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Universidad de Ibagué, CEDIP. N8 58. Septiembre de 2005 - 500 ejemplares
Algunas consideraciones acerca del Discurso Pedagógico Por: Erica Ramírez Morales
La educación en general y sus instituciones, en es pecial la universidad, constituyen uno de los sopor tes de mantenimiento y desarrollo de la sociedad. La universidad, entonces, representa el espacio so cial específico en el cual se cultivan y proporcionan las herramientas necesarias para la creación de sen tido, la interpretación de la cultura y la construcción de la realidad de acuerdo con las necesidades de sus miembros. Dicho propósito se construye en el complejo siste ma de las relaciones personales. Estas pueden ori ginarse entre la persona y el mundo, lo objetivo; la persona y otro, lo intersubjetivo y; en la persona consigo misma, o sea lo subjetivo a través del len guaje que se considera como forma de representa ción, pero desde la condición social en la cual se produce y el reconocimiento del sujeto que lo actua liza. En ese sentido, se habla de una educación su perior que instaura sociedad a partir del conocimien to, de su uso y trasformación como formas de signi ficación y comunicación y, del individuo como inter locutor. En otras palabras, se hace referencia a un proceso de formación de base discursiva.
en contexto, desde el uSo académico y ético - social del lenguaje en todas sus formas y manifestaciones, verbal (oral y escrita), no verbal, audiovisual... por que hacen parte del discurso pedagógico a nivel ins trumental, intelectual y cultural. Pensar en el discurso del maestro como una práctica discursiva de orden social significa, entonces, enta blar una modalidad de comunicación, una forma es pecial de interacción que redefine la relación que debe existir entre el profesor, el estudiante y el saber. En ésta, según los propósitos de la pedagogía actual, debe reforzarse la interlocución en torno al conoci miento, las necesidades sociales y culturales y, el re conocimiento del individuo como agente social, como ciudadano. El discurso pedagógico debe centrarse, en consecuencia, en los nexos entre lo que se debe y necesita significar, y los medios y modos de hacerlo tanto para enseñar como para aprender.
Relaciones discursivas en la academia En la relación discursiva del profesor con el sa* ber, lo objetivo, la comunicación debe estar media da por la interpretación y la argumentación en con texto. En este sentido, el discurso pedagógico repre Así, se hace alusión a una educación que redimen-1 senta una forma de recontextualización o reformulación de los discursos especializados, llama siona la función del lenguaje como discurso social. dos también primarios (Bernstein, 1990) en aras de En la enseñanza, este es denominado “discurso pe la transmisión, el discernimiento y la construcción del dagógico” no en el sentido estricto de la retórica clá conocimiento. Esta condición implica seleccionar, re sica que procuraba la belleza de la expresión, sino organizar y presentar de manera estratégica el cono de aquel acto de significación que tiene una finali cimiento especializado. Se sugiere entonces, dad. Según Ramírez Peña (2004:187) éste “consis implementar un discurso que se apoye en la reflexión, te en un proceso de significación como acción que la inferencia, la formulación hipotética, la presenta relaciona significantes...en prácticas sociales; ción de razones (argumentos), la utilización, el reco específicamente, con el propósito de formar y orien nocimiento y la confrontación de fuentes con un alto tar las nuevas generaciones en el conocimiento de grado de credibilidad, de autoridad conforme a obje la cultura y la sociedad, para su actuación exitosa tos y propósitos de estudio y de formación. También, sobre ellas... que implica procesos cognitivos, promocionar y desarrollar la expresión lingüística for hermenéuticos, lingüísticos, pragmáticos, ideológi cos y culturales en forma interactiva”. Así, en el aula mal, propia de la comunicación académica, sin caer universitaria, la clase debe convertirse en una situa en el uso excesivo e innecesario de la tecnolexia y la ción de comunicación personal, social e intelectual desvalorización del discurso cotidiano.
En la práctica, esta relación se valida cuando el profe sor asume el conocimiento como construcción. Para ello, debe dominar la elaboración de instrumentos de cono cimiento como los diagramas cognitívos (mapas con ceptuales, mentefactos, esquemas...) y su debida verbalización a través de la oralidad en clase, también y sobre todo de la escritura textual (reseñas, comenta rios, reflexiones, ensayos, ponencias...) socializada de orden expositivo/argumentativo, el estudio de casos, el desarrollo de proyectos de aula, institucionales e interinstitucionales que debe compartir con la comuni dad académica y regional de manera directa o virtual. Lo antérior le permite por un lado, expresar el nivel de dominio y aplicabilidad de su conocimiento y, por otro, construir y consolidar un discurso fundamentado, co herente y útil. En la relación discursiva del profesor con el estu diante, lo intersubjetivo, que deviene de la primera relación en mención, la comunicación se gesta en el diálogo, la polifonía (Bajtin, 1976) y, de hecho, en la interlocución mediada por la narración y la argumenta ción Éstas que son herramientas básicas del discurso pedagógico en el aula, posibilitan reconocer al otro y valorar la crítica en todos sus niveles y formas de ex presión como elaboración social, cultural y política po sible, susceptible de ser discutida. También, hacen del conocimiento un lugar común, de interés, una construc ción intelectual, personal y una ética compartida. En esta relación, la tolerancia, la crítica constructiva y la rigurosidad prevalecen como ejes discursivos. En el aula, esta relación puede promocionarse a través de la participación en actividades de carácter propositivo, sobre todo en equipo, a nivel interno y ex terno Es decir, trabajos que exijan la .formulación de planteamientos teórica y prácticamente Contextualizados, abiertos a la duda y la pregunta como conversatorios, foros, disertaciones, seminarios entre otros que deben sistematizarse, publicarse y convertir se en producción de base para futuros eventos y, de estudio para la comunidad académica en genera!. Así, la relación intersubjetiva se consolida como un proceso con propósito académico, multidireccional. En la relación discursiva consigo mismo, tanto del profesor como del estudiante, lo subjetivo, la comu nicación debe recuperar el valor del individualismo como una forma de expresión y de desarrollo académico, so cial y cultural necesaria y responsable. El reconocimien to del sujeto consigo mismo, con el saber y con otros, valida al individuo como referente, como interlocutor. Esta condición surge de la autoevaluación, de la identi ficación de las potencialidades y de las debilidades del ser como parte de una comunidad; sobre todo, de ia
mirada perfectible de sí mismos. Para ello, discursivamente hablando se necesita asumir posición sin desconocer alternativas y razones diferentes; com- — ¿ prender y reflejar académica, social y personalmente el v_/ rol que tanto el profesor como el estudiante pueden, deben y quieren cumplir. Entonces, la relación discursiva subjetiva atiende a la voz ciudadana con identidad per sonal, cultural, política y académica que coherentemen te se expresa y se reconoce como parte de una socie dad. En la práctica, esta relación se evidencia en la reflexión sobre el impacto o nivel de aporte de las intervenciones en cada una de las actividades en mención. Esto impli ca estar dispuesto a ser objeto de evaluación por parte de pares, de estudiantes y de la comunidad desde la producción intelectual en publicaciones indexadas así como en el desempeño en el aula y en grupos de discu sión e investigación. Lo anterior se refleja en la presen tación de reflexiones escritas y pruebas diagnósticas, de avance de las propuestás temáticas y pedagógicas desarrolladas. También, exige, la disposición académi ca y personal de volver la mirada sobre el error como categoría de aprendizaje a través de la corrección, am pliación y elaboración de nuevas versiones tanto de las prácticas pedagógicas (ejercicios,, talleres, convocato rias...) como de los textos socializados; por ende, estar presto a la actualización disciplinar y la formación peda gógica. Revisar la práctica discursiva del maestro es, entonces, una oportunidad para reconocer que la educación co rresponde a las formas, modos y procedimientos por medio de los cuales entablamos relación con otros, con nosotros mismos, con el mundo del conocimiento. Es esa forma intelectual, social y personalmente construi da que nos permite tener un lugar y una posibilidad de acción en la academia y en la cultura. **+ ****
Bibliografía BAJTIN, M. (1976). El signo ideológico y la filosofía del len guaje Nueva Visión. Buenos Aires. BERNSTEIN, Basil. (1990). La construcción social del discur so pedagógico. Textos seleccionados. El Griot Ed. Bogotá. Co lombia. RAMÍREZ, LA. (2004). Discurso y lenguaje en la educación y la pedagogía. Magisterio. Bogotá, Colombia. Pág 197. * Erica Ramírez M: Licenciada en Lenguas Modernas de la Universidad del Tolima, diplomada en Docencia Universitaria por la Universidad de Ibagué, con estudios en Lingüística His~ pánica en el Instituto Caro y Cuervo de Bogotá. Actualmente se desempeña como docente de la Facultad de Humanidades y Ciencias sociales y del Cedip de la Universidad de Ibagué, Coruniversitaria.
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