permanecer contigo hasta que obengas lo que quieres de mi-No vamos a caer en tus trucos-, advirtió Niall. Blair señaló con el dedo a Niall y lentamente lo movio hacia abajo. Cerrando los ojos, empezó a cantar, consciente de que lo que tenía no era más que una táctica de miedo. Mas Niall debio haber pensado lo contrario, porque se agarro la ingle y soltó un chillido agudo. -¡Maldita sea! Retira el hechizo. Consciente de que ahora tenía el sartén por el mango, Blair dijo: -Libera a los hombres de de Graeme -. -Después de la boda-, repitió MacKay . -Tengo que usar tus poderes para 133

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encontrar algo que perdi hace mucho tiempo. las cejas de Blair se alzaron hacia arriba. Finalmente MacKay le había dado una razón, aunque no la satisfacía. ¿Qué estaba buscando? -te dije mis condiciones. Te ayudare a encontrar lo que has perdido. Si tengo éxito, tienes que dejarme volver a mi marido. -¡Olvídate de MacKay! Retira el hechizo! -Declaró Niall con miedo - -Sí a todo lo que decís. No quiero ser un eunuco. -Seras un cobarde-, se burlaba de MacKay. -En el momento en que los liberes nuestro control sobre la bruja se habra ido. -Bastardo egoísta. Tu no tienes el hechizo encima-. -Puedes dejarlos en libertad al día siguiente de nuestra partida -Eliminar el hechizo, Blair,- gritó Niall. -Me comprometo a liberarlos Blair pretendía considerar la propuesta de Niall. Al fin dijo: -No me casare con MacKay, y si me obligas no te quitare el hehcizo. -No -, dijo Niall. -De cualquier manera la dote sigue bajo mi control. No sera difícil encontrar lo que Mackay ha perdido. Prometo que la escolta será liberado sano y salvo cuando te marches con el -Si te niegas los ejecutaremos-, agregó MacKay. –Yo no quiero casarme contigo ni tener que llevarte a la cama. -¡Espera!-, Exclamó Blair. Esto se está saliendo de control. La mente era un arma poderosa. A pesar de que no había hecho nada más que un canto de unas pocas palabras confusas, Niall había creído de verdad que había colocado un hechizo sobre él. Ahora tenía que hacer que pensar en sus poderes eran aún más fuertes. - Estoy dispuesta a acompañar a MacKay si me prometes que liberaras a los hombres del clan de Graeme el día después de nuestra partida. Sólo entonces el hechizo se levantara. Blair contuvo la respiración, observando muy de cerca Niall mientras reflexionaba sobre sus palabras. Todo dependía de su creencia en sus poderes mágicos. -Estoy de acuerdo. Los soltare en cuanto te vea partir - ¿Estás listas para viajar, muchacha?-, Preguntó MacKay, al parecer impaciente. -Sí. Cuanto más pronto llegue más pronto podre encontrar lo que periste. Quiero volver a mi marido sin demora. -Olvidas el edicto del rey-, Dijo Niall. –Ya no estas casada con Campbell. Soy tu tutor legal y el guardián de tu dote. Dado que ningun otro hombre en su sano juicio va a casarse contigo, no me importa lo que hagas después de MacKay. Vuelve con Graeme Campbell y se su puta, si te place Agarrandola del brazo, la obligó seguir a MacKay a la puerta. –Nuestras caballos están a la espera en el patio. -Quiero llevar mis cosas-, dijo Blair, señalando la cesta que contenía sus medicinas -Pero date prisa. Quiero llegar a mi fortaleza antes de caiga la noche. Blair recuperar sus pertenencias, y luego siguió MacKay abajo. Una docena de MacKay se arremolinaban en el patio. Su caballo había sido ensillado. MacKay dio la orden de montar y Blair fue izada agarró las riendas cuando marcharon a un ritmo acelerado. -¡No olvides tu promesa!- Llamó a Blair por encima del hombro a Niall. 134

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-No olvides la tuya-, Gritó Niall a su espalda. La ansiedad atrapo a Graeme. No debia haber dejado salir a Blair. ¿Qué había estado pensando? Heath le dio una palmada en el hombro. -No te preocupes, Graeme. Estoy seguro que pornto tendremos noticias -Ire a Gairloch. Enfermedad o no, no confio en Niall MacArthur. -Me parece que os habéis enamorado de la muchacha-, dijo Heath – Te ha hechizado, nunca pense llegar a ver el dia en que habia de verte bebiendo los vientos por una mujer. Has cambiado desde que volviste de Francia. Ya no parece afectarte la muerte de Juana -Juana es mi pasado, Blair es mi futuro-, dijo Graeme, sorprendido por su disposición a revelar tanto a su primo. -¡Es verdad-, dijo Heath, -¿Amas a la muchacha?-No queria. Me negaba a creer en profesias, pero Blair hizo un creyente de mí. Ella dice que me ama, y de acuerdo con la profecía, si su amor es correspondido sus poderes crecerán. Si ella mantiene sus poderes, no podre impedirle utilizarlos. Y si los usa, la gente seguirá temiendole. Sabes lo peligroso que es eso -Quieras que no, la amas - Graeme negó con la cabeza, negándose a reconocerlo. -Siempre habéis sido un bastardo testarudo-, dijo Heath cuando el silencio se extendía entre ellos. -No puedo esperar más-, anunció Graeme, cambiando abruptamente el tema. -Me voy a Gairloch para reclamar a mi esposa. Quiero una docena de hombres armados y listos para que me acompañara en una hora. -Sus deseos son ordenes- dijo Heath Graeme giró alrededor, casi chocando con Glenda. -Fuera de aqui, muchacha. -He oído lo que Heath te decia-, confió Glenda. –No creo que ames a Blair. Te ha embrujado. -Ella se deslizó cerca, presionando sus pechos contra su brazo. Déjame ayudarte a romperlo. Llévame a tu dormitorio ahora. Se que hacer para hacerte olvidar a tu esposa. -No pierdas el tiempo, Glenda-, aconsejó Graeme. –No voy a romper mis votos matrimoniales. Uno de los elegidos de Dios me enseñó el significado de la fe. -Eres un tonto-, escupió Glenda. –Debiste casarte conmigo Graeme Campbell. Todo el mundo creía que nos casariamos cuando volvisteis de Francia . -Tú fuiste la unica que lo pensó, Glenda- empujandola siguió su camino. Armado con su espada, escudo y puñal, Graeme se unió a sus guardias en el patio. Vestidos con idénticos cuadros Campbell -Vamos a seguirte a donde vayas-, dijo Heath, cabalgando a su lado Graeme. –Tenemos ganas de una buena pelea.-Espero no llegar a eso-, dijo Graeme lacónicamente. –Quizá mis temores son en vano. Y diciendo esto, dio la señal para montar y precedió a sus hombres a través de la puerta. El destino quiso que, Graeme se encontrara con la escolta de Blair mucho antes de llegar Gairloch. Espoleó a su caballo a su encuentro. Sus hombres siguieron. -¿Dónde está Blair?-, Gritó Graeme, frenando bruscamente. -¿Qué sucedió en Gairloch? 135

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-Perdóname, Graeme-, dijo Aiden. -Debería haber esperado un truco. Nada en el interior del torreón parecían fuera de lugar cuando llegamos. El mayordomo de MacArthur se ofreció a mostrarnos a nuestros aposentos. No teníamos idea de que eramos conducidos directamente a una trampa. No importa que tan valientemente se luchó. Nos superaban en número y fuimos desarmados y encarcelados en la mazmorra. -El padre Lachlan nos engañó-, escupió Graeme. -No, él se unió a nosotros en el calabozo. Aquí se encuentra ahora. -Les ruego su perdón-, dijo el sacerdote. –Jamas tome parte en las maquinaciones de Niall. La expresión de Graeme se ensombreció. -¿Dónde está mi esposa?- -preguntó. -Sólo sé lo que Niall me dijo – explico el padre Lachlan -me entrego esto para vos. Le entregó un pergamino enrollado. Graeme lo abrió, el miedo le revolvio las entrañas mientras revisaba las palabras. -¡Maldito hombre del infierno!-, Gritó Graeme cuando llegó al final del documento. -¿Qué es?-, Preguntó Heath. -MacArthur y MacKay han convencido al rey a anular mi matrimonio con Blair. ¡Los hijos de puta! Les voy a retorcer el cuello -Cálmate, muchacho-, aconsejó el padre Lachlan. -Vamos a volver a Stonehaven y pensar en esto. No importa cómo Niall haya obtenido este documento, parece legal -. -¿Esta Blair todavía en Gairloch?-No, MacKay se la llevó.-MacKay! ¡No! -Sacando su espada, Graeme la esgrimio en el aire. -¡Para la fortaleza MacKay!-Atiende a la razón-, advirtió Heath. -Vamos a reducir nuestras fuerzas si tratamos de tomar por asalto el castillo. Es casi inexpugnable. -¿Estás sugiriendo que le deje a mi esposa a MacKay?-Ella ya no es tu esposa,- le recordo Heath. Graeme se volvió hacia el padre Lachlan, con una expresión sombría. -¿Sabes si el hermano de Blair la obligo a casarse con MacKay? -No que yo sepa. Me dijeron que fueron voluntariamente con el MacKay. Cuando le pregunté a uno de los guardias, MacArthur amenazó con ejecutarno si ella se negaba a ir. El hombre no sabía nada acerca de un matrimonio -. -¿Qué es lo que MacKay quiere de ella?- Murmuró Graeme. -¿Por qué MacArthur quiere dejar de lado nuestro matrimonio? -Yo puedo responder a la última pregunta- replicó el sacerdote - MacArthur no quieres desprenderse de la dote de Blair. Una vez que su matrimonio se disuelva, recuperara el control de su riqueza. En cuanto a MacKay, su conjetura es tan buena como la mía. Graeme se irguió en la silla, volvió su rostro hacia el Bastión de MacKay y gritó: ¡Muerte a los MacKay!-No, muchacho-, exhortó el padre Lachlan. -Tiene que haber otro modo. Solo una persona puede devolveros lo que habeis perdido -¡El rey!- Escupió Graeme. -Dios, no el rey-, respondió el sacerdote. 136

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-Me niego a sentarmee a esperar la intervención divina- dijo Graeme - Dios ayuda a aquellos que se ayudan.-Los hombres estan asnsiosos, Graeme-, dijo Aiden. -¿No vamos a la fortaleza MacKay o regresamos a casa? Graeme sabía lo que quería hacer, pero se dio cuenta de que no era la elección más sabia. Blair era una muchacha de recursos, tenía que confiar en ella para prevenir MacKay de hacerle daño. Después de todo, sus poderes no podian ayudar a MacKay si no exixitian. -Vamos a volver a Stonehaven-, dijo Graeme inexpresivo - -De alguna manera, tengo que convencer al rey para restablecer mi matrimonio con Blair. Blair había sido encerrada en una cámara con pocos muebles llegada al bastión MacKay. No tenía idea de lo que MacKay quería de ella y estaba impaciente por descubrirlo. ¿Habria Niall liberado a los miembros del clan de Graeme como le había prometido? Si Niall había cumplido su palabra, a Graeme ya le hebian dicho que ya no tenía una esposa. No había nada que pudiera hacer al respecto edicto del rey. Blair pasó todo un día y la noche en una celda antes de ser llamada por su captor. Blair se levantó para saludarlo. -¿Qué es lo que quieres de mí?-, Desafió ella. -Baja la barbilla, muchacha. No me das miedo -¿No tienes miedo de mi magia?MacKay retrocedió un paso -Dime lo que quieres.Se acercó a la ventana y miró hacia afuera. -Hace muchos años, durante el reinado de mi bisabuelo Connor, el castillo fue objeto de estado de sitio. El castillo no estaba fortificada como lo es ahora, y mi ancestro temía que cayera en manos del enemigo -. -¿Qué tiene eso que ver conmigo?-, Preguntó Blair. -Estoy llegando a eso. Durante el asedio, Connor escondió la riqueza que había acumulado a través de los años y no se lo contó a nadie. No confiaba en nadie para revelarle la ubicación del escondite. Por desgracia, Connor cayó bajo la de su enemigo. El tesoro nunca se ha encontrado, aunque no por falta de búsqueda. -¿Quieres que te diga dónde está escondido el tesoro de tu ancestro?- supuso Blair MacKay sonrió. -Yo sabía que eras chica inteligente,. Localizar ese tesoro debe ser una tarea fácil para alguien con talento. No importa cómo lo hagas sólo dame lo que quiero. Blair negó con la cabeza. -No tengo poderes, no hay magia. No soy nada mas que una sanadora-Mientes. Te vi hacer magia ayer en tu hermano. -Era una farsa. Mentí sobre el hechizo. Una feroz expresión se marco en el rostro desencajado de MacKay. -¡Busca mi tesoro, bruja! Si no lo haces deberas atenerte a las consecuencias. -¿Me dejaras irme si puedo encontrar el tesoro?-Sí, tienes mi palabra. Después de que tenga mi tesoro, te podras marchar. Mis 137

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gentes no te quieren aqui. Blair suspiró -Voy a necesitar tiempo para encontrarlo. Y se me debe permitir explorar el castillo. -¿Tengo tu palabra de que no trataras de escapar?-Sí, la tienes -Esta bien, dejare la puerta abierta. Tambien podras comer con los demas en la sala. Busca mi tesoro en un plazo de tiempo razonable, de lo contrario voy a encontrar una manera de castigarte. Niall juró que tenias poderes y ahora los utilizaras Blair se dejó caer sobre la cama. ¿Qué hacer cuando MacKay se enterara que no tenía poderes? Los habia perdido al enamorarse de Graeme. El único poder que le quedaba era su inteligencia. Habia comprado algo de tiempo y tenia la intención de usarlo. Empezaría por buscar el castillo de arriba a abajo. Si el tesoro existe, lo encontraría. Blair se alisó la falda y dejo la cámara. Cuando llegó a la sala, toda conversación se detuvo. La gente se volvió y la miró fijamente. Sentía el miedo en ellos su aura combinado era oscuro y amenazante. Ellos no la querian mas de lo que ella deseaba estar ahí. Qeria ir a casa. . . a su hogar en Stonehaven, a Graeme, incluso si ya no era su marido. Blair tomó un asiento en uno de los cuadros inferiores y se sirvió comida de la bandeja que se pasaba alrededor. Inmediatamente los demas se levantaron y se trasladó a otras tablas. Mortificada, Blair ignoró el insulto y siguió comiendo como si no pasara nada. Mientras comía, se dio cuenta de un hombre con la mandíbula hinchada. Supo de inmediato que el pobre tenía un absceso dental y quería ayudarle. Cuando pasó cerca, dijo: -Yo puedo ayudarle si me lo permite. Un pose de hierba en el diente hará bajar la hinchazón, y un té de las mismas hierbas debe aliviar el dolor. El hombre retrocedió con miedo. –Eres una bruja señora. -Luego se volvió y se fue. -Hombre tonto-, murmuró Blair que terminó su comida. –Sufre . A continuación, Blair tomó el asunto en sus propias manos y buscó al ama de casa. Su nombre era Hilda, y aunque ella no huyó, Blair podia adivinar que estaba asustada. -No te hare daño, Hilda, ni a ninguno de sus parientes. Soy una curandera, no una bruja. Mientras estoy aquí, quiero ayudar -Yo. . . no sé, señora, -tartamudeó Hilda - MacKay dijo que eras una bruja. Él os ha traído aquí para encontrar el tesoro que su antepasado escondió -. -¿Me veo como una bruja?Hilda miró fijamente. -No, pareces un ángel.-No puedo cambiar la opicion de los demas. Pero quiero que sepas que no hago mal. La razón por la estoy aquí es porque MacKay dijo que podía buscar en el castillo, y me gustaria -Duncan es el administrador de Laird. Voy a buscarlo - se apresuró a marcharse. Blair se dio cuenta de que vivir entre los Mackays no iba a ser fácil. Esperaba 138

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encontrar el tesoro para poder regresar a casa. . . el hogar de Graeme. Una visión de Glenda íntimamente entrelazada con Graeme apareció ante sus ojos. Se llevó la mano a la boca, ahogando el grito que se alojaba en su garganta. ¿Sus poderes habian regresado? O era su visión producto de su imaginación? Por favor, Dios, rezaba, que la visión sea mi imaginación. Hilda regresó con Duncan. Quiso la suerte que fuera el hombre con la mandíbula hinchada que se había ofrecido a ayudar. -MacKay dijo que podría buscar en el castillo. Me gustaría comenzar en la parte superior y continuar hasta la mazmorra. Quiero a inspeccionar cada cámara, no importa cuán pequeño o insignificante. Con el rostro contorsionado por el dolor, Duncan le dio un guiño triste.- -Sígueme, señora.Blair saltó para ponerse al parejo con sus pasos. -¿Tienes dolor todavia, Duncan? La respuesta amortiguada de Duncan le dijo a Blair que aún sufria. Si tuviera sus poderes podria sanarlo, con un toque. -¿Me dejas ver tu diente?-, Preguntó Blair. –no soporto ver a un hombre con dolor Duncan se detuvo abruptamente. Él se volvió para mirarla. -El dolor es terrible, señora. ¿Podéis usar la magia para curarme? -No tengo magia, Duncan, pero soy una sanadora. ¿Me permite aliviar tu dolor? Duncan dio marcha atrás, el miedo grabado sus ojos. -¿Sabes lo que es una mujer del País de las Hadas?-, Preguntó. -Sí. Según la leyenda, las mujeres son sanadoras -Soy una mujer de País de las Hadas, Duncan. Mi vida está dedicada a ayudar a otros. Yo trabajo en formas misteriosas, pero no estoy mal, ni hago daño a nadie. -Es lo que vos decís:- resopló Duncan. -Sígueme, señora.-Duncan-. Se volvió lentamente. -¿Sí?Blair se le acercó con cautela. Tendio la mano, le tocó la mandíbula, pasando sus dedos por la hinchazón. Sintió en sus dedos una sensación de hormigueo, sintió la ráfaga de calor conocido por su brazo, seguido por una sacudida de dolor. Sus ojos se abrieron. ¿Cómo podia ser eso? Había perdido sus poderes. Buscando la cara de Duncan, no veía diferencia alguna en su expresión. Su imaginación debe estar trabajando horas extras. Duncan simplemente le envió una mirada extraña y continuó su camino. Los siguientes días, Blair hurgó en las cámaras frigoríficas del castillo y continúo en las dependencias. Sus sentidos permanecían apagados. Sin sus poderes, ella no tenía la menor idea de dónde encontrar el tesoro, a pesar de que pasó varios días hurgando. Vio poco a Makay. Iba y venía de su negocio de la ganadería. Una semana después de que ella el terrateniente irrumpiero en su habitación y exigió respuestas. Por supuesto, Blair no tenía nada y le pidió más tiempo. -Necesito ese tesoro ahora-, gruñó MacKay. -El rey exige dinero a los jefes de Highland para ayudar a pagar su rescate, y mis arcas están vacías. Tienés dos días más para encontrar el tesoro. Blair pensó inmediatamente en Graeme y oró por su seguridad. Ella sabía que él era un guerrero experimentado, pero incluso los guerreros caian en la batalla. -¿Todos los terratenientes responderan al llamado de las armas y el dinero?139

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MacKay resopló. - Lo dudo. Están descontentos con James. Fue demasiado lejos cuando ejecuto a cinco de sus miembros. -Seis, si Graeme hubiera ido-, le recordó Blair. -Sí, seis. Graeme Campbell tiene más suerte de la que merece. Considera esta posibilidad, muchacha. Si no encuentras mi tesoro, no creo que ha nadie de aquí le disgustela idea de verte quemada en la hoguera -. Blair se paseó por la cámara después de MacKay se fue, atormentando su cerebro para buscar una respuesta a su dilema. No tenía la menor idea de dónde podia estar el tesoro. Un golpe en la puerta la distrajo de su ensoñación. Lo abrió para encontrar a Duncan en el umbral. La hinchazón ya no era evidente. -Señora, perdóneme-, dijo Duncan, retorciéndose las manos. -¿Por qué?-Para dudar de vos. Vos me sanasteis. La hinchazón ha desaparecido y mi diente ya no me duele. Me has curado con un simple toque. Sois realmente una mujer del país de las Hadas, y lo siento por dudar de vos -¿Cuándo se llevo a cabo esta curación?-, Preguntó Blair, confundido. ¿Cómo podrían sus poderes haber regresado? -Después de que me has tocado -¿Por qué esperó tanto tiempo para decírmelo?-Tenía miedo, señora. Al principio no queria creerlo, pero ya no puedo negarlo. Gracias a vos, señora. Blair no podía hablar, sólo pudo asentir con la cabeza cuando Duncan se marchó. ¿Qué significa esto? Habían regresado a sus poderes? Blair se fue a la cama esa noche con la mente perturbada. Se desperto durante la parte más oscura de la noche con voces resonantes a través de su cabeza. Confundida al principio, pero al final comprendio las palabras. Los espíritus quería que ella fuera a la ventana. Ignorando el frío que se filtraba a través de sus huesos, se levantó y descalza avanzo a la ventana. Había luna llena, iluminando el patio de abajo con la luz brillante. -¡Es ahí!-, susurró la voz. -¿Qué? ¿Qué estás tratando de decirme? -El tesoro. Esta allí, bajo el árbol de serbal, enterrado en el fondo de un pozo abandonado. Una ola de mareo se extendió por Blair. La negrura se cerró en torno a ella y no supo más.

Capítulo Dieciséis Graeme, Heath, Aiden y Stuart estaban discutiendo las medidas que debian tomar contra MacKay, cuando llegó un mensaje de el rey. Graeme envió al mensajero a 140

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la cocina para que se aliemtara mientras examinaba la misiva. -¿Qué quiere el rey ahora?-, Preguntó Stuart cuando Graeme escupió una maldición y golpeó la mesa con el puño. -Dinero para pagar su rescate, hombres para luchar contra el Inglés. El rey ha ordenado a los terratenientes Highland reunir hombres y armas y unirse a él en Hawick. ¡Maldito sea! Quiere vaciar nuestras arcas. -¿Qué os vamos a hacer?-, Preguntó Heath. -Después de la forma en que el rey me ha tratado, debería pasar por alto esta citación. No voy a darle dinero al hijo de puta que tenia la intención de ejecutarme -Provocaras la ira del rey-, advirtió Stuart. Graeme se quedó pensativo. -Heath, ¿Cuántos hombres podemos reunir? -Doscientos, si se envía la llamada a los miembros de un clan que vive en los pequeños pueblos de pescadores a lo largo de la costa. Ellos vendrán -. -Y tal vez otros puedan llegar a Hawick.- Graeme se acarició la barbilla. -Podría funcionar.-¿Qué estáis pensando, chaval?-, Preguntó Stuart. -Doscientos hombres no es un número despreciable. Algunos terratenientes podria ignorar la llamada, porque no le han perdonado lo que sucedió en Inverness, y no puedo culparlos -. -¿Están ustedes diciendo que vamos a ignorar el llamado a las armas y el dinero?-No, no es lo que tenía en mente. El rey se desesperara por los hombres y dinero. Va a desesperarse aún más cuando se entere de que los terratenientes que tenia la intención de encarcelar van a ignorar su llamado. Va a necesitar nuestros doscientos hombres. -Sonrió. -¡Es perfecto. Le daré lo que quiere, pero pedire algo a cambio -. -¿Esperas que el rey de Escocia cumpla con tus deseos?-, Dijo Heath con incredulidad. -Sí. Tengo la intención de decirle a James que le dare dinero y doscientos hombres, si restaura mi matrimonio con Blair. Stuart quedó sin aliento. -Es un paso valiente sobrino,. Quizá te iria mejor sin la chica. Alicia, que había estado de pie en el fondo, se acerco indignada. –No puedo creer lo que dijiste, Stuart. Si no fuera por Blair, tu no estarias aquí. Ella te salvó la vida. -Alicia está bien-, coincidió Graeme. –Yo prometi al padre de Blair que la protegeria Heath envió Graeme una mirada de sondeo. -¡Es más que eso!- murmuró. -Di lo que quieras, pero es mas que ovio que amas a la muchacha.Graeme comenzó a negar la acusación, pero cambió de opinión. –Tengo que admitir que me estoy aficionando a ella -¡Ja!- Baló Heath. -¡Lo sabía!-, Dijo Alicia, sonriendo con aire de suficiencia. -Mis sentimientos no son el problema-, dijo Graeme. –¿Que piensan de mi plan? -Estoy de acuerdo en que es posible que los terratenientes no envien hombres ni dinero -, reflexionó Aiden. -Creo que el plan tiene mérito, terrateniente.-Sí-, los demás estuvieron de acuerdo. -Alicia, ve a buscar al mensajero.-¿Pensáis que el rey va a aceptar los términos?-, Preguntó Heath. 141

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-Sí, creo que sí. No es estúpido. Éstará de acuerdo si esta lo suficientemente desesperado. Heath, envia la convocatoria de los hombres. Aiden, comprueba las armas. Tío, voy a dejar el castillo, una vez más en tus manos. Blair estaba en un charco de luz de la luna. La conciencia volvió a ella lentamente, pero una vez que estaba completamente despierta, recordó todo. Sabía dónde estaba el tesoro de MacKay. Vacilante, se levantó y trepo hasta su cama. Sus pensamientos la volvian loca. ¿En caso de que se lo dijera a MacKay? ¿Le otorgaria su libertad? Blair no podía pensar en eso ahora. Había más cuestiones importantes a la mano. Lo mas significativo era el regreso de sus poderes. Si la profecía era cierta ya no tenia ninguna razón para dudar, Graeme la amaba. Lo que Blair mas desea sobre todas las cosas era el amor de Graeme, pero hasta que los espíritus habían hablado con ella esta noche había perdido la esperanza de alguna vez tenerlo. ¿Por qué había tardado tanto en reconocer sus sentimientos? Pero no estaban ya casados. El rey había terminado su unión con un golpe de pluma. No importaba, decidió. Ella iría a Stonehaven y no se separaria de Graeme. Blair miro por la ventana, como un amanecer sombrío se rompió a través de la niebla. El cielo encapotado prometía lluvia, y en poco tiempo una ligera llovizna empezó a caer. A los pocos minutos la llovizna se convirtió en un aguacero que golpeaba la ventana. Un pésimo comienzo para un día portentoso, pensaba Blair . Temblando, realizó sus abluciones matinales y se fue a continuación a la sala. Estaba caminando hacia una de las mesas más bajas cuando MacKay le indicó con un gesto que se uniera a el. -Bueno-, se preguntó con impaciencia. -¿No tienes alguna respuesta para mí? No puedo esperar más tiempo. Blair llenó su plato con huevos y jamón y comenzó a comer. Tenía la intención de apaciguar su hambre antes de tratar el asunto con MacKay. Su apetito, a pesar de su difícil situación, no se había desvanecido. Durante las ultimas semanas había sido feroz y temia que pronto estallarian las costuras de su vestido. -Háblame, muchacha,- gruñó MacKay. -No puedo hacerlo con el estómago vacío-, dijo Blair, que necesita tiempo para considerar las ramificaciones de revelar la ubicación del tesoro. -Come entonces dime lo que quiero saber. ¿Qué es tan difícil para alguien que sabe de magia? Blair levantó la cabeza y miró fijamente a MacKay. -¿Lo que está en él es para mí? -¿Eres tonta? ¿Habra algo que valga la pena en el? -¿Una fortuna en oro y joyas no significan nada para ti?- Blair disparó de nuevo. Una idea acababa de ocurrirsele. Quería tomar algo de valor para Graeme, sobre todo si había recibido la misma solicitud de dinero y armas del rey que tenía MacKay. -El tesoro existe realmente, y vale mas de lo que imaginas -Ahhh-, suspiró MacKay, recostándose en su silla. -Lo sabía-. hizo tamborilear los dedos sobre la mesa y miró hacia el espacio, sus ojos entornados, con una expresión satisfecha. -El rey no sabe nada de esto. Jamas lo compartiria con él. – se dirigió a Blair y la 142

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agarró por los hombros, los dedos clavados en su carne suave. -¿Dónde está mi tesoro?-¡Suélteme! El tesoro está donde nunca lo encontrarás sin mi ayuda. Sus manos se alejaron. -¿Qué estáis diciendo, muchacha?-Si te digo que donde esté tu tesoro, es justo que me des una parte de el -¿Piensas que voy a compartir mi tesoro contigo?-Sólo una pequeña parte. No soy codiciosa. -No-. Blair se encogió de hombros. -Entonces nunca te oy a revelar su ubicaciónCon el regreso de sus poderes, Blair no tenía miedo de MacKay. Se puso de pie. MacKay la agarró del brazo y tiró de ella hacia abajo. -Deja de jugar conmigo como un tonto, Blair MacArthur, o sufriras mi ira. -No me asustan tus amenazas. Podria hacer que un rayo te partierta en este instante -No puedes -¿Lo crees? Te estoy pidiendo una pequeña parte del tesoro. -¿Qué tan pequeño?Blair ladeó la cabeza, cerró los ojos y se le concedió una visión de la enorme riqueza oculta en el cofre del tesoro. –Quiero una cuarta parte -¡No, es demasiado!. ¡Una décima parte! Te daré la décima parte. Blair considero. Una décima parte del tesoro sería suficiente. -Bien, estoy de acuerdo.-¿Cómo sabéis lo que contiene el tesoro?-Lo he- visto. Estaras satisfecho. - Ahora dime donde encontrar toda esta riqueza. Blair se levantó. -Voy a buscar mi abrigo y te llevare a ella.-Sé rápida-, ordenó MacKay. –no puedo esperar Blair regresó poco tiempo después, envuelto en una capa resistente a la lluvia escalofriante. Caminó por el pasillo y por fuera la puerta, tan seguro de que MacKay iba tras ella que no e molesto en mirar hacia atrás. MacKay se encontró con ella en el patio. -¿Dónde está, muchacha? No se te ocurra engañarme Haciendo caso omiso de él, Blair se dirigió directamente al serbal. Se detuvo bruscamente y señaló a la tierra bajo sus pies. -Aquí. Vas a encontrar el tesoro en el fondo de un pozo abandonado. MacKay dio un bufido despectivo. -No hay pozo abandonado por debajo de tus pies. -¿Dudas de mí?MacKay la estudió desde debajo de los párpados. Miró escéptico -Voy a poner a los hombres a cavar de inmediato. Girando alrededor, se dirigió a uno de los guardias de pie cerca. Unos minutos más tarde media docena de hombres armados con palas salian de una de las dependencias. -Diles dónde cavar-, ordenó MacKay. Blair señaló el punto debajo de sus pies y se movió a un lado. Miro desapasionadamente como los hombres comenzaron a cavar furiosamente. Estaba empapado hasta la piel y tenia escalofríos. Cuando intentó volver al calor 143

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del fuego en el interior MacKay enganchó su cintura. -Vamos a ver esto juntos El objeto sólido resultó ser una barrera de madera que parecia cubrir una abertura de algún tipo. -Maldita sea, has dicho la verdad-, cantó MacKay.. Las tapas fueron levantadas, dejando al descubierto un hoyo profundo y oscuro. Blair se trasladó hacia el borde. Una luz brillante que sólo ella podía ver apareció ante sus ojos. Su mirada siguió a la luz a la parte inferior del pozo. Vio el cofre del tesoro sentado exactamente donde había yacido por más de cien años. -¿Qué veis?-, Preguntó MacKay. – Esta muy oscuro ahi -Dale a dos hombres antorchas y bajalos con cuerdas. Ellos sabrán qué hacer cuando llegen al fondo. Estavez MacKay no la detuvo cuando se fue. Demasiado absorto en recuperar el cofre del tesoro. Blair se calentó a sí misma antes el fuego, mientras los hombres trabajaban fuera de la lluvia. Una hora más tarde un jubiloso MacKay regresó, seguido por cuatro hombres cargando algo. Una multitud se congregó en torno a el cuando fue colocado sobre una mesa, esperando que MacKay rompiera la cerradura oxidada. -¡Blair MacArthur!- Gritó MacKay. -Ven aquí, muchacha. Quiero que estes a mi lado cuando pueda abrir el tesoro Blair se acercó MacKay, consciente de que el contenido no le decepcionaria. MacKay ataca la cerradura oxidada con la empuñadura de su daga. Finalmente, el bloqueo cayo al suelo en pedazos. La cámara reverberaba con el entusiasmo de hombres y mujeres presionado cerca para echar un vistazo del tesoro. E l brillo del oro casi cego a Blair, abrio la boca y se dio vuelta, su rostro habia palidecido. Pero no era el brillo del oro que la sobresaltó. Fueron los gritos lastimosos de los que habían muerto por la espadas de los antepasados de MacKay, los hombres que habían atacado y asesinado. Fue consciente de algo que ella no había detectado antes. Había una maldición en ese cofre. Algo que afirmaba que el hombre que lo poseyera no viviría lo suficiente para disfrutarlo. Cada piedra preciosa y cada moneda de oro le habló a Blair de la brutalidad, la traición y la muerte. Un escalofrío corrió por su espina dorsal. El tesoro estaba hecho de ganancias mal habidas. Le prestaria atencio MacKay si le hablaba de la maldición? -Tienes lo que querías, voy a recoger mis cosas para irme. -¿Qué pasa con la recompensa?-, Preguntó MacKay, con aspecto aturdido como Blair se sentía después de ver el tesoro y oír el atormentado lamento de voces llamándola. -No quiero ser parte de ella Los ojos de MacKay se estrecharon. –Nosotros llegamos a un acuerdo. Su parte del tesoro es insignificante. -No quiero ser parte de ella. Esta maldito. Un caballo es todo lo que necesito. -Dale un caballo a la muchacha-, gritó MacKay a uno de sus parientes, como si temiera que cambiara de parecer. 144

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-Gracias. Voy a recoger mis cosas -, dijo Blair, dando la espalda al tesoro y toda la miseria de la que representaba. Todavía podía oír los lementos de venganza, y tuvo que huir de esas voces inolvidables. De repente se quedó sin aliento y se puso rígido cuando un dolor punzante en la mitad de la espalda la hizo detenerse. Sentía como si alguien le hubiera puesto un puñal en la carne. Echando un vistazo por encima del hombro, se sorprendió al ver MacKay mirándola a través de los párpados entrecerrados. Su aura era de color verde, el color de la codicia, y Blair podía leer sus pensamientos como si le hablara en voz alta. Éstaba reconsiderando su consentimiento preguntandose cómo usar sus poderes para lograr sus ambiciones. Decidio que era hora de huir, Blair corrio hacia la puerta principal y a la tempestad furiosa en el exterior. -¡No dejen que se vaya!-, Gritó MacKay. Blair se desvió hacia los establos. Sin un caballo no tenia posibilidad de escapar. Lanzando un vistazo por encima del hombro, vio que MacKay y sus hombres estaban cerca de ella. Se detuvo bruscamente, consciente de que sus poderes eran todo lo que se interponía entre ella y el regreso a la cautividad. Extendió sus brazos y suplicó en silencio a los espíritus su ayuda. Ella sintió una oleada de energía a través de su cuerpo, supo que los espíritus estaban con ella. Alzando la voz por encima de los lamentos del viento, llamó a los fuerzas de la naturaleza. MacKay casi la alcanzaba cuando un rayo de luz, golpeo el suelo cerca de sus pies. MacKay y sus hombres volaron en todas direcciones, aturdidos e incapaces de moverse. Aprovechando la situación, Blair se precipitó a los establos, montó en el primero caballo que vio y voló más allá de la confusión de los hombres en el suelo. Después de haber tenido poco tiempo para ensillar la yegua, Blair se aferró a su melena corriendo a toda velocidad por la puerta y estableciendo su curso para Stonehaven. Sentir una necesidad imperiosa de ayudar a Blair, Graeme estaba demasiado preocupado e impaciente para esperar la respuesta del rey a su oferta. El conocimientos de que Blair estaba cautivo de MacKay lo llevó a la locura. El día después de que el mensajero del rey dejó Stonehaven, Graeme comenzó a hacer planes. Después de una noche de insomnio, llamó a Heath. -¿Qué pasa, primo?-, Preguntó Heath. -Voy a ir a la fortaleza de MacKay a exigir el regreso de mi esposa. Voy a necesitar tantos hombres como se pueda -Esta lloviendo-, dijo Heath. -El viaje será incomodo. -¿Desde cuándo te preocupas por el tiempo?Heath miró a Graeme un momento y luego se encogió de hombros y se apresuró a obedecer. Graeme sabía Heath consideraba que sus esfuerzos para rescatar a Blair eran en vano, pero él no dejó que eso lo detuviera. Una hora más tarde, montado en su más veloz caballoavanzaba por la lluvia Graeme cruzó la frontera con las tierras de MacKay. Podía ver algo través de la cortina de lluvia, pero una incómoda sensación en el estómago le hizo iser prudente. Su caballo se asustó cuando un rayo de luz cruzó el cielo y el trueno sacudió el suelo. Graeme temía estar viendo cosas cuando un jinete solitario se materializo a través 145

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de la espesa cortina de lluvia. Le hizo una señal a sus hombres de permanecer detrás mientras el iba por delante. La parte trasera de su cuello se erizó cuando se dio cuenta de que el jinete era una mujer, su faldas al viento detrás de ella. Su corazón latio con fuerza, tiró de las riendas bruscamente. Blair se sentía inclinada a parar, y como no tenía riendas, lo único que podía hacer era aferrarse a la melena de la yegua. Graeme debio saber su dilema, detuvo a la yegua a su paso y la cogio para acomodarla en su silla delante de el. -A salvo-, exclamó Blair. –Ellos estan muy lejos.Graeme dio la vuelta a su caballo y salió de nuevo hacia Stonehaven, confiando en que sus hombres le seguirian. Sentía los escalofríos de Balir en su contra y la cubrió con su tartan -¿Has traído la lluvia, muchacha?-N-n-no esta vez-, tartamudeó. -¿Qué pasó? ¿Sabe MacKay que te fuiste? -N-n-no exactamente.-¿Crees que te este siguiendo?-Tal vez, el rayo lo sorprendió más de lo que esperaba. Seguía tirado en el suelo cuando me fui. Graeme echó atrás la cabeza y se rió. –¿Lo asustaste con un rayo? -Tenia que hacer algo-, fue su respuesta amortiguada. – No iba a dejarme marchar, a pesar de que cumplí con mi parte del trato. -Me contaras toda la historia cuando volvamos a casa, al lugar que perteneces. Blair se asomó a través de una abertura en la tela escocesa. -Ya no estamos casados. El rey ha anulado nuestro matrimonio -. -No voy a permitirlo-, dijo Graeme con los dientes apretados. Su tono confiado le ofrecio un poquito de esperanza. Acurrucandose contra él, saboreó su olor, el calor de su cuerpo grande y la fuerza protectora de sus brazos. Nada podría hacerle daño ahora. Los espíritus no se habían equivocado. Graeme era su futuro. Estaban destinados a estar juntos. Un pequeño gesto se formo entre sus cejas. Casi habia olvidado el último obstáculo que se interponía en el camino de la verdadera felicidad. El juicio por la piedra. el alivio corrio a través de Graeme cuando finalmente llegó Stonehaven. Graeme continuó a través de la lluvia a el castillo, donde cuidadosamente dejo a Blair en el suelo. Desmontó detrás de ella y la apretó contra él cuando un muchacho corrió a tomar su caballo. Levantandola en sus brazos, la llevó por las escaleras. Jaime abrió la puerta, sonriendo de oreja a oreja. -Bienvenida a casa, señora.En el momento Graeme entro con Blair casi fue arrollado por Alicia, quien se arrojó a ella. –¡Estas en casa, muchacha! ¿Qué hizo ese hijo de puta?¿Es cierto que Niall no estaba enfermo? -Vamos a recuperar el aliento-, dijo Graeme. –Tu señora tiene necesidad de secarse y cambiarse de ropa junto a la chimenea -. -Yo me ocupo de ella, Laird,- dijo Alicia. -Jamie, mi señora necesita un baño caliente y algo para beber. -Sí, se lo llevo de inmediato-, dijo Jamie. -Ve con Jamie-, dijo Graeme. -Puedo cuidar de Blair-.. 146

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-Ya no estamos casados-, repitió Blair cuando Graeme la llevó por las escaleras. -Espero poner remedio a eso pronto.-¿Cómo?-Te lo explicaré más tarde.- La llevó a su recámara y con suavidad la puso de pie delante del hogar. -Vamos quitarte esta húmeda ropa -. Blair se estremeció cuando quedo desnuda ante la chimenea mientras su marido la frotaba con una toalla. Cuando su piel quedo seca la llevo hacia la cama y la envolvió en una manta. Alicia llegó momentos después con un ponche caliente, seguida de los criados que llevaban una tina de madera y los cubos de agua caliente y fría. Blair tomó un sorbo de ponche hasta que el baño estuvo preparado. A continuación, Graeme despidió a los criados con una seca inclinación de cabeza y cerró la puerta detrás de ellos. -¿Estás lista para tu baño, cariño?-Quitate esa ropa mojada en primer lugar. Si coges paludismo no te cuidare dia y noche como enfermera - Graeme sonrió y comenzó a quitarse la ropa. Cuando su manta húmeda cayo a sus pies. Tomo a Blair en sus brazos y la colocó en la bañera. Luego se arrodilló y empezó a lavarla con una fragancia de jabón. Blair se relajó con las atenciones de Graeme. Sus manos eran suaves, su toque reconfortante. Era el hombre que amaba, el hombre con el que estaba destinada a pasar su vida. Y él la amaba. Tenía que creer, de lo contrario la profecía que había gobernado a los MacArthurs por tantas generaciones era falsa. -Inclina la cabeza hacia atrás, amor, para que pueda lavarte el pelo- dijo Graeme. Blair obedeció sin protestar, sorprendida por la voluntad de Graeme para actuar como su doncella. Había muchas facetas de la personalidad de Graeme que aún no había descubierto, le enjuago el jabón del pelo con agua limpia y luego se sentó sobre los talones y la miró. Era tan hermosa que casi le lastimaba los ojos mirarla. Graeme la levanto tomó un paño de un banco al lado del hogar y la mantuvo abierta para que Blair pudiera entrar en el. Le secó el pelo en primer lugar, luego paso la tela seductoramente sobre su cuerpo, sus pechos y entre sus muslos, teniendo mucho cuidado de secar todas sus grietas ocultas. En el momento en que terminó, Blair se volvio hacia el. -Quiero verte-, dijo Blair, dando un paso atrás para poder admirar cada centímetro de su cuerpo magnífico. -Eres hombre hermoso, Graeme Campbell. Te extrañé. Graeme temblaba ligeramente cuando se acerco a el y lamió sus pezones. Ella continuó hasta su estómago, acariciandolo con sus labios. Sabía que era grande y fuerte, y que las muchachas parecía encontrar su aspecto lo suficientemente agradable, pero Blair era la unica mujer cuya opinión importaba. Él sabía que ella lo amaba, y eso lo conmovió profundamente. Graeme gimió, deseando sus labios en el lugar que le dolía. Cuando lo tuvo en su mano, casi saltó de su piel. -Eres tan viril-, susurró ella, acariciándolo suavemente - La seda sobre el acero. Quiero tenerte profundo dentro de mí. -Me tienes tan excitado que no se cuánto más podre estar de pie. -Mucho más, espero.- Sonriendo con júbilo secreto, ella bajó la cabeza y comenzó a amarlo con la boca. El calor de su boca, los golpes de su lengua, sus manos 147

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hábiles, casi lo pusieron de rodillas. A continuación, la capacidad de pensar lo dejó ya que perdió el control de sí mismo con el placer que ella le dio, rezando para poder encontrar la voluntad de soportar durante un tiempo muy largo. Su punto culminante fue cuando, con un gruñido, levantó a Blair y la llevó hasta la cama, acostandola sobre su estómago. Un escalofrío pasó por ella cuando beso a fondo su columna elegante, luego besó y mordió el trasero tenso. -¡Graeme!Riéndose, él le dio la vuelta, deslizando sus manos a los pechos. Con los ojos entornados, observó con satisfacción que sus pezones endurecidos debajo de su tacto y su respiración se aceleró. Poco a poco deslizo sus dedos por su vientre tenso y los entre sus piernas. Su corazón latía con fuerza mientras sus ojos violetas miraban sus movimiento cada vez vidriosos cuando su pasión se intensificó. -¡Ah, amor, eres tan hermosa cuando estas poseida por la pasión!.- miraba absorto en el lugar entre sus piernas donde sus dedos la acariciaban -Y tan hermoso aquí-. Acercándose, se deleitaron con sus senos firmes hasta que se sintió que su cuerpo temblaba. Entonces empezó a besar su esbelto cuerpo. Ella se puso tensa cuando llegó a su meta poniendo su boca sobre los pétalos hinchados de su sexo. Blair se arqueó y gritó, haciendo que el calor de cuerpo estallara en llamas. De pronto se irguió. -¿Me detengo, amor?-No, no podria soportarlo. Se pasó los dedos por el pelo, instándole a volver a su fiesta íntima. El placer embriagador de su lengua y la boca sobre ella la estaba conduciendo hacia su finalización. Se arqueó por debajo de el gritando su nombre cuando la alcanzo. Avanzando por su cuerpo, Graeme empujo duro y profundo dentro de ella. La segunda vez que alcanzó su punto máximo, Graeme vino con ella, rugiendo su placer en voz alta. Cuando finalmente recuperaron sus sentidos, se encontró con Graeme limpiando la humedad entre sus muslos con un paño húmedo. Ella le sonrió, sabiendo en su corazón que la amaba. -Me amas- susurró. Graeme se quedó inmóvil. -¿Qué dijiste?-Admítelo. Tú me amas. Graeme respiró hondo. -No-. -No mientas, Graeme Campbell. Mis poderes han regresado. Me dejaron por un tiempo corto, sólo había una forma en que podian regresar. –le sonrio -Por fin te diste cuenta de que me amas Su rostro tenía una expresión de preocupación. -Dios sabe que traté de guardar mi corazón. -Nuestro amor estaba destinado a ser-, dijo Blair. -Lo sabía mucho antes de nos casaramos, pero luche cuando me enteré de que amabas a otra - Graeme se acosto a su lado, hecho una manta por encima de ellos y la tomó en sus brazos. Yo adoraba a Juana la Doncella. Mas confundi la adoración con el amor, creí que nunca podría amar a otra persona cuando ella murió. -Juana era una santa- dijo Blair. -Ella dio su vida por Dios y su país. Él le cogió la barbilla y le levantó la cara para poder mirar en sus ojos. -Escucha bien, mi amor. Debes evitar a los que desean hacerte daño. Juana fue acusada de 148

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brujería y quemada en la hoguera porque creía que Dios le habló y le pidio que condujera a su ejercito. Si alguien te acusa de usar la brujería, el asunto puede ser llevado ante el rey, lo mismo podria sucederte. Eso es lo que he estado tratando de evitar -¡Es verdad que los espíritus me guían y me cuidan!. A veces uso mis poderes para sanar cuando por otros medios no podia hacerlo. Hay un mundo de diferencia entre una bruja y un hada. -Yo lo se, mi amor, pero me temo que soy el único que entiende. Prométeme que te cuidaras Blair lanzó un suspiro. -Voy a tratar, Graeme. Pero cuando los espíritus me hablen o me adviertan del peligro, no podre hacer caso omiso de ellos -Ella buscó en su cara. -Tú me amas, Graeme. Lo puedo sentir en mi corazón y verlo en tus ojos. -Tengo miedo por ti, amor, mucho miedo. Me temo que algo terrible va a suceder y alguien te arrebatara de mi si doy voz a mis sentimientos. No era precisamente lo que Blair quería oír, pero fue suficiente por ahora.

Capítulo Diecisiete Blair se despertó con un día gris y tormentoso como el anterior. Pero no le importaba. Se sentía demasiado feliz para preocuparse por el tiempo. Aunque Graeme no había dicho aun las palabras que ansiaba, sabía que la amaba. Sonriendo alargó el brazo buscándolo, sorprendiéndose al encontrar su 149

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lado de la cama fría. -¿Me estabas buscando?Siguió la dirección de su voz y lo vio sentado en una silla junto a la chimenea. Llevaba su falda escocesa lo que le ofrecia una visión de sus largas piernas desnudas. -¿Cuánto tiempo ha estado sentado allí?-Lo suficiente. Mirándote dormir. Eres tan hermosa dormida como despierta -Voy a vestirme parq que podamos ir al salón y desayunar juntos – levantándose de la silla caminó hacia la cama y se sentó a su lado. -Tenemos que hablar, amor. Quiero saber todo lo que sucedió. –le diriguio una mirada severa. –Si MacKay te toco tendré que matarlo. Blair se sentó en la cama y tiró de la manta hasta la barbilla. -Nada de eso tiene importancia . . . estoy a salvo -, admitió tímidamente, -le dije a Niall que le quitaría su hombría y lo haría impotente si no liberaba a tus hombres ¿Regresaron a salvo? -Sí. Estaban molestos por haber caído en la trampa. Aiden no sospecho del truco hasta que fue demasiado tarde. Hubo una batalla corta pero intensa. Fueron superados en numero desarmados y encarcelados -. -Y el padre Lachlan ¿Está en Stonehaven? -Ha estado de rodillas en la capilla desde que llegó. Podras verlo pronto pero cuéntame primero lo que pasó en la fortaleza -MacKay quería algo de mí-, comenzó a decir Blair - Graeme escupió una maldición. -No lo que tu piensas – aclaro – ¿Jamas escuchaste hablar del tesoro MacKay? -He oído un cuento, pero jamás lo crei. Se decie que un antepasado de los MacKay escondían una fortuna en oro y joyas cuando la sitiaron. Por lo que yo sé, ese tesoro no existe -. -Oh, si existe. MacKay quería casarse conmigo porque quería explotar mi capacidad para satisfacer su codicia. Él me ordenó encontrar el tesoro. Se comprometió a liberarme si yo lo hallaba -Así que en realidad hay un tesoro. ¿Lo has encontrado? -Oh, si, estaba escondido en el fondo de un pozo abandonado en el patio. Cuando le dije a MacKay cinmediatamente puso a los hombres a cavar -¿Quedo MacKay decepcionado con el contenido?-No, el cofre contenía una fortuna en oro y joyas. Le pedi una parte de el. Quedamos en una cantidad de acuerdo Graeme sonrió. -Me imagino que MacKay no quizo hacerlo, ¿Qué que pasó? ¿Renego de su promesa? -Algo extraño me hizo cambiar de opinión. Cuando MacKay abrió el cofre, oí voces que claman por la justicia y supe que todas esas riquezas eran de forma mal habida. Fue aterrador. Las voces hablaron de seres asesinados a sangre fría por antepasados Mackay. Hay una maldición sobre aquellos que cojan el tesoro. Le dije a MacKay que no quería parte de eso y le adverti sobre la maldición. -No te quizo creer,- adivino Graeme. -Quizá lo hizo, pero no iba a dejara de reclamar el tesoro. Su codicia lo

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venció. Sabía que no iba a liberarme como lo había prometido. Quería más, y mas que ese tesoro -Así que huiste-, dijo Graeme. -Sí, pero estaban sobre mis talones -Así que usaste tu magia y llamaste a los rayos del cielo -. -No es magia. Utilice mis poderes para salvarme a mí misma. -Eso no importa siempre y cuando estes conmigo ahora. ¿Por qué Niall se convirtió en aliado de MacKay en esto? -Los dos sabemos la respuesta a eso. Niall no quiere entregarte mi dote, y MacKay prometió que podía mantenerla si me casbaa con el. Por esa razón Niall convenció al rey de deshacer nuestro matrimonio-Tengo un plan-, dijo Graeme. -El rey ha ordenado que todos sus terratenientes reunan hombres y armas para unirse a él en Hawick. También ha exigido dinero para pagar su rescate. Todavía debe la mayor parte de los sesenta mil marcos que el Inglés pidió por su liberación -Sí, lo he oído. MacKay planea ir pronto a unirsele -Lo que sabemos es que muy pocos acudirán a su llamado. Le he prometido hombres y dinero si restaura nuestro matrimonio -. La emoción oscureció los ojos violetas de Blair. -¿Crees que este de acuerdo? -Cuento con él.Blair frunció el ceño. -Pero eso significa que va a haber una guerra. Podrias salir herido o muerto. No lo hagas Graeme, te lo ruego. No me importa si estamos casados o no. Con mucho gusto, o mejor dicho, afortunadamente, sere tu amante - Te quiero como mi esposa no como mi puta. -Y yo te quiero vivo -Soy un guerrero. Sé cómo protegerme. -le dio un besola frente -Debo consultar con Aiden y Heath. Voy a enviar a Alicia a ayudarte. Graeme se apresuró hacia el pasillo. El padre Lachlan fue el primero en darle la bienvenida. -¿Cómo esta nuestra muchacha?-, Preguntó el sacerdote. -Blair está bien-, dijo Graeme. –Nadie le ha hecho daño.-Mis oraciones han sido escuchadas-, dijo Lachlan fervientemente. Un grupo de parientes se acercó a unirse a ellos. -Dinos lo que pasó -, dijo Heath. -Lo hare mientras desayuno - dijo Graeme. -Pero en primer lugar, ¿Saben donde esta Alicia?-La voy a encontrar-, dijo Stuart, corriendo, -no digas nada hasta que yo vuelva. Un sirviente se acerco con un un plato de comida para Graeme, y él comió con avidez. En el momento que Stuart regresó, Graeme les conto todo, excepto la parte de del rayo y las voces. Su público escuchó absorto, sin atreverse a interrumpir hasta que Graeme terminado de hablar. -La chica tiene agallas- dijo Heath. –¿Que hacemos ahora? -Esperamos tener noticias de el rey. Mientras tanto hay que enviar un mensaje a los a miembros del clan para saber si contamos con ellos-. -Ellos estarán dispuestos a combatir- aventuró Aiden. -Como ustedes bien saben, el Inglés no es querido en las tierras altas.-Bueno,- contestó Graeme. -Vamos a comenzar el entrenamiento inmediatamente 151

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para perfeccionar nuestras habilidades. Todos se fueron, excepto el Padre Lachlan, que se acerco a Graeme con curiosidad. -¿Qué pasa? ¿Hay algo en su mente? -Sí, muchacho. ¿Qué haréis si el rey se niega a vuestro acuerdo? Él tiene el poder de dar a Blair a cualquier persona que designe. Incluso MacKay. Las manos de Graeme se crisparon. –No permitiré que eso suceda -Ustedes no tendrán otra opción. Siemrpe existe la posibilidad de que James tenga suficientes hombres entre los miembros del sequito. -No quuero pernsar en eso-, dijo Graeme. -Si James se niega no tengo otro plan. Blair me dijo algo acerca de MacKay que a el rey le gustaría saber. -¿Vais a decirme?-No, todavía no. Blair entró en la sala y se deslizó en la silla al lado de Graeme. -¿Has comido?-Sí, estaba a punto de salir, pero el padre Lachlan te hara compañía. -Oh, sí-, dijo Lachlan -Voy a quedarme con la muchacha. -¿Se quedara en Stonehaven con nosotros, Padre?-, Preguntó Blair después de que Graeme se había marchado. –Necesitamos un sacerdote. -Sí, ya que no soy bienvenido en Gairloch. -Va a tener un lugar con nosotros por el tiempo que desee Antes de Lachlan pudiera responder, Maeve entro apresuradamente en la cocina envolviendo a Blair en sus brazos -Ah, muchacha, estoy feliz qde que estes de nuevo con nosotros. Voy a traeros de comer inmediatamente.-Te dejare tomar tu desayuo a solas-, dijo Lachlan. -Si voy a estar aquí necesito arreglar la capilla El apetito de Blair huyó cuando vio a Glenda entrando en la sala con la comida. Golpeó sobre la mesa, luego dio un paso con las manos apoyadas en las caderas generosas. -Ahora, ¿quién es la puta?- Incitó a ella. –Tu no estas casada con el. No le une ningún lazo sagrado. Graeme puede mandarte a trabajar a la cocina si le nace hacerlo ¿O entretendrás a sus hombres cuando se canse de ti? - Tu charla me está dando un dolor de cabeza, deseo comer el desayuno en paz -. -Disfrútalo mientras puedas. Pronto vas a comer en la cocina con el resto de los fsirvientes. O quizá -, dijo Glenda con astucia-, Graemete te envie de vuelta a MacKay. -Ella disparó el ultimo dardo antes de salir . -Compartí su cama mientras estuviste fuera- sacudió la cabeza y salio Blair tomó su comida, mientras consideraba la advertencia. Graeme nunca iba a despedirla, ¿verdad? No quería creer que había compartido la cama con ella durante su ausencia, pero podría haber sucedido. Después de todo, tuvo una visión. Blair se alegró de que Alicia se uniera a ella, porque ella sabía ella no le mentiría . -Voy a hacerte una pregunta, Alicia, y quiero la verdad. las cejas de Alyce se dispararon hacia arriba. -¿Cuándo te he mentido?-Perdóname por dudar de tu lealtad. Acabo de hablar con Glenda y--Glenda-, escupió Alicia. -¡Esa puta! No creo en nada de lo que dice 152

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- Graeme y yo ya no estámos casados. Él puede dormir con quien se le antoje ahora. -¿Eso te dijo Glanda? Miente, muchacha. Tu marido no cabia en si de dolor. El no miro siquiera a otra mujer mientras planeaba tu rescate. Es verdad que Glenda revoloteaba a su alrededor como una yegua en celo, pero el jamás le presto atención. Blair apretó la mano de Alicia de. -Gracias. No debería haber creido nada salido de la boca de Glenda. Sé Graeme me ama. -Sólo una vez, me gustaría oírle decir esas palabras -. -No tenéis más que la mayoría de las mujeres-, regañó a Alicia. -¿Qué pasa si el rey se niega? -¿Qué te dicen los espíritus?-Nada. No han hablado conmigo desde que hui de MacKay. -Quizá debas preguntarles Blair se levantó tan rápido que la silla detrás de ella se tambaleó. -Venid a la despensa conmigo, Alicia. Alicia siguió Blair por la escalera a la despensa. La puerta se abrió al tacto de Blair y ella entró, respirando en el aroma reconfortante de hierbas secas. El aroma acre tenía un efecto tranquilizador. La tensión la invadía mientras caminaba alrededor de la mesa. -Trae las velas, Alicia.Alyce puso las velas en un círculo y espolvoreo las hierbas en el interior. Una vez que Blair se coloco dentro del círculo, Alicia encendió las velas y se alejó. Frente a la ventana abierta, Blair se dio la vuelta tres veces y levantó los brazos. Entonces comenzó a cantar, implorando a los espíritus para concederle una visión. El calor bañaba su cuerpo como una brisa agitó los árboles y le rozó la mejilla. Una visión empezó a formarse detrás de los párpados. Se veía con Graeme en un hermoso lugar que le daba una sensación de calma y tranquilidad. Estaban tumbados en la hierba y mirando hacia el cielo. Un instante después, Graeme estaba tirado en el suelo, acostado en un charco de sangre. Ella gritó. -¡No!- Las voces hicieron eco en su cabeza. -Él va a morir si me salva. Dime lo que debo hacer.-Tienes el poder, sabes lo que tienes que hacer. El retoño que crece en tu interior tendrá a su padre. La mano de Blair voló a su estómago. -Yo sospechaba, pero no edstaba segira-El peligro todavía le acecha.-¿Quién quiere hacerme daño?-Pronto se pondrá a prueba otra vez. Fuego, agua, piedra. Aun no has terminado. Ten cuidado con las falsas acusaciones -. -¡Espera! Debes responder a mi pregunta. ¿Quién quiere hacerme daño? De repente, la vela se encendió, y luego salió en una nube de humo. Alicia se apresuro a sostener a Blair cuando se tropezó desde el círculo. Apenas era capaz de llegar al banco más cercano. -¿Estáis bien, muchacha?-, Preguntó Alicia con ansiedad. -¿Qué pasó? Blair convocó a una sonrisa. -Estoy esperando un bebe de Graeme-. 153

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-¡Ja! Dime algo que no deba saber. -¿Lo sabías? Yo estaba empezando a sospechar-¿Se lo has dichoa tu marido?-No. Quería estar segura primero. -¿Qué otra cosa te dijeron?-Todavía estoy en peligro-. -¿De quién?-No lo se me advirtió que tengan cuidado con la piedra. la última prueba. Ya he sobrevivido al fuego y el agua. -¿Los espíritus no dijeron nada de tu matrimonio? ¿El rey dejara que sigas casada con el Laird Graeme? -No dijeron nada al respécto-. -¿Tienes fuerzas para salir de la despensa?-Sí. Tengo mucho que pensar. Si no estoy casada, mi bebe nacera como ilegítimo y necesitara mi protección -. -Laird Graeme lo reclamara-, sostuvo Alicia. –es necesario que le digas. -Lo haré cuando sea el momento adecuado. No quiero preocupar a Graeme cuando se que tiene mucho en su mente. Graeme la vio entrar en la sala y la saludo. -Decidí volver a el castillo antes de la comida del mediodía-, explicó. -Los hombres se merecen el descanso y una comida caliente después de pasar la mañana en la lluvia -.Pareces cansada, muchacha. ¿Yo hice esto contigo? Ella le dio una sonrisa triste. -No, Graeme. No debde preocuparte, voy a estar bien después de una breve siesta. Levantó la barbilla y la besó en la boca. –cuidate te alcanzare mas tarde -. Blair subió las escaleras hasta la habitacion principal. Acababa de llegar al piso superior, cuando Glenda salió de las sombras. La sorpresa causo que se balancerara sobre los talones, se aferró a la pared para evitar caer. -te he e oído hablar con Alicia-, se burló de Glenda. -Quizá te falta sobrevivir a una ultima prueba. Fuego, agua y piedra -, gritaba ella. -¿Has estado espiándome? Escuchar detraz de las puertas es malo- Las he seguido a la despensa-, admitió Glenda. –No podias saber que era lo que estaba pasando adentro, pero he oído lo suficiente como para saber que eres una bruja -Tienes una imaginación muy viva-, denunció Blair. -Hazte a un lado.-¿Son estas escaleras de piedra, no?-, Dijo Glenda con insinuaciones escondidas - Sobrevisiste al fuego y el agua, quién sabe si a una caída contra las piedras-. Aturdida Blair miró a Glenda. -¿Qué sabes tu acerca de la Profecía? -¿Pensáis que soy estúpida? Todo el mundo ha oído hablar de la Profecía MacArthur. Amenazadoramente se adelantó. Blair se movió hacia atrás en la medida que pudo, sin caer por las escaleras. Cuando ella trató de huir de Glenda, la mujer celosa le cortó el paso. -Soy más grande y fuerte que tuBlair sabía que tenía que hacer algo para evitarla, Glenda actuaba llevada por los celos y el odio. Los labios de Blair comenzó a moverse en un ruego silencioso, pidiendo a los espíritus la salvaran a ella y a su hijo. 154

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-¿Qué estáis haciendo?- Gritó Glenda. Blair sonrió. -Trata de hacerme daño, y te darás cuenta.Glenda retrocedió, una mirada de horror cruzo su rostro. –No vas a echar un maleficio sobre mí, bruja -. -Estas equivocada, Glenda. Si me lastimas te prometo que no vas a vivir para lamentarlo. Glenda se retiró más lejos en las sombras. Blair añadió al dramatismo una señal con el dedo. Gritando palabras incomprensibles, con la esperanza de asustarla para que se fuera -¡No!-, Exclamó Glenda levantando su falda se abrió paso entre Blair y huyó por las escaleras. Con un suspiro de alivio, Blair se apresuró a su habitación y cerró la puerta detrás de ella. Si ella todavía fuera la ama despediría a Glenda a la vez. Por desgracia, ella ya no era la esposa de Graeme. Blair abrió el panel y Alicia pasó por delante de ella, equilibrando una bandeja en las manos. -Te he traído la cena-, dijo Alicia mientras dejaba la bandeja en la mesa. -Come de todo. Necesitas las fuerzas. Recuerda que ahora comes por dos -No has dicho nada ¿verdad?-No, no haría tal cosa sin tu permiso -Voy a comer y tomar una siesta. -Bien. Nona Campbell tiene una tos, y le di una mezcla para aliviarla. Stuart se ofreció a ir al pueblo. -Tu y Stuart parecen llevarse bien-, dijo Blair. –El es viudo, ¿verdad? Quizá tú y él. . -. Alicia se cubrió la boca con la mano y se rió como una joven. –Para con eso. El apenas sabe que existo. -No es así como me parece a mí. ¿Te gusta el tio de Graeme? Es un buen hombre. ¿No te gustaría pasar el resto de tus días con alguien? -Te tengo a ti, pronto vas a tener un crío. ¿Qué más puedo querer? -Un hombre que te ame-, sugirió Blair. -Qué tontería-, resopló Alyce, animada por la puerta. -¿Quién quiere un viejo canoso de todos modos? Blair sonrió para si misma cuando Alicia hizo una salida precipitada. Termino con la bandeja y se acosto con la ropa puesta, tirando de una manta sobre ella misma. Cayo dormida en el momento en que su cabeza toco la almohada. El sueño comenzó poco después. Estaba en un valle hermoso rodeado de rocas salpicadas de colinas. Graeme estaba con ella. El lugar era el mismo que había visto en la visión anterior. Era un hermoso día con un cielo azul claro, pocas nubes mullidas flotando por encima y el olor del brezo en el aire. Si acababa de hacer el amor con Graeme no lo sabia pero sentía su cuerpo saciado de las consecuencias de placer. Entonces, de repente todo cambio. El sol desapareció y el peligro llenaba el aire. Graeme yacía en un charco de sangre. Despertó gritando. Momentos más tarde, Graeme irrumpió en la cámara. -¡Blair! ¿Estás bien? Tan pronto como él la tomó en sus brazos, su mundo se enderezó. -Estaba en mi habitación cuando te he oído gritar. ¿Te encuentras mal? Blair negó con la cabeza. -Era un sueño.155

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Graeme puso los ojos en blanco . - ¿Premoniciones?-Tal vez, pero espero que no.-Cuéntame-. -No, no puedo. ¿Había visto su muerte? Si ella estaba en el sueño, entonces no podría haber sido soldados con el Rey James. El peligro existía aquí mismo, en Stonehaven. -Blair, hablar conmigo. Hábleme de su visión. -Sólo abrázame, Graeme. Abrázame y nunca me dejes ir. Sus brazos se apretaron alrededor de ella. -Nunca te dejaré ir, mi amor. Siempre seras mia -¿Despedirias a Glenda de inmediato si te lo pido?Graeme se puso tenso. -¿Ha hecho algo que te asusta?Blair no tenía la intención de decirle acerca de su enfrentamiento con erlla, pero decidió que tenía que proteger a su bebé. -Sí, Glenda me amenazó. Creo que está loca. Me sentiría más segura si ella se fuera muy lejos de mí. la furia endurecio las facciones de Graeme. -La chica se ira esta noche. Lo siento, si no actue antes. Pensé que era inofensiva. Esperaba que la llevara a la cama después de que nos casamos. -Recé que no lo haría.- Tú eres la única mujer que yo quiero en mi cama. -¿Adónde irá ?-La familia de Glenda vive en el pueblo. Son capaces de proveerla mientras encuentra un trabajo -. El alivio de Blair era palpable. -¿Seguro que no recuerdas el sueño?- persisitio Blair se negó a cumplir con su mirada. –¿No Has oído hablar del rey todavía? -No, pero espero alguna palabra pronto.-Si vas a la guerra, solo ten cuidado -Sabes que lo haré. Yo no podria soportar la idea de no volver a verte de nuevo. - Estoy encantado -. Ella presionó sus dedos contra sus labios. – Blair lanzó un suspiro. -Te amo, Graeme -Yo sé-, contestó Graeme después de una larga pausa. El silencio se extendía entre ellos. -Yo sé que me amas, aun si no quieres reconocerlo - dijo Blair. -Mis poderes estan todavía conmigo, eso lo demuestra. -Quizás la profecía es falsa-, sugirió Graeme. No tenia idea por qué se negaba a reconocer sus sentimientos. Tal vez todavía temia el peligro de sus poderes. Blair cogió el rostro entre sus manos, negándose a permitir que huyera de ella. -¿Me amas, Graeme?Graeme incapaz de mirarla los ojos, penso en mentir acerca de sus sentimientos. Ay, muchacha, Te amo, si, pero conozco la profecía y soy consciente de lo que significa Blair suspiró y se acurrucó contra él. –No sabes cuanto he ansiado oír esas palabras. -¿Ahora me dices de tu sueño?Blair negó con la cabeza. –No puedo recordar. 156

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Graeme sabía que los sueños de Blair eran a menudo una premonicion del futuro. -Esta bien, vuelve a dormir, amor. Vuelve a dormir. Empezó a levantarse pero Blair lo detuvo. –No te vayas. Te necesito, Graeme. Hazme el amor. -Mi amor, estas agotada-. Ella lo arrastró a su lado y le pasó la mano por el torso. Su mano encontró su virilidad, y la lujuria lo atravesó. A medida que lo acariciaba se sentía endurecer. Se quito su falda y la arrojó a un lado. Seguida de la camisa. Luego la besó a su manera por el cuello y apretó sus labios contra su clavícula. Siguiendo con los labios la punta de su pecho erguido. Sintió temblar el pezón con la lengua. Ella gritó su nombre y noto como su lengua rodeada su ombligo. La besó en el vientre hasta encontrar la suavidad de rizos rubios en la unión de sus muslos. . .y la besó allí. Blair zollozaba suplicandole que la poseyera. Él sonrió y negó con la cabeza. Deslizando sus manos por debajo de su trasero, la levantó y apretó su boca en contra de su feminidad dulce. Luego separo los pliegues con su lengua y se adentró en el interior de su centro blando. Blair se volvió loca. Entonces su cuerpo se arqueo en su caricia íntima. Todavía estaba temblando cuando se deslizó dentro de ella, apurando su clímax hasta su propia la liberación que los llevó al olvido. -No vas a morir-, susurró Blair, sujetándolo cerca. -Te lo juro, no voy a dejarte morir

Capítulo Dieciocho Blair esperaba con ansiedad la respuesta del rey a la propuesta de Graeme. No tenía idea de lo que harían si el rey se negaba a restaurar su matrimonio. Un día de glorioso sol, Graeme preguntó a Blair si queria salir de día de campo 157

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ordenando a Maeve que preparara una canasta para ellos. -Hay un lugar especial que te quiero mostrar. Sentados aquí, esperando la respuesta del rey no estamos haciendo nada bien por nuestra tranquilidad -¿Dónde?-, Preguntó Blair, el entusiasmo coloreaba sus palabras. –No me habias hablado de que hubiera un lugar especial cerca Con una sonrisa Graeme la guio -Ya lo verás. Nos vemos en el patio. Y lleva una capa. El tiempo puede ser variable esta época del año. Veinte minutos más tarde, Blair, llegó al patio con una canasta colgada del brazo. –¿Esta demasiado lejos?- le preguntó a Graeme. -No, es una distancia corta. Pero si prefieres montar a caballo -¡El dia es tan hermoso!. Vamos a caminar -. -¿Estás segura?-Claro, necesito hacer ejercicio Graeme le quito la canasta, y la condujo a través de la puerta principal. Caminaron en silencio por el pueblo saludando con la cabeza a los que se encontraban por el camino. Cuando llegaron al lago, Graeme siguió hacia abajo, por un estrecho camino a lo largo del acantilado. -Nunca he estado tan lejos de la aldea antes-, dijo Blair. -¡Y has hecho bien-, dijo Graeme. –No deberias aventurarte tu sola. Mira lo que pasó cuando entraste en el bosque a recoger hierbas. Blair se detuvo abruptamente, su mirada se centró en una torre de piedra colgada precariamente sobre el borde del acantilado.-¿Qué es eso? Graeme le cogío la mano y tiró de ella hacia la estructura. -Las ruinas de una antigua torre vikinga. Pensé que podría gustarte verlo -¿Qué edad tiene?-Es muy vieja. Los vikingos llegaron a Escocia desde hace varios siglos y construyeron torres de vigilancia a lo largo de la costa. - cuando llegaron a la base de la torre de planta cuadrada, Blair se quedó mirando con asombro el antiguo edificio y comenzó a avanzar. -¿Podemos ir al interior? Graeme tiró de ella. -Las escaleras son demasiado peligrosas para subir. Mira a tu alrededor -, dijo, señalando a varias piedras grandes. -Estas piedras han caído desde la torre en un momento u otro, seria peligroso entrar en la estructura.Solo pense que podríamos disfrutar de verlo. -Gracias-, dijo Blair. -Aprecio mucho estar a solas contigo. Tenemos muy poco tiempo para nosotros mismos. -Lo mismo pienso yo- murmuró Graeme. -¿Vamos a comer?Graeme extendio el mantel que Maeve había incluido en la canasta y Blair dispuso la comida. Luego disfrutaron de el pan, el queso, la tarta de paloma y fresas frescas. También encontraron una botella de vino. -¿Vino, Graeme?-, Preguntó Blair cuando lo vio descorchar la botella. -Sí, la ocasión lo amerita. Es la primera vez que estamos a solas fuera de el castillo. La primera vez que haremos el amor bajo el cielo -. -¿Vamos a hacer el amor?-Sí. Más de una vez, espero. Blair tragó saliva. Esperaba que asi fuera, también. Cuando terminaron de comer, Graeme le ayudó a empacar los restos de su comida. Miró ávida como él se quitó la espada, extendió su manta en el suelo a la sombra de la torre y le 158

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ofreció su mano. -Ven acuéstate conmigo, amor.La acomodó en la manta, luego se unió a ella. -El lago esta en calma hoy en día. -Es difícil imaginar que se acercaron barcos vikingos a nuestras costas -. Blair sonrió, imaginando Graeme como un feroz vikingo llegado a conquistar la tierra. -¿Por qué sonríes?-Siempre sonrío cuando estoy feliz.- Hizo una pausa. -Te amo, Graeme -. -Lo se, muchacha, te amo.Su rostro tenso de repente mostrando su necesidad, la recosto hacia abajo en la tela de cuadros cubriendo su cuerpo. -Nunca me canso de hacer el amor contigo Bajó la cabeza y la besó, devorando su boca con hambre. Probó el vino en sus labios y empujo su lengua dentro para entrar. No podia negarle nada. Era su amor, su vida, su futuro. Los espíritus lo habían enviado a ella. Pero aunque los besos de Graeme la volvian loca, Blair tenia la sensación de peligro. Cuando un zumbido comenzó dentro de su cabeza, trató de ignorarlo, concentrándose en cambio en el calor del cuerpo de Graeme y sus besos voraces. Entonces las voces reemplazaron el zumbido, y ya no pudo pasar por alto la advertencia. Cuando Graeme comenzó a desnudarse, ella puso las manos contra su pecho y sacudió la cabeza. -¿Qué pasa? ¿No estás de animos? - le dio una sonrisa seductora. -Puedo cambiar eso con bastante facilidad.-No-, respondió Blair, mirando alrededor de la fuente, percibia el peligro. -Algo está mal -¿Qué quieres decir? Todo es perfecto. -Tengo la sensación de peligro. Mis voces hablan de ella. Al instante alerta, Graeme hecho la mano a la espada. -¿Qué tipo de peligro? -No lo se, quizá deberíamos dejarlo. Me siento. . -. Las palabras calmaron en la garganta de Blair cuando un chirrido extraño le llamó la atención. Graeme debio haber escuchado, también, porque miro al mismo sitio. -¡Dulce Madre de Dios!-, exclamó Graeme. Por un momento, Graeme sólo podía mirar con horror la gran piedra que se había liberado de la torre de vigilancia y caia a toda velocidad hacia ellos. Actuando por puro instinto, empujo a Blair fuera del camino. Desafortunadamente, no fue lo suficientemente rápido. La enorme piedra le golpeó la pierna derecha antes de continuar por la ligera inclinación y luego rodar por el precipicio en el lago. Graeme escucho romperse los huesos de su pierna y un dolor punzante de carne desgarrada. Lo último que recordaba antes de desmayarse fue la imagen de una mujer mirando a través de una de las saeteras, cerca de la parte superior de la torre. Luego se desmayó . Cuando despertó, Blair estaba de rodillas sobre él, las lágrimas rodaban por sus mejillas. -¿Qué tan grave es?- jadeó. Ella le acarició la frente, tratando de aliviar sus temores. –No debes preocuparte, mi amor. Todo estará bien. Graeme se dio cuenta por su expresión de que estaba mintiendo. Era probable que perdiera la pierna. Miro disimuladamente hacia abajo. Lo que vio le helo la 159

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garganta. Su pierna era una masa sanguinolenta de los huesos lacerados y carne. Sabía instintivamente que no tenia posibilidad de reparación. Solo una cosa podria salvarle la vida y quien sabe si aun pudiera sobrevivir. Amputación. -Haz lo que tengas que hacer.- su voz era fina y frágil apenas perceptible. -Usa mi daga.- Esas fueron sus últimas palabras antes de que la oscuridad lo reclamara. -No, Graeme, no perderás tu pierna-, dijo Blair en una feroz determinación. Tampoco vas a morirBlair oyó risas, sintió una presencia detrás de ella y se dio la vuelta. -Tu-, gritaba. –¡Tu hiciste esto!Glenda miró a Graeme sin una pizca de compasión. -Ahora ninguna de nosotras lo tiene. Tenía la esperanza de que la piedra te matara a ti, pero ahora voy a tener que hacerlo por mi misma -¡Estás loca!-Quizá-, gruñó ella. Casi demasiado tarde, Blair se dio cuenta de que Glenda llevaba una daga en su mano. Era fuerte, pero también lo era Blair. Cayeron al suelo, agitando los brazos, poniendo una y otra vez cuando Blair evitaba que Glenda la apuñalara. De alguna manera Blair logró arrebatarsela y tirarla lejos. Gritando de indignación, Glenda se lanzó después traz el puñal, sus ojos tenian un toque de locura cuando la miró amenazadoramente -Prepárate a morir, bruja-. Ella se lanzó a la espada de Graeme, pero Blair llegó primero, pateandola lejos. Se deslizó por el suelo hasta el borde mismo del acantilado. Glenda fue traz ella. Blair vio con horror como una fuerte ráfaga de viento, literalmente, levantó Glenda en sus brazos y la arrastró por el acantilado. Su grito reverbo todo el camino terrminado después de un ominoso silencio. Blair se arrastró hasta el borde y miró abajo. Glenda se había sido, arrastrada hacia las aguas profundas del lago. Temblando, Blair se empujó hasta las rodillas. Aunque Glenda habia atacado a Graeme o había querido su muerte. Entonces oyó gemir y su atención volvio al hombre que amaba. Encontró Graeme en la misma posición que le había dejado, tendido en el suelo, con la pierna aplastada extendía ante él. Blair sabía lo que tenía que hacer. Cerrando los ojos, oró a Dios y los espíritus. Unos momentos más tarde, sintió un rastro de brisa reconfortante en la mejilla sabiendo que no estaba sola. Los espíritus estaban con ella, guiándola. Tomando una respiración profunda, Blair abrió los ojos, su expresión determinada a salvar la extremidad de Graeme y en última instancia, su vida. Recuperando el aliento, bajó sus manos hasta que se apoyará directamente sobre la pierna. Mientras oraba, y corearon las palabras arraigadas en su memoria, una gran calma se posaba en ella. A continuación, agujas de calor se apoderaron de sus manos y brazos. Todo su cuerpo empezó a temblar. Un dolor abrumador envió fuego por sus venas. Pero se negó a dejar su propia agonía distraerla. Curaria a Graeme o moriria en el intento. De repente con la cabeza a punto de explotar. No supo mas. Graeme se despertó con el sonido de las aves marinas graznando sobre su 160

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cabeza. Era consciente de el sol punzante en contra de sus ojos. . .y poco más. Se movió con cautela, se volvio lentamente. Entonces vio a Blair acostada en un montón de espinas junto a él, y recordo todo. ¡La piedra! Si hubiera golpeado tambien a Blair como él. Dios mío, estaba muerta Se empujo de rodillas antes de recordar que no deberia ser capaz de moverse libremente. ¿Por qué no estaba retorciéndose de dolor? Había visto la masa sanguinolenta de carne y hueso que había sido su pierna, y sabía que no había manera posible de salvarse. Sin embargo, allí estaba él, apoyándose en las dos piernas. Hechandole un vistazo vio lo que tenía que ser un milagro. Su pierna derecha estaba tan saludable como la izquierda. Aturdido, se dejó caer sobre su trasero, su mente se negaba a aceptar lo que sus ojos habían visto. Luego su mirada volvió a Blair, y todo lo demás se borro. Acuno su cabeza en su regazo. -Blair. cariño, despierta. ¿Estás herida? Pasó la mano por sus miembros, y nada parecía roto. Habia golpes en la cabeza, y el latido de su corazón era fuerte, a pesar de que algo errático. Sin saber qué hacer, él la abrazó y cantó hasta que se agitó y abrió los ojos. -¿Que paso amor?Blair arrastró en un suspiro tembloroso. -¿Estás bien?-Más que bien, cariño. ¿Cómo lo hiciste? -Tu pierna. . . es la misma. . -. -Está bien, muchacha. Nada menos que un milagro podría salvar mi pierna. -No podia dejarte morir, Graeme. Incluso si me hubiera matado habria intentado curarte Graeme retrocedió alarmado. -¿Qué quieres decir? Blair negó con la cabeza, con los labios cerrados herméticamente. Graeme se negó a aceptar su silencio. -Dime. Quiero la verdad. Blair dejó escapar un suspiro de resignación. –Esta bien, te lo diré. Normalmente se curan con hierbas y remedios naturales. Pero a veces no son suficientes. Cuando eso sucede, le pido a Dios y los espíritus que se apoderen de mí. Es a través de ellos como poseo mis poderes curativos. Sin embargo, cada vez que intento una curación me debilita. La conmoción e incredulidad devastaron a Graeme. –Me es tan difícil creer que tus poderes sean tan fuertes como para componer una extremidad rota. Vi mi pierna arruinada para siempre. Lo mejor que esperaba era la amputación. Blair, nunca debes revelarle a nadie lo que has hecho aquí. Ahora sé por qué tu padre temía por tu vida. ¿Sanaste a Stuart la misma manera que me sanaste a mi? Stuart habló de un milagro -Sí, he utilizado mis poderes para sanar Stuart. Si no hubiera muerto -¿Te sientes mejor ahora?-Sí. Todavía estoy débil, pero ya no siento dolor -. -¿Dolor? ¿La curación te produce dolor? -No es nada, Graeme. Estoy bien ahora. -No, no estás bien. Todavía estás pálida y temblorosa. ¿Cómo cuánto dura esta última debilidad? -Depende de la gravedad de la herida o lesión Si flexionaba la pierna derecha, aún no podia creer en el milagro que Blair había 161

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hecho. –Jamas vuelvas a utilizar tus poderes de curación de esa manera una vez más -, advirtió. -Un día no te recuperaras. No soportaria perderte – miro la torre - Es extraño el modo en que la piedra cayó -. -No fue un accidente-, dijo Blair. -Alguien trató de matarnos-. -¿Quién haría una cosa así? Voy a iniciar una investigación de inmediato -. Blair se movió en sus brazos. -No hay necesidad. Yo sé quién lo hizo. Su boca se adelgazo. -Díme su nombre.-No era un hombre.- Su expresión se suavizó. Le tocó el brazo. -Lo siento, Graeme. Fue Glenda -. -¡Glenda! La he conocido toda mi vida. ¿Estás segura? -Sí. Cuando se dio cuenta de que no nos había matado a los dos, vino detraz de mi Los brazos de Graeme se pusieron tensos. -Maldita sea! ¿Qué pasó? ¿Dónde está ahora? -Ella tenía un puñal. Hemos luchado, logre arrojarlo al lago. Luego se fue por tu espada, la heche fuera de su alcance, y cayo en el borde del acantilado. Ella se lanzó por ella y un fuerte viento la envió por encima del borde. Se ha ido, Graeme Graeme hizo una mueca. -Yo sabía que ella estaba celosa, pero esperaba haber resuelto ese problema cuando le desterre. Perdóname, mi amor. No tenía idea de que representaba un peligro para cualquiera de nosotros. Graeme recuerdo haber visto un rostro en la ranura de la flecha antes de que él se desmayara. Se dio cuenta de que no habría sido difícil para Glenda trabajar una piedra suelta de las ruinas que se desmoronaban y enviarlo a toda velocidad hacia abajo. -Lo siento-, dijo otra vez. -Si te sientes lo suficientemente fuerte, debemos regresar -Sí, mi fuerzas están regresando.Graeme puso de pie, levantó a Blair en sus brazos, se inclinó para recoger el cesta y empezó a caminar hacia la aldea. -Puedo caminar, Graeme-. -Me complace poder caminar. Si no fuera por ti me faltaría un miembro, o quizá estaria muerto por la pérdida de sangre. Ahora creo que podría llevarte a los confines de la tierra y no sentir tensión. Pero hablaba en serio cuando me refería a que nunca debes otra vez curar a nadie asi -La sanación es lo que hago.-¿Sabes lo que quiero decir?. Tus poderes mágicos no son para ser utilizado de nuevo. Todo lo que se necesitaría para llevar a cabo tu muerte es una sola voz planteado una acusación. -¿Cómo puedo prometer una cosa así?-Es necesario, amor. Por mí, y por los pequeños que tendremos juntos. ¿Me lo prometes? Blair negó con la cabeza. –No puedo hacerlo, si al hay alguien que me neceite, usare todos los medios a mi disposición para sanar. Bájame. Nos estamos acercando al pueblo, y no quiero que nadie piense que algo anda mal. Graeme obedecio. -Tengo que decirles a los padres de Glenda acerca de su muerte, pero no ahora. Quiero llegar a casa primero. 162

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-¿Qué les diras?-Sus padres son buenas personas. Todo lo que necesitas saber es que ella dio un paso demasiado cerca del borde del acantilado y murio -Me gustaría poder cambiar las cosas.-Glenda era tu peor enemiga. Los celos provocaron su fallecimiento. las piernas de Blair temblaban en el momento en que llegó a el castillo. A apenas podía caminar. Si no fuera por el brazo de Graeme a su alrededor, no podría haber subido las escaleras. Alicia, que acababa de llegar de la cocina, vio a Blair y corrió en su ayuda. -¿Qué pasa, muchacha? -Llevare a Blair a la cama-, dijo Graeme. -Ven conmigo, te va a necesitar. Levanto a Blair en sus brazos, la llevó por las escaleras y la dejo en su habitacion –Puedes arreglartelas sin mí, cariño, debo hacer lo que te dije Blair sabía que no iba a ser fácil para Graeme dar la noticia de la muerte de Glenda con sus padres y parientes. -No te preocupes por mi-, agregó. -Voy a tomar una siesta después de que Alicia me ayude a quitarme la ropa. Graeme la besó en los labios y le aconsejó quedarse en la cama hasta que se sintiera lo suficientemente fuerte para levantarse. -¿Qué fue todo eso-, preguntó Alicia. –Estas debil como un gatito. ¿Pasó algo mientras se fueron? -Te lo explicare mientras me ayudas a quitarme la ropa.-Sanaste a alguien-, supuso Alicia mientras la ayudaba. En pocas palabras Blair le dijo a Alicia lo que había sucedido. -Graeme va a decirle a la familia de Glenda que caminaba muy cerca del borde del acantilado y la tierra se desmoronó bajo sus pies. -No hay necesidad de que sepan que su hija era una asesina. Háblame de la lesión de el. ¿Qué tan grave fue? -Era mala, Alicia. Los huesos de su pierna derecha se rompierone en numerosos lugares y su carne estaba desgarrada. Hubiera perdido la pierna. ¡Era más probable que hubiera muerto a causa de la amputación -. -No es de extrañar lo que hisite-, dijo Alicia, chasqueando la lengua – pero tienes un retoño que crece dentro de ti en el cual debes pensar. Vuestra salud es primero. Blair lanzó un suspiro. –No debes preocuparte porque pueda usar mis poderes de nuevo. Graeme me tiene prohibido usar la magia. Teme que alguien me va a acusar de brujería y el rey actuará sobre ella. El rey James parece decidido a acabar con la la brujería. -Pero no eres ninguna bruja-, le recordó a Alicia. -Para los escoceses supersticiosos, una Mujer País de las Hadas y las brujas son lo mismo -. -Entonces ya sabéis, muchacha –envolvio la manta alrededor de Blair, y cerró las persianas para oscurecer la habitación. -¿le has dicho a Graeme acerca de su niño?-Todavía no. Tenía la intención de decirle hoy, pero no tuve la oportunidad. Muy pronto -, dijo adormilado. -Se lo diré en breve.163

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-Duerme, muchacha. Necesitas descansar. Me aseguraré de que nadie te moleste Blair estaba dormida antes de que Alicia terminó la frase. Sonriendo, salio de puntillas de la cámara, dejando a Blair dormir en paz. El sueño de Blair no fue pacífico, sin embargo. Sueños inquietantes fueron a visitarla. Se vio en medio de una controversia. Los dedos la señalaban y se alzaron voces en la acusación. Entre sus acusadores principales estaban Niall y MacKay. Sentia la presencia real. De repente, la multitud la arrastraba. ¿Dónde estaba Graeme? ¿Por qué no me defiende? Entonces los espíritus le hablaban. -Ellos quieren hacerte daño. Debes protegerte a tí misma y a tu bebe -¿Cómo?Silencio. -Por favor. ¿Dime lo que debo hacer? – Las voces se callaron. Entonces cerró su cerebro mientras se deslizaba en un sueño profundo. Graeme regresaba de la aldea en un extraño estado de ánimo. Mientras que los padres de Glenda no habian sido capaces de entender cómo su hija podría haber sido tan descuidada aceptaron la explicación de Graeme. Él no quería mentir, pero sabía que la verdad les haría daño. -Pareces necesitar unas gotas de whisky-, dijo Stuart a Graeme cuando cruzó la sala para reunirse con él. –Nada ha sido fácil. -Era más difícil que te puedas imaginar-, permitió Graeme al recibir el vaso de whisky que Stuart le ofrecio. -Sobre todo cuando lo que le dije a los padres de Glenda era una mentira. -Yo sabía que había más. ¿Puedes decirme que fue? Graeme tomó un sorbo de whisky, mientras que consideraba su respuesta. Tal vez, pensó, sería mejor no decirle a nadie lo que había ocurrido. No quería hablar del milagos y la mejor manera de asegurar el silencio era no contarle a nadie. -¡Es mejor que no sepas lo que pasó ¡-, dijo al fin. -Quizá-, se quejó Stuart, que no sobana nada convencido –La chica esta bien. Parecía debil. Hay alguna noticia… Graeme detuvo el vaso en los labios, con cuidado de ponerlo abajo. - Alicia no dejó entrever mucho, pero Blair n me ha dicho nada -Ah, bueno, el tiempo lo dirá-, dijo Stuart, brindando con Graeme. -¿Qué os parece que va a hacer el rey va a hacer? Deberíamos escucharle pronto. -Si Dios sabe. Si me permites tío, creo que voy a subir a ver cómo esta mi esposa. Graeme subió las escaleras hasta la habitacion principal y en silencio entró en el dormitorio. Blair seguía durmiendo, por lo que se instaló en una silla para verla. Nunca se cansaba de mirarla. Su delicada belleza le había fascinado desde el principio. Con su cabello dorado esparcido sobre la la almohada y su cara en reposo, podría haber sido un ángel venido a la tierra. Este pensamiento trajo otra. Blair era todo lo bueno y puro que podria tener. No importa la cantidad de dolor que sintió cuando usó sus poderes, o lo débil que la curación la dejó, ella no pensaba en sí misma si no en los demás. Que una mujer como Blair pudiera amarlo era un milagro. No era de extrañar que se hubiera 164

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enamorado de ella. Pensó en Juana y su enamoramiento, consciente ahora de que había sido cautivado por su bondad, su piedad y su convicción religiosa. Lo que había sentido por ella nunca habia sido amor. Recordó el horror de su muerte y sintió una sacudida de pánico. No podía, no quería permitir que eso le sucediera a Blair. No deberia volver a usar sus poderes mágicos de nuevo. -¿Graeme? ¿Qué estás haciendo? Graeme restó importancia a su aprehensión y sonrió a Blair. -Mirandote dormir. Eres tan hermosa. Te amo mucho. Blair le tendio su mano. –Ven a mi lado.Graeme se unió a ella en la cama, acunandola en sus brazos –Las cosas no salieron como las habia planeado -, dijo. -Yo quería hacer el amor contigo en el suelo bajo el sol, con el brezo de almohada -. -Hazme el amor ahora-, le susurró Blair. -No, amo, estas todavía demasiado débil. Tenemos toda una vida por delante para hacerlo -Si el rey lo permite.-El rey puede irse al carajo,- maldijo Graeme. -Vamos a estar juntos. ¿Has pensado en mi solicitud? -¿Cual?-Sabes perfectamente bien lo que quiero decir.No quiero perderte. No debes volver a usar tus poderes mágicos de nuevo --sonrió sugestivamente - Excepto en la cama.-Hacer el amor contigo siempre es mágico. No debes preocuparte, mi amor, no vas a perderme. Estamos destinados a estar juntos. Viniste a mí en mis visiones mucho antes de que nos conocieramos -No lo creo posible, pero si tu lo dices - Es cierto, debes creerme… -comenzó a bostezar. -Vuelve a dormir. No vine a despertarte Blair lanzó un suspiro. -Quizá voy a descansar un poco más. Vamos a cenar solos en nuestra cámara esta noche. Tengo algo que decirte. -Yo me encargaré de todo-, contestó Graeme, sonriendo. ¿Blair tenia la intención de decirle acerca de un bebe? La besó suavemente en los labios y se marchó. Blair sonrió y se acurrucó en el lecho caliente. Por un breve momento se había olvidado de su sueño. Nada importaba, pero conocimiento reconfortante de que Graeme la amaba tanto como ella y que llevaba a su hijo por debajo de su corazón bastaban para tranquilizarla.

Capítulo Diecinueve Graeme despertó a la mañana siguiente en el mejor de los estados de ánimo. Él y Blair había compartido una cena íntima junto a la chimenea en su dormitorio e 165

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hicieron el amor después. Reafirmando su compromiso a pesar de su incierto futuro. Cuando Graeme salio de la cama para prepararse para el día, no podía dejar de sonreír. Blair le había hablado del bebé que estaba esperando. Su bebé. Su heredero. Seguía sonriendo cuando entró en la sala un breve periodo de tiempo más tarde. Vio a Stuart al lado de Alicia en una mesa y optó por no molestarlos. En su lugar, se unió a Heath. -Buenos días-, saludó Heath. –Tienes una mirada excesivamente feliz esta mañana. ¿Tenemos que dar las gracias a Blair por eso? Graeme quería decirle a su primo sobre el bebé, pero decidió mejor no. El estado de su matrimonio y el destino del niño dependía de la buena voluntad del rey. -Blair es una mujer increíble-, dijo Graeme. -No importa lo que el rey decida, nunca la abandonare. Ella es mía -. Heath sonrió. –No puedo culparte, Graeme. Mi opinión de Blair ha cambiado. Ella es suave y amable y todos apreciamos sus habilidades de curación -. Graeme estuvo totalmente de acuerdo se concentró en su avena y tartas, aunque deseba a estar todavía en la cama con su seductora esposa. Graeme se llevaba la cuchara a la cuando Aiden se precipitó en la sala. -Fergus ha regresado de Hawick, Graeme se levanto desde su silla Fergus entró en la sala. -¿Vienes de parte del rey? -Sí, laird.- saco un documento doblado desde su sporran y se la entregó a Graeme. Este tuvo que leer el mensaje que lleva el sello real dos veces antes de preguntar: -¿Por qué el rey viene a Stonehaven? ¿Cuánto tiempo le llevas de ventaja? Fergus pasó el peso de un pie a otro, claramente incómodo. -Dos días detrás de mí. En primer lugar, permítanme decir que no habrá guerra con el Inglés. MacArthur y MacKay fueron los únicos terratenientes que se presentaron en Hawick para apoyar al rey. James se puso furioso se vio obligado a negociar con el Inglés más tiempo para pagar su rescate. Graeme gruñó. -Eso todavía no me explica por qué James se acerca a Stonehaven. ¿Quiere mi dinero? ¿No ha dicho nada acerca de mi matrimonio? -No habeis oído lo peor todavía-, dijo Fergus. -Habla, hombre. ¿Debo temer la visita del rey? -Sí. MacArthur y MacKay acusan a tu mujer de brujería. El rey tiene la intención de investigar las acusaciones. -Dios del cielo-, exclamó Graeme. -¿El rey está llegando a investigar a mi esposa, a instancias de MacArthur y MacKay? Los voy a matar -¿A quien vas a matar?- Preguntó a Blair mientras caminaba por el pasillo -Oh-, exclamó cuando vio a Fergus. –Tu mensajero ha regresado. -Puso su mano en la de Graeme. -¿Qué ha decidido acerca de nuestro matrimonio? Graeme guio a Blair lejos de los demas –No es lo que esperabamos, amor.-Dime-. Graeme la llevó a una silla y le pidió que se sentara. Luego cayó de rodillas ante ella, con expresión muy preocupada. -El rey viene a Stonehaven -. -¿Para qué? ¿Qué pasa con la guerra? 166

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-James negocio más tiempo para pagar su rescate, por lo que no habrá guerra -. -Hay algo mas-, dijo Blair, recordando su sueño. Su visión le había advertido del peligro, y ahora estaba a punto de descubrir que era -No es facil de decir, pero que has sido traicionada.Blair se quedó helado. -¿Por quién?-Tu hermano y MacKay. Te han acusado de brujería. El Rey viene a investigar las acusaciones por sí mismo. El color desaparecio de la cara de Blair. Juntando las manos cerró los ojos y trató de -ver su destino, pero seguia siendo un misterio para ella. ¿Era este perecer en el fuego? Los espíritus le habían dicho que Graeme podía salvarla. ¿Cómo? La preocupación arrugó la frente de Graeme. No voy a permitir que nada malo te suceda, lo prometo. -No prometas algo que no puedas cumplir-, susurró Blair. –El rey se saldrá con la suya. -Sus manos revolotearon sobre su estómago, donde su bebé descansaba debajo de su corazón. ¿Viviria para ver la luz del día? -Nuestro bebe va a sobrevivir-, dijo Graeme ferozmente. -Ninguno de los dos perecerá. Confía en mí. Blair quería creer, pero la desesperación era una carga terrible. Mientras que se esforzaba por presentar una fachada de calma para no preocupar a Graeme, se estaba muriendo por dentro. -No te preocupes por mi, voy a estar bien- dijo -De hecho, hay cosas que debo hacer para prepararse la visita del rey - admitió de mala gana. –Alicia se quedara contigo La dejo haciendo una pausa para hablar con Alicia, la vio palidecer antes de que se levantara y corriera a unirse a ella. -Ah, muchacha, el laird me acaba de decir lo que Niall y MacKay te han acusado. Debés confiar en Dios y los espíritus que te salvarán. -Me gustaría tener tu fe, Alicia. Me habían advertido de los problemas, pero jamas pude interpretar mis sueños -Confia en tu marido, muchacha. No te abandorara -Confío en Graeme, pero la palabra del rey es la ley. Si él decide que soy una bruja, voy a morir, y mi bebe conmigo. Ese día se inició con un torbellino de actividad con el castillo preparado para la visita del rey. Las habitaciones se limpiaban y aireaban. Incluso los tapices fueron bajados y sacudidos, se colocaron juncos frescos en el piso. Cuando el heraldo del rey llegó dos días después de anunciar su Inminente llegada, todo estaba listo. A excepción de Blair. La idea de ver a Niall y MacKay de nuevo era una posibilidad escalofriante. En cuanto al rey, Blair temía su visita. El rey llegó con toda la pompa y la ceremonia acorde con su condicion. Le acompañaba un pequeño ejército de guardias, así como Niall MacArthur y Donald MacKay, sus principales acusadores. Graeme esperaba a sus invitados en la parte inferior de las escaleras. Blair estaba un poco detrás de él, con las rodillas temblando debajo de sus faldas. -Bienvenido, su gracia-, dijo Graeme, haciendo una reverencia. El rey devolvió el saludo, pero su mirada estaba clavada en Blair que se dejo caer en una reverencia. El rey, aunque algo bajo y fornido, era sin embargo una figura 167

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imponente con su cabello y barba de chivo. Había hecho algunas cosas buenas desde que asumió el trono. Había fundado, el Tribunal de Sesiones, y su reinado poco a poco empezaba con la restauración del respeto por la monarquía. También fue conocido por su determinación de acabar con la brujería en Escocia. -Así que esa es la bruja-, dijo James. -Perdón, señor,- respondió Graeme. -Blair no es una bruja. Ella es una curandera experta que ha demostrado su valía entre los miembros del clan en más de una ocasión. También es mi esposa. Niall MacArthur se acerco desde la parte trasera del grupo para expresar su protesta. -No estoy de acuerdo, señor. Mi hermana no es la esposa de Campbell. Su Gracia ha tenido a bien anular el matrimonio. Blair ahora es mi responsabilidad -. El padre Lachlan se acercó al lado de Blair, puesto para apoyarla -Respondo de la muchacha, señor. He conocido a Blair durante toda su vida y ella no es una bruja ha sido bendecida por Dios. -Ella me lanzo un hechizo que me hizo daño-, denunció Niall. -¿Acaso ahora?-, Desafió Lachlan. -¿Está usted diciendo que no puede funcionar como un hombre? -¡No!- nego Niall. - Soy tan viril como cualquiera aquí. -Ya basta de esto-, dijo el rey. –Solo yo puedo juzgar su culpabilidad o inocencia. Pero primero voy a comer y refrescarme. Terrateniente Campbell, espero que mis hombres se sientan bienvenidos -Sí, señor-, dijo Graeme. -Todo está listo para su visita -. -Bueno. Voy a interrogar a la mujer mañana. Mi viaje ha sido largo y agotador, voy a buscar mi cámara de forma inmediata -. Jamie aparecio en el momento justo, haciendo una oferta del rey y su séquito que lo siguiera a sus cámaras. Niall y MacKay se mantuvieron atrás. Cuando Graeme preguntó a Blair si podia darles un espacio los fulmimo con la mirada y de mala gana se despidió. -¿Has preparado cámaras para nosotros?-preguntó Niall. –Somos testigos importantes. -Sus cámaras han sido preparadas-, dijo Graeme a regañadientes - Aunque estoy seguro que son conscientes de que ninguno de ustedes son bienvenidos en mi casa. Tu , MacArthur, quieres la muerte de Blair porque eso beneficiará tus arcas. Y tú, MacKay, solo quieres explotarla para satisfacer tu codicia. Jamie volvió a entrar en la sala y Graeme le hizo una seña. –Muestrale al Laird MacArthur a su habitación. Cuando MacKay empezó a seguirlos, Graeme dijo: -Quédate un momento, MacKay. Me gustaría hablar en privado contigo -¿Qué es lo que tenéis que decirme que MacArthur no pueda oir?-Supongo que MacArthur no sabe nada sobre el tesoro. Voy a hacerte una oferta si rehusas dar tu testimonio contra Blair, no mencionare el tesoro al rey. Sabes que James va a querer su cuota. Incluso podría insistir en que pagaras el monto total de su rescate. MacKay maldijo. -Ella te lo dijo -¿Creías que no lo haría?168

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-La bruja te mintió. El tesoro es algo de poco valor -Blair jamas mentiria-, replicó Graeme. -¡Es un hecho conocido que las arcas del rey están vacías!. Estoy seguro de que investigará si el tesoro existe antes de poner sus manos en el - Graeme aventuró. -Piénselo bien, si te retractas de tus acusaciones contra Blair, no le dire que tu riqueza a aumentado -A MacArthur no va a gustarle, teníamos un pacto. Él prometió que Blair sería mía si que le dejaba su dote. La dote no me importaba, porque yo tenía una riqueza mucho mayor. Sin embargo, desde que tengo dinero, ya no necesito a la bruja. No se la daria ni a mi peor enemigo -. Graeme ahogó una sonrisa. Amarraria navajas entre los dos para salvara a su esposa, estaba todavía tramando algo cuando el paje del rey interrumpió. Graeme recibió la orden de presentarse en la cámara de James. S apresuró a responder el llamado del rey. Hizo una reverencia ante su monarca, pero no fue invitado a sentarse. -Laird Graeme, no estoy nada satisfecho por su carta. Nadie, ni hombre ni mujer, dicta los términos al Rey de Escocia. -Perdóneme, señor, pero estaba desesperado. Usted puso fin a mi matrimonio con la mujer que amo, y yo, solo buscaba una manera de revertir el decreto. -¿Sabes por qué anule ese matrimonio, no?-Sí. Debido a que no pude asistir a Inverness, MacArthur y MacKay sugirieron que me castigases, poniendo fin a mi matrimonio con Blair. Si lo recuerda, señor, de haber estado ahí habria sido ejecutado junto con otros cinco montañeses acusados de traición. Tuvimos una inundación que nos impidio la partida James frunció el ceño. –Fue un error. Envié a los terratenientes a casa -. -Demasiado tarde para salvar a los cinco que murieron. ¿Y por qué razón? No se nada de intrigas, ni he deseado jamas su corona James levantó la mano. -No estoy aquí para revisar las decisiones del pasado, ya sea buenas o malas. Estoy aquí para interrogar y juzgar a una mujer acusada de brujería. -Blair es inocente.-Me dijeron que negarias los cargos. MacArthur me advirtió que mentirias para mantener la dote de la chica. -Al diablo con la dote-, Criticó Graeme. –No la quiero -Sin embargo, la ley establece que la dote de una mujer pertenece a su marido por matrimonio. -Voy a renunciar a ella. MacArthur puede mantenerla -. Hizo una pausa y espetó: -Blair esta embarazada. James se acarició la barba. -Un hijo. Eso complica las cosas. Me has dado mucho en que pensar. Puedes irte ahora -, dijo con desdén. -Buenas noches, Laird Campbell.Graeme hizo una reverencia y se marchó. No regresó a la sala sino que fue directamente a su habitacion. Se encontró con Blair sentada sobre un banco frente a la chimenea, mirando con tristeza hacia las llamas. No se molestó en mirar hacia arriba cuando entró. Él se sentó en el banco a su lado y le cogió las manos frías entre las suyas -Acabo de hablar con el rey

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Ella lo miró, sus ojos se llenaron de tristeza. -Este es el final -, susurró. -¡No!- Denegación de Graeme. -Este es el principio-. La levanto abrazándola, besándola, necesitando desesperadamente probarle que no dejaría que nadie le hiciera daño. Quizo suavizar las líneas de preocupación de su frente, para hacerle olvidar la razón detrás de la visita del rey, aunque sólo fuera por esa noche. Blair deslizo las manos alrededor de su cuello besandolo con fervor que dejo pocas dudas de lo que deseaba. -Hazme olvidar, Graeme,- susurró contra sus labios - Esta podría ser la última vez que estemos juntos.-No, muchacha, siempre vamos a estar juntos. No lo dudes. – Levantandola en sus brazos, la llevó a la cama, la desnudó lentamente, adorándola con la mirada y luego con sus manos y la boca cuando desnudó su cuerpo. Con ternura, besó su estómago, donde su bebé crecia, y luego regresó a la boca. Blair sentía en ese momento el placer sustituia al miedo. El mañana no existía. Solo ese hombre y su amor. Blair se estremeció cuando tomo sus pechos exuberantes en sus manos, luego los llevó a la boca y chupó los pezones, primero uno y luego el otro. -Tu ropa-, murmuró. -quiero sentir tu piel desnuda contra la mía, me calienta con su calor y vitalidad. Nunca he sentido tanto frío en mi vida. Le susurró palabras de cariño mientras se despojaba de su camisa y las botas, regresando a ella en cuestión de segundos. -Te amo, Blair, -le susurró al oído. Toco su centro húmedo con el pulgar, frotando el hinchado capullo de su feminidad, hasta que se arqueó y gritó. Sus rizos sedosos estaban húmedos con su esencia. Sus dedos se deslizó entre los labios de su sexo. La acarició suavemente, reduciendo así el rocío de su cuerpo. Luego deslizó dos dedos profundamente dentro de ella, sacando su placer. -Por favor, Graeme, te necesito dentro de mí.Cuando Graeme continuó su dulce tortura, Blair tomó el control. Metiendo las manos a un lado, se levantó sobre sus rodillas y se coloco encima de el. Luego, lentamente, sensualmente, tomó la cabeza de su sexo , apretó suavemente llevandolo hacia su húmedo interior. Comenzaron a moverse al mismo tiempo. Sus cuerpos, estallaron en un orgasmo culminante. Echando la cabeza atrás, gritó su alegría mientras sus músculos se convulsionaban a su alrededor. Graeme se mantuvo bajo control hasta que llegó a la cresta. Entonces se lanzo sobre ella llevándola a otro orgasmo al mismo tiempo, derramando su semilla en ella. Poco a poco su corazón se desaceleró y su respiración volvió a la normalidad. Blair se dejó caer encima de él, con la cabeza apoyada en su pecho. Suavemente Graeme la tomo en sus brazos. Blair suspiró feliz. Durante unos minutos, había creído que nadie podía tocarla, que Graeme la mantendría a salvo. Pero lo cierto era que el rey había viajado a Stonehaven para condenarla y castigarlaa. Peor aún, ella temia que los miembros del clan de Greame hablaran contra ella. Como si sintiera sus pensamientos, los brazos de Graeme se tensaron alrededor de ella. -Nada malo va a pasar, amor. Eres mía, y voy a cuidar de tiDado que el rey estaba cenando en su habitación, Blair y Graeme tomaron la 170

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comida en la intimidad de su habitación. Después, volvieron a la cama y se amaron toda la noche. El juicio de Blair comenzó a la mañana siguiente. El salon se desbordaba en miembros del clan de la aldea y su entorno. El rey se sentó en la silla del laird. Graeme estaba sentado a un lado de él y Niall MacArthur por el otro. MacKay en una silla al lado de Niall. Blair se sentó delante del rey en un taburete, mirandolo vulnerable y asustada. Todos los demás de pie -Vamos a empezar-, dijo el rey, agitando la mano para llamar a la calma. Un silencio cayó sobre la sala. -¿Quién trae los cargos en contra de la supuesta bruja?-Yo-, dijo Niall. -Yo vivía con Blair en Gairloch y la vi lanzar hechizos con mis propios ojos. No hay duda en mi mente que ella usa las prácticas de brujería. -¿Qué tipo de hechizos?- preguntó el rey, inclinándose hacia adelante. -Ella habla con espíritus. Blair usa la magia negra para convocar a las fuerzas del mal. Ve las cosas antes de que sucedan. –su voz bajo hasta convertirse en un susurro. -He visto sus poderes mágicos. La mirada del rey se fijo en Blair. -¿Qué es lo que tienes que decir en tu defensa, Blair MacArthur? Tu hermano trae graves cargos en tu contra -. -Yo no soy una bruja, señor. Seguramente no soy la única escocesa que pretende ser nada más que una sanadora -Sí, es cierto,- hablo una mujer. -¿Quién habla?-, Preguntó el rey James. -Un paso adelante-. -Soy Mab, Su Excelencia-, dijo Mab, sumergiendo y haciendo una reverencia – la Señora Blair usó sus habilidades para traeer a mi hijo al mundo. Si no hubiera sido por ella el no hubiera vivido para ver la luz del día -. -Yo soy el confesor de Blair, señor,- dijo el Padre Lachlan arriba. -Ella es dulce y buena y una verdadera hija de Dios -¡La mujer es una bruja, no lo dudo!- Empujado a la gente a un lado Gunna llego hasta el rey. –El retoño de Mab nació muerto y la bruja le dio vida -¡Silencio!-, Ordenó el rey. -¿Quién eres tú?-Gunna, la partera-. -¿Alguien más quiere acusar a Blair MacArthur?- su mirada cayó sobre MacKay. ¿Y tú, Donald MacKay? Tenias cargos suficientes contra la muchacha -. MacKay miró a Graeme, y rápidamente desvió la mirada. Graeme le devolvió la mirada, una advertencia inherente. -Quizá me equivoqué-, murmuró MacKay. -¡Qué!- Rugió Niall. –¿Eres tonto? La has visto, Blair atrajo a un rayo desde el cielo. - Quizá me equivoqué. Quizá el relámpago llegó de forma natural con la tormenta -, murmuró MacKay. -¿Qué dices a eso, Blair MacArthur?-, Preguntó el rey. -Yo estaba tratando de escapar de MacKay durante una tormenta feroz. Niall me engañó para que visitara Gairloch. Él me tuvo prisionera allí hasta MacKay viniera por mí. -¿Con qué propósito?Graeme había explicado a Blair que no debia hablar del tesoro a menos MacKay testificara en su contra, por lo que Blair le dio otra versión de la historia. 171

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-Niall me había prometido a Mackay ante de que mi padre muriera. Pero el no lo permitio y me caso con Graeme en su lugar. Cuando se dio la anulación de mi matrimonio MacKay solicitó de nuevo casarse conmigo. Él sabía que yo no estaria de acuerdo, así que él y Niall inventaron una historia para llevarme a Gairloch bajo falsos pretextos. Cuando MacKay llegó, me llevó a su fortaleza. -Te fuiste con MacKay con bastante facilidad-, denunció Niall. -No tenía otra opción. Me dijiste que matarías a la escolta de Graeme si me negaba -¿Es eso cierto, Niall MacArthur?-, Preguntó el rey. -Blair lo mal entendio,- nego Niall. -¿Qué tiene esto que ver con que mi hermana es una bruja? -Niall no quiere entregar mi dote-, continuó Blair desafiante. -Él nunca renunciaria a ella a favor de Graeme. MacKay le prometió que podria guardarla si me casaba con el la mirada perpleja del rey se detuvo en MacKay. -¿Amas a Blair MacArthur? -Él no la ama-, Gritó Graeme. -Yo la amo.-Estoy seguro de MacKay pueden hablar por sí mismo. -Er. . . Yo no amo a Blair MacArthur. -lamió la humedad repentina de sus labios secos. -Yo. . . solo planeaba explotar sus poderes. -¿De qué manera?-Yo. . . er. . . la quería por su habilidad para predecir el futuro - mintió. -Ser consciente de los planes de mis enemigos sería una gran bendición.-Ah, ya veo. ¿Retiraras tus cargos? -Las acusaciones son falsas-, argumentó Graeme. –Escucheme, señor. Niall MacArthur es un alborotador. Él desprecia a Blair porque su padre la preferia. Douglas MacArthur dejó Blair una cuantiosa dote y Niall codicia sus riquezas y tierras. La codicia es lo que lo impulsa a levantar cargos. -Le hice a una pregunta-, dijo James, silenciando Graeme con una mirada. -Habla, Donald MacKay. ¿Vas a retirar tus cargos? -¡No!-, Gritó Niall, saltando de su silla. –retira los cargos y terminamos con nuestra amistad! -¡Siéntate!- Ordenó a James, señalando con el dedo a Niall. -Me gustaría oír lo que MackKay tiene que decir. -Yo. . . Puedo haber estado equivocado, señor -, balbuceó MacKay. –No vi nada que indique que Blair MacArthur practicaba la brujería. El odio de Niall provoco rumores infundados. Sí, señor. Revoco los cargos. -¡Traidor!- acuso Niall. - Siempre he odiado a Blair. Ella era muy querida por nuestros hermanos por sus habilidades curativas mientras que yo era despreciado. Pero yo no miento. Todo lo que dije acerca de los espíritus y los hechizos mágicos es la verdad de Dios. -¿Quién habla en defensa de Blair MacArthur?Varias personas dieron un paso adelante. -Ella curó mis quemaduras-, dijo uno. -Ella me salvó la extremidad cuando casi me la cortó un hacha.-Ella preparó infusiones calmantes para curar la tos de mi hijo. -Ella prepara hierbas para curar mi dolor de cabeza.-Ella facilitó mi trabajo cuando di a luz a mi bebe-. 172

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Y así fue. Por último, el rey hizo un -¡Basta! ¿Quién además de Niall MacArthur y Gunna tiene una palabra en contra de la bruja? Un profundo silencio cayó sobre la sala. -Que dices en tu defensa, Blair MacArthur?Las lágrimas nublablan la vision de Blair. Tenia la confianza de los miembros del clan de Graeme. No esperaba este tipo demostración de amor y respeto. Nadie la condenó, mas que Gunna y Niall, su propio hermano. -¿Has oído hablar de la profecía MacArthur, señor?James entrecerró los ojos como si tratara de recordar algo. Sacudió la cabeza. No, pero debes recordar que pasé muchos, muchos, años en Inglaterra. ¿La profecía de la que usted habla es un mito, no? -No, señor, No es un mito. Yo estaba destinada a convertirme en una curandera y fui dotada por Dios con ciertos poderes. Algunos me llaman Mujer País de las Hadas, otros no son tan generosos -. -¿Renuncias a Dios, Blair MacArthur?- preguntó James, apoyándose hacia adelante. -No, señor. Todo lo que soy es obra de Dios. James se echó hacia atrás, con los dedos debajo de su barbilla. –¿Que dices tu, Graeme Campbell? -Conoceis mis sentimientos, señor. Blair es buena y cariñosa; nada malo hay en ella. Le ruego que restaure nuestro matrimonio. Blair lleva mi hijo y heredero. -Hmmm-, dijo James, tocando la barbilla. -Quizá he actuado precipitadamente. Estaba muy molestos cuando no te presentaste en Inverness según lo ordenado, y deje que MacArthur y MacKay intrigaran en contra de tu matrimonio. -Yo nunca lo e traicionado, señor. Si usted recuerda, he luchado contra los ingleses en suelo francés. Yo era la guardia personal de Juana de Arco. Mi clan ha sido y será siempre fiel a nuestro rey. -¿Por qué debo creerte?Graeme se levantó y bajó a la rodilla. -Ante mi clan y Dios, presento la renovación de los votos de fidelidad a mi padre juró al tuyo James parecía impresionado. Tomó de Graeme de los hombros y lo levantó. -A causa de la codicia de otros hombres pensaba ejecutar un súbdito fiel. Gracias a Dios por la inundación que impidió lleguaras a Inverness para tu ejecución. Quiza actue de manera imprudente, pero los rumores de sedición entre los montañeses me provocaron una gran angustia. -Ni yo ni mis hermanos de clan lo traicionaremos-Lo se.-¿Y Blair? Ella lleva a mi hijo. Mi vida no estaria completa sin ella -. -Ven hacia aquí, Blair MacArthur.Blair se levantó y se acercó al rey con las piernas temblorosas. -¿Deseas permanecer casada con Graeme Campbell?Blair sonrió. -Sí, con todo mi corazón, señor. Él es mi vida -¿Niega todas las acusaciones de brujería?-Lo hago-. -¿Amas a Dios y prometéis a obedecer sus mandamientos?-Siempre lo he hecho, señor.James hizo una seña a su secretario. -Sir Raymond, prepare un documento que 173

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restaure la unión de Blair MacArthur con Graeme Campbell. Le pondre mi sello cuanto este lista Blair se dejó caer de rodillas y agarró la mano del rey. -Gracias, señor. Voy a nombrar a mi hijo James en su honor. -James Douglas,- modifico Graeme. -Me gustaría honrar al padre de Blair por haberla dado a mí. -Por lo tanto, debe ser-, dijo James, escondiendo una sonrisa detrás de su mano. -Señor, protesto!-, Dijo Niall. –Habeis cometido un gran error.-Vuelve a tu casa, Niall MacArthur, y con mucho gusto no te impondre un castigo por tratar de mantener la dote de tu hermana para ti mismo. Si no liberas la dote sufriras las consecuencias… -Y tú, MacKay-, continuó James. –Son culpables de hacer falsas acusaciones, a pesar rescindir ahora. Vuelve a tu fortaleza y no quiero escuchar mas hablas de problemas entre Mackays y Campbells -. -Sí, señor, muchas gracias, señor-, dijo MacKay, ansioso de escapar de la ira del rey. El rey se levantó y agitó su mano con desdén. -Todos ustedes pueden regresar a sus hogares -. Graeme le tendió la mano a Blair, y ella se dirigió hacia él. Estaban a tan solo dos pasos cuando las campanas de alarma resonaron en su interior. Se dio la vuelta, en busca de la fuente de peligro. Un grito quedo atrapado en su garganta cuando vio a Gunna con los ojos salvajes corriendo hacia ella, con una daga en la mano.

Capítulo veinte Blair sentía las piernas como si fueran a hechar raíces en el suelo. Echó un vistazo a 174

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Graeme y vio que su atención se había desviado momentáneamente, estaba acercandose para ver que era lo que James estaba diciendo. No había nadie más lo suficientemente cerca para detener a Gunna. Los guardias estaban ocupados anunciando la gente de la sala, y los guardias de Graeme se dirigían a las mesas apiladas con alimentos y bebidas. El grito enloquecido de Gunna hizo lo que Blair no había podido hacer. Llamó la atención de todos hacia ella y lo que estaba pasando, pero no albergaba muchas esperanzas de poder llegar a tiempo para prevenir su muerte. -¡Muere, bruja!- gritó Gunna. -Que el diablo se lleve tu alma con el- Blair escucho a Graeme llamarla por su nombre. Gunna estaba casi encima de ella, Blair no sabía qué camino tomar para escapar, y Graeme estaba todavía demasiado lejos para ayudarla. Entonces sucedió algo extraño. Gunna estaba solo a unos pasos cuando se tropezó con un obstáculo invisible. Blair la observaba con mórbida fascinación cuando Gunna se estrelló contra el suelo. Graeme llego a Blair poco después, abrazandola contra su pecho. Ella oculto la cara contra el tratando de controlar su temblor. El padre Lachlan se arrodilló junto a Gunna. Entonces apresuradamente se persignó y meneó la cabeza. -Gunna está muerta. Dios la tenga en su gloria. Blair se salió de los brazos de Graeme. -¿Cómo murió?-Cayo contra su propia daga, muchacha-, explicó el padre Lachlan. –El cuchillo se incrustó en su corazón. Murió en el acto. -He visto su caída y todavía no entiendo cómo pasó- dijo el rey dijo que se unió a ellos. Su mirada paso de Gunna a Blair una y otra vez –No quiero saber mas. Tomen el cuerpo y llevenselo de inmediato. -Me encargare de ello-, dijo el padre Lachlan. Blair se sentía completamente agotada. No podía creer que todo había terminado por fin. Los miembros del clan de Graeme no se habían vuelto contra ella, el rey había declarado su inocencia y los espíritus todavía la protegian. -Laird Campbell-, llamo el rey, haciendo señas a Graeme. Con Blair a su lado, Graeme se acercó al rey. -Sí, señor. ¿Cuál es tu deseo? -Tengo la intención de salir inmediatamente a Edimburgo. He perdido mucho tiempo aquí. Ya he instruido a mi séquito para preparar la salida. He estado fuera mucho tiempo, y mi esposa espera ansiosa mi regreso. -Le deseo buena suerte, señor-, dijo Graeme. –Tome lo que necesite de las provisiones para su viaje -. El rey James asintió con la cabeza. -Así lo haré.- Se volvió a Blair. –Que su hijo llegue sano y tenga una vida larga. Avisenme cuando nazca y sere su padrino. -Nos hace un gran honor, señor-, dijo Blair, dejándose caer en una reverencia. -¡Es lo mínimo que puedo hacer por lo que ha tenido que pasar!- buscó su rostro, sus ojos se estrecharon en la especulación. -Todavía no logro comprender cómo llegó Gunna a tan triste final. ¿Hay algo que usted quiera decirme? -Estoy tan sorprendido como usted, señor-, respondió Blair, era la verdad. Alguno de los espíritus intervino para salvarla? No era algo que podía compartir con el rey. 175

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-Bueno, entonces--James saludó alegremente: -Veo que mis hombres están listos y por lo tanto tengo que partir. -Si alguna vez tienen necesidad de los Campbell, señor, solo tiene que llamarnos. Estaremos siempre dispuestos a defender a nuestro rey y su país -. Blair y Graeme se quedaron en las escaleras hasta que el rey y sus acompañantes atravesaron la puerta. Luego regresaron a el castillo y subieron las escalera hacia la habitacion principal. Cuando llegaron al piso superior, Graeme tomo a Blair en sus brazos y la llevó a su dormitorio. Se aferró a élla con una necesidad desesperada. Si su hermano se hubiera salido con la suya, ella y Graeme habrian sido separados para siempre. Peor aún, ella habría sido declarada culpable de brujería y quemada en la hoguera -Se acabó amor-, dijo Graeme dejando a Blair en la cama e instalandose a su lado -Nadie va a hacerte daño.-Hiciste algo para lograr que MacKay se retractara ante el rey- reflexiono Blair -Sí. Negocié con MacKay por tu vida. Hice un trato con el. -¿Qué clase de trato?-Simplemente le dije que no le diria al rey sobre su tesoro si se retractara de los cargos en tu contra. Él sabía que el rey decomisaria gran parte de su riqueza si estaba consciente de su existenci -¡Es una vergüenza que MacKay se quede con todo el tesoro para si mismo cuando el rey está tan desesperado por dinero!. Graeme sonrió. -Me parece que el tesoro no sera un secreto por mucho tiempo. Los siervos de MacKay deben saber sobre él, y los rumores llegarán pronto al rey. Olvídate de MacKay y tu malvado hermano, muchacha. Nunca tendras que preocuparte por ellos otra vez. Blair le envió una mirada cautelosa. –¿No me impediras usar mis habilidades de curación? -No podria hacerlo mas de lo que puedo evitar que caiga la lluvia. En cuanto a las voces que oyes y los espíritus que te visitan, no me opondre aunque estare al pendiente de ello. Estoy de acuerdo con el padre Lachlan. Estas bendecida por Dios. . . y eres mía. Blair lanzó un suspiro. -Siempre he sido tuya, Graeme-. -Lo sé. Has dicho que me viste en tus sueños. Dime cómo fue Ella se acurrucó contra él. –Viniste a mi desnudo- le confio -A pesar de que lo hiciste muchas veces, solo pude ver tu rostro la noche antes de tu llegada a Gairloch. Incluso entonces no sabía cual era tu identidad. -¿Desnudo?- dijo Graeme, claramente intrigado. -Sí, tú eras mi amante fantasma. Sentía tu cuerpo contra el mío, tu calor y tu virilidad. Me dijeron que eras mi futuro y nunca lo dudé. Pero yo sabía que no podria amarte -Pero lo hiciste.-Oh, sí, ciertamente, lo hice. . . hago.- levantó la cara para recibir su beso. Un beso llevó a otro y pronto estaban arrancandose la ropa. Graeme la tenía debajo de el en la cama, pero vaciló. -Estás cansada, muchacha. Has experimentado una situación desagradable debes descansar deben. -Voy a descansar después. Necesito que me ames. Nunca lo he necesitado más 176

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en mi vida. Me estremezco al pensar en lo cerca que estuvimos de separarnos para siempre. Su boca reclamo la de ella, pero sus besos no demandaban. Se posaron con ternura sobre los uyos con la ligereza de las alas de una mariposa. Sus labios se abrieron al golpe sensual de su lengua. Su mano se movió sobre su pecho, sosteniendo su peso sobre ella, masajeando el pezón distendido con la palma de la mano. Su boca se cerró sobre este la lengua le acariciaba el pezón. Ella gimió cuando un meloso calor se extendio atraves de su cuerpo. La urgencia se apoderó de ella, y abrio las piernas a la espera de su verga en su interior. En su lugar el bajo la cabeza atraves de su cuerpo besandola íntimamente en la union de sus muslos. Ella ondulada sensualmente, sus gritos llenaban la cámara. Vencida por las emociones turbulentas, se quedó sin aliento con la respiración entrecortada, con los dedos arrugo la ropa de cama, cuando el placer corrio atraves de su cuerpo. Luego explotó, luchando contra la dicha que colmaba sus sentidos. -Te amo, Blair-, dijo Graeme desplazandose hacia arriba y llenandola de el. Más allá de un discurso, Blair deja a su cuerpo hablar por ella. Enredo sus piernas alrededor de su cintura, levantó las caderas para encontrarse con su empuje. Cuando la llevo a su punto culminante ella gritó sollozos de éxtasis. Luego sintió que su cuerpo se convulsionaba en un enorme estremecimiento, y supo que el le habia correspondido con la misma intensidad. Momentos después se desplomó contra ella, respirando sobre su oído. Entonces, como si repentinamente fuese consciente de el bebé que llevaba, se levantó haciendose a un lado y mirandola con temor, su expresión era ansiosa. -¿Te he hecho daño, mi amor?- la atrajo a sus brazos. -Nunca me harías daño, Graeme. El bebe y yo estamos bien. Te prometo que Douglas James llegara a este mundo sano y fuerteDouglas James nació seis meses más tarde, sano y salvo como Blair había predicho. Una gran celebración estaba prevista en honor de su nacimiento. Cuando al rey se le notificó, él y su reina informaron que viajarian a Stonehaven para el bautismo. Durante la celebración de este que fue de una semana de duración, Stuart y Alicia anunciaron su intención de casarse. Cuando el rey sugirio que se casaran antes de regresar a Edimburgo, una ceremonia improvisada fue oficiada por el Padre Lachlan, La noche después de la salida del rey, Graeme y Blair hicieron el amor por primera vez desde el nacimiento de su hijo. Después, cuando ella dormía en los brazos de Graeme, soño con la muerte del rey. . .y se desperto gritando. Graeme estuvo a su lado tranquilizandola hasta que estuvo lo suficientemente calmada como para explicarle su sueño. -Vi la muerte del rey-, susurró. Graeme se sobresaltó violentamente. -¿Morira de causas naturales?Blair negó con la cabeza. -No. El rey morirá a manos de conspiradores que aspiran a ganar el trono -. -¿Quiénes son los conspiradores?-No los vi. Vi su asesinato, pero solo eso. No se cuando o como se va a 177

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producir. Podría suceder mañana, el próximo año o los que sigan -Sin embargo, debo advertirle.Blair negó con la cabeza. -No, mi amor. Es la suerte del rey. No nos corresponde interferir. -Hizo una pausa. -Eso no es todo. También vi la muerte de MacKay, gracias a la maldición. Su final no sera bonito. Graeme se estremeció y la mantuvo cerca. -¿Qué pasa con nuestro futuro, muchacha? Ella sonrió con aire soñador. -Nosotros estamos destinados a estar juntos para siempre. Habra más niños y años de paz y prosperidad en nuestro futuro. Vamos a amarnos hasta el final de nuestros días y más allá -. -Y así lo haremos- estuvo de acuerdo Graeme. -Hasta el final de nuestros días y más allá. Y así fue.

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