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Traducido por Kariza Corregido por *Andreina F*

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sta no era la primera vez que despertaba en una cama extraña, acostado al lado de una mujer que no reconocía, en una ciudad que no podía recordar. ¿Ibiza? ¿Paris? ¿Londres? La única cosa que sabía que era segura era que me hallaba en alguna parte de Europa. Saliendo suavemente de la cama. Busco alrededor del suelo por mis pantalones y mi camisa. Mirando sobre mi hombro, la misma escena que he visto muchas veces antes, no es diferente: encantadora mujer, medio cubierta por una sábana, cabello perfectamente despeinado y su brazo sobre el lugar donde me encontraba calentando las sabanas. Probablemente podría despertarla y juzgar por su acento donde estoy, pero entonces tendría que entablar una conversación con ella y prefiero deslizarme hacia la luz del día.

Cuando estoy a salvo al otro lado de la puerta, me detengo en la barra de desayuno de la cocina. Saco mi celular, y mensajeo a mi chofer con las coordenadas GPS y le pido recogerme a la brevedad posible. Responde casi

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Abro la puerta del dormitorio, completamente vestido, listo para hacer mi escape dentro de la noche cuando la mujer comienza a moverse. Lentamente sacando mi mano de la manija de la puerta y sosteniendo el aliento, espero para que se mueva frente a la pared y me dé una idea de su apretado, culo respingón y me recuerde por qué me dieron ganas de follarla en primer lugar.

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Siendo sólo un socio mediocre, nunca sabría quién es ella, no me conocería. Es algo que funcionaba bien de esa manera, creo. No necesitaba despedidas torpes, incómodas llamadas y promesas rotas de vernos de nuevo alguna vez.

inmediatamente. Al ver mi chaqueta y zapatos al lado del sofá, los tomo y saco una tarjeta del bolsillo de mi camisa. Sólo porque no quiero tener una conversación torpe sobre adonde está yendo nuestra relación, eso no significa que alguien no quiera hablar con ella. Mi sistema—el que he desarrollado a lo largo de los años—funciona perfectamente. Soy un gilipollas insensible, pero sé a lo que voy; ellas sólo piensan que pueden ser la que me salve de mis egoístas maneras. Escribiendo el número cuatro en la parte de atrás de la tarjeta, la dejo en el mostrador y me deslizo fuera de la puerta sin un segundo pensamiento. Mira, así es como esto va a ser. La morena desconocida se despertará en un par de horas de coma inducido por su orgasmo y notará que falto. La primera cosa que hará será revisar el baño. Cuando se dé cuenta de que no estoy ahí, hará su camino a la cocina, indudablemente pensando que ha curado lo que sea que asumió que está mal conmigo y que estoy cocinándole el desayuno. Sus hombros se derrumbarán y la sonrisa en su cara cederá mientras llegue a la conclusión de que de verdad me he ido. Después, verá la tarjeta y toda su esperanza será restaurada.

Esas mujeres usualmente se irritan bastante cuando no pueden hablar conmigo directamente. He instruido al servicio de llamadas para no tener

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—Madam, primero me gustaría agradecer por llamar, Dex estará ocupado por los próximos meses, viajando por negocios. —Esta parte no es mentira. Siendo uno de los fotógrafos más buscados en todo el mundo, soy una gran demanda y paso mucho tiempo tomando fotos alrededor del mundo—. Nos gustaría darle las gracias en su nombre por una noche agradable, y si Dex está alguna vez en esta parte de (inserte país, estado o ciudad aquí) tratará de comunicarse con usted. —Sin embargo, para una mujer con el rango menor de siete, el servicio realmente no recoge ninguna información para contactar con ella de nuevo. Es más para protegerme de las locas, mujeres que piensan que porque abren las piernas, tienen derecho a otra reunión. Para esas mujeres, el seis y más bajos, es una forma pacífica, así no soy acosado e intimidado.

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Llamará al número mientras practica su sexy, ronca, voz de dormitorio. Mientras mi contestadora viene a través de la línea, y preguntará si puede hablar conmigo. Mi contestadora dirá que estoy en el trabajo y no estoy disponible para hablar en este momento, y después preguntará por el número en la parte de atrás de la tarjeta. La chica girará la tarjeta, viendo el cuatro y diciéndoselo a la persona al otro lado de la línea, que citará una específica descripción.

problema en terminar la llamada y bloquear el número para que no puedan llamar de nuevo. Por supuesto, con todo el conjunto de mujeres que entretengo, cerca de todas ellas se sienten usadas por este encuentro sin emociones y terminan pasando por todas las etapas de dolor. Habrá mucha ira, frustración, negación y, finalmente, aceptación de que fue sólo una aventura de una noche y que sin duda debe seguir adelante con su vida. Seguro, he quemado el puente con esta mujer, pero si todo lo que quería era empezar una noche casual de sexo y ni siquiera era tan buena en ello, ¿por qué necesitaría ponerme en contacto con ella en el futuro? Y justo así estoy en el siguiente país, chica y potencial. Ahora, esto no quiere decir que si la mujer es absolutamente fenomenal no la veré de nuevo. Hay otra descripción que se le da a la mujer con siete o más. Esas chicas, del rango de siete a diez, tienen una atención especial. El servicio de contestadora tomará toda su información, catalogándola para mí por mi área y almacenándolos en mi versión de una pequeña libreta negra. Si y cuando vuelva de nuevo, las llamaré para otro round o tres en la habitación. Supongo que hay mejores maneras de disfrutar de una aventura, pero esto funciona. Con mi carrera y mi estatus, vale la pena ser discretos acerca de este tipo de encuentros. Mientras menos sepan de mí, mejor, lo cual es por lo que sólo me quedo una noche, a menos que necesite un buen polvo si estoy en la zona otra vez. Es cruel, sí, pero podría ser peor, podría degradarlas al hacer que firmen una especie de contrato de confidencialidad por una noche conmigo. Escojo dejarlas vivir lo que sea que sea su fantasía que tienen antes de reventar su burbuja. ¿Ves? Soy un caballero. Mientras empujo mi camino a través de las puertas del vestíbulo, y por el acento del conserje, he determinado que estoy en algún lugar en Italia; mi auto se detiene en la acera. Me escabullo en el asiento trasero mientras nos dirigimos a mi hotel.

—¿Otra que mordió tu polla?—Se ríe mirándome por el espejo retrovisor. —No. —Me río—.Esta insistía en llamarme “papi” en su molesta voz de bebé. Si simplemente hubiera metido mi polla en su boca, podría haber tenido

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—Cuatro —respondo simplemente, frotando mis sienes mientras deseo dejar el dolor de cabeza y dolor muscular que viene después de una noche de alcohol excesivo y acrobacias en el dormitorio.

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—¿Tuvo una buena noche, señor? —pregunta Nicholas mientras navega entre el tráfico.

siete, sin duda. No entiendo lo que sucede con las mujeres de estos días; nadie quiere escuchar hablar a una mujer como si tuviera cinco años de edad, especialmente si estoy tratando de poner mi polla en su culo. Nicholas se limpia las lágrimas de la risa y sigue conduciendo. Sacudiendo mi cabeza, agarro el bote de aspirinas que mantengo suministrado para mí y trago un par en seco. —¿Por cuánto tiempo estaremos aquí? —Bajo el vidrio con un crujido, ni siquiera lo suficiente para que nuestros ojos se conecten en el vidrio. —Basado en su horario, estaremos en Milán hasta el final de la semana, y algunos días en Paris, después en casa.

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—Correcto, despiértame cuando lleguemos al hotel. —Descansando mi cabeza en el reposacabezas de cuero detrás de mí, caigo en un sueño pacifico. Dios sabe que no tuve ninguno anoche.

1 Traducido por Alysse Volkov Corregido por Agus Morgenstern

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arís, la ciudad del amor, pasteles y la Torre Eiffel, me encanta este lugar. Francia podría ser uno de mis países favoritos de todos los tiempos para visitar. Hay un poco de algo para todos aquí, y las mujeres, bueno, son jodidamente preciosas. Es mi último día en esta magnífica ciudad, y tengo la intención de hacer que sea una experiencia memorable. La última vez que estuve aquí, no me fue tan bien. Digamos que este fue el primer lugar en el que me di cuenta de siquiera la menor cantidad de mentiras que se necesita para obtener una tarjeta, también. Su nombre era Marie. Tenía el cuerpo más perfecto que jamás vi, y la forma en que bailaba me dio toda la impresión de que iba a ser salvaje en la cama. Me equivoqué. Tacha eso... me encontraba totalmente equivocado.

Bueno, para hacer corto el cuento largo, ignoré todas las parafernalias de gatito y seguí con nuestra noche. Marie podría chupar una polla como si fuera asunto de nadie y pensé que había tomado la decisión correcta al quedarme. Eso fue hasta que conseguí desnudarla en el dormitorio, y demonios su cuerpo era glorioso. Habría sido el objeto perfecto para fotografiar y ni una maldita cosa tendría que utilizar photoshop. Era el epítome de la perfección.

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Debería haber corrido entonces. Hubiera sido mejor salir y nunca volver a verla, pero no podía borrar de mi mente la forma en que ella molía en mi polla en la pista de baile. En retrospectiva… eso es un hijo de puta.

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Me llevó a su casa, así como yo lo hice con otras mujeres muchas veces antes, pero fue la visión de su casa cuando entré por primera vez... y el maldito olor. La mujer era una obsesionada con los gatos. No exagero cuando te digo que tenía que haber por lo menos una docena de gatitos que viven en su pequeña casa. Luego se hallaban sus decoraciones de estatuillas de gatos, mantas de gato en la parte trasera del sofá, las tazas de café de gato, gatos disecados... Sé que suena muy repetitivo, pero en serio, fue el cielo felino.

En ese entonces, tenía esa loca obsesión de siempre el deseo de estar arriba. Todavía no estoy seguro de por qué, probablemente algo que ver con el control y la masculinidad, pero podemos ahorrar eso para que mi futuro terapeuta averigüe. Bueno, volvamos a la misma. La tenía sobre su espalda, las piernas abiertas, el coño a toda vista y mi polla dura como una jodida piedra. Me puse un condón, me acaricié a mí mismo un par de veces más y me alineé en su entrada. Un par de segundos pasaron y estaba seguro de que en realidad me encontraba adentro, así que chequeé dos veces y sí, me hallaba dentro. Nunca experimenté algo así. Había tenido un coño flojo un par de veces, pero nada tan explotado que no podía sentir absolutamente nada. Luego, para empeorar las cosas, ella no movió ni un maldito musculo, sólo se quedó allí, gimiendo a momentos. Sabía que las mujeres ocasionalmente tenían falsos orgasmos, nunca conmigo, pero a veces leo las revistas de las que fotografié por allí, aunque sólo sea para pasar el tiempo mientras se espera en un avión o en el consultorio del médico. Esta vez, sin embargo, fui yo quien tuvo que fingirlo sólo para salir rápidamente de allí. En el momento en que se excusó para ir al baño, me puse mi ropa y salí por la puerta sin pensarlo dos veces. Sé lo que estás pensando: “Escapaste por un pelo, hombre. Felicitaciones”. Bueno. No. Te equivocas.

Así que aquí estoy, listo para embarcarme en esta increíble ciudad. Nicholas regresó un día antes para la preparación de una entrevista que tengo en unos pocos días, así que estoy sin chofer esta tarde. Podría llamar fácilmente un

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Supongo que había localizado quién era, dónde trabajaba y lo hizo su prerrogativa para causar tanto daño como podía. Un tornado de mujer casi derrumbó mi carrera. Tuve una charla con mi mejor amigo quien me dijo que la mayoría de las chicas prefieren ser jodidas a toda máquina que ignoradas completamente. Gracias a Dios tuve alguien que me dijo eso, y ahora, todas consiguen una maldita tarjeta, así sea o no que alguna vez la vaya a volver a ver.

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Fue unos días más tarde y terminaba un trabajo para el equivalente francés de Cosmo cuando Marie entró pavoneándose por la puerta en una misión. Antes de que pudiera hacer frente a su presencia, comenzó a gritarme en francés. No podía entender ni una pizca de lo que pasaba, pero entendí el mensaje cuando todos los modelos comenzaron mirándome con cara de asco. Ni que decir tiene, me prohibieron jamás fotografiar en ese lugar otra vez y Marie salió de allí tan petulante como petulante podría ser.

taxi u otro coche, pero me imagino que voy a jugar a lo seguro y ver qué tipo de talento hay en el bar del hotel. Vestido con un par de vaqueros holgados y una camisa abotonada azul marino, tomo el ascensor hasta la planta principal y serpenteo en el bar. Explorando la habitación, definitivamente observo algunas mujeres sexys en esta noche. Sin embargo, la que me llama la atención, es una belleza poco convencional. Con el cabello rubio muy corto y tatuajes grabados a través de su expuesta piel, es impresionante e intrigante. Al acercarme a su mesa, la oigo hablar en inglés, pero con un acento francés muy marcado. Tocándola en el hombro, se da vuelta y me devuelve la mirada con los más fascinantes ojos grises. —¿Puedo invitarte a una copa? —pregunto, tomando su mano en la mía, pasando mi pulgar sobre sus nudillos. —Oui. Merci —responde. Dos simples palabras son suficientes para hacerme querer renunciar a toda la cosa de beber e ir directamente a su habitación. Va a ser un gran cambio de lo habitual “sí, sí, oh, Dios sí” que por lo general escucho. Asiente hacia el camarero, dándole la señal para que le sirva otro de lo que está bebiendo y pido una cerveza para mí. Sentándome en la mesa al lado de donde ella y sus amigos están sentados, haciendo un gesto para que tome un asiento en el lado opuesto, lo cual hace. —Debería haberme presentado antes de ofrecerte una bebida. Mis disculpas por ser tan grosero. Mi nombre es Dex, es muy agradable conocerte. — Tomo la mano de nuevo, repitiendo mi gesto anterior, sólo añadiendo un beso a sus nudillos.

Estoy dentro.

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La camarera trae su cóctel y una cerveza para mí mientras Veronique y yo disfrutamos de una conversación ligera. He aprendido lo suficiente sobre ella para saber que, ciertamente, no me importaría tener más intimidad. Veronique es una estudiante de moda en Londres, pero está en casa por vacaciones. Era una gimnasta de clase mundial, pero se desgarró un ligamento justo antes de competir para el equipo olímpico francés hace cuatro años. Seré honesto, al haber escuchado la palabra gimnasta, todo lo demás se fue por un oído y salió por el otro.

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—Veronique —dice seductoramente, añadiendo un poco de francés a su presentación—. Enchanté.

—Bueno, Veronique, fue un placer conocerte esta noche. Tengo que retirarme a mi habitación por esta noche; tengo un vuelo temprano de vuelta a los Estados… —Soy apenas capaz de terminar mi declaración cuando desliza sobre la mesa una llave para lo que presumo puede ser su habitación. Viéndola fijamente, una sonrisa pícara me dice todo lo que necesito saber. Hice una impresión en la joven fashionista y me está invitando a su habitación para tomar una copa. ¿Lo llaman tomar una copa todavía? Bueno, vamos a llamar a las cosas por su nombre; quiere que vaya a su habitación y la joda desesperadamente. Eso puedo hacerlo. Levantándome de mi asiento, le digo a la camarera que cargue nuestras bebidas a mi habitación, tomo la mano de Veronique y la dejo ir a los ascensores a través el vestíbulo. Una vez dentro, presiona el botón correspondiente al vigésimo segundo piso y comienza nuestro ascenso. Cuando llegamos a su habitación, deslizo la llave en la cerradura y la apresuro a través de la entrada. La puerta no tiene la oportunidad de cerrarse cuando Veronique está de rodillas, escarbando en la cremallera de mis pantalones. Dándole un poco de ayuda, me libero. Con gusto, ella abre la boca lo suficiente para acomodar mi tamaño y me toma dentro hasta que mis bolas golpean su barbilla. Envolviendo una mano alrededor de mi eje mientras retrocede, la otra agarrando mi culo, me tira más cerca como si fuera a la ciudad. E ir a la ciudad es lo que hace. Este pequeño sexy giro que no tiene un reflejo de nauseas para hablar, y ha demostrado cada vez que chupa la polla hasta el fondo de su garganta y algo más. —Joder. —Gimo, bombeando mis caderas al compás de sus movimientos. Será mejor que tenga cuidado. Podía venirme así.

Jó.De.Me.

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Levantándola y recogiéndola, envuelve sus piernas alrededor de mi cintura y empieza a desabotonarme la camisa mientras nos dirijo a la cama. La arrojo en el medio y ha acabado de quitarme mi ropa, todo, excepto mi ropa interior. Veronique se pone de rodillas, bambolea su vestido por su cuerpo, cae a la cama nuevamente y tira la prenda a un lado.

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Murmurando algo en francés, Veronique continua dándome la mejor mamada que he tenido. Justo antes de que esté a punto de venirme, la empujo, necesitando estar dentro de ella. Si la mujer puede chupar una polla como una profesional, estoy seguro de que puede follar aún mejor.

Esta mujer va a ser la muerte para mí. No llevaba bragas o sujetador, para el caso. Gracias a Dios por la cirugía plástica, porque sus tetas son jodidamente increíbles. Colocándome encima de ella, son las primeras cosas que abordo. Chupo un pezón en la boca, la mano trabaja el otro seno, amando la manera en que se retuerce debajo de mí. Besando mi camino por su cuerpo, deteniéndome brevemente en su ombligo, voy a continuar mi descenso cuando ella alza un brazo hacia la mesa de noche y coloca un condón en mi mano. ¿Una mujer que sabe exactamente lo que quiere? Me gusta esta mierda. No es que me importe ir abajo de ella, pero si no es un requisito, te aseguro que no me voy a quejar. Quiero decir, si puedo conseguir mojarla por jugar con sus tetas, ¿por qué iba a ser voluntario a comer su coño? Si esto es perfectamente aceptable, asiente en acuerdo, no voy a juzgar. Queriendo probar algo un poco diferente, me acuesto sobre mi espalda después de que mi polla está cubierta en el látex y hago un ademán para que ella consiga estar arriba. Demasiado rápido se coloca a horcajadas entre mi cintura y lentamente moliendo sobre mi polla. Esto no es nada como la primera mujer a la que follé en París; Veronique es tan jodidamente apretada, puedo sentir todas y cada una de sus ondas de satisfacción.

—Guao. —Suspira, cayendo a un lado y sobre el colchón. —Sí, eso fue bastante increíble. Cuidadosamente retiro el condón, apoyo mi cabeza en las almohadas de felpa, no queriendo quedarme dormido, pero consiguiendo un poco de descanso.

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Cada contracción que su coño hace alrededor de mi polla me lleva más cerca del borde. Se siente como si ella ha estado viniendo durante los últimos cinco minutos, o tal vez un orgasmo simplemente se funde con el siguiente. Sabiendo que estoy cerca de la explosión, muevo mis manos a su culo, agarrándolo fuertemente y encontrándome con su empuje por empuje, voy tan profundo dentro de ella que estoy seguro de que me va a sentir durante días venideros. Con un gemido gutural, permito que mi cuerpo se haga cargo, gruñendo mientras me derramo en el látex y las réplicas de sus últimos orgasmos ondean a través de su cuerpo.

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Lanzando toda precaución al viento, comienza a rebotar en mi polla como un jodido palo de pogo, sus tetas moviéndose en consecuencia. Incapaz de soportar su llamada, mis manos más o menos las agarran, manipulando sus pezones hasta que su cabeza cae hacia atrás y sus gritos hacen eco por toda la habitación.

No pasó mucho tiempo para que Veronique tirara de la manta sobre su cuerpo y cayera en un profundo sueño. El buen sexo hará eso por ti. Es mejor que cualquier ayudante del sueño por ahí. Espero por una media hora, sólo para asegurarme de que está fuera de combate por esta noche, antes de que recoja mis pertenencias y me dirijo hacia el baño. Tirando de una tarjeta de llamada de mi cartera, uso su delineador para anotar un número ocho en la parte de atrás, y la dejo sobre el mostrador. Vistiéndome de forma rápida, apago la luz antes de que la puerta se cierre. En silencio camino por la habitación, me deslizo por la puerta y hasta el quinto piso. Después de una ducha rápida, hago una llamada a la recepción, solicitando una llamada para despertarme a las seis de la mañana y luego me meto en la cama.

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Indiana, te veré mañana por la noche. París, no decepcionaste en esta ocasión. Gracias y buenas noches.

2 Traducido por Fiioreee Corregido por Agus Morgenstern

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ntrevistas. Las aborrezco, pero son un mal necesario. Siempre las mismas preguntas y las mismas respuestas. Probablemente podría dar las respuestas en mis sueños, es tan redundante.

—Sr. MacFadden, tiene bastante reputación de ser una persona difícil con quien trabajar. Muchos modelos se han quejado acerca de sus maneras poco elegantes de conseguir hacer el trabajo. Dime, Dexter, ¿qué te hizo ser cómo eres? —pregunta la periodista rubia de piernas largas de alguna revista de alto perfil. Al menos esta pregunta es un poco más divertida para responder y realmente me pongo a contar mi historia, no la genérica "me convertí en fotógrafo porque me gustaban las cosas hermosas" historia. —No siempre fui así. Quiero decir, siempre he sido una especie de culo, pero no era rico. Crecer en el Cuidado de Crianza, saltando de casa en casa, hace algo a un niño; lo cambia. Inculca este conocimiento de que no todo el mundo tiene la intención de ser amado o amar a cualquier persona por ese asunto. —Incluso antes de que me metiera en el sistema, sabía de qué se trataba

conyugal y poniendo a dormir a su niño pequeño de dos meses de edad en la víspera de su bautismo. Tenían el mundo delante de ellos sin nada que los detuviera. —La vida parecía perfecta en el exterior. Una niña estadounidense de la

Indiana rural se enamora, se casa y comienza una familia con su príncipe irlandés. Ellos lo hicieron, ¿verdad?

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—Avanza rápido un año y encontrarás a Emily y Murphy en la felicidad

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este mundo. Mis padres biológicos eran los principales ejemplos. Durante el último año de mi madre de la universidad, participó en un programa de estudios en el extranjero en Irlanda. Todo iba de acuerdo al plan hasta que conoció al famoso Murphy MacFadden. La pareja se enamoró perdidamente, o al menos eso pensaba, de todos modos.

—Error. —Te ahorraré todos los detalles aburridos y salta a donde el cuento de

hadas se convirtió en una pesadilla de proporciones épicas. —Durante la primavera de 1996, en el tranquilo pueblo irlandés que llamé

hogar durante diez años, una pequeña casa de dos dormitorios que daba a exuberantes colinas verdes se convirtió en la peor escena del crimen que la ciudad había visto nunca. No estoy seguro de los detalles del día, pero uno de los hermanos de mi padre me dijo que mi papá encontró a mamá teniendo un romance con el dueño del pub en la calle. —El informe de la policía lo catalogó como un asesinato-suicidio. Mi padre

se enfrentó a mi madre y la mató justo antes de dispararse a sí mismo. No estoy seguro de si alguna vez pensó en lo que me iba a pasar a mí, o si lo hizo, pero sólo se preocupaba de sí mismo. —De cualquier manera, he perdido. Todo. —Mis abuelos maternos viajaron a Irlanda inmediatamente después de

conocer la noticia de su muerte. Los hermanos de mi padre no me querían, así que cuando lo último de la tierra fue sacudido en las tumbas de mis padres, yo me encontraba en un avión rumbo a Indiana. —Bill y Susie eran grandes cuidadores. Tuvieron a mi madre tarde en la

No estoy seguro de qué más se puede pedir que no sea asunto de interés público o no se haya contestado en otro artículo. Guardo la esperanza de que si le digo a uno de ellos toda mi historia, sin olvidar ningún detalle, con el tiempo me dejarán en paz. Realmente no va de la forma en que había planeado. Tan pronto como un artículo se publica, hay sólo unos días hasta que estoy siendo

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—Esa es una gran historia, Sr. MacFadden. Me preguntaba de dónde vino su acento. —Fuera de todo lo que dije, ¿lo único que pegaba en ella es mi acento? No es un secreto que vengo de ascendencia irlandesa. Por supuesto, se desvaneció el acento irlandés con el tiempo, pero aun así es detectable por los que no lo esperaban, o en el caso de esta reportera, es una puta idiota—. ¿Puedo hacerle algunas preguntas más?

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vida y se acercaban a sus setenta cuando vine a vivir con ellos. A pocos meses de diferencia, fallecieron durante el verano en que cumplí trece años. Eran todo lo que tenía en los Estados. Mis tíos todavía no me querían, por lo que el Estado me puso en el cuidado de crianza, donde me quedé hasta que llegué al máximo de los dieciocho años.

programado para otro, probablemente deseando que tenga algún secreto inconfesable que le diré a la periodista más caliente que tienen que ofrecer. —Tengo tiempo para una más. Hazla. —¿Qué te metió en la fotografía? Más importante aún, ¿cómo llegaste a donde estás hoy? —Comencé fotografiando la naturaleza. No hay nada más hermoso que una cascada de agua sobre las rocas en busca de mal agüero o una puesta de sol desapareciendo en un campo exuberante. Entonces, un día, una hermosa mujer tropezó en mi pequeño estudio precioso pidiéndome un retrato de su rostro. Había tomado fotos de gente y era bastante bueno en las imágenes de graduación o retratos de la familia, simplemente no era mi pasión. Larga historia corta, ella fue tomada por un enorme organismo en Nueva York y mi carrera, lo que se ve hoy en día, comenzó. —Fascinante —murmura, tomando notas en un bloc de papel. —¿Eso es todo? Tengo otros compromisos para la noche. —Es una mentira, pero si no dejo esta entrevista, sólo va a seguir tratando de encontrar algo que no existe. No es que tenga un problema de pasar la noche con una mujer atractiva, pero jugar a las veinte preguntas hace de muy mal juego previo. —Tengo todo lo que necesito para el artículo. Me voy a ir a cenar, ¿quieres acompañarme? —Ahora, porque he estado alrededor de este tipo de mujer casi toda mi vida, soy capaz de tomar sus sutiles insinuaciones. Es un regalo que no muchas personas tienen. Llámenlo un talento, si se quiere. El cambio de su peso en la silla. El apretar los muslos cruzados. El rebote lento y calculado de sus pies, dirijo mi atención a sus tacones de aguja de quince centímetros. El ascenso y la caída de sus pechos que son empujados altos, rogando por mi mirada para desviar a su escote. El balanceo de la pluma entre sus labios entreabiertos color rubí. El daño en las profundidades de sus ojos color chocolate.

—Clarissa —susurra sin aliento—. Clarissa Daniel. —Me encanta este efecto que tengo en las mujeres. Es un don y una maldición. Por su bien, voy a terminar esto antes de que incluso tenga la oportunidad de empezar.

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—¿Cuál es tu nombre? —pregunto, inclinándome hacia adelante, dándole todo lo que hace pensar que estoy tomando el cebo.

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Me quiere. Me quiere mal.

—Clarissa, pareces una mujer guapísima. He leído tu trabajo; eres una periodista talentosa. Siento que es necesario que te diga que no mezclo los negocios con el placer. Nunca hago un hábito de tener una cena poco profesional con un contacto profesional. Nunca termina bien. —Oh. —Suspira en la derrota, su rostro calentándose más con cada segundo que pasaba—. Lo siento mucho, señor MacFadden. No me refería a eso. Sólo buscaba una oportunidad de llegar a conocerle mejor. Para leer el artículo, quiero decir. Nop. No lo hacía. Estoy casi cien por ciento seguro de que no trataba de entrar en mi cabeza. Es más como que trataba de darme un poco. —Es mejor que limpiemos el aire. Estoy seguro de que es mucho más fácil escribir un artículo sobre mí si tu opinión no está manchada por la conducta impropia. De pie y agitando su mano, la acompaño a la puerta. Mientras esperaba el ascensor, Clarissa se balancea hacia atrás y hacia adelante, mirando los números. Su malestar es obvio. Se muere por salir de este piso, salir del hotel y lejos de mí. Una vez que se ha ido oficialmente, serpenteo de nuevo en mi habitación del hotel, tratando de averiguar algo qué hacer esta noche. He estado en casa hace unos días y realmente no he salido ni hecho nada. Nicholas se está poniendo al día con su familia, por lo que lo saca de la cuenta.

Trato de resistir la tentación de ponerme en contacto con ella, no porque la echo de menos, pero porque ha pasado unos días desde que me he metido con ninguna. Para un hombre que está acostumbrado a una vez, a veces dos veces al día, por cuarto día mi decisión lleva bastante delgada. Visualizo la pantalla de mis aplicaciones en mi teléfono, me encuentro a mi versión de un pequeño libro negro que cataloga las mujeres que me parecen dignas de una segunda ronda, o

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Tengo que tener cuidado, estar en mi ciudad natal y todo. Ese viejo refrán "No cagues donde duermes" ciertamente se aplica. La única chica que he follado varias veces es Janelle, una chica que conocí hace unos años cuando servía en el bar donde Nicholas y yo solemos ir cuando estamos de vuelta en Indiana. Ella es una buena pequeña campesina que hace un infierno de una vaquera y una vaquera inversa incluso mejor.

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Siempre podía ir a un club o bar, tratar de encontrar un pedazo de culo para la noche. O podría llamar a alguien que he jodido antes. Decisiones, decisiones.

en el caso de Janelle, una séptima. El contacto de cada mujer se separa por ubicación geográfica, incluyendo una imagen, número de teléfono y su calificación en mi escala. Hace que sea un poco más fácil la búsqueda de un coño caliente por la noche sin tener que preocuparse por acabar con un laico muerto. Esta aplicación está convenientemente nombrada FB. No, no me estoy refiriendo a la red social; sin embargo, se disfrazó para verse de esa manera en caso de que mi teléfono lo robaran o hackearan. Fuckbook es únicamente para repetir volantes. Encontrando a la fotografía de Janelle, hago clic en ella y realizo la llamada. Mi número se muestra siempre bloqueado en el otro extremo opuesto, otra genial idea que los creadores de esta aplicación tuvieron. Dado que esto fue inventado, no tengo que preocuparme de cambiar mi número cada vez que corro a través de una nueva chica por segunda vez. —Hola —dice ella, respondiendo a la tercera llamada. Supongo que por ahora sabe cómo opero o tiene la costumbre de contestar números restringidos. —Oye, Twix. ¿Cómo estás? —Dex, cariño, te he echado mucho de menos. ¿Estás de nuevo en la ciudad? —Seguro que estoy. ¿Quieres que vaya por ti? —¿Dame una hora?

Llamando a la puerta, estoy más que sorprendido cuando ella aparece en el otro lado. Su rostro es tan hermoso como recuerdo; es todo lo que no ha

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A las diez y cuarto, salgo de mi coche y hago mi camino a su apartamento. Ha sido un buen año desde que la he visto la última vez y estaría mintiendo si dijera que no estaba preparado para este regreso a casa. Perra tiene un coño que se apodera de mi polla como un maldito vicio. Será la primera vez en mucho tiempo que he tenido un buen polvo dos veces seguidas. Dios sabe, últimamente, con la excepción de la chica en Francia, lo malo ha estado prevaleciendo al bien, y es mi polla la que sufre.

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—Voy a estar allí a las diez. Toma tu tiempo.

cambiado. No soy joven, por cualquier medio, pero doce meses han hecho mucho daño en ella. Las ojeras se alinean a sus párpados hinchados, sus raíces marrones muestran negligencia significativa en comparación con su rubio platino trabajo del tinte y se ha ganado un poco de peso, que tiene que ser por lo menos 9 kilos o menos. Sin embargo, sorprendentemente, no se ve del todo mal. Nunca he estado con las mujeres gruesas antes, pero la gordura en sus tetas y caderas me hacen cosas. Mi polla viene a la vida cuando pienso enterrar mi cara en su escote que se derrama hacia fuera en la parte superior de su sujetador. Cristo. ¿Qué demonios me está pasando? Soy un hombre que se centra en la belleza exterior de las cosas. Siempre en busca de las imperfecciones para ahogarlas. ¿Y ahora? No puedo esperar para estar veintiún centímetros dentro de ella misma. Realmente ha sido demasiado largo. —Te he echado de menos, bebé —arrulla, arrastrándome sobre el umbral por el dobladillo de mi camisa. Gruesa, hermosa y agresiva. Sí, estoy a punto de tener un gran tiempo para follar. Tan pronto como la puerta se cierra, no pierdo mi tiempo desinvirtiendo en la camisa de Janelle. Caminando hacia el sofá, me siento y la atraigo hacia mí a horcajadas. Agarrando una teta con cada mano, pongo a prueba su peso antes de rasgar las tiras hacia debajo de sus brazos y las copas de sus pechos. Capturo un pezón con la boca mientras que todavía tengo en mi mano al otro, prosigo a mordisquear y lamer hasta que su cabeza caiga hacia atrás y suaves gemidos escapan de sus labios.

Sin ninguna duda, desliza los pantalones negros ajustados por sus piernas, su tanga no se queda atrás. Desabrocha su sostén, que se desliza por su cuerpo, y queda en el suelo con sus otras prendas. —Mierda, te ves sexy, Twix.

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—Haz un striptease —le ordeno, empujándola fuera de mi regazo. Tengo que enterrar mi polla dentro de ella de una manera u otra, o voy a estallar.

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Esta nueva faceta de Janelle me tiene ganas de ver hasta dónde puedo llevarla. Muerdo con más fuerza en su pezón y ella está gritando mi nombre, empujando su pecho en mis manos, rogando por más. Aun así, sigo más, rodando y pellizcando su otro pezón con el pulgar y el dedo índice mientras ella grita hacia fuera, perdida en su propio cielo personal y mi polla dura como el infierno.

—¿Por qué siempre me llamas así? ¿Twix? Y tú acento se pone más sexy cada vez que te veo —pregunta ella, girando lentamente en un círculo, y me da una vista de primera fila de su culo. ¿Hoy por segunda vez? Tal vez está más grueso desde mi último viaje a casa y no lo he notado. Acento o no, sigue sacudiendo su culo en mi cara y voy a meter mi polla en él. —Te llamo Twix porque eres dulce como el caramelo. Ahora vuelve por aquí. —O tal vez es porque es más fácil llamar a todas las chicas un nombre o nada en absoluto. Me enfrenta y comienza a pasear en mi dirección. Su cuerpo, que solía ser más de líneas rectas, ahora luce curvas. Estoy casi seguro de que toda mujer debe ser obligada a tenerlas. Tomo mi cartera de mi bolsillo y lo pongo a mi lado en el sofá. Ella se coloca entre mis piernas, con una sonrisa coqueta en sus labios. Sé exactamente lo que puede hacer con esa boca. Me desabrocho rápidamente mi camisa y me quito la corbata. —De rodillas —exijo y cumple, casi emocionado que estoy siendo contundente. Parece que alguien ha estado leyendo sobre lo que se necesita para hacer un hombre feliz. Tal vez debería replantearme toda esa cosa del acuerdo de confidencialidad. Janelle parece ser el tipo de chica que le gusta encenderse por eso. Gracias a las novelas románticas eróticas. Los hombres de todo el mundo están cantando sus alabanzas.

Moviendo su mano de la base a la cabeza, un poco de semen brilla por un breve momento antes de que ella lo pruebe, tarareando en aprobación. Verla lamer la parte inferior de mi polla y luego abrir su boca amplia para recibirla toda, su reflejo nauseoso es inexistente, me toma hasta que siento la parte posterior de su garganta. Gruño en voz alta y sus labios se curvan hacia arriba. Esta chica está sonriendo contra mi polla. Me agarro de su pelo, empujándola

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—Así, Twix —digo, sin aliento. Quiero embestir hacia abajo su pequeña garganta, pero esta tomadura de pelo está haciéndome reprimir mis impulsos.

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Me muevo a deshacer mi cinturón y la cremallera pero sus manos me golpean lejos. Nunca rompe el contacto visual, lentamente baja la cremallera de mis pantalones, alcanza en el interior y con impaciencia saca mi polla. Acariciándome y lamiendo sus labios, casualmente sumerge la cabeza, agarrándola con la lengua.

hacia abajo hasta que sus labios alcanzan la base de mi polla, sólo para que ella deje escapar un gemido. —Mierda —le digo, mirándola sacudir el culo al aire. Acelerando el ritmo y el agarre de su mano en mi polla, estoy a punto de llegar cuando se desacelera y se ríe con una risa ahogada. La empujo hacia atrás y me chupa más. Jalándome de su boca con un pop, Janelle cae de nuevo a descansar en sus pantorrillas. De pie, golpeándose en la cara con mi polla, me arranco mis pantalones y calzoncillos hasta los tobillos, agarro un condón de mi billetera y me lo coloco. Janelle enjuga la humedad de sus ojos y las comisuras de la boca. Habiendo terminado con lentitud y con rutina, la tiro hacia abajo en mi regazo. De espaldas a mí y las piernas alrededor de las mías. Mira a escondidas hacia mí confundida hasta que la azoto en el culo, sólo para ver la reacción. Levantándose a sí misma un poco, Janelle posiciona mi polla entre ella y comienza a trabajar su camino hacia abajo, haciendo una mueca cuando estiro sus paredes. Al terminar con esta rutina, levanto mis caderas, golpeándola duro y profundo en su apretado coño. Agarrando sus caderas, la levanto, sólo para golpear duro mis caderas contra ella de nuevo. —Dios, bebé, eres jodidamente enorme. Dame un segundo. Y ahora recuerdo por qué es sólo un siete. No puede mantener la boca cerrada. Siempre queriendo cantar mis alabanzas y decirme lo grande que soy. Noticias de última hora. Esto acaba de llegar. Ya lo sé. Lo ha conocido desde que tenía diecinueve años y tomé una virgen para mi basura. No me juzguen. Todos los hombres lo hacen. Es un rito de paso o alguna mierda. —Calla, Twix, simplemente recuéstate y disfruta del paseo.

Con suerte, voy a ser capaz de terminar antes de que se la quite.

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Ya es suficiente. Rodando mis ojos, sigo empujando mientras ella se encuentra de nuevo en mi pecho. Al ver mi corbata en el brazo del sofá, la agarro y la envuelvo alrededor de su cabeza, a través de su boca, cerrándola efectivamente de una puta vez. Probablemente todavía habla, pero al menos no tendré que escuchar las malditas palabras.

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—Pero, bebé, oh, Dios. Eres el mejor que he tenido.

Trato de asegurarme de que me sale tan bien como le doy, me agarro de sus caderas, más apretado y empujo como si mi vida dependiera de ello. No hay tiempo para carreras largas de aquí. Tengo una misión que cumplir. Si no fuera por su apretado coño que siempre está húmedo como el infierno, cortaría su mierda. El sentimiento de conocimiento de mis bolas apretándose me consume. Todavía de la mordaza sigue en el juego y estoy en la línea de meta. Mentalmente me doy cinco, doy mi todo, incluso siendo lo suficientemente caballeroso para llegar abajo y masajear su clítoris. A través de la corbata, Janelle lloriquea, su coño palpitando alrededor de mi polla, sus muslos temblando contra los míos. Otra larga, dejando fuera un gemido de ella, y un gemido mío y ya estoy viniéndome en el látex. Misión. Completada. Dándole unos minutos para bajarse, espero antes de moverla de mi regazo. Tirando de mis bóxers y pantalones sin abotonarlos camino por el pasillo y en el baño para limpiar; ella es rápida. —¿Quieres otra ronda? —ronronea, subiendo en el mostrador, frotándose los dedos por su recién jodido coño hinchado. —Me llevaste al borde, Twix. ¿La próxima vez? —Lanzando el condón usado en la basura, agarro la toalla de la percha y me limpio a mí mismo. En mi camino de regreso a la sala de estar, paso por una mesa en el pasillo con los cuadros en la parte superior. El primero que veo es Janelle en una bata de hospital en celebración de un nuevo bebé. El chico todavía está cubierto de esa mierda blanca y la sangre. Un poco de mierda desagradable, pero no soy quien para juzgar. De repente tiene sentido por qué ha ganado un poco de peso y sus caderas son más anchas.

—Gracias. Esta noche está con mi mamá —murmura ella. Muy bien. No le pregunté, pero ¿gracias por la información? Sin embargo, para el registro, traté de ser agradable y no tratarla como la follada y corrida que es, pero, por supuesto, ella tiene una actitud y me ofrece más de lo que pedí. No importa. Mi problema, no el suyo—. Sabes que es tuyo, ¿no? —Bueno, espera sólo un maldito minuto. —¿Discúlpame?

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mí.

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—Felicidades —le digo, apuntando a la imagen mientras camina junto a

—Mi hijo. Bueno, supongo que es el nuestro. Tienes un hijo —dice, sonriendo. Sonriendo, me sacudo la cabeza mientras me abotono la camisa y mi corbata colgando alrededor de mi cuello. Me pregunto si le doy un poco de tiempo antes de que mate su feliz pequeña burbuja familiar. Nop. Nunca he sido uno para el recubrimiento de azúcar. Ahora no es el momento para empezar. —Lo siento, Janelle, no tengo hijos. —A pesar de que no voy a mimarla, trato muy duro para no ser un idiota. Me imagino que le doy un poco de dignidad antes de irme. Su ceño fruncido me lleva a creer que va a alargar esto y que va a terminar mal. Lo. Prometo. —Su nombre es Tony y es tu hijo. Me enteré de que estaba embarazada de unas pocas semanas después de que estuvimos juntos el año pasado. No hay nadie más que pueda ser. Tú eres su padre. —Esa mirada de suficiencia en su rostro, como si me tuviese acorralado, es casi suficiente para hacerme querer abofetearla, pero no lo hago. Esto está a punto de jugar fuera como en esos programas de entrevistas durante el día. Mujer grita “es su bebé. Usted es el único”. Y el hombre dice “no hay manera”. Prueba de paternidad determina que usted no es padre. Mujer pierde su mierda. El hombre salta de alegría. Está a punto de estallarme en la cara la misma mierda. La mecha se enciende, explosión en tres... Dos... Uno. —Siento decirte esto ya, Twix, pero no hay absolutamente ninguna manera de que sea mío. No soy su padre, o de cualquier otra persona. —El preservativo debe de haberse roto.

—¿Me estás llamando puta? —¿Si el zapato le encaja? No, demasiado pronto. —No, Janelle, no una puta. Sólo un poco delirante. No puedo ser su papá. Me hice una vasectomía hace más de seis años.

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Me pongo los zapatos y ato la corbata, ella debe haberme arrojado algo, pero sé que no lo logró, hay salpicaduras de vidrio a mis pies. No sólo puede no vincular a la persona correcta como el padre de su hijo, sino que no puede golpear un objeto fijo.

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Voy a romper algo.

El rubor arrastrándose hasta su pecho en su cara me hace sentir un poco mal, pero lo hice advertirla. Traté de darle todas las razones para poner fin a esta conversación, pero ella empujó. Y ahora, probablemente se siente tan estúpida como parece, allí de pie sosteniendo su camisa sobre sus pechos, tratando de cubrir la mayor parte de sí misma como puede. Mi sentimiento de culpabilidad se desvanece mientras un cenicero viene volando hacia mi cabeza, pero se estrella contra la pared alrededor de un pie de mi cara. —¡Sólo sal! ¡Fuera de mi casa! ¡No quiero volver a verte de nuevo! —grita, en busca de más cosas para no golpearme. —Por lo tanto, ¿debo llamar la próxima vez que esté en la ciudad? —pido con sarcasmo. —¡Vete a la mierda! —Voy a tomar eso como un tal vez. Que tengas buenas noches, Twix. Duerme bien. Y, oye, no pierdas peso. Esas tetas son jodidamente increíbles. —¡Fuera! Cerrando la puerta detrás de mí, estoy en mi coche y me dirijo a casa. Voy a hablar con Nicholas de esto mañana. No va a haber manera de que se vaya a querer perder esta historia. Ésta rivaliza con todo el resto. Bueno, casi. Esto va a quedar como la noche más extraña… por siempre.

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¿Yo un papá? Probablemente, aunque sería bueno para un cheque de manutención de menores considerable cada mes. Lo sentimos. No este tipo. Nunca yo. Traer hijos a este mundo jodido nunca es una buena idea. Nunca volveré a hacer eso a otro ser humano.

3 Traducido por Lore (: & Kariza Corregido por *Andreina F*

T

an pronto como estoy en la cama para la noche, duchado luego de mí visita con Janelle, hago la llamada telefónica que hago todas las noches antes de acostarme.

—Un poco tarde, ¿no es así, Dexter? —responde. Puedo escuchar la sonrisa en su voz. —Lo sé. Quería ver cómo estuvo tu día. —Todo bien. Como de costumbre. Llevé a Katelynn al parque y al museo. Nada demasiado emocionante. ¿Cómo estuvo tu noche? —pregunta sarcásticamente. —Una pérdida de tiempo. —Me rio—. Ésta decidió que yo sería el padre de su hijo. Me estoy volviendo viejo para esta mierda. —Ohhh, pobre chica. ¿Por lo menos la dejaste amablemente? Espera, no respondas eso. No tienes un hueso amable en todo tu cuerpo. —Quería, realmente quería, pero ella era demasiado. —Su risa llena el otro extremo de la línea, haciéndome sonreír. Puedo ver su cabeza echada hacia atrás y el resoplido que hace cuando está riendo como ahora. Mi mejor amiga. La única mujer que nunca he dejado, y espero que sea así.

verte. —Bueno, acuéstate. Te veré más o menos en un día. —Buenas noches, Dexter.

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—Sí, ven. No tenemos nada especial planeado. Sé que a Katie le encantaría

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—Bien, respira, Briar. Estoy volando a Rusia más tarde esta semana. Iba a ir a ver a los chicos por un par de días, ¿está bien?

Qué bien va a ser pasar el rato con Briar. La chica tenía una manera de mantenerme en tierra y concentrado. Probablemente porque tratamos de salir hace un par de años atrás, antes de que se casara, así que no estamos incómodos con el ambiente de “¿vamos a joder o no?”. Tuvimos nuestra diversión, pero no era adecuado para ninguno de los dos. Briar fue mi primera y única novia y ahora es mi mejor amiga. Mi roca. Todo pasa por una razón. Prefiero tenerla a mi lado más que a nadie.

Totalmente fuera de costumbre, me desperté poco después del mediodía. Estirando mis rígidos músculos, entonces alguien comienza a golpear la puerta del cuarto de hotel. Sí, es mi ciudad natal. Aquí es donde vuelvo después de estar trabajando por semanas. Pienso que esta ciudad es como mi hogar, pero no tengo casa aquí. ¿Cuál es el punto? Al menos treinta semanas en el año estoy en el terreno. Las otras treinta y dos semanas estoy extendido por ahí, nunca puedo hacer planes reales. No hay necesidad de echar raíces cuando no estoy seguro si es aquí donde se supone que debo estar. Lo acepto, amo Indiana, pero también me siento cómodo en la ciudad de New York e Irlanda. Todos esos lugares son completamente diferentes pero prestan cierta facilidad a mi apretada agenda. —Voy —grito, tirando de un par de pantalones de chándal y una camiseta sobre mi cabeza.

—Por favor, siéntete como en casa. —Agito mi brazo, invitándolo a entrar incluso después de que ya ha pasado. —Entonces, ¿qué mierda está pasando? Pensaba que querías tomar algunas fotografías de la tierra de tus abuelos hoy. ¿Ese ya no es el plan?

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—Hermano, he estado golpeando como por diez minutos y he llamado al menos unas quince veces. Me preocupaba que tu cita te hubiera atado a la cama para pedir rescate —dice Nicholas, empujándome y entrando a la cocina.

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Golpeándome el dedo del pie en la esquina del muro, cojeo el resto del camino hacia la sala de estar, giro la perilla y abro la puerta, ya cabreado de todo el día.

—Perdón, hombre. Dormí demasiado. Dame veinte minutos y estaré listo para ir. Una vez en la ducha, dejo el agua caliente correr por mi cuerpo, tratando desesperadamente de despertar. No tengo idea de por qué estoy tan atontado. Anoche no bebí ni tomé nada que me ayudara a dormir. Debe ser la descompensación horaria, sigo en el horario de Europa. —La reportera de ayer… su artículo sólo fue en marcha —grita Nicholas a través de la puerta. —No perdió el tiempo, ¿cierto? —Maldigo, es más y más rápida cada vez. Estos escritores no pueden esperar a tenerme en papel y en manos de millones de personas—. Léelo. —Mejor que me hubiera hecho justicia. La última vez fue tan rápido, toda la cosa era un trabajo de corte. El artículo pudo ser escrito mejor por un niño de quinto grado. —“Hace poco me senté con el infame Dexter MacFadden. Hablamos por horas acerca de su intrigante carrera, dónde comenzó y cómo llegó a donde está hoy. Todo es fascinante, pero realmente sé lo que estas esperando. Los detalles personales…”. Saltando fuera de la ducha y envolviéndome en una toalla alrededor de mi cintura, vuelvo al dormitorio donde Nicholas está sentado en el sillón sosteniendo su tableta. Con una sonrisa satisfecha en mi cara, me apoyo en la pared cerca de él, esperando oír el resto de este artículo. La periodista probablemente pensó que consiguió todos los detalles jugosos y publicó su pieza con las intenciones de ser la primera en descubrir algo.

Espero con impaciencia que Nicholas lea atentamente el artículo, me encierro metiéndome en el closet y me visto rápidamente esperando a que continúe. —Jodida mierda —grita Nicholas y oigo su tableta golpear el piso alfombrado.

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—Déjame terminar, será rápido. —Sus ojos viajaron hacia abajo por la pantalla mientras pasaba mis manos a través de mi cabello mojado. No estaría sorprendido si la reportera me hubiese dado unos golpes y Nicholas quiere estar seguro de que no sea tan malo. Las perras pueden ser soplonas. Se molestan por la cosa más pequeña y soplan fuera de proporciones. Luego otra vez, la manera en que las sacudo fuera… si esto sale mal no tengo a nadie a quien culpar más que a mí.

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—¿Quieres que te lo lea? —digo, divertido mientras Nicholas lee para sí mismo en vez de en voz alta.

Mi corazón baja a mi estómago y en mi cabeza comienzan a nadar todas las posibilidades. Nick no reaccionó de forma exagerada. He conocido al tipo por cerca de siete años y es el calmado entre los dos. Entro corriendo a la habitación, levanto la tableta del piso, preparándome para lo peor. ¿Desenterró información del pasado de mi padre? ¿Vínculos con las bandas irlandesas? ¿Encontró a mis tíos y ahora quieren dinero de mí? Voy a perder mi mierda si interfirió con mi familia, no he estado en contacto con ellos en años. No podía estar preparado para esto. Era peor que el peor caso. Todo lo que hice para protegerme a mí mismo de las miradas indiscretas del mundo cuando se trataba de mis actividades extracurriculares, fue todo por nada. Después de nuestro final difícil en nuestra entrevista, volví a mi oficina y comencé a buscar al Sr. MacFadden con más detalles que nuestro encuentro anterior. Me encontré con un grupo de medios de comunicación social dedicada a él y su marcado estilo de salida para sus encuentros de una noche. Nunca le habría prestado ninguna atención, pero una de las mujeres le nombró específicamente… ¿Cómo alguien me conocía? Me conocían como Dex. Nunca mi nombre completo de gobierno. Joder, esto es realmente malo. La reputación es todo en este negocio y si no la tienes, será mejor que empaques y renuncies. Tuve la oportunidad de obtener a la Mujer X en el teléfono, después de determinar con las pruebas de video que el hombre del que hablaba era de hecho Dexter MacFadden, pregunté con otras mujeres así…

¡Mierda! Estoy jodido. Completa y totalmente jodido.

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En sólo cuestión de tres horas, setenta y seis mujeres se han presentado alegando que han tenido relaciones sexuales con Dexter MacFadden. Estas mujeres, sus socias, con un alcance de apenas lo legal para el estatus en todas las áreas del mundo, llegando tan lejos como Asia y África. Tienen varias cosas en común: todas han sido llevadas a casa por el Sr. MacFadden y realizado actos sexuales. También, a todas ellas les han dejado una tarjeta al final de su “cita”…

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¿Video? ¿Cinta de sexo? No es posible. Tiene que ser alguien más. ¿Cámaras de seguridad en el edificio?

No puedo leer más. Sé que es lo que va a decir sobre mí. Olvida el hecho de que sólo me meto con apenas legales, solteras y dispuestas. Voy a ser como una especie de pervertido sexual. Un hombre que toma ventaja de esas mujeres. —¿Cómo quieres manejar esto? —pregunta Nicholas, cavando por su teléfono en su bolsillo, listo para hacer lo que sea necesario. —Llama a Relaciones Públicas y ve cuál debería ser mi próximo movimiento. No quiero actuar irracionalmente, pero tengo un mal presentimiento sobre esto. —Justo cuando termino mi declaración, mi teléfono suena. Arrojándolo a Nicholas, toma la llamada en la otra habitación, dejándome lidiar con mis pensamientos. Tal vez no sea tan malo. Es una publicación bastante grande, pero podría decirle a mi gente que lo rechace diciendo que es un malentendido. ¿Que coloque una orden de silencio en toda la historia? Recostándome en la cama, mirando el techo, no estoy seguro de qué tanto me quedo en esta posición antes de que Nick regrese. Miro hacia él mientras se cierne sobre mí, con su rostro sombrío. Cierro mis ojos y comienzo a solicitar favores al Dios al que nunca antes le he hablado, comenzando con que esto sea una especie de chiste. —Dex —dice Nicholas suavemente. —Ahora no. Sólo necesito un minuto —Probablemente no debería esperar. Ese era Vlad en la línea. Canceló la sesión de esta semana. —¿Cómo ha llegado esto tan lejos ya? Esto no tiene sentido. —Me siento, tomando la tableta y poniendo mi nombre en el buscador.

Debería llamar a Briar y dejarle saber que no estaré volando a verla. Desde que no estoy yendo a ningún lado en algún tiempo cercano, relevo a Nicholas para que vaya a casa. Cuando estoy solo, contemplo qué es lo que voy a decir. Conociéndola, ya le dijo a Katelynn que estoy yendo.

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—He llamado a Cora y la puse en esto, pero por ahora, te sugiero que te calmes.

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No toma mucho para los resultados más populares, mi sitio web y mis licencias saltan primero. Después viene la inundación de la náusea mientras veo casi cincuenta sitios en los que circula la denuncia escrita por esa perra. Subestimé su alcance.

Cada escenario corre por mi cabeza, el resultado es el mismo. Briar estará más allá de cabreada, llamándome por algunas opciones de nombres y después me colgará. La única constante en mi vida por los pasados diez años está a punto de saber qué clase de persona soy en realidad, no la versión sin importancia que le doy. Yo: Oye, B, ¿aún estás despierta? Si, llámame marica si quieres. Un mensaje de texto me podría salvar de su ira, mejores amigos o no, podría cortar conmigo como ninguna otra. Briar: Sí… ¿viste ese artículo? Intenso. Yo: Esa es un poco la razón de mi mensaje. Ya no voy a salir fuera esta semana Briar: Katie estará molesta. Yo: Nick piensa que debería pasar desapercibido un poco. Briar: Sabes que puedes quedarte aquí… nadie sospechará. Nuestro propio escondite secreto. Pasando por su último mensaje, pienso que de hecho tiene razón. Si esto golpea en otro medio de comunicación y quieren investigar un poco más, ni un alma viva me buscaría en lo de Briar. Por supuesto, no es ningún secreto que somos amigos, pero nunca nos involucramos con el otro, a los ojos del público, no habría ninguna razón por la que estaría con ella. Todos probablemente asumirán que dejé el país y me estoy escondiendo en los Alpes o algo así. Yo: ¿Estas segura? No quiero poner a tus chicos fuera. Briar: Cierra tu jodida boca… lo sabes mejor. Empaca alguna mierda, toma un vuelo y te veré esta noche. Yo: Eres la mejor, B. Te veré esta noche.

Enviando rápidamente un mensaje a Nicholas, le pido recogerme en veinte minutos y él está de acuerdo. Aparentemente, pasó un rato charlando con el conserje sobre el último tema y no ha llegado muy lejos. Debí haberlo contratado como mi representante de Relaciones Públicas en vez de como mi chofer. Saco mi maleta, empaco lo suficiente para durar un tiempo, en su mayoría ropa para andar, desde que no debería andar correteando por la ciudad de Nueva

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Yo: De acuerdo. Adiós.

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Briar: Si… eres bienvenido. Trae a Ralphie. Katie lo extraña.

York. Podríamos haber tenido esto con bastante antelación si no hubiera sido hundido inmediatamente. Mientras llegue a lo de Briar antes de que la mierda se ponga muy fea, seré muy feliz. Con mis bolsas empacadas y en el vestíbulo, tiré del estuche de Ralphie del armario de enfrente del closet, levantándolo y colocándolo en el interior. Lo tengo de cuando era sólo un pequeño gatito y ha estado conmigo desde entonces. Cada vez que voy a Nueva York, lo llevo. Este gato sarnoso es más genial que cualquier maldito perro.

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Tal vez todo esto funcione. En realidad no he tenido vacaciones en algunos años. Un pequeño descanso no le hace daño a nadie.

4 Traducido SOS por Apolineah17 & Lolabayona Corregido por Sapphire

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or suerte para mí, Nicholas fue capaz de alquilar un vuelo privado de Indiana en un corto periodo de tiempo. El vuelo fue anormalmente extraño mientras me hallaba solo con mis pensamientos, tratando de averiguar una manera de salir de este lío. Pocas horas más tarde, aterricé en Teterboro, preguntándome cómo todo esto se salió de control tan rápido. ¿Un grupo de mujeres negociando historias de guerra? ¿A qué ha llegado este mundo? Agarrando mi bolsa y estuche de Ralphie, camino por las escaleras del avión y entro al aeropuerto. Terriblemente para mi sorpresa, Briar me esperaba en una de las sillas de plástico. No veo a Katelynn en algún lugar, pero estoy más que sorprendido de que no enviara a nadie a recogerme. En cambio, se arriesga a que la vean conmigo, lo que podría efectivamente eliminar mi modo encubierto. Sabía que debería haber hecho que Nicholas contratara un coche o algo así. —Te ves como una mierda —dice ella caminando a mis brazos y apretándome alrededor de la cintura. La abrazo también, me aferro a ella un poco más del tiempo que debería, agradecida por el rostro familiar. —Siento que sí. ¿Dónde está mi niña?

—Oye, estoy en tan bajo mantenimiento como lo ves, compañero. —Estoy seguro de que es lo que dicen todas las supermodelos. Frunciendo el ceño se pone una mano en la cadera y usa la otra para pegarme en el pecho.

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—¿Me pregunto a quién saldría? —digo en broma, inmediatamente estoy siendo golpeado en el estómago por una Briar enojada.

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—Con Michelle. Ella no durmió y decir que está de mal humor seria el eufemismo del año. Esa niña… algunas veces es una maldita diva.

—Ex supermodelo, no me hagas empezar, Dex. Tengo suficiente campo como para patear tu trasero. Pongo mis manos en derrota, retrocedo lentamente hasta que las comisuras de su boca se convierten en una sonrisa y niega con la cabeza. Se voltea a la puerta primero y yo la sigo arrastrando mis maletas detrás de mí. Esta va a ser una visita divertida.

La casa de Briar es impecable, aún más impresionante que la última vez que estuve aquí. Su estilo no puede ser rivalizado; Briar decoró este lugar con clase. Realmente se sacó la lotería cuando se encontró este lugar, tres dormitorios, dos baños, amplia sala de estar y una vista para morir. Uno pensaría que con dos mujeres viviendo aquí, sería como con volantes y femenino, pero eso nunca fue Briar. Al igual que yo, es una fan de las líneas nítidas y tonos neutros y tiene buen un ojo para el diseño artístico. Siempre me he preguntado por qué se dedicó a modelar en vez de la fotografía; habría sido maravillosa. —Siéntete como en casa —dice ella, lanzando su bolso en el sofá y caminando a la cocina—. ¿Tienes hambre? —Podría comer. —Estoy fácilmente distraído por las fotos que ha colgado en el vestíbulo. Briar podría ser una de las personas menos vanidosas que he conocido, por lo que tener las imágenes de su carrera de modelo mirando hacia mí es un shock para mi sistema. —¿Cuándo pusiste estas aquí? —pregunto.

—Eso espero. Tú las tomaste. ¿No te acuerdas? Mirando a la primera imagen, la memoria me golpea. —Estoy a punto de cerrar. ¿Desea hacer una cita? —le pregunto a la chica caminando por la puerta de mi estudio de dos habitaciones.

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—Son hermosos.

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—Mis padres las ampliaron, enmarcaron y me las enviaron. Algo para no olvidar de dónde vengo —responde ella, cambiando el tema.

—Voy a volver en otra ocasión—susurra, dándose la vuelta para caminar de regreso por la puerta. Si hubiera sido cualquier otro día o cualquier otra chica, probablemente la habría dejado irse, pero algo dentro de mí decía que debía hablar con ella y ver lo que quería. —Oye, espera un segundo. ¿Le puedo ayudar en algo? Lentamente gira hacia mí, su rostro se enrojeció y puedo ver visiblemente sus manos temblar mientras se aferra a una hoja de papel. —No sé si me puede ayudar, pero es el único fotógrafo en la ciudad. ¿Hace retratos de rostros? —¿Al igual que para las modelos? —En los tres años que he tenido mi estudio, nunca me han pedido nada como esto. La mayor parte de mi tiempo lo he gastado haciendo fotografías de paisajes y luego la ocasional sesión de recién nacidos o imágenes de graduados. No me opongo a la diversificación, pero no me parece que sea ese tipo de modelo, es casi demasiado inocente para esa industria. —Sí. Mi madre envió una de mis fotos a una de esas cosas llamadas “casting” y supongo que a una de las personas no le gustaba mi mirada. Envió esta carta y pidió fotografías del rostro. —Me entrega la pieza de papel arrugado. —¿Alguna vez has hecho algo como esto antes? —El rubor se abre paso desde sus mejillas, a la línea del cabello rubio y su esbelto cuello—. Tomaré eso como un no. Vamos a ver lo que podemos hacer. Tomándola de la mano, la llevo a la parte de atrás de la sala en la que tengo un lienzo creado, por lo general para esas sesiones de recién nacidos. Vamos a hacer que funcione. —¿Cuál es tu nombre, cariño? —Briar Kennedy —dice, mirando hacia abajo a sus pies.

—Gira a la izquierda y mírame por encima del hombro —le digo, viendo como con cautela gira hasta que está exactamente como la quiero. —¿Cómo, así?

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Pongo la cámara hacia arriba en el trípode, y mientras estoy mirando a través de la pantalla en la parte posterior, puedo ver exactamente lo que vio el director en ella. La inocencia es el señuelo. Es pura y dulce. Exactamente lo que esta industria va a necesitar en el futuro. Sólo pueden firmar contratos de esas anoréxicas adictas a las píldoras antes de que pierdan interés.

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—Briar, voy a necesitar que no seas tan tímida. Simplemente estate allí y sigue mis instrucciones. Te daré algo para usar.

—Perfecto —murmuro, el sonido de la cámara golpeando en rápida sucesión. El tirante delgado de la parte superior de su camiseta cae por su brazo. Llegando al otro lado de su torso con la mano opuesta, ella agarra la tela, arrastrándola de vuelta a donde pertenece. Eso es. Perfección. —Creo que lo tenemos. —Saco la tarjeta de memoria de la cámara, camino a mi portátil y cargo cerca de treinta imágenes que tomé en cuestión de minutos. —¿Eso es todo? Pensé que iba a tomar más tiempo —dice, pasando a estar detrás de mí, con la mano apoyada en mi hombro mientras se inclina para ver el monitor. —Nunca he tomado fotografías de rostros antes, pero creo que tengo la que es. Utilizando el dedo como cursor, para que se amplíe la miniatura. Cuando hago doble clic y lo llevo a tamaño completo, sé en mi interior que tenía razón. No hay mejor imagen para mostrar exactamente lo que esta chica, es sexy pero inocente. Dulce pero peligrosa. —Gua. —Deja escapar el aliento. —Sí. Más o menos. Guau. —Todavía no puedo creer que esa fue la foto con la comenzó todo esto —le digo, agitando el brazo ampliamente. —¿Lo sé, cierto? No creo que diría que cumplí dieciocho años cuándo las tomaste. —Se ríe, trayendo un plato de fruta fresca y dos botellas de agua en la sala de estar. Mientras que nos estamos poniendo al día, hablando sandeces sobre cosas que pasan y que no se relacionan con mi reciente desastre, Katelynn viene saltando por la puerta con el vecino.

—Te he echado de menos. ¿Quieres tener una fiesta de té conmigo y Leanne? —Miro a Briar, que está ahogando una risa. Inclinándome, le susurro—: ¿Pensé que el nombre del vecino era Michelle? —Leanne es su amigo imaginario. Síguele la corriente. No tengo el corazón para darle la noticia.

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—¿Cómo está mi chica favorita?

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—¡Dex! ¡Dex! ¡Estás aquí! —chilla, corriendo a mis brazos que la esperaban por ella.

Apretando a Katie un poco más fuerte, me agacho y agarro la caja en mis pies, poniéndola en el sofá al lado de nosotros. —Me encantaría, pero yo y mamimami estamos hablando. Estoy seguro de que si le preguntas a Ralphie, le encantaría acompañarte a ti y a Leanne. Tomando a Ralphie de su carrito de bebé, Katelynn le tira en sus brazos y se acurruca contra su piel suave. Si yo tuviera que hacer eso, sería un desastre silbando, pero con ella, es siempre lo mismo. Creo que podría ser su favorita si su ronroneo incesante fuese cualquier indicación. Después de que ella se escapa a su habitación, con Leanne y Ralphie en el remolque, Briar se excusa para conseguir situar al trío. Las cosas no han sido tan buenas para ella desde que Erik, su marido, murió. Briar terminó siendo recogida por una agencia de modelos bastante grande después de que envió los retratos que tomé. Dentro de dos años, estuvo en la portada de casi todas las revistas, pasarelas, caminando por todo el mundo y dándole el dinero suficiente para comprar este increíble apartamento totalmente. Mientras recibía merecimientos para reclamar esta industria, se aseguró de decirle a todos de mis habilidades. Sin Briar, mi carrera estaría probablemente en unos quinientos pies cuadrados de tienda. Todo lo que he logrado en los últimos diez años, se lo debo a Briar.

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Cuando la gente dice que lo tiene todo, Briar y Erik lo tenían. Desde el segundo en que sus ojos se encontraron, se enamoraron. Todo caía en su lugar y progresaba de la forma en que debería cuando estás destinado a la grandeza. Naturalmente, él se mudó a su apartamento ya que había sido liquidado, pero continuó trabajando en la fuerza policial en Newark, donde era un oficial joven y brillante. Recuerdo el día en que Briar llamó para decirme que estaba en camino a convertirse en detective antes de que cumpliera los treinta.

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Tratamos de salir durante ese tiempo, pero el espacio se interpuso entre nosotros. Siempre estuve fuera del país y no quería alejarme de Indiana de forma permanente y ella se sentía feliz en Nueva York. A las pocas semanas de que rompimos, conoció a Erik, su difunto marido, mientras salía con grupo de amigas. Ellos comenzaron a salir casi de inmediato y dentro de un mes o así, Briar se enteró de que se encontraba embarazada y Erik hizo lo honorable y se casó con ella. Briar eligió la familia sobre su carrera e hizo su último rodaje cuando tenía tres meses de embarazo de Katelynn. Eso fue hace un poco más de cinco años.

Hace dos años, Briar empezó a preocuparse por todo el dinero extra que llevaba a casa, pero él siempre le restaba importancia como si jugara a la lotería o algo así. Todo llegó a un punto crítico cuando el jefe de la policía se presentó en su puerta a las tres de la mañana una noche para informarle que Erik murió cumpliendo su deber. Sólo que no terminó allí. Obviamente, hubo una investigación y el departamento descubrió que Erik estaba sucio. La noche en que murió, se hallaba extorsionando a Chad O’Neil, uno de los capos del narcotráfico más notorios en Jersey. Erik irrumpió ilegalmente en la casa del cocinero de Chad, le disparó y trató de escapar con cerca de sesenta mil dólares en efectivo y más de diez mil en drogas. Lo gracioso; bueno, no realmente gracioso, pero el karma tiene una manera loca de encajar sus uñas en alguien, es que no fue uno de los matones de Chad quien asesinó a Erik. Fue la psicótica hermana de Chad, Bethany, quien lo asesinó antes de que incluso saliera de la casa del cocinero. Con toda la suciedad siendo sacada a la luz, los gastos funerarios de Erik fue lo que le quedó a Briar en lugar de su apartamento. Esa semana fue la primera en que yo visitaba Nueva York en más de un año. Erik no era el tipo de hombre que quería que su bella mujer modelo pasara tiempo con otro hombre, sobre todo el hombre que yo… era. En contra de sus deseos, pagué todos los gastos, sin escatimar en nada.

Así que, desde el día en que Erik murió, he tenido a Briar en mi nómina. Ella podría trabajar un par de horas al mes, pero tiene más que suficiente dinero para mantenerse a ella y a Katie viviendo la vida a la que están acostumbradas. Dirigir a los modelos no es una cosa fácil y no hay nadie mejor para mantener el circo bajo control que una antigua modelo. Briar ha salvado mi culo en más de una ocasión.

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Les prometí durante esa visita que no estaban solas. Briar trató de volver a trabajar, pero después de tener a Katelynn, no se hallaba en su mejor forma. Seguía siendo tan bella como el día que la conocí, pero las modelos en esta ciudad no tenían caderas anchas y un poco de carne extra en sus huesos. Estoy seguro de que ella podría haber tirado de algunas cuerdas con las empresas con las que trabajó antes, pero creo que tenía demasiado orgullo y probablemente dudaba un poco de sí misma con la forma en que su cuerpo había cambiado con los años.

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Independientemente del hecho de que Erik era un sucio hijo de puta que casi arruinó a su familia con sus acciones egoístas, seguía siendo el padre de Katelynn y el esposo de mi mejor amiga. Él no se merecía la suciedad que enterraba debajo, pero estas dos chicas lo hicieron. Todavía lo hacen.

Esta vez no es diferente. —Voy a aventar mis cosas a la habitación de invitados —digo, caminando por el pasillo más allá del cuarto de Katie. —Sí, está bien. Sin embargo, puedes poner tus artículos de tocador en el baño. No necesitamos un accidente como la última vez. —Me río del recuerdo de Katie jugando con mi crema de afeitar tratando de darle al dulce y pequeño Ralphie un corte de cabello. Sí, aun así, ese gato adora a la pequeña mierda. Lanzando mi maleta sobre la cama, enciendo la televisión, preguntándome qué ha estado sucediendo en Nueva York desde la última vez que estuve aquí en el pasado. La voz de la presentadora en los tabloides de los programas de televisión resuena por la habitación, y me estiro por el control remoto para bajar el volumen cuando escucho lo que está diciendo. —Finalmente hemos sido capaces de contactar a uno de los representantes del fotógrafo internacional Dexter MacFadden. Si recuerdan hace unas horas, la Revista Person lanzó una historia esta madrugada de un escándalo sexual que se ha extendido por todo el mundo. ¿Un escándalo sexual? ¿Cómo demonios esto es un escándalo? No trataba de esconder nada que no fuera mi identidad para proteger a los clientes que he tenido y mi seguridad. No soy un político. No tomé un juramento prometiendo mantener mi polla en mis pantalones. En todo caso, esto es lo más alejado de un escándalo. Ni una sola vez rompí mi código moral profesional y follé a una modelo o diseñadora. Sentado en la cama, sigo escuchando a esta fuente informativa —si puedes llamarla así— manchar el nombre que he pasado toda mi vida adulta sacando del barro.

—El último lugar en que nuestro equipo fue capaz de rastrear a Dexter fue entrando a un campo de aviación privado en el Aeropuerto Municipal Freeman en Indiana. De acuerdo al Control de Tráfico Aéreo, fueron capaces de decirnos que el avión

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Malditamente cierto, vamos a presentar una demanda. No existía absolutamente ninguna razón para que esta historia haya salido a la luz, sobre todo conmigo siendo entrevistado bajo el pretexto de un artículo creíble en lugar de la ruin exposición que realmente es.

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—Su equipo de Relaciones Públicas emitió un comunicado a través de la página web de Dexter indicado que estaría tomándose unas semanas lejos de la cámara, dejando que esta historia difamatoria se dispersara. También mencionaron llevar acciones legales contra la Revista Person, alegando que fueron negligentes con su hallazgo.

aterrizó en algún lugar de Nueva Jersey. Nuestra conjetura es que el Sr. MacFadden ha abordado o abordará un vuelo comercial al extranjero. Él twitteó hace dos días que se dirigía a Rusia a finales de esta semana. Esa es la primera buena noticia que he escuchado desde que todo esto empezó. Al menos piensan que estaré fuera del país y no en la ciudad. Tendré que permanecer fuera de la vista durante una semana más o menos, hasta que esto se aplaque, pero hay un ligero riesgo de que descubran que estoy con Briar y Katelynn. La última cosa que alguna vez he querido es traer esta mierda a su puerta delantera. Ya han pasado por demasiado. —No estás viendo esa mierda, ¿verdad? —pregunta Briar, atravesando el umbral de la habitación de invitados y apagando la televisión. —La prendí y estaba justo allí. Sólo quería ver cómo están jugando esto. Sé que soy un buen fotógrafo, pero nunca me imaginé que haría ese jodido espectáculo. Estoy seguro de que esto significa que lo he hecho. —Se ríe ante mi pequeña broma y comienza a poner mi ropa en los cajones. —No dejes que te afecte, Dex. Tan pronto como una de esas hermanas Kardashian tenga un bebé, se case… o se divorcie… la atención sobre ti se retirará. Es sólo una semana lenta, obviamente. Disfruta de tu tiempo conmigo y con Katie. Estarás de regreso en el camino, conquistando al mundo y a sus mujeres antes de que lo sepas. Caminando detrás de ella, la pongo en mis brazos, apoyando mi mejilla en la parte superior de su cabeza. —Sabes que eres la mejor, ¿verdad? —Pongo un largo beso en su cabello, apretando mis brazos alrededor de sus hombros. Acariciando mis antebrazos, suspira. —Sí, lo sé.

—Síp. Ordena y las encontraré por ahí en unos minutos. Salimos de la habitación de invitados juntos, me dirijo a su habitación para ducharme en el baño principal mientras ella se dirige a la sala de estar. Cerrando la puerta detrás de mí, abro el agua, dejando que se caliente y llene de vapor el baño. Decidiendo no afeitarme hoy, me desvisto y salto dentro. El aroma del gel de baño de flor de cerezo de Briar me golpea primero. Ha usado la misma marca

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—¿China?

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—Voy a tomar una ducha. ¿Quieres pedir comida? Tuve a Nicholas poniendo algo de dinero en esa cuenta que abrí para ti para que no puedan rastrearme por mis tarjetas de crédito.

por tanto tiempo como puedo recordar, a tal punto de que si capto un ligero aroma a cerezas, ella es la primera cosa en mi mente. Agarro mi pequeña barra blanca de jabón y la hago una espuma espesa, el fuerte aroma de cítricos y madera abrumando el olor de cerezas de Briar. Enjuagándome debajo del chorro, utilizo cualquier champú que Briar tiene aquí ya que el mío todavía está sobre la encimera. Las cosas a las que un hombre renunciará cuando se está muriendo de hambre, sobre todo cuando la entrega de comida china en la ciudad de Nueva York está en la línea. Voy a tener que arreglármelas hasta mi próxima ducha con mi cabello oliendo a coco y vainilla. Seco y vestido, entro a la sala de estar donde Briar y Katelynn están sentadas en un enorme edredón en el suelo con pequeños contenedores blancos llenos de comida y cubiertos de mesa al lado de ellos. Haciendo una pausa antes de que me noten, las observo… mi familia —la única familia que he tenido— disfrutando de sí mismas. El piso cruje debajo de mis pies y Katelynn es la primera en girar la cabeza. —Dexter, ven. Mamá dijo que puedo elegir la película esta noche. Vamos a ver Toy Story —dice, rebotando hacia mí, agarrando mi mano y arrastrándome de regreso al camastro en el suelo. Cuando está ubicada cómodamente entre Briar y yo, enciende la televisión y los créditos de apertura empiezan a reproducirse. Briar me pasa un contenedor de camarón en salsa satay y a Katelynn uno de arroz blanco. Tomando grandes bocados de mi cena, me golpea. Aquí es donde se supone que debo estar. Justo aquí, en Nueva York, con mi mejor amiga y su hija. No hay nada manteniéndome en Indiana además de una habitación de hotel fría y sin vida. Si me mudo a la ciudad, voy a ser capaz de pasar mi tiempo trabajando aquí y no viajando tanto. Y tengo una familia.

Lanzando su cabeza hacia atrás, con su largo cabello rubio colgando casi hasta el suelo, se ríe. —Por supuesto que lo eres. No esperaría nada menos de ti.

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—Estoy bien. No me importa ésta en realidad. De todos modos, siempre he sido parcial a Buzz.

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Briar se inclina hacia atrás y susurra—: No te preocupes, ella estará fuera tan pronto como se termine su arroz. Al parecer, no tomó su siesta con Michelle, así que tiene un poco de sueño atrasado.

5 Traducido por Apolineah17 Corregido por Nyssa

B

riar no mentía, después de veinte minutos de comer su último bocado, Katelynn cayó dormida, con la cabeza en mi regazo y los pies en el regazo de Briar. Esperé otros diez minutos para asegurarme de que se encontraba bien dormida antes de cargarla y llevarla a la cama, dejando que Briar la arropara y le diera un beso de buenas noches. De regreso en la sala de estar, empiezo a recoger la basura de nuestra comida y a doblar la manta, poniéndola sobre el brazo del sofá. Sacando mi teléfono de mi bolsillo, las alertas llegando a mi bandeja de entrada son sorprendentes. Parece que todos los blogs del país, y algunos en Europa, quieren hablar de mi vida sexual. Borro todas estas notificaciones, eligiendo abrir el correo electrónico de Nicholas. ¿Sabes lo que dicen de la retrospectiva de los veinte-veinte? Sí, bueno, debería haberla dejado lo suficientemente bien por sí sola y terminado esta maravillosa noche así… de forma extraordinaria. Lo siento, hombre, acabo de enterarme de que casi todas las sesiones que programaste han sido canceladas por los próximos seis meses. Estamos en ello. Un perfil bajo y me pondré al día contigo más tarde, dentro de una semana.

Nunca. Ni. Una. Vez. Follé. A. Una. Modelo.

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Si fuera un director de Hollywood follando a todas las actrices, no sería la gran cosa. Es casi lo esperado en la industria. Si quieres el papel, follas al director. El modelaje no es así. No contrato a las modelos, sólo tomo sus fotos; el cliente para el que trabajo hace toda la exploración. Y no olvidemos el factor más importante de todo esto.

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Eso es básicamente la esencia de ello. Estoy sin trabajo. No estoy seguro de cómo funciona todo esto, en vista de que tengo mi propia empresa, con mi propia marca. ¿Soy un desempleado? ¿O simplemente estoy sin empleo?

Nunca. Bueno, a excepción de cuando estuve con Briar antes de que la hiciera en grande. Desde el momento en que conseguí mi primer trabajo verdadero, nunca consideré tocar a una modelo. Mierda, Briar puede dar fe de ello. Es ella la que ha estado a cargo de todo el talento que tengo que fotografiar. Si hubiera follado a alguna y no hubiera descubierto la manera de conseguir ponerlas en una portada, ella habría oído de eso. Mi equipo de Relaciones Públicas habría escuchado de ello. Mierda, probablemente mi madre muerta habría escuchado hablar de eso. Alejo mi teléfono, suficiente, es suficiente por un día. Necesito descansar un poco y tratar de olvidar que este día ha pasado. Justo cuando me estoy preparando para ir a la cama, Briar viene caminando por el pasillo, habiéndose cambiado a un par de pantalones de algodón para dormir y una blusa sin mangas. Dios, todavía es hermosa. —¿Quieres ver una película? Todavía no estoy lista para ir a la cama — pregunta, dejándose caer en el sofá junto a mí. —Sí, eso está bien. Tú elige. —Sería una especie de movimiento imbécil huir de ella cuando me abrió su casa. Estoy seguro de que está aquí todo el tiempo sólo con Katelynn. Si el que vea una película con ella le da un sentido de normalidad, entonces lo haré. Eso es para lo que están los amigos.

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El brillante sol matutino golpea mis párpados a través de las cortinas parcialmente abiertas. Parpadeo lejos la somnolencia, estiro los brazos por encima de mi cabeza e intento mover las piernas. Bajando la mirada, la cabeza de Briar está descansando sobre mi estómago y sus brazos y piernas están envueltos alrededor de mis extremidades inferiores. Intento moverme para no despertarla, pero estoy atrapado… no me va a soltar al menos que esté despierta.

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Briar se desplaza por el menú hasta que encuentra algún tipo de película para chicas. No es lo que yo habría elegido, pero oye, no hay demasiadas mujeres que verían Bad Boys cada vez que salen en televisión.

—Briar. Despierta —susurro, empujando suavemente Lloriquea en respuesta, apretando su agarre sobre mí.

su hombro.

—Vamos, es hora de despertarse, perezosa. —Todavía nada. Renunciando a mis esfuerzos, pongo los brazos detrás de mi cabeza y llego a la conclusión de que simplemente voy a tener que esperar a que se despierte. Girando mi cabeza para buscar el control remoto, Katelynn está sentada en la otomana observando cada uno de mis movimientos. Con su cabello rubio rizado y los ojos azules más brillantes que alguna vez he visto mirándome, sus labios curvados en una sonrisa. —Bueno, buenos días, Katie. —¿Por qué tú y mami están durmiendo en el sofá? —Ah, la siempre inquisitiva mente de un niño de cinco años. —Estábamos viendo una película y simplemente nos quedamos dormidos, ángel. ¿Tienes hambre? Katelynn sacude entusiastamente su cabeza en un sí, saltando hacia abajo y corriendo a la cocina. Moviéndome a un lado, me las arreglo para liberar mi mitad inferior del agarre de Briar, quien sólo rueda para quedar de frente a la parte trasera del sofá y sigue durmiendo. No puede ser fácil criar a un niño por tu cuenta, así que si un par de minutos extra de sueño ayudan, puedo darle eso. Entrando rígidamente a la cocina, finalmente consigo el completo estiramiento que estaba anticipando antes. Katelynn está sentada en el borde de la encimera, colgando sus pies por la alacena, vestida en un camisón rosa claro, luciendo por completo como la princesa que es. —¿Panqueques? —pregunto y sus ojos brillan.

—Papá dice que no a los dulces antes del desayuno —susurra, hay tristeza detrás de sus ojos.

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Optando por la ruta más fácil, saco la mezcla de panqueques preparada de la alacena y la mezclo en agua mientras la parrilla se calienta. Viendo un paquete de chispas de chocolate en la parte superior del refrigerador cuando saco el jugo de naranja, las añado a la mezcla y Katelynn se ríe.

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Katelynn es una niña tan hermosa, la viva imagen de su madre. Me pregunto si Briar alguna vez ha considerado permitirle a Katie hacer algo de modelaje. Voy a tener que preguntárselo cuando se despierte.

—Nunca dijo nada sobre dulces durante el desayuno —dice Briar, despeinando el cabello de Katie y caminando alrededor de la cocina para tomar una taza de café. Afortunadamente, fue capaz de manejar la respuesta de Katelynn porque yo me hallaba perdido. ¿Cómo le hablas a una niña de cinco años sobre su padre muerto? No estoy seguro de alguna vez ser capaz de responder eso. —Mira, mami, Dex nos está haciendo panqueques. —Briar sonríe dulcemente hacia su hija. Moviéndose a mi lado, toma mi mano entre las suyas y la aprieta. —Gracias —murmura, guiñándome el ojo a medida que sorbe de su taza. Sé que no me está agradeciendo por la comida; es por los pocos minutos de tiempo lejos de la vida. —No hay nada por qué agradecerme. Necesitabas un poco de descanso y Katie y yo necesitábamos compañía. Por suerte para mí, mi abuela me enseñó cómo hacer panqueques. Las chicas parecen disfrutarlos lo suficiente para pedir una segunda ronda. Después de que todos hemos terminado de comer, Briar se pone de pie para limpiar la mesa, pero la agarro del brazo, asintiéndole para que se siente. Tomo a Katelynn de la mano y le pido su ayuda, la cual es felizmente obligada a dar. Una vez que el lavavajillas está cargado, Katie y yo nos reunimos con Briar en la sala de estar, donde ella sale volando hacia Katelynn para vestirla para el día. —Gracias por eso. Ha pasado un lago tiempo desde que tuvimos una buena mañana como ésta. Las dos estamos felices de que estés aquí.

—¿Podemos ir al zoológico hoy, mami? —Probablemente hoy no. Dex tiene que permanecer oculto por un tiempo. Tal vez la próxima semana. —Cuando el rostro de Katie cae y su cabeza se hunde, eso tira de mis fibras sensibles.

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Katelynn vuelve a salir de su habitación, vestida con pantalones negros elásticos y una blusa de color rosa fuerte, cargando un cepillo y cintas para el cabello. Sentada en el suelo, Briar empieza a peinar sus rizos rebeldes y a acomodarlos en una coleta.

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—No hay otro lugar en el que preferiría estar —digo honestamente.

—Está bien. Vayamos. Puedo manejar un disfraz o algo así. —No voy a dejar que mi situación afecte a esta pequeña niña. No ha hecho nada malo y yo no seré la razón por la que tenga que sentarse en casa disgustada. —¿Estás seguro? —pregunta Briar, mirándome nerviosamente. —También puedes cepillar su cabello, mami. Su cabello está despeinado como el mío —dice Katelynn. Mirando mi reflejo en el espejo a través de la habitación, Katie tiene razón, mi cabello está fuera de control. Despeinados mechones marrones cuelgan de mi frente, casi cubriendo mis ojos azules, y después de dormir en el sofá toda la noche, eso no me hizo ningún favor. De vuelta en mi habitación, saco un par de vaqueros holgados, una camiseta blanca, una sudadera con capucha negra y una gorra de béisbol. Si puedo encontrar un par de lentes oscuros, seré capaz de disfrazarme exitosamente lo suficiente para no ser fácilmente identificable. Vistiéndome rápidamente, estoy de regreso en la sala de estar, esperando a que las chicas terminen mientras meto mis pies en un par de zapatillas deportivas. —¿Estás listo? —pregunta Briar, peinando su cabello en una coleta también. Ella realmente debería volver a modelar. Veintisiete años de edad y no aparenta más de veintiún años en el rostro. Me uno al equipo madre-hija, estas dos podrían dominar todos los anuncios publicitarios con el fotógrafo adecuado. Y sucede que conozco a uno genial. —Sí, salgamos. Le envié un mensaje a Nicholas para que envíe un carro. Supuse que sería más fácil si no estábamos teniendo que ocultarnos mientras caminábamos.

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—Escucha, Briar —digo, poniendo una mano sobre su hombro y la otra debajo de su barbilla, pidiendo que me mire a los ojos para saber que lo digo en serio—. No estoy aquí para ser una carga. Si ésta fuera cualquier otra vez que me encontraba de visita, esto no sería un problema. No creo que vaya a haber un problema al ir al zoológico. Nadie está esperando que vaya allí, sobre todo con Briar Kennedy y su hija. Vamos a salir y tener un buen día. No voy a arruinarle esto a Katelynn al igual que cada vez que estoy aquí. Vas a dejarme hacer esto, ¿de acuerdo? Necesito algún tipo de normalidad mientras toda esta mierda está ocupada golpeando.

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—¿Estás seguro de que esto está bien? Simplemente podemos quedarnos en casa y ver algunas películas o algo.

No verbaliza su respuesta, sólo asiente en acuerdo, justo a tiempo para ver a Katie caminando por el pasillo, lista para un día divertido. —Vámonos, ángel, ven aquí. —Cargo a Katelynn, la pongo sobre mis hombros y me agacho cuando salimos por la puerta de su apartamento.

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Aquí está un día de diversión para olvidarse de todo el infierno que pasa en mi vida profesional.

6 Traducido SOS por Lipi-Lipi & Alysse Volkov Corregido por Sapphire

E

n el transcurso de la semana siguiente, todo parece estar bastante tranquilo. Los primeros días, mi teléfono explotaba cada mañana con las notificaciones de la historia, si quieres llamarlo así. Los reporteros están comentando sobre mi paradero, incluso yendo tan lejos como decirles a sus lectores que me han visto en diferentes zonas del mundo. Cualquier cosa para vender un artículo o suscripción, supongo. Sin embargo, Nicholas tenía algunas buenas noticias ayer por la mañana para mí. Una gran revista británica, que ha llevado la dirección clara de todas las tonterías, me ha pedido disparar su segmento de línea de otoño. Después de hablar con Briar anoche, ambos estamos de acuerdo en que tengo que hacerlo. Para así nada más demostrarle al mundo que no me escondo de ellos.

Briar lleva un vestido negro de coctel, escotado y está de pie en la mesa junto a la puerta tratando de meter los pies en unos incómodos zapatos negros de tacón. Ocultó su cabello hacia atrás de la cara, en cascadas por su espalda, la 1

Es una serie de televisión estadounidense, que se estrenó el 4 de abril de 2010, en Disney Channel.

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Alrededor de las siete, Katelynn y yo estamos sentados frente a la televisión, equipados con carne seca, latas de Coca-Cola y una bolsa de palomitas de maíz recién hechas, listos para nuestro maratón de Buena Suerte, Charlie1 cuando Briar camina por el pasillo hacia la sala de estar. Me asomo sobre el respaldo del sofá y tengo que hacer una doble toma.

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Briar me preguntó si podía cuidar de Katelynn durante unas horas esta noche. No estoy seguro de por qué sintió la necesidad de preguntar. Katie es mi amiga pequeña y me gusta pasar el tiempo con ella. He decidido que vamos a tener una noche de cita, de modo que Briar salió a la tienda para recoger algunas cosas que necesito para asegurarme de que la pequeña Katie tenga una buena noche.

crudeza del rubio choca con el negro del vestido. Su maquillaje, lo suficientemente sutil como para no saber si está realmente utilizando alguno en absoluto. Lo sé, pero, de nuevo, tengo un ojo experto para ese tipo de cosas. —Te ves hermosa, mami. Como una princesa. —Al parecer, no soy el único embelesado frente a Briar. La pequeña y dulce Katelynn está colgando de la parte de atrás del sofá, sonriendo ampliamente a su madre, y Briar está intercambiando esa mirada de afecto. —Gracias, bebé. No voy a estar fuera mucho tiempo. Vigila a Dex. No quiero que escape o se ahogue en la bañera —bromea, guiñándole un ojo a Katelynn. —Lo tengo. Soy una muy buena niñera, Dex. Estás a salvo conmigo. Empujando el hombro de Katie, me levanto del sofá y me encuentro con Briar en el vestíbulo. Con sus tacones, está a sólo unos centímetros más baja que yo y es capaz de mirarme a los ojos. Me resisto a la tentación de poner mis manos en su esbelta cintura, pero cuando me mira a través de sus pestañas, casi pierdo mi compostura. Casi. —¿Para dónde vas? Me imaginé que ibas a salir con las chicas por un rato, pero desde luego no es un atuendo para picar en Olive Garden2 —le digo, intentando una broma, pero ninguno de los dos nos reímos. —Realmente espero no ir a Olive Garden. Mike debe llegar a recogerme en cualquier momento y creo que vamos a este nuevo lugar en el centro. Los comentarios de él hasta el momento son excelentes.

—Está bien —dice llanamente, no haciendo contacto visual conmigo y moviendo sus pasos hacia la puerta—. Tengan una buena noche, chicos. Nos 2

Cadena de restaurante de comida Italiana Americana.

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—Eso es maravilloso. Buenas noches, y si me necesitas, estoy sólo a una llamada telefónica —le digo, tratando de echar fuera mi frustración. Espera. ¿Por qué estoy frustrado? Va a una cita, no es gran cosa, ¿no? Estar en esta casa sin todas las mujeres está haciendo algo para mis niveles de testosterona o algo así. Estoy empezando a actuar como una mujer celosa. ¿Celoso? Mierda. Comienzo a sentirme muy afortunado de que me ofrecieron ese trabajo en Londres. Necesito un cambio de escenario.

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¿Mike? ¿Quién coño es Mike? Llevo aquí una semana y nunca mencionó que salía con nadie, sobre todo un Mike. Mierda, he hablado con ella todas las noches durante casi seis meses, y nunca he escuchado ni una vez el nombre.

vemos en la mañana, Katie. —Sopla un beso a su hija. Mientras gira el pomo de la puerta, mira sobre su hombro y me da una sonrisa con los labios apretados. Su postura inmediatamente recordándome la imagen que cuelga en la pared adyacente, la que tomé el día que la conocí. Es más hermosa hoy de lo que era ese día.

Dos horas más tarde, Katie se desmayó en el sofá, con un pedazo de carne seca colgando fuera de su boca, mientras el episodio final de Buena suerte, Charlie se reproduce en la pantalla. Pausando la televisión, lo guardo para que ella pueda verlo en la mañana y la llevo a la cama. Una vez que está bien acomodada en ella, me dirijo a la habitación de Briar para tomar una ducha y prepararme para dormir. Estoy un poco preocupado de que no haya vuelto todavía, pero es una chica grande, estoy seguro de que puede manejarse a sí misma. Enciendo la aplicación de música en mi teléfono, los sonidos de The Clash cantan a través de los altavoces suavemente mientras me ducho.

En algún lugar entre jugar Candy Crush y rondar el Twitter por aburrimiento, me las arreglo para dormir, todavía en la cama de Briar, sólo para ser despertado cuando el lado opuesto de la cama se sumerge con su peso. La

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Entre más tiempo Briar permanece desaparecida, más me preocupo. Contemplo llamar a su celular sólo para asegurarme de que está bien, pero luego me recuerdo que tengo un pene. Mientras me desplazo por mi correo electrónico, algo no se asienta bien conmigo. Es probable que sea por la cantidad de enormes proporciones de mensajes sin leer que tengo y no tiene nada que ver con el hecho de que Briar ha estado fuera un tiempo muy largo con un chico del que nunca he oído hablar antes.

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Cuando he terminado, casi esperaba que Briar estuviera en su habitación, pero al entrar, está de la misma manera que la dejé. Después de secarme, me deslizo en un par de pantalones de chándal y me acuesto en la cama de Briar, decidiendo si ahora es un buen momento como cualquier otro para ir a través de las notificaciones de hoy, sólo para estar seguro que no soy más el tema de conversación. Afortunadamente, al igual que Briar dijo antes, alguna celebridad ha conseguido su tercera conducción bajo la influencia del alcohol y todos las revistillas y canales están cubriendo eso, olvidándose un poco sobre mi viejo yo.

única razón por la que sé que es ella, es porque puedo oler el aroma persistente de cereza en la piel de su última ducha. No pudo haber sido un muy buen día si todavía huele a gel de baño y no colonia de hombre. Acostado allí, en algún lugar del estado en el que en realidad no estás durmiendo, pero todavía no estás despierto, debato entre levantarme de su cama y volver a mi habitación, pero algo me detiene aquí todavía. No físicamente, pero no me atrevo a dejarla por el momento. Siempre me sentía más cómodo cuando nos volvíamos a sentar en la cama y hablar de nada, pero todo al mismo tiempo. Rodando hacia ella, envuelvo mi brazo alrededor de su cintura, arrastrándola sobre el colchón a mi cuerpo y puse mi otro brazo bajo la almohada. —¿Tuviste un buen rato? —pregunto, queriendo que sepa que soy consciente de mis acciones. ¿A quién engaño? Ni siquiera estoy seguro de qué es lo que hago. Mañana no puede llegar lo suficientemente rápido. Tengo que conseguir mi maldita cabeza en el juego. —Fue agradable. La comida era excelente —susurra, acurrucándose más cerca de mí, poniendo su mano debajo de la almohada también, y rozando ligeramente contra mis dedos. Colocando mi cara en su cabello, inhalando el cálido aroma de vainilla de sus rizos, suspiro. Jesucristo. ¿Suspirando ahora? —Hace mucho tiempo desde que me abrazó un hombre. ¿Por qué cuando lo dice mi polla empieza a ponerse dura? No estoy seguro, pero es desconcertante. Desde que rompimos las cosas antes de Erik, hemos tenido una relación estrictamente platónica. Ni siquiera un mensaje de texto coqueto entre nosotros. Estas líneas borrosas rápidamente son preocupantes. No puedo volver allí con ella, pero no puedo ser yo mismo.

—¿No son serios, pero ha conocido a tu hija?

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—Sólo hemos estado en algunos momentos. Es un buen tipo. A Katie parece que le gusta. —Mi agarre sobre ella se aprieta cuándo menciona que le presentó a Katelynn.

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—¿Ni siquiera Mike? —le pregunto, pero no quiero la respuesta.

—Alégrate, Dex. No me asfixies, no hay necesidad para la maniobra Heimlich3 —bromea. No me parece muy divertido. —Voy a volver a mi habitación. Retiro mi brazo de su cintura, ella agarra mis dedos debajo de la almohada antes de que pueda sentarme totalmente, me retiene en su lugar. —No te vayas. Esto es bueno. Levántate, Dexter. Sal de la habitación. Ella no es tuya. No la quieres. Por desgracia, mi conciencia no está de acuerdo con mi cuerpo, y me echo hacia atrás, nuestros cuerpos juntos al ras. Estoy tan jodido. Me las arreglo para evitar que el brazo vaya alrededor de su centro, pero cae en la parte externa de su muslo y la cadera. Mis malditos dedos tienen una mente propia. Sin importar lo mucho que trato de poner mi palma de la mano y lo más platónico posible, esos dígitos malditos comienzan a frotar círculos ligeros en la piel suave. ¿Por qué no me deja salir? O, mejor aún, ¿por qué tiene que usar esos pantalones diminutos al culo? Estando así, con Briar, trae algunos muy buenos recuerdos para mí. Si las cosas hubieran sido diferentes, podríamos haber estado muy bien juntos. Tuvimos sexo increíble, una gran química y objetivos alineados, pero algo faltaba. Tenía que ser el amor, porque cuando lo encontró con Erik, todo hizo clic perfectamente en su lugar para ella. Ahora, no me malinterpreten. Me encanta Briar. Realmente lo hace, pero no de la forma en que un hombre debe amar a su mujer. Lo que tengo que ofrecer nunca habría sido suficiente para hacer que nuestra relación avanzara, y creo que ella lo sabía. En lugar de terminar en malos términos, los dos nos atribuimos a lugar equivocado en el momento equivocado.

Balanceando mi mano en un puño, creo que no podría ser capaz de permanecer aquí sin caricias. Por supuesto, entonces ella decide meterse de Llamada Compresión Abdominal, es un procedimiento de primeros auxilios para desobstruir el conducto respiratorio, normalmente bloqueado por un trozo de alimento o cualquier otro objeto. Es una técnica efectiva para salvar vidas en caso de Asfixia por atragantamiento. 3

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La única relación en que me veo a largo plazo, es con mi cámara.

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¿Pero ahora? Creo que no seré capaz de darle lo que necesita, especialmente después de lo que ha tenido con Erik. No importa qué tipo de polla tenia, se amaban con todo lo que tenían. Eran almas gemelas.

vuelta, frotando su culo sobre mi polla. Llámalo hábito o memoria muscular — como quieras llamarlo realmente— pero reaccioné, sumergiendo la cabeza a la piel expuesta de su cuello, justo donde se encuentra con su hombro, y los besos pican. —Dex. —Gime Briar y mi polla se dispara a la vida. Empujando mis caderas hacia delante, le muestro exactamente lo que me hace y cómo reacciona mi cuerpo al de ella. Arrastrando mis labios sobre su hombro y alrededor de su espalda, tomo mi mano de su muslo y levanto el cabello y trazo con mi lengua el único tatuaje que tiene. De manera que Briar gime y se da la vuelta para mirarme, colocando su pierna sobre la mía para estar lo más cerca posible. Nos quedamos así por lo que parecen horas, mirándonos a los ojos, casi como si estuviera midiendo mi interés. Ligeramente me inclino hacia adelante, lamo la costura de sus labios satinados entreabiertos. Cuando sus delicados dedos examinan su camino hasta mi estómago, pecho, hombros y finalmente encuentran un lugar de descanso en mi cabello, estoy oficialmente perdido. Clávame un tenedor, ya termino. Agarrando la parte inferior de su pierna, la subo aún más arriba en mi cuerpo y mis caderas para chocar con ella. Incluso a través de mis pantalones de dormir y sus pantalones cortos, puedo sentir su excitación. Sonidos de besos húmedos descuidados, llenan la habitación. Cada vez que tira de la parte trasera de mi cabello, mis empujes se convierten más decididos. Cada vez que me trago uno de sus suaves gemidos, mi mano en su pierna se vuelve más agresiva.

Haciendo mi camino por su cuerpo, hago una pausa en sus tetas que están más completas desde que nos separamos. Entierro mi cara entre ellas, disfrutando de la suavidad, dejando mis manos deslizarse hasta la cintura,

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—Por favor, Dex, ha pasado tanto tiempo —ruega, uniendo su cadera a la mía. Con la parte superior de nuestros cuerpos al descubierto el uno al otro, recuesto mi cuerpo encima de ella, moviendo los dedos por su cabello. Perdiéndome en sus confusos ojos llenos de lujuria, me encuentro con sus labios de nuevo, esta vez suavemente y con un propósito, olvidándome de los necesitados, besos descuidados de hace sólo unos momentos.

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Rodamos nuestros cuerpos hasta que Briar queda debajo de mí, me sitúo entre sus piernas abiertas y muevo los labios por su mandíbula. Se sienta demasiado rápido, casi haciendo que nuestras cabezas choquen, y retira su camiseta sobre su cabeza, lanzándola sin rumbo a través del cuarto.

enganchando los dedos en la cintura de sus pantalones cortos. Avanzo lento hacia abajo en la cama, ella levanta su mitad inferior, y me da acceso a quitar la tela de sus piernas. De repente me doy cuenta. Esta es Briar. Esta no es una chica cualquiera que he recogido y no me importa si alguna vez no la vuelvo a ver. Esta es una de las pocas personas con las que puedo contar. Estaría perdido sin ella. Dejo que mi cabeza caiga en su estómago, hundo los hombros y suspiro lo suficientemente alto para llamar su atención. —Dex, ¿qué pasa? —susurra sin aliento, sentándose y pasando los dedos por mi cabello. —No puedo. Lo siento. Me levanto de su cuerpo, descansando en las pantorrillas, las manos en las rodillas. Dejándome caer en la cama, ella cubre sus ojos con sus brazos y gime. —Voy a dormir en la habitación de invitados. —Deslizándome de la cama, me detengo en la puerta antes de salir, girándome para conseguir un vistazo más de la chica que nunca podré tener porque no soy lo suficiente hombre para ella. Briar rodó de su lado, tirando de la manta hasta el pecho. Es muy posible que haya jodido esto lo suficiente que nunca va a ser lo mismo. Tomando los pocos pasos a la habitación de invitados, me acuesto en la cama mirando al techo. Mañana será mejor. Voy a salir a la sesión del Reino Unido, que nos da cierta distancia antes de que tengamos que estar en la misma habitación. Podemos arreglar esto. Hemos estado juntos antes y fuimos capaces de superar una relación. Pero esto es diferente.

Sí, tengo que olvidarme de esto, y espero que ella también lo haga. No puedo perderla y a Katie; son todo lo que tengo. La distancia lo hará mejor. Cogiendo a una nueva chica me quitará la picadura. Sólo me siento de esta manera porque tengo las bolas azules. Una vez

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No quería joder a Briar. Quería hacer el amor con ella, tan cursi como suena. Quería estar tan profundo dentro de ella que podía sentir las vibraciones de sus gemidos resonando a través de su cuerpo. Quería estar dentro de su cabeza. Su corazón.

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Mierda, esta noche fue diferente.

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que esté nueve pulgadas de profundidad en una chica británica, pidiendo más en su acento sexy, todo el mundo estará bien.

7 Traducido por fmaryd Corregido por Nyssa

E

l despertar a la mañana siguiente es más difícil de lo que me imaginé. Incluso sin ver a Briar, sé que va a haber algo de tensión no resuelta en el aire. Con suerte, no afectará mi despedida y podremos despedirnos en buenos términos. Saliendo de la cama, me visto con ropa casual para viajar y empaco mis cosas. Usualmente me gusta tomar una ducha antes de abordar un avión, pero el pensamiento de estar en la habitación y el baño de Briar por un largo periodo de tiempo me deja con una sensación de persistente incomodidad en mi cabeza. Más que nada compraré nuevos artículos de aseo personal en el camino sólo para no tener que entrar ahí. Entrando en la sala, Katelynn está sentada en el suelo, enfrente de la TV, comiendo un tazón de cereal y viendo cualquier caricatura que pasan en la televisión. Suelto mi bolsa justo afuera del vestíbulo y me dejo caer al lado de ella en el suelo. —Tengo que regresar a trabajar. Vendré a verte pronto —digo, inclinándome para besarla en la cima de su cabeza.

—Sí. Lo sé. Yo también la extrañaría. Sin embargo, algún día, voy a ser una modelo para poder viajar por todo el mundo como mami solía hacer. —¿Qué te parece esto? Cuando regrese en un par de semanas, te tomaré algunas fotos, si está bien con tu mamá, y veré si conozco a alguna línea de ropa

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—Tan maravilloso como suena eso, creo que es mejor que te quedes aquí y cuides de tu mamá. Además, creo que te extrañaría si te fueras por mucho tiempo.

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—¿Puedo ir contigo? Mami dijo que ibas a Londres. Jamás he estado ahí antes. Puedo ser tu asistente y ayudarte con la cámara.

que esté buscando a una hermosa modelo de cinco años para mostrar su ropa de regreso a clases. —Dex —llama Briar, interrumpiendo mi conversación con Katie. El tono en su voz… no me gusta. Estoy como esperando saber si sobrepasé un límite con Katelynn y esto no es un tipo de frustración residual por los eventos de anoche. —Te veré pronto, ángel —digo, poniéndome de pie y caminando hacia la cocina donde me espera Briar, con el ceño fruncido—. ¿Qué pasa? —pregunto. —No crees que sea apropiado, no lo sé, ¿preguntarle a su madre antes empezar a ofrecerle un contrato para modelar a mi hija? Ella no está hecha para esta industria. Es demasiado amable y dulce. —Lo siento si me equivoco, pero tú también eres amable y dulce. Este negocio no te arruinó; de hecho, lo hiciste muy bien los últimos años que estuviste en él. ¿O se te ha olvidado? —No olvidé nada. Renuncié a mucho para entenderlo. No quiero eso para ella. —Apenas tenías dieciocho cuando conseguiste tu primer trabajo. Te fuiste de Indiana, lo cual es lo que siempre dijiste que querías. ¿Exactamente a qué renunciaste? Un color rosa tiñe sus mejillas y se da la vuelta, sirviendo más café en su taza la cual se halla casi llena. Agregando más crema y azúcar, después lo mezcla ausentemente con una pequeña cuchara, me mira de reojo a través de sus pestañas, frescas lágrimas llenando sus parpados inferiores. —¿En serio tengo que decirlo? —¿De qué diablos hablas?

—Ven aquí —digo, abriendo mis brazos y persuadiéndola para que vaya a ellos. Cuando me alcanza, la envuelvo en ellos, frotando su espalda—.

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No puede ser lo que piensa en verdad. Nos separamos por acuerdo mutuo. No me sentía herido ni con el corazón roto por eso. Sabía que era lo mejor. Acostarme con alguien más cuando me encontraba con ella era la última cosa en mi mente. Lo sabía, incluso entonces, que estaba jodido. No habría sido bueno en una relación porque no creía en ellas. Aún no creo.

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—Tú, Dex. Tuve que renunciar a ti. No existía forma de que pudiese viajar tanto mientras trataba de mantener viva nuestra relación. No habrías aguantado. Me habrías engañado y después no seriamos tan cercanos como lo somos ahora. Renuncié a ti.

Terminamos porque tú necesitabas más y yo no te lo podía dar. Hiciste una vida por tu cuenta. Encontraste a un hombre que te amó como tú lo amaste y crearon a ese hermoso pequeño ángel en la otra habitación. Nada fue un error, Briar. Anoche fue un momento de debilidad de mi parte. Lamento haberme aprovechado de ti y desearía poder borrarlo. Eres mi mejor amiga y no quiero perderte, ni a Katie. Finalmente, envuelve sus manos alrededor de mi cintura, enterrando su nariz en mi pecho e inhalando. —No lo lamentes. Fui yo. He estado tan sola últimamente. Confío en ti. Siempre lo he hecho. Supongo que creí que necesitaba algo de compañía y tú no me lastimarías. Lo lamento jodidamente tanto, Dex. No quiero que esto esté entre nosotros. Ahora que Erick se ha ido, tú eres todo lo que tenemos Katie y yo. ¿Me perdonas? —Otra vez, aquellos ojos azules conectaron con los míos, suplicando entenderla. Lo entiendo. Lo hago. —Vamos a enterrarlo en la alfombra como una metida de pata de ambas partes. Sé lo que necesitas, y estaría dispuesto a dártelo, pero no lo haré. No puedo arriesgar lo que ahora tenemos. También eres importante para mí. Esto significa demasiado. —De acuerdo —dice, apretándome una última vez antes de soltarme y agarrar su taza. —Vete a trabajar. Estamos aquí por si quieres visitarnos cuando hayas terminado. No te preocupes por nada; estaré bien. Que tengas un buen viaje. Sonríe dulcemente, tomando un sorbo de su café y se dirige a la sala con Katie. Sintiendo que hemos arreglado cualquier tensión que quedó anoche, tomo mi bolsa y digo un último adiós mientras me dirijo a la puerta. En la esquina, el auto que Nicholas mandó me está esperando, con un mensaje del mismo Nick, diciendo que me encontrará en Londres.

El vuelo a Londres fue casi sin ninguna eventualidad. Un poco de turbulencia y una hermosa aeromoza que se hallaba más interesada en que yo la

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Y justo así, la vida vuelve a la normalidad. Bueno, tan normal como puede ser mi vida.

introdujera en el Club de las Alturas4 que en llenar mi bebida, pero dentro de todo, fue una navegación tranquila. ¿O vuelo? Saben a qué me refiero. Tan sólo deseo haber estado en un punto de vista en que pudiera haber concedido sus deseos, pero desafortunadamente para ella, mis pensamientos aún seguían en Nueva York. Recibí el correo de la revista —estaré haciendo una sesión de fotos esta semana— completo con todos los detalles y mis disposiciones. La paga por este trabajo no es la gran cosa, pero estoy seguro que ya sabían que me despidieron de todos los horarios alrededor del mundo y me sacaron cuando vieron la oportunidad. En realidad, no los puedo culpar. Si hubiera estado en su lugar, probablemente habría hecho lo mismo. Negocios son negocios, sin importar que tan despiadado debas de ser. Sin embargo, tengo una gran ventaja. Me van a hospedar en uno de los hoteles más lujosos. ¿Quién sabe? A lo mejor llevo a una mujer ahí, dado que no hay por qué ser conservador con mis aventuras. Fiel a su palabra, Nicholas espera en el aeropuerto para recogerme. Disfruté mi tiempo con Briar y Katie, quitando la mierda de anoche, pero Nicholas es uno de mis pocos amigos y ha pasado tiempo desde que salimos. Con suerte, Londres no me decepcionará. Él y yo estamos listos para una buena noche en el pueblo, y qué mejor pueblo que éste. —¿Tuviste una buena semana de descanso? —pregunta Nicholas, tomando mi bolsa y poniéndola en la cajuela del coche. —Fue agradable. No he podido pasar mucho tiempo seguido con las chicas. Probablemente regresaré un par de días cuando hayamos terminado aquí.

—Hablando de coños, la sesión no es hasta mañana. ¿Deberíamos ir a buscar algo de talento? —pregunté, alzando una ceja.

Mile High Club, es el término utilizado para aquellas personas que han tenido una actividad sexual en pleno vuelo. 4

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Esto es lo que he extrañado. Lenguaje crudo. Es más difícil de lo que creen cuidar cada palabra que sale de tu boca cuando estas cerca de una niña pequeña. Es jodido, pero tener libertad para decir la palabra coño…es liberador.

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—Espera. ¿Dexter MacFadden va a ir a casa con una mujer… y una niña… cuando termine con el trabajo? ¿Qué te ha pasado, hombre? ¿Acaso también te creció un coño mientras te hallabas lejos?

—Damas y caballeros. No hay que preocuparse. Todo está bien en el universo. Dexter MacFadden empacó su vagina y se reacomodó su polla. Mujeres de Londres, cuídense, Dex está al acecho. Ambos nos metemos en el coche y nos dirigimos al hotel. Nicholas se acerca a la sección del aparcacoches cuando llegamos y tan sólo el exterior del hotel grita elegancia. Poniendo nuestras maletas en el carrito del botones, caminamos por la puerta giratoria. El interior de este lugar, me refiero a que sólo el lobby tiene un nivel de lujo que no verías en ningún lugar de Estados Unidos. Sillas de lujo de terciopelo rojo demasiado grandes colocadas en una mesa caoba, una gran escalera de caracol que llevaba al segundo piso, y el olor de dinero viejo son las primeras cosas que me llegan. En verdad voy a disfrutar mi estadía. Si se esforzaron tanto para impresionar por primera vez, no puedo esperar para ver cómo se ve la suite. Nicholas toma la delantera, registrándose con el conserje y obteniendo la llave de la suite con dos camas que la revista reservó para nosotros durante nuestra estadía. Cuando llegamos a la habitación, el botones no está muy atrás con nuestro equipaje. Nicholas se hace cargo de la propina mientras reviso la habitación. El área de la sala se asemeja mucho al lobby del que acabamos de venir. Las dos puertas en paredes opuestas, las cuales deben ser las recamaras, tienen los tallados más complejos en ellas, llevándome a creer que fueron rescatadas cuando el hotel fue remodelado, porque todo lo demás se ve más moderno. Escojo la puerta de la izquierda mientras Nicholas toma la de la derecha.

A Briar le encantaría esto absolutamente. No. No más Briar. De todos modos, no por esta semana. Este es mi tiempo para recargar las pilas y quitar cualquiera de esos sentimientos que pude

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Sacando mi cámara de la maleta, camino hacia la ventana que mira hacia Londres. Después de tomar un par de fotos —unas cuantas en mi cámara y algunas en mi teléfono— doy un paso hacia atrás y disfruto la vista. A pesar de que el clima no es tan bueno, Londres hace que el estar nublado se vea sensacional. Hago una nota mental para que Nicholas agende un poco de tiempo afuera para que pueda hacer unas tomas en el campo.

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Abriendo la puerta, estoy asombrado. Si alguna vez llego a comprar una casa, espero que así se vea mi recamara. Una cama tamaño King de cuatro postes, una entrada a un baño privado que incluso tiene un jacuzzi y una ducha, pero es la vista la parte más hermosa.

haberme traído de Nueva York. Es tiempo de reclamar mi tarjeta de hombre, como Nicholas dijo antes tan elocuentemente. Inmediatamente después de desempacar mi maleta, tomo una rápida ducha y me visto para salir, con pantalones de vestir negros, camisa gris abotonada, las mangas subidas hasta mis codos, y una chaqueta de lana gris arriba. Estoy abrochando mis agujetas cuando Nicholas toca la puerta. —Pasa –grito, abrochándome la chaqueta y revisando mi apariencia en el espejo. —¿Estás listo? Hablé con uno de los porteros, y dijo que hay un fantástico club justo a la vuelta de la esquina. —Vamos allá. Nicholas y yo salimos de la habitación, bajamos las escaleras, y adentrándonos en la noche. Casi olvidando que aún no comí hoy, meto a Nicholas a un pequeño restaurante pasando la calle del hotel para comer algo. No sería demasiado divertido ser un borracho sentimentaloide, y es exactamente lo que sucedería si trato de consumir alcohol con el estómago vacío. Cuando llegamos al club, el bajo de las bocinas vibra a través de mi cuerpo antes de que el cadenero abra incluso la puerta. Una vez dentro, el aire está cargado con energía sexual mientras la música fluye en la habitación. Mujeres vestidas escasamente se congregan en la esquinas de la habitación; sin embargo, la mayoría está en la pista de baile, balanceándose con el golpeteo hipnótico. Esto es exactamente lo que necesito para sacar de mi mente lo que pasó anoche con Briar.

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Ahora, sólo tengo que llevarla a mi habitación. Esta será una primera vez para mí, pero no hay manera en el infierno de que duerma en el departamento de alguna chica cuando tengo sábanas de algodón egipcio esperándome en el hotel.

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Inmediatamente encontrando a una morena sexy usando un vestido rojo a los hombros y una tiara, le asiento a Nicholas, haciéndole saber que he encontrado a mi presa por esta noche.

8 Traducido SOS por July Styles Tate & Carolina Shaw Corregido por Elizabeth Scarhood

―¿Q

uieres salir de aquí? ―pregunto después de terminar la tercera ronda de martinis.

No hace falta ser muy convincente para que quiera salir conmigo. A diferencia de cualquier otra mujer de antes, he jugado la mano que me han dado y es liberador. Sin ocultar mi identidad o mi profesión. Tan pronto como se enteró de que era el Dexter MacFadden, fotógrafo mujeriego, casi tuve que quitarla de encima de mi polla. ―Pensé que nunca lo preguntarías. ―Arrastra las palabras, obviamente después de haber tenido más de las pocas bebidas que compré para ella esta noche. Oye, no me quejo. Ofreciendo mi brazo, doblado por el codo, lo acepta y nos dirigimos hacia el guardarropa. Desde mi más bien corta conversación con Ella ―o es Emma― no sé cómo mierda es, pero he aprendido que esta noche está celebrando su reciente divorcio de una especie de magnate de las finanzas. Después de cuatro largos y dolorosos años de matrimonio, decidió dejarlo todo después de que lo encontró teniendo una aventura con el ama de llaves.

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Envío un texto rápido a Nicholas de que me voy, pero no me tiene que seguir por el momento. No está oficialmente en servicio hasta mañana por la mañana, así que voy a dejar que también tenga una noche de diversión. Ella, o Emma, y yo caminamos abrazados las pocas cuadras de mi hotel, sí, otra primicia para… mi… buen camino, se inclina sobre mí por soporte, para no caer en los excesivamente altos zapatos de tacón que lleva puesto.

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Estoy más entusiasmado con el hecho de que me he encontrado a una mujer que no va a querer algo más de mí que no sea la noche que está a punto de obtener. Saliendo de un matrimonio, esta chica sólo busca una polla para acomodarse dentro de ella. Mi tipo de la noche. Lo mío.

―¿Te quedas aquí? ―pregunta con asombro, estudiando el hotel. Entre su hermoso rostro y acento sexy, incluso si es un poco torpe, me está matando. Necesito llevarla arriba rápido. ―Sí. Vamos, me quedo en el piso veinte. Tengo una vista impecable de la ciudad. Una vez dentro del vestíbulo, quito mi brazo del suyo y coloco mi mano en la parte baja de su espalda, la dirijo hacia los ascensores. Cuando las puertas se cierran y la luz en la parte superior comienza a parpadear a medida que ascendemos, la tensión es palpable y estoy viendo de cerca los números, deseando que esta maldita cosa se diera prisa. ―Ven aquí, Twix ―le ordeno, sus ojos cuestionándome, mientras lame sus labios pintados de rubí. ―¿Twix? Le doy el discurso acerca de dulzura y dulces, algo que ninguna de las mujeres que he encontrado, incluido esta, puede resistir. Es un estúpido nombre, algo que se me ocurrió en un capricho una noche cuando me olvidé del nombre de mi pareja y lo único que me vino a mi cabeza era una barra de chocolate Twix, la misma que se hallaba situada en la mesita de noche de su apartamento. Desde ese día, todas ellas se han convertido en Twix. Usando un nombre de mascota, incluso como un idiota trozo de chocolate, es mejor que llamarla por el nombre equivocado, y seamos honestos... no puedo recordar el nombre de esta chica.

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No estoy exactamente seguro de la etiqueta cuando compartes este espacio con otros, pero a Twix no parece importarle, coloca su espalda a mi frente, su mano todavía en mi polla, y continúa manipulando mi cuerpo para su propio placer tortuoso. Reprimiendo un gemido cuando desliza su mano dentro de los pantalones y se apodera de la carne desnuda, inclino mi cabeza contra el cristal de la pared del fondo y tiro de ella más cerca de mi cuerpo para ocultar nuestras

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Caminando los pocos pasos hasta la esquina donde me apoyo en la barandilla de metal, ella coloca su pequeña mano sobre el bulto en mis pantalones. Rodando suavemente sus dedos alrededor de mi paquete, el elevador suena y las puertas se abren y empiezo a avanzar, sólo que no estamos en mi piso. Nos encontramos cara a cara con una pareja de ancianos vestidos de punta en blanco que caminan en el interior del pequeño elevador.

acciones. Nunca estuve en un voyeur5 de cualquier tipo, este juego es todo nuevo para mí, pero parece que para esta belleza no. Por suerte para mí, la pareja de ancianos sale del ascensor unos pisos más tarde. En realidad, fueron sólo por unos segundos, pero se sienten como mucho más tiempo. Por fin soy capaz de liberar el aliento que he estado conteniendo, cuando las puertas se cierran y estamos simplemente nosotros otra vez. ―Muy pelotuda, Twix. Sonriendo, mueve su mano más abajo, agarra mis testículos y realiza la misma acción de rodadura entre los dedos como antes. ―Hablando de bolas. Mi agarre en su cadera se tensa, y si no hubiéramos llegado a mi piso, podría haberla tomado aquí. Sólo que tengo tanta determinación en lo que respecta a las mujeres agresivas, especialmente las que tienen la capacidad de tenerme excitado que me siento como que si no consigo estar dentro de ella inmediatamente, dejaré de respirar. Lentamente, retira la mano de mis pantalones y los coloca. Juntos caminamos rápidamente a mi habitación. Tomo un par de segundos para sacar la tarjeta-llave de mi bolsillo, deslizándola en la puerta y dando la luz verde para entrar. Apenas consigo cerrar la puerta pateándola antes de que caiga de rodillas y empiece a deshacer mi cremallera. ―A mi habitación. Ahora ―exijo, apuntando a la habitación que estoy ocupando y ella accede.

Persona que espía o mira a escondidas a otras personas en situaciones eróticas para excitarse sexualmente. 5

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Sonriendo tímidamente por encima del hombro, hace su camino a la habitación. Estoy tratando muy duro para mantener mis pensamientos fijos en la forma en que su culo se desplaza mientras camina, mas el movimiento sobre el hombro, pertenece a Briar. Nunca habrá otra mujer viva que tenga esa mirada perfeccionada, e incluso Briar ni siquiera intentó que esa fuera su firma.

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Desenganchando el broche en su vestido de uno de sus hombros, deja que el delgado material se deslice por su cuerpo, juntándolo a sus pies, quedándose sólo en un sujetador negro a juego con sus bragas y las jodidas medias más sexy que he visto nunca. Ella, obviamente, sabía para lo que se vestía para cuando se preparaba esta tarde. Tienes que amar a una mujer que viene preparada no sólo para jugar, sino para ganar.

Sacudiendo los pensamientos del pasado de mi mente, me reenfoco en cómo Twix hace su camino hasta mi cama, descansando seductoramente contra la cabecera. Liberando lentamente los botones de mi camisa, uno por uno, estoy por los últimos pocos cuando sus manos se deslizan dentro de su tanga negro y comienza a hacer el trabajo que he estado pensando desde que la vi por primera vez. No, no, cariño, eso es por lo que yo estoy aquí. Moviéndome a un ritmo más rápido, me quito el resto de mi ropa y me uno a la diversión. ―Empezando, ya veo. ―Sólo me preparo. Ven aquí ―arrulla, palmeando la cama junto a ella―. Acuéstate, deja que Katie se encargue de todo. Yyyyyyyy hemos terminado. Me rindo. Lo dejo. Rodando al lado opuesto, colocando mis brazos sobre mi cara, dejé escapar un suspiro. De dónde traje a Emma o Ella, nunca voy a saber, pero tiene que tener uno de los pocos nombres que arruinarían completamente el estado de ánimo. ―O de esa manera, eso está bien para mí ―dice, arrastrándose hasta mi cintura, manoseando mi entrepierna. ―No ―le digo con fuerza, empujándola lejos. ―¿Qué quiere decir, no? ¿No me traes aquí para joderme? Mira, estoy aquí, medio desnuda, en tu cama, lista para ser follada. Espera, ¿necesitas algo para... ―Mira hacia abajo, levantando la ceja ante mi polla flácida.

Agarrando su vestido del suelo, se vuelve hacia mí. ―Esta fue la mayor pérdida de tiempo. ¿Crees que porque eres una especie de famoso fotógrafo

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Me doy cuenta de que su bolso está en el sofá, así que miro dentro, viendo exactamente lo que estoy buscando. Con mi teléfono, tomo una foto de su identificación. De esta manera, al menos, si la rumorología comienza batiendo de nuevo con historias de que mi polla no funciona, sabré quién lo empezó y seré capaz de demandar por difamación.

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―Mi polla está bien, gracias por la preocupación. Debes irte. Voy a textear a mi conductor para que te lleve a casa. ―Sentándome me las arreglo para ponerme en mis pies, colocarme de nuevo en mis pantalones y entrar en la sala de estar sin darle un segundo pensamiento. La oigo crujir alrededor en la habitación todavía, jadeando y resoplando entonces empieza a gritar en otro idioma, lo más probable español.

puedes tratar a las mujeres de esta manera? Estás muy equivocado. Y pensar que ni siguiera llegaste a ver lo increíble que era. Apuesto a que hubiera sido un diez. Me cuesta creer que hubiera sido algo mayor que un ocho, y ahora un seis después de esta rabieta. ¿Una pérdida de su tiempo? Sí, bueno, creo que puedo ver eso, pero qué debería haber hecho, ¿follarla? Una vez más, sólo mantuvo la boca cerrada. Estoy empezando a notar un hilo común aquí. Después de arrebatarme su bolso de las manos, y unos cuantas más indirectas creativas, abre la puerta y casi choca con otra mujer. Pensando que Nicholas ha traído a alguien de vuelta esta noche también, me muevo más cerca de la entrada de la sala para romper cualquier tipo de pelea de gatas que pudieran sobrevenir. Sólo una vez que veo lo que está en el otro lado de la puerta, soy yo quien podría necesitar un poco de ayuda. ―¿Briar? ―pregunto con incredulidad. ―Me mantendría en movimiento, cariño. Éste no está muy emocionado esta noche. No podía incluso mantener su polla dura ―gruñe Katie a Briar mientras hace su camino hacia el ascensor y atrapa el que Briar acaba de usar. ―¿Mal momento? ―pregunta Briar―. Dex ―dice en voz baja y no puedo formar ninguna palabra―. ¿Puedo entrar? ―Aún no hay nada. Conmocionado es un eufemismo. Estoy desconcertado que de todos los lugares en los que Briar podría estar esta noche, está en Londres... buscándome, nada menos. ―No debería haber venido. Lo siento. Que tengas una buena noche. ―Se vuelve a alejar, su pelo rubio fluyendo detrás de ella. Con el corazón desbocado, camino a la sala y cavo profundo para encontrar mi voz. Una vez que estoy seguro de que un ruido saldrá cuando hable, le grito—: Briar, espera. Vuelve. Briar se escabulle por el pasillo con su equipaje de mano al hombro. Mi mente se tambalea. ¿Por qué demonios habría de volar hasta aquí? Pudo haber llamado. Habría respondido y discutido lo que necesitaba por teléfono.

Dejando que todo el mundo se hunda, me siento al borde del sofá en el que se halla encaramada, y pienso en qué decir. Nunca he estado en una situación en

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―Sólo quería aclarar las cosas. Siento que te fuiste y no resolvimos mucho. Sólo quiero arreglar lo que sea que nos pasa. Eres todo lo que me queda, Dex. No puedo perderte sólo porque fui una estúpida.

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―¿Está todo bien? ¿Katelynn? ―pregunto mientras camina por encima del umbral y entra a la sala.

la que estoy sin palabras. Por lo general tengo algún tipo de respuesta ingeniosa o conocimiento perspicaz, pero ahora, estoy en blanco. Mierda. ―¿Debo irme? ―pregunta Briar levantándose del sofá. ―No. Sólo dame un segundo, ¿de acuerdo? No lo esperaba. ―Briar asiente y me abre la puerta, sólo lo suficiente para que me deslice fuera y cierro detrás de mí. Hago mi camino hacia abajo y al aire fresco de la noche. Necesito respirar por un segundo. Fue apenas hace diez minutos y yo me encontraba dispuesto a ir muy profundo en el interior de otra persona, entonces Briar aparece de la nada y me estoy volviendo loco por dentro. Emocionado de llegar a Londres, poner un poco de espacio entre nosotros, y ahora, lo único que quiero es estar ahí arriba con ella. ¿Qué demonios está pasando conmigo últimamente? Necesito resolver esta mierda o me volveré jodidamente loco. Después de una cantidad desconocida de tiempo, me dirijo al piso de arriba, listo para enfrentar lo que sea que ha traído a Briar a través de un océano entero. Tomando una respiración profunda antes de abrir la puerta, me recuerdo a mí mismo que hemos sido amigos desde siempre y no lo llevaré a cualquier otro nivel con ella. ¿Quién demonios dice que estoy bromeando? Cuando entro en mi habitación, Briar da vueltas por la habitación, poniéndome aún más nervioso de lo que era hace unos momentos. Al notarme, sus pies se detienen y sus manos dejan de dirigirse a su cabello. Las lágrimas parecen nunca acabar mientras corre a mis brazos. Tropiezo con el impacto, pero me recupero a tiempo para consolarla cuando las emociones se precipitan fuera de su cuerpo.

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―¿Perdonarte por qué? Vamos. ―Tomo su mano, agarro su bolso y tiro de ella hacia la habitación de Nicholas. No hay manera de que pueda llevarla de vuelta a la mía luego de tener a esa perra en mi cama. Hablar sobre la falta de respeto. Después de haberla conocido durante tanto tiempo, sé exactamente cómo se desenvuelve. Sacando el único quita-maquillaje que ha utilizado desde que la conocí, se lo entrego y Briar se va directo al baño para lavarse la cara.

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―No entiendo lo que me pasa ―dice separándose de mí y limpiando el rímel de sus mejillas―. Soy como una gran bola de locos. Por favor, perdóname. ―Levantando la mirada hacia mí a través de sus lágrimas manchadas, recorriendo sus pestañas maquilladas, Briar me da una débil sonrisa.

Mientras se limpia, miro más allá, viendo que no ha incluido o empacado nada para Katelynn. ―¿Dónde está Katie? ―Está con los padres de Erik. Les pedí que mantuvieran un ojo en ella, mientras venía aquí. Ha sido un largo tiempo desde que han pasado algún tiempo real con ella. Todos se sentían emocionados, realmente. Caminando a través de la suite, tomo las pertenencias personales de Nicholas que nunca desempacó y las coloco en mi antigua habitación, y las mías en la suya. Necesito recordar escribirle un mensaje de texto después de colocar a Briar, pero por ahora, hago una llamada a la señora de la limpieza y pido un cambio de sábanas para que Nicholas no tenga que dormir donde yo casi clavé a alguna vagabunda del bar. Al oír el agua seguir corriendo al otro lado de la puerta, me pongo a buscar su ropa para dormir. Al no ver ningún pijama en su equipaje de mano, saco una camisa mía del cajón y se lo entrego a Briar, aunque abro la puerta cuando el agua se detiene. Mientras se viste, me pongo un par de pantalones de chándal y me preparo para la charla en la que me dice por qué tenía que aparecer en Londres. Hablamos de lo que pasó. Decidimos dejarlo ir. Nada de esto tiene sentido y me hace sentir cosas que nunca he sentido. Briar emerge en el dormitorio, su rostro fresco y vestida con sólo mi camisa. Un sentimiento loco, animal de orgullo barre sobre mí, algo que me ahoga en su gratificación embriagadora. Incluso sin una pizca de maquillaje, la belleza natural de Briar eclipsa cualquier otra mujer que he conocido antes. Es impresionante... y vestida sólo con mi ropa. No puedo estar pensando en ella malditamente justo después de que casi tuve relaciones sexuales con otra persona.

―No lo sé. Cuando te fuiste, me sentí muy rara. Como que tenía que verte. Traté de ignorarlo, pero cuanto más lo hacía, más me volvía loca. Yo... no lo sé. ―Avergonzada, trata de ocultar el rubor en sus mejillas, y entierra la cabeza en su

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―Ven aquí ―le digo, sofocando mi arrogancia, acariciando el punto en la cama junto a mí. Acecha lentamente hacia mí, subiendo su pequeño cuerpo sobre la cama, y acomodando sus piernas desnudas bajo el edredón―. Bueno. Dime. ¿Por qué has venido hasta aquí? ¿Qué no podría esperar hasta que regresara o que no podrías sólo llamarme?

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Ten un puto agarre, hermano. Esta es Briar. No una zorra que recogiste. Muestra un puto respeto.

pecho y se desliza por la cama hasta que todo su cuerpo, a excepción de la parte superior de su cabeza está cubierta por la manta. ―Oye ―le digo en voz baja, engatusándola a salir de su escondite―. ¿Cuándo has estado nerviosa a mí alrededor? Sal de allí. Háblame. Estoy aquí, estás aquí. Lentamente, se asoma, con los ojos cerrados. ―No tengo idea de lo que estoy haciendo, Dex. ―Sacudiendo la cabeza, se ríe nerviosamente. Nunca la he visto actuar de esta manera. Esta es una totalmente nueva faceta de Briar, y es adorable. ―Has tenido un largo vuelo y yo un largo día. Tengo una sesión mañana de la revista; ¿vienes conmigo? Nosotros comeríamos después y trataríamos de averiguar por qué viajaste a través del Atlántico. Briar me ofrece una ligera sonrisa, se escabulle hasta el borde opuesto de la cama y rueda a su costado. ―Buenas noches, Dex. Cerrando la distancia, a pesar de que me siento como si tuviera que dejar las cosas como están, envuelvo mi brazo alrededor de su cintura y la acerco a mí. Incluso a través de mis pantalones de chándal, el calor que irradia su cuerpo me hace preguntarme lo que lleva puesto debajo de mi camisa. La única cosa que puedo pensar es que está absolutamente desnuda, ya que no le pasé su otra cosa que comienza con “t”. Hago lo imposible por ocultar la erección que comienza a crecer en mis pantalones, pero el esfuerzo es inútil. Briar ríe y sacude su cabeza. ―Si estás teniendo dificultades... no tienes que sostenerme, pero se siente muy bien estar en los brazos de un hombre, aunque solo sea por una noche.

Aun cuando las relaciones son para los cobardes, sostener a una hermosa mujer en tus brazos toda la noche es genial. La suavidad de su piel, el olor de su cabello, la forma en que su trasero presiona tu polla toda la noche... Sí. Puedo hacerlo en cualquier momento.

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―Es lindo. ―Y ahí va mi ego. Mi pene no es lindo; es una bestia... un monstruo... un arma de destrucción masiva... no un puto lindo. Aprieto mis labios, para así no decir algo estúpido y arruinar el momento, cierro los ojos y empiezo a quedarme dormido, sabiendo exactamente cómo se siente.

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Apretando mi agarre, presiono mi cuerpo tan cerca como sea posible. ―Lo siento por esto. Lo intenté, realmente lo hice, pero estás usando mi camisa y sin ropa interior. ¿Qué esperas?

La respiración de Briar se nivela antes de que me desmaye. Ronca suavemente, espera, raya eso, las mujeres no roncan, hacen ruiditos. ¿Cierto? ¿Quién demonios dice que estoy bromeando...? Está roncando. Briar debe estar completamente agotada. Antes, cuando nos quedábamos a pasar la noche fuera, siempre era el primero en caer dormido. Cuando estoy respirando su aroma de cereza, la puerta de la habitación se abre de golpe. Mierda. Nunca le mandé un texto a Nicholas. Levantando mi cabeza lo suficiente para hacer contacto visual con él, levanto mi mano de la cintura de Briar y pongo el dedo en mis labios, indicándole que se callara. Nicholas levanta una ceja. ―¿Te quedaste durante la noche? ¿En tu habitación? ¿Te sientes bien? ―susurra. ―Briar ―le digo en voz baja, apuntando hacia abajo. Riéndose mientras cierra la puerta, sé que tendré que explicarle esto en la mañana.

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Afortunadamente, la noche termina con la chica adecuada en mis brazos, incluso si no follé. De todos modos, es Briar con quien prefiero estar.

9 Traducido por Carolina Shaw & SOS por Lipi-Lipi Corregido por Andrea95

L

evantándome esta mañana después de haber dormido, el mejor que he tenido en un tiempo, deslizo cuidadosamente mi brazo de la cintura de Briar y la quito de debajo de la almohada y la estiro. Cuando mis dedos recuperan el flujo de sangre, salgo por el costado, y por primera vez, que yo recuerde, no me apresuro en vestirme y deslizarme por la puerta antes de que ella despierte. En realidad, es mucho menos incómodo de lo que pensé que sería. En vez de huir con el amanecer, me dirijo a la cocina para encender la cafetera. Mientras se prepara, Nicholas emerge de su dormitorio luciendo como si la muerte hubiera tocado su puerta, pero se rehusó a responder. ―Bueno, buenos días, sol ―bromeo, sirviéndole una taza y dejándolo sobre la encimera. ―¿Quieres decirme por qué cambiamos dormitorios? O, mejor aún, ¿cómo diablos está Briar en Londres?

―Ella no tiene herpes, amigo. ¿Crees que me follaría una perra con ETS? Sin mencionar, que fui tan amable de llamar a la ama de llaves para que cambiara las sábanas antes de que regresaras. ―Me estoy ateniendo a la quinta enmienda en eso, señor.

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―Entonces, ¿permites que duerma en esas putas sábanas? Amigo, no está bien. ―Su rostro se tuerce en disgusto mientras toma un sorbo de café―. Si tengo herpes, te patearé el trasero.

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―Briar acababa de llegar y no podía dejarla dormir en una cama en la que tuve una perra del club. Aunque no la follé, estuvo desnuda bajo esas sábanas.

―¿Qué te dije sobre esa mierda de señor? Cuando estamos trabajando, bien, si eso te hace feliz. En cualquier otro momento, no. Sólo malditamente no lo hagas. Niego con la cabeza molesto de cómo Briar viene entrando en la habitación, aún llevando sólo la camisa. Quiero saltar de la barra, coger una manta y envolverla alrededor de ella. No quiero que nadie la vea así, pero yo sí. Es mía. ¿Mía? Mierda. Aquí vamos otra vez. Tengo que conseguir un agarre. Estoy perdiendo mi maldita mente. ―Buenos días ―murmura, mientras se sirve una taza y se sienta en frente de nosotros―. ¿Sobre qué hablan tan seriamente esta mañana? ―Nada ―decimos Nicholas y yo al unísono. ―Debe ser jugoso. Ya que respondieron rápido a eso. ―Ríe Briar. ―Algo así ―susurra Nicholas, regresando a su habitación para prepararse para el día. Siguiendo el juego, dejo a Briar sola en la barra de desayuno para ducharme y cambiarme.

Briar ha decidido unirse a mí en la sesión de fotos de hoy, lo cual será un buen cambio de ritmo. Estoy acostumbrado a hacer todo por mi cuenta, ni siquiera teniendo a un asistente para ayudarme a cambiar la iluminación o ajustar una pieza de vestuario.

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¿Es posible que esta exposición me esté cambiando? ¿Me haga alguien diferente? Eso es todo lo que puedo pensar... que ya no soy la misma persona que era hace dos semanas. No estoy seguro de si me guste esto.

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Hoy de todos los días, mi primer día de vuelta al trabajo después del escándalo, es el día que estuve jugando Yo Nunca He Hecho, y estaría completamente destrozado por ahora, y son sólo las diez de la mañana. De pasar la mañana con una mujer que durmió conmigo, pero no follé, vestirme con ella... soy apenas capaz de funcionar con todo esto de las cosas domesticas que estoy haciendo.

Al entrar en la estancia en donde trabajaré hoy, es el misma tipo de publicidad que he hecho una y otra vez, el esqueleto de un edificio, con una sensación rústica, específicamente elegida para acentuar los elementos que se mostrarán. Es un concepto sabio y saldrá excelente en la impresión. Asumí que sería la verdadera revista con quien estaría trabajando, pero en realidad es una empresa de lencería que está recibiendo unas pocas páginas de publicidad. Esto podría ser exactamente lo que necesito para noquear a mis miedos, una docena de mujeres que llevan algo de la ropa interior más sexy que he visto en mi vida. Si sólo puedo evitar la sensación de incomodidad en la boca de mi estómago, probablemente debido a que Briar esté aquí, tendría un gran momento. ―¿Quién va primero? ―pregunto a la multitud de largas piernas, estómagos apretados y pechos turgentes. Además, para mi sorpresa, hay un hombre de aspecto muy deportivo de pie en el fondo usando nada más que un par de calzoncillos de seda. ―Dexter, lo lograste. Me preocupaba que no encontraras la ubicación. Henry Chalke — se presenta un hombre regordete que lleva un traje costoso, caminando hacia mí, y toma mi mano en un agarre firme. Intercambiando el gesto, mira por encima del hombro y se queda mirando a Briar―. ¿Es esa Briar Kennedy? ―Sí, señor. Es un placer conocerle. Su línea es hermosa —responde Briar, dando al hombre un rápido abrazo y alternando un beso en cada mejilla. ―Oh, bueno esto lo cambia todo. Dame unos minutos para reordenar mis pensamientos. Briar Kennedy. Aquí. En mi estancia. ―Sonriendo como un niño en un parque de diversiones, Henry se va con un ligero ruido a su paso, sacudiendo la cabeza con incredulidad. ―¿Qué fue eso? —pregunta Briar en voz baja.

―Tenemos un cambio de planes. He despedido a la mayoría de las modelos. Tanto la mía como la mandíbula de Briar caen.

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Unos momentos más tarde, vuelve a donde estamos montando la iluminación.

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―Al parecer le gustas. Sin embargo, no estoy seguro lo que planea. Sólo tienes que ir junto con él, ¿sí? No quiero arruinar todo esto.

―Estoy sorprendido, Sr. Chalke. Esas mujeres se veían hermosas en sus diseños. No estoy del todo seguro de lo que filmaré ahora. ―Eran hermosas por cierto, pero la Sra. Kennedy es impresionante. Es exactamente lo que tenía en mente cuando diseñé esta línea. Impresionante. Curvilínea. Una mujer de verdad que atrae a los hombres de verdad. Miro fijamente a Briar, quien parece enferma, como si pudiera vomitar en cualquier momento. Tirando de ella, la empujo con mi cadera. ―Briar no ha trabajado hace mucho tiempo. No sé si se sentirá cómoda de volver al campo. Sin embargo, depende completamente de ella. Observo a Briar tirar al piso las posibilidades en su cabeza; pesando la decisión. Es muy importante para ella... volver a introducirse en el modelaje, aunque sólo sea por esta publicidad. Luego de un par de conversaciones con ella antes en el pasado, sé que no se siente contenta con la forma de su cuerpo, incluso si es más bella hoy de lo que era la primera vez que la conocí. Es totalmente perfecta. Todos esperamos ansiosos de que Briar se decida y llegue a una conclusión. Después de lo que parecen ser horas, su pequeña voz aparece y una decisión ha sido tomada. ―¿Puedes comenzar con las mujeres que has dejado y permitirme pensarlo un poco más?

Al ver un par de medias negras y un liguero en el estante del armario, las agarro y entrego a Rowan. Con el telón de fondo y el vestidor siendo blancos, y el camisón y las bragas blancas, las medias negras harán un excelente contraste. Detectando un par de tacones de aguja de color rojo, los coloco al lado del taburete también.

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Rowan, una alta, delgada, mujer de piel oscura se encuentra cerca de un tocador junto a la ventana. Le ordeno a sentarse en el banquillo y gira su torso hacia mí mientras sus pies están debajo de la mesa. Arqueando la espalda, mira fijamente a mi lente con una mirada sensual en su cara. Esta mujer es una profesional. Ni siquiera debo decirle qué hacer. Esta es exactamente el tipo de modelo con quien me gusta trabajar, alguien que conoce las normas de la industria y juega al juego.

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―Podría hacerlo, sí. Dexter, podrías comenzar a trabajar con Rowan ―dice Henry, me despido y tomo a Briar de la mano para sentarnos en las dos sillas cercanas.

Me encanta cuando mi mente se pone en la zona y nada más importa, excepto el disparo perfecto. Y esta oportunidad será perfecta. Esto será una fábrica de hacer dinero. Sentirse mareado por dentro, como un niño que caminaba por las escaleras en la mañana de Navidad para ver un salón lleno de regalos, le doy a Rowan instrucciones de lo que me gustaría que hiciera. Después de agrupar la media en su mano, Rowan la coloca sobre sus dedos de los pies y la desliza lentamente por su pierna. Tan pronto termina, repite el proceso con la otra pierna, al mismo tiempo, que doy disparo tras disparo. Una vez que ambas medias se hallan en lugar, Rowan se levanta y bambolea el liguero por su cuerpo, abrochando las medias con los pequeños y delicados clips al final. Uno a uno, camina en sus tacones y gira su rostro hacia mí. El dinero del que hablaba hace unos momentos; eso es todo. ―Gracias, Rowan. Lo hiciste excepcional. ―Estoy en mi elemento; un trance casi irrompible, hasta que la voz de Briar interrumpe mis pensamientos. —Está bien. Lo haré. Eso fue asombroso de ver. Sería un honor para Dex fotografiarme. —Volviendo a la cara de Briar, la emoción que siento por ella está escrita por toda mi cara. —Brillante —dice Henry, estrechando sus manos juntas delante de su cara. Con sus dedos junto a su boca y la nariz, golpea sus primeros dígitos—. Espera. Voy a necesitar algo más. —Mira alrededor de la habitación, sus ojos finalmente descansan en el modelo masculino solitario en la habitación—. Tú —exclama—. Tú con ella. Será maravilloso. Por favor, cámbiate.

Henry piensa en mi propuesta, finalmente, asiente con la cabeza y me lanzan un par de pantalones de pijama de seda que coinciden con los boxers del otro tipo. Mirando la delicada tela en mis manos, miro hacia Briar que está ahogando una risita tonta. Mentí cuando mencioné que creo estaría mejor, artísticamente... Simplemente no podía imaginar a otro hombre poniendo las

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—Déjame estar en la toma con Briar. Artísticamente, creo que satisfaría mejor la imagen mejor que este chico —le digo, señalando los esteroides en las piernas.

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El tipo se mueve hacia Briar con una amplia sonrisa en su rostro. Sé lo que significa esa sonrisa... que la quiere en sus pantalones. Sintiendo esta abrumadora sensación de valentía masculina, digo las palabras que ni en un millón de años pensé que podía decir.

manos sobre Briar mientras estoy en la misma habitación. Sobre todo cuando ella va a estar usando ropa interior sexy. Entro en el vestuario improvisado después de una rápida carrera por el cabello y maquillaje, y empiezo a desnudarme, colocando mis jeans y la camisa de botones en una pila ordenada en la esquina. Cuando me deslizo en los pantalones, la seda fluye suavemente alrededor de mis piernas y la cintura, un poco de pánico comienza a establecerse en mí. Nunca he modelado antes, pero si es así como se siente antes de exponerte frente a una cámara, no me imagino haciendo esto otra vez. Afortunadamente, tengo aquí mi mejor amiga, que resulta ser una ex supermodelo, que me acompaña a través de esto. Una vez que estoy situado, procurando que mi polla no se ponga difícil de pensar en Briar con casi nada puesto, me paro frente al espejo. He tomado suficientes fotos de hombres atractivos en mi carrera; sé lo que la mayoría de las empresas encuentran bastante sexy para vender su producto. Incluso Henry tenía una idea diferente de lo que inicialmente vendería la línea masculina de sus diseños. De repente, me estoy volviendo demasiado crítico de mí mismo cuando comparo mi estatura a aquellos modelos que son buscados. Un poco más de seis pies, soy la altura correcta, pero me pregunto ¿si soy lo suficientemente musculoso... si mi cabello no es demasiado peludo... si mis labios son demasiado delgados... si mis ojos están demasiado ocultos por los párpados estrechos? Tengo que recordarme a mí mismo que no soy un modelo. Estoy muy lejos de ello. Soy el hombre que captura la belleza y la elegancia de una escena simple, no el tipo que es una parte de esa escena.

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—Te ves fantástica —le digo, reduciendo el movimiento de mi mirada fija en las piernas largas y delgadas de Briar hasta su estómago que no tiene una estría. Sigo mi camino hasta que mis ojos se dan un festín sobre sus magníficos pechos que son empujados en alto por el sujetador de encaje de color rosa que lleva puesto. Briar nunca ha sido una de bronceado, preocupada por las arrugas y el melanoma, pero la palidez de la vestimenta contra su cremosa piel hace babear mi boca.

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Recuperando la compostura y empujando mis propias dudas a un lado, hago mi salida de la zona de vestidor, sólo para encontrarme cara a cara con Briar. Donde estoy vestido con un fuerte color negro, el rosa pálido de su conjunto contrasta crudamente conmigo. Soy la oscuridad y ella es la luz. Tal vez el Sr. Chalke tenía algo de sentido común, después de todo.

Henry es un genio y tenía toda la razón. Es como que este par específico fue hecho expresamente para encajar en el cuerpo de Briar. —Gracias. ¿Estás seguro? Quiero decir, ¿realmente seguro? Me siento muy incómoda. —No te mentiría nunca. Estoy teniendo un tiempo difícil por aquí —le digo, ciertamente como un juego de palabras. No pierde mi insinuación, mirando hacia abajo a mi entrepierna, una sonrisa traviesa cruza sus labios. —¿Estamos listos? —llama Henry desde el estudio. Briar y yo confirmamos que estamos en nuestro camino. Siendo un caballero, le permito a Briar caminar delante de mí, así Henry puede ver exactamente lo perfecta que realmente es para el trabajo. Bueno, tal vez no tan caballeroso, quiero ver su culo cambiarse en las bragas de corte alto. Es un espectáculo glorioso. Lo suficientemente hermoso para tener a un hombre de rodillas. Rápidamente, saco el trípode de mi bolso y lo establezco. Decido no utilizar el temporizador de la cámara, para permitir al señor Chalke tener acceso al control remoto. No tendrá que tocar nada y el riesgo de atornillarse con el tiro, pero tiene la capacidad de capturar las imágenes que elija. Henry tiene una habitación establecida para el rodaje, y dirijo a Briar a sentarse en la cama para poder enfocar la toma. A través del disfraz de mi cámara, realmente la puedo mirar. Dice que se siente nerviosa por estar tan expuesta, pero a través del lente, cuenta una historia diferente.

—¿Estás bien con esto? —pregunto. Briar mira alrededor de la habitación, sonriendo y luego se deposita en mí. —Esto se siente realmente bien. Había olvidado lo mucho que amo el modelaje. Es como una segunda naturaleza o algo así. Se siente aún mejor que tengo la oportunidad de hacerlo contigo. Aquí voy sobre lo excitada que estoy;

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Moviéndome alrededor de la cámara, me uno a Briar en la cama y espero la dirección. Por lo general, soy el que ofrece la dirección, entonces permitir que alguien más lo haga es un poco desconcertante, pero liberador al mismo tiempo. Esperando a Henry, pongo mi mano en la rodilla de Briar y aprieto suavemente.

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Se ve cómoda... como excitada incluso. Ni uno de los pelos de punta, sin tic nervioso en sus músculos, una sonrisa fácil en su rostro. Dios, fue hecha para esto. El modelaje es su vocación y necesita sacar provecho de ello antes de que la industria diga que está lista, no marcharse cuando se encuentra en su mejor momento.

¿cómo estás? No te tomé como la clase de tipo modelo. Siempre me pareciste más seudo-artístico —dice riendo, colocando su mano sobre la mía. —Es un poco extraño estar de este lado de la cámara, pero estoy bien. Eso sí, no me dejes meter la pata. Nunca conseguiré que se olvide. Riendo, Briar me da algunos consejos para obtener a través de mi primera sesión de modelaje profesional. —Sigue la iniciativa del director. No te hagas creído. Mantén la vista fuera de la cámara a menos que expresamente lo soliciten. Y diviértete. Realmente no es tan difícil. —Dexter, necesito que te muevas en la cama, la cabeza en la almohada. — Hago lo que pide, me reajusto, tirando de la cintura de los pantalones un poco abajo para que queden montados en mis caderas. —Sra. Kennedy, puede maniobrarse en la parte superior de Dexter, con las piernas a horcajadas sobre su cintura. Sin dudarlo, Briar sigue su dirección y Henry parece satisfecho con la forma en que estamos posicionados. Cuando explica cómo quiere que la escena se desarrolle, Briar y yo nos miramos fijamente el uno al otro, casi pidiendo permiso. Asiento con la cabeza, enseguida ella.

Un matiz de culpa se instala en mi estómago cuando me doy cuenta que estoy tomando ventaja de esta oportunidad; colocando mis deseos por delante de todo lo demás, pero no puedo evitarlo. Tengo la mujer más hermosa que he visto en mi vida, casi desnuda, tumbada encima de mí, lo que me permite el acceso para hacer lo que he estado soñando desde aquella noche en su apartamento. Se siente muy bien... muy natural.

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Coloco las manos en las caderas de Briar, levanto la cabeza lo suficiente para besar la base de su garganta. Se mueve un poco, y me da un mejor acceso. Envuelvo mi mano en su cabello, le inclino la cabeza hacia atrás aún más, besando la larga columna hasta llegar a la barbilla, donde no paro mi exploración. Al soltar mis manos, ella trae la cabeza hacia abajo y capturo sus labios con los míos.

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Briar inclina su cuerpo hacia abajo sobre el mío y acaricia en mi cuello. El sonido del obturador me sorprende, pero no rompo la forma. Se nos dice rodar con ella, hacer que se sienta natural. Recordando lo que le han dicho a las modelos en el pasado, elijo seguir su consejo.

Al no recibir ninguna resistencia por parte de Briar, lamo la costura de sus labios, saboreando el sabor de su brillo de labios sabor a cereza hasta que ella ligeramente los separa, lo que me permite aún más el acceso. Dejando que mi lengua casualmente masajee la suya, mis manos dejan sus caderas y encuentran un nuevo hogar en su culo firme y tonificado. Amaso su carne con mis dedos, un pequeño maullido intenta escapar de sus labios, pero estoy aquí para tragar sus gemidos. Sintiéndome endureciendo debajo de ella, elevo mis caderas, mostrando lo mucho que me afecta, sólo para que se presione a sí misma hacia abajo sobre mí. Gimiendo, lucho con el impulso de darle la vuelta sobre su espalda, desprender el encaje, y darle lo que necesita para satisfacer sus ansias... mi deseo. Las manos de Briar vagan dentro de mi vestimenta de seda, agarrando todo lo que puede. Llego, palpando el broche de su sujetador, necesitando sentir su pecho desnudo sobre el mío. Cuando mis dedos trabajan al unísono para liberarla, una voz me interrumpe. —Excelente. Creo que tengo todo lo que necesito a excepción de unas instantáneas de la Sra. Kennedy sola. —Maldito Henry por sacarme de la mayor reunión conocida por el hombre. Si esto no fuera un trabajo pagado, o que tenía muchos otros en fila, le habría dicho a patear piedras y seguir por el camino que me encontraba. Briar se sienta de nuevo en mi cintura, ocultando mí siempre presente erección, y me mira profundamente a los ojos. Ambos de nosotros sin aliento, perdidos en el momento, olvidando que teníamos un público. —Sí. Está bien —le digo, sin romper el contacto visual con Briar, mis dedos se arrastran lentamente por su espalda. Tiembla justo antes de colocar sus manos en mi estómago para hacer palanca, balancea su pierna encima de mí y se sienta en el borde de la cama con las palmas de las manos sobre su frente.

Briar no se siente enojada con nadie; quería ir más allá, para continuar olvidando que teníamos a nadie más en la habitación con nosotros. Me quiere. Y yo la necesito. De la peor manera posible.

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Suspirando antes de bajarse del colchón, tengo ganas de hacer exactamente lo mismo. A medida que se mueve hacia el tocador donde fotografíe a Rowan antes, voltea hacia atrás, me mira, la lujuria y el deseo irradian de ella. Responde a mi pregunta.

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¿Está enojada? ¿Hacia mí? ¿Por conseguir llevarla conmigo? ¿Preocupada de que es su primera vez luego de años fuera del modelaje y se permitió envolverse en la pasión?

10 Traducido por Fiioreee & Lipi-Lipi Corregido por Andrea95

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e vestí rápidamente y tomé unas cuantas fotos fijas de Briar por sí misma antes de que terminara el día. Recibo una palmadita de Henry en la espalda y promesas de continuar los negocios, pero no puedo pensar en otra cosa ahora mismo que no sea conseguir que Briar vuelva a mi habitación de hotel. La forma en que sigue mordiéndose el labio me dice que estamos en la misma página. —Voy a enviar a la revista las imágenes tan pronto como consiga subirlas. Si necesitas algo más, por favor llame a mi oficina y ellos lo van a coordinar —le digo a Henry, agarrando mi equipo y en dirección a la puerta con Briar rápida sobre mis talones. Sí, definitivamente estamos en la misma página. Nicholas está esperando en la acera cuando hacemos nuestro camino fuera. Toma todo de mí, lo coloca en el coche e indica a Briar el asiento trasero. Para tratar de poner un poco de espacio entre nosotros, opto a sentarme en la parte delantera, con lo que gano una mirada confusa de Nicholas. —Sólo ve con ello. Regresa al hotel, por favor. —Sí, señor —dice él, reprimiendo una sonrisa.

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Volver al hotel es más rápido de lo que pensaba. Pensé que tendría más tiempo para contemplar cómo voy a hacer esto. Por un lado, tengo acceso a la Briar Kennedy, sexy modelo extraordinaria. Por otro, tengo a mi mejor amiga, Briar, con la que puedo dormir, pero probablemente arruinaría cualquier relación que tenemos. No estoy seguro de que puedo ser lo suficientemente hombre para irme si quiere empujar los límites de nuestra amistad. Después de lo que ocurrió

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—Una vez más, Nick. Mira lo que pasa —le advierto, sin apartar los ojos de la carretera delante de nosotros.

en la sesión de fotos, estoy bastante seguro de que caminaría sobre brasas para besarla una vez más, si eso es lo que ella quería. Por suerte, tengo a Nicholas en el ascensor con nosotros para cortar un poco la tensión. De pie en medio de Briar y yo, se ve entre nosotros con una expresión de lo sé todo en su rostro. Tiene que sentirlo; sería un tonto si no. Mientras sonríe, con la misma mirada, confirma mis sospechas. No estamos en la suite durante más de diez minutos, todos estamos sentados en el bar bebiendo botellas de agua, antes de que Nicholas se excuse diciendo que necesita irse fuera por un rato. Estar a solas con Briar es exactamente lo que no quiero, pero necesito desesperadamente. Todas estas emociones conflictivas empiezan a cansarme. Me siento como un hombre que espera su ejecución; tengo muchas ganas de disfrutar de esa última comida, pero tan pronto como lo hago, se acabó. Si se lo propongo a Briar y acepta, podría muy bien ser el fin para nosotros. Cuando la puerta se cierra con un clic y Nicholas está en el otro lado, Briar mira a su botella de agua, luego de vuelta hacia mí a través de sus pestañas gruesas oscuras. Sin decir una palabra, sale de la zona de la cocina y se dirige hacia el dormitorio que compartíamos la noche anterior. Al detenerse en el umbral, vuelve un poco la cabeza, coge mis ojos con los de ella y continúa a través de la puerta.

Mordiéndose el labio inferior, desliza los tirantes de su sujetador por sus brazos. Al no poder estar más lejos de ella, la tiro hacia mí, terminando el trabajo que empezó... en realidad, terminando lo que empecé en la sesión de fotos. Sintiendo su piel desnuda en la mía, mi cuerpo reacciona, no estando dispuesto a ser lento y paciente. Desengancho su sujetador, dejándolo caer en el montón de nuestra ropa y saco rápidamente mis boxers de mis piernas.

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Cerrando la distancia, sostengo la mirada, la agarro de la cintura de sus pantalones y cautelosamente los tiro hacia abajo de sus piernas. Briar utiliza sus pies para terminar de quitárselos y quita mi camisa y los pantalones de forma similar a como lo hice con ella. De pie a pocos centímetros el uno del otro, ambos sólo llevando la ropa interior, Briar se extiende y se gira hacia la ducha.

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Como si me hubiera poseído, me levanto de mi taburete y me muevo lentamente en la habitación donde ella espera en la puerta de entrada al baño. Briar confirma que la veo, de pie allí, esperando, y camina en el interior, de nuevo conmigo siguiéndola de cerca. Con los dos en el interior del baño, se saca la camisa por la cabeza, sin apartar su mirada de mí.

Agarrando mis dedos alrededor de la delicada cuerda delgada de sus bragas, en un solo movimiento, las arranco de su cuerpo. Recogiéndola suavemente en mis brazos, envuelve sus piernas alrededor de mi cintura, nos meto en la bañera, debajo del chorro de la ducha. Mis labios, actuando en su propio acuerdo, desesperados, buscan a los suyos. Húmedo y descuidado, el sonido de nuestros besos se hace eco en todo el baño, alimentando el hambre que tengo. Me siento tan necesitado de ella como ella de mí. Briar se frota a sí misma en mi ingle, jadeando en mi oído mientras poco a poco arrastro mis labios por su cuello y mordisqueo su clavícula. Cada vez que se desplaza en mis brazos, su coño se frota a lo largo de la longitud de mi polla, volviéndome loco. —Briar. Detente un segundo. —Su cuerpo se detiene. Levanto la cabeza para mirarla a los ojos, en busca de lo que desesperadamente necesito saber. ¿Está segura? ¿Sabe ella las posibles consecuencias de nuestras acciones? —Por favor —susurra, sosteniendo firmemente mi mirada, desenvolviendo sus piernas a mí alrededor y de pie debajo de la aspersión, el agua cayendo sobre su cuerpo perfecto. Poco a poco cayendo de rodillas, toma mi polla en la mano, acariciando desde la base hasta la punta. Mirar a Briar, en este estado, me tiene pensando cosas que no debería. Si tenía cualquier tipo de cordura se fue, podría dejarla tragar toda mi polla y disfrutar de ella todo el tiempo, pero no puedo. El pensamiento de ella en la misma posición que tantas otras antes que ella abarata el momento y se merece más que esto de mí. De cualquiera. Dando un paso atrás, tomo sus manos en las mías y la ayudo a volver a ponerse en pie. Maniobro salir de la ducha, la traigo conmigo, agarrando dos toallas para secarnos.

—Por supuesto que no. Este soy yo no queriendo tratarte como lo haría con cualquier otra persona, porque no lo eres. Eres especial para mí, y si por alguna razón esto arruina todo lo que tenemos, quiero saber... no, necesito saber, que lo hice bien por ti. No eres el tipo de chica que acaba de rodillas para complacer a un hombre. Eres la clase de mujer que tiene la capacidad de llevar a un hombre de rodillas.

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—¿Hice algo mal? —pregunta, casi incapaz de conseguir toda la declaración sin atragantarse con el nudo en la garganta.

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Con las mejillas enrojecidas, Briar me mira, las lágrimas en el borde de los párpados inferiores.

La mandíbula de Briar casi cae al suelo. Arrastrándola a salir del cuarto de baño y en el dormitorio, se sienta en el borde de la cama, sin dejar de mirar hacia mí. Inclinándose, la beso con propósito y determinación para mostrarle lo que vale, lo que debe esperar para el resto de su vida, incluso si no es de mí. Descendiendo por su cuerpo, me entusiasma la sensación de su piel suave bajo mis labios. Una vez en mis rodillas, empujo suavemente su espalda en la cama, donde se niega a recostarse completamente, apoyándose en los codos. Los ojos de Briar están centrados en mí mientras abre sus muslos lo suficiente para que ver los labios brillantes de su coño. Corro mi lengua por el interior de la pierna, parando en el cruce entre los muslos. Las comisuras de sus labios se convierten en una atractiva, sonrisa perezosa, dándome todo el permiso que necesito para continuar. Con mis pulgares, separo sus labios y arrastro lentamente la lengua en su apertura a su clítoris. Chupo el pequeño manojo de nervios a través de mis dientes, mi boca cubre la zona, alternando entre la succión y lamiendo. —Dex. Sí. No. Pares. —Jadea, una mano se traba sobre mi cabello, empujándome más cerca de su cuerpo, mientras que la otra la utiliza para el apoyo.

Al pasar por encima de ella, mi polla ya enfundada, me coloco en la entrada de su sexo, esperando mi señal. Briar levanta lentamente sus piernas por encima de mi cintura y abre sus hermosos ojos azules, y su perezosa, sexy sonrisa aparece de nuevo, dándome mi señal.

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Hablando de venir, no pasó mucho tiempo antes de que Briar se disparara como un cohete, ambas manos agarrando el borde de la cama, con la cabeza tocando el colchón mientras arquea su espalda en un ángulo imposible. Cuando el temblor definitivo de sus muslos finaliza, me pongo de pie, envuelvo mi brazo alrededor de su cintura y la arrastro hasta la cama. Rápidamente corriendo al baño, retiro un condón de mi cartera y vuelvo a la habitación, sólo para encontrar a Briar en la posición exacta que la deje, ser saciado hace algo a tu cuerpo y no puedo evitar sonreír con orgullo sabiendo que fui yo quien puso esa mirada en su rostro.

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Coloco un dedo dentro de ella mientras uso mi boca en su clítoris, rápidamente me di cuenta de que no mentía acerca de no estar con nadie en mucho tiempo. Mi pene se hace más duro que nunca, sabiendo que en algún momento, va a estar apretado con tanta fuerza por sus paredes. Casi me podía venir sólo de pensarlo.

Empujando con cuidado en ella, Briar se retuerce un poco por debajo de mí, con una expresión de malestar en su rostro, pero pasa lentamente mientras hago mi camino, centímetro a centímetro. Cuando nuestras caderas se encuentran, hago una pausa por un momento, dándole la oportunidad de adaptarse a mi tamaño. Briar, que todavía me mira fijamente, lame sus labios y tira de mi cabeza hacia la suya. Mordiendo mi labio inferior, engatusa mi boca abierta y me besa con tanta fuerza que estoy seguro de que nuestros labios estarán magullados por la mañana. —Y lo dices en serio —le digo, mi sonrisa tan grande que hace que mis ojos se entrecierren. —¿De qué demonios hablas? —Se ríe. Sintiendo el ligero movimiento de su cuerpo, tengo que decirme a mí mismo no venirme en este momento. Me había olvidado lo bueno que Briar se sentía alrededor de mi polla. Siempre tan apretada, aunque es aún más estrecha de lo que solía ser, y está tan jodidamente mojada. Es como estar en el cielo. —Cuando nosotros éramos niños, diría lo mismo cuando me besabas así. Esto sólo pasó por mi cabeza. —Todos estos años y tu recuerdas, pero yo no. Si es posible desmayarse con nueve pulgadas de verga dentro de mí, eso es lo que estoy haciendo. —Oh, ¿quieres desmayarte? ¿Cómo es esto? —Dirigiéndome hacia atrás, casi saliendo de su cuerpo, sólo mi cabeza permanece dentro de su calor, despacio empujo hacia ella, inclinando mis caderas hacia arriba para golpear a la pequeña maravilla de nervios.

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—Está bien, me desmayo. No te detengas. —Llora, tratando de molestar en mi contra por alguna fricción. Cuando no comienzo a moverme de nuevo, se pone inquieta—. Dex, vamos, por favor. Me encontraba justo ahí. —Beso la punta de su nariz, empiezo a empujar lentamente, tomando mi tiempo para disfrutar de su cuerpo. Voy a dejar que piense que jugaba con ella. Sería perjudicial para mi ego, admitir en voz alta que estaba a punto de venirme como un adolescente cuando sentí que sus paredes me sujetaban abajo como abrazaderas. Sí, guardaré esto para mí mismo.

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Un suave gemido lucha por salir de su garganta y sus piernas se aprietan a mí alrededor. —Sí te gusta eso, ¿eh? —bromeo, repitiendo el proceso hasta que puedo sentir que sus muslos comienzan a temblar. Detengo cada uno y todos los movimientos, bajo la mirada hacia ella.

Capturando sus labios, la beso suavemente mientras hago el amor con ella. Me abandono lanzando todo por la ventana, sabiendo que nunca voy a superar mis sentimientos por ella ahora que la he tenido. No quiero nada más que quedarme en este momento para siempre, pero a medida que su orgasmo se comienza a construir otra vez y mi polla se empieza a estremecer, ya sé que no va a durar más de un minuto o dos. Prolongando mi liberación mientras sea posible, la traigo al borde, dejándola ir esta vez. Cuando sus uñas llegan a mis hombros y rastrillan su camino hacia abajo, soy un caso perdido. Gruñendo cuando lleno el condón, su cúspide de orgasmo, y quito mis labios de los suyos, sólo entonces puedo oírla decir mi nombre en éxtasis. Incluso cuando mi erección comienza a desaparecer, sigo meciendo mis caderas en las de ella, porque no quiero que esto termine, pidiendo por un segundo aire que nunca llega. Sin embargo, eso está bien. Moriré como un hombre feliz sabiendo que por fin he encontrado a la persona con la cual disfruto de esta clase de actividad.

Acostado en la cama junto a Briar después de haber desechado el condón y la limpiara con una condenada toalla, todas las posibilidades atraviesan por mi cabeza. Esta podría ser para mí, y estoy de acuerdo con eso. Esa sensación que tuve en Nueva York, acerca de estar exactamente donde se supone que debo estar, pues ahora vuelve y más fuerte que antes. Tirándome más cerca de Briar, enrollo mi mano alrededor de su cintura, acercándola más a mí. Besando su cuello y hombro, suspira y su respiración comienza a disminuir.

—Espero que no. —Me río—. Estoy aquí por unos días y me encantaría si te quedas conmigo. —Puedo hacer eso.

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—Fue más que maravillosa. Fue fantástica. Algo que nunca olvidaré.

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—Esta noche fue maravillosa —le susurro.

—¿Y cuando volvamos a Nueva York, dejar la ciudad? ¿Volviendo a Indiana, o por lo menos a, algún lugar en el que Katelynn pueda tener una niñez como tú? —¿Puedo pensar en eso? —Sí, no hay prisa, sólo es una idea. Pensaba en... No he comprado una casa todavía. Tal vez podríamos elegir algo juntos. —El cuerpo de Briar se pone rígido y su respiración se recorta rápidamente. Tal vez debería frenar un poco. Estoy actuando como una chica con su primer novio. No quiero asustar a Briar. Tiene todo lo que lancé, me estoy precipitando y lo estropeé todo. Esto es demasiado. —No importa. Disfrutemos de nuestro tiempo en Londres y regresemos a

Nueva York. No puedo esperar para ver a Katie. Sólo ha pasado un día y la extraño como un loco —le digo, retrayendo mi declaración anterior. —Sí. Hablaremos de eso pronto, pero no ahora. No creo estar lista para saltar a algo serio, de todas formas. —Sentí que clavó un puñal en mi estómago, lo deje rodar fuera y tomar su consejo—. Llegaremos a conocernos el uno al otro como antes, y ver a dónde nos lleva. Por segunda noche consecutiva, es Briar que está en mis brazos y no podía hacerme más feliz.

Llamando a Nicholas, me paseo entre el rincón del desayuno y el sofá hasta que sale de su habitación. —¿Has visto a Briar? Se hallaba aquí cuando me quedé dormido y ahora se ha ido.

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Entro en el baño, sólo para encontrarlo vacío sin señal de que Briar estuvo en algún momento aquí. ¿Qué demonios? Sé perfectamente bien que no era un sueño. Subo por la cama y tiro la bata del hotel alrededor de mi cuerpo, me dirijo a la sala de estar. No, Briar tampoco está allí.

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Despertándome un poco después de las siete, totalmente preparado para ordenar el servicio de habitación más asombroso, me doy cuenta de que Briar no se encuentra en mis brazos. Más preocupante aun, su lado de la cama esta frío cuando trato de alcanzarla. Mi corazón se acelera y mi boca seca, se seca cada vez más.

—Escuché algo hace unas horas, pero no le presté ninguna atención a eso —murmura, limpiando el sueño de sus ojos. Recorro toda la suite, tengo las manos vacías. No está aquí. De vuelta a la habitación, me siento en el borde de la cama, con las manos en mi cabeza y trato de pensar dónde me equivoque. ¿Hice demasiado? ¿Dije demasiado? Actué como un idiota de “mierda” es lo que pasó. Sosteniéndome en el colchón, me muevo para ponerme de pie. Cuando una nota sobre la mesita de noche llama mi atención. Recogiéndola, leyendo las palabras que están escritas con toda seguridad en la letra de Briar, confirman mi temor. Se marchó. Se ha ido. Dex. Lo siento mucho. Simplemente no puedo. Hay tantas cosas del pasado que no han salido a la luz, que haría solamente daño a cada uno los involucrados. Fuiste mi primer amor y nunca me arrepentiré de eso, pero en este momento, necesitamos algo de espacio. Por favor no llames o escribas. Tengo que poner mi cabeza en su sitio y averiguar donde todo esto salió mal. Lo siento. Hablo en serio. B.K. Ruedo sobre las almohadas, me acuesto allí incluso después de que Nicholas entra en la habitación. Sentado a mi lado, curiosea el pedazo de papel arrugado de mis dedos y escanea rápidamente. —¿Quieres que vaya tras de ella? —pregunta, al ser el amigo que necesito que sea.

—Gracias, Nick, pero no. Briar nunca ha sido una de esas chicas que juega. Ella lo llama como lo ve, y así es como se siente. ¿Puedes apagar mi teléfono cuando te marches? Quiero estar solo por un rato.

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—¿Estás seguro, hermano? Ya sabes cómo son las mujeres. Dicen que quieren espacio, pero en realidad quieren que las persigan. Puedo hacer un par de llamadas y averiguar si todavía está en el aeropuerto.

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—No. Lo dejó muy claro. No puede salir de la clase de hombre que era antes de que me diera cuenta que quería estar sólo con ella y no puedo cambiar eso. No hay nada que pueda hacer, aparte de exactamente lo que pidió. Seguir adelante.

—No hay problema. Llámame si me necesitas. Estaré en la sala de estar. Voy a comprobar si puedo conseguir un vuelo más temprano a casa. Tal vez volver a tu rutina normal te hará bien. Sé exactamente lo que quiere decir. Quiere que vuelva a joder una nueva hembra cada noche. En este momento, no puedo comprender la idea de estar con nadie más que Briar. Sin embargo, voy a tener que terminar esto verdaderamente rápido, porque ella se ha ido.

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Briar salió de Londres con mi corazón en su equipaje de mano y no hay nada que pueda hacer.

11 Traducido por Lipi-Lipi & SOS por Kariza & July Styles Tate Corregido por Elizabeth Scarhood

D

espués de dos días en cama, sólo levantándome para ir al baño, por fin estoy listo para salir de ahí. Nicholas no fue capaz de conseguir un vuelo más temprano, así que he estado encerrado en este cuarto, preocupando a Nick hasta el punto en que se encontraba listo para llamar a Briar en mí nombre. Me dio mi teléfono y fue un error. La primera cosa que hice cuando salió de la habitación fue enviar un texto a Briar. Pasó una hora mientras miraba a la pantalla, esperando una respuesta que nunca llegó. Ya han pasado treinta y seis horas desde que el texto fue enviado y nada. Ella tomó su decisión. Obligué a Nicholas a salir un rato. Sólo porque estoy en un estado de ánimo jodido, no quiere decir que tiene que estar aquí conmigo. Estuvo de acuerdo, sólo porque amenacé su trabajo, y llamó a un viejo amigo suyo para reunirse para tomar una copa.

El lobby del bar es tranquilo y pintoresco. No muchas personas se reúnen a esta hora del día y sólo hay un poco de tiempo antes de que el camarero cierre la tienda para atender el servicio de la cena en el comedor. Sentado solo en la barra de caoba, hago mi pedido. ―Bushmills 21 en las rocas, por favor.

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Rápidamente me lanzo en una camisa y mis zapatos, salgo de la habitación y me dirijo hacia el bar del hotel. Si tengo un par de copas, estoy garantizado para llegar a dormir esta noche. Tengo un vuelo mañana en la tarde, así que todavía puedo tomar algunos de los paisajes como quise y luego volver a casa. Tal vez estando de vuelta en mi entorno en Indiana, seré capaz de pensar con claridad.

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No estoy seguro de estar listo para salir del hotel, así que decido que el bar del hotel va a ser mi agujero de bebida por la noche. Por mí está bien, pero tal vez voy a tener que alcanzar un poco de talento y utilizarlo para superar a Briar.

El camarero deja caer el paño que usaba para limpiar la barra superior y coge el líquido ámbar del estante superior, pone unos cubitos de hielo en un vaso corto y vierte la bebida. Esto es una cosa que me encanta de Europa, nunca tengo que especificar la cantidad que quiero, ya que son casi siempre muy generosos con su vertido. Deslizando la bebida a través de la superficie pulida, envuelvo mis manos alrededor del vaso y agito el whisky por un momento, perdiéndolo color miel antes de traer el borde a mis labios, dejando que mi nariz tome el delicioso olor. Una vez que el Bushmills golpea mis papilas gustativas, recuerdo cuanto me encanta esta bebida. ¿Qué importa si el sabor y el aroma de un buen whisky irlandés me lleva a algunos recuerdos felices en Irlanda con mis padres? ¿Cuánto extraño a mi madre y padre, a pesar de sus problemas? Echo de menos su casa. Levantando un dedo, solicito otra bebida tan pronto como he terminado con la primera. Le envío un texto rápido a Nicholas, haciéndole saber de reservar alojamiento para cuando hayamos terminado con Londres. Quiero hacer un viaje rápido a Irlanda. Por mucho que piense que volver a Indiana me ayudará a entender mis sentimientos que giran en torno a Briar, Irlanda es el lugar para hacerlo. Podría ser donde pertenezco.

Lucho contra el deseo de reajustar la creciente erección en mi pantalón cambiando ligeramente. La descarada sabe exactamente lo que hace. Regresa a su copa, dejando que el whisky caro fluya en su boca sin esfuerzo. Con el pulgar, se limpia una pequeña gota de la barbilla que se escapó de la copa.

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Ella tampoco es indiferente a mi mirada. Casi jugando, toma la pajita y la arrastra lentamente a través de su bebida. Todo el tiempo manteniendo sus ojos fijos en los míos, saca la paja del vidrio, la coloca en el centro de la lengua y cierra sus labios, luego la saca lentamente. ¡Tan dolorosamente lento!

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Cuando tomo el último trago de mi vaso, una mujer toma el taburete junto al mío, ordenando casi lo mismo que yo. Mis ojos se desplazan desde sus tacones de aguja negro, hasta sus largas piernas tonificadas, hasta el dobladillo de su vestido negro y sus grandes pechos. Me siento como si no tengo que buscar más; es preciosa. Pero claro que sí, y su rostro es aún más bello de lo que hubiera imaginado. Labios gruesos perfectos para envolver alrededor de mi polla, los ojos más verdes que he visto nunca, y el cabello tan rubio que brilla incluso en el bar poco iluminado.

Algo se apodera de mí. Siempre he sido un amante bastante agresivo, pero esta mujer inspira una nueva clase de dominio en mí, y siento que tengo que ejercer ese dominio o me voy a morir. También hace daño desde un lado, se ve muy similar a Briar. Tomando su mano en la mía, levanto su pulgar a mis labios y lo tomo en mi boca, chupando el pequeño resto de whisky. ―Dex. Es un placer conocerte ―le digo, dejando caer la mano a su regazo. Con los ojos muy abiertos y la mandíbula floja, me mira, sorprendida de que sería tan descarado como para ganarle en su propio juego. Verificar. Colega. ―Daniella ―murmura, aparta la mirada de mí. ―¿Estás ocupada esta noche, Daniella? Recuperando la compostura, endereza la espalda y coloca una sonrisa tímida en sus labios en forma fantástica. ―Si, en realidad. Este hombre que conocí hace poco, pues creía que había puesto mi pulgar en su boca y no me mostrara qué otra cosa se puede hacer con la lengua. Voy a reunirme con él en su habitación en unos veinte minutos. Ahora soy yo el que tiene el problema de no poder cerrar la boca. Creo que he encontrado mi partido. Levantándome de mi taburete, solicito que el camarero cargue las bebidas, la mía y la suya, a mi habitación, diciendo el número lo suficientemente alto para que lo oyera.

Sólo unos minutos más tarde, alguien llama a mi puerta y me sacudo los pensamientos de las cosas malas que voy a hacer a su impresionante cuerpo. Lanzando mis zapatos y despegando mis calcetines, tengo que marcar el paso yo mismo cuando agarro mis piernas casi corriendo hacia la puerta. Pasando una mano por el cabello, giro la manija y tiro de ella para abrirla.

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Envío un texto a Nicholas, le informo que tengo compañía para las próximas horas y que se tome su tiempo con su amigo. Me ocuparé de su inquisición mañana, pero para esta noche, tengo una velada para prepararme con una mujer que podría ser la misma velocidad exacta que yo.

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―Fue muy agradable conocerte esta noche, Daniella. Espero que tengas una estadía maravillosa en Londres y su tiempo esta noche tenga una técnica oral excepcional. ―Sacudiendo su mano, me paseo por el vestíbulo y al ascensor, esperando hasta que las puertas se cierren y comienza a ascender antes de ajustar la erección casi dolorosa que estoy teniendo como un adolescente.

Sosteniendo un vaso de whisky del mismo que tenía en el bar, Daniella sonríe cuando se impulsa a la habitación. ―Espero que descanse tu mandíbula. Vas a conseguir un entrenamiento esta noche. Daniella no perdió el tiempo. Colocando su vaso sobre la mesita de noche, se pone de pie frente a mí, su largo cabello rubio se retira del camino, dejando al descubierto la cremallera de su vestido. Siguiendo su ejemplo, como el verdadero caballero que soy, cumplo con sus deseos. Saca lentamente el tejido por sus brazos, Daniella agarra el corpiño de su pecho. Con una sonrisa socarrona, se vuelve hacia mí y se bambolea fuera de la escasa vestimenta, dejándose sólo un juego de sujetador y tanga. Nunca voy a entender cómo las mujeres tienen el tiempo para que coincida con todo lo que llevan, hasta el color de la puntada en su sujetador. Es como que están perfectamente coordinadas con la esperanza de volver a casa con un hombre por la noche. Esto probablemente las clasificaría como putas, pero no discrimino. Soy un amante de la igualdad de oportunidades. En vez de ir a la cama, Daniella desliza su tanga abajo por sus piernas, sin quitarse sus tacones de aguja, y se sube en el vestidor. Daniella abre sus piernas lo suficientemente amplias para que tenga una impecable vista de su reluciente coño y menea un dedo en mi dirección, alentándome a ir hacia ella. Dejar que una mujer tome el control en la habitación nunca ha sido algo de lo que soy fan, mas como lo completamente opuesto. Hay algo diferente sobre esta chica. Hasta cierto punto, lo es. ―Así que, sobre las habilidades de sexo oral ―dice, ronca voz de habitación completamente activada.

Meciendo sus caderas hacia mi dirección, silenciosamente ruega por mi toque. Estoy seguro que es una mujer experimentada, pero tal vez ha olvidado la regla de oro sobre el juego previo; todo es sobre la anticipación. Si la gratificación

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Besando mi camino arriba por su pierna, comenzando con su rodilla y deteniéndome justo antes de llegar al vértice de sus muslos, y ya se está retorciendo de la anticipación. Moviéndome a la otra pierna, pero no sin antes soplar ligeramente en su húmedo coño, repito mis acciones, deteniéndome justo antes de llegar.

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―Quieres probar por ti misma. ―De rodillas ante ella, me agarro de sus piernas, arrastrándola justo al borde del vestidor.

del orgasmo fuera instantánea, no se buscaría después, persiguiéndolo hasta que te consume por completo. La prolongación de la satisfacción casi siempre garantiza el mejor clímax que jamás experimentaras. El sexo no es sólo un acto, es un estado de la mente que uno va perfeccionando con los años. Mis compañeras, incluso tan insignificantes como las chicas que recojo en un bar, reciben el mismo tratamiento. Llámalo ego si quieres, pero si me voy a tomar el tiempo de hacer algo, entonces va a ser mi mejor esfuerzo. Cuando siento que ha esperado lo suficiente, corro mi lengua en la longitud de su coño, prestándole atención extra al clítoris. Un gemido sale de su boca y una sonrisa cruza la mía. Insertando un dedo y colocándolo hacia arriba, pongo mis labios alrededor de su punto más sensible, succionando ligeramente mientras meto mi dedo dentro y fuera de ella. A pesar de que me siento como un perro herido por dentro, estoy tratando de recrear mi tiempo con Briar hace unas noches. Me estoy dando una segunda oportunidad con la que se parece a Briar. Es patético, lo sé, pero en este punto, no sé qué más hacer. Las manos de Daniella parecen que tienen mente propia, en un segundo jalaban mi cabello, sosteniéndome fuerte entre sus muslos y al siguiente se están agarrando sobre su cabeza del muro. Poniendo los talones de sus pies en el borde del vestidor, es capaz de continuar meciendo sus caderas, pero en un ángulo mejor. Alternando entre succionar y rápidas lamidas de mi lengua, tengo a Daniella en el punto un par de veces antes de insertar otro dedo y dejarla volar sobre el acantilado. Su espalda se arquea, sus paredes se aprietan en mis dedos y su dulzura golpea mi lengua. Lamiendo lo último de su orgasmo, espero hasta que deje ir mi cabello antes de moverme.

Tiro de mi atuendo, arrojándolo en la esquina de la habitación cerca de mi maleta. Paseando hacia mí, Daniella pone sus manos en medio de mi pecho y me empuja con tanta fuerza que caigo de espaldas en la cama, con ella no muy detrás.

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―Parece que no mentías sobre tus habilidades. De hecho, es posible que las haya subestimado. Bravo ―bromea, bajándose del vestidor.

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Me levanto en mis pies y sonrió maliciosamente. Observándola bajar de lo alto de su clímax, se deja caer a un lado y me mira con los ojos llenos de deseo.

Montando entre mis piernas, va directo a trabajar poniendo mi polla dura y deslizando un condón sobre mi erección. Moviendo mi cuerpo hacia arriba, alinea perfectamente nuestros cuerpos y cierra sus caderas abajo sobre mí. Probablemente sería bueno que ayude, pero sus esfuerzos no son desapercibidos. Esta perra es una profesional en la equitación de pollas. Sin poder resistir la tentación de sus perfectas tetas, las sostengo, apretándolas lo suficientemente duro para tenerla gimiendo lo suficientemente alto para que escuchen los vecinos. Me estoy dando cuenta rápidamente de que nada de lo que hago me hará sentir como cuando me encontraba a nueve pulgadas adentro de Briar, y no hay sentido en intentar recrearlo. Necesito conseguir follar y disfrutar a esta sexy mujer quien está teniendo el momento de su vida. Rozando mis manos hasta sus caderas, es mi turno para jugar un poco. Sin previo aviso, le doy vuelta debajo de mí y traigo arriba sus piernas, los tobillos malditamente cerca de sus orejas. Usando la espalda de sus muslos para hacer palanca, embisto dentro de ella sin compasión. ―Joder. ―Gruño, su apretado coño haciendo difícil para mí no tener un orgasmo. Bombeando mis caderas rápido, miro abajo, observando mi polla desaparecer luego aparecer. Esto nunca se volverá viejo y es tan malditamente caliente. Debería estar pensando en balearse o calzones de abuela, pero mi atención solo tiene un enfoque y solo uno. ―Jodidamente no te detengas. Sigue adelante ―dice entre embestidas. No me detengo. Sigo adelante. Azotando en ella lo suficientemente duro que estoy seguro estará dolorida mañana, Daniella se comienza a venir, su orgasmo empujando el mío sobre el borde.

―Voy a tomar una ducha rápida. Qué tal si llamas al servicio a la habitación. ―Asiente y camino dentro del baño. Dejando el agua fluir, tiro el condón lleno fuera de mi polla y lo tiro en el bote de basura. Cuando el baño se llena de vapor, me meto en la regadera y comienzo a enjabonarme con el jabón sin esencia del hotel, inmediatamente

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Empujándome de Daniella, colapso en la cama a su lado y observo como estira los músculos que han estado bloqueados por sólo Dios sabe cuánto.

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―Dulce Madre de Dios, jódeme. ¡Sí! ―grita. Estoy bastante seguro que la seguridad del hotel estará aquí en cuestión de minutos para decirnos que nos calmemos.

deseando haber traído mi bolsa de viaje. Incluso en los más caros hoteles parece que usan el peor tipo de jabones para sus huéspedes. Ya siento mi piel ponerse seca, cierro el agua y tomo una toalla. Preguntándome qué está haciendo Daniella, le grito pero no obtengo respuesta. Seriamente espero que esté lista para otra ronda, porque ese fue realmente un sexo muy bueno, y por un tiempo, me olvidé de todo lo demás. Con la condición de que mantenga su boca cerrada, terminará esta noche siendo el primer nueve que he tenido desde esta hermosa pelirroja que tuve en Irlanda. Lanzándome en un par de vaqueros holgados y una camiseta así no estoy desnudo cuando llegue el servicio a la habitación, camino fuera del baño esperando verla sobre la cama. Buscando en la habitación, no veo a Daniella en ningún lado, o a su ropa para lo que importa. Pensando que entró al salón para hacer una llamada a servicio a la habitación, comienzo mi búsqueda. Llegando con las manos vacías, veo una nota en la barra de la cocina. Haciendo mi camino hacia ella, todo lo que puedo pensar es que necesitaba volver a su habitación por algo. Eso está bien, también. Nunca he sido de esos chicos que quería algo más que sexo y no debería cambiar mi manera de pensar ahora, pero hay algo diferente sobre Daniella. Me intriga. Cuando leo la nota, estoy más allá del shock. Estoy molesto. Estoy enojado. Furioso es más la palabra que estoy buscando. Estoy en mi punto de ruptura. Si obtengo una nota más como esta por el resto de mi vida, voy a perder mi mierda. Esto es casi demasiado para manejar. Alguien está siendo herido esta noche.

Daniella. Arrugando la nota, la tarjeta de visita en el mostrador llama mi atención. Con la otra mano, cojo la tarjeta de negro mate y al darle la vuelta no quiero nada

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Estoy segura de que no me recuerdas, así que déjame refrescarte la memoria. Fue hace tres años, en este mismo hotel, te conocí. Algunas de mis amigas me hicieron una fiesta de cumpleaños y nos dieron una suite aquí. Me enojé mucho esa noche, pero aun así te llevé a mi habitación. Tuvimos una gran noche, o lo que yo pensaba era genial, pero me desperté para algo que nunca he experimentado. Me dejaste mientras dormía y me dejaste una tarjeta de visita con un tres escrito en la parte posterior. No fue hasta que leí el artículo sobre ti que realmente sabía lo que significaba un tres. Bueno, vete a la mierda. Estoy bastante segura de que te estás pateando a ti mismo en el culo ahora mismo, ¿no es así? Ten una gran noche, Dexter. Gracias por los orgasmos.

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Dex,

más que perforar un agujero en la pared. En la parte posterior, garabateó el tres que le dejé y con su letra está un número cinco, remarcado varias veces. Por encima de este, hay una pequeña frase que dice "mejor suerte la próxima vez". Veo rojo. Todos los diferentes tonos de rojo. Se vengó. Jugó mi juego y jodidamente ganó. Meto la tarjeta en el bolsillo delantero de los pantalones y cierro mi puño contra la pared, inmediatamente lamentando mi decisión cuando un pedazo de los paneles de yeso cae. Los hoteles aman cobrar una tonelada de mierda por daños y perjuicios. Esa maldita perra. Va a pagar por este maldito desastre y el agujero en la maldita pared. Con mi rabia, casi no registro el leve golpe en la puerta. Suponiendo que ha regresado para pedir disculpas y estoy listo para darle un poco de mi enojo, corro hacia la puerta. Captando un vistazo de mi reflejo en el espejo junto a esta, no voy a ser el único viendo rojo, ya que mi cara hierve. Abriendo rápidamente la puerta, con furia salpicada a través de mi cara, la pobre mujer de la limpieza parece completamente aterrorizada. Controlándome a mí mismo, me disculpo y la despido, afirmando que no necesito ningún servicio en este momento. Hay otras cosas que necesitan ser atendidas. Corriendo hacia el vestíbulo del hotel, la primera persona en hacer contacto visual es el conserje. ―Discúlpeme. ¿Has visto a la mujer con la que me fui antes? ―La joven niega y me dirijo hacia el bar. El camarero debe recordarla. Se veía preciosa, no hay manera de que nadie podría olvidar esa cara... O su par de tetas. Haciendo la misma pregunta al camarero que limpia la barra, a punto de cerrar el negocio, confirma que la conoce. Había estado abajo antes de la noche y cargado de todo a su habitación. Afortunadamente, incluso en Londres, un centenar de euros sirve para conseguir información.

Golpeando la puerta como si fuera la maldita policía, la puerta se abre con un hombre a medio vestir de pie delante de mí. Echando un vistazo al número en

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Tomando el ascensor hasta el décimo piso, me aproximo a la habitación de Daniella, listo para un enfrentamiento de proporciones épicas. No hay una jodida manera en el infierno que voy a permitir que una perra que jodí hace unos años venga a mi vida, mi habitación de hotel, y trate de tirar algo de mierda como esto. No en mi guardia. No soy ese tipo.

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Habitación 1056

la pared, me siento derrotado una vez más esta noche. Es muy posible que el camarero me diera la habitación equivocada sólo para deshacerse de mí, pero estoy aquí, así que bien podría preguntar. ―Buenas noches. Lo siento por la intrusión, pero buscaba a Daniella. Este es su cuarto, ¿correcto? ―Meto mis manos en los bolsillos de mis pantalones vaqueros y esperando una respuesta. El hombre mira detrás de él, luego a mí, estudiándome. ―¿Puedo ayudarte en algo? ―responde, casi sonando irritado. ―Sí, la conocí en el bar esta noche y olvidó algo. El camarero me informó que esta era su habitación y pudiera devolverlo. ¿Ha habido algún tipo de error? El rostro del hombre se relaja y dice en voz alta hacia la habitación. ―Daniella. Hay un hombre en la puerta. Dice que olvidaste algo en el bar. Ven aquí. En cuestión de segundos, Daniella, vistiendo una túnica de hotel y llevando una copa de champán. Cada onza de color desaparece de su cara mientras se da cuenta de quién es el hombre de la barra en realidad. Sonriendo, saco la tarjeta de visita que dejó en mi habitación y se la entrego. ―Lo siento por molestarla esta noche, señorita, pero parece que ha caído esto fuera de su bolsa cuando salió del bar. No sabía si era importante o no y quería estar seguro para devolvérselo. El hombre toma la tarjeta, y Daniella se lleva la mano a la boca. ―Gracias por salir de su camino, pero en realidad no era tan importante.

―Esto parece como algo que el chico fotógrafo haría. ¿Ha leído ese artículo? Este hombre. ―Me río, juguetonamente golpeando al hombre en el brazo―. Ese loco fotógrafo folla a estas mujeres y luego cuando se deslizaría en la noche, dejaría una tarjeta de visita con un número escrito en la parte posterior.

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―No, nunca me di cuenta de ello hasta que usted lo trajo a mi atención ―dice con nerviosismo.

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―Se veía como algo que no se quiere perder o extraviar. Nunca he visto una tarjeta de este tipo, sobre todo con sólo un número escrito en la parte posterior. Y ¿un cinco? Me intrigó. ¿Sabes lo que eso significa? ―pregunto, sabiendo que juego con fuego.

Ese número sería cómo las calificaba en una escala del uno al diez. La mierda más loca que nunca he oído en mi vida. El hombre se une a mí en la risa mientras la mirada nerviosa de Daniella se vuelve a francamente molesta. ―Nunca he oído hablar de eso ―dice, indignación tiñe su voz. ―Estoy seguro de que no. Esa tarjeta sólo me hizo recordar la historia. Estoy seguro de que tú eras más de un nueve o este guapo chico no te habría traído arriba. El hombre toma mi mano y la sacude, al mismo tiempo, Daniella trata de tirar de él hacia la habitación. Atrapando su señal silenciosa para que me vaya y no vuelva nunca más, sonrío maliciosamente y me excuso. ―Voy a dejar que ustedes dos vuelvan a su noche. Enhorabuena por lo que sea que están celebrando ―les digo, asintiendo hacia la copa en la mano de Daniella. ―Es nuestro aniversario ―murmura ella, alejándose de la puerta mientras el hombre la cierra detrás de ellos. Esa pequeña perra. ¿Saliendo con su pareja y viene a mi habitación a joderme? Vaya. Quiero decir, si esto no es un buen ejemplo del por qué las relaciones nunca funcionan, no sé lo que es. Claro, quería vengarse por ser un idiota hace tantos años, pero tiene aún más sentido ahora. No hay manera posible de que podría haberse quedado, en especial con él esperándola. Riendo por dentro, me dirijo a mi habitación para tratar de dormir un poco. Esperemos que Nick no se quede fuera demasiado tarde y que sea capaz de cambiar nuestros planes de viaje.

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Ahora sé más que antes que necesito volver a casa en algún lugar donde siempre me siento conectado y revitalizado. Voy a ser capaz de pensar con mayor claridad y descartar la cólera, con Daniella y la herida de Briar cuando puedo revivir el dolor del pasado.

12 Traducido por Kariza & July Styles Tate Corregido por Marieta16

N

icholas fue capaz de cambiar un par de cosas y cambiar nuestros boletos. En vez de volar de vuelta a Indiana ayer en la tarde, aterrizamos en Irlanda después de un relativo corto vuelo desde Reino Unido. Después de que aterrizamos, el conducir hasta el lugar de donde soy son otras pocas horas. La serenidad de mirar las exuberantes colinas, desapareciendo mientras pasamos, es exactamente lo que necesito. Relajado en el asiento del pasajero, cierro los ojos, descansando mi cabeza contra el reposacabezas y sólo disfruto la paz y el silencio. Entramos en la ciudad justo antes del crepúsculo y es exactamente como lo recordaba. Admito que he regresado probablemente una docena de veces desde que tenía diez años, pero esta es la primera vez que he querido volver para aclarar mi cabeza.

—Ustedes muchachos están de suerte. Tengo solo dos vacías y son suyas. Parece que hay algún tipo de espectáculo de la televisión en la ciudad para filmar la destilería cerrándose. Día triste, puedo decirlo ya.

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Lentamente, pero seguro, llega al mostrador, con un pequeño perro negro. —Buenas tardes, señor. Nos gustaría una habitación para la tarde. Dos si las tiene —Buscando en el pizarrón detrás de él donde las llaves están separadas por habitación, descuelga dos llaves y las desliza por el mostrador.

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Nuestra primera parada en la posada justo dentro de los límites de la ciudad. Por alguna razón, inusualmente empacamos y tuvimos problemas incluso para encontrar un lugar de estacionamiento. Teniendo que dejar el auto sobre cincuenta yardas lejos del hotel, hicimos nuestro camino dentro y rezamos para que hubiera una habitación para la tarde, desde que no hay posadas en millas. De pie enfrente del escritorio, sueno la pequeña campana en el mostrador y pacientemente espero por el hombre viejo que hace su propio camino desde su sala de televisión en blanco y negro.

—¿Están tirando abajo la destilería MacFadden? No fui notificado. —El hombre mayor me miró, curiosamente antes de que el reconocimiento lo golpeara. Cuando era niño, vine y jugué en este hotel y ayude al Sr. Flannery antes de que su esposa muriera. Parecía la cosa correcta por hacer. Ha estado quieto por un rato desde que nos vimos cara a cara, pero las esquinas de su boca se giran hacia arriba diciéndome que sabe exactamente quién soy. —Dexter MacFadden. No te veía desde que aun eras un pequeño crio. Mírate, has crecido mucho más. —El Sr. Flannery viene alrededor del escritorio y me abraza como si fuera su propio hijo. Le devuelvo el abrazo, palmeándolo gentilmente en la espalda y acariciando la cabeza del anciano. —Es agradable verlo, Sr. Flannery. Ha pasado un tiempo. Me alegro de ver que aún sigue pateando alrededor de este lugar. No puedo creer que estén tirando la destilería. ¿Cuándo llegaron a esa decisión? Debería saber la respuesta a esa pregunta. Por los últimos diez años, he estado en el pizarrón de las verdades, comenzando con mi padre desde que era sólo un niño y él fue el accionista mayoritario cuando murió, pero no yo. E intentado por un largo tiempo poner todo detrás de mí y comenzar de nuevo. Estoy más sorprendido que uno de mis tíos no intentara tener contacto conmigo para darme las noticias. Estoy seguro de que saben que me gustaría ser parte de esa gran decisión

—Por supuesto, chico. Estaré aquí cuando regreses. Girando rápidamente, estuve cerca de golpear a Nicholas quien estuvo parado detrás de mis talones todo el tiempo. Palmeándolo en el hombro, salí del edificio y hacia el auto. Saltando en el asiento del conductor, Nicholas me miró,

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—Sr. Flannery, ¿podría guardarnos esas habitaciones? Iré corriendo a la ciudad y ver si puedo hablar con mis tíos antes de que tiren los muros abajo. Necesito ver si puedo intentar salvarlo.

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—Unos meses atrás, los muchachos MacFadden decidieron ponerlo en venta. Una gran compañía intentó empañar la reputación del negocio y desde entonces, supongo que los muchachos dejaron de obtener ganancias. Solo los negocios que tenían eran mi hotel y algunos bares en la ciudad y algunos más. Era la única opción que tenían. —Culpabilidad se asienta en mi estómago, causando que se revuelva y amenace con echar lo pequeños montones de comida que fui capaz de comer más temprano. Si sólo me hubieran llamado, podría haberlos ayudado a arreglar todo y el nombre de nuestra familia no se estaría yendo debajo de esta forma.

cuestionando mis motivos. Todo el tiempo Nicholas ha conducido por mí, ni una vez he tomado el volante. Sin embargo, esta vez, sé exactamente a donde voy y necesito llegar rápido. Cuando Nicholas se halla en el auto, acelero despacio en un giro, en un camino sucio hasta que veo la vuelta que me llevará hasta la casa de mi tío. Rodeando la esquina, casi saliendo del camino, empujo el acelerador hasta que el techo blanco de la casa está a la vista. En el momento en que las llantas se detienen, partículas de polvo me rodean mientras corro hacia la puerta principal. Tocando con propósito, Ivy, la esposa de mi tío, contesta inmediatamente. —¿Qué crees que estás haciendo, rodando el camino como si ya nada tuviera sentido? —grita ella. —Lo siento, Ivy. ¿Está Conner? Necesito hablar con él. —Oh, Dios, ¿Dexter? ¿Eres tú? Déjame llamar a Conner. —Corre de vuelta dentro de la casa, regresando segundos después con mi tío, a quien la edad lo ha mordido muy poco en la última década. Conner e Ivy nos invitan dentro de su casa, donde nos sentamos alrededor de una pequeña mesa de cenar. Ivy arregla algunas tazas de té y se excusa para ir a revisar a los niños. Inseguro de cómo percibirá el que quiera ayudar, decido saltar justo ahí y no gastar nada de tiempo, mientras no hay necesidad de ser tímido con mi familia. Conner me da exactamente la misma información que el Sr. Flannery, pero con un poco más de detalle, como cuando dinero necesitan para salvar el negocio y no espero sólo para ofrecer una cantidad de dinero que solucione el problema, así que simplemente pregunto cómo puedo ayudar.

—¿Estás seguro? Eso es mucho dinero para resolver un problema que no creaste. Estoy agradecido, pero necesitamos saber que eres serio antes de llamar a los trabajadores.

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Viendo mi oportunidad de oro, salto en ella. —Tengo el dinero, ese no es un problema. Estoy más concentrado en la forma que sabes para volver a hacer dinero. Necesitarás una firma de relaciones públicas de nuevo. Tengo una buena. Di la palabra, tío, y manejaré todo. Sólo tomaré una parte marginal de la compañía, dejándote a ti y a Matthew como accionistas mayoritarios. —La mandíbula de Conner se aprieta con incredulidad.

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—No estoy seguro, Dexter. Las cosas realmente se tornaron peores cuando tú papá murió. Él era el pegamento que nos mantenía juntos. Sé que podemos hacerlo bien de nuevo si tuviéramos los recursos. Sólo no sé de donde vendríamos con esa cantidad de dinero.

—Estoy siendo más que serio. El nombre MacFadden no se irá abajo así. Mi padre era la única excepción y no debí incluso mantener la piedra MacFadden en su tumba. —El pensamiento de que mi padre no tenía mi sangre hierve, pero intento calmarme a mí mismo, recordándome que no sólo fue mi padre, él era su hermano, alguien que conocieron su vida entera. —¿Por qué no vas a dormir y lo piensas, Dex? No estoy seguro de que los hoteles tengan alguna habitación, pero puedes dormir en tu vieja casa. Nadie de nosotros la ha tocado desde que la dejaste, así que probablemente esté un poco sin comodidades, pero es tu casa. —No he puesto un pie en esa casa desde el día en que mis abuelos me llevaron de vuelta a los Estados. No estoy seguro de cómo sentirme sobre ello, pero tengo a Nicholas para conducir ahí a ver si hay algo que me altere mientras duermo. Si es así, nosotros sólo volveremos al hotel. Un gran abrazo de Conner, la llave de la casa y un beso en mi mejilla de Ivy y estamos fuera de la puerta, viajando algunos kilómetros a la casa de mi infancia, la casa donde mi padre mató a mi madre y a sí mismo. El primer lugar donde pertenecí. El último lugar donde pensé que nunca volvería.

Parándonos en frente de mi vieja casa, mi sangre se vuelve fría e involuntariamente tiemblo.

Empujando la llave en la cerradura oxidada, es difícil darle vuelta, pero después de unas pocas sacudidas, oigo el cerrojo desbloquearse y la madera cruje al abrirse. Me toma un par de veces levantar la palanca con éxito para abrir la puerta y hacer mi camino a la sala. Sorprendentemente, la energía sigue funcionando, y cuando enciendo el interruptor, la parte delantera de la casa se ilumina, y me da un vistazo al pasado.

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—Nop, pero voy a hacer esto. Nada como el presente. —Abriendo mi puerta, camino dentro de las hierbas que han crecido alrededor de la propiedad entera, a la par con el pasto. El camino de piedra de la entrada tal vez aun esté ahí, pero está cuidadosamente perdido por los cerca de cinco pies de alto del pasto. Han crecido demasiado como para tratar de ir a través, pero de alguna manera, hacemos nuestro camino a la puerta de enfrente.

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—¿Estás seguro sobre esto, hombre? —pregunta Nicholas, poniendo el auto en el estacionamiento.

El mobiliario es exactamente lo mismo a como lo recuerdo, así como la colocación de todo lo demás. Connor no mentía cuando dijo que no han tocado el lugar desde ese día horrible. Sólo me fue permitido entrar después que retiraron los cuerpos para tomar algunas de mis cosas antes de ser llevado al hotel con mis abuelos, donde me quedé hasta la hora de coger un vuelo con destino a los Estados. Mirando alrededor, los cuadros en las paredes hacen que mis rodillas tiemblen. No hay nada que pueda agarrar para llevar conmigo, no creo que tomar una sola fotografía. No hay nada que me ayude a recordar mi vida antes de convertirme en ciudadano estadounidense. Me había olvidado cómo lucían mis padres, bueno mi mamá, de todos modos, ya que soy el vivo retrato de mi padre. En la pared, justo en frente de mí, un cuadro polvoriento cuelga en un marco. Con la manga de mi chaqueta, limpio el polvo y miro a los ojos de mi madre, la tristeza imposible de soportar. Me tiemblan las rodillas y voy directo al piso, pero Nicolás está ahí para ayudarme de nuevo a ponerme de pie y me da una palmadita tranquilizadora en la espalda. —No tenemos que hacer esto, Dex. Podemos regresar a la posada y actuar como que este lugar no existe. Sé lo que pasó aquí y nadie debería tener que volver a vivir eso. Sé que eres un hombre hecho ahora, pero sólo puedo imaginar lo difícil que es esto para ti. —Estoy bien, lo juro. Es sólo que... no sé lo que es, pero se siente bien. Tengo ésta loca sensación de que aquí es donde tengo que estar para conseguir mi mierda recta. He estado jodiendo durante años bajo la apariencia de ser rico, un auténtico imbécil. Eso no es lo que soy y lo sé. Sólo necesito saber quién soy realmente.

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—¿Puedes llevar mi bolsa adentro? Me voy a quedar aquí y terminar de ordenar algunas de las cosas de mis padres. Tal vez poner la casa en mejores condiciones. Uno de mis tíos o primos podría querer vivir aquí o algo así. Tú ve a la parte trasera de la posada y mañana te das una vuelta para asegurarte de que no me he bebido hasta la muerte. —bromeo, pero estoy seguro de que piensa que estoy siendo serio. Esto es algo de mierda difícil en la que sumergirse, pero es lo que hay que hacer. No pude hacerlo cuando tenía diez años, era demasiado joven, pero a los veintiocho años, es el momento. Tengo que ser el hombre que

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—Estoy aquí, hermano. Dime lo que necesitas de mí. —Pensando sobre su pregunta, sé en mi interior lo que necesito y no me atrevo a decirle. Necesito a Briar. Necesito mi mejor amiga para caminar a través de esto conmigo, pero ella no está aquí, porque como todo lo demás bueno en mi vida, eso se ha jodido.

me educaron a ser. Aunque odio a mi padre por lo que hizo a nuestra familia, él quería que yo fuera un buen hombre. Ni siquiera me refiero a mi abuelo. Él patearía mi culo sólo por pensar en actuar como un gatito, y mucho menos ser uno. —Sólo voy a decir... parece que este es un trabajo para dos chicos —ofrece Nicholas, mirando alrededor de la sala—, o tal vez todo un equipo de hombres, pero estoy seguro de que podemos ordenarlo en poco tiempo. —Te lo agradezco. En realidad, lo hago, pero tengo que hacer esto solo. Tengo un montón de esqueletos en mi armario por lo que pasó aquí. Mucho de lo que me hizo quien soy hoy es debido a esta casa y los fantasmas que viven aquí. Te llamaré si te necesito —le prometo y lo veo salir por la puerta. Él camina hasta el coche, casi a regañadientes y escéptico, pero agarra mi bolsa del maletero y la arroja a medio camino, así no tiene que pasar a través de la jungla de nuevo. —En serio, Dex, llámame si me necesitas. —Tienes mi palabra —le respondo, dándole la espalda y caminando hacia dentro. Al cerrar la puerta detrás de mí, pongo mi bolso en la mesa de centro con pulgadas de espeso polvo y en cuclillas, apoyo los codos sobre las rodillas. —Muy bien, Pa, estoy de vuelta y voy a arreglar todo lo que rompiste. Yo

soy el hombre de esta casa.

Escogiendo el camino simple, tiro de la pequeña cantidad de muebles fuera del comedor y decido usarlos para reunir los elementos que deberían ser donados a la iglesia y voy a guardar todo y luego sigo con la sala de estar. Me toma no más de una hora guardar todo y separarlos como corresponde.

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Tomando una sábana del armario de la ropa de cama, la sacudo para que suelte cualquier cosa viviente y la extendiendo sobre el sofá y hago lo mismo con una colcha a juego. A pesar de que nadie ha estado en esta casa por dieciocho años, el olor de mi madre aún persiste en todo. Es probable que sólo sea mi imaginación por trabajar horas extras, pero es bueno para pensar.

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Saco la aspiradora del armario del pasillo donde mi madre siempre la guardó, y limpio el polvo del sofá. Me imagino que voy a empezar aquí en la sala y reservar los dormitorios para cuando sea de día. No es que me de miedo el cuco, pero ya sé que me va a llevar mucho tiempo y no tengo ese tipo de energía por el momento.

Necesito usar el baño, camino por el pasillo, el cual sólo pasa a llevarme al antiguo dormitorio de mis padres. Deteniéndome por unos minutos afuera de la puerta cerrada, mi corazón se acelera y mi estómago se agita. Quiero abrir la puerta y ser capaz de caminar en el interior; es sólo que no creo que tenga la fuerza para hacerlo. Probando las limitaciones de mi mente, empujo la puerta abierta y las lágrimas vienen inmediatamente a mis ojos. Tenía razón; no puedo hacerlo, todavía. Voy a necesitar un montón de whisky y coraje para luchar contra esos demonios. Continuando mi camino al baño, me detengo en el dormitorio de mi infancia y no tengo los mismos sentimientos incómodos que tuve hace un momento. Una sensación de calma casi se hace cargo de mí y soy capaz de pasar por el umbral con facilidad. Sentándome en el borde de mi cama, trazo la colcha que puse sobre la parte superior. La noche que murieron mis padres, no dormí en casa; me quedé a dormir en lo de mi primo Thomas. Había regresado a casa para ver esto. Afortunadamente mi tía fue la primera que cruzó la puerta y fue capaz de salvarme de ver las consecuencias de la rabia de mi padre. Siempre estaré agradecido por eso.

Despliego la hoja de papel, lo primero que noto son manchas de sangre en los bordes exteriores y la letra de mi padre que cubre el resto de la hoja. Casi me desmayo cuando veo que la nota está dirigida a mí. Mi amado hijo Dexter,… Lo que esta obsesión tiene conmigo recibiendo notas de gente que me ha hecho daño, tiene que parar. No creo que lo vaya a pasar a través de otro.

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Agarrándolo, lo tomo y voy de vuelta a la sala después de tranquilizarme a mí mismo y me siento en mi cama improvisada por esta noche. Al juzgar su peso en mi mano, lo examino, recordando el momento en que mi padre me llevó a cazar por primera vez. El cuchillo, recuerdo, era bastante grande, con dientes de sierra, por un lado, y suave en el otro. La vaina es un viejo cuero gastado, algo que mi padre dijo que fue entregado a él de generaciones anteriores. Retiro el cuchillo de su funda, una hoja de papel se cae.

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Agarrando mi almohada y sacudiendo el polvo, lo traigo a mi nariz para ver si puedo oler a mi madre, pero no puedo. Tiene sentido, ya que esta era mi habitación, pero me esperaba un pequeño recuerdo. Justo antes de que ponga la almohada en su lugar, me doy cuenta de que el viejo cuchillo de caza de mi padre descansa donde mi almohada había estado. Extraño, ya que siempre me enseñaron a no tocar sus armas, y no recuerdo haber tenido esto en mi poder.

Doblo la carta y trato de ponerla de nuevo en la funda, pero algo no me deja. Estoy intrigado y no quiero nada más que saber lo que él tendría que decirme a mí después de hacer algo tan horrible. Tomo algunas respiraciones profundas, entro a la cocina y agarro la botella de whisky, mi padre siempre la mantuvo en el armario encima de la nevera. Sin molestarme en conseguir una copa, tomo la botella casi llena y regreso al sofá, me pongo cómodo y abro la nota, preparado para que mi mundo se sacuda y mi pasado sea arrojado en mi cara.

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Aquí no pasa nada.

13 Traducido por Carolina Shaw Corregido por Sapphire

M

i amado hijo Dexter, Tomé un largo trago de mi botella, esperando que el whisky surtiera rápido efecto, o no sería capaz de superar todo esto. Por si fuera poco, tomé otro trago y continué leyendo.

Si estás leyendo esta carta, sé que estás siendo bien cuidado. Siento mucho que no haya sido lo suficientemente fuerte como para no hacerlo. No sabía que más hacer. Tu madre era la razón por la que he vivido y ahora que se ha ido, no sé cómo seguir adelante. Se ha ido porque tú la mataste, imbécil, me digo a mí mismo. Espero que no sea una especie de nota de condolencia, porque no se merece ninguna.

Me rogó que acabara con su vida, pero no pude. No fui lo suficientemente fuerte como para rasgarla fuera de nuestras vidas. Recé todas las noches por un milagro y que se despertara al día siguiente y ser todo, pero ese momento nunca llegó. Estás con Thomas y estoy muy feliz por eso. Quiero que sepas que tu madre es la mujer más fuerte que he conocido en mi vida. Lo hizo por ti. Eres sólo un

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¿Cáncer? Mi madre no tenía cáncer. Bueno, supongo que es posible ya que sólo tenía diez años cuando pasó, y pudo haber estado enferma, pero no quiso decirme. Quiero decir, ¿quién querría decirle a su niño que moriría? Rompiéndome el cerebro, traté de recordar cualquier detalle que me llevaría a creer que ella no se encontraba bien, y recordé algo. Fue ese verano... ella y Pa siempre me tenían durmiendo en la casa de mi primo porque tenían cosas que hacer. Nunca cuestioné por qué no podía ir, pero esto como que tiene sentido.

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Lo siento mucho, hijo. Tu madre nunca quiso que lo supieras. Se sentía asustada de sí misma, por mí, por ti. Pensó que podría vencer al cáncer, pero fue demasiado. Cuando dijo que sólo tendría unos meses más para vivir, decidió que no quería que la vieras de esa manera. Ella te amaba tanto, hijo. Más de lo que siempre amó a cualquiera.

niño pequeño y no entenderás hasta que seas un adulto, pero todo lo que hizo, fue por ti. ¿Ella hizo eso? ¿Qué hizo? Tomando otro largo trago de whisky, dejé que quemara todo el camino hacia abajo antes de continuar. Cuando la encontré, quería pedir ayuda desesperadamente, pero no quería dejarla. Todavía podía ver algo que quedaba en sus ojos, no se había ido aún, pero no podía hacerme mover. Me senté allí, rezando para que todo esto fuera una pesadilla. Traté de detener la hemorragia, Dexter, pero no sirvió de nada. Ella se había lastimado una arteria y no eran más que unos pocos minutos y ella se hallaba muerta. La abracé, recé a Dios para que aceptara su alma y dejarla descansar en paz. No debí haberla hecho que lo hiciera... debí haber sido más fuerte para ella. Las lágrimas caen sin vergüenza de mis ojos, aterrizando en la carta, mezclándose con lo que creo era la sangre de mi madre. No la mató. Se disparó a sí misma. Suicidio. Para mí. Mientras escribo esta carta, estoy en tanto dolor, hijo. Tu madre es el gran amor de mi vida. Nunca conocí otro tipo de felicidad cuando ella se fue. Me dio la razón para despertar en la mañana y el propósito para seguir viviendo. Te quiero mucho, Dexter, pero sé que no seré bueno para ti en este estado. Me falta un pedazo de mi alma. Lo ha llevado con ella y tengo que recuperarlo. La única manera de hacerlo es uniéndome a ella. Ni siquiera sé qué pensar. La forma en que habla de ella en esta carta es lo que siempre vi cuando lo miré, él se encontraba tan profundamente enamorado de ella y viceversa. Incluso cuando se ponían en desacuerdos, siempre venía a casa con flores para ella y pasarían la noche bailando en la cocina cuando pensaron que había ido a la cama por la noche. Mis padres estuvieron tan profundamente enamorados.

Trabaja duro para lograr tus metas. He enviado una carta por correo a tus abuelos en los Estados Unidos. Quiero que se ocupen de ti hasta que seas lo suficientemente mayor como para cuidar de ti mismo. Tu madre amaba a sus padres y nunca he tenido una mala palabra que decir sobre ellos. Estoy rogando

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Mi padre era un hombre de palabra; su palabra es el único tipo de moneda que significaba algo para él. No me mentiría, especialmente no en una carta así de cargada. Mi madre se suicidó y él la siguió porque no podía soportar estar un sólo día sin ella.

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Algunos consejos que mi padre me dijo para cuando me convirtiera en un hombre, que necesito decirte... siempre sé honesto. Tu palabra es tu lazo.

que obtuvieras la misma infancia y adolescencia que ella tuvo. Te mereces lo mejor de lo mejor y lo obtendrás en Estados Unidos. Siempre me desconcertó que tu madre eligió una vida en Irlanda en lugar de los Estados Unidos, pero creo que me amaba y quería que tuvieras una vida sencilla. Siempre quiso lo mejor para ti. Mis abuelos no me dijeron nada y probablemente me habría ayudado a llorar la pérdida de mis padres sabiendo la causa de su muerte. Podría no haber estado tan enojado y terminado de la forma que soy, especialmente en las relaciones. No estoy seguro, pero no podría haber sido fácil teniendo a un niño a su edad. Probablemente hicieron lo que pensaron que era mejor para mí. Por último, hijo, encuentra el amor. Encuentra el amor más grande que jamás hayas conocido. No puedo decirte cuándo será ni dónde. Era apenas un hombre cuando me enamoré de tu madre y ella era sólo una muchacha, pero lo sabíamos. Cuando finalmente encuentres a tu chica, ámala. El dolor que siento sin tu madre es insoportable. No quiero esto para ti. Mierda, no quiero esto ni para mi peor enemigo. Aférrate a la chica que te brinde un objetivo y te haga querer ser el mejor hombre que puedas ser. Sólo entonces serás verdaderamente feliz. Briar. Lo primero que me vino a la cabeza. Necesitaba hablar con ella y decirle lo que siento. La vida es demasiado corta como para ignorar a las señales en frente de mí. Por alguna razón, no debía de encontrar esta carta de mi padre hasta ahora, y era toda la confirmación que necesitaba para correr tras ella. El orgullo no es nada cuando el amor golpea tu puerta. Secándome las lágrimas de mis ojos, terminé la carta. Me harás un orgulloso Pa algún día, Dexter. Me siento orgulloso de llamarte mi hijo y lo único que lamento es de no haber sido capaz de poder verte crecer. Un día, entenderás por qué esto fue la única opción para mí. Por favor, perdona a tu madre y a mí. Eres amado incluso si no estamos físicamente aquí. Todos estaremos juntos otra vez, hijo.

Pa. Lanzando la carta en mi bolso, saqué mi teléfono y envíe un rápido texto a Nicholas. Yo: Llama al aeropuerto. El primer vuelo hacia Nueva York. Estoy listo para que me recojas.

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Tu estrella en el cielo,

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Hasta entonces, di la verdad, elige tu propio camino, y busca el amor.

Nicholas: Dame veinte. Mirando alrededor de la casa, decidí no hacer ningún tipo de limpieza, todavía. Lo haré en otro momento, pero ahora mismo, debía llegar a Briar. Necesitaba que ella supiera que me encontraba jodido por muchas razones que pensé eran verdaderas. Todo esto tiene sentido ahora que soy más viejo y puedo ver en retrospectiva a las sutiles pistas. Mi madre se hallaba enferma. Nunca tuvo un romance con el dueño del bar. Era un rumor que corría por el molino. Nunca debería haber dicho eso, pero lo hice. No puedo cambiarlo ahora, o incluso estar molesto por ello, porque la verdad está ahí fuera. Me encantó. Mis padres hicieron lo único que se les ocurrió. No fue la decisión correcta, pero era de ellos y no se decidió a la ligera.

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Seguiré el consejo y perseguiré el amor de mi padre. Incluso si ella no quería amarme de nuevo, lo intentaría con todas mis fuerzas, porque esa era la clase de hombre que mi padre quería que yo fuera.

14 Traducido por Sapphire & SOS por MaeVolkov Corregido por Aldii

E

n el vuelo de regreso a Nueva York, envié un correo electrónico a mi primo, detallando la cuenta para que pueda acceder y obtener los fondos para la destilería. Estoy decidido, ahora más que nunca, para ayudar a que el nombre de mi familia siguiera manteniéndose con vida. Averigüé tanta información crucial que me ha dado una nueva oportunidad en mi vida y una razón para querer ser mejor. Mi razón más grande para vivir debe estar despertándose en su apartamento de Nueva York ahora mismo. También pasé un poco de tiempo investigando la muerte de mis padres. Sé que el periódico local hizo un artículo sobre su fallecimiento, basado en lo que la policía les dijo, pero quiero ver si encontraron algo diferente. Rezando que todavía pudiera encontrar el archivo, encontré un artículo fechado una semana después de su funeral titulado “Asesinato y Suicidio en la Pequeña Ciudad”.

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Me acerco a la pantalla y estudio la imagen en gran detalle. La habitación se ve de la misma manera como lo hizo al día siguiente y hace unas horas, cuando me hallaba en la casa. Mi madre está acostada sobre su espalda, una mano colocada estratégicamente sobre su pecho. Pero es su ubicación la que impulsa el punto de inicio de su carta y que no mentía en lo más mínimo. Él también está de espaldas, codo a codo con mi madre, su mano derecha colgando de la cama, muy probablemente la que usó para pegarse un tiro, pero su izquierda está estrechamente envuelta con la de mi madre. Aunque no es una imagen fácil de mirar, ver cómo se fueron, casi al mismo tiempo, me da esperanza de que están juntos en el más allá.

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Abro la página web y me pongo a leer a través del material. La mayor parte es exactamente lo que pensé en ese momento así como también la información que recibí de mi tío. Está en la parte inferior de la página, aparece una imagen pixelada, borrosa a blanco y negro; son mis padres antes de que el juez retirara sus cuerpos.

Envié un correo electrónico a mi asistente después de ajustar una imagen de la carta que me dejó mi padre en mi teléfono, solicitando que envíe esto al periódico. No hace ninguna diferencia dieciocho años más tarde a ninguna persona, pero quiero que la historia se retracte y se actualice. No fue un asesinato y suicidio. Fue sólo el suicidio de dos personas que se sentían respaldados en una esquina sin saber a dónde ir. Su amor por el otro los vio a través de la época más difícil en sus vidas y les ayudó a encontrar su lugar de descanso final juntos. Es algo morboso y muy egoísta, pero al mismo tiempo, es la más bella historia de amor que jamás escuché en mi vida. Estoy orgulloso de ser su hijo y saber lo que es esa clase de amor. Me siento honrado de haber vivido con ellos durante diez años de mi vida y llevar ese tipo de pasión en mis venas. Por primera vez en casi dos décadas, me enorgullece decir que soy el hijo de Emily y Murphy MacFadden y que voy a llevar este nombre con orgullo y darle a la mujer que me va a dar el mismo tipo de vida como la que mis padres tenían. Al aterrizar en Nueva York, Nicholas y yo saltamos en la parte trasera de un taxi, ya que no hemos tenido tiempo de organizar un servicio de auto. Mierda, tengo suerte de que ahora se pueda acceder a Wi-Fi en un avión. El dinero puede comprar cualquier cosa estos días. Excepto un servicio de auto confiable en Nueva York, al parecer. El hombre indio al volante teje muy expertamente su camino a través del tráfico y en el Upper East Side6. Dentro de una hora, nos estamos aparcando en la acera del edificio de Briar. Estoy listo para esto. Mi corazón se acelera y no puedo borrar la sonrisa asquerosamente feliz de mi cara cuando me apresuro a entrar en el edificio y más allá de la portera que llama mi nombre. ¿Está llamándome? —Sr. MacFadden. Por favor. Espere un momento —grita, sus tacones resuenan a través de la entrada de mármol mientras cierra las puertas del ascensor.

Es un barrio en el distrito metropolitano de Manhattan, en la ciudad estadounidense de Nueva York. Se encuentra ubicado entre el Central Park y el río East River, abarcando un área de 4,7 km². 6

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—Tengo que hablar acerca de eso con usted. La Sra. Kennedy entregó las llaves ayer por la tarde y nos informó que había encontrado otra residencia. — Toda la felicidad que estuve sintiendo se estrella en la boca de mi estómago vacío. Mi mente corre con las posibilidades y la frustración se desborda.

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—Lo siento, cariño. Tengo que llegar enseguida al apartamento de la Sra. Kennedy. Es extremadamente importante. Esto tendrá que esperar.

—¿Dejó una dirección? —le pido con demasiada firmeza, haciendo que la joven saltara. —No, lo siento. Solicitó que tengamos su correo y que ella nos llamaría en pocas semanas con una nueva dirección. Con una sonrisa de labios apretados, me excuso y pido disculpas por asustarla. Caminando hacia afuera de nuevo, Nicholas todavía está en el taxi, descargando nuestros bolsos. Cuando me ve, saca su cabeza a un lado y estudia mi lenguaje corporal. —¿Qué pasa? —pregunta. —Se fue. El portero dijo que entregó las llaves y se fue. Ni siquiera sé dónde buscarla. Nicholas, quien siempre está pensando con claridad, ofrece la mejor idea posible. —¿Volvería a la casa de sus padres? Parece que es la única familia que tiene. Dándole una palmadita en el hombro, una parte de mí está de acuerdo mientras que la otra parte sabe que está tratando de ocultarse, y que es el último lugar en la tierra al que iría. Pero es la única oportunidad que tengo. Considero llamar con anticipación, pero si en realidad está ahí, daría estrictas instrucciones de no permitir que nadie se entere. —Vuelva a La Guardia, por favor —digo, empujando mi bolsa en el maletero y en el asiento trasero.

—¿Me pregunto si esto es el por qué se fue de la ciudad? —dice, apuntando a la pequeña televisión dentro de la cabina. Con el rabillo del ojo, una imagen de mí y Briar en Londres, durante la sesión fotográfica de lencería, es la comidilla de la televisión. Pulso la tecla para subir el volumen, miro estupefacto la televisión. No hay ninguna manera posible.

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A medida que el conductor hace su camino hacia el aeropuerto, me desconecto un poco, hasta que Nicholas me toca en el brazo.

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El conductor maneja hacia el aeropuerto, y descanso en el asiento, preguntándome por qué Briar se iría. Incluso si encuentra enojada conmigo, podría haberme dado un aviso, una especie de aviso de que no estaría viviendo aquí nunca más. No hay nada que pudiera haber hecho sobre lo que pasó en Londres. Esto es totalmente fuera de lo normal para ella.

Ni siquiera he enviado la prueba aún. Alguien debió utilizar un teléfono con cámara y filtrar las imágenes. Joder. Esto tiene sentido. —…El célebre playboy y fotógrafo, Dexter MacFadden fue visto en Londres el pasado fin de semana mientras realizaba una sesión fotográfica para una campaña de lencería. Lo que fue aún más sorprendente era que la ex modelo, Briar Kennedy fuese la modelo principal del diseñador y estaba siendo fotografiada con Dexter MacFadden. ¿El mujeriego convertido en modelo? Bueno, dejaremos que ustedes decidan… Entrando en el URL desde mi teléfono, busqué la cuenta, y aparentemente la mayoría de los votantes creían que trataba de encontrar un nuevo trabajo, puesto que arruiné mis posibilidades de ser fotógrafo. Bueno, ¿no es esto malditamente asombroso? No era de extrañar. Esta estúpida foto de nosotros en la sesión vagaba por toda la TV y probablemente por la Internet también. No tenía estómago para Googlear su nombre, pero me sentía casi seguro de que estaba siendo acosada. Mierda. ¿Cómo la había metido en esto?

El primer lugar al que iría luego de aterrizar en Indiana era la casa de los padres de Briar. Me tomó un segundo recordar cual casa era la de ellos, pero eventualmente la encontré. Subiendo las gradas que llegaban al porche, toqué el timbre e impacientemente esperé por una respuesta. Cuando nadie respondió, toqué repetidamente, pero aún nadie atendía. Mientras giraba para hacer mi camino de regreso, encontré al Sr. y la Sra. Kennedy sentados en el jardín alrededor de una mesa de picnic, sin señales de Briar.

—No, no se encuentra aquí, hijo. Por lo que escuché, no quiere hablar contigo, tampoco —respondió el Sr. Kennedy agresivamente, levantándose de su asiento y caminando frente a su esposa. Ella lo hizo a un lado y se dirigió hacia a mí. —No le hagas caso, Dexter. Briar llamó hace algunos días atrás y dijo que tenía algunos problemas en la ciudad. Sé que se fue, pero no nos dijo dónde.

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—Sí, señora. Me preguntaba si Briar se encontraba aquí.

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—¿Dexter? —preguntó la Sra. Kennedy, notando mi aproximación antes que su esposo.

Asumo que sabía que vendrías y preguntarías y no quería que estuviéramos en medio de lo que sea que haya entre ustedes. —Entiendo. Siento haber interrumpido. Intentaré llamarla. Gracias, señora. La señora Kennedy regresó junto a su esposo a la mesa, regresando la atención a su cena y regresé al auto que me esperaba. Pensando en dónde más podría encontrarse Briar, se me acababan las ideas. No tenía más familia y no muchos amigos. Entrando en el asiento del pasajero, saqué mi teléfono y le envié un texto, el cual no fue respondido para el momento en que llegué al hotel en donde vivía. Sin tener la paciencia para jugar este juego, marqué a su número, pero fue directo al correo de voz. Incluso si quisiera ser un acosador, no sería capaz de rastrear su teléfono ya que estaba apagado. Caminé a través de las puertas del vestíbulo y directo a mi habitación. Nicholas me siguió, pero ondeé la mano y comprendió la señal para irse a su casa. Sentándome frente al escritorio, saqué mi laptop de la bolsa y me puse a trabajar en algunas ideas que dejé a un lado desde que este fiasco comenzara. No sólo los asuntos con Briar y mis padres, sino el escándalo entero; estuve ausente de mi trabajo y eso no me gustaba.

El resto parecía ser correo no deseado, y no me molesté en leerlo. El último lo recibía por parte de otra empresa que deseaba que fotografiara su versión de la semana de la moda. Iba a responder que sí, pero algo me detuvo.

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Fui a través de un mensaje detallado de una revista británica para la cual realicé una sesión el otro día, solicitando las imágenes de prueba para que pudiesen propagarse en el plazo de tiempo. Conectando el disco duro externo en la computadora, descargué todas las imágenes y deseché todas las que tenían que ser cortadas. Cuando tuve preparadas cerca de veinticinco, respondí el correo y envié todas las imágenes.

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Entrando a mi cuenta de correo, encontré que no tenía algún mensaje no respondido. Comenzando desde el más antiguo, echando un vistazo en el camino. Tenía dos de mi empresa de Relaciones Públicas, uno explicando que habían puesto una mordaza en la denuncia y solicitaban pruebas tangibles en cuanto a lo que reportaron. En el segundo, la revista se retractaba, disculpaba, y solicitaba no tomar medidas drásticas en su contra. No sabía cómo sería mi juego con ellos, aún, pero pagarían por todo el daño que causaron en mis negocios.

Las palabras de mi padre hicieron eco en mi cabeza. Incluso siendo una carta la que leí, era su voz la que me decía lo que debía de hacer, y creo que era la claridad que había estado buscando desde hace mucho. Habla con la verdad, elige tu propio camino, y busca el amor. Nunca tuve la intención de hacer este tipo de fotografía. Siempre quise tomar fotografías, pero algo un poco menos comercial. Si no hiciera otra moneda por esto, estaría bien. Es mi pasión. Un trabajo que me hiciera querer salir de la cama e ir a trabajar. Rápidamente envié una respuesta, declinando la oferta de trabajo, mi próximo mensaje era para mi empresa de Relaciones Públicas, así como a mi oficina de programación. Básicamente expliqué que no aceptaría ningún trabajo adicional en un futuro cercano y rechazando todo. Tampoco aceptaba entrevistas. Era tiempo para mí de regresar a lo que mi madre me enseñó todo el tiempo; una vida simple. No me importaba si Vera Wang me llamaba personalmente para solicitarme fotografiar su línea de primavera de vestidos de novia, no lo haría. Extrañaba hacerlo por el simple propósito de amarlo. Teniendo más que suficiente dinero para mantenerme por un par de años, no necesitaba la moda nunca más. Podía depositar un año de salario en la cuenta bancaria de Nicholas y Briar y desconectar la computadora. Tomando mi cámara de la bolsa, rápidamente me cambié de ropa y salí hacia la noche. Aún había luz suficiente como para capturar algunas buenas imágenes y el pensamiento de hacer esto para mi propio entretenimiento me hizo sonreír enormemente, sentí alzar un músculo en mi rostro.

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El único modo en que la vida pudiese mejorar en este punto, es si Briar estuviese esperando por mí en casa. Ese era otro problema para otro día; justo ahora, sólo quería enfocarme en las cosas simples que me hacían feliz, y ésta es una de ellas.

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Caminando algunas cuadras, el puente que crucé tantas veces se encontraba en frente de mí y el sol justo detrás. Ajustando el foco del lente, tomé algunas imágenes en una rápida sucesión. Afuera, a la distancia, un ciervo trotaba a través del campo abierto, y nuevamente, alineé mi cámara y tomé algunas imágenes de él también.

15 Traducido por Cami_Oks Corregido por Sapphire

L

os últimos dos meses de mi vida han sido lo más excitante y gratificante de toda mi vieja vida. Desde que dejé de aceptar trabajos, me decidí a abrir un pequeño estudio otra vez en mi ciudad natal Indiana. El negocio ha sido muy bueno, realmente. He vuelto a mis raíces; sesiones fotográficas de recién nacidos, fotografías de graduación y bodas, con un montón de descanso para hacer lo que me gusta hacer mejor. También he seguido adelante y me he mudado de vuelta a la casa de mis abuelos. Después de que se fueran todo quedó para mí pero, como no reclamé nada, se hallaba todo atado en legitimación. El condado ha estado muy ocupado después de un enloquecedor tornado de pocos años atrás, y esta pequeña joya se perdió en el proceso. Me gusta pensar que fueron mis padres y mis abuelos vigilando por mí.

Hoy es mi día de descanso y planeé salir al lago para relajarme. No computador, no celular, sólo yo y mi cámara, pero sólo si se me apetecía. Tengo ganas de no hacer casi nada. Quizás atrapar un pez, o dos, pero eso sería todo. Apago las luces de la parte posterior del estudio y cierro el computador. Estoy sacando todas las sábanas de la sesión de fotos de recién nacido que hice

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Nicholas conoció a una chica y ha estado ocupado conociéndola, y no lo culpo: ellos son perfectos juntos y puedo ver amor floreciendo. No he tratado de salir con alguien, con mi corazón ensimismado en Briar y todo. Sí, extraño a las mujeres, cada día extraño el sexo, pero sólo eso ha sido: un acto cuidadoso y calculado, con ninguna emoción intercambiada.

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Le envié unos cuantos correos a Briar, los cuáles no fueron respondidos, pero nunca esperé que respondiera. Nunca fue alguien de comunicación electrónica, entonces raramente, si nunca, chequeaba su correo. Existían unos cuántos relatos, cuando volví al pueblo, sobre ella estando en Jersey, y supuse que tuvo que irse para estar con la familia de Erik.

ayer cuando el timbre junto a mi puerta suena. Se me pone la piel de gallina, me volteo rápidamente y es como un deja vú. ―Disculpa, ¿me preguntaba si hacías fotos de rostro? ―pregunta Briar, caminando a través de la puerta arrastrando a Katelynn. Apenas Katelynn me ve, se deshace del agarre de Briar y corre hacia mí. Abro mis brazos y la abrazo fuertemente, comenzaba a preocuparme de romper su pequeño y delicado cuerpo. ―De hecho, si lo hago. Mira, más de una década atrás, fotografié a la chica más bonita del mundo y se convirtió en una muy conocida modelo ―bromeé, soltando a Katelynn, dándole una palmadita en la cabeza. —Te he extrañado ―dije, extendiendo mi mano hacia Briar, la cual acepta.

Envuelvo mis brazos en ella, y ella enrosca los suyos en mi cintura. ―Te extrañé también ―susurra―. Quiero hablar, ¿está bien? Explicar un poco las cosas. ―Claro, sígueme a mi casa. ―¿Tienes una casa? ―pregunta alejándose para mirarme. ―Seguro que sí. Vamos ―digo arrastrándola fuera del estudio con Katelynn justo detrás nuestro. Asegurando las puertas, me subo a mi carro y Briar al suyo, y conducimos las pocas millas hacia mi casa. Mostrándoles el interior a las chicas, Katelynn pregunta para salir y jugar en el fuerte del árbol atrás. Briar le da permiso y se sienta en la mesa del comedor. Preparo una jarra de café, dándole tiempo a Briar para que se adapte a este nuevo yo antes de comenzar nuestra conversación. Situando dos tazas y la jarra llena en la mesa, vierto una taza a cada uno, añadiéndole crema y azúcar al de ella, mientras dejo el mío negro.

―¿Qué pasó? Estábamos bien en Londres y entonces me desperté en la cama fría y una nota decía que me mantuviera alejado de ti.

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―Estoy bien. Sólo necesitaba un tiempo para pensar antes de hablarte otra vez. Necesitaba salir de la ciudad y la hermana de Erik nos dijo que podíamos quedarnos en su casa en la playa. Quería llegar y hablarte desesperadamente, pero no sabía que decir. Me encontraba en una muy mala situación, Dex.

119

―Entonces, ¿cómo has estado? Estuve bastante preocupado por mucho tiempo.

―No podía vivir con la culpa. Era demasiado ―dijo, observando el color acaramelado de la taza de café. No dije nada en respuesta, estiro el brazo y corro mi pulgar a través de sus nudillos. ―Katelynn podría ser tu hija ―suelta abruptamente, atrapándome fuera de guardia, empujo mi asiento hacia la mesa y la miro con incredulidad. ―¿Cómo es eso posible? Tú ya te encontrabas con Erik cuando descubriste que estabas embarazada. ¿Por qué no me lo contaste? Amo a Katelynn. Siempre la traté como si fuera mía. Briar, respóndeme ―le digo duramente, poniéndome de pie y recorriendo la cocina, tirando de mi enmarañado pelo. ―Son las fechas. No recordaba mi último periodo y Katelynn siempre midió un poco más pequeña para la fecha que ellos calculaban para mí. Cuando me senté y miré el calendario, todo hizo click. Si iba con la fecha que ellos me dieron, entonces sí, era la hija de Erik. Si vas por la forma en que ella mide en ultrasonidos y la fecha que realmente di, es tuya. No quiero sacudir el bote. Erik fue un muy buen padre, la amaba mucho. Y tú, no es que no eres increíble, sabía lo que eras y te acepté de todos modos. No eras el chico con el cual tener bebés, eras el mejor amigo. ―Haría cualquier cosa por ella, Briar. Lo sabes. ―Esto es demasiado, no sé cómo lidiar con esto, ¿podría ser padre? ¿Katelynn podría ser mi hija?

Me siento, mi pierna rebota repetidamente bajo la mesa, Briar cautelosamente vuelve a su asiento y se une a mí otra vez. Moviendo sus brazos a través de la mesa, toma mis manos en las suyas, las aprieta gentilmente, intentando consolarme. ―Briar, he hecho muchas cosas en mi vida de las cuáles no estoy orgulloso, muchas cosas que me gustaría deshacer pero no puedo. Si hubiera sabido de Katelynn, no puedo decir que hubiera hecho lo correcto. Era estúpido. Sélo en

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―¡Pero ella podría ser mía! ―grito, golpeando mis manos en la mesa, Briar da un salto en su asiento y corre al otro extremo de la cocina. Ver el miedo en sus ojos me trae a la realidad. Nunca quise que estuviera atemorizada de mí. Nunca le haría daño.

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―Eres el tipo de la tarjeta de llamada, Dex. El chico que viaja por todo el mundo, tomando fotos hermosas, haciendo millones de dólares y teniendo sexo con mujeres al azar todas las noches. Nunca te juzgué por tus decisiones, pero ese no es el tipo de hombre con el cual criarías un bebe. Ella necesitaba un modelo a seguir, alguien a quien admirar.

estos dos últimos meses he podido figurarme a quién realmente soy. Me gusta esta versión de mí. ―Dex, me gustan todas las versiones de ti. ―Lo sé, esa es la razón por la que fuimos amigos por siempre ―bromeo, pero rápidamente volviendo a la conversación seria―. Siempre estuve bien siendo tu puto amigo, pero quería más. No necesito saber si Katelynn es mi hija, porque ha sido mía desde el momento que Erik murió. Quiero ser lo suficientemente bueno para ser tuyo. Mirándome, abre su boca para hablar, pero la vuelve a cerrar rápidamente. Volteo mis manos para sostener las de ella, en lugar de ella sostener las mías, y las llevo a mis labios, besando cada uno de sus nudillos. ―En Londres, me di cuenta de que tú eras lo que quiero. Cuando te fuiste, me sentía perdido. Intenté ir a Irlanda por un tiempo para ordenar mis pensamientos y al encontrar la carta que mi padre escribió el día en que él y mi madre murieron… ―Continúo contándole los íntimos detalles de la nota y me desplazo al lado de ella al comenzar a llorar. ―Eso es muy trágicamente hermoso ―dice ella, limpiando las lágrimas de sus mejillas cuando termino de contar la historia. Tuve que usar el borde de mi camisa para secar mis ojos. ―Me tomó mucho tiempo el averiguar a dónde pertenezco y a dónde encajaba. Estuve muy enojado por un tiempo muy largo. Enojado con mis padres, mis abuelos… con todos. Me negué a intentar una relación después de ti porque ninguna funcionaba. No era porque ellas no fueran buenas personas, era porque en lo más profundo sabía que tú eras para mí. Nunca envidié tu matrimonio con Erik, ni una vez, sólo quería estar contigo después de que él muriera. Quería ser el amigo que necesitabas, pero ya no. No quiero ser más tu amigo, Briar. Quiero ser el último amor que alguna vez conozcas.

―Eso no es necesario. Ya te dije, ella ya es mía. No necesito una pieza de papel que me lo diga. No hará que la trate de manera diferente. ―Comienza a sollozar entre mis brazos y trazo pequeños círculos en su espalda. Después de sorberse, escucho su susurrada pregunta―: ¿Me amas?

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―¿Me perdonas por no contarte sobre Katelynn? Podemos ir mañana y pedir un test de paternidad si quieres.

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Briar salta el pequeño espacio entre nosotros y se mueve hacia mi regazo.

―Más de lo que jamás pensé que sería capaz de hacerlo. En los últimos dos meses me torturaba el no poder hablar contigo, pero necesitaba hacer esto cuando volvieras a mí finalmente, verías que haría lo correcto por ti y Katie. ―Dios, te extrañé ―dice, sonriendo a través de sus lágrimas. ―No más. Esto es todo para nosotros. Son las únicas chicas que siempre amaré y seré el último hombre con el que ustedes tendrán una cita. Riendo, Briar recorre sus dedos a través de mi cabello y me guiña. —Sólo si te deshaces de esas malditas tarjetas de llamadas. ―Ya están en la basura, bebé. Nunca las usaré de nuevo, de todos modos. ―¿No salvaste siquiera una? ―¿Por qué haría eso? Ya tengo a la única chica que quiero. No más escondidas en mitad de la noche. Ese chico se fue hace mucho. ―Esperaba que me dejarías un diez.

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122

―Eres un diez y nunca te dejaré

Traducido por Alysse Volkov Corregido por *Andreina F*

—F

eliz cumpleaños, querida Katelynn. Feliz cumpleaños a ti. —El parque entero erupciona en vítores y aplausos. Katelynn, de pie detrás de un gran pastel de One Direction con una sonrisa en dirección a su madre, y por suerte tengo mi cámara. Esta imagen será una que Briar siempre será capaz de mirar en retrospectiva y saber que aun cuando Katie sea un adolescente malcriada con más hormonas que cualquier persona debe tener, todavía ama a su mamá. Los invitados de la fiesta de Katelynn se alejan de la cumpleañera y vuelven a sus asientos en el pabellón. Me mezclo alrededor de la zona, tomando fotos de ellos disfrutando de este maravilloso día.

He hecho la misión de mi vida proteger a Katelynn de cualquier cosa que pudiera alejarla de ella. Quiero para esta niña angelical poder ser una niña durante el tiempo que sea posible. No es una tarea fácil, pero es una que estoy más que seguro de cumplir. No tengo otra opción.

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Ver la euforia de Katie cuando Briar corta rebanadas de pastel, la primera va para Katie por supuesto, me lleva de nuevo a ese tiempo maravilloso. Un tiempo antes de que mi punto de vista sobre el mundo se hubiera vuelto tan sesgado. Un tiempo en el que todavía tenía la inocencia.

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Puedo recordar mi décimo cumpleaños como si fuera ayer. Probablemente porque era el último cumpleaños que tuve antes de que mis padres fallecieran. Mi madre me había preparado el más delicioso pastel de chocolate y tanto ella como mi padre me compraron una bicicleta. Fue mi primera con dos ruedas y me sentía más allá de entusiasmado.

Ella es mía. Mi ángel. No se necesita mucho para que todo el mundo devore su postre y los niños corran de nuevo a la zona de juegos a pocos metros de distancia. Con mi cámara a cuestas, sigo la manada de niños y continúo tomando fotos de ellos, algunos balanceándose, otros deslizándose, y un grupo que juega la queda en el campo. El primo de Briar, Lacy, quien acaba de tener una niña, se halla sentado en un banco cercano con la bebé en su regazo. Al ver una oportunidad de oro, enfoco la lente sobre ellos y encajo la imagen. Comprobando la pantalla en la parte posterior de mi cámara, sé que le va a encantar. Sonriendo para mí mismo, en silencio invadiendo la privacidad de todos y capturando esos momentos especiales que para la persona promedio parecen insignificantes, pero para mí, lo son todo. —Dex. Ven a jugar Red Rover —grita Katelynn, corriendo junto a mí mientras un niño de otro grupo corre tras ella. Voy a tener las manos llenas con ella; puedo sentirlo en mis entrañas. Cada día que pasa, se parece más a su madre. Tanta belleza natural, los chicos van a ir tras ella en los años venideros. Mi abuelo me dijo una vez que él tuvo que comprar una escopeta sólo para asustar a los chicos adolescentes lejos de mi madre cuando era más joven. Voy a tener que hacer la misma inversión. Aunque, no estoy seguro de una escopeta será suficiente, ahora un lanzagranadas… sí, eso es como mejor.

—Ve a jugar con Katie, tengo esto. —Déjame ayudarte. De todos modos, no debes estar sobre tus pies mucho —digo, tomando la bolsa de basura de su mano y apurándola a una mesa de picnic. Una vez que está sentada, tomo una botella de agua de la nevera y la hago beber unos sorbos antes de reanudar la recolección de basura. —Ella quiere jugar

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Cuando me acerco, se inclina, recogiendo los platos de papel usados del suelo y tirarlos a la basura. Agarrando los últimos de las mesas, me encuentro con ella en el montón de regalos que Katelynn ya abrió. Tratamos de decirles a todos que ella tiene todo lo que una niña de diez años de edad podría desear, pero, obviamente, todavía necesitamos más. Tengo que decir, con las conexiones que todavía tengo, las entradas para One Direction eran capaz de conseguir que fuera lo mejor que cualquier otra cosa.

124

—Estaré allí en un minuto, ángel. —Giro, haciendo mi camino de regreso al pabellón para dejar mi cámara y comprobar a Briar.

Red Rover. Ha pasado un tiempo, pero creo que podría ser un poco demasiado competitivo para jugar un partido así con los niños. Podría herir a uno. Briar echa la cabeza hacia atrás, largos rizos rubios fluyen detrás de ella, y se ríe. Cuando por fin se calma lo suficiente para mirarme, sus ojos, aquellos ojos topacio azul brillan con tanta vida y la felicidad que me pone las rodillas débiles. —Eres hermosa —le digo, dándole un beso en la parte superior de su cabeza. —Sí, tú no estás tan mal. Decido cargar la camioneta con todos los regalos de Katelynn ahora en lugar de esperar hasta que bajara de su alto nivel de azúcar y se convierte en quejumbrosa. Bajo la instrucción estricta, Briar no deja el pabellón a menos que sea absolutamente necesario. Cuando todo se encuentra dentro del auto, camino de vuelta a través del campo con mi cámara alrededor de mi cuello. Todo parece ir bien en el mundo; Katelynn intenta su más fuerte esfuerzo para cruzar las barras de mono a pesar de que tiene cero fuerza superior del cuerpo y Briar todavía se halla sentada en la mesa de picnic, frotándose los dedos en círculos en las sienes. Aprovechando la oportunidad, me detengo en seco, agarro la cámara, le agrego zoom, enfoco y capturo la imagen más bella que he tomado de Briar. Me mataría si supiera que la fotografiaba, independientemente de lo increíble que resulta. Las mujeres son una locura con eso; pensando que cuando no están sintiendo su mejor momento, son feas o poco atractivas. Briar es más hermosa ahora que el día que la conocí, y estoy seguro de que sólo es cada vez más atractiva a medida que envejece.

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Una sonrisa aparece en mi cara, incapaz de contener los sentimientos que un simple pensamiento me da. Mis padres no fueron capaces de hacer que las cosas funcionen por cualquier razón, pero soy diferente. Briar es diferente. Se nos ha dado la oportunidad que la mayoría de la gente nunca consigue; enamorarse y vivir una vida con la persona que se supone que tienes que estar. La persona diseñada específicamente para ti.

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De repente, la idea se me cruza por la mente, que va a ser Briar con quien esté cuando sea viejo y canoso. Cuando esté sentado en mi porche, viendo a los niños de Katelynn jugar en el patio, va a ser la mano de Briar la que estaré sosteniendo.

Aumento mi cámara, tomo una foto más para asegurarme de que es perfecta. Alejándome del pabellón, tomo un poco más de Katelynn y los otros niños, haciendo una nota mental para estar seguro de decir a los padres para que puedan obtener copias de los mismas. Puede que no fotografíe moda por más tiempo o ser el más buscado fotógrafo en el mundo, pero todavía soy muy bueno en lo que hago. Un brazo serpentea alrededor de mi cintura y un cuerpo caliente presiona el mí cuando estoy comprobando la pantalla de imagen. Briar se acurruca a mi lado y mira cuando le doy la vuelta a través de todo lo que tomé hoy, señalando las que ama. Detengo el desplazamiento justo antes de llegar a los de ella, queriendo que sean una sorpresa. Encendiendo la cámara alrededor, apunto a Briar y a mí mismo. Me mira y sonríe. El sonido del obturador trae su atención de nuevo a la lente y tomo otra. —¿No sabía que el gran Dexter MacFadden era un fan de las selfies? ¿Qué fue eso? —pregunta ella, envolviendo su otro brazo alrededor de mi cintura, apretando suavemente.

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—Bueno, mi pequeña dama adorable, sólo capturaba recuerdos. Las cosas que nunca quiero olvidar. Siempre quiero recordarnos justo así. Perfecto.

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Ashley Suzanne

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http://www.paradisebooks.org/

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