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Colaboran en este número:

Luceli Patiño Martha Fajardo Luz Angela Castaño

CQRUNIVERSITARIA

Diseño: Centro de Recursos Educativos

Corporación Universitaria de Ibagué CEDIP. No.45, agosto de 2003. 800 ejemplares

La lectura y la escritura en los procesos de apropiación del conocimiento

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Por: Luceli Patiño Garzón

La universidad, mediante la tradición escrita, promueve una perspectiva científica en la cual se problematiza el sentido común. El interés que orientan los procesos de conocimiento, entonces, es la duda deliberada y la inda­ gación sistemática. De esta manera, se analizan los objetos y los sujetos de conocimiento mediante la cons­ trucción de explicaciones. Éste es el discurso de la cien­ cia mediado por el lenguaje. Sin embargo, es necesario reconocer que los procesos de conocimiento de los estudiantes universitarios están mediados por un contexto cultural que provee unas for­ mas de concebir y acceder al conocimiento. Según Elkana (1983) estas formas de concebir el conocimiento y de conocer se construyen socialmente como perspec­ tivas a las que denomina “ imágenes de conocimiento“ . Én este sentido, la universidad, y más específicamente jos docentes, promueven unas imágenes de conocimiento que van desde considerarlo un dato, una información para transmitir, un resultado, una teoría o unos procedimien­ tos hasta concebirlo como un logro del aprendiz que requiere de unas prácticas para acceder a los procesos de elaboración y apropiación del conocimiento. El conocimiento, en su génesis y desarrollo, surge de intereses y necesidades de grupos de personas y co­ munidades. Éste debe contar con una comunidad que lo tiaga posible y que se encuentre en capacidad de legiti­ marlo. El aula de clase, entonces, debe promover una Imagen de conocimiento dinámico, problemático e in­ completo. Lo anterior es posible en la interacción entre profesores y estudiantes que desestimulan la imagen F de conocimiento y aceptación de lo evidente para favore­ cer formas de producción, apropiación, sistematización y construcción del conocimiento.

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Por ello, la organización de la enseñanza y el privilegio de unas prácticas pedagógicas centradas en la oralidad no benefician ia apropiación de conocimiento que requiere de procesos de organización, síntesis y análisis para la reconstrucción del discurso científico. El conocimiento es comunicable, es más, se legitima desde el ámbito de lo público. En la universidad, el reconocimiento de los

saberes se logra desde la lectura de textos que han organizado ese saber. La producción escrita es una muestra de la forma individualizada de apropiar el cono­ cimiento, de promover los registros, de evidenciar las competencias comunicativas, las concepciones del mundo y las interpretaciones de la realidad. Por lo tan­ to, la escritura debe ser una de las formas de trabajar con el corpus del conocimiento en los espacios univer­ sitarios. Entre las las prácticas tradicionales, orientadoras de la actividad de conocer en la universidad, están la lectura y la escritura. Desde el siglo^XII, la vida universitaria giraba alrededor de la lectura y la escritura de textos. Paradogicamente parece que algunas universidades colombianas se han alejado de estas prácticas tradi­ cionales y han optado por la oralidad en la vida acadé­ mica. Tal vez, esto es efecto de la concepción de la universidad latinoamericana que promueve una visión de docente transmisor y revelador de conocimiento. Por años, los profesores han sido conscientes de la importancia de la lectura y la escritura en el aprendiza­ je y, más exactamente, en la apropiación del conoci­ miento. Sin embargo, estos aspectos se dejan abier­ tos y no se involucran explícita y directamente en la enseñanza y la evaluación. En el sistema educativo colombiano es escasa la tradi­ ción en la formación escritural dq los estudiantes. Una gran cantidad de los jóvenes que ingresan a la universi­ dad tiene problemas para reconocer la escritura como base para el aprendizaje. Por otro lado, la universidad no logra consolidar prácticas pedagógicas que incorpo­ ren la escritura para la producción de conocimiento dis­ ciplinar . Al respecto, algunas universidades norteamericanas, como Yale y Harvard, sostienen programas para incor­ porar la escritura en las disciplinas y superan así, los cursos remedíales de lectura y escritura. Estas institu­ ciones reconocen que los alumnos deben aprender tanto los conceptos como las prácticas discursivas en las

dlscipíihas que estudi¿n.“Ásumen que la escritura esunpoderoso instrumento que permite representar, analizar, revi­ sar y transformar el conocimiento“ ( Carlino, 2000). De ahí que, asumir la lectura y la escritura en su valor cognitivo, requiere de políticas académicas que incentiven unas prácticas en las cuales la producción intelectual sea el ___ eje de la vida universitaria. De esta manera, se promueve el dominio del lenguaje como una de las herramientas básicas para el aprendizaje de la ciencia y la producción de conoci­ miento que se constituye en la esencia de la universidad.

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Más allá de la enseñanza de la ciencia, la universidad debe —_ pr0m0ver los procesos cognitivos implicados en la produc­ ción y comprensión de la ciencia. Los avances de la ciencia “ se organizan en discursos orales y escritos. La escritura permite planificar las ¡deas, ordenarlas, revisarlas, reelaborarlas y tomar conciencia sobre qué se conoce y para qué sirve el conocimiento. La escritura es esencial en el aprendizaje académico porque ayuda a estructurar el pen­ samiento, reelaborar los conceptos y transferirlos. Si la escritura es una expresión del desarrollo intelectual de las personas, su papel en los procesos de aprendizaje tiene ___ gran relevancia. Los estudios sobre rendimiento escolar de los estudiantes de diversos niveles educativos demuestran ------la deficiencia en la comprensión lectora y el uso de la escri­ tura; además, relacionan estas deficiencias con el desem—— peño académico. Sin embargo, se espera que esto se sub­ sane por sí solo o mediante cursos remedíales de lectura y — —escritura. Estos dos procesos se deben convertir en ejes fundamentales de la vida académica para la apropiación de — conocimiento disciplinar. Es decir, son ejes transversales del currículo. Los profesionales también se ven enfrentados a las deficien­ cias en la producción escrita, lo cual les impide avanzar en el conocimiento. Un ejemplo son los licenciados en Educa­ ción que asumen la práctica pedagógica sin registros que __ les permitan construir su saber. En múltiples ocasiones, el profesor no logra abordar la escritura y la lectura en la ense— ñanza y deja de lado los elementos esenciales para el apren­ dizaje y la enseñanza. En alguna medida, la dificultad para comprometerse con procesos de producción escrita se debe a la falta de vivencia en estas prácticas. En aras de aportar a los registros, señalamos algunas de — —las experiencias de la incorporación de la lectura y la escri­ tura en la enseñanza. Por supuesto son sólo notas que es_ ,_ tá n abiertas al debate. ~

- La lectura y la escritura permiten el desarrollo de procesos como el análisis, la interpretación, la categorización y la generalización, entre otros. Estos son elementos básicos ___ para el desarrollo del pensamiento. Además, a través de la lectura, se pueden desarrollar habilidades básicas como _ la toma de notas, registros y diagramas y que pueden ayu­ dar a configurar estrategias de aprendizaje.

- La planificación de los contenidos de enseñanza puede organizarse desde actividades de lectura y escritura: Las actividades se pueden diseñar alrededor de ejes temáti­ cos, problemas del objeto del curso o preguntas desde las cuales los estudiantes leen y escriben para dar respues­ tas a interrogantes e intereses propios. - Las actividades de lectura pueden orientarse a la interpre­ tación y comprensión de lecturas básicas para reconocer los conceptos fundamentales y sus relaciones. A su vez se pueden promover lecturas complementarias para incentivar la profundización en el desarrollo de las temáti­ cas. - Las actividades de escritura se pueden organizar alrede­ dor de resúmenes, reseñas, protocolos y relatorias para el análisis e interpretación de los textos y su discurso argumentativo. - Si se involucra la lectura y la escritura como parte de la metodología de la clase se requiere la incorporación de estas estrategias en la evaluación, puesto que es necesa­ rio evaluar en consecuencia con la enseñanza y la forma de orientar el aprendizaje. - La lectura y la escritura permiten establecer transferencia a partir de la relación con otros textos y con el contexto. Conseguir la transferencia de los conocimientos es una de las manifestaciones del aprendizaje. Esto se puede lograr al identificar los distintos enfoques dé una lectura y las relaciones con otros textos y disciplinas. Por medio de estas prácticas, el énfasis de la enseñanza se desplaza de la transmisión a la interacción, en el dialogo y la confrontación académica. Por supuesto, los estudiantes deben ser interlocutores validos, con un buen nivel de lectu­ ra, argumentación y tomas de notas para una posible pro­ ducción escrita. Para ello, el profesor debe ser un lector de ios textos de sus estudiantes, además de sus lecturas bási­ cas y un escritor de textos para sus estudiantes, que sirva como modelo de referencia. Referencias bibliográficas: Carlino, P. «Enseñar a escribir en la universidad como lo hacen en Estados Unidos y por qué». Revista Iberoaméricana de Edu­ cación, versión digital, agosto de 2002., OEL. Disponible en Internet en : http/ / W:W:W. Campus. 2.002. Casanny Daniel. Describir el escribir. Paidós. Barcelona 1991. Elkana, Y. La ciencia como sistema cultural: Una aproximación antropológica. Boletín Sociedad Colombiana de epistemología vol 3 No 10-11 Santafé de Bogotá. 1983. *Luceli Patiño Garzón: Es especialista en docencia universita­ ria del convenio de la Habana-Coruniversitaria, magíster en educación de la Pontificia Universidad Javeriana, candidata al doctorado en ciencias pedagógicas del CEPES de la Universi­ dad de la Habana, Cuba. Es profesora adscrita al CEDIP de Coruniversitaria. [email protected]

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