Traducido por Ileana García. Sin animó de lucro. Soló para Fans. FUNDACIÓN DE LA LUZ (DAYLIGHTERS) LIBRO 15 DE VAMPIROS DE MORGANVILLE Nota del editor Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares e incidentes son producto de la autora de su imaginación o son usados de manera ficticia, y cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, las empresas
establecimientos, eventos o lugares es pura coincidencia. El editor no tiene ningún control sobre, y no asume ninguna responsabilidad por autor o de terceros Esto es para ti, querido lector. Has sido muy entusiasta con los residentes de Morganville que no puedo imaginar dedicar este libro a cualquier persona. Gracias por tomar el largo y extraño viaje conmigo. . . y espero que nunca quieras salir de nuestra pequeña ciudad. En este caso, tener una tarjeta de residente. Líneas para la forma de banco de sangre de la derecha. . . . INTRODUCCIÓN: Morganville, Texas, no es como cualquier otra pequeña ciudad polvorienta. Tiene secretos. Es una ciudad de la compañía. . . y la empresa es vampiros. Si te quedas, trabajas para ellos, la firma de acuerdos especiales para la protección y el pago de un impuesto en las ganancias o sangre por el privilegio de no ser, ya sabes, mordido. Ha funcionado durante un par de siglos bajo el hierro con un toque de Terciopelo de la Fundadora, Amelie. . . pero los últimos años han sido confusión, problemas, y la rebelión. Claire Danvers escapó de todo, embarcándose en un programa de estudios especial en el MIT. Pero incluso se puede sacar a la chica de Morganville, pero no puedes sacar a Morganville de la chica, que chocó de frente con un amenazante nuevo enemigo que sabía demasiado sobre vampiros. La “Fundación del Sol”. Ahora Claire regresa a casa con sus amigos (Eva, Michael, y Shane) y sus aliados (su bipolar loco jefe científico, Myrnin, el ex segundo al mando de Amelie, Oliver; la nueva amiga de Claire, Jesse, y la Dra. Anderson, una científica cautiva que una vez fue nativa de Morganville, y ahora se ha convertido en una traidora). Pero la casa segura, no está en la forma en que la dejaron. . . .
UNO Claire se quedó mirando el cartel chirriante que marcó el límite de la ciudad de Morganville, Texas, y su pensamiento era, que debería estar llorando. Su mejor amiga, Eve, ya lo estaba, en impotentes, y furiosos sollozos. Claire se aferró a ella y hizo todas las cosas simpáticas y correctas, le murmuró que iba a estar bien, le dio unas palmaditas en la espalda, la abrazó. Pero a pesar de que dijo todas las cosas correctas, se sentía. . . vacía. Seca como la arena que soplaba a través del desierto fuera de las ventanas de la patrulla de la policía. Estaban sentados en el asiento trasero, detrás de la malla de acero, y las puertas no se abrían desde el interior. Fue hecho como un taxi, pero definitivamente no lo era, ya que les llevaba donde no querían ir. Es decir, a la cárcel. Y al otro lado de donde estaba estacionado su coche, cuatro cuerpos de vampiros estaban siendo cargados en dos de las ambulancias de la ciudad atados firmemente a camillas, en caso de que la madera todavía enterrada en sus corazones para mantenerlos temporalmente muertos no funcionara. Claire identifico las caras con holgura, ya que se rodó para ver: Oliver, una vez Fundador de la ciudad, segundo al mando de Amelie, ahora caído en desgracia y en el exilio. Jesse, la vampiro que Claire sabía que los menos favorecidos, una hermosa mujer que parecía ridículamente joven y frágil ahora, despojada (temporalmente, con suerte) de su vida de vampiro. Myrnin, el bipolar vampiro jefe y amigo de Claire, su cabello oscuro en un indomable desorden alrededor de su rostro inmóvil, blanco. Por último, y lo más horrible, Michael Glass, amigo de Claire y el amor de la vida de Eve. Su piel se había vuelto de color blanco puro mármol, y sus ojos azules estaban abiertos y sin brillo. Parecía el más muerto de todos ellos. -‐‑Está bien,-‐‑susurró Claire, asegurándose de mantener el rostro de Eve de el lado contrario al el cuerpo de Michael cuando paso por su lado. -‐‑Los vampiros pueden superar esto. No es ningún problema para ellos, siempre y cuando las estacas se las retiren muy pronto, ya que no están yendo al sol ni nada. Sólo respira, ¿de acuerdo? Respira -‐‑. No era tanto lo que decía como el hecho de que su voz era firme y tranquila, lanzando un salvavidas en el océano de caos. Eve tomó una respiración profunda, y sus sollozos disminuyeron enganchando una parada. Ella se echó hacia atrás cuando las puertas de la ambulancia se cerraron y uno tras otro los grandes vehículos se alejaron por los dos carriles de asfalto en dirección al centro de Morganville, si Morganville no tenía nada que pudiera ser descrito como un centro de la ciudad. Ella se secó los ojos con el dorso de la mano, lo que hizo que se corriera el resto de maquillaje que le quedaba. El brillo de su anillo de bodas de rubí capto la luz, y por un momento la pared de adormecimiento de Claire se estremeció y amenazó con colapsar para revelar el dolor y el miedo que había escondido detrás de él. -‐‑¿Has visto a Michael?-‐‑Le preguntó a Eve. Ella contuvo la respiración en otro sollozo, y sus ojos enrojecidos miraron a Claire. -‐‑Cómo se veía ¿estaba bien? -‐‑ Claire no podía decirle, porque la visión de su piel helada y sus ojos en blanco le habían puesto nerviosa a fondo. -‐‑Va a estar bien. Sabes que el es más duro que esto -‐‑, dijo. Lo que era una cosa totalmente cierta, y más allá de cualquier argumento. -‐‑Yo sé, Dios, ¿por qué ha ocurrido esto? ¿Qué es lo que quieren de nosotros? -‐‑
Eve dijo como un lamento retórico, pero era la pregunta que se agitaba en la mente de Claire una y otra vez. ¿Por qué? Habían estado regresando a Morganville para advertir a Amelie de varias cosas, uno de los cuales fue el crecimiento mortal de una organización anti-‐‑vampiros llamada Fundación La Luz y el hecho de que uno de los Agentes de mayor confianza de Amelie, la Dra. Irene Anderson (una vez de Morganville), se había unido a la otra parte. Pero habían sido recibidos por la policía local en lugar de personas de Amelie, y las cosas han ido cuesta abajo desde allí. Los policías primero separaron a los humanos, Claire, Eve, y a el novio de Claire, Shane, además de la presa, la Dra. Anderson. Entonces, sin previo aviso, habían ido por sus amigos vampiros, que habían sido simplemente llevados en las ambulancias y conducidos a destinos desconocidos. Claire giró en el asiento para mirar hacia el coche detrás de ellos. Los policías no lo habían tenido fácil conseguir meter a Shane en el otro coche patrulla, habían terminado esposándolo y amenazándolo con la pistola paralizante. Se sentó rígidamente en el asiento trasero, mirando los agujeros en la distancia como si se tratara de una paliza. A su lado, la Dra. Anderson se desplomó contra la ventana, como si no le importara que ella estuviera presa más. Claire sabía por qué la habían separado de Shane, Eve la necesitaba en este momento, pero quería desesperadamente estar con él para hacer todas las preguntas candentes en su mente. ¿Por qué quería Hannah Moisés hacer esto? Después de todo, la jefe de policía Moisés era su aliada, su buena amiga de confianza. Pero ella no había mostrado ninguna vacilación, ningún remordimiento. La única manera de interpretar lo que había sucedido era que Hannah se había unido libre y voluntariamente a la Fundación de La Luz. Nada tenía sentido, y Claire necesitaba darle sentido a porque todo iba tan mal. Los seres humanos han tomado el control de Morganville, Hannah le había dicho, con sus amigos,-‐‑sus amigos mutuos-‐‑ todavía estaban en el suelo. Los vampiros están siendo puestos en cuarentena para su propia protección. No podía ser cierto. Simplemente. . . no podía. Y sin embargo, obviamente lo era. -‐‑¿Dónde lo llevan?-‐‑ Eve miraba tras el parpadeo de las luces de las ambulancias saliendo. -‐‑Ella dijo algo acerca de cuarentena. ¿Qué significa eso? ¿Crees que los están llevando al hospital? ¿Es que piensan que tienen algún tipo de enfermedad? -‐‑ -‐‑No lo sé-‐‑, dijo Claire. Se sentía impotente, y ella sabía que si se permitía dejar de sentir nada, estaría tan enojada como Shane se veía sentado en ese otra patrulla que parecía dispuesto a masticar a través de la malla de acero. Pero si ella se enojaba, ella también tendría que dejar salir todo, todas las otras emociones que burbujeaban y amenazaban con salir de su interior. Y si lo hacía, ella se derrumbaría, como Eve estaba haciendo. Era mejor no sentir nada en este momento. Es mejor mantenerse fuerte. De el lado del conductor la puerta se abrió, y Hannah Moisés se puso detrás al volante del coche de la policía. Se sentó y cerro su cinturón de seguridad con un movimiento suave. Un diputado se puso en el otro lado, nuevo, pensó Claire. Alguien que no conocía. Pero si reconoció el pin que llevaba en el cuello de su uniforme-‐‑un sol naciente, en oro. Símbolo de la Fundación de la Luz. Eve se lanzó hacia delante y agarró la malla, enroscando sus dedos en ella cuando Hannah puso en marcha el motor del coche patrulla. -‐‑¿Qué demonios estás
haciendo, Hannah? -‐‑preguntó ella, y sacudió la malla, con fuerza. -‐‑¿A dónde están llevando a Michael?-‐‑ -‐‑Está a salvo-‐‑, dijo Hannah. -‐‑Nada va a pasar con él. Confía en mi, Eve. -‐‑ -‐‑Sí, ¿sabes qué? Muérdeme. Yo no confío en ti. Acabas apuñalando a todos por atrás, horrible.-‐‑ Claire agarró a Eve y la arrastró lejos, el cambio de la palabra a un grito protestando. –Detente-‐‑, susurró con fiereza en el oído de su mejor amiga. -‐‑No vas a lograr nada, haciendo que ella este enojada con nosotros. Sólo espera. Estate tranquila y espera.-‐‑ -‐‑Es fácil para ti decirlo,-‐‑ susurró Eve. -‐‑Shane va a venir con nosotros por lo menos. ¡A Michael ni siquiera sé a dónde lo llevan! -‐‑ Ella tenía razón. Claire odiaba admitirlo, pero no había absolutamente nada que pudieran lograr encerradas en un coche de policía. Y antagonizar con la señora que tenía las llaves de su esposas probablemente no era la mejor estrategia. -‐‑No vamos a renunciar, -‐‑le dijo a Eve. -‐‑Sólo estamos. . . aguardando nuestro momento. -‐‑ -‐‑¿Y qué crees que van a hacer con él mientras estamos esperando, exactamente? -‐‑le preguntó Eve, tirando de la malla de nuevo. -‐‑Yo, ¡Hannah! ¿Cómo se siente apuñalar a sus amigos en la espalda? ¡Espero que no llegó la sangre por todo su uniforme bien planchado! -‐‑ La diputada se dio la vuelta y le dio una mirada fría y dura. –Siéntate en silencio, -‐‑dijo. -‐‑Si no lo hace, voy a darle una sacudida eléctrica hasta que lo haga.-‐‑ -‐‑Con lo que, ¿la respiración? ¿Has oído hablar del uso del hilo dental, diputada Imbécil? -‐‑ -‐‑Eve-‐‑, dijo Hannah. Es una advertencia, plana y desnuda; y fue reforzada por la diputado cuya respiración, con toda justicia, hizo tipo de olor de toma un Taser. Aunque Eva aún estaba hirviendo de rabia, se soltó y se sentó atrás, cruzando los brazos sobre el pecho. Entonces ella le dio una patada a su asiento. No le iba a hacer nada, ya que el asiento fue reforzado con una placa de acero pero ella probablemente se sintió mejor por hacerlo. -‐‑Oye-‐‑ dijo Claire, y llevo su mano hacia Eve. Eve vaciló, luego la tomó y la agarró con fuerza. -‐‑Todo irá bien. El va a estar bien. Eve no dijo nada. Probablemente estaba pensando, no puedes saber eso, y ella habría estado en lo cierto. Claire no sabía eso. Sintió frío, desamparada y vulnerable, y no sabía cómo nada de esto realmente podría estar bien. . . pero por ahora, en los momentos entre las oportunidades, lo único que podía hacer era fingir. Ella esperaba que estarían siendo conducidos directamente a la cárcel, o al menos al Palacio de Justicia, pero los dos coches patrulla se dirigieron a las afueras de Morganville. Claire reconoció la zona, y no le gustó en absoluto. Nada bueno ha pasado por aquí en los márgenes de ciudad, que estaba lleno de edificios abandonados y personas abandonadas. -‐‑Oye, -‐‑dijo, inclinándose hacia adelante, pero con cuidado de no tocar la malla. -‐‑ Disculpe, pero ¿dónde exactamente nos llevas?-‐‑ -‐‑No te preocupes. No estás en peligro, -‐‑dijo Hannah. –Tengo a alguien que quiere conocerte. Ya casi hemos llegado. -‐‑ Cuando Claire había dejado Morganville, un montón de reconstrucciones habían sido puestas en marcha por la ciudad, pero no en esta zona. Nadie había pensado que había mucho que valiera la pena salvar, sospechaba. Había sido el hogar de la
mayoría de mendigos, casuchas viejas, almacenes podridos y fabricas muertas hacia mucho tiempo. Ahora equipos de hombres se movían con ello, la mayoría con chalecos de color naranja, y excavadoras ruidosamente nivelaron un terreno irregular y amontonaron los restos destrozados de ladrillo, madera y acero oxidado. Otros equipos estaban en la colocación de los marcos de los edificios en las áreas que ya habían sido despejadas. Además, era obvio que mucho más de la construcción estaba en marcha, algunos de ellos ya estaban pintados y terminados. Ella podía imaginar lo que Shane estaba murmurando en el otro coche: Buenísimo, me voy de la ciudad y de repente hay buenos puestos de trabajo. Le gustaba la construcción, y había una gran cantidad de hombres y mujeres por ahí, vestidos con camisas de trabajo y vaqueros, martillando, acarreando, demoliendo, construyendo. Era toda una nueva Morganville. Se veía. . . alegre. Esperanzada. -‐‑¿A que viene esto?-‐‑ Preguntó Claire. -‐‑¿Todas estas nuevas casas?-‐‑ -‐‑Son para los nuevos miembros, -‐‑dijo Hannah. Su voz era calmada y nivelada, y no revelaba nada en absoluto. La Diputada que llevaba el pin de la Fundación del Sol Naciente en su cuello, miró a Claire. -‐‑Al unirse a la Fundación de la Luz, pueden recibir nuevas viviendas libres si lo quieren. Ha atraído mucho entusiasmo y apoyo. La mitad de estas personas que están trabajando aquí son voluntarios. -‐‑ Frenó el coche patrulla e hizo un giro a la izquierda. -‐‑Hay algo que decir para dejar atrás el pasado y construir un nuevo futuro, ¿no te parece? Especialmente en una ciudad cuya historia es tan oscura como la de Morganville.-‐‑ Claire no quería llegar a un acuerdo, porque ella todavía sentía que había una gran cantidad de cosas que no sabía y no entendía del todo, pero lo que Hannah había dicho soló tenía sentido, si ella confiara en la Fundación del Sol Naciente pero no era así ni siquiera un poco. Hablando de los Sol Naciente. . . habían renovado uno de los viejos almacenes y construyeron una nueva sede. Era un edificio grande, justo por delante, fresco y reluciente con la pintura y el metal brillante, con un cartel giratorio grande en la parte superior de el techo. Brillaba en oro suave en la luz del sol como se vio después, el mismo símbolo que estaba en el pin de la Fundación que llevaba la Diputada. Una imagen simple, algo que debería haberse visto esperanzador. Sol Naciente, un nuevo día, todo eso. Claire no lo creía. Lo que le hizo no creer era el edificio, a pesar de toda la manera alegre que había sido pintado, parecía que sería fácil de defender, si se trataba de una pelea. Las ventanas eran todas altas y estrechas, y no parecía que se abrieran en absoluto. Las paredes gruesas, también. De hecho, si usted hacia caso de todo menos de la construcción, podría con la misma facilidad haber sido una prisión. Hannah se detuvo en el aparcamiento generoso recién pavimentado, todavía fresco y negro, con rayas blancas brillantes que delimitan espacios. Había cerca de cincuenta coches ya presentes, pero llenaban menos de un tercio de las plazas disponibles. Se podían poner la mitad de los automóviles de Morganville aquí, pensó Claire, y tienen espacio de sobra para el estacionamiento masivo de autobuses. Dos patrullas de la policía ya estaban en el lugar, donde Hannah aparco al lado de la que llevaba a Shane y la Dra. Anderson.
Pensó que podría haber reconocido algunos otros vehículos, pero no podía recordar ninguno con seguridad. Se dio cuenta, que no había ningún coche de vampiro-‐‑ con las ventanas tintadas-‐‑ en el aparcamiento. Ni uno solo. Hannah apagó el motor, pero ni ella ni la Diputada salieron de inmediato, sino que Hannah se giró para mirar a Claire y Eve a través de la malla. -‐‑Así es como esto va a ir, -‐‑ella dijo. -‐‑Van a comportarse, saldrán y caminaran con nosotros hacia el edificio, y van a actuar como señoritas civilizadas mientras les presentamos el hombre a cargo.-‐‑ -‐‑¿O qué? ¿Me vas a poner una nota en mi expediente permanente? –Eve se burlo. -‐‑O acabarás esposada, quizás con una descarga de Taser, y el resultado final será exactamente el mismo, sólo que menos sonriente, -‐‑Hannah dijo. -‐‑Así que me gustaría mucho que salte todo lo desagradable y hacer esto lo menos doloroso posible para ti-‐‑. -‐‑Oh, claro, usted está pensando sólo en nosotras, -‐‑dijo Claire. -‐‑Entiendo completamente.-‐‑ Hannah le dirigió una mirada larga y preocupada, como si entendiera que esa aparente rendición de Claire era más preocupante que la agresión abierta de Eve.. -‐‑ Estoy tratando de ayudarles niñas, -‐‑dijo. -‐‑No hagan que me arrepienta. -‐‑ -‐‑Yo no soy una niña, y emboscaron a mi esposo, -‐‑dijo Eve. –Voy ir con un miembro de aquí y decirle que hay un montón de cosas que van a lamentar. Probablemente muy brevemente, sin embargo, si eso le hace sentir mejor. -‐‑ Hannah intercambió un gesto con su diputado. -‐‑Bueno, -‐‑dijo, -‐‑Lo intenté. Si quieres hacer que sea difícil para ustedes mismos, estas ciertamente en tu derecho, supongo.-‐‑ Las dos salieron, y Hannah abrió la puerta de Claire, la agarró por el brazo y la empujó contra el coche con resistencia firme. Luego la ato con las manos detrás de ella. -‐‑Lo siento,-‐‑dijo ella. -‐‑Sin embargo, Soy capaz de leer las hojas de té. Ustedes dos no van a ir en silencio.-‐‑ Shane estaba causando problemas, también, bastantes problemas Claire pudo escuchar a el que estaba a cargo de él en el otro coche maldiciendo mientras trataba de maltratar a su novio para reducirlo. Hannah dejo escapar un gruñido impaciente y frustrado y se giró hacia Claire para mirarla -‐‑Cálmalo, -‐‑dijo. -‐‑Hazlo ahora.-‐‑ Claire levantó la barbilla. -‐‑¿Por qué?-‐‑ -‐‑Porque si no lo hace, le van a hacer daño.-‐‑ Claire miró más allá de ella. Shane debe haber arrojado un codazo antes de que le hubieran metido bajo control, debido a que el diputado tenia la nariz sangrienta. Ahora Shane estaba esquivando y dando patadas, tratando de superar la defensas del hombre de nuevo. Probablemente, sólo para llegar a ella, porque no había manera de que pudiera liberarse de las esposas que llevaba. -‐‑Shane, -‐‑dijo. -‐‑No lo hagas.-‐‑ Hannah, se movió lentamente y con calma, desabrochó la correa de la funda y sacó su arma, que mantuvo a su lado. Miró directamente a Shane. -‐‑Tiene razón, -‐‑dijo. -‐‑No me hagas levantar esta arma, Shane.-‐‑ -‐‑Que te jodan, -‐‑dijo en un pantalón harapientos y dio a Hannah una desafiante sonrisa. Levantó el arma, -‐‑de acuerdo.-‐‑ Ella apuntó a Claire.
Shane se congeló en su lugar, su sonrisa desapareció rápidamente. -‐‑Es un farol.-‐‑ -‐‑Probablemente parece de esa manera, -‐‑dijo Hannah. -‐‑Pero ya me conoces lo suficientemente bien como para saber que no apunte con un arma a menos que esté dispuesta a disparar a matar. Me gustas, Shane. Me gusta tu chica, aquí. Pero no me pongas a prueba, yo realmente no creo que sea una buena idea.-‐‑ Se quedó quieto. El diputado se apoderó de él y tiró de su manos atadas hasta llevarlas lo suficientemente altas como para que Shane se pusiera de puntillas, su rostro contraído por el dolor. Puso una mano sobre el hombro de Shane. -‐‑Camina, punki, -‐‑el hombre gruñó. Shane caminó. Claire también lo hizo. Eve había caído en un silencio expectante, pero incluso así, Hannah la mantuvo atada. Eso fue casi con toda seguridad un acierto. La gente subestima a Eve mucho, por su divertido sarcasmo y lindo rostro-‐‑ como un-‐‑botón, pero lo hicieron a su propio riesgo. Dejaron a la Dra. Anderson esposada y en silencio en el coche detrás de ellos, y Claire se preguntó acerca de eso. Alguien había puesto una acera fresca junto a la puerta de la nave, y había arbustos y ramitas de los árboles recién plantados alrededor de ella. Aun así, caminando se sentía como subir unas escaleras de los viejos tiempos hacia la horca, no sabía lo que estaba pasando o que iba a pasar con ellos una vez que estuvieran dentro. Las puertas de cristal grueso tenían el símbolo del sol naciente en ellos, y las palabras de la Fundación Sol Naciente debajo de él. Y, en letras doradas, todos son bienvenidos a la luz. Eso sonaba bien. . . a menos que hubieras conocido a sus seguidores en circunstancias menos iluminadas. Digamos, en un laboratorio donde fueron desgarrando vampiros aparte. Hannah abrió una de las puertas dobles, y un soplo de aire frío levantó la piel de gallina en los brazos desnudos de Claire. Había esperado la oscuridad de una cueva, pero a medida que sus ojos se acostumbraron al brillante sol al aire libre, se dio cuenta de que dentro estaba tan brillantes, gracias a una claraboya gigante sobre el patio central en el que se encontraban. Bañado por la luz había un escritorio de madera con el símbolo del Sol Naciente en la parte frontal de la misma, y bien vestida una mujer mayor que sonrió con amabilidad hacia ellos. -‐‑¿Sra. Hodgson? -‐‑Claire soltó. Ella conocía a la mujer, ella fue una vecina de la calle Lot, donde se ubicaba su antigua casa victoriana. Una señora agradable, se entretenía siempre en su jardín con sus flores y saludándole gratamente. Había traído galletas para Navidad un par de veces. Galletas de azúcar. -‐‑¿Claire?¿ Eve? Y oh, mi, Shane, también. –La Señora Hodgson parecía cortésmente angustiada al ver sus limitaciones. -‐‑Ahora, no se preocupen en absoluto. No hay absolutamente nada que temer de aquí. Están en la luz ahora. Ahora están a salvo. -‐‑Se levantó de la mesa, dejando al descubierto que llevaba un traje ajustado que fue sacado de la década de 1960, complementándolo con un collar de perlas brillantes, dio la vuelta al clip con insignias en sus camisetas. -‐‑Voy a poner con cuidado sus identificaciones. No puedo dejarte entrar aquí sin identificación, ¿verdad? No, ahora. Eso no era tan malo, ¿verdad? -‐‑ -‐‑Gracias, Doreen, -‐‑dijo Hannah. –Vamos a hacerle saber que estamos aquí, ¿verdad? -‐‑Por supuesto. ¿Puedo traerles a todos ustedes algo? ¿Un poco de agua, tal vez? -‐‑ -‐‑Cerveza, -‐‑dijo Shane. -‐‑Shiner Bock, si lo tienes.-‐‑ -‐‑Oh, ahora, deja eso, -‐‑dijo la señora Hodgson. Eres demasiado joven para beber, que bribón.-‐‑
Esto no era una situación en la que ninguno de ellos se sintiera inclinado a estar sonriendo, pero Shane lo hizo, un poco, y negó con la cabeza. Él pronunció la palabra pícaro a Claire, con las cejas arqueadas. Ella levantó la suya de nuevo. -‐‑Sólo un poco de agua podría ser bueno, -‐‑dijo Hannah. –Gracias por su amabilidad.-‐‑ Ella llevó a Claire a una silla acolchada cerca y la presiono en ella, Eve se sentó a su lado. El diputado mantuvo a Shane de pie. El vestíbulo era bastante llano, dominado principalmente por el mostrador atendido por la señora Hodgson, pero había algunas fotografías en la paredes-‐‑ Claire entrecerró los ojos contra el resplandor de la claraboya y pudo distinguir las siluetas de varias personas en una de las imágenes, de pie frente a este mismo edificio, pero en las primeras etapas de renovación, parecía. Podía distinguir que se trataba de Hannah, y otra era de la nueva alcalde de Morganville Flora Ramos. Aparte de eso, los otros eran un misterio, excepto que se dio cuenta de un patrón, y una cara recurrente. Un hombre de baja estatura, constitución delgada, nada realmente notable de sus características. Doreen Hodgson regresó llevando botellas de agua, y después detrás de ella, estaba el mismo hombre, en carne y hueso. No era muy imponente en la vida real, mas bajo que Shane por lo menos cuatro pulgadas. Vestía un traje negro liso y una camisa blanca; las únicas manchas de color en él eran sus ojos muy azules, casi el mismo tono alarmante como los de Michael y una corbata de seda roja y el bolsillo cuadrado. Su rostro tenía una forma vagamente de Europa del Este, pero era realmente todo lo que Claire podía decir acerca de él. Eso, y el hecho de que su pin de la Fundación Sol Naciente brillaba como el oro real. Él asintió con la cabeza a Hannah y le dijo: -‐‑Usted puede dejarlos libres ahora. Estoy seguro de que todos vamos a ser civilizados. Además, difícilmente puedan beber su agua si tienen las manos atadas. Es importante iniciar esta conversación con confianza.-‐‑ Hannah asintió a su diputado, mientras desabrochaba las esposas de Shane, sacó un cuchillo y cortó las esposas de abrazadera plástica en las muñecas de Claire, y después la de Eve. Doreen se apresuró a poner botellas de agua en sus recién liberadas manos frías, la sudación de las botellas le recordó a Claire cuánto tiempo había pasado desde que había tenido algo de beber. -‐‑Gracias,-‐‑dijo, y dejó la botella sobre la silla donde había estado sentada. -‐‑No tengo sed. -‐‑Era una mentira, pero ella no sabía lo suficiente todavía para confiar en nada de esta situación, incluso una botella de agua con tapón. Las pálidas cejas del hombre se elevaron sólo un toque. -‐‑Es una marca conocida, -‐‑dijo. -‐‑Les prometo que no ha sido manipulada.. -‐‑Él extendió la mano hacia ella. -‐‑ Soy Rhys Fallon. Y usted debe ser Claire Danvers.-‐‑ -‐‑¿Está usted a cargo aquí?-‐‑Claire le preguntó, sin tomar la mano que le tendía. La bajó a su lado, no visiblemente ofendido. -‐‑Supongo que se podría decir eso, -‐‑dijo. -‐‑Aunque me gusta pensar que es más una colaboración, no una dictadura.-‐‑ -‐‑Si usted está a cargo, puede llevarnos con nuestros amigos, en este momento-‐‑ ella dijo. -‐‑¿Sus amigos. . . ?
-‐‑Michael, -‐‑dijo Eve. -‐‑Oliver, Myrnin, Jesse. Ya lo sabes. A los que les han disparado y se llevaron.-‐‑ -‐‑Ah. -‐‑Rhys se llevó las manos a la espalda y, por primera vez, estudió a Eve. Pasó una extraña mirada mucho tiempo sobre ella, y había algo en su lenguaje corporal que se alteró, sólo un poco. -‐‑Eve Rosser, ¿no es así?-‐‑ -‐‑Eve Glass, -‐‑dijo, y levantó la barbilla para señalar el punto con más fuerza. Él no pareció darse cuenta. -‐‑Estoy encantado de conocer a alguien que es así. . . legendaria en Morganville. Las descripciones que he oído no le hacen justicia. –El le sonrió, y eso era un poco con demasiado potencia para dirigir a un mujer casada, mujer casada enojada con eso. -‐‑Bueno, yo lo siento mucho, y me gustaría poder concederle su solicitud, pero no es posible en este momento. Michael y sus otros amigos están siendo bien atendidos, y después de que se hayan recuperado totalmente, van a ser colocados en custodia de protección. Podrás visitarle más tarde, tal vez.-‐‑ -‐‑Quiero ver a mi marido, y no hay más adelante y no hay tal vez. Quiero verlo ahora infierno. No me importa quién eres o quien crees que eres, no puedes-‐‑ -‐‑Yo, sí puedo, -‐‑dijo, y Claire estaba impresionada por el hecho de que lo dijo sin énfasis. No era un farol, no era un alarde. Fue simplemente. . . un hecho. Incluso tenía un dejo de pesar. -‐‑Lo siento, señorita Rosser-‐‑ -‐‑¡Sra. Glass! –el rostro de Eve estaba enrojecido ahora, y los puños apretados. -‐‑Pero debe aceptar que las cosas son diferentes aquí que cuando te fuiste de la ciudad. Yo creo que para mejor, pero es posible que no esté de acuerdo del todo todavía. Espero que lo esté, al final. Sinceramente, lo creo. -‐‑Se aclaró la garganta y miró hacia otro lado, por primera vez, a Hannah Moisés. -‐‑Vamos a tener que discutir la. . . legitimidad de su matrimonio en un momento posterior.-‐‑ -‐‑¿Qué?-‐‑Eve casi le fue a la garganta, justo ahí, pero Hannah la detuvo con una mano de advertencia sobre su hombro. -‐‑¿De qué hablas? ¡Nos casamos! ¡En la iglesia! -‐‑ -‐‑Como ya he dicho, una conversación para otro momento, tal vez. Lamento molestarte. -‐‑ Podría haber sido lo siento, pero definitivamente la había trastornado, a lo grande. Las mejillas de Eve habían pasado de enrojecida a pálida, y ella parecía inestable. No había esperado eso, en absoluto. . . no. Claire dijo: -‐‑Quiero ver a Amelie.-‐‑ Eso llamó su atención inmediatamente. Tenía los ojos muy azul, y de hecho no del todo cálidos. No fríos, tampoco. Sólo. . . inexpresivos. -‐‑Lo siento, tal vez no lo entiende, -‐‑dijo. -‐‑Simplemente no es posible. Y no va a ser en cualquier lugar en el futuro cercano. Si desea hablar con la persona a cargo de Morganville, ya no es un vampiro. Es la alcalde Flora Ramos, debidamente elegida como representante, que es como debe ser. O ¿no le parece que los seres humanos debe gobernarse a sí mismos? Su reputación era. . . algo diferente. Pensé que había defendido el libre albedrío y los derechos de los seres humanos en esta ciudad. -‐‑ -‐‑Depende de que humanos, dijo Claire. -‐‑Hasta donde yo sé, Hitler tenía latido del corazón, y yo no votaría porque estuviera a cargo.-‐‑ Eso le valió una cálida sonrisa lenta. -‐‑¿Crees que la alcalde Ramos es Adolf Hitler? -‐‑ -‐‑Usted está dibujando conexiones falsas, y no sé quién es usted. Pero apuesto a que la alcalde Ramos responde a usted. -‐‑ -‐‑Esa es una conclusión interesante, y creo que puede que se sorprenda sobre la cantidad de libre albedrío que tiene la alcalde. ¿Shane? Usted esta
inexplicablemente en silencio. -‐‑De repente se volvió y miró a su novio, que le devolvió la mirada sin ningún cambio en su expresión vigilante y no dijo nada. -‐‑ ¿Vas a dejar que tu novia haga todo el trabajo? -‐‑ -‐‑Sí, -‐‑dijo Shane. -‐‑¿Por qué? ¿Esta molesto, Rhys? ¿Qué clase de nombre es ese, de todas formas? -‐‑ -‐‑Irlandés. No quise faltarle el respeto, simplemente pensé que sería más, -‐‑Rhys se encogió de hombros. -‐‑Bueno. Contundente.-‐‑ Shane se limitó a sonreír con su más dulce, y mejor sonrisa, pero sus ojos eran duros. Y peligroso. -‐‑Él es, -‐‑dijo Claire. –Ella es Eve yo soy yo, por lo tanto. Será mejor que empieces a responder nuestras preguntas, en este momento.-‐‑ -‐‑Usted sabe, yo aprecio su pasión, pero te traiciona tu temprana edad cuando me hablas de esa manera a mí, porque yo no soy tu prisionero, Claire. Usted haría bien en tener en cuenta este hecho con mucho cuidado.-‐‑ No había amenaza en su tono ahora, algo sutil, pero aún más grave para él. Fallon sostuvo la mirada de Claire durante un largo rato, y luego, sin apartar la mirada, dijo: -‐‑Ah, Irene. ¿Cómo te va, mi amiga? -‐‑ Claire se volvió justo cuando la puerta de cristal se cerró detrás de la Dra. Irene Anderson, quien se quedó bloqueando su salida. Una vez, la Dra. Anderson había sido profesora de Claire en el MIT, una vez, Claire había confiado en ella, incluso le gustaba. Ahora sólo detestaba tenerla a la vista, especialmente libre, armada y con un pálido destello de odio en su ojos un poco trastornados. La Dra. Anderson sacudió el arma que sostenía, sólo para dar énfasis. -‐‑Estoy bien, Rhys, gracias, -‐‑dijo ella. -‐‑¿Qué es más de lo que puedo decir de todos nuestros compatriotas que se quedaron en Cambridge?. Los mataron. Ellos los mataron a todos. -‐‑ -‐‑¿Incluso el Dr. Davis?-‐‑ -‐‑Está muerto. Todos están muertos. -‐‑Apuntó el arma a Claire, Shane y Eve. -‐‑Hannah, apártate. No podemos dejar a estos colaboradores vivos.-‐‑ -‐‑¡Irene!-‐‑la voz de Fallon fue un latigazo inconfundible de mando, y ella se estremeció y lo miró, sorprendida. -‐‑Nadie va a hacer algo tan imprudente aquí. Deja eso, ahora. -‐‑ -‐‑Pero…-‐‑ -‐‑¿Escuchaste lo que dije? ¿Qué es lo que te pasa, mujer? Tomas una escopeta y apuntas a tres personas apenas mayores que los niños? -‐‑ -‐‑Confía en mí, son adultos, -‐‑dijo. -‐‑Y no dudaron en matarnos cuando tuvieron la oportunidad. Estás cometiendo un error, Rhys, uno grande. No se puede tratar con misericordia a estos. . . amantes de los vampiros. Te lo he dicho antes, el mundo estará mejor si usted acaba de terminar todo esto de una vez por todas. No hay medias tintas. No hay que subestimarlos a ellos.-‐‑ Eso era una especie de cumplido, Claire supuso, pero fue también aterrador cuando se combina con la escopeta cargada y una media loca mirando tu rostro. A la Dra. Anderson le gustaría mucho matarlos. Y al parecer, la única cosa que realmente estaba de pie en su camino era Fallon, y por lo que Claire podía ver, estaba pensando en sus opciones. Hannah había retirado tranquilamente su pistola de su funda y la sostenía a su lado. Ahora, dijo, -‐‑Irene, por favor, ponga la escopeta hacia abajo.-‐‑ Eso sobresaltó a la Dra. Anderson, y sus ojos se abrieron cuando ella asumió el hecho de que Hannah tenía su propia arma lista. –¿Me pegarías un tiro?-‐‑
-‐‑Estoy aquí para mantener la paz,-‐‑dijo Hannah. -‐‑Usted parece estar amenazándola. Así que estoy pidiendo amablemente, por favor, deja eso y seamos todos civilizados. Fallon pareció tomar una decisión. Dio tres pasos hacia delante y se puso de lleno en la línea de fuego, en la posición en la que Irene no podía fallar si ella pasaba a disparar. -‐‑Esto no es como tu quieras, querida , -‐‑dijo. -‐‑Ahora dame esa cosa antes de que alguien salga lastimado. -‐‑ Irene vaciló, pero ella bajó la escopeta de la posición de disparo y se la entregó a él. Fallon la tomó y la sostuvo con comodidad en el hueco de su brazo, como si conociera de siempre los procedimientos adecuados de seguridad. -‐‑Gracias, -‐‑dijo. -‐‑Sra. Hodgson, ¿podría mostrar a la Dra. Anderson sus aposentos? Creo que le vendría bien un descanso confortable y una comida, y tal vez alguna medicación tranquilizante. Muchas gracias. -‐‑ Todo era muy cálido y amable, pero Claire aún sentía escalofríos mientras observaba a la vieja señora su agradable vecina tomar a la Dra. Anderson por el brazo y llevarla fuera a través de la puerta del fondo, dándole palmaditas y murmurando en un ambiente tranquilo, una especie de abuela de paso. La última mirada abrasadora de la Dra. Anderson hacia ellos era una indicación, de que no estaba funcionando. -‐‑Me disculpo por eso, pero me parece que puede haber alguna justificación por lo mucho que no le gustan ustedes tres, -‐‑Fallon ,dijo. -‐‑¿Quieren decirme su versión? ¿O lo hago yo solo llevándome por sus palabras? Si hago eso, es muy posible que estén en su camino a la cárcel, acusados de asesinato.-‐‑ -‐‑Nosotros no asesinamos a nadie, -‐‑dijo Claire con rapidez, mientras Eve tomó una bocanada de aire caliente, lista para empezar a gritar. -‐‑Fuimos secuestrados. Nos mantuvieron prisioneros, a punta de pistola. Hemos luchado para liberarnos, y sí, la gente a muerto, pero no tuvimos otra elección.-‐‑ -‐‑Ellos torturaron a Michael, -‐‑dijo Eve. -‐‑Iban a matarnos a todos cuando se hicieron con nosotros. Usaron a Myrnin, Oliver, y Jesse como ratas de laboratorio, también. -‐‑ -‐‑Pero ustedes los mataron a ellos, -‐‑dijo Fallon. -‐‑¿Has oído hablar de en defensa propia?-‐‑Preguntó Shane. Parecía tan tranquilo y medido como Eve estaba enojada. -‐‑Fue una mala escena, y confía en mí, si eran amigos tuyos o no, ellos no eran buenas personas. Secuestraron a la compañera de habitación de Claire, que no tenía ni un pimiento que ver con cualquier cosa, y casi le matan en el proceso. Hicieron matar a otro chico que estaba justo en el lugar equivocado en el momento equivocado. Un tipo humano.-‐‑ Fallon lo consideró por un momento, luego miró a Hannah, quien se encogió de hombros. -‐‑Sólo tenemos su palabra contra Anderson, -‐‑ella dijo. -‐‑Irene puede ser una amiga tuya, pero sé que estos niños por lo general tratan de hacer lo correcto. Me inclino a creer en ellos.-‐‑ -‐‑Querida. ¿Significa eso que tengo la oportunidad de sostener la escopeta? -‐‑Shane le preguntó. -‐‑Tal vez en otro momento, -‐‑dijo Fallon. -‐‑En cualquier caso, cualquiera que sean los crímenes que fueron cometidos, no se cometieron aquí, y por lo tanto estaría fuera de la jurisdicción de la jefe Moisés. Pero por favor no lo entiendan mal, me tomo la muerte de mi gente en serio, y cuenta en su contra. Se requiere su cooperación sincera para evitar cualquier incomodidad adicional. Porque si sucede cualquier
problema aquí en Morganville, no va a ser tan fácil pasarlo por alto, lo ¿entienden? Estas no son las viejas reglas, las reglas de la Fundadora. Una vez se retiró la amenaza de Amelie a la gente de Morganville, nadie dudó en decir lo que piensan acerca de cómo tenía que cambiar la situación radicalmente. Estas son las reglas de la ley y la justicia, y se harán cumplir independientemente de quien eres o a quién conoces.-‐‑ Bellas palabras, pensó Claire. Se preguntó si eso era lo que había conseguido que Hannah estuviera a bordo de su tren. -‐‑Veo que el Estado de Derecho y de justicia no se extiende a los vampiros , -‐‑dijo. -‐‑Viendo como estás dispuesto a que a ellos les disparen a la vista.-‐‑ -‐‑No fatalmente, te habrás dado cuenta. –la voz de Fallon fue leve, pero firme. -‐‑Todo el mundo va a tener una oportunidad justa en Morganville. Por eso la alcalde se ha unido a nosotros, y la jefe de la policía, -‐‑dijo con un gesto amable hacia Hannah -‐‑y la mayoría de las otros prominentes ciudadanos y las familias. -‐‑ Había sólo una parte de eso a lo que Claire había prestado atención a una sola, ¿se eliminó la amenaza de Amelie a los de Morganville? Bueno, ella debía de haber adivinado ya que, si Amelie todavía estuviera a cargo, no habría perdido tiempo en cerrar de todo esto de la Fundación de la Luz sin importar cuál fuese el costo en vidas. Lo que preocupaba a Claire era que Amelie era vieja, astuta y despiadada, pero de alguna manera no lo había visto venir. ¿Qué le había pasado? ¿Dónde estaba ella ahora? -‐‑¿En dónde la detienen? -‐‑Eso estaba preguntando Shane, como si hubiera leído la mente de Claire, era inusual para él estar interesado por la suerte de los vampiros, pero entonces, Amelie había estado sobre todo de su lado últimamente. -‐‑¿O es que usted corto por lo sano y la mataste ya? -‐‑ -‐‑Por supuesto que no, -‐‑dijo Fallon. -‐‑No estoy aquí para matar. Estoy aquí para proteger a la población humana de Morganville, y para asegurarme de que adquieren el control sobre sus vidas que merecen, es mi primera prioridad. Pero los vampiros son residentes de esta ciudad, y estamos trabajando para su bien a largo plazo, también. -‐‑ -‐‑Así que Amelie no ha muerto, entonces, -‐‑dijo Shane. -‐‑Usted sabe que mientras este viva, nunca vas a tener el control de esta ciudad, ¿no? Es de ella, ella la construyó. Ella se ve como una reina, y ella no es el tipo que sólo se aleje. -‐‑ Claire sintió como si la temperatura en esta cálida y soleada habitación hubiera descendido veinte grados. ¿Estaba Shane realmente de alguna manera advirtiendo a Fallon para matar a la Fundadora de Morganville? El padre de Shane había sido radicalmente anti-‐‑vampiros; había convencido a Shane para odiarlos, también, al menos por un tiempo. Pero ella pensaba que era por eso. Parcialmente. Fallon, sin embargo, observó a Shane con los ojos fijos, y negó con la cabeza. -‐‑Al igual que la misma Amelie, sobreestimas como las personas entrañables en esta ciudad son de ella y de su especie. Ahora que están libres del temor, de las amenazas y represalias, simplemente le dieron la espalda a ella y olvidaron que alguna vez existió. Nadie va a escucharla a ella, o unirse a su causa, incluso si ella decidiera hacer de esto una pelea entre especies. No temen lo suficiente.-‐‑ -‐‑¿Por qué estamos siquiera hablando de Amelie?-‐‑Eve preguntó en una áspera voz baja. -‐‑¡Tienen a Michael. Y es en lo que debemos de estar preocupados¡! -‐‑ Shane no le respondió. Su mirada se había fijado en Fallon, y Claire sintió una profunda oleada de inquietud. Había algo raro en él. Esta no era la manera habitual, desafiante de Shane de enfrentar a alguien que tenía-‐‑o por lo menos-‐‑
podía dañar a sus amigos. Ella no podía identificar exactamente cómo era diferente, pero. . . lo era. Por supuesto. -‐‑Shane, -‐‑dijo, y puso su mano en su brazo. -‐‑Shane. -‐‑Eso llego a él, y el vacío en él se desvaneció. Cuando la miró a ella, era normal de nuevo. Bueno, normal para Shane, de todos modos. Se aclaró la garganta y dijo: -‐‑Sí, sobre eso, vamos a necesitar que nuestro amigo Michael regrese…. Intacto.-‐‑ -‐‑¿O?, -‐‑preguntó Fallon. No era de confrontación, en realidad, sólo una pregunta interesado. -‐‑Mira, claramente no sabes a quién estás jodiendo, -‐‑Eve dijo, y ella estaba sin duda conflictiva, mucho. –¡Quiero a mi marido de vuelta, Osama Bin.. loco, o vete derecho al infierno ahora! ¡Y no me vengas con alguna mierda de explicación por lo que no quieres que le llame mi marido, porque él lo es, y siempre lo será! -‐‑Estaba tan enfadada que las lágrimas brotaron de sus ojos, pero con una gran fuerza de voluntad, se negó a ceder ante los sollozos. Fallon tomó el pañuelo de seda roja de su bolsillo y lo puso en la mano de Eve. Incluso le dio unas palmaditas suavemente cuando sus dedos se cerraron alrededor de la tela. -‐‑Siento mucho que te hayas molestado, -‐‑dijo. -‐‑Créeme, no es mi intención. Vine a Morganville a traer una paz que nunca ha existido aquí, y no sólo un miedo forzando la paz en las calles, la verdadera paz en los corazones de aquellos que viven aquí. Estoy seguro de que Michael no quiere que usted se sienta tan angustia en su nombre.-‐‑ -‐‑¡No te atrevas a hablar de lo que querría Michael ! ¡Ni siquiera lo conoces! -‐‑ Y Fallon, sin un atisbo de resentimiento, de repente sonrió a Eve, dulce, una especie de sonrisa para desarmar. -‐‑Por supuesto que tienes razón, -‐‑dijo. -‐‑No lo sé, no tengo un parentesco muy real con él. Ves, según tengo entendido, Michael fue atacado por un vampiro y, así, asesinado. ¿No es cierto? -‐‑ Eve, sorprendida, no pudo conseguir poner sus palabras juntas, por lo que Claire dijo: -‐‑Él no fue asesinado, exactamente.-‐‑ -‐‑Oh, no, te aseguro que lo estaba. Sin embargo, esa extraordinaria casa suya le salvó, ¿no? Le dio una vida media mas pálida en una existencia ¿como una especie de fantasma? Tenía muy pocas opciones para elegir en ser vampiro en absoluto, y yo entiendo eso. Yo tenía muy pocas opciones en lo que me pasó, tampoco, y es por eso que establecí la Fundación Luz no para destruir vampiros, sino para rehabilitarles a ellos. Para salvarlos. Han visto el lema en la puerta: todos son bienvenidos a la luz. Y yo sinceramente quiero decir eso. Yo creo que si le preguntas, en realidad se le preguntó, le diría que él no tiene ningún deseo real de ser un vampiro. Sólo los monstruos disfrutan siéndolo.-‐‑ Eve aspiró una bocanada de aire para tranquilizarse y dijo: -‐‑Michael sigue siendo Michael, no importa con lo que se alimenta, y quiero estar con él. No me digas que no es seguro. ¡No me hará daño! -‐‑ -‐‑Ya veo. Creo honestamente que crees eso. Bueno, debo dejar que sea Michael quien le diga, ¿no es cierto? Tal vez lo mejor es que se vea con él, entonces. Hannah le llevará para una corta visita, y no vamos a oír mas sobre esto después. -‐‑ Él tenía un cierto atractivo, pensó Claire. Veía cómo podía convencer a la gente a seguirlo. . . incluso Hannah, quien definitivamente no nació crédula. Tenía un fuego en él, fuerza y coraje. Fue justo ahí, para cualquier persona parecía lo suficientemente duro.
Dios, pensó, de pronto fríamente alarmada. Incluso yo estoy cayendo un poco. Eso no era normal. No para ella. Tal vez cuando ella había llegado a Morganville la primera vez podría haber creído en ese tipo de carisma, pero había crecido desde entonces. Había aprendido a desconfiar de una cara bonita y una sonrisa ganadora. Era extraño, pero algo en él le recordaba a los vampiros, y el encanto que podían desplegar en la causa para ganar lo que querían. Lo que la inquietó fue que Fallon claramente no era un vampiro, ella podía ver el pulso que latía en su garganta, su color era bueno, y no había nada de esa extraña sensación, que casi siempre recibió de la pandilla con colmillos. Estaba tan absorta en sus propias reacciones, que casi se perdió lo que dijo Fallon, y tardó unos segundos en comprender lo que tenían, de hecho, lo que acaba de acordar. Él iba a dejar que vieran a Michael, que debería haber sido, en cualquier medida, una victoria. ¿Por qué se siente tan parecido a una trampa?
DOS Érase una vez, antes de que Claire llegara a Morganville, y, probablemente, antes de que ella hubiera entrado en la pubertad-‐‑ allí había existido un Centro Comercial en la ciudad. No había sido enorme, no como los templos extensos de las compras que se puede encontrar en las grandes ciudades como Dallas o Houston, o incluso Midland. Nunca había tenido alguna de las principales cadenas de tiendas en él, sobre todo porque (Como Eve había especulado, probablemente con razón) Amelie no quería el tráfico regular ,salidas de la ciudad o para animar a los visitantes. Y tan humilde como una tienda Sears podría ser, habría sido aún mejor que cualquier otra cosa a menos de cien millas, y lo habrían hecho personas-‐‑la gente que no conocía-‐‑la vida de Morganville. Así que el Centro Comercial había albergado sólo las tiendas locales, y había luchado a lo largo de unos pocos años hasta que a mediados de la década del 80 tuvo el último negocio fracasado y rescatado, dejando atrás una de las mayores estructuras vacías en Morganville, digo una, teniendo en cuenta el número de estructuras vacías que había alrededor de la ciudad. La antigua fábrica de neumáticos, y el hospital aún más antiguo, por ejemplo, eran bastante gigantesco. Pero la mayor diferencia para Claire era que nunca se había visto obligada a correr por su vida en el antiguo Centro Comercial. Siempre le había parecido más un triste lugar que un lugar activamente maligno. A medida que el coche patrulla se detuvo en una de las plazas de aparcamiento en el agrietado asfalto, de sitio abandonado, pensó que estaba a punto de cambiar. -‐‑Correcto, -‐‑dijo Hannah, y se dio la vuelta en el asiento delantero para mirarlos. Los tres habían sido hacinados en el asiento de atrás en esta ocasión, que en realidad era reconfortante; Claire amaba la calidez y solidez de Shane sentado en el medio, incluso si la empujó incómodamente contra el plástico duro de la puerta. -‐‑Reglas, gente. Las tenemos y vamos a obedecerlas. La primera regla es, haces exactamente lo que mis oficiales me dicen, sin vacilación ni preguntas. Si te dicen que se siente en el suelo, se come la suciedad. Si le dicen que pare, usted se convierte en una estatua. ¿Nos entendemos? -‐‑ -‐‑¿Qué demonios te ha pasado?-‐‑Shane le preguntó. –Porque estoy bastante seguro de que solía ser agradable, Capitán Obvio.-‐‑ -‐‑Tú también,-‐‑Hannah replicó. -‐‑Así que bien ahora, van a ser buenos o terminan con esposas. Fallon dijo que iban a llegar a ver a Michael, y yo voy a hacer que eso suceda, pero a ser agradables.-‐‑ Nadie tuvo una respuesta para eso. Eve parecía tensa, sus oscuros ojos muy abiertos, como si tuviera miedo de hacer algo para arruinar la oportunidad de ver al hombre que amaba, pero además, pensó Claire, como si estuviera lista para roer a través de las barras de acero para llegar a él, si era necesario. En momentos como estos, Eve se veía exactamente como lo que era: fuerte y decidida. Fallon casi seguro que veía como una amenaza, ese tipo de devoción. -‐‑Cuida su espalda, -‐‑Claire susurró a Shane, y hizo un gesto cuando Hannah salió del coche patrulla y abrió la puerta de Eve. -‐‑Estoy cuidando la tuya primero,-‐‑Shane susurro, y luego se escabullo hacia la salida. Claire siguió, parpadeando a la luz del día ante el duro desierto, y el tinte en
las ventanas del coche patrulla no era oscuro como el de los vampiros, pero se había calmado en una falsa sensación de estar en un lugar más apacible hasta que, la realidad la golpeó de lleno el polvo seco. El centro comercial era de dos plantas, y fue construido de ladrillos de color de barro seco. No había ventanas. Tenía la forma de un rectángulo-‐‑no había toques arquitectónicos de lujo aquí. Las letras de acero oxidadas todavía se aferraban al lado del edificio, o al menos la mayoría de ellas lo hicieron: amargo Centro Comercial. Sólo unas pocas letras habían caído o han robado, por lo que la señal realmente se leyó mal mordedor enojado. Lo que parecía extrañamente apropiada de alguna manera. Dos policías uniformados estaban en posición de descanso fuera de la puertas dobles que conducían al Centro Comercial, y Claire reconoció a uno de ellos. Había detenido a Shane una vez, aunque eso no era exactamente un club pequeño de personas. Hannah les dio dos movimientos de cabeza enérgicos, y como los más intimidantes porteros de todos los tiempos, los policías abrieron la puerta y se quedaron a un lado para dejarlos entrar. Olía a abandonado. Eso fue lo primero que notó Claire, el olor a rancio de la vieja alfombra, el polvo, el moho, el aroma de un lugar que los humanos hacia mucho tiempo habían rechazado. Un leve matiz de putrefacción, también. Y tranquilo. Así es muy, muy tranquilo. El sonido de sus pasos se hizo eco alrededor de un atrio abierto con piso de cerámicas rotas, sucios azulejos en un estilo de colores brillantes que debe haber sido muy de moda en la Edad Media, cuando se construyó el lugar, pero sólo parecía anticuado y torpe ahora. Una fuente de tres niveles seca sin vida en la esquina. La luz que entraba era tenue como mucho por los tragaluces, Claire los encontró cuando levantó la vista, estaban sucios, y el plástico había envejecido a un amarillo opaco sin brillo. Que le dio a todos una palidez enfermiza. -‐‑Acogedor, -‐‑dijo Shane. -‐‑ El mercado para los adictos a la heroína sin hogar este lugar, ¿verdad? -‐‑ -‐‑Trabajamos con lo que teníamos, -‐‑dijo Hannah. Sonaba sólo con un toque defensivo -‐‑Lo vamos a limpiar y hacer más habitable, pero no parece importante la decoración.-‐‑ Siendo ellos los vampiros, Claire se dio cuenta, porque a pesar del silencio, definitivamente no estaban solos. Figuras silenciosas surgían en las sombras como maniquíes abandonados. Incluso cuando las figuras se movían, era más como fantasmas caminando en silencio y espeluznante. Tantos vampiros. Pero ninguno de ellos llegó a la plaza de azulejos abierto de el atrio. Eve tomó una bocanada de aire brusco. -‐‑¡Jesús!-‐‑Se quedó sin aliento, y Claire sabía que los había visto, también. Había algo profundamente inquietante acerca de la forma en que estaban siendo observados. Como una presa. Como enemigos. -‐‑Quédate donde estás, -‐‑dijo Hannah, cuando Eve dio un paso hacia ellos. -‐‑Ellos conocen las reglas, se quedan fuera de el atrio a menos que llamemos específicamente sus nombres.-‐‑ -‐‑¿O qué? -‐‑Shane preguntó con fuerza. No le gustaba esto más de lo que a Claire. -‐‑¿Qué clase de castigos han estado repartiendo? -‐‑ Hannah no le contestó, no quería, pensó Claire.
Pero ella tenía en una mano lo que Claire había pensado en un principio era una especie de radio en su cinturón, una caja negra con botones a lo largo de la parte superior y una luz verde parpadeante. Tal vez no era una radio, después de todo. -‐‑Michael Glass, -‐‑dijo Hannah. No levantó la voz, pero, en un Centro Comercial lleno de vampiros, ella realmente no necesitaba hacer eso. -‐‑Estamos aquí por Michael Glass. Michael, un paso adelante, por favor. -‐‑ Era como si de alguna manera las sombras se abrieran a su alrededor, pero Claire sabía que no era el caso; Amelie se había limitado a avanzar sin que pareciera moverse en absoluto, y de pronto ella estaba de pie al borde de las baldosas, sus zapatos alineadas con precisión con el límite. La Fundadora de Morganville estaba vestida de blanco impecable, increíblemente limpia y pura en lo sucio, amarillento resplandor. Sus pálidos ojos plateados parecían casi incoloros, y por experiencia Claire sabía lo que significaba, Amelie estaba en su estado más peligroso. -‐‑¿Qué quieres con Michael?, -‐‑preguntó. Tenía las manos cruzadas por delante de ella, una posición de descanso tranquilo, y su lenguaje corporal era vigilante. -‐‑Eve quiere verlo, para asegurarse de que todo está bien.-‐‑ Eso hizo que Amelie sonriera, sólo un poco. Era una especie de expresión escalofriante, y bajó la barbilla justo lo suficiente para hacer que pareciera aterrador. -‐‑Sí, estoy segura que todos ustedes están simplemente rebosantes de preocupación por nuestro bienestar.-‐‑ -‐‑¡Él es mi marido!-‐‑dijo Eve bruscamente. -‐‑Mira, yo he tenido que luchar para llegar hasta aquí. No pongas esa cara de mierda, Amelie.-‐‑ Eso rompió la concentración de Amelie, ella parecía un poco perpleja mientras trabajaba la palabra. "¿cara de mierda?" -‐‑dijo lentamente, como si probara las sílabas. -‐‑Ah. ¿Crees que yo soy la culpable? tienes mucho que aprender, Eve. Pero si quieres ver a Michael, os lo enviaré fuera tan pronto como la Jefe Moisés me asegure que seguirá estando ileso y será devuelto en el mismo estado.-‐‑ -‐‑¿Devuelto a usted? ¿Qué hay para mí? -‐‑ -‐‑Está claro que no entiende lo más mínimo de lo que está sucediendo en Morganville , -‐‑dijo Amelie. -‐‑Así que voy a perdonarte por no comprender el gran peligro en que pones a Michael por separarle de mi protección. -‐‑Ella asintió con la cabeza un poco, y al otro lado del atrio, Oliver se acercó. Estaba sosteniendo a Michael del brazo. Michael se liberó, y por un soló instante Claire lo vio claramente en la penumbra: un mechón de cabellos salvajes color oro alrededor de su cara, los ojos azules fijos en Eve. De todos ellos, era el que menos parecía como un vampiro, a excepción de la palidez de su piel. Él parecía un ángel del Renacimiento llegado a la vida, si los ángeles llevaban pantalones vaqueros e ingeniosas camisetas. Llevaba algo negro alrededor de su garganta, y por un segundo Claire pensó que era una de las gargantillas de Eve, el tipo collar de perro, aunque sería una cosa extraña que él se lo pusiera. Ella apenas podía verle, y entonces él era un borrón, a velocidad vampiro sobre las baldosas. Hannah apretó un botón en el cuadro de su cinturón, y Michael se detuvo. No, no sólo se detuvo, él rompió el paso, tropezó y cayó de rodillas, temblando. -‐‑Poco a poco, -‐‑dijo Hannah. -‐‑No me hagas llevarlo al siguiente nivel, Michael. Muévete lentamente.-‐‑ -‐‑Sí, -‐‑dijo Amelie desde las sombras. -‐‑Te ruego que hagas como ella dice, Michael.-‐‑
Eve, después de una mirada al rojo vivo a Hannah, se lanzó hacia el espacio abierto al lado de Michael. -‐‑¿Qué le hiciste? -‐‑exigió. -‐‑¡Está herido! Michael, cariño, ¿estás bien? ¡Michael! -‐‑ -‐‑Está bien, -‐‑dijo Hannah, y quitó su dedo del botón. -‐‑No hay daño permanente, lo prometo. Pero tengo que hacer que todo el mundo obedezca las reglas. Es la única manera de que esto funcione.-‐‑ Los vampiros no se habían movido, pero había una nueva sensación en el aire, pensó Claire. Una especie de tensión que se vio reforzada por lo que sonaba casi como un bajo susurro. Un gruñido. -‐‑Estoy bien, -‐‑dijo Michael. Su voz sonaba temblorosa, pero envolvió con sus brazos a Eve y la mantuvo con fuerza. -‐‑Dios, ahí estás. De una sola pieza. Estaba muy preocupado.-‐‑ -‐‑¿Yo? Yo no soy la que recibió una estaca en el pecho.-‐‑ -‐‑Yo no sabía lo que te pasó.-‐‑El levantó las manos para ahuecar su rostro y peino su pelo negro hacia atrás. Estaba creciendo ya otra vez, y ella no lo había trenzado, así que cayó en una cortina elegante. -‐‑¿Yo estaba tan asustado? ¿Te han hecho algo a ti?-‐‑ ¿No duele? -‐‑ -‐‑Sólo mis sentimientos, -‐‑dijo Eve. -‐‑Viendo como nuestra vieja amiga a clavado un cuchillo entre los omóplatos de todos. –Ella siguió su declaración con un gesto grosero al que Hannah no se molestó en reaccionar.-‐‑Cariño -‐‑Ella extendió la mano hacia el collar alrededor de su cuello. Él capturó sus manos entre las suyas y ella se aferró cuando él trató de apartarla. -‐‑Cariño, ¿qué es esa cosa en el cuello? -‐‑ -‐‑Un collar eléctrico, -‐‑dijo Shane. -‐‑¿No es así, Hannah? Al igual que se lo ponen a un perro. Tu los tienes en todos ellos.-‐‑ -‐‑Tenemos que mantener el orden, -‐‑respondió Hannah. -‐‑Es la forma menos violenta con que podíamos hacerlo. Tienen que permanecer en el interior de este edificio para su propia protección, y tenemos que tenerlo para la seguridad de mis oficiales.-‐‑ Amelie tenía el mismo collar, Claire se dio cuenta. Lo mismo que Oliver, de pie con su pelo canoso suelto y salvaje alrededor de sus hombros. ¿Y dónde estaba Myrnin? El corazón le dio un vuelco y luego se le acelero. Ella no lo vio por ninguna parte. Seguramente él estaría aquí si pudiera, lo que significaba que no era capaz de hacer acto de presencia. Algo había salido mal con él. Michael se había estabilizado por ahora, y él besó las manos de Eve y luego se inclinó para presionar sus labios con los suyos, suave, más o menos suave un beso que la hizo dejar escapar un grito cuando se había terminado, y enterrar su cara en el hueco de su cuello. Él se aferró a ella, pero sus ojos azules se mantuvieron fijos en Hannah. Difícil de leer su expresión. Claire nunca lo había visto que ni parpadeara. -‐‑Eve no se puede quedar aquí, -‐‑dijo. -‐‑No puedes dejar que se quede aquí conmigo, ya lo sabes. Ni siquiera si ella quiere.-‐‑ -‐‑Yo no lo haría, -‐‑dijo Hannah. -‐‑Sé lo peligroso que sería, incluso si ella se niega a admitirlo.-‐‑ -‐‑¿Estás loco? -‐‑dijo Eve. Su voz sonaba amortiguada contra su hombro, pero Claire aún la escuchaba con claridad. -‐‑No, yo no voy a ninguna parte, no voy a dejar que te quedes atrapado aquí sin mí. Ellos no tienen que ponerte en una especie de Zoológico de mascotas VAMPIRO. Vuelves a casa a donde perteneces. Con nosotros. Conmigo.-‐‑
-‐‑No se puede, -‐‑dijo Amelie. -‐‑Si deja este lugar, será asesinado. No por nosotros, por supuesto. Por los que son nuestros. . . protectores.-‐‑ La ironía no pasó desapercibida para ella, pensó Claire, notando el giro de sus labios. El sabor debe de haber sido amargo. -‐‑¿Es eso cierto?-‐‑Shane volvió a mirar a Hannah, pero ella continuó con la mirada en la distancia. -‐‑¡Eh!. ¡Estoy hablando con usted, señora! -‐‑ -‐‑Te he oído,-‐‑dijo ella. –Tiene razón que no es seguro para los vampiros salir fuera de este enclave.-‐‑ -‐‑¿Enclave?-‐‑Claire escuchó la indignación en su propia voz, incluso a pesar de que trató de detenerlo. -‐‑No me importa qué clase de nombre bonito desea darle para sentirse mejor. Es un campo de prisioneros.-‐‑ -‐‑Ellos están aquí por su propia seguridad.-‐‑ ¡Una mierda!-‐‑Escupió de vuelta, Shane puso su mano sobre su hombro. La sorprendió lo suficiente para que dejara de pronunciar el resto de lo que había estado a punto de decir, que probablemente no habría sido tan agradable. -‐‑Claire, -‐‑dijo, -‐‑vamos a tomar un respiro. Tal vez, tal vez esto no es una cosa tan mala.-‐‑ -‐‑¿Qué?-‐‑ -‐‑Tal vez debamos pensar un poco más, -‐‑dijo. -‐‑Quiero decir, que tienen los vampiros que obedecer las reglas. . . ¿qué hay de malo en eso? Ellos maldición, ten por seguro que no obedecen a ninguna al no ser que tengan miedo de algo. Ni siquiera las normas que hacen ellos mismos. ¿No es cierto, Amelie? -‐‑ -‐‑No seas tonto, -‐‑dijo Amelie. -‐‑Y desleal a tu amigo.-‐‑ -‐‑Oiga, señora, he estado con la espalda inclinada por años no para juzgaros chupasangres, no importa qué tipo de horribles cosas hiciste. Dame un respiro. ¿Y sabes qué? Para variar, me da un poco de respeto, también. Porque me lo merezco. Todos lo merecen. Todos nosotros los pobres seres humanos estúpidos. -‐‑Shane no estaba del todo equivocado, Claire tuvo que admitir, aunque tampoco era por lo general tan contundente al respecto. Pero entonces, los vampiros usualmente no habrían dejado decir estas cosas sin exponerse a represalias. -‐‑Tal vez todos deberíamos mostrar un poco de sentido común y estar de acuerdo en que los vampiros no son la cosa más segura del mundo para que estén merodeando en tu barrio-‐‑ -‐‑Gracias por estar a mi lado, hermano,-‐‑dijo Michael. -‐‑No estoy diciendo que esta es la forma correcta de hacerlo. Pero tal vez es la idea correcta, manteniendo los vampiros y los humanos aparte. -‐‑Shane se estremeció un poco, como si tuviera frío, pero Claire se dio cuenta de que su rostro estaba enrojecido y estaba sudando. No había demasiado calor aquí, probablemente tenían aire acondicionado para la comodidad de los guardias. Él realmente no se veía bien, pensó Claire, y ella le tomó la mano. Se sentía caliente, febril. ¿Estaba enfermo? Podía sentir los temblores que pasaban por él, una y otra vez. -‐‑¿Shane? ¿Qué pasa?¡Estás ardiendo! -‐‑Claire puso el dorso de su mano en su frente-‐‑ o intentándolo. El le detuvo su brazo. Le sorprendió, y la sorprendió, también. Ella vio al instante arrepentimiento en sus ojos, pero cuando trató de hablar, se lo impidió. -‐‑¿Shane?-‐‑ -‐‑Tengo que salir, -‐‑dijo. -‐‑No puedo quedarme aquí, -‐‑No podía mantenerse, tenía arcadas. Su cara se veía gris y húmeda.
-‐‑Llévalo afuera le permitirá tener un poco de aire fresco, -‐‑Hannah dijo. -‐‑Yo me quedaré aquí con Eve. Nada le hará daño.-‐‑ Claire no quería ir, no quería que Eve se sintiera sola y abandonada. Pero algo estaba claramente muy mal con Shane, y empeoraba con cada respiración que tomaba. Ella no discutió más. Lo agarró del brazo y tiró de él hacia la luz que entraba por las puertas de vidrio grueso. Cuando intentó abrir el mango de metal, no se movió. Estaba bloqueado. Llamó con urgencia en el vidrio, y el policía fuera finalmente la abrió, pero obstruía su camino. -‐‑Un momento, -‐‑dijo. -‐‑¿Dónde está la Jefe Moisés?-‐‑ -‐‑Está bien, Bud, -‐‑Hannah llamó a sus espaldas. -‐‑Déjeles salir.-‐‑ No parecía inclinado a permitirlo, pero retrocedió, y Claire saco a Shane a el umbral por la acera, hacia la brillante luz solar intensa y el aire seco del desierto. El prácticamente se doblo una vez que llegaron a la acera, y se sentó allí, sosteniendo con fuerza su cabeza entre las manos. Los temblores, sin embargo, fueron aminorando, y cuando ella le acarició el pelo, pensó que estaba mejorando. -‐‑ ¿Shane?-‐‑preguntó. -‐‑Shane, ¿qué diablos fue eso?-‐‑ -‐‑No lo sé, -‐‑dijo, y tragó aire. -‐‑Dios. No lo sé. Sentí como si estuviera ardiendo desde dentro hacia fuera. Tal vez, tal vez sea mejor que te vayas de nuevo, con Eve. No puedo, Claire. Simplemente no puedo.-‐‑ -‐‑¿Por qué no?-‐‑ Fue sin duda, inexplicablemente mejor aquí, lejos de el Centro Comercial y los vampiros. Y al levantar la vista, vio una luz extraña en sus ojos. Parecía casi como de miedo. -‐‑Porque quiero matarlos, -‐‑dijo. –A los vampiros. Quiero matarlos a todos. Es como si lo hubiera sentido toda mi vida, pero reapareció ahora. Y si vuelvo allí, yo no creo que lo pueda controlar.-‐‑ Ella lo miró, sorprendida, y él levanto los hombros en un pequeño encogimiento de hombros. Todavía parecía extrañamente sonrojado, y el sudor pegado como cuerdas delgadas en el pelo de su frente. -‐‑No lo sé, -‐‑dijo. -‐‑Yo no sé por qué. Por favor, no me pidas una explicación, ¿de acuerdo? Porque simplemente yo no puedo.-‐‑ Pero de alguna manera ella pensó que podía. Había visto la mordedura en su brazo, visto cómo había actuado de vez en cuando alrededor de Michael y los otros vampiros en el viaje de vuelta. Había algo malo con él. Muy mal, de manera que se asustó por los dos, pero Shane estaba tratando de ocultar e ignorar todo. No era el momento de profundizar en ello, sin embargo, dejo a un lado su deseo de interrogarlo hasta encontrarle algún sentido, sin embargo, él tenía razón: ella necesitaba volver. Por Eve. Por Michael. Por Myrnin, por si alguien sabía dónde estaba, Michael sabría. Besó a Shane, y luego se levanto y se volvió a las puertas. -‐‑¿Diputado-‐‑Bud? -‐‑ Pero esta vez no la acoso, él simplemente en silencio le abrió y la dejó pasar de nuevo, y ella se acercó al lado del lugar donde estaban Eve y Michael todavía de rodillas junto a la fuente. No parecían dispuestos a separarse uno de el otro, pero Eve levantó la vista y arqueó las cejas, haciendo en silencio la pregunta. -‐‑No lo sé, -‐‑dijo Claire. -‐‑Pero él se siente mejor que antes. Era casi como claustrofobia o algo así.-‐‑ -‐‑Extraño, -‐‑dijo Eve. -‐‑Debido a ese chico nunca dudó en meterse en espacios pequeños, y esto no es exactamente restrictivo. Es un Centro Comercial.-‐‑
-‐‑Tal vez es la elevada proporción de vampiros, -‐‑dijo Michael, y esbozó una sonrisa, aunque era delgada. -‐‑Quiero decir, si yo no estuviera en el equipo de colmillos, podría estar un poco intimidado.-‐‑ -‐‑¿Shane?¿ Intimidado? Mejor estate contento de que esté ahí y no aquí porque te hubiera echo comer esas palabras, -‐‑dijo Eve. Ella negó con la cabeza. -‐‑No, algo no está bien con él. Es simplemente incorrecta, la forma en que reaccionó. Incorrecto, extraño y malo, también. Claire, mantén un ojo sobre él, ¿de acuerdo?-‐‑ -‐‑Lo haré,-‐‑dijo, y dudó por unos largos segundos antes de mirar a Michael. -‐‑Uhh-‐‑te tengo que preguntar, porque yo no los veo, ¿donde están Myrnin, y Jesse-‐‑? " -‐‑Están bien, -‐‑dijo Michael. -‐‑Bueno, ya sabes. Es Myrnin, por lo que probablemente no es tan exacto, pero ella lo está manteniendo en calma en una de las habitaciones de esa zona. -‐‑Él asintió con la cabeza hacia la oscuridad, hacia la esquina noreste donde algunos espacios, y persianas oscuras acechaban. -‐‑Está teniendo dificultades para aceptar. . . la situación. –Se tocó el collar con la yema de un dedo y le dio a Hannah una rápida mirada. -‐‑Ya sabes cómo se pone cuando se siente atrapado.-‐‑ Oh, lo sabía, y ella se sintió desconsolada ante la idea de cómo Myrnin, de todas las personas, habría reaccionado con un collar eléctrico. Hannah probablemente habría tenido que cambiar las baterías de su control de unidad varias veces, porque una cosa sobre Myrnin, era terco, y él simplemente no se daría por vencido. Jesse probablemente lo freno con toda su fuerza para que no saliera para evitarle la descarga sin duda, no era la primera, ni sería la última vez. Se abstuvo de pedir nada más, sobre todo porque era muy consciente de que Hannah estaba allí, y ella realmente no se fiaba de Hannah en absoluto ahora. Ella era leal a Fallon, obviamente, o ella no estaría sosteniendo el botón de los collares de choque. No sería prudente decir demasiado en presencia de Hannah, ya que todo acabaría informándolo a la Fundación de la Luz. Pero ella se volvió para Hannah y le hizo una pregunta que parecía perfectamente obvia. -‐‑No se puede mantener un montón de vampiros aquí así para siempre, -‐‑dijo. -‐‑No importa qué tipo de dispositivos de entrenamiento pequeños les ponga a ellos. ¿Qué están planeando hacer con ellos? -‐‑ Hannah ni una sola vez la miró directamente. Ella estaba mirando a Amelie, Claire se dio cuenta que la observaba por cualquier señal de problemas de la reina de los vampiros. Pero Amelie no parecía estar inclinada, sin embargo, a dar órdenes a su gente. -‐‑Tenemos la intención de ayudarlos, -‐‑dijo. -‐‑Eso es todo. Tenemos la intención de ayudarles a mejorar.-‐‑ -‐‑Sí,-‐‑dijo Eve. -‐‑Usted les está ayudando a estar bien. ¿Qué es esto, Campamento Vampiro de Reeducación ? ¿Está pensando en ayudarles a aprender a vivir sin sangre? ¿Vampiros veganos? -‐‑ El silencio que acogió esto era tan profundo que hizo que a Claire le dolieran los músculos de tanta tensión. Había algo en la expresión cuidadosamente controlada de Hannah que la hacía sentirse enferma y asustada. -‐‑¿Probablemente es hora de irnos antes de que esto se ponga más desordenado-‐‑dijo Hannah. -‐‑Vámonos, niños.-‐‑ Eve levantó la cabeza del hombro de Michael. Había lágrimas en sus ojos, pero ella no estaba llorando. Estaba demasiado enojada como para llorar. –No voy a dejarlo-‐‑ -‐‑Eve, ella tiene razón. No puedes quedarte, -‐‑dijo con una voz suave. Él le rozó la mano por su pelo negro liso, dejándolos a la deriva a través de los dedos y tocó sus labios suavemente. -‐‑Tienes que irte, Eve. No estarías a salvo aquí.-‐‑ -‐‑¿Por qué no? ¿No te alimentan? -‐‑
-‐‑Ellos nos están alimentando. Voy a estar bien , -‐‑dijo, y la besó. -‐‑Eve, voy a estar bien. Sólo tienes que irte, ¿de acuerdo? Claire, te llevara. Por favor.-‐‑ Claire no quería, pero podía ver que hablaba en serio; cuando ella vaciló, le clavó una tranquila mirada constante hasta que se movió hacia delante y puso su mano debajo del brazo de Eve para conseguir que se pusiese de pie. -‐‑No,-‐‑dijo Eve. -‐‑No, yo no voy, Claire. Yo no puedo, no, no puedo dejarlo aquí. . . -‐‑ -‐‑Tal vez no, pero tampoco podemos sacarlo, -‐‑dijo Claire. Las palabras sabían horrible en la boca, como ceniza y hierro, y tuvo que tragar saliva para continuar. -‐‑Todavía no. Pero lo haremos, Eve. Yo juro que esto no ha terminado.-‐‑ Hannah dijo: -‐‑Es por ahora. Michael, muévete de nuevo a la línea. Adelante. -‐‑ Se levantó y se dirigió de nuevo a donde Oliver estaba esperando en el borde de las baldosas, exactamente opuesto de donde estaba Amelie en su traje blanco brillante. Oliver puso una mano sobre el hombro de Michael. Tal vez solo para detenerle un poco, pero se veía para Claire similar. . . ¿consuelo? Extraño, de ser así. No había mucha empatía en Oliver. Por otra parte, la expresión de la cara de Michael, perdido, hueca, una mirada impotente –indefensos para moverse. Salvo Hannah, al parecer, marcharon directamente a la puerta. Cuando la abrió, sin embargo, Amelie dijo, sin moverse de donde ella se encontraba, -‐‑Gracias por permitirle a Eve ver a Michael, Jefe Moisés. No olvidaré su amabilidad. –Sonó inequívocamente escalofriante, y los hombros de Hannah se tensaron por un segundo, y luego deliberadamente se relajó. -‐‑Estoy segura de que no lo hará, -‐‑dijo Hannah. -‐‑Alguien se mueve, y todo el mundo consigue conmocionar al suelo. ¿Claro? -‐‑ -‐‑Sí, -‐‑dijo Amelie. -‐‑Tú lo has hecho muy claro en verdad….-‐‑ Ninguno de los vampiros se movió. Era como mirar a una sala llena de pálidas estatuas silenciosas, pero el odio en sus ojos era como Claire no lo había visto nunca. No es de extrañar que Michael no había querido que Eve se quedara. Ese tipo de furia atrapada no se molestaba con finas distinciones, y no habría en ese Centro Comercial nadie a quien le importara quien fuera asesinado. . . siempre y cuando llegaran a desahogar esa rabia en un ser humano. Apenas se cerró la puerta, Claire oyó a Amelie decir, suave como un susurro, -‐‑No te preocupes. ¡Nos veremos muy pronto!.-‐‑ La luz del sol se sentía tan fría como el invierno. Shane se paseaba cerca de la patrulla, con aspecto pálido y agitado, y él se frotaba el brazo como si le doliera. Se detuvo y miró como Claire se acercó a él. -‐‑¿Qué demonios ha pasado?-‐‑ No esperó una respuesta, aunque, él agarró a Eve de el otro brazo y la ayudó a sostenerla. -‐‑Maldita sea, Eve-‐‑ -‐‑Quiero regresar, -‐‑dijo Eve. Sonaba extraña y temblorosa. -‐‑Van a matarles a todos, sé que lo harán, van a hacer algo terrible a Michael. Tengo que volver. –Intentó alejarse, pero Shane y Claire se aferraron a ella. Hannah abrió la puerta de atrás del coche patrulla. Ella todavía no estaba mirando-‐‑ buscando cualquier cosa menos a ellos, de hecho. Su cara podría haber sido tallada en piedra. -‐‑Por favor, no me hagas esto, Shane, por favor déjame ir-‐‑ -‐‑No puedes siquiera acercarte o entrar allí de nuevo, lo sabes, -‐‑dijo Shane. -‐‑Eve. No se puede, y Michael no quiere que hagas algo así de loco. Vamos. -‐‑ La puso en el coche y dio la vuelta para bloquear su deslizamiento por la otra puerta; Claire tomó el espacio a un lado de Eve, ella ocupaba el resto. Ella no estaba
luchando contra ellos, pero no estaba ayudando, tampoco. Al menos no estaba enfadada, pensó Claire, pero no estaba segura de que eso era una mejora. No había lágrimas, ni gritos. Sólo esto. . . silencio. Y luego estaba Shane, seguía actuando nervioso a la izquierda de Eve, con el ceño fruncido y frotándose el antebrazo y el chasquido, cuando Hannah tomó el asiento de el conductor, -‐‑¿Podemos largarnos de aquí ya?-‐‑ Eso hizo que Hannah le diera una larga mirada por el espejo, pero encendió el motor. El lenguaje corporal de Shane era tenso, pareció aliviarse un poco cuando el coche se alejó de la zona, meditando en el exterior del centro comercial. Bitter Creek era un buen nombre para él, pensó Claire. Definitivamente no era el tipo más feliz del lugar. Le preocupaba que ella no había visto a Myrnin en absoluto.
TRES Hannah los llevó a la casa de Cristal. Se veía diferente. Y no era por el tiempo que Claire había pasado lejos de ella que se veía de esa manera. Alguien la había pintado. Habían hecho un buen trabajo, también en el exterior, estaba limpio, de un blanco espumoso , en lugar de la pared llena de peladuras que había sido antes, eso también había desaparecido. El color de la moldura era azul oscuro quebradizo. Parecía casi respetable. El césped estaba incluso perfectamente cortado. -‐‑¿Qué demonios?-‐‑Ella exclamó después de echar un vistazo, a Shane enviándole una mirada incrédula. Que se la envió de vuelta, amplificada. Por lo tanto, él no había estado con el corta césped, entonces. tampoco había sido Eve, al parecer, porque ella tragó saliva, se sentó recta, y dijo: -‐‑Um, ¿qué es eso?-‐‑ -‐‑La ciudad ha financiado un programa de renovación para todas las restantes Casas Fundadoras, -‐‑dijo Hannah. -‐‑Para preservar nuestra historia. No me digan que no están satisfechos. Parece muchísimo mejor que el desastre ruinoso que era antes. -‐‑ Lo era. Las barandillas estaban rectas, las juntas deformadas habían sido sustituidas en el porche, y las ventanas brillaban en realidad. En la parte superior del techo, una nueva veleta en forma de un amanecer (Uf) crujió y se volvió en la dirección del viento, y cuando Hannah abrió la puerta del coche, Claire oyó el fino sonido, susurrando campanas de viento. Alguien había montado un conjunto de ellas en el borde de la terraza, además de una gran planta en una maceta que parecía nueva y saludable. El lugar era atractivo y bonito y no de ellos. -‐‑Dime que no tocaron nada dentro de la casa, -‐‑dijo Eve. -‐‑Porque te juro que voy a cortar a alguien. ¡Nos gustaba mucho la casa de la manera en que la habíamos dejado!¡ Esta es nuestra casa! -‐‑Lo que no dijo, pero pensó, Claire casi lo oyó, fue ¡Es la casa de Michael!. Y su corazón sufría por él, y por Eve. -‐‑Nadie entró en la casa,-‐‑Hannah les aseguró. –Esto fue un proyecto de renovación exterior. Pensé que estarían contentos.-‐‑ -‐‑Podrías haber preguntado primero, -‐‑dijo Eve, pero después de la primera impresión, algo de su desagrado se estaba desvaneciendo. Y sí, la casa se veía fantástica restaurada a toda su antigua gloria victoriana, limpia y sonora. Claire se dio cuenta de que sólo destacaba lo poco que habían atendido el lugar. . . pero entonces, habían tenido otras prioridades, como estar vivo. Y ninguno de ellos se esforzaba mucho en las tareas domesticas. -‐‑Vamos a entrar,-‐‑dijo Shane. -‐‑¿Oye, Hannah? Dígale a los del Sol Naciente que no nos hagan más favores. No quiero deberles nada a ellos.-‐‑ Hannah no hizo ningún comentario al respecto. Ella acababa de abrir la puerta trasera de la patrulla, y todos salieron apiñados fuera, Shane seguido de Eve y en última lugar, Claire. Subiendo por las escaleras fue una experiencia totalmente diferente. La pintura era aún lo suficientemente nueva como para hacerla sentirse mareada, y su olor se mezclaba con el aroma de la hierba recién cortada y nuevas plantas en el aire caliente del desierto. -‐‑Supongo que tendremos que empezar a regar el césped, ¡maldita hora!-‐‑ Shane dijo, y buscó a tientas sus llaves. –Así será mucho más fácil de cuidar que cuando era una ruina. Mira la pintura de la puerta. Estoy bastante seguro que todavía está húmeda. -‐‑
A medida que Claire les siguió a través de el umbral, sintió un escalofrío de poder trepar por ella. . . la casa, el despertar de un sueño, cobrando vida, la casa dándoles la bienvenida. Se sentía como una ráfaga fresca de aire frío, y también, extrañamente, como unas manos acariciando su cabello. Cerró y dio dos vueltas a la llave de la puerta, un hábito arraigado, en Morganville, y se apoyó contra la madera para respirar profundamente. En el interior, todavía olía familiar. Madera vieja, polvo, papel, no era un olor a limpio, pero era muy bueno. Las paredes interiores necesitaban pintura tanto como lo habían necesitado las de afuera, estaban manchadas, rayadas, y abolladas por el duro uso. Ninguno de los cuatro hacía mucho por la limpieza de las superficies, Claire miró hacia el lado de el salón, y vio la mesa de café ovalada que habían reemplazado hacía relativamente poco tiempo, después de que medio mobiliario había conseguido estrellarse en una pelea, tenía polvo difuminado sobre su superficie. El viejo sofá victoriano parecía blando y cansado como siempre. Shane y Eve ya habían vagado por el pasillo, Shane en dirección al sofá más moderno, y mullido en la sala de estar, y las toscas botas de Eve haciendo eco en las escaleras que conducían a sus habitaciones. Claire subió unos pocos pasos, y justo. . . se detuvo. Cerró sus ojos y sintió un peculiar calor similar al inicio de la paz. Hogar Se sentía como si la casa en sí le estuviera diciendo a ella: aquí es donde perteneces. Recordó cuando se fue por su breve viaje al MIT en la oscuridad previa al amanecer, llevando sus bolsas por el suelo y tratando de no despertar a ninguno de los otros para hacerles saber que se iba. Recordó los sentimientos de entusiasmo, de preocupación, de anhelo, de miedo, de angustia. . . y de devastación. Se sentía la curación de estar de vuelta. Se sentía bien. -‐‑¿Claire?-‐‑ Abrió los ojos. Shane estaba de pie al final de la sala, y sus ojos oscuros estaban llenos de preocupación. Ella le sonrió y vio que disminuyo su tensión. -‐‑Estoy en casa, -‐‑dijo, y se lanzó a sus brazos. El la rodeo con sus brazos, fuerte y cálido. -‐‑Estoy en casa, Shane. Estamos en casa. -‐‑ -‐‑Sí, -‐‑dijo, y dejó escapar un suspiro largo y lento. -‐‑Hogar. Pero no es exactamente lo que dejamos atrás, ¿verdad? -‐‑ -‐‑¿La casa, o Morganville?-‐‑ -‐‑Cualquiera de los dos.-‐‑ -‐‑Parece lo mismo aquí.-‐‑ -‐‑No del todo, -‐‑dijo. -‐‑No sin Michael.-‐‑ Él tenía razón en eso. Eve no quería comer, pero Shane encontró suficientes cosas en la cocina para poder hacer un plato de espaguetis y salsa de carne, aunque la salsa de carne sabía sospechosamente a un tipo de chile. Chile enlatado, por cierto. Eve bifurcaba mecánicamente en su boca, masticar y tragar, que era casi lo mismo que pensó Claire que podían esperar razonablemente de ella en este momento. Miró sus ojos hundidos y agotados y justo. . . vacía. Shane trató de hacer las cosas que normalmente habrían conseguido hacer volver a Eve a su estilo enérgico, pero o bien les ignoró o respondió con encogimiento de hombros, hasta que finalmente dejó el tenedor y dijo:
-‐‑Por lo tanto, Eve, ¿cuál es tu plan? ¿Sentarte ahí y mirar triste y deprimida hasta que alguien se sienta tan mal por tus magulladuras que por muy pocos honorarios te den a Michael? -‐‑ -‐‑Que te jodan, -‐‑dijo. Sonaba mecánica, pero luego un fuego se dejo ver detrás de sus ojos y comenzó creciendo más y más caliente. -‐‑En serio, hombre, que te jodan. ¿Cómo te atreves? -‐‑ -‐‑¿Cómo te atreves?, -‐‑Respondió. -‐‑Debido a que la Eve que yo conozco no se sentaría simplemente allí y convertirse en el emblema para una terapia. Pregúntele a su médico hoy para la Depresión, la droga que te hace no enloquecer ni preocuparse por nada. -‐‑ -‐‑¿Crees que no me importa?-‐‑Ella se puso en pie de repente, con los puños apretados, y honestamente, Claire pensó que Eve podría lanzarse al otro lado de la mesa con la mirada. El color de sus mejillas era cada vez más enrojecido, y ella se sacudió con furia. -‐‑¿Cómo puedes pensar eso, cabeza hueca? ¡Tu fuiste el que salió en primer lugar! Y tal vez si tu me hubieras ayudado allí..-‐‑ -‐‑Si me hubiera quedado en ese Centro Comercial, habría comenzado toda la mierda y hubiéramos conseguido que nos maten a todos, y lo sabes,-‐‑dijo Shane rotundamente, Eve dejó escapar un fuerte aliento para replicar, luego lo dejó escapar lentamente, sin respuesta. Ella lo miró fijamente durante un largo momento. -‐‑¿Qué demonios te pasa?-‐‑Preguntó. -‐‑No lo sé, -‐‑dijo. Pero él estaba mintiendo, y Claire podía verlo, y podía ver que Eve también lo vio, y las dos compartieron una rápida mirada para confirmarlo. Su atención estaba fija en Eve, y Claire rápidamente se acerco, lo tomo del brazo y tiró de la manga de la chaqueta vaquera. Era el brazo que había estado frotándose antes. En el, vio una cicatriz de color rojo vivo en forma de un bocado. Cicatrizada, pero inflamada, como si estuviera infectada. -‐‑¿Qué es eso?-‐‑ Tiró para liberarse de ella, frunció el ceño y tiró de la manga de nuevo para ocultarla. -‐‑Nada.-‐‑ -‐‑Es el lugar donde el perro raro le mordió, -‐‑dijo Eve. -‐‑Recuerdo. Fue cuando te fuiste esa noche. No era normal, ¿verdad? Una especie de perro rarito vampiro.-‐‑ -‐‑No era un perro vampiro.-‐‑ -‐‑¿Cómo lo sabes?-‐‑ -‐‑Porque yo lo sé. Porque si fuera un perro que los vampiros hubieran enviado a morder a la gente, entonces yo no quisiera matar vampiros, ¿lo haría?-‐‑Shane soltó. Estaba pálido, de repente, y un poco inestable, y cuando cogió el tenedor lo sacudió contra la placa, por lo que lo dejó caer de nuevo. -‐‑Mira, fue lo único que podía hacer para no ir tras ellos en el camino de vuelta de Cambridge a aquí. Yo no podía ni siquiera estar de pie alrededor de Mikey en la furgoneta durante mucho tiempo sin querer….,ir hacia él. Hacerle daño. Pero eso no era nada a lo que sentí aquí. Y en el centro comercial. . . era demasiado, mucho. Era como si tuviera que atacar. Si necesitara despedazar. Y no, yo no sé lo que es, y sí, estoy jodidamente asustado, ¿de acuerdo? Estoy aterrorizado. Eso dejó un resonante silencio en la habitación. Eve abrió la boca de nuevo, la cerró, y lentamente se sentó en su silla. Claire se sintió congelada en su sitio, incapaz de pensar qué decir. Su garganta se sentía espesa y apretada, tragó para despejarla, y luego extendió una mano hacia él.
Él se estremeció, pero fue sólo un pequeño movimiento, no una retirada real. Apoyó los dedos suavemente sobre su hombro, luego le acarició el cabello. Se sentía caliente, de nuevo como en el Centro Comercial. Febril. -‐‑Shane, estás enfermo, -‐‑dijo. -‐‑Algo te pasó. Y necesitamos saber lo que es y cómo ayudarte. -‐‑ -‐‑Enfermo o no, por lo menos yo no soy el que está encerrado en una jaula con un collar de descargas alrededor de mi cuello, -‐‑dijo. Eve tiene razón. No podemos dejarle a él de esa manera. Voy a estar bien. -‐‑ -‐‑Tú no lo estás, -‐‑dijo Eve, y le dio una risa frágil y amarga. -‐‑Está bien, ninguno de nosotros está bien. Tenemos que hacer un montón de cosas, pero en primer lugar, Shane, tenemos que averiguar lo que está pasando contigo. Puedo estar deprimida, pero al menos no soy el señor McMurdery Wolfenstein. –Ella se detuvo un segundo, y luego negó con la cabeza. -‐‑Bueno, yo estaba a punto decir que debíamos ver si Myrnin sabia lo que podría ser, pero. . . no. No podemos ir a ningún vampiro, supongo. ¿Sala de emergencia? -‐‑ -‐‑Ellos no saben nada, -‐‑dijo Shane. -‐‑Pero yo conozco a alguien que si. Hannah. Ella estaba allí cuando me mordieron. Ella dijo que había más perros, más mordeduras. Ella sabría algo, de todos modos.-‐‑ -‐‑No me fío de Hannah.-‐‑ -‐‑No es broma. No, yo tampoco, pero es que no tengamos un montón de opciones, Eve. Yo no quiero ir a salvar a Michael y terminar haciendo algo de lo que me arrepienta. Que ahora parece muy probable. Estuve a punto de perderme allí. Y podría hacerlo de nuevo, y te juro por Dios que no quiero. -‐‑Su rostro se endureció y sus ojos se oscurecieron hasta que parecían casi negros. -‐‑Así que si Hannah sabe algo acerca de lo que me está pasando, entonces ella me va a contar.-‐‑ Eso era inquietante, y el sentido de la inquietud de Claire creció más fuerte. -‐‑Shane, no-‐‑ Él ya se había levantado de la mesa, con su plato y tenedor en su mano. No era propio de él no terminar una comida, pero todavía había una pequeña montaña de espaguetis cuando él la llevó a la cocina. Eve apartó su comida alrededor un poco más y dijo: -‐‑Claire, estamos en problemas. Lo sabes, ¿verdad? -‐‑ -‐‑Sí, -‐‑dijo Claire. -‐‑Come tus espaguetis.-‐‑ Eve levantó obedientemente un bocado a su boca, masticó y tragó, luego dijo: -‐‑¿Sabes? Te quiero, pero confía en mí, una cosa ¿su viaje de lujo a Boston no le enseñó a ese chico? Cómo hacer una salsa de espagueti decente.-‐‑ Fin de la crítica de la comida, era, por alguna extraña razón, divertido y el aliento de Claire hipo en una carcajada que no pudo contener. Y Eve se echó a reír también. Shane cerro de golpe las puertas de la cocina y las fulminó con la mirada, que sólo hizo que siguieran irremediablemente riendo sin poder hacer nada, al ver la expresión en su rostro. -‐‑Lo siento, -‐‑exclamó Claire. -‐‑No es gracioso.-‐‑ -‐‑¡Lo sé! Pero-‐‑la comida-‐‑fue…-‐‑ -‐‑Bastante mala.-‐‑El lenguaje corporal de Shane se relajo, sólo un poco. -‐‑Sí, se me olvidó el arte de combinar los ingredientes de mierda en un todo impresionante mientras estabas fuera en la Ciudad de Fantasía, ¿no? -‐‑ -‐‑¿Ciudad de Fantasía? ¡Tu viste donde yo vivía!-‐‑Su risa finalmente quedo lejos, pero al menos se quedó con un resplandor más feliz que antes. Eve logró otro bocado, por solidaridad, probablemente.
-‐‑Buen punto. -‐‑Se sentó y apoyó los codos en el lugar vacío donde su plato había estado. -‐‑Ustedes necesitan mantenerme con una correa , ¿de acuerdo? Yo no creo que pueda confiar en mí mismo en este momento.-‐‑ -‐‑¿Una correa real? Porque yo tengo una, -‐‑dijo Eve. -‐‑Tiene púas en el collar y todo.-‐‑ -‐‑He estado allí, -‐‑dijo. -‐‑¿Recuerdas?-‐‑Y con una sacudida Claire recordó, lo que parecía hacía mucho tiempo ahora, pero una malvada mujer vampiro horrible una vez lo había llevado con una correa a una fiesta, y el recuerdo aún permanece en su estómago. Y el suyo. Y Eve, al parecer, porque ella dejó caer el tenedor en el plato, empujándolo lejos, y apoyó la frente sobre las manos. -‐‑Lo siento, -‐‑suspiró. -‐‑El mío es más con fines recreativos de todos modos. No creo que haría mucho para detenerte.-‐‑ -‐‑Recreativos, bien, monstruo, yo no quiero ni saber eso -‐‑dijo Shane. -‐‑Vamos a pretender que nunca sucedió. Lo que quise decir fue, que estoy contando con ustedes dos para comprobar si me dirijo a el acantilado.-‐‑ -‐‑Entendido,-‐‑dijo Eve. -‐‑Voy a deshuesar tu culo de inmediato ,por supuesto.-‐‑ -‐‑Trata de no romper nada, mientras estás en ello.-‐‑ -‐‑¿Al igual que un clavo?-‐‑Ella inspeccionó sus uñas pintadas de negro, buscando irregularidades, necesitaría manicura recientemente. -‐‑Yo veo tu punto.-‐‑Entonces ella juntó las manos y miró, dejando las bromas a un lado. -‐‑¿Qué hacemos, entonces? Él va a ir a ver Hannah, o ¿no? -‐‑ -‐‑Iremos, -‐‑dijo Claire. -‐‑Pero, Shane, no hables. Lo hare yo. ¿Claro?-‐‑ -‐‑Claro, -‐‑dijo, y asintió con la cabeza. -‐‑Una petición.-‐‑ -‐‑¿Qué?-‐‑ -‐‑¿Podemos parar por una hamburguesa? Porque, en serio, me estoy muriendo de hambre.-‐‑ Todo en Morganville, hasta los lugares de hamburguesas, o bien le habían dado un lavado de cara o estaba en proceso de conseguir uno, y puso a prueba a Eve con su gran coche fúnebre negro por la ciudad, pasaron mucha parte del tiempo desacelerando, embobados, y moviendo la cabeza. –Ojala yo hubiera invertido en la ferretería ahora, -‐‑dijo Shane. -‐‑Estaría rodando en dinero sólo por la venta de pintura. -‐‑Él tenía razón en eso. Casi cada edificio tenía una nueva capa brillante ya o tenían a personas en escaleras aplicándosela. Los pocos edificios que no estaban brillantes, tenían pegatinas naranjas revoloteando sobre ellos, ya sea una señal de que sus trabajos de pintura estaba en camino o que estaban siendo multados por no tener uno. -‐‑Es peor que eso, -‐‑dijo Eve, y señaló hacia delante. -‐‑Echa un vistazo al Rey Perro.-‐‑ El rey perro era una reliquia de los años 1950, con la muestra vintage de un pequeño coche con perros calientes y hamburguesas que había, en su mejor momento, se veía rara, excepto por su signo totalmente impresionante de un perro caliente que llevaba una corona, un pan de perro caliente y una sonrisa arrogante. La casucha inclinada había sido derribada y reconstruida como nueva y brillante tienda que estaba pintada de un verde azulado muy cuestionable azul. Al menos la señal no la habían tocado. -‐‑Justo, Rey Perro que es,-‐‑dijo Eve, convirtieron el camino en una nueva calzada pavimentada. Todavía se podía ordenar por una ventana por lo que no había cambiado, y ella obtuvo una bolsa de mini-‐‑perros, hamburguesas, patatas fritas, y refrescos de todo, arrojó lo comprado a Shane y Claire para volver a ponerse a prueba piloteando la bestia de su coche. Las curvas cerradas no era una cosa muy
fácil de hacer con el coche fúnebre, pero lo logró sin raspar cualquiera de los dos , el edificio recién pintado, o la valla. Claire había pasado de darse cuenta de eso, porque el perro caliente que agarró se estaba derritiendo en su boca con tanta exquisitez que logró borrarle totalmente el no tan buen experimento de espaguetis con chili. Dos mini-‐‑perros para Claire para más tarde, y dos hamburguesas que Shane prácticamente inhaló, Eve fue aparcar el coche delante de el(como es lógico), recientemente reformado, Morganville City Hall, donde la Jefe Moisés tenía su oficina. Se sentaron en el estacionamiento y comieron el resto de la comida, viendo el tráfico a pie ir y venir. -‐‑¿Ves lo que yo veo?-‐‑Eve preguntó finalmente, cuando arrugó el último de los envoltorios en la bolsa con tres puntas que Shane había hecho como una canasta. -‐‑Morganville nunca se ha visto tan bien, -‐‑dijo. -‐‑Es como si esa vieja película sobre las esposas de robot o la gente vaina o algo así. En serio, mira la hierba. En realidad es de color verde. incluso.-‐‑ -‐‑No, idiota, me refiero a los pines. Un montón de pines en los policías. –Eve señalaba a un collar imaginario. -‐‑Alfileres de la Fundación del Sol. Si se vuelve más popular, van a ponerlo en la maldita bandera. -‐‑ -‐‑Muy bien, -‐‑dijo Shane. -‐‑Todo el mundo quedó atrapado. Vivimos en una gigante casa de una mala fraternidad ahora.-‐‑ La parte delantera gótica enorme del edificio parecía vieja, pero había sido reconstruida hacía poco tiempo, el envejecimiento de la piedra se hizo con chorros de arena. Sin embargo, parecía melancólico e impresionante, que se cierne sobre ellos mientras caminaban hasta las grandes y pesadas puertas. Dos policías junto a la entrada les miraron persistentemente, miradas perdidas que fueron, bueno, bastante normal, en realidad. La policía de la ciudad nunca había sido muy amable, especialmente hacia Shane y Eve. Uno se encogió de hombros, sin embargo, y abrió la puerta para ellos cuando se acercaron. Ambos, Claire se dio cuenta, llevaban alfileres. En el interior, era lo de siempre en Morganville empleados bulliciosos alrededor, teléfonos sonando, gente haciendo cola para los permisos o entradas o lo que sea. Pero había una diferencia, de alguna manera, era intangible, pero no. Claire no podía poner su dedo en lo que se sentía mal, o al menos extraño, pero tenía algo que ver con las sonrisas demasiado agradable, los tonos alegres de sus voces. -‐‑Alguien ha estado clavando el Alegre Kool-‐‑Aid -‐‑Dijo Eve. -‐‑Creo que quieres decir cereza, resbaladiza.-‐‑ -‐‑Quiero decir alegre, idiota. Trata de mantener el ritmo, -‐‑dijo Eve, y le dio a Shane un empujón en el hombro. -‐‑Basta ya de turismo. Esta es tu programa. Consigue el camino. -‐‑ El caminó por las escaleras que conducen al segundo piso, se fue por el pasillo y abrió la puerta que conducía a la oficina de Hannah Moisés. No es la oficina que había una vez, brevemente, ocupado como alcalde, en esta había una mujer policía sentada detrás de una mesa de trabajo con un teléfono con varios botones. Ella les lanzó una mirada irritada cuando ellos tres entraron, pulsó el botón de espera y les dijo: -‐‑La Jefe Moisés no va a ver a nadie hoy. Está en las reuniones.-‐‑ -‐‑¿Puedes decirle que es Shane Collins?-‐‑ -‐‑No me importa quién eres. Ella está ocupada.-‐‑ Shane apoyó ambas manos sobre el escritorio de la agente. -‐‑Dile que es acerca de mi mordedura de perro . Creo que podría tener rabia.-‐‑
Había algo en su rostro que convenció a la mujer. Ella frunció el ceño, le miró durante unos segundos, y luego conecto otro botón en su teléfono y le dijo: -‐‑Sí, te necesito en la oficina, por favor. Gracias.-‐‑ -‐‑Excelente,-‐‑dijo Shane. -‐‑Vamos a estar por aquí.-‐‑Se acercó a una pequeña hilera de sillas de invitados. Claire tomó una, con Eve a su lado, Shane mientras, hojeaba un surtido de revistas desiguales. . .y luego la puerta se abrió. No fue la Jefe Moisés. Fue, en cambio, el más grande, y más musculoso policía que Claire jamás había visto. Más amplio y más alto que Shane. Su mirada se fijó de inmediato en la oficial detrás del escritorio. -‐‑¿Tienes algún problema aquí?, -‐‑le preguntó. Ella se limitó a señalar por encima del hombro a Shane y no paraba de hablar de lo que sea que fuera en el teléfono en este momento. -‐‑Mierda, -‐‑dijo Eve. -‐‑¿Oye. . . chicos? -‐‑ Ya era demasiado tarde. El agente fue pesadamente sobre Shane que ya estaba de pie, rápido, dejando caer la revista al suelo. -‐‑Creo que hay un malentendido, -‐‑dijo. -‐‑ Porque yo no he pedido al Oficial amistoso. Pedí-‐‑-‐‑ Eso fue lo más lejos que llegó antes de que el policía lo agarrara del hombro, le dio la vuelta presionándolo contra la pared, haciendo sonar la obra de arte sosa que colgaba allí. –Cállate, -‐‑dijo, y cogió las esposas. -‐‑¿Quieres decir que tengo el derecho a guardar silencio? ¿Qué hay de mi derecho a un abogado?, ¿tengo que? Ay. Mire, usted no ha hecho esto antes, ¿verdad? Deja que te ayude a hacerlo-‐‑ -‐‑Cállate, idiota. estás creando un disturbio.-‐‑ -‐‑¡Yo sólo quiero ver a la Jefe Moisés!-‐‑ -‐‑La Jefe de Moisés está ocupada. Tienes la oportunidad de verme en su lugar.-‐‑ -‐‑¿Deberíamos estar haciendo algo?-‐‑Eve preguntó a Claire, que estaba todavía sentada congelada en su silla. -‐‑Porque yo estoy acostumbrada un poco a que Shane está detenido, pero esto parece un error. Y ¿no ibas a hacer las preguntas?-‐‑ Claire se obligo a sí misma a salir de la sensación de irrealidad que se apoderó de ella, y se puso de pie. El Oficial amistoso (el nombre realmente sí le encajaba) sus ojos se posaron sobre ella para explorarla y luego la despidió. Ella lo intentó de todos modos. -‐‑Señor, conocemos a Hannah Moisés. Ella no quisiera que hagas esto. Sólo tenemos que hacerle algunas preguntas. Importantes preguntas.-‐‑ La señora en el teléfono, que acababa de terminar su llamada y finalmente colgó el auricular, puso los ojos. -‐‑Si. Acerca de una mordedura de perro.-‐‑ Por extraño que parezca, eso detuvo al Oficial amistoso por un par de segundos, y luego agarró a Shane por el hombro, le dio vuelta hacia él, y dijo: -‐‑¿Tienes una mordedura de perro?-‐‑lo dijo con tanto interés y entusiasmo, una combinación tan extraña que Claire no podía entender lo que estaba sucediendo. Tampoco pudo Shane, por su expresión. -‐‑¿Cuándo?-‐‑ Shane consiguió encogerse de hombros, a pesar de las esposas y el agarre en el hombro. -‐‑Hace un tiempo.-‐‑ El policía giró al novio de Claire , subió una de las mangas de Shane, mirando su piel, no tenía nada, hizo lo mismo con el otro brazo, miró la cicatriz rojiza por un segundo, luego sacó sus llaves y abrió las esposas. -‐‑Lo siento, chico, dijo. -‐‑¡Voy a por la Jefe!. Tomen asiento.-‐‑
Después de eso, se fue. Todos ellos, incluso la recepcionista se quedaron en un silencio confuso, y duró un minuto hasta que la puerta de cristal esmerilado se abrió de nuevo entrando Hannah Moisés. -‐‑Lo siento,-‐‑la señora de detrás del mostrador dijo, -‐‑pero este joven fue muy insistente -‐‑ Hannah no le hizo caso. Se acercó a Shane, lo agarró del brazo y miró la cicatriz. -‐‑Maldita sea, -‐‑dijo. -‐‑Ven conmigo, todos ustedes.-‐‑ Los llevó a su despacho, donde cerró con llave la puerta detrás de ellos. -‐‑Yo solo, -‐‑empezó Shane, pero ella levantó un dedo para detenerlo se fue detrás de su escritorio y abrió un cajón. Paso algún tipo de interruptor, y luego asintió. -‐‑¿Qué es eso, mierda espía?-‐‑Shane le preguntó. -‐‑Mierda espía, -‐‑afirmó, y se sentó en su silla. -‐‑Sabía que te habían mordido, pero con la prensa y todo lo demás, se me olvidó. Lo siento. ¿Qué tipo de efectos secundarios te sientes? -‐‑ -‐‑Espera un minuto. ¿Quién demonios está tratando de escucharte a ti? Todos los vampiros están de vuelta no haciendo compras en el Centro Comercial, -‐‑ dijo Eve. -‐‑A menos que. . . usted no confía en su nuevo jefe brillante. Creo que es su nuevo jefe, ¿no? ¿Fallon el fanático? -‐‑ Hannah no respondió a eso. Ella acababa de darle la razón a Shane con ese mirada firme y esperó hasta que dijo: -‐‑La sensación de mordedura es muy rara, en realidad. No estaba tan mal cuando me fui de Morganville, pero estallo en el camino, y se agravó cuando llegué a casa. Comenzó poco a poco, más o menos parecido a un dolor en el brazo, pero luego empecé a sentir esto. . . instar, un impulso de cazar vampiros. Luchar contra ellos…. -‐‑Matarlos , -‐‑Hannah dijo. -‐‑Es por eso que salió del Centro Comercial, así de repente. No podías controlarte más.-‐‑ -‐‑Sí, -‐‑dijo. -‐‑Se sintió como si algo me estuviera llevando, y no me gusta. Todavía no. Mira, no estoy diciendo que soy un fan de los vampiros o algo, pero yo no odio a odiarlos, no me gusta lo que yo solía hacer. No como mi padre lo hizo. -‐‑Era raro, pensó Claire, por que Shane se veía indefenso. Perdido. -‐‑Yo no sé qué lo estoy haciendo. Sólo sé que no quiero.-‐‑ -‐‑Hannah. . . -‐‑Claire se sentó en una de las sillas de visita y se inclinó hacia delante, mirando a la jefe. -‐‑Por favor, díganos lo que está pasando. Por favor. Tenemos que saber.-‐‑ Hannah miró hacia otro lado, como si estuviera componiéndose a sí misma por un momento, y luego asintió. -‐‑La Fundación del Sol ha estado llevando a cabo la investigación durante mucho tiempo, -‐‑dijo. -‐‑Es una vieja organización, muy vieja, aunque soló recientemente han salido de la clandestinidad. Realizaron experimentos de genética de vanguardia, y algunos funcionaron, otros no. Algunos terminaron creando cosas que encontraron útil.-‐‑ -‐‑Al igual que los perros de diablo,-‐‑dijo Shane. -‐‑Como el que me mordió esa noche.-‐‑ -‐‑Los perros eran parte del equipo de avanzada de Fallon, -‐‑dijo Hannah. -‐‑Había visto una abertura, con el exilio de Oliver de Morganville. Él pensó que había suficiente inquietud, teniendo en cuenta lo que acababa de suceder, para deponer a Amelie de su posición. Y tenía razón, maldita sea. Él tenía toda la razón. -‐‑
-‐‑Pero…yo pensé que eras…-‐‑Eve señaló el pin de la Fundación en el cuello de Hannah. Por toda respuesta, Hannah desabotonó la manga de su camisa de uniforme perfectamente almidonada y la enrolló, dejando una marca de mordedura irregular que parecía todo tan inflamado y enojado como la que Shane había estado escondiendo. -‐‑Algunos de nosotros no tenemos otra opción, -‐‑dijo. -‐‑O yo soy su perro de caza o soy su entrenador de perros. El mantiene los instintos bajo control con un medicamento que me da. Sin eso, yo sólo soy uno mas de la manada. -‐‑Ella asintió con la cabeza a Shane mientras se cerraba de nuevo los botones de la manga. -‐‑Al igual que tu, muchacho.-‐‑ -‐‑Espera un segundo, yo no soy parte de ninguna…-‐‑ -‐‑¿No?-‐‑Hannah ladeó la cabeza hacia él. -‐‑Sólo porque Fallon no se ha molestado en hacer uso de ti todavía. No te ha necesitado. Pero lo hará, Shane. Desde luego, yo y otros lo hicieron.-‐‑. -‐‑¿Cuántos más?-‐‑Le preguntó Eve. -‐‑Y ¿qué quieres decir, exactamente, con que él está haciendo uso de ellos? Porque si hay algo que odio más que el control mental vampiro, es el control mental por alguien que no es un vampiro. -‐‑ Los ojos oscuros de Hannah brillaron hacia ella, de repente enardeció de cólera, Claire se dio cuenta, había estado hirviendo a fuego lento bajo la superficie todo el tiempo. -‐‑No tienes ni idea, -‐‑dijo. -‐‑Acabo de recibir mi vida de vuelta después de los juegos de la mente de un vampiro, y ahora tener a este hijo de puta haciendo esto. . . . ¿Crees que no lo odio?¿ No quiero arrancarle la cabeza? El hecho es que no puedo. No puedo ni levantar la mano contra él. Es parte de la programación. -‐‑La mujer era generalmente tan controlada que tomó por sorpresa a Claire, al verla perder incluso esa pequeña cantidad. Había una tremenda ola de rabia bajo esa superficie de calma. Rabia y frustración. -‐‑¿Cuántos?-‐‑Preguntó Shane. -‐‑¿En la manada?-‐‑ -‐‑Seis, -‐‑dijo Hannah. -‐‑Incluyéndote a ti y a mí. No sé si tuvimos suerte, o si programaron de alguna manera a los perros para apuntar a individuos específicos. Me gustaría pensar que nos escogió a nosotros porque. . . porque somos los más capaces de luchar contra él, como humanos. -‐‑ Shane tragó saliva. -‐‑Sí, voy a hacer mi mejor esfuerzo para tomarlo como un cumplido, -‐‑dijo. -‐‑Pero, ¿cómo puedo manejar esto? ¿Qué debo hacer? -‐‑ -‐‑Aléjate de los vampiros, -‐‑dijo. -‐‑Lo que debería ser bastante fácil de hacer, ahora que están en el enclave y sí, no me gusta usar esa palabra. Pero si usted siente una oleada de lo que sentiste allí, sé que él te activara durante una cacería. Una vez que esto sucede. . . una vez que sucede, no volverás a ser tú mismo.-‐‑ -‐‑¿Qué quieres decir con" no será el mismo”?, -‐‑preguntó Claire, pero Hannah se limitó a sacudir la cabeza y cambió de tema. -‐‑Eve, estoy vigilando a Michael, te prometo eso. Estoy tratando de asegurarme de que todos se mantengan a salvo. En este momento, la mejor manera de hacerlo es mantenerlos confinados y conformes.-‐‑ -‐‑¿Todavía Capitán Obvio?, -‐‑preguntó Eve. -‐‑¿De qué lado estás? Porque yo no te entiendo, Hannah. Realmente no lo sé.-‐‑ -‐‑Capitán Obvio ganó, -‐‑dijo Hannah. -‐‑Ese es el problema, ninguno de nosotros realmente pensamos en lo que haríamos si nos las arreglábamos para derrotar a los vampiros y tomar el control. Nunca pensamos acerca de lo que íbamos a hacer con ellos, el tipo de futuro que tendrían. Así pues, en un cierto sentido, ya no soy yo misma nunca más. -‐‑Parecía triste al respecto, y enojada, y hubo un momento de
silencio antes de que continuara. -‐‑Ahora, todos ustedes, por favor váyanse a casa. Shane, no hay nada que se pueda hacer sobre lo que sientes, pero si te encuentras que estás teniendo dificultades, sólo mantente en la estancia lo mas lejos de los vampiros que puedas. Eso ayudará.-‐‑ Shane se inclinó sobre su escritorio y la miró fijamente a los ojos esta vez. -‐‑¿Por qué necesita un paquete de personas pre-‐‑programados para cazar vampiros, Hannah? -‐‑ -‐‑Para los perros callejeros, -‐‑dijo. -‐‑No todos los vampiros van a permanecer en el Centro Comercial. Con el tiempo, van a salir, y él tendrá que seguirles la pista. Ahí es donde, entramos nosotros.-‐‑ Ese fue el final de la reunión. Se acercó a la puerta, la abrió, y allí no parecía haber ninguna otra opción que abandonar, con el Oficial amistoso con el ceño fruncido esperándoles a ellos desde la oficina exterior. La recepcionista no les hizo caso con una intensidad terca como si ella estuviera respondiendo más llamadas. . . y luego estaban en el pasillo, y Shane se frotaba nerviosamente el brazo mirando más perturbado que nunca. -‐‑¿Eso ayuda?-‐‑Claire le preguntó. El negó con la cabeza. Eve dijo: -‐‑Por lo menos sabemos que no es el único loco en la ciudad. Vamos, Soldado lobo. Vamos.-‐‑ Pasaron cerca de una hora cruzando Morganville, teniendo en cuenta los cambios. Mucho de esto fue cosmético, edificios pintados, caminos reparados. Pero también hubo nuevos lugares por toda la ciudad, y era Shane, quien señalaba los símbolos de la Fundación que fueron apareciendo en casi todos los rótulos de establecimiento o escaparates de las tiendas. Como si estuvieran diciendo con orgullo, que los vampiros no estaban permitidos. Pero lo más extraño de todo eran las personas. Así que muchos nativos de Morganville estaban fuera de casa, caminando, conversando, llevando a sus hijos al pequeño parque municipal. Comprando. Se veía tan jodidamente normal que le puso a Claire los pelos de punta, porque su lenguaje corporal era completamente diferente ahora. No era el Morganville que se había acostumbrado tanto a ver; eso era cierto. Mientras que antes, la gente había caminado con una especie de vigilancia, la conciencia reflexiva de lo que estaba a su alrededor, estas personas estaban casi mareados por no mirar paranoico. Ajenos. Seguros. Fue una mejora, sabía que, la gente se sentía feliz y seguras, sus sonrisas sólo irradiaban eso. Pero entonces ¿por qué me siento tan mal? Claire tenía miedo de que tal vez ella no quería el cambio, incluso cambiar para mejor. Pero eso no fue todo: ella había rodado con una gran cantidad de cambios en Morganville hasta el momento. Esto era algo más profundo y más inquietante. Ellos sólo quieren que los vampiros se hayan ido. No les importa lo que suceda. Así que todo esas sonrisas felices, eran las sonrisas de los ganadores de una guerra silenciosa larga y lenta. Los muertos no estaban alrededor para molestar a sus conciencias. Lo que Fallon hiciera, lo haría fuera del escenario, en la oscuridad, y nunca tendrían que enfrentarse a nada de eso. Claire sabía que no era tal vez racional querer salvar a los vampiros; después de todo, habían sido el hombre del saco bajo la cama de Morganville durante generaciones, y habían sido responsables de tantas malas cosas. Pero los vampiros
individualmente habían sido responsables. ¿No se podía culpar a todo un grupo por los actos de unos pocos mal? ¿Eso me hace mala ahora? Se preguntó, con un escalofrío, dejo fuera las sonrisas, el calor, la camaradería. El totalmente humano, totalmente nuevo Morganville. ¿Soy la única que va a ser responsable de arruinarlo todo para estas personas? Se encontró la mano de Shane, cuando se dirigían alrededor. Su piel todavía estaba caliente, y se preguntó si tal vez Hannah estaba equivocada y si su mordedura solo estaba infectada, y no . . diseñado de esa manera. Tal vez sólo necesitaba antibióticos. Terminaron frente a rarezas sobrenaturales tan a menudo, que era fácil olvidar que las viejas y simples bacterias pueden arruinar a una persona de igual manera. Cuando le propuso detenerse en el hospital, sin embargo, rechazó que fuera de la mano. -‐‑No vale la pena, -‐‑dijo. -‐‑Estoy bien, Claire. En serio. -‐‑El no lo estaba. Pero ella no lo empujo, porque sabía que no serviría de nada. Eve sacó el coche fúnebre hasta la parte trasera de la casa, en su pequeño, y destartalado cobertizo / garaje, que no era lo suficientemente grande para él. Michael había aparcado su coche para vampiros lejos, coche provisto por Morganville de forma gratuita a todos los vampiros, hasta hacía poco días, el coche fúnebre de Eve tenía teñido las ventanas traseras donde podía refugiarse cuando lo necesitaba. Ninguno de ellos podría conducir el coche de Michael, de todos modos, porque tenía el parabrisas negro grueso y las ventanas, así que por ahora, mejor dejarlo donde estaba, en el aparcamiento subterráneo debajo de la Plaza de los Fundadores. Pero no ver el coche de Michael aquí, encajado al lado del de Eve. . . me parecía importante. Y hizo sentir a Claire un escalofrío al pensar que podría que nunca se estacionara aquí de nuevo. Viniendo por la cocina le recordó que no habían limpiado correctamente desde el Gran Desastre Spaghetti, pero a ella eso no le importaba en este momento, y claramente, tampoco a Shane o a Eve, que ignoro la destrucción en su camino. Ella siguió. Ambos se fueron arriba. En la parte superior, Eve abrió la puerta de la habitación que ahora compartía con Michael, miró, y se quedo inmóvil por un momento antes de decir: -‐‑Voy a estar en línea y ver qué puedo averiguar. -‐‑Luego se fue en silencio y cerró la puerta detrás de ella. Shane se quedó durante unos segundos, con la cabeza hacia abajo, y luego dijo: -‐‑Yo necesito una ducha. Nos vemos en un rato, ¿de acuerdo? -‐‑ -‐‑Está bien, -‐‑dijo Claire. Deseó que hubiera dicho algo más, algo más importante, pero también entendía su necesidad de estar solo. Eve fue reconstruyéndose a sí misma para que pudiera trabajar tanto a través de cómo se sentía y hacer algo productivo. Shane. . . Bueno, obviamente, necesitaba pensar, también. Y todos ellos necesitaban duchas, eso era cierto. Evidentemente, aromáticamente cierto. Ella se fue a su habitación y se sentó en la cama. El familiar crujir de los resortes la hizo sentir como en casa, pero la mayoría de sus cosas todavía estaban atrapadas en Cambridge. Ella tendría que darse cuenta de eso con el tiempo, supuso. Tenía que reflexionar sobre cómo conseguir su ropa de nuevo, y sus libros, y todas las fotos que se había llevado con ella.
No se había llevado todo, por lo menos, todavía había algunos juegos de ropa interior, un sujetador que había visto mejores días, un par de pantalones vaqueros, y algunas camisas grandes. Ella reunió un equipo de sus pocas opciones, entonces busco un par de sabanas en el armario de la ropa de cama en el pasillo y las puso en la cama, más para hacer algo que cualquier intento de dormir. Con todo lo que había acontecido, se tendió en la cama y escuchó el sonido de la ducha abierta. Cuando se detuvo, ella recogió sus cosas y esperó en la puerta. Shane apareció allí después de unos minutos, envuelto en una toalla que mostraba un deslumbrante y precioso espacio de pecho y hombros, y fue lo suficientemente bajo en las caderas para que su impotencia pudiera completar el resto de la información en una carrera de la memoria. Hizo una respiración fuerte cuando él empujó su pelo húmedo de la cara hacia la espalda y le dio una sonrisa. -‐‑¿Qué?, -‐‑ preguntó. -‐‑Yo, mi turno. -‐‑Sintió el color de sus mejillas, y supo que era ridículo, pero no podía evitarlo. Este. . . esto se sentía como volver a casa, esta dulce tensión que de repente salía entre ellos, una gravedad que era tan fácil de obedecer. A pesar de todo, toda la locura y el miedo y la extrañeza general de Morganville, tenían esto, y fue tortuosamente hermoso. Se aclaró la garganta y se movió a un lado de ella, pero no lo suficientemente lejos como para que rozaran entre sí, al pasar. -‐‑¿Nos vemos cuando salgas?-‐‑Él le hizo una pregunta. -‐‑Tal vez.-‐‑Ella arqueó las cejas, y vio la chispa de respuesta en sus ojos. -‐‑Me estás matando.-‐‑ -‐‑Te lo mereces, ¿no?-‐‑ Eso consiguió una sonrisa para derretirse. -‐‑Lo más probable.-‐‑ Cerró la puerta tras él y se apoyó en ella, de repente y maravillosamente le falto el aliento, le tomó un momento antes de que pudiera apartarlo, dejó su ropa, y entro en la ducha. Todavía estaba caliente y húmeda cuando ella entró, usó el champú y gel de baño de Eve de hierbas aromáticas, entonces con todas las medidas y oraciones mentales pidió perdón para tomar prestada la maquinilla de afeitar de Eve, también, porque el estado de sus piernas y las axilas era especialmente malo. El agua comenzó a correr fría por el tiempo que había tardado, por lo que se enjuago el cabello y se quito el jabón rápidamente, luego se agachó, temblando, hacia el aire fresco. Después de secarse, se peinó el cabello mojado y contempló con tristeza el montón de ropa que había traído con ella. Luego se envolvió la toalla alrededor de su cuerpo y llevo el bulto de nuevo a su habitación en lugar de ponérsela. En realidad no le sorprendió encontrar a Shane allí, sentado en el borde de la cama y aún en su propia toalla. Pero se sentía bien. En realidad, muy bien. Puso las cosas en la parte superior de la cómoda desnuda y fingió no reparar en él mientras se ponía la ropa de nuevo. -‐‑¿En serio?, -‐‑Dijo. -‐‑¿Eso es lo que vas a hacer en esta situación? ¿No me vas a hacer caso? -‐‑ -‐‑Absolutamente, -‐‑dijo. -‐‑Por lo menos hasta que yo haga esto.-‐‑ Ella se acercó y cerró la puerta con llave, por si acaso. . . Bueno, por si acaso. Luego se volvió, y se apoyó en ella, y lo miró. -‐‑Oh, -‐‑dijo.
-‐‑Entonces, -‐‑dijo Claire. -‐‑Uh-‐‑uh.-‐‑ -‐‑Estás sentado en mi cama.-‐‑ -‐‑Sí.-‐‑ -‐‑Usando soló una toalla.-‐‑ -‐‑Parece que sí.-‐‑ -‐‑Y. . . nada más.-‐‑ -‐‑¿Por qué tu tienes la ropa interior larga debajo de la tuya?-‐‑ -‐‑No.-‐‑ -‐‑Demuéstralo.-‐‑ -‐‑Tú primero. -‐‑Ella dio un paso más y se cruzó de brazos. -‐‑¿Por qué yo?-‐‑ -‐‑Tú empezaste.-‐‑Otro paso adelante. Ella no lo hizo conscientemente planeado, pero parecía que el mundo se había inclinado hacia el. El suelo estaba inclinado. No del todo era su culpa, de verdad, pero ella se estaba moviendo en su dirección. Podía sentir el aire cambiando a su alrededor. Haciéndose más cálido. -‐‑Creo realmente que tu lo comenzaste, me acechaste fuera en la puerta del baño, -‐‑dijo Shane. Tenía esa mirada en sus ojos medio cerrados, esa expresión inconfundible en su intento que hacía que su piel se sintiera demasiado apretada en su cuerpo, hizo que todo el calor provocara un chasquido en el aire y el resplandor de oro en su interior. -‐‑Así que primero, entonces.-‐‑ -‐‑Te propongo un acuerdo, -‐‑dijo. Un paso más adelante, inconscientemente incluso tocándole. Sus rodillas se estaban rozando ahora, no parece posible que el roce de las rodillas sea sexy, ¿verdad?, excepto que lo era, era, y el corazón le tronaba en su pecho, inundando su cuerpo con un hormigueo y impulsos como las estrellas. -‐‑Voy a ayudarte a quitarte eso si me ayudas con la mía.-‐‑ Él fingió considerarlo, pero no la estaba engañando, en absoluto, ni siquiera un poco. Este era un juego, que era perezoso en la superficie y lleno de tensión por debajo. ¿Qué fue lo que Eve había dicho una vez? La restricción es de lo más sexy. En ese momento, había pensado Claire que quería decir en el sentido de cuerdas, y esposas, pero ahora estaba empezando a darse cuenta de que significaba algo completamente distinto. Significaba disfrutar de la anticipación. Shane se acercó y puso sus manos en la parte exterior de sus piernas, justo por encima de la rodilla. Casi donde terminaba la toalla. Luego lentamente las deslizó hasta aproximadamente la mitad del muslo, y podía sentir los fantasmas calientes dejados por sus palmas. El resto de su cuerpo se estremeció en respuesta, y se mordió el labio. Sus ojos se abrieron, y su sonrisa adquirió un sesgo perverso. La habitación parecía muy tranquila, excepto por el roce suave de su respiración, y el susurro de las toallas en movimiento. Alargó la mano y tiró de la tela a su alrededor, y en el mismo momento cerró sus manos en el borde de la cubierta y tiró. Y entonces ella estaba cayendo, cayendo, cayendo en sus brazos, en un fuego brillante y ardiente que sólo ardió mas caliente cuando sus pieles desnudas y húmedas se unieron. . . y luego sus labios, en una explosión de necesidad y deseo. Y durante un tiempo, por lo menos, con el roce de su aliento en su piel, los susurros profundos y perfectos, se olvidó de Morganville. Se olvidó de todo.
Claire se despertó de un sueño tan profundo y satisfecho que era como si estuviera flotando en las nubes. Ella se dio cuenta del mundo que le rodeaba gradualmente por la luz solar como bandas sobre su pierna desnuda, y el susurro de las hojas en el antiguo roble fuera de su ventana del dormitorio. Se sentía caliente y pesada y perfectamente en su hogar. Volvió la cabeza y vio a Shane que seguía durmiendo a su lado, rodó hacia él. Él murmuró algo y puso sus brazos alrededor de ella, pero era más un reflejo que la acción consciente, al menos hasta que ella lo besó. A continuación, el mascullar se convirtió en un sonido bajo desde el fondo de su garganta, casi un ronroneo, y le pasó la mano lentamente por su espalda, sus dedos rozando sobre todos y cada uno de sus baches. -‐‑Bueno, -‐‑dijo, cuando no había suficiente espacio entre ellos para las palabras, -‐‑esto es un muy buen comienzo para un día. Dios, ¿es de mañana?¿Cuánto de la mañana? -‐‑ -‐‑Um. . . las ocho y media de la mañana. -‐‑ -‐‑¿Desayuno?-‐‑Sonaba esperanzador. El mundo entero parecía esperanzado, al menos por el momento, y ella se echó a reír y le dio un beso de nuevo y se sentó. La ropa que había reunido para ponerse la noche anterior estaba en el cajón, así que las sacó y se las puso, mirando hacia atrás cuando ella se subió la cremallera de sus pantalones vaqueros para verlo tomando nota de la falta de su ropa en el suelo. Después de un suspiro, cogió la toalla, se envolvió en ella, y la besó en el camino a la puerta. -‐‑Vuelvo en un minuto.-‐‑ La puerta cerrada arruinó su salida suave durante unos segundos, pero lo logró, y Claire se sentó en la cama para ponerse los zapatos. La buena sensación seguía allí, burbujeando y tarareando, pero la vida real comenzó tironeando hacía abajo, también. . . . Y las sombras, aunque impulsadas por el sol de la mañana, fueron poco a poco apoderándose. Se pasó un cepillo por el pelo, que lo necesitaba, y corrió al cuarto de baño para lavarse la cara, cepillarse los dientes y ocuparse de los negocios normales del baño. En el momento en que salió, Shane estaba en el pasillo, esperando, vestido con pantalones vaqueros flojos cómodamente y una camiseta de “Transformers” con uno o dos lavados lejos de disolverse en harapos. –Eve está abajo, -‐‑dijo, y había algo infeliz en su voz. -‐‑Será mejor que hables con ella.-‐‑ Eso. . . no sonaba bien, y Claire se apresuró a bajar las escaleras incluso antes de que él cerrara la puerta del baño. Encontró a Eve en la cocina, de pie ante el fregadero, tragando hasta lo último de una taza gigante de café de color negra con cráneos rojos . Eve iba gótica plena hoy: pantalones militares negros; pesadas botas, de suela gruesa, una camisa de color rojo oscuro apretada con una bandera pirata rojo brillante sobre el corazón, como una insignia de pirata. Una gargantilla gruesa de eslabones de cadena, que brillaban con la placa de plata. Pulseras de plata de igual espesor en ambas muñecas. Se había puesto rayas rojizas en el pelo negro, retorcido en un moño, en el que ella había empujado palillos de plata aunque eran bastante más puntiagudos de lo normal. Su maquillaje era más como una máscara de arroz de polvo pálido, con vívida sombra de ojos de color rojo y un montón de delineador. Tenía una mochila pesada apoyada junto a sus pies. -‐‑Así que déjame adivinar. . . . ¿Vas a correr?, -‐‑dijo Claire, abriendo los armarios para sacar su propia taza de café. Fue una que Shane había encontrado para ella, con pequeños extraterrestres en ella. Pasó junto a Eve para tomar la cafetera de la
hornilla, y se sirvió. Entonces se ocupó de el resto en silencio, y Eve tan silenciosamente le extendió su taza. Llenó su taza sólo una cuarta parte del camino. Claire puso su taza a un lado y abordo la cafetera, tratando de parecer de lo más normal y domestica posible. -‐‑Te ves increíblemente gótica hoy.-‐‑ Eve asintió. -‐‑¿Vas a algún lado?-‐‑ -‐‑Voy al Centro Comercial, -‐‑dijo. -‐‑Y voy a conseguir que Michael salga. Claire lleno el depósito de agua, sustituyo el filtro, y lleno la cuchara con más café molido. -‐‑Veo que has pensado totalmente como llevar a cabo tu plan, lo que obviamente implica conseguir el apoyo de tus mejores amigos antes de arrancar para que te maten.-‐‑ Eve le dirigió una mirada ardiente, haciéndose más eficaz por la pintura de guerra. -‐‑No voy a comer más mierda de los del Sol Naciente. Intentamos hablar para que saliera fuera. Hablar solo consiguió que me dieran cinco minutos de tiempo de la cara de mi marido, que no se merece nada de esto. Ya he terminado con el enfoque sutil. Esta vez no voy a aceptar un no por respuesta y no trates de convencerme de lo contrario, Claire, porque tu no sabes cómo se siente. Acabamos de sacar a Michael de una jaula en Cambridge, y ahora él está solo en una jaula más grande, en poder de la misma personas que quieren hacerle daño. No puedo soportarlo, y no voy a soportarlo.-‐‑ La pasión en su voz, y la determinación, era aterrador. Claire tragó saliva y trató de concentrarse en lo que estaba haciendo con sus manos, cerrar la puerta con el café, poner la olla de nuevo en su lugar, pulsar el control y el brebaje le hizo ayudar disminuir su velocidad y mantener su voz racional y ella respondió: -‐‑Yo no dije que no tuvieras que hacerlo, ¿no? Yo acabo de decir que nos debes involucrar.-‐‑ -‐‑Así que ¿me puedes hablar de ello?-‐‑ -‐‑Así nos podemos asegurar de que no te mueres, Eve. Debido a Michael no se merece tener que lidiar con eso, ¿verdad? No se merece ver que estás herida, o muerta, a causa de él. Sabes que te diría lo mismo: ser inteligente y tener cuidado. Elegir la batalla que se puede ganar.-‐‑ Sostuvo la mirada de Eve, por difícil que fuera. -‐‑Dime si estoy equivocada.-‐‑ Sabía que no lo estaba, y así lo hizo Eve, que cambió de rumbo. -‐‑Mira, yo no soy una frágil flor que tiene a todo el mundo para refugiarse todo el tiempo. Puede que no sea la maquina de total destrucción y caos como Shane, pero puedo causar estragos cuando quiero. -‐‑Hizo una pausa por un segundo, distraída. -‐‑ ¿Por qué sólo tu puedes causar estragos, de todos modos? ¿Por qué no, no lo sé, la paz mundial? -‐‑ -‐‑Buena pregunta.-‐‑ Eve movió un dedo. -‐‑No trates de despistarme, CB. Mi punto es, que soy fuerte, incluso si estoy por mi cuenta.-‐‑ -‐‑Lo sé. Pero hay que admitir que todos somos mucho más fuertes si permanecemos juntos. -‐‑Claire arriesgó una rápida sonrisa. -‐‑Además, ¿por qué tienes tu que llevarte toda la diversión? -‐‑ -‐‑Si por la diversión significa la guerra total, es posible que tenga un punto. Es un poco egoísta no compartir. Porque tengo la intención de desatar el infierno si alguien incluso piensa decirme que Michael no puede salir de allí , -‐‑dijo Eve. Apuró el cuarto de taza de café, y Claire se dio cuenta que ella estaba bebiendo café negro. Eso, para Eve, fue una especie de señal de peligro, sus preferencias de café
variaron según su estado de ánimo y negro era su núcleo duro extrema. Claire añadió leche y azúcar a la suya, lo removió, y sopló sobre el para que se enfriara antes de probarlo. Cualquier cosa para matar a un poco más el tiempo. -‐‑¿Qué pasa con el resto?-‐‑Preguntó Claire. -‐‑Amelie. Myrnin. Incluso Oliver. ¿Merecen ser atrapados allí con collares de descargas en sus cuellos? Dios, que vimos el lugar. Eso no es una prisión, es una sala de espera.-‐‑ Eve se detuvo, con los ojos muy abiertos. -‐‑Sosteniendo la pluma ¿para qué?-‐‑ -‐‑Dios. Yo no quiero ni imaginarlo. Los del Sol Naciente quieren vampiros muertos, ¿no? Abominaciones contra la naturaleza, y todo eso. Ellos nunca han hecho ningún secreto de ello, no importa lo que dice Fallon al respecto. Él es la cara representativa, el que hace que todos se sientan mejor sobre el pastoreo de personas en enclaves.-‐‑ -‐‑Ellos tienen un montón de apoyo, también, -‐‑señaló Eve. -‐‑Creo que ahora que los vampiros se han barajado fuera del escenario, nadie va pensar mucho acerca de lo que les sucede, siempre y cuando no tengan que ver que sucede. Aún así, no estoy segura de que la mayoría de ellos no sólo justifiquen el infierno fuera de ellos.-‐‑ Claire se estremeció. Eve tenía razón en eso. La naturaleza humana fue sobre todo acerca de culpar a otros. . . y la responsabilidad. ¿Cómo sino se podría explicar los campos de concentración y genocidio y todas las cosas horribles que las personas hacían unos a otros todos los días? Ellos sólo van por la vida fingiendo que el mal no existe, siempre y cuando lo que estaba ocurriendo esté fuera de su vista directa. La población humana de Morganville no fue diferente. ¿Realmente no importaba si algo tenía razón, siempre y cuando obtuvieran beneficio material y le pasaba a alguien a quien odiaban. -‐‑¿Crees que van a matarlos a ellos,? -‐‑preguntó Claire. -‐‑¿No es así?-‐‑Eve tomó un trago grande de su café. -‐‑A la mierda con eso. Yo no voy a ser un espectador, retorciéndose las manos. Estoy haciendo algo. Ahora mismo. Ustedes pueden saltar o quedarse fuera. De cualquier manera.-‐‑ -‐‑Espera, ¿no te dije que vamos a ir?, -‐‑dijo Claire. –Sabes que Shane nunca evitaría una buena pelea, y yo no voy a dar la espalda a esto, tampoco. Pero vamos a ser inteligentes al respecto, ¿de acuerdo? Que significa pensar en ello. Con calma.-‐‑ -‐‑Estoy tan harta de la calma, -‐‑dijo Eve. Dejó caer el resto de su café en el fregadero, puso la taza sobre la mesa con estrépito, y tiró de la mochila para colocarla en su hombro. -‐‑La diplomacia es el crack, Claire. No es lo mío. Yo soy más de el tipo de chica de ir en una línea recta, y en este momento, voy directa a sus rostros. Con el puño.-‐‑ Claire suspiró. Ella resoplaba el resto de su café, a pesar de que estaba demasiado caliente y demasiado amargo, y enjuagó las tazas. Los restos de la cena de espaguetis seguían con costra en los platos, lo arrojó todo y dejo correr agua caliente con un chorro de jabón. Sólo en caso de que no muriera puede ser que necesite algo de comer por la tarde. -‐‑A ver mis cosas, -‐‑dijo. -‐‑No te vayas sin mí.-‐‑ -‐‑Cinco minutos, -‐‑dijo Eve. -‐‑Entonces me voy.-‐‑ -‐‑Prometido.-‐‑ Claire subió las escaleras de dos en dos, y se encontró con Shane sentado en la parte superior, estaba claro que había estado escuchando. Ellos intercambiaron una mirada, y le agarró la mano. -‐‑Quiero ayudar, -‐‑dijo. -‐‑Lo haría, tú lo sabes. Pero si vuelvo allí. . . Mierda, Claire, no sé lo que pasaría. No, en realidad, el problema es que yo no sé exactamente lo que iba a pasar, y no ayudaría a ninguno de los dos.-‐‑
Ella se inclinó y lo besó, muy a la ligera. -‐‑Entonces quédate aquí,-‐‑dijo. -‐‑Pero tengo que ir con ella y tratar de detenerla de hacer algo loco. Sabes que yo lo hago. -‐‑ -‐‑¿No podemos pegarle en la cabeza y dejarla en un armario hasta que se enfríe? -‐‑ Tenía la mandíbula apretada, los ojos oscuros feroz, pero él no estaba enfadado con ella. Todo se dirigía hacia su interior, a sus propios problemas. -‐‑Me siento como una mierda inútil ahora, ¿sabes? Y harto de ser a tope títere de alguien más.-‐‑ -‐‑¿En serio? ¿Marioneta? -‐‑ -‐‑Parece apropiado.-‐‑ -‐‑Entonces soluciónalo, -‐‑dijo. -‐‑Shane, yo te conozco. Eres inteligente. Piensa cómo puedes usar esto, no dejes que te use. -‐‑Se rio un poco, y sonaba crudo, pero real. –Eres demasiado buena para mí, ¿lo sabes? -‐‑ Ella le puso su mano en la mejilla y sonrió. -‐‑Lo sé. Tengo que ir a prepararme-‐‑ Se dio cuenta, demasiado tarde, que todo su material había desaparecido. Incluso su mochila había desaparecido ahora, porque había sido retirada por la policía con las furgonetas. -‐‑Eh. . . cierto. ¿Supongo que tienes algunas cosas buenas escondidas? -‐‑ -‐‑¿Yo?-‐‑Shane se puso en pie con un movimiento suave y fluido, y por un momento sintió ese cambio gravitacional de nuevo, tirando de ella -‐‑Ya me conoces. Yo soy un Boy Scout. Siempre preparado.-‐‑ -‐‑Muéstrame tus cosas, entonces,-‐‑dijo Claire, y contuvo una carcajada. -‐‑De lo que quiero decir-‐‑ -‐‑Yo sé lo que quieres decir, -‐‑dijo, y se inclinó muy cerca para susurrarle al oído. -‐‑ Aunque si tienes unos minutos-‐‑ Se estremeció, tentada de alguna forma impulsada por su instinto, pero ella negó con la cabeza. -‐‑Más tarde,-‐‑dijo, y igualmente en voz baja. -‐‑¿Por qué estamos susurrando? -‐‑ -‐‑¿Porque te enciende?-‐‑ Ah, y ¿a ti no te pasa? Porque eso es un poco obvio. -‐‑ Se aclaró la garganta y dio un paso atrás, sostuvo la palma de las manos en la entrega, y le dijo en un tono de voz normal, -‐‑Está bien, entonces, el arsenal es. Asesino Buzz.-‐‑ Ella le dio un golpe en el brazo, que por supuesto no le hizo absolutamente nada más que daño a su propia palma, y le siguió por el pasillo hasta su habitación. -‐‑Vaya,-‐‑dijo mientras abría la puerta. -‐‑Pensé que te habías mudado cuando me seguiste-‐‑. -‐‑Y lo hice, -‐‑dijo. -‐‑Esto es lo que no me lleve conmigo.-‐‑ Lo que no había tomado era más o menos un cuarto completo, justo hasta las sábanas retorcidas aún en la cama. La ropa en el armario. Elípticas muy usadas y botas de trabajo pesadas apiladas en la esquina. Shane tenía un cofre en la esquina y abrió el primer cajón. -‐‑Ten eso, -‐‑dijo. -‐‑Ver, querer, tomar. Shane era un dejado en su habitación, en serio, pero en la forma en que cuidaba y guarda sus armas, era meticuloso. El cajón superior era de cosas de plata, cadenas, joyas, armas. Claire tomó una daga recubierta de plata, cadenas para el cuello y las muñecas, y omitió el resto. Cerró el cajón y bajó uno, revelando una selección de armas que, incluso teniendo en cuenta que vivían en Texas, fue probablemente
excesivo. Ella negó con la cabeza. Él arqueó las cejas, pero fue por otro cajón. Ballesta. A ella le gustaba eso. Fue una de las pequeñas, los ligeras, fácil de apuntar y con un poder sorprendente, ella lo agarró por los pernos que lo acompañaban. -‐‑¿Puedo interesarte en un honesto chaleco antibalas del ejército, le preguntó, y pateó el cajón de abajo. –Garantizados, eficaces, pero probablemente sería demasiado grande para ti. Además, no es precisamente fácil de levantarse si vas hacia abajo. Clasificar el problema como tortuga volcada. Casco a juego, sin embargo, así al menos parecerás fantástica mientras te tiras alrededor sin poder hacer nada evitar que la asesinen. Ella negó con la cabeza. Dio un paso adelante, le tomó la cabeza entre sus grandes y cálidas manos y le levantó la barbilla para que sus ojos se encontraran. -‐‑Hay que encontrar la manera de parar de hacer esto ,¿sabes? -‐‑ -‐‑Lo sé,-‐‑dijo ella. -‐‑Yo preferiría estar bien armada, mientras lo hago. En el caso.-‐‑ Él la besó suavemente. -‐‑Cuido tu espalda. Tiempo atrás, obviamente. Soló no me pidas ir demasiado cerca de los vampiros en este momento, ¿de acuerdo? Incluyendo a Michael. No quiero hacerle daño. -‐‑Se refería a que, ella sabía por todo lo que había pasado entre ellos, todo lo extraño, él y Michael eran hermanos en el corazón y su mejor amigo, y siempre lo sería. Sin Shane, Claire sabía que parar a Eve, por no mencionar protegerla, sería seriamente desafiante; Eve era una loca cuando ella estaba decidida por algo, y ella nunca fue más decidida con nada acerca de Michael. Iban a necesitar ayuda. Sin Hannah de su parte, y con los vampiros fuera de su alcance, Claire trató de imaginar que podría estar dispuesta y capaz de saltar. . . y no pudo, por lo menos hasta que sintió un pequeño escalofrío de presión de aire a su lado y se acordó de algo. -‐‑Shane, -‐‑dijo, -‐‑¿has visto a Miranda desde que regresamos?-‐‑ La Casa de Cristal se complicó. No era sólo una casa, y no lo había sido durante mucho tiempo. Tenía un cierto poder en si misma, una cierta sensibilidad que Claire no podía explicar, excepto que debe de haber venido después de lo que Myrnin hizo a la ciudad para que fuera segura para los vampiros. Las trece Casas Fundadoras originales habían sido todas vinculadas por un tipo de transporte activo y red defensiva que Claire no podía definir, aún, como algo más que mágico. Poco quedaba ahora, pero la Casa de Cristal fue la primera, y todavía era la más fuerte. Tenía la capacidad de hacer cosas locas, pero la más sorprendente era que podía elegir salvar a las personas que murieron dentro de sus muros. Michael, en un primer momento. A Claire, brevemente. Y más recientemente, a Miranda la adolescente psíquica, que se había sacrificado para que Claire pudiera vivir. Pero Miranda, ya psíquica antes de su muerte, tenía poderes que el resto de ellos no tenían, sus habilidades le permitieron salir de las paredes de la casa, y mantenerse a sí misma en forma humana real por ahí fuera, también. Pero ella aún vivía aquí, fue atrapada aquí, en un sentido muy real, porque no podía alejarse indefinidamente. Shane estaba sacudiendo la cabeza. –No, No he visto a la chica, que es raro. Debería haber pensado en ella antes, pero sólo un poco, ella se conserva para sí misma.-‐‑ -‐‑Creo que podría ser útil, -‐‑dijo Claire. -‐‑Y, además, ella debe estar probablemente sola ¿no te parece? -‐‑ -‐‑Sola no es el peor problema que alguien en Morganville puede tener. Pero consulta en el tercer piso. Ella hizo su espacio allí arriba después de que te fuiste.-‐‑
No existía el tercer piso. Shane se refería a una habitación secreta en el ático y con una puerta oculta fuera de la sala principal del segundo piso. Una sala que Claire no había estado en durante algún tiempo. . . pero tenía sentido que a Miranda le resultara acogedora. Después de todo, ella pudo, cuando quería, ser un fantasma y podía salir sin hacer ningún ruido, era un lugar fresco, si espeluznante. Apenas poca cosa para una adolescente que era más que un poco espeluznante en el mejor de los casos. -‐‑Vuelvo enseguida, -‐‑dijo, y se dirigió a la zona de la pared exterior de su habitación, donde estaba oculta la puerta secreta. Sabía cómo abrirla, y después de un par de intentos fallidos, el revestimiento de madera comenzó a moverse. Crujía, por supuesto. Eso fue casi con toda seguridad requerido. -‐‑¿Miranda? Mir, ¿estás ahí? -‐‑ Una luz brillaba en lo alto de la empinada y estrecha escalera, que conducía a arriba. Cuando la puerta se cerró detrás de ella, Claire subió, y cuando llegó a la cima salió a una habitación que apenas reconocía. El mobiliario victoriano seguía en su sitio, y todas las lámparas pesadas de cristal de colores, pero las paredes estaban cubiertas de carteles sobre-‐‑películas, bandas, juegos (y la mayor parte Claire no se avergonzaría de tenerlas en sus propias paredes). Las viejas alfombras habían sido enrolladas y guardadas, y el suelo era brillante, de un marrón pulida ahora. Había una mesa nueva en el lado opuesto de la habitación, con una pantalla de TV plana conectada a una consola de juegos. Y un cofre antiguo que Claire pensó debía de haber sido sacado del almacenamiento en el ático, que estaba abierto, y la ropa se derramaba fuera de él, en su mayoría de color oscuro y viejo estilo. Miranda estaba en el sofá, con las manos cruzadas sobre el vientre mientras miraba hacia el techo. Ella era una pequeña chica delgada, vestida de negro que se hizo eco de la elección de ropa de Eve. Y para ser honestos, parecía más muerta que viva. Claire frunció el ceño y se detuvo donde estaba. -‐‑¿Miranda? ¿Estás bien?-‐‑ -‐‑Vete, -‐‑dijo Miranda. Eso no era normal. -‐‑Tú no estás bien.-‐‑ Miranda abrió uno de los ojos para mirarla. -‐‑Estoy aburrida. ¿sabes lo que está pasando? -‐‑ -‐‑Um. . . No estoy segura. Hay un montón de cosas que podrían encajar en esa definición.-‐‑ -‐‑¡Aquí! ¡En Morganville! -‐‑Miranda se sentó y sacó las piernas hacia abajo para mirar con toda su fuerza. -‐‑Reunieron a los vampiros y los pusieron en una prisión. ¿Lo sabías? ¿Dónde has estado? ¡Todo el mundo se fue y me dejó y yo no sabía qué hacer! ¡Ni siquiera sabía si yo tenía que hacer nada en absoluto! -‐‑ -‐‑Lo siento, -‐‑dijo Claire. Se sentó junto a Miranda y puso su brazo alrededor de la niña; Mir se sentía sólida, cálida, viva y bien. No lo era, por supuesto, pero ella podía parecer inquietantemente real dentro de la Casa de Cristal. -‐‑Lo siento. No era nuestra intención abandonarte. Es sólo cosas que sucedieron.-‐‑ -‐‑Eso pasó aquí, también. Es como que la gente de pronto fuimos locos, ¿sabes? Primero los vampiros solo. . . No sé, era como si simplemente se rindieran, y luego cambió Morganville. No era seguro salir ni siquiera para mí. Esta gente, esta gente de el Sol Naciente, ellos me asustan. -‐‑Miranda se estremeció con más fuerza, y Claire le frotó el brazo en un vano intento de hacer que se sienta mejor. -‐‑Tengo miedo de dejar la casa. Todo se siente tan mal por ahí. Es tan tranquilo.-‐‑
-‐‑Bueno, estamos de vuelta, -‐‑dijo Claire. -‐‑Y confía en mí, no va a estar en silencio por mucho tiempo. ¿Has estado aquí todo el tiempo? -‐‑ -‐‑En su mayoría, -‐‑dijo Miranda. -‐‑Los de el Sol Naciente trataron de entrar en el interior mientras no estabas. Yo los aguardaba, y luego el padre Joe de la iglesia vino a avisarme. Él me dijo que me quedara fuera de las calles. Estaban persiguiendo a todo lo que no era estrictamente, completamente humano, que eso es donde fueron los vampiros. Me pude desaparecer, pero el estaba preocupado de que todavía pudieran ser capaz de llegar a mí. -‐‑Ella sacudió la cabeza. -‐‑Claire, cuando estaban en la casa, oí a uno de ellos decir que si querían limpiar realmente la ciudad, tenían que destruir todas las Casas Fundadoras. Hubo una discusión, pero sonaba como que estaban ganando cuando se fueron. ¿Crees que podrían hacer eso? ¿Tratar de destruirnos? -‐‑ Si los del Sol Naciente realmente querían deshacerse de todo lo no humano, y todos los elementos sobrenaturales de Morganville, entonces iban a tener que ir detrás de las Casas Fundadoras. Claire estaba un poco sorprendida de que no lo había pensado. La casa podría defenderse contra la mayoría de los intrusos, pero no podría defenderse contra un incendio o equipos de demolición. Y eso hizo que se sintiera desesperada, en el fondo. No, ellos no, pensó con fiereza. Ellos no van a destruir nuestro hogar. -‐‑¿Cuándo vino el Padre Joe a verte?-‐‑ -‐‑No lo sé. Es difícil de decir. -‐‑Miranda, es cierto, no prestó mucha atención a los días y las noches, y desde luego no si había estado escondida aquí en la sala de la caja fuerte de Amelie, sin ventanas ni relojes. -‐‑¿A los pocos días, tal vez?-‐‑ -‐‑¿Cuándo entró en la casa para buscarte?-‐‑Claire le preguntó. -‐‑¡Por favor, piensa!-‐‑ -‐‑Ayer, -‐‑dijo Miranda. -‐‑Ayer temprano. Sentí el sol que entraba por arriba. -‐‑Como hicieron los fantasmas. Sus vidas estaban atadas a amaneceres y puestas de sol. -‐‑¿Por qué no viniste y nos lo dijiste?-‐‑ Miranda miró hacia otro lado, y su voz se hizo muy pequeña. –Debido que me dejaste, -‐‑dijo. -‐‑Todos ustedes me dejaron aquí. Sola. Era difícil recordar a veces lo joven que era, hasta que dijo algo así. –Estabas enfurruñada.-‐‑ -‐‑¡No, yo no lo estaba!-‐‑ -‐‑Mir.-‐‑ Sus hombros se levantaron y cayeron, sólo un poco. -‐‑Tal vez.-‐‑ -‐‑Miranda, si los del Sol Naciente deciden destruir la casa. . . -‐‑ -‐‑Me voy con ella, -‐‑dijo Miranda, y se encontró con los ojos de Claire de nuevo. -‐‑¿Tu crees que no lo sé? Pero los vampiros no están aquí para ayudarte a hacer nada ahora. ¿Cómo se van a detener? -‐‑ -‐‑No lo sé todavía, pero lo haremos, -‐‑dijo Claire. Oyó la fuerza de su voz, y la sorprendió. -‐‑Lo haremos, y eso significa tu, también. No más mal humor. Vamos a necesitar tu ayuda. -‐‑ Miranda asintió. -‐‑Dime lo que puedo hacer.-‐‑ -‐‑Vamos a tener una reunión en la planta de abajo, ahora mismo. Y supongo que tenemos que decirle a Eve que fuera su misión suicida, si quiere tener una casa para volver más tarde. -‐‑ -‐‑Ella no va a ser feliz, -‐‑señaló Miranda. Hombre se quedara justo por eso.
CUATRO Eve fue, por decirlo suavemente, molesta, hasta el punto de que Claire pensó por un segundo que iba a pegarle a alguien, probablemente a la misma Claire y largarse por la puerta. Pero ella era también residente de la Casa de Cristal, y sabía lo que estaba Miranda diciendo. Sabía el peligro. -‐‑¿No estás haciendo esto soló para mantenerme aquí?-‐‑Preguntó ella, todavía de pie en la puerta trasera con su mochila en su hombro. Miranda cambió y parecía asustada, pero Claire le puso una mano en el hombro para mantenerla estable. -‐‑Oh, relájate, chica, yo no te voy a morder. ¿Es realmente muy grave? ¿Podrían tratar de destruir nuestra casa? -‐‑La última fue dirigida a Claire, y a Shane, de pie en el otro lado de la habitación. Shane, con los brazos cruzados, se encogió de hombros. -‐‑¿Podemos darnos el lujo de pensar que no lo es? -‐‑le preguntó. -‐‑Mira, Claire tenía todo listo para ir. La ballesta preparada y todo. Pero tu sabes que esto es más importante. Esta casa, -‐‑Él se quedó en silencio por un segundo, mirando hacia abajo a sus pies. -‐‑Esta casa es nuestra casa. Y tenemos la responsabilidad de mantener su seguridad, por Michael. Si ellos van a volver aquí, entonces hay que asegurarse de que reciben una pelea cuando lo hagan. Tu sabes que es verdad, Eve. Luchamos por los demás, y luchamos por esta casa. Contra los vampiros, los seres humanos, cualquiera y todo el mundo. Eso es lo que siempre ha sido. -‐‑ Eve dejó escapar un largo y lento suspiro, cerró los ojos y asintió. Sus hombros se hundieron, y dejó la mochila resbalar pesadamente en el suelo. -‐‑Michael nunca me perdonaría si nos arrastramos fuera a rescatarlo y volvemos a un agujero humeante en el suelo, -‐‑dijo. -‐‑Pero eso no significa que me tenga que gustar.-‐‑ -‐‑No serías Eve si lo hicieras,-‐‑Shane le aseguró. -‐‑Vamos, un poco de planificación de la defensa del perímetro te animará lo suficiente, lo prometo. Incluso te dejaré mantener el lanzallamas.-‐‑ Claire se volvió hacia Miranda y le dijo: -‐‑¿Crees que eres lo suficientemente fuerte ahora como para salir otra vez? -‐‑ Miranda asintió con entusiasmo, con entusiasmo que estaba casi saltando en su lugar. -‐‑¿Qué quieres que haga?-‐‑ -‐‑Necesito que hagas un poco de trabajo de espionaje para nosotros, -‐‑dijo Claire. –Ya que eres tan buena en ser invisible. La Fundación del Sol parece estar detrás de todo esto de la renovación urbana que tenemos, por lo que les sería posible hacer un plan de demolición, también, ¿no? -‐‑ -‐‑Supongo.-‐‑ -‐‑Ve a su sede y busca si hay algo que puedas encontrar que nos diga cuándo planean derribar la casa.-‐‑ Eso hizo que Miranda diera un paso atrás. -‐‑No puedo.-‐‑ -‐‑Tu acabas de decir….-‐‑ -‐‑¡No puedo!-‐‑Miranda gritó sobre ella, y luego su voz se convirtió casi en un susurro. -‐‑Lo he intentado, ¿de acuerdo? No puedo acercarme a él. Me duele, y me pongo…. me desmorono. Es como si no hubiera aire allí. No puedo entrar-‐‑ Ella estaba temblando, solo de pensarlo, Claire puso su brazo alrededor de la chica. Su piel se sentía fría bajo la palma de Claire, cogió la manta de la parte posterior del sofá y la coloco sobre los hombros de Miranda. Estoy tratando de calentar a un
fantasma. Lo que parecía tonto una vez que pensabas en ello, pero aún así, la chica estaba fría, y se angustió. -‐‑Así que, obviamente, Miranda no va a ser capaz de hacer nuestro trabajo detectivesco para nosotros, -‐‑dijo Eve. Uuhh, cuestionable ¿No estaremos exagerando?¿No acaban de terminar de pintar nuestra casa? ¿Por qué decidirían derribarla después de todo ese trabajo? -‐‑ Miranda levantó la mano lentamente. -‐‑Sé que uno, -‐‑dijo.-‐‑La gente que estaba aquí, los que hicieron toda la pintura y otras cosas. . . fue desde el Ayuntamiento. La nueva alcaldesa estaba con ellos. Fueron los del Sol Naciente los que se molestaron porque yo les eche fuera de la casa cuando trataban de entrar. Y son los de la Fundación los que quieren destruir la casa. No es la alcalde. Yo creo que le gusta la casa.-‐‑ -‐‑Y si vamos a ver a la alcalde, -‐‑dijo Eve. –Y consigue detener a Fallon.-‐‑ -‐‑¿De verdad crees que puede? -‐‑Preguntó Shane. -‐‑Me gusta Ramos, pero estamos hablando de Fallon. Él maldito cazador de vampiros. Los de la Fundación estaban matando gente en Boston, yo no creo que pierdan el tiempo aquí, tampoco. Si la alcalde va en contra de los de la Fundación, la alcalde no va a vivir a través de su expresión.-‐‑ Fue una deprimente verdad, pensó Claire. -‐‑Tenemos que averiguar si tienen planes reales para derribar nuestra casa, -‐‑dijo. -‐‑Por el bien de Miranda, si no es por otra cosa, no se puede ejecutar. Ella no puede sobrevivir si la Casa de Cristal se va. -‐‑Eso fue una pesadilla que todos sentían en sus huesos. Ellos habían visto lo que le sucedió a Michael cuando la casa se incendió. Él se habría quemado con ella.-‐‑ -‐‑Puedo ir al Ayuntamiento, se ofreció Miranda. -‐‑Jenna podría llevarme allí. Puedo ver si tienen algo en el archivo. ¿Tal vez haya un permiso? A ellos parece que les gustan los permisos y las cosas. Incluso tenían una para arreglar el exterior de la casa. -‐‑Por Jenna, ella se refería a Jenna Clark, recién llegada a Morganville, fue una vez anfitrión de la demostración de la realidad después de la Muerte. Una psíquica genuina, una que agitó a los persistentes fantasmas de Morganville que se mostraron sólidos con su llegada. . . y había terminado enseñando a Miranda como sobrevivir fuera de las restricciones de la Casa de Cristal. -‐‑¿Jenna no dejó la ciudad?-‐‑Claire se sintió extrañamente sorprendida por eso; había pensado que Jenna se habría movido después de darse cuenta del peligro que representada Morganville constantemente. Ella no tuvo que quedarse. -‐‑¿Por qué haría eso?-‐‑ -‐‑Ella comenzó a salir con este tipo, -‐‑dijo Miranda. -‐‑Rad, el mecánico. Y creo que a ella le gustaba aquí. Se compró una casa y todo.-‐‑ -‐‑Entonces, ¿podrías ir a casa de Jenna y ver si ella te llevaría a la Alcaldía? Pero ten cuidado. No te dejes atrapar, hagas lo que hagas. -‐‑Miranda, después de todo, podía volverse invisible. . . pero Jenna no podía. El plan tenía la seguridad añadida de que Jenna conducía, por lo que habría una salida rápida muy útil en caso de que algo saliera mal. Y a partir de la experiencia de Claire con Morganville, las cosas salían mal. Frecuentemente. Miranda asintió. Ella había ido, en pocos momentos, de una asustada niña a una mujer joven y valiente con confianza. Hizo a Claire sentirse triste, nunca volvería a ver a Miranda verdaderamente crecer, la niña estaba pegada a la edad que ella tenia ahora, incapaz de moverse hacia adelante en muerte o hacia atrás en forma humana. Pero por lo menos era consciente y al menos en su mayoría vivía,
aun cuando su vida llegó con cadenas y restricciones. Y por primera vez en su vida, Miranda parecía. . . feliz. Estresada, en este momento, pero feliz de que la quisieran, que valía la pena, y ser parte de la pandilla de la Casa de Cristal. Ponerla en riesgo había sido una decisión difícil, y Claire se sentía culpable por ello, pero también sabía que tenía que hacerlo. Claire había estado en peligro con regularidad, desde el primer día que pisó dentro de estas paredes, eso era parte de lo que significaba vivir aquí. Parte de estar con la gente que se preocupaba lo suficiente como para asumir riesgos. -‐‑¿Puedes llegar a Jenna por tu cuenta?, -‐‑preguntó Claire. -‐‑Yo creo que sí.-‐‑ -‐‑Está bien, entonces, ve. Vamos a empezar a hacer que la casa sea segura mientras estás fuera.-‐‑ -‐‑Bien, -‐‑dijo Miranda, -‐‑porque me encanta la casa. Les amo chicos, también. -‐‑Ella miró a Claire cuando lo dijo, y Claire la abrazó con fuerza. La niña se sentía fría y huesuda, pero muy real. -‐‑Sé fuerte, -‐‑dijo. -‐‑Vuelve pronto. Voy a llamar a Jenna para dejarle saber que estás en camino su casa.-‐‑ Eve abrazó a la chica, también. Shane no, pero Miranda era tímida a su alrededor, y siempre lo había sido. Ella asintió con la cabeza, y él asintió con la cabeza hacía atrás en esa forma de tipo duro lacónico, y entonces ella justo. . . se fue. Disuelta en el aire. Inquietante, no importaba cuántas veces lo había visto suceder. Claire cogió el teléfono de la casa, que aún funcionaba, a pesar de que ella no se imaginaba a ninguno de ellos molestándose con las facturas por un tiempo y ahora marco el teléfono móvil de Jenna, que habían garabateado en la pared al lado del teléfono con un rotulador de grasa. Era una versión desordenada de una lista de contactos pero que funcionaba en un apuro. Le explicó a la mujer cuando ella respondió y Jenna parecía dispuesta a ayudar. Colgó el teléfono y se volvió hacia los otros dos. -‐‑¿Y bien?-‐‑preguntó ella. -‐‑¿Y ahora qué?-‐‑ -‐‑¿Las minas terrestres en los macizos de flores, -‐‑preguntó Shane. -‐‑Además, podemos sustituir la valla con alambre de púas. Tal vez electrificada. -‐‑Sé serio.-‐‑ -‐‑¿Por qué crees que yo no ….?-‐‑ Claire puso los ojos y miró a Eve. -‐‑¿Y tú?-‐‑ -‐‑¿Cuál es la forma más fácil de derribar una casa como ésta?-‐‑Eve preguntó. Era una pregunta y sorprendentemente práctica y escalofriante cuando Claire pensó en ello. -‐‑Fuego, -‐‑dijo. Se había intentado antes. La Casa de Cristal era de madera vieja, y sin embargo se había convertido en algo vivo, consciente de sí misma, pero no podía controlar lo inflamable que era. No por mucho tiempo, al menos. La estructura de madera vieja, los huesos de ella, era su eslabón más débil. –Si ellos no quieren traer un equipo de construcción conjunto hasta aquí para hacer una demostración del lugar, ellos sólo le prenderán fuego. Incendio premeditado. Eve asintió. -‐‑Podemos rociar retardante de fuego en la casa. No se dónde podríamos conseguirlo, sin embargo. -‐‑ -‐‑Rad tiene algunos, -‐‑dijo Shane, en un tono mucho más serio que antes. Cuando miraron, se encogió de hombros. –A mi amigo le gusta prenderse fuego. Él está
entrenando para ser doble en películas de acción desde que renunció a sus mixtos sueños de artes marciales.-‐‑ -‐‑Yo sabía que ese tipo estaba loco, dijo -‐‑Eve. -‐‑Está bien, entonces, secuestra el alijo de Rad. ¿Qué más necesitamos? -‐‑ -‐‑Extintores, -‐‑dijo Claire. -‐‑Eso debería ayudar con todo el riesgo de incendio. No estoy segura de cómo nos defendemos contra un buldócer, sin embargo, si se deciden a tocar toda la casa . –Ella levantó un dedo cuando Shane abrió la boca. -‐‑No digas lanzallamas, ni nada que ver con la dinamita. -‐‑Él la cerró sin hablar. -‐‑Necesitamos saber qué es exactamente lo que están planeando hacer,-‐‑Eve dijo, y tomó una respiración profunda. -‐‑Voy a ir.-‐‑ -‐‑¿Cómo piensas encontrar algo por ahí?¿ Con el poder de su genialidad?, -‐‑preguntó Shane. -‐‑No estoy haciendo luz de su genialidad. Pero carece de la potencia de frenado de, por ejemplo, a 0.357.-‐‑ -‐‑No todos nosotros tenemos armas, -‐‑dijo Eve. -‐‑Algunos de nosotros tenemos encanto.-‐‑ En la forma en que lo dijo hizo que la piel de Claire se contrajera y erizara, y dirigió una mirada a su mejor amiga. -‐‑No,-‐‑dijo ella. -‐‑Ni siquiera lo pienses.-‐‑ -‐‑Ni siquiera, ¿que?-‐‑ -‐‑Vas a sacarte un loco plan de debajo del sombrero, ¿Hacer que Fallon te diga que va a hacer con la Casa de Cristal? -‐‑¿Por qué no? Cree que soy una niña histérica. Me trata como si fuera una muñeca de porcelana , -‐‑dijo Eve. Ella había tomado uno de los palillos afilados de su cabello y raspaba de manera inquieta la madera de la mesa con él. La mitad de su peinado descuidado bajó. -‐‑¿Crees que no puedo encantarle, sacarle esa información, y hacer que deje ir a Michael al mismo tiempo? -‐‑ -‐‑Creo que conseguirás que te maten, -‐‑dijo Shane silenciosamente. –O algo peor.-‐‑ -‐‑¿Qué peor?-‐‑ -‐‑No sé, -‐‑dijo. -‐‑Pero estos chicos son el peor tipo de hijos de puta. Los que parecen que son agradables, educados y amables y que hacen todo por las razones correctas. Los que te hacen sentir que eres un villano por no estar de acuerdo con ellos. Y no sé lo que Fallon es realmente capaz de hacer. ¿Y tu? -‐‑ Tenía razón, y era preocupante. Eve frunció el ceño, pero no le discutió. Ella soló arrancó el otro palillo de su cabello, trenzado, se retorció el pelo otra vez y apuñalo los palos a través de él de nuevo para volver a sostenerlo para arriba. Parcialmente. El ceño fruncido se quedó, y la mirada pétrea en sus ojos, el tema estaba cerrado. No iba a discutir, pero no iba tampoco a cambiar de opinión. Claire suspiró. -‐‑Por mucho que me encanta escuchar a los dos y ofenderse entre sí durante todo el día, tenemos problemas reales que resolver. Voy a conseguir extintores, y cuando vuelva, Shane, tu puedes ir a buscar el material ignífugo de Rad. Eve -‐‑Ella vaciló, luego negó con la cabeza. -‐‑Lo que vas a hacer, yo sé que no podemos pararte. Pero ten cuidado. Somos un 911 de texto de distancia, y no dudamos que gritaras por ayuda si empieza a parecer en lo más mínimo raro.-‐‑ -‐‑Lo sé,-‐‑dijo Eve. Levantó la mochila al hombro. –Lo hare.-‐‑ Shane no pudo resistirse a replicar. -‐‑Pensé dijiste que no todos nosotros necesitábamos armas.-‐‑ -‐‑Yo no las necesito, -‐‑dijo Eve. -‐‑Pero no estoy loca, tampoco. Cabrón.-‐‑ Ella cerró la puerta detrás de ella, y Claire respiró profundamente mientras cerraba los ojos con Shane.
-‐‑Supongo que no hay posibilidades de volver a la cama, -‐‑dijo. -‐‑Por qué estar en la cama esta mañana. Eso fue muy agradable. –Sonaba quejumbroso. Ella estaba absolutamente de acuerdo con eso. Se acercó a él y le dio un beso y se sentía dulce y cálido, rayando en caliente, incluso un poco desesperado. -‐‑Más tarde, -‐‑le prometió. -‐‑Voy a buscar los extintores de incendios. No debería tomar mucho tiempo, así que por favor trata de no meterte en ningún problema hasta que vuelva.-‐‑ -‐‑Hay momentos en que me gustaría que fueras un poco menos práctica, ¿sabes eso? -‐‑ -‐‑Dios, -‐‑suspiró. -‐‑Yo también.-‐‑ La división entre Shane y Eve se sentía raro. Eve había tomado el coche fúnebre, dejando a Claire de repente preocupada por cómo iba a transportar un montón de extintores a casa de la tienda de Morganville una imitación de las Home Depot. Pero Shane, en el último minuto, salió corriendo y volvió con un juego de llaves del coche y una nota. -‐‑Aquí, -‐‑dijo. -‐‑Ve a ver a Rad. El tiene mi coche a tiempo compartido en su parqueo. Dile que iré más tarde por las otras cosas, para que pueda conseguir todo junto.-‐‑ -‐‑¿Estás seguro de que en realidad me va a dar el coche?-‐‑ -‐‑No dejes que te diga la mierda de que le debo dinero. Yo no le debo. El acuerdo es que puedo tener el auto cuando lo quiero, y él conduce cuando no es así. Es la forma en que acordamos por todo el material extra que puso en el. Pero ten cuidado. Es un coche potente, señorita.-‐‑ -‐‑Es curioso, -‐‑dijo, en un tono que indicaba que no lo era, y le besó rápidamente en su camino a la puerta. Corrió una parte del camino, sólo para disfrutar del ejercicio y le extraño el hecho de que las personas estaban en el césped, diciendo hola, sonriendo y alegres. Morganville siempre había sido emocionante, pero no se podía decir que siempre había sido amable, y esto era un cambió inesperado agradable. Cuando se detuvo, sin aliento, ella terminó hablando con el cartero que entrega el correo, y un par de extraños que pasaron. Al igual que una ciudad normal. Lo cual era lo que no era normal. Voy a arruinar esto, pensó, y la horrible sensación se extendió a través de ella otra vez, el conocimiento terrible que incluso si lo que estaba haciendo se sentía bien, podría ser muy mal. Pero no podía . . . no hacer nada. Tal vez no había derecho, pero sabía una cosa: dejar la victoria a la Fundación del Sol tenía que ser la peor de las dos opciones malas. La Tienda de motocicletas de Rad también tenía un taller mecánico. Las bicicletas que vendía eran generalmente tuneadas y personalizadas, aunque tenía unos modelos básicos para los consumidores, y en el fondo tenía una fila de autos en varios estados de deterioro, y unos pocos que se mantenían bajo cubiertas de polvo. Uno de ellos, Claire sabía, era el de Shane. Su tiempo compartido, como a él le gustaba llamarlo. Reconoció la forma bajo la cubierta de lona. Rad estaba sentado detrás de su escritorio maltrecho en la oficina, con los pies levantados, y gafas de sol. Era un tipo enorme, tatuado y los brazos desnudos para mostrarlos, y con las gafas bloqueando sus ojos se veía exactamente lo contrario de todas las caras amables que ella había visto venir aquí. Antiguo Morganville en la carne. Él le dirigió una inclinación de cabeza, puso las botas en el suelo, y le dijo: -‐‑Oye, Claire. Cuánto tiempo sin verte por aquí. -‐‑
-‐‑No mucho.-‐‑ -‐‑Eso parecía.-‐‑Se encogió de hombros. -‐‑Mucho ha cambiado desde que te fuiste la ciudad, y eso es un hecho.-‐‑ -‐‑No tanto para vuestra suerte.-‐‑ -‐‑Veo lo que has dicho, con el juego de palabras,-‐‑dijo, y cruzó los brazos. -‐‑Nunca me gustaron los malditos vampiros, y me alegro ver que se han ido. Nunca he hecho ningún secreto de ello. La nueva administración parece que sabe lo que tiene que hacer. -‐‑Ella sintió, que él estaba tratando de averiguar dónde estaba. Ella no tenía inclinación a debatirlo ni tiempo. -‐‑Sólo vine a recoger el coche de Shane, -‐‑dijo. -‐‑Él me dio las llaves.-‐‑ -‐‑Él todavía…-‐‑ -‐‑También dijo que te dijera que no te debe nada, así que no lo intentes. -‐‑ Ella le entregó la nota y el la leyó; mostró sus dientes brevemente, y eran sorprendentemente rectos y limpios. -‐‑Sí, está bien, no se puede culpar a un hombre por tratar de hacer dinero. Tiene alrededor de medio tanque, el de la izquierda, por lo que es bueno para ti. Quitaré la cubierta para ti. -‐‑Shane pasara más tarde, -‐‑dijo. –Ah él, tiene que pedirte prestado el aislante de fuego. Bueno, no pedirte prestado tanto como tal vez usarlo todo. Pero te paguemos de vuelta.-‐‑ -‐‑Oh, eso suena genial. No puedo esperar a tener esa conversación. Ya sabes, cada vez que tengo algo que ver con ustedes, terminó en una pelea en algún lugar parte abajo de la línea, y yo estoy tratando de reducir eso. El manejo de la ira y toda esa mierda. Oye, tengo una novia ahora y a ella no le gusta cuando me meto en problemas.-‐‑ -‐‑¿Le gusta cuando tu mismo te sometes al fuego?-‐‑ Lo consideró -‐‑Buen punto. Supongo que podría renunciar a la espuma. ¿Qué quieres? -‐‑ -‐‑Me gustaría. . . Prefiero no decírtelo. Te lo prometo, no estamos buscando pelea, -‐‑dijo Claire. -‐‑Pero la gente puede venir por nosotros, y tenemos que a luchar, ¿no es así? -‐‑ -‐‑Claro,-‐‑Rad estuvo de acuerdo. -‐‑No hay crimen en eso. Algunas de mis mejores peleas fueron en defensa propia.-‐‑ Él flexionó sus músculos un poco, pero no fue tanto como si estuviera tratando de mostrarlos, más bien sólo estaba recordando los buenos tiempos. Claire supuso que Rad tendría una lista de sus diez mejores peleas. Ella en realidad se sorprendería si Shane no lo hiciera, también, y si en algunas de ellas no coincidiría con la lista de Rad, sólo que en lados contrarios. -‐‑Está bien, guardaré mi rencor contra Shane, no contra ti. Eres muy bonita, de todos modos. Vamos a llevarte a el coche.-‐‑ La llevó a la parte de atrás, que era un montón de tierra seca y agrietada con las malas hierbas que luchaban ocasionalmente por asomarse a través de el duro suelo, las malezas parecían tan secas como la suciedad que se abría paso. La mayoría tenía fresas, así que Claire tuvo la precaución de evitar en la medida que pudo de ayudar a Rad a desatar la cubierta y doblarla de nuevo quitando el polvo de fondo, cerrando sus broches de presión hasta dejarlo en un cuadrado perfecto que él se puso bajo el brazo. Dio un paso atrás para admirar el coche. -‐‑Me encanta esta maldita bestia, -‐‑dijo. -‐‑Tu novio tiene un maldito buen gusto para el volante.-‐‑
Era un coche con músculo de algún tipo, todo de color negro mate, con ruedas de salida asesinas y algún cromo brillante aquí y allá, sólo para dar énfasis. Se veía poderoso e intimidante. Claire se deslizó detrás del volante en el asiento de cuero brillante y tuvo que desplazarlo inmediatamente hacia delante cuatro muescas para que sus pies pudiesen alcanzar los pedales. Pedales, en plural, triples. Gas, freno y embrague. Ella había recibido lecciones de conducir con caja de cambios, pero había sido. . . hacía un tiempo. Había tenido a su padre como entrenador pacientemente a través de el proceso. Además eso había sido en un bonito, y pequeño coche dócil, no en el monstruo construido por Shane. Ella respiró hondo y comenzó a seguir los pasos, tal y como ella los recordaba. Tanteó los cambios, marcha atrás, la primera, y se estremeció ante el ruido de la caja de cambios, vio a Rad sacudir la cabeza con tristeza desde donde estaba apoyado contra la pared. Eso tensó su resolución, y aceleró rápidamente, llegando a la segunda marcha antes de llegar al final del taller. Se movió con fuerza suficiente para chirriar gomas. Se sentía bien. También lo hizo para ver la expresión de sorpresa en el rostro de Rad. Le dio un pequeño saludo rápido, y alegre por la ventana, era arriesgado, pero valió la pena, y ella estaba en tercera antes de llegar al final de el bloque, rugiendo a través de una luz verde se dirigió a Macom Hardware. El aparcamiento estaba lleno, lo que era un espectáculo muy extraño, ella no recordaba haber visto nunca un negocio con esa cantidad de clientes en la ciudad, y sin embargo allí estaban, familias enteras durante el día, empujando carritos en la tienda, charlando por sus teléfonos, viviendo una. . . vida normal. Encontró un lugar y apagó el motor, pero no se atrevía a salir del coche por el momento. Se sentía desplazada, y triste. Si ella, Shane, y Eve lograban la liberación de los vampiros, esas mismas personas felices, sonriendo, volvería a ser exactamente lo que eran antes, con miedo y ansiosos, con miedo a salir de casa por nada soló por necesidad, miedo de dejar que sus hijos corran y jueguen. Asustados por una buena razón. ¿Cómo podía realmente querer llevar eso de vuelta? Pero ¿qué otra opción le quedaba? Le llevó un buen tiempo para recomponerse, agarrar su cartera, y entrar a la tienda. Ella consiguió un carro de compras de los pequeños que tenía tambaleante la rueda izquierda se dirigió a la esquina trasera de la tienda, donde se acordó de haber visto los extintores. No fue fácil; Macom no fue construido para el flujo de muchos clientes, y fue un poco como jugar a uno de esos juegos de tránsito, en donde un bloque tuvo que desplazarse para el otro pasar. Quince minutos y varias disculpas más tarde, Claire finalmente vio los cilindros de color rojo en la esquina, y estacionó su carro fuera del camino dentro de lo posible mientras los cargó en él. Había seis en el expositor, se los llevo todos. Junto a ellos había una caja de aspecto extraño con cosas ovales, pero tenía las palabras granadas de supresión de fuego en él, y eso era algo que ella pensaba que a Shane le encantaría. No había mucho para una línea de defensa, pero era más o menos todo lo que podía ver, dada la limitada selección disponible, aunque en un impulso cogió cajas de cartuchos de sal de roca precargados para su escopeta. No es que no le dispararía a alguien que tratara de quemar su casa, pero prefería no disparar y enviar a alguien al hospital, o el cementerio. Estas podrían ser personas que conocía, la gente que le importaba, y que no podían ser su enemigo.
Incluso si era, al menos por ahora, el villano. Veinte minutos más para maniobrar y pasar por la caja, y luego otros cinco para cargar todo en el coche. Cinco minutos más para encender la bestia (que era como ella decidió llamar al coche de Shane) por las calles sorprendentemente ocupadas hacia la Casa de Cristal. Cuando llegó allí, Shane estaba sentado en el porche en la mecedora descolorida que Eve había puesto ahí, medio en broma, porque ninguno de ellos eran personas de sentarse en el porche y tenía una escopeta. Dos agentes de policía uniformados se encontraban en los escalones. La mujer alta y rubia tenía su mano en su arma, pero no la había sacado, su pareja masculina, también alto, pero delgado, no se había molestado con su arma. Estaba apoyado en la barandilla tratando de parecer casual. En eso, Claire suponía estaba tratando de coincidir con Shane, quien había abierto el cañón de la escopeta, desarmándolo, para limpiarlo. Olía el aceite para armas mientras aparcaba la Bestia en el camino de entrada, y en vez de descargar el coche, agarró la caja de cartuchos de sal de roca y caminó por el sendero. La mujer policía inmediatamente se giró para mirarla con ojos fríos y analíticos y una expresión en blanco, pero se hizo a un lado para que Claire subiera por las escaleras. -‐‑Gracias por prestarme el coche, -‐‑dijo, y se inclinó para besar a Shane en la mejilla como si los policías no estuvieran allí. -‐‑Te traje un regalo.-‐‑ Varmint. Redondas. – -‐‑Genial. Un montón de alimañas alrededor en estos días. -‐‑Abrió la caja, tomó un poco y comenzó a colocarla en la recámara de la escopeta. Entonces él le dio la vuelta de golpe y la cargo, mientras mirando a los policías. Bien. Y que se intensificó rápidamente. -‐‑Lo siento, ¿no creo recordar que nosotros tengamos problemas aquí? -‐‑Claire sonrió mientras miraba como pudo al policía masculino. Su nombre era Charlie, recordó, Charlie Kentworth. -‐‑Oficial Kentworth, ¿cómo estás? ¿Hay algún problema?-‐‑ -‐‑Sólo queríamos entrar un minuto, pero el señor Collins aquí no parecía demasiado interesado en la idea , -‐‑dijo Charlie. -‐‑Pensé que podría tener una agradable charla civilizada, pero parece que interrumpí su limpieza de escopeta semanal. -‐‑ -‐‑Bueno, ya sabes, un hombre tiene que tener sus rutinas, -‐‑dijo Shane. -‐‑Anímate, Charlie, por lo menos es sólo sal de roca. Sólo va a dañar tu dignidad. ¿No podría ni siquiera romper la piel. -‐‑Las sonrisas que intercambiaron fueron de desafío puro, y Claire se resistió a la tentación de poner los ojos en blanco. Definitivamente no era el momento. -‐‑Lo siento, ¿por qué quieres entrar? No es que no amemos a los visitantes, Oficial Kentworth. Es que sólo regresamos ayer a la ciudad, y todavía me estoy acomodando -‐‑Ella cambió de marcha y miró a la mujer que lo acompañaba. -‐‑No creo que nos hayamos visto antes.-‐‑ Le ofreció la mano, pero la policía no se movió para tomarla. -‐‑Oficial Halling , dijo la mujer. -‐‑¿Ese es tu nombre?-‐‑Preguntó Shane. ¿Oficial?-‐‑ -‐‑Es por lo que usted está preocupado.-‐‑La mujer no había quitado la mano de la culata de su arma, y cuando ella cambió de posición, los ojos de Claire se sintieron atraídos por el resplandor del oro en su cuello: el Pin de la Fundación. -‐‑Hemos recibido un informe de que usted mantiene armas ilegales en su hogar. Nos gustaría su permiso para llevar a cabo un registro en la casa.
-‐‑Pensé que se emitieron órdenes para cosas como esas-‐‑Shane dijo, y corrió la tela engrasada que tenía sobre la escopeta como si no tuviera una sola preocupación en el mundo, y como que no la tenía, de hecho, con las cosas que teníamos dentro de la casa conseguiría que lo arrestaran. -‐‑Quiero decir, lo hicieron cuando los chupasangres dirigían las cosas por aquí. Creí que respetaríamos un poco más los procedimientos debido a que los seres humanos son los que están a cargo, ¿no? -‐‑ -‐‑¿Estás diciendo que no nos va a dejar entrar?, -‐‑Dijo el oficial Halling. Sus ojos eran de un tono peculiarmente frío, azul tormenta, y aunque no había nada que mostrara en su lenguaje corporal Claire tuvo el presentimiento de que estaba muy, muy enojada. No había manera de adivinar por qué. Tal vez no era más que una persona enojada, en general. -‐‑Eso es lo que estoy diciendo, -‐‑dijo Shane. -‐‑Michael Glass posee esta casa, y desde que ha sido puesto en su nuevo enclave de lujo, supongo que tengo que hacer lo que creo que él querría, que es decir que no. ¿Claire? -‐‑ Ella asintió con la cabeza. -‐‑Vuelve con una orden judicial, -‐‑dijo. -‐‑Eso no es mucho pedir, ¿verdad? -‐‑ -‐‑No,-‐‑dijo Halling. -‐‑No lo es. Volveremos pronto.-‐‑ -‐‑Bueno, ya sabes dónde encontrarnos, -‐‑dijo Shane, con una salvaje y dulce sonrisa, mientras se ponía la escopeta casualmente en el hombro. -‐‑Hasta luego.-‐‑ -‐‑Lo siento por las molestias, -‐‑dijo Kentworth y Claire tuvo la sensación de que estaba avergonzado por lo borde y antagónica de su compañera. –Ustedes dos. . . Sé que suena a tópico, pero por favor, no salgan de la ciudad.-‐‑ -‐‑¿Por qué lo haríamos? Somos residentes de Morganville. Vivimos aquí -‐‑Dijo Claire. Halling hizo un ruido en la parte posterior de la garganta que no era del todo un gruñido, y tomó el camino de vuelta al coche patrulla. Shane se sentó en la mecedora, observándoles como si fuera a quedarse dormido, aparentando estar tan relajado, por lo menos hasta que el coche patrulla doblo la esquina. Luego salió de la mecedora como si alguien le hubiera pegado fuego. -‐‑¿Tienes los extintores,?, le preguntó, fijando la escopeta a un lado. -‐‑En el coche. ¿Qué fue todo eso? -‐‑ -‐‑No tengo ni idea, pero tengo el fuerte presentimiento de que no nos quieren más por aquí, Claire. Y yo no sé por qué, porque somos tan encantadores. -‐‑ -‐‑Bueno, tu lo eres,-‐‑dijo ella, y le dio un beso. -‐‑Vamos, ayúdame a llevar todo al interior.-‐‑ Él llevó en una brazada los extintores, mientras ella se enganchó el último par y la caja. Tiraron el lote en la parte frontal de la sala, levantando una tenue nube de polvo de los viejos cojines del sofá, y Claire espantaba el polvo, tosiendo. -‐‑Qué…-‐‑la atención de Shane estaba fija en la caja que había puesto abajo, y antes de que pudiera comenzar a responder, se volvió hacía ella, mirando emocionado como si fuera por arte de magia la Navidad. -‐‑¿Sabes qué es esto? ¿Y tu si? -‐‑ -‐‑Algún tipo de granada extraña,-‐‑dijo ella. -‐‑No te emociones demasiado. No creo que exploten o nada.-‐‑ -‐‑Estas son excelentes. Las armas y las echas en el fuego. Si no es demasiado grande, va a explotar en un polvo que elimina al fuego. -‐‑Él la agarró y la besó. -‐‑Me trajiste granadas. Eres oficialmente la mejor novia del mundo.-‐‑ -‐‑Soy la novia más preocupada que nunca, -‐‑dijo. -‐‑Debido a que estas cada vez un poco demasiado loco. ¿Los policías? ¿En serio? Y tu decides limpiar la escopeta para, qué, ¿intimidarlos? -‐‑Vamos, esto es Texas rural. Las escopetas son tan normales como el jardín con
gnomos. Además, ese aceite para armas realmente apesta la casa.-‐‑ -‐‑Lo mismo ocurre con los zapatos, pero yo no veo que los dejes fuera.-‐‑ -‐‑¿Supiste de esa broma porque te lo escribió Eve en un texto? Porque sonaba como ella. -‐‑ -‐‑Me ha estado dando clases, -‐‑dijo Claire, y se apartó de él un poco, porque estando tan cerca de él se le hacía más difícil ser lógica. Él tenía ese efecto en ella. -‐‑¿Tenemos que poner algo en la despensa? -‐‑La despensa era una habitación escondida junto a la cocina, detrás de los estantes de latas antiguas. Era básicamente una habitación, con suciedad, sin ventanas, que había sido utilizado casi con toda seguridad para visitar los vampiros de vez en cuando, o incluso para cosas menos sabrosas, pero era lo suficientemente segura para almacenamiento. -‐‑Ahora que lo dices, tengo una bolsa llena de cosas que podrían estar bien allí, -‐‑estuvo de acuerdo. -‐‑Sabes, mi colección de unicornios brillantes. Probablemente ellos me llevarían a la cárcel solo por principios generales.-‐‑ -‐‑¡Lo digo en serio!-‐‑ -‐‑Yo también. Yo nunca bromeo con los unicornios brillantes. -‐‑Él levantó una mano para detenerla y dejar de ponerse nerviosos. -‐‑Bueno, sí, yo esconderé todas las cosas que hay que ocultar. Dame quince minutos y, a continuación, voy a salir a tomar las cosas de Rad. Sin embargo, maldita sea, granadas. No estoy seguro de que necesitemos mucho más que eso. Incluso podrían ser buenas armas defensivas-‐‑. -‐‑Pero sólo sale polvo, ¿no?-‐‑ -‐‑Si se lo tiro a alguien y le grito ¡Granada! Estoy dispuesto a apostar que habrían patos de todos modos. Por lo menos, sería hilarante.-‐‑ -‐‑Hasta que te disparen-‐‑ -‐‑Bueno. Si. Eso podría no ser tan divertido. -‐‑ Un beso más, y Shane estaba fuera. Tardó menos de quince minutos en recoger las cosas en una bolsa de lona gigante, que arrastró a la planta baja en la cocina. Lo oyó esconder en la sucia despensa, y se fue a verificar que no había dejado ninguna huellas delatoras en el suelo, pero las había arrastrado perfectamente, y si ella no hubiera sabido de la habitación secreta nunca habría adivinado que estaba allí. Otro minuto y Shane se había ido a conseguir las cosas ignifugas de Rad. Él le dijo con severidad que se encerrara saliendo el, como si ella pudiera olvidar, que estaban en Morganville. La Bestia rugió al salir por la calle, y un profundo silencio se apoderó de la Casa de Cristal. Fue raro estar sola allí, casi siempre había alguien más con quien hablar, o al menos a tener en cuenta en otra habitación. Pero parecía calmada, tranquila y pacífica. -‐‑Nosotros nos encargaremos de ti, -‐‑dijo Claire a la casa, su cara mirando hacia el techo. Le dio una palmadita a la pared. -‐‑No te preocupes. Nosotros no vamos a dejar que te pase nada.-‐‑ El aire alrededor de ella inmediatamente se calentó, como si hubiera pasado un rayo de sol brillante. Era el equivalente de la Casa de Cristal de un abrazo, y ella sonrió y levantó los dos primeros extintores para llevarlos arriba. Colocó uno en la habitación de Michael y Eve, uno en la suya propia y otro en los extremos de la sala, y así podrían cubrir casi cualquier cosa a partir de ahí. El resto los distribuyó en la planta baja, donde creían que cualquier tipo de incendio sería
probablemente donde comenzaría. Sus enemigos una vez habían intentado quemar el lugar con Cócteles molotov, y ahora ella se aseguró que ninguna ventana estuviera a más de unos pocos pasos de un extintor de incendios. Luego colocó las granadas, desparramándolas a su alrededor para asegurarse de que estaban a poca distancia. Estaba llevando a cabo los últimos arreglos cuando escuchó el sonido nítido de pasos altos, y autoritarios, nada tentativo al respecto. Definitivamente no era Shane, y ella no esperaba ninguna visita. Claire se deslizó una de las granadas extintores en su chaqueta de bolsillo y bajó las escaleras para comprobar por la mirilla de la puerta. El Oficial Kentworth estaba de vuelta. La Oficial Halling estaba con él, y un hombre alto vestido de civil que Claire reconoció como el detective Simonds. De todo lo que había oído hablar de él, era que era un buen hombre y un buen investigador. No estaba segura de si esa última parte era una buena cosa en este momento. Abrió la puerta y se aferró a ella, bloqueando la entrada. -‐‑¿Oficiales?-‐‑ -‐‑La señorita Danvers, -‐‑dijo el detective Simonds, y le dio una agradable sonrisa. -‐‑ ¿Te importa si entramos?-‐‑ -‐‑No se ofenda, señor, pero yo prefiero esperar hasta que mis amigos estén de vuelta si no le importa.-‐‑ -‐‑Sin ánimo de ofender tomada, pero lamento decir que fue sólo una cuestión de cortesía. -‐‑Le puso un trozo de papel que sacó del bolsillo de su chaqueta y se lo a entregó a ella. -‐‑Se trata de una orden de un juez que nos permite buscar en la casa en busca de armas ilegales.-‐‑ Bueno, no fue inesperado, pero aún así se sentía mal. Claire tragó duro, pero ella dio un paso atrás y abrió más la puerta para ellos. Cuando los tres policías entraron, ella sintió la temperatura en el pasillo que comenzó a descender. Tanto como los cálidos abrazos. La casa estaba recogiendo su inquietud, y nunca le habían gustado huéspedes no invitados. -‐‑Kentworth, revise arriba, -‐‑dijo Simonds. -‐‑Halling, este piso y el sótano. Señorita Danvers, ¿tú me haces una taza de café en la cocina y nos sentamos y hablamos un minuto?. -‐‑ -‐‑Claro, -‐‑dijo. El corazón le latía con fuerza, y esperaba que no pareciera tan culpable como lo era. -‐‑Sígame.-‐‑ Lo condujo a través de la sala de estar hacía la puerta de la cocina, y deseó haber agarrado una sudadera con capucha para ponerse además de lo que llevaba porque la casa se sentía positivamente helada ahora. Ella podía casi ver su respiración. Simonds, que llevaba una chaqueta ligera adecuada para el sol caliente de Morganville, estaba temblando. -‐‑Maldita sea, -‐‑dijo. –¿Estás segura de que te gusta mantener tanto frío aquí. Sus facturas de electricidad deben ser dementes.-‐‑ -‐‑No realmente, -‐‑dijo. -‐‑Creo que la casa está realmente bien aislada.-‐‑ Encendió la cafetera y hizo todas las pequeñas cosas necesarias para hacer que se fuera. Esperaron en silencio mientras resolló y coció al vapor y se lleno la jarra, y luego llenó dos tazas, puso la leche y el azúcar en la mesa, y se dosifica su propia taza en silencio. Simonds tomó un sorbo de café negro, dijo una mentira cortés acerca de lo bueno que estaba, y añadió un chorrito de leche. Lo agitó durante un tiempo excesivo, y no dejaba de mirarla. No intimidante, como Halling, pero muy, muy observador. -‐‑Vamos a cortar por lo sano, Claire, A ¿te llamo Claire? -‐‑Ella asintió en
silencio. –Morganville consiguió un cambio de imagen durante su ausencia, no hay duda sobre eso. Sé que hay un montón de cosas diferentes al respecto, y es probable que no se sienta muy bien acerca de ellos en este momento. Pero te prometo, que todo es para mejor. ¿Usted me cree? -‐‑ -‐‑No realmente, -‐‑dijo, y tomó un sorbo de su propia taza con cuidado.-‐‑No confío en el Sr. Fallon, y no me fío de la Fundación de la Luz, tampoco.-‐‑ -‐‑¿Por qué no?, -‐‑le preguntó. Era interesante que no llevaba un alfiler, pensó, pero el podría habérselo quitado sólo para calmarla a ella, para darle falsa sensación de seguridad. -‐‑Honestamente, quiero saber, Claire. No son simplemente brillantes en que.-‐‑ -‐‑Porque he visto lo que son capaces de hacer, -‐‑dijo. -‐‑El problema de la lucha contra los monstruos es que puedes convertirte en un monstruo y convencerse de que todo vale. El mal por mal. Lo he visto, señor. Los he visto asesinar gente por sus propias creencias. Y no voy a ser parte de eso.-‐‑ Él se quedó pensativo, y grave, y se quedaron en silencio durante un momento antes de él negar con la cabeza. -‐‑Yo no puedo hablar de eso, -‐‑dijo. -‐‑Pero te puedo decir que desde el momento que la Fundación del Sol llegó a Morganville, tenían un plan, y ellos no hicieron más que ayudar a los necesitados. Ustedes dicen que están dispuestos a matar, pero no lo hicieron ni siquiera mataron a los vampiros, es un hecho, el Sr. Fallon se aseguró de que fueran bien tratados. Tal vez usted ha visto cosas malas que han hecho, pero yo he visto cosas demasiado buenas. Puedo caminar por estas calles en paz. Eso tiene que contar para algo. -‐‑ -‐‑Cuenta, -‐‑admitió. -‐‑Pero hay unos pocos cientos de vampiros atrapados en ese Centro Comercial a las afueras de la ciudad, y no pueden permanecer allí siempre. ¿Qué crees que los de la Fundación piensan hacer con ellos a largo plazo? – -‐‑Fallon dice que va a asegurarse de que están a salvo, y yo le creo, -‐‑dijo Simonds. -‐‑ Mira, he trabajado con algunos vampiros, y eran buenas personas, bien, bebedores de sangre, pero nunca hicieron daño a nadie. De hecho, con los que yo trabajaba a veces ponían sus vidas en peligro para salvar a la gente común. Sé que los vampiros no son monstruos; que pueden ser buenos o malos, igual que nosotros. Pero cierto es que no es natural, y un buen porcentaje de ellos no tienen ningún tipo de conciencia. No se puede discutir con eso.-‐‑ Ella no podía. Sabía que muchos de los vampiros eran peligrosos; algunos eran francamente horribles y necesitaban ser encerrados para siempre. Algunos eran egoístas en un grado sociópata, y muchos de ellos no verían mucho mal con matar a alguien que estaba en su camino. Los vampiros no se convirtieron en vampiros por ser aprensivos. . .o desinteresados. Pero eso no significaba que merezcan la muerte. Y sospechaba, no, realmente, sabía que en última instancia, esa era la respuesta que Fallon tenía. Muerte. Liberando al mundo de los vampiros para siempre y todo lo sobrenatural, como las Casas Fundadoras. Al igual que Miranda. -‐‑¿Quieres un poco más de café?-‐‑Preguntó Claire. Había apurado su taza rápidamente. Simonds asintió, su expresión todavía era ilegible. Tenía un rostro agradable, largo y delgado, con un tono de piel chocolate oscuro particularmente agradable y ojos marrones cálidos, y en otras circunstancias podría haber sido un amigo. Pero no ahora. Ella llenó su taza otra vez, y se dio cuenta de que había estado evitando mirar a la despensa de la cocina. Ese fue probablemente el tipo de obsequio
que estaba viendo, pensó, así que ella puso la cafetera de vuelta en un segundo plano, se dirigió a la despensa, la abrió, y salió con otra bolsa de granos de café. Ella lo puso en el gabinete encima de la cafetera. -‐‑¿Qué edad tiene esta casa?, -‐‑Le preguntó. Podía oír hurgando arriba ahora a Kentwort pasando por su habitación. Claire sintió un rubor en sus mejillas enojada, y se dejó caer en su silla para agarrar la taza de café. No le gustaba la idea de alguien hurgando entre sus cosas, escasas, como podría ser. Y ridículamente, odiaba la idea de ver a alguien mirando su aún desordenada cama donde ella y Shane habían pasado la noche. Eso se sintió muy intrusivo y espeluznante. -‐‑Esta es una de las casas Fundadoras, ¿verdad?-‐‑ -‐‑Una de las trece originales, -‐‑dijo. -‐‑Creo que sólo algunas de ellas existen ahora.-‐‑ -‐‑Hermoso lugar, -‐‑dijo. ¿Toda la construcción es original?-‐‑ De inmediato sintió como si fuera una trampa inminente, y se cubrió la pausa con un sorbo de café. -‐‑No tengo ni idea, -‐‑dijo con una sonrisa. –Yo no he estado aquí tanto tiempo, ya sabes. -‐‑Sabía que la gente tendía a subestimarla a ella porque era pequeña y joven, y podría parecer muy inocente cuando quería. . . y Simonds no la conocía muy bien. Pero se daba cuenta de que él no se lo creía, y cuando abrió la boca para preguntarle algo más, probablemente algo mucho más intrusivo, fue interrumpido por la voz aguda de Halling por el otro lado de la puerta de la cocina. -‐‑¡Detective! ¡Mejor venga a ver esto! -‐‑ Él se puso de pie rápidamente, la superficie agradable de él inmediatamente desapareció, lo que quedaba era un asunto serio. Señaló hacía ella. -‐‑Quédate aquí, -‐‑dijo, y empujó la puerta para unirse a la Oficial Halling. Hubo una conversación apagada. Claire trató de escuchar, pero ella no podía hacer nada. . . y luego oyó sus pasos que se acercaban por atrás, ella se retiró rápidamente, de pie junto a la mesa de la cocina. Simonds empujó la puerta y le hizo señas para que se uniera a él. No le gustaba la mirada sombría en su cara en absoluto. Halling había encontrado algo en el sótano. Cuando Simonds encabezo la marcha por las escaleras estrechas en el cuarto de concreto frío donde guardaban la lavadora y la secadora y los estantes estaban envueltos en polvo desde generaciones atrás, la mente de Claire corrió. ¿Qué podrían haber olvidado? Shane y Eve fueron los dos conocidos por guardar cosas y olvidarse de ellas, ¿Y si Shane había pasado por alto un alijo de armas que él había querido ocultar? Eso no sería bueno. Y entonces vio lo que Halling había encontrado. No eran armas. Había un cadáver en el piso de su sótano. Fue uno de los policías del Centro Comercial que les había dejado entrar a ver a Michael. Había un cuchillo clavado en su pecho, uno revestido de plata y le parecía familiar. Tenían un montón de esos en los alrededores de la casa, todos para su uso como armas anti-‐‑vampiro. Shane los había bañado en plata. Claire se detuvo en los escalones y se agarró a la barandilla, ella se sintió mareada, y de repente necesitaba sentarse y respirar. Parecía imposible. Era imposible. ¿Cómo demonios había llegado esté hombre aquí, como lo habían metido allí, como había sido asesinado? Ella no lo había hecho, y ella sabía que ni Shane ni Eve lo habían hecho. No se pudo tener.
-‐‑Él no fue asesinado aquí. No hay suficiente sangre, -‐‑Halling dijo, agachándose junto al cadáver. Los ojos del hombre estaban abiertos y cubiertos con una película gris, parecía irreal, como un maniquí de tienda por departamentos. -‐‑Él lleva de muerto un par de horas, como mucho.-‐‑ -‐‑Averigüe cuánto tiempo ha estado desaparecido, -‐‑dijo Simonds. –Y asegúrese de que los otros guardias de los vampiros en el Centro Comercial están a salvo. ¡Vaya!-‐‑ Halling se dirigió a las escaleras, y Claire salió a toda prisa de manera que las piernas largas de la oficial la empujaron al pasar. Se sintió enferma y sin peso, como si estuviera cayendo en un agujero negro sin fin. ¿Qué demonios estaba pasando? Sacó su teléfono cuando Simonds se trasladó a inspeccionar el cuerpo, Y en silencio envió un mensaje de texto a Shane para que no volviera a casa. El envió un signo de interrogación. Ella respondió con un signo de exclamación, y luego rápidamente colocó el teléfono lejos antes de que Simonds le viera. -‐‑¿Conoces a este hombre?, -‐‑Le preguntó. Ella negó con la cabeza. -‐‑Lo he visto, -‐‑dijo. -‐‑Lo vi en el Centro Comercial, donde mantienen a los vampiros. Pero yo no lo conozco.-‐‑ -‐‑¿Cualquier explicación de por qué estaría muerto en su sótano, señorita Danvers? Ella sólo pudo sacudir la cabeza. No tenía ni idea de qué más decir. Simonds suspiró, se levantó y sacó su teléfono móvil para hacer una llamada. Pidió unidades adicionales y un kit de forense, Morganville no era lo suficientemente grande como para tener un equipo real de forense y luego la miró a ella. Parecía triste, pensó. Pero no mucho. -‐‑Levántate, -‐‑le dijo. -‐‑Vamos a el suelo.-‐‑ Ella estaba poniéndose de pie, pero en ese momento se dio cuenta de que si dejaba que el la detuviera, ella no tendría ninguna oportunidad para limpiar su nombre. Fallon podría muy bien haber organizado este complot para ponerlos a todos en la cárcel y sacarlos de su camino. No podía correr ese riesgo. -‐‑Lo siento, -‐‑dijo ella. Metió la mano en su bolsillo y sacó la cosa redonda. Tiró de la anilla y la arrojó por las escaleras hacia donde él se encontraba. -‐‑¡Granada!-‐‑ Shane estaba en lo cierto. Nadie espera a ver qué pasa cuando oyen esa palabra. Corrió por las escaleras, y golpeó la puerta en la parte superior al igual que hubo un sonido ahogado abajo. Ella miró hacia abajo para ver una nube de polvo de color blanco con un espesor que se extiende sobre todo, como si acabara de arrojar una bolsa gigante de harina. Simonds, que se había puesto a cubierto en el extremo de el sótano en cuclillas detrás de un viejo congelador, tosió y abanicó el aire cuando el polvo le cubrió. Él estaba bien. -‐‑¡Danvers!, -‐‑Gritó, y sacó la pistola de debajo de su chaqueta cuando se limpió la cara para aclararse los ojos. –¡Quédese donde está!-‐‑ Ella se había comprometido, así que salió corriendo. La casa cerró con llave la puerta del sótano para ella: se dirigió hacia la puerta principal, pero escucho pasos adelante de uno de los otros policías. En realidad no importaba cuantos, probablemente le dispararían como sospechosa que huía. Se estrelló contra la puerta de la cocina, dirigiéndose directamente a la entrada trasera, que se abrió delante de ella, y sintió un empujón gigante a su espalda, como si la casa en sí la estuviera empujando hacia fuera.
Ella sintió la bala pasar por ella antes de que realmente escuchara el disparó. Era una onda de choque pequeña al lado de su cintura, lo suficientemente cerca que la hizo sentirse quemada. La puerta se cerró detrás de ella bien cerrada antes de el Oficial cualquiera que fuera pudiera hacer un segundo disparó. Ella se cayó por las escaleras y giró sobre sus pies, luego corrió para la cerca de atrás. Sabía que estaba libre en la esquina, y empujó, entonces se escurrió a través de el estrecho, y sucio callejón. Una señora que regaba las plantas en otro patio la miró boquiabierta, y le pidió algo en una voz aguda y urgente, pero Claire no se detuvo. Ella acababa de escapar. Ella lo hizo hasta el final del callejón antes de que un coche patrulla la bloqueara con un estallido de luces y un fuerte estruendo de sirena. Claire se detuvo en seco, dio marcha atrás y se volvió para huir de otra manera, pero fue cortada, también. Un polvoriento Detective Simonds estaba a través del agujero de la cerca, y tenía su arma apuntando directamente a ella. -‐‑Detente,-‐‑dijo. -‐‑Claire, no hagas esto feo. Usted no tiene a donde ir. -‐‑ Estaba en lo cierto. Sólo podía salir mal ahora. Puso las manos en alto. -‐‑Camina hasta la valla. Apóyate contra ella, con las manos sobre su cabeza.-‐‑ Ella pensó que iba a vomitar, pero no lo hizo, y al menos le advirtió antes de poner sus manos sobre ella y comenzó a palparla por todo el cuerpo para comprobar que no llevaba armas. Ella respondió a sus preguntas acerca de si llevaba armas ocultas y objetos punzantes sin realmente pensar lo que dijo, su mente estaba corriendo en una falta de definición cegadora, y pensó que probablemente sólo la separaban un par de respiraciones para perder el conocimiento. Le Leyó algunos de sus derechos, y ella aturdida estuvo de acuerdo en que ella entendía. Luego le tomó las muñecas hacia abajo desde la valla de madera espinosa y le colocó las esposas, y ella se quedó sin aliento en un sollozo. Pero yo no hice nada. Shane le habría advertido que para las personas que vivían en la Casa de Cristal eso casi nunca importaba.
CINCO Le tomó media hora para despejarse la cabeza, y en ese momento ella había sido montada en la parte posterior de un coche patrulla de la casa para el Ayuntamiento. La cárcel era una planta más abajo, en el sótano de la estructura de castillo gótico, donde la encarcelaron con tranquila eficiencia. No hablaba. En realidad no creo que ella hubiera podido, honestamente. No había nadie más en la celda con ella, pero Simonds apostó a un guardia uniformado fuera de todos modos, como medida de precaución, le dijo, aunque no fue específico acerca de lo que él esperaba. -‐‑Yo no hice nada,-‐‑ella finalmente le dijo, mientras se preparaba para dejarla. -‐‑¡Detective, yo no lo hice. Ninguno de nosotros, ni siquiera sabía que ese hombre estaba allá abajo! -‐‑ -‐‑Voy a tomar su declaración posteriormente, -‐‑le dijo. No era desagradable, simplemente tranquilo y enérgico y un poco desinteresado, como si ya la hubiera dado de baja como una causa perdida. -‐‑Dime dónde han ido tu novio y Eve, y podremos hablar de cómo puedo ayudarle.-‐‑ -‐‑No sé dónde están. -‐‑Ella no lo sabía, en realidad. La policía la había llevado a su celda, ella esperaba que Shane hubiera prestado atención a su texto, y se hubiera puesto a cubierto, y apagara su teléfono. Esperaba desesperadamente que hubiera pensado advertir a Eve, también. Miranda podía ocultarse fácilmente, pero el coche de Eve destacaba como un pulgar dolorido, y lo mismo el musculoso coche de Shane. Ambos conocían a Morganville bien, por lo que tendrían lugares para ir a esconderse. Pero aún así, ella estaba preocupada. Simonds dijo: -‐‑Espero que pienses seriamente en decirme dónde están, porque si no podemos encontrarlos, usted misma se está poniendo el gancho por su cuenta, Claire. No quisiera ver que eso te suceda nunca más a ti.-‐‑ El hecho es, que vio con vida a la víctima, y sólo unas pocas horas más tarde fue apuñalado, movido, y colocado en su propio sótano. Parece bastante sencillo. Tal vez usted pensó que podía pasar de contrabando a el esposo de Eve fuera del Centro Comercial y algo salió mal. . . . Mira, es perfectamente normal querer salvar a su amigo. Tal vez usted pensó que estaba en peligro real. Tal vez el Sr. Thackery-‐‑ ese es su nombre, por cierto, el hombre muerto en el sótano, tal vez trató de detenerla. Podría haber sido en legítima defensa, Yo sé.-‐‑ Ella calló, porque su tono tranquilo, y amable la asustó. Él fue bueno dibujándole las cosas a la gente, incluso las cosas que no significaban nada, ella sabía demasiadas cosas que le implicaban ya, y una declaración equivocada podría traer a Shane y Eve con ella, también. Era mejor estar en silencio hasta que pudiera averiguar qué demonios estaba pasando. Él tomó su silencio lo suficientemente bien, le trajo una botella de agua, prometió algo de comida, y se fue. La policía estacionada fuera de la puerta, no era Halling, gracias a Dios, porque Claire honestamente no podía soportar la vista de ella, tenía un símbolo de la Fundación Sol Naciente en su cuello, pero ella no parecía inclinada a charlar o a juzgarla. Ella arrastró una silla y se sentó a leer una revista en su lugar. Claire bebió su agua sin probarla, y luego se tendió en el estrecho camastro duro. Después de unos momentos, ella envolvió la manta alrededor de su cuerpo tembloroso y finalmente cerró los ojos. Sólo para pensar.
Se despertó en la oscuridad. Su respiración se detuvo en su garganta, porque estaba demasiado oscuro, incluso si se hubiera dormido durante la puesta del sol. Todas las luces estaban apagadas en el pasillo más allá de su celda, y oyó un roce metálico de algo justo antes de que la puerta de la celda se abriera con un chirrido como en una película de terror. Claire luchó para liberarse de la manta áspera y se puso de pie, lista para pelear. Pero no necesitaba hacerlo. Tenía un visitante. Era Myrnin. Estaba vestido con ropa limpia que eran por lo menos dos tallas más grandes para él, probablemente saqueadas de un tendedero o una desatendida secadora de lavandería. Incluso habiendo cogido las ropas de otra persona, se las había arreglado para que fuera un conjunto peculiar de Myrnin, una camiseta teñida bajo una sudadera con capucha de color naranja brillante y unos pantalones cortos de color caqui Era evidente que nadie había estado lavando los zapatos, porque eran un par de suecos de plástico que debió de hallar en la basura, parecían que había visto días mejores en la década anterior, y también eran demasiado grandes para sus pies. En el lado positivo, el fue al menos con zapatos. -‐‑Bueno, -‐‑dijo, y le dio una sonrisa lenta y encantadora. -‐‑Esto es algo que no me esperaba. Tu, tras las rejas. ¡Qué cambio de tendencia!.-‐‑ -‐‑¿Cómo has salido? -‐‑Abrió mucho los ojos, porque todavía llevaba el collar de choque alrededor de su cuello, como un collar de declaración particularmente feo. -‐‑¿Acaso no te aturden?-‐‑ -‐‑Oh, sí, muchas veces, -‐‑dijo. –Algunos de nosotros podemos controlar con la mente ese tipo de cosas. Si hubieran sido equipados con su tortuoso pequeño invento, eso habría sido una historia totalmente diferente. -‐‑ El arma de la que estaba hablando tenía la habilidad de destruir la capacidad de un vampiro para luchar, y ella odiaba la idea de que era responsable de su creación. Ella lo supo, y tuvo que poseerlo, pero eso no significaba que tuviera que gustarle. -‐‑Supongo que Fallon sigue teniendo a nuestra traidora amiga la Dra. Anderson y siguen en la construcción de nuevos modelos, por lo que no han tenido la oportunidad de equipar plenamente a sus guardias todavía. Por suerte para mí.-‐‑ -‐‑¿Estás? … ¿Eres el único que…? -‐‑¿Salió?-‐‑Myrnin terminó. Se apoyó en los barrotes, como si tuvieran todo el tiempo del mundo. Recordó a la policía estacionada en la puerta, y en el alumbrado de emergencia débil distinguió la forma de la mujer arrugada en el suelo junto a su silla volcada. -‐‑Me temo que sí. Oliver ha hecho varios intentos valientes, pero en realidad no tiene la habilidad para ignorar el dolor que yo tengo. Creo que le está molestando una cantidad agradable. Él lo hizo para cubrir mi escape, sin embargo, por lo que supongo tengo que estar agradecido.-‐‑ Ella no podía seguir la pista de lo que estaba diciendo, porque ahora ella estaba preocupada por la policía. Se había movido tan rápido y con decisión, y la mujer no se movía. -‐‑¿La has…a ella-‐‑? -‐‑ -‐‑Oh, no te molestes, no pongas esa cara, Claire. No, yo no la maté a la infeliz, sólo la dejo fuera. Sé cómo te sientes por esas cosas. A pesar de que huele delicioso. -‐‑ -‐‑No la muerdas, -‐‑le advirtió. -‐‑Como siempre, estoy a tus órdenes.-‐‑Lo dijo de una manera que le dejó muy claro que él no lo estaba, en absoluto. -‐‑Vamos, entonces, a menos que disfrutes de ser llevada a juicio por un asesinato que no cometió .-‐‑
-‐‑¿Cómo sabes lo del asesinato?-‐‑ Hubo un pequeño cambio de su equilibrio, pero su expresión no cambió. –He hablado con Shane. Fue testigo de cómo eras llevada por nuestro detective con exceso de entusiasmo. Por suerte para el joven, decidió que la discreción era la mejor parte del valor. -‐‑ -‐‑¿Está bien?-‐‑ -‐‑Bueno, estoy bastante seguro de que nuestras definiciones de esa palabra varían considerablemente, querida Claire, pero parecía estar respirando y ambulatorio, aunque comprensiblemente enojado.-‐‑ Ella parecía no poder apartar los ojos del feo, collar de shock alrededor de su cuello. -‐‑¿Te duele?-‐‑ -‐‑¿Esto?-‐‑Tocó el collar de choque, con las cejas levantadas. -‐‑Estoy fuera de rango. Me roza un poco, si es que no me hace parecer patético.-‐‑ -‐‑¿Quieres que intente quitártelo?-‐‑ -‐‑No seas ridícula, lo necesitaré más tarde, y si se rompe el sello sonará una alarma muy ruidosa y activara un explosivo que eliminara la cabeza y las manos, creo que ambos estamos de acuerdo que sería indeseable.-‐‑ -‐‑Espera, ¿qué? ¿Explosivos? -‐‑ -‐‑No te preocupes, no se activará a menos que sean provocados por alguien que trate de quitarlo sin las herramientas adecuadas. Además, tengo que volver esta noche antes de que noten mi ausencia, lo que significa que el collar debe estar intacto. Ah, y mi cabeza. Los pondría sobre aviso.-‐‑ -‐‑Pero…-‐‑ -‐‑¡Estamos en medio de una fuga de la prisión! Vamos, ahora, no me hagas perder el tiempo. ¿Tienes algún equipaje? -‐‑ -‐‑Es una prisión, Myrnin, no es un hotel.-‐‑ -‐‑Bueno, las cárceles modernas son mucho mejores en estos días, uno nunca sabe, -‐‑ dijo, y salió de la celda por el pasillo, pasando por encima de la mujer policía con sus sandalias de gran tamaño colgando precariamente. -‐‑Vamos, entonces.-‐‑ Ella vaciló un segundo, porque tan mala como era su situación, no estaba segura de que marchándose con Myrnin no terminaría peor. . .pero no había mucho donde elegir, la verdad. Ella dio un paso fuera de la celda, y se convirtió en una fugitiva. Myrnin la llevó a las escaleras, sin pasar por el ascensor. A medida que trotaban, él dijo: -‐‑Yo he cortado la alimentación del edificio, por cierto. Oh, vamos, muévete rápido su pequeña amiga un tanto extraña está esperando ansiosamente.-‐‑ -‐‑A mi …espera, ¿quién? -‐‑ Él se encogió de hombros. -‐‑La chica fantasma. Ella parece encontrarse bastante alarmada, apenas fue capaz de manifestarse a sí misma para explicarme a mí dónde encontrarte. Creo que tiene miedo de que vaya a tratar de morderla. Creo que ella puede tener, ya sabes, problemas mentales. -‐‑Hizo un círculo inconfundible en su sien, y Claire se limitó a mirarlo con mudo asombro. Eso no es sólo la olla, de hervir agua, pensó. Eso es todos los estantes del chef. – -‐‑A, y también dejé fuera de combate a varias personas en diferentes plantas, incluyendo a la alcalde Ramos y su asistente. Yo pensé que podría complicar las cosas, mientras hacemos nuestro inteligente escape. -‐‑Acerca de eso. Exactamente, ¿cuál es el plan para nuestro ingenioso escape? -‐‑ -‐‑Puerta principal, -‐‑dijo alegremente.
Por supuesto. No había ninguna posibilidad de que ella hablara, tristemente, no tuvo más remedio que seguir detrás de él mientras empujaba la puerta de salida de emergencia en la parte superior de las escaleras, con un fino desprecio por si podría haber una emboscada esperando allá. No la había. Sin embargo habían, dos policías armados de pie fuera en las puertas delanteras, pero Myrnin les golpeó con la fuerza de un huracán color neón y les dejó inconsciente a su paso. -‐‑¿Ves?-‐‑ dijo mientras marchaba con sus chanclas. -‐‑Plan exitoso. Y estoy siendo humano en extremo. Realmente no se me puede culpar.-‐‑ Un coche al ralentí estaba en la acera, y por la ventana abierta del lado del pasajero, vio el rostro pálido y ansioso de Miranda, la chica hacía señas frenéticamente. Junto a ella, una sombra de un tono misterioso verde hacía resplandecer la luz del salpicadero, Claire vislumbró a Jenna la psíquica que se había convertido en la madre adoptiva de Miranda, en cierto modo, y de quien Miranda sacó el poder para seguir con vida y salir fuera de los límites de la Casa de Cristal. Parecía tensa y muy preocupada. Como ella debería de haber sido. Las sirenas aullaron, detrás de ellos, de repente las luces se encendieron en en el interior del Ayuntamiento. Su período de gracia había terminado y oficialmente ellos estaban demasiado lejos de la seguridad del coche de Jenna. Jenna tomó una decisión en una fracción de segundo y pisó el acelerador con fuerza. Miranda dejó escapar un grito de protesta, pero ya era demasiado tarde, unos segundos más tarde, el coche de Jenna estaba dando un giro a la derecha del aparcamiento del Ayuntamiento y huyendo a toda velocidad. -‐‑Bueno,-‐‑dijo Myrnin, -‐‑Esto no estaba en mi plan. Supongo que es hora de correr.-‐‑ Él l tiró de ella en una carrera a toda velocidad. Estaba oscureciendo, y entre jadeos de aire Claire logró a decir: -‐‑Ese tipo de sudadera con capucha brilla en la oscuridad. Es posible que desees quitártela -‐‑Mi piel es más reflexiva, -‐‑dijo. -‐‑Y me gusta bastante el color, ¿verdad? Así festiva.-‐‑ -‐‑¿A dónde vamos?-‐‑ -‐‑Está claro que no de esa manera, -‐‑dijo Myrnin, e hizo una corrección de el rumbo inmediato cuando vio las luces de un coche patrulla en dirección hacia ellos. Agarró el brazo de Claire y la arrastró por el césped a la sombra de unos árboles de hoja perenne. -‐‑Silencio. No corrió el riesgo de que podría no estar de acuerdo, él la agarró y colocó una mano sobre su boca. Su protesta débil fue destinada a desaparecer enteramente. La sostenía con demasiada fuerza contra él para poder liberarse. Un reflector del coche de la policía se deslizó sobre los árboles, pero estaban bien ocultos por la maraña de ramas. Myrnin esperó hasta que el peligro había pasado, entonces la dejó suelta, remolcándola de vuelta hacía el césped al aire libre. -‐‑¿A dónde vamos?, -‐‑Le preguntó en un susurro urgente. -‐‑¡Porque no me siento bien acerca de esto! Somos ambos fugitivos ahora, ¿lo sabes? -‐‑ -‐‑He tomado debida nota. Ahorra tu aliento, ahora nos toca correr. Así que mantén el ritmo. -‐‑ No creía que pudiera. Myrnin contuvo un poco la velocidad de un vampiro auténtico, pero aún así, se sentía como si ella estuviera corriendo más rápido si estaba a salvo en la oscuridad, a falta de una luz tenue . Las farolas se encendieron como lo hicieron las tiendas al otro lado de la calle de Ayuntamiento.
Se metieron en un callejón a medida que más coches de policía pasaban y barrían los ladrillos con reflectores. Myrnin no parecía molesto por los charcos desagradables que mojaban sus pies, pero Claire trató de evitar los peores de todos. Definitivamente no era agua limpia. No estaba segura de que fuera agua. -‐‑¿A dónde vamos?-‐‑ Él no le había respondido a esa pregunta la primera vez, pero a medida que miraba la calle, le dijo: -‐‑Tu amiga Jenna parece nos ha ofrecido algún tipo de refugio seguro. Lástima que nos perdimos el paseo. Desconfió de ella, pero tanto Steve y Shane….-‐‑ -‐‑¡Eve! Honestamente, Myrnin, ¿cuánto hace que la conoces? -‐‑ -‐‑Es un nombre muy extraño, ya sabes. Efa, ahora, ese sería un nombre adecuado. O incluso Aoife , -‐‑dijo. -‐‑Está bien. Eve y Shane me aseguraron que es lo mejor que podemos hacer en este momento. Creo que su alternativa era que íbamos a terminar muertos en una zanja, que no suena atractivo. -‐‑ -‐‑Probablemente no estaba destinado a que lo fuera. ¿Queda claro? -‐‑ -‐‑Eso parece.-‐‑Myrnin le cogió la mano y la arrastró a otra carrera a tope. Ésta no era tan difícil, simplemente porque estaban en las aceras, sin embargo, cuando viró bruscamente en un callejón, que era francamente aterrador, decidió que sería mejor que simplemente confiara en él para no chocar de bruces con obstáculos ocultos. Hubo algunos momentos inquietantes, donde pasó junto a cosas que habrían sido sin duda dolorosas, pero en general, salieron a la calle, en el otro lado ilesos. Había gente en las calles. Myrnin patinó hasta parar y la mantuvo con seguridad en las sombras. -‐‑Maldita sea, -‐‑dijo. –Me había olvidado que los residentes de aquí han perdido toda su cautela bien enseñada. ¿Qué es el mundo? -‐‑ -‐‑¿La seguridad?-‐‑ Dejó escapar una incrédula risa sin sentido del humor. -‐‑No seas ridícula. Están llenos de la descarga de la victoria ahora, y el amor fraternal, pero la naturaleza humana, inevitablemente se impone. Los criminales se aprovechan de toda esta confianza renovada para cometer delitos, los hombres justos tropezaran y no lograran sus ideales, toda clase de caos vendrá, los hombres han sido siempre sus propias pesadillas. Es la forma en la que el mundo trabaja, y mientras los vampiros ciertamente no facilitan las cosas, pero ellos apenas son la raíz del mal. No hay seguridad, Claire, y nunca puede ser, es sólo una ilusión. Pero eso es como debe ser, ¿no te parece? -‐‑ No tenía una respuesta para eso. Observó a la gente paseando por las calles, disfrutando de una puesta de sol en su defecto. Confiando en la naturalezas de los demás. Algunos de ellos podrían ser realmente buenas personas que nunca harían daño a nadie, pero algunos de ellos no lo eran. Y la dejó helada darse cuenta de lo que Myrnin le decía con o sin vampiros, Morganville siempre sería peligroso. Sólo que peligroso de una manera totalmente diferente. Una manera menos obvia. Llego un momento de calma cuando la oscuridad cayó y los últimos restos de naranja se escabullo. Myrnin, sin hacer ruido, cogió su mano y le instó a otra carrera por la acera. No se detuvo cuando la acera llegó a un final repentino, pero se lanzó en un gran desierto, luego a través de otra acera, un giro a la izquierda, , luego a la derecha, ella se había perdido, completamente perdida, y todo se movía demasiado rápido para que ella consiguiera orientarse. Su corazón latía tan rápido que pensó que iba a derrumbarse, y el aliento quemaba caliente y espeso en sus pulmones. Ella ni siquiera tuvo tiempo de considerar el dolor en las piernas
y los pies, hasta que, de repente, todo había terminado. Se había detenido tan rápidamente que el impulso la hizo chocar con fuerza contra él. El apenas vaciló. Por un momento, estaban apretados, y ella sabía que él podía escuchar los latidos de su corazón demasiado rápido, oler su sudor y sangre, ella vio sus pupilas expandirse lentamente bebiendo toda esa sensación . . y por un momento, vio el hambre. Estaba oscuro y desesperado, y se preguntó hasta qué punto podía confiar en él. Pero entonces Myrnin la empujó suavemente por la espalda mientras ella luchaba por mantener el equilibrio, la sostuvo hasta que lo encontró, y le dijo: -‐‑Creo que hemos llegado.-‐‑ La casa era como muchos otros a su alrededor, pequeña de tablas de madera, construida en un cuadrado. Tenía un poco de carácter a causa de la moldura azul oscuro en la puerta de entrada y las ventanas, y un poco de orgullo de su nuevo trabajo de pintura, aprobado por los de la Fundación pero en general era Morganville de cabo a rabo, un poco ladeada, un poco deteriorada, un tono extraña. Myrnin la llevó hasta la acera agrietada de el porche delantero, y antes de que pudiera alcanzar la aldaba de la puerta de hierro, la puerta se abrió. Jenna se quedó allí, alta, rubia, con penetrantes ojos claros. Limitándose a su papel de psíquica, de alguna manera, incluso por la expresión lejana en su rostro. . . pero no había nada psíquico o de ensueño en su consternación, cuando vio a Myrnin. Había solo preocupación, y cálculo. Esperó un segundo, y luego hizo un movimiento brusco como de aleteo con sus manos. -‐‑¿Y bien?, Exigió. -‐‑Soy un vampiro, que mujer tonta. ¡Pregúntame! Somos delincuentes buscados, ¿sabes? -‐‑ Ella no parecía convencida de que era una buena idea, pero dio un paso atrás y le dijo: -‐‑Por favor, entren, los dos. –Él se apresuró, trayendo a Claire con él, y Jenna cerró la puerta detrás de ellos. Claire había empezado a recuperar el aliento cuando de repente Miranda aparecido de la nada, corriendo hacia ella, y su cuerpo sólido se estrelló contra Claire mientras envolvía sus brazos alrededor de ella. –Lo has hecho, -‐‑dijo. -‐‑No sabía si podrías. Sentimos mucho dejarte allí. Lo siento mucho, pero yo tenía miedo de salir de Jenna por mucho tiempo. . . -‐‑ -‐‑Está bien, -‐‑dijo Claire. Todavía le faltaba el aire, y se sintió sudorosa y horrible, pero era algo bueno ver a Miranda. La chica retrocedió, y Jenna puso su brazo alrededor de ella; eso también era bueno, el ambiente maternal de la psíquica para la niña fantasma. Jenna, desde el principio, se sintió protectora de Miranda, y parecía como si esa relación se hubiera vuelto más estrecha. Miranda lo necesitaba desesperadamente, porque ella había estado básicamente abandonada por su propia familia. Algo bueno que había sucedido en Morganville para un cambio, después de todo: dos personas tristes se habían encontrado la una a la otra, para hacerse mejor. Shane estaba de pie en la puerta, esperando pacientemente a que ella se fijara en él. Ella sabía que su expresión o la falta de una en su cara. Era específica para situaciones en las que estuvo involucrado Myrnin, y Shane estaba tratando muy duro de no dejarse llevar y hacer un espectáculo de celos. No tenía razones para estar celoso, y lo sabía, pero al verla agarrando la mano de Myrnin probablemente no había sido su momento favorito. Eso, y los instintos anti-‐‑vampiros de Shane probablemente estaban debatiéndose,
estando tan cerca de uno de ellos ahora. -‐‑Hola,-‐‑dijo Shane, y levantó la barbilla. Su saludo más neutral. Ella se le acercó y lo abrazó, y luego lo besó. Eso rompió el muro que había puesto entre ellos, y sus brazos fueron alrededor de ella para abrazarla. -‐‑Yo no sabía qué otra cosa hacer. No podía dejar que te mantuvieran allí. No estás diseñada exactamente para la cárcel.-‐‑ -‐‑Bueno, tienes que admitir que probablemente era mi turno para ser esposada y arrojada en el agujero, -‐‑dijo. Su sonrisa no tenía mucha fuerza, sin embargo, y se desvaneció rápidamente. -‐‑El hombre de el sótano, fue asesinado con uno de nuestros cuchillos, Shane. –Ella no consiguió disimular su pregunta encubierta. Él entendió el mensaje de todos modos, y respondió con el ceño fruncido. -‐‑Bueno, no fui yo. No fue Eve, te lo garantizo. Ella habría por lo menos trasladado el cuerpo a otro lugar. No es ninguna tonta. -‐‑¿Dónde está Eve, exactamente?-‐‑ -‐‑Fuera, -‐‑dijo Jenna. Sonaba muy contundente, y con desaprobación. -‐‑Yo le advertí, pero ella dijo que no podía quedarse. Ella volvió para tratar de ver a Fallon.-‐‑ -‐‑¡Pensé que ella fue a verlo cuando salió de nuestra casa!-‐‑ -‐‑Ellos no la dejaron entrar, regresó a buscarme, y ambas vimos como te llevaban a la cárcel. No estábamos seguros de dejar a uno de nosotros atrás, en realidad, pero tal vez el buen sentido está empezando a aflorar en nosotros. No saltar y hacer que nos detuvieran, por lo menos-‐‑dijo Shane. Claire se dio la vuelta para mirarlo, con los ojos abiertos; muchas preguntas pasaron por su mente que no podía elegir una sola por la falta de definición. -‐‑Pero… -‐‑Claire no podía expresar lo mucho que no le gustaba la idea de Eve, enojada y frustrada aún más de lo que había sido, rumbo a Fallon era como un misil guiado. Era bastante obvio, sin embargo, que no había mucho que ninguno de los dos pudiera hacer al respecto en este momento. -‐‑Mira, tiene sentido. Está bastante claro quien está dirigiendo el espectáculo aquí, si ella puede entrar a verle, y realmente no veo a nadie detenerla, entonces nadie va a irrumpir en la oficina de Fallon y se va a marchar a salir en los puños. Y si de verdad ella le puede intimidar y la deja ver a Michael, tal vez ella le dará la oportunidad de escapar, o Amelie fuera. Ella es la única que tiene la oportunidad de ser nuestro hombre interior. Mujer. Lo que sea. Seamos realistas, ninguno de nosotros esta exactamente en una posición intelectual en este momento.-‐‑ -‐‑¿Ella sabe ya sobre el tipo muerto?-‐‑ -‐‑Oh, ella lo sabe, -‐‑dijo Jenna. -‐‑Eve piensa que el guardia fue asesinado en la cárcel y lo trasladaron a la casa, y piensa que puede ser capaz de averiguar quién lo hizo y por qué. Creo que su frase exacta fue, me voy a lo Nancy Drew a averiguar esta mierda.-‐‑ -‐‑Apuesto a que no dijo mierda,-‐‑dijo Shane. -‐‑Estoy parafraseando.-‐‑ El plan de Eve era peligroso, y Claire inmediatamente sintió una oleada de adrenalina, pensando en ella atrapada sola, sin nadie en quien confiar. Michael, sin duda, pero Michael no podía ayudarla a menos que algo cambiara drásticamente. Myrnin había estado inusualmente tranquilo desde que habían llegado, ella le miró por encima y le vio fruncir el ceño hacia sus chanclas. Probablemente extrañaba sus zapatillas de conejo vampiro. -‐‑¿Los guardias del Centro Comercial saben que estás fuera?, -‐‑ella le preguntó a
Myrnin. Él no levantó la vista. -‐‑Eso es muy dudoso, -‐‑dijo. -‐‑Lo hice, mate al guardia que me vio, después de todo. -‐‑ Todos dejaron lo que estaban haciendo, y hubo un segundo o dos de silencio. La cabeza de Shane giró bruscamente y se volvió con todo el cuerpo, frente a Myrnin. Y dio un paso hacia él. Dijo, con voz tensa de furia, -‐‑¿Será el guardia muerto en nuestro maldito sótano?-‐‑ -‐‑Bueno, por supuesto, ¿que número de guardias muertos podría haber? ¿Por qué?, ¿mataste a uno, también? Despilfarrador.-‐‑ Shane gruñó. Venía de algún lugar profundo de su pecho, un húmedo sonido animal que Claire nunca había escuchado antes, y esperaba que ella nunca tuviera que oír de nuevo. Dio otro paso hacia Myrnin, y los ojos de Myrnin llamearon en un alarmante carmesí. –Claire, -‐‑la llamó bruscamente. -‐‑Cuidado con tu joven hombre. ¿De verdad quieres que tenga que matarlo? -‐‑ Fue la forma improvisada en que lo dijo lo que aterrorizó a Claire. Ella olvidaba a veces, que a pesar de sus mejores esfuerzos, Myrnin estaba solo en su sano juicio en su mayoría, y sólo en su mayor parte humano. Y no estaba segura de lo que Shane era ahora, tampoco. Jenna y Miranda instintivamente se quitaron del medio, e incluso aunque todos los instintos de su cuerpo le gritaban hacer lo mismo, Claire dio un paso en el medio, y se enfrenó a Shane, y lo miró a los ojos en ángulo recto. Sus ojos no estaban bien. No estaban bien en absoluto. El color, la inexpresividad, estaba todo mal. Él se lanzó hacia adelante, mirando más allá de ella a Myrnin, y podía haber jurado que vio una chispa venenosa de color amarillo en sus ojos. Ella no se movió. Levantó las dos manos, con las palmas hacia fuera, y lo sacudió con fuerza, conduciéndolo un paso atrás, pero el cambió su enfoque lejos de Myrnin, hacia ella. Y la mirada ajena en sus ojos brilló y se apagó, dejando sólo a Shane. Enojado, sí, amplificado más allá de donde debería estar, pero lo que había sido puesto en marcha, lo había dejado a él. Por ahora, al menos. Shane levantó ambas manos, retrocedió un paso, y luego se dio la vuelta y se alejó, respirando con dificultad. -‐‑¿Por qué lo estás protegiendo a él? -‐‑Él no le gritó, pero ella sabía que le costó sostenerlo hasta sólo una acusación enojada. -‐‑Buena pregunta, -‐‑dijo, y se volvió hacia Myrnin. –Mataste a un hombre, -‐‑dijo. -‐‑¿Y lo trajiste a nuestra casa?-‐‑ -‐‑Para ser justos, yo te estaba buscando, -‐‑dijo, -‐‑pero no estabas todavía en casa. Tenía que hacer algo con él. Normalmente lo habría llevado al cementerio, es un gran lugar para deshacerse de un cadáver que te sobre, uno sólo desentierra una antigua tumba y…-‐‑ Había partes de él que ella nunca podría llegar a entender, y sabía que nunca debería intentarlo, por el bien de ambos. Shane se dio la vuelta, y Claire instintivamente lo agarró de el brazo, porque todavía sentía la violencia reprimida en él. Él estaba bajo el control suficiente para no arremeter contra Myrnin, que terminaría mal de todas formas, pero también sabía que a veces él simplemente no podía controlar esos impulsos, y ella no quería ver a nadie herido. -‐‑Dejaste un muerto en nuestra casa, ¿y qué?¿Simplemente se olvidó de él? -‐‑
-‐‑Yo estaba ocupado, y cómo en el mundo iba a saber que serían tan estúpidos como para permitir que los agentes de policía deambularan libremente por la casa.-‐‑ -‐‑Ellos tenían una orden, y nosotros no somos su almacenamiento temporal para los cuerpos asesinados, -‐‑dijo Claire, y se dio cuenta de que estaba demasiada molesta por las cosas, también. Casi tanto como Shane, y sin la excusa de la infección por la mordida de perro. –Tu lo mataste. ¿De donde sacaste un cuchillo? ¿Nuestro cuchillo? -‐‑ Myrnin se encogió de hombros, claramente no tomando nada de esto demasiado en serio. -‐‑Eres muy descuidada con esas cosas, -‐‑dijo. -‐‑Creo que originalmente lo tengo de ti. El guardia en cuestión me lo había confiscado cuando me arrestaron, y yo decidí que lo quería de vuelta. Pero sin embargo lo deje mantenerlo hasta el final. -‐‑Él sonrió, y sus dientes de vampiro se veían largos y terriblemente afilados. -‐‑Oh, no frunzas el ceño ante mí, así, Claire. Él se lo merecía, puedes estar segura de eso. Él era un matón brutal. Estaba defendiendo el honor de una dama, de hecho.-‐‑ -‐‑Jesse, ¿tal vez? -‐‑preguntó Claire. Porque Jesse la camarera pelirroja que tanto él como Claire se había hecho amigos rápidamente era un vampiro pero Myrnin le tenía un afecto sorprendente. -‐‑¿Qué pasó?-‐‑ Myrnin no respondió, no directamente. -‐‑Basta ya de esto. Estamos perdiendo el tiempo. La Dama Gris se asegurará de que nadie note mi ausencia por ahora, pero voy a tener que estar de vuelta a tiempo para la auditoría nocturna de los prisioneros. Antes de eso, tengo cosas que obtener. He despojado de la construcción todos los materiales que puedan ser de utilidad, pero voy a necesitar algunas cosas que simplemente no están disponibles en ese lugar.-‐‑ -‐‑¿Materiales para qué?, -‐‑preguntó Claire. -‐‑Nunca te importa, -‐‑dijo. -‐‑Pero estos seguidores de la locura de Fallon han empezado una guerra, y tengo la intención de terminarla. –Los ojos de Myrnin parecían bengalas rojas por un segundo, alarmantemente brillantes, y recordó el hambre que había percibido en él antes, y la nitidez aterradora de sus dientes. No parecía ser él mismo, sólo ahora, ella se dio cuenta, con una sensación progresiva de alarma, que era casi seguro que no se habían molestado con sus medicamentos habituales en la prisión y en este estado, podría no estar dispuesto a tomarlos por su cuenta. Había unas cuantas cosas más aterradoras que un vampiro bipolar sin sus medicinas, pero para ser honestos, no muchas. -‐‑Myrnin, -‐‑dijo, y atrajo su atención inmediata. Inquietantemente. -‐‑No puedes salir de nuevo. Es demasiado peligroso para ti. Demasiado peligroso para las personas inocentes que vagan por ahí pensando que es seguro. -‐‑Si estás dando a entender que sería mejor que tu vayas en mi lugar, es sin duda demasiado peligroso para ti, Claire, ya que eres una asesina medio-‐‑convicta. -‐‑Lo dijo todo con demasiado entusiasmo. -‐‑Y antes de ofrecer los servicios de su niño, que esta en mejor forma, ¿verdad? No, es mejor que vaya solo, rápidamente. He estado en esta ciudad por muchas de sus cortas vidas para ser capturado por los gustos de Fallon y sus hombres de la Fundación cuando tengo alguna advertencia de su intenciones.-‐‑ Jenna intercambió una rápida mirada con Miranda, y le dijo: -‐‑Voy a llevarte. ¿Adónde vas? -‐‑ -‐‑Para mi laboratorio, por supuesto.-‐‑ -‐‑No sé dónde está.-‐‑ Myrnin suspiró. -‐‑Puedo conducir, ya sabes.-‐‑
Claire se estremeció e hizo un rápido gesto de degüello por detrás de las espaldas de Myrnin a Jenna. Myrnin ni en sus mejores días era un buen conductor. Sus ojos se abrieron, pero Jenna se contuvo, sonrió, y dijo: -‐‑Estoy segura de que puede, pero es mucho más seguro si usted está fuera de la vista, ¿no le parece? -‐‑ -‐‑Ah, tal vez sí,-‐‑dijo. -‐‑Vamos a la grieta entonces. La noche no va a durar para siempre.-‐‑ Jenna señaló a Miranda. -‐‑Te vas a quedar aquí, -‐‑dijo. –Se que quieres ir, pero quédate con estos dos. Prométemelo. -‐‑Miranda asintió con seriedad. Claire agarró a Jenna antes de dirigirse fuera y susurró instrucciones rápidas sobre dónde encontrar los medicamentos de Myrnin. Shane dejó escapar un lento suspiro mientras la puerta era cerrada con llave detrás ellos. -‐‑Lo siento, -‐‑dijo. Parecía agotado, se sentó en cuclillas contra la pared y acunó su cabeza entre sus manos. -‐‑Dios, lo siento. ¿Qué demonios fue eso? -‐‑ -‐‑Yo creo, creo que fue sólo el estrés, y lo de estar tan cerca, -‐‑dijo Claire. -‐‑¿Estás bien ahora?.-‐‑ Lo dijo con confianza, pero en verdad, en realidad no estaba tan segura como ella pretendía, y después de unos segundos de silencio, inclinó la cabeza y medio susurró, -‐‑Por favor, dime que estás bien.-‐‑ -‐‑Él mató a alguien, y no parece importarle mucho, -‐‑Shane dijo. -‐‑No creo que yo soy tu mayor problema en este momento.-‐‑ -‐‑¿Qué crees que está planeando hacer?-‐‑ -‐‑Sea lo que sea, te garantizo que no va a ser seguro para nadie estar cerca de él. -‐‑ -‐‑Me gustaría que Jenna no hubiera ido, -‐‑dijo Miranda. Se veía más pálida ahora, y un poco transparente. Sin la Casa de Cristal sosteniéndola, era difícil que se quedara visible y sólida, y con su conexión con Jenna desvaneciéndose por la distancia, probablemente no podría manifestar un cuerpo mucho más tiempo. -‐‑ ¿Qué hay de la casa? ¿Quién va para protegerla ahora? ¡Todos estamos aquí! -‐‑ -‐‑Eve no lo es, -‐‑dijo Claire. -‐‑Eve está con los de la Fundación. Ella no puede cuidar la casa desde allí.-‐‑ Miranda tenía razón, y Claire sintió una oleada de ansiedad cuando pensó en la casa sola, vulnerable, y aún bajo amenaza, tal vez más ahora que antes, porque todo el mundo sabía que estaban huyendo. Era el momento perfecto para atacar. -‐‑Tenemos que ir, -‐‑dijo Shane. -‐‑Tenemos que llegar allí en caso de que intenten algo.-‐‑ Miranda era delgada como el cristal ahora, sus ojos enormes y oscuros en aquel rostro fantasmal. -‐‑Tienes que ir ahora, -‐‑dijo, y parecía como si su voz, como el cuerpo que habitaba, era cada vez más hueca y débil. -‐‑¡Ahora! ¡Ve ahora! -‐‑ Y luego Claire también lo sintió. . . un sentimiento de algo temblando en su interior, una vibración casi como un terremoto, no físico, sino emocional, mental, psíquico. La casa estaba pidiendo a gritos.
SEIS Claire corrió hacia la puerta principal. -‐‑¡No!-‐‑Shane se puso en su camino rápido y la empujó hacia atrás. -‐‑No, sabes que nos están buscando a nosotros. Tu no puedes.-‐‑ -‐‑¡Ya la has oído!-‐‑Ella no trató de hacer una carrera final alrededor de él era demasiado bueno en la defensa. Simplemente cambió de rumbo y fue a la inversa. No conocía la casa de Jenna, pero fue cuadrada y pequeña, y era lógico que hubiera una puerta trasera en alguno de los puntos cardinales. Ella apostó en la parte posterior, ya que los Arquitectos de Morganville eran más clónicos que de vanguardia; vio la puerta, situada en la esquina derecha de la cocina, mientras ella se sumergió en esa pequeña habitación. Jenna mantenía su cocina impecable y bonita, y Claire tuvo un momento de pura envidia, pero sólo un parpadeo, porque el pánico en su interior comenzaba a tomar el relevo. Ella abrió la puerta de atrás, golpeándose contra la terraza de atrás, se lanzó fuera a la carrera, y corrió alrededor de la casa. Oyó a Shane llamar tras ella, pero estaba claro que no quería hacer un escandalo público, así que era sólo una mención de su nombre, y entonces oyó el golpe la puerta al cerrarse y las pisadas en el camino detrás de ella. No había manera de que pudiera escapar, pero ella no tenía intención. . . sólo quería tratar de hacer la mayor parte del camino, por lo que él vería que era una mejor idea seguir que dar marcha atrás. Ella había dejado el estacionamiento iluminado de Morganville el único complejo de apartamentos (diez unidades enteras, construido en una forma antigua de L), cuando sintió un brazo largo que la obligó a parar. Entonces la agarraron por el otro brazo. -‐‑Claire. Esto es una locura. No podemos estar aquí. ¡Lo sabes! -‐‑ -‐‑Tú eres el que nos hace llamar la atención, -‐‑dijo. -‐‑Yo era sólo una chica corriendo. Ahora estoy siendo abordada por un novio enojado.-‐‑ -‐‑No lo estoy -‐‑Él respiró hondo y soltó. -‐‑Está bien. Sólo camina conmigo. Con calma. Podemos hacer esto. Vamos a…-‐‑ -‐‑No,-‐‑dijo, y dio media vuelta para dirigirse hacia la Casa de Cristal, aún a varias cuadras de distancia. -‐‑¿Qué te pasa?-‐‑ Él no podía sentirlo. Tal vez fue porque él era famoso mitigando las cosas psíquicas, tal vez soló lo estaba bloqueando a posta. Pero, honestamente, no tenía ni idea de que la casa estuviera gritando por ayuda, y ella no podía decir que no a su necesidad. Aquella casa le había salvado la vida al menos una vez. Se lo debía. Pero ella se detuvo repentinamente y se quedo congelada al escuchar la voz , perezosa y ahumada de Mónica Morrell decir: -‐‑¡Alto ahí o te vuelo la cabeza, Escuela preescolar!. Esto significa, también, tu Shane. No te pongas tonto. Bueno, ya sabes. Estúpido.-‐‑ Mónica era la princesa con corona de Morganville, cuyo significado era, niña que había crecido rica, poderosa y con derecho a todo lo que ella quería, y ella lo quería todo. Ella había crecido un poco en el último par de años, pero sólo había tomado la forma activa–pasiva de el mal, desagradable, en opinión de Claire. Ellos nunca habían sido amigos, ellos tres, pero habían tenido momentos de no-‐‑absolutamente odio.
Este, sin embargo, no era uno de ellos. Claire se dio cuenta de que habían logrado organizar de alguna manera su discusión en el estacionamiento de pie al lado de el brillante coche de color rojo de Mónica, el único en Morganville, reconocible al instante si hubieran estado prestando la más mínima atención. Y, por supuesto, estaba estacionado en frente del apartamento de Mónica. Mónica misma estaba apoyada en el marco de la puerta abierta, alta y elegante, lista para partir en un minivestido en un color melocotón que revoloteaba en el viento amenazado con enseñar otras Áreas privadas en cualquier segundo. Lo que más preocupaba a Claire no era el vestido, era el arma. Era, en términos de Texas, el arma de una dama, una pequeña automática negra que la mayoría de los hombres probablemente descartarían como un arma-‐‑bolso y Mónica la había dirigido directamente al pecho de Claire. A esa distancia, no era muy probable que fallara. Arma monedero o no, sin duda hacía daño. Claire puso lentamente las manos hacia arriba. Shane dijo: -‐‑Jesús, Mónica-‐‑ -‐‑Manos arriba, Collins,-‐‑ella dijo, y les dio a ambos una imparcial sonrisa feliz. -‐‑ Escuché un rumor de que masacraron a un pobre lechón en su casa. Pero, por desgracia, no era un chupasangre, o todo el mundo simplemente se encogería de hombros y conseguirían superarlo. Lástima para ti, quiero decir. Supongo que realmente debería hacer un arresto ciudadano y ponerla de nuevo en la cárcel. Ya sabes, la seguridad pública y la mierda. Además de que creo que podría haber una recompensa. Totalmente dólares extra.-‐‑ -‐‑Lo estás disfrutando demasiado,-‐‑dijo Claire. -‐‑Estoy en mi derecho maldición, tengo todo el derecho de amar verlos a los dos llevando monos naranjas. Es justo su color, Shane.-‐‑ -‐‑Muérdeme, puta reina. Mónica le lanzó un beso al aire. -‐‑No creas que no gustaría dejaría una marca. -‐‑ Había un mal, en la luz brillante de sus bonitos ojos. Ella siempre había tenido algún tipo de enamoramiento sadomasoquista perverso sobre Shane, y el hecho de que Shane le había rechazado en varias ocasiones la había puesto fuera si de una manera que nunca había esperado. La mayoría de la gente todavía asume que Mónica había estado detrás del fuego que consumió la casa familiar de Shane y mató a su hermana pequeña, Alyssa. Claire nunca había estado tan segura, y ella sabía que Shane había dado por buena esa convicción, también. Mónica no estaba por encima de la estela de una tragedia, pero no había iniciado el fuego. No hizo de ella una persona mejor, sin embargo. -‐‑Yo sólo voy a decir esto una vez, -‐‑dijo Shane, -‐‑y no puedo creer lo que estoy diciendo en absoluto, por lo que nunca jamás lo repita, pero necesitamos tu ayudar. Por favor.-‐‑ Mónica parpadeó. Eso, evidentemente, no era lo que ella había esperado, y, a decir verdad, lo que Claire, tampoco había esperado. Mónica era un botón-‐‑pulsador, y Shane generalmente era demasiado fácil de manipular. . . pero no esta vez. -‐‑ ¿Perdón? -‐‑Preguntó ella, y ladeó la cabeza hacia un lado. -‐‑¿En realidad estas pretendiendo que somos amigos? -‐‑ -‐‑Mónica, estoy bastante seguro de que no tienes idea de cómo hacer un amigo que no sea un vacío de alma chupador, pero no eres una tonta. Sabes que has construido demasiado mal karma por aquí, y todo vuelve a ti. Los vampiros están fuera, los seres humanos se encuentran, y has actuado como la reina de todas las
perras la mitad de su vida. Será mejor que comiences a contar con aliados. Estoy bastante seguro de que no vas a conseguir a nadie más allá de su dedo medio.-‐‑ Eso hizo mucho, una larga mirada, mucho más reflexiva y adulta que cualquier otra que Claire podía decir que había visto en Mónica antes. Tal vez incluso la eterna involucrada a veces podría crecer, por lo menos lo suficiente como para reconocer su propio peligro. -‐‑Te escucho, -‐‑dijo Mónica. -‐‑¿Podemos hacer esto dentro?-‐‑preguntó Claire. Ella había alcanzado a ver en la distancia un coche patrulla de la policía de Morganville, sus reflectores quemaban. Mónica se debatió durante unos quince segundos antes que ella diera un paso atrás y bajara el arma. -‐‑Sí,-‐‑dijo ella. -‐‑Pero no esperes que me comporte como toda una belleza sureña y te ofrezca un té helado y galletas. Yo no soy tu abuela. Y no toques mis cosas.-‐‑ Ninguno de los dos dudó. Se movieron rápido, y estaban en el interior y cerrando la puerta detrás de ella antes de que terminara de decir la última palabra. El alivio fue inmenso, y Claire se volvió para poner la espalda contra la puerta. -‐‑Guau,-‐‑dijo Shane. -‐‑Esta es… -‐‑Él se quedó sin palabras. Y Claire entendió totalmente el por qué. Era la habitación más femenina que Claire había visto en su vida. Alfombra rosa pálido, sofá de raso rosa, un sillón de color amarillo pálido, también de seda. Luces de colores colgadas alrededor de los artefactos de iluminación. Un librero no lleno de libros, sino con fotos de Mónica, en marcos rosados. Una impresión gigante de Andy Warhol, personalizada, soló que Marilyn Monroe había sido sustituida con la cara de Mónica. Una salva fuerte y aguda de ladridos, hizo a Claire mirar hacia abajo para ver una minúscula tacita de té y un Chihuahua con un collar de color rosa con volantes, de ojos saltones ladrándoles a ellos debajo de la silla amarilla. -‐‑Channing, silencio, -‐‑dijo Mónica, y cogió a la pequeña cosa. Se estremecía constantemente, estudiando a Shane y a Claire con una intensidad frenética. Dejó de ladrar, pero siguió gruñendo, en un tono que no habría intimidado a una mariposa. –Este es Channing. Channing, estos son el idiota y su novia empollona.-‐‑ -‐‑Creo que es mi nuevo nombre de la banda, -‐‑dijo Shane. -‐‑Idiota y novia empollona. Eso suena bien ¿Has dado ese nombre a tu perro por Channing Tatum? -‐‑ -‐‑Tiene cualidades, -‐‑dijo Mónica, y puso a el Chihuahua abajo. Que atacó inmediatamente los cordones de Shane. El la observó con el ceño fruncido, como si no pudiera decidir si reír o. . . realmente reír. Realmente era ridículo. Su zapato era más grande que el perro entero. -‐‑Siéntate. No toques nada.-‐‑ Claire se sentó en el sofá de color rosa, Shane decidió que era evidente que el color podía ser contagioso, por lo que tomó el sillón amarillo, que fue ligeramente más varonil, y trató de sacudirse de Channing para que parara. Eso dio lugar a que se pusiera a follar entusiasta su pierna. Claire se cubrió la boca para evitar un estallido de risas totalmente inapropiado, mientras que Mónica ignoro el drama y se sirvió un trago de una botella de bourbon. Ella no se ofreció a compartir, pero no es que Claire hubiera aceptado. -‐‑Así que a hablar, -‐‑dijo Mónica, y se bebió la mitad de la copa de un solo trago. -‐‑Porque yo puedo tranquilamente disparar como si fueran ladrones que han invadido mi hogar. Nadie podría dudar de ello, porque ustedes son fugitivos y asesinos.-‐‑ -‐‑Tenemos que llegar a casa,-‐‑dijo Claire. Tan surrealista como era toda esta escena, desde el apartamento pastel (que tenía hasta ¿una tetera de color rosa en la estufa?) a Channing teniendo sexo con odio con la pierna de Shane, la ansiedad
que se había torcido en sus entrañas se hundía más profundamente. La casa los necesitaba. Ahora. Y estaban perdiendo el tiempo. -‐‑Los de la Fundación quieren destruir las Casas Fundadoras. Están tratando de desmantelar todo lo que Amelie ha construido, ya lo sabes. Myrnin siempre dijo que las Casas Fundadoras eran el corazón de Morganville. Si logran destruirlas. . . . -‐‑ -‐‑¿Vamos a tener un menor número de monstruosidades Victorianas feas para hacerles frente? –Mónica preguntó, y se bebió el resto de su bourbon. -‐‑Está bien, nada de lo que quieran esos idiotas con un fetiche amanecer, estoy en contra, eso es obvio. Incluso si eso significa asociarse con. . . bien. -‐‑Ella hizo un gesto a los dos, para de alguna manera conseguir, desagrado, disgusto y resignación todos con un giro de su boca. Ella se sirvió otro generoso trago de alcohol. -‐‑Todo el mundo esta cálido y difuso acerca de cómo el mal a sido derrotado y el sol sale de nuevo, y es por la mañana en Estados Unidos o lo que sea, y yo no sé ustedes, pero yo no creo que estos idiotas hagan una mierda por mejorar la vida de nadie. Ellos quieren a la gente de su lado. Toda esta nueva construcción y pintura y Botox arquitectónico. . . es sólo humo. Son a los vampiros los que quieren. Y es a los vampiros a los que tienen.-‐‑ Era una observación sorprendentemente precisa, viniendo de Mónica, incluso Shane olvidó a Channing durante el tiempo suficiente para mirar. Channing evidentemente perdió el interés, ya que Shane no seguía horrorizado. El perro olfateó la alfombra, y luego fue trotando a picar migas de comida en una miniatura de cuenco de color rosa que estaba decorado con una corona de joyas. -‐‑¿Qué quieren de mí? -‐‑Mónica les preguntó. –Porque ustedes saben que yo no voy a arriesgarme a ser detenida ni nada. No por ustedes dos, por el amor de Dios. Eso sería épicamente patético.-‐‑ -‐‑En primer lugar, necesitamos un paseo, -‐‑dijo Shane. -‐‑A nuestra casa. ¿Puedes manejar eso, Princesa Criticona? -‐‑ Ella le hizo un gesto levantando el dedo índice y terminó su whisky, y Claire se estremeció. Eso fueron dos tragos de whisky que ella había presenciado, y de la forma en que Mónica se movía, bastante tambaleante en sus zapatos de tacón alto, sin duda tenía líquido suficiente que no había manera de que estuviera sobria. -‐‑Voy a conducir, -‐‑dijo. -‐‑Oh diablos no lo harás, -‐‑dijo Mónica, y agarró las llaves en un anillo de piedras preciosas de color rosa, desde la mesa de café, que por supuesto era blanca, con arabescos de color rosa. -‐‑Nadie conduce mi coche más que yo.-‐‑ -‐‑Tal vez deberías no tratar de conducir con la pistola en la otra mano, -‐‑dijo Shane. Mónica se miró los dedos de la mano derecha, aún apretaba la pistola de cartera, ella parecía ligeramente sorprendida. Se encogió de hombros y la puso al lado del bourbon. Claire tuvo una visión repentina, tristemente hilarante de Mónica en treinta años, hinchada, floja, borracha y armada, sentada en este apartamento todavía rosa. Mientras que Mónica se centró borracha en poner la pistola abajo, Claire cogió las llaves de sus dedos. Shane se levantó y se movió al mismo tiempo, y cuando Mónica intentó a tientas recoger el arma de nuevo, la deslizó fuera de su alcance. Ella intentó darle un puñetazo, pero él se agachó y se deslizo con gracia, evitándola tan fácilmente como respirar. -‐‑No vas a conducir, -‐‑dijo Claire. -‐‑Pero gracias por el coche, y puedes venir con nosotros, porque no quiero que llames a la policía para decir que nosotros te hemos robado tu coche.-‐‑ Mónica hizo un mohín. Era bastante obvio que era lo que hubiera hecho
inmediatamente devolviéndolos a la parte superior de su lista de tareas pendientes. –Devuélveme mi arma.-‐‑ -‐‑Obviamente eso es un no, -‐‑dijo Shane. -‐‑¡Es una reliquia! -‐‑Él le dio una mirada. -‐‑Bien,-‐‑dijo ella. -‐‑Pero esto no ha terminado. -‐‑Nunca lo es contigo, -‐‑dijo el. -‐‑Eso sí, no crees problemas y todos nos llevaremos bien. Claire sinceramente lo dudaba, pero abrió la puerta de el apartamento de Mónica y comprobó fuera. No había rastro de la patrulla de la policía, que se habían marchado a otra zona. -‐‑Date prisa, -‐‑dijo, y abrió la marcha. Shane mantuvo a Mónica delante de él, con una mano agarrando su brazo fuertemente para mantenerla estable en esos tacones y un medio para asegurar que no iba a provocar el infierno. Pero ella se mantuvo en silencio y se metió en el asiento del copiloto mientras Claire se puso de el lado del conductor. -‐‑¿Qué?-‐‑preguntó, cuando Shane se quedó en la puerta, frunciendo el ceño. -‐‑¿En serio? No vas a ir de escopeta en mi coche, perdedor.-‐‑ -‐‑Al menos puedo conseguir una llave de estrangulamiento más fácil desde aquí -‐‑ dijo mientras se ponía en la parte posterior. –Forros de plata.-‐‑ -‐‑Tócame y morirás. Y no lo rayes, -‐‑dijo Mónica, y apuntó con el dedo índice rígido a Claire. Detrás sus ojos eran brillantes con bourbon y malicia. -‐‑Te voy a cortar dos veces por cada abolladura.-‐‑ Después de haber conducido a la bestia, el coche de Shane, se trataba de un pedazo de pastel, de verdad, transmisión automática, dirección suave, elegante interior de cuero. Claire había estado a punto de odiar el coche de Mónica, pero . . así, se sentía muy bien. Tal vez no era tan malo ser rico, si se podía evitar ser una perra a la vez. Hizo a Mónica gritar un poco al pasar demasiado cerca de un latón de basura oxidado, pero ella logró esquivarlo por centímetros, girando por fuera de el estacionamiento hacía la calle principal. Era arriesgado, estar dando vueltas en este coche abierto (Mónica por supuesto tenía un convertible), pero no tuvieron tiempo de poner la parte superior, y cualquiera que conociera a Mónica sabría que nunca se lo puso de todos modos, a menos que lloviera. ¿Qué es lo que rara vez hacía, en Morganville?. De hecho, la noche era clara y fresca y llena de estrellas, de muchas estrellas brillantes por encima en el cielo negro y frío que parecía extrañamente irreal. La luna estaba medio llena, pero todavía arrojaba una luz que enfocaba ferozmente, dando bordes, esquinas agudas y sombras de su propia densidad. Sintió un hormigueo en la piel expuesta de Claire como el mentol que su madre siempre le había puesto a ella cuando había tosido. La diferencia era que Morganville no olía medicinal, pero con polvo, con un nota curiosa de la madera en bruto. Ella sentía un olor como de quemaduras, y tuvo un momento extraño al pensar que la luz del sol adorada con tanta fuerza por los de la Fundación del Sol provocó se sequen en cáscaras resecas, al ser impactados por los constantes vientos del desierto. No fue un largo viaje a la Casa de Cristal, pero la ansiedad continuó latiendo en su pecho como un animal tratando de clavarle su con garra libre. Ella esperaba ver el coche fúnebre de Eve, ella siempre se detiene delante o al lado, pero en su lugar vio a un par de camiones destartalados que bordeaban la calle en frente de la casa, eso nunca era una buena señal. Ella giró la rueda duro y envió el convertible de Mónica chillando en una fuerte derecha, hacía el camino de grava de la casa.
Mónica gritó al oír el sonido de las rocas arrojadas por los neumáticos sobre el chasis con sonidos de pings vidriosos. -‐‑¡Oye!, -‐‑dijo, y miró como Claire pisó el freno con fuerza, llevándoles a deslizarse hasta frenar. -‐‑¿Dónde aprendiste a conducir, monstruo? -‐‑ -‐‑Escuela de conducción demolición de Myrnin,-‐‑dijo Shane, que no era cierto, pero era divertido, y Claire no lo corrigió. -‐‑Bien, gracias por el paseo, no vamos a hacerlo de nuevo, y gracias por no haberme obligado a matarte.-‐‑ Se tiró del asiento trasero, en un movimiento rápido y manteniéndose a la sombra. Claire se preguntó por qué, pero entonces vio las figuras que se movían en la parte trasera de la casa. -‐‑¡Fuera!, -‐‑Mónica ordenó, y la obligó a salir porque comenzó a practicar escalada sobre el regazo de Claire antes de que pudiera moverse. -‐‑¡Sal fuera, fuera, estúpida! -‐‑Metió el coche en marcha atrás cuando Claire salió a toda prisa, y apenas Claire tuvo tiempo de cerrar la puerta, Mónica piso el acelerador y envió el coche disparado hacia atrás por el camino. Dejó algunos rasguños en la calle mientras tocó fondo, y el destello de chispas era bastante notable, pero Claire suponía que no todas las abolladuras las hizo ella en teoría , fue por la ventana, mientras que Mónica estaba conduciendo. -‐‑¿Qué demonios está pasando aquí?-‐‑Preguntó Shane, cuando el sonido de el convertible de Mónica desapareció. -‐‑Porque creo que tenías razón que se trata de algo.-‐‑ -‐‑No lo sé, -‐‑dijo. -‐‑Pero la casa estaba tratando de llegar a mi, realmente angustiada. No puedo creer que no lo sientas.-‐‑ -‐‑A mi no me gusta. Nunca lo hizo. Creo que siempre pensó que yo era un problema para Michael, y sabes que esa casa tiene muy buen ojo para la gente, porque estaba totalmente cuando llegué aquí, ¿no estaba? Por lo tanto, ¿la puerta de atrás o la de el frente? -‐‑ -‐‑Vi a quienquiera que sea a la vuelta, -‐‑dijo. –Por el frente tiene más sentido.-‐‑ -‐‑No tiene sentido ser sutil, Shane estuvo de acuerdo y le dio una breve, sonrisa loca antes de correr hacia la puerta principal. Ella se encontró con el mientras él se preparaba para un saque de puerta para reventarla. Ella logró detenerlo, se llevo un dedo a los labios, y luego tomó la llave del bolsillo. Silenciosamente abrió la puerta y entro dentro. Shane estaba decepcionado de que no pudo hacer una gran entrada, por supuesto, pero se deslizó detrás de ella y la cerró y volvió a bloquear la puerta. Nada parecía mal en el pasillo principal, y ella dio un par de pasos hacia delante para mirar en el salón principal. Nada allí, tampoco. Los extintores seguían exactamente donde ella los había dejado, y no vio nada que indicara que tenían o había entrado un intruso. Pero ella la sintió, anudado y enredado en sus entrañas. La casa estaba enojada, violada y con miedo, y la necesitaba. Ella no sabía por qué. O lo que espera que ella haga. -‐‑Claire, -‐‑susurró Shane, e hizo una serie de gestos con las manos que se sorprendió que ella realmente entendiera, le estaba diciendo que se fuera al final del pasillo, las escaleras y viera la habitación oculta. Estaba en lo cierto, también, era, en muchos sentidos, el corazón de la casa, y si algo estaba pasando, probablemente estaba sucediendo allí. Ella le hizo una señal a él y levantó las cejas en cuestión. Señaló a la cocina, y luego hizo otro de esos completamente misteriosos gestos que de alguna manera tenían
sentido para ella, como si compartieran algún libro de jugadas invisible. Iba a recuperar las armas ocultas de la despensa. Ella le dio un pulgar hacia arriba y se dirigió por el pasillo. El salón no se veía perturbado, tampoco. Se quedó en silencio, completamente en silencio, y ella sintió erizarse su piel como carne de gallina al ver lo misterioso que parecía. . . como si toda la casa estuviera conteniendo la respiración. Las escaleras crujieron siempre si no tenias cuidado, pero ella sabía cómo conseguir eludirlo. Equilibró su peso cuidadosamente en la puntas de sus pies mientras permanecía en el lado izquierdo, cerca de la pared. Sólo hubo un ligero gemido de madera en la parte superior, y se quedo inmóvil, escuchando cualquier cambio, pero no oyó nada. El pasillo con sus habitaciones se extendían delante de ella, y estaba casi en el centro, en dirección a la puerta oculta, cuando la criatura salió del cuarto de baño, a la derecha en su camino. Su cerebro informó, criatura, ya que no se le ocurrió nada para que coincidiera con lo que estaba viendo, en posición vertical, bípeda como un hombre, pero mal, proporcionado de manera extraña. Los brazos eran demasiado largo, la cara demasiado fuerte y toda la forma equivocada, como si los huesos estuvieran rotos debajo de la piel. Una extraña musculosa espalda encorvada hacia delante bajo la camiseta blanca que llevaba con esfuerzo. Nunca había imaginado que un monstruo en su casa estaría usando pantalones vaqueros y zapatillas de deporte Nike, tampoco. Lo peor de todo, sin embargo, la peor, fueron los ojos, brillantes ojos de color ácido amarillo entornados, con las pupilas rasgadas, las manos, de ellas brotaron las garras que parecían lo suficientemente grandes y aterradoras para hacer que Lobezno se sintiera inadecuado. Luego abrió su boca y gruñó, y todo lo demás se desvaneció en la insignificancia al lado de las hileras de dientes brillantes y afilados. Claire se tambaleó hacia atrás y se volvió a correr, pero había otra que salía del dormitorio de Michael y Eve, bloqueando su escape. Esta parecía más pequeña, pero aún así el doble de su tamaño, y de alguna manera también se veía mujer probablemente porque llevaba un vestido, un vestido amarillo veraniego brillante, y ¿por qué querría un monstruo llevar un vestido, de todos modos? No tenía ningún sentido. . . Y mientras observaba, se retorció y se retorció y cambió, y ella sintió que su estómago se rebelaba cuando la criatura gruñó y se arrancó la ropa. Ella la inmovilizó con sus brillantes y alienígenas, ojos, locos que procedían directamente del infierno. ¿Qué fue lo Shane había dicho? Perros del Infierno. Todavía estaban cambiando, pero estaban buscando más como perros todo el tiempo. Su cerebro estaba balbuceando, porque era incapaz de encontrar una sola cosa útil que decir sobre esta situación. Estaba atrapada entre dos cosas que parecían que habían escapado de las bóvedas de monstruos, y ellos se acercaban, atrapándola entre ellos. Y luego la estaban olfateando. Ella levantó las manos por encima de su cabeza y se agachó convirtiéndose en una bola por instinto, no por estrategia y lo siguiente que se dio cuenta fue que estaban sobre ella, teniendo grandes respiraciones ruidosas, por su nariz. Eso era
alarmante y grave y de alguna manera aterradora de nuevo, porque parecía tan mal. Podía olerlos ahora, un tipo de mezcla repugnante de almizcle animal y el tipo de aerosol del cuerpo que se supone que sirve para el rastreo de el sexo opuesto sobre ti. Fue una combinación vil, y se encontró con un poco de náuseas , pero en silencio, porque no podía soportar tanto ni para gritar. Algún instinto había encerrado su voz baja apretada. Quédate tranquila, quédate pequeña, cierra los ojos y haz que todo desaparezca. Y, sorprendentemente, lo hizo. El resoplido fuerte se detuvo, y cuando se atrevió a levantar la vista, vio que las dos cosas se habían separado de ella y se alejaban por el pasillo, en cuatro patas ahora. El pasillo estaba lleno de ralladuras, ropa desecha. Ellos se detuvieron, olisqueando las paredes, y luego se deslizaron en la habitación de Shane como fantasmas. Claire dejó escapar un suspiro repentino y explosivo, se puso de pie, y luchó muy fuerte contra el impulso que quería que corriera hacia las escaleras y saliera pitando fuera de la casa, lejos de estas cosas, antes de que fuera demasiado tarde. En cambio, ella corrió hacia adelante, su visión fija en el lugar de la madera que necesitaba presionar para abrir la puerta secreta. Ella lo golpeó y corrió dentro cuando el panel suspiró abriendo, tirando de él lo cerró con un golpe duro sólo cuando vio el primer destello de los ojos amarillos en las sombras de la habitación de Shane girando su camino. Corrió por las escaleras, con el corazón palpitando duro, y se detuvo sólo cuando había llegado a la cima y entró en la guarida secreta, el dormitorio de Miranda. No era Miranda, pero había alguien tumbado en el sofá. Fue Amelie, y ella estaba vestida de rojo, un rojo opaco que parecía completamente equivocado para ella, y su piel era de alabastro blanco, y todo lo que podía pensar Claire en un principio era ¿por qué llevaba puesto ese color? antes de darse cuenta de que no era un color en absoluto. Era sangre, empapando su vestido blanco rallado. Los ojos de Amelie se abrieron, cornalina de color rojo para que coincida con su vestido con sangre, y ella dijo: -‐‑Hay que huir, Claire. Tu no me puedes ayudar. Si te vas ahora, te ignorarán. No eres la presa que están rastreando. -‐‑ -‐‑¿Qué pasó?-‐‑Preguntó Claire, y se acercó. Amelie con su blanca mano frágil, y temblorosa, le hizo señas para que se detuviera, y Claire obedeció, cuando un vampiro había perdido tanta sangre lo mejor era mantenerse alejado que probablemente era una buena idea escuchar. -‐‑¿Que son esas cosas? -‐‑ Pero ella sabía. Se acordó de Hannah, y el que mordió en el brazo de Shane, y se sentía como la gravedad invertida debajo de sus pies. -‐‑Ellos no son cosas, -‐‑dijo Amelie. -‐‑Son seres humanos, modificados para rastrear vampiros, nos acosan hasta que estemos demasiado débiles para luchar o huir. Son perros fieles de Fallon, sin voluntad propia. Pero no te harán daño si te vas ahora. -‐‑ Ella sonaba alerta, pero terriblemente débil. Claire tragó saliva y se acercó más. -‐‑ ¿No me escuchas? Deja, Claire. No me van a matar. Ellos van a guardar ese honor a su señor.-‐‑ -‐‑No puedo. ¡No puedo salir! -‐‑ -‐‑Cometí un terrible error, susurró Amelie. Cerró la los ojos de nuevo, y su mano bajó de nuevo a su pecho. –Pensé…., pensé que podía razonar con él. Él era uno de los míos, una vez. Uno de nosotros. Nunca creí que pudiera volverse contra nosotros tan a fondo. Mi insensatez, Claire, sólo mía. He traído esto sobre nosotros. Si lo hubiera matado cuando tuve la oportunidad. . . -‐‑
-‐‑¿Cómo puedo detenerlos?-‐‑Preguntó Claire, y se agarró de la mano de Amelie ahora, apretándola para llamar su atención. Los ojos de Amelie parpadearon y los abrió de nuevo, pero miró hacia arriba, evitando los suyos. -‐‑¡Amelie! ¡Usted no puede darse por vencida, dígame lo que puedo hacer! -‐‑ -‐‑Puedes hacer una sola cosa, -‐‑dijo Amelie, y de repente Claire no estaba sosteniendo la mano de Amelie. . . Amelie estaba sosteniendo la de ella, en un agarre irrompible. -‐‑Puedes ayudar a Myrnin. No hagas nada por mí, ¿entiendes? Deja que me tengan. No me van a matar, como ya he dicho. Pero debes hacerte a un lado o ellos te rasgará para a través de usted llegar a mí. -‐‑ Volvió la cabeza, sólo un poco, como si estuviera escuchando. Claire no escuchó nada, pero sintió algo en su interior, algo cambió, un dolor que iba más allá de cualquier sentido físico. La casa la estaba lastimando. Y la puerta oculta estaba siendo rallada bajo el ataque de las seis pulgadas de garras. -‐‑Quiero ayudar, -‐‑dijo Claire. -‐‑Por favor.-‐‑ -‐‑No hay otra salida de esta habitación. Los Portales de Myrnin se rompieron, y la única manera de salir ahora es a través de las criaturas inferiores. No me puedes ayudar. Lo único que puedes hacer es salir, y quiero que puedas escapar, Claire. Quiero que te vayas. Reúne a tus amigos y a los que amas. Deja la Casa de Cristal, y no vuelvas nunca más. Deja Morganville. Vete. Mi causa está perdida, y es una causa que nunca podrías entender en cualquier caso. -‐‑Amelie intentó sonreír. No se veía bien. -‐‑Nunca olvides que yo soy el monstruo.-‐‑ -‐‑No puedo dejarte aquí para morir, Amelie. No…-‐‑Ella tragó saliva. -‐‑Usted no es el monstruo.-‐‑ Amelie la estudió directamente durante unos segundos, y el poder, el hambre y la fuerza de la mujer detrás de esa mirada hizo a Claire sentirse mareada. Era como mirar a la historia de alguna manera. . . historia de cientos de años de profundidad. -‐‑Eres tan joven,-‐‑Amelie dijo. -‐‑Y tan terca. Te ha servido bien, pero no te va a servir ahora. Hay una cosa que puedes hacer por mí, entonces. Un último servicio que puedes realizar.-‐‑ Claire asintió. Tenía miedo, pero no tenía miedo de Amelie, en realidad. Ella tenía miedo de lo que pasaría cuando Amelie se hubiera ido. Cuando no hubiera nada para detener a Fallon. -‐‑No te muevas, -‐‑dijo Amelie, y tiró de la muñeca de Claire hacía sus labios. El dolor de sus colmillos al entrar fue breve, y Claire sintió una inestabilidad constante afianzarse, una especie de irrealidad, susurrando el desmayo que la hizo necesario caer de rodillas al lado de el sofá. No trató de alejarse, no había ninguna razón. Amelie bebería todo lo que quería, y tal vez eso sería todo, o tal vez no. Pero de cualquier manera, nada podía hacer Claire, no cambiaría el resultado. Ser mordida por Amelie no era como la mordida de uno de los otros que había sobrevivido antes. Fue sorprendentemente fácil de alguna manera, como si la mordedura de Amelie inyectara algún tipo de Valium junto con ella. Se sentía tranquila, lo cual era muy extraño, ella debía de haberse sentido horrorizada, o enojada, o nada en absoluto, excepto estúpidamente relajada. Se prolongó durante un largo rato, y luego Amelie la dejó ir con un suave suspiro, y la paz que había sido eco a través de la cabeza de Claire se evaporó como el hielo bajo el sol del desierto y el pánico se inició de nuevo, duro y muy real. Estaba débil y agotada, y la cabeza le daba vueltas, y cuando ella trató de levantarse no podía.
Todo lo que podía hacer era alejarse lentamente, arrastrándose con las manos hasta que ella puso una respetable distancia entre ella y la reina vestida de sangre que yacía en el sofá. Amelie se sentó. Gotas de sangre corrían por sus brazos como franjas rojas, y ella se veía con el ceño fruncido, y luego se sintió como un sonido hueco que provenía de la puerta de abajo. No fue abajo, todavía no, pero habían garras a través de la madera y el metal de detrás. -‐‑Limpie mi sangre de sus manos, -‐‑dijo Claire. -‐‑Ellos van a olerlo en ti, y eso sería una cosa peligrosa. Cuando hayan venido por mí, baja las escaleras. Busca a Shane y se van. Prométeme que vas a hacer esto. -‐‑ -‐‑¿Qué va a pasar?-‐‑ -‐‑Ellos me harán daño, -‐‑dijo Amelie rotundamente. -‐‑Voy a luchar contra ellos, pero me van a tomar. No interfiera. Usted no me puede salvar. Le doy las gracias por el don de la sangre, Claire, y voy a cumplirlo. Pero usted debe honrarme así ahora.-‐‑ Llegó a Claire en un destello cegador que había una posibilidad en la que Amelie no había pensado, una peligrosa. Potencialmente fatal. Pero tal vez, sólo tal vez, una que podría funcionar. -‐‑¿Si usted sale de aquí, se puede ocultar? -‐‑Claire le preguntó. ¿Hay un lugar al que pueda ir? -‐‑ -‐‑Morley me ha prometido la seguridad en la ciudad de Blacke, si puedo llegar a las fronteras de Morganville, -‐‑dijo Amelie. -‐‑A partir de ahí, tal vez podemos encontrar una manera de atacar a Fallon. Pero no es de ninguna utilidad especular. Nunca dejaré este ático, salvo en sus manos. -‐‑ Esto, Claire pensó, iba a requerir de dos cosas: precisión en el tiempo y un montón de suerte. La casa estaba de su lado, aunque, podía sentirla esperando ansiosamente cualquier ocasión para ayudar. Y Shane estaría armado y peligroso y en busca de ella, muy pronto. Oyó el chillido de deformación metálica siendo destrozado, y esperó unos segundos, mirando a Amelie. Ella no podía escuchar a estas criaturas, ya que se movían como fantasmas, pero en su visión periférica vio a uno de ellos en la escalera. Cuando llegó a arriba, vio la falta de definición de la segunda cerca, detrás de él. -‐‑Lo siento, -‐‑dijo Claire. -‐‑No voy a renunciar a ti por el momento.-‐‑ Corrió hacia adelante, y antes de que Amelie pudiera detenerla, envolvió a la Fundadora de Morganville en un abrazo. Era extraño y nauseabundo. La sangre del vestido de Amelie se pegaba húmedamente entre ellas, manchando a Claire, y debajo de las prendas de vestir la vampiro se sentía como una estatua de mármol frío, con rigidez inflexible. Duró sólo unos segundos, y luego una descarga de Amelie, empujó a Claire hacia atrás. -‐‑¿Qué estás haciendo?-‐‑Preguntó ella, pero no hubo tiempo de explicar, ya que los perros del infierno venían, Claire se echó hacia un lado, en el sofá, derribando la lámpara, y saltó la barandilla baja de aterrizando torpemente unos pasos a continuación. Ella perdió el equilibrio y cayó, rodando el resto del trayecto, logró detenerse justo antes de que ella rodara en un lío metal dentado desagradable que solía ser es el panel oculto de la puerta. Claire empujó fuera del camino, jadeando por el miedo y la adrenalina, y vio a uno de los monstruos saltar por detrás de ella en las escaleras. Olió el aire, y los ojos amarillos se ampliaron, fijos directamente sobre ella, y adquirió un brillo profano ya que abrió su boca para gruñir.
Luego dejó escapar un alarido que helaba los huesos, y Claire no esperó a ver si iba a darle caza. Ella acababa de salir detrás de Amelie, y salió corriendo.
SIETE Estaba a medio camino de las escaleras cuando la criatura salió a la puerta, siguió dando aquel misterioso, aullido gimiendo, y Claire se mantuvo el resto del camino a la carrera. No podía permitir que la atrapara. Fue siguiendo el olor de la sangre de Amelie en ella, y la trataría como a un vampiro, la haría trizas, suponiendo Que ella iba a sanar. Pero ella no lo haría, por supuesto. Si la atrapaba, todo había terminado. Su riesgo calculado habría fracasado. Ella había pensado que si Amelie tenía que tratar con sólo una de esas cosas, puede que fuera capaz de luchar a su manera y ser libre. Esa fue la teoría de Claire, de todos modos. Esperaba que no acabara sacrificándose a si misma por nada. -‐‑¡Shane!-‐‑Claire gritó cuando llegó a las escaleras y comenzó a correr por ellas. No sentía los rasguños y contusiones y distensiones musculares que estaba segura que había ganado con la primera caída por las escaleras de la habitación oculta. Pagaría por ello más adelante, pero por ahora el pánico fue anulando todas las respuestas normales. Nada estaba roto, por lo menos, todavía podía poner su peso por igual en ambas piernas. Eso fue lo único que importaba. Shane estaba en el fondo de las escaleras, de pie allí con el bolso pesado de armas, mirando hacia ella. Él no se movía. Miró. . . impar. -‐‑¡Shane!-‐‑gritó de nuevo, y miró por encima del hombro. Ella vio al monstruo próximo, a la vista, con los ojos amarillos y brillantes garras y su ridículo vestido de verano -‐‑¡Shane, necesito un arma! -‐‑Ni siquiera le importaba lo que fuera, no todavía. No había tiempo para ser científica en este momento. Pero Shane no se movía. No. Ahora el, dejo caer la bolsa con un golpe en el suelo de madera. Algo le estaba sucediendo a él. Sus ojos. . . Él estaba cambiando. No. Se había olvidado por los acontecimientos, de el efecto que podría ser para el si se encontraba cara a cara con un vampiro. . . . . . o alguien que olía como tal. Cerró los ojos y cuando los abrió, brillaba en amarillo ácido, con sus pupilas retraídas en ranuras verticales. Las garras irrumpieron sangrientas de sus dedos, como una versión de pesadilla de un superhéroe, pero en lo que el se estaba convirtiendo era algo más, algo mucho peor, y el aullido que salió de su garganta no era más que la rabia y la furia animal. Claire gritó de nuevo, un grito a pleno pulmón lleno de angustia, rabia, furia y el miedo, e hizo lo único que podía hacer, ella corrió hacia abajo, tratando de conseguir ir más allá de él antes de que él estuviera completamente cambiado. Habían conseguido a Shane. Lo que era aún peor era que él estaba cerca, era rápido, y ella sólo tenía una oportunidad muy pequeña de evadirlo. Lo único a su favor era que el cambio había empezado en él, y todavía estaba confuso y dolorido. No tenía más remedio que tratar de hacerle reaccionar. -‐‑Por favor,-‐‑susurró. Hubo lágrimas de puro terror en su ojos y angustia, porque incluso ahora ella no podía dejar de sentir horror ante lo que le estaba sucediendo a él, por el dolor que estaba sintiendo. -‐‑Por favor, Shane, soy yo. Es Claire.
Él estaba cambiando rápido, y no había nada de Shane en sus ojos, sólo puro instinto y rabia. Su ropa obstaculizó su cambió, pero eso no iba a durar mucho tiempo, y con sus garras estaba rasgando el tejido duro de los vaqueros para destrozarlo. Claire respiró profundamente, se agarró a la barandilla con ambas manos y saltó, de la forma en que había visto a Shane hacerlo un millón de veces. Ella aterrizó de rebote en la butaca de Michael y fue lanzada media docena de metros en el aire, para llegar a un torpe, y tropezado aterrizaje todavía en pie delante de la TV a oscuras. Shane gritó detrás de ella, y cuando ella miró hacia atrás vio que él fue casi completamente un perro del infierno ahora, los músculos y el agrupamiento cambio y se impulsaba a cuatro patas. Su cuerpo no parecía ya humano. Ella vio todo en un apuro, porque entonces él estaba sobre ella, saltando la distancia al chocar contra su pecho. De alguna manera pudo colocar las manos entre ellos, presionando contra la piel, no, no más piel, era una piel dura y áspera contra sus dedos, la boca de Shane abierta y los dientes, los dientes eran afilados y sin fin, y ella sabía que iba a morir. Y cerró los ojos para no ver lo que se veía venir. Él hizo un sonido que resonó en su interior, un agudo gemido de dolor y angustia. Ella sintió el calor de su aliento en bruto en su cuello y se obligó a abrir los ojos de nuevo y mirar recto hacía el. -‐‑Soy yo, -‐‑susurró. -‐‑Shane. Soy yo.-‐‑ Él gruñó, pero se convirtió en un gemido de nuevo, y luego su cuerpo se tensó y pensó: Esto es todo, es el fin. Ella había arriesgado su vida, y esta vez, finalmente, había perdido en el juego de azar. No tenía miedo exactamente, el choque ya se había hecho cargo de protegerla de eso. Pero ella estaba triste. Triste por que iba a ser Shane, de todas las personas. Triste porque esto sería otra cosa con la que tendría que vivir, después de todas las pérdidas que había sufrido en su vida. Ella sintió que su cuerpo se movía, y le tomó un segundo para darse cuenta de que no estaba lanzándose hacia ella. Lejos, chocando con el segundo perro del infierno que saltó por ella desde las escaleras. Se enredaron en un gruñido, rozando un montón en el suelo, junto a el sofá. Ella no esperó a ver quién ganó, contra todos sus instintos, toda la programación que se estaba ejecutando a través de sus venas, Shane le había dado una oportunidad, y eso era todo lo que podía pedir. Tenía que mantenerse en movimiento, no importaba como, y alejarlos de Amelie si podía. La casa estaba realmente de su lado, ya que cuando ella se lanzó a través de la puerta de la cocina, un chorro de agua salió fuera del fregadero como si una tubería se hubiera roto, y la golpeó de lleno en la cara y el pecho, empapándola y quitándole la mayor parte de la sangre de Amelie. Ella se detuvo un segundo para frotar frenéticamente su piel, y luego cuando el agua se cortó, agarró una de las amadas granadas extintores de Shane. Y armada fue hasta la puerta de la cocina, Shane y el otro perro se abrieron paso. Ella les tiró directamente a ellos la granada mientras abría la puerta de atrás, que cayó al suelo justo delante de los pies de Shane, y luego estalló en una nube asfixiante de polvo blanco que brillaba y se elevaba en el aire. Se hizo una gran distracción, que ella aprovechó para moverse, rápido, del patio a la calle.
Las luces de los postes estaban todas, en reluciente oro, consideró ir corriendo a la casa de un vecino para pedir ayuda, pero no sabía, en su caso, si podía confiar en sus vecinos nunca más. (No es que ellos hubieran sido dignos de confianza, en primer lugar, la verdad.) El coche musculoso de Shane debía de haber sido escondido en algún lugar de la casa de Jenna, pero ella no le había preguntado dónde encontrarlo, y no tenía tiempo para jugar al escondite y buscar, no esta noche. La policía estaba buscándola, y ahora tenía a lo que fuera, ¿perros del infierno? ¿hombres lobo?: -‐‑ sobre su rastro. A pesar de que no la habían seguido afuera. Todavía no. La solución de enjuagarse rápido parecía haber hecho su trabajo, junto con la bomba de polvo, debía de haberlos confundido, y tal vez destruido su sentido del olfato temporalmente. Claire acababa de elegir una dirección, en última instancia, y echó a correr. Ella se quedó en los limites de las farolas, observando de nuevo, manteniéndose atenta a las patrullas de la policía, pero parecía lo suficientemente tranquilo. Demasiado tranquilo, tal vez. El silencio se rompió por el sonido ascendente de las sirenas de policía, y ella se tomó un respiro bienvenido escondiéndose detrás de un seto cuando tres coches surcaron, con las luces intermitentes de color rojo y azul que pintan el mundo en colores primarios antes de que se hundiera de nuevo en tonos de gris. Se dirigían hacia la Casa de Cristal, pensó. Dudaba que Amelie hubiera marcado el 911, pero tal vez uno de los vecinos se había alarmado demasiado para hacer caso omiso de toda la extrañeza. Morganville era, después de todo, una ciudad respetuosa de la ley ahora. O tal vez alguien la hubiera visto a ella y la hubiera reconocido como “La más Buscada de Morganville”. Eso no sería tan bueno. Claire bajó desde los arbustos de nuevo. Ella estaba temblando ahora, ya que el agua con que se había empapado se estaba secando poco a poco en el aire del desierto frío, y a pesar de la carrera, estaba consiguiendo relajarse aquí, rápido. Normalmente habría corrido al laboratorio de Myrnin, pero ir sólo la habría expuesto a más peligro. Sin embargo, ella ansiaba la comodidad de un lugar familiar, incluso si no era prudente. O espeluznante. El más conocido fue siempre mejor que lo desconocido. Basta, se dijo con severidad-‐‑. Eres una científica, ¿no? Deja de tener miedo a lo desconocido. Eso la tranquilizó. La ciencia la había ayudado a pensar en contaminarse a sí misma con la sangre de Amelie para atraer a los atacantes, y la ciencia la había ayudado a recordar las granadas extintores. Lo desconocido no estaba lleno de terror, estaba lleno de ventajas por descubrir. Es mejor correr hacia algo que huir de algo. La Casa de Cristal estaba en peligro mortal ahora, si Amelie consiguió aprovechar la confusión y salir de allí, escapando a la pequeña ciudad de Blacke, no había manera de que Fallon fuera a permitir que las Casas Fundadoras se quedaran en pie. Él haría destruir los últimos refugios de Amelie, y su casa. Claire sabía que no podía defenderla con sólo quedarse y luchar por ella, era defensiva y lo que se necesitaba ahora era ofensiva. Necesitaba llegar a Fallon. Tenía que parar esto por Shane, por Michael, para la seguridad de la Casa de Cristal. Además, ella no estaba sola si corría hacia el centro del peligro. . . Debido a que Eve ya estaba allí. Claire se mantuvo en las sombras en el camino a la entrada del pueblo. Recordó
la forma, por lo menos, y nada más que el caminar constante que había hecho en el MIT durante las últimas semanas la habían preparado para las distancias relativamente cortas de senderismo de Morganville. No había ningún problema que acechara en la oscuridad en estos días, no habían vampiros listos para atacar por lo menos. A pesar de que no tenía idea de dónde estaba Myrnin ahora, o si Amelie había logrado realmente luchar su camino y ser libre de la Casa de Cristal. Si lo hubiera hecho, entonces Shane sería. . . Estaría cazando a Amelie. Ese pensamiento aplastó su corazón. Shane siempre, en el fondo, odiaba a los vampiros, habría firmado voluntariamente hasta encontrar la forma de arrancar a Morganville de sus garras cuando había estado con la tripulación de su padre. Pero Claire pensó que había llegado a aceptarlos, un poco, particularmente a Michael. Tener a tu mejor amigo creciéndole los colmillos estaba garantizado que provocara una reevaluación seria de sus prejuicios. Pero parecía como si el odio siempre se había lanzado sobre él, no era algo que él había elegido para sí mismo y esto no fue diferente. No quería ver a Shane así, perdido ante la sed de sangre, la rabia y la violencia. Era mejor que eso. Todos ellos eran mejor que eso. Claire se detuvo en una pequeña fuente de agua descuidada en uno de los pocos parques a lo largo de el camino, y se lavó de nuevo, tratando de eliminar cualquier rastro de sangre de Amelie fuera de ella. No estaba segura de lo bueno que serían los sentidos de Shane fuera, pero ella sospechaba que cuando Fallon creó los perros de caza, él hizo un trabajo de expertos con ellos. Y por mucho que ella quería estar con Shane, ella no quería volver a verlo así de nuevo. El viento cortante frío se sentía mucho peor, una vez que había humedecido su ropa, y ella pensó sombríamente que estaba obligada a enfermar después de esto, si…ella sobrevivía. Lo peor que tuvo que soportar en el camino a la Fundación de la Luz, sin embargo, fue el frío, y un ataque de un par de plantas rodadoras errantes que como su nombre dice fueron directamente hacia ella, incluso cuando trató de evitarlas. Las diminutas rebabas sobre las plantas redondeadas hizo difícil hacer palanca para extraerlas de los vaqueros y dejaron lugares con comezón en sus dedos donde perforaron la piel. Las plantas rodadoras también tenían una tendencia a venir en grupos, por lo que tuvo que jugar a esquivarlas a través de la maleza con más frecuencia de la que a ella le gustaba. . . y luego vio el resplandor de un letrero de neón por delante cuando giró por la esquina. Esta parte de la ciudad todavía estaba en su mayoría en construcción, aunque los sitios yacían ahora en silencio, los trabajadores habían ido a casa dejando las herramientas abandonadas por la noche. Los olores de la madera nueva y el polvo mezclado, le hizo reprimir un estornudo cuando se detuvo en la intersección. A su izquierda, un letrero de neón de dos pisos brillaba naranja y amarillo. La imagen estilizada de la salida del sol, usada por los de la Fundación era igual a la del alfiler. Claire se movió con cuidado, pero no vio a nadie, una vez más. Habían algunos coches aún en el estacionamiento, y mientras se acercaba divisó el distintivo coche fúnebre negro de Eve con su elaborado cromo. En un primer momento, Claire sintió una oleada de alivio, porque significaba que Eve estaba todavía aquí, en algún lugar,. . . pero luego se dio cuenta de que si Fallon había decidido dejarla con los vampiros en el Centro Comercial, el difícilmente se hubiera tomado la molestia
de mover el coche todavía. Así que la presencia de la carroza realmente no significaba nada en absoluto, excepto que Eve había estacionado allí. No fue un indicador de dónde se encontraba. Claire tenía que entrar a buscarla, y encontrar una forma de llegar a Fallon. Las dudas se habían asentado en sus pasos, y ella estaba tratando de ignorarlos. Eve había venido aquí exactamente con la misma misión, detener a Fallon. ¿Hasta dónde se había metido? ¿Cómo puedo estar segura de que puedo hacerlo mejor? Deseó que Myrnin no se hubiera ido con Jenna. Lo necesitaba ahora, más que nunca. El primer paso-‐‑sólo el primero-‐‑era tratar de averiguar lo que estaba sucediendo dentro de la Fundación de la Luz. Si Eve seguía allí, tenía una aliada. Si no lo estaba, era un incentivo más para Claire encontrar a Fallon y terminar con esto de una vez por todas. Oyó un grito a lo lejos, largo y misterioso, y ella decidió. A veces, el lugar más seguro era justo en el corazón de el enemigo. La puerta de entrada era imposible; todavía había luces encendidas en el vestíbulo, y cuando ella se colocó en el ángulo correcto, pudo ver que un guardia de seguridad estaba sentado detrás del escritorio, donde la recepcionista había estado anteriormente. No había señales de Eve, o Fallon, para el caso. Claire dio la vuelta al edificio de al lado y se encontró las ventanas, todas bloqueadas. Las oficinas oscuras, sin embargo. Se preguntó acerca de las alarmas y se fue todo el camino alrededor del perímetro, por si acaso. Menos mal que lo hizo, porque se encontró con que una de las ventanas en la parte trasera había quedado abierta. No mucho, sólo un poco, pero lo suficiente como para asegurarle que no se alarmó. Encontró un pedazo oxidado de las barras de refuerzo en el suelo cercano y lo utilizó como palanca para subir la ventana. Debe de haber estado atascada, y por eso no había sido cerrada en primer lugar, y ella tenía miedo de romperla, pero finalmente se soltó y se deslizó hacia arriba. Incluso completamente abierta, no fue una gran apertura, y ella tuvo que deslizarse cuidadosamente. Sus caderas apenas rozaron al pasar, y ella cayo de cabeza en un área de almacenamiento con poca luz llena de bastidores de libros y botellas. Todo parecía aburridamente normal, en realidad. Allí no había nada siniestro en el papel higiénico y los aerosoles de limpieza, incluso los libros eran todos acerca de cómo hacerse una mejor persona. Esta fue la cara pública de la Fundación de la Luz. La cara privada era, por supuesto, ese Centro Comercial lúgubre y los vampiros en su llamado enclave, esperando ¿para qué? Extinción. Claire intentó abrir la puerta de el armario de suministros. Las puertas se abrían desde el interior-‐‑una medida de seguridad contra quedar encerrados, supuso, pero cuando trató de mover la manija exterior no se movió, así que encontró un pedazo de cinta adhesiva para asegura el bloqueo por lo que desistió. Ella y Eve podrían necesitar una manera rápida de salir. Esperemos que no, pero las personas inteligentes prevén cualquier contingencia a lo largo del camino. Los pasillos estaban silenciosos, tan normal y aburridos como el armario de suministros, estaba alfombrado, en blanco, salpicado de puertas y placas de madera indicadoras. Todavía olía a pintura fresca. Hannah Moisés tenía su propia oficina, y Claire sintió un cosquilleo de alarma cuando la vio, pero por suerte fue después de horas, la puerta estaba cerrada con llave, y no mostraba luces por debajo. ¿Cómo funcionaba, exactamente? ¿El jefe de la policía tenía que dividir su
tiempo entre trabajar para la ciudad y trabajar para Fallon, o era al menos sobre el papel-‐‑y más trabajando de forma voluntaria? Hannah no tenía otra opción, no más que las que tenía Shane, pero Claire supuso que Fallon querría hacer ver todo legal. Al menos por ahora. Estaba a medio camino del vestíbulo cuando oyó el sonido de voces. En la intersección de otro pasillo, giró a la derecha, siguiendo el sonido, porque una de las voces era la de Eve. Reconoció los tonos con facilidad, pero las palabras eran manchadas e indistinta. Sólo había una puerta en ese pasillo, y fue al final. Oficina de Fallon. Claire se acercó, tratando de escuchar lo que decían, pero sólo captó palabras al azar. El nombre de Michael fue mencionado, no fue una sorpresa, pero lo que le preocupaba era la forma en la Eve estaba hablando. Sonaba. . . relajada. Calmada. Casi con somnolencia. ¿Había hecho algo con ella? ¿Drogado? Ella estaba a unos tres pasos de la puerta cuando oyó la voz de Fallon muy claramente. Se había movido más cerca del otro lado, y dijo: -‐‑Sé que parece extraño, pero yo sí te admiro, ya sabes. Admiro su audacia al venir aquí. Admiro la fuerza de su convicción de que hay algo de el joven que has amado enterrado en el interior de el monstruo. Tal vez lo hay, porque es tan joven. Eso espero, por tu bien.-‐‑ -‐‑Tienes que dejarlo ir, -‐‑dijo Eve. -‐‑Te voy a matar si no lo haces.-‐‑ Las palabras eran feroces, pero no la voz. Sonaba casi al borde de un ataque de risa. -‐‑Me drogaron. Usted a puesto droga en mi agua. Eso fue cruel. -‐‑Yo no quería hacerle daño, Eva, -‐‑dijo. -‐‑Tú eres lo que yo soy luchando por la humanidad. Usted simplemente no puede aceptar la verdad. Eso no es tu culpa, pero es peligroso, tanto para usted como para mí. Usted y su amiga Claire, no son como los demás. Usted ve a los vampiros como seres humanos con un problema, pero eso está mal, muy mal. Nada de lo humano queda en ellos. -‐‑ -‐‑Todavía Michael es Michael.-‐‑ -‐‑Te equivocas en eso. Veo que no tengo más remedio que demostrártelo, Eve. Eres una joven notable, usted sabe, nunca había visto a nadie de pie tan firme en una relación con un vampiro antes. Me pone triste. También me da esperanza.-‐‑ Se oyó el sonido musical de una llamada de teléfono desde el escritorio entonces, Fallon contestó. No dijo mucho, pero lo que si dijo sonaba afilado y enojado. -‐‑¿Cómo? ¿Que incompetencia ha permitido que eso suceda? Sí, yo quiero hablar con ellos. Manténgalos allí. Estoy en camino. -‐‑Él colgó el teléfono y maldijo en algún lenguaje fluido que Claire no reconoció, pero estaba segura de que estaba maldiciendo, tenía ese tono. -‐‑¿Qué está pasando?-‐‑Le preguntó a Eve. Sonaba como si estuviera tratando de ponerse de pie, pero no lo lograba muy bien. -‐‑¿Michael? ¿Está Michael seguro? -‐‑ -‐‑Vamos a ir a verle, -‐‑dijo Fallon con gravedad. -‐‑Voy a hacerle algunas preguntas a él, y a todos lo demás.-‐‑ Había algo en esas palabras que advirtió a Claire a salir del camino, ella se dio la vuelta y corrió rápidamente por el pasillo a la intersección, hacía la derecha y se apretó contra la pared. Ella lo hizo con sólo un segundo que perder antes de oír el clic de la puerta de Fallon al abrirse y oyó a Eve decir, en esa vaga, voz de ensueño, -‐‑¿A dónde vamos?-‐‑
-‐‑A visitar al joven Michael, ¿recuerdas?, -‐‑Dijo Fallon. -‐‑Y le mostrare que él no es digno de su amor. Vamos, querida, vamos a tener que tomarla de el brazo, hay que ir. ¿Cómo te sientes? -‐‑ -‐‑Mareada, -‐‑dijo Eve. No sonaba bien. -‐‑¿He de beber? Realmente debo llegar a casa ahora. Es tarde. Claire va a preocuparse. Ella esta angustiada, ya sabes. Claire. Ella piensa demasiado. Piensa todo el tiempo. Me gustaría que algunas veces se dejara ir y ser. . . ya sabes. Soló ser.-‐‑ -‐‑Estoy segura de que está bien, -‐‑dijo Fallon, y Claire apretó los dientes. ¡Era un mentiroso!, había sabido exactamente lo que había sucedido con ella en la casa, conocido todo sobre el guardia muerto. Sabía que ella había sido detenida y llevada a la comisaría de policía. Probablemente sabía que había escapado, y que los perros infernales iban tras su pista. La cuestión era que no importaba cuántas drogas de violación le diera Fallon a Eve, ella no iba a superar su amor por Michael, y eso significaba que iba a estar en peligro aún más cuando se diera cuenta de eso. Claire oyó pasos y se preguntó si debía moverse, pero en realidad no había ningún lugar donde esconderse, la puerta detrás de ella estaba cerrada con llave, y si corría al armario de almacenamiento se notaría. Así que ella se quedo muy quieta, contuvo el aliento y escuchó como Fallon y Eve se abrieron paso por delante de ella hasta la esquina y luego giraron a la izquierda, hacia el vestíbulo. Lejos de ella. Eve estaba caminando por su cuenta, pero a duras penas, ella parecía inestable en sus botas de combate, y se aferró a Fallon para apoyarse. Parecía feliz con eso. Los ojos de Claire se estrecharon cuando vio que él había puesto su otro brazo alrededor de los hombros de Eve, como si tuviera derecho a hacer eso. Sin lugar a dudas, Fallon tenía intención de hacer algo contra Michael; él quería que Eve tuviera su corazón aplastado, su amor destruido. Y Claire no podía dejar que eso sucediera, pero no tenía ni idea de cómo detenerlo, tampoco. Cuando Fallon y Eve llegaron al vestíbulo, se dio cuenta de una cosa, Eve no tenía con ella su bolso, uno en forma de ataúd negro con tachuelas plateadas. Eve amaba esa bolso. Nunca lo habría dejado atrás, a menos que la hubieran drogado lo suficiente como para olvidarlo. Claire retrocedió y corrió lo más silenciosamente que pudo por el pasillo a la oficina de Fallon. El no había cerrado con llave la puerta, seguro de si mismo, ella rápidamente escaneó la habitación. Era grande, como ella había esperado; una placa de la Fundación de oro decoraba la pared de detrás del amplio escritorio de madera de Fallon. Toda la habitación estaba decorada en tonos dorados, naranjas y marrones, de buen gusto y relajante. El bolso ataúd negro de Eve estaba tirado en el suelo junto a la silla del visitante al otro lado de la mesa. Claire lo recogió, comprobando en el interior, y encontró las llaves del coche de Eve. Había un pequeño recipiente de spray de pimienta cortada por ellos, para casos de emergencia. No había señales de la mochila gigante que había traído, por desgracia, Claire realmente podía haber utilizado ese arsenal en este momento, pero Fallon debía de haberlo confiscado y tirado a la basura. Se colgó el bolso de Eve sobre su hombro y dio la vuelta al otro lado de la mesa, se sentó en la aún caliente silla de Fallon y comenzó a tirar de los cajones abiertos. Cosas aburridas. Suministros de oficina. Algunas carpetas, pero en su mayoría estaban preocupados con la planificación cívica y nada que ver con los vampiros. Había, sin embargo, un cajón cerrado con llave. Cajones cerrados fueron siempre interesantes.
Claire abrió el cajón de suministros de oficina y encontró un largo abrecartas de acero. Ella lo deslizó entre las grietas en la parte superior del cajón cerrado con llave y trató de abrirlo, se las arregló para conseguir que se separara un poco, pero el abrecartas era demasiado elástico para que se pudiera trabajar bien con el. Un par de tijeras afiladas de hoja larga funcionarían mucho mejor como punto de apoyo. El bloqueo se liberó con un chasquido, y el cajón se deslizó suavemente, revelando toda una colección de archivos clasificados cuidadosamente. Todos ellos tenían impreso las etiquetas, y Claire reconoció cada nombre de allí. Cada uno era un vampiro. Agarró las de Amelie, Myrnin, Oliver y Miguel y las esparció en el escritorio. La de Amelie era más gruesa que las otras, y rápidamente la hojeó, buscando pistas. Lo que encontró en su lugar fue su historia en profundidad, historia que nunca había visto antes, sobre el nacimiento de Amelie, su muerte, su resurrección. Sus parentesco, tanto de humanos como vampiros. Una lista de todos los que había hecho vampiros en los años posteriores, una larga lista, pero los intervalos entre hacer nuevos se espaciaron más y más en el tiempo, en los últimos cien años, hasta que sólo fue Sam Glass, y luego a su nieto Michael. En extrañamente descabellada, una escritura antigua, alguien-‐‑probablemente Fallon-‐‑ dejó una nota debajo del nombre de Michael, que decía, el final de la línea. Eso parecía de mal agüero. En la parte posterior del archivo había una página, toda a mano, con observaciones de Fallon sobre Amelie-‐‑ fortalezas y debilidades. Claire la escaneó rápidamente y sintió un verdadero frío sobre ella, porque su propio nombre estaba en ella. En ambas columnas. Bajo puntos fuertes fue catalogado como fuerte defensora humana y aliada. Que no era así como Claire habría descrito su relación con Amelie. Pero bajo debilidades, había escrito Amelie muestra una gran afición por la chica, y las amenazas a ella pueden tener éxito en el debilitamiento de la determinación de A. . Claire realmente dudaba de eso, pero ella también pensaba que era muy malo para ella que pudiera probarlo. Michael estaba allí, también, en las debilidades. Fallon había escrito, las amenazas a Michael Glass pueden resultar eficaces, ya que es el único pariente que Samuel Glass dejó en Morganville, y su apego a Samuel es bien conocido. Definitivamente ominoso. La carpeta de Myrnin hubiera sido interesante la lectura, de la sección histórica, pero ella la saltó y se fue directamente a la de fortalezas y debilidades. Ella estaba allí de nuevo, pero ella esperaba eso. Al parecer Fallon pensó que amenazándola obtendría la sumisión de Myrnin. Probablemente tenía razón en eso. Probablemente. Ella ni siquiera aparecía en las listas de Oliver. La única que estaba era Amelie. . . como una debilidad. Bajo la de fuertes no había el nombre de ninguna persona. Sólo una palabra. Despiadado. La carpeta de Michael tenía un sello rojo en la primera plana que decía Cura. Claire la miró con el ceño fruncido. El sello tenía el símbolo de la Fundación debajo de ella, no entendía del todo lo que quería decir, pero no se veía bien, pensó. Quería tomar todas las carpetas, pero había demasiadas, y eran demasiado pesadas. Ella arrancó notas de Fallon de cada persona e hizo un fajo de papel que
metió en el bolso ataúd de Eve. Luego cerró el cajón de golpe y empezó a levantarse. Algo le llamó la atención. . . otra carpeta, situada en la bandeja en la parte superior de la mesa. Esta también tenía un sello de Cura fuera. Sacó una y descubrió que pertenecía a un vampiro que conocía un poco: el Sr. Ransom. Ransom era un hombre viejo y fantasmal que dirigía la funeraria local. Había, se dio cuenta, pequeñas cajas bajo el sello de Cura. Ella no las había notado antes. Una decía voluntario. La otro involuntario. En la caja involuntario estaba Ransom. La abrió y encontró la historia de nuevo, los puntos fuertes y la página de análisis de las debilidades. . . en el caso de Ransom, no muy informativo. Él era demasiado solitario, casi no interactuaba con nadie apenas incluso con otros vampiros, y mucho menos con los seres humanos. Pero había otra página, una nueva. Había una foto del Sr. Ransom. Parecía. . . muerto. Era un tipo muy clínico de fotografía, tomada desde arriba, el cuerpo de Ransom yacía sobre una mesa de acero cubierta en su mayoría por una delgada sábana blanca. No había heridas. Parecía viejo, marchito y patético, y no podía imaginar algo que habría mantenido a un vampiro tendido así, para ser fotografiado, excepto con una estaca en el corazón. . . pero no había nada de interés en el corazón de Ransom. Ni herida en absoluto. Él sólo parecía muerto. Ella pasó la página. Fue un informe médico, lacónico. “Sujeto Ransom recibió la curación de la dosis previamente medida conforme a lo establecido en el Protocolo H, determinada por la edad, altura y peso. Después de un breve período de lucidez, su estado mental empeoró rápidamente, y se sumió en un estado de coma. Él despertó de este en tres ocasiones, indicando dolor y malestar significativo. Grabaciones se hicieron de sus vocalizaciones, pero el lenguaje no era familiar para ninguno de los observadores. Después de el tercer período de lucidez parcial el sujeto Ransom experimentó un rápido deterioro mental y físico, como se ha documentado anteriormente en los ensayos, este descenso cayó dentro de los límites de la tasa de fallo de aproximadamente 73%. Se evidenció un breve período de reversión a verdadero humano antes de experimentar un evento isquémico fatal. Hora de la muerte: 1.348 horas. Que Dios se apiade de su alma.” El Sr. Ransom estaba muerto. Debido a su llamada Cura. No se podría llamar una cura si había un 73% de tasa de fracaso, ¿podría? Abrió el cajón y comprobó el expediente de Michael de nuevo. La caja estaba marcada por un Cura involuntario. Lo qué había sucedido al Sr. Ransom tenían la intención de hacérselo a Michael, también. Claire arrancó la información de la carpeta de Ransom y la añadió a su escondite, y luego rápidamente hizo el camino de regreso al armario de almacenamiento y salió por la ventana. No había señales de Fallon y Eve, pero vio las luces traseras de un coche desapareciendo por la esquina. Claire corrió hacia el coche fúnebre de Eve, saco las llaves del bolso. Rara vez había conducido la “Cosa”, pero no podría ser mucho más difícil que la “Bestia” el coche con músculo de Shane, lo que este era más como un trasatlántico,
con todos los problemas de las maniobras en las esquinas. Claire encendió el motor e hizo un súper gran giro en el estacionamiento vacío, en dirección a la calle. Ella estaba haciendo una pausa para comprobar direcciones cuando una forma de voz demasiado cerca de su oído dijo: -‐‑Entonces, ¿Así que a donde vamos, a continuación? -‐‑ Myrnin. Ella consiguió controlarse a sí misma después del primer latigazo , incontrolable de shock, y se volvió para mirarlo. Estaba inclinado sobre ella en el asiento, su mejilla casi presionando la de ella, y sus ojos se reflejaban rojos en las luces del tablero. -‐‑¿Podría sentarse?, -‐‑Dijo, una vez que ella tenía el control de su voz de nuevo-‐‑ aunque se mantuvo en los registros más altos. –He envejecido diez años con ese susto.-‐‑ -‐‑¿Sólo diez? Estoy perdiendo mi toque.-‐‑ -‐‑¿Qué estás haciendo aquí?-‐‑ -‐‑Ocultándome, dijo. -‐‑Puede haber notado que Fallon tiene sus propios sabuesos humanos para cazar vampiros. Desafortunadamente, para ellos no tienen mi aroma por un tiempo. Creo que los he echado fuera, pero pensé que era prudente ir a la tierra por un tiempo. Sabes que soy listo como un zorro.-‐‑ -‐‑Loco como uno, también,-‐‑dijo. -‐‑¿Dónde está Jenna?-‐‑ -‐‑Se a ido a casa, -‐‑dijo. -‐‑Me llevó a mi laboratorio, pero lo encontré en condiciones menos saludables. Tengo lo que necesito, sin embargo. -‐‑ Acarició los bultos debajo de la camisa ausente. -‐‑Yo espero que lo hagas a mi manera.-‐‑ -‐‑Estoy siguiendo a Fallon. Creo que está llevando a Eve para que el Centro Comercial.-‐‑ -‐‑Ah. Perfecto, entonces. Eso va a estar bien. Procede. -‐‑Él se echó hacia atrás, como si fuera su conductor de limusina privada, lo que le hizo apretar los dientes, pero ella se concentró en conducir por un minuto, hasta que tuvo las luces traseras del coche de Fallon a la vista de nuevo. Fue, de hecho, en dirección al Centro Comercial de los vampiros al parecer. Ella dijo: -‐‑Fallon cree que tiene algún tipo de cura para el vampirismo. ¿Lo sabías? -‐‑ -‐‑Oh, sí, -‐‑dijo. -‐‑Lo sé todo sobre Fallon y su equivocada búsqueda para convertirse en nuestro salvador único y futuro. Nunca ha funcionado. Nunca va a funcionar.-‐‑ -‐‑¿Tienes un plan?-‐‑ -‐‑Sí. Tengo la intención de matar a Fallon y destruir todo lo que ha construido.-‐‑ -‐‑Creo que Shane podría decir que eso es una meta, no un plan real. ¿Cómo exactamente vas a hacer eso? -‐‑ -‐‑Mis colmillos en su garganta, -‐‑dijo Myrnin. -‐‑Para ser más específicos. Voy tener un gran placer en drenar a ese hombre hasta la última gota. Una vez más.-‐‑ -‐‑¿Otra vez?-‐‑Claire pisó el freno y lo sostuvo, mirando a Myrnin por el espejo retrovisor. -‐‑¿De qué estás hablando?-‐‑ Myrnin se encaramó sobre el asiento y se dejó caer a su lado. Prestó atención a su ropa, todavía no coincidentes, por supuesto y finalmente dijo: -‐‑Fallon, por supuesto. Lo maté una vez. Yo le traje como vampiro hace mucho, oh, hace doscientos años, o más-‐‑es difícil ser exacto sobre estas cosas. Yo no cuide mucho de él entonces. Era un tipo un poco malhumorado y morboso, pero, bueno, las circunstancias eran diferentes. Vamos a dejarlo ahí.-‐‑ -‐‑¡Él no es un vampiro!-‐‑
-‐‑Bueno, ahora no, obviamente. Pero sin duda lo fue una vez. No amaba la vida que le había dado, a Fallon. Pensaba que era mucho mejor que lo que el resto hizo. -‐‑ Myrnin se encogió de hombros. -‐‑Puede que tenga razón sobre eso, por supuesto. Pero el punto es que él dedicó todo el tiempo que le había dado a la búsqueda de una forma de revertir el proceso y hacerse humano otra vez.-‐‑ -‐‑Encontró una, -‐‑dijo Claire. -‐‑Él se curó a si mismo. Eso es lo que es esta cura es lo que quiere darle a Michael. . . la misma.-‐‑ -‐‑Yo no diría que es una cura, -‐‑dijo Myrnin. -‐‑Es simplemente que ya no depende de la sangre.-‐‑ -‐‑¿Qué es de lo que él depende, entonces?-‐‑ -‐‑¿De que dependen alguno de ustedes? Aire, agua, comida, la amabilidad de los extraños al azar. -‐‑Myrnin se estremeció, y parecía genuino. –Prefiero ser dependiente de la sangre. Mucho más simple y más fácil de obtener en tiempos de caos. Nunca racionada, la sangre. Y muy a menudo donada libremente.-‐‑ -‐‑Pero Él es…él es humano.-‐‑ -‐‑Bueno, sí. Con latido de corazón y todo.-‐‑ -‐‑¿Sigue siendo inmortal?-‐‑ -‐‑Nadie es inmortal.-‐‑Myrnin sonaba muy serio cuando dijo esto, y él miró hacia otro lado, por la ventana. -‐‑Ciertamente, ningún vampiro. Nosotros somos tan vulnerables como los seres humanos con las fuerzas adecuadas. Sólo los dioses y los demonios son inmortales, y no somos ninguna de esas cosas, a pesar de que hemos sido llamados lo uno y lo otro. -‐‑ -‐‑Quiero decir, ¿el envejece ahora? -‐‑ -‐‑Sí. En el instante en que renunció a su naturaleza de vampiro, comenzó la lenta marcha a la muerte otra vez. Espero que después de tanto tiempo con su corazón calmado en él, piense en cada latido como un tic que quita de su reloj mortal. Desde luego, yo lo haría. -‐‑ -‐‑¿Cómo lo hizo?-‐‑ -‐‑No lo sé, -‐‑dijo Myrnin. Sonaba sobrio y reflexivo, y apoyó su cabeza sobre una mano mientras seguía mirando hacía la noche. -‐‑Realmente no tengo ni la más remota idea. Estaba desesperado por encontrar algún tipo de cura cuando perdí su rastro. Había empleado médicos, científicos, incluso hechiceros, para tratar de romper lo que él vio como una maldición. Hasta que lo vi de nuevo aquí, hubiera jurado que tal cosa era completamente imposible. Todavía hay mucho que aprender en el mundo, como resulta. El problema es que algunas de las lecciones son muy, muy desagradable, Claire. Espero que esto no sea una de ellas, pero mucho me temo que será.-‐‑ Pensó en el sello en la carpeta de Michael. Involuntario. -‐‑El Sr. Ransom está muerto, -‐‑dijo. -‐‑De acuerdo con las notas del archivo en el escritorio de Fallon, esta cura sólo tiene un veinticinco por ciento de éxito.-‐‑ -‐‑Sorprendente. La Fundación de la Luz, que Fallon ha creado, por supuesto, tiene desde el principio la intención de detener a los vampiros, erradicarlos por cualquier medio necesario. Vería una cura como una manera humana de hacerlo, ¿no? Incluso si tres cuartas partes fueron sometidos a una agonía que perecieron de la misma. -‐‑Dejó escapar un suspiro. -‐‑Un proceso humano, después de la palabra humana. Pero en mi experiencia, los seres humanos son capaces de cosas espectacularmente horribles.-‐‑ No le gustaba el sonido de eso, en absoluto, ni el pensamiento de Fallon, con su manera tranquila, suave y sus ojos de fanático, tiene el control de Eve, Michael, y
todos los vampiros encarcelados en el Centro Comercial. -‐‑¿Cómo llegó Amelie a rendirse?, -‐‑preguntó. Myrnin no respondió. -‐‑Amenazó a alguien, ¿no?-‐‑ -‐‑Amenazó a la gente que menos quería perder, -‐‑respondió. -‐‑Uno de ellos era Michael, por supuesto, pero antes de que nuestro pequeño grupo regresara de nuevo a la ciudad, Fallon tenía a Oliver, y lo utilizó en contra de ella.-‐‑ -‐‑Él te utiliza, también, ¿no?-‐‑Nada. Ella lo tomó como una confirmación. -‐‑Myrnin, tiene ahora a Eve. Y por lo que vi escrito en el expediente de Michael, Fallon va a utilizarla para hacer que Michael tome su cura o algo así. -‐‑ -‐‑Bueno, eso sería un problema, -‐‑dijo. -‐‑Me gusta el chico. Y la cura de Fallon es sin duda horriblemente dolorosa, incluso si uno sobrevive, y como ustedes saben, las probabilidades están en contra. No tengo ni idea de que tipo de daño podría dejar a su paso en un vampiro tan joven como Michael. Tampoco Fallon, sospecho. No es que eso se lo impida. -‐‑ Claire podía ver el Centro Comercial por delante, estaba iluminado en el exterior con agresivas lámparas industriales haciéndolo parecer cada vez más como una prisión, si las cárceles tenían abundante aparcamiento. -‐‑Tenemos que hacer algo.-‐‑ -‐‑Oh, tengo la intención de hacerlo, y yo te necesito para que esto ocurra. Tú eres mi ayudante, después de todo. Te pago.-‐‑ -‐‑Amelie me paga. No creo que tengas la más mínima idea de cómo trabajar con una cuenta bancaria.-‐‑ -‐‑Es cierto, -‐‑dijo alegremente. -‐‑Fue mucho más fácil en los días en que se podía pagar a alguien con los alimentos, un techo sobre su cabeza, y la riqueza de conocimientos. Toda esta avaricia es simplemente molesta. ¿Todavía se usa el oro? Creo que tengo algo de eso.-‐‑ -‐‑No perdamos el rumbo, -‐‑dijo Claire, a pesar de que estaba pensando, ¿tiene oro? ¿Dónde lo guardas? -‐‑¿Qué es exactamente lo que quieres que haga? -‐‑ -‐‑Necesito un segundo par de manos humanas, y bastante inteligente para ayudarme a sabotear estos collares malditos. La Dra. Anderson no es ninguna tonta, y aunque he trabajado la manera de hacerlo, requiere nervios y alguien con un pulso, dos vampiros simplemente no pueden manejarlo. Hablando de nuestra querida, y traicionera Irene, ella va a estar trabajando día y noche para producir en masa sus armas anti-‐‑vampiro, y una vez que esto sucede, ellos tienen absolutamente todo lo necesario para controlar, el corral, y será nuestra destrucción. No podemos permitir que eso suceda, Claire. Así que te necesito para entrar en la cárcel conmigo y me ayudes a desactivar los collares.-‐‑ -‐‑No estoy segura-‐‑ -‐‑Nos están matando cuando luchamos, -‐‑dijo Myrnin. -‐‑Ellos ya saben cómo hacerlo, por supuesto. Muy eficaz, por cierto, y bastante doloroso. Los métodos que utilizan dura lo suficiente para ser una lección muy instructiva para los demás, y yo podría admirar su crueldad si no fuera a costa de mis viejos amigos. Esta es una situación que no se puede sostener por mucho tiempo, y debemos, absolutamente necesario, liberar a los vampiros antes de que sea demasiado tarde. -‐‑Él la miró de reojo, y luego dijo: -‐‑No creo que vayas a estar en demasiado peligro. Oliver y la Dama de Gris pueden garantizar tu seguridad. Casi con toda seguridad.-‐‑ Eso no sonaba tan positivo como Claire hubiera preferido, realmente, pero no podía esperar mucho más. -‐‑¿Cómo llegamos dentro? -‐‑ -‐‑De la misma manera que salí, -‐‑dijo Myrnin. -‐‑A través de el conducto de residuos.
Vamos, entonces. Estacione esta cosa ridícula y vamos a hacerlo a toda prisa. Espero que esas no sean sus mejores galas.-‐‑ Debería haber sabido que iba a ser algo horrible. Meterse en el conducto de residuos era incluso peor de lo que Claire había esperado. Cuando el Centro Comercial había sido abandonado, el conducto de residuos que iba desde el segundo piso a través de un tubo de metal claustrofóbico en ángulo hacia abajo en una pendiente ridícula había sido descuidado durante mucho tiempo, y oxidado deposito de basura, el conducto aparentemente nunca había sido limpiado. Las capas de comida ancestral podrida, la decadencia, y en general, la suciedad horrible fueron suficientes para hacer que reconsiderara seriamente ir, pero Eve estaba dentro y necesitaba ayuda. -‐‑No puedo,-‐‑Claire dijo. Ella no estaba hablando de la baba, sin embargo. -‐‑Soy humana, Myrnin. ¡No puedo subir a eso! -‐‑ -‐‑No vas a necesitarlo, -‐‑dijo, y le ofreció una mano, fuerte y fría. -‐‑Hasta que llegues arriba. Voy a empujar.-‐‑ La empujó hacia la pequeña apertura de hojalata sin darle tiempo para prepararse, y ella sintió un momento de pánico total y náuseas que casi la hizo gritar y entonces la palma aterrizó sólidamente en su trasero mientras ella comenzó a deslizarse hacia atrás. -‐‑¡Oye!-‐‑Ella susurró con voz temblorosa, pero él ya estaba presionando constantemente hacia adelante, hacía el ángulo. Una cosa sobre todo horrible el limo, la hizo progresar más rápido. Trató de no pensar en lo que podría estar deslizándose a través. Realmente probado. El olor era indescriptible. -‐‑¡Mira las manos!-‐‑ -‐‑Es totalmente propulsor,-‐‑él susurró. -‐‑Tranquila, ahora. Lleva el sonido. -‐‑No tenía ni idea de cómo lograba subir y empujarla delante de él, pero ella pensó que él hundió sus uñas profundamente en el lodo y anclado en el metal para hacerlo-‐‑ como escalando picos. Cada vez que empujaba la llevaba de manera constante. Dejó inútilmente de sentir que la elevaba por el trasero y en su lugar se centró en mantener las manos extendidas delante, para empujar los bloqueos totalmente desconocidos y molestos del camino antes de dar con ellos de bruces. Fue tanto el minuto más corto y el más largo de su vida, tenía que aferrarse firmemente a todo su autocontrol para mantenerse en la espeleología y no ceder a la tensión en su posición indefensa, con chillidos de repulsión como chica. Y luego se acabó, ella se deslizó en un ángulo de la tubería, y un par de manos fuertes y pálidas la agarraron por las muñecas para tirar de ella hacia arriba y colocarla sobre sus pies. Claire parpadeó y en la penumbra vio el pelo de color rojo brillante y la afilada sonrisa de su amiga de Cambridge, Jesse. La Dama Gris, como Myrnin la llamó. Ella había sido camarera cuando Claire la había conocido, pero eso fue antes de que Claire se diera cuenta de que era un vampiro. Probablemente había sido un montón de cosas durante su larga, larga vida, y casi todas ellas interesantes. -‐‑Bueno,-‐‑dijo Jesse, alzando las cejas a una altura escéptica. –Admito que no esperaba esto. -‐‑Ella dejó a Claire, y se volvió hacia el tubo de nuevo para ofrecer una mano amiga a Myrnin, quien fue trepando por sus propios medios. Claire sentía perder el apoyo, porque sus piernas seguían temblando, agarró una silla de plástico a mano para colapsar en ella. ¿Acabo de arrastrarme a través de eso? Ella supuso que realmente era mejor que ella no lo supiera, pero necesitaba desesperadamente una ducha, un cepillo y un poco de lejía. Y ropa nueva, porque no importaba lo mucho que la lavara, no volvería nunca, nunca a usarlas de nuevo.
Jesse estaba hablando con Myrnin mientras se deslizaba el resto de camino fuera de la tubería. -‐‑¿Tú la trajiste aquí? Tengo que preguntar, ¿Acabas de traer un bocadillo, o tienes algún ingenioso plan para salvar su vida? Porque conoces el estado de ánimo aquí. -‐‑ -‐‑Yo lo sé, -‐‑estuvo de acuerdo. -‐‑También sé que su vida no valía un higo seco con lo que hay en Morganville. Mejor aquí, donde sus aliados podrían protegerla de lo que hay, esquivando enemigos sola.-‐‑ -‐‑¿Como sabes que ella no tiene enemigos aquí?-‐‑ Él se encogió de hombros. -‐‑Ninguno que importe. Oliver no es anti aficionado de la chica, y hay muchos que tienen alguna experiencia graciosa con ella. Ella podría tener unos pocos que estarían feliz con la fiesta, pero no tantos que no podamos detenerlos. -‐‑ -‐‑¿Nosotros?-‐‑Jesse se cruzó de brazos y lo miró fijamente, con la cabeza ladeada. -‐‑Suponiendo mucho, ¿verdad, querido loco?-‐‑ -‐‑Una buena cantidad, -‐‑admitió. -‐‑Pero las necesidades deben, de vez en cuando, asumir cosas. Y creo que puedo contar contigo, mi lady. -‐‑Él le dio una reverencia muy elegante que sólo quedó un poco estropeada por el limo que lo cubría. Jesse, por su parte, no se rió. Mucho. Ella respondió con otra reverencia sólo estropeada por el hecho de que llevaba pantalones vaqueros y una camiseta ajustada en lugar de ropa de lujo de la corte. -‐‑Bien,-‐‑dijo ella. -‐‑Yo seguiré el juego y ayudare a mantener los colmillos fuera de nuestra pequeña amiga. Malas noticias: Fallon está aquí. Él sopló como un mal viento hace unos minutos. Creo que ha descubierto que Amelie logró salir viva.-‐‑ -‐‑Entonces él no está contento.-‐‑ -‐‑Oh, no, -‐‑dijo Jesse, con una amplia sonrisa tensa. -‐‑Todos hemos sido convocados a la planta baja para ser interrogados. Necesitará limpiarse antes de que descubran cómo es que estás saliendo, aunque creo que ha arruinado todas las prendas adicionales a estas alturas.-‐‑ Se encogió de hombros con magnífica indiferencia. –Encontraré algo.-‐‑ -‐‑Estoy bastante segura de ello, -‐‑estuvo de acuerdo. -‐‑Déjame gorronear algo para ti. Yo podría hacer un mejor trabajo de colores a juego, por lo menos.-‐‑ Él le dio un trozo de una sonrisa irónica, y entre un parpadeo y el siguiente, Jesse justo. . . ha ido. Fueron ella y Myrnin, solos en un habitación que, Claire se dio cuenta, era una especie de dormitorio. Había dos camas de campaña en la misma, por lo menos, cada una con una fina manta cuidadosamente doblada en ella. Nada más en la habitación, aunque no habían efectos personales de cualquier tipo. Podría haber sido la habitación de alguien, o de nadie. -‐‑Jesse estará de regreso en un momento,-‐‑dijo Myrnin. -‐‑Ella tiene razón. Si nos han ordenado bajar, entonces tengo que limpiarme rápidamente. Si alguien viene a morderte mientras estoy fuera, bueno, tratar de no llamar la atención. Muere en silencio.-‐‑ -‐‑Yo puedo defenderme, ya sabes.-‐‑ -‐‑¿Con las manos desnudas, contra aburridos vampiros hambrientos y enojados? Claire. Sabes que yo pienso bien de ti, pero realmente no es su mejor trabajo de resolución de problemas. -‐‑Sacudió la cabeza como si estuviera muy decepcionado con su falta de visión. -‐‑Por lo menos con los despojos que está cubierta se disfraza el olor de la sangre, por ahora. Quédate tranquila y en silencio, y deberías estar
bien. Además, dudo que nadie tenga hambre suficiente para morderla mientras estés tan. . . sucia.-‐‑ Estaba bastante segura de que había algo insultante en eso, pero también fue reconfortante. Myrnin desapareció, al igual que Jesse, y Claire se quedó de pie sola en la tranquila habitación oscura. Ella no lo había visto hacerlo, pero Myrnin había reemplazado la parrilla sobre la tubería que habían usado para entrar, ella se acercó y la probó, pero no se movió, y se dio cuenta de que el la había doblado en su lugar. Nadie se daría cuenta de que era cualquier cosas menos sólida, ni siquiera en la inspección cercana. Tomaría fuerza de vampiro para empezar a hacer palanca y soltarla. ¿Era así como Amelie había salido? ¿A través de el fango? De alguna manera Claire no podía imaginarse ella tan inmaculada deslizarse a través del fango en su salida, o hacer su camino a través de Morganville mirando como un refugiado de los Premios Nickelodeon. Una cosa que los vampiros tenían es que eran grandes en dignidad. Ella estaba absorta en la contemplación de la rejilla de ventilación y sus implicaciones cuando se dio cuenta de que tenía un visitante. No era Myrnin. Ni siquiera era Jesse. Fue Michael. Ella se estremeció, porque estaba justo ahí, sin previo aviso, no hizo ruido. Él no solía ser así, así. . . vampírico. En la casa, Michael siempre tuvo especial cuidado para asegurarse de que lo oyeran venir, y nunca se había molestado en preguntarse antes si tuvo que hacer un montón de esfuerzo extra, se sentía como si estuviera obligado a ser vergonzosamente torpe alrededor de ellos, para no asustar a la mierda de ellos en la cocina o el pasillo. Luego, en la siguiente fracción de segundo se dio cuenta de que él sin duda no se había molestado en esta ocasión, y había algo en la forma en que la miraba, la absoluta quietud de su cuerpo y rostro, que la hizo sentirse profundamente inquieta. -‐‑¿Michael? -‐‑Casi le soltó me has asustado, pero era muy obvió por la forma en la que había saltado y por el sonido ensordecedor de su ritmo cardíaco acelerado. Su pulso debería de haber ido disminuyendo después del primer instante de alarma / reconocimiento, pero en cambió seguía palpitando derecho, como si su cuerpo supiera algo que su mente no sabía. Ella no se movió. Eso requirió un gran esfuerzo, en realidad, porque esos mismos instintos le insistían que ella tenía miedo y también fueron deseando que diera por lo menos un par de pasos hacia atrás. Pasos grandes, por cierto. Michael dijo: -‐‑Le mentí a Eve.-‐‑ Fue totalmente confuso yendo de camino, algo nuevo, un tanto inesperado y ominoso. -‐‑Um. . . bien. ¿Acerca de qué? -‐‑ -‐‑Le dije que nos estaban alimentando, pero les gusta vernos débil. Cuanto más débil, mejor. Ellos nos dan la sangre, pero la agriaron, de alguna manera. Drogados. Realmente no ayuda , -‐‑dijo Michael. Su suave, y medida voz sonaba extrañamente tranquilizadora para ella, y ella sintió que su pulso cardiaco se desaceleraba, finalmente. Él era su amigo, después de todo. Uno de sus mejores y más dulce amigo. -‐‑Oí tu voz. Sabía que estabas aquí.-‐‑ -‐‑Es bueno verte, -‐‑dijo. Su propia voz sonaba extraña ahora y curiosamente tranquila y plana. -‐‑¿Estás bien?-‐‑
-‐‑No,-‐‑dijo. -‐‑Él trajo a Eve. Él va a utilizarla en mi contra. Tengo mucha hambre. Y no deberías estar aquí, Claire. Yo no quiero que estés aquí, porque. . . -‐‑Una contracción de una sonrisa, como un espasmo de dolor, se encontró con los labios y luego se había ido de nuevo inmediatamente. -‐‑Hueles terrible, ya sabes.-‐‑ -‐‑Lo siento. Es el lodo.-‐‑ -‐‑Pero yo todavía te quiero.-‐‑ Ella abrió la boca y se dio cuenta que no tenía nada que decir a eso. Nada en absoluto. Debido a que era chocante y malo, muy malo y esto fue Michael diciendo, a pesar del hecho de que todo parecía extrañamente bien, como si ella estuviera empapada en un suave baño relajante y todo era un sueño. . . comprendió dos cosas: que el no quería decirlo con ningún significado sexual como sonaba, y además, que era por eso que no estaba bien. Estaba más cerca de ella, y ella no lo vio moverse. Él estaba justo. . . más cerca. Mirándola. No le gustaba eso. Dentro de el capullo tranquilo, algo en ella se retorció y empujó y trató de liberarse de las capas adhesivas, la almibarada calma en que se había convertido envolviéndola. Por favor, no hagas esto. Estaba demasiado cerca ahora. Ella podría haber extendido la mano y ponerla en su pecho, y lo estaba haciendo su mano subiendo así, como si no tuviera control real sobre él , y por qué sus ojos fueron tornándose tan rojo. . . -‐‑Michael.-‐‑ La voz era baja y fría, y Claire sintió la punzada de su tono recto a través de ese capullo que la envolvía con tanta fuerza. El aire de repente se sentía pesado en su piel, y demasiado grueso, y no podía recuperar el aliento. Su pulso se disparó más rápido de nuevo, y ella se tambaleó hacia atrás hasta que sus hombros tocaron la pared. Jesse estaba en la puerta. Se veía salvaje, peligrosa y enojada, y cuando Michael dio un paso más en la dirección de Claire, Jesse se abalanzó sobre él, envolvió su puño en la tela de su camiseta, y lanzó al vampiro más joven, tres metros hacia la salida. Cuando trató de lanzarse sobre Claire otra vez, Jesse lo atrapó, lo sostuvo y lo mantuvo cuando trató de soltarse. -‐‑No,-‐‑dijo ella, y le dio unas palmaditas en el hombro. -‐‑Vas a darme las gracias más tarde, cuando tengas la oportunidad de pensar en ello. No es culpa tuya, chico. Créeme. Pero te lo tomarías duro si esto fuera mal. -‐‑ -‐‑Yo no le haría daño a ella, -‐‑gruñó, y Claire vio sus colmillos a continuación, hacia abajo, afilados y relucientes. -‐‑Ella es mi amiga. Sé lo que estoy haciendo. Sólo me gustaría tener un poco.-‐‑ -‐‑Sólo un sorbo. Sí, lo sé. Pero no funciona. En momentos como estos, lo único que puedo hacer es simplemente decir no.-‐‑ No le gustaba, pero dejó que Jesse le diera la vuelta y se lo llevara lejos. Ella cerró la puerta detrás de él mientras ella lo empujó. Jesse miró frustrada y enojada, y había un destello rojo en sus ojos, como un rayo distante en el borde de una tormenta. Ella comenzó a acechar la habitación con pasos largos y agitados. Mientras caminaba, se recogió el pelo rojo largo y lo retorció como una cuerda en la parte posterior de su cabeza, y luego arrancó un pedazo de su camisa para mantenerlo en su lugar. No sería posible reparar, su camisa. Claire se preguntó cuántas veces ella había canibalizado su camisa por los lazos del pelo.
-‐‑Están dosificando nuestra sangre, -‐‑le dijo Jesse. -‐‑No estoy segura de lo que están usando, pero parece reducir la eficacia de nuestras comidas a casi nada. Comemos, pero no alimenta, y el hambre. . . el hambre no se detendrá. No estoy segura de por qué lo están haciendo, y eso me preocupa. ¿Por qué querrían a los vampiros hambrientos? -‐‑ Fue una muy buena pregunta, que daba miedo. -‐‑No lo sé.-‐‑ -‐‑¿Por qué en el mundo decidiste lanzarte en medio de todo esto?-‐‑ -‐‑Bueno, -‐‑dijo Claire, y optó por una sonrisa, -‐‑era esto o la cárcel.-‐‑ -‐‑¿Estaban tratando activamente, comerte en la cárcel?-‐‑ -‐‑Myrnin tiene un trabajo para mí, y él parecía pensar que podía mantenerme a salvo, -‐‑dijo. -‐‑¿Puedes?-‐‑ Jesse soltó una risa seca totalmente carente de humor. -‐‑Depende de las circunstancias, -‐‑dijo. -‐‑Sin embargo, frente a la mayoría de mis compañeros vampiros tengo un mejor promedió de probabilidades, sí. Los únicos capaces de hacerme perder sería Amelie y Oliver, y ninguno de ellos parece probable que venga contra mí. Amelie ha desaparecido, y Oliver. . . -‐‑ -‐‑Fallon lo tiene, -‐‑supuso Claire. -‐‑En la planta baja. ¿Qué es lo que están haciendo con él? -‐‑ -‐‑Nada que Oliver no pueda soportar, dijo Jesse. -‐‑Ha pasado por cosas peores, yo casi puedo garantizarlo. -‐‑ -‐‑¿Qué pasa con Eve? Fallon tiene a Eve. Él la trajo aquí-‐‑ -‐‑Yo la vi a través de la puerta, -‐‑dijo Jesse. -‐‑En el exterior, todavía encerrada en su coche. Ella parece. . . ¿incapacitada?-‐‑ -‐‑Drogada, -‐‑Claire replicó, enojada en nombre de Eve. -‐‑Ella está ¿bien? -‐‑Hasta ahora. -‐‑Jesse se estaba agarrando sus manos detrás de su espalda, como si sintiera la necesidad de ser refrenada, y Claire se preguntó cuánta hambre en realidad tenía. Probablemente muy, muy hambrienta. Myrnin se había alimentado fuera, pero Jesse no había tenido la oportunidad, y eso significaba que ella estaba tan hambrienta como Michael, tal vez aún más. Oliver no se habría alimentado, incluso si hubiera tenido la oportunidad, se habría asegurado que otros fueran primero, porque el era el gobernante, incluso si uno temporal, de este pequeño reino muy triste. -‐‑Es una suerte que tienes tan poco sangre en ti para todos, ya sabes. Esto ayuda a ser menos. . . atractiva.-‐‑ Por fin, un uso por ser más pequeña de lo normal. -‐‑Pensé que me necesitabas. Myrnin dijo que necesitaba la mano del hombre para ayudarlo a desactivar los collares de choque.-‐‑ -‐‑Sueña, -‐‑dijo Jesse, y sacudió la cabeza. -‐‑Están equipados con sensores de los monitores modernos, los que usan los tribunales para obligar a los delincuentes a llevar arresto domiciliario, pero los han modificado de manera significativa. Al tratar de abrirlo, va a aturdir a un vampiro en sumisión, y probablemente fría un cerebro humano.-‐‑ -‐‑Myrnin dijo que podía manejar las crisis.-‐‑ Eso hizo que Jesse sonriera, pero era una especie de triste expresión. -‐‑Eso se debe a que está loco como un sombrerero.-‐‑ -‐‑Nunca entendí eso. Cabra, quiero decir. -‐‑ -‐‑En los viejos tiempos, la gente que hizo los sombreros utilizaban mercurio para producir fieltro, -‐‑dijo Jesse. -‐‑A menudo se volvieron locos. Y Myrnin esta loco si cree que puede ayudarnos a conseguir esto. A lo sumo, se electrocutará. En el peor
de los casos, le volaría la cabeza y las manos de inmediato. -‐‑Ella se acercó mientras daba vueltas por la habitación, y una expresión de asco torció su cara cuando se retiró. -‐‑Ahora, tenemos que conseguir que te laves. Hueles a lo que una alcantarilla vomitaría como demasiado repugnante.-‐‑ Esa fue una imagen tremendamente colorida, y Claire se alegró de que su nariz había llegado demasiada insensible para darse cuenta de nada. -‐‑Myrnin me dijo que esperara aquí, -‐‑dijo. Myrnin dijo una realidad, y tu le obedeciste, -‐‑Myrnin le dijo, entrando por la puerta. Llevaba una especie de raída túnica de seda floral unido por una correa de cuero, con tachuelas junto con un desatado par de botas de lluvia de gran tamaño. Sin embargo, estaba limpio. Sólo. . . ridículo. -‐‑Vamos, entonces, chica. Tiene razón sobre el hedor. Jesse se mantendrá vigilante para ti. Volverás sin ningún daño.-‐‑ El dejó escapar un suspiro de exasperación cuando ella vaciló, luego la tomó firmemente por los hombros y la condujo hacia la puerta, donde Jesse esperaba con los brazos cruzados. -‐‑Fuera, -‐‑dijo. -‐‑Myrnin, -‐‑dijo Jesse, -‐‑eso no fue demasiado brillante, ¿verdad? Ahora tienes fango en tus manos otra vez. -‐‑ -‐‑Oh,-‐‑dijo Myrnin, mirando cabizbajo a sus palmas. -‐‑Maldita sea.-‐‑ Jesse sonrió, pero parecía más salvaje que amable en este momento. -‐‑Vamos, Claire, antes de que el intente limpiarlo en mí y tenga que quitarle sus miembros.-‐‑ Fuera de la pequeña habitación, resultó ser lo que debía de haber sido una especie de sala de personal para una tienda, supuso Claire, allí había más catres. Algunos estaban desordenados, algunas estaban ordenados, y unos pocos fueron ocupados. . . pero los vampiros tendidos allí no hicieron tanto revuelo mientras pasaban. Jesse estaba, Claire se dio cuenta, manteniendo un ojo sobre ellos de todos modos. Tal vez, ella tenía miedo de que, al igual que Michael, pudieran sentir el olor de la sangre fresca bajo el hedor de el fango y la decadencia. ¿Qué voy a hacer cuando este limpia? , se preguntó, y fue una pregunta válida, pero la verdad era que quería tanto estar limpia que en realidad no le importaba lo que viniera después. Ella sólo tenía que confiar en que de alguna manera Myrnin y Jesse podían protegerla. Y ¿qué pasa con Oliver? ¿Qué está haciendo Fallon con él? El baño era solo eso: un aseo con múltiples tazas y lavabos, no habían duchas. Habían montones de toallas viejas desteñidas en la esquina, de todos los colores y tamaños, como si provinieran de algún fondo de comercio, ella cogió un par y empezó a quitarse las capas pegajosas de su ropa. Jesse le tendió una bolsa de plástico con el brazo extendido donde Claire puso su camisa, pantalones, ropa interior y luego, apartó la cara como si ni siquiera pudiera soportar la vista de el embrollo, y mucho menos el olor. -‐‑Bueno,-‐‑dijo Jesse, -‐‑me siento como si apenas te conozco, Claire, pero ¿Quieres que te busque algo de ropa mientras te lavas?-‐‑ -‐‑Gracias, -‐‑dijo Claire. Sintió un frío helado ahora, y muy vulnerable. Observó a Jesse atar la bolsa de plástico, y alejarla hacía un contenedor donde evidentemente mantenían la ropa vieja. Claire tomó una toalla andrajosa y la mojó en el agua fría, por supuesto, a continuación, raspó por encima un jabón viejo en el recipiente hasta que se lleno de espuma. La limpieza de el fango no era tan malo, pero lavarse el pelo fue horrible, porque significaba inclinarse sobre el fregadero desnuda y lavárselo, y a la vez estar aterrada de que un vampiro, cualquier vampiro, podría en silencio venir por detrás de ella para pegarle un mordisco.
Ninguno lo hizo, sin embargo. Claire terminó escurriendo su pelo, sacudiéndolo contra su cuello, y agarró una toalla para secarse. Jesse estaba sentada en una silla plegable de campaña, bloqueando la puerta en caso de que alguien la tratara de molestar. -‐‑La ropa está en el segundo fregadero, -‐‑dijo Jesse. -‐‑Lo siento, las opciones no eran muy buenas.-‐‑ Realmente no lo eran. Las bragas eran demasiado grandes, el sujetador raído y estirado, y la camisa parecía algo que incluso una abuela podría haber pensado que era demasiado aburrida. Al menos los pantalones le quedaban bien, aunque fueran varios centímetros demasiado largo; Claire fijo los dobladillos, metió sus pies en unas viejas, y raídas Keds que una vez fueron azules y carecían de cualquier tipo de cordones, y dijo: -‐‑Creo que estoy lista.-‐‑ Jesse dejó a un lado el libro que estaba leyendo y miró por encima del hombro. Sus cejas se elevaron lo suficiente para que Claire creyera que estaba luchando por no reírse. -‐‑Se ven bien para ti, chica. Es una especie de inconformista pasando del hogar. -‐‑ -‐‑¿Eres realmente algún tipo de Dama?-‐‑Claire le preguntó. –Porque no te ofendas, pero no suenas como una. -‐‑ -‐‑Una vez lo fui. Yo fui una Reina, también , -‐‑dijo Jesse. -‐‑No tomes eso demasiado en serio, no duró mucho. Pero he pasado toda mi vida hablando como todo el mundo pensaba que debería, vestirme con las normas de todos los demás, no tener una opinión o una idea propia. Fue agotador, una muñeca vestida por todos, y una vez que tuve la oportunidad de ser yo misma, nunca miró hacia atrás. A Myrnin le gusta la idea de que yo solía ser una dama, pero no dejes que te engañen. Yo no lo soy. Ya no. Y en verdad, creo que eso es lo que le gusta de mí, el cambió.-‐‑ Probablemente, pensó Claire. El había estado enamorado de una vampiro llamada Ada que según todos los que la habían conocido, tuvo que desafiar las expectativas de aquellos a su alrededor, incluso mientras miraba formal y correcta. Y puede ser que quepa esa definición, también, pensó. De vez en cuando, Myrnin la había mirado con algo que en realidad podría ser anhelo. . . pero había sido muy clara desde el principio que su fascinación era con su mente, no su cuerpo. Y Myrnin tomaba el amar el cerebro de una chica demasiado literalmente. Mira lo que le había pasado a Ada: él la había salvado poniendo su cerebro en un frasco, y colocándolo en un equipo que funcionó con sangre, y pretendiendo que era una especie de vida auténtica. No podía imaginar a Jesse dejarle hacer nada de eso. Y tal vez eso era justo lo que necesitaba: una persona para establecer límites para él. Límites que Claire, como un ser humano, no podía establecer y mantener. -‐‑Jesse, Michael se veía mal. ¿Va a estar bien? -‐‑ Jesse ladeó la cabeza, y la pesada trenza de pelo rojo se deslizó sobre su hombro. -‐‑Yo creo que sí. Estamos rezagados, así que tenemos suerte, la mayoría de los pobres desgraciados de aquí han estado con la fórmula de la Fundación por más de dos semanas, lo que significa que están lo suficientemente hambrientos para beber jugo de cucaracha y fingir que es B positivo. Michael es sólo que no está acostumbrado a verse privado de ella. -‐‑¿Por qué la Fundación de la Luz hace una cosa así? ¿Tener a los vampiros con más hambre? ¿No pone a su propio pueblo en peligro? -‐‑ -‐‑Por supuesto que sí, -‐‑respondió Jesse. -‐‑Y la forma más efectiva para demonizar a tu enemigo es hacerlos monstruos. La mayoría de las guerras se hacen a través de la propaganda, pero los de la Fundación parecen sentir que es más eficaz si en
realidad nos reducen a colmillos y rabia. No se necesita mucho para convencer al ciudadano medio de Morganville que somos parásitos que necesitan matar. Ciertamente hemos actuado de ese modo con suficiente frecuencia. -‐‑Parecía triste y un poco enojada cuando lo dijo. –Es por eso me fui de este lugar. Debido a que Amelie era demasiado en el pasado, también con una gran tradición, y convencida de la superioridad del vampiro. Le advertí que las cosas tenían que cambiar, pero nunca fue cómodo entre nosotras, ambas hemos sido gobernantes, en otro tiempo, y confía en mí, dos reinas no pueden nunca ser realmente amigas. Puede ser muy duro, pero de alguna manera, ella está cosechando lo que sembró. -‐‑ Jesse había dejado Morganville mucho antes de que Claire llegara, y Claire podía imaginar que Jesse no habría tenido reparos en dar sus opiniones. Amelie podría ser de mente abierta, pero a ella no le gustaban los retos directos. . . y, probablemente, menos aún de un vampiro que había sido reina una vez, aunque fuera por un breve tiempo. -‐‑¿Así que planean permitir a los vampiros un alboroto? ¿Entonces, atraparlos y demostrar de una vez por todas que los vampiros son una amenaza que tienen que ser eliminados? ¿Por qué no hacerlo sin todo el derramamiento de sangre? No es que haya alguien objetando mucho, que te puedo decir.-‐‑ -‐‑Debido a que a Fallon no le gusta ser el villano, -‐‑dijo Jesse. –Él nunca lo cuenta, pero por lo que yo puedo decir, creo que él necesita la justificación. A sus ojos, él está en el lado correcto, pero hay algunos por ahí que lo niegan, pero para ser un héroe, necesita villanos. -‐‑El peso de la mirada de Jesse se sentía extrañamente intensa ahora, y Claire se preguntó qué estaba pensando. . . y si ella estaba siendo juzgada por una deficiencia tan simple como respirar y tener un latido del corazón. -‐‑Tengo una pregunta, Claire.-‐‑ -‐‑¿Qué?-‐‑ -‐‑¿Qué te hace tan bien dispuesta hacia los vampiros? He vivido aquí, yo sé lo que es una manada de hienas, lo que pueden hacer, con muy poca advertencia. Hay poco acerca de nosotros que debería obligarla a su piedad, por no hablar de su lealtad.-‐‑ -‐‑¿No crees en la mayor parte de tu propia gente?, ¿verdad?-‐‑ -‐‑No mucho, -‐‑Jesse estuvo de acuerdo con un encogimiento de hombros brusco. -‐‑Tenemos un triste destino, en general, se aferran al pasado y para nuestra propia supervivencia, sin importa el costo de la vida de otros. Si yo estuviera en tu lugar, no estoy segura de que me quedaría en el camino de nuestro destino más o menos inevitablemente feo. Mi pregunta es: ¿por qué? -‐‑ Claire abrió la boca para decirle por qué y luego. . . no podía, al menos no al principio. Todos los argumentos lógicos que ella habría dicho parecían falsos y barato como viejo oropel. Tomó aire, y compuso sus palabras con más cuidado. -‐‑Porque no importa lo que cualquiera de ustedes ha hecho, no lo han hecho todos. Porque no es justo juzgar una clase de persona por las medidas adoptadas por uno o unos pocos. Eso no es justicia. Es prejuicio, y no me gusta. Justicia significa juzgar a cada persona individualmente.-‐‑ Los labios de Jesse se curvaron lentamente en una sonrisa, y sus ojos se calentaron también, -‐‑Magnánimo, -‐‑ella dijo. -‐‑No estoy segura de que encontrará una gran cantidad de personas que vivan con ese estándar.-‐‑ Claire se encogió de hombros. -‐‑No importa si lo hacen o no. Es mi opinión, no estoy tratando de hacer que alguien más este de acuerdo. Pero no quiero forzar sus opiniones sobre mí. -‐‑
-‐‑Y así comienza la guerra, -‐‑dijo la Dama de Gris, quien había sido una vez reina. Sonaba como si supiera exactamente de lo que estaba hablando. La certeza en su voz, y la tristeza, a Claire la hizo estremecer.
OCHO -‐‑Tenemos que hacer algo, -‐‑dijo Claire, paseándose por el piso. Ellas estaban de vuelta en la habitación donde Myrnin había esperado, aún no sabía si ese era su dormitorio, o de otra persona, o incluso si los vampiros se preocupaban donde dormían en absoluto. Si se molestaron en eso. -‐‑Si Fallon tiene a Oliver, ¡deberíamos estar haciendo algo!-‐‑ -‐‑Fallon está muy ocupado tratando de averiguar lo que sabe Oliver acerca de la fuga de Amelie, -‐‑dijo Myrnin. Estaba sentado en la cama hojeando una revista con décadas de antigüedad arrugada por el agua al parecer contó con la boda de la princesa Diana en la portada. Probablemente el único material de lectura que queda en el Centro Comercial, Claire supuso. -‐‑Y Oliver no sabe absolutamente nada. Ni siquiera sabía que había escapado. Así que no hay nada que Fallon pueda aprender de él.-‐‑ -‐‑¡Él podría matarlo!-‐‑ -‐‑Ella está bien, -‐‑dijo Jesse, desde donde se apoyó contra la pared, los brazos cruzados. -‐‑Él podría.-‐‑ -‐‑No lo hará. Necesita a Oliver, especialmente si no encuentra a Amelie por ninguna parte. Oliver es la única autoridad que ha dejado que todo el mundo respeta. Es lo bastante miedoso de nosotros, y si no hay nadie que todos seguimos, entonces es mucho más difícil mantenernos a raya. –Myrnin se encogió de hombros. -‐‑Y mientras podamos oírle gritar, entonces él está bien.-‐‑ Claire se estremeció, y miró de él a Jesse, quien asintió con seriedad. -‐‑Mejor si no se puede oír, -‐‑dijo ella. -‐‑¡Ayúdale!-‐‑ Myrnin se trasladó, con esa velocidad espeluznante y la gracia de un vampiro misterioso, antes de que pudiera terminar de decir las dos palabras, él estaba arrodillado a su lado, la barbilla levantada. -‐‑Entonces ayúdame, -‐‑dijo, y señaló el collar. -‐‑¡Ayúdame a quitarme esto!-‐‑ -‐‑No, -‐‑dijo Jesse, que vino de la pared para estar al lado de Claire. -‐‑Myrnin, la mataras, y tú mismo con ella. Ya has visto lo mortal que estas cosas pueden ser si las manipulas.-‐‑ -‐‑Espera,-‐‑dijo Claire. Sus pensamientos estaban corriendo, y no podía entender lo que estaba tratando de pensar hasta que una imagen resulto en su mente, viva, sangrienta y nítida. Amelie. Amelie no llevaba puesto un collar. -‐‑Estoy esperando, -‐‑dijo Myrnin, mirando apenas paciente. -‐‑¿Cómo Amelie logro quitárselo?-‐‑ -‐‑Ella no lo hizo, -‐‑dijo. -‐‑He apostado a sus muertos para que ella no sintiera las quemaduras, ya que activan el collar de la descarga de forma automática cuando fuimos más allá de la frontera. Yo sólo la desperté una vez que estuvimos mucho más allá del alcance efectivo, y luego me puse para quitárselo. Pero yo no tenía manera de quitárselo sin activar el explosivo.-‐‑ -‐‑Ella lo hizo,-‐‑dijo Claire. -‐‑Ella no lo llevaba puesto cuando la vi en la Casa de Cristal.
-‐‑En la Casa de Cristal -‐‑Myrnin parecía completamente sorprendido. –Se suponía que debía ir directamente hacia la frontera, dejar esta ciudad. ¿Por qué en el mundo estaba ella en la Casa de Cristal? -‐‑ -‐‑Creo que la pregunta más urgente es ¿cómo ella consiguió quitarse el collar por sí misma?, -‐‑preguntó Jesse. Myrnin asintió. -‐‑Claire, echa un vistazo al mío. A ver si hay algo que nos hemos perdido.-‐‑ -‐‑Está bien, -‐‑dijo Claire. El se apoyo en una rodilla, con la barbilla levantada y la cabeza inclinada, y Claire se inclinó para estudiar el seguro. No había mucho que estudiar, de verdad. Fue sin rasgos, casi sin fisuras, y no había un candado en el ojo de la cerradura. La carcasa del collar era de plástico duro negro. -‐‑Yo. . . No veo nada que pueda ayudar. Espera. . . ¿Te importa si. . .yo ? -‐‑ -‐‑No, en absoluto, -‐‑dijo, y puso los ojos. -‐‑Lo que debería ser obvio para ti después de tanto tiempo, Claire.-‐‑ Ella tímidamente se acercó y palpó el cuello, en busca de los interruptores ocultos, trampas u otros elementos extraños que pudieran darle una pista. Se sentía suave y regular, hasta que encontró un parche ligeramente más áspero hacia la parte posterior del círculo. Apretó con fuerza, y sintió que cedía. Una sección de la carcasa de plástico del cuello salió, dejando al descubierto el cableado y una placa de circuito verde. Claire contuvo el aliento y con cuidado, volvió cuidadosamente el collar alrededor para exponer el resto. Vio una luz roja parpadeante y una cadena de material gris de goma que corría por el centro. Ella lo miró fijamente, y se dio cuenta que el material gris era probablemente el explosivo que los de la Fundación habían incorporado en los collares. El material diseñado para eliminar la cabeza de un vampiro. Estar tan cerca de el compuesto era malo, y el olor a ozono y el hedor ligeramente aceitoso lo hacían sentir aún peor, pero ella empujó eso a un lado. ¡Concéntrate! El circuito era bastante sencillo, al menos, pero al llegar a hacia el, vio la luz roja parpadear más rápidamente. Algún tipo de alerta de proximidad, tal vez un detector de movimiento . . Se obligó a quedarse estática, pero no saco la mano, luego hizo una respiración profunda, mientras veía la luz. Más lenta. Detector de movimiento. Si se mueve demasiado rápido, se activaría. No sabía si provocaría la administración de una descarga, o como Myrnin había dicho, probablemente freiría su cerebro o si simplemente estallaría, tomando su mano con él. De cualquier manera, no era un resultado que quería. Parecía una eternidad, pero ella se movió muy lentamente, empujando su dedo hacia adelante un cuarto de pulgada a la vez, esperando la luz para reducir su velocidad, hasta que la punta de su dedo rozó la parte inferior de la placa de el circuito. Trazó la línea del cable de el detector de movimiento para el procesador, y pasó unos segundos mirando el resto de la configuración para asegurarse de que no había perdido nada. Parecía como si hubiera solo una conexión al explosivo. -‐‑Voy a intentar algo, -‐‑le dijo a Myrnin. -‐‑Podría salir mal.-‐‑ -‐‑¿Más mal de lo que ya tengo?, -‐‑preguntó. -‐‑Haz lo que debas. No sabré si explota.-‐‑ Ese era un pensamiento sombrío, pero ella tomó un respiro, lo sostuvo, y poco a poco, avanzó lentamente su dedo hacia el cable. Luego se acercó por debajo, y le dio un rápido y fuerte tirón para cortar la conexión. La luz intermitente se disparó. Claire suspiró y se echó hacia atrás. Sólo un instante después de que ella lo hizo,
se activo el aturdimiento, un fuerte silbido, una chispa azul entre los contactos debajo del cuello y en la piel de Myrnin, y él cayó, con convulsiones. Olía a carne quemada y se inclinó hacia él, pero Jesse la detuvo con ambas manos por los hombros. -‐‑No,-‐‑dijo ella bruscamente. -‐‑Espera. Sólo tienes que esperar.-‐‑ Se tomó unos segundos, pero la carga se detuvo, y Myrnin se relajo, con los ojos abiertos y en blanco por un momento antes de que él parpadeara, levantó la mano, y soltó el cierre del compartimiento. -‐‑Bueno,-‐‑dijo, -‐‑Creo que eso es suficiente experimentación por hoy. Por cierto, Oliver ha dejado de gritar.-‐‑ Jesse soltó a Claire, después de un apretón tranquilizador no muy fuerte lo suficiente como para no hacer daño. -‐‑Fallon debe haber decidido que Oliver no sabía nada, -‐‑dijo. -‐‑Eso podría ser una buena noticia.-‐‑ -‐‑Es lo que rara vez es, -‐‑dijo Myrnin. -‐‑Te lo he dicho, tenemos que destruir a los guardias humanos. Destrozarlos en pedazos. Puedo acabar con al menos unos pocos ahora que ya no pueden hacerme explotar como una piñata, y supongo que tu.-‐‑ -‐‑No,-‐‑dijo Jesse, y extendió una mano hacia él. Él la tomó y se puso en pie. -‐‑Todavía se puede desmontar. Además, no quiere morir en una bata de baño, ¿verdad? Así indigno.-‐‑ -‐‑¿Ha estado alguna vez mi dignidad como una característica sobresaliente, que te parece?, le preguntó, mientras pasaba su todavía húmedo, pelo rizado de su rostro. -‐‑Estoy hablando de liberar al resto de nosotros. Puedo actuar. Usted puede actuar, hasta cierto punto. Tenemos que hacer algo. Claire ha demostrado que con el tiempo suficiente podríamos ser capaces de desactivar estos collares-‐‑ -‐‑Yo no he demostrado eso, -‐‑protestó. -‐‑Sólo demostré que podía tirar de un alambre y aun así conmocionó hasta dejarte sin sentido. ¿Qué pasa si me muevo demasiado rápido y se activa el explosivo? -‐‑ -‐‑Se necesitaría otro baño, -‐‑dijo. -‐‑Y me temo que esto albornoz nunca sería el mismo.-‐‑ -‐‑Myrnin-‐‑ El levantó una mano y se volvió hacia la puerta. También lo hizo Jesse. Claire escuchó un golpe tranquilo unos segundos más tarde, y abrió la puerta para mostrar la cara pálida, y silenciosa de una mujer vampiro, que asintió con la cabeza y se alejó. -‐‑Estamos convocados, -‐‑dijo Myrnin. -‐‑Claire, te pondré de nuevo en el conducto. ¿Crees que puedas hacer sola el camino de salida?-‐‑ -‐‑No voy a ir, -‐‑dijo.-‐‑ -‐‑No te puedes quedar.-‐‑ -‐‑¡No me voy hasta que me entere lo que está haciendo con Eve!-‐‑ -‐‑Claire, que no puedes…:-‐‑ Ella lo miró a los ojos y le dijo otra vez, en voz baja, con fiereza. -‐‑Yo soy. No me voy. Eve está en peligro. Si Fallon está dispuesto a lastimar a Oliver así, ¿qué piensas que va a hacer a Michael? ¿A ella? -‐‑ Iban a discutir con ella, podía verlo, pero a continuación, una quietud extraña se apoderó de ellos, y Jesse interrumpió y dijo: -‐‑No hay tiempo. Tenemos que llevarla con nosotros. -‐‑ Se la llevaron escaleras abajo, caminando entre ellos por el amplio pasillo, hacía la escalera de el atrio. En la planta baja, en el centro abierto de azulejos, había un sólido muro de vampiros, hombro con hombro de pie. Rodearon el espacio abierto
donde había entrado por primera vez a este lugar con sus amigos. A primera vista, parecía algún tipo de reunión en el ayuntamiento vampiro. Oliver yacía desplomado en el azulejo a pocos metros de Fallon. Parecía muerto, hasta que se movió un poco, tratando de levantarse. Él no podía manejarlo. La mano de Myrnin la hizo detenerse y la mantuvo allí, oculta por la multitud. -‐‑Silencio, -‐‑le advirtió, y se inclinó para mirarla directamente a los ojos. -‐‑Por tu vida, silencio.-‐‑ Una pequeña señora vampiro, menuda les miró a ellos y fijó su mirada hambrienta en el cuello de Claire, pero luego se apartó cuando Jesse la empujó para protegerla. Se paro de pie con Myrnin y Jesse a cada lado, totalmente rodeada de cuerpos sin respiración. Y sintió que cada uno de ellos quería tomar un bocado de ella. . . pero ni uno solo de ellos se atrevió a intentarlo. La puerta exterior se abrió y dos policías medio arrastraban a Eve, se había recuperado un poco, porque estaba luchando, no efectivamente, pero les tomó un poco de fuerza para dominarla lo suficiente como para llevarla a el centro de el atrio de azulejos junto a la fuente seca, donde Fallon la levantó. No estaban solos, aparentemente incluso Fallon no estaba tan seguro de su prisión. Un total de doce hombres armados de la Fundación, se pararon alrededor de ellos, con aspecto tenso y vigilante como agentes del Servicio Secreto en una galería de tiro. Eve dejó de agitarse y se conformó con mirar. Ella sabía que tipo de peligro corría, pero también se mantuvo mirando las filas de vampiros, en busca de Michael. Quien no parecía estar presente. -‐‑Oliver me ha asegurado que no tuvo nada que ver con la desaparición de Amelie, pero alguien aquí sabe. Alguien de aquí la ayudo. –La voz de Fallon, tranquila y confiado, lleno los azulejos y espacios distantes. -‐‑Y les puedo prometer que en los próximos días, cada uno de ustedes va a ser cuestionado, al fin, sobre su participación, por lo que pueden esperar su turno, a menos que quiera confesarlo ahora. ¿Cualquier persona? -‐‑ Se sintió un silencio intenso. Claire miró a su alrededor, pero nadie se movió. Ni siquiera un tic. -‐‑Entonces permítanme asegurarles que la oferta que les hice ayer por la noche todavía se mantiene hoy en día. Lo que haya hecho en su pasado, sean cuales sean las atrocidades, desde este momento, puedo borrarlo. Puedo hacerte limpio. Usted puede ser perdonado y olvidado sus crímenes. Todos ustedes me conocen, saben lo que yo era. Hice un nuevo comienzo en mi vida, y cada uno de ustedes también pueden hacerlo, todo lo que necesitas hacer es dar un paso. Sólo un solo paso.-‐‑ Oliver seguía tendido en el piso, demasiado débil para levantarse, pero cuando habló, sonaba como si de alguna manera se alzara una docena de metros por encima de Fallon y su pueblo. -‐‑Usted no conseguirá ningún voluntario aquí, -‐‑dijo. -‐‑ Váyase, y saca a la chica. Ella es carne para los perros si se queda aquí, y tú lo sabes. No has olvidado lo que se siente morir de hambre, Fallon, y no eres tan santo como pretendes. -‐‑ -‐‑Tampoco tú, aunque pretendes ser un líder.-‐‑ -‐‑No soy un líder, -‐‑dijo Oliver, con una breve y amarga corteza de una risa. -‐‑Y tú no eres la clase de hombre santo.-‐‑ -‐‑Nunca he afirmado eso.-‐‑
-‐‑Tu dices que ofreces la salvación.-‐‑ -‐‑Tu salvación es asunto suyo. Lo que ofrezco es una oportunidad de redención, pura y simple, y tu nunca conseguirás una oferta de nuevo. Sabes que es verdad.-‐‑ Fallon parecía estar casi suplicante. -‐‑Sé que crees que tu causa es verdadera, Oliver. ¿Ha existido alguna vez un momento en que no lo hiciste? Pero hay que recordar que la fe que compartimos sostiene que los vampiros son condenados. Aislados del cielo, condenado a caminar por la tierra y drenar la vida de su esperanza y sus recompensas eternas a causa de su propio pecado de orgullo. Tu no eres inmortal. Estás perdido. Y yo te estoy mostrando el camino a casa.-‐‑ Quería decir cada palabra; Claire podía ver eso. Había incluso lágrimas brillando en sus ojos. Él realmente creía que era su salvador. -‐‑¿Me estás mostrando la tumba?, -‐‑dijo Oliver. -‐‑Un regreso al hogar frío, por cierto. La respuesta es no. Tu no conseguirás ningún voluntario aquí.-‐‑ -‐‑¿Ni siquiera Michael Glass?¿ Ni siquiera cuando eso sería reunirse con su encantadora chica, que ha sido muy valiente al abogar por su liberación? -‐‑ -‐‑Esposa, -‐‑dijo Eve. Su voz sonaba ronca y mal de alguna manera, aturdida, drogada, y con mucho miedo. Pero ella seguía de pie. Seguía luchando. -‐‑Soy su esposa.-‐‑ -‐‑Tú eres su cebo, -‐‑dijo Oliver, y rodó penosamente en pie. Los guardias se tensaron, y Fallon cernía el pulgar sobre el control de la caja que sostenía. -‐‑Michael no va a morder, Fallon, así que sácala de aquí antes de que suceda algo desafortunado.-‐‑ -‐‑¿Para ella?-‐‑ -‐‑Para ti, -‐‑dijo Oliver, y había un profundo ronroneo oscuro en su voz que hizo la piel de gallina de Claire con una extraña mezcla de temor y expectación. -‐‑No más juegos, quítate esa patética cáscara de un hombre. No has sido salvado, estás vacío, vaciado, convertido en una sombra de lo que eras. Estás caminando muerto, y tú lo sabes. Iras arrastrando los pies hacia la tumba solo. No encontrarás seguidores entre las personas de Amelie.-‐‑ Las personas de Amelie, como Claire sabía muy bien, nunca habían sido unánimes de nada, pero en esto, al menos, mantuvieron sus diferencias para sí mismos. Era sólo un bloque inmóvil como estatuas silenciosas de manera inquietante, todas las miradas dirigidas a Fallon, Eve, y los guardias. Fallon parecía derrotado, pensó Claire. . . pero luego dijo: -‐‑Michael, sé que estás aquí. Oliver te a refrenado de alguna manera, pero sé que me estás escuchando. Mírame. Sé que puedes ver a Eve, escuchar los latidos de su corazón, sentir su angustia. Ella te ama, y yo incluso puedo sentirlo. No pretendas ser indiferente.-‐‑ Más silencio. Fallon no parecía sorprendido, sino que sólo se detuvo para causar efecto, pensó Claire, antes de dejar caer su bomba. -‐‑Ella dice que es su esposa, pero ella no lo es, ya sabes. No puede haber matrimonio entre los vivos y los muertos, ni a los ojos de Dios, ni a los ojos del Estado. El alcalde de Morganville ha aprobado una nueva ley hoy, que invalida cualquier matrimonio entre vampiros y humanos. Su matrimonio ha sido disuelto oficialmente.-‐‑ -‐‑¿Qué? -‐‑Eve se volvió hacia él, con la boca abierta, y en el siguiente segundo, la furia salpicó de color sus mejillas y ella le dio una bofetada. Duro. Toda su falta de claridad se había ido. -‐‑¡Hijo de puta! ¡Me mentiste! -‐‑ -‐‑Sí, -‐‑dijo. La marca de la huella de la mano era roja en su piel, pero no se había movido ni un centímetro. -‐‑Era necesario. Ahora, puedes elegir. Michael ha hecho su
elección, sino podría haber dado un paso adelante y tomar la cura, y unirse de nuevo como su marido, pero él te ha rechazado, él te ha rechazado junto a él. Yo te ofrezco ahora lo contrario: Recházalo tu. Quítate ese anillo y tíralo a la basura. Dile todo tu orgullo por ser humana y que vas a seguir siendo humana, y a cambio encontraras que eres bienvenida aquí en casa, en Morganville, con nosotros.-‐‑ -‐‑Vete al infierno, -‐‑dijo Eve. Claire no había esperado oír otra cosa, pero el anillo de la soledad bajo la ira la sorprendió. Pero, por supuesto Eve se sentía sola. Los humanos de Morganville se habían vuelto contra ella por completo después de que ella se había casado con Michael, y ninguno de los residentes de la Casa de Cristal habían sido aceptados, en realidad no aceptados, porque ellos tampoco habían encajado en el marco en primer lugar. La tierra seguía cambiando alrededor de ellos, alrededor de su pequeña isla de inadaptados, y Claire no podía dejar de sentir esa terrible sensación, una vez más, que lo que estaba haciendo para ayudar a los vampiros. . . podrían estar todos equivocados. Sin embargo ¿qué era lo correcto? ¿Fallon? ¿La Fundación del Sol? Ella no podía creerlo. No lo haría. Fallon negó con la cabeza. -‐‑Se niega a aceptar los hechos, se aferra a esta fantasía de amar a una criatura que no te puede amar a cambio.. . . Bueno, entonces usted va a terminar en una celda, y vamos a tener que tratarla por esta enfermedad mental que padece hasta que este curada de ella. -‐‑ -‐‑Escuchas lo que dices. ¿Vas a ponerme en un Manicomio? –Eve dijo. -‐‑¿Por amar a alguien?-‐‑ -‐‑Tú no quieres a Michael. Michael murió. Amas a una cosa que una vez fue él, y amar a un cadáver siempre ha sido una cosa de terror para cualquier persona con una pizca de decencia. Así que, sí. Digamos que es un Manicomio, si lo deseas, pero eso es a lo que se enfrenta si no va a renunciar a él. No soy cruel, yo te voy a dar la oportunidad de evitar ese destino. Quítese el anillo y tíralo a la basura. Muéstreles que usted está parada conmigo. Con la humanidad. Conviértete en un miembro de la Fundación de la Luz, Eve.-‐‑ Eva dio un paso hacia adelante, derecha a su cara y lo miró directamente a los ojos para decir: -‐‑Que te jodan, Fallon. Si quieres mi anillo de boda, lo voy a hacer puré en tu cara lo suficientemente profundo como para dejar un tatuaje permanente.-‐‑ Fallon no se inmutó. Él sólo. . . sonrió. -‐‑Llévatela, dijo, y uno de sus guardias agarró a Eve por el hombro. Ella giró hacia él, moviéndose con gracia ágil, cerró la palma de la mano derecha en la nariz, metió su hombro en su pecho y lo tiró a la derecha de sus pies en una expansión en el sucio azulejo. Ella todavía parecía aturdida y vulnerable, y podría haber vacilado un poco en sus pies, pero el corazón de Claire aumentó a casi el doble de su tamaño normal, porque en ese momento estaba tan orgulloso de Eve que quería dejar escapar un grito de guerra. -‐‑¿Quién es el siguiente? -‐‑Eve gritó por ella, y señaló a otro de los guardias de la Fundación. -‐‑Usted. Vamos, sol, ¡vamos a hacerlo! -‐‑ Ante el asentimiento de Fallon, el guardia dio un paso adelante, pero no fue tomado por sorpresa, y él era más que un partido para Eve, que consiguió darle un par de golpes, pero terminó perdiendo el equilibrio, que era todo lo que el hombre necesitaba para barrer los pies por debajo de ella, estrellándola contra el suelo boca abajo. En el segundo siguiente tenía su rodilla en la parte baja de su espalda y le retorcía las manos detrás de ella.
Eve estaba gritando, pero no de dolor. Eso fue pura rabia hirviendo fuera de ella, y ahora Claire trató de salir adelante, para ayudar, pero Myrnin le puso una mano pesada, fuerte en su hombro para mantenerla en su lugar, y no podía girar para liberarse. -‐‑Quítale su anillo, dijo Fallon al guardia, y el hombre asintió con la cabeza, arrancó la mano izquierda de Eve y deslizó su anillo de matrimonio fuera sosteniéndolo para que Fallon lo viera. -‐‑Ahora, tirarlo a la basura.-‐‑ -‐‑¡No! -‐‑Eve gritó, pero ya era demasiado tarde. El hombre la tiró al aire, y por un segundo me llamó la luz difusa desde arriba y un destello rojo brillo desde el rubí en su centro y, a continuación, se dirigió a las sombras. Una pálida mano lo atrapó. Michael Glass salió de la multitud al espacio abierto. -‐‑No, tonto.-‐‑Fue solo un suave susurro enojado de Oliver, pero Claire sintió que los dedos de Myrnin se cerraron apretados en su piel, y ella supo que las cosas habían cambiado de un modo que no podía definir. Michael se quedó allí, mirando a Fallon con el anillo en su mano, y le dijo: -‐‑Deja que se vaya. No es a ella a quien quieres. Soy yo.-‐‑ -‐‑Hijo de Amelie, -‐‑coincidió Fallon. -‐‑Sí. Te necesito, Michael, porque eres un símbolo. Eres la debilidad de Amelie. Y si necesitas a esta chica tanto como ella te necesita. Yo no puedo dar la espalda a usted y a ella, podrán estar juntos de manera que ninguno de ustedes alguna vez haya imaginado posible. Todo lo que necesitas hacer es aceptar y tomar la cura.-‐‑ La cura. Por supuesto. La salvación de Fallon no había sido una alegoría religiosa lo que había estado ofreciendo era la humanidad a los vampiros. Un cambio de nuevo a una, respiración, a la vida mortal regular. ¿Y no es eso algo bueno? ¿No debería ser? Él había necesitado un voluntario, y aquí estaba Michael, de pie delante de él con el anillo de boda de Eve apretado en su puño, mirando a su mujer con tanto amor y desesperación que Claire se sintió un poco débil por ella. Había una especie de murmullo inquieto movido por los vampiros. . . algo por debajo de su audiencia, incluso por debajo de su visión, pero una sensación como ninguna otra que jamás había sentido antes. -‐‑No, -‐‑Oliver susurró de nuevo. Había ira en esa palabra, y también había miedo. Si alguna vez hubo un momento en que los acontecimientos se giraron, cuando algo monumental estaba pasando, esto fue todo. Podía sentirlo, y así lo sentían ellos. Por la mirada en el rostro de Fallon, él también lo sabía. Él estaba esperando por su triunfo. -‐‑Yo nunca quise ser un vampiro, -‐‑dijo Michael. –Lo sabes, Eve. Nunca lo pedí.-‐‑ El guardia había dejado de colocarse de rodillas, pero él mantuvo sus muñecas a la espalda lo suficientemente apretado que debía de haber sido doloroso. Ella no hacía ruido. Su mirada estaba fija en Michael, sin aliento, esperando. -‐‑Te amo, -‐‑dijo. -‐‑Siempre lo hice, incluso cuando yo era un idiota demasiado estúpido como para admitirlo. En el momento en que pude, ya era demasiado tarde, y yo era. . .otra cosa. Nunca tuve la oportunidad de estar contigo cuando era humano. Y lo siento por eso. Te mereces algo mejor.-‐‑ -‐‑No lo sientas,-‐‑dijo Eve. Su voz temblaba, pero se las arregló para sonreír. -‐‑No es como si yo fuera una Jane normal en primer lugar. Yo también te amo, Mike. Siempre y para siempre, no importa lo que eres. -‐‑ Michael asintió con la cabeza, sólo un poco, y su sonrisa era desgarradoramente
preciosa. Algo personal y privado, sólo entre ellos dos. Luego se volvió a mirar directamente a Fallon. Sin miedo. Abrió la mano y dejó caer el anillo de Eve de sus dedos. Que cayó en el vacío, girando y tambaleándose, golpeando el azulejo con un sonido como de corazones rotos. El rodó hasta detenerse a los pies de Fallon. -‐‑Haz lo que quieras, -‐‑dijo Michael. -‐‑Sin embargo, con o sin anillo, con o sin la ley, Eve es mi esposa, y no hay nada usted o cualquier otra persona puede hacer al respecto. No voy a ser voluntario. Si quiere darme su cura, me tendrás que forzar, al igual que el vampiro que desgarró mi garganta en primer lugar.-‐‑ -‐‑Eso es un grave error, -‐‑dijo Fallon. -‐‑Disminuirá en gran medida sus posibilidades de supervivencia si se opone a la terapia. Tómala de buena gana. Por favor.-‐‑ -‐‑Ya has oído a mi esposa. Vete a la mierda.-‐‑ El rostro de Fallon. . . cambió. Se pasó de una máscara de amabilidad y calma a algo tan retorcido de rabia que era casi demoníaca, y Claire sintió un perno de terror a través de ella, no por sí misma, sino por sus amigos, tan solos, vulnerables y valientes. Fallon se volvió hacia el guardia que tenía a Eve. –Lleve a esta desviada al hospital. Dile a la Dra. Anderson que quiero que le de un curso completo de la terapia de aversión hasta que deteste la mera visión de los vampiros. Que no sea suave al respecto. -‐‑ Michael se abalanzó, pero Fallon era más rápido que él con el control remoto de los collares, y debe haberle dado vuelta hasta la médula de reparto de niveles de dolor, ya que noqueó a Michael en el aire moviéndose sin gracia, con la espalda arqueada mientras se convulsionaba contra la corriente. Y no sólo él. Todos ellos. Los vampiros cayeron como sacos de cemento, y Claire se dio cuenta en ese claro instante que si ella no caía con ellos, sería tan evidente como un insecto en un pastel de boda, la única que quedaría en pie en medio de los cautivos. Por suerte, Myrnin ayudó con eso, incluso si no fue intencional, su mano aplastó sobre ella, empujándola hacia el suelo, y ella se dejó caer. Su peso cayó encima de ella, ocultándola casi completamente de la vista. Se las arregló para retorcerse un poco y ganar un poco de aire, y una línea de visión hacia Fallon. Él redujo la intensidad de los collares, pero Claire todavía podía sentir la corriente que circula a través del cuerpo de Myrnin suficiente para hacer que todo su cuerpo se contrajera de incontrolable de dolor. Tuvo suerte que no se transmite a través de ella, salvo un ligero cosquilleo. Fallon, obviamente, quería que su audiencia lo vea, pero también los quería callados. Compatible. Eve fue puesta de pie y la empujada hacia la puerta, gritando el nombre de Michael. Fallon puso una punta de su zapato debajo del cuerpo de Michael y le dio la vuelta a su espalda, y luego se inclinó para mirarle. Esa horrible sonrisa seguía firme en su lugar. -‐‑Te lo advertí. Vas a ser curado, si lo deseas o no. Voy a cambiarte o tendré que matarte. En cuanto a tu chica por desgracia su futuro es doloroso, provocado por ti, Michael. Yo quiero que recuerdes que cuando la cura corra por tus venas y todo lo que eres sea despojado en la distancia, para no volver jamás. Quiero que recuerdes quién rehízo su imagen en esta ocasión. No Amelie. Yo.
No había nada que Claire pudiera hacer. Nada más que ver, oculta por el cuerpo de Myrnin, cuando Michael fue arrastrado lejos. Pero tenía sólo un pensamiento, un ardiente pensamiento completamente claro: Vamos a acabar contigo. No sólo porque lo que estaba haciendo estaba mal, sino porque él acababa de hacer algo personal. Ella podría estar equivocada en ayudar a los vampiros contra los seres humanos, podría estar equivocada al pensar que Fallon no tenía derecho a meter su cura en sus gargantas. Pero eso no importaba ahora. Esto fue sobre sus amigos. Fallon estaba hablando con el policía de pie junto a él. En shock, Claire reconoció el porte recto, el pelo rubio. La Oficial Halling. -‐‑Valerie, elige veinte de ellos para la curación, por favor, y asegúrese de que Michael es uno de ellos. Haga que los envíen directamente al hospital y dígale a la Dra. Anderson para iniciar el tratamiento inmediatamente-‐‑. -‐‑Sí, señor.-‐‑ -‐‑Una cosa más, -‐‑dijo Fallon. -‐‑Vamos a tener que subir nuestro calendario, ya que Amelie escapó. No puedo correr el riesgo de que ella sea capaz de formar algún tipo de resistencia. Encuentra el más hambriento, los más amorales hijos de puta en este edificio, recoge diez, y déjalos sueltos esta noche.-‐‑ Incluso Halling parecía perturbada por esa orden. -‐‑¿Vamos a dejarles a ellos. . . sueltos? ¿Te refieres a libre? Se supone que no debemos activarles el collar, o …-‐‑ -‐‑Quiero que desactive sus collares antes de dejarlos salir a cazar.-‐‑ -‐‑Señor, no me lo tome como una falta de respeto, pero ¿por qué?.-‐‑ -‐‑Morganville ha olvidado su miedo a la oscuridad, -‐‑dijo. –Ellos necesitan un recordatorio de por qué los vampiros necesitan ser curados, o muertos. Muchos en la ciudad han comenzado a preguntarme, quejándose por el encarcelamiento de los vampiros. Tenemos que demostrar que sólo hay una forma correcta de manejar a este tipo de criaturas miserables: nuestro camino.-‐‑ Halling no parecía feliz, pero ella asintió con la cabeza y dio un paso atrás. Se aseguró de que Michael estaba bien atado y lo arrastró hacia fuera, y entonces ella comenzó a contar, señalando cuerpos hasta que llegó a los veinte. -‐‑Ahora, lléveles al hospital, -‐‑dijo. -‐‑Estos cabrones afortunados están recibiendo la cura. Podrían estar en sus propias casas en Morganville mañana, sanos y salvo.-‐‑ Pero Claire sabía, tal vez porque todos sabían que las probabilidades eran bastante escasas. Cuatro a uno. El vigésimo elegido incluyendo a Michael era arrastrado aún con espasmos de la habitación. Claire contuvo la respiración y se quedó muy quieta cuando uno de ellos caminó cerca de ella, el peso de Myrnin se sentía como ladrillos en la parte superior de ella, y el dolor en su brazo estaba creciendo más nítido y más cortante con cada segundo. Ella cerró los ojos, concentrándose en no reaccionar o moverse, y el guardia le dio un golpe a Myrnin con su pie. Su cuerpo rodo fuera de Claire y golpeó débilmente el suelo de azulejos. -‐‑¿Qué demonios pasa con este?, -‐‑Preguntó el guardia. –El está llevando una especie de bata de baño de mujer.-‐‑ Fallon miró, y luego se centró en Myrnin. Dio varios pasos hacia ellos. -‐‑Me estaba preguntando en donde se había escondido la vieja araña. Cuidado, él es peligroso incluso cuando está en su sano juicio, miro el aspecto de él, este no es su mejor período de salud mental. -‐‑El policía retrocedió y Fallon se inclinó. Retiró el pelo oscuro de la cara de Myrnin. -‐‑¿Puedes oírme, Spider? -‐‑
-‐‑Sí, -‐‑susurró Myrnin. -‐‑Te escucho.-‐‑ -‐‑No estoy haciendo esto por ti, -‐‑dijo Fallon. -‐‑A pesar de lo que me hiciste, me mataste, arrastrándome por el infierno para hacerme un demonio bebedor de sangre. No estoy haciendo esto para hacerte daño, Myrnin. Lo estoy haciendo para ayudar. -‐‑Tal vez él lo creía, pero Claire podía ver su cara a través de la brecha, y lo que vio en él era cruel. Estaba enojado. Y era personal. -‐‑Te estoy guardando para el final, querido padre de sangre. Voy a hacerte el último vampiro que vive en todo el mundo, antes de que me deshaga de ti.-‐‑ -‐‑Yo te salvé, -‐‑dijo Myrnin. –Sabes que yo lo hice. Te estabas muriendo.-‐‑ -‐‑Yo estaba en los brazos de Dios, y me arrancó del cielo. ¿Crees que voy a olvidarlo? ¿O perdonar? -‐‑Fallon empujó a Myrnin, y junto a él, Jesse intentó moverse. Él agarró su trenza roja y obligó su cabeza en un ángulo doloroso. -‐‑¿Quién es?¿ Una amiga tuya? -‐‑ -‐‑Déjala, -‐‑dijo Myrnin, y abofeteó torpemente hacia Fallon. Él se quedó corto. -‐‑Por favor-‐‑-‐‑ -‐‑Esta, -‐‑dijo Fallon, y arrastró a Jesse por el azulejo. -‐‑Llévala a la cura.-‐‑ -‐‑¡No!-‐‑Fue sólo un susurro de Myrnin, pero estaba lleno de angustia y horror, Claire trató de pensar en lo que podía hacer para detenerlo. Tal vez ella va a hacer, pensó Claire. Quizás Jesse podía ser-‐‑¿Qué? ¿Salvarse? Jesse le gustaba quién era. Ella era una buena persona. Usó sus fuerzas para ayudar a los demás. Ella no necesitaba salvarse. Tengo que hacer algo. Ella no tuvo oportunidad, porque Oliver se puso en pie y dijo entrecortadamente, -‐‑Llévame.-‐‑ Fallon se volvió lentamente hacia él. -‐‑¿Perdón?-‐‑ -‐‑Yo. Voluntario. Para tomar. Su cura. -‐‑Oliver dijo con precisión, mordiendo las palabras fuera de los bordes limpios, afilados y cortantes. -‐‑Necesitas un voluntario. Un símbolo. ¿Quién mejor que yo? -‐‑ -‐‑No es propio de ti, Oliver, todo este auto-‐‑sacrificio. -‐‑Fallon dijo, pero se encogió de hombros. -‐‑Usted sería útil, si sobrevives. Probablemente no, ya sabes.-‐‑ -‐‑Entonces me tendrás a tu manera, y no voy a tener que mirarte de nuevo. Los dos ganamos.-‐‑ Fallon hizo un gesto, y los policías lo esposaron y se lo llevaron. Claire se preguntó cómo se desactivan los collares. Deben tener alguna forma, ya que no se los retiraron antes de llevárselos . . . pero también sabía que ese pensamiento era sólo una manera para su cerebro de vomitar un escudo emocional para mantener el pánico a raya. Se llevaban a Michael, Eve, y Oliver, y no podía hacer nada para detenerlo. La enormidad de lo ocurrido choco contra ella entonces, y el pánico presionando. Sus pulmones estaban ardiendo, y corrió el riesgo de tomar un solo, y rápido, aliento temblando. Fallon vio el movimiento. Sus ojos se abrieron, y él hizo un gesto a uno de sus guardias de negro de la Fundación, que cruzó el atrio, se inclinó y la agarró por el brazo. Claire estaba lista. Ella vino directamente hacia arriba, lanzándose hacia él con toda la furia que se había estado acumulando en su interior desde que vio cómo Fallon había tratado a Eve y Michael, y la parte superior de su cráneo chocó con tanta fuerza con su nariz que ella vio las estrellas. Él la soltó y se tambaleó hacia atrás,
y ella se lanzó al ataque, de repente fríamente calmada, deslizándose en ese espacio vacío que Shane le había enseñado a ocupar cuando su vida estaba en peligro. Ella era baja, esquivando el salvaje puño del hombre mientras sostenía su nariz con la otra mano y se volvió como una bailarina para llegar dentro de su defensa y aplastar el otro codo a la derecha donde ya le había hecho daño. Gritó, un agudo grito, parecía tan sorprendido como con dolor y cayó con fuerza de espalda. Se retorció para llegar a lo que parecía como una especie de Taser, pero Claire llegó primero, tiró de ella libremente, y encontró el interruptor para encenderlo. Ella lo sorprendió y lo dejó sangrando y temblando en el suelo mientras se iba tras Fallon. Tenía en la mano una pistola. Claire se detuvo de golpe, los ojos muy abiertos, y quito su dedo del gatillo de la pistola Taser. El amenazante, sonido reconfortante se detuvo. -‐‑Deja eso, -‐‑dijo Fallon. Su voz sonaba tranquila y suavemente divertida. -‐‑Ustedes, los niños de la Casa de Cristal son viciosos, cuando despertaron, ¿no es así? ¿Y porque, la defensa de los vampiros? La niña, realmente no tiene la menor idea de lo que está protegiendo, ¿verdad?¿Qué son? ¿Lo qué hacen? -‐‑ -‐‑Yo sé lo que eres, -‐‑dijo. -‐‑He visto lo que haces. Eso es suficiente.-‐‑ -‐‑Cuando luchas contra tus enemigos, debes convertirse en ellos, o ser peor. Así es cómo se ganan las guerras, niña, aunque yo no espero que lo entiendas con tu edad.-‐‑ Él había parecido tan cuidadoso y correcto antes, pero ahora lo único que podía ver era la arrogancia debajo de todo eso, puro fanatismo nauseabundo. -‐‑No se puede luchar contra el mal con la paz y el amor.-‐‑ -‐‑Pensé que eras un hombre religioso, -‐‑replicó ella. -‐‑Estoy bastante segura que eso es exactamente lo que Jesús dijo que había que hacer.-‐‑ -‐‑Jesús fue crucificado, y no tengo la intención de correr la misma suerte.-‐‑El hizo un gesto con la pistola. -‐‑No voy a advertir de nuevo. Suelta el juguete.-‐‑ -‐‑¿O qué? ¿Tú me disparas? Pensé que eras todo sobre la protección de los seres humanos.-‐‑ -‐‑Eres sólo técnicamente humana si colaboras con el enemigo.-‐‑ Descubrió que estaba sonriendo. No sabía por qué, en realidad, no era un momento para sonreír, pero de nuevo, no era de felicidad lo que provocaba esa expresión de su cara. Probablemente no fue un aspecto muy agradable para ella. -‐‑Y así comienza la guerra, -‐‑dijo en voz baja. Ahora entendía lo que Jesse había querido decir con eso. -‐‑¿Estás dispuesto a matar a gente inocente para salvarlos?. Suena como una verdadera cruzada ahora, ¿no? -‐‑ -‐‑Quieta, -‐‑dijo. Sonaba gratamente enojado. –De rodillas. Hazlo. Las manos detrás de la cabeza. -‐‑ Ella lo hizo, porque no quería ver cómo conseguía que la matasen, haría algo mejor, seguía sonriendo porque parecía molestarle. Ella seguía sonriendo cuando ellos la agarraron por las muñecas y fue esposada por segunda vez en un día, y la arrastraron por los pies. -‐‑Vas a perder, -‐‑le dijo ella. -‐‑Sácala de aquí, -‐‑dijo, y esta vez con una sonrisa forzada, también. No parecía convincente. -‐‑Por su propia seguridad, por supuesto.-‐‑ -‐‑¿A dónde la llevo?-‐‑Apenas podía entender la voz de el guardia, que sonaba enojado, sordo y sangrienta, y su nariz probablemente le dolía mucho. Casi sintió una descarga de culpa por ello. Casi.
-‐‑Al mismo lugar que a su amiga, -‐‑dijo Fallon. -‐‑Dile a la Dra. Anderson que ésta necesita reeducación, también. ¿Y Claire? Voy tirar su Casa Fundadora al suelo. No vas a tener ningún lugar para volver. Llámelo un comienzo totalmente nuevo.-‐‑ Iba a hacerlo de todos modos, Claire se dijo así misma, sólo para mantenerse y no lanzarse directamente hacia él. No importa. Encontraremos una manera de detenerlo. Tenemos que encontrar una manera. -‐‑Es sólo una casa, -‐‑dijo, y siguió sonriendo. -‐‑Y nunca le vamos a dejar ganar.-‐‑ Pero ella sabía que la primera mitad de eso era una mentira. La Casa de Cristal jamás sería soló una casa. No para ellos.
NUEVE El guardia trajo un amigo para conducir, ya que sus ojos estaban cerrados por la hinchazón de el golpe y su rostro era un desastre sangriento. Su nariz, Claire pensó, parecía un monstruo, una artista de maquillaje podría haberle rechazado como "demasiado raro." Fue increíble cuánto daño le había hecho a él, y se sintió cada vez más culpable por ello. Esa fue la diferencia entre ella y Shane al final, pensó, no podía sentir ningún orgullo en su violencia. Pero aún así era bueno saber que podía defenderse cuando era necesario. Los guardias no le dijeron nada a ella en el camino. Pensó estaban demasiado enojados para tratar de ser civiles, y la verdad, ella no quería hablar con ellos de todos modos. Estaba ocupada buscando en una grieta polvorienta entre el asiento y el respaldo, tratando de ver si a alguien se le había caído algo útil. Encontró un tubo enrollado que se sentía como un cigarrillo, pero era probablemente algo menos legal, y lo dejó allí. Justo cuando estaba a punto de renunciar como una causa perdida, sus dedos rozaron con algo que se sentía metálico. Ella lo agarró, y se dio cuenta de que era un clip para papel, uno de los más grandes, los más resistentes. Ella burlo lentamente por entre la tela, luego trató de pensar cómo ocultarlo. Se conformó con deslizarlo en una abertura deshilachada de los pantalones vaqueros que llevaba, y lo engancho a las finas hebras blancas que colgaba en el interior. Podría caerse, pero era todo lo que ella podía hacer en caso de que la registraran. No fue un largo trayecto en el coche de policía de Hannah que estaba permitiendo, evidentemente, el uso de equipo oficial a los guardias de seguridad privada, parecía una mala idea para Claire, antes de que se detuvieran en el frente de unas puertas de hierro de un viejo lugar, melancólico, parecía como si hubiera sido construido para ser una especie de fortaleza. Ventanas con barrotes estrechos, puertas góticas. El letrero sobre la puerta decía: Institución de Salud Mental de Morganville. Eso no parecía nada prometedor. Los guardias se volvieron a mirarla mientras detenían el coche a un lado de las puertas, junto a la puerta principal. -‐‑No nos des más problemas , -‐‑dijo el que no tenía la nariz reventada. -‐‑No me gusta la caza de ballenas en niñas flacas pequeñas, pero si actúas así una vez más, te lo prometo, no dudaré en ponerte en el suelo.-‐‑ El otro murmuró algo que sonó como de aprobación, pero entre la nariz congestionada y su mal humor, Claire no podía estar segura de nada. Ella se sentó en silencio mientras el hombre ileso le abrió la puerta y dejó que él la ayudara a salir, ya que tenía sus muñecas atadas detrás de su espalda lo que hizo todo alrededor de diez veces más difícil (que era probablemente el punto). La masa gris de piedra del edificio del manicomio parecía planear sobre ella como con la intención de colapsarla y enterrarla, y sintió un pequeño temblor de miedo, mirando a su futuro. No, vamos a salir de aquí, pensó. Yo y Eve, nos iremos de este lugar y salvaremos la Casa de Cristal a Michael, Oliver y Myrnin y hacerlo todo bien de nuevo. Pero Fallon había logrado plantar una semilla profunda, el surgimiento de la duda. Porque hacerlo "bien" que significa realmente, ¿al final? ¿Estado quo? ¿Los vampiros siguen oprimiendo, los seres humanos en desventaja para su propia riqueza y beneficio?¿ Los seres humanos odiando a los vampiros y tratando de matarlos? ¿Tensión y derramamiento de sangre constante, en ambos lados?. ¿Estaba en el lado correcto o no había un lado correcto en absoluto?
Tenía que haber, un equilibrio. Tengo que estar en el lado de los que están siendo perseguidos y encarcelados, ¿no? A pesar de todo. La punzante sensación de que en esta zona gris moral estaba caminando en el lado equivocado de la línea estaba empezando a asustarla. O lo hizo hasta que las viejas puertas góticas se abrieron, y la Dra. Irene Anderson salió a saludarlos. Ella parecía muy similar a como lo había sido en Cambridge, cuando a Claire le había gustado tanto como mentora, ella parecía tranquila, competente y peculiar, para nada como una agente del mal y el caos. La bata blanca que llevaba le daba un aire aún de más legitimidad. Pero la mirada que le dio a Claire era complacida y escalofriante. -‐‑Me alegro de verte de nuevo, Claire,-‐‑ella dijo. -‐‑Por favor, adelante estoy segura de que estarás igual de contenta como estoy yo de que nos pongamos a trabajar juntas de nuevo por el bien común.-‐‑ -‐‑Si eso significa que no en todo, entonces sí,-‐‑dijo Claire. Ella sentía un verdadero rechazo a dar los dos pasos hasta la puerta donde Anderson espero, pero no parecía tener otra opción. Los dos aspirantes a policías detrás de ella la empujarían si no iba por su propia cuenta, y Anderson tendría mucho gusto de eso. Fuera su miedo. Claire mantuvo contacto con los ojos y se acercó para unirse a la Dra. Anderson, quien puso una mano amiga en su hombro. -‐‑Así que me alegro de verte de nuevo, -‐‑dijo, y si era una mentira, la mirada de sus ojos era ilegible. -‐‑No tengas miedo. Vamos a ayudarte a superar esos sentimientos de lealtad que tienes hacía los vampiros. No es tu culpa. Más de un rehén reacciona con el síndrome de Estocolmo, buscando complacer a los que tienen poder sobre usted para poder sobrevivir. No hay nada de que avergonzarse, soló algo que hay que tratar.-‐‑ -‐‑Gracias. ¿Me puede quitar esto, por favor? -‐‑Claire sacudió sus esposas. La sonrisa de Anderson se profundizó y se giro dándole un toque significativo. -‐‑Tal vez más tarde, -‐‑dijo. -‐‑A mi me parece que has llevado algunos hábitos muy malos, Claire. Quiero estar segura de que puedo confiar en ti primero.-‐‑ -‐‑Puedes confiar en mí, -‐‑dijo Claire. -‐‑¿Para hacer qué? ¿Actuar? Sí, estoy segura de que puedo confiar en ti para un puñado de posibles. . . como tu amiga Eve.-‐‑ Claire no pudo evitar preguntar. -‐‑¿Ella está bien?-‐‑ -‐‑Bien,-‐‑dijo Anderson. -‐‑La verás pronto.-‐‑ Las puertas retumbaban al ser cerradas con llave detrás de ellas a medida que pasaban en las sombras, y Claire lucho contra la sensación de que acababa de cometer un muy grave error. El manicomio (bueno, no fue llamado así, pero Claire no pudo evitar pensar en él de esa manera) fue sorprendentemente tranquilo, y una vez que sus ojos se habían ajustado a los niveles de luz más bajos, vio que también era sorprendentemente exuberante. Una nueva alfombra mullida que amortiguo sus pies, y ella sintió el penetrante olor de la nueva pintura en las paredes. Aquí, como en el resto de Morganville, había habido un cambio de imagen. Pero las puertas eran pesadas puertas de metal, con ventanas de correderas con seguros en ellas, y bloqueadas. -‐‑Alegre, -‐‑dijo Claire. -‐‑¿Dónde está Eve?-‐‑
-‐‑Comenzando su tratamiento, -‐‑dijo Anderson. -‐‑No te preocupes, ya la verás, pero no inmediatamente. Esto es más una terapia de inmersión. -‐‑Me di cuenta de que había necesidad de mi ayuda para hacer más copias de VLAD.-‐‑ Ese fue el nombre que le había dado, tal vez un poco caprichosamente a el dispositivo que había creado en el laboratorio de Myrnin que funcionaba como una especie de súper –Taser en vampiros, sólo actuó atacándolos mentalmente, no físicamente. Fue eficaz. Demasiado efectiva, de hecho. -‐‑Tu saboteaste el último que le entregué, y es responsable de todas las muertes que ocurrieron después, a causa de sus acciones –dijo su antigua mentora. Ella no pudo evitar el resentimiento de su voz. -‐‑No creo que puedo contar contigo para consultar nada por esa razón, Claire. Es una lástima. Eres una joven muy brillante, y podrías haber hecho grandes cosas. -‐‑ -‐‑Todavía puedo, -‐‑dijo Claire. -‐‑Pero probablemente no con usted, porque estás loca.-‐‑ -‐‑Debe saber todo acerca de que, dada su. . . intimidad con Myrnin. -‐‑Había algo en la voz de Anderson que hizo a Claire tener un sobresalto, y luego mirarla enojada. -‐‑¿Sabe, su novio? ¿Acerca de su romance con el vampiro? -‐‑ -‐‑¡No tuve ningún tipo de aventura!-‐‑ -‐‑¿Como es que lo llama la gente de tu edad, entonces? ¿Una conexión? -‐‑ -‐‑Uhh, -‐‑dijo Claire. -‐‑Sólo cállate. Me estás avergonzando. Creo que eras tú quien quería una conexión con Myrnin en su día, y nunca lo consiguió. -‐‑Dijo ella, y en serio, incluso sintió una pequeña llamarada de placer cuando la Dra. Anderson se estremeció. Había aprendido la lucha sucia de Shane, pero también había aprendido cómo buscar el punto débil de algunos como Mónica Morrell. Divertido, se puede aprender algo incluso de tus peores enemigos. -‐‑Además, yo pensaba que eras todo babosa con el Dr. Davis de vuelta a Cambridge. ¿Te he dicho que me dijo mi compañero de casa que estuviste es su cama, también? O tal vez estás caliente para Fallon en estos días. No importa. Las dos son opciones perdedoras, y dicen mucho acerca de usted como persona.-‐‑ Es difícil de describir el rubor furioso de Anderson, supongo que era el objetivo, pero no importaba; Claire había dado en el clavo de lleno. Anderson abrió una puerta metálica que crujió, y empujó a Claire haciéndole perder el equilibrio, y antes de que Claire pudiera saltar bastante para conseguir equilibrarse de nuevo, oyó el estampido hueco de su única vía de escape siendo cerrada. . . y, a continuación, la llave girando. La habitación era muy simple, llana como cualquier celda, con una pequeña cama doble, una almohada, una manta y un pequeño baúl de madera con cajones Claire imaginó que mantendrían la edición estándar de pijamas y ropa interior para los pacientes. Un espejo estaba atornillado a la pared sobre el lavabo, no era vidrio real, por supuesto. Plástico. Al menos la combinación aseo / ducha estaba en una pequeña alcoba separada. Olía a desinfectante y desesperación. La ventana se deslizó a un lado, y Anderson se quedó mirándola durante un largo momento. -‐‑No te pongas cómoda, dijo. -‐‑Sus tratamientos comenzará pronto.-‐‑ -‐‑¿No hay vas a quitarme estas esposas?-‐‑ -‐‑No.-‐‑La ventana se cerró con un clic final, y Claire escuchó la cerradura en su lugar, también fue bloqueada. Hubo un sonido extraño justo en el borde de su audiencia. Al principio pensó que podría ser una sirena. . . y entonces ella supo que no lo era.
Estaban gritando. Tratamientos. Claire sintió sus rodillas débiles. Ella se sentó en la cama, haciendo una mueca por el chillido estridente de los muelles, y respiró hondo. Tengo que salir de aquí. Sentía en la parte trasera de sus pantalones donde ella había escondido el clip para papel. Todavía estaba allí, enredado en los hilos delgados por el lavado con ácido. Le tomó tiempo y paciencia y calambre en los dedos para liberar el clip, después de que finalmente lo había conseguido, se tomó un descanso, trabajando sus manos adoloridas, y tratando de conseguir un poco de sensación de nuevo en ellas. Los guardias la habían tomado con ella, como era de esperar, poniendo las esposas demasiado fuerte, y había un dolor pulsátil en torno a las muñecas. Sus manos se sentían hinchadas y con hormigueo, y a falta de algo mejor que hacer por el momento, se tendió boca abajo en la cama y levantó las manos en un ángulo doloroso para reducir el flujo de sangre. El hormigueo se desvaneció en un par de minutos, y los dedos se sentían mejor. Aún torpe, pero mejor. Se sentó de nuevo, respiró hondo y comenzó a trabajar con el clip de papel. Le tomó mucho tiempo para abrir la cerradura de las esposas. Myrnin le había enseñado a ella, hacia tiempo, los puntos más finos de la técnica; porque había sentido que era una habilidad necesaria para tener en Morganville, y resultó que era casi seguro correcto. Sin embargo, ella estaba oxidada y tardó demasiado tiempo para doblarse, colocar el grueso clip en las formas adecuadas, y para maniobrar en su posición. Luego tuvo que luchar contra su propio ardor, soportar los calambres musculares viajando con delicadeza por todos los pequeños disparadores dentro de la cerradura, pero finalmente sintió la primera de las esposas deslizarse libre. La segundo le tomó sólo un tercio de tiempo, ahora que tenia el ángulo correcto de el problema. Liberada, se tomó unos segundos para respirar y en silencio celebrarlo. Luego revisó los cajones de su pequeña habitación. Como era de esperar, había ropa interior de algodón fea, en una variedad de tamaños, y algunos igualmente feos sostenes deportivos (aunque ella rápidamente se cambió porque incluso estos eran una actualización en comparación con el que le habían dado en el Centro Comercial de los vampiros.) Luego abrió el cajón y encontró que se deslizaba sin problemas, dentro y fuera. Buenas noticias. Claire relleno el área debajo del cajón con la almohada de la cama, vació lo que había dentro, y tiró con fuerza de el mecanismo. Capto la firmeza, negándose a deslizarse. Trabajó arriba y abajo, de lado a lado, hasta que una de las ruedas pequeñas dentro se liberó de las guías, y luego el lado izquierdo apareció libre. Desde allí era lo suficientemente simple para que se suelte la llave desde la derecha, pero el cajón era pesado y torpe, y se alegró de que había puesto la almohada en lugar de atraparlo mientras caía o el ruido habría hecho eco por ese pasillo silencioso, ahora que los gritos se habían desvanecido. Una vez que el cajón estaba fuera, vio las guías metálicas atornilladas a sus lados. Perfecto. Claire trabajó en su clip de papel hasta que se torció en un destornillador improvisado que encaja dentro de las cabezas de los tornillos. Trabajar con el requirió de su poder muscular, sudor, paciencia y más músculos tensos, pero se las arregló para soltar dos de cada tres sujetadores
por un lado, y el tercero no importaba, ella le dio torque al metal hasta que quedo suelto. Había empezado esposada, armada con un clip de papel. Ahora ella tenía una franja de diez pulgadas de metal con bordes afilados, esposas, y un clip de papel. Sus probabilidades estaban mejorando todo el tiempo. No habría tiempo para moldear el metal correctamente, pero encontró que usando los bordes pesados del cajón de madera, podía presionar sobre el metal y doblarlo en una punta afilada. Un par extra de ropa interior muy bien envueltos alrededor del otro extremo, para proporcionar un agarre decente. Un cuchillo instantáneo. Ella trabajó en la otra guía y lo consiguió gratis, la doblo en forma de U y le colocó un elástico. Con la adición cuidadosamente envuelto de un sujetador deportivo, tuvo una honda pasable. Los tornillos que había aflojado le proporcionaron munición. Así lo hiciera pedazos se las arregló para ir sacando el marco de la cama. El cajón fue de nuevo, lleno de ropa, y la almohada en la cama. A primera vista, todo parecía perfectamente normal. Claire hizo una funda para su cuchillo con la cartulina (habían dejado algunos lápices de colores, para dibujar, en un cajón) y fijado con un lazo de elástico roto a la trabilla de sus pantalones vaqueros. Luego se puso la cubierta por el lado de la pierna, en el interior de los pantalones, y deslizó el cuchillo. Fue todo un espectáculo, pero no tanto como habría sido si los vaqueros que tenía hubieran sido apretados. Bastante bien. La munición de la honda improvisada fue a sus bolsillos. En un impulso, ella rompió los lápices de colores y agrego aquellos, también. Y el botón de sus pantalones vaqueros. Estaba pensando en qué hacer con las esposas cuando la puerta se sacudió, y después de pensarlo un segundo, ella metió la honda por la parte baja de su espalda, se puso las esposas de nuevo alrededor de sus muñecas, pero apenas hace clic en. . . lo suficientemente floja para que pudiera tener sus manos libres con un movimiento rápido. Ella estaba de pie en medio de la habitación mirando cabizbaja cuando la Dra. Anderson abrió la puerta de nuevo. -‐‑¿Puedes por favor quitarme estas ahora, -‐‑preguntó ella, y trató de sonar escarmentada. -‐‑Me duelen.-‐‑ -‐‑En un tiempo, -‐‑dijo Anderson, que era exactamente lo que Claire esperaba que dijera. Le hizo un gesto a Claire para que saliera, y ella lo hizo. La honda de metal atascado en su espalda sintió crudo y torpe, y ella sabía que sería visible desde atrás, asomando contra su fina camisa, pero Anderson no fue detrás de ella: la tomó por el codo y caminó junto a ella rápidamente por el pasillo hacia el final. Nadie les paso, y cuando Claire se arriesgó a mirar atrás, no vio a nadie siguiéndoles, tampoco. -‐‑No hay mucho personal, -‐‑dijo. -‐‑Estamos contratando, -‐‑dijo Anderson. -‐‑Tu y tu amiga son nuestros primeros pacientes. Estoy segura de que es un honor.-‐‑ Eso no era como Claire habría dicho, pero ella no tenía la oportunidad de disparar una réplica sarcástica, tampoco, porque al doblar la esquina de la izquierda llegaron a otra puerta de metal. Esta tenía un letrero que decía: Sala de Tratamiento. Prohibido el acceso sin autorización previa. Anderson sacó un grueso manojo de llaves de el cinturón para abrirla.
Los gritos habían comenzado de nuevo-‐‑amortiguados, pero era evidente que venían desde el otro lado de esta puerta. La puerta se abrió, y Claire vio a Eve. Su amiga estaba atada en una silla, completamente bloqueada, y estaba siendo mordida por un vampiro. No era Michael. Era algún sucio vagabundo, con los ojos desorbitados con colmillos, con su boca en su garganta. Un pequeño hilo de sangre goteaba por su piel pálida demostrando que él había tocado la vena. -‐‑¡No!-‐‑Claire gritó, y se lanzó hacia delante contra una ventana de vidrio que se interponía entre ellas. -‐‑¡Basta! ¡Déjala en paz! -‐‑ -‐‑Ella es la que eligió esto, dijo Anderson. -‐‑Ella eligió degradarse a sí misma de esta manera, ofreciéndose a los vampiros.-‐‑ -‐‑¡No, no lo hizo! Ella y Michael..-‐‑ -‐‑Michael es un vampiro.-‐‑ -‐‑¡Deja esto!-‐‑ -‐‑Quiero que veas lo que son, estos vampiros. Son depredadores. Parásitos. Ellos no se preocupan por usted, excepto como alimento, y nunca lo harán. Míralo, Claire. Mira.-‐‑ Anderson la obligó a permanecer inmóvil durante unos largos y tortuosos segundos, y luego llegó junto a ella para presionar un botón configurado en la pared a su lado. -‐‑Ya es suficiente, -‐‑le dijo a alguien en el otro extremo del altavoz. -‐‑Es hora para la siguiente fase.-‐‑ Eve era apenas consciente ahora, había dejado de gritar, y su piel tenía un tono azulado horrible para ella. Dos empleados de bata blanca entraron en la habitación a través de otra puerta detrás de Eve, uno tenía un Taser, y la otra tenía un collar revestido de plata en el final de un largo poste. El Taser conmocionó al vampiro alejándose de Eve, y mientras gruñía y mostraba los colmillos ensangrentados, la segunda operadora deslizó el anillo de metal en la cabeza y tiró con fuerza con un mecanismo de disparo en el lado. El vampiro se atragantó y trató de soltarse, pero el encargado lo empujó hacia la puerta y lo metió en una jaula más allá. Claire no le prestó ninguna atención al vampiro después de eso, estaba demasiado preocupada por Eve, que estaba respirando muy rápido, y muy superficialmente, y agitándose débilmente en su silla. Su garganta seguía sangrando. Otra empleada de bata blanca entró en la habitación y con rapidez, y eficiencia, vendo la mordedura. Luego sacó una jeringa y la clavo en el brazo de Eve. Los ojos de Eve se abrieron muy, muy amplios, y de pronto parecían terriblemente alertas, a pesar de que todavía parecía débil. El encargado rodó una caja portátil de IV (Intravenosa)en la habitación y colgó algunas bolsas en él de color rojo oscuro. La mujer debe haber tenido una gran experiencia, ya que golpeó la vena de Eve en la curva de su brazo en el primer intento, y conectó los IVs para drenar. -‐‑¿Qué le estás dando?-‐‑Preguntó Claire. Su voz se sentía cruda en la garganta. Ella quería actuar, pero sabía que no era el momento; no había manera de llegar a Eve de donde estaba, y ella necesitaba ayudar a su amiga, no sólo escapar. -‐‑¿Qué es eso?-‐‑ -‐‑Sangre, obviamente, -‐‑dijo la Dra. Anderson. -‐‑Su amiga ha perdido al menos dos litros, y está peligrosamente baja. Un poco más, y ella podría haber sufrido dificultades cardíacas.-‐‑ -‐‑¿Así que eso es su terapia de aversión? Deja que un vampiro le muerde, y a continuación ¿la salvas? -‐‑
-‐‑No, -‐‑dijo Anderson. -‐‑Eso es parte de ella, por supuesto, la pérdida de el control y el miedo. Pero la parte más importante es lo que está en la sangre que está recibiendo. Contiene un compuesto que he desarrollado que reacciona intensamente con la presencia de un vampiro. Ella sentirá un horrible dolor cuando este alrededor de uno, y después de repetir este proceso un par de veces más, ni siquiera se necesita una transfusión para sentirlo. El cerebro humano es divertido de esa manera, anticiparse a el dolor y salvarse de el. Tomará algunas semanas esto, pero al final, va a ser incapaz de tolerar la simple visión de los vampiros, cualquier vampiro. Incluso Michael Glass. Ella va a ser superada por el miedo condicionado y la repulsión.-‐‑ -‐‑¿Puede verme?-‐‑Preguntó Claire. Ella estaba tratando de no dejar que su ira saliera y sacar lo mejor de ella antes de que estuviera segura de que sería útil, pero era tan duro, viendo temblar a Eve y con contracciones de esa manera. -‐‑No, Es un cristal de una sola vía, así podemos observar al paciente, -‐‑Anderson dijo con una sonrisa. -‐‑No te preocupes. Su tratamiento va a ser mayor en otra media hora, y luego será tu turno. Pensé que podría ser útil que usted pueda saber lo que venía.-‐‑ Tuvo que hacer absolutamente todo Claire para contenerse y no sacudir los puños en ese mismo momento y pegarle un puñetazo a Anderson en la cara, pero ella se aferró a una cosa: Voy a darte un puñetazo en la cara. Pero no ahora. Cuando sea el momento adecuado. Debido a que Anderson lo tenía absolutamente merecido. -‐‑Sabes que eres mala, ¿verdad?-‐‑Preguntó Claire. -‐‑Quiero decir, realmente, en el fondo del mal. Entiendes que lo que está haciendo está mal.-‐‑ -‐‑El mal es ser un traidor, como tú,-‐‑dijo Anderson. -‐‑Al igual que el Siervo de Drácula en la novela de Stoker. Un apologista de los vampiros. Un colaborador. Un traidor a la humanidad. Y creo que en poco tiempo, vamos a mostrarle el error de sus maneras, Claire, y entonces usted puede ayudarnos a encontrar mejores y más rápidas maneras de deshacerse de los monstruos. Finalmente, serás útil.-‐‑ Claire se mordió el interior del labio hasta sangrar, y observó en silencio como las bolsas de sangre se vacían en el brazo de su amiga. Eve parecía más estable, y su color era mejor, por el momento la segunda bolsa se había agotado, y , al menos, era algo bueno. Cuando el encargado de la sala tomó las bolsas vacías del soporte, Anderson dirigió a Claire hacia la puerta por la que habían entrado donde había otra en el lado derecho. Estaba cerrada, pero Anderson tenía un grueso manojo de llaves en su haber, ella la abrió y sacó a Claire través de ella, y luego cerro firmemente la puerta detrás de ellas. Y estaban en la sala donde estaba Eve desatada desde el "sillón de tratamiento." -‐‑¿Claire?-‐‑La voz de Eve sonaba débil y temblaba con lágrimas, y Claire no podía soportarlo más. No podía soportar esperar ni un segundo más. Ella le dio una sacudida fuerte a sus manos, y las esposas se soltaron. Las atrapó en su mano derecha, se las puso sobre el dorso de la mano, y le pego un puñetazos a la Dra. Anderson en la cara. Shane le había enseñado su manera de hacer eso, también, todo el poder que viene directamente de su hombro, el peso del cuerpo apoyado en él, y el movimiento cogió a Anderson completamente por sorpresa. Ella tropezó, golpeó la pared detrás de ella, y cayo al suelo. Claire se inclinó y arrancó las llaves de su cinturón, entonces se dio cuenta de que había dos asistentes en la sala, no sólo el que ella había esperado. No había tiempo para preocuparse por ello.
A medida que los asistentes estaban empezando a ser conscientes de la violencia, ella dejó caer las esposas y sacó su honda. Cargó un puñado de tornillos y piezas de lápices de colores y lo dejo volar cuando los dos se dirigieron hacia ella. Los golpeó a ambos en la cara. Se tambalearon hacia atrás, sorprendidos, ella lo volvió a cargar y los golpeó de nuevo, moviéndose todo el tiempo. El asistente de sexo masculino tenía un Taser en su cinturón, y ella lo agarró y miró que estuviera encendido, y lo estrelló en su pecho para activar la carga. Él cayó al suelo. Segundos más tarde, también lo hizo su colega. Eve negó con la cabeza, como si ella todavía estuviera mareado. -‐‑¿Claire? ¿Qué diablos estás haciendo aquí? -‐‑ Claire ya estaba desabrochando el resto de las correas que sujetaban a su amiga. -‐‑Ser una amenaza para la sociedad, supongo.-‐‑ -‐‑¡Gracias a Dios!-‐‑Eve se acercó la mesa y envolvió a Claire en un abrazo que la dejó sin aliento y, de hecho ella la levantó del suelo. -‐‑Lamento que hayas tenido que rescatarme, pero gracias. Ellos….eran…-‐‑ -‐‑Lo sé,-‐‑dijo Claire, y la abrazó con fuerza. –lo vi-‐‑. Ella quería llorar, pero este no era el momento, y sin duda no era el lugar. -‐‑Tenemos que largarnos de aquí y ahora.-‐‑ La Dra. Anderson estaba abajo, pero no estaba inconsciente, sin embargo, ella estaba tratando de levantarse, de hecho. Claire se soltó de Eve, agarró la Taser desde donde la había puesto encima de la cama, y se lo tendió, crepitante, en frente a los ojos ensanchados de la médico. -‐‑No lo hagas, -‐‑le advirtió ella. -‐‑Yo no quiero herirte más de lo que ya te e hecho.-‐‑ -‐‑Entonces eres una tonta, -‐‑dijo Anderson. Sonaba irregular y adolorida, y escupió un poco de sangre. Eso, pensó Claire con cierta sorpresa, había sido un puñetazo de infierno. Shane habría estado tan orgulloso. -‐‑Porque después de esto, no habrá ningún delicado ajuste en su psique. Usted no va a ser encerrada, sólo va a ser sacrificada. Yo he dicho que sería necesario desde que llegué aquí, pero Fallon no estaba escuchando. Ahora el sabrá que estaba en lo cierto.-‐‑ Claire se inclinó, recogió las esposas del suelo y rápidamente las coloco sobre las muñecas de Anderson detrás de ella. –Quédate abajo, -‐‑le dijo. -‐‑¿Eve?-‐‑ -‐‑Nos vamos a ir así, -‐‑dijo Eve. Ella se miró a sí misma y se estremeció, y Claire se dio cuenta por primera vez que llevaba un pijama de hospital rosa pálido. -‐‑Está bien, estamos marchándonos tan pronto como me entero de lo que hicieron estos asesinos de la moda con mi ropa, porque, en serio, yo no me pondría esto ni muerta. –Ella estaba tratando de ser su antiguo yo, pero Claire podía ver la fragilidad de ella, el miedo, el horror. -‐‑No creo que tengamos tiempo para ir de compras, -‐‑dijo Claire, ya que la gran ordenada de la bata blanca estaba lentamente recuperando su control muscular y mirándolas con cara de asesinato en sus ojos inyectados en sangre. Ella se lanzó y recogió las llaves, y luego la de la otra mujer. -‐‑Huir ahora. Moda después.-‐‑ -‐‑¡Siempre hay tiempo para la moda! -‐‑Eve protestó, pero cuando Claire le agarró la mano y remolcó hacia la puerta, ella la siguió. Claire cerró la puerta al salir, y la cerró con las llaves de la Dra. Anderson. No tiene sentido dejar a sus enemigos detrás sin por lo menos tratar de frenarlos, pensó. Corrieron por el pasillo hacia el frente, pero Claire diviso unas figuras en dirección a ellas, por lo menos tres, todos con batas blancas. –Por aquí no, -‐‑dijo, y dio marcha atrás y volvió hacia otro lado. Ese pasillo terminaba en otra puerta cerrada, pero Claire tenía las llaves de la Dra. Anderson, revolvió entre las opciones hasta
encontrar una que encajaba. Un giro rápido y estaban en el interior. Se podía cerrar también desde dentro, así que Claire paso la llave y escuchó el sonido de los pernos. -‐‑Hecho, -‐‑le dijo a Eve, pero ella no le estaba escuchando. Eve estaba mirando a la habitación en la que estaban, y después del primer parpadeo, Claire, también miró. Debido a que era una habitación llena de cadáveres. Cadáveres de vampiros. -‐‑Mr. Ransom , -‐‑dijo Claire. Se acercó a la mesa que sostenía su cuerpo parcialmente cubierto. Estaba exactamente igual ahora que como la foto que había visto en la oficina de Fallon, y además parecía. . . triste. Solo y perdido. Tiró de la sábana sobre el rostro. –Ese, es el ayudante de Amelie. Eso otro solía ser uno de sus guardias. -‐‑Les cubrió a cada uno de ellos al pasar. Ella no sabía quienes eran algunos de ellos, y algunos que no le gustaban, pero eso no importaba ahora. Fueron víctimas ahora. No cabía duda de que estaban en fecha limite no podía explicar cómo lo sabía, pero era el color de ellos, la caída en vacío. -‐‑¿Qué diablos pasó con ellos? -‐‑Le preguntó a Eve. Ella ya sabía la respuesta, pensó Claire. Había miedo en su voz, temor real. -‐‑Fallon les dio su llamada cura, -‐‑dijo. -‐‑Estos son los que no lo lograron.-‐‑ -‐‑Pero…¡pero se la está dando a Michael! -‐‑ -‐‑Lo sé, -‐‑dijo Claire. Ella respiró hondo y se volvió lejos de los muertos. -‐‑Y Oliver, y a un montón más de ellos. Yo escuche a Fallon, que puso a Anderson a cargo de la cura, y si ella está aquí tiene sentido de que Michael y los otros estén aquí, también. Tal vez detrás de las puertas cerradas en el pasillo. Los encontraremos, Eve. -‐‑ -‐‑Tienes un Taser, -‐‑dijo Eve. -‐‑Me siento militantemente mal vestida.-‐‑ Ella miró a su alrededor, y luego sacó los cajones. Había cuchillos en ellos. Sierras. Todo tipo de cosas que hicieron a Claire sentirse un poco débil, al verlos. Eve dudó, luego metió la mano y sacó un grueso cuchillo de aspecto siniestro. Claire soltó el elástico que sostenía sus improvisadas armas caseras y las cambió por un bisturí que cabía dentro de el envoltorio de cartón. Luego miró a los estantes, y habían filas de botellas. -‐‑Espera,-‐‑dijo, y empezó a tirar cosas. -‐‑¡No podemos esperar!. ¡Ellos van a dar ese veneno a Michael! -‐‑ -‐‑Lo sé. Sólo tienes que esperar.-‐‑ Eve no quería, pero Claire tenía todas las llaves. -‐‑¿Qué demonios es lo que buscas? -‐‑ -‐‑El tricloroetileno,-‐‑dijo ella. -‐‑El fluoruro de hidrógeno y bromo. Estoy haciendo gas anestésico. Halotano.-‐‑ -‐‑¿Eso es seguro?-‐‑ -‐‑No, -‐‑dijo Claire. -‐‑Pero es más seguro que usar cuchillos en las personas, y puede que tenga que eliminar a un grupo de personas de una sola vez.-‐‑ Eve mantuvo sus objeciones en silencio, por lo menos, aunque Claire estaba bastante segura de que estaba gritando en su interior. Claire no dejó que afectara su concentración, porque haciendo esto mal sería una muy mala idea. El Halotano era volátil, y no llevaban el mejor equipamiento para estar haciendo un gas. Encontró algunas máscaras de respiración y se puso una, luego le entregó una a Eve, que sólo se quejó un poco. -‐‑Ellos van a estar aquí pronto,-‐‑Eve le recordó. -‐‑Uno de ellos esta obligado a tener las llaves.-‐‑ -‐‑Lo sé, -‐‑dijo Claire. -‐‑Aquí. Ve y atasca esto en la cerradura . –Ella le entregó el clip, doblado en una forma casi irreconocible por todos los usos que ya ella le había
dado. Eve salió corriendo a hacerlo, y Claire comenzó a medir cuidadosamente vasos de líquidos. Ella tenía el equipo mínimo necesario para capturar el gas una vez que empezó a reaccionar: tubos y un contenedor. Trabajó rápido, con toda su atención en el problema en cuestión. Su mente estaba clara, por lo menos, y la imagen del compuesto químico parecía tan real que ella podría haber llegado a tocarlo. Preparó los quemadores. La última parte sería el problema, ya que la reacción del bromo necesitaba de una temperatura muy alta, pero ella tendría que hacerlo lo mejor que pudo. La síntesis de la tricloroetileno y fluoruro de hidrógeno fue con bastante facilidad, una vez que la temperatura alcanzó los 130 grados, el gas progresó a la segunda etapa. Añadió el bromuro y manipuló el calor tan alto como pudo. La mezcla en ebullición del gas, se precipitó en el tubo y el recipiente, y Claire metió rápidamente un tapón en el tubo y lo dejó conectado a la botella. ¿Están fuera?, -‐‑preguntó a Eve, quien se volvió hacia ella. Eve no tuvo que responder, porque Claire oyó el chasquido metálico en la cerradura, seguido de un fuerte golpe en la puerta de metal. -‐‑¡Abre! -‐‑alguien llamando. Parecía enojado. -‐‑¡Abre ahora!-‐‑ Claire se apresuró y se agachó para destapar el tubo. Ella engarzada en el medio, y luego deslizó la goma flexible bajo el borde inferior de la puerta. -‐‑Habla con ellos, le dijo a Eve. –¡Consigue que estén cerca! -‐‑ Eve comenzó soltando algo que sonaba medio loco, los muertos volviendo a la vida y zombis tambaleantes arriba de las mesas, y si Claire no hubiera sabido que era una mentira podría haberle creído, también, sobre todo cuando Eve terminó con -‐‑ Oh, Dios, ayúdanos, ayuda. . . -‐‑Y se apagó en un murmullo que sonó especialmente horripilante. Se hizo el silencio en el otro lado de la puerta. -‐‑¿Crees que? -‐‑susurró Eve, pero ella no necesito terminar la frase, porque Claire oyó un cuerpo que cae golpeando la puerta y deslizándose hacia abajo. Luego otro, y otro, más lejos. Claire tiró el tubo lejos y puso la botella a través de el cuarto, luego se quitó la máscara. Eve se quitó la suya. –Aguanta la respiración, -‐‑le advirtió Claire. Tiró el clip de papel doblado de la cerradura y utilizo su llave para abrir la puerta, un hombre corpulento cayó, era hombre de más edad, la boca suelta y abierta y los ojos en blanco. Comprobó el pulso y encontró uno, lento pero constante. Los otros dos que habían estado con él, también cayeron, aunque uno estaba murmurando adormilado. Claire agarró la mano de Eve y pasó por encima de los cuerpos en una carrera, en dirección al final de el pasillo. -‐‑Van a estar bien, -‐‑Claire le aseguró. -‐‑El aire fresco los despertara a ellos pronto.-‐‑ -‐‑Como que me importa, -‐‑dijo Eva. -‐‑¡Tenemos que encontrar a Michael!-‐‑ -‐‑Toma ese lado de la sala. Deslice las ventanas abiertas y mira a ver si vez a alguien.-‐‑ Eve no perdió el tiempo, pero no dio ninguna victoria. Ellas abrieron todas las ventanas en la sala, en ambos lados, pero no había vampiros en las celdas. Nadie en absoluto, de hecho. Eve envió a Claire una mirada de pánico desesperado que no necesitaba palabras para ser entendido, y corrieron a través de la zona de recepción abierto al otro lado de el edificio.
No había celdas en esta sala, sólo una única puerta cerrada con llave. Claire buscó a tientas en las llaves. Le temblaban las manos de la adrenalina, y un reloj corría en su cabeza. Los tres que habían dejado dormidos fuera iban a despertar pronto, estarían aturdidos y vacilantes, y, probablemente, tendrían dolores de cabeza por la resaca asesina, pero el tiempo estaba definitivamente acabando en su ventana para encontrar a Michael y los demás. Fue, por supuesto, la penúltima llave que Claire probó la que resultó ser la de la cerradura. Ella empujó la puerta abierta, entró, y tuvo que agarrar la plancha de metal pesado en la subida, porque estaba preparada para que con un poco de presión se accionara de forma automática y cerrara. Eve sólo estaba a mitad de camino. Grueso como era, el acero podría haberle roto los huesos si se hubiera golpeado de lleno. Eve se abrió paso, y Claire soltó la puerta que siseó al cerrar y el bloqueo se activo automáticamente. Estaban en una pequeña antecámara, y había otra puerta. Otra cerradura. -‐‑Date prisa, -‐‑dijo Eve. Miró a su alrededor en las paredes en blanco, y luego un pequeño semicírculo de vidrio situado por encima de ellas. Su rostro se endureció. -‐‑Podrían estar viéndonos.-‐‑ -‐‑Mierda, -‐‑murmuró Claire. Ella buscó en las llaves de nuevo, casi frenética ahora, y encontró la que encajaba perfectamente. Resultó. La puerta se abrió delante de ella, en una habitación que era el espejo opuesto a en la que habían encontrado lo muertos, vampiros descartados. los que no pudieron hacer su conversión de nuevo a humanos. Esa había sido una morgue apresurada. Este era un brillante, limpio y bien equipado laboratorio, completo con fachada de cristal gabinetes y mostradores, estaciones para la preparación de compuestos, refrigerador. . . y mantenía el mismo número de mesas, y sobre ellas yacían vampiros. La diferencia era que estos vampiros todavía sobrevivían, por lo menos por ahora. La mirada de Claire barrió abajo de la línea, y se fijo en un rubio pelo despeinado. -‐‑ ¡No! -‐‑Le gritó a Eve, y los dos corrieron hacia adelante. . . y luego tuvieron que parar, ya que dos guardias salieron a su paso. Estos fueron los agentes de policía, de Morganville con sus uniformes azules, y con los pasadores de la Fundación de la Luz relucientes en sus cuellos. Claire reconoció a uno de ellos, la Oficial Halling, la mujer que había encontrado el cuerpo de el muerto en la Casa de Cristal. La Oficial Halling desabrochó la pistolera y puso su mano en la culata de su arma. Eve no dudó, ella se lanzó hacia adelante con la Taser, pero desafortunadamente para ella, la pareja de Halling fue rápido, y él agarró a Eve por el brazo y tiró con fuerza, obligándola a ella a tirar el Taser y caer y rodar por el suelo. Halling desestimó a Eve, y centró su mirada fría sobre Claire. Claire sacó el bisturí de la funda de cartón, pero ella no atacó. En su lugar, corrió en la dirección opuesta, a la última cama en el extremo. Había visto una cara conocida allí, también. Oliver. Estaba atado abajo con una especie de cincha revestida de plata en los brazos y piernas, y había una aguja intravenosa en el brazo, enterrado en una gruesa y viscosa, vena, azul. Su piel parecía tiza, pero debajo sus brazos se veían enjuto y fuertes, y su pecho grueso y musculoso. Tenía los ojos abiertos. Levantó la cabeza para mirarla, y sus ojos eran feroces, en inquietante tono de rojo. Él no dijo nada.
Claire arrancó la intravenosa de su brazo y tomó un bisturí para cortar las correas que lo sostenían. Era difícil y perdía el filo bastante rápido, pero se las arregló para conseguir una mano libre. Oliver hizo el resto. Rodó hacia un lado y arrancó las bandas de plata hasta que fueron destrozadas, a pesar de que se quemó y se cortó los dedos, y luego se sentó a desgarrar el material que sostenía sus tobillos. Un disparo rompió el vidrio en un mostrador más allá de Claire, y se veía a Halling apuntando de nuevo. Esta vez no iba a disparar un disparo de advertencia. -‐‑¡Alto! -‐‑Gritó Halling. -‐‑¡Suelta el cuchillo!-‐‑ Claire lo hizo, y dio en el suelo de baldosas con un ruido musical, pero Halling estaba apuntando al blanco equivocado. Tal vez ella había pensado que a Oliver le tomaría tiempo liberarse, o para recuperarse, pero estaba equivocada. Totalmente equivocada. Oliver salió de la mesa a una velocidad vertiginosa y se detuvo con el brazo de la pistola en una mano y la otra en la garganta. Claire cerró los ojos, porque ella no quería ver, pero ella oyó el chasquido de los huesos y su ruptura. . . y cuando ella fue capaz de mirar de nuevo, Halling estaba hacia abajo en el suelo. No estaba muerta, era sorprendente, pero su brazo estaba en su totalidad en un ángulo equivocado, cerca de su pecho. Parecía desorientada por la sorpresa. Sin una pausa, Oliver se volvió hacia el otro policía, quien sostenía a Eve abajo. Se volvió hacia los lados, en un elegante y extrañamente anticuado movimiento, con la pistola confiscada a Halling , y le dijo: -‐‑Yo no ofrezco segundas oportunidades. Es su primera y única advertencia. Suelta el arma ahora y dejar ir a la chica. -‐‑Era casi como si él estuviera en un. . . duelo. Incluso puso su brazo izquierdo detrás de la espalda, torcido en el codo. Y luego fue un duelo, porque el policía dejo caer a Eve, estaba recto, y sacó su propia arma. Fue un empate rápido, tan rápido como Claire nunca antes había visto fuera de una vieja película del oeste. . . pero era millas demasiado lento, incluso entonces. Oliver no se esforzó, pero antes de que el arma del hombre estaba a mitad de camino arriba, Oliver trajo su propia arma arriba, la niveló, apuntó y disparó. El otro hombre cayo al suelo. Oliver mantuvo la postura durante un largo segundo, mirando al hombre para asegurarse de que no se levantaba, y luego de liberada la tensión, tropezó hacia los lados. Se estrelló contra la cama de otro vampiro se agarró para intentar ayudarse, pero no podía mantenerse en pie. Se deslizó de rodillas, enredado en las sábanas, y mientras Claire miraba con horror, empezó a convulsionar. -‐‑¡Oliver!-‐‑Ella se dejó caer a su lado en cuclillas, sin saber que hacer, o si ella podía hacer algo. -‐‑Oliver, ¿me oyes? ¡Oliver! -‐‑ Duro mucho tiempo, pero por fin se relajó. -‐‑Te escucho, -‐‑dijo. Su voz sonaba cruda y extraña, y sonaba. . . miedo. Abrió los ojos y luego, ya no eran ojos rojos de vampiro más. Eran una llanura, marrón corriente. Su piel había tomado un extraño brillo, como si estuviera cambiando de colores. -‐‑Debes pararlos, Claire. No dejes que nos destruyan a todos nosotros…..-‐‑Se detuvo y dejó escapar un grito de dolor, dolor real, y extendió su mano. Ella no lo pensó dos veces, incluso teniendo en cuenta lo que acababa de ver que el había hecho. Ella le cogió los dedos y se los mantuvo, lo sintió temblar como si fueran a separarse. Su mano se cerró sobre la de ella con
resistencia a la compresión, pero era sólo la fuerza humana ahora, no fuerza de vampiro. Su piel brillaba por debajo, como si algo estuviera ardiendo dentro de él. O, como si algo se quemaba fuera de él. Lo que le estaba pasando, fue doloroso. Sus respiraciones sonaban torturadas y estrangulada, y su pulso. . . ¿Su pulso? ¿Respiraciones? Los ojos de Claire se abrieron. Oliver estaba, ante sus ojos, volviéndose humano. Y sabía, de alguna manera, que esta era la última cosa que querría. -‐‑No,-‐‑dijo, y salió de él como un gruñido, un gruñido primitivo y furioso. Sus convulsiones sacudieron su espalda en un apretado arco, y Claire jadeó y tuvo que tirar de su mano libre mientras su agarre creció más y más fuerte en torno a ella. -‐‑ ¡No! ¡No lo haré! -‐‑ Era casi un canto o una oración, pero no podía imaginar a Dios escuchando a un salvaje, enojado. La rabia que lo impulsaba parecía totalmente fuera del alcance de cualquier cuerpo humano para crear, mucho menos contener. Y de repente, la luz dentro de él murió, dejando su piel, tiza, blanca y translúcida de nuevo, como si estuviera hecho de leche, un vaso vacío. Dejó escapar un suspiro, y sus músculos se relajaron. Sus ojos marrón, con sufrimiento se cerraron. Estaba aterrorizada de tocarlo, pero ella puso sus dedos en su muñeca. Silencio. No había pulso. No ascenso y caída de su pecho. Pero él no parecía tan muerto como los cadáveres en la morgue en el otro lado del edificio. Todavía no, de todos modos. Se veía comatoso. Suspendido entre la vida y la muerte, vampiro y humano. Se supone que tendría que caer en un sentido o en el otro. Claire lo arrastró a una posición más cómoda, más para ella misma que para él, en realidad y corrió al otro lado del laboratorio. Había manuales ahí, productos químicos, filas de bolsas de suero, listas de control y protocolos. Ella agarró el manual de protocolo y febrilmente deslizó su dedo abajo a la tabla de contenido. Resultados. En la sección había una mesa seca, clínica de los resultados. Setenta y tres por ciento de muertes promedio, lo que Claire ya sabía. Pero, curiosamente, sólo un veinte por ciento conseguían la conversión humana plana. Lo cual dejaba un siete por ciento. . . ¿REV? El código no significa nada para ella, exploró las filas de leyendas hasta que encontró el significado. REV significa Revertidos. Siete por ciento de los tratados con la cura volvían a ser vampiro. La línea fue marcada con un símbolo de nota al pie y escudriñó para leerlo. Resolución inmediata de todos los sujetos REV utilizando Protocolo D. Protocolo D, Claire descubrió, tenía una ilustración de uno de los de la Fundación con unas estacas especiales llenas de ' plata líquida” que sumergieron en el pecho del vampiro, luego se retiraba para liberar el líquido. En otras palabras, se sacrificaron los vampiros que sobrevivieron su curación y se quedaron vampiro. Claire dejó escapar una respiración lenta y temblorosa. Se sentía entumecida, por lo leído…se había preguntado antes si estaba en el lado correcto, ahora no lo hizo. Sí, Amelie era el diablo ella lo sabía, pero Fallon era mucho, mucho peor.
Mientras estaba cerrando el libro, una palabra le llamó la atención, y ella volvió de nuevo a él. En la última sección se marcó Agente Contenedor. Hubo un capítulo entero, y ella se deslizó lo más rápido posible, rastrillando su mirada por las gruesas columnas de explicaciones escritas secamente. El antídoto fue diseñado para detener el proceso de la cura. Originalmente se había desarrollado para que pudieran estudiar los efectos mientras ocurría el proceso como parte de sus experimentos en vivo, y Claire realmente no quería pensar demasiado en eso. Encontró una anotación escrita a mano a un lado. COMB 733118. Era una combinación, por lo que tenía que haber una caja fuerte. En algún lugar, tenía que haber una caja fuerte. . . Vio, finalmente, medio oculto bajo el mostrador gris un pequeño teclado digital. Ella cayó de rodillas delante de el mismo y marco los números. 733118. La almohadilla sonó, y la puerta se abrió. Pero no había nada en su interior. Nada en absoluto. -‐‑¡No!-‐‑Gritó en voz alta y golpeó con su mano sobre ella con toda la angustia en su interior. Podía oír los gritos procedentes de los vampiros en las otras camas, y ella podía oír a Eve gritando su nombre con desesperación frenética. Si aún existía el antídoto, lo habían movido. No había nada aquí. No hay nada para revertir los efectos de la cura de Fallon. El lo había escondido en algún lugar pero no podía encontrarlo. No en el momento. Por un instante, Claire pensó que no podía hacerlo. . . simplemente no podía levantarse. No podía subirse a encontrarse con otro reto, enfrentar más dolor. Ella sólo quería acostarse, acurrucarse, poner sus manos sobre sus oídos y esconderse, sólo esta vez. Se había enfrentado a todo, de la forma más directa que podía. Había luchado, planificado y probado. Pero esa caja fuerte estaba abierta, eso era el fin de todos sus planes. Todas sus esperanzas. Y ahora no quedaba nada más que aferrarse a Eve, y Michael, mientras todo se venía abajo. Te necesito, pensó. Shane, por favor, te necesito, por favor, por favor. . . Pero ella sabía en su corazón que no podía estar aquí. No esta vez. Cuando se volvió para centrarse en Eve y Michael se dio cuenta que Eve no había ido al lado de Michael. Estaba de pie, con su espalda apoyada contra la pared del fondo. . . viendo a los vampiros con ojos frenéticos, horrorizados. Con Náuseas. Doblándose. Ella trató de acercarse, pero vaciló y retrocedió de nuevo, cubriendo su rostro. ¡Mírale!-‐‑Eve gritó a Claire. -‐‑¡Ayúdalo! -‐‑Señaló la aguja intravenosa, y Claire dio un tirón liberándola, pero ella sabía , por el calizo resplandor de su piel, que ya era demasiado tarde. Tenía los ojos cerrado, y él no estaba respondiendo. Eve estaba llorando, ella golpeó su palma en la pared duro, una y otra vez. Intentó de nuevo llegar a él, pero lo que sea que le habían introducido en su sangre la ponía enferma, físicamente enferma, cuanto más se acercaba. -‐‑¡Vamos, eres el cerebro, eres inteligente, puedes arreglarlo todo, ¡haz algo! -‐‑El horror y la angustia en su amiga amenazaron con derribar el entumecimiento de sorpresa de Claire, ella cerró los ojos para bloquearlo. -‐‑¡Haz algo, Claire! -‐‑
Y entonces Michael gritó. Era un sonido desgarrador que sacó a Claire de su shock y le apuñaló en el corazón, sus ojos se abrieron por su propia voluntad, fijos y tensos, el sufrimiento reflejado en su cara, su rostro radiante, en la brillante, y parpadeante luz de deslizamiento bajo su piel, trazando las venas y arterias, centrándose en su corazón. . . Y a pesar de su dolor, de la droga, de todo lo que habían hecho para hacerla detestar y temer a la vista de un vampiro, Eve se empujó a sí misma despegando su cuerpo de la pared y se lanzó hacia adelante para agarrar la mano de él en la de ella. Tenía náuseas y temblores, pero tristemente aguantó, incluso aunque cada fibra de su cuerpo estaba tratando de hacerla huir. Michael estaba respirando en profundas bocanadas agónicas y Claire podía ver el pulso golpeando duro en la vena de su cuello. Los ojos muy abiertos, tan azul, azul como el cielo de Texas, y fue mirando en silencio a Eve, temblando y temblando y mirando. . . -‐‑Vive, -‐‑dijo Claire. Ella susurró en voz baja, un canto, una oración, una súplica desesperada. -‐‑¡Vive, vive, vive!-‐‑ Y entonces la luz en él salió, y Michael se quedó completamente, completamente inmóvil.
DIEZ Está muerto, Claire pensó aturdida. Yo lo maté. Era un pensamiento incoherente, y tenía un sonido a la misma como cenizas que caen, un sabor amargo como el ácido en la parte posterior de su garganta. Yo lo maté. Ella no tenía la culpa, pero se sentía de esa manera. Tendría que haber sido más rápida. Mejor. Más fuerte. Tendría que haber parado que todo esto suceda. Pero ella no lo hizo, y ahora Michael estaba muerto. Eve la miraba como si ella no se hubiera dado cuenta de la verdad, como si de alguna manera todo seguiría saliendo bien. -‐‑¿Michael?, -‐‑preguntó. Sus ojos seguían abiertos. -‐‑¿Michael?-‐‑El horror pesaba en su voz, arrastrado un susurro desigual bajo. -‐‑Por favor, mírame. Yo te amo, por favor mírame, por favor. -‐‑ Los ojos de Claire se llenaron de lágrimas ahora, y la visión de su cara se convirtió en un baño de color rosa pálido, azul para sus ojos, el oro de su pelo. Ella parpadeó, y las lágrimas se deslizaron calientes por su cara, caliente como la sangre. Ella puso su mano en el brazo. No debe sentirse así, pensó, tan cerca de su propia temperatura de la piel. Tanto como si él todavía estuviera vivo. Y luego sus dedos sintieron un pequeño susurro de un pulso. No, me imaginé eso. No podía tener. . . no podía. . . Otro latido. Luego otro. No era su pulso. Era el suyo. -‐‑Michael, tienes que mirarme, -‐‑Eve estaba diciendo entre lágrimas. Se veía pálida y enferma, frente a lo que era, para ella, el fin del mundo. -‐‑No me puedes dejar, no puedes, me lo prometió. . . -‐‑ Él respiró. Eve dejó escapar un grito ahogado y cayó sobre su pecho para darle un beso. Era, pensó Claire, quizás un poco prematuro para eso, porque parecía demasiado aturdido para comprender lo que estaba sucediendo. . . y luego todo eso cambió, y la besó de nuevo, realmente besarla, y su piel estaba adquiriendo un tono de piel que no era demasiado oscuro a la de antes, pero de alguna manera mucho más viva. Le faltaba la respiración cuando se separaron, pero sonriente, y había colores en su mejillas y labios. Golpeó a Claire que ella nunca lo había visto con vida antes. En realidad, no al cien por cien con vida, de todos modos. Daba la impresión de que se parecía a como era cuando lo conoció primero, pero en esta ocasión. . . esta vez, era simple y sencillamente sólo humano. Lo era. . . No quería llamarlo un milagro, pero eso es lo que era. Un milagro. Ella se acercó lentamente, él seguía atado a la mesa, y se esforzaba por liberarse. Claire se secó las lágrimas, se encargo ella misma, y cortó rápidamente la cinta en la muñeca izquierda y luego el tobillo izquierdo. En el momento en que ella llegó a su mano derecha, tuvo que forzar suavemente pero con firmeza a Eve para apartarla mientras lo liberaba completamente. . . y luego fue él quien la empujó dejándola fuera cuando se abalanzó sobre Eve y la envolvió en un abrazo tan completo que era como si nunca la hubiera abrazado antes. Lo cual, Claire supuso, no lo había hecho. No así. -‐‑¿Puedes sentirlo?, -‐‑le preguntó Eve. Estaba llorando. Michael estaba llorando,
las lágrimas inundaban su rostro. Se limpió, pero no era capaz de contener la marea. -‐‑Mi corazón. Está latiendo.-‐‑ -‐‑Lo siento,-‐‑dijo Eve, y le apretó la mano contra su pecho. -‐‑Oh, Dios, Michael, yo…yo, probablemente debería decir algo sarcástico en este momento, pero yo….-‐‑ Él le cogió la mano, se la llevó a los labios y la besó. Entonces él la besó de nuevo, un largo y profundo beso que dijo más que mil palabras de lo que jamás pudo acerca de cómo se sentía. La forma en que ambos se sentían. “Milagro”, Fallon lo había llamado. Y en el caso de Michael había salido bien, porque Michael Glass, que había estado varios tonos de muertos desde que Claire lo había conocido, era ahora mismo de nuevo. Humano. Vital. Vivo. Y, Claire pensó con un escalofrío, vulnerable. Ella se alejó de ellos, y la golpeó con un horror impresionante saber que la mayoría de los vampiros que luchaban en contra de sus orígenes en este momento alrededor de ella, brillando desde el interior con la medicina de Fallon haciendo su trabajo. . . la mayoría de ellos no lo lograría. Y no había nada que pudiera hacer al respecto. Claire canalizo su ansiedad, y frustración y se puso en acción. Ella empujó a Michael y Eve de su propio mundo privado y los puso a trabajar en la movilización de los trabajadores de laboratorio, que estaban empezando a despertar. Arrastró los dos agentes de policía a un lado, y cubrió a el muerto que Oliver le había disparado. Halling escupía con furia, pero Claire no escuchó lo que estaba diciendo. Sólo la haría enojar, y ella se sentía bastante mal. Cuando ya no había nada que hacer, se puso en cuclillas junto a la encargada del laboratorio que estaba empezando a despertar, y la ayudó con el roce de nudillos sobre su esternón. Eso me dolió, Claire recordaba. Y despertó la mujer rápidamente. No pasó mucho tiempo a la mujer para adaptarse a la nueva situación. Se dio cuenta de que estaba atada, y que Claire, Eve y Michael fueron los únicos de pie. No era una mujer estúpida, el miedo se dibujó en su rostro antes de que ella lo ocultara bajo una máscara de distancia profesional. -‐‑Desátame, -‐‑le ordenó. -‐‑Bésame el culo señorita Mengele, -‐‑dijo Eva. -‐‑No soy tan estúpida.-‐‑ Los ojos de la mujer se fijaron en Michael, y se veía. . . eufórica. -‐‑Usted lo hizo, -‐‑dijo. -‐‑Sabía que lo harías, Michael.-‐‑ -‐‑¿Me conoces?, -‐‑Preguntó Michael. No sonreía. -‐‑¡Por supuesto que sí! Soy un gran fan de su música. Soy Amanda. Yo trabajo en el hospital.-‐‑ Él parpadeó. -‐‑Pero usted puso veneno en mi brazo.-‐‑ -‐‑¡Para salvarte!-‐‑ Abrió la boca, y luego miró confundido y extrañamente avergonzado, y Claire se dio cuenta de que estaba tratando de mostrar los colmillos que ya no tenía. Bueno, eso fue raro. -‐‑¿Qué pasa con ellos?-‐‑El señalando a los otros. Algunos no se habían sometido todavía. Algunos todavía estaban luchando. Sus ojos parpadearon hacia ellos, luego regresó rápidamente a centrarse sobre él. -‐‑Es mejor morir que vivir en ese infierno,-‐‑dijo ella. -‐‑Estamos salvando a la gente. Personas. No monstruos.-‐‑ -‐‑El antídoto, -‐‑dijo Claire. -‐‑Dime dónde está.-‐‑ -‐‑¿No sé de qué estás hablando?, -‐‑dijo Amanda, pero su cara redonda no fue hecha para mentir. -‐‑¿Qué antídoto?-‐‑
-‐‑El que solía estar encerrado en la caja fuerte y ya no está.-‐‑dijo Claire. -‐‑¿Dónde está ahora?-‐‑ -‐‑No tengo idea.-‐‑ -‐‑No juega al póker, Mandy, -‐‑dijo Eve, -‐‑porque usted apesta. ¿Quién lo tiene?-‐‑ Amanda puso su boca en una línea plana, terca y le devolvió la mirada. Oh, no le gustaba Eve en absoluto. Qué se contrastó agudamente con la forma de adoración con que ella miró a Michael. Claire se levantó y agarró a sus amigos. Ella les arrastró un poco y bajó la voz. -‐‑Ella tiene una fijación enorme contigo, Michael. Eve, está celosa de ti. Así que retrocede y deja que Michael con su encanto le saque la información a ella.-‐‑ Michael parecía un poco enfermo. -‐‑¿Tengo que hacerlo?-‐‑ -‐‑La gente está muriendo. ¿No crees? -‐‑ Hizo una mueca, asintió con la cabeza y dijo: -‐‑Vayan a hacer otra cosa. Yo no necesito que ustedes me miren. Me siento bastante malo ya. –Claire sabía que estaba pensando en el hecho de que había sobrevivido el proceso que tantos. . . muchos que no iban a sobrevivir. O tal vez estaba odiando la necesidad de ser alguien encantador que no veía nada malo en matar o curar. Pero ella tomó del brazo a Eve y le dijo: -‐‑Chequea a Oliver.-‐‑ Los ojos de Eve se desviaron. –Claire, yo no puedo. Ni siquiera puedo ir cerca de él.-‐‑ -‐‑Acabas de ir donde Michael-‐‑ -‐‑Eso es diferente. El estaba cambiando.-‐‑ -‐‑Así esta Oliver,-‐‑Claire replicó. -‐‑¡Sólo tienes que ir!-‐‑ Claire fue a ver a los demás. La mitad ya se habían ido, su luz extinguida, su piel pálida y el dejó calcáreo extrañamente duro al tacto, como si se hubieran convertido en cenizas. Estaban, sin duda, muertos. Otras dos personas, además de Michael habían hecho la transición de regreso a humanos y fueron tragando respiraciones convulsivas, mirando aterrados y salvaje, como si se estuvieran ahogando en un mar de aire. Uno lloraba, y parecía que las lágrimas eran de alegría. Los otros dos, sin embargo. . . ellos parecía perdidos y horrorizados. Claire suponía que después de tantos años, cientos, tal vez de existencia como vampiro, siendo sumidos de nuevo en la mortalidad deben de haberlo sentido mucho más como un castigo que una salvación. Una mujer se había asentado en el estado en que Oliver había sido, más un estado de coma que una recuperación o una disminución. Su piel se había convertido calcárea, pero aún así seguía siendo flexible al tacto, y ella no tenia la caída en la mirada de los que no habían completado el proceso. Los Revs, pensó Claire. La señorita Amanda habría sido feliz con la eutanasia, por su propio bien. El pensamiento le hizo mal, pensando en Oliver y esta mujer sin nombre acostados indefensos, atrapados, incapaz de defenderse. Eve volvió con ella, mirando sonrojada y asustada. -‐‑Él no esta respirando, pero no está muerto, tampoco, -‐‑dijo. -‐‑No puedo estar demasiado cerca, Claire, me hace…-‐‑ Ella tragó saliva. –Tengo la esperanza que esto es sólo la sangre dopada que me dieron, ¿verdad? ¿No…no es permanente? -‐‑ -‐‑No lo creo, -‐‑dijo Claire. -‐‑Anderson dijo que el tratamiento tenía que ser repetido un montón de veces, así que creo que vas a estar bien.-‐‑ Se abrazó a Eve, impulsiva, y Eve respiró temblorosa -‐‑Gracias, -‐‑susurró. -‐‑No sé lo que habría pasado si tu no vienes-‐‑ -‐‑Nada de eso. Nos salvamos unos a otros, ¿no? Es lo que hacemos. -‐‑
-‐‑Es lo que hacemos.-‐‑Eve dio un paso atrás y le ofreció el puño, que chocaron entre ellas, porque sí. El momento de paz se desvaneció, sin embargo, cuando Claire miró de nuevo a la quieta, mujer silenciosa tumbada sobre la losa. -‐‑Yo no la conozco, ¿verdad?-‐‑ -‐‑Ayesha, -‐‑dijo Eve. -‐‑Ella estaba bien. Creo que era una abogado. La usé para hacer un montón de chistes de abogados chupasangre. No es tan gracioso ahora, supongo. La mujer era muy pequeña, tal vez un metro cincuenta de altura y tenía una figura redondeada perfectamente proporcionada para su estatura. Bella, también, con apariencia saludable de su piel, en la vida humana debió de tener origen africano, llevaba el pelo recogido en un abundante corte Afro, retenido con una banda de colores. Una persona real, Claire pensó. Una persona real, atrapada entre la vida y la muerte. Eran todos personas reales. Eso era lo que no parecían Fallon y su equipo entender. . . el costo de lo que estaban haciendo. La historia que estaban destruyendo. Claire tomó la mano de la mujer por un momento. Se sentía fría y no responde. Michael regresó a los pocos minutos, y cuando levantó la vista ella perdió el equilibrio por el color de su piel, y el rubor en las mejillas y en los labios. Tenía el aspecto de un hombre joven que había estado lejos del sol durante mucho tiempo, pero era sin duda, inequívocamente humano. Todavía parecía imposible. -‐‑Ella no sabe dónde está el antídoto, -‐‑dijo. -‐‑¿Estás seguro?-‐‑ -‐‑Positivo. -‐‑Él no dijo cómo lo sabía, que era probablemente lo mejor para todos. -‐‑ ¿Cómo esta Ayesha?-‐‑ -‐‑No lo sé. No está muerta, supongo. Al igual que Oliver. Pero no vive, como tú. -‐‑ Él asintió con la cabeza lentamente, mirando a la mujer vampiro con un ligero fruncimiento entre sus cejas. -‐‑Tenemos que sacarlos de aquí, -‐‑dijo. -‐‑Ella y Oliver, de todos modos.-‐‑ -‐‑¿Qué pasa con los otros, los que, ya sabes, los que volvieron de nuevo a ser humanos? -‐‑Eve señaló vagamente hacia los otros tres sobrevivientes, que todavía estaban tratando de acostumbrarse a respirar para vivir. -‐‑¿No deberíamos llevarlos, también? -‐‑ -‐‑Fallon no les hará daño. Son sus historias de éxito. –Michael negó con la cabeza, todavía con el ceño fruncido. -‐‑Supongo que estoy agradecido por lo que hizo, en cierto modo. Quería volver a ser humano, pero tenía miedo de que no fuera a funcionar para mí. Tenía miedo de perderte, Eve, y yo. No podía soportarlo.-‐‑ -‐‑Nunca me vas a perder, -‐‑dijo Eve. Parecía totalmente segura de eso. -‐‑Sólo asegúrate de no perderte.-‐‑ -‐‑Lo prometo, -‐‑dijo, y la besó de nuevo. -‐‑¿Muchachos?-‐‑Claire odiaba hacer estallar su burbuja privada, pero señaló la forma silenciosa de Ayesha que estaba sobre la mesa. -‐‑Si vamos a llevarlos, será mejor que nos vayamos. -‐‑ -‐‑Las mesas tienen ruedas, -‐‑dijo Eve. –Vamos a desbloquearlas. -‐‑Ella pisó una palanca metálica y empujó, y la mesa se deslizó suavemente hacia fuera algunas pulgadas antes de que ella la detuviera con la mano. -‐‑Vamos a necesitar transporte una vez que les tengamos afuera, sin embargo. Incluso en Morganville, camillas rodantes con vampiros medio muertos a través de las calles podría parecer un poco fuera de lo normal.-‐‑
-‐‑Especialmente en el nuevo y mejorado Morganville,-‐‑estuvo de acuerdo Claire. -‐‑Michael, ve a reconocer el terreno, a ver si hay algún tipo de coche que podamos agarrar. No, espera. -‐‑Ella vio a un perchero junto a la puerta. En el colgaba un par de bolsos. Ella corrió hacía uno y registró dentro, buscando las llaves. Encontró un conjunto. Había un llavero con una foto en el, y parecía que Amanda era realmente un gran fan de Michael, porque la foto era una de las promocionales que el utilizó para sus conciertos. En blanco y negro, eso la puso de muy mal humor. Ella le lanzó las llaves, entonces casi se rió de su expresión de asombro cuando vio la foto. -‐‑Hay que acostumbrarse a ello, estrella de rock. Espere hasta que seas famoso fuera de la ciudad, -‐‑dijo. -‐‑Date prisa. Estaremos justo detrás de ti. -‐‑ Él le besó el dorso de la mano a Eve, que fue dulce y, a continuación, se fue hacia la puerta. Claire esperaba que no surgiera algún problema, porque tenía miedo de que sus instintos humanos para la supervivencia no estaban bastante desarrollados todavía. Seguía pensando en sí mismo como un vampiro. Tomaría tiempo y probablemente una o dos heridas para que desarrollara la cautela que viene con ser mortal de nuevo. Eve suspiró. -‐‑¿Sabes lo mucho que odio que resultó bien para nosotros dos? Porque ahora, ahora ¿Cómo se supone que me debo sentir al respecto? -‐‑ -‐‑Piensa en Oliver, -‐‑dijo Claire. -‐‑Y Ayesha. Y todas estas personas tiradas en las mesas que no lo consiguieron. Fallon esta perfectamente bien con matar a tres cuartas partes o más de las personas con sus experimentos. Eso no es aceptable, aun cuando Michael ha estado dentro de los que han tenido suerte.-‐‑ -‐‑Lo sé, -‐‑dijo Eve. Ella respiró hondo, se inclinó, y rápidamente sacó el tubo de intravenosa de el brazo de Ayesha que inmediatamente fue sellado, que era interesante, y asintió con la cabeza a Claire. –Tu agarra a Oliver. Nos vemos delante.-‐‑ -‐‑¿Puedes hacer esto? ¿Estás segura? A pesar de que ella…-‐‑Claire utilizó el símbolo universal para los vampiros, los dedos como si fueran colmillos-‐‑ Eve le dio una pálida sonrisa rota. -‐‑Mientras yo no tenga que hacer nada más que empujar la camilla, -‐‑ella dijo. Claire le tomó la palabra, y se trasladó a hacer su parte. Conseguir llevar el cuerpo sin vida de Oliver a la cama era mucho más complicado de lo que había pensado. Ella finalmente lo puso como hacen los bomberos llevándolo sobre su hombro y se tambaleó los pocos pasos logrando colocarlo torcidamente sobre la camilla. No era un trabajo limpio, pero serviría para rodar con él por el pasillo, mientras ella no encontrara demasiados baches en el camino. Eve ya estaba rodando a Ayesha hacia la puerta. Al salir del laboratorio, sin embargo, las cosas salieron mal. Ella sólo había conseguido pasar la segunda puerta abierta con la camilla cuando las alarmas comenzaron a sonar ensordecedoras, diseñadas para paralizar y provocar pánico, que sin duda tenía el segundo efecto en ella, si no el primero. El corazón le latía con fuerza mientras ella dirigió a Oliver en la camilla. Oyó la cerradura bloqueándose detrás de ella. Esperaba que Eve hubiera mantenido la puerta abierta. Ella la había dejado. Había atascado una camilla vacía en ella, y cuando Claire llegó, sin aliento, vio que Michael había llevado a Ayesha por las escaleras y fue a ponerla en el asiento trasero del coche que había liberado de la rata de laboratorio
Amanda. -‐‑Ayúdame, -‐‑Claire jadeó mientras agarraba los hombros de Oliver. -‐‑¡No tenemos mucho tiempo! -‐‑ Eve se limitó a sacudir la cabeza y dio un paso atrás, tratando de controlar las náusea con ambas manos sobre su boca. Claire se preguntó cómo se iba sentir una vez que viniera a meterse en el coche con un par de vampiros. Probablemente no sería agradable. Michael volvió corriendo. Ella asintió con la cabeza hacia él. –Coge las piernas de Oliver, -‐‑dijo. Lo hizo, y la sábana se deslizó de Oliver, revelando la piel cenicienta demasiado pálida. -‐‑Uh. . . ¿has notado que no lleva mucho? –Michael le preguntó. -‐‑Por lo menos tengo que mantener mis pantalones.-‐‑Había echado una bata de laboratorio sobre su pecho desnudo, pero no encajaba muy bien. Claire no se había dado cuenta, de hecho, hasta ese momento, y aunque no era más que un poco de distracción, ella ignoró todo eso mientras llevaba ese peso, el cuerpo inerte de Oliver al coche y lo introdujo en el lado de Ayesha. Se oyó un grito desde la puerta, y Claire miró hacia arriba para ver a uno de los hombres que había estado en la habitación durante el tratamiento de Eve, si se podía llamar así, de pie en la puerta, tratando de forzar a su manera más allá de las camillas vacías atascadas. -‐‑¡Deténganse!, -‐‑Gritó. Ella vio la cara furiosa de la Dra. Anderson detrás de la puerta. -‐‑¡Tenemos que irnos! -‐‑ Michael puso el coche en marcha cuando Eve se montó en la parte delantera al lado de él, no le dejó a Claire más remedio que subir en el asiento trasero con los dos semidesnudos comatosos vampiros. Trató de no pensar en eso, sobre los cuerpos fríos y con sentimiento de muertos apretados contra ella. Eve fue con arcadas otra vez, lo cual era imposible evitarlo para ella, y, potencialmente, miserable para todos los demás. Michael metió la marcha atrás sólo cuando uno de los ordenanzas, que debía de haber recuperado una pistola de uno de los guardias caídos, disparó un tiro sobre ellos. Se rompió el parabrisas formando grietas que dificultaban la visión, con un agujero limpio de entrada en el centro, y se tomó un segundo para ver si había dañado a alguien, Claire se preocupo para ver los daños, pero la bala le había pasado por la parte de atrás sin golpear a nadie. -‐‑¡No puedo ver! -‐‑Gritó Michael. Eve, con apenas una pausa para estremecerse, se preparó y comenzó a patear el parabrisas delantero. En algún momento en la confusión se había cambiado sus zapatos del manicomio por un par de botas de hombre demasiado grandes, ellas le vinieron muy bien ya que ella rompió todo el cristal delantero, lo que les dejó con un improvisado convertible. -‐‑¡Claire, rompe la parte de atrás!-‐‑ Eso fue mucho más difícil, porque no tenía ninguna palanca y no había espacio. Claire sintió por el suelo y se encontró un bate de béisbol de un niño bajo sus pies; Amanda debe haber tenido un hijo o hija en la Liga menor. Ella rompió la ventana de atrás, hasta que estalló en un montón de fragmentos. No estaba limpio, pero lo suficientemente bueno para que Michael tuviera visibilidad. Claire perdió su dominio sobre el bate mientras aceleraba hacia atrás y salió, golpeó con el borde pronunciado del metal y cayo al estacionamiento, cuando Michael se desvió, cambió de marcha de nuevo, y rugió a la velocidad máxima que el coche de Amanda pudo. La brisa fresca se sentía bien, y se limpió parte del impacto en blanco de la mente de Claire. No hubo más disparos desde el edificio detrás de ellos, tuvieron suerte.
-‐‑¿A dónde vamos? -‐‑Preguntó Claire. Desafortunadamente, Michael preguntó, al mismo tiempo, lo que significaba que ninguno de ellos tenía buenas ideas. . . y detrás de ellos, no más de un par de cuadras atrás, comenzaron las luces de la policía el efecto estroboscópico. -‐‑¡Están detrás de nosotros!-‐‑ -‐‑Ya los veo,-‐‑dijo Michael con fuerza. -‐‑¡Mierda! -‐‑ Él pisó el freno con tanta fuerza que Claire que no llevaba cinturón, por obvias razones tuvo que agarrarse a su asiento trasero con un apretón de muerte para mantenerse y no ser catapultada a través de la ventana abierta del frente. Los dos vampiros en la parte de atrás con ella se estrellaron hacia adelante como los maniquíes de los accidentes cuando el coche patinó, los neumáticos echaron humo, y con un estremecimiento se detuvieron. Shane estaba de pie en la carretera. Miró violento, salvaje y loco, y sus ojos tenían la aterradora sombra de oro. Le faltaba una camisa, sus pantalones estaban desgarrados y ensangrentados, y debajo de ellos Claire pudo ver que había heridas, cortes, y contusiones. Pero fue sobre todo humano. Cuando el coche se detuvo a escasos centímetros de sus muslos, él vaciló, perdió el equilibrio y golpeó con las palmas sobre el capó para buscar apoyo, sus rodillas se doblaron. -‐‑¡Shane!-‐‑ -‐‑Claire, ¡no!,-‐‑Michael gritó, pero ya era demasiado tarde, estaba ya fuera del auto y corriendo hacia él. No me hará daño, ella pensó. Él no me hizo daño antes y no me hará daño ahora. Y no lo hizo. Las manos de Shane eran de nuevo manos humanas normales, a pesar de que su mirada era sangrienta y magullada, cuando levantó la cabeza para encontrarse con la de ella, el color dorado caliente se desvaneció de sus ojos. -‐‑¿Claire?-‐‑ Parecía perdido y asustado. -‐‑Yo te estaba buscando. Por Amelie….Yo he olido la sangre. . . -‐‑ Michael había abierto la puerta de el lado del conductor y salió, observándolos. Listo, Claire pensó, que fuera en su defensa si era necesario. . . o para Shane, si lo necesitaba, también. Ahora él se acercó y puso su peso bajo el otro brazo de Shane cuando su novio amenazó con caer por completo. -‐‑Oye, hermano, que me encuentro en su lugar, -‐‑dijo Michael. -‐‑¿Has estado luchando sin mí? -‐‑ -‐‑Eres….eres, no ….Mikey, ¿qué demonios. . . ? -‐‑Shane estaba empezando a darse cuenta de la magnitud de lo que había pasado, pero nadie tenía mucho tiempo para explicarlo. Las sirenas gemían detrás de ellos. Por supuesto, los coches de policía iban directamente para el manicomio, pero que sin duda tenían la descripción de el auto de Amanda en minutos, y entonces sería casi imposible salir fuera de la ciudad. -‐‑Tiene que ir, -‐‑dijo Claire, y al otro lado de Shane, Michael asintió con la cabeza. -‐‑Vamos a llevarte al coche. Hablaremos por el camino.-‐‑ -‐‑¿En el camino hacia dónde?-‐‑Preguntó Shane. -‐‑No se puede ir a casa. Están en la casa. -‐‑ Claire quería preguntarle sobre eso, pero estaban fuera de tiempo. En cambio, ella ayudó a Michael a arrastrar a Shane hacia el lado de Eve del coche. Eve iba aplastada, pero Shane consiguió su lado habitual del asiento. La puerta a duras penas fuertemente, cerró.
Michael y Claire se zambulleron de nuevo, Michael pisó el acelerador con fuerza, provocando un chillido que probablemente habría llamado la atención si no hubiera sido por el sonido impío de sirenas unas calles más. La puesta del sol pintaba el cielo en un caos sangriento de rojo y naranja. -‐‑Um. . . ¿estás bien? ¿Ella está bien? -‐‑Shane preguntó, mirando a Eve, que estaba temblando y mirando verde en los bordes. -‐‑Ella va a estar bien. ¿Hacia dónde vamos? -‐‑Preguntó Claire, aferrándose al asiento de Michael para salvar su vida. -‐‑Estamos saliendo de el infierno, fuera de Morganville, -‐‑dijo. –Vamos a Blacke.-‐‑ Blacke, Texas, era una pequeña ciudad (pequeña incluso para los estándares de Morganville) a unas dos horas de distancia como los cuervos volaban. . . pero los cuervos no hicieron la construcción de carreteras, y los constructores de carreteras no tenían motivos para querer ir a Blacke. La mayoría de las personas no lo hicieron. Morganville era prácticamente una trampa para turista en comparación. Pero el pequeño lugar tenía la distinción, la distinción, más bien el secreto de ser la única otra ciudad donde los vampiros vivían en paz con los seres humanos. Eso no era debido a la generosidad de los vampiros que se habían mudado allí, el líder de esa banda irregular, Morley, no tenía ni una pizca de altruismo en él. Lo que hizo tener era un ardiente deseo de dirigir su propia vida y no vivir de acuerdo con las Reglas de Morganville. . . y un sano temor / respeto a la señora Grant, bibliotecaria de la ciudad. Blacke había sido invadida por una plaga de vampiros provocado por la visita de otro depredador mucho más desagradable que no se preocupan por las consecuencias, y la señora Grant había organizado a los sobrevivientes de la ciudad en un campo armado. Morley había tenido la intención de venir a Blacke como un conquistador, pero se había convertido en su protector y salvador. Parecía encontrarlo extrañamente emocionante. O tal vez había acabado encontrando emocionante a la Señora Grant. Había tenido una cosa caliente-‐‑de-‐‑ profesor la última vez que lo había visto. Su asociación con la ciudad y la protección de los ciudadanos de Blacke que habían sido involuntariamente convertido en vampiros, parecía funcionar mejor de lo esperado. O eso es lo que Claire había oído. Ella no la había visitado desde que había dejado atrás la ciudad para regresar a Morganville. -‐‑¿Estás seguro?-‐‑Le preguntó a Michael. -‐‑¿Crees que tenemos una elección? -‐‑Se dirigían rápido para llegar a los límites de la ciudad de Morganville, podía ver la silueta de el cartel adelante. -‐‑Si no conseguimos salir de este infierno, Fallon me tendrá a mi, y tendrá a Oliver. Si todavía Amelie esta libre, tendrá lo que necesita para traerla de vuelta. Además, pase lo que pase, nunca va a tocar a Eve de nuevo.-‐‑ Vaya. Michael solía ser un tipo calmado, pero el ataque de Fallon a Eve lo había puesto en el borde, seguro. -‐‑Eso es dulce, -‐‑dijo Eve. Ella se apretó contra él, una situación que Claire estaba segura de que no le importaba, y ahora dejó su cabeza descansar ligeramente sobre su hombro. -‐‑Cariño, lo siento, perdí mi anillo.-‐‑ -‐‑No, te hicieron perderlo.-‐‑ -‐‑Lo sé. -‐‑Ella dio un suspiro de felicidad y se movió más cerca. -‐‑¿Es raro decir que esto es bueno? -‐‑ -‐‑Sí, -‐‑dijo Shane, pero sonreía. Él miró. . . más él mismo, pensó Claire. -‐‑Bastante raro, raro.-‐‑ Eve volvió la cabeza hacia él, teniendo en cuenta cuidadosamente.
-‐‑Hablando de. ¿Qué demonios te ha pasado? Es decir me refiero a tus ojos. . . que están bien ahora, pero estoy bastante segura de que no tienes una función de luz de noche antes. A menos que te hayas tragado tu teléfono, los ojos realmente no deberían hacer eso. -‐‑ Él se encogió de hombros. -‐‑Mordedura de perro, ¿recuerdas?-‐‑ -‐‑Así que ahora eres, ¿un perro del infierno?-‐‑ -‐‑¿Sería demasiado si te digo, perra, por favor?-‐‑ -‐‑Probablemente.-‐‑ -‐‑Considere mi silencio varonil una respuesta, entonces.-‐‑ Las bromas sonaban normal, pero en el fondo había miedo, miedo de ambos. Uno para el otro y tal vez incluso el uno del otro. Después de uno o dos segundos de silencio, dijo Shane, -‐‑¿Oye, Mikey?-‐‑ -‐‑Sí, hombre.-‐‑ -‐‑Así que no eres un vampiro.-‐‑ -‐‑Tendría que hacerle saber de antemano, pero pasó bastante rápido.-‐‑ -‐‑Creo que te ha salvado la vida, -‐‑dijo Shane, y apoyó la cabeza hacia atrás en el asiento. -‐‑Me mandaron a cazar a Amelie, pero tu tenias su sangre en ti. Todavía puedo olerla, pero se ha desvanecido ahora.-‐‑ -‐‑¿Te me habrías matado?-‐‑ -‐‑Yo lo he intentado muy duro para no hacerlo, si te sirve de ayuda. -‐‑Cerró los ojos y tragó saliva. Se le veía cansado, pensó Claire, y le dolía el corazón por él. -‐‑No puedo jurar que no tendría, sin embargo. Ya fue lo suficientemente duro mantenerlos a raya para que Claire se fuera, y dejar que Amelie escape.-‐‑ -‐‑¿Ella salió?-‐‑ Claire se inclinó hacia adelante y puso su mano contra su rostro. Todavía se sentía febrilmente caliente. -‐‑Sé que fue difícil para ti. Vi lo mucho que te dolía dejarme ir cuando yo… -‐‑Sí, sobre eso. . . La próxima vez que decidas tomar un baño en la sangre de la Fundadora cuando se sabe que hay perros infernales como yo fuera que van a seguir el rastro…-‐‑ -‐‑Espera, ¿qué? -‐‑Interrumpió Eve, y se retorció, tanto como pudo, buscando a Claire. -‐‑¿Qué has hecho?-‐‑ -‐‑Funcionó, ¿no?-‐‑Preguntó Claire, y sonrió, solo un poco. -‐‑le dio una oportunidad de escapar.-‐‑ Y Shane le devolvió la sonrisa. -‐‑Sí. Sí, lo hizo. -‐‑ El coche brillo por el cartel. Claire no sabía lo rápido que iban, pero estaba dispuesto a apostar que se acercaba a la velocidad del sonido por los embates del viento que estaban tomando. Ella había tenido un batidor de vehículo y no tenía ni idea de que el de Amanda podía ir tan rápido, y estaba bastante segura de que nunca lo había probado antes, porque vibraba de forma horrible. Ni siquiera vio el coche patrulla estacionado en la sombra debajo de la señal hasta que llegó a toda velocidad hacia la carretera cerca de ellos, detrás de una nube de polvo en el aire. Las luces aparecieron, y el aullido de una sirena partió la noche. -‐‑¡Espera!, -‐‑Dijo Michael, y el coche parecía ir aún más rápido. Poco importaba, sin embargo, la patrulla de la policía fue construido para intersectar, y fue ganando acercamiento hacia ellos. Fueron a otros dos kilómetros de la siguiente intersección, pero todos los caminos por aquí eran rectos y aburridos, sin ningún lugar para esconderse, no había tráfico que pudiera utilizarse para cubrirse.
-‐‑¡Vas a estallar el motor en esta cosa! -‐‑Gritó Shane por encima del rugido del viento. Claire sintió como su cabello estaba azotando su cara. -‐‑¡Mike, no podemos escapar de ellos!-‐‑ -‐‑¡No podemos superarles en armas, tampoco!-‐‑Michael replicó. -‐‑Y no soy a prueba de balas más. ¿Y tu? -‐‑ -‐‑No, pero ellos si lo son, -‐‑dijo Shane, y señaló a sus espaldas en el formas que no responden de Oliver y Ayesha. -‐‑Despiértalos.-‐‑ -‐‑¿Cómo? -‐‑Claire gritó. -‐‑¿Has probado con la sangre?-‐‑ Mierda. Ni siquiera había pensado en eso, pero tenía sentido. Estarían hambrientos, y tal vez, sólo tal vez, necesitaban un catalizador de sangre para luchar a su manera para de salir de su coma. Y tal vez cuando se despertaran, ellos no se detienen en solo una muestra, tampoco. Era arriesgado, pero necesitaban una ventaja, rápido y fue lo único que Claire podía pensar en ese momento. -‐‑Guantera, -‐‑dijo. -‐‑Necesito algo afilado.-‐‑ Shane estaba muy por delante de ella, sacando un cuchillo de su cinturón. Ella ni siquiera había sabido que estaba allí, pero por supuesto que estaba armado. ¿No lo estaba siempre? -‐‑Ten cuidado, -‐‑dijo. -‐‑No confíes en ellos, y usa ese cuchillo si es necesario.-‐‑ Era, por supuesto, afilado y en placa de plata. -‐‑¿Qué hay de ti? ¿Estarás bien? Quiero decir, ellos son vampiros y tu eres. . . -‐‑ -‐‑¿Un maldito hombre lobo cazador de vampiros? Sí, lo sé. Todavía estoy preparado para ir detrás de Amelie, y no específicamente en estos dos en este momento, por lo que debería ser relativamente bien. Si no es así, me ocuparé. -‐‑Eve tiene permiso para golpearme en la cabeza o algo así.-‐‑ -‐‑Chulo, -‐‑dijo Eve. -‐‑Siempre quise tu permiso para eso.-‐‑ Ella no estaba, Claire se dio cuenta, con mala cara como lo había sido, y las náuseas parecían estar remitiendo. Tal vez lo que le habían puesto con la sangre fue finalmente comenzando a disiparse. Ellos estaban charlando porque tenían miedo, y Claire lo sabía porque tenía miedo, también. Estaba sudando, su corazón estaba latiendo fuerte, su boca estaba seca y su lengua raspaba como el cuero. El viento azotando su rostro hacía difícil concentrarse, y deseó tener gafas para proteger sus ojos del soplo, de polvo siempre presente. Sólo hazlo ya. Ella puso el cuchillo en la parte carnosa de la palma de la mano, debajo del pulgar, y cortó. La sangre fresca brotó, y jadeó ante la sensación caliente del dolor, luego se volvió hacia Oliver y colocó su mano en su boca abierta. En el interior, que estaba seca y pálida. Ella le apretó la sangre en su boca. No ocurrió nada. Maldita sea. -‐‑Vamos, -‐‑dijo ella en voz baja, sus palabras se perdieron en el rugido del viento golpeando a través del coche. -‐‑Vamos, traga, sólo traga. . . -‐‑Ella apretaba la herida para que saliera más sangre hasta que hubiese una piscina poco profunda de ella en su boca, luego cerró su mandíbula y le echó la cabeza hacia atrás. Sintió un movimiento muscular bajo la piel, un tic. . . y entonces vio la sacudida de su nuez al tragar. Los ojos de Oliver se abrieron. Él parecía confundido y desorientado, y
a continuación, manchas rojas comenzaron a arremolinarse en sus ojos. Él parpadeó y levantó una mano para protegerse del viento. Su mirada se posó en Claire, se deslizó hacia abajo y se centró en su mano sangrando. Sin permiso, sin dudarlo, la agarró y la puso en su boca. Ella dejó escapar un sonido apagado de protesta, pero él no parecía salvaje y fuera de control. Es una diferencia sutil, pero que ella había aprendido a distinguir, con vampiros. Y soltó después de haber chupado dos o tres tragos más. Oliver se lamió los labios, limpiándose, se aclaró la garganta y medio susurró: -‐‑Gracias. -‐‑No podía oírle por el ruido de la carretera, pero lo entendió de todos modos. -‐‑Bienvenido, -‐‑ella gritó. -‐‑¡Necesitamos tu ayuda!-‐‑ -‐‑Por supuesto que sí. -‐‑Él la miró con profundo mal humor, que no era nada extraño en él, pero él alzó la voz para que pudiera oírle. Apenas. -‐‑Puede haber escapado a su atención, pero ¡estuve a punto de morir!-‐‑ -‐‑Eso aún podría suceder, -‐‑replicó ella. -‐‑¡Tenemos que detener al coche de policía detrás de nosotros. Creo que probablemente tiene orden de disparar sobre nosotros en el acto y eso le llevará de nuevo a Fallon para que pueda terminar lo que empezó!-‐‑ Oliver todavía parecía de mal humor, pero ahora también se veía más fuerte, y resuelto. -‐‑Dile a Michael que reduzca la velocidad.-‐‑ -‐‑Pero….-‐‑ -‐‑¡Hazlo!-‐‑ Se volvió hacia Michael y le gritó las instrucciones en su oído. Él no preguntó nada, sino que simplemente pisó el freno, y el sedán desaceleró, rápido. Oliver se deslizó a través de la ventana trasera rota, y puso los pies sobre la tapa del maletero, y se lanzó sobre el capó del coche patrulla arremetiendo sobre el sin apenas una pausa, pero Claire podía decir, de la forma en que se movía, que estaba débil y herido. Su gracia ágil se había ido, dejando una especie de fuerza brutalmente torpe. Estrelló un puño a través del parabrisas y agarró al conductor, el coche de la policía se desvió violentamente, se salió de la carretera en el desierto, y se perdió en una nube de erupción de arena. Michael puso el freno y detuvo el coche completamente, los neumáticos echando humo. Él y Shane estaban fuera en segundos, en dirección a donde el otro vehículo había desaparecido, y Claire también salió, uniéndose a Eve a la carrera para ponerse al día. Eve tropezó con las botas de hombre demasiado grandes y casi cayó, pero Claire la tomó del brazo manteniéndola erguida y en movimiento. Ella se atragantó y tosió por la arena en el aire, cuando se limpió, vio a Oliver deslizándose desde el capó del coche patrulla. Él estaba raspado y con cortes de la rotura de el parabrisas, pero parecía ileso. Sólo. . .en realidad, incómodamente casi desnudo, y Claire deseó poder borrar eso. Shane abrió la puerta del lado del conductor del coche patrulla. Se agazapó comprobando al hombre en el interior. -‐‑Está vivo, -‐‑dijo. -‐‑Estoy sorprendido.-‐‑ -‐‑No he tenido tiempo para alimentarme, -‐‑espetó Oliver. -‐‑Tráeme algo de ropa.-‐‑ Shane abrió el maletero del coche, sacó una manta, y la arrojó a Oliver sin acercarse más. La lucha contra sus instintos, Claire pensó. Se introdujo de nuevo en el coche de la policía y agarró las llaves, que utilizó para liberar la escopeta que
estaba detrás del asiento en su soporte; se la arrojó a Eve, que la cogió con gran facilidad. Él confiscó el arma del hombre, también. En ese momento el policía estaba empezando a entrar en razón, gimiendo y desplazándose en su asiento, por lo que Shane tomó las esposas de su cinturón y se las colocó en la mano derecha del hombre al volante, y luego le dio una palmada en la cabeza. -‐‑Ánimo, amigo, -‐‑ dijo. -‐‑La buena noticia es que usted no está muerto.-‐‑ -‐‑Tu lo estarás, -‐‑murmuró el policía. -‐‑Te van a cazar. Matar.-‐‑ -‐‑Entonces vamos a irnos, -‐‑dijo Michael. -‐‑Todo el mundo, vamos. En el coche.-‐‑ Claire y Eve subieron de nuevo, y así lo hizo Shane y Michael. Oliver, en cambió, no lo hizo. -‐‑¡Oye!, -‐‑Dijo Michael, sin parar. -‐‑Estás perdiendo el paseo, Oliver, no creo que quieras estar aquí solo. -‐‑Un momento, -‐‑respondió Oliver, y se acercó al coche patrulla. Claire se giró y corrió de vuelta cuando el vampiro se inclinó, y saco sus colmillos relucientes. -‐‑¡Espera!, -‐‑Gritó. Oliver se volvió hacia ella, pero ella tenía mucha experiencia con su marca particular de intimidación. -‐‑Por favor, Oliver. ¡No lo mates.!-‐‑ -‐‑¿Preferirías que la tomara de ti?-‐‑ -‐‑Yo no he dicho que no lo podías morder, sino que tengas cuidado.-‐‑ -‐‑¿Miedo de más sangre en las manos? -‐‑Sus colmillos estaban todavía abajo, y ellos hicieron su sonrisa particularmente aterradora. -‐‑Suéltame, mujer, o la tomaré de ti. Yo decidiré lo mucho que necesito. -‐‑ -‐‑Mátalo y te irás caminando, -‐‑dijo. Él la miró fijamente durante un largo momento, y su enojo se volvió a algo extrañamente similar a. . . interés. -‐‑Sabes, ya no eres la cosita ratonil que conocí esa mañana en el bar,-‐‑dijo. -‐‑Te has convertido en algo completamente distinto. Es para su crédito, pero también es muy incómodo. Levantó el brazo libre del policía, arrancó la manga suelta, y presionó la muñeca del hombre en su boca. Claire se estremeció ante el grito que dejó escapar el policía, pero fue más de sorpresa que de dolor. Se calló después, a excepción de gemidos de miedo y Oliver lo ignoró mientras seguía extrayendo sangre y tragando. Justo cuando Claire estaba empezando a preocuparse realmente, él soltó el brazo del policía y dio un paso atrás, sujetando la manta alrededor de su cuerpo. Fue una de esas cosas de jersey suaves, por lo que se veía casi como una toga. Ella lo podía imaginar de nuevo en la antigua Roma, presidiendo algún baño de sangre en el Coliseo. De alguna manera hizo que pareciera que lo de ser misericordioso era su propia idea. -‐‑Después de ti, señorita Danvers.-‐‑
ONCE El coche para Blacke no se sentía cómodo, pero había menos gente en el asiento trasero, ya que Oliver se había instalado y puso el cuerpo fláccido, de Ayesha en su regazo. Él se sentó muy recto, los ojos cerrados contra el viento que soplaba. -‐‑Eve, -‐‑Michael dijo finalmente, -‐‑¿por qué tienes un vendaje en el cuello? ¿Alguien te a mordido?-‐‑ -‐‑¿Podemos hablar de esto más tarde?-‐‑Preguntó. -‐‑¿Qué te pasó?-‐‑ Eve no parecía dispuesta a decirlo, pero todavía estaba latente en Claire, y ella pensó que Michael necesitaba saber. –Empezaron con ella, lo que Fallon llama – Terapia de Aversión. Que implicó un vampiro.-‐‑ -‐‑Está bien, no es nada.-‐‑Eve tomó la mano de Michael en la suya. -‐‑Mira, ni siquiera me siento mal ya. Es sólo un bocado. Voy a vivir.-‐‑ Puso el dorso de su mano en su mejilla. Él no dijo nada, pero su mirada buscó a Claire en el espejo retrovisor, y ella sabía que tendría algunas preguntas después. No lo culpaba. Sabía que Eve no tenía ganas de hablar de ello, y que él necesitaba saber. Había caído la noche, y el aire que entraba era lo suficientemente frío para que a Claire se le enfriaran hasta los huesos. Michael había conseguido una chaqueta de el maletero del coche, pero de común acuerdo, se la habían dado a Eve, que estaba helada y temblando en su ropa de hospital. No es que Michael tuviera mucho más. -‐‑Mike, -‐‑dijo Shane, y señaló. -‐‑Tira hacía allá arriba. -‐‑Allá arriba resultó ser una luz brillando en la distancia, frente a una pequeña granja como un mercado y siguiendo el camino una única casa cuadrada en el medio de la nada con un porche de color amarillo brillante, luces de seguridad en un granero en la parte trasera, y se veía el resplandor de lámparas hogareñas detrás de las cortinas. -‐‑No vamos a hacer nada a esas personas, -‐‑dijo Claire. -‐‑No lo haremos.-‐‑ -‐‑Por supuesto que no le haremos daño, -‐‑dijo Shane. -‐‑Confía en mí, ¿de acuerdo? -‐‑Él se liberó cuando Michael detuvo el coche, y luego, inexplicablemente, se quitó sus pantalones vaqueros. -‐‑Mantengan las luces apagadas. Yo ya vuelvo.-‐‑ Todos ellos lo vieron trotar lejos en sus bóxer. Claire se sintió un poco mareada, en realidad. -‐‑No me gusta esto, -‐‑dijo Eve. -‐‑¿Qué diablos está haciendo? ¿Y si sólo, ya sabes, le disparan en el acto? -‐‑ -‐‑Él dijo que confiáramos en él, -‐‑dijo Claire. -‐‑Yo lo hago.-‐‑ Y tenía razón para hacerlo, porque después de unos diez minutos, volvió con una bolsa de plástico llena de ropa. -‐‑Aquí, -‐‑dijo, y comenzó a sacar, pantalones holgados, sudaderas, chaquetas y camisas. -‐‑Lo siento, señoras, que todas son de tamaños para hombres, pero estoy seguro de que seguirán pareciendo impresionantes.-‐‑ -‐‑¿Cómo?, -‐‑Preguntó Michael. Agarró un par de sudaderas y se agachó fuera del coche para tirar de ellas, y además añadió una sudadera con cremallera y capucha. El logotipo en el algodón descolorido era-‐‑irónicamente-‐‑ de la Universidad Prairie. Texas. La escuela de Morganville. Alma mater de Claire, algo así. -‐‑¿Cómo diablos conseguiste esto?-‐‑
-‐‑Bueno, le dije que estaba cumpliendo una Promesa de Contribuciones a una fraternidad en TPU con un coche lleno de otros chicos, y nos dejaron tirados aquí desnudos al lado de la carretera, y el viejo bastardo se carcajeó y pensó que era gracioso como el infierno. Entonces me dio la ropa. -‐‑Shane se puso una sudadera con capucha de la bolsa de otro legado de TPU y se enganchó sus vaqueros azules de el suelo. -‐‑Aquí, estamos en otro nivel.-‐‑Le entregó a Eve más ropa, y ella se abrigó con gratitud. Claire estaba haciendo lo mismo, poniéndose una camiseta y una sudadera con capucha para añadir a lo que llevaba puesto, y por primera vez, se sintió algo así como cálida de nuevo. -‐‑¿Oliver?-‐‑ Shane le tendió algo al vampiro, y consiguió una desdeñosa mirada a cambio. -‐‑¿No? ¿Siguiendo con el aspecto toga? Bueno, siempre dije que eras un asesino frío como el hielo. Que casi despertó una sonrisa de Oliver. Casi. Una vez que se habían puesto todas las capas donadas, continuaron el camino de nuevo. -‐‑Sabes, probablemente deberíamos de haber secuestrado el coche policía, -‐‑Dijo Eve. -‐‑Por lo menos, tenía más parabrisas.-‐‑ -‐‑A excepción de donde Oliver golpeó a través de él, y no podía ver conducir-‐‑ -‐‑Oh, claro. A excepción de eso. -‐‑ Pasaron junto a un desierto, y antiguo restaurante que casi se estaba cayendo abajo, seguro que había servido su último sándwich de mierda por lo menos hacía veinte años, y justo en ese momento, rugió el estómago de Claire. En voz alta. -‐‑¿Tienes hambre?, -‐‑Preguntó Michael. -‐‑Porque me muero de hambre. –El rio entonces, tan puro y libre con un sonido que nunca había oído Claire de él cuando no cantaba. Sonaba. . . radiante. –Ya sabes, un vampiro nunca está realmente hambriento de alimento sólido, a pesar de que podía comer. Yo no sabía lo mucho que echaba de menos eso. Realmente podría matar por una hamburguesa en estos momentos. Y las patatas fritas. Con sal.-‐‑ -‐‑Basta ya, hombre, que me estás matando, -‐‑gruñó Shane. -‐‑Tal vez ellos tienen un lugar donde cenar toda la noche en Blacke.-‐‑ La mención de su ciudad de destino les hizo volver a la realidad como un choque. Este no era un viaje de placer por la carretera. Era una misión. -‐‑Deben saber algo, -‐‑dijo Claire, y tragó saliva cuando todos se volvieron para mirarla. Incluso Oliver. -‐‑Escuché a Fallon dar una orden para liberar algunos de los vampiros está noche de el Centro Comercial. Los más hambrientos y mezquinos.-‐‑ -‐‑Por supuesto, -‐‑dijo Oliver. -‐‑Fallon no necesita que sus justificaciones sean justas. Una vez que azota al pueblo de Morganville en un frenesí de miedo, va a ser libre de hacer lo que quiera con nosotros, y nadie se interpondrá en su camino. El podrá quemarnos a todos en hogueras en la Plaza de los Fundadores si le gusta. Y podría encontrar que es un castigo justo.-‐‑ -‐‑Como alguien que una vez ha sentenciado a ese tipo de ejecución, tal vez el zapato le encaja, -‐‑dijo Shane. -‐‑¡Shane!, -‐‑dijo Claire. Él se encogió de hombros. -‐‑Lo siento, pero hay un montón de gente normal que han sido heridos en Morganville. Que han perdido a familiares. ¿Ese aleteo te suena? Son los pollos que vienen a casa a dormir.-‐‑ -‐‑Tiene razón, -‐‑dijo Oliver, fue un poco inesperado, incluso para Shane, que lo demostró con la expresión de sorpresa que lanzó hacia Claire. -‐‑El problema de gobernar por el temor es que al final, cuando el miedo se desvanece, la furia lo
reemplaza. Esa es una lección que debería haber aprendido en mis años de respiración, tal vez.-‐‑ -‐‑Maldita recta -‐‑dijo Shane, pero su indignación había perdido su fuerza. -‐‑Así que. . . ¿hay algo que podamos hacer para detener Fallon esta noche? ¿Si no es demasiado tarde ya?-‐‑ -‐‑No, -‐‑dijo Oliver. Había vuelto la cabeza, y estaba mirando fijo fuera en el desierto, más allá de la ventana. -‐‑Pero es posible, sólo posible, que el plan de Fallon podría ser contraproducente. La mayoría de nosotros los vampiros mayores tenemos una amplia experiencia en la gestión de nuestra hambre, el veneno que puso en nuestros suministros de sangre nos hizo inquietos y un poco hambrientos, para ser seguro, pero no incontrolable. Son los novatos más jóvenes los que tienen. . . dificultad. Podría haber perdido bastante su contacto con sus raíces vampiro para pensar que nos puede conducir fácilmente a merodear.-‐‑ -‐‑Pensé que estaban esperando la oportunidad, -‐‑dijo Shane. -‐‑¿Y tu? -‐‑Oliver se encogió de hombros. -‐‑No estoy diciendo que una caza no es algo que anhelamos, sino que a un hombre, no le gusta ser manipulado. Y este es nuestro pueblo, tanto como cualquier ser humano. Nuestra casa, nuestros vecinos y tal vez incluso nuestros amigos. Si se cae en la trampa de pensar como lo hace Fallon, que sólo hay héroes y villanos, monstruos y víctimas, y nada entre ellos. Todos estamos en ese espacio, cruzando la línea a un lado, luego a el otro. Incluso tú. -‐‑ Eso fue inusualmente locuaz para Oliver, y extrañamente lírico, también. Todos se sentaron en silencio durante un rato, hasta que Michael se aclaró la garganta y dijo: -‐‑Estoy haciendo el giro más adelante. Debe llevarnos directamente a Blacke.-‐‑ -‐‑Espero que la Cafetería este abierta, -‐‑dijo Shane. -‐‑Porque ahora hiciste que yo piense en las patatas a la francesa. -‐‑ El estómago de Claire retumbó otra vez, en el momento justo, pero ella estaba mirando a Oliver. Viendo la fuerza tranquila con la que acunó Ayesha, todavía encerrada en su estado de coma. Él no había pedido la sangre para ella, o más para sí mismo, a pesar de que podía ver por el color de su piel y el brillo en sus ojos que lo necesitaba. Les enseñaba a todos algo sobre los vampiros, simplemente por ser quien era. Tal vez las cosas malas, tal vez bueno. Pero ese había sido su punto. Que nada, absolutamente nada, era tan sencillo. Blacke mantenía su ciudad a propósito a oscuras, no quería los viajeros ocasionales en busca de gasolineras, o comensales de toda la noche. De hecho, si Claire no hubiera sabido que la ciudad tenía una población de al menos quinientos, se habría dejado engañar pensando que era una ciudad fantasma. Sólo unos pocos coches a la vista, y las luces estaban apagadas en el interior de las empresas, cerradas a cal y canto por la noche. Era un pequeño lugar de un semáforo todos modos. El palacio de justicia fue tan descomunal como Claire recordaba, aunque se había fijado el daño a la verja de hierro y la estatua del Sr. Blacke, el ciudadano más eminente (o al menos el más rico muerto) de la ciudad, se había restaurado, excepto que todavía se inclinó un poco. Lo habían derribado con el autobús escolar, ¿no? Parecía que hacía mucho tiempo. Ella juraría que fueron los peores años de Morganville, perros años. Los habitantes de Blacke habían subido hasta encima de las ventanas en el Palacio de Justicia, sin embargo, y una señal de condena roja descolorida crujían en el viento de la noche. La única luz del lugar provenía de la torre del reloj, congelado permanentemente en las 3 a.m. Claire consultó su reloj
para estar segura, pero sus instintos estaban en lo cierto. Era pasada la medianoche. La hora de las brujas. -‐‑Estamos siendo observados, -‐‑dijo Oliver cuando Michael bajó del coche para hacer un alto. -‐‑Aunque espero que no es necesario decirlo. Incluso un respirador debe ser capaz de sentirlo.-‐‑ -‐‑¿Eso es un término intolerante que ustedes utilizan para nosotros?, -‐‑preguntó Shane. -‐‑¿De la misma forma en que usas sanguijuela, chupa sangre, parásito? Sí. Aunque considerablemente más halagador.-‐‑ -‐‑Tiene razón, -‐‑dijo Eve, y Claire vio sus hombros juntos cuando ella se estremeció, a pesar de que estaba envuelta cálidamente ahora. -‐‑Nos están mirando.-‐‑ Oliver salió y levantó la voz. -‐‑Basta ya de esto, Morley. Usted ya ha hecho el estúpido. Hay un trabajo serio por delante.-‐‑ -‐‑¿Estás ahí?-‐‑ Claire oyó la voz perezosa a la deriva desde muy por encima. Desde la torre del reloj. Ella inclinó la cabeza hacia atrás y vio la sombra entonces, de pie justo bajo el resplandor de la luz en los diales de el reloj. El mismo Morley. Caminó hasta el borde del tejado y se bajó, como si la caída de cuatro pisos no fuera nada que podría haber sido, para los vampiros. Él casi no flexionó sus rodillas al aterrizar, y cuando se levantó, Claire vio que había logrado encontrar ropas adecuadas y que se adapten a Blacke, un dramático abrigo de cuero desteñido marrón, una larga bufanda roja que se perdía en el viento, un sombrero de ala plana. Sus ojos brillaban de color carmesí en la oscuridad. -‐‑No me contaras todo acerca de su crisis, Oliver. Usted mismo construyó un reino de gatos y ahora las ratas han conseguido la parte superior de la mano ¿es correcto? Les han puesto a todos ustedes, elegantes pequeños ratoneros en una jaula y les alimentaron de las sobras. Pronto les van poner a todos abajo y celebraran y entonces será el reino de las ratas. Las ratas y los gatos, el queso y por favor ¿puedo tener un bocado?. -‐‑Morley hizo una pausa, se inclinó poniendo un codo en el capó de el coche, y le dio a Oliver una larga exploración de la cabeza a los pies. –Sabía que eras viejo, querido muchacho, pero en realidad, ¿los romanos?-‐‑ -‐‑Ha sido un largo día. Yo no estoy de humor para su idiotez.-‐‑ -‐‑Y sin embargo, usted está de humor para mi ayuda. Interesante. Bueno, entonces, venid. La Señora Grant está esperando.-‐‑ Morley no esperó a que alguno de ellos estuviera de acuerdo, sino que simplemente echo a andar por la calle. El chasquido de su abrigo en el viento era el único sonido mientras caminaba por la calle desierta, y tomó la acera de la derecha. Todos ellos intercambiaron una mirada. Oliver sacudió la cabeza con disgusto, y recogió el cuerpo inerte de Ayesha. Él la abrazó fácilmente como una almohada. -‐‑¿Y bien?, -‐‑ladró. -‐‑Morley puede tener una postura teatral, pero tiene una idea decente de la táctica. Y podría señalar que estamos parados aquí, somos dianas para sus seguidores. Tienen un disparo mortal en cada uno de nosotros.-‐‑ Eve parpadeó. -‐‑Um. . . ¿Cómo sabes eso?-‐‑ -‐‑Tácticas, -‐‑dijo Oliver, y se alejó por el camino en la dirección por donde Morley había ido. Claire se encogió de hombros cuando Shane levantó las cejas. -‐‑Correcto, -‐‑dijo. -‐‑Supongo que vamos, entonces.-‐‑
Michael levantó la vista hacia las ventanas silenciosas y oscuras alrededor de ellos y gritó: -‐‑¡Si pueden mantener el coche!-‐‑ Luego vinculó su brazo con el de Eve y abrió el camino en la estela de Oliver. -‐‑Oh, no, no la antigua biblioteca,-‐‑dijo Shane, en una muy buena aproximación de la voz y el fraseo de Oliver. -‐‑¡Qué tedioso él para llevarnos allí. -‐‑ Claire le dio un codazo. -‐‑Tu debes de estar sintiéndote mejor.-‐‑ -‐‑Parece que si, ¿no ?-‐‑ Eso, pensó con una repentina oleada de inquietud, no era una respuesta. Era una evasión. -‐‑¿Te sientes mejor?-‐‑ -‐‑Si por mejor quiere decir mucho más consciente de lo que debe ser el hecho de que no estoy enloqueciendo buscando vampiros por todo el lugar, entonces sí, mucho mejor. Pero estoy tratando con ello. -‐‑ -‐‑Si no puedes, ¿me dejarás saber?-‐‑ -‐‑Por supuesto. Voy a dejar escapar un aullido.-‐‑ -‐‑No es gracioso.-‐‑ -‐‑Bueno, en mi defensa, no fui realmente destinado a hacerlo. Quiero decir, yo podría literalmente aullar.-‐‑ -‐‑Shane. -‐‑Ella lo atrajo deteniéndose, y cuando sus ojos se encontraron, él dejó caer algo de su escudo. -‐‑Vamos a salir de esto. Te lo prometo.-‐‑ Se inclinó y la besó en los labios, cálido, dulce, apacible, todo lo que amaba de él. Todas las cosas que sabía que estaban dentro de él, enterradas a veces por la actitud de el tipo duro y hablar brusco. -‐‑Creo que se puede conseguir salir de cualquier cosa, -‐‑dijo. -‐‑Oye, me quedo contento contigo. Siempre y cuando no te cubras de nuevo con la sangre de vampiro de la reina. Yo puedo ser un bicho raro, pero hay límites.-‐‑ -‐‑Se serio.-‐‑ -‐‑Lo estoy intentando. No es lo que mejor sé hacer.-‐‑ Él la hacía reír, y eso no era lo que quería en estos momentos. No era lo que necesitaba. -‐‑Shane, cuando salgamos de esto y vamos a salir de ello, quiero que sepas que yo soy. . .Estoy lista.-‐‑ Levantó las cejas, y saltó a la conclusión equivocada. Por supuesto. -‐‑Eso es bueno, porque soy un hombre, Claire. Casi siempre quiero-‐‑ Ella puso una mano sobre su boca. -‐‑Me pediste casarme contigo. ¿Hablabas en serio? -‐‑ Ella tomó su mano. Él no dijo nada. Sus labios formaron lo que hubiera sido el comienzo de una palabra, tal vez una oración, pero en realidad no hablo. Ella tenía miedo de las palabras de él. -‐‑Uh. . . eso salió de la nada, -‐‑dijo. -‐‑¿Eso es un no? ¿Estas diciendo que antes fue, porque pensaste que tenías que decirlo? -‐‑ -‐‑¡No! Quiero decir, no es que no a la pregunta original, obviamente, no a eso último.-‐‑ Él tomó una respiración profunda. -‐‑Permíteme empezar de nuevo. Claire. ... mira, sólo me asustaste, eso es todo. -‐‑Él le cogió las manos, ambas manos y entrelazó sus dedos juntos. Luego se inclinó hacia delante y descansó su frente contra la de ella. -‐‑Por supuesto que lo dije en serio. Siempre lo decía en serio. Siempre voy en serio. Sólo pensé. . . Pensé que tú querías esperar.-‐‑ -‐‑Lo hice, -‐‑dijo. -‐‑Pero si algo me ha enseñado estos últimos años en Morganville, es que a veces hay que simplemente. . . saltar. No es seguro. Nunca es seguro. Pero a veces hay que vivir peligrosamente.-‐‑
Se rió un poco. -‐‑Estamos hablando mi idioma ahora.-‐‑ -‐‑Has dicho que querías esperar. ¿No lo hiciste? -‐‑ -‐‑Probablemente deberíamos volver al principio de que yo soy un chico, ¿verdad? -‐‑ -‐‑Tengo esa parte.-‐‑ Ella le dio un beso, sólo un roce en los labios sintiendo un hormigueo, sus frentes seguían tocándose. -‐‑Has esperado de todos modos.-‐‑ -‐‑Bueno, sí. Porque valía la pena esperarte. -‐‑Lo dijo como si fuera simple y evidente, pero la hizo temblar. Era una cosa tan fuerte, y sexy lo que dijo, y ella sabía que lo decía en serio. Él siempre iba en serio. -‐‑Si quieres casarte ahora, esta noche, entonces vamos a preguntar a todo el que pase donde encontrar un juez de paz en Blacke.-‐‑ -‐‑¿No sería una historia que contar a los niños? -‐‑dijo, y luego contuvo el aliento, porque lo había dicho sin pensar, y ella esperaba que él no lo considerara raro, que quiera dar marcha atrás, o que dijera algo así como oye, chica, pisa el freno. Pero en lugar de eso se limitó a sonreír y dijo: -‐‑Estoy bastante seguro de que tendremos un montón de historias que contar a los niños. Casi ninguna de ellas va a ser apropiada.-‐‑ -‐‑Bien.-‐‑ -‐‑Excelente.-‐‑ -‐‑Así que. ¿Juez de Paz? -‐‑ -‐‑No,-‐‑dijo ella. -‐‑¿Qué tal si lo hacemos en Morganville, una vez que esto haya terminado? Hacerlo bien. En serio.-‐‑ -‐‑¿Quieres decir, vestido y smoking? Porque me estaba acostumbrando a la idea de hacerlo en pantalones de chándal que tome prestado de el viejo excéntrico con algunos dientes. Sería diferente.-‐‑ -‐‑Diferente, de una manera muy mala.-‐‑ -‐‑¿Podría ser la definición de los ochenta malo, como en gran o. . . -‐‑ -‐‑¿No deberíamos ponernos al día?-‐‑Preguntó. Debido a que los otros habían desaparecido en el interior del edificio de la biblioteca oscura delante, y ella había sentido esa sensación de nuevo, de gente mirando desde las sombras. Vampiros, muy probablemente. Supuso que estaban escuchando, también. -‐‑En un segundo, -‐‑dijo, y la atrajo hacia sí, cuerpo a cuerpo, encajaban en todos los lugares adecuados para iniciar un incendio impresionante en su interior. -‐‑¿Sabes que nos están viendo, ¿no?-‐‑ Ella asintió con la cabeza. -‐‑Vamos a darles algo que ver.-‐‑ Y entonces él la besó, con toda la pasión, intensidad, calor y la dulzura del chocolate negro fundiendo en su lengua, pero no sólo dulce porque había especias en ella, también, habían ráfagas de pimienta abrasadora, sintió hambre, increíblemente hambrienta de sentir su piel sobre la suya que casi la volvía loca. Casi. -‐‑Un buen esfuerzo en hacer que me den ganas de arrancarte la ropa, -‐‑ella dijo que cuando él la dejó respirar de nuevo. -‐‑¿No funcionó?-‐‑ -‐‑Oh, funcionó. Estoy mejor sin público.-‐‑ Él la besó suavemente en la nariz. -‐‑Te tomo la palabra más tarde.-‐‑ Cuando abrieron la puerta de la biblioteca, se vieron catapultados al pasado. Las ventanas estaban cerradas para ocultar las luces, pero, aparte del hecho de que había electricidad, la Biblioteca Pública de Blacke no había cambiado mucho. Las mismas mesas de madera maltratadas, las mismas sillas resistentes, el mismo piso
de linóleo lleno de cicatrices y alfombras dudosa. Estaba más limpia, sin embargo. Y no estaba llena de ciudadanos de Blacke en pie alrededor con armas. En cambio, las personas estaban en grupos de dos y tres, susurrando, y no mostraban armamento visible. Ellos estaban en su mayoría viendo a Morley, que había saltado arriba sobre una de las mesas de estudio y fue dando vueltas, con las manos detrás de su espalda, con el plumero arremolinándose a su alrededor. Claire casi esperaba que tuviera espuelas tintineantes Ciertamente tenía las botas de vaquero, y parecía lo bastante viejo como para haber sobrevivido a la Guerra Civil y haber estado en marcha desde entonces. Shane debe haber estado pensando lo mismo, porque él le dijo a Morley, -‐‑Bonito equipo. A que apestoso cadáver viejo lo robaste y se lo quitaste? -‐‑ Era difícil leer la expresión de Morley, ya que llevaba el pelo largo y salvaje que ocultaba su rostro bastante bien. -‐‑Yo podría decir lo mismo acerca de sus mal ajustados trapos, muchacho. Aunque dudo que mataras nadie. Tal vez asaltado. Dudo que tenga estómago para eso. -‐‑ -‐‑Oh,-‐‑dijo Shane, con una sonrisa que era por lo menos la mitad lobo, -‐‑Puede que se sorprenda.-‐‑ -‐‑No me diga,-‐‑ invitó Morley. -‐‑Por todos los medios. Oliver, ¿dónde recogió a estos. . . niños salvajes? -‐‑ -‐‑¿Te acuerdas de Shane, -‐‑dijo Oliver. Se había despojado de su toga manta y Claire rápidamente le dio la espalda al ver el destello blanco de piel. Sin dudarlo en absoluto, él se estaba desnudando y poniéndose la ropa que había sido establecida por él. Oyó el crujir de la tela y las cremalleras de fijación, y finalmente se arriesgó a mirar por encima de su hombro. Sí, él estaba vestido, con unos vaqueros que en realidad le quedaban en forma y una camisa oscura lisa que de alguna manera hizo la mirada nerviosa. –Y Claire. Y, por supuesto, Michael y Eve.-‐‑ -‐‑Encantado de nuevo, estoy seguro, -‐‑dijo Morley. No parecía encantado, sonaba completamente impaciente. -‐‑¿No eran algunos de ustedes vampiros antes? Oh, no importa. Aburrido. Hasta el punto, entonces. Has traído a Ayesha a nosotros, y le doy las gracias por eso, pero me doy cuenta de que no han rescatado a nadie más. ¿Pensamientos? -‐‑ -‐‑Varios. Nada que no implique que grite. -‐‑No seas tan limitante, estoy seguro que usted puede imaginar varios que implican rogándome también. ¿Huiste, Oliver? ¿Dejo su orgullo con los gatos enjaulados detrás? -‐‑ -‐‑Fallon los tiene, -‐‑dijo Oliver. -‐‑Ah.-‐‑ Se hizo el silencio. Morley saltó de la mesa y se apoyó en ella, cara a cara con Oliver para enfrentarlo. Se quitó el sombrero y lo dejó caer sobre la mesa y se paso las manos por su salvaje pelo desordenado. –Bueno, -‐‑dijo finalmente. -‐‑Nunca fue mi problema, ni el tuyo, ni siquiera de Amelie, o incluso de su padre muerto. El lo está haciendo por el loco. -‐‑ -‐‑Myrnin, -‐‑dijo Oliver. -‐‑Sí.-‐‑ -‐‑Espera, -‐‑dijo Claire. -‐‑Qué quieres decir, ¿que es un problema de Myrnin? ¡No tiene nada que ver con esto!-‐‑ -‐‑Oh, sí, chica, él sin duda la tiene, -‐‑dijo Morley. Se sentó sobre la mesa y le dio una mirada divertida. -‐‑¿Él nunca te contó la historia? Ah, bueno, probablemente porque no es a su favor, me imagino. Tan pobre, triste, e inestable Myrnin estaba solo
después de que mato a su fabricante de vampiro. Y se hizo amigo de un clérigo, muy docto, que era también un estudiante secreto de alquimia.-‐‑ -‐‑Esa fue Fallon, -‐‑dijo Oliver. -‐‑En caso de que se que pierda lo evidente.-‐‑ -‐‑Tranquilo, es mi historia. Sí, era nuestro querido amigo Fallon, quien fervientemente quería curar a Myrnin de su locura. . . y su maldición. Se encontró, más horrible, y sólo empeoró las cosas, y lo siguiente que sabes, Myrnin drenó a Fallon como un barril de vino. Como siempre, de inmediato se arrepintió y decidió resucitarle, dentro de las puertas de la propia iglesia de Fallon, nada menos. Una cosa que Fallon con toda seguridad no quería hacer, y resucitar como un vampiro menos. Pero nuestro querido loco lo arrastró pataleando y chillando a volver a la vida. Él estalló con toda sinceridad, me temo. . . y luego lo abandonó a su suerte.-‐‑ Claire no estaba segura de que era peor, el escuchar que Myrnin había matado a un sacerdote, o que él lo había convertido en vampiro en contra de su voluntad, o que lo había abandonado como una mascota no deseada. -‐‑No era él mismo entonces, -‐‑dijo Oliver. -‐‑Myrnin no es el único responsable por Fallon. . . excesos. O su igualmente excesivo auto-‐‑odio, lo que le llevó a su cruzada en contra de nosotros.-‐‑ -‐‑Tonterías. En resumen, -‐‑dijo Morley, -‐‑todo esto es culpa de Myrnin, es su desastre, y por qué tengo que barrer para arriba no está del todo claro. -‐‑Estoy de acuerdo que Myrnin debe ser el que elimine a Fallon por nosotros, -‐‑dijo Oliver. -‐‑Lamentablemente, parece más curioso que indignado por el momento. Algo sobre el progreso que Fallon ha hecho en su curación. Usted sabe como el tonto puede conseguir colgarse cuando tiene a alguien un poco brillante de la ciencia frente a él.-‐‑ -‐‑Escuché un rumor, -‐‑dijo Morley. -‐‑Apenas acreditado, francamente. ¿Es cierto que Fallon cree que nos puede curar y volver a ser humanos? -‐‑ -‐‑Es verdad que él lo piensa. También es cierto que puede hacerlo, al menos en algunos casos. -‐‑Oliver señaló con el dedo hacia donde Michael y Eve estaban sentados en una de las mesas de estudio juntos. -‐‑Usted lo ha mencionado antes. ¿Recuerda al chico? -‐‑ Morley le dio una larga mirada a Michael, y entrecerró los ojos lentamente. -‐‑Ah. Bueno, eso parece una lástima, -‐‑dijo. -‐‑Apenas tuvo tiempo para conseguir cogerle el gusto ¿verdad? Y ahora le han arrojado de vuelta en el tiempo humano, camino del polvo. Ah, bueno. No es una gran pérdida para el resto de nosotros, al parecer.-‐‑ -‐‑¿Te pierdes mi punto, máscara?. Fallon puede hacer lo que dice. No todo el tiempo, no con la mayor certeza, pero él tiene una cura. ¿Cuántos crees que llegaran por si el premio era antes para ellos? -‐‑ Oliver se encogió de hombros. -‐‑No tantos como parece. Ves los suficientes amigos marchar a la tumba, se pierde el gusto por las cenizas. La sangre tiene un sabor mucho más convincente. -‐‑ -‐‑Usted y yo compartimos una fe, si no en los detalles particulares de la misma. ¿Y si él nos puede restaurar a un estado de gracia? -‐‑ -‐‑Yo sabía que al final se vendría abajo con la religión para ti, -‐‑dijo Morley, y puso los ojos. -‐‑¿Se siente condenado y paria del amor de Dios?, pobre paloma Yo no lo hago. Me siento muy bendecido de ser capaz de despertar todos los días sabiendo que voy a ser libre de la debilidad, enfermedad y dolor. -‐‑ Michael se puso de pie. La silla chirrió ruidosamente en el suelo, y los dos vampiros miraron hacia él con el ceño fruncido en idénticas expresiones. -‐‑No estamos aquí
para debatir sobre cuántos ángeles están en la cabeza de un alfiler, o lo que sea que está a punto de decir. Fallon se propone convertir a los vampiros sueltos en seres humanos en Morganville, a continuación, utilizara la muerte para justificarse dándoles su curación hasta que no queda nadie. Y cuando termine con Morganville, vendrá aquí, Morley. Él vendrá por usted. Todos ustedes. Él tiene que…-‐‑. Una tranquila, y delgada, mujer de mediana edad sentada en un sillón cercano dijo: -‐‑Tiene razón. Sabíamos que esto no podía durar si Morganville cayó. El Draug casi se llevó todo, y ahora esto de Fallon llegando a terminar el trabajo. No voy a dejar que él nos termina. Hemos luchado demasiado duro.-‐‑ Era la señora Grant, la bibliotecaria, que, junto con Morley, dirigían la ciudad de Blacke. Ella puede tener un aspecto dulce y amable, pero Claire la había visto luchando contra vampiros y sabía que ella estaba en líos con nadie. Incluso Morley sabía. Inclinó un poco la cabeza en su dirección. -‐‑Siempre podemos correr. Sólo terminé en este paleto pueblo Edén por la desgracia que siempre han perseguido a mis pasos. ¿Y si cargamos a nuestros vampiros en camiones a prueba de Luz y simplemente nos alejamos? -‐‑ -‐‑Esos vampiros tienen familia aquí. Son nuestros hijos, hijas, padres, madres. Ellos no piden nada de esto, y no se puede simplemente hacer que se vayan. La mayoría de ellos van a querer esta cura de la que estás hablando, ya sabes. -‐‑ -‐‑¡Eso exactamente es lo que me preocupa!, -‐‑dijo. -‐‑Ya oíste al querido Oliver. La mayoría no va a sobrevivir. Y no tenemos ninguna garantía real de que no tendrán sus vidas truncadas por su poción, ¿verdad? ¿Y si su curación a la humanidad le permite vivir sólo unos pocos días, o semanas, o un año? ¿Qué valor tiene entonces? -‐‑ Claire no había pensado en eso, no lo había incluso considerado. Y ahora la golpeó con fuerza terrible. Fallon no estaba realmente preocupado por asegurarse de que sus vampiros "curados" vivieran una larga y productiva vida, ¿verdad? Él sólo quería que no fueran vampiros más. Él probablemente consideraría una semana de vida sin beber sangre, vale la pena el sacrificio. ¿Qué pasaría si Michael había sobrevivido sólo para enfermar y morir? Sería romper a Eve. Se acabaría de romper por la mitad. -‐‑No vamos a correr, -‐‑dijo la señora Grant. -‐‑Pero, querida…,-‐‑comenzó Morley. -‐‑No me llames "querida", miserable. Yo no soy tu esposa y no soy tu madre. Soy el jefe de la parte humana de esta ciudad y me prestaras atención a mí. ¿De acuerdo?-‐‑ -‐‑Sí, -‐‑dijo Morley. Había una pequeña sonrisa en sus labios y una arruga de diversión alrededor de sus ojos. -‐‑Por supuesto. Muy bien, entonces, ¿cómo crees que debemos proceder en nuestra gran búsqueda para liberar Morganville? ¿Descendemos sobre ellos en una horda furiosa de colmillos? Lo que tiene un cierto atractivo teatral, pero….-‐‑ -‐‑Estarían listos, -‐‑dijo Oliver. -‐‑Ellos estaban listos antes de venir aquí. Hicieron caso omiso de los vampiros en un primer momento, trajeron buenas obras a la comunidad humana, ganaron su confianza, desplegaron las llamas de la ira. Y Amelie fue lenta para actuar cuando no había ninguna amenaza a la vista. Si hubiera sabido lo que somos nosotros los que les habíamos visto antes , ella habría tomado medidas. Pero ella vaciló. Si hubiera estado aquí, a su lado. . . . -‐‑ -‐‑Pero usted no estaba, -‐‑dijo Morley. -‐‑Debido a que ya le había fallado.-‐‑
El cuerpo de Oliver fue tenso, y con la cabeza baja, con inconfundible amenaza. -‐‑Por suerte, -‐‑Morley continuó con ese extraño rastro de una sonrisa, -‐‑Yo no lo hice, y tampoco sus compañeros humanos. Ella escapó de Fallon. ¿Qué, nadie te lo dijo? Está pequeña niña con usted, la que parece tan inofensiva, se cubrió en la sangre de Amelie para distraer a los perros del infierno de ella. Y ese chico, el que se ve tan incapaz de auto-‐‑control, a pesar de que Fallon le introdujo una infección en su sangre, se mantuvo a raya de matar tanto a su mujer y la tuya.-‐‑ El rostro de Oliver se torció en una mueca, y echó una mirada penetrante a Claire y Shane, pero antes de que pudiera preguntarles nada en absoluto, una mujer vestida con pantalones vaqueros y una camisa abotonada salió de entre las estanterías. Su pelo rubio platino caía ondulado sobre sus hombros y la mitad de la espalda, y sus ojos gris hielo se veían cansados. -‐‑Es cierto -‐‑dijo Amelie. -‐‑Morley exagera, pero rara vez se encuentra por completo. Si no fuera por estos niños, yo estaría en las manos de Fallon ahora, y esto. . . esto habría acabado con los vampiros de Morganville.-‐‑ La mano de Shane aplastó la de Claire, una reacción repentina y convulsiva que le provocó una mueca de dolor y una mirada de alarma. Él se había vuelto pálido, y todo su cuerpo se había puesto tenso, como si estuviera luchando contra una batalla interna de proporciones épicas. Una batalla que perdió, tal como sucedió. Sus ojos adquirieron un misterioso brillo de oro, y le soltó la mano al lanzarse hacia adelante. Había una mesa en el camino, pero él la saltó, dirigiéndose directamente a Amelie, y Claire vio garras sangrientas empujando fuera de sus dedos. -‐‑¡No!, -‐‑Gritó. -‐‑¡Shane, no!-‐‑ Michael se puso en su camino. Tal vez, en ese momento, estaba pensando que él seguía siendo un vampiro, capaz de una velocidad y fuerza, debe ser difícil librarse de eso después de años de ser utilizado por él. Pero ya no tenía esas cosas, y Shane lo golpeó como un tren de carga, lanzándolo hacia atrás. Michael levantó su brazo izquierdo para proteger su garganta mientras Shane se abalanzó sobre él, y los dientes de Shane mordieron su carne en una falta de definición violenta. Oliver ya estaba en marcha. Dio un salto de pie desde el medio de la habitación, y aterrizó sobre la mesa, lanzándose como una flecha recta sobre Shane. Lo arrancó lejos de Michael, lo hizo girar y le colgó. Entonces él lo mantuvo allí, apoyado en el suelo, mientras Shane destrozó el linóleo con sus garras. -‐‑Como siempre, -‐‑dijo Oliver, -‐‑Estoy a su servicio, Fundadora.-‐‑ -‐‑Lo sé. -‐‑Había una sombra de una sonrisa en los ojos de Amelie, y sin rastro de miedo. -‐‑¿Michael?-‐‑ -‐‑Estoy bien, -‐‑dijo, pero era sólo una respuesta automática, no era cierto en absoluto. Su brazo estaba ensangrentado, y Eve ya estaba a su lado ayudándole a apoyarse mientras se tambaleaba. Cogió una silla y consiguió sentarle de forma segura en ella, y rápidamente se quitó la sudadera para envolverla alrededor de su brazo mordido. En el suelo a unos metros de distancia, Shane seguía cambiando, provocado por la presencia de Amelie. -‐‑Tendrá que ser encerrado, -‐‑Amelie dijo. -‐‑No, no puede, -‐‑Claire soltó, e incluso mientras lo decía ella sabía que Amelie tenía razón. Sin embargo, se sentía mal. Enferma. Horrible. Pero Shane era peligroso,
obviamente, le había hecho daño a Michael, y Michael ya no era un vampiro; él sólo había estado en el camino. Podría haber hecho lo mismo a cualquiera. -‐‑No creo que tu quieras que yo lo reconsidere, -‐‑dijo Amelie, -‐‑ya que la alternativa sería poner al niño en el suelo, y ninguno de nosotros quiere eso-‐‑. -‐‑Habla por ti, -‐‑Oliver gruñó, y tuvo que poner una mano plana en los omóplatos de Shane para que no empujara hacía arriba. Él, Claire se dio cuenta, seguía cambiando su cuerpo retorciéndose en una nueva forma, horrible. -‐‑Abajo, muchacho. Quédate ahí. -‐‑ -‐‑¡No le hagas daño!-‐‑ -‐‑Entonces necesito algo para domarlo, -‐‑dijo Oliver, ignorándola a ella por completo. -‐‑Rápido, por favor. El es fuerte.-‐‑ La Señora Grant estaba caminando hacia ellos, soltando la bolsa anticuada del doctor Theo Goldman, Claire se sorprendió al verla. Recordó la bolsa. Incluso tenía las iniciales del médico vampiro en ella en oro desvanecido. – -‐‑Espera, ¿qué estás haciendo?, -‐‑Dijo Claire. No recordaba el movimiento, pero ella se aferraba al borde de una mesa ahora. -‐‑¡Shane, no luches! ¡Por favor! –La Señora Grant dejó la bolsa en el suelo y sacó una jeringa de aspecto antiguo con una aguja horriblemente larga. Ella contuvo la respiración cuando la señora Grant, con un empuje decisivo, clavo la aguja en la espalda de Shane. Él dejó escapar un aullido, un aullido real , puro y tembloroso, Amelie dobló una rodilla para ayudar a mantener a Shane abajo cuando la señora Grant presiono el émbolo, vaciando el contenido de la jeringa en él. -‐‑Vuelve, -‐‑espetó Oliver. La bibliotecaria coronó la jeringa y la puso en la bolsa de Theo antes de retirarse, dejando a los dos vampiros para manejar a Shane mientras seguía agitándose y luchando por liberarse. Él gruñía ahora, un sonido bajo y viciosos que hizo a Claire sentir dificultad para respirar.. Y entonces su gruñido se convirtió en un gemido de dolor desconcertado, y se desvaneció en jadeos. Claire se quedó sin aliento y se lanzó hacia donde estaban Amelie y Oliver todavía con Shane vuelto hacia abajo. No parecía humano en absoluto ahora. Parecía más a un perro negro, enorme y aterrador, con esos ojos inhumanos espeluznantes mirando legañosos hasta ella. -‐‑Relajante muscular, -‐‑dijo la señora Grant. -‐‑Se le debe mantener durante un poco más, pero en mi experiencia, con los vampiros, al menos, no dura mucho. Así que será mejor que nos enteremos de lo que estamos tratando. Desde aquí le vemos, no hay ningún lugar donde podamos encerrarle que no pueda romper. -‐‑ -‐‑Oh, he visto algo como esto antes, -‐‑dijo Morley. Estaba todavía sentado en el borde de una mesa, mirando ligeramente sorprendido, pero no alarmado. Hace Siglos. Un alquimista convirtió a alguien en un lobo, una de esas demostraciones elaboradas tan populares en su día.-‐‑ -‐‑¿Se le puede dar marcha atrás?,-‐‑ preguntó Claire. -‐‑Los lobos no eran terriblemente populares en ese entonces. No tuvo oportunidad.-‐‑ Miró a Shane pensativo por un momento, y luego trasladó su mirada a Michael cuando la señora Grant se acercó a él con la bolsa de médico y desenvolvió el brazo herido. Ella le movió los dedos, y parecía satisfecha cuando fue capaz de hacerlo sin mucho dolor. -‐‑Pero me parece que es una cosa similar a lo que le ha a pasado a él. -‐‑
Claire no tenía idea de lo que quería decir, y ella no podía verlo todo, era demasiado, demasiado rápido, desde el cálido y romántico momento fuera a.. . esto. -‐‑Michael fue curado. ¡Sea lo que sea que es tal vez puede curarle a él.-‐‑ -‐‑Bueno, es un cambio esencial de estado. De Vampiro a Humano es tan grande el cambio como lo que le pasó a tu chico perro, tal vez la cura de Fallon, lo que le obligó a tragar al joven Michael podría funcionar igual de bien para cambiar su perro de nuevo a su propia forma, ¿no? -‐‑ Eso era. . . locura. No científica. Era el tipo de cosas que se le ocurriría a Myrnin , pero lo que Claire no podía evitar era pensar que a menudo Myrnin tenía razón en estas situaciones. -‐‑Pero no tenemos nada de la cura, -‐‑dijo. -‐‑E incluso si lo hiciéramos mata a la mayoría de los que la han usado. -‐‑ -‐‑No lo mató, -‐‑dijo Morley, señalando a Michael. –Su sangre todavía huele a lo que se le dosificó. Y el joven Shane sólo ha consumido un bocado de ella. -‐‑ Alcanzó a Claire, finalmente, lo que estaba diciendo, así como también golpeó a Michael, quien lo miró a los ojos, horrorizado. -‐‑No, -‐‑dijo. –No se puede trabajar de esa manera. -‐‑ -‐‑Dígale eso a él, -‐‑dijo Morley, y señaló a Shane. . . que estaba cambiando. No sucedió tan rápidamente el cambio como el que había experimentado con la presencia de Amelie, y Claire reconoció, con un horror enfermo, el brillo plateado que jugo en su piel debajo de la capa de piel mate. Ella había visto eso antes, en los vampiros que le habían dado la cura. Había visto como los mataba a ellos. -‐‑¡Bájale!-‐‑Gritó a Oliver, y cuando no lo hizo inmediatamente, ella lo empujó. Era casi tan efectivo como empujar un edificio, pero después de una mirada a Amelie, se levantó y la dejó arrodillarse junto al cuerpo tembloroso de Shane. No tenía miedo de Shane, a pesar de que se supone que debería ser, no era él mismo, el hecho de que hubiera atacado a Michael era prueba suficiente de ello. Pero no podía pensar en eso, no podía preocuparse por eso. Tenía tanto miedo por él. En un minuto su cuerpo había comenzado a cambiar de nuevo hacia formas humanas. Observó las garras que habían empujado hacia fuera de sus dedos ponerse vidriosas y frágiles y entonces se rompieron. La piel que lo había cubierto en gris, desapareció, dejándola plateado, la piel palpitante. Él gemía en voz baja. Ella lo pasó a su regazo. Se sentía caliente y húmedo, y podía sentir sus huesos en movimiento y cambiando bajo su piel en los ángulos, repugnante completamente equivocados. . …hasta que estuvieron bien de nuevo. Abrió los ojos, tomó una respiración lenta y profunda, y dijo, en una voz ronca, pero reconocible, -‐‑¿Claire?-‐‑Sus ojos eran marrones de nuevo. Humano. -‐‑Lo siento.-‐‑Tragó saliva, y vio que el brillo plateado se desvanecía de su piel. -‐‑Lo siento.-‐‑Sus ojos se cerraron otra vez, como si estuviera demasiado cansado para mantenerlos abiertos. -‐‑No, -‐‑dijo ella, y lo sacudió. -‐‑¡No, permanece despierto! ¡Shane, despierta! -‐‑ Sus ojos se abrieron de nuevo, y él parpadeó y se centró en su rostro. -‐‑Cansado, -‐‑dijo. -‐‑Oye, ¿Alguien me drogó? Me siento drogado.-‐‑ Parecía que fuera él, también, pero pacífico. Le tomó el pulso. Fue lento y constante. Su piel había adquirido su color más habitual, un bronceado uniforme y suave. -‐‑¿He hecho daño a alguien?-‐‑ Ella involuntariamente miró hacia donde Michael estaba siendo atendido por la señora Grant, estaba pálido, pero él le dio un pulgar hacia arriba.
-‐‑No,-‐‑ella mintió. -‐‑No, todo está bien. ¿Estás bien.?-‐‑ -‐‑¿Me he convertido en un perro del infierno otra vez? Maldita sea. Eso es vergonzoso.-‐‑ -‐‑Sólo descansa-‐‑ Ella besó su frente suavemente. -‐‑Descansa.-‐‑ Ella tenía miedo de ver que sus ojos se cierran, pero tenía demasiado nivel de relajantes musculares para mantenerse despierto. La temperatura la tenía. . . normal. Y su pulso fuerte. -‐‑¿Qué demonios fue ese disparo? -‐‑Parecía confuso y con sueño ahora. -‐‑Guau. Medicamento de Fiesta. ¿Tienes más? ohh. –Alzó el brazo y la miró, la marca de la mordedura casi había desaparecido, reducido a tejido cicatricial trenzado. -‐‑Eso todavía me duele. Se siente como una quemadura. Eres bonita ¿lo sabías? -‐‑Claire le dio una dulce, y descuidada sonrisa. -‐‑¿Qué había en ese tiro, -‐‑preguntó Eve. –Porque estás en el transbordador espacial, amigo. -‐‑Ella se agachó junto a Shane al otro lado y ayudó a Claire a levantarse de un salto. Él se sentía. . .sin huesos. -‐‑Está bien, él va a ser bastante inútil por un tiempo.-‐‑ -‐‑Tenemos un lugar donde puedes descansar toda la noche, -‐‑dijo la señora Grant. -‐‑¿Alguna idea de cuánto tiempo estuve mal esta ultima vez?-‐‑Claire hizo un gesto impotente a Shane, quien estaba mirando sus dedos y moviéndolos. Él parecía fascinado. -‐‑Unas pocas horas, lo más probable. Déjame buscar las llaves de la casa de huéspedes –dijo la señora Grant, y desapareció en una oficina. -‐‑Tengo que preguntar, -‐‑dijo Michael. -‐‑¿Mi sangre justo. . . puede curarle? -‐‑ -‐‑Parece eso, -‐‑dijo Claire. -‐‑Morley dijo que podía oler la medicina en ti. Tal vez pueda contrarrestar la infección o lo que sea que tiene Shane.-‐‑ -‐‑Seamos claros en esto, -‐‑dijo Eve. -‐‑Mi marido ex-‐‑vampiro soló curara a su novio licántropo con su sangre.-‐‑ -‐‑Me parece justo, -‐‑dijo Claire, y casi se echó a reír. –Típico de Morganville, ¿verdad?-‐‑ Eva le ofreció un puño en alto. -‐‑Morganville típico.-‐‑ Ellas chocaron los puños. Al otro lado de la habitación, Oliver no les hizo caso. Se dejó caer sobre una rodilla e inclinó la cabeza para Amelie, de la misma manera que un antiguo noble podría haber cedido a su reina. Silenciosamente le tendió la mano, y se la llevó a la frente, luego a sus labios. Todo extrañamente formal. -‐‑Yo te he fallado dos veces, -‐‑dijo. -‐‑Sólo detuviste al muchacho.-‐‑ -‐‑Eso no es lo que quise decir.-‐‑ -‐‑Yo sé lo que quieres decir, Oliver. Cuentas demasiadas cosas como un fracaso cuando no son más que contratiempos. -‐‑Ella le hizo señas, y se puso de pie, todavía íntimamente cerca de ella. No parecía importarle. -‐‑Me siento más segura con mi viejo enemigo a mi lado.-‐‑ -‐‑¿Entonces tienes un plan?-‐‑ -‐‑Tenemos uno, -‐‑dijo, y cortó su mirada hacia Morley, quien hizo una teatral reverencia quisquilloso que era de alguna manera aún más antigua a la que Oliver había hecho. -‐‑Confío en que ayudaras.-‐‑ -‐‑De cualquier forma que considere necesario.-‐‑ Ella asintió con la cabeza, dio un paso más cerca, y puso su mano pálida en su mejilla. -‐‑Entonces come y descansa hasta la mañana, -‐‑dijo. -‐‑Por la mañana, estamos tomando de nuevo nuestra ciudad.-‐‑
DOCE La Señora Grant preparo una pequeña cama y desayuno de Blacke para ellos. Básicamente, se trataba de una casa de cuatro dormitorios con puertas cerradas y un autoservicio en la cocina, situada justo a una cuadra de la biblioteca. El agotamiento de Claire estaba empezando a hacer que el mundo pareciera demasiado brillante, y cuando ella se encontró de pie en la cocina de una casa extraña, bebiendo chocolate caliente con especias, parecía una experiencia celestial, extrañamente irreal. Lo cual, pensó mientras se apoyaba en el mostrador, de alguna manera parecía apropiado. Eve levantó las cejas mientras se bebía lo último de su cacao. -‐‑¿Qué?-‐‑ -‐‑Sólo estoy pensando, -‐‑dijo Claire. -‐‑Pensando que tal vez Shane… -‐‑¿Tenga una recaída o algo así? Oh, cariño, no pidas problemas prestados. Tenemos suficiente aquí y las tasas de interés a matar. Shane difícil. Va a estar bien.-‐‑ -‐‑Bien,-‐‑dijo Claire en voz baja. -‐‑Eve, acerca de lo que dijo Morley allá atrás, sobre la cura. . . -‐‑ Eve se dio la vuelta y enjuagó la taza en el fregadero, pero era más por tratar de evitar el contacto visual que otra cosa. -‐‑¿Crees que podrían haber efectos secundarios? Yo no creo eso. No puedo. Lo conseguí, y eso es todo lo que puedo pensar en este momento, Claire. Tengo a Michael de nuevo, el verdadero, el que rechace cuando yo tenía catorce años, del que me enamoré tan duro cuando tenía dieciocho. Algo más…..todo lo demás es algo para mañana.-‐‑ Claire asintió. Ella entiende, la necesidad de simplemente bloquear todo, y enmudecer. Sentir como si todavía hubiera esperanza en el mundo, el amor, y un futuro. -‐‑Vamos,-‐‑dijo, y terminó su propia bebida. El cacao estaba teniendo su efecto habitual, y en la parte superior del agotamiento general ella se sentía casi tan cálida y difusa, como si hubiera tenido una oportunidad del jugo feliz de Shane -‐‑Sé que te mueres por decirle eso.-‐‑ La sonrisa de Eve iluminó la habitación. El mundo. -‐‑Oh, él sabe, si tiene un cerebro en su cabeza, -‐‑dijo. -‐‑Pero definitivamente estoy deseando decirle, de todos modos. -‐‑Ella agarró Claire en un duro, y firme abrazo. -‐‑Te quiero, Osita Claire. Nos vemos en unas horas.-‐‑ -‐‑Yo también te quiero, -‐‑dijo Claire. Se sentía tan bien, estar juntos de nuevo. -‐‑Adelante. Michael te está esperando.-‐‑ La sonrisa de Eve era aún más caliente que el sol, y el calor persistía incluso después de que ella salió de la habitación. Claire enjuagó su propia taza y la puso en la lavaplatos, y luego fue al cuarto de baño pequeño central. Había jabones para invitados y cepillos de dientes desechables, ella se aseó lo mejor que pudo, luego respiró hondo y caminó por el pasillo hasta la habitación donde habían puesto Shane. Ella tenía miedo de que él estuviera peor de alguna manera, pero en cambio, él yacía acurrucado en el centro de la cama extra grande, con mantas amontonadas en la parte superior, y estaba profundamente dormido. Se quitó los zapatos, pantalones y sudadera con capucha y se metió en la cama junto a él. Él estaba caliente, pero no febrilmente caliente, y mientras se acurrucaba junto a él
hizo un ruido contento en el fondo de su garganta y puso sus brazos alrededor de ella. No llegó a despertar, que era bueno, ella estaba tan cansada que quería llorar, y la sensación soñadora de él, su suave calor, significaba más para ella en este momento que cualquier otra cosa del mundo. Se acurrucó contra él, levantó las mantas, y dormía en menos de un minuto. Claire no se despertó lentamente en estado de pánico, para variar, no estaba convencida de que había monstruos a lanzarse por ella desde las sombras. Shane había guardado todo en el armario La luz se arrastraba a través del encaje de las cortinas aún no se anunciaba exactamente la mañana, pero fue suficiente para comenzar su ascenso lento hacia ella. Todavía estaba en la misma posición en el que se había quedado dormida, se dio cuenta, excepto que el calor de Shane no estaba junto a ella. Se dio la vuelta y vio que la cama estaba vacía. Eso la llevó a apartar los perezosos buenos sentimientos de la mañana . Se sentó, rápido. ¿Shane?-‐‑ La puerta de la habitación se abrió, y Shane entró con dos tazas de café. Estaba pálido y cansado, pero definitivamente no estaba volando alto más. Se sentó en la cama con las piernas cruzadas junto a ella y le pasó una taza lo suficientemente llena como para no derramar una gota de ella. Había recordado también como a ella le gusta. -‐‑Te has levantado temprano, -‐‑dijo. -‐‑¿Cómo te sientes?-‐‑ -‐‑Resaca, -‐‑dijo, y bebió un largo trago de su café. Sus ojos se cerraron de placer. -‐‑Oh, gracias a Dios. Tenía una deficiencia inmensa de cafeína . ¿He dicho algo embarazoso? -‐‑ -‐‑Fuiste por completo un perro del infierno y atacaste a Amelie en la biblioteca.-‐‑ -‐‑No, en serio, ¿dije algo embarazoso?-‐‑ -‐‑Dijiste que yo era bonita,-‐‑ dijo, y sonrió. -‐‑Bueno, lo eres, incluso con el pelo que sobresale divertido. -‐‑Puso su taza sobre la mesa y se inclinó para alisárselo. Miró su antebrazo. La mordedura era ahora una cicatriz desvaneciéndose, muy poco roja. -‐‑Sí, ya sé lo que pasó. Recuerdo morder a Mikey. Está bien, ¿no? -‐‑ -‐‑Él está bien.-‐‑ -‐‑Sentí que me estaba quemando por dentro. Esa fue su sangre, ¿no? -‐‑ -‐‑Lo mejor que puedo decir, es que la cura sigue en su torrente sanguíneo, y que atacó lo que Fallon había puesto en ti para hacer que cambies. Así que se cancelan el uno al otro. -‐‑ -‐‑Por ahora, -‐‑dijo. Cogiendo un hilo suelto en la manta. -‐‑Shane, estás bien. En serio.-‐‑ -‐‑Lo siento. Tienes razón. El café no es suficiente. -‐‑Él tomó su taza bebiendo de nuevo un largo trago, y luego la puso en la mesita de noche. -‐‑¿Cómo está el tuyo?-‐‑ -‐‑El café? Está muy bueno. -‐‑Ella le dio un beso. -‐‑Gracias por traerlo. -‐‑ -‐‑De nada, -‐‑dijo, y le devolvió el beso. Oh, eso fue bonito. Muy bonito. Claire se liberó el tiempo suficiente para poner su taza abajo, antes de que el café terminara por todo su pecho y se apoyó en el beso como si nunca lo hubiera dejado. -‐‑Bueno,-‐‑Shane murmuró contra sus labios, y se sacudió el pelo de la cara con toques cálidos y persistentes, -‐‑esto es bueno. Yo casi podría olvidar que estamos a punto de entrar en guerra. Una vez más.-‐‑ -‐‑No vamos a pensar en eso ahora.-‐‑
-‐‑Está bien.-‐‑Se inclinó hacia delante, y se dejó caer de nuevo a la suave comodidad de las almohadas. -‐‑Vamos a pensar en otra cosa, similar. . . dejando que el café se enfríe.-‐‑ -‐‑Es un buen café.-‐‑ -‐‑Voy a hacer más.-‐‑ Fue una preciosa hora cálida, dulce, lenta e impresionante, y Claire pensó que tal vez era extraño cómo se conocían tan bien ahora, para que cada toque fuera en el lugar correcto, la presión adecuada. Fue muy emocionante, pero también era cómodo en formas que nunca podría haber imaginado, tan cómodo como podría haber estado alguna vez con alguien. No hay secretos. No hay vergüenza. Nada más que una completa, y dulce confianza. Justo hasta que llamaron a la puerta del dormitorio. Estaban tumbados uno en los brazos del otro, gratamente somnolientos, pero los ojos de Claire se abrieron de golpe al oír el sonido, y también lo hizo Shane. Vacilaron por sólo un segundo antes de que se movieran en direcciones opuestas para pescar la ropa de el suelo y empezar a vestirse. -‐‑¡Sólo un segundo!-‐‑Claire dijo, y tiró de sus pantalones, luego lanzó la sudadera con capucha sobre su camiseta. El logotipo de víboras TPU en el parecía apropiado esta mañana. Ella metió sus pies en sus zapatos, pero tan rápida como fue, Shane fue aún más rápido. Estaba sentado en la cama tranquilamente bebiendo café cuando la puerta se abrió de golpe. -‐‑Buenos días, -‐‑le dijo a Morley, que parecía un completo Vampiro Western de nuevo en su abrigo, botas, bufanda y gorro. –muy grosero entrar cuando la dama le pide que espere, ¿no es así? -‐‑ -‐‑Mis más sinceras disculpas, -‐‑dijo Morley, e hizo una reverencia en arco, quitándose el sombrero como broche de oro. -‐‑Pero estamos a punto de ir a retomar la ciudad de Morganville, y los modales no son mi mayor preocupación. ¿Quiere unirse a nosotros, o están ustedes, ah, ocupados?-‐‑ -‐‑¿Es una opción? Porque si es así. . ..-‐‑ -‐‑Estamos llegando, -‐‑dijo Claire. Ella bebió el resto de su café, viejo, y se acercó a Morley. -‐‑Vamos, Shane. ¿Realmente tienes la intención de sentarte y quedarte fuera? -‐‑ -‐‑Tienes razón. ¿Hay una pelea, y yo no estoy en ella? Eso parece mal. -‐‑Shane se aseguró de terminar su café. -‐‑Bueno, vamos a hacer esto. Espera, ¿qué es exactamente lo que estamos haciendo? -‐‑ -‐‑No tengo idea de lo que estás haciendo, -‐‑dijo Morley, -‐‑pero la señora Grant está matando a Amelie.-‐‑ Claire pensó que estaba diciendo una cosa rara y frívola, hasta que vio a Amelie tumbada en la mesa de la biblioteca, sin moverse, con una estaca recubierta de plata en el corazón. -‐‑¿Qué estás haciendo?-‐‑Le espetó, y empujó hacia adelante. Michael y Eve ya estaban allí, de pie juntos. -‐‑¿Qué pasó?-‐‑ -‐‑No la toques, -‐‑advirtió la señora Grant. -‐‑Confía en mí, he calculado esto con mucho cuidado.-‐‑ -‐‑¿Apuñalarla? ¿Con la plata.? Porque incluso Amelie no puede resistir ese veneno por mucho tiempo, no en el corazón. -‐‑Tenía más resistencia que la mayoría de los otros vampiros que Claire había visto en su vida, pero esto. . . esto era extremo. Y muy peligroso.
Entonces vio el símbolo en el lado de la hoguera, de la Fundación del Sol. -‐‑Eres de la Fundación, -‐‑dijo Claire rotundamente, y miró a su alrededor buscando un arma. No vio una a mano, así que cogió una silla. Fue pesada, pero ella la levantó de todos modos. -‐‑Aléjate de ella.-‐‑ -‐‑Deja eso, -‐‑dijo Oliver, y tomó la silla de ella con una mano. Poniéndola de nuevo en la mesa, él la manejo tan fácilmente como si estuviera hecha de cerillas. -‐‑Es una ilusión. Una cuidadosamente elaborada. La estaca es de plata, robada a los de la Fundación; sus armas vienen cargadas con nitrato de plata. -‐‑Ella lo sabía, porque había visto una enterrada en el pecho de Michael, de vuelta de Cambridge. Fueron diseñadas para suministrar una dosis fatal de plata cuando alguien trataba de quitarlas. -‐‑Hemos eliminado el nitrato de esta, y se ha recubierto la estaca con un plástico. No es tóxico para ella, pero es sin duda ridículamente doloroso. Así ella es más convincente de su muerte.-‐‑ Amelie abrió los ojos. -‐‑Puedo oírte, ya sabes.-‐‑ -‐‑Sí, estoy muy consciente, -‐‑dijo él, y por mucho que le gustaba Amelie, Claire pensó, no pudo resistir sentir un poco de placer en su malestar. -‐‑Quédate tranquila. Estás muerta.-‐‑ -‐‑Siempre podemos enterrar la estaca en tu pecho, desgraciado.-‐‑ -‐‑Yo no me vería ni la mitad de hermosa de cómo la lleva.-‐‑ Morley sacudió la cabeza con impaciencia. -‐‑¿Podemos por favor soló seguir adelante con ella? La señora Grant y nuestros seres humanos se llevarán a Amelie a la ciudad y convencerán a Fallon de que ella se negociara por una venganza justa sobre los vampiros que ha firmado en ese centro comercial. Él lo creerá, la historia es más que convincente, teniendo en cuenta los estragos de sangre que el padre de Amelie causó en está ciudad. A raíz de los últimos ataques de vampiros de la noche anterior, ¿quién mejor para engrosar las filas de los verdaderos creyentes que los residentes de una ciudad ya vapuleada por los monstruos? – Él parecía muy satisfecho de sí mismo. Asquerosamente así. -‐‑Estoy tan contenta que pienses así, Morley, -‐‑dijo la señora Grant. –Debido a que tuvimos una discusión, y decidimos modificar un poco el plan. Como actor, entiendes que tenemos que vender realmente el concepto. -‐‑Ella asintió con la cabeza, y desde las sombras detrás de las estanterías, dos hombres salieron, ambos armados con ballestas. Morley gruñó y chasqueó hacia un lado, y la flecha destinada a su corazón falló. Oliver fue más lento, probablemente como resultado de todas las cosas terribles amontonadas sobre él en los últimos meses, y la flecha con punta de plata cortó derecha en su pecho y cayó donde estaba. Pero Morley no se iba sin luchar. Él se volvió hacia la señora Grant, rugiendo con furia, y ella con calma sacó la pequeña ballesta que había guardado bajo la mesa. Mientras corría hacia ella, ella apuntó y disparó. Morley se dejó desplomó contra la mesa, con los ojos y la boca, y, finalmente, se derrumbó. Yo tenía razón, pensó Claire con una sacudida de miedo real. Son del Sol Naciente. Pero Amelie no reaccionaba, a pesar de que podría hacerlo, ella había sido capaz de hablar demostrando que estaba bastante bien. Lo que significaba que era el plan de Amelie, y lo había sido desde el principio. Ella no le había dicho a Oliver Morley hasta qué punto iría. Shane, Eve y Michael no se habían movido a la protesta, probablemente todos por diferentes razones: Shane porque no estaba dispuesto a protestar
porque un vampiro recibiera un disparo nunca, Eve, porque ella estaba en conflicto sobre Oliver y nunca le había gustado Morley y Michael porque. . . así, probablemente él había imaginado la forma que Claire tenía. La Señora Grant los miró a los cuatro. -‐‑No te quedes ahí parado, consigan colocarlos en las mesas, -‐‑dijo. No le había gustado dispararle a Morley, Claire podía ver eso. -‐‑Son viejos, pero eso no fue un picadura de insecto. Nosotros necesitamos retirar las estacas recubiertas en forma rápida.-‐‑ Eso fue un proceso más clínico por lo que Claire estaba estrictamente más cómoda con el, ella ayudó a sacar las flechas, pero empujar las estacas eran mucho más las molestias que induce, por lo que dejó a Michael y Shane manejar esa parte. No es que ellos parecieran tener mucho placer con ella, tampoco. Eve sólo le dio la espalda por completo. -‐‑¿Estamos seguros de que es un buen plan? -‐‑preguntó ella con ansiedad. -‐‑Porque estoy empezando a preocuparme. Estoy sintiendo miedo.-‐‑ -‐‑Esto es lo que debe ser, -‐‑dijo la señora Grant. Se acercó a ellos cuatro cuando Michael y Shane se reunieron con ellas -‐‑Voy a tener que mantener un ojo en mis dos caballeros aquí para asegurarme de que no hacen algo tonto como quitar las estacas, pero espero que esto sea de interés a los instintos que actúan de Morley, y Oliver dudo que puedan ver las ventajas. Ahora, en cuanto a ustedes cuatro: Les necesito para montar un espectáculo.-‐‑ -‐‑¿Qué tipo de espectáculo?, -‐‑preguntó Eve. Parecía aún más dudosa. -‐‑No hay nada demasiado difícil, lo prometo, -‐‑dijo la señora Grant. -‐‑Simplemente tienen que ser nuestros prisioneros. -‐‑Ella asintió con la cabeza, y más gente del pueblo de Blacke subió, no armados con ballestas esta vez, pero si con bridas. -‐‑Lo siento mucho, pero nosotros las cortaremos cuando llegue el momento. Fallon parece que les quiere a todos de nuevo, especialmente a Michael. Parece pensar que eres su nuevo niño de cartel para la conversión.-‐‑ -‐‑No está mal, -‐‑dijo Michael. -‐‑Se siente muy bien, tener latidos en el corazón de nuevo. Me había resignado a ser un vampiro, pero yo no voy a mentir. . . es un regalo que no estoy rechazando.-‐‑ -‐‑Yo tampoco, -‐‑dijo Eve. –Tu no tienes que ponernos las esposas. En serio. Vamos a ir bien. -‐‑ -‐‑Está bien, -‐‑dijo la señora Grant. -‐‑Voy a confiar en ustedes dos. No me decepcionen.-‐‑ Pero, Claire se dio cuenta, no parecía incluirla a ella, o a Shane, porque lo siguiente que sabía, era que sus muñecas estaban juntas con bridas aplicadas de manera eficiente. Ella intercambió una mirada con Shane, pero él se encogió de hombros. -‐‑Tengo que admitir, que Fallon no compraría que uno de nosotros tendría un cambio de actitud, sobre todo cuando se de cuenta de que no estoy en el equipo de lobo sanguinario más. Tiene sentido. Nosotros no somos potenciales aliados suyos exactamente, ¿verdad? -‐‑ -‐‑No, -‐‑admitió. –La verdad es que no. -‐‑¿Pero nos va a dar con que soltarnos? -‐‑ Señora Grant no desperdició palabras. Ella acababa de pasar un pequeño cortaúñas a Eve, quien le guiñó un ojo y se las metió en el bolsillo de la sudadera con capucha. -‐‑Te tengo cubierta, novia,-‐‑dijo Eve. -‐‑Y si pierdo esto, y tengo que roer a través del plástico para que te sueltes, lo haré. ¡Virtual alta cinco! -‐‑Ella levantó su hombro derecho. Claire levantó el suyo. Ellas chocaron. -‐‑Eso,-‐‑Shane dijo, -‐‑es la cosa más friki que he visto hacer a las dos, y eso es mucho decir.-‐‑
-‐‑Esto lo dice un hombre que tiene figuras de acción de Blade.-‐‑ -‐‑¡Oye, esos son clásicos! Y de Colección.-‐‑ La Señora Grant suspiró. -‐‑Vamos a conseguir que todos cumplan. Recuerden: Fallon puede estar en Morganville, pero la Fundación tiene sucursales en todo el mundo. Ellos vendrán por nosotros si no vamos por ellos primero. Puede que no seamos capaces de llevarlo a cabo, pero podemos por lo menos eliminar a el hombre que convirtió la búsqueda de una cura en una cruzada. Vamos a asegurarnos de que no hace más daño.-‐‑ Fue un discurso de batalla, no era grande, pero, obviamente, la gente de Blacke, en su mayoría eran gente de todos los días, el tipo de personas que verías en una ciudad grande en un Supermercado o comiendo en el Dairy Queen, pero ya estaban a bordo. Blacke no era Morganville, en el momento en que Morley y el resto de los refugiados vampiros de el dominio de Amelie habían llegado aquí, la ciudad ya había sido arrancada por la mitad por una incontrolable infección que había tomado a muchos de los residentes y los redujo a monstruos sin sentido, con antojo de sangre. El padre de Amelie, obispo, fue quien hizo eso, y luego se trasladó, probablemente divertido por todo el caos que había dejado tras de sí. Por eso Blacke no iría con la agenda de los de la Fundación; significaba someter a sus propias familias a una cura que estaba destinada a matar a la mayoría de ellos. En Morganville, las líneas entre los humanos y los vampiros fueron en general bastante bien dibujadas. En Blacke, no había líneas. Sólo angustias. Era una buena muestra de la simetría, la gente del pueblo se amontonaron en el mismo autobús destartalado que Morley había requisado de Morganville; todavía tenía la mayor parte del daño en el cuerpo, pero por lo menos corría, y era relativamente ligero probado. Amelie, Oliver, y Morley fueron cargados, y acostados a través de los asientos. Amelie mantenía con calma su ilusión de la muerte, tal vez era más fácil para ella de esa manera. Pero Morley se quejó amargamente, y Oliver parecía incómodo a pesar de que no hizo más que mirar a su alrededor. -‐‑Oye, hombre, no me mires, -‐‑le dijo Shane. -‐‑Estoy de vuelta con las manos esposadas. ¿Tiene alguna idea de cuántas veces esto lo hacen? -‐‑ -‐‑¿Tiene una estaca en su corazón?, -‐‑Dijo Oliver. Su voz sonaba tensa y débil, como si él estuviera usando toda su fuerza de voluntad para reprimir un grito. -‐‑Por lo menos si fuera de madera, estaría inconsciente. Esto es horrible.-‐‑ -‐‑Estoy segura de que puede hacerle frente muy bien, -‐‑dijo la señora Grant. Ella no lo hizo para parecer simpática. -‐‑¿Están todos adentro?-‐‑Ella miró a su alrededor en las filas de personas, hombres y mujeres, algunos adolescentes, incluso algunos ciudadanos de edad avanzada. Todos miraron duro, duro, y listo para la acción. -‐‑Vamos, entonces.-‐‑ El conductor miró como si realmente ya hubiera conducido una vez un autobús escolar, allá por la Edad Media, era antiguo, y Claire tuvo un poco de miedo porque era tan viejo que podría quedarse dormido al volante. Pero sus viejas manos artríticas parecían lo suficientemente competentes cuando él les alejo de la acera y aceleró. Dieron la vuelta y pasaron por delante del Palacio de Justicia cerrado. La estatua de el engreído de Hiram Blacke quedo tras ellos. Había vampiros en Blacke de pie en las sombras o en las ventanas, viendo como se iban. Esta vez Claire no se sentía tan descolocada por eso. Era más bien como si ellos estuvieran deseándoles suerte.
Realmente esperaba que funcionara. Fue un viaje largo y lleno de baches, peor con diferencia para los tres vampiros estacados, pero lo soportaron en silencio, excepto Morley, después de un tiempo, cuando se dio cuenta de que nadie iba a responder a sus arrebatos. Claire decidió no quejarse por el roce de la brida en sus muñecas. Parecía que lo menos que podía hacer era soportarlo con el mismo silencio estoico que los demás. Cuando el autobús finalmente comenzó a disminuir la velocidad y los frenos se activaron, Claire miró por la ventana delantera para ver que se acercaban a la valla de Morganville. Le trajo una avalancha de sentimientos de alivio que el viaje tocaba a su fin, y el muy real temor de que lo que estaban haciendo iba a salir mal. Mal. Pero ella no sabía qué otra cosa podía hacer, excepto a pie. . . dar la espalda a Morganville y dejar que todo suceda sin ellos. Pero ¿cómo habría de hacerles diferente de los otros residentes de Morganville que estaban dispuestos a dejar que cosas horribles le sucedan a los vampiros con tal de que ocurriera fuera de su visión particular? La sensación volvió de nuevo, enferma y oscura. Estoy trayendo problemas a Morganville. Finalmente tienen su paz, lo que siempre han querido, y estoy volviendo a romperla. Yo soy el villano. Todo lo que sabía era que no podía correr, no de esto. Ella sabía que Shane no haría eso, o Michael, o Eve. Habían crecido aquí. Ellos tenían raíces. Y tenía que confesarlo: ella también. Sus padres podrían vivir en otro lugar, podrían no recordar nada sobre Morganville, excepto una vaga sensación de malestar, pero si su historia familiar hubiera venido de aquí, ella no creía que pudieran correr, tampoco. “Acéptalo, la parte más sensible de su yo. No puedes correr porque no eres así. Eres terca. Siempre ha sido su mayor problema. Si no fuera tan obstinada, habrías escapado de esta ciudad el día que Mónica Morrell y sus seguidoras te empujaron por las escaleras al dormitorio.” Y si ella hubiera hecho lo razonable, correr a casa con Mamá y Papá, ¿qué habría perdido? Todo. Incluyendo a Shane. La Señora Grant se levantó y salió al pasillo, mirando de nuevo hacia el resto de la gente en el autobús. -‐‑Muy bien, -‐‑dijo. -‐‑Recuerden: no estamos luchando por Morganville, estamos luchando por nuestras propias familias. No importa lo que pase, ténganlo en mente. Las cosas se van a poner feas.-‐‑ Hubo gestos solemnes de todo el mundo de Blacke. Desde donde yacía en el asiento delantero, dijo Morley, -‐‑Y si les falta motivación, recuerden que odia a los vampiros y es lo que hará con vosotros.-‐‑ -‐‑Bueno,-‐‑dijo la señora Grant, -‐‑muy razonable, lo hacemos, no es gran parte de un tramo, Morley.-‐‑ -‐‑Tú me hieres, dulce señora.-‐‑ -‐‑Usted me molesta, perturbador.-‐‑ Tenía la sensación de familiaridad, y Claire se preguntó que tan cerca la señora Grant (una viuda, recordó) y Morley en realidad se habían metido. No es que fuera asunto suyo, pero fue más divertido especular sobre eso que en lo que Fallon iba a hacer a continuación. -‐‑Hablando del diablo, -‐‑dijo la señora Grant, volviéndose para mirar por el parabrisas. El Cartel de Morganville era inminente, pero también lo eran las luces
de dos coches de la policía. También había tres todoterrenos negros sólidos. Todoterrenos (algo inusual en Morganville) con el logotipo del Sol naciente en las puertas. Al menos diez hombres y mujeres armados preparados para un combate. -‐‑Empieza es espectáculo, -‐‑dijo Morley. -‐‑Cállate, -‐‑le dijo. -‐‑Estás muerto, ¿recuerdas?-‐‑ -‐‑¿Me echaras de menos cuando me haya ido?-‐‑ -‐‑No.-‐‑ -‐‑Mentirosa. –La risa seca de Morley se desvaneció en el silencio, y el conductor del autobús los llevó a una parada rodando a varios metros de el control de carretera. Claire escuchó una voz amplificada de Hannah Moisés, que se escuchaba incluso a través de las ventanas cerradas de el autobús. –Fuera del autobús, -‐‑dijo. -‐‑Háganlo lentamente, las manos en alto, de uno en uno. Cuando salgan, formen una línea y pónganse de rodillas, con las manos en la parte superior de su cabeza. Tienen diez segundos para obedecer.-‐‑ La Señora Grant hizo una seña al conductor, que apagó el motor y abrió las puertas del autobús. –De uno en uno, -‐‑dijo a los demás. -‐‑Los vampiros y los presos permanecen aquí. Michael, Eve, bajando conmigo. -‐‑Ella fue la primera en el autobús, y demostró la técnica perfecta de apartarse, de rodillas, y poniendo sus manos en la parte superior de su cabeza. Michael y Eve se levantaron del asiento de enfrente de Claire y Shane. Eve miró angustiada. Michael lo estaba ocultando, pero se sentía mal por ellos, también. -‐‑Vayan -‐‑Shane asintió a ellos. -‐‑Son nuestros ases en el agujero. No nos defrauden.-‐‑ -‐‑Nunca, -‐‑dijo Eve, y se inclinó para darle un beso rápido en la mejilla. Luego le dio uno a Claire, también. –Les amo chicos.-‐‑ -‐‑Yo también te quiero,-‐‑dijo Claire, y esbozó una sonrisa. -‐‑A ambos. Tengan cuidado.-‐‑ Michael asintió con la cabeza y le revolvió el pelo a Claire, como un hermano mayor, luego salió con su esposa del autobús. El resto siguió en una lenta y metódica procesión, desembarcando y de rodillas. Claire oyó a la señora Grant explicar las cosas a Hannah. Hannah no era tonta, ella probablemente entendería los subtextos. Conocía la historia de Blacke bien, y ella no iba a creer tanto la historia como los recién llegados a la ciudad como los de la Fundación la creerían. Los instintos de Claire eran que Hannah no quería ayudar a Fallon, pero se vio obligada, y fue la razón cuando oyó a Hannah decirle a la Señora Grant: -‐‑Has hecho lo correcto en entregarlos, el Sr. Fallon lo agradecerá. Pero tengo que preguntar, ¿por qué has traído a tantos con usted? -‐‑ -‐‑Estos son los seres humanos de Blacke,-‐‑dijo la señora Grant. -‐‑Me imagino que cuando haya terminado de librar Morganville de los vampiros, pueden cuidar el nido en nuestra ciudad, también. Hasta entonces, es más seguro estar aquí, contigo. Están ansiosos por aprender acerca de la Fundación. Traer un poco de luz en nuestras vidas, también. -‐‑Su tono se volvió oscuro. -‐‑Y nos merecemos la oportunidad de darle una patada en el culo a los vampiro para un cambio. Nos destruyeron. Aparte desgarraron nuestro municipio.-‐‑ Sonaba bien, sobre todo la forma furiosa en que la señora Grant se refirió a los vampiros. Claire no tenía ninguna duda de que estaba siendo honesta sobre eso. La desagradable, alimentación gratuita del Obispo en esa ciudad trajo el desastre hacia ellos, las familias divididas y amigos muertos.
Por supuesto, ella odiaba a los vampiros, en algún nivel, aunque nada de eso era su propia culpa. ¿Quién no lo haría? “¿Y si todo esto es sólo una estafa para conseguir que fuéramos junto con él? ¿Y si esas estacas de plata de la Fundación están cargadas de plata líquida? Ella se lo replanteo y tiene un acuerdo. ¿Cómo sería eso de genial?” Era justo lo suficientemente plausible que Claire se quedo sin aliento en estado de alarma real, pero ya era demasiado tarde, demasiado tarde, y Hannah Moisés estaba ahora montada en el autobús y examinando la situación. No eran muchos. Sólo ella y Shane, atados, y los tres vampiros estacados. Hannah sabía que se trataba de algún tipo de truco; Claire lo leyó en la forma en que miraba a través de los cuerpos. Pero en lugar de dar la alarma, ella asintió con la cabeza ligeramente y se aparto cuando los de la Fundación de Fallon se movieron detrás de ella. -‐‑Llévalos a todos a Fallon,-‐‑dijo ella. -‐‑Él va a querer ver esto.-‐‑ Se refería a que a Fallon le gustaría disfrutar de ella. . . disfrutar de la vista de Amelie muerta a sus pies. Claire sinceramente esperaba que la señora Grant no estuviera brillantemente jugando con todos. Morganville estaba teniendo una especie de celebración hoy, había nuevas, banderas brillantes rojo, blanco, y azul que colgaban a través de la calles y ondeaban al viento, y las banderas de la Fundación de la Luz en el césped de la mayoría de las casas y en los escaparates de las tiendas y negocios. Las pancartas decían, “¡Bienvenido al nuevo Morganville! ¡Usted nunca tendrá que salir!” Sentimiento correcto, razones equivocadas. Claire se estremeció, porque fue un juego en el lema original de la ciudad: Usted no querrá irse. Y era una mentira. Ella sabía eso de Fallon ahora. Podría haber empezado con buenas intenciones hacía mucho tiempo, si él hubiera querido sinceramente proteger a los humanos de los vampiros y salvar a los vampiros de sí mismos. Pero había ido mal en alguna parte, probablemente cuando había decidido que estaba bien matar a un montón para salvar a unos pocos. ¿Cuál fue el viejo refrán que dice que su madre solía amar? El camino del infierno está lleno de buenas intenciones. Ahora, después de tantos años, Fallon vio a quien no estuviera de acuerdo con él como un traidor a la humanidad, digno de castigo y la muerte. Y ella sabía que ella y Shane, con sus acciones, sin duda habían ganado esa etiqueta. Ellos habían ayudado a los vampiros sobre los humanos. Él no lo iba a olvidar, ni perdonar. -‐‑¿Qué hacemos con ellos?-‐‑Uno de los hombres preguntó a Hannah, y asintió con la cabeza hacia Claire y Shane después de haberse llevado a los tres vampiros, silenciosos y flácidos. El auto-‐‑control necesario para que se vieran como muertos estaba más allá de la comprensión de Claire, ninguno de ellos, incluso Morley, no movió ni un párpado, aun cuando fueron empujados y golpeados por descuido contra los rieles de metal o el rebote de ellos por los pasos. Hannah alzó las cejas por un segundo, considerándolo, y luego dijo: -‐‑Creo que van con los vampiros. Obviamente han arrojado su suerte con Amelie. Deben quedarse con ella. Fallon querrá mostrar a todos que han sido capturados y la situación esta bajo control.-‐‑ -‐‑¿Cuántas personas murieron anoche cuando él dejó a los vampiros libres, Hannah? -‐‑preguntó Claire. Ella mantuvo su voz tranquila, pero sabía que la pregunta sería cortante. -‐‑¿Cuántos?-‐‑
-‐‑Dos, -‐‑respondió Hannah. -‐‑Y seis vampiros. El resto fueron recapturados y confinados. Están en espera de juicio. -‐‑ -‐‑Usted sabe que él diseñó ese ataque. Él quería que sucediera. Es probable que esté decepcionado de que el número de muertos fue tan bajo. -‐‑ -‐‑Cállate, -‐‑el de la Fundación junto a ella dijo, y parecía enfadado. -‐‑Usted no sabe nada sobre el Sr. Fallon. Él salvó a esta ciudad, y a todo el mundo en la misma. No tenemos que vivir con miedo nunca más. No ahora que nos estamos deshaciendo de los vampiros.-‐‑ Shane levantó la cabeza por primera vez. -‐‑Deshacerse de.., ¿cómo?-‐‑ -‐‑La única manera de estar seguros. Hemos tratado de ser amables y darles un lugar para vivir en paz. No podían seguir las reglas. Nunca pueden. Usted debe saberlo, Collins. Las reglas de Morganville, las normas compuestas para controlarnos. . . que nunca se las aplican a ellos.-‐‑ El hombre no era en realidad tan viejo, Claire se dio cuenta, tal vez la edad del fallecido hermano de Mónica, Richard Morrell, mediados y finales de los años veinte. Shane sabía, claramente. Pero también es cierto, Shane lo conocía. -‐‑Siempre has sido un quejica un poco cobarde, Sully. No vi a usted o a su familia dar un paso adelante para defender a la gente. Usted acaba de guardar la cabeza hacia abajo como un buen ciudadano. Demonios, ni siquiera tuviste agallas para enfrentarte con el Capitán Obvio cuando tuviste la oportunidad. -‐‑ Él dio en el clavo con eso, Claire vio el rubor que se extendió por la cara ancha de Sully. -‐‑Colaborador, -‐‑Sully escupió . -‐‑Traidor. Recibirás lo que te mereces, y yo voy a disfrutar viéndolo,-‐‑Literalmente escupió las palabras, Claire tuvo manchas de saliva en la cara. Uf. Se sentía más sucia que nunca, lo que estaba diciendo algo, teniendo en cuenta que estaba usando ropa interior de otra persona. -‐‑Sully, -‐‑dijo Hannah, con el complemento de mando en su voz. -‐‑Mientras usted este trabajando conmigo, tratas a mis prisioneros con respeto y guarda silencio. Shane no es ningún peligro para usted, y lo único que puede hacer es agijonarle. No le dejes ganar puntos.-‐‑ -‐‑¿Yo?-‐‑Shane preguntó, y sonrió con una sonrisa casualmente amarga que Claire jamás había visto en su rostro. -‐‑¿Ganar puntos?-‐‑ -‐‑Quieto, -‐‑dijo Hannah, pero Claire atrapó un destello rápido de humor en su expresión antes de que ella lo cerrara con su mascara profesional otra vez. –Derroche de tiempo. Sácalos de aquí. -‐‑ Sully se hizo cargo personalmente de Shane, que estaba extrañamente reconfortante; Claire sabía que Shane podría llegar a él, y que era una especie de control que tanto necesitaban en este momento. Su propio guardia fue uno de los policías de Hannah uno conocido. -‐‑Oficial Kentworth, -‐‑dijo ella. Fue uno de los dos que la había buscado en su casa con Halling:, el educado. Tocó con los dedos a su gorra. -‐‑Señorita, -‐‑dijo. -‐‑Vamos a ser serios acerca de esto, ¿de acuerdo? No cosas raras.-‐‑ -‐‑Usted sabe que está llevándonos a ser asesinados, ¿verdad?-‐‑ Él se estremeció, pero se controló con rapidez, y le dio una mirada pétrea. -‐‑Solo estás siendo transportada, señorita. No nos hagas esto más complicado, -‐‑dijo. Shane fue llevado a otro coche por Sully, y Claire casi se podía imaginar lo divertido que ese viaje iba a ser. Esperaba que Shane no le empujara hasta el punto que Sully realmente se rompiera. Con su manos esposadas, Shane no podía
defenderse muy bien. . . y Eve era la que aún tenía el cortaúñas para cortar sus ataduras. Eve y Michael, se dio cuenta, también estaban separados de la gente de Blacke y cargados en un coche. Claire esperaba que todos terminaran en el mismo lugar, porque tenía la sensación de que realmente necesitarían ese cortaúñas en poco tiempo, sin importar en qué tipo de giro positivo había tratado de poner las cosas el Oficial Kentworth. Claire pensaba que serían llevados a el edificio de la Fundación de la Luz, pero en cambio, el pequeño desfile completo con luces intermitentes, aunque no con sirenas tomo su camino a través de las principales calles de Morganville, hacia la Plaza de los Fundadores. Eso pareció extraño. La Plaza de los Fundadores era territorio vampiro, era donde habían vivido y trabajado y tuvieron su propios negocios nocturnos. Era donde Amelie tenía sus oficinas, y donde guardaban los registros de sus largas vidas. También era donde habían ejecutado a personas, de vez en cuando, por infracciones a las normas de Morganville. Donde habían amenazado con ejecutar a Shane, cuando Amelie lo había considerado culpable por el asesinato de un vampiro. Era, Claire pensó con una sensación de abatimiento, exactamente donde Fallon elegiría para hacer su nueva sede. El desfile se dio la vuelta y tomó la rampa subterránea, el garaje que Claire recordaba tan bien. Estaba lleno de coches, todos con los cristales tintados, los vampi-‐‑coches que probablemente habían sido confiscados cuando sus dueños se habían ido a la "custodia protectora" en el Centro Comercial. ¿Cómo lo había llamado Fallon? El enclave, como si fuera una fantasía, soló para miembros exclusivos en un complejo de apartamentos en lugar de una pesadilla en un edificio de hormigón de la década de los ochenta lleno de polvo. Y ahora Fallon vivía en el palacio de Amelie. Los otros coches aparcaron en el estacionamiento al lado de su propio medio de transporte, y uno a uno, fueron sacados, Shane, escoltado por francotiradores con la cara roja de el Oficial Sully, luego Michael y Eve, no con las manos esposadas pero, obviamente, siendo escoltado por sus propios guardias. Ella, Shane, Eve y Michael, además de sus guardaespaldas, todos apiñados en un ascensor para subir. Fueron llevados a la primera planta, el nivel de entrada. Era igual que lo que recordaba Claire, alfombras exuberantes, candelabros caros, el débil olor opresivo a rosas y sombríos, y meditados cuadros colgados en las paredes. Cualquier cosa que alguien considerara una muestra reconocible de un vampiro lo habían derribado, y había un montón de lienzos en la esquina del atrio central. -‐‑De esta manera, -‐‑dijo Hannah, reuniéndose con ellos en ese espacio. Claire no sabía como había llegado antes que ellos, pero de alguna manera, ella lo había hecho. Tal vez había estado al frente del desfile. Los condujo por el pasillo hasta la gran puerta de entrada de lujo, con su vasto, techo abovedado. . . y luego salieron al porche, donde el sol de la mañana deslumbra el mármol. Una vez que sus ojos se acostumbraron a la luz, Claire vio que la Plaza de los Fundadores se había mantenido perfecta, los setos y césped estaban bien recortados, los macizos de flores explotaron con colores frescos, y vivos. Todo parecía tan limpio y elegante como lo podrías encontrar en una foto de París, con los edificios de mármol con columnas que rodearon el parque.
A excepción de las banderas, que eran de color rojo, blanco y azul, moviéndose por la brisa que se arremolinaba en el patio. Una multitud tamaño Morganville, tal vez trescientas personas fuertes, se habían reunido en el césped. Se estaba llevando a cabo algún tipo de ceremonia en relación con la salida del sol. Claire vio un escenario elevado en el otro extremo, donde los vampiros habían mantenido una vez una jaula donde se exhibieron los que rompieron sus leyes. . . y a veces celebraban ejecuciones, también. La jaula se había ido, lo que era bueno, pero tuvo un recuerdo repentino desagradable de una fotografía que había visto en la clase de historia, una plaza de lujo, con grandes edificios, banderas rojas largas, un escenario. Un apasionado, y fogoso orador entrega su discurso ante un mar de personas absortas. La Historia, repitiéndose. Fallon debe haberse deleitado, pensando que su momento no podía haber sido mejor. Los cuerpos de Morley, Oliver y Amelie llevados a través del pasillo a el centro de la multitud, hubo un silencio total hasta que la procesión estaba a medio camino del recorrido. . . y entonces alguien empezó a aplaudir. Entonces llegó una avalancha de aplausos y vítores. Ellos estaban aplaudiendo a cadáveres. Claire miró a Shane, y vio que él la estaba mirando con una expresión pétrea en su rostro. Probablemente estaba pensando que podría haber estado en esa multitud, gritando, en algún momento de su vida. Tal vez habría sido incluso el primero en aplaudir. -‐‑Hace que te sientas orgulloso de ser humano, ¿no es así?-‐‑Le dijo a nadie en particular. Eve se trasladó junto a ellos. -‐‑Muy orgullosa, -‐‑dijo. –Ellos probablemente abren una tienda de recuerdos más tarde. Huesos llaveros y pendientes de vampiros a juego. Tal vez incluso ponen el nombre de la ciudad en ellos.-‐‑ Claire sintió algo frío y metálico rozando sus dedos, y se estremeció, pero luego se dio cuenta de que se trataba de el cortaúñas, era la mano de Eve que presionaba en su palma. Ella apretó el puño a su alrededor. -‐‑Es hora de ir, -‐‑dijo Hannah, y se dirigió a su grupo por las escaleras hacia la ceremonia. Los vítores habían cesado en su mayoría en el momento en que llegaron allí, los tres vampiros estaban en el escenario, en el sol. Ellos estarían quemándose lentamente, porque eran muy viejos, pero aún así. Sin duda doloroso. Michael se detuvo en los escalones, y Eve se detuvo con él y preguntó con ansiedad: -‐‑¿Cariño? ¿Qué tienes? -‐‑Tenía los ojos cerrados, y se veía muy extraño. -‐‑ ¿Te sientes bien?-‐‑ Cuando abrió los ojos, Claire vio lágrimas liberarse y correr por sus mejillas. -‐‑Es el sol, -‐‑dijo. -‐‑Eve, estoy de pie en el sol. Es tan cálido.-‐‑ Ella entendió, y lo abrazó. Claire no lo entendió por unos segundos, hasta que se dio cuenta de cuánto tiempo habría pasado desde que Michael había sentido el toque de el sol sin las horribles y abrasadoras cicatrices que lo acompañaba como un nuevo vampiro. En ese momento le golpeó la realidad de que era verdaderamente humano de nuevo. Realmente curado. Abrazó a Eve cerca y le dijo: -‐‑No me gusta que él es el que me devolvió la vida. Lo sabes, ¿verdad? -‐‑ -‐‑Lo sé,-‐‑dijo ella, y le frotó la espalda. -‐‑Eso no importa. Estás aquí, y eso es lo que cuenta.-‐‑
Se tomaron de las manos en el camino por las escaleras, el dorado cabello de Michael bajo el dorado de el sol era la gloria resplandeciente. Parecía aún más como su abuelo Sam ahora, pensó Claire, Sam se había congelado a una edad no mucho mayor que Michael cuando él había sido convertido en un vampiro. Aparte del hecho de que el cabello de Sam había sido más rojo que rubio, habían sido muy similares. Ese pensamiento hizo que Claire se preguntara cómo se sentiría realmente Amelie por la conversión de Michael de nuevo a humano. ¿alegre, o triste? Ella había amado a Sam tan intensamente que había mostrado su dolor públicamente por él cuando murió, tal vez quería mantener a Michael preservado para siempre en la edad en la que se parecía a su abuelo. O tal vez ella estaría feliz de dejarlo ir y vivir su vida. Nunca es fácil saber con Amelie. Se hizo aún más difícil, sin embargo, porque Michael era ahora una victoria simbólica de Fallon. Hannah los condujo a través de la multitud hacia el escenario, luego subió los escalones para susurrar a Fallon. Él asintió con la cabeza, y le hizo señas, Eve y Michael fueron llevados al escenario. Shane y Claire se mantuvieron donde estaban, en el borde de los escalones. La atención de todos estaba en Fallon, Eve, y Michael, así que Claire se arriesgó a voltear la hoja de el cortaúñas y trabajar con las diminutas mandíbulas hasta que agarró el plástico de la brida alrededor de sus muñecas. Tendría que cortar por etapas, los vínculos eran anchos y gruesos, pero cuando ella apretó el cortaúñas, sintió que cortaban limpiamente a través de las restricciones. Ajustó un cuarto de pulgada y pulsó de nuevo. Era más fuerte esta vez, el ángulo era más agudo, y no podía hacer palanca con la misma facilidad. Pero cedió. La tercera y última vez, sin embargo, cuando trató de deslizar el cortaúñas en su lugar, sus dedos sudorosas hicieron que se le resbalara, y lo dejó caer. Claire cambió de posición hacia atrás poco a poco hasta que pudo ver el brillo metálico de ellos en el césped. Probó las bridas. Había cortado dos terceras partes de la banda, pero lo que quedaba seguía siendo bastante grueso, y no tenía la fuerza necesaria para romperlo y liberar sus puños. Tengo que trabajar más, pensó, pero eso no iba ayudarla mucho ahora. Tenía que llegar al cortaúñas. Dio un paso, y fingió tropezar y caer sobre una rodilla, luego se dejo caer en una pérdida sin gracia del equilibrio. Eso puso sus manos dentro de la distancia de agarre de el cortaúñas, ella recorrió frenéticamente en la hierba hasta que los tocó y lo puso en su puño. El Oficial Sully la agarró del brazo y la levanto. -‐‑¿Qué demonios te pasa? -‐‑le preguntó, frunciendo el ceño. -‐‑Uno trata de mantener estas cosas durante horas, -‐‑dijo. –Perdí el equilibrio, ¿de acuerdo? -‐‑ -‐‑No intentes nada.-‐‑ -‐‑No lo haré, -‐‑dijo, y era la verdad. Ella no iba a intentarlo. Arriba del escenario, Fallon se acercó al micrófono y la multitud entera se calmó. -‐‑Amigos, dijo, -‐‑compañeros residentes, gracias por haber venido aquí para celebrar el amanecer de un nuevo día en Morganville, un día sin temor a la violencia o la represión. A partir de hoy, ya no eres esclavo de monstruos que asesinan para seguir con vida, que toman tu sangre y tu dinero y lo usan para
financiar sus propios fines inferiores, de su existencia egoísta. A partir de hoy, no tienen que temer a la oscuridad. Sus hijos pueden crecer sabiendo que están a salvo de cualquier daño. Esa es la nueva Morganville. Eso es Morganville en la luz del día.-‐‑ Hizo una pausa, y los aplausos estallaron. Él levantó las manos para acallarlos. -‐‑Como prueba de este nuevo día, estoy encantado de presentarles a uno de nuestros más grandes éxitos. . . alguien que todos conocemos a alguien de una de las trece familias fundadoras de Morganville. Fue víctima de los vampiros dos veces, una vez por Oliver, y luego por Amelie, que lo convirtió en uno de los suyos. Pero ahora él está conmigo en la luz, vivo y libre de su maldición. ¡Michael Glass! -‐‑ A Michael no le gustó; Claire podía ver eso. Él no quería dar un paso adelante, pero Fallon le susurró algo, y él obedeció, de pie rígido e inexpresivo cuando la multitud estalló en vítores. Ellos lo estaban animando por él convertirse en humano, pero aún así tenía un borde crudo de intolerancia en la misma. Algunas de las personas que le animaban ahora habrían sido feliz estacándole en el corazón un día antes, y él lo sabía. De todos ellos, él sabía lo que significaba ser etiquetado como menos que humanos. -‐‑Wau, esto es un espectáculo de propaganda aburrida, mierda, -‐‑dijo Shane mientras Claire maniobró el cortaúñas en su posición y presionó con fuerza, apretando los dientes por el dolor provocado por la tensión en los brazos y el incomodo ángulo. -‐‑Oye, Sully, ¿están sirviendo donuts y café, por lo menos? Porque yo oigo que el Ku Klux Klan ejecuta una gran mesa de manualidades.-‐‑ El plástico de Claire se rompió, y la presión sobre sus hombros disminuyo de una quemadura al rojo vivo a apenas un cosquilleo. Ella llamó la atención de Shane cuando Sully se movió hacia ellos, y le dio un tirón brusco de su cabeza. -‐‑Usted, -‐‑dijo Sully con los dientes apretados. -‐‑Ven aquí, pequeño idiota.-‐‑ -‐‑Oye, yo no soy pequeño, -‐‑dijo Shane. -‐‑Así que dime, ¿están sus sabanas blancas en la lavandería, o te olvidas de hacer las maletas? -‐‑ Sully agarró el brazo de Shane y lo arrastró desequilibrándolo y sacándolo fuera de los escenarios. Había un telón de fondo, y tiró a Shane detrás de el. Hannah suspiró y sacudió la cabeza y señaló a Kentworth para que fuera a ver lo que estaba sucediendo. Eso dejó solas a ella y a Claire de pie juntas. Claire dio un gran paso hacia atrás a donde Shane había desaparecido, cuidando de llevar las muñecas que parecieran como si todavía estuvieran inmovilizados detrás de ella. Hannah estaba mirando. Claire siguió moviéndose hasta que pudo poner la barrera entre ella y cualquier persona en la multitud que pudiera estar mirando. Hannah la siguió. A medida que Hannah entró en la sombra, Claire liberó sus manos de detrás de su espalda y agarró la pistola de Hannah. Ella no era lo suficientemente rápida. La mano de Hannah apretó con fuerza la culata de la pistola automática, manteniéndola en la funda, y Claire se dio cuenta con una sensación de hundimiento y amarga decepción que ella debería haber sabido que a una ex marine no se tomaría tan fácilmente. No por alguien sin experiencia, una chica sin entrenamiento la mitad de su tamaño. -‐‑Buen trabajo con las esposas, -‐‑dijo Hannah. -‐‑Ahora quita tu mano mi arma, Claire.-‐‑ Así lo hizo, poco a poco, y dio un paso atrás. Shane estaba teniendo una completa
pelea de bar, todavía esposado, con Sully. Kentworth estaba parado atrás con un Taser en la mano, buscando una apertura. No parecía especialmente feliz por todo el asunto. Shane golpeó su frente en la cara de Sully y sonrió con los dientes ensangrentados. -‐‑Amateur, -‐‑dijo Shane, cuando Sully gritó y cayo con fuerza, tapándose la nariz sangrando a borbotones y gimiendo. -‐‑Eso se llama un saludo irlandés. Alguien llamado Sullivan debe saber eso. -‐‑ Kentworth se movió con la Taser hacía Shane, pero el arqueó la espalda y esquivo la embestida, como un torero con un toro. Sin embargo, no iba a ser capaz de salirse con la suya, no con las manos aún clavadas detrás de él. Claire miró con los ojos abiertos a Hannah. Ahora o nunca, ella pensó en silencio. No podía tomar la pistola, no en contra de Hannah con unos reflejos bien entrenados. Pero Hannah podía renunciar a ella voluntariamente. La Jefa Moisés asintió ligeramente y movió su mano de la funda. Claire se lanzó hacia delante y agarró el arma, ella comprobó la seguridad, algo arraigado en ella por el entrenamiento de armas con Shane, y hizo un clic apagado. -‐‑Llámalo apagado, -‐‑dijo. No apunto con la pistola a Hannah. No creía que tenía que hacerlo. Hannah dijo: -‐‑Kentworth. Retrocede. Ahora.-‐‑ Se alejó, dejando a Shane tambaleándose un poco, ensangrentado pero aún en pie. Tenía un moretón rojo formándose en su frente, y escupió sangre de un corte en el labio, pero ella lo había visto peor. Mucho peor. Sullivan seguía en el suelo, sosteniendo su nariz. Gritó algo, pero era incomprensible. -‐‑Cuchillo, -‐‑le dijo a Hannah. Hannah desabrochó una funda en su otro lado y sacó una hoja de estilo militar con una empuñadura negra, que ella le entregó. Claire lo cogió y retrocedió hacia Shane. Ella mantuvo el arma levantada esta vez, y se centró en Kentworth que estaba echando miradas dudosas a Hannah, claramente no estaba seguro de lo que debía que hacer al respecto. Ella cortó cuidadosamente a través de uno de los lados de las esposas flexibles de Shane, y mientras su mano se soltó, ella apretó el mango en su mano. -‐‑Me das los mejores regalos, -‐‑dijo, y liberó la otra muñeca practicando un corte. Las esposas flexibles cayeron al césped. -‐‑Nos vamos ahora. Las llaves.-‐‑ -‐‑¿Qué?, -‐‑Preguntó Kentworth. -‐‑Las llaves del coche. Muévete. Kentworth estaba considerando claramente a su favor su arma, no las llaves, y cualquier duda sobre la Fundación si tenía alguna en absoluto, se quedo en segundo plano por el hecho de que dos de sus prisioneros de alguna manera habían logrado escapar de sus limitaciones y obtener armas. Cuando él se movió un poco, sin embargo, Hannah le dijo rotundamente: -‐‑Dale las llaves. Es una orden .-‐‑ -‐‑Yo puedo con ella, señora.-‐‑ -‐‑Y tendrás que despertar mañana sabiendo que disparó a una adolescente muerta cuando no era necesario hacerlo, -‐‑dijo Hannah. –Lánzale las llaves, Charlie. Ellos no van a ningún sitio.-‐‑
Kentworth pareció dudar, pero la firmeza de Hannah, y su tono tranquilo hizo la diferencia. Se desabrochó los botones de su cinturón y las arrojó a los pies de Shane. -‐‑Es un largo camino hacia el coche, hijo, -‐‑dijo. -‐‑Es posible que desee pensar en el peligro que usted está poniendo a su novia por ahí.-‐‑ Shane hizo girar las llaves alrededor de su dedo por un segundo, y luego las arrojó. Claire pensó por un segundo que su objetivo estaba apagado, pero no lo fue, porque no las estaba lanzando hacia ellos en absoluto. Él les estaba tirando hacia Hannah, que sin esfuerzo las tomó. -‐‑Lo siento mucho, -‐‑dijo a Kentworth, y antes de que Claire realmente pudiera entender qué era exactamente lo que había sucedido justo, Hannah pasó por delante de Kentworth a Sullivan. Ella puso al hombre protestando una de sus esposas con las manos detrás de su espalda. Cuando Sully dio un grito de protesta, se inclinó y colocó un codo en su espalda. -‐‑Sully, yo podría hacer un infierno mucho peor para ti que sólo esposarte. Si tengo que amordazarle, usted puede ahogarse con su sangre de esa nariz rota. Así que quédate tranquilo, o te tranquilizo yo.-‐‑ Sully se calló. Tomó a Hannah en serio, sin duda alguna. Se puso de pie y miró a Kentworth, que levantó lentamente ambas manos en el aire. Él extendió la mano, tomó el pasador de la Fundación de su cuello, y lo dejó caer en el suelo. -‐‑Feliz de ayudar, señora, -‐‑dijo. -‐‑Nunca me gustó nada de esto desde el principio. Sólo me uní a ellos porque tu lo hiciste.-‐‑ -‐‑Ese fue mi error, -‐‑dijo Hannah. Miró a Claire y Shane. -‐‑Amelie no esta realmente muerta, ¿verdad?-‐‑ -‐‑No,-‐‑dijo Shane, y extendió la mano hacia ella. Ella se la estrecho y asintió con gravedad. -‐‑Es bueno tenerte de vuelta, Hannah.-‐‑ -‐‑Encantada de dejar de fingir de que soy una verdadera creyente, -‐‑dijo. –Pero una advertencia, no estoy segura de que puedo quedarme a tu lado por mucho tiempo, si Fallon me reclama a cazar vampiros. No se puede controlar en absoluto. -‐‑ -‐‑La buena noticia es que la cura para los vampiros de Fallon parece funcionar para lo que somos, también. Pero una palabra de consejo, intentar morder a quien sobrevivió a ella. No a Michael, sin embargo. Él ha sufrido bastante.-‐‑ Por primera vez en mucho tiempo, en realidad Hannah sonrió. -‐‑Voy a tenerlo en cuenta. Una pregunta táctica ¿que está esperando Amelie? ¿Por qué no toma a Fallon ahora mismo?-‐‑ -‐‑Bueno, estoy bastante seguro de que le encantaría, pero ella quiere estar segura de que su gente es libre antes de hacerlo. No más rehenes. Así es como él la manipuló en primer lugar, con rehenes y amenazas, ¿no? -‐‑ -‐‑No,-‐‑dijo Hannah. -‐‑No amenazas. Su grupo de trabajo tomó diez vampiros como rehenes, de acuerdo, pero lo primero que hizo cuando Amelie llego a rescatarlos fue poner a la mitad de ellos con esa estacas con trampas explosivas. Ellos murieron cuando ella trató de ayudarlos. Ella se entregó para que dejara de matar al resto de la misma manera.-‐‑ Ella vaciló, luego continuó, -‐‑Ellos eran toda su línea de sangre. Hermanos y hermanas, y los vampiros que ella creó. Familiares, para los vampiros cuentan estas cosas.-‐‑ Amelie nunca había parecido tan fácil de manipular, pero Claire sabía cómo se sentía acerca de su pueblo, ella había creado Morganville específicamente para protegerlos contra todas las amenazas que los rodeaba. Ella iba a luchar y morir por ellos. Y cuando llegó a la familia real. . . -‐‑Eso es horrible.-‐‑ -‐‑Sí, -‐‑dijo Hannah. -‐‑Pero no creo que Fallon lo reconozca.-‐‑
Shane intercambió una mirada con Claire y le dijo: -‐‑Tenemos que sacar a Michael y Eve del medio de esto. Michael no está acostumbrado a ser humano. Él va a cometer un error, que lo maten tratando de reaccionar como un vampiro.-‐‑ -‐‑No podemos, -‐‑dijo Claire. -‐‑Ellos están en el escenario. Tenemos que dejarles allí por ahora. -‐‑Ella vio la expresión que cruzó su rostro, estaba de acuerdo, no le gustaba, tampoco. Pero él sabía que ella tenía razón. -‐‑Entonces tenemos que darnos prisa, -‐‑dijo Hannah. -‐‑Kentworth, estás a cargo de Sully. Mantenlo tranquilo.-‐‑ -‐‑Sí, señora, -‐‑dijo. -‐‑Ten cuidado.-‐‑ -‐‑Siempre.-‐‑ Resultó que no había manera más fácil de salir de la Plaza de los Fundadores que con la custodia del jefe de policía de Morganville.
TRECE La señora Grant no les había apuñalado por la espalda después de todo. En el momento en que llegaron al Centro Comercial donde estaban los vampiros, el autobús de Blacke fue al ralentí en el lado norte del estacionamiento, fuera de la vista de la puerta principal, donde estaban apostados los guardias. Claire lo vio desde la carretera, y se lo señaló a Hannah, quien asintió con la cabeza y volvió a la calle en un lazo rodeando el centro comercial. El asfalto estaba roto y dividido, por lo que tuvo que hacerlo con calma, evitando el arbusto ocasional que habría empujado su camino desde la oscuridad. La Señora Grant se bajó del autobús, cuando el coche de policía se detuvo en seco. Llevaba una escopeta, y apunto con ella por la ventana de el lado del conductor. -‐‑¡No!-‐‑Gritó Claire, y buscó a tientas en el lado de la puerta del pasajero. Salió rápido y agitó los brazos frenéticamente. -‐‑¡No! ¡Ella está de nuestro lado! -‐‑ La mujer titubeó por un momento, luego asintió y devolvió el arma a su posición de reposo en el hombro. -‐‑Solo sal de roca, de todos modos,-‐‑dijo ella. -‐‑No quiero matar a cualquier inocente, incluso los de la Fundación tienen sus anzuelos. Somos visitantes aquí. No sería cortés, ¿verdad? -‐‑ Hannah salió del coche patrulla y le dio a la señora Grant una evaluación profesional de la amenaza, y luego dio un paso adelante para ofrecer su mano. -‐‑Jefe Hannah Moisés,-‐‑dijo ella. -‐‑Usted debe ser la señora Grant.-‐‑ -‐‑¿Ha oído de mí?-‐‑ -‐‑Usted dejó una impresión. Puede ser la primera bibliotecaria de combate que he conocido.-‐‑ Le valió una sonrisa casi completa de la otra mujer. –Yo pienso que la mayoría de los bibliotecarios son de combate cualificado, -‐‑dijo. -‐‑No es un trabajo tan pacífico como parece. Estábamos a punto de ir sin ti. ¿Y los demás? -‐‑Se refería a Amelie, Oliver y Morley. -‐‑Fallon está haciendo un espectáculo con ellos, -‐‑dijo Hannah. -‐‑Bueno para nosotros, porque eso significa que la atención no estará aquí. Si usted desea salvar a estos vampiros, es mejor que lo hagas ahora. Tiene previsto iniciar su terapia de conversión en todos ellos hoy. Las probabilidades son, las tres cuartas partes de ellos no sobrevivirán.-‐‑ -‐‑No van a dejar que lo haga con ellos. Son vampiros. No son muy dóciles. -‐‑ -‐‑Si se resisten, él los matará, -‐‑dijo Hannah rotundamente, -‐‑y lo llamara un motín y una medida defensiva necesaria. Él lanzaría una bomba incendiaria en el lugar. Si hay algún sobreviviente, él les da su curación. Una cosa acerca de Fallon, no es que sea muy aprensivo. Él ya tiene a la mayoría de sus guardias y mi propia gente allí, armados con cosas letales para vampiros y listos para usarlos.-‐‑ -‐‑Y los vampiros llevan collares de choque,-‐‑Claire añadido. -‐‑Así que puede aturdirles a ellos primero. No importa qué, no pueden ganar sin nuestra ayuda.-‐‑ -‐‑¿Hay alguna otra forma de entrar que no sea por la parte delantera?, -‐‑preguntó la señora Grant. Claire se estremeció, pensando en el pozo de los desperdicios horrible. -‐‑Ninguno que los seres humanos podría hacerlo por su cuenta, o querría.-‐‑ -‐‑Asalto frontal, entonces.-‐‑ -‐‑Tal vez no, -‐‑dijo Hannah. -‐‑Puedo incluso mejorar las probabilidades un poco.-‐‑Ella
volvió a la patrulla y cogió el micrófono de la radio, ajustó la frecuencia, y apretó el botón en el lateral. –Equipo de Bitter Creek, adelante Moisés aquí.-‐‑ La respuesta llegó en cuestión de segundos. -‐‑Salazar aquí, jefe.-‐‑ -‐‑¿La situación?-‐‑ -‐‑Igual que siempre. Manojo de enloquecidos mirándonos como estatuas. Nadie está haciendo nada. Tienen hambre, sin embargo. ¿Cuando es que llega el próximo envío de sangre que viene? -‐‑ -‐‑Unas horas, -‐‑respondió Hannah. -‐‑Escucha, voy a necesitar enviar a cuatro hombres más a la Plaza de los Fundadores para el control de multitudes.-‐‑ -‐‑¿Jefe? Eso me deja aquí. -‐‑ -‐‑Tienes a los guardias de Fallon, ¿verdad?-‐‑ -‐‑Sí, pero…-‐‑ -‐‑Es una orden, Salazar.-‐‑ Dudó unos segundos antes de que su voz volvió a la radio. -‐‑Sí, señora. El envío del resto a la Plaza de los Fundadores. ETA unos diez minutos.-‐‑ -‐‑Diez, cuatro.-‐‑ Hannah colgó el micrófono y asintió con la cabeza a la señora Grant. -‐‑Para eso necesito a la mayoría de mis chicos fuera de peligro por el momento. Salazar es un buen hombre. Yo iré primero y él me entregara la caja de control de los collarines a mí. Mira, no te va a gustar, pero tengo que esperar a que los demás se vayan, y necesito que Shane y Claire ejecuten un recado para mí. -‐‑ -‐‑¿Qué?, -‐‑Preguntó Claire. -‐‑Sangre, -‐‑dijo Hannah. -‐‑Si no quieres que los vampiros nos coman a nosotros tan pronto como le libero sus cuellos, vamos a necesitar una gran cantidad de sangre. El Banco de sangre todavía tiene una reserva. Ve por ella.-‐‑ -‐‑¿Sólo nos la van a dar a nosotros?-‐‑ -‐‑Tengo un contacto en el interior, -‐‑dijo. -‐‑Voy a llamar con antelación. Ustedes tiren en torno a la entrada trasera de vampiros, y ellos la llevan a ustedes. Date prisa.-‐‑ Ella dio un paso fuera del camino, y Claire se puso en el lado del conductor, acomodó el asiento hacia delante y arrancó el coche. Fue entonces, cuando miró por el espejo retrovisor, y vio a Shane todavía sentado en el asiento trasero, mirando molesto. -‐‑¡Oh!-‐‑dijo, y se tapó la boca con la mano, sobre todo para ocultar una sonrisa. -‐‑Lo siento. Debimos dejarte salir.-‐‑ -‐‑¿Eso crees?-‐‑ -‐‑Lo siento. Vamos-‐‑ -‐‑Para el banco de sangre. He oído. Impresionante. Siempre quise ser del servicio de entrega de plasma para un montón de vampiros de mal humor y con rencor. Espera, básicamente describe la vida diaria aquí, ¿no es así? -‐‑ Ella le permitiría tener la última palabra mientras sacaba el coche a la calle desigual, en dirección al banco de sangre. En realidad, fue un intercambio sin problemas, aunque Claire había esperado que algo fuera realmente mal. Mientras sacaba el coche de policía a una parada, la puerta del callejón se abrió, y un hombre con una bata blanca de laboratorio salió con un coche con ruedas como el de una gran compra, como algo que los hoteles llenarían con lavandería. Sólo que este estaba llenó con bolsas de sangre. -‐‑Tronco, -‐‑le dijo a través de la ventana bajada, y ella busco un poco para encontrar la liberación para él. Entonces ella se levantó, recordando abrir la puerta de Shane en el camino, y corrió a ayudar a el médico, ¿un médico? Ella no preguntó, lanzó
las bolsas en el maletero del coche de policía. Shane se unió a ella, y entre los tres el trabajo les tomó sólo un par de minutos para empacar en el espacio disponible. Había unas cuantas bolsas que quedaron, y Shane las apiló en el entarimado del coche en la parte trasera. -‐‑Dile a Hannah que es el suministro puro; destruí las cosas que las contaminaban, -‐‑dijo el hombre, y rodó el carro hacia el interior. Claire cerró el maletero y saltó a el asiento del conductor mientras que Shane se subió en el asiento del pasajero esta vez. Condujo con cuidado, tratando de no ser vistos por cualquier persona que les reconociera o por cualquier otro coche patrulla. Hasta ahora, no había alertas. Esperaba que Kentworth todavía tuviera a Sully bajo control. Mientras aparcaba junto al autobús una vez más, vio que Hannah estaba organizando a los residentes de Blacke en equipos de cuatro, lo suficiente para cubrirse las espaldas en caso necesario. Claire le dio un pulgar hacía arriba mientras ella bajó la ventanilla y Hannah respondió con un movimiento de cabeza y se volvió para dirigirse a todos. -‐‑Correcto, -‐‑dijo. -‐‑Tenemos la sangre. Así es cómo esto va a funcionar. Entro y recupero el controlador de los collares. Les daré una descarga eléctrica a los vampiros para su seguridad, así como la nuestra. Su trabajo consiste en acabar con los guardias de la Fundación, pero tengan cuidado. Ellos no dudaran en luchar. Mientras que ustedes los mantiene hacia abajo, los niños y yo iremos apilando toda la sangre en la plaza central del atrio. Por preferencia, la mayoría de los vampiros irán a por la sangre cuando les liberé, pero les advierto: algunos vendrán a por ustedes o los guardias de la Fundación. Estén preparados para defenderse allí, también, y salgan del edificio, mientras se alimentan.-‐‑ Sonaba como un plan sólido y Claire tragó saliva mientras Hannah le ordenó ir al asiento trasero. Hannah condujo lentamente al borde del edificio, y vio como la gente de la señora Grant siguieron a pie, manteniéndose hasta el borde de la pared. Hannah volvió a la esquina. -‐‑Ustedes dos, abajo y esperen hasta que yo salga, -‐‑dijo. -‐‑Yo no quiero que ellos les vean o todo esto podría ir mal.-‐‑ Ellos siguieron las instrucciones. Claire tenía una visión clara de la bolsas de sangre apiladas en el suelo a su lado, el cambió de espesor del color rojo oscuro por el desplazamiento del liquido dentro de las bolsas cuando Hannah bajó del coche y se alejó, hacia la entrada. El calor de la mañana comenzaba a hacerse sentir, y Claire sintió sudor formándose en su espalda, donde el sol brillaba con fuerza. Sin el aire acondicionado funcionando en el coche, sería incómodo rápidamente. Pero no pasó mucho tiempo antes de la radio en el coche crujió a la vida, y dijo la voz de Hannah, -‐‑Den la señal a la señora Grant.-‐‑ Claire no estaba segura de que señal era, pero Shane se levantó de detrás del salpicadero y le dio la señal a la señora Grant, tenía la mirada fija en el parabrisas desde unos pocos metros de distancia, un gran pulgar hacia arriba. La gente de Blake, por lo menos treinta fuertes se precipitaron en el edificio. No había necesidad de ocultarse, pensó Claire, y ella se sentó para tratar de ver lo que estaba pasando. Lo que era inútil, ya que no había mucho que ver en el interior. Pero después de unos largos minutos de silencio, la voz de Hannah llegó por la radio de nuevo. -‐‑Abre el maletero. Tráiganlas-‐‑ Shane abrió la puerta en el camino hacia la parte trasera del coche, y agarraron brazadas completas de las bolsas blandas y corrieron hacia la entrada. Hannah
abrió la puerta para ellos. En su mano derecha, sostenía la caja del controlador para los collares de choque, y Claire vio que había vampiros en el suelo, todavía convulsionando. Ella los mantenía de esa manera. Los guardias de la Fundación estaban en su mayoría hacia abajo, también, estaban atrapados por la gente de Blacke, pero no todos ellos habían caído en la trampa. De hecho, uno se inclinaba sobre el balcón de el segundo piso, apuntando con una pistola hacía ellos. Claire lo habría perdido, salvo que oyó a Myrnin gritarle, -‐‑¡Claire, al suelo!, -‐‑Y ella obedeció sin rechistar, arrastrando a Shane con ella. El arma disparó y la bala pasó sobre sus cabezas haciendo añicos un lado de las puertas de entrada en una explosión de fragmentos de vidrio. Entonces Myrnin se levantó pálido detrás del tirador, y hundió sus colmillos en el cuello del hombre. Claire lo vio, horrorizada, porque en ese momento su dulce, dulce, jefe ridículo se convirtió en vampiro, con un capital de V. Recordaba momentos como éste, cuando toda su humanidad fue despojada, pero esta vez parecía aún más aterrador, principalmente porque estaba enojado. Muy, muy enojado. Dreno a el hombre dejándole seco, y le rompió el cuello cuando estaba hecho, simplemente por pura furia. . . y luego lo arrojó sobre la barandilla, para golpear como un muñeco de trapo en el suelo de baldosas. Eso hizo que todo el mundo dejara de hacer lo que estaban haciendo por un instante, incluso los demás guardias de la Fundación que seguían luchando. Myrnin, Claire se dio cuenta, seguía recibiendo choques del collar. Él era justo. . . haciendo caso omiso de ello. Hannah se dio cuenta de eso, también, y a ella no le gustaba, desabrochó el sujetador de su arma cuando Myrnin saltó sobre el borde del balcón y cayó como un gato al lado de el cuerpo de su víctima. -‐‑Puedes dejar de hacer eso ahora, -‐‑le dijo a Hannah. Su voz era irregular y desigual, y sus ojos ardían rojos, pero ella todavía negó con su cabeza. -‐‑No puedo,-‐‑dijo ella. -‐‑Los otros se mueren de hambre. Si yo los libero, ellos nos desgarraran. Tenemos sangre. Estamos trayéndola Myrnin, retrocede. No me obligues a hacerte daño.-‐‑ Él se rio, de una manera tensa y salvajemente loco que hizo que Claire sintiera una muy mala sensación en el estómago. -‐‑¿Me duele?, -‐‑preguntó. -‐‑¿Cómo hiciste eso? ¿Eliminando todo lo que amo? ¿Todo lo que honro? Llegas tarde, Hannah. Demasiado tarde. Fallon ya lo hizo. La terrible sensación de Claire de repente se condensó en un pesado y repugnante peso. –Él tomó a Jesse, -‐‑dijo ella. -‐‑Fallon tomó a Jesse.-‐‑ -‐‑Porque él sabía que me haría daño, -‐‑dijo Myrnin. A Fallon le gusta fingir que su cruzada es para salvarnos, pero al final se trata de mí. Él quiere verme sufrir, por haberlo convertido en vampiro hace mucho tiempo. Por haberlo, abandonando una vez lo hice. Es mi culpa, lo sabes. Toda mi culpa. Pero Lady Gray no debe pagar el precio.-‐‑ -‐‑Tenemos que salvarla, -‐‑dijo Claire, y se volvió hacia Hannah. –Nosotros tenemos que….-‐‑ -‐‑Nunca pensé que diría esto, pero, sí, ella es nuestra amiga, también-‐‑ Shane estuvo de acuerdo. Él tiró la brazada llena de bolsas de sangre en el suelo junto a la fuente, y Claire añadió la suya propia a la pila. -‐‑Cuanto más rápido tengamos la sangre, más rápido se pueden ir a buscarla, -‐‑dijo Hannah. -‐‑Ayude a moverla.-‐‑ Myrnin, a pesar del collar de choque crepitante todavía alrededor de su cuello,
a pesar de la intensa luz solar exterior, ayudó a llevar el resto de la sangre hacia dentro, yendo y viniendo, hasta que la pila de bolsas fue hasta la cintura, y el maletero y asiento trasero de la patrulla estaban vacíos. Claire recordó, a pesar del ritmo frenético, que todavía tenían un problema, uno grande. -‐‑Los perros del infierno,-‐‑dijo. -‐‑Fallon podría activarlos a ellos en cualquier momento. Si Hannah se vuelve contra nosotros….-‐‑ -‐‑He estado trabajando en la adaptación de la cura sucia de Fallon para el propósito-‐‑ Dijo Myrnin. -‐‑Durante mi tiempo fuera de esta prisión. Tengo un pequeño suministro hecho en mi laboratorio. Está escondido en la parte trasera de mi sillón, detrás de una pila de libros. Suficiente para tres dosis más, si tienes cuidado. Oh, y mientras estás allí, no alimentes a Bob. Él ha estado de caza por su cuenta últimamente, pero no disfruta mostrando un poco de amabilidad.-‐‑ Y eso, pensó Claire, era Myrnin en pocas palabras. Era capaz de bruscos cambios de humor que iban desde el asesinato hasta la preocupación por una araña en menos de cinco minutos. Al final, amar a Myrnin, realmente amarle, sería como vivir con una bomba sin estallar, antes o después uno se vera obligado a irse, y para alguien frágil y humano, sería fatal. No hacía que ella lo amara menos, pero ella sabía que no debía pensar que ella lo podía arreglar. . . o sobrevivirle, si dejaba que él se acerque demasiado . -‐‑Señora Grant, -‐‑dijo Hannah,-‐‑llévese a su gente de aquí. Lleve a los presos con usted. Voy a ponerlos en libertad.-‐‑ La Señora Grant asintió y dio instrucciones rápidas. Cada equipo de cuatro tomó a uno de los guardias y les escoltaron fuera. La mayoría aliviados de irse, de verdad. -‐‑Vamos a esperar que el resto este en Blacke,-‐‑la señora Grant dijo. -‐‑Morganville es su ciudad, no la nuestra. Dijimos que ayudaríamos a liberar a los vampiros, y les tenemos. Ahora le toca a usted. –Miró a Claire y Shane, y por un momento parecía que ella iba a revertir eso, o al menos arrepentirse. Ella vino a Shane y le dio un abrazo, y luego abrazó a Claire. -‐‑Ustedes dos, se cuidan. He recibido cariño de ustedes.-‐‑ -‐‑Gracias, Sra. Grant,-‐‑dijo Shane. -‐‑Ya has hecho bastante. Tienes razón. Esto es un negocio de Morganville ahora. -‐‑ Luego se dirigieron fuera, de vuelta a su autobús. Conociendo a la señora Grant y a Morley, Claire estaba bastante segura de que los de Blacke se prepararían para una guerra total con los de la Fundación, por si acaso. Armados hasta los dientes. Ella y Shane miraron a Hannah, quien asintió con la cabeza y retrocedió hacia la puerta. -‐‑Ustedes dos, entren en el coche, -‐‑dijo. -‐‑Una vez que los libere de sus collares, acabarán los temblores y se levantarán rápido.-‐‑ Myrnin no los siguió. Se quedó donde estaba, mirando sin ver el montón de bolsas de sangre. Claire pensaba que el realmente no los estaba viendo a ellos, sin embargo. -‐‑Encuéntrala,-‐‑dijo. –Busquen a Jesse. Yo dirigiré a el resto de ellos una vez que estén alimentados. Deja a Fallon para mí.-‐‑ -‐‑Myrnin, Fallon es un fanático. Jugó con los temores de la gente. Él les hizo creer que matarles a todos ustedes era la única manera de mantenerse a salvo. No le den la razón, -‐‑dijo Claire. -‐‑Por favor. No le den la razón.-‐‑ No sabía si él la oyó, ni si entendió, no le dio ni la más mínima indicación. Pero no había tiempo. Hannah estaba cercana a la puerta, y Claire vio el pulgar desprenderse del botón. -‐‑En el coche, -‐‑les ordenó, y prácticamente los empujó dentro.
Ya se estaban alejando cuando los primeros vampiros, sin los collares de sus cuellos y bolsas de sangre drenadas en sus manos, aparecieron en la puerta de el Centro Comercial. El laboratorio de Myrnin se encontraba en un callejón sin salida al final de un pequeño, y destartalado barrio. Estaba al lado de una de las casa fundadoras, la Casa Día, construida en el mismo plan que la Casa de Cristal. Sólo que la Casa Día ya no estaba allí. Había un montón de maderas viejas, y algunos equipos de construcción. Fallon estaba cumpliendo bien con su amenaza de destruir las Casas Fundadoras. Claire tragó saliva. -‐‑¿Qué pasó con ellos? ¿La abuela Día? -‐‑ -‐‑Trasladada, -‐‑dijo Hannah. –Ella estaba agradecida de marcharse, al final. La Familia Día nunca fueron demasiado cómodos con esa casa, aunque permanecieron en ella durante la mayor parte de los cien años. Pero ella está bien. Tiene un lugar completamente nuevo al otro lado de la ciudad, donde el nuevo desarrollo. -‐‑¿Y Lisa se unió a los de la Fundación? -‐‑Claire no se habría sorprendido en absoluto por que la nieta de Día, había sido totalmente anti-‐‑vampiro durante el tiempo que ella le había conocido. . . pero la abuela Day, antigua como era, tenía una visión más amplia de las cosas. -‐‑Lisa lo hizo. La abuela se negó, -‐‑dijo Hannah. –La abuela dijo que le recordaba todos esos discursos de Alemania en la guerra. Yo no creo que ella estaba tan lejos.-‐‑ Claire no lo hizo, tampoco. La imagen de las banderas en torno a la Plaza de la Fundadora todavía le dio un escalofrío. Ella abrió el camino para la entrada al laboratorio de Myrnin. Estaba cerrado por una reja de hierro y un nuevo candado brillante, pero Hannah no tenía las llaves. -‐‑Fallon la tenía asegurada, -‐‑explicó. -‐‑No tengo ni idea de cómo Myrnin había entrado en el. -‐‑ Myrnin tenía siempre sus caminos, pero Claire no le explicó, ella no creía que Hannah necesitara tener más pesadillas. Mientras descendían las escaleras, las luces se encendieron, en respuesta al movimiento, revelando. . . una ruina. Bueno, incluso más ruina de lo que normalmente era. El equipo estaba casi destrozado, los libros destrozados, el mobiliario roto. Cualquiera creería que Myrnin había tenido una rabieta épica, que francamente, no era tan improbable, o los matones de Fallon habían estado aquí haciendo absolutamente seguro, nada útil al estar saliendo del laboratorio nuevo. Claire pasó por encima de los montones de escombros, con cuidado de los vidrios rotos, y se dirigió a la parte posterior del laboratorio. El sillón de Myrnin se había roto, pero los restos de el estaban más o menos donde habían estado originalmente. El Tanque de Bob, la araña se había volcado de lado, pero no se rompió. No había ni rastro de él en las telas, pero desde luego, no se moría de hambre, un montón de insectos desafortunados tenía arropados en su despensa. Claire peinó a través de los escombros, y bajo un montón de libros que incluía una primera edición maltratada de Alicia en el País de las Maravillas” y dos volúmenes incompletos que se veían muy antiguos y escritos en un lenguaje que ni siquiera reconocía, encontró una caja. No se veía muy antigua pero estaba, maltratada, y no muy limpia. Abrió la tapa y en el interior, embalado cuidadosamente en periódicos viejos, había una jeringa con viejo estilo llena de líquido de color marrón.
-‐‑¡Lo tengo!-‐‑Llamó de nuevo a Hannah y Shane, y trepó por encima de las pilas hacía ellos. Hannah ya se estaba desabrochándo la camisa de su uniforme. -‐‑Date prisa, -‐‑dijo. -‐‑Algo está sucediendo.-‐‑Fue algo. Los ojos de Hannah parecían diferentes, más ligeros, y entre parpadeos Claire los vio cambiando rápidamente a amarillo. -‐‑Mierda, -‐‑dijo Shane. Tomó el brazo de Hannah y se lo sostuvo firme. -‐‑Él la ha activado. Hazlo rápido. -‐‑ -‐‑¿En la mordida?-‐‑Debido a que la mordedura de Hannah se levantó, inflamada y prominente, al igual que la de Shane había sido. -‐‑¡Sí! ¡Ya! -‐‑Gritó Shane, cuando Hannah dejó escapar un gruñido. Claire introdujo la aguja y presiono el émbolo pero sólo alrededor de un tercio del camino. Esperaba que Myrnin tuviera razón sobre la dosis; si ella sobre medicaba a Hannah, podría ser peor que no hacer nada en absoluto. El gruñido de Hannah volvió a un yip sorprendido, y entonces ella se derrumbó de rodillas, temblando, con la boca abierta en un grito silencioso. Sus ojos eran salvajes y amarillo, pero sólo por un momento. Entonces su piel adquirió un brillo plateado silenciado cuando la cura se apoderó de ella. Claire contuvo el aliento. Myrnin había adaptado esto desde la cura de Fallon, pero ¿y si tenía los mismos defectos? ¿Qué pasa si sólo trabaja parte del tiempo? Parecía una eternidad. Hannah nunca se derrumbó por completo, pero ella temblaba, claramente muy enferma, y cuando el brillo plateado finalmente desapareció bajo su piel, ella miró a Claire. Sus ojos, después de un último impulso de ácido de color amarillo, se acomodó a su color marrón normal humano. Hannah hizo unas cuantas respiraciones duras y rápidas, y asintió con la cabeza. Shane la soltó. Ella hizo una mueca. -‐‑Sabor divertido, -‐‑dijo. Su voz sonaba ronca. -‐‑ Dolores, también.-‐‑ -‐‑Se van a pasar, -‐‑dijo, y la ayudó a levantarse. -‐‑Lo tomaste mucho mejor que yo. -‐‑Él no la estaba mirando a la cara, sin embargo, estaba examinando el brazo. La mordida se veía un poco mejor. -‐‑Creo que grité como un bebé.-‐‑ -‐‑Dame un minuto y yo podría llegar allí, -‐‑dijo Hannah, e intentó una sonrisa. No estaba del todo bien, pero era valiente. -‐‑Vamos a salir de aquí.-‐‑ Claire lo hubiera hecho, pero cuando se volvieron hacia las escaleras, vio a una araña negra difusa del tamaño de su palma sentada encima de un libro, mirándola con ocho ojos brillantes y saltones. Ella casi parecía linda. -‐‑Hola, Bob, -‐‑dijo. Ella se agachó y se subió a su mano. -‐‑Vamos a llevarle de vuelta en su tanque, ¿de acuerdo?-‐‑ No parecía contenta con eso. Ella la llevó de vuelta hacía los escombros, y se aferró a su mano con facilidad, a caballo todo el camino desigual sin mucha preocupación. Ella enderezó su tanque y le tendió la mano, y él se escabulló fuera y se instaló en las telas de gasa, mirando perfectamente cómoda. Ella resistió el impulso de darle una palmadita en la cabeza. Tórax. Lo que sea. -‐‑Buen chico, Bob. Estaré de vuelta pronto. -‐‑ Saltó hacia arriba y abajo un poco en las redes, y luego dirigió su atención a uno de sus insectos almacenados. Ella estaba feliz de saltar esa parte, en realidad. Cuando llegó de nuevo a ellos, Hannah ya parecía mucho mejor, y Shane pareció aliviado. -‐‑Juro por Dios que no te entiendo y esa araña, -‐‑dijo. -‐‑Pero si ya estás jugando al Dr. Doolittle. . . -‐‑ -‐‑Sé donde tendrán a Jesse,-‐‑dijo Claire. -‐‑Vamos.-‐‑
Pero estaba equivocada. El asilo mental, hospital cualquiera que sea el actual termino políticamente correcto estaba cerrado y bloqueado. No había nadie. Claire se dio la vuelta de nuevo a revisar las ventanas, pero no encontró nada. Para ser exhaustiva, Hannah irrumpió dentro (aunque según ella era una entrada de emergencia), pero regresó moviendo la cabeza. Parecía preocupada, sin embargo. -‐‑Cuerpos, -‐‑dijo. -‐‑Bastantes. Él ha estado procesando a los vampiros a su conversión más rápido de lo que pensaba. Pero Jesse no está ahí.-‐‑ -‐‑Entonces, ¿dónde?-‐‑Preguntó Shane. Claire pensó frenéticamente. Podría estar en cualquier parte, en cualquier sitio de Morganville, pero Fallon parecía ser un hombre que disfrutaba clavando el cuchillo y girándolo un poco más. Eso significaba que si había mudado a Jesse, le había movido por una razón. -‐‑Creo que la tiene con él, -‐‑dijo Claire. –En la Plaza de los Fundadores. ¿Y tú? -‐‑ -‐‑Bueno, -‐‑dijo Hannah, -‐‑tenemos que ir allí de todos modos. Subiendo.-‐‑ El viaje de regreso a la Plaza de los Fundadores no era tan fácil como salir, sobre todo debido a que las alertas sobre Hannah habían salido; lo oyeron en la radio de la policía en el coche cuando la noticia cayó. “Jefe Hannah Moisés debe ser arrestada en el acto. Armada y peligrosa.” -‐‑Eso, -‐‑dijo Hannah, -‐‑es el código para matar, estaría bien. La mayoría de mis amigos no van a sentirse así. Contrato a gente buena, sobre todo, aunque algunos de ellos me vi obligada, como Sullivan. Pero lo guardias de Fallon estarán sedientos de sangre, y no van a dudar. -‐‑ No es una buena noticia, pensó Claire. Necesitaban a Hannah a su lado. -‐‑Entonces, ¿cómo vamos a llegar?-‐‑ -‐‑A pie, -‐‑dijo Hannah. Detuvo el coche y lo aparcó en frente a las luces de la ciudad, en la Lavandería, donde sólo un par de personas estaban sentadas en el interior, con aspecto deprimido y viendo el giro de la secadora. -‐‑Dame dos minutos. -‐‑ Ella entró, tuvo un breve intercambio con la mujer sentada allí, abrió la secadora, y sacó algo de ropa. -‐‑Um. . . , -‐‑Dijo Claire, y asomó en las costillas de Shane. –¿Ella se está cambiando de ropa? -‐‑ -‐‑Sí,-‐‑dijo. -‐‑Normalmente, si no estuviéramos en peligro de muerte, realmente encontraría esto fascinante.-‐‑ En realidad en menos de dos minutos, Hannah estaba de vuelta, llevaba un paquete con su uniforme y el cinturón de la pistola. Había encontrado unos pantalones de vestir que no eran lo suficientemente largo (como eran los pantalones de las inundaciones, Claire recordaba) y también una camisa con volantes rosa que también era un poco grande, pero sorprendentemente linda. Las únicas cosas que parecían muy fuera de lugar eran sus zapatos, que eran típicos de policía, pero a simple vista podría pasar fácilmente como una civil. Ella también había tomado el pasador de la Fundación del cuello de su uniforme y lo llevaba en la camisa. -‐‑Camuflaje, -‐‑dijo, cuando Claire señaló con el dedo. Abrió las puertas. -‐‑Vamos a ir a pie de ahora en adelante. Shane, que está familiarizado con esto. -‐‑Ella le arrojó la escopeta de la parrilla en el frente.-‐‑ -‐‑Claire tomó una Taser.-‐‑ -‐‑¿Qué hay de ti?-‐‑
Hannah deslizó su arma en una funda de panqueques en la parte baja de su espalda, y se saco la camisa por fuera. -‐‑A menos que sea necesario llevar su escopeta a trabajar todos los día, me voy a poner en evidencia, -‐‑dijo Shane. -‐‑No es que no sea un gran regalo de cumpleaños tardío sin embargo. -‐‑ Hannah miró a su alrededor a las otras tiendas de la cuadra, y sonrió. -‐‑Yo puedo arreglar eso.-‐‑ Y así lo hizo. -‐‑No me gusta esto, -‐‑Shane se quejó, y estornudó. Resultó que era alérgico a las rosas. Y llevaba un grueso manojo de ellas para esconder la escopeta. Fue un poco extraño e inteligente, porque nadie pensó que un hombre llevando rosas fuera peligroso en lo más mínimo, ¿no? especialmente uno que estaba estornudando. Claire podía decir lo difícil de la situación, que estaba apretando los dientes algo que realmente él odiaba. Mucho. Caminaron rápidamente, pero con calma la corta distancia hasta la Plaza de los Fundadores. Hannah debió de haber pensado antes, porque fueron por una de las entradas laterales, que estaba custodiada por un oficial de policía, pero cuando Hannah se acercó, ella se quedo mirando a la mujer con una mirada fija y le dijo: -‐‑Sube a la derecha, Gretchen. Semper Fi.-‐‑ Gretchen, una mujer con grueso pelo rubio platino, asintió con la cabeza, les dio a todos una mirada rápida, y abrió la puerta. –Yo, nunca te vi, jefe, -‐‑dijo a Hannah. -‐‑Afirmativo.-‐‑ Y luego que se encontraban dentro, se acercaron desde el lado. Había un coro de la escuela en el escenario, cantando algo que a Claire le tomó un momento para darse cuenta fue "Aquí viene el Sol". Ellos no eran muy buenos. -‐‑Eso es un poco en el morro, -‐‑dijo Shane. -‐‑Creo que tal vez 'Negro Agujero de Sol 'podría ser más apropiado.-‐‑ Tenía razón, por supuesto. El público que Fallon había reunido, sin embargo, parecían extasiados, se balanceaban con la música, de las manos, en busca de todo el mundo como si estuvieran teniendo una experiencia religiosa. Amelie, Oliver y Morley seguían inmóviles en el escenario, con ampollas humeantes por el sol. Debe de haber sido angustiosa, esperando su oportunidad. Claire se preguntó por qué no lo habían hecho ya, pero luego se dio cuenta de que estaban esperando la noticia de que los vampiros en el Centro Comercial habían sido rescatados. Fueron hacía Amelie, ella y Shane, para hacerles saber. Vio a Eve y Michael. Estaban sentados en sillas en el escenario junto a Fallon, prácticamente custodiados allí por los dos guardias de la Fundación que estaban de pie detrás de ellos. Tal vez esa fue la otra razón por la que Amelie no se había movido; Eve y Michael serían los primeros en peligro si lo hiciera. El coro seguía cantando cuando los vampiros comenzaron a llegar a la Plaza de los Fundadores. Algunos estaban cubiertos por mantas, abrigos, todo lo que habían sido capaz de recoger en el camino desde el Centro Comercial. Algunos, los más antiguos, se habían hecho con un sombrero o algún tipo de tapa. Llegaron sobre las paredes en una corriente silenciosa, aterrizando tranquilamente en los arbustos y avanzando para reunirse en los bordes de la multitud. Lo hicieron con mucha calma. Nadie amenazaba. Nadie atacó.
Entonces alguien del público debió de darse cuenta de que un vampiro estaba de pie a su lado. Gritó, y una oleada de confusión estalló. La gente comenzó a mirar hacía atrás de nuevo, estremeciéndose por la repentina aparición de el hombre del saco a su alrededor. . . y como su falso sentido de seguridad se rompió, el caos y la multitud empezó a correr en estampida en todas direcciones. La fe en la luz del sol no fue suficiente ante el peligro real, al parecer. El coro seguía cantando, pero se caía a pedazos, también, y Fallon empujó a través de ellos para llegar al micrófono. -‐‑¡No lo hagan, no corran!, -‐‑gritó, y su voz sonó en la plaza, haciendo eco de vuelta de los edificios con sus banderas ondeando. -‐‑¡No huyas de ellos! ¡Ponte de pie ante ellos! Lucha por tu ciudad. Ustedes tienen la ventaja, ellos son pocos, y débiles. ¡Tomen Morganville de vuelta! -‐‑ -‐‑Vayan, -‐‑dijo Hannah. –¡Saquen a Michael y Eve de ahí! Necesito asegurarme de que nadie hace nada estúpido. -‐‑Ella ya se había ido, corriendo a toda máquina por dos de sus propios policías, uno de los cuales estaba sacando su arma, pero no muy seguro de dónde dirigirlo. Shane agarró el brazo de Claire y la remolcó con rapidez hacia el escenario. No era fácil, porque una gran parte del público ya estaba corriendo en esa dirección, como si la presencia de Fallon de alguna manera les iba a proteger a ellos de los vampiros agrupados en el otro lado de las sillas plegables. Fallon tenía razón: los humanos les superaban en número. Pero el miedo a los vampiros estaba tan arraigado que no parecía hacer una diferencia. Myrnin estaba al frente de la fila de vampiros, Claire lo vio, pero él no se movió hacía delante. Él levantó la mano, y los otros se quedaron detrás de él, listos para moverse. Ella los había visto en el modo de ejército antes, en la lucha contra el Draug, pero aún así era espeluznante y aterrador, sabiendo lo mucho que podían desatar un infierno. -‐‑Myrnin, -‐‑dijo Fallon. Su voz decía mucho, sólo por decir el nombre, mucha rabia, y mucho dolor. -‐‑¿Viene a llorar su caída? -‐‑ -‐‑Esto no tiene que terminar de esta manera, -‐‑dijo Myrnin. -‐‑No tengo nada en contra de usted, Rhys. Nunca lo he hecho.-‐‑ -‐‑Has destruido mi vida, araña. Me apresaste y ennegreciste mi alma, y me tomó cientos de años arañar mi camino de regreso a la luz. Bueno, yo lo he hecho. Y ahora te voy a arrastrar a la luz, también. -‐‑ -‐‑Estoy de pie en la luz ahora, -‐‑dijo Myrnin. -‐‑Para que vea que no escapó de su aviso. Ni siquiera un sombrero en la cabeza. ¿Qué te hace pensar que le temo? -‐‑ Fallon señaló a los cuerpos ardientes de Amelie, Morley, y Oliver. -‐‑Pregúntale a ellos, -‐‑dijo. -‐‑Ellos son la prueba de su condenación. La prueba de que el mismo Sol odia y rechaza a su clase. –Él cambió la mirada de Myrnin a las personas apiñadas alrededor de el escenario. -‐‑¡Vamos a estar en la luz del sol y serán vencidos! El Sol nos hace fuertes. ¡Párense juntos! -‐‑ -‐‑Vamos, tenemos que conseguir sacar a Eve y Michael de allí, -‐‑Shane dijo. Se metió entre la multitud, en dirección a la escalera que conducía hasta el escenario. A medida que comenzaron a avanzar, el estaba lleno hasta el borde, el coro intentando huir, prácticamente su cuerpo se estrelló abriéndose camino a través, sin hacer caso de sus gritos y llantos, y de alguna manera mantuvo la mano de Claire y ganando suficiente espacio para que le siguiera. A continuación, se encontraban en la parte superior, y Michael les diviso.
Era lo que había estado esperando, al parecer, porque se volvió y lanzó un codazo a la derecha en la mandíbula del hombre detrás de él y Eve. Ella dejó escapar un grito de guerra, tiró la silla a un lado, y pateó a el hombre sólidamente en el pecho mientras trataba de dar un puñetazo a cambio. Tiró de él hacia atrás y le enredó en las cortinas, arrancándolas, y él cayó del escenario a la parte trasera. Eve se volvió, tenía las mejillas sonrosadas, y agarró la mano de Claire. Ella no dijo nada, pero la presión de su agarre era suficiente. Michael y Shane intercambiaron gestos rápidos. -‐‑¿Y ahora qué?-‐‑Preguntó Michael. -‐‑Recibamos el infierno fuera de el camino, porque el infierno está viniendo,-‐‑Shane dijo. -‐‑Vamos, hombre.-‐‑ Pero ellos no lo hicieron. El hombre al que Eve le había dado una patada y lo saco fuera del escenario vino luchando de nuevo, y su compañero regresó del otro lado, arrastrando el cuerpo sin vida de una mujer pelirroja, mujer que Claire reconoció un segundo después como Jesse. Él la dejó en el escenario al lado del podio de Fallon, incluso desde tan lejos Claire vio el temblor que recorrió a Myrnin. Vio que sus ojos se tornaron de color carmesí sangriento. Pero si Fallon esperaba que le atacara, estaba decepcionado. Myrnin dijo: -‐‑Eres un tonto, Rhys. Has logrado su propia mortalidad. Enhorabuena. Deje que su rabia se vaya. Déjala ir. -‐‑ -‐‑Después de enviar a tus amigos a el infierno, donde pertenecen, -‐‑Fallon dijo. Se acercó a Amelie, se agachó y tiró fuerte de la estaca. Él esperaba que se liberaría el nitrato de plata y destruirla, por supuesto, y debe de haber sido un choque terrible para él cuando ella abrió los ojos, se sentó, y dijo con una voz tranquila y clara: -‐‑Gracias. Eso fue desagradable.-‐‑ Se tambaleó hacia atrás cuando Amelie se puso en pie. Ella estaba quemada y débil, pero en movimiento, y la visión de ella, envió una onda a través de la multitud de vampiros que estaban de pie tan quietos. Se acercó a Oliver y tiró de la estaca de su pecho, también, a continuación, lo ayudó a levantarse. Después a Morley. Fue entonces cuando Fallon se tambaleó hacía atrás al podio y sacó una copia de VLAD, el torpe dispositivo que había diseñado Claire, una pistola voluminosa que había hecho y Myrnin había ayudado a terminar. Ésta parecía elegante y letal, y Fallon apuntó a Amelie. Por supuesto. Le habían dicho que la Dra. Anderson había estado trabajando en la fabricación de nuevos modelos. Este era un prototipo, algo que había traído hoy para mostrar a los verdaderos creyentes. Una verdadera arma que podrían utilizar para protegerse de los vampiros. Claire podía decir que había sido impulsada a su posición más alta. Podría no matarla, pero la deshabilitaría, tan mal que estaría totalmente impotente. Es culpa mía, Claire pensó en un apuro enfermizo. Mi invención. Soy la mala después de todo. Ella vio impotente cómo Fallon pulsó el disparador. Oliver se lanzó en el camino de la explosión. Él debía saber lo que le costaría, había sido golpeado con ella antes, dos veces, y comprendió el dolor que le esperaba. Pero no lo hizo dudar. Claire vio el rayo que lo golpeó y lo vio caer al suelo del escenario. Se retorció de dolor y luego se hizo un ovillo indefenso, temblando de miedo y horror. Eso le dio una oportunidad a Morley. Agarró a Fallon, arrancándole el arma de las manos y la hizo añicos sobre su rodilla con tanta facilidad como si hubiera sido
hecha de madera de balsa. Los líquidos pulverizados, volaron chispas, pero igual había reducido la última arma de Fallon para basura y reciclaje. Eso le costó la vida. El guardia de la Fundación que había arrastrado a Jesse hasta el escenario saco una estaca de plata y se lanzó hacia adelante para introducirla en el pecho de Morley. Morley podría haber sobrevivido, al menos por un tiempo, pero el hombre rápidamente tiró de él hacia afuera. . . provocando la liberación de la solución de plata liquida en su interior. Se inundó la cavidad torácica de Morley, y él comenzó a arder, gritando. Claire golpeó con sus manos sobre su boca y apartó la mirada con horror, sabiendo que no había nada que pudieran hacer por él, era rápido, y mortal. También era una manera horrible de morir. Ella lo escuchó caer, y sintió el amargo olor a cenizas. Amelie ignoró a Fallon, quien estaba retrocediendo ahora. Ella se movió a una velocidad vertiginosa hacía el hombre que había estacado a Morley, y lo arrastró sacándolo fuera del escenario hasta el muro, entre los arbustos y se dejó caer junto a su aliado caído. Ella le tomó la mano y se estremeció, mirando en su rostro mientras la plata burbujeaba y siseaba en su cavidad torácica. -‐‑Estoy aquí, -‐‑dijo. -‐‑Morley, estoy aquí. Gracias, mi viejo amigo. Que Dios le conceda descanso.-‐‑ No podía hablar, pero él sostuvo la mirada hasta que él se había ido, su pecho devorado a un agujero humeante lleno de cenizas. Entonces Amelie se levantó y miró a Fallon, tranquila, con esos ojos grises como el hielo, y Claire supo que estaba acabado, de una manera u otra. Él se apartó de ella, y llegó a Claire que lo que más él temía en el mundo es que le convirtieran en un vampiro de nuevo. Amelie podría encontrar que era un castigo apropiado. Podría incluso encontrar cierta satisfacción en ello. Pero Claire realmente pensó que lo iba a matar. Ella no hizo ninguna de esas cosas. En su lugar, llegó al podio y tomó el micrófono inalámbrico y habló por él. -‐‑Gente de Morganville, -‐‑dijo. -‐‑Por favor, estén tranquilos. Ningún daño le ocurrirá a a ninguno de ustedes. -‐‑¡Mentirosa!, -‐‑Dijo Fallon, pero ya no tenía el micrófono. Y Amelie le dio la espalda para dirigirse a la multitud. Ella tenía ampollas por el sol, y empezando a humear, estaba débil, y todavía se estaba recuperando de la herida en el pecho. Pero aún con todo eso, aun con prendas sucias y con el pelo largo y salvaje, parecía lo que era, y siempre había sido. Una reina. -‐‑Usted ha hecho todo lo posible para hacernos los monstruos, Fallon, -‐‑ella dijo. -‐‑Usted habla de la forma en que no podemos controlar nuestros impulsos bestiales, nuestros apetitos. Acerca de cómo deben ser eliminados aquellos que son diferentes de usted, por seguridad, o se conviertan en una forma que encuentre aceptable. Pero aquí estamos, diferente. Podríamos parar cada corazón que late en este lugar. En este pueblo. Podríamos formar un alboroto en todo el mundo, creando más y más de nuestra propia especie. Pero no lo hacemos. ¿Sabes por qué? -‐‑
Su voz tranquila, y calmada estaba teniendo un efecto sobre la multitud de la Fundación de pánico. Estaban de pie, escuchando, no empujando o huyendo. Si Amelie estaba preocupada por los otros guardias que estaban acercándose a ella, los fanáticos leales de Fallon que no lo traicionarían por lo tanto de un tirón. – -‐‑Porque no somos monstruos. Nosotros somos ustedes, dado una maldición que la mayoría de nosotros nunca buscó, pero llegaron a aceptar. ¿Volveríamos a nuestra condición humana si tuviéramos la oportunidad? Algunos lo harían. Algunos no lo harían. Pero nos obliga, con el conocimiento que usted destruirá a tantos en el proceso. . . Esa no es la misericordia, Fallon, no importa lo que pretendes. Es un asesinato.-‐‑ Los guardias de la Fundación se acercaban ahora, estacas de plata hacia fuera. Amelie cayo con gracia sobre sus rodillas, sin soltar el micrófono. -‐‑Por supuesto, asesinarnos en la luz del sol que tanto amas. Asesinarnos en presencia de testigos. Muéstrales lo misericordioso que eres, porque te conozco, Rhys Fallon. Conozco su corazón inexperto, y la ira egoísta, y la amargura. Yo sé que usted a perseguido su humanidad con un propósito despiadado, y una vez que has vuelto. . . la detestas. Usted ha creado todo esto para destruir todo lo que le recuerda lo que has perdido. -‐‑ Era una poderosa imagen, la vampiro más mortal en el mundo, de rodillas, de manera voluntaria. Los de la Fundación amenazándola con sus armas. Pero ella no era sorprendente, ella no estaba matando, ella ni siquiera estaba amenazando. Y los guardias no sabían qué hacer con eso. Algunas personas en la multitud parecía confundidas ahora, y algunos parecía incómodos. Como si la verdad estuviera empezando a amanecer. -‐‑Hemos sido dueños duros aquí, -‐‑continuó Amelie. La fuerza de voluntad la llevó a ignorar su muerte inminente con esas estacas de plata con que los guardias de la Fundación la amenazaban, después de haber visto cómo había sido destruido Morley, fue asombroso. Claire no podía imaginar lo que estaba haciendo ella. -‐‑Los vampiros son lentos para aprender, y lentos para cambiar, pero tenemos que cambiar. Sabemos que tenemos que cambiar. Antes de que Fallon llegara, estábamos en la construcción de una nueva Morganville, una Morganville, entre iguales, una en la que todos puedan vivir en paz juntos. No dejen que les quiten eso y construir su nueva ciudad sobre los huesos de las víctimas, nunca les traerá la paz. Vean lo que él nos hace a nosotros ahora, y recuerden.-‐‑ Fallon sabía que estaba acabado, entonces. El hecho de que los vampiros no habían atacado, que su equipo se había visto disparando a Oliver y matando a Morley, y ahora amenazando con matar a una mujer quien se arrodilló, sin armas. . . fue un desastre de relaciones públicas para él. Morganville estaba resentido con los vampiros, sí, pero Claire se dio cuenta de que la multitud aquí, en la plaza no era tan grande como podría haber sido. Gran parte de la ciudad no estaba aquí. No estaba cantando sobre el sol y la celebración de la derrota de los vampiros. Quizás esa otra mitad todavía estaba resentida con los vampiros, pero si ellos no estuvieron aquí, eso significaba que habían tenido una razón para no aparecer. Esto significaba que algunos de ellos, muchos de ellos, no estaban de acuerdo. Y Amelie lo sabía. Fallon podría haber hecho un retirada elegante, mantener la calma, predicar su regla anti-‐‑vampiros. Amelie le hubiera dejado, lo más probable. Pero él no se conformó con eso. No quería perder.
-‐‑¡Mátala!, -‐‑Dijo a sus hombres, y cogió el cuerpo inerte de Jesse de donde había caído al suelo. Él tomó una estaca de plata de el bolsillo de su abrigo. El sudor le corría por la cara, y su piel era de un rojo poco saludable de la fuerza de su furia. Shane dejó caer las rosas que había estado conteniendo y sacudió la escopeta, luego apuntó hacia el grupo de hombres de pie alrededor de Amelie. -‐‑Ey, ¿chicos? No lo hagan, -‐‑dijo. -‐‑Esto no va a lastimar mucho, pero sin duda va a hacerles daño.-‐‑ Ellos se congelaron. Todos menos uno fueron dejando caer sus estacas, que cayeron al escenario y rodaron hasta el borde. Uno decidió ir a por ello. Él apuñaló hacia abajo, con la esperanza de que Shane dudaría en disparar. . . como lo hizo. Amelie se acercó y sin esfuerzo le cogió del brazo a medida que descendía hacia el pecho de Jesse. Ella se volvió y lo miró. -‐‑No,-‐‑ella dijo. -‐‑Hoy no. -‐‑y arrancó la estaca de su mano y la hundió en el suelo de madera del escenario junto a ella. Entonces ella lo dejó ir. Retrocedió, claramente no estaba seguro de qué hacer con un vampiro que no quería hacerle daño. Debería haber sido más, pero Fallon todavía tenía a Jesse, y una estaca de su propiedad, y aunque debería de haber estado huyendo, él se estaba moviendo hacia adelante. . . hasta el borde del escenario, donde cogió el cuerpo inerte de Jesse y se quedó con ella estrechándola sobre su pecho. -‐‑¡Myrnin!-‐‑Incluso sin el micrófono, su grito fue fuerte lo suficiente como para ser fácilmente escuchado sobre la multitud. –Tu necesitas vivir en el mismo infierno en el que me dejaste podrirme y eso significa que va a pudrirse solo. -‐‑Levantó la estaca. Myrnin estaba demasiado lejos. Demasiado lejos para salvarla. Pero Claire no lo estaba. Ella disparó la Taser en la espalda de Fallon. Él convulsionó, se desplomó y cayó con un ruido sordo, todavía temblando. Myrnin llegó justo un segundo después, viajando a velocidad vampírica borrosa, y saltó al escenario para recoger a Jesse en sus brazos. -‐‑Querida señora, mi querida señora, ¿qué han hecho con usted. . . -‐‑la tomó de la muñeca y mordisqueo en ella, aprovechando un poco de sangre, pasándole la lengua. Debe haberle dicho lo que necesitaba saber. -‐‑Él le ha dado un medicamento para dormir. Va a pasar pronto. Ella está bien. Claire, ella está bien.-‐‑ Él miró hacia arriba, y había lágrimas en sus ojos cuando él le sonrió. Ella le devolvió la sonrisa. Su corazón estaba rompiéndose un poco, porque sintió que algo cambiaba en Myrnin, y sabía que ella ya no sería el centro de su gravedad. Él siempre estaría ahí para ella, siempre sería su amigo, pero había algo en la forma en que se ocupó de Jesse, le acarició el pelo, le susurró a ella de una manera que Claire no podría nunca verle hacer con ella. El cálido peso de Shane se instaló en su espalda y sus brazos fueron a su alrededor. Había pasado la escopeta a Eve, quien apuntaba a los guardias de la Fundación. Más allá de él, Amelie finalmente se había puesto de pie. Ella miró a los vampiros que seguían de pie en el sol, confirmando su lealtad a ella-‐‑pensó Claire-‐‑ y levantó el micrófono. -‐‑Vayan a cubierto, amigos, -‐‑les dijo. -‐‑Gracias. Hoy me han demostrado, y a todo Morganville, lo que realmente podemos ser. Siempre será una lucha para nosotros, pero podemos aprender, y lo haremos. Váyanse.-‐‑
Tan pronto como comenzaron a moverse en dirección a las sombras en los pórticos de los edificios, Amelie se volvió a Oliver, que todavía seguía en el suelo, temblando. Se arrodilló con gracia a su lado y le tomó la mano. -‐‑Estoy aquí, -‐‑dijo. Era lo que le había dicho a Morley, pero cuando eso había sido por compasión, esto era algo mucho más fuerte. -‐‑Loco, -‐‑se las arregló para susurrar. -‐‑Nunca te fíes de las buenas intenciones de un ser humano.-‐‑ -‐‑Tal vez tendremos ambos que aprender a hacerlo mejor, -‐‑dijo, y se inclinó para darle un beso en los labios. -‐‑Con el tiempo.-‐‑ -‐‑Tal vez no debas confiar en mis intenciones.-‐‑ -‐‑Yo nunca lo hago, -‐‑dijo, y alzó las cejas ligeramente. –Descanse. Me puede molestar más tarde. -‐‑ -‐‑Lo haré, -‐‑dijo. -‐‑¿Tal vez podrías llevarme a la sombra?-‐‑ Ella se echó a reír y le cogió en sus brazos, una visión muy extraña, y otra Claire estaba bastante segura que Oliver no lo recordaría con cariño-‐‑ Y se lo llevó fuera del sol. Michael aún custodiaba a Fallon. Se quedó allí con una de las estacas de plata, girando sin descanso en sus dedos. Fallon estaba empezando a sacudirse el shock. La mirada en sus ojos era puro, odio frío. -‐‑Oye, Mikey,-‐‑dijo Shane. -‐‑Él no es un vampiro más. Si haces eso, es asesinato.-‐‑ -‐‑Lo sé,-‐‑dijo Michael. -‐‑No voy a hacer nada que no me haga hacer. Por favor, no me des una excusa, Fallon. Yo te debo por devolverme la vida. -‐‑ Fallon se había recuperado lo suficiente como para decir algo, pero estaba débil, y Claire casi se lo pierde. -‐‑Usted fue un medio para un fin, muchacho,-‐‑él susurró. -‐‑Para hacerle daño.-‐‑ Michael se encogió de hombros. -‐‑Entonces no voy a invitarte a mi boda.-‐‑ -‐‑¿Lo de la boda?-‐‑Eve llamó, desde donde ella estaba parada. -‐‑Ellos anularon nuestro matrimonio, ¿te acuerdas? No creas que te voy a dejar escapar, ¿verdad? -‐‑ Ella le lanzó un beso. -‐‑Nunca jamás, estrella del rock. Déjalo. ¡Vamos a casa.! Fallon sonrió mientras Hannah Moisés le puso las esposas a él. -‐‑¿Ustedes piensan que tienen un hogar al que regresar? -‐‑ Todos se detuvieron y lo miraron, el triunfo amargo en su sonrisa. -‐‑Michael, -‐‑Shane dijo, -‐‑¿no deberíamos saber. . . -‐‑ -‐‑Estábamos fuera de la ciudad, -‐‑dijo Michael, y miró a Claire para su confirmación. -‐‑No lo haría, ¿verdad?-‐‑ Buscó en su interior la conexión con la Casa de Cristal, ese pequeño hilo de sentimiento que había llegado a reconocer. Todavía estaba allí. . . pero era débil. Muy débil. -‐‑Tenemos que ir, -‐‑dijo. -‐‑Ahora.-‐‑
CATORCE Se apoderaron de un coche de policía de Hannah, y Shane golpeó las luces y sirenas mientras Michael conducía, ignorando semáforos y esquivando los otros coches como si se hubiera sumido en un video juego en la vida real. Claire y Eve, por el contrario, sólo se aferraron a sus asientos en la parte trasera. No pasó mucho tiempo para localizar su casa. Y una excavadora enorme se dirigía inexorablemente por ella. -‐‑Oh, Dios, -‐‑dijo Eve. A medida que, las bandas de rodadura de el monstruo gigante amarillo cortó hacia abajo, aplastó su buzón, golpeó la cerca blanca, astillándola, y aplastó el bonito, césped bien cuidado. No estuvo limpió por mucho tiempo. Las ruedas cubrieron el patio de lodo cuando la excavadora siguió adelante, elevando su cubo. Fue dirigida a la derecha en la esquina de la casa, y como Michael subió el coche al bordillo, Claire vio el rostro de Miranda en la ventana, los ojos muy abiertos por el terror, mirando a lo que venía para destruir su casa. Y a ella. No habían hecho planes para esta contingencia, y Claire sabía que no había tiempo para nada; Shane y Michael rescataron el frente, y Shane recordó apenas abrir la puerta trasera de Claire antes de que corrió después de Michael, también. -‐‑¡Accede a el conductor!-‐‑Gritó Michael, pero no iba a ser tan fácil, ya que el conductor no estaba solo, con el había un par de chicos corpulentos y endurecidos de la construcción. Shane salió y dio un salto corriendo para la cabina de la excavadora. Era nueva, apenas sucia todavía, y tenía un lugar cerrado, la cabina probablemente con aire acondicionado. . . con una puerta bloqueada. Y el conductor, por supuesto, la había cerrado con llave. Shane tiró de la puerta, pero fue inútil, intentó introducir el codo en el cristal, pero era grueso, diseñado para resistir escombros que vuelan. Y luego la excavadora, que había disminuido la velocidad para el operador evaluar la amenaza representada por Shane, aceleró de nuevo, y la estacada lo tiró rodando sobre la hierba. No había tiempo para nada de lujos, pero Claire se detuvo, corrió hacia el coche de la policía, y frenéticamente buscó en todo el asientos. . . y encontró una porra extensible y flexible. Corrió pasando a Shane, que se estaba levantando para dirigirse a la excavadora de nuevo. -‐‑¡Ayuda a Michael, -‐‑ella le gritó. Él y Eve estaban en el medio de una pelea con los otros dos hombres de la construcción, y Michael seguía sin darse cuenta de las limitaciones de su cuerpo todavía, demasiado humano. -‐‑¡Tengo esto! Él le dio una rápida mirada preocupada, pero no discutió. Además, amaba una buena pelea, y esta se perfilaba para ser una que recordaría con cariño. Claire respiró hondo, dio un salto corriendo, y aterrizó en el paso con revestimiento de goma al lado de la cabina. El conductor le dio una mirada irritada, petulante, y se burló y no se molestó en poner la máquina en este tiempo inactiva. Al menos, no hasta que ella se echó hacia atrás y rompió con la pesada porra el cristal de la ventana, logrando hacer grietas heladas. Un segundo golpe y cayeron trozos del vidrio de seguridad sobre él, que dejó escapar un grito y retiró el pie del acelerador, y apagó automáticamente la excavadora a un ralentí de nuevo, a cinco metros de la esquina de la casa. Él la insultó, en voz alta, y abrió la puerta,
tirándola sobre la hierba, donde se golpeó y rodó a sus pies, respirando con dificultad. Ella había estado esperando que el saltara y viniera en pos de ella, pero él había hecho lo que pensaba hacer tirarla al suelo, y ahora cerró la puerta de nuevo y metió el acelerador hacia adelante. -‐‑¡No!-‐‑Claire gritó y saltó de nuevo. Ella chocó con la puerta de metal. Él no la había cerrado correctamente esta vez, y ella dio un paso atrás en el escalón y la abrió de golpe, aferrándose para salvar su vida. Había dejado caer la porra en alguna parte, pero no tenía espacio para utilizarla dentro de la cabina de todos modos. -‐‑¿Estás loca? ¡Fuera! ¡No me obligues a hacerte daño! -‐‑el hombre dijo, y la empujó . Ella se aferró, así que sacó el pie del acelerador para conseguir un mayor control sobre ella con las dos manos. . . y ella lo dejó. Tenía fuerza y fuertes manos, y ella sabía que le iba a dejar moretones, pero estaba bien en estos momentos. Los moretones estaban bien. Debido a que ella fue capaz de inclinarse por encima de él y agarrar la llave del encendido antes de que él la echara de la cabina y de la máquina. La excavadora tosió y murió, deteniéndose en seco en la vía fangosa, Claire se sacudió la caída y se puso de pie, sonriendo. Él no entendió lo que había pasado por un momento. Mantuvo su pulgar en el botón para arrancar el motor, pero luego debió de haber visto lo que le faltaba, porque le dirigió una mirada furiosa y negra a Claire y saltó de la cabina para ir tras ella. Ella corrió hacia la pelea sucia que se estaba extendiendo por todo el césped, entre Michael y Eve que estaban haciendo equipo contra uno de lo chicos de la construcción, que parecía furioso y frustrado, por no mencionar un poco preocupado. Su compañero estaba lanzando golpes a Shane, que fue fácilmente bailando alrededor mientras lanzaba duros golpes precisos a la zona intermedia del hombre, y cuando Claire pasó por delante de ellos, le lanzó un impresionante gancho de derecha que hizo girar al hombre al otro lado en una espiral sin fuerzas y caer al suelo. -‐‑¡Oye, Claire! -‐‑Shane la llamó, y luego vio al operador de la excavadora furioso, en dura persecución. Dio un paso en el camino. Eso fue un error, porque el tipo de la excavadora evidentemente se había detenido para recoger la porra caída de Claire, que sacó en toda su longitud y golpeó en la pierna de Shane. Shane gritó y se apoyó en su otra rodilla, e intentó ponerle el pie al hombre pero no lo pudo frenar y tirarlo. Claire corrió por las escaleras hasta la casa. La puerta se abrió delante de ella, porque Miranda había estado esperando, y el instante estaba claro para Claire, la puerta trató de cerrarse de golpe. Pero el tipo colocó la punta de la porra antidisturbios en el camino, y la puerta principal saltó atrás abriéndose, golpeando con fuerza en la pared del pasillo. El tipo de la construcción entró en la Casa de Cristal, flexionó la muñeca, y levantó la porra enseñándole los dientes a Claire y Miranda. Fue entonces cuando se desató el infierno. Miranda debe de haber tenido algún tipo de aviso, porque ella agarró a Claire y la empujó hacia el suelo de madera dura un instante antes de que la mesita maltratada que utilizaban para poner mochila / bolso / depositar la llave, se levantó del suelo y se estrelló con fuerza en el pecho de el intruso. Él gritó de sorpresa, pero no le hizo mucho daño; la agarró y la arrojó a un lado, en la sala, a continuación, se produjo delante de ambas el asesinato ante sus ojos.
Claire sintió la oleada igualmente furiosa de energía creciente del suelo debajo de ella, arremolinándose en las paredes, por debajo de el techo, una espesa nube invisible de poder que le puso la piel de gallina y un hormigueo por todo el cuerpo. Y luego la mesa de centro de la sala se volcó sola y choco contra el cuerpo de el hombre para después estrellarse en la pared, con fuerza suficiente para dejar grietas en el yeso. Él dejó caer la porra y se tambaleó. Un viejo jarrón, de formas extrañas en un tono particularmente desagradable marrón voló de un estante y se estrelló en pedazos contra su cabeza. Y luego estaba cayendo, fláccido por la pared. Gimiendo. La casa parecía satisfecha con eso, Claire sintió la oleada de triunfo y sabía que no había salido de ella o Miranda. Se arrastró arriba, trasladó la mesa de café fuera del camino (era más pesada de lo que ella recordaba), y pateó los afilados trozos del jarrón mientras recogía la porra de el suelo. El trabajador de la construcción la miró con cara de estúpido y los ojos inyectados en sangre. Ella se metió las llaves de el bulldozer en su bolsillo del pantalón y dijo: -‐‑¿Estás bien?-‐‑ Él murmuró algo que sonaba grosero, así que sólo asumió que lo estaba, y miró hacia fuera. El coche de Jenna fue chillando parándose torcido en la acera delante de el coche patrulla, ella debe de haber sentido la angustia de la casa, o de Miranda. La lucha en el césped todavía seguía, pero a punto de terminar, y cuando Jenna salió de su coche se acercó para ayudar a Shane a ponerse en pie, el otro constructor levantó las manos en señal de rendición. -‐‑Está bien, está bien, -‐‑les gritó, cuando Michael y Eve se detuvieron, con los puños en alto. -‐‑Ya basta. ¡No nos pagan lo suficiente para esto! -‐‑ -‐‑Sorpresa, -‐‑dijo Jenna secamente. -‐‑Ellos no le van a pagar nada por esto. Si usted piensa que la Fundación de la Luz, le va a hacer un cheque, se encontrará con una sorpresa. Ellos simplemente cerraron sus puertas para siempre. -‐‑ Debe de haber sido el capataz, Claire pensó, porque él sólo parecía disgustado. -‐‑ Bueno, mierda, -‐‑dijo. -‐‑No voy a pagar por esa valla rota, señora. Yo tenía mis órdenes. -‐‑ -‐‑Digamos que mejor, -‐‑dijo Eve. -‐‑Nunca me gustó la valla, de todos modos. ¿Qué piensas, Michael? Algo gótico, como ¿hierro forjado? ¿Con puntas? -‐‑ -‐‑Pinchos está bien, -‐‑dijo, y la agarró para mirarla de nuevo. Corrió el pulgar por su barbilla. -‐‑Vas a tener un moretón.-‐‑ -‐‑Por Dios, eso espero. No hice mi parte si no lo tengo.-‐‑ Él la besó, enrollo un brazo alrededor de sus hombros, y se fue con ella hacia la casa. Shane estaba cojeando, pero cuando llegó a la puerta con Jenna, le dio a Claire una sonrisa tranquilizadora. -‐‑Es una contusión, voy a recuperarme rápido, -‐‑dijo. -‐‑Es posible que tengas que besarme mejor más tarde.-‐‑ Ella puso los ojos en blanco. -‐‑Sueña, -‐‑le dijo, pero levantó la mano para retirarle el pelo grueso y sudoroso de su rostro. -‐‑Mira eso. Aún guapo.-‐‑ -‐‑Maldita sea.-‐‑Shane le dio una patada al tipo del bulldozer con su pie. -‐‑Oye. ¿Quieres salir pitando fuera de nuestra casa, tonto? No me obligues a decirte que no eres bienvenido. Suceden cosas malas.-‐‑ No era broma, pensó Claire. La casa estaba prácticamente vibrando, estaba tan molesta. Ella sacudió la cabeza, ayudando al chico (le pareció que era lo menos
que podía hacer, en realidad), y lo empujó hacia la puerta en los brazos de su capataz. -‐‑Creo que será mejor que llames a día, -‐‑le dijo. Él asintió con la cabeza. -‐‑Lo tienes, chico. Es la cerveza de la mañana. -‐‑ Claire sacó las llaves del bolsillo y se los arrojó a él. -‐‑Entonces, consiga sacar esa cosa de nuestro jardín.-‐‑Ella vaciló, sosteniendo su mirada. -‐‑Usted comprende que si siquiera piense en ponerlo en marcha en la dirección equivocada. . . -‐‑ -‐‑Oh, lo entiendo, -‐‑dijo. -‐‑Confía en mí. En lo que a mí respecta, esta maldita casa puede permanecer en pie hasta que la ciudad entera se caiga alrededor de ella.-‐‑ Eso parecía una forma aceptable de verlo, pero Claire comprobó sus amigos para estar segura. Miranda asintió con gravedad, y abrazó a Jenna apretado. Michael alzó las cejas hacia Eve, que encuestó a Shane, y luego habló en nombre de todos ellos cuando dijo: -‐‑Suena bien. Ah, y llevaría a tus amigos desprotegidos al hospital por si acaso.-‐‑ -‐‑¿Ellos? ¿Y yo qué? -‐‑Se frotó la mandíbula. -‐‑Patea como una mula, la señora Glass.-‐‑ Se retiró con sus dos amigos. Eve sonrió y se relajó contra Michael, que envolvió sus brazos alrededor de ella. -‐‑Estamos en casa. Me gusta como suena eso, -‐‑dijo ella, y lo miró. -‐‑Espera, ¿no estábamos hablando de una boda antes de todo esto? -‐‑ -‐‑Fuimos, -‐‑dijo. -‐‑Vamos a hablar de ello. En privado. –Él agarró la mano de Eve y la remolcó por el pasillo. Eve hizo un gesto hacia el resto de ellos, y todo el maquillaje gótico de el mundo no podía haber ocultado el rubor en sus mejillas. -‐‑Tenemos que irnos, -‐‑dijo Miranda a Jenna, en un tono muy serio. -‐‑Porque se ponen muy raros conmigo estando aquí cuando están…., ya sabes.-‐‑ -‐‑He estado pensando que tal vez deberíamos hacerle un dormitorio en mi casa, -‐‑dijo Jenna. -‐‑Tengo una habitación libre. Vas a tener que visitar aquí para mantener tu conexión, pero serás bienvenida en cualquier momento.-‐‑ Los ojos de Miranda se abrieron, y se veía tan brillante y esperanzador que casi le dolía a Claire mirarla. Después de toda la miseria de la niña, tal vez las cosas estaban empezando por fin a ir bien para ella. -‐‑Sí, Suena bien, -‐‑dijo finalmente, y logró hacer que sonara como una adolescente indiferente, a pesar de que definitivamente no lo era. -‐‑¿Puedo llevar mis posters? -‐‑ -‐‑Por supuesto. Me encantan los posters. -‐‑Jenna sonrió con verdadera calidez y la acompañó hasta la puerta. -‐‑¿Vas a estar bien hasta que lleguemos a casa? ¿No te sientes demasiado débil? -‐‑ -‐‑No,-‐‑la voz de Miranda se desvió hacia atrás, mientras se abrían camino a través del césped destruido. -‐‑La casa es feliz. Me siento fuerte. -‐‑ Shane puso sus brazos alrededor de Claire por detrás, y la besó justo detrás de la oreja, un lugar que sabía la hacía temblar. -‐‑Ummm, así que no va a ser una boda. ¿Qué piensas tu? -‐‑le preguntó. -‐‑¿Quieres decir la boda de Michael y Eve?-‐‑ -‐‑Sí. Y no.-‐‑ Se dio la vuelta en sus brazos y lo miró a los ojos. Sentía como si estuviera cayendo, cayendo y cayendo, pero no era aterrador, en absoluto. Se transforma en una sensación de volar. De libertad. De posibilidades. Ella respiró hondo y dijo: -‐‑Sí.-‐‑ Nada de esto sucedió inmediatamente. No podía, porque a pesar de que Fallon había sido detenido y los vampiros liberados de la prisión, había. . . cuestiones. Por supuesto. Morganville nunca fue sin ellos.
-‐‑Yo odio a los políticos de mierda,-‐‑Eve suspiró mientras dejó su bolso ataúd en la mesa de la cocina y se dejó caer en una silla junto a Claire, que estaba navegando por la web en su computadora portátil. -‐‑¿Cómo estuvo el alcalde?-‐‑ Eve la miró. Entonces puso los ojos en blanco. -‐‑La alcalde Ramos va a renunciar. Ella dice que no puede servir en un consejo con los vampiros. Imagino que deberíamos haberlo visto venir, ¿verdad? Esperé durante dos horas para que ella apareciera, y luego me dijo que no podía ayudar a enderezar el lío con nuestra licencia de matrimonio. Quiero decir, lo difícil que puede ser casarse, involuntariamente divorciados y vueltos a casar, ¿No quieren que yo sea feliz? No conteste a eso.-‐‑ Claire no lo hizo. Las viejas, y amargas líneas de Morganville nunca desaparecen por completo; con los vampiros de nuevo, si no de nuevo a cargo exactamente, algunas personas culparon a Eve (y al resto de ellos) por arruinar las cosas justo cuando iban bien. Si bien quería decir muy mal, entonces Claire supuso que ellos estaban en lo cierto. Ella descubrió que no le importaba ser considerada como una villana tanto, después de los hechos, porque la gente que estaba culpándola por el estado general de basura de sus vidas tuvieron mucho que responder en general. -‐‑Por lo tanto, ¿no hay fecha todavía?-‐‑ Por toda respuesta, Eve golpeó un trozo de papel delante de ella, sobre el teclado. Claire miró hacia arriba, luego hacia abajo en el documento. Parecía oficial, de acuerdo. -‐‑Yo no he dicho eso, -‐‑dijo Eve, y sonrió con deleite lento. -‐‑Tengo una clase de anulación de Amelie. Además, Ramos está limpiando su escritorio, y el alcalde entrante dijo que estamparía la segunda en cuanto se haga cargo de la oficina.-‐‑ -‐‑¿Charlie Kentworth? ¿En serio? –No había sido una muy apresurada campaña de dos días y las elecciones para la alcaldía de repente abiertas , y el Oficial Kentworth había sido una elección bastante obvia. Sobre todo porque su único rival, que recicló sus materiales de la campaña de su último intento fallido, había sido Mónica Morrell. Ella había reunido alrededor del cinco por ciento de los votos, sobre todo por la situación de la ironía demográfica, pero ella todavía estaba decidida a encontrar algo para estar en el cargo. Ella había hablado sobre la compra de el antiguo edificio de la Fundación del Sol cerrado ahora, y convertirlo en unas instalaciones de embarque para perros. Shane lo había encontrado extrañamente, hilarantemente apropiado. -‐‑Él es un tipo bastante decente cuando no está encontrando cadáveres en tu casa, -‐‑dijo Eve. -‐‑Hablando de eso, yo no voy a entrar en el sótano más.-‐‑ -‐‑El lavadero está en el sótano.-‐‑ -‐‑Entonces tu estás en el servicio de lavandería.-‐‑ -‐‑¡Oye!-‐‑Claire se metió con ella, y Eve asomó de nuevo. -‐‑Así que. . .¿ la fecha? -‐‑ -‐‑Estábamos pensando en el próximo sábado. ¿Estás ocupada? -‐‑ -‐‑Puede ser, -‐‑dijo Claire. Mantuvo la cara de póker lo suficientemente bien que Eve la miró momentáneamente aplastada, y luego metió la mano en su mochila para sacar otra hoja de papel, que deslizó delante de Eve. Quién la desdobló, la leyó, chilló en rangos que sólo los delfines podía oír, y prácticamente tiró el portátil de Claire de la mesa en su prisa por abrazarla. -‐‑Espera, ¿voy tarde a la orgía?-‐‑Shane preguntó mientras se acercaba a través la puerta de la cocina con dos Coca-‐‑Colas. -‐‑Yo no tuve la Evite. Hombre, yo odio internet lenta.-‐‑
-‐‑Cállate, -‐‑dijo Eve. Se secó los ojos con cuidado debido a su maquillaje muy experto, y lo abrazó, también, incluso antes de que tuviera la oportunidad de quitarse las gafas. -‐‑¿Por qué no me lo dijiste?-‐‑ -‐‑Uh. . . ¿mencioné internet lenta? Espera, ¿qué? -‐‑ Eve blandió la licencia de matrimonio en su rostro, y le dio a Claire una rápida mirada antes de decir: -‐‑Porque estabas hasta las rodillas en el pantano de papeleo. Nos tomó alrededor de una hora. Yo no quería enseñártelo, debido a que tu me habrías manchado toda cuando grito de rabia. -‐‑Idiota, -‐‑dijo Eve, y lo besó en la mejilla. Luego besó a Claire. -‐‑Ahora estoy llena de manchas.-‐‑ -‐‑Ni siquiera puedo decir, -‐‑dijo, y finalmente dejó las Coca-‐‑Colas. -‐‑Con todas las capas de masilla en la cara.-‐‑ -‐‑Es bueno saber que estando a punto de perder tu libertad no te has hecho nada menos juvenil.-‐‑ -‐‑Disculpe, vestirse como una muñeca de muertos vivientes, que es exactamente-‐‑"-‐‑ Oye,-‐‑dijo Claire, y le tendió las dos manos para detenerle. -‐‑Te amo tanto.-‐‑ -‐‑¡Que empiece la orgía,! -‐‑dijo Shane. -‐‑¿Quién trajo tacos?-‐‑ -‐‑Michael.-‐‑ -‐‑¿Y él los dejó sin vigilancia? Qué tonto. -‐‑Shane cogió dos de la bolsa, junto con un plato de papel, y los arrojó el plato.. -‐‑Más para mí.-‐‑ Cuando estaba tomando su primer bocado, Michael bajó los escalones, con el estuche de la guitarra en la mano, y puso su instrumento abajo en su sillón antes de decir, sin mirar siquiera, -‐‑Lo mejor no son mis tacos, hermano.-‐‑ -‐‑Ellos no son los suyos nunca más-‐‑Shane murmuró con la boca llena. -‐‑Chile. Tú tienes una bolsa llena.-‐‑ Michael dio a Eve un beso rápido en su camino a la mesa, colocó tacos sobre tres platos más, y se sentó. -‐‑Oí chillar. ¿Qué me he perdido? -‐‑ -‐‑Coincidencia de licencias, -‐‑dijo Eve, y le mostró. Cuando fue a tocarla, ella le golpeó la mano. -‐‑Oh, no, no las toques. Tus manos están llenas de grasa.-‐‑ -‐‑¿Realmente vas a casarte con este ladrón de tacos?, -‐‑Dijo Michael, y negó con la cabeza. -‐‑Me decepciona.-‐‑ -‐‑Oye, hombre,-‐‑protestó Shane. Tomó la salsa caliente cuando Michael fue a cogerla, y luego la arrojó en su dirección. Michael se alineó con casi tanta gracia como cuando él había sido un vampiro. -‐‑Entonces, ¿cuándo es? -‐‑ -‐‑¿Hacerlo de nuevo?-‐‑ -‐‑¿Cómo se llama cuando llegues segundos de tiempo falsa-‐‑casado? -‐‑ -‐‑Me perdonas era un matrimonio verdadero, -‐‑dijo Eve, golpeando su mano cuando intentó llevarse un taco de su plato. Se lo llevó de todos modos. ¿Cuando es la tuya?-‐‑ -‐‑Um. . . -‐‑Él masticó, tragó saliva y se encogió de hombros. -‐‑En realidad, iba a hablar contigo acerca de eso. Sobre tal vez. . . -‐‑ -‐‑¿Hacerlo juntos?-‐‑ -‐‑¿Estamos de nuevo charlando de una orgía? Porque soy….-‐‑ -‐‑Dios, sé serio un segundo, -‐‑dijo Eve, y entornó los ojos. -‐‑¿Claire?-‐‑ -‐‑Me encantaría que pudiéramos tener nuestras bodas juntos, -‐‑dijo. -‐‑Si estás bien con eso.-‐‑ -‐‑Mientras Shane me de el taco que acaba de robar de mi plato.
Shane solemnemente lo devolvió. Todos se miraron unos a otros, y a continuación, Michael tomó la mano de Eve, y luego Eve, la de Shane y Shane tomó a Claire y Claire a Eve. . .. . . y era un poco como una oración, y un poco como un abrazo y mucho como en casa. -‐‑Entonces,-‐‑Shane dijo después de el silencio continuó durante demasiado tiempo. -‐‑¿Tacos o orgía?-‐‑ -‐‑Tacos, -‐‑el resto de ellos, dijo, todos juntos. -‐‑Sabía que iban a decir eso.-‐‑ De alguna manera Claire no esperaba estar tan asustada. Se había enfrentado a los seres humanos, vampiros y Draug. Ella había hecho regularmente cosas que la mayoría de la gente iría toda la vida sin tener que lidiar con ninguna de esas cosas ni una sola vez. Y sí, ella había tenido miedo, incluso aterrorizada de vez en cuando. . . . Pero no de esta manera. -‐‑Respira, -‐‑Eve le aconsejó, y tiró levemente de su vestido. Lo sentía pesado y cerca a su alrededor, y en el aire cálido del vestidor de la iglesia, Claire tenía miedo de que pudiera desmayarse si intentaba moverse. La persona en el espejo era alguien completamente diferente, alguien vestida con un largo vestido blanco de raso, con una cintura alta, corpiño de cuentas que logró hacer su mirada alta y majestuosa y todavía le dio curvas. Una larga caída de tela transparente en cascada desde la parte de atrás, casi tocando el suelo. Junto con el collar de lujo y brillante pulsera (ambos prestados por Amelie de su vasta colección sin duda), y con el pelo desgastado y fijo con brillantes alfileres, se sentía como una princesa. Se sentía como una mujer, y de alguna manera ella nunca había pensado en ella de esa manera antes. Nunca había dejado de ser una niña, ¿lo era? Bueno, lo había sido, pero poco a poco, muy poco a poco que ni siquiera se había dado cuenta. Su madre estaba sentada en un rincón de la habitación, y ahora se adelantó para poner sus brazos alrededor de Claire y mecerla lentamente, de lado a lado. -‐‑Te ves increíble, cariño, -‐‑dijo. -‐‑No podría estar más feliz por ti. -‐‑ -‐‑¿En serio?-‐‑Claire se volvió hacia ella, tratando de recordar que no debía llorar. Eve había sido muy estricta con esa regla, debido al maquillaje. -‐‑Yo pensé que no habían aprobado totalmente a Shane. Tu o papá. -‐‑ -‐‑Él es. . . cambiado, -‐‑dijo su madre. -‐‑Y tú lo amas. Y creo que tu papá es lo suficientemente inteligente como para saber que tu eres la segunda persona más obstinada en el mundo, y que estaría bien en no cruzarse contigo. -‐‑ -‐‑Sólo ¿la segunda?-‐‑ -‐‑Bueno, tu lo heredaste de mí. Algún día, cuando seas mayor, voy a contarte todo acerca de cómo convencí a tu padre para que se casara conmigo, -‐‑dijo su mamá. Cogió el ramo de rosas rojas de la mesa envuelto con cintas blancas. El ramo de Eve, era de rosas blancas envuelto con cintas rojas, muy bien complementado con su totalmente no tradicional vestido rojo. Por supuesto que se veía impresionante en el, incluso mostraba sus tatuajes también. -‐‑Si estás lista, querida, acabo de escuchar que llaman a la puerta.-‐‑ -‐‑Mamá,-‐‑Claire no sabía qué decir, ni qué hacer, por lo que ella se lanzó hacia adelante y abrazó a su madre. Difícil. Las lágrimas pinchaban en sus ojos, pero ella las obligó a distanciarse. Por el, rímel. –Yo, te amo. -‐‑ -‐‑Yo también te quiero, cariño, -‐‑dijo su madre, y la besó en la mejilla, luego le frotó para quitar la mancha de su barra de labios, en un gesto ausente tan familiar que
derritió el corazón de Claire. -‐‑Estoy tan orgullosa de ti. Siempre.-‐‑ Abrió la puerta y Claire casi no podía dar el paso, excepto que su padre estaba de pie allí, mirando desde su altura y por primera vez en mucho tiempo saludable, a pesar de las condiciones de su corazón. Tal vez era el traje que llevaba puesto, o simplemente el placer de la jornada, pero ella aceptaría con sumo placer todos los días que tenía con sus padres. Su padre le dio la sonrisa más grande y más increíble, que jamás le había visto, y luego le ofreció el brazo. Nada fue tanto como caminar sino más como deslizándose a través de un sueño. . . Eve caminaba delante de ella, viva en su vestido rojo dramático. E iba con un vampiro dándole distancia, notablemente suficiente: Oliver. Llevaba un muy antiguo esmoquin con una faja de oro sobre él, y se veía salvaje, apuesto y algo aburrido, pero cuando él la dejó en el altar al lado a Michael, él le besó la mano, y parecía sinceramente agradable. Él tomó su lugar al lado, junto a Amelie. Por deferencia a las novias, ella renunció a el traje blanco que normalmente llevaba y en su lugar había elegido uno azul del trullo a medida que aún parecía que costó más que las joyas pesadas alrededor del cuello de Claire. La iglesia estaba llena de gente. Seres humanos ordinarios y vampiros. Y cien por ciento Morganville. Apenas sintió los pasos por el pasillo, pero si el peso de todos los ojos en ella mientras caminaba. Era más de lo que parecía en muy poco tiempo, y luego su padre la entrego a los brazos de Shane, y su corazón casi se detuvo cuando sus ojos se encontraron con los suyos. No había visto a Shane toda la mañana, y en algún momento desde que lo había visto por última vez, había conseguido su corte de pelo, no corto, pero más corto. Le asentaba, sacaba las fuertes líneas de su cara y le hizo parecer feroz y sorprendente. Nunca, nunca se vio tan bien, ella pensó, probablemente odiaba el esmoquin, pero él se esmeró por completo, incluso hasta el pasador de rubí en la solapa. Entonces él le guiñó un ojo, y ella sabía que él seguía siendo Shane, y la ayudo en la tensión. Ella tuvo que luchar contra el súbito y vertiginoso impulso de reír. El servicio pasó en una falta de definición de las palabras que ella no estaba segura de si salió bien, y luego el tacto frío del anillo deslizándose en el dedo, y entonces la presión caliente de los labios de Shane en los de ella, y el repentino mareó cuando la inclinó hacia atrás, por supuesto, y la risa de la audiencia. No llegó completamente el aliento o su cordura hasta que estuvieron en la sala de recepción, y Myrnin, resplandeciente en un completo (para variar) traje y corbata adecuado, presionando una taza de ponche en sus manos y dijo: -‐‑sin alcohol. Además, no contiene sangre de verdad. Parece que lo necesitas.-‐‑ -‐‑Oh,-‐‑dijo, y miró fijamente el líquido rojo. Ella bebió, él tenía razón. Era sólo jugo de frutas con una pizca de ginger ale. -‐‑Gracias.-‐‑ -‐‑Eres muy bienvenida, -‐‑dijo, y se apoyó en la pared al lado ella. -‐‑Así que. ¿Feliz? -‐‑Se cruzó de brazos, mirando a la gente dando vueltas por el buffet y tomando asiento en las mesas redondas. -‐‑¿En serio?-‐‑ Ella lo pensó por unos segundos, y luego dijo, en voz muy baja, -‐‑Sí. -‐‑Ella se resistió a la tentación de pedir disculpas por ello, y él asintió con la cabeza. -‐‑Bueno,-‐‑dijo. -‐‑Está claro que eso es bueno.-‐‑Él estaba mirando a alguien, se dio cuenta, y después de buscar un segundo Claire vio a la Dama de Gris, Jesse, que hablaba con Amelie, dos reinas, charlando juntas como amigas, aunque hubo un
poco de rigidez entre ellas si supieras qué buscar. Jesse llevaba un vestido negro de cuero, probablemente, sólo para estar seguro de que ella lo contrastó; su pelo rojo estaba suelto sobre los hombros, como una capa de fuego. Claire tomó un sorbo de ponche de nuevo. -‐‑Ella se ve linda hoy.-‐‑ -‐‑¿Ella sí?, -‐‑Dijo, y suspiró. -‐‑Terroríficamente así.-‐‑ Arriba en el escenario elevado, Michael terminó de afinar su guitarra y sacó el micrófono cerca para decir: -‐‑Así que, bienvenidos a la fiesta posterior,-‐‑ lo que hizo que bastante personas rieran. -‐‑Esta es una canción que escribí para mi esposa. Siéntanse libres para salir y bailar.-‐‑ Empezó a tocar, y fue una canción de increíble de dolor que sacó fuera de él, y Claire estaba tan concentrada en la música, y la pasión de la misma, que se sorprendió cuando Myrnin tomó la copa de sus manos, la puso a un lado, y la sacó a la pista de baile. Él la hizo girar poniéndola en apuro, y luego se instaló en una forma fácil, deslizándose sin esfuerzo. Myrnin podía bailar. ¿Quién podría haber predicho eso? Claire se quedó sin aliento en una carcajada, y cayó en el ritmo. -‐‑Te echaré de menos, -‐‑dijo. No sabía de dónde venía, pero tan cerca de él, que había que decirlo. -‐‑No, no lo harás, -‐‑dijo Myrnin, y le sonrió. -‐‑Desde que te voy a esperar en su mesa en el laboratorio, a las diez de la mañana en punto el próximo Lunes. Oh, y para decirle que tendrás que repetir algunas horas de crédito en la universidad. Al parecer, algún problema con su expediente académico.-‐‑ -‐‑¿Qué?-‐‑ Él se encogió de hombros. -‐‑Oh, no finjas que no amas la clase, Claire. Los dos lo sabemos muy bien.-‐‑ Shane golpeó a Myrnin en el hombro, y por un segundo los dos se miraron el uno al otro. . . y luego Myrnin con gracia, llamativamente, se postró retirándose. -‐‑ Permítanme decir esto una vez, -‐‑Shane dijo, mientras se ponía en marcha para llevar a Claire lejos en la pista de baile. -‐‑No más coqueteos con el loco.-‐‑ Ella le dio un beso, y a pesar de que dejó de bailar, incluso a pesar de que el mundo giraba alrededor de ellos sobre su eje, a pesar de que las cosas nunca serían exactamente correctas, los vampiros estén privados de sus promesas, y los seres humanos serían malos, envidiosos y asesinos. . . incluso con la vida real que se cierne en torno a ellos, en ese momento. . . Todo era perfecto. -‐‑Señora. Collins, -‐‑Shane le susurró al oído. -‐‑Vamos a volar de este partido y volver a casa, mientras que podemos tenernos a nosotros mismos. –Tenía razón. Jenna estaba aquí, y Miranda estaba a su lado, mirando dulce y bonita en un vestido rosa y consiguiendo invitaciones a bailar de los chicos de secundaria. Nunca la había visto tan feliz. O tan viva. Michael estaba en el escenario tocando, mientras que Oliver se dio con Eve en torno a la pista de baile en un impresionante espectáculo de gracia. El corazón le latía con fuerza contra su pecho, y su hermoso vestido de novia blanco se sentía demasiado estrecho para abrazarla. Demasiado apretado para contener todas las emociones que se amotinaron en su interior -‐‑Sí,-‐‑dijo ella. -‐‑Vamos a casa.-‐‑
EPÍLOGO -‐‑Fundadora.-‐‑ Amelie miró como Oliver deslizó otra carpeta de archivos tristes frente a ella en su escritorio. Ella frunció el ceño malhumorada. -‐‑¿Y cuál es éste?-‐‑ -‐‑Para su firma,-‐‑dijo, y se instaló con insolente facilidad en una silla en el otro lado. Había vuelto a su habitual negro, de lo cual ella estaba segura de que tenía conocimiento que se veía bastante intimidante sobre él. -‐‑Los informes sobre los procesos en curso. Rhys Fallon está suplicando no culpable, junto con Anderson y algunos de los otros miembros clave de la Fundación de la Luz. Asumo que firmará la orden de poner fin de una vez el veredicto-‐‑Él la observaba con atención, sondeando su debilidad. Como siempre. Le entregó la carpeta de nuevo. –No. Mi decisión original sigue en pie.-‐‑ -‐‑Realmente debes desengañarte a ti misma de la idea de que la misericordia cura todas las heridas. Algunas enfermedades necesitan cirugía.-‐‑ -‐‑Fallon pensó que tenía una cura quirúrgica, -‐‑dijo. -‐‑Yo no soy tan tonta. Si son declarados culpables, servirán penas de prisión, Oliver, y no voy a oír nada más de ello. La Jefe Moisés y yo estamos en perfecto acuerdo sobre este asunto.-‐‑ -‐‑La Jefe Moisés es una tonta sentimental como tú.-‐‑ -‐‑Ten cuidado,-‐‑dijo Amelie en un tono bajo, que sin embargo era bordeando el hielo. -‐‑He cedido el control de la mayoría de las cosas a los seres humanos, pero dentro de nuestras filas todavía gobierno. Tú lo sabes.-‐‑ -‐‑Lo sé, -‐‑dijo. -‐‑Pero podría estar terriblemente decepcionada de mí si yo no lo intento de vez en cuando.-‐‑ Él, por desgracia, estaba en lo cierto. Todos los gobernantes necesitan moscardones para mantenerles alerta, mantenerlos con interrogantes. Y para bien o para mal, en la eternidad, él era el suyo. Y no podía negar que los dos convenían, muy bien. -‐‑¿Algo más? La noche se acorta.-‐‑ -‐‑La universidad está reportando algunos incidentes, -‐‑dijo. –Al parecer no todos los vampiros se están comportando tan bien como usted requiere. Supongo que te gustaría que yo vea el problema. -‐‑Deja a Jason Rosser, -‐‑dijo ella. -‐‑Puesto que usted está arreglándose con la pequeña bestia psicótica para actuar como su segundo al mando, mejor dar a él la responsabilidad de mantener a otros en línea. Él espero, que aprenderá un poco de moderación a sí mismo en el proceso, con su supervisión. No se registraron muertes involucradas ¿supongo? -‐‑ -‐‑No, -‐‑dijo. -‐‑Supongo que los tres vampiros que han encerrado por asesinato les a echo llegar el mensaje con eficacia. -‐‑ -‐‑Entonces supongo que somos. . . -‐‑ -‐‑¿En paz?-‐‑Oliver se puso de pie y le ofreció la mano. Ella la tomó y él la acompañó hasta la puerta de su oficina, que se mantiene abierta cuando la vio salir. -‐‑Todavía hay personas que odian la vista de nosotros, y usted les ha dado poder y confianza. Myrnin todavía está ejecutando algo sobre vigilancia en ese laboratorio suyo, desatendido, Dios sabe que nueva pesadilla. Hay un emisario del nuevo Papa que viene a revisar nuestra condición, puede ser desagradable. Un bloguero en Kansas escribió un artículo incoherente sobre vampiros que se esconden en Texas. Una serie de vampiros han solicitado la cura de Fallon, a pesar de las pocas probabilidades de supervivencia. Y creo que Mónica Morrell esta exigiendo
su presencia como juez en una exposición canina. La paz, querida Fundadora, podría ser un puente demasiado lejos.-‐‑ -‐‑Ah, -‐‑dijo ella, y le dio una sonrisa fría y calmada mientras caminaban por el pasillo hacia la Plaza de los Fundadores y la noche. -‐‑Entonces supongo que hay que conformarse con el caos controlado.-‐‑ -‐‑Como siempre, Amelie, -‐‑dijo. -‐‑Uno podría pensar que eres demasiado familiar,-‐‑dijo ella. Cuando salieron a la luz de la luna, se inclinó y levantó la mano a los labios. –Yo no soy lo suficientemente familiar, querida Fundadora. Sin embargo.-‐‑ -‐‑Bueno,-‐‑dijo, y controló un escalofrío. -‐‑Muy bien.-‐‑ Así, en resumidas cuentas todo estaba dicho y hecho, ahora es una ciudad humana, con los valores humanos. Pero en la oscuridad. . . Morganville todavía era suya. Siempre. . FIN